Comisión de Neumonología Clínica Tuberculosis y embarazo INTRODUCCIÓN ¿Hablar de Tuberculosis es remontarse al pasado? Conocemos su existencia desde el despertar de la Humanidad, sin embargo ella no ha perdido vigencia y continúa siendo hoy día, con diferentes matices y en muchos casos, un verdadero desafío diagnóstico y terapéutico. Hipócrates creía que el embarazo predisponía a la enfermedad, y este concepto se mantuvo hasta mediados del siglo pasado. (1) Luego del advenimiento de la terapéutica medicamentosa este concepto cambia y, todos los estudios demuestran que la evolución de la enfermedad, no sufre alteraciones favorables ni desfavorables por su asociación con el embarazo. Si bien el embarazo no es más que una situación fisiológica diferente, plantea algunas dificultades diagnósticas y terapéuticas, ya que es en ese momento cuando más recordamos nuestro principio de “Primum Non Nocere”. Tememos a la irradiación fetal y a los efectos indeseables y/o teratogénicos que los tuberculostáticos pudieran causar. Sin embargo, es importante recordar que la mortalidad materno infantil por Tuberculosis activa no tratada oscila entre el 30 al 40%, y que ésta se acrecienta por retraso en la iniciación del tratamiento. Esta demora en general obedece a que la mayoría de sus síntomas son totalmente inespecíficos (astenia, anorexia, pérdida de peso, etc.) y muchas veces son atribuidos a malestares propios del embarazo. La tos puede no estar presente, sobre todo cuando se trata de presentaciones extrapulmonares. Todas estas dificultades motivaron a nuestra comisión a realizar una revisión del tema e intentar protocolizar la metodología diagnóstica y terapéutica de la Tuberculosis durante el embarazo, en no VIH y sin multirresistencia. 1 FISIOPATOLOGÍA Desde el punto de vista de la fisiopatología de la enfermedad, no se encuentran hoy marcadas diferencias con respecto a la mujer no grávida. Como dejamos entrever en la introducción, si nos remontamos a la era pre-antibiótica, esta situación fisiológica diferente, podía predisponer a una evolución más tórpida o agresiva de la enfermedad, aunque contamos también con afirmaciones de Hipócrates y Galeno, postulando el efecto beneficioso de la gravidez, ya que al estar los diafragmas elevados, esta presión hacía las veces de neumotórax terapéutico, y ayudaba al cerrado de las lesiones cavitarias. Además se hacía mención al efecto favorable de las fluctuaciones hormonales de la gestante. (1-4) Luego, en el siglo XIX, a partir de una publicación de Grisolle, que reportó 24 casos de tuberculosis en mujeres embarazadas que tuvieron un curso más desfavorable que en las no gestantes, se recomendó en los comienzos del siglo XX, el aborto terapéutico para mujeres con tuberculosis activa. (4) En lo que se refiere al puerperio, muchos investigadores propusieron que la tuberculosis empeoraba como resultado del descenso posparto del diafragma, fluctuaciones hormonales, lactancia, nutrición inadecuada y alteración de la inmunidad. El embarazo ha sido asociado con una depresión de la inmunidad celular que permite la retención del feto, pero que puede interferir con la resistencia a agentes infecciosos específicos, incluyendo ciertos virus, patógenos intracelulares, hongos, protozoos y helmintos, pero se mantienen con normalidad la inmunidad humoral, la síntesis de interferón y las reacciones de hipersensibilidad retardada. Además, las mujeres embarazadas producen anticuerpos contra los alloantígenos paternos, indicando de esta manera que la sensibilidad del sistema inmune está intacta. Esta puede ser la razón por la que el sistema inmune materno no rechaza al feto. Durante el embarazo el incremento de los niveles séricos de ciertas hormonas y proteínas gestacionales (estrógenos, progesterona, mineralocorticoides, gonadotrofina coriónica humana y alpha fetoproteína) parece actuar regulando la proliferación de mácrofagos y linfocitos, su activación y su función. De cualquier modo esto no es tan significativo como para causar depresión de la inmunidad mediada por células. (8) 2 CLÍNICA SINTOMAS GENERALES - Síndrome de Impregnación bacilar: Si bien no presenta diferencias respecto a la mujer no grávida, se hace hincapié en que estos síntomas pueden estar enmascarados por los propios del embarazo, retardando por tal la consulta y el diagnóstico. (1-6) - Propios de la manifestación torácica: Tos, expectoración, hemoptisis, etc. (Sin diferencias características) - Propias de las manifestaciones extratorácicas: Las comunes a las diferentes localizaciones, que tampoco presentan diferencias con el común de la población afectada.(1) DIAGNÓSTICO Debe basarse en las siguientes pautas diagnósticas: (1, 5) 1) Anamnesis (antecedentes y sintomatología). 2) Exploración física cuidadosa. 3) Rastreo de contactos. 4) Prueba de Mantoux o PPD. 5) Radiografía de tórax (Rx Tx). 6) Otros estudios. 1) Anamnesis (antecedentes y sintomatología). El diagnóstico de la TBC en el embarazo es muy importante, no solo para controlar la diseminación de la enfermedad, sino también para prevenir la morbimortalidad materno fetal. (2, 3) La presentación de la TBC en la mujer embarazada es igual a la no gestante. El diagnóstico puede demorarse por la naturaleza de los síntomas no específicos, muchas veces atribuidos al embarazo, como el cansancio, la astenia. Los síntomas específicos suelen ser escasos, incluyen fiebre, tos, pérdida de peso, sudoración nocturna, y hemoptisis. (1, 2, 4,) 3 El sitio más frecuente de localización es el pulmón. El 20 % de las mujeres embarazadas, se encuentran asintomáticas al momento del diagnóstico. Las formas extrapulmonares son del 5-10% y habitualmente presentan pocos síntomas. (3,6) Debe realizarse una anamnesis cuidadosa en busca de contactos pasados y presentes con tuberculosis activa, historia previa de PPD positiva o RxTx anormal, inmigración de países con alto riesgo de TBC. Interrogar sobre antecedentes de diabetes, alcoholismo, o malnutrición, como así también de enfermedades que deterioran el sistema inmunológico (VIH, corticoterapia prolongada, enfermedades hematológicas) aumentando el riesgo de TBC. (1, 6, 7) 2) Exploración física. Pueden obtenerse datos que sugieran la presencia de una TBC, con un examen físico minucioso. Las alteraciones a nivel pulmonar y bronquial, incluyen la aparición de roncus, sibilancias (si la forma es bronquial). La ascultación de rales, respiración bronquial o cavernosa, soplo tubario, evidencian enfermedad avanzada o cavitaria pulmonar. (1) También puede hallarse síndrome de derrame pleural. El hallazgo de adenopatías en cuello o en otras localizaciones, pueden indicar una forma miliar o extrapulmonar. (1) Deberán examinarse las articulaciones en busca de sinovitis, inflamación articular aguda, que puedan sugerir una TBC. Se recomienda realizar el examen neurológico por los síntomas neurotóxicos producidos por la TBC. El examen de genitales debe realizarse a la embarazada y a su pareja, con el fin de determinar prostatitis, epididimitis, y enfermedad genital en la mujer (afectación de las Trompas de Falopio, útero, cuello, endometrio, aunque son raras). (1) 3)Rastreo de contactos. Diagnosticado el caso índice, deberán investigarse los contactos cercanos a fin de determinar enfermedad o infección en este grupo. 4) Prueba de Mantoux o PPD La PPD es considerada como un método muy importante en el screening diagnóstico de tuberculosis en la mujer embarazada. Se considera que no hay diferencias en la lectura de la PPD entre las mujeres no embarazadas y en las que sí lo están. Es un método seguro, sin evidencias de efectos adversos sobre la mujer y el bebe. Se usan 0,1 ml lo que equivale a 5 unidades de tuberculina (5UT). (3) (En nuestro país se 4 utiliza PPD 2UT. Todo lo referido en este texto sobre PPD y sus recomendaciones es a 5UT). Se considera infección latente cuando la PPD es positiva, sin evidencias clínicas de actividad. La mayoría de las pacientes con PPD positiva nunca tendrán progresión a enfermedad tuberculosa. La posibilidad de que una paciente con PPD positiva desarrolle enfermedad es del 5-10%. (1) Las guías para facilitar la interpretación de la reacción cutánea de la PPD, fueron formuladas por la American Thoracic Society y el Center for Disease Control and Prevention (ATS-CDC). Aunque no han sido específicamente formuladas para la mujer embarazada, pueden aplicarse con seguridad en este grupo. (1) La tabla 1 muestra las recomendaciones para la interpretación de la PPD de acuerdo al tamaño de la misma. (1, 7) 5 PPD Considerar positiva VIH positivo o sospechado. > o = 5 mm Contacto reciente con un caso de TBC activa. Clínica o evidencia radiológica de TBC Drogadictos endovenosos que sean VIH negativos. Residentes en instituciones, prisiones, refugios. Trabajadores de la salud. Inmigrantes de países con alta prevalencia. Grupos minoritarios (hispánicos, negros, indio americano). Diabetes mellitus. Falla renal. > o = 10 mm Postgastrectomía, bypass intestinal. Desordenes hematológicos, y del sistema retículoendotelial. Pacientes inmunodeprimidos (incluye tratamiento con corticoides o drogas inmunosupresoras). Pacientes con silicosis. Malnutridos (con el 10% por debajo del peso ideal). Alcoholistas crónicos. > o = 15 mm Todos los demás (pacientes con bajo riesgo) De acuerdo a las guías de la ATS-CDC, consideran con PPD 5 UT: (4) Induración de: 0-4 mm negativa. 5-10 mm dudosa. >10 reactiva. Recordar que en el 10-20% la PPD puede ser negativa, por lo tanto habrá que evaluar a las pacientes dentro del contexto epidemiológico, clínico y radiológico. (1) En los países con alto índice de tuberculosis, donde se realiza la vacunación BCG para prevención, puede causar falsos positivos, sugiriéndose interrogar sobre esta vacunación, y observar si hay cicatriz en el hombro por la misma. Si bien confiere protección e inmunidad mediada por células, con el tiempo declina, y su valor es impredictible. Por 6 este motivo el ATS- CDC recomiendan ignorar el antecedente de vacunación con BCG. (1) 5) Rx Tx: La embarazada puede presentar imágenes radiológicas compatibles con tuberculosis primaria, por un contacto reciente con un caso activo, o formas de presentación de una tuberculosis extraprimaria, secundarias a exposición en la infancia. (1) También pueden verse en la radiografías, cambios sutiles, haciendo el diagnóstico dificultoso. (1) Las lesiones descriptas por Jane Carter (2) mostraron como anormalidades radiológicas, solo infiltrados mínimos o derrame pleural, sin cambios fibróticos, o cavidades. Las radiografías en la embarazada son seguras con protección abdominal adecuada, siendo la exposición a la radiación fetal menor a 0.3 mrads. (1) 6) Otros estudios: En las formas de presentación extrapulmonar deben realizarse diferentes procedimientos diagnósticos de acuerdo al órgano afectado. (1) Forma pleural se aconseja toracocentesis para baciloscopía y cultivo, la biopsia pleural aumenta el rendimiento en un 70-80%. Lo mismo se recomienda para la pericarditis. (1) Piuria estéril y hematuria sugieren la posibilidad de TBC renal deberán obtenerse muestras para baciloscopía y cultivo. (1) Si es una forma diseminada se deberá realizar biopsia hepática, ganglionar, biopsia de médula ósea para baciloscopía y cultivo. (1) Puede realizarse el estudio microbiológico e histopatológico de la placenta para las pacientes conocidas o sospechadas de tuberculosis. (7) Tratamiento de la Tuberculosis en la embarazada El tratamiento en la mujer embarazada es el mismo que en la no grávida. Se considera seguro y eficaz. (1,7) En el primer trimestre del embarazo, como con cualquier otro tipo de medicación, la principal preocupación es el riesgo de teratogenesis, determinada por los fármacos antituberculosos. (4) El régimen de tratamiento puede ser diario (autoadministrado), intermitente, o mixto, la indicación dependerá del médico tratante y de las características psico-sociales de la paciente. (1) La duración del mismo es de 6 y 8 meses para las formas pulmonares y de 7 un año para las extrapulmonares, con el siguiente esquema 2 HRZE / 6-8-12 HR o 2 HRZ o 2HRE / 6-8-12 HR. Categoría de los riesgos de los antituberculostáticos en la mujer embarazada (8) Categoría Factor de riesgo A Estudios controlados sin evidencia de riesgo. B No hay evidencia de riesgo en humanos. C El riesgo no puede ser excluido. D Evidencia positiva de riesgo. X Contraindicado en el embarazo. De los cinco fármacos de primera línea, solo con el uso de estreptomicina (S) se ha observado toxicidad valorable (daño del VIII par), que persiste durante toda la gestación. Rifampicina (R), Isoniacida (H), y Etambutol (E) pueden darse con seguridad, ya que con su empleo, la frecuencia de anormalidades observadas en los fetos no supera la frecuencia hallada en fetos no expuestos a fármacos antituberculosos, oscilando entre el 1-6%. (8- 10) La Pirazinamida (Z) ha sido empleada universalmente sin problemas aparentes, no hay evidencia de riego suficiente para su uso, sin embargo en algunos países su uso no se recomienda, si se considera que es indispensable para el tratamiento puede darse. (11, 12) En la tabla 2 se indican las dosis y categoría de riesgo de los medicamentos antituberculosos. (1,8) Tabla 2: Dosis de drogas antituberculosas en el embarazo Ritmo de administración Fármaco Isoniazida Rifampicina Pirazinamida Etambutol Bisemanal Categoría 10-20 mg/kg/día (Máximo: 300 mg ) 11-20 mg/kg/día (Máximo: 900 mg) C 10-20 mg/kg/día* 10-20 mg/kg/día* (Máximo: 600 mg ) (Máximo: 600 mg ) 15-30 mg/kg/día 50-70 mg/kg/día Diaria (Máximo: 2-2.5 gr ) 15-25 mg/kg/día** (Máximo: 3 gr ) 50 mg/kg/día C C B 8 *En pacientes con menos de 40 kg de peso ideal, máximo 450 mg; en los de más de 80 kg de peso ideal, máximo 900 mg. **25 mg/kg los dos primeros meses, y en adelante 15 mg/kg. En las meningitis tuberculosas y los tuberculomas cerebrales, las dosis serán: 10 mg/kg/día de isoniazida, 15 mg/kg/día de rifampicina y 35 mg/kg/día de pirazinamida. En la tabla 3 se muestran dosis de los fármacos de segunda línea. (8) Tabla 3: DOSIFICACIÓN DE LOS FÁRMACOS DE SEGUNDA LÍNEA Fármaco Protionamida (Pt Cicloserina (Cs) Dosis diaria 15 mg/kg/día (máximo: 1.000 mg) 15 mg/kg/día (máximo: 1.000 mg) Capreomicina (Ca) Kanamicina (k) 15 mg/kg/día (máximo: 1.000 mg) Viomicina (V) Ofloxazino 400 mg/12 horas Ciprofloxacino 750 mg/12 horas Clofazimina 100-200-300 mg/día PAS Etionamida (Et) 200-300 mg/día 15 mg/kg/día Terizona (Tz) 15 mg/kg/día Morfozinamida (Mz) 60-80 mg/kg/día Tiacetazona 1,5 mg/kg/día La Isoniacida, Rifampicina y Etambutol atraviesan la placenta fácilmente, para alcanzar niveles fetales similares a los de la madre. La Isoniacida es secretada por la leche materna, el lactante solo recibe un 20 % de la droga, de las demás el 11%. (10 , 13) 9 Los efectos adversos atribuibles a las drogas de primera y segunda línea pueden verse en la tabla 4. Tabla 4 EFECTOS ADVERSOS Fármaco Efecto adverso DROGAS DE 1ª LÍNEA ISONIAZIDA RIFAMPICINA Hepatitis, polineuritis, trastornos neurológicos, erupciones cutáneas, artralgias. Náuseas, vómitos, diarrea, migraña, síndrome seudogripal, de transaminasas y bilirrubina, FAlc.( Colestasis), erupciones cutáneas, rash, trombocitopenia, IRA. Hepatitis, artralgias, rash, hiperuricemia. PIRAZINAMIDA ETAMBUTOL ESTREPTOMICINA (CAPREOMICINA, KANAMICINA) DROGAS DE SEGUNDA LÍNEA Neuritis retrobulbar Toxicidad vestibular y auditiva. Nefrotoxicidad. Rash. Parestesias bucales QUINOLONAS Náuseas, vómitos. Insomnio. Rash CICLOSERINA Convulsiones, migraña, depresión, psicosis PAS Dispepsia, hepatitis PROTIONAMIDA Gastritis, sabor metálico, salivación excesiva. Anorexia. Náuseas y vómitos. Hepatitis. Rash. Impotencia. Polineuritis. Artralgias. 10 Las Principales interacciones medicamentosas se observan en la Tabla 5 (10) Tabla 5 Principales interacciones medicamentosas Fármaco Potencia la acción Disminuye la acción Corticoides. Ciclosporina. Dicumarínicos. Hipoglucemiantes orales. Digital. Verapamilo. Fenitoína. Fenobarbital. Diacepam. Estrógenos y anticonceptivos Rifampicina orales. Morfina. Metadona. Ketoconazol, Fluconazol. Teofilina. Trimetopima, inhibidores de proteasas. Isoniazida Fenitoina. Diacepam. Carbamacepina. Etosuximida. Disulfiram. Propanolol( aumentan la concentración plasmática de H) Antiácidos con aluminio (disminuyen su absorción). GUÍA PARA EL MANEJO DE PPD POSITIVA EN LA MUJER EMBARAZADA (1) La siguiente guía es sugerida por ATS-CDC. Recomiendan, con la PPD positiva (5UT), realizar una RxTx. Las alteraciones radiológicas compatibles con TBC, deberán ser evaluadas para descartar enfermedad activa. Si la RxTx es normal o anormal pero no consistente para pensar en TBC, deberá darse quimioprofilaxis (Qp), con Isoniacida 300 mg o 900mg 2 veces por semana durante 6 meses. Si la RxTx impresiona como una TBC antigua, y se descarta enfermedad activa se indica Qp 12 meses con Isoniacida 300mg diaria después del parto. Debe recordarse que después de los 35 años una PPD positiva no se trata a menos que se halla documentado un viraje tuberculínico dentro de los dos últimos años. 11 Sin embargo aquella mujer con PPD positiva y RxTx anormal sin enfermedad activa debería ser tratada con Isoniacida 300 mg, 12 meses, sin importar su edad. En el siguiente algoritmo pueden verse las recomendaciones dadas por ATS-CDC. PPD + (5UT) RxTx Normal Anormal VIH Signos y síntomas de Tuberculosis Negativo > o = 35 años > 35 años No hay evidencias de enfermedad Exposición reciente Viraje tuberculínico en los 2 últimos años Si No No tratar Analizar el esputo y otras muestras Positivo Si Qp con H 300 mg, 6 meses después del parto. No Qp con H 300 mg, 12 meses después del parto, de acuerdo a la edad. Muestras Positivas para TBC Qp con H 300 mg, 6 meses después del primer trimestre Sospecha de resistencia a drogas Alta: H, R, E, Z consultar al especialista Baja: H, R, E, esperar cultivo más sensibilidad. Ninguna: H, R 12 Bibliografía: 1- Miller K, Scott MD, et al. Tuberculosis in pregnancy: interactions, diagnosis, and management. Clinical Obstetrics and Gynecology; volume 39(1), March 1996,pp 120142. 2 Jane Carter E., Mates Susana. Tuberculosis during pregnancy. The Rhode Island experience, 1987 to 1991. Chest 1994; 106:5:1466-1470. 3- Aldulgany Hamadeh M, Glassaroth Jeffrey. Tuberculosis and Pregnancy. Chest 1992; 101:1114-1120. 4- Ormerod P. Tuberculosis in pregnancy and puerperium. Thorax 2001; 56:494-499. 5) www.zambon.es/areasterapeuticas/03mujer/atlas/fichas/7115.htm 6- LLewelyn Martin, Cropley Ian et al. Tuberculosis diagnosed during pregnancy: a prospective study from London. Thorax 2000; 55:129-132 (February). 7- Simpkins S, Hench Carmen, el al. Management of the Obstetric Patient with Tuberculosis. Journal of Obstetric, Gynecologic, & Neonatal Nursing; Volume 25 (4); May 1996; pp 305-312. 8- Raja Bindu, Schluger Neil W. Tuberculosis and Pregnancy. Seminars in Respiratory and Critical Care Medicine-vol. 19 Nº3:295-306; 1998 9-Davidson PT. Managing tuberculosis during pregnancy. The Lancet. Vol 346.July 22: 199,1995. 10- Vidal Pla R, Rey Duran R. et al. Tratamiento y Retratamiento de la tuberculosis. Recomendaciones SEPAR. www.separ.es/servicios/publicaciones/recomendaciones.htm 11- Schlossberg D. Tuberculosis and Nontuberculous Mycobacterial Infections. Fourth edition. W B Saunders Company. 1999. 12-Czeizel AE, rockenbauer MA, et el. population-based case control study of safety of oral anti-tuberculosis drug treatment during pregnancy. Internal Journal Tuberculosis Lung Disesase. 2001 Jun; 5 (6):564-568. 13-Iseman MD. A Clinician´s Guide to Tuberculosis. Lippincott Williams & Williams. 2000. 13 14