IMPACTO AMBIENTAL DE LAS PLANTAS TERMOELÉCTRICAS DE CICLO COMBINADO EN LA REGIÓN FRONTERIZA MEXICALI- VALLE IMPERIAL Dr. Margarito Quintero Núñez Instituto de Ingeniería, UABC. maquinu@iing.mxl.uabc.mx Dos plantas de generación de electricidad han estado generando controversia a lo largo de la frontera México-Americana desde el inicio de su construcción en Mexicali en el 2001. Las autoridades mexicanas aprobaron en el 2001 la construcción de dos proyectos termoeléctricos: Termoeléctrica de Mexicali (Sempra), 500 MW y Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado "La Rosita" (Intergen), 750 MW. Las plantas estan siendo construidas en la Colonia Progreso, Mexicali, 2.5 km al suroeste de Calexico y están proyectadas para empezar operaciones en el 2003. A mediados del 2001 se propuso una nueva planta continua a "la Rosita" la cual ya inició su construccion en dos fases, lo cual aumentar su capacidad en un 68 %. Gran parte de la electricidad generada por las termoeléctricas descritas (por arriba del 70%) será enviada a surtir el mercado de California, EEUU. En base a las especificaciones de su construcción y a los impactos de estudio ambiental realizados se sospecha que impactarán con sus descargas al medio ambiente, en relación al aire (partículas, NOx y formación de O3) agua y residuos sólidos. Por un lado se tiene la calidad del aire de la cuenca atmosférica compartida, donde se incluye Mexicali y valle Imperial, una región que de antemano no cumple con los requerimientos de calidad del aire de ambos países (La agencia de protección ambiental de los EEUU (USEPA) y varias agencias estatales han declarado que este estado de incumplimiento es en parte debido a la contaminación desde México), y por el otro el uso del agua, ya que utilizarán agua residual de las lagunas de oxidación de la colonia Zaragoza para alimentar el sistema de enfriamiento húmedo de la planta, cuando la regla para zonas desérticas es utilizar enfriamiento en seco, lo cual compromete el uso del agua de Mexicali para un potencial reclicaje para los próximos 30 años. En adición a esta situación, estas plantas de generación eléctrica descargarán agua de desecho salada al rio Nuevo, el cual fluye hacia el norte a través de la frontera Americana y descarga en el Mar del Salton, complicando un poco el problema de este último que es de alta salinidad. En el estudio de impacto ambiental no se tiene una descripción de la composición de los lodos, lo cual complica el definir su impacto en el ambiente, en el proceso de su confinación. La cuestion es porque del interés en construir este tipo de plantas de generación eléctrica, cuando gran parte de la energía se exportará a los UUEE. Esto obedece básicamente al hecho de que los permisos de las agencias gubernamentales [SEMARNAT, Comisión Reguladora de Energía (CRE)] son mas fáciles de obtener en México en cuanto a rigurosidad y tiempo. Asimismo la legislación ambiental en México considerando la descarga en chimeneas por la quema de combustibles es mucho menos estricta, cuando no inexistente (caso del CO), comparadas con el vecino del norte. También a esto habrá que agregar que estas compañías no se ven obligadas a compensar sus emisiones al ambiente como sería el caso de que se hubieran instalado en valle Imperial, Cal., ya que la legislación ambiental mexicana no contempla aun este concepto, desafortunadamente. De ahí que se vislumbra un panorama gris para la zona fronteriza en caso de que no se establezcan reglas claras a nivel bilateral para aquellas plantas por instalarse (que es el caso de San Luis, Sonora, donde se contempla la construcción de una planta de 2000 MW, para el 2005). Habrá que evitar que la franja fronteriza del lado Mexicano se convierta en el "paraíso de la contaminación", como ha sido descrito, entre otros, por el "grupo de trabajo de las termoeléctricas", una asociación bilateral interesada en un medio ambiente sustentable en la frontera común entre EEUU y México.