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Historia de las Organizaciones de EX Soldados Combatientes y las relaciones político
partidarias que influyeron en sus distintos
Fecha de inclusión en Alipso.com: 2006-08-16
Enviado por: Jorge Vazquez (mapuen@speedy.com.ar)
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Historia de las Organizaciones de EX Soldados Combatientes y las relaciones
político partidarias que influyeron en sus distintos
Agregado: 16 de AGOSTO de 2006 (Por Jorge
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Autor:
Jorge Vazquez (mapuen@speedy.com.ar) La historia jamás contada
Historia de las organizaciones de ex
soldados combatientes en Malvinas Por Jorge Omar Vazquez El regreso a casa Al tiempo regresamos al
batallón. Nos dieron la baja y con ella el documento de identidad. Partimos hacia Buenos Aires en tren desde
Bahía Blanca. Nuestro vagón, con las ventanillas cerradas y pintadas estaba a cargo del suboficial Palacios.
Nos reímos durante todo el viaje. Llegamos a plaza Constitución. Fui uno de los últimos en bajar del tren.
Podía ver como avanzaban todos los ex soldados en busca del Hall central de Constitución. En la cabecera
del andén había un bulto que no se movía. Al llegar a él, los soldados se hacían a un lado. Cuando me acerque
un poco más pude observar el bulto. Divisé una la silueta inconfundible: Era mi vieja. El único familiar que
había ido a recibir a todo un batallón. No recuerdo como hice, pero se que avisé a casa. Fue muy corto “anda a
buscarme mañana, a tal hora en Constitución” y corte. Cuando nos abrazamos les presente a mis compañeros.
Y nos dio algo de comer. NO recuerdo que era. Nos sacamos una foto y cada uno a su casa. Tomamos un Taxi
y lo primero que le pregunte a mi vieja al estar solos fue “que dice la gente de nosotros que perdimos la
guerra”. Pensar en voz alta Al llegar a casa, comí, me bañe y a dormir. Comenzó una nueva etapa y había
que asumirlo. Las cosas eran distintas. A no más de 15 días de haber regresado nos peleamos con Claudia..
Busque a mis afectos. Llame a mis compañeros de conscripción y comentamos las diversas dificultades que
nos estaban sucediendo al regresar. Nos habíamos reunido a comer pizza en Liniers en una pizzería cerca de
un cine que había allí. No sabíamos que podíamos hacer. Algo me carcomía las entrañas y no sabía que hacer
con ello. Comencé a frecuentar nuevamente a Liliana Vazquez en el Consejo de la Paz. Allí conocí a Enrique
Drakman que era del Partido Comunista. En una oportunidad comento que en Malvinas operaba una célula del
Partido Comunista, compuesta por soldados de La Plata. Le pedí que me contactase con ellos. Mientras tanto
continúo encontrándome con compañeros y otros que habían estado en Malvinas. Pido permiso en la iglesia de
Pompeya, donde funcionaba la Pastoral Social o Juvenil (no me acuerdo cual de las dos) para reunirme allí con
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mis compañeros. Ya empiezo a conversar mas en serio la posibilidad de formar una organización que luchase
por la reinserción de los habían estado en Malvinas y levantase las banderas por las que habíamos luchado.
Se lo comenté a Drakman y le pedí nuevamente que me contactara con los de La Plata. Pedí permiso en el
Club Italiano para realizar una conferencia de prensa. Me contestaron positivamente. La idea inicial era:
Somos un grupo de ex soldados que estuvimos en Malvinas, que sostenemos queremos decir esto y
convocamos a los demás ex soldados a participar. Primera discusión ¿Porque Ex Soldados Combatientes en
Malvinas? Con otros compañeros habíamos discutido largamente el tema del nombre: ¿Qué éramos?
Soldados, Ex-Soldados, Ex-Combatientes, Combatientes, no sabíamos muy bien que éramos. Al final quedó
que nos autodenominaríamos CENTRO DE EX –SOLDADOS COMBATIENTES EN MALVINAS, por las
razones que paso a exponer: EX–SOLDADOS por el simple hecho que ya no estábamos en la conscripción,
estábamos de baja, ya estábamos en la vida civil. Pero reconocíamos en nosotros esa cualidad de soldado que
dejó de serlo y ya no pertenece a las Fuerzas Armadas. COMBATIENTES: Porque habíamos combatido en
el campo de batalla, frente a un enemigo extranjero. EN MALVINAS: Porque situábamos claramente el lugar
de combate de ese ex soldado combatiente. No era de ningún otro campo de batalla que no fuesen las islas
Malvinas. Y además fue “EN” y no “DE”. Porque bien podía ser Combatiente de Malvinas sin haber pisado
las islas. Otra cosa era ser combatiente “en” Malvinas. Se planteo la discusión de porque no denominarnos
“Centro de Ex Combatientes en Malvinas”. Era más corto y se entendía igual. Preferimos omitir esa
denominación por cuestiones elementales: Nosotros pretendíamos continuar la lucha con otras armas mas
nobles (ver declaración de principios), pero no teníamos intención alguna de dejar de combatir por las islas
malvinas. Esa denominación implicaba constituir un nucleamiento de personas que habían dejado de combatir
por las islas: Mientras que nosotros pretendíamos hacer un nucleamiento de personas que habían estado en el
campo de batalla en las islas Malvinas y pretendían continuar la batalla por otros medios. Solo como “Loco
Malo” Le comenté a Drakman que el día 26 de Agosto de 1982 tenía permiso en el Club Italiano. Le di
fotocopias de lo que habíamos hecho con los demás compañeros para que se los diera a los pibes de La Plata y
le pedí que especialmente los invitase y convenciera de venir el día 26. Que tenían mi teléfono para conversar
cualquier cosa o duda que tuvieran. La intención era que participaran y discutieran como los demás. El día 26
de agosto, a la hora señalada fui al lugar junto con Gustavo (mi hermano). El o mi vieja me sugirió que sería
bueno que tuvieras un listado con las personas que van llegando, para ver cuantos periodistas hay y cuantos ex
soldados se acercaban y así poder reconocerlos. Gustavo tuvo esa tarea. Ya empezaban a caer los periodistas
y fotógrafos. Entre ellos recuerdo a TUPA de DyN, una señora que venía en representación de Pérez Esquivel,
la psicóloga Mónica Despervazquez, y demás diarios, radios etc.
Los ex soldados con los que había
discutido el nombre de la organización y sus objetivos, no aparecían por ningún lado. Los de La Plata
tampoco. Estaba solo como “loco malo” Nuevamente la encrucijada. Digo la verdad que dejaba en ridículo
no solo a mi, sino al conjunto de los ex soldados combatientes, u omito parte de la verdad y trato de avanzar
pese a las dificultades. Ya se había pasado la hora. Los periodistas estaban inquietos y expectantes. Tome la
decisión: Me presente, Nombre y Apellido, les dije donde había estado en Malvinas. y agregué. “Se formó el
Centro de ex Soldados Combatientes en Malvinas de Capital Federal, A continuación di lectura de la
Declaración de Principios. Al concluir un periodista pregunto. ¿Vos que sos del Centro y quiénes son los
demás integrantes? Dije “soy el Presidente”, la segunda parte de la pregunta fue una apelación a “la reticencia
de los ex soldados combatientes a presentare en público”. Los presentes quedaron convencidos y yo
preocupado. Apenas terminó la reunión llamé a los que habían faltado sin aviso. Nadie se hizo cargo de nada.
Algunos no respondían el teléfono. Otros aducían que no habían podido ir. En ese momento asumí que estaba
nuevamente solo. Estaba desolado y contrariado, pero no estaba dispuesto a rendirme. No me permitiría otro
14 de junio. Estaba dispuesta a hacer lo necesario para levantar las banderas en las que creía y que en
definitiva era lo único que me hacia sentir vivo. Cuando la noticia del centro sale publicada en los diarios de
circulación masiva, los ex soldados se comenzaron al Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de
Capital Federal (CESCM) que funcionó algún tiempo en nuestro departamento de Sánchez de Bustamante
515, piso 10 de Capital Federal. Esa convocatoria masiva de ex soldados combatientes me planteaba algunos
inconvenientes prácticos. ¿Cómo determinaba quien había estado en Malvinas y quién no? ¿Quién como
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soldado quien era militar? ¿Quién se había comportado correctamente, quién no? ¿Quiénes venían por
convicción, quienes porque informaban a los servicios de inteligencia? Los primeros en acercarse fueron:
Lucio Suárez, Roberto Avalos, Marta Vasallo, José Irazusta, Juan Coronel, el flaco Pur, Macharosky, Carlitos
Días, Tripaldi. Creo que ésta fue la primera nómina de compañeros y familiares que se acercaron y
comenzaron a militar a partir de agosto de 1982. Con el correr del tiempo se suman Miguel A. Trinidad,
Héctor Beiroa, César Trejo y otros que no recuerdo. Los compañeros del Chaco, Córdoba, Rosario y otras
provincias cuando venían a Buenos Aires se quedaban a dormir en mi casa. Así comenzó todo. Estas
cuestiones, no menores, mas la forma del nacimiento mismo del CESCM dieron a este una particularidad
especial. Su fundador y presidente era quien, en última instancia, aceptaba o no a alguien, porque no había
padrón de ex combatientes. Esa particularidad determinaba que el presidente fijara la línea ideológica y los
tiempos institucionales. La concepción ideológica o doctrinaria del CESCM era: 1.- Aceptábamos a todos
los sectores políticos partidarios, participando con ellos de todas las actividades relacionadas a Malvinas a la
que nos convocasen. Respetando la particular visión que podían tener sobre el tema, siempre y cuando
respetaran nuestra opinión sobre el tema Malvinas y los demás temas que considerábamos de integres.
2.Sustentaba el CESCM que no debíamos partidizar a las organizaciones de ex soldados combatientes. Pero cada
ex soldado tenía la obligación de participar el en partido político de su preferencia y Malvinizarlo. La idea era
que en cada partido político, en cada sindicato, en cada ámbito donde estuviese un ex soldado combatiente en
malvinas, este asumiera su defensa en busca de consensos a las políticas y temas de debate que proponía el
CESCM. 3.- No tratar de conducir a los demás centros de ex soldados combatientes, si ayudarlos a
organizarse, coordinar las acciones y permitir que cada uno actuase según su realidad local y sentimientos de
los integrantes. 4.- Desde nuestra concepción ideológica sabíamos de la importancia de las fuerzas armadas.
NO existe país organizado y pujante que posea FFAA débiles. El tema era que para poder transformarlas en
una institución apta, se debía depurar de sus filas a los represores y a los pro yankis, dando lugar a las FFAA
nacionales y populares. 5.- Rechazábamos toda posibilidad de integrar las estructuras de gobierno, por
entender que no era sano institucionalmente mezclar las cosas. No debíamos ser los ex soldados combatientes
quienes debíamos dar las respuestas. Era el Estado Nacional por intermedio de sus políticas quien las debía
dar. Aceptar un cargo en el Estado, en áreas relacionadas a los ex soldados combatientes en Malvinas
equivalía a asumir el costo que implicaría la “inacción del Estado”, esto ha quedado demostrado durante casi
estos últimos 15 años.
Mi tránsito de soldados conscriptos a dirigente de una organización no
gubernamentales, necesitó el esfuerzo de ir armando un discurso político. Realmente me fue difícil esta tarea.
La ausencia de una educación política previa, sumado al desconocimiento histórico de los hechos y sus
actores, si bien eran una falencia me permitían acercarme a los mas vastos sectores del quehacer nacional sin
ningún tipo de prejuicio. Nuestra primer movilización la hacemos a la Embajada Norteamericana entre
septiembre y octubre de 1982. Recuerdo que era en la parte atrás del zoológico. Le había pedido a Drakman si
podía solicitar permiso en la policía para realizar el acto. Ya que suponía que él como dirigente de los
Comunistas tenía experiencia en ello. Ya cerca del día del acto le pido que me diera la nota presentada, y
aduce que se había olvidado de presentarla. A las apuradas hice una nota solicitando el permiso y la presente
en Policía Federal. Me denegaron el permiso porque éramos menores de edad. Fue tal vez el primer error que
cometieron las fuerzas armadas al medir al CESCM. En vez de callarnos la boca, salimos a decir que “Hoy nos
prohíben por ser menores de edad, pero no éramos menores para ir a una guerra”. En el lugar del acto estaba
lleno de policías. El jefe del operativo policial era un flaco de pelo blanco. Nosotros habíamos convocado a
una misa ecuménica. Habíamos sacado fotocopias de salmos y cánticos religiosos para repartir en la
concurrencia, los servicios de inteligencia andaban como locos atrás de los papelitos esos que pensaban
contenían proclamas subversivas. Nuestro poder de convocatoria no superaba la cantidad de diez personas y
no más de cuatro o cinco ex soldados combatientes. En policías, fotógrafos, camarógrafos y personal de
inteligencia había más de 400 personas en el lugar. El policía a cargo del operativo se me acerca y se disculpa
por lo que estaban haciendo. Le respondo que no se hiciera problemas, que nuestro objetivo ya estaba
cumplido. Señalando a todos los presentes dije “mira todos los argentinos que juntamos”. En ese momento se
estaciona un Taxi, veo que los periodistas se arremolinan a su alrededor. Para mi asombro baja Pérez Esquivel.
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Yo lo conocía por los diarios y la televisión. Se acerco a nosotros y me abrazo. Desde ya que los periodistas
nos sacaron fotos y fueron las que salieron publicadas, con epígrafes alusivos. Esa marcha me enseño algunas
cosas: 1.- No importaba realmente cuántos ex soldados combatientes fuéramos a una movilización, importaba
la capacidad de movilizar a los medios de prensa y el mensaje que transmitíamos. 2.- Comprendí que los
simbolismos eran más importantes que mil palabras. La foto con Pérez Esquivel graficó y codificó un mensaje.
No era el que pretendíamos darle, pero el simbolismo gráfico era tan grande que se robó el mensaje y lo
reformuló. Esto no es una critica a Adolfo, porque él dio muestra permanente de su compromiso con los ex
soldados combatientes. Su aparición en el lugar fue una casualidad. El regresaba de ver al Obispo de Neuquén
(De Nevares), por eso venia del aeropuerto, nos vio y paro a saludar. 3.- Comprendí no podía confiar en los
demás, el “olvido” de Enrique Drakman podría haber significado ir a un acto y terminar en cana, no por
decisión propia, sino porque “alguien” se olvidó de un pedir un permiso. En Malvinas esa improvisación nos
había costado una guerra y no propiciaría ese tipo de cuestiones. Analice también que tal vez el “olvido” era
una posición política. Ahí comprendí cabalmente que la ausencia de los ex soldados combatientes platenses el
día de la fundación del CESCM había sido una decisión política meditada y ejecutada con toda
intencionalidad.
Creando nuestra propia ideología En cada acto público del el CESCM lo más difícil era
elaborar el documento, era un desafío monumental, por mi falta de cultura, por mi nula capacidad de redacción
y por mis total desconocimiento de las mínimas elementales y reglas de ortografía. Lo único que tenía claro
era la idea de lo que quería decir, pero no sabía como expresarlo en el papel. Me tomaba yo muy seriamente
el leer los artículos periodísticos que salían fruto de reportajes que me hacían. Buscaba captar la forma en que
el periodista había interpretado mi mensaje y como hacía para transformarlo en letras, oraciones. Fueron los
periodistas de quienes aprendí a transformar una idea en palabra. Con los errores de ortografía no había cristo
que me salvara. Mientras estuve como Presidente siempre los borradores de los documentos que luego
emitiríamos los elaboraba yo. En algunas oportunidades se los daba para que los corrigiera Fermín Chávez.
Luego se los leía a mi vieja y le explicaba párrafo por párrafo que era lo que yo había quería decir.
Cotejábamos que el texto final se ajustara al espíritu que quería imprimirle. Con todo eso masticado se lo daba
a Trinidad y a los demás para que le pusiera alguna nota de color y lo firmaran. Así salieron todos los
documentos del CESCM y de la Coordinadora Nacional de Centros de Ex Soldados Combatientes en Malvinas
hasta julio de 1984. Recuerdo que había adoptado la manía de incorporar nombres de próceres a los
documentos porque consideraba que le daba más seriedad. Por lo que debía preguntar frecuentemente sobre tal
o cual prócer. Mi fuente de información en esas cuestiones era un muchacho, militante de la Democracia
Cristiana que era profesor de historia. De la línea del revisionismo histórico. Me contaba la historia de una
forma tal fácil y graciosa que no daban ganas de terminar la conversación. Los demás ex soldados eran tan
bestias como yo y muchas y tampoco sabían exactamente quiénes eran los próceres a los que nos referíamos
en el documento. Frecuentemente, la lectura del documento debía ir acompañada de una explicación oral de
las acciones realizadas por los prohombres a los que nos referíamos y nos sentíamos identificados. Lo mismo
pasaba cuando el prohombre merecía nuestra desaprobación. Recuerdo perfectamente que esto sucedió
también en el 1º Congreso Nacional de Ex Soldados Combatientes en Malvinas, donde se discutió con todos
los compañeros, todos y cada uno de los próceres incluidos en los documentos. El Centro de Ex Soldados
Combatientes en Malvinas de Capital Federal, había generado una red de asistencia médica a los ex soldados
mediante el apoyo de muchos sindicatos. Entre ellos estaban SMATA con el gordo José Rodríguez a la
cabeza. Había otros que colaboraban en el total de los silencios pero canalizaban todas las prestaciones
médicas que se requerían. Muchos compañeros del interior del país acudían a nosotros y esa era nuestra única
herramienta. Mi vieja era la encargada de relacionarse con las Fuerzas Armadas, recuerdo que en el estado
Mayor Conjunto estaba a cargo del Contraalmirante Busser. Junto a Trinidad fuimos a una audiencia que le
solicitamos. Le planteamos el tema de los hospitales militares. Que se debía hacer algo para prever que habría
muchos suicidios. Que había que generar algún tipo de contención apoyados por la asociación de psicólogos.
Buser nos respondió que habíamos visto yo muchas películas de Vietnam. Desde ya que el tiempo nos dio la
razón. Lo lamentable es que si hay estadísticas de suicidios y muertes violentas, la información aún no es
publica. El Dr. Fanego era el cuñado de una compañera de trabajo, nos acompaño mucho en los temas
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jurídicos. Por ejemplo cuando denuncié en la justicia el tema de los exocet robados en Toulouse, Francia.
Galina, era otro abogado que nos ayudaba, gran compañero. Recuerdo que escribió en algún momento “El
peronismo sin cadenas no es peronismo”. Recuerdo gratamente a Marcelo Cabeza de “Revista Línea”, a
Teresita Albistur que nos hacía la gráfica de los afiches con los “Equipos de Difusión”. En esa época conocí a
la periodista María Laura Avignolo, que escribía para revista Gente, ahora corresponsal del diario Clarín en
Londres, se puso en contacto conmigo, por intermedio de un conocido, y me pidió si de alguna manera
podíamos darle protección y asistencia jurídica al ex soldado. Me puse en campaña para conseguir un abogado
que lo asistiera y acompañara cuando se tuviese que presentar al la citación que le habían hecho las Fuerzas
Armadas. Yo conocía a Luís Arias, que era un militante peronista que trabajaba en el poder judicial. Fui a
verlo por este tema y me contacto con su papá y el socio de éste. No eran ni más ni menos que los doctores
César Arias y Carlos Saúl Menem. Ellos brindaron asistencia legal gratuita. Con la experiencia previa del
acto en la embajada Norteamericana, asumí la organización del acto de 2 de abril de 1983. Análisis de previo
de la situación:
a.- EL poder de convocatoria del CESCM era nulo.
b.- No teníamos ex soldados
combatientes formados para ir y generar debates políticos en los distintos ámbitos. c.- Las organizaciones
político partidarias estaban desorganizadas. No había una expresión pública que tuviera representación y
aceptación popular. La Multipartidaria si bien era una expresión genuina de ese momento, sus dirigentes solo
se miraban el pupo y se median el traje de candidatos. Nadie querían arriesgar nada, las elecciones estaban ahí
nomás. d.- Las Juventudes Políticas a fines de 1982 no existían en la vida pública. e.- Tenía la certeza que la
dictadura realizaría su propia conmemoración del 2 de abril tratando de aislarnos mas de lo que estábamos.
Tomé contacto con algunos dirigentes del peronistas, entre ellos el “petiso Blanco” de judiciales, Eduardo
Valdez, Patricia Bullrich. Ellos conocían a otros dirigentes de otros partidos políticos. Ante esa perspectiva el
CESCM convocó a una reunión de todos los sectores juveniles de los partidos políticos. Concurrieron el
“petiso Blanco” de judiciales, Eduardo Valdez, Patricia Bullrich, por el PJ, Pablo Batalla y algunos otros por
la UCR , Alejandro Barte del Partido Intransigente, gente del MAS, del PL, Mosquera del Partido Comunista,
y algunos más que no recuerdo. Antes de empezar, para mi sorpresa, uno de los presentes plantea que si
participaba de la reunión el Partido Comunista se retiraban, la mayoría de los presentes adhería a esa posición.
Así que debía tomar una decisión. Íntimamente no estaba de acuerdo con expulsar al Partido Comunista,
porque erauna forma de discriminarlos y además porque sabía que existían ex soldados combatientes de ese
partido político que merecían sentirse representados. También sabía de las actitudes de este partido con el
CESCM. Por otro lado, la mayor cantidad de ex soldados combatientes eran peronistas y radicales, por lo que
consideré que debía optar por las mayorías y no por la minoría que pretendía ejemonizar el mensaje. Así que
le solicité al Sr. Mosquera que tuviera a bien retirarse. Continuó la reunión y acordamos que las juventudes
políticas adherirían a los actos que el CESCM convocase todos los 2 de abril y que el CESCM participaría de
todos los actos convocados por las juventudes políticas, que luego se denominaría MOJUPO. Movimiento de
Juventudes Políticas. Algunas juventudes políticas no presentes no se sumaron y otras que no estaban lo
hicieron con posterioridad. Esa época fue muy dura para mi familia. Teníamos los servicios de inteligencia en
la puesta del departamento. En casa o en la calle recibía permanentes amenazas de muerte. Yo no trasladaba
esto al los demás ex soldados porque no quería preocuparlos y suponía que tal vez podrían llegar a dejar de
militar ante tanta presión. Se hizo el acto del 2 de abril con relativo éxito, el PC y las organizaciones satélites
hicieron sus propios actos, si mal no recuerdo en el Hotel Savoy. Al tiempo el partido Comunista me solicitó
una reunión. De ella participaron Patricio Echegaray, Mosquera, Drakman y yo. Ellos estaban muy enojados
porque yo había permitido que los echaran de la reunión del MOJUPO. Me echaron en cara que el la revista
¿Qué pasa? ellos siempre nos habían reivindicado, y que siempre nos habían acompañado. Yo les recordé la
actitud de los ex combatientes del partido comunista de la Plata , que en ese momento ya se estaban formando
como CECIM LA PLATA , de los “olvidos” de Enrique Drakman y que mi único compromiso político era con
los ex soldados combatientes, la causa de Malvinas y no con ningún partido político. En ese momento Patricio
Echegaray sentenció “No hay iniciativa juvenil que pueda sobrevivir si el partido Comunista se pone en
contra, así que ya sabes lo que tenés que hacer” y dio por terminada la reunión. Como respuesta, el Partido
Comunista hace hablar a Rodolfo carrizo en el acto de cierre de la campaña política con vistas a las elecciones
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en 1983. Como respuesta formal el CESCM puso en circulación este slogan “A nuestros compañeros los
mataron balas inglesas, dirigidas por los Yankis, avaladas por el Mercado Común Europeo y consentidas por
la URSS ”. Nada de ello era mentira, ya que la URSS había rehusado hacer uso del poder de veto en las
Naciones Unidas. Si era la URSS socio de la dictadura, porque no extendió esa sociedad a la guerra dando un
apoyo claro y concreto. Comando Capitán Giachino En noviembre de 1983, estábamos sentados en el Café
de La Paz, Marcos García y yo. De repente vemos pasar a Marta Vasallo, la mamá de un caído en el Crucero
General Belgrano e iniciadora del CESCEM. Nos ve y entra. Le ofrecemos sentarse junto a nosotros y
comienza a decirnos que había un grupo de rock que se llamaba Kiss que iban a venir tocar a la argentina, que
se comían pollitos en el escenario, que orinaban al público y que eran unos degenerados y mil cosas por el
estilo. Marta estaba envenenada y desencajada con ese tema, Quienes la conocen recordarán su persistencia.
Así que tenía claro que lo único que conformaría a esa madre era hacer algo delante de ella como para que
sintiera que alguien al menos intentaba hacer algo. Marcos García tenía una voz grave. Respetuosamente
parecía esa voz de borracho de vino tinto. Era su voz. Así que saque de la agenda el teléfono del diario
Crónica y le dije. Llama por teléfono y decís que llamas de parte del Comando Capitán Giachino, que si llega
a venir Kiss a la argentina le vamos a meter una bomba. El se levantó, fue al teléfono que estaba a la entrada
de los baños he hizo la llamada. Concluido esto, Marta Vasallo se fue tranquilamente a su casa y nosotros
seguimos con nuestra charla de café. Al otro día la tapa del diario Crónica anunciaba con letras catástrofes
que meterían una bomba en la cancha de boca si llegaba a tocar Kiss. La verdad que me causo mucha gracia
que dieran entidad a esa amenaza. A partir de eso el tema fue un debate nacional sobre la música y la cultura.
Muchos músicos deberían agradecer a ese debate que los escenarios nacionales no fueron ocupados por grupos
extranjeros. Recuerdo que la gente de revista CABILDO nos invito a una cena. De alguna manera ellos
sabían que éramos nosotros quienes habíamos usado el nombre de “Comando Capitán Giachino” para realizar
la amenaza. Y a su vez, sabíamos nosotros que ellos eran quienes se denominaban “Comando Capitán
Giachino”. No fue la única vez que coincidimos con esta gente. Recuerdo que ya con Alfonsín en el gobierno
mientras Terragno hablaba de las bondades de privatizar Aerolíneas Argentinas, coincidimos con esta gente y
otros grupos en ir al Banco Central y llenarlo a huevazos para tratar de frenar la privatización de Aerolínea
Argentinas. En esa época alertábamos que comenzarían con las empresas del Estado, luego con los salarios,
después con el aguinaldo, las vacaciones y después deberíamos pedir por favor seguir trabajando en cualquier
forma y condición. La policía nos reprimió como nunca, perdimos la bandera del Centro de Ex Soldados
Combatientes en Malvinas en esa refriega. Éramos apenas un puñado los que enfrentamos la intentona
privatista de los radicales entre ellos estaba Miguel Ángel Trinidad.
El MOJUPO nos traiciona Al
tiempo, el MOJUPO integró al Partido Comunista. El MOJUPO hizo un par de iniciativas a las cuales el
CESCEM adhirió como era lo pactado. Cuando llegó febrero de 1984, convoque al MOJUPO para comenzar
a organizar el acto del 2 de abril. La respuesta que obtuve de ellos es que “El MOJUPO convocaba al acto y
nosotros los ex soldados combatientes debíamos adherir. La propuesta era un disparate: “Yo jamás entregaría
lo que representaba el 2 de abril a ningún sector ajeno a los ex soldados combatientes” Les dije que no, que
ellos convocaran lo que quisieran que no íbamos a participar. La alianza UCR-PC creo que no fue un secreto.
Al tiempo el CECIM – LA PLATA formaría parte de esa alianza. No esta muerto quien pelea Conocedor de
la complicada situación comencé a buscar a las demás juventudes políticas que con el florecer de la
democracia habían comenzado a surgir. Gente de Guardia de Hierro, del Frente de Izquierda Popular, Partido
de la Liberación y muchos otros grupos y partidos pequeños que hoy no los recuerdo. Muchos de ellos no
tenían la menor idea de cómo organizar una movilización. Por lo que les pedí que solo firmaran el documento
que habíamos elaborado y que convocaran a los que pudieran. Que no se preocuparan por los demás temas,
que eso era responsabilidad nuestra. En realidad yo tenía más dudas que certezas. Con Trinidad fuimos a la
Plata a invitar al CECIM, hicieron una asamblea y en la cara nos dijeron no adherían a la marcha del 2 de abril
de 1984. Lo mismo hicieron algunos centros de la provincia de Buenos Aires. Los centros de las distintas
provincias organizaban en sus respectivos lugares. Así que estábamos solos. Intuía que debíamos tener un
mensaje que rompiera el cepo que el gobierno y el MOJUPO y el CECIM La PLATA estaban ejerciendo sobre
nuestra organización. Debíamos aglutinar del alguna forma a todo el abanico opositor al gobierno y desde allí
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avanzar al 2 de Abril. Sabía que nosotros, como organización no teníamos capacidad de movilización.
Nuestra convocatoria, hasta ese momento siempre había dependido de la voluntad de los demás sectores
políticos. Eran voluntades prestadas. Podemos decir que estaban de acuerdo globalmente con nosotros, pero
no al punto de tomarse un tren y venirse convocados por un sentimiento. Hasta el 2 de abril de 1984 no había
convocatoria espontánea. Sobradas muestras teníamos de nuestra escasa capacidad de movilizar, basta
recordar todas y cada una de las marchas organizadas, como por ejemplo la marchas en Plaza Italia o cuando
nos pusimos de espaldas a la Casa de Gobierno en señal de protesta. No darse cuenta de ello era ser un idiota.
Somos la reserva moral La oportunidad de generar el debate y la confrontación pública salió del lugar menos
pensado. En un reportaje radial deslice que iríamos al acto con el uniforme militar que habíamos utilizado en
Malvinas. Eso enervó a las Fuerzas Armadas y al gobierno nacional. Este salió a decir que no podíamos
concurrir al acto del 2 de abril con uniformes militares. Recuerdo que confronté con el Ministro de Defensa
Dr. Jaunarena en forma pública y diciéndole: ”Nosotros, los ex soldados combatientes en Malvinas somos la
reserva moral de las fuerzas armadas, porque somos los que combatimos al invasor ingles y no los que
torturamos y desaparecimos a miles de argentinos. Por tal motivo tenemos nosotros, mas derechos que nadie
de vestir el uniforme de combate” Se armó tal revuelo en los medios de prensa que todos los sectores
contrarios al gobierno salieron a apoyar nuestra convocatoria. El gobierno acuso el golpe, sabia que el acto
del 2 de abril se convertiría en un acto en contra del gobierno. Trató de desinflar la convocatoria trasladando el
feriado nacional del 2 de abril al 10 de junio. El efecto buscado fue contrario, nos permitió cohesionar aún más
a la oposición del gobierno radical. Esto fracturó la posición del CECIM La Plata que pese a estar en contra el
oportunismo político les impedía no estar presentes. El Dr. Jaunarena, a quien respeto profundamente, me
convocó a su despacho en el Ministerio de Defensa y me ofreció trabajar con ellos en el Ministerio de
Defensa, pero debería obviar eso del uniforme y medir un poco la oratoria. En otra circunstancia habríamos
evaluado tal posibilidad de colaborar o participar en la búsqueda de soluciones a los ex soldados combatientes,
ayudando al Ministerio de Defensa pero nunca siendo parte de él. Pero ofrecido así, con la convocatoria
lanzada, aparecer en ese momento con “la solución mágica” a cambio de decir que no pensábamos lo que
realmente pensábamos, no era una opción factible ni discutible. Podíamos discutir soluciones, pero “jamás
entregar la dignidad de los ex soldados combatientes” . Haber aceptado, era la claudicación pública de
nuestro sector. Por eso sin consultarlo con nadie le dije al Dr. Jaunarena que el acto se hacía tal como estaba
programado y si querían conversar debería ser después del acto. La Movilización El 2 de abril, la
movilización superó toda expectativa. Recuerdo antes de salir hacia el obelisco estábamos nosotros en el
CESCM ultimando los detalles. Justo en ese momento vinieron algunas personas a requerir información. A
efectos de no retrasar la movilización, les dije a los que estaban allí que fueran sin mi, delegué en Trinidad el
control de la movilización y la lectura del documento. Les dije que una vez que concluyera iría para la marcha.
Antes de sumarme a los demás, en el camino tuve que parar el enfrentamiento que se estaba armando con tula
y su gente. Luego me sume a nuestra columna una cuadra antes de llegar a la calle Florida. Era hermoso ver
como desde las oficinas tiraban papelitos, había banderas argentinas por todos lados y mucha, mucha gente.
En el medio de ese despelote de gente, sobre la Avenida Corrientes treinta metros antes de llegar a Paseo
Colón veo entre la gente a “mi vieja”. Fui a buscarla, ella nunca había estado en una movilización, así que la
contuve en la vereda hasta que pasaron todas las columnas. Le dije que volviera a casa. Luego, por Paseo
Colón me voy casi corriendo hacia el lado de la Torre de los ingleses. Al llegar, observo que muchos ex
soldados y otros que no lo eran, se abalanzan hacia la torre de los ingleses. El colectivo, azul y destartalado ya
estaba en medio de la plaza. La tarde estaba cayendo. La luz, se me hizo que empezó a faltar. Observé no sin
fastidio que algunos aprovecharon la oportunidad para plantar su propio simbolismo. El FIP se dedicó a tirar la
estatua de Canning, Víctor Ramos subido al brazo de Canning le cortaba una mano. Montoneros mostraba sus
banderas y se peleaban con otros sectores del PJ. Otros trataban de ingresar a la torre. Trinidad, andaba como
alma en pena tratando de que lo dejaran leer el discurso. A esa altura de los acontecimientos, mas allá de lo
anecdótico y fantástico que fue aquella tarde, tenía claro que los costos a pagar serían altísimos. Al otro día
comenzamos a pagar el precio: Algunos medios de prensa titularon “Los nuevos Montoneros”. Ya nos habían
estigmatizado, algunos de los nuestros se veían satisfechos y felices.
Pese a la estigmatización, el
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acompañamiento masivo del pueblo, hizo que el MOJUPO jamás pudiese retornar del ridículo. El partido
comunista, humillado y herido, sufrió una grave crisis interna a raíz de estos hechos. Por su parte, esa
expresión de la juventud que si no me equivoco se denominó Juventudes Políticas Argentinas, que nos habían
acompañado el 2 de abril de 1984 pidieron una reunión con el Presidente de la Cámara de Diputados de la
Nación el Dr. Pugliese. La reunión con Pugliese se realizo en su despacho en de la Cámara de Diputados.
Antes de retirarnos, me dice Pugliese que lo llamara en otro momento que debía conversar algo conmigo. A
los pocos días me llamaron del edificio Libertad, querían tener una conversación conmigo. Fui a ver que
querían, para mi sorpresa, el anfitrión no era ni más ni menos que el Capitán Santillán. La reunión, se
transformó en una sesión de interrogatorio de inteligencia naval. Estaban presentes otros oficiales que tomaban
nota y se les permitía hacer repreguntas. Su principal interés era saber porque me interesaba la suerte de la
Comisión Nacional de Energía Atómica y los demás temas que tocábamos en el documento a Alfonsín Yo
presuponía saber cuales eran sus intenciones. Pero al salir de la reunión una duda sobrevoló mi cabeza: En los
incidentes de la Torre de los Ingleses el 2 de abril, algo habían tenido que ver los servicios de inteligencia. Y
éstos no habían actuado por si solos. Respondían a las necesidades del gobierno radical de desprestigiarnos y
presentarnos como violentos ante la sociedad, a fin de quitarnos legitimidad. Esa era mi convicción. Aunque
no desconocía que había indicios ciertos y concretos de que montoneros y el partido comunista, cada uno por
su lado, estaban tratando de copar nuestro movimiento. El tema de que nos estigmatizaran como “Los nuevos
montoneros” fue muy artero. Generó en mi una gran preocupación e incentivo a que Trinidad, Beiroa y otros
más, se creyeran en serio eso ser revolucionarios”. Hablé con César Urien (h) y le pedí una reunión con la
cúpula de Montoneros. Fue así que a mediados de abril viajamos Cesar Urien, Miguel A. Trinidad y yo al
Brasil para reunirnos con Firmenich. Al llegar a Río de Janeiro en vez de Firmenich nos atiende Perdía. En la
charla le digo que si bien personalmente no tenía ningún problema con Montoneros, consideraba que el hecho
que en nuestros actos sistemáticamente siempre aparecían banderas de los Montoneros, y que eso siempre era
motivo de disturbios. Que esa actitud en vez de sumar nos restaba. . Perdía, muy comprensivo, me responde
que no había problema, que ellos estaban para apoyar la causa, que los compañeros que estaban presos se
habían ofrecido como voluntarios y que si necesitaríamos algo lo pidiéramos. En ese momento Trinidad le
pide a Perdía si podía ser un militante rentado de Montoneros. Yo no daba crédito a lo que oía, pensé se
trataba de una bufonada más de Trinidad. Perdía le dice que si y me ofrece que yo también fuese un militante
rentado. Estaba entre la espada y a pared así que le dije. Mira yo ya tengo trabajo, pero si me querés
ayudarme yo saco licencia sin goce de sueldo en mi trabajo durante dos o tres meses y me dedico a organizar
el acto del 14 de junio. Fue la única forma que encontré para zafar, aunque tendría “patrón durante dos o tres
meses” Al regresar de Brasil comencé a ver las cosas desde otra perspectiva, empecé a observar más de cerca
los movimientos de Trinidad, Beiroa y otros más. Era obvio que ellos querían copar el centro y plantar la
bandera de montoneros. El CECIM - LA PLATA apoyaba estos movimientos. Todo cuanto destruyera al
CESCEM y a Vazquez en particular debía ser apoyado, era la única manera de poder ingresar a la
Coordinadora Nacional de Centros de Ex Soldados Combatientes en Malvinas.
Llamé a Pugliese y
convenimos en reunirnos en una confitería a tomar un café. Voy al encuentro él estaba con Trocoli. Tomamos
un café y conversamos de distintos temas. En un momento Pugliese me dice algo mas o menos así: “Ustedes
están armando una organización importante, tienen coherencia ideológica, un buen sistema de organización, el
respeto popular e instrucción militar, solo les falta agarrar nuevamente las armas. ¿Lo van a hacer? Me quedé
mudo y no recuperé el habla. El maldito había definido concretamente mi problema, aunque no me había dado
solución alguna. Comienza el luto Durante un buen tiempo mi preocupación era ¿Cómo solucionar ese
inconveniente? ¿Estaba yo dispuesto a propiciar un nuevo baño de sangre entre los argentinos? ¿Tenía yo
autoridad moral para hablar después de saber que montoneros financiaba a algunos militantes y que el partido
comunista hacia lo suyo? ¿Debía convocar a una asamblea para plantear la situación? ¿Hablar del tema en una
asamblea sería habilitar la discusión de la lucha armada? En esa época la única certeza era la duda. El
CECIM LA PLATA seducía a Trinidad, a Beiroa y a otros más con un viaje a Moscú, a un Festival de la
Juventud. Cuando Trinidad y otros proponen el tema en el CESCM obtienen una rotunda negativa de mi
parte, sostenida en el hecho que nada teníamos que hacer los ex soldados combatientes en Malvinas en Moscú
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o era que por un viaje se olvidaban aquello de “A nuestros compañeros los mataron balas … y consentidas por
la URSS ”. Por esa época Trinidad había denunciado a un superior suyo. El oficial sintiéndose ofendido por
los dichos de Trinidad lo intimó por carta documento a que se rectificara o rectificara. Creo que se trataba del
Teniente Blanquet o algo por el estilo. Esto lo supe porque en una oportunidad me comenta Trinidad que se
había encontrado o que se encontraría con el oficial para solucionar el problema. Recuerdo haberme enojado
mucho con Trinidad. Le dije “Vos no tenés que arreglar nada, tener que ratificar la denuncia y ya esta. ¿O la
denuncia es mentira?” Jamás Trinidad me aclaró ese tema. Recuerdo que el 14 de junio hicimos el acto en el
Congreso. Trinidad y Beiroa ya actuaban como una facción dentro del CESCM. Íntimamente sabía que debía
buscar una solución definitiva a esas estupideces. Hice lo imposible por sacar al CESCM de UALA. Me puse
en campaña y conseguimos un departamento en la calle Rivadavia al mil y pico. Nos salió de garantía la Sra.
Graciela Fernández Meijide. Yo era amigo de su hija, quien nos ayudo mucho durante esa época.
La gente
del FIP y las chicas del Sindicato de Amas de Casa que se estaba gestando desde Tucumán y otras provincias
argentinas, me invitan a participar de un congreso en Río Cevallos, Córdoba. Lo más importante fue poder
sentarme a la mesa junto al Colorado Ramos (Abelardo) y poder escuchar de su boca la historia de nuestro
país. Su ingenio y oratoria cautivo mi atención y comprendí porqué había hombres grandes y de los otros.
Gracias al “Colorado Ramos” aprendí a querer los libros de historia, y que cada uno de nosotros éramos
responsables por la historia que escribíamos con nuestras propias acciones. Al regresar a Buenos Aires, la
realidad era: Trinidad y Beiroa que se creían revolucionarios de verdad: “Boina, casaca, bombachas de
combate”. Estaba bien eso de enfrentarnos con los militares y el gobierno por el derecho a usar el uniforme
de combate en los actos, pero de ahí a andar vestido todo el día de combate era otra cosa. El CECIM La Plata
tejía y tejía, su único objetivo voltear a Vazquez. Yo debía medir muy bien los pasos a seguir, las cosas no
podían continuar de esa manera. Me fui a casa y durante varios días medite en soledad cuales eran los mejores
caminos. Visite amigos y busque opiniones sobre el futuro político del país. Jamás mencione a nadie lo que
pasaba en el CESCM. Ni mi vieja sabía que ocurría. La posibilidad de renunciar poco a poco fue tornándose
la mejor opción. Ella silenciaba el debate interno sobre la lucha armada que pretendían Trinidad y Beiroa. Mi
ausencia justificada en “problemas particulares” seguramente generaría un gran vacío de poder, suspicacias,
dudas y la lógica disputa de poder por la Coordinadora Nacional de Centros. El respeto que me había ganado
en los Centros del interior, a quienes había ayudado a constituirse desde sus inicios, impedía por cuestiones de
respeto mutuo que se iniciase una lucha interna mientras yo estuviese al frente, pero si yo no estaba
serguramente reclamarían su lugar de privilegio. Pensaba, y no me equivoqué, que con mi renuncia,
potenciaría la disputa por los cargos y se rompería la unidad existente dentro de la Coordinadora Nacional. El
objetivo no era destruir aquello que yo había construido, sino impedir que se la utilice para llevar a los ex
combatientes a una lucha armada de impredecibles consecuencias para los ex soldados combatientes y el país
en general. Esta posibilidad, la de renunciar, me dolía profundamente, era como dejar a un hijo. Durante mi
alejamiento posterior, sufrí durante muchos años esa sensación de pérdida, de tristeza, de angustia. Era un hijo
al que no debía ver por su propio bien pero que no dejaba de querer. El desenlace Recuerdo haber ido al
CESCM al solo efecto de redactar una adhesión al acto que se hacía sobre la Avenida 9 de Julio, pidiendo la
libertad de los presos políticos. Como era costumbre, el CESCM siempre adhería a todos los actos de las
organizaciones de Derechos Humanos, redacté la adhesión y pedí que alguien la llevaran. Al regresar al otro
día, veo sobre la mesa del CESCM que la nota de adhesión no había sido enviada. Era el momento oportuno.
Redacté mi renuncia por motivos particulares y se la entregue a Trinidad y a Beiroa. Sin llevar siquiera un
papel me retiré hasta el año 1992 de toda actividad dentro de las organizaciones de ex soldados combatientes
en Malvinas. Al mes de renunciar, me llaman de UNICEF o un organismo similar para decirme que me
habían propuesto o me iban a proponer como candidato a “Jóven del Año” y que querían reunirse conmigo. Mi
contestación fue tajante: yo renuncié al CESCM por lo que deben hablar con la nueva conducción. Me dicen
que era una elección de personas y no de instituciones. Les contesto que yo había trascendido por mi actuación
como presidente del CESCM no por mis cualidades personales, por lo tanto si había dejado el CESCM, no
correspondía aceptar la distinción. Correspondía que llamaran al CESCM porque cualquiera de sus integrantes
era tan merecedor como yo de tal distinción. Nunca supe que pasó con eso. Como era de esperar Trinidad y
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Beiroa asumieron la conducción del CESCM y las fotos de la época, septiembre de 1984, muestra a todos
juntos en la Coordinadora Nacional: Trinidad, Beiroa, Trejo, Magno. En definitiva, estaban todos juntos. La
pregunta es ¿Porqué se rompió todo? Cambios de Ejes y disputas de poder “… Así pensamos, escribimos, y
trabajamos para la efectiva sanción de las leyes nacionales y provinciales de beneficios para ex soldados ex
combatientes. Ej. Ley 23109, ley 23848 de la nación, las leyes 10428 y 12006 en la Pcia de Bs. As., por
nombrar las principales, fueron los mojones de un aprendizaje que crecía y ganaba calidad jurídica cuando la
sometíamos a la interpretación de los legisladores y las cámara de representantes…” La realidad sobre la ley
madre fue la siguiente: La Ley 23.109 pensada como la “Ley de protección al ex soldado combatiente en
Malvinas” fue una iniciativa del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Capital Federal. El
primer esbozo del proyecto fue redactado, al igual que la propuesta de modificación del Servicio Militar
Obligatorio por Jorge Vazquez, luego se efectuaron consultas los miembros del CESCEM de Capita Federal,
principalmente con Trinidad y Beiroa. Ajustado el texto lo propusimos a los Centros que conformaban la
Coordinadora Nacional. El CECIM La Plata no formaba parte de de la Coordinadora Nacional pero a debido
al carácter amplio y democrático que poseía la Coordinadora Nacional , también se les envía copia de dicho
proyecto, al igual que a otros sectores de la vida nacional. Con el borrador del proyecto discutido y aceptado
en el ámbito de la Coordinadora Nacional , se buscó el aval de los demás compañeros. A tal fin se convocó al
Primer Encuentro Nacional de Ex Soldados Combatientes en Malvinas realizado en Morón en diciembre de
1983. En ese encuentro, se presentó a los compañeros el proyecto de “Ley de protección al ex soldados
combatientes en Malvinas” y la “Propuesta de modificación del Servicio Militar Obligatorio”. Ese mismo
día, una representación de la Coordinadora Nacional se acerco al la Cámara de Diputados de la Nación y se
presentó el proyecto al Diputado Mario Gurioli. La delegación de la Coordinadora Nacional estaba encabezada
por Jorge Vazquez, Gallo y Zambrino del Chaco, y un compañero de Rió Cuarto. También estuvieron
presenten representantes de los demás centros participantes. No recuerdo haber visto a Carrizo ni a ninguno de
los fundadores del CECIM LA PLATA : Con posterioridad se designo que Jorge Vazquez, para que fuese
quien tuviese la responsabilidad junto al Senador Oraldo Britos, de dar el bosquejo final de la referida norma
legal. Creo oportuno recordar que el 14 de Junio de 1984 la Coordinadora Nacional de Centros convocó una
marcha hacia el Congreso de la Nación , en esa oportunidad tampoco el CECIM La Plata acude al llamado.
Los afiches de la convocatoria y su documento son un fiel reflejo de la ausencia del CECIM LA PLATA. A
fines de junio, principio de julio Jorge Vazquez renuncia la Coordinadora Nacional y al CESCEM. Esta
renuncia permitió que el arco opositor a la Coordinadora Nacional , fogoneaba el Partido Comunista y
encabezados por el CECIM La Plata se integraran a la Coordinadora Nacional. Rápidamente la inclusión se
tradujo en un hecho político concreto. La ley de protección al ex combatiente, que estaba en el senado ya
estaba en pleno proceso de sanción, ya escrita y pensada. El peronismo a través del Senador Oraldo Britos se
hacia cargo de impulsar el mismo. Pero o sorpresa, cuando ingresa a Diputados, fue el radicalismo quienes
asumieron la presentación del proyecto. Por lo expuesto, nadie niega, que tal vez los compañeros del CECIM
La Plata hayan aportado lo suyo. Pero de ahí a decir que “han pensado y escrito” la referida norma legal es
poco serio porque está muy lejos de la verdad. Para comprender mejor la historia, al menos la que yo he
vivido, debo aclarar algunas cuestiones surgidas a partir del libro de Federico Lorenz, titulado “Las Guerras
por Malvinas” En primer lugar debo decir que en sus orígenes el CECIM LA PLATA fue la antítesis del
Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Capital Federal y de la Comisión Coordinadora Nacional
de Centros. Esta aseveración tal vez enoje a algunos compañeros, pero si me permiten voy a fundamentar mis
dichos en hechos concretos e irrefutables a mi entender: Como todos sabemos, la voluntad de los fundadores
de las instituciones se refleja en el nombre con que es denominada la organización o institución. En esta
cuestión, quisiera hacer un apartado, para demostrar que nada tiene que ver el CECIM La Plata con las
históricas luchas iniciadas por los Centros de Ex Soldados Combatientes en Malvinas y la Comisión
Coordinadora Nacional, es más, podríamos decir que doctrinariamente estuvo en contra de ellas, por los
motivos que paso a detallar: En el génesis de nuestra historia surgió el interrogante ¿Qué éramos? : •
Soldados • Ex-Soldados • Ex-Combatientes • Combatientes. Al no existir en ese momento una
definición sobre el tema. Como primera medida asumimos la tarea de definir “¿que éramos?”. Que en
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definitiva se emparentaba directamente con que “queríamos ser”. Reeditando aquel ejercicio de búsqueda y
definición, hecho en 1982, podemos decir que: EX: Es un prefijo que denota fuera, más allá, o negación.
Antepuesto a títulos o cargos, indica que la persona que los tenía, ya no los tiene. EX–SOLDADOS: por el
simple hecho que ya no estábamos en la conscripción, estábamos de baja e integrados a la vida civil.
Reconocíamos en nosotros esa cualidad de haber sido soldado, aunque ya no pertenecíamos a las Fuerzas
Armadas.
Por otra parte, en una sociedad militarizada, era importante para nosotros que la sociedad
reconociera claramente que nuestra organización era civil y no militar. Si nos ubicamos temporalmente en
aquella época, cuando se hablaba de soldados eso implicaba referirse al “COLIMBA” ya que los demás
participantes en Malvinas eran denominados como Oficiales, Sub Oficiales, Civiles. COMBATIENTES:
Asumimos nuestra condición de haber combatido en el campo de batalla. No se trataba de un grupo de “ex
soldados” que se encontraban para rememorar su paso por el servicio militar obligatorio. Se trataba de ex
soldados que habían “combatido” a un enemigo extranjero en el campo de batalla. EN: Preposición que
indica en que lugar, tiempo o modo. DE: Manifiesta de dónde son, vienen o salen las cosas o personas. EN
MALVINAS: Se decidió “en” en vez “de” porque con “en” situábamos claramente el lugar de combate de ese
ex soldado. Debía ser un ex soldado combatiente en Malvinas y no de otro lugar. A partir de esta búsqueda y
análisis nació el nombre de “CENTRO DE EX SOLDADOS COMBATIENTES EN MALVINAS”
(CESCEM). Cronológicamente nos estamos refiriendo a una fecha aproximada a fines de julio de 1982, ya
que el CESCEM se lanzó formalmente el 26 de Agosto de 1982.- Tal vez el lector encuentre tedioso esta
búsqueda de definiciones de cuestiones que a simple vista parecen obvias. Pero son esas obviedades las que
con el correr del tiempo fueron determinado el futuro y características de las organizaciones. Esta cuestión,
de definir claramente como nos reconocíamos los integrantes de la organización fundamente de todo el
movimiento de ex soldados combatientes en Malvinas, no es analizado correctamente por muchos
profesionales -investigadores, psicólogos, historiadores- que estudian la cuestión de los ex soldados
combatientes. A modo de ejemplo transcribo un fragmento de un trabajo realizado por un profesional cuyo
nombre no cito para hacerle un favor, que dice: “… Pensar la vía de la melancolía es pensar con Freud la
situación de estos ex-combatientes, pensemos que así como en su mayoría no optaron por ser combatientes,
tampoco optaron por dejar de serlo, fueron combatientes bajo orden y ex-combatientes en el mismo registro.
De ida y de vuelta se pierden "la bolsa y la vida", en tanto el honor será reservado a los otros, los caídos, que a
diferencia de la marginación a la que ellos serán condenados, la sociedad guardará en su memoria en tanto los
verdaderos héroes de la gesta de Malvinas, el "héroe caído" finalmente tendrá la posibilidad de hallar su lugar
en el Otro de la cultura. Entenderemos aquí los caídos en tanto poseedores de ese mérito que le falta al Yo
del ex-combatiente para alcanzar su ideal, el sujeto con su tristeza pagará tributo a sus heroicos compañeros
abatidos. El semejante se ha quedado nuevamente con toda la gloria…” Cuando el profesional cuando dice
“…en su mayoría no optaron por ser combatientes, tampoco optaron por dejar de serlo, fueron combatientes
bajo orden y ex-combatientes en el mismo registro…” Involuntariamente comete un error cuando afirma que
se adquirió o perdió la condición de “ combatiente” y “ex combatiente” sin posibilidad de elección y por
imperio de una causa ajena a nuestra voluntad. En estas cuestiones debemos esforzarnos al solo efecto de
comprender cabalmente la cuestión a la que nos referimos. Cada uno de los jóvenes los convocados a cumplir
con el Servicio Militar Obligatorio (SMO) adoptaba diferente actitud: .- Algunos lo rechazaban al punto de
convertirse en desertores, .- Otros aducían impedimentos religiosos o morales .- Otros no la querían hacer
porque lo consideraban una pérdida de tiempo, .- Otros lo aceptaban con resignación, otros con agrado, .Otros querían hacerlo .- Lloraban de alegría por no ingresar al sacar número bajo, .- Otros fraguaban alguna
enfermedad o disminución física. O sea que la gama de alternativas y sentimientos al momento de ser
convocados al SMO no era homogénea. Tenía mayor aceptación en las clases bajas y rurales, que en la clase
alta o media citadina. Pero son muy pocos los que luego de su paso por el Servicio Militar Obligatorio no lo
recordaran con carió a pesar de las injusticias, arbitrariedades o padecimientos personales. Sin distinción
alguna, podemos decir que pese a la posición personal de cada uno de los convocados tenía sobre el SMO,
ninguno optó, porqué las leyes no son optativas, más aún las leyes que constituyen cargas públicas. De la
misma forma, el pago del impuesto es una carga pública que no es optativa. Y no son optativas porque hacen a
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la raíz misma de la constitución del Estado como tal. Digamos que nadie pudo no optar por ser soldados
conscriptos. La condición carga pública, que regía para el cumplimiento del SMO, hacía de esa ley una de las
más democráticas, ya que ricos y pobres, cultos e incultos debían someterse a un régimen militar. Claro está,
siempre había acomodados, y como siempre, no eran éstos los pobres. Por eso cuando se dice “en su mayoría
no optaron por ser combatientes” es un concepto erróneo. Es como aceptar el concepto de “obediencia
debida”, se estaba bajo bandera, pero el individualmente cada uno tenía la opción de estar ahí o no. Podía
asumir las consecuencias de incumplir la ley o las consecuencias de podían surgir en el campo de batalla.
Estábamos en condiciones de decidir y de hecho los soldados que estando en el campo de batalla asumieron la
elección de no ser combatientes al costo de auto flagelarse. Pero sin llegar a ese extremo, -salvo los soldados
conscriptos que tomaron el 2 de abril las islas Malvinas- los argentinos y los soldados conscriptos que estaban
en sus unidades de origen o es sus domicilios o dados de baja, tomaron conocimiento de los hechos a través de
los medios de prensa exaltaban la recuperación. La presión social y mediática, sin dudas condicionó la
predisposición del soldado conscripto para aceptar ser parte de los contingentes que durante el transcurso de
un mes fueron arribando a las islas Malvinas. Recordemos que muchos conscriptos estaban licenciados o
dados de baja, pero al ser convocados por la Unidad Militar donde prestaban servicio se presentaron
voluntariamente y con pleno conocimiento que las Fuerzas Armadas se encontraban en operaciones militares,
por lo que era factible que pudiese convertirse en un combatiente. Por su parte, los soldados conscriptos que
estaban en las respectivas unidades militares, pudieron evitar o eludir la posibilidad de convertirse en
combatientes de distintas formas, como por ejemplo: Desertado e ir a un país fronterizo, Acusar alguna
enfermedad, Auto infringirse una herida, Cometer un acto de indisciplina dentro del cuartel y ser confinado
en calabozo. Digamos que, si nos ponemos a pensar la gama de posibilidades que tenían los soldados
conscriptos para evitar ir a las Malvinas eran infinitas e ilimitadas. Sin embargo la presión social, la presión
del grupo del que era parte y el mandato social de “cumplir con el deber” le impedían renunciar a la
posibilidad de ser uno más de los que en ese momento tendrían el alto honor de defender los intereses de la
Nación. Todo estaba dado para que ese adolescente sucumbiera ante “el canto de la sirena” , pero no por ello,
podemos decir que el soldado conscripto fue engañado, sabía que estábamos en guerra y sabía que en la guerra
se mata y fundamentalmente se muere. Sus mayores, padres, madres, tíos, abuelos, también eran conscientes
de ello, sin embargo no alzaron su voz en contra. Entonces podríamos convenir que por imperio de la ley se
fue “soldado”, y “potencial combatiente” por decisión personal, inducida por la prensa y la presión social.
Ahora bien, al cumplir los términos de tiempo que establecía la ley que regía el SMO dejamos de ser
“Soldados” y nos transformamos en “Ex Soldados” y automáticamente nos reincorporábamos a la vida civil.
Pero hay una cuestión que aún no abordamos es: ¿Cuándo comenzamos a ser Combatientes? y ¿Cuando
dejamos de ser Combatientes? La respuestas a estos interrogantes deben ser develados antes de abordar la
transición del “Combatiente” en “Ex Combatiente” y creo que el concepto de “soldado” – “ex soldado” nada
tienen que ver al concepto de “Combatiente” – “Ex Combatiente”. Tal vez deberíamos abordar el pasaje o
transformación del “soldado” a “soldado combatiente”. Y esto nada tiene que ver con la normativa legal que
determina actualmente quienes son considerados “Combatientes”. Sostengo que la condición de combatiente
se obtiene en el campo de batalla y no mediante la sanción de leyes o decretos reglamentarios. Esta posición es
avalada por las leyes internacionales que rigen los conflictos armados – Convención de Ginebra y el Derecho
Internacional Humanitario que rige en tiempos de guerra. Este abordaje, tal vez diferente a el que existe en la
actualidad, nos llevaría seguramente a pensar en la posibilidad concreta de que alguien pudo haber estado en
Malvinas siendo “soldado” y no haber sido “combatiente”. A fin de clarificar esto podemos traer a la
memoria los casos en que los soldados flagelaron sus cuerpos con el único fin lograr su evacuación al
continente y de esa manera evitar el combate.
Cómo debemos denominar a estos soldados como
“combatientes” o “ex combatientes”. Sus heridas, ¿son fruto del combate? No seré yo quién dilucide esta
cuestión, pero la existencia de estos hechos, independientemente de la adjetivación o calificación que se
realice sobre los actos cometidos por estos soldados, demuestran claramente que el ser “combatiente” no es
sinónimo de “haber estado”. Y entonces el hecho de “haber estado” no determina ser “combatiente” .
También están los casos de soldados que por su rol de combate no debieron combatir por cuestiones
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relacionadas a tácticas o estrategias propias o del adversario, pero que sufrieron al igual que los demás las
contingencias que implica la tensión de estar en la espera para ingresar al combate. Deducimos entonces, que
el concepto de “combatido” es aplicable a toda persona que estando en la zona de combate, haya tenido la
predisposición física y psíquica para matar o morir en pos de un objetivo. Objetivo que podría ser justo o
injusto, noble o inmoral, podía ser reprobable o no. Pero en definitiva, la voluntad de combate no se determina
por el objetivo, sino por la predisposición a cumplir un objetivo haciendo uso de la violencia y aceptando sus
consecuencias. Desde ya, que si ese objetivo es loable y concuerda con el ideario de los soldados, estos
tendrán una mayor predisposición para lograr el pasaje entre “soldado” a “soldado combatiente”. Mucha es la
bibliografía existente sobre que la “patria del combatiente” es en realidad el núcleo primario que lo rodea en el
momento que preludia el combate y consolida esa “patria chica” la experiencia de atravesar el combate.
Hasta ahora, hemos visto lo fácil que es determinar el momento exacto en que somos o no somos soldados.
Es fácil definir el concepto de “soldados” y “ex soldados”. Las dificultades comienzan cuando hablamos de
“combatientes” o “ex combatientes”. Reconozcamos que el imperio de la ley podrá otorgarnos esa condición,
pero el “ser combatiente” fue y es una decisión personal, no hay ley o decreto que pueda convertir a nadie en
“combatiente o en ex combatiente” . Esa condición, se obtiene a partir de una respuesta física y psíquica.
En la misma línea argumental, podemos decir, que en el momento del combate no existe diferencia física o
psíquica entre un cobarde y un valiente. La única diferencia es el sentido o forma en que canaliza las
respuestas físicas y psíquicas: “unos hacia delante otros hacia atrás” “unos a la acción, otros a la parálisis”.
Pero ambos, son combatientes y merecedores del respeto de todos, porque nadie en su sano juicio puede
garantizar su reacción ante una situación límite, por lo que es válida la disparidad de respuestas ante esa
situación extrema. Y convengamos que “ambos” transitaron juntos el “combate” con diferente respuesta,
pero física y psíquicamente dieron cuanto tuvieron en pos del objetivo.
Si convenimos que el ser
“combatiente” no es una cuestión de haber “estado”, sino de haberse comprometido física y psíquicamente,
podríamos afirmar que la única manera de ser combatiente es por “opción y decisión”, sin que esto determine
grado alguno de valentía o cobardía. Por lógica, la decisión de ser Ex Combatiente depende de una “opción
personal” y no de una decisión externa. Y de igual manera la decisión de seguir siendo combatiente es una
“opción personal” . Concluyo entonces, en que el nombre designado al Centro de Ex Soldados Combatientes
en Malvinas de Capital Federal se trataba en forma clara y concisa en una organización que no se planteaba la
claudicación ni la renuncia a la lucha del objetivo. Todo esto surge claramente de su declaración de principios.
El CECIM – La Antitesis del Ex Soldado Combatiente A poco menos de un año de la efectiva y probada
fundación del CESCEM, apareció en la ciudad de la Plata una organización que se autodenominó: “Centro de
Ex Combatientes Islas Malvinas” hoy conocido como “CECIM – La Plata ”. Organización que mereció
siempre nuestro respeto y consideración a pesar de las evidentes, notorias e incompatibles diferencias
ideológicas que parten desde la concepción misma de los nombres y la acción desarrollada por estas
organizaciones Desde el Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de Capital Federal (CESCEM) se
pretendía continuar la lucha por las islas Malvinas en contra del invasor inglés, con otras armas, mas nobles
como lo eran el trabajo, el estudio, la defensa de la soberanía, la paz, la participación de la juventud en el
quehacer de la comunidad y la solidaridad social. Esta posición fundacional queda reflejada en la declaración
de principios fechada el 26 de agosto de 1982 y surge de ella que no tenían los integrantes de esa organización
intención alguna de dejar de combatir por las islas Malvinas. Refuerza esta posición la primera publicación
que emitió el CESCEM que se denominó “La voz del Combatiente en Malvinas”. No hay ni resquicio posible
para la duda o la ambigüedad: Jamás los integrantes del CESCEM fueron y se sintieron “Ex Combatientes”.
Por el contrario se asumían como “Combatientes”, solo habían dejado de ser soldados. Se dejaba de lado la
condición militar, pero no la voluntad de combate. Y cuando hablaban de “EX Combatientes” lo hacían para
abarcar al universo de aquellos que habían estado en las islas Malvinas combatiendo, pero de los que no
podían dar fe que seguían con la necesidad de seguir “Combatiendo”
En contrapartida el nombre de Centro
de Ex Combatientes Islas Malvinas “CECIM” Nos remite a un nucleamiento de personas que dejaron de
combatir y deja en forma inconexa la cuestión de “Islas Malvinas” no se sabe si son “pro”, “contra”, “por”,
“en”, “de”. Hasta aquí “ es la organización de los que no combaten por las islas Malvinas ”, pero quizás esa
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interpretación pudiera parecer un poco caprichosa o antojadiza, por lo que sin desecharla, he tomado otro
punto de referencia similar al utilizado en el caso del CESCEM, como lo fue su publicación “ La Voz del
Combatientes en Malvinas”. En el caso del CECIM La Plata el Boletín Oficial su nombre es “ANTIEROES”,
y tomando el mismo criterio de búsqueda y análisis recurrimos al diccionario encontraremos estos
significados: ANTI: Prefijo que denota oposición. HEROE: Varón ilustre y famoso por sus proezas. El que
realiza un acto heroico. Se deduce entonces que antihéroe podría interpretarse como : Lo opuesto a varón
ilustre y famosos por sus proezas. Quien se opone a que se realicen actos heroicos. A efectos de mayor
abundancia y precisión en el concepto es que buscamos: ILUSTRE: De origen distinguido. Insigne. Célebre.
Título de Dignidad. PROEZA: Acción heroica. DISTINGUIDO: Ilustre, Esclarecido. INSIGNE: Célebre,
Famoso. Partiendo de la etimología del nombre del CESCEM y del CECIM-La Plata, y de la confirmación
conceptual de las mismas, mediante sus respectivas publicaciones, podemos decir sin temor a equivocarnos
que formalmente el CICIM – La Plata es la antitesis del CESCEM y de aquella lucha asumida por la génesis
del movimiento de ex soldados combatientes en Malvinas. Todo aquello que represente lucha y voluntad de
combate, implica necesariamente la posibilidad de realizar acciones heroicas. Esta posibilidad es plenamente
aceptada y potenciada por el Centros de Ex Soldados Combatientes en Malvinas . En contrapartida el “Centro
de Ex Combatientes” se plantea la necesaria condición de “haber sido combatiente” y se encuentra en
oposición a la exaltación de los actos heroicos. Formalmente parecería que la heroicidad deja de ser una
virtud o una acción digna de ser rescatada y realzada. Digamos que prefieren a “Sancho Panza” en vez del
“Quijote”.
Con ello no quiero decir que hagan ellos un culto a la cobardía. Simplemente el estudio
etimológico nos demostraría que los fundadores del CECIM La Plata desdeñan o no coinciden con aquellos
que realizan actos heroicos o con quienes reivindican esos actos heroicos. Podemos decir que a diferencia del
CECIM La PLATA , el CESCEM de Capital Federal fue un nucleamiento de personas, todos ellos ex
soldados, que habían estado en el campo de batalla en las islas Malvinas y pretendían continuar la batalla por
otros medios, todos ellos pacíficos.
A efectos de contrastar si efectivamente los nombres de dichas
organizaciones coincidían con su discurso, tomamos documentos de fecha cierta y firma indubitable: EL
CESCEM de Capital Federal asumía en su Declaración de Principios fechada el 26 de Agosto de 1982 que:
“….Si bien el 14 de junio pasado concluyeron las acciones bélicas en el Atlántico Sur, la guerra aún no ha
terminado. Las armas serán otras. No al igual que las que empuñamos en el campo de batalla. Por ello, es que
los ex-soldados combatientes en Malvinas, consubstanciados con los más puros sentimientos nacionales, y
conscientes de la responsabilidad histórica de la hora actual que pesa sobre esta generación a la cual
pertenecemos en forma ineludible e inseparable, hemos decidido nuclearnos para continuar esa batalla…”
Por su parte el CECIM – La Plata, por intermedio uno de sus fundadores Rodolfo Carrizo dice : “… se
comparaba la lucha guerrillera tanto en Argentina como en cualquier otro punto de América Latina de los años
80, que a pesar de ser una fuerza militar irregular, la pertenencia a las mismas eran producto de actos
conscientes, donde el vínculo entre los combatientes tenía un objetivo político militar sostenido en ideales
comunes, en la búsqueda de un cambio de la estructura social y económica imperante, en la necesidad de
vencer los lazos de dependencia económica, en la romántica revolucionaria, en la inspiración del legado
Guevarista, etc., etc. Y que esos combatientes a diferencias de nosotros tenían móviles y reivindicaciones
inspiradas en ideales, no en necesidades, en donde los fortuito estaba absolutamente relegado … Que la unidad
por el reclamo del reconocimiento (histórico), por tomar uno de los puntos más movilizantes al común de los
ex combatientes, es débil, transitorio y con tendencia al escurridísimo, y coincidían que tal reclamo es
producto de la misma casualidad de haber compartido un hecho político social en el mismo tiempo
cronológico.” (Boletín Oficial del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas La Plata Año 6 nro. 37
Abril-Mayo 2005 Pagina 3) En la actualidad es vasta la producción bibliográfica sobre psicología del
combatiente, donde queda demostrado que “ La Patria del Combatiente es su núcleo primario cercano”.
Durante el desarrollo del combate no existen ideales, ni análisis político, ideológico, solo hay olor a pólvora,
hambre, sudor, frió, preocupación por el amigo y por el grupo. Amor propio, ganas de cumplir con la misión.
Necesidad de sobrevivir, sin certeza de futuro aferrándose a la vida. El CESCEM asumió esa realidad de
“combatiente” y a partir de allí avanzó en una acción que permitiera al conjunto del pueblo argentino abrazar
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las banderas de la recuperación de las islas Malvinas y el recuerdo de sus Héroes, como forma de lograr que
aquella “Patria Chica” constituida por pequeños grupos de soldados que durante la batalla generaban lazos de
fraternidad y solidaridad, fuese integrada por todos los argentinos, permitiendo ello construir una “ Patria
Grande” para todos. En aquella época hablábamos de “Una Nueva Argentina”. Por su parte el CECIM La
Plata, al asumir la condición de “ex combatientes” se ven impedidos de formar parte de organizaciones que se
plantean la construcción de esa “Patria Grande” , tal como lo pretendía el CESCEM. Y surge de los dichos de
Carrizo que los vínculos entre los combatientes del CECIM La Plata se estructuran por intereses materiales y
no por ideales. Y asume además como ideales válidos, aquellos que se inspiran en el legado guevarista o en
la romántica revolucionaria. Desechando de esta forma todo otro ideal que los ex soldados combatientes
puedan tener sobre la construcción de la Patria en otros conceptos.
Debo afirmar que en ser comunista,
guevarista, revolucionario, “anti” o “pro” no es ningún desmerito para quien sustenta dichos ideales. Toda
entidad humana, que es capaz de razonar y sentir la vibración de su alma, es capaz de sentir y luchar por un
ideal. No importa si esta o no equivocado, porque el error es una prerrogativa del hombre que hace.
También podemos ver que durante el período 1982 -1984 el accionar del CESCEM y la Coordinadora
Nacional de Centros fue coherente desde la doctrinario y la acción. Digamos que plasmo la idea en acción. De
ello el respeto y reconocimiento que se ha ganado a través del tiempo.
Sin embargo no puedo decir que
igual coherencia haya mantenido el CECIM La Plata. Por ejemplo cuando dicen:
“No somos partidarios de
leyes de excepción, donde solo se vea favorecido una franja de ex soldados y advertimos la necesidad de
promover un franco debate en la fijación de objetivo en el reclamo legislativo, y evitar que se acreciente la
desigualdad entre nosotros. “ (Textual del Website del CECIM LA PLATA )
En otro momento que
comentan: “… el Senador por el Frente para la Victoria, Darío González, quien presentó una propuesta
laboral interesante; Se trata del expediente E233/05-06 del día 23 de Noviembre, que abre la posibilidad
laboral a los familiares directos de ex combatientes que una vez llegado el momento de jubilación de los
compañeros titulares que se desempeñen en los ámbitos legislativo, ejecutivo y judicial… “Art. 174 bis: La
vacante producida por acogerse al beneficio previsional los soldados conscriptos ex combatientes de las
Fuerzas Armadas y de seguridad que hayan participado de las acciones bélicas desarrolladas en el Teatro de
Operaciones Malvinas o aquellos que hubieran actuado en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur y que se
desempeñen como personal de la administración pública Provincial dependiente del Poder Ejecutivo, del
Poder Legislativo y del Judicial, será cubierta por un familiar directo, la esposa o conviviente con mas de
cinco años de convivencia probada, a propuesta del conscripto ex combatiente. …” (ANTIHEROES Año 6 Nº
44 Diciembre 2005 Pagina 15) El solo hecho de catalogar como “INTERESANTE” al proyecto, es temerario
y preocupante. De toda la normativa vigente y de todos los proyectos que durante años circularon por las
distintas legislaturas de las distintas provincias argentinas y del Congreso de la Nación jamás a nadie se le
habría ocurrió sentarse a discutir un proyecto de estas características, porque atenta contra el derecho al trabajo
que tiene todo ex soldado combatiente en Malvinas y al espíritu de la ley 23.109. Ya que la prioridad en
igualdad de condiciones que favorece legalmente al ex soldado combatiente se quebraría a favor de un familiar
de un ex soldado combatiente . De aprobarse el carácter hereditario de los puestos de trabajo en favor de los
familiares directos de los ex soldados combatientes en Malvinas, sería esto atentatorio a la posibilidad de
ingreso de aquellos ex soldados combatientes en Malvinas que no han podido ingresar a la administración
pública, consolidando esto un esquema de exclusión para los que no están incluidos y de inclusión hereditaria
para los que están incluidos. “Al rico pan y al pobre mierda”
Por lo expuesto, el discurso ético y
revolucionario del CECIM La Plata junto su supuesta perorata de la mística revolucionaria, nacido del legado
Guevarista, es dejado de lado cuando miran con “interés” un proyecto que fundaría las bases para la futura
“Casta Malvinera” y tiene mas que ver con las monarquías que con los procesos revolucionarios. Esta
contradicción entre el discurso y la acción es recurrente en el CECIM La Plata. Esta afirmación no es
antojadiza, por ejemplo cuando se denomina “Lista Antihéroes”, o cuando editan una publicación bajo en
nombre ANTIHEROES parecería que no fuesen las mismas personas quienes fueron los promotores para que
se les diera el titulo de “Ciudadanos Ilustres” a los ex soldados combatientes platenses, o “socios honorarios”
de los clubes platenses. Pero estas cuestiones, se sintetizan en un párrafo escrito en “ANTIHEROES” Año 5
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Nº 30 – Agosto 2004 – Pág. 13 donde dicen “No pedimos ni honores ni gloria, pero como afirmara el General
de los hombres libres, el general César Sandino: Un soldado que ha peleado por su patria y no le pide ni un
palmo de tierra para ser enterrado merece ser escuchado y respetado”. Realmente no creo que deba realizar
yo ningún comentario sobre este tema, demasiado claro a sido el General Sandino con los revolucionarios del
CECIM LA PLATA Pero la inconsistencia doctrinaria e ideológica del CECIM La Plata es alarmante porque
no termina en los hechos narrados precedentemente. Si nos remitimos a la Comisión Coordinadora Nacional
de Centros de Ex Soldados Combatientes en Malvinas y a la supuesta “Fundación hecha por el CECIM La
Plata ” hay cuestiones formales que trasuntan una forma de ser, actuar y pensar. Aquí propongo analizar
alguna de ellas. En nota dirigida al Presidente de la Nación Don Raúl Alfonsín fechada el 4 de Mayo de 1984
y firmada por Jorge Omar Vazquez, presidente del Centro de EX Soldados Combatientes de malvinas y de la
Coordinadora Nacional de Centros de EX Soldados Combatientes en Malvinas dice: “… Así como el 2 de
abril de 1984 la Comisión Coordinadora Nacional de Centros de Ex Soldados Combatientes en Malvinas
expresó su disconformidad con… por tal motivo… Señor Presidente, es nuestro deber aportar humildemente a
la causa de todos los argentinos, que es la de romper una vez por todas de nuestra dependencia de los centros
que dominan el poder mundial y erigirnos como país libre y soberano. Por tal motivo creemos indispensable
profundizar los conceptos enunciados por el gobierno nacional, pues la realidad nos demuestra que hoy la
Nación Argentina está dividida en dos, al igual que ayer, es por eso que hay dos tipos de Integración Cívico
Militar y dos tipos de Unidad Nacional, una que es nacional y popular contra la dependencia y otra que es
antinacional, antipopular por la dependencia. No debemos olvidar que en nuestra historia existen el General
San Martín, el General Güemes, el Almirante Brown, los Generales Savio y Mosconi, el General Perón, el
Brigadier San Martín, Arturo Jauretche, pero también existieron Domingo Faustino Sarmiento, Justo José de
Urquiza, Bartolomé Mitre, Bernardino Rivadavia y aquellos militares que usurparon gobiernos elegidos por el
pueblo o aquellos civiles y militares que conspiraron contra la causa de Malvinas; es por eso que preguntamos
humildemente al Señor Presidente con quiénes vamos a realizar la integración cívico militar, con aquellos que
deshonraron su uniforme en militar, ensuciando a la institución y a sus camaradas de armas,- los cuales
creemos firmemente serán desterrados del seno de las Fuerzas Armadas por aquellos sectores nacionales- y
con los civiles que fueron la quinta columna en Malvinas y tienen una historia de traidores cipayos o con los
sectores militares y civiles con conciencia nacional y con férrea voluntad de ser libres y soberanos ante las
potencias que nos quieren oprimir.” (Editado por el Centro de EX Soldados Combatientes en Malvinas:
Documentos de Post Guerra Nº 1 – Pág. 4 y en Periódico “Combatiendo” del 1 de septiembre de 1984) A no
dudar, estamos ante la presencia de un documento de neto corte peronista, ligado al revisionismo histórico, a la
izquierda nacional. Nada tienen que ver la concepción guevarista sostenida por los marxistas leninistas
representados por Fernando Nadra, Patricio Echegaray o Eduardo Mosquera. Sin embargo, esto no fue
impedimento para que el CECIM LA PLATA presentara un documento en el XII Festival Mundial de la
Juventud y los Estudiantes, Moscú en el año 1985 sosteniendo los siguientes conceptos: “El movimiento
nacional de Ex Combatientes de la Argentina … La historia de nuestro movimiento esta inspirada en los
auténticos héroes de la Patria , los caídos en Darwin, Pradera del Ganso, Monte Kent, Monte Williams, en la
batalla de Monte Longdon, en los héroes del Crucero General Belgrano. Estamos consustanciados con las
tradiciones patrióticas y latinoamericanistas de San Martín, Bolívar, Artigas, Sandino, Martí y comprometidos
con la defensa de la soberanía como aquellos militares patriotas argentinos, como Mosconi, Savio, Valle y
tantos otros…” (Antihéroes Año 5 Nº 30 pág. 12 y 13) Es sorprendente y encomiable el esfuerzo que hace
el CECIM La Plata para tergiversar los conceptos volcados en los documentos públicos firmados por los
iniciadores de las organizaciones de ex soldados combatientes. Para mayor comprensión veamos cuales
fueron las adulteraciones realizadas: 1.- Cambian el concepto original de “Ex Soldados Combatientes” por el
de “Ex Combatientes”. Fue quizás ésta, la primera acción deliberada en contra de las organizaciones de Ex
Soldados Combatientes en Malvinas. Tergiversaron ese concepto incorporando uno exactamente opuesto al
que se había dado originariamente. 2.- La Comisión Coordinadora Nacional de Centros de Ex Soldados
Combatientes en Malvinas elabora un documento en el que incluye determinados próceres de la vida nacional
y toma partido por cada uno de ellos. Esta toma de partido implica una definición cabal de la concepción del
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país que pretendían las organizaciones y los dirigentes que fundaron y dirigieron esas organizaciones. De esa
forma, la Comisión Coordinadora Nacional de Centros de EX Soldados Combatientes en Malvinas,
equivocado o no, había tomado partido en la vida política del país. Estaba embanderada con los sectores
nacionales y populares, no se avergonzaba de sus ideales, no los enmascaraba, los plasmaba de tal manera que
era imposible confundirlos. Sin embargo el CECIM LA PLATA tergiversa esa voluntad expresada y
ratificada en la calle el 2 de abril de 1984 al desechar algunos de los próceres mencionados, y sustituirlos con
una frase demagógica y antagónica a sus propias creencias cuando dicen: “La historia de nuestro movimiento
esta inspirada en los auténticos héroes de la Patria , los caídos en Darwin, Pradera del Ganso, Monte Kent,
Monte Williams, en la batalla de Monte Longdon, en los héroes del Crucero General Belgrano” . Aquí cabe la
pregunta ¿Si creían verdaderamente en ello, porque su Boletín Oficial se llamó y llama “ANTIHEROES”?
Pero las sustituciones no terminan allí: al General Perón lo cambiaron por el General Sandino , al Almirante
Brown y al General Güemes los sacaron para darle lugar a Martí . Arturo Jauretche le tuvo que dar paso al
General Valle . No se trata de discutir la cualidad o calidad de los próceres incluidos por el CECIM La Plata ,
porque podemos acordar con alguno de ellos, se trata de los próceres suprimidos por el CECIM La Plata en ese
documento: El General Perón, el General Güemes, el Almirante Brown, don Arturo Jauretche, el Brigadier
San Martín . Ellos son parte importantísima de nuestro ideario político, no solo de los ex soldados
combatientes en Malvinas, lo son de la inmensa mayoría del pueblo argentino. Si la Coordinadora Nacional
de Centros a partir de julio de 1984 cambio doctrinariamente sus posiciones históricas es válido, entendible y
aceptable. Lo reprochable es negar la ideología de dicha organización al momento de su fundación y durante
sus primeros años de vida pública, reprochable es adulterar los conceptos doctrinarios que fundaron el
movimiento de ex soldados combatientes en Malvinas. Quienes originariamente fundamos, dirigimos y
construimos dichas organizaciones, pensábamos tal cual lo habíamos expresado en los documentos públicos
emitidos por la Coordinadora Nacional de Centros de Ex Soldados Combatientes en Malvinas. Por lo que la
posterior manipulación manifiesta de los hechos es privar a las organizaciones el conocer su verdadera
identidad. Suprime el CECIM La Plata, tal cual lo hicieron los represores que dicen combatir, la identidad de
las víctimas. Y en este caso, las organizaciones originarias como la Coordinadora Nacional está siendo
víctima de la supresión su verdadera identidad, porque la identidad con la que formamos a nuestras
organizaciones y conducimos por años, fue borrada, suprimida, negada, bastardeada y olvidada. La memoria,
ejercicio que propongo ejercer en forma conjunta para llegar a puntos de encuentros que marquen un nuevo
rumbo, debe ser ejercitada con rigor histórico, sino termina siendo un mero panfleto sectorial. La historia a la
que ustedes hacen referencia, quizás la más heroica y combativa de la vida política de los ex soldados
combatientes en Malvinas, no tuvo lugar por un mendrugo de pan, ni un lugar de privilegio en cercanías del
poder. Esa memorable, lucha tuvo lugar por reconocer y entender nuestra misión y compromiso en la
construcción de un país digno para todos los argentinos. Con la misma convicción de antaño, les pido que
reconstruyamos la historia de nuestras organizaciones y honremos la verdad. Son ahora ustedes los dueños de
las palabras y de los silencios. Yo solo espero con la convicción de quien sabe que la verdad y la justicia
siempre sale a flote en el momento menos esperado. TEMAS TRATAR EN PROXIMAS ENTREGAS ·Los
viajes a Moscú y a Nicaragua impulsados por el CECIM La Plata, Trinidad y Beiroa fueron los detonantes que
rompieron la unidad de las organizaciones de ex combatientes de malvinas ·Cómo surgió la “Agrupación 2 de
Abril” y su transformación en la Federación Nacional de Veteranos de Guerra de Malvinas. ·La relación entre
el Coronel Seineldín, Gustavo Béliz, Víctor Ramos y los Veteranos de Guerra. ·Como se diputaron los
espacios de poder durante el Menemismo. El costo de los beneficios obtenidos para los Veteranos de Guerra y
su estrecha relación a la entrega de soberanía o gestos de claudicación ante Gran Bretaña.
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