Enfermedades relacionadas con los hidratos de carbono

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ENFERMEDADES RELACIONADAS CON LOS HIDRATOS DE CARBONO
Diabetes:
Cuando se dice que se tiene una diabetes se está refiriendo a una enfermedad crónica, que le acompañará al
enfermo toda su vida, y que adopta diferentes formas aunque todas tienen un punto en común que es la
alteración de la utilización de los carbohidratos que se traduce en una elevación de los niveles de azúcar en
sangre, lo que habitualmente en la clínica se conoce como hiperglucemia.
La diabetes es un desorden del metabolismo, el proceso que convierte el alimento que ingerimos en energía.
La insulina es el factor más importante en este proceso. Durante la digestión se descomponen los alimentos
para crear glucosa, la mayor fuente de combustible para el cuerpo. Esta glucosa pasa a la sangre, donde la
insulina le permite entrar en las células. (La insulina es una hormona segregada por el páncreas, una glándula
grande que se encuentra detrás del estómago).
Tipos de diabetes:
La enfermedad adopta diferentes formas, pero las dos fundamentales son la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2.
La Diabetes tipo 1 suele aparecer en gente joven, normalmente por debajo de los 35 años. Tiene, por lo
general, una aparición brusca con una sintomatología variada en la que destaca la intensa sensación de sed, el
aumento del volumen de orina y el acusado apetito a pesar de lo cual el paciente pierde peso. Se considera una
enfermedad del sistema inmunológico, en el curso del cual las células del páncreas productoras de insulina
(células ß de los islotes de Langerhans) son atacadas y destruidas por otras células de nuestro propio
organismo. Existe una cierta predisposición genética a padecer la enfermedad, pero no se conoce la verdadera
causa.
Los pacientes diagnosticados de diabetes tipo 1 precisan desde el momento del diagnostico ser tratados con
insulina. No responden a ningún otro tratamiento farmacológico puesto que no son capaces de producir
insulina.
La Diabetes tipo 2, también conocida como diabetes del adulto por su presentación en personas de edad mas
avanzada, suele tener un comienzo mucho menos evidente, por lo que no es raro que se diagnostique a estos
pacientes varios años después del comienzo de la enfermedad, por ejemplo, el paciente tiene un infarto de
miocardio y en los análisis se detecta un franca hiperglucemia.
No tiene su origen como la anterior en un trastorno inmunológico, aunque podrían participar en el origen
diferentes causas que van a contribuir a la aparición de hiperglucemia.
Podemos encontrar otros tipos de diabetes, menos frecuentes:
• La Diabetes insípida o diabetes de agua es un trastorno relacionado con la hormona antidiurética
(también llamada vasopresina), que ocasiona la excreción de grandes cantidades de orina muy diluida
(poliuria) y consecuentemente aumento de la sensación de sed (polidipsia) para reponer el exceso de
agua perdido por orinar.
• La Diabetes Mellitus Gestacional que es aquella diabetes diagnosticada durante el embarazo y que
puede desaparecer después del parto.
• La Diabetes tipo MODY (diabetes del adulto que debuta en personas jóvenes) que se caracterizan
por una necesidad baja de insulina y un historia familiar de diabetes.
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• La Diabetes tipo LADA (diabetes autoinmune latente del adulto) que es una diabetes tipo 1 de
comienzo en la edad adulta.
• Diabetes relacionada con la malnutrición. Fibrocalculosa: se caracteriza por la presencia de
cálculos en el conducto pancreático y es consecuencia, al parecer de la metabolización de los
glucósidos cianógenos de la tapioca (base de la alimentación de muchos pueblos de África y
América).
Existen además otras formas de diabetes asociadas a cirugía del páncreas, enfermedades bacterianas o
víricas, secundarias a diferentes enfermedades endocrinas o a síndromes genéticos como el síndrome de
Down.
Causas y factores de la aparición de la diabetes:
Fundamentalmente dos:
• Resistencia a la acción de la insulina en el músculo y el hígado.
• Disminución de la secreción de insulina por el páncreas.
Otros factores la obesidad, el sedentarismo, el consumo de dietas ricas en grasa y bajas en fibras, entre otros,
son factores de riesgo que favorecen la aparición de la enfermedad.
El tratamiento de estos pacientes comienza en una primera etapa por la dieta y el ejercicio, para
progresivamente, y según las necesidades, ir incorporando fármacos antidiabéticos orales. En estados
avanzados pueden necesitar tratamiento con insulina cuando el páncreas no es capaz de fabricar la insulina
necesaria.
Como diagnosticar una diabetes:
Se basa en uno o más de los siguientes datos:
• La presencia de síntomas típicos acompañados de unos niveles de glucosa en sangre determinada en
cualquier momento del día igual o mayor a 200 mg/dL.
• Niveles de glucosa en sangre en ayunas iguales o superiores a 126 mg/dL confirmados en dos o más
ocasiones.
• Alteraciones en el resultado de una prueba especial que se llama Sobrecarga oral de glucosa (SOG). Esta
prueba consiste en dar de beber 75 grs. de glucosa disueltos en agua y después determinar el nivel de azúcar
en sangre a las dos horas. Valores por encima de 200 mg/dL son diagnósticos de diabetes. Cuando los
valores se sitúan entre 140 y 199 mg/dL, hablamos de intolerancia a la glucosa, que se considera un paso
previo a la diabetes. Solo se realiza cuando los apartados anteriores no han sido suficientes para establecer
el diagnóstico.
Síntomas típicos:
La hiperglucemia (niveles altos de glucosa en sangre) es la responsable directa de los síntomas típicos de la
diabetes. La aparición y gravedad de estos síntomas es diferente en cada situación y tipo de diabetes: son
mucho más evidentes en la diabetes tipo 1 y en situaciones de muy mal control de la diabetes tipo 2.
Los síntomas típicos son:
• Poliuria: necesidad de orinar con mucha frecuencia.
• Polidipsia: tener mucha sed.
• Polifagia: tener mucha hambre.
Estos síntomas constituyen la sintomatología cardinal a la que se añaden con frecuencia pérdida de peso y
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cansancio acusado.
Consecuencias para el organismo:
Los niveles de glucosa aumentan en la sangre más de lo normal y se empieza a perder con la orina
(glucosuria), arrastrando consigo agua y minerales, por lo que el paciente orina mucho, pierde mucho líquido
y aumenta la sensación de sed. Si el cuadro se mantiene puede conducir a la deshidratación.
Al no poder aprovechar la glucosa para obtener energía, el organismo interpreta que le falta glucosa, alertando
a los centros del apetito y haciendo que la persona sienta hambre.
Además, el organismo empieza a utilizar las grasas almacenadas, produciendo acetona, pérdida de peso y
cansancio, conduciendo a una situación de cetosis que puede alterar el estado de conciencia hasta una
situación de coma.
La importancia del control de la diabetes:
Este defecto de la insulina provoca que la glucosa se concentre en la sangre, de forma que el cuerpo se ve
privado de su principal fuente de energía. Además los altos niveles de glucosa en la sangre pueden dañar los
vasos sanguíneos, los riñones y los nervios.
No existe una cura para la diabetes. Por lo tanto, el método de cuidar su salud para personas afectadas por este
desorden, es controlarlo: mantener los niveles de glucosa en la sangre lo más cercanos posibles los normales.
Un buen control puede ayudar enormemente a la prevención de complicaciones de la diabetes relacionadas al
corazón y el sistema circulatorio, los ojos, riñones y nervios.
Un buen control de los niveles de azúcar es posible mediante las siguientes medidas básicas: una dieta
planificada, actividad física, toma correcta de medicamentos, y chequeos frecuentes del nivel de azúcar en la
sangre.
Como mejorar el control de la diabetes:
Gracias a una serie de avances tecnológicos de los últimos años es más fácil mejorar el control del nivel de
azúcar en la sangre.
Mucha gente que padece el tipo I de diabetes ha podido mejorar su control mediante terapias intensivas de
insulina, mediante múltiples inyecciones diarias, o mediante bombas de insulina. La The Food and Drug
Administration (FDA) ha aprobado el Humalog, un nuevo tipo de insulina de acción rápida que debe ayudar a
controlar el aumento de azúcar que ocurre inmediatamente después de comer. Las investigaciones más
avanzadas buscan desarrollar una pequeña bomba de insulina implantable que hiciera innecesarias las
inyecciones.
Existe una nueva píldora para el tratamiento de diabetes del tipo II. El Glucóphago (metaformina) funciona
aumentando la sensibilidad del cuerpo a la insulina. A diferencia de otras píldoras, que tienden a causar un
aumento de peso, el Glucóphago frecuentemente causa una disminución de peso. Algunas personas afectadas
por diabetes del tipo II que han estado tomando insulina, pueden dejar de tomarla cuando se añade
Glucóphago a su programa. Precose (acarbose), otro tipo de píldora novedosa, funciona bloqueando la
absorción de fécula, con lo cual se reduce el la oleada de azúcar que se produce inmediatamente después de
comer.
Continúa el progreso en la confección de aparatos con los que los pacientes pueden medir su nivel de glucosa
en su propio hogar. Cada vez son más pequeños y más rápidos que los modelos antiguos, y funcionan con
muestras de sangre más pequeñas.
Uno de los mejores indicadores del control de su diabetes es el TEST DE HEMOGLOBINA
GLYCOSYLATADA, que muestra su nivel de azúcar promedio sobre un periodo de tres meses. Puede usar
los resultados de este test para mejorar su control de su diabetes, y de esta forma reducir el riesgo de
complicaciones de diabetes.
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Problemas que puede acarrear a largo plazo una hiperglucemia sostenida:
Los niveles altos de glucosa en sangre mantenidos a largo plazo pueden dañar a diferentes órganos: a los ojos,
con pérdida de visión progresiva que puede terminar en ceguera; a los riñones, con pérdida progresiva de la
función renal que puede terminar en diálisis; al sistema nervioso periférico con alteración de la sensibilidades
de los miembros inferiores, lo que supone un grave riesgo de úlceras y amputaciones; al sistema nervioso
autonómico con alteraciones digestivas, urinarias y de la esfera sexual (impotencia).
También afecta a los grandes vasos del corazón con riesgo de infarto de miocardio, y a las arterias de las
extremidades inferiores con riesgo de amputaciones. Aún cuando la aparición de estas complicaciones se
produce con el paso del tiempo, en algunos diabéticos tipo 2, en los que la enfermedad tarda años en
diagnosticarse, puede que ya existan síntomas de estas complicaciones cuando se hace el diagnóstico de la
diabetes.
Insulina:
Como la gente con diabetes del tipo I no produce la insulina necesaria para vivir, ha de inyectarse insulina a
diario. La insulina no se puede tomar en forma de píldoras. Algunas personas con diabetes del tipo II, que
producen insulina, pero no pueden aprovecharla, sí que toman suplementos de insulina como apoyo a su
tratamiento.
El propósito de la insulina es mantener el nivel de azúcar sanguíneo lo más similar al normal a lo largo del
día. Por lo tanto la frecuencia y la cantidad de insulina necesaria depende de cada individuo. Algunos factores
que influyen en la cantidad y la frecuencia de las tomas de insulina son el peso y la constitución de la persona,
su nivel de actividad física, la cantidad de comida que consume, otros medicamentos que pueda tomar, su
estado de salud y ánimo general. La mayoría de gente necesita un mínimo de dos inyecciones diarias de
insulina, y algunos necesitan más de un tipo de insulina.
Cuando una persona empieza a tomar insulina se le irán ajustando los horarios y las cantidades que debe
tomar hasta conseguir un control del nivel de azúcar óptimo. Es importante pues, que inicialmente guarde un
trato continuo con su médico para establecer sus necesidades.
Tipos de insulina:
Los efectos de los diferentes tipos de insulina tienen duraciones diferentes. Varían en cuanto al comienzo del
efecto y la duración del efecto mismo. Como no todas las personas reaccionan de la misma forma a los
diferentes tipos de insulina, es preciso que colaboren con su médico en la determinación del tipo o los tipos de
insulina que más les convengan.
• Insulina de acción ultracorta: HUMALOG
• Insulina de acción corta: insulinas Regular (R) y Semilenta (S). Estos preparados dejan de surtir
efecto de forma más rápida que otros tipos de insulina.
• Insulina de acción intermedia: NPH (N) y Lenta (r) (L). Estas insulinas tardan más en empezar a
funcionar, y funcionan durante un tiempo más largo que las insulinas de acción corta.
• Insulina de acción larga: Ultralenta (r) (U). Esta insulina empieza a actuar lentamente y dura más que
las otras.
• Combinados de insulinas: la insulina 70/30 contiene un 70 % de NPH y un 30 % de insulina Regular.
La insulina Regular empezará a surtir efecto rápidamente, y la NPH seguirá cuando la Regular deje de
surtir efecto. La insulina 50/50 se compone de partes iguales de estos dos preparados.
Las insulinas también difieren en cuanto a sus orígenes. La insulina humana se consigue a partir de la
tecnología de DNA o por procesos químicos especiales. También hay insulina procedente de vacas y de
cerdos. La fuente de un tipo de insulina es conocida como su especie.
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Lugares de inyección de la insulina:
La insulina se puede inyectar en toda una serie de lugares de su cuerpo, incluidos los muslos, las partes
superiores de los brazos, glúteos y la región abdominal. En cualquiera de estas áreas hay muchos sitios en los
que puede inyectar.
La insulina pasará a la sangre con más o menos rapidez dependiendo del lugar de inyección. Hable con su
médico para que le informe sobre los diferentes lugares, y lo que hay que tener en cuenta en cada uno.
Preparación de la insulina:
Siempre comience la preparación lavándose las manos. Para preparar una dosis única de insulina, mezcle la
insulina suavemente frotando el frasco entre las palmas de las manos, girándolo de extremo a extremo unas
cuantas veces o agitándolo levemente. Si está estrenando un frasco, retire la tapa plana de color, pero no el
tope de goma ni el aro metálico que hay debajo de la tapa.
Limpie el tope de goma que hay en el agujero del frasco con un algodón impregnado de alcohol. Entonces
retire la cubierta de la aguja y retire el émbolo hasta la línea que indique su dosis de aire que debe insertar.
Con el frasco de insulina en posición vertical, inserte la aguja a través del tope de goma hasta que su punta se
sumerge en la insulina. Entonces apriete el émbolo para añadir aire al frasco de insulina.
Invierta el frasco con la jeringuilla de forma que el frasco esté boca abajo. Aguante el frasco con una mano
mientras tira del émbolo con la otra para llenar la jeringuilla de insulina hasta la marca que indica sus dosis.
Compruebe que no hayan burbujas de aire en. Si hay burbujas de aire, utilice el émbolo para devolver el
contenido de la jeringuilla al frasco, vuelva a llenar la jeringuilla lentamente, y repita la operación hasta que
no haya burbujas. Compruebe finalmente que la dosis es correcta, y retire la jeringuilla del tope de goma. Si
necesita dejar la jeringuilla un momento antes de usarla, tápela para protegerla. Si la insulina está muy fría
puede calentarla frotando la jeringuilla suavemente entre las manos.
Preparar su propia mezcla de insulinas requiere instrucciones especiales que su médico le dará si es necesario.
Ahora ya está listo para elegir el lugar de inyección y limpiarlo con un algodón impregnado de alcohol.
Pellizque un área grande de piel e inserte la aguja asegurándose de que la aguja está totalmente insertada antes
de empujar el émbolo. Esto hará que la insulina penetre en su cuerpo. Retire la aguja acto después, y no frote
el lugar de la inyección. Tire las agujas y jeringuillas en un lugar seguro. Su médico o farmacéutico le pueden
sugerir formas de deshacerse de ellas que respeten al medio ambiente.
Reacciones alérgicas a la insulina:
Todas las insulinas contienen ingredientes adicionales que previenen su deterioro, y evitan la formación de
bacterias, y en algunas insulinas, agentes que prolongan los efectos. A veces la gente puede desarrollar
reacciones alérgicas a estos ingredientes.
Si experimenta hundimientos, irritaciones o inflamaciones, o bultitos en los lugares de inyección coménteselo
a su médico.
Los 9 puntos clave para controlar la diabetes:
1. Controlar el nivel de la glucosa en sangre. Se preferirán siempre los alimentos de bajo índice glucémico a
los de alto. Se evitarán los azucares simples en la medida de lo posible (sin llegar a una prohibición absoluta,
pero prefiriéndose aquellos que no contengan glucosa, como la fructosa) y se recomendará el consumo de
cereales integrales y alimentos ricos en fibra en general.
2. Mantener un peso adecuado (mediante el control de las calorías ingeridas). El exceso de grasa corporal
hace más difícil a las personas con diabetes tipo II utilizar su propia insulina.
3. Equilibrar la proporción entre el aporte de carbohidratos (65 %), proteínas (15 %) y grasas (30 %).
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No se debe caer en dietas hiperprotéicas, cetogénicas ni en ninguna otra que altere las proporciones entre
nutrientes recomendadas para una persona sana.
4. Alcanzar o mantener un nivel de lípidos en sangre adecuados. El reparto entre los diferentes tipos de
grasas debe ser: 10 % saturadas, 10 % monoinsaturadas y 10 % poliinsaturadas. Se evitarán alimentos ricos en
colesterol, ya que los diabéticos, por la estrecha relación que existe entre el metabolismo de los glúcidos y el
de los lípidos, son unos de los principales grupos de riesgo de las enfermedades cardiovasculares (síndrome X
o plurimetabólico).
5. Los alimentos deben ser frescos y poco procesados. Fruta fresca, cereales integrales, verduras frescas,
crudas o al vapor, yogures naturales, etc. Evitar las comidas preparadas de los comercios, bollería y helados
industriales, conservas, snacks, etc.
6. La alimentación debe aportar una cantidad adecuada de nutrientes esenciales (vitaminas, minerales,
ácidos grasos esenciales, etc.). La dieta debe ser variada, así se tendrá más posibilidades de conseguir todas
las vitaminas y minerales necesarios. Debe prestarse especial atención a los niveles de cromo y zinc, que son
críticos para la respuesta insulínica.
7. Controlar el aporte de sodio en la dieta. El riñón suele ser un órgano afectado en los diabéticos, debido al
trabajo extra que debe realizar para eliminar el exceso de cuerpos cetónicos que se forman cuando falta
insulina, por lo que el exceso de sodio puede resultar muy peligroso. La hipertensión arterial también cursa
asociada a la diabetes en la mayoría de los casos (síndrome X).
8. Favorecer el crecimiento normal en los niños. Durante el crecimiento de los niños y durante el embarazo
y la lactancia de las madres, un incremento en el aporte de proteínas, aminoácidos esenciales, calcio, etc.
deben ser tenidos en cuenta.
9. Practicar ejercicio físico regularmente. El ejercicio físico ayuda al control del peso y el sudor elimina
sodio y toxinas. Es necesario prever que el consumo de glucosa se incrementa al hacer trabajar los músculos.
Hipoglucemia:
La hipoglucemia es una concentración de glucosa en la sangre anormalmente baja, inferior a 50 ó 60 mg por
100 mL. Se suele denominar shock insulínico, cuando se produce una pérdida del conocimiento.
La hipoglucemia puede deberse a diversas causas. En personas sanas suele ser consecuencia de un ayuno muy
prolongado debido a que el organismo sigue utilizando la glucosa una vez que ya no queda glucógeno en el
hígado para producirla. También aparece en casos de trastornos hepáticos y ligada al excesivo consumo de
alcohol.
En personas que padecen diabetes mellitus es muy habitual. En este caso, suele deberse a un fallo en la
administración de insulina exógena o de medicamento oral antidiabético. Si se administran cuando no se ha
comido lo suficiente, los niveles de glucosa pueden bajar hasta producir una hipoglucemia severa. En este tipo
de pacientes también se puede producir por un exceso de ejercicio unido a una escasa ingesta de alimentos ya
que la actividad física promueve la utilización de glucosa por los tejidos.
Causas de la hipoglucemia:
En términos generales, la hipoglucemia resulta de 2 factores: un exceso de insulina activa en el cuerpo y una
respuesta fisiológica correctiva que es imperfecta. Normalmente, el glucagón y la adrenalina son dos
hormonas responsables de mantener la glucemia dentro del rango de 70−100 mg/dL. El cuerpo, al producir el
glucagón y la adrenalina, logra corregir cualquier exceso de insulina (que haga bajar demasiado los niveles
glucémicos) y logra avisarnos que no hay suficiente glucosa circulando para permitir la función normal del
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cuerpo. Pero el proceso de corrección es imperfecto o ausente en la mayoría de las personas con diabetes
mellitus. Por este defecto, el azúcar en sangre baja a niveles hipoglucémicos cuando la insulina esté activa y
presente en una cantidad excesiva para la cantidad de carbohidratos presentes en la sangre. Si la dosis de
insulina (o medicamento oral) es demasiado grande para la alimentación ingerida, puede haber un episodio de
hipoglucemia. Si la cantidad de actividad física es mayor a la prevista, la cantidad de insulina o medicamento
oral presente en el cuerpo puede resultar excesiva y un episodio de hipoglucemia puede iniciarse. Si una
persona con diabetes mellitas 1 o diabetes mellitas 2 toma la insulina o el medicamento oral y luego decide no
comer en las siguientes horas, puede presentarse un episodio de hipoglucemia. La manera más confiable de
saber si un episodio de hipoglucemia está inminente es utilizar el medidor casero de glucosa.
Síntomas:
Entre los síntomas de la hipoglucemia se incluyen:
• Temblores.
• Mareos.
• Sudoración.
• Hambre.
• Dolor de cabeza.
• Palidez.
• Irritabilidad repentina o cambios en el comportamiento, tales como llorar sin causa aparente.
• Movimientos torpes o espasmódicos.
• Convulsiones.
• Dificultad para prestar atención, o confusión.
• Sensación de hormigueo alrededor de la boca.
Si no se ingieren hidratos de carbono, puede llegar a producirse convulsiones, pérdida de conciencia, coma e
incluso la muerte. Esto es lo que se conoce como shock insulínico.
Tratamiento:
La manera más rápida de aumentar el nivel de azúcar en la sangre y tratar la hipoglucemia es con alguna clase
de azúcar, como por ejemplo, 3 tabletas de glucosa, 1/2 tasa de jugo de frutas o 5−6 trocitos de caramelo duro.
Es importante tratar la hipoglucemia de inmediato ya que puede empeorar y provoca la pérdida del
conocimiento. Si el enfermo sufre un desmayo, necesitará tratamiento INMEDIATO, como por ejemplo una
inyección de glucagón o un tratamiento de emergencia en un hospital.
El glucagón aumenta el nivel de azúcar en la sangre y se inyecta como la insulina.
Si no fuera posible conseguir glucagón, deberán trasladarlo a la sala de emergencias más cercana para recibir
tratamiento por bajo nivel de azúcar en la sangre. Si necesita atención médica inmediata o una ambulancia,
alguien deberá llamar al número de emergencias de su zona para solicitar ayuda. Es conveniente tener los
números de emergencia junto al teléfono.
Si pierde el conocimiento como consecuencia de la hipoglucemia, la persona que lo asista deberá seguir estas
indicaciones:
• NO inyectarle insulina.
• NO darle alimentos o líquidos.
• NO ponerle las manos en la boca.
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• NO inyectarle glucagón.
• Llamar al número de emergencias para solicitar ayuda
Como darse cuenta de cuando está el nivel de azúcar bajo en sangre:
Si los resultados del control de la sangre indican que el nivel de azúcar se encuentra bajo, es necesario que
trate ese problema.
Debe medir el nivel de glucemia a las horas que le haya indicado su médico. Y, lo que es aún más importante,
debe medir el nivel de glucemia cada vez que sienta que está bajando. Una vez que haya medido y
comprobado que el nivel de azúcar en la sangre se encuentra bajo, es importante que trate la hipoglucemia tan
pronto como sea posible.
Como prevenir el nivel bajo de azúcar en sangre:
La mejor manera que se conoce para prevenir la hipoglucemia es el buen control de la diabetes. La clave
consiste en aprender a reconocer los síntomas de la hipoglucemia. De esa forma, se puede tratar la
hipoglucemia antes de que empeore.
Sugerencias prácticas:
+ Siempre tratar con rapidez la hipoglucemia. La progresión de hipoglucemia leve a hipoglucemia moderada a
hipoglucemia severa puede desarrollarse en pocos minutos.
+ Cuando hay dudas de si estén presentes o no los síntomas y/o signos de la hipoglucemia, automonitorear la
glucemia con el medidor casero de glucosa. Si es imposible verificarla con el medidor casero de glucosa,
tratar los síntomas y/o signos como si fueran los de hipoglucemia.
+ Elucidar y memorizar el patrón personal temprano de signos y síntomas de una hipoglucemia. Este patrón es
individual y sirve para asegurar o garantizar el autotratamiento oportuno de la hipoglucemia.
+ La glucosa, en forma de tableta de 4 ó 5 gramos de carbohidratos cada una, es la sustancia que más
rápidamente revierte la hipoglucemia, pero su efecto y duración son más breves que los del carbohidratos
combinado con proteína y grasa.
+ La selección de carbohidratos de acción rápida para el tratamiento de la hipoglucemia es importante. Los
alimentos como el pastel, el helado y los chocolates contienen azúcares, pero también contienen mucha
grasa. La presencia de la grasa retrasa la absorción de los azúcares. La demora en la absorción de los azúcares
(carbohidratos de acción rápida) permite la prolongación de la hipoglucemia. Una ó dos tabletas de glucosa ó
100 mililitros de jugo natural de naranja funcionarán más rápidamente para iniciar el proceso de revertir la
hipoglucemia que un barra de chocolate.
+ En el autotratamiento de la hipoglucemia, limitar los carbohidratos ingeridos a los necesarios para subir la
glucemia a niveles normales (70−100 mg/dL). No seguir comiendo hasta que remitan los síntomas. Exagerar
en cuanto a los carbohidratos necesarios es lo que causa el sobretratamiento de la hipoglucemia (y la
hiperglucemia subsiguiente). La tendencia a sobre corregir la condición se ha llamado la "glotonería de la
ansiedad" y provoca posteriormente un rebote hiperglucémico importante y difícil de eliminar.
+ Si la persona está inconciente, nunca intentar forzarle a tomar alimentos o líquidos por vía oral. Existe un
riesgo de que se ahogue.
+ Si después del tratamiento de la hipoglucemia con carbohidratos de acción rápida y proteína, aún faltan más
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de 30 minutos para el próximo alimento o colación, la persona debería recibir 10 gramos adicionales de
carbohidratos mezclados con proteína y grasa, que proporciona una acción más prolongada (por ejemplo,
yogurt con fruta o ½ sándwich de jamón o pollo o crema de cacahuate).
+ Después de una hipoglucemia moderada o severa, puede ser necesario descansar 15 − 45 minutos. A veces
los síntomas y/o signos tardarán en desaparecer, aun cuando la glucemia se haya vuelto a lo normal (entre 70
− 100 mg/dL).
+ Después de un episodio de hipoglucemia, es vital no regresar a una actividad peligrosa (manejar, utilizar
herramientas eléctricas, nadar) hasta que hayan desaparecido totalmente los síntomas y/o signos y cualquier
malestar asociado al episodio de hipoglucemia. Aun cuando no se presenta un episodio de hipoglucemia
anteriormente, monitorear siempre la glucemia antes de manejar, sea corto o largo el camino, y cada dos horas
durante un viaje largo en avión o automóvil.
+ La hipoglucemia causada por los antidiabéticos orales puede persistir o recurrir por hasta 3 días. Por eso, es
necesario vigilar la glucemia con mucha atención después de las hipoglucemias relacionadas con su uso.
+ Es vital estar alerta para síntomas y/o signos de hipoglucemia hasta 1 semana después de un coma
hipoglucémico.
+ Glucagón: tener, aprender a mezclar y utilizar la dosis correcta, ENSEÑAR su mezcla y uso a otros en su
entorno que podrán necesitarlo saber en un momento dramático.
+ El glucagón no funciona bien si la persona con hipoglucemia:
− ha estado siguiendo un régimen para bajar de peso
− ha estado enferma por tiempo breve o largo
− ha llegado a estar debilitada por enfermedad, cirugía, gastroenteritis, vómitos, diarrea
− ha hecho mucha o intensa actividad física anterior a la hipoglucemia
− ha recibido dosis de glucagón en los últimos 1 − 10 días
− es neonato con reservas disminuidas de azúcar hepática (la glucosa almacenada en el hígado se llama
"glucógeno").
+ El glucagón es menos eficaz
− si la persona combina la insulina o las sulfonilureas con metaformina, y
− en el tratamiento de hipoglucemia causada por la ingesta de alcohol (cerveza, vino, tequila y otros)
+ El ejercicio o la actividad física: monitorear la glucemia antes y después (y durante, si es de larga duración)
la actividad física. Verificar la glucemia es la mejor manera de evitar la hipoglucemia por causa del gasto
calórico que se requiere en el ejercicio o la actividad física y por causa de la aumentada sensibilidad a la
insulina que es uno de los resultados positivos del ejercicio físico y de la actividad física. Al hacer el ejercicio
o la actividad física, es buena idea tener a la mano alguna forma de glucosa de acción rápida (por ejemplo,
tabletas de glucosa).
+ Para limitar el desarrollo de la hipoglucemia nocturna, monitorear la glucemia antes de acostarse y, en una
ocasión por semana, entre las 2 a.m. y las 3 a.m. Después de la medianoche (y hasta en las tempranas horas de
la madrugada), el cuerpo tiene necesidad disminuida de insulina. Si sobra la insulina en ese horario, puede
producirse la hipoglucemia. Entre las 3 a.m. y las 8 a.m., el cuerpo tiene necesidad aumentada de insulina. Si
falta la insulina en este horario, puede producirse la hiperglucemia. El uso de los análogos de insulina
minimiza el problema de hipoglucemia nocturna.
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+ Jamás dejar a un niño solo cuando tenga hipoglucemia; puede perder la conciencia y/o accidentarse seria o
fatalmente.
+ La persona con hipoglucemia siempre debe llevar consigo una forma de glucosa de acción rápida para usar
en el tratamiento de la hipoglucemia imprevista o repentina. Adicionalmente, siempre debe tener en casa y en
su trabajo una forma de glucosa de acción rápida (tabletas de glucosa o refresco azucarado en lata, por
ejemplo).
+ La persona con hipoglucemia hace bien al informar y educar a las personas que podrán tener necesidad de
saber sobre la presencia de la hipoglucemia, sus síntomas y/o signos y su tratamiento (incluso el uso del
glucagón). Las personas que podrán tener necesidad de saber incluyen: la familia, los maestros, los amigos, el
novio o la novia, los compañeros de la escuela y/o trabajo y los compañeros de la fiesta o la cantina.
+ Una dieta excesivamente rica en hidratos de carbono y carente de proteínas puede ocasionar alteraciones del
crecimiento en los niños y producir el llamado síndrome de Kwashiorkor, enfermedad frecuente en los niños
alimentados con vegetales farináceos del tipo de la batata.
+ Una alteración en el metabolismo de los hidratos de carbono puede producir diabetes, enfermedad en que,
por alguna causa, el organismo, pese a recibir suficientes hidratos de carbono en su dieta, no los utiliza por no
tener suficiente insulina, por lo que no se produce la absorción de esas sustancias nutritivas aunque se
encuentren en el canal sanguíneo. La glucosa acumulada en la sangre produce una hiperglucemia o exceso de
azúcar en la sangre.
+ Otras enfermedades relacionadas con el tipo y cantidad de hidratos de carbono consumidos son la obesidad
(como consecuencia de una ingesta de calorías por encima de las consumidas) y ciertas enfermedades del
aparato digestivo como diverticulosis, hemorroides, estreñimiento, cáncer de colon, etc., en los casos de
ingesta de dietas muy refinadas sin residuos y, por tanto, escasas en hidratos de carbono complejos (fibra
dietética).
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