LOS BANCOS VENDEN SUS CARTERAS A ESTUDIOS ESPECIALIZADOS Los morosos incobrables son un nuevo y lucrativo negocio Las entidades se desprenden de esas carteras y mejoran así sus balances. Candelaria de la Sota. mdelasota@clarin.com El aumento de la morosidad de los deudores después de la crisis del 2001 y el hecho de que no se estén otorgando nuevos créditos hicieron que creciera un negocio que, hasta ahora, había pasado inadvertido: la venta, por parte de los bancos, de carteras de morosos incobrables a estudios jurídicos o empresas dedicadas a cobrar deudas. Así, ante la sospecha de que no lograrían cobrar la deuda de un moroso categoría 5 (irrecuperable), los bancos comenzaron a optar por vender sus carteras, en lugar de entregarlas a los estudios para que gestionen el cobro. El cambio de estrategia parece haber resultado un negocio para ambos: para los bancos porque se liberan de una cartera que empeora su calificación, y para los estudios jurídicos es un nuevo trabajo que surge en un contexto donde no abundan los recuperos de deuda porque no se generan nuevos créditos. "Los bancos llaman a las empresas a que coticen la cartera de morosos que quieren vender", le dijo a Clarín el abogado Fernando Blanco Muiño, del estudio Cassini, uno de los más activos en la compra y tercerización de cobranzas de carteras en mora. En general, se trata de créditos otorgados a individuos para consumo, ya que las deudas que poseen garantías reales (como una hipoteca o una prenda) son gestionadas por los mismos bancos. Lo que las entidades ofrecen son carteras en mora de préstamos personales, financiamiento con tarjeta de crédito o descubiertos en cuenta corriente. Y, habitualmente, venden una cartera que posee unos 2.500 a 3.000 deudores, donde cada uno tomó un préstamo personal por $3.000. "Por una cartera buena, —que no tenga más de 3 años de antigüedad—, se paga hasta un 11% o 12% con la expectativa de recuperar después un 18% o 20%", precisó Muiño. Y aclaró que "si la cartera tiene entre 5 y 6 años de antigüedad y el banco informa que ya pasó por varias gestiones de recupero sin éxito, no se paga más del 3% o 4% de su valor, con la expectativa de cobrar después entre un 7% y un 8%". Si la gestión de cobro resulta exitosa, la empresa de cobranzas se quedará con una ganancia que en algunos casos duplica su inversión. Sin embargo, en el estudio Cassini aseguran que "en este tipo de carteras no es negocio ir a juicio porque el margen de ganancia es muy chico y no se soportan los gastos judiciales". Por eso los bancos eligen deshacerse de esas carteras. Y optan por recuperar una pequeña porción de lo que prestaron. Así evitan previsionar (mandar a pérdida en su balance) la deuda y se liberan del seguimiento de esos deudores incobrables.