Archivo: Obesidad. Parte III

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TEMA MÉDICO Nº 117
OBESIDAD. COMO AFECTA NUESTRA SALUD. 3° PARTE.
Como le comentamos en los artículos anteriores, la obesidad tiene graves
consecuencias para la salud, sobre todo, como factor de riesgo
cardiovascular. En esta oportunidad, le detallaremos algunas pautas sobre los
cambios en el estilo de vida, destinados a modificar esta condición.
El tratamiento de la obesidad, un cambio conductual.
Las personas con problemas de obesidad necesitan un abordaje terapéutico
multidisciplinario y evolutivo. Los tratamientos para descender de peso, no
deben estar centrados solamente en la pérdida del mismo, además deben
orientarse a modificar conductas relacionadas con una alimentación
inadecuada que contribuye a ganar peso en forma excesiva.
Antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento, es importante evaluar las
características de las personas y sus condiciones clínicas. En algunos casos la
obesidad puede estar relacionada con un problema endocrinológico y el
manejo de esta alteración es prioritario.
Las personas con obesidad generalmente comparten ciertas características
como el hábito sedentario, un ambiente propicio para aumentar de peso y
en la mayoría de los casos, un trastorno alimentario concomitante. Todos los
tratamientos incluyen cambios en el estilo de vida, disminución de la ingesta
de calorías y actividad física.
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Preparándose para iniciar un tratamiento
Como mencionamos anteriormente, es indispensable un enfoque
multidisciplinario. La intervención de un médico de cabecera, un nutricionista
y un psicoterapeuta suelen ser indispensable para preparar el “cambio”.
Por un lado, es importante abordar las conductas alimentarias. Muchas
personas suelen tener preferencias por cierto tipo de alimentos, alteración en
los horarios de alimentación, desordenes como los atracones o el síndrome
del comedor nocturno. Todas estas situaciones deben abordarse.
Por otro lado, existen algunos patrones que se repiten en las personas con
obesidad que también deben ser abordados. Existe un grupo de personas
donde la angustia y la ansiedad suelen atentar contra los tratamientos y en
algunos casos, pueden coexistir síntomas de depresión que impiden encarar
un tratamiento con firmeza. La autoestima baja, el miedo a la frustración, los
sentimientos negativos, suelen estar presentes y merecen ser evaluados.
El arte de “diagnosticar” la situación de cada paciente y brindarle
herramientas para poder iniciar un tratamiento es una situación vital, la
cooperación con su terapeuta y una buena relación médico-paciente son
uno de los pilares fundamentales.
Llevando adelante el tratamiento.
Los tratamientos para descender de peso son prolongados y requieren una
pérdida paulatina. En esta etapa necesitará proponerse metas realistas y
alcanzables, las metas utópicas suelen combinarse con mucho planeamiento
y poca acción. La compañía de sus terapeutas también será de gran valor
en esta etapa, el seguimiento periódico, la contención, los incentivos y su
compromiso por alcanzar las metas forman parte del éxito.
Es importante reforzar el vínculo con su entorno para poder vencer a las
“tentaciones” y programar actividades relacionadas con las comidas y la
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actividad física. El acompañamiento de familiares y amigos en esta etapa
suelen ser útil, sobre todo cuando lo estimulan a seguir adelante sin ejercer
presiones innecesarias.
Preparar y servir solamente lo que se comerá en ese momento, no prender la
televisión, acompañarle en las caminatas, son actitudes positivas del entorno
que lo beneficiarán, sin olvidar que ud. debe tomar la iniciativa y no
permanecer inactivo esperando que los demás lo acompañen.
No existe una fórmula para bajar de peso, pero sin duda, entender que debe
haber un cambio de conducta y un accionar individual con compromiso y
firmeza, es el paso inicial de cualquier tratamiento.
Perder peso siempre es más fácil cuando se cuenta con el apoyo de sus
amigos y familia. Los grupos de apoyo también pueden ser útiles en algunos
casos.
El hecho de comer en forma ordenada, modificar la ingesta y la preparación
de los alimentos y evitar actividades sedentarias, pueden generar un
descenso de peso significativo.
Obesidad. Intervenir en casa como primera medida.
La obesidad ha aumentado drásticamente en la población infantil y se
estima que 2 de cada 10 niños podrían ser obesos. Esto ha motivado el interés
de los profesionales de la salud en el desarrollo de intervenciones destinadas
a esta población.
Los factores genéticos y los factores ambientales contribuyen con el
desarrollo de sobrepeso y obesidad en los adolescentes y niños. Se estima
que la probabilidad de tener obesidad en un niño en relación a los
antecedentes familiares es:
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Antecedentes familiares
Ningún padre con exceso de peso
Uno de los padres con exceso de peso
Ambos padres con exceso de peso
Probabilidad
8%
40%
80%
El cambio comienza en casa.
Algunos estudios demostraron que cuando toda la familia emprende un estilo
de vida saludable se obtienen mejores resultados.
1) Introducir más frutas y verduras.
Si bien la infancia es una etapa de crecimiento y “ningún” nutriente debe
restringirse, la selección inteligente de los alimentos por parte de los padres,
suele crear un hábito de alimentación equilibrado en los hijos. Es importante
el aumento del consumo de frutas, vegetales y cereales, en reemplazo de
dulces, golosinas, snacks, frituras, y otros alimentos ricos en calorías y pobres
en nutrientes.
2) Eliminar el consumo de bebidas azucaradas.
El consumo periódico de bebidas gaseosas está estrechamente relacionado
con el aumento de peso y los problemas odontológicos. La recomendación
es que se eviten al máximo.
3) Aumentar la actividad física.
Es importante alentar la actividad física. Se recomienda que los niños hagan
por lo menos una hora diaria de actividad física. No es necesario que
entrenen para un deporte específico o que el ejercicio sea riguroso todos los
días; se trata de que los niños jueguen en espacios abiertos, que pasen
menos tiempo en casa, que salgan a caminar o andar en bicicleta y que
tengan un estilo de vida que no sea sedentario.
4) Pasar menos tiempo enfrente de una pantalla.
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Es fundamental derrotar el sedentarismo. Para ello es necesario reducir el
tiempo delante del televisor, la computadora y los videojuegos. Siempre es
mejor comer sin mirar televisión. La televisión genera un clima de distracción
donde no hay conciencia de la calidad ni de la cantidad de alimentos
ingeridos.
5) Dar el ejemplo.
Los buenos hábitos de salud son posibles si los padres les dan suficiente
importancia en el hogar. Si usted se alimenta equilibradamente, hace
ejercicio regularmente e incorpora hábitos saludables en el estilo de vida de
toda la familia, proporcionará a su hijo un buen ejemplo a seguir de por vida.
Recuerde
Los tratamientos para bajar de peso deben extenderse en el tiempo y el
descenso debe ser paulatino.
Ningún tipo de terapia será exitosa si no se aborda multidisciplinariamente
cambiando las conductas alimentarias.
Las medicaciones prometedoras no tradicionales y las dietas restrictivas de
descenso acelerado no son recomendables. Su éxito suele ser ficticio y
efímero.
Las cirugías para descender de peso suelen fracasar si no se ha realizado
un cambio de las conductas alimentarias y un seguimiento prolongado (al
menos de 12 meses). El fracaso de una cirugía bariátrica, debe ser previsto
anteriormente, dado que el procedimiento es “irreversible”.
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