REPOSICIÓN DE VOLUMEN EN EL SHOCK TRAUMÁTICO INTRODUCCIÓN El shock es una causa de mortalidad importante en el paciente con enfermedad traumática grave. Los objetivos durante la valoración de la circulación en la atención inicial del paciente con trauma grave son: • Reconocer el estado de shock. • Identificar focos de sangrado u otras etiologías de shock. • Controlar la hemorragia • Tratar el shock con unos objetivos, mediante la reposición de volumen (cristaloides, coloides, componentes sanguíneos) y drogas vasoactivas. La hipoperfusión propia del estado de shock, causa daño celular, activación de la respuesta inflamatoria, disfunción multiorgánica y el riesgo de muerte. TIPOS DE SHOCK EN TRAUMA 2.1. Shock Cardiogénico. Está producido por un fallo de bomba. No es un hallazgo frecuente en el paciente politraumatizado. Habitualmente se presenta en un traumatismo torácico cerrado con deceleración rápida en el que se produce una contusión miocárdica secundaria, y en otros casos tras una obstrucción o disección de las arterias coronarias con el consiguiente infarto agudo de miocardio masivo. Con menor frecuencia se produce un infarto agudo de miocardio secundario al estrés del traumatismo o una isquemia miocárdica primaria responsable del traumatismo posterior. La contusión miocárdica es una entidad de difícil diagnóstico debido por una parte a la ausencia de datos clínicos y de laboratorio patognomónico y por otra a que es raro que ocurra como lesión única sino que normalmente se asocia a otras lesiones más evidentes. La presentación clínica es variable, desde alteraciones subclínicas hasta arritmias o shock cardiogénico. El diagnóstico debe basarse en la sospecha clínica y el análisis de pruebas complementarias. El electrocardiograma puede mostrar patrones de lesión miocárdica o trastornos del ritmo. La determinación enzimática no suele ser diagnóstica en la atención inicial. La prueba diagnóstica de mayor utilidad es el ecocardiograma que permite diagnosticar alteraciones en la contractilidad, alteraciones del pericardio y de la morfología y función valvular. El tratamiento debe basarse en el aporte de volumen, en la utilización de drogas inotrópicas y en algunos casos en la colocación del balón de contrapulsación intraórtico. Suele ser necesaria la monitorización hemodinámica invasiva para guiar la administración de fluidos y el uso de drogas vasoactivas. 2.2. Shock obstructivo. Se produce por incapacidad del corazón para mantener un adecuado gasto cardiaco debido a la presencia de una obstrucción mecánica. En el paciente politraumatizado las causas más frecuentes de shock obstructivo son el neumotórax a tensión, el taponamiento cardiaco, normalmente consecuencia de un trauma torácico cerrado penetrante. 2.3. Shock neurogénico. Se produce como consecuencia de una lesión en la médula espinal a nivel cervical o torácico que afecta a la cadena simpática y ocasiona una pérdida de los impulsos cardioaceleradores y del tono vasomotor en los lechos arteriales periféricos, ocasionando una disminución del retorno venoso y del gasto cardiaco. Se manifiesta clínicamente con hipotensión, sin taquicardia ni vasoconstricción cutánea, sino con buen relleno capilar e incluso bradicardia. La presencia de parálisis flácida, priaprismo, respiración diafragmática y ausencia del tono del esfínter anal son indicadores de que se ha producido una lesión completa de la médula espinal. No es habitual que los pacientes con déficits motores y sensoriales incompletos presenten shock neurogénico. En el paciente con TCE grave en situación de muerte encefálica puede producirse una lesión del centro vasomotor pontino que ocasione vasodilatación progresiva y disminución de las resistencias vasculares periféricas. 2.4. Shock hemorrágico. La pérdida de volumen intravascular por pérdidas sanguíneas que condiciona inestabilidad hemodinámica, reducción de la presión tisular, hipoxia celular, daño y disfunción orgánico y muerte es sin duda la causa más importante de shock en el trauma, y el diagnóstico del foco de hemorragia, su manejo y control, el mayor desafío de cualquier profesional que se ocupa de la patología traumática grave. En el adulto hay cinco localizaciones anatómicas donde puede acumularse un sangrado lo suficientemente importante como para provocar una situación de shock: sangrado externo, sangrado en tejidos blandos relacionado con la presencia de múltiples fracturas de huesos largos, sangrado en cavidad pleural, en cavidad abdominopélvica y en retroperitoneo. Existen diferentes clasificaciones sobre la intensidad del shock, que deben tener una utilidad práctica en cuanto a decisiones para los recursos diagnósticos, intervenciones quirúrgicas, etc Una de las clasificaciones de mayor utilidad en ese aspecto es la sugerida por la Western Trauma Association (WTA) (Tabla 1) Grado 0: Sin hipotensión significativa (PAS <90mm de Hg ni taquicardia FC >130) Grado 1: Hipotensión o taquicardia recogida prehospitalaria pero ninguna en la atención inicial. Grado 2: Hipotensión o taquicardia que responde a la infusión de volumen inicial sin necesidad posterior de volumen ni hemoderivados Grado 3: Hipotensión o taquicardia que responde inicialmente, pero requiere posterior ingreso de volumen (< 250 ml/h) o hemoderivados. Grado 4: Hipotensión o taquicardia que responde a la expansión de volumen con dos litros y con necesidad de expansión importante posterior (>250 ml/hora) o hemoderivados. Grado 5: Hipotensión que no responde a la administración de fluidos ni hemoderivados. PAS: Presión arterial sistólica FC: Frecuencia cardiaca 2.5. Shock traumático. Se entiende por este tipo de shock como la combinación de varios tipos anteriormente tratados así como la respuesta fisiológica que genera el trauma. El diagnóstico diferencial del paciente hipotenso e hipoperfundido se resume en la tabla 2: Causa Presiones de llenado Presiones en la vía aérea Evolución y manejo Hemorragia Normal o Vasodilatación Normal o Contusión miocárdica Normal o Búsqueda del foco y caída de la hemoglobina Hemoglobina normal sin foco Ecocardiograma Taponamiento Normal o Ventana apical Hipertensión intratorácica neumo, diafragmática) Hipertensión (hemo, hernia intraabdominal Diagnóstico clínico Confirmación radiológica Elevadas presiones Oliguria. Mientras en la mayoría de los pacientes politraumatizados en situación de shock la etiología del mismo tiene su origen en el propio traumatismo, una minoría de pacientes puede desarrollar una situación de shock secundaria a otra etiología que provoque el traumatismo posterior. Sepsis, anafilaxia, cetoacidosis diabética, isquemia miocárdica, coma mixedematoso son causas raras de shock secundarias al traumatismo 3.-ESTRATEGIAS DE RESUCITACIÓN La muerte en los conflictos de guerra americanos ha suscitado el debate sobre la estrategia de resucitación más adecuada. La mayoría de las muertes prevenibles se producen por hemorragia no controlada. Este debate existe entre si es mejor la resucitación agresiva con volumen que produce mayor anemización por hemodilución y por incremento del sangrado, mayor coagulopatía, agrava la hipotermia y se asocia a mayor incidencia de síndrome compartimental abdominal. Por contra a la resucitación agresiva ha surgido el concepto de reanimación quirúrgica, resucitación controlada o hipotensiva. Esta estrategia defiende la realización de una reposición no agresiva de volumen, tolerando cifras más bajas de tensión arterial sistólica, hasta que la hemorragia esté controlada, normalmente mediante cirugía. Determinados pacientes no se beneficiarán de esta estrategia de reanimación por peor tolerancia y mayores complicaciones asociadas a la hipotensión arterial; así en pacientes de edad avanzada, con traumatismo craneoencefálico grave o medulares, y en pacientes con trauma cerrado no quirúrgico esta estrategia no debería ser aplicada. En las lesiones penetrantes con criterios quirúrgicos urgentes en medio urbano con tiempos de transporte cortos probablemente la reposición agresiva de volumen no este indicada. Si los tiempos de transporte son largos, la reposición estará guiada en función de la situación clínica del paciente. La administración de fluidos estará indicada ante la presencia de disminución del nivel de conciencia y cifras de tensión arterial sistólica inferiores a 80 mmHg. Con valores de tensión arterial sistólica superiores a 80-90 mmHg mantenidos podrá suspenderse el aporte de volumen. Sin embargo en pacientes con traumatismo cerrado no quirúrgico, la fluidoterapia agresiva puede estar indicada para restaurar el transporte de oxígeno, asumiendo los riesgos asociados, intentando evitar el colapso hemodinámico, la generación de daño secundario y el fallo multiorgánico. En el futuro también habrá que tener en cuenta para la influencia de tales estrategias en la inmunomodulación. Los objetivos hasta que la hemorragia este controlada se resume en la tabla 3. Control de la vía aérea y ventilación Búsqueda y control del foco hemorrágico TAS entre 80-100 mm de Hg Uso limitado de cristoloides, coloides Hematocrito entre 25-30% con uso precoz de concentrados de hematíes Utilización precoz de plasma fresco congelado y fibrinógeno. Utilización en casos seleccionados de factor VII. Plaquetas por encima de 50.000 Monitorización del calcio. Temperatura por encima de 35º C. Una vez controlada la hemorragia los objetivos se resumen en la tabla 4. Guiar la resucitación y la administración de fluidos y drogas vasoactivas por: • Signos vitales normales • Hematocrito mayor del 20% (individualizar por paciente la transfusión) • Control electrolítico • Corrección de coagulación y plaquetas por encima de 50.000 • pH > 7,35 • Normalización de lactato, déficit de base, saturación venosa mixta y gasto cardíaco • Ritmo de diuresis. 3.1 – Tipos de fluidos intravenosos La elección del tipo de fluido y el algoritmo de manejo son controvertido. La fluidoterapia en trauma debe idealmente restaurar el volumen intravascular, el transporte de oxígeno y debe tener capacidad hemostática. En general se prefiere productos no sanguíneos en los pacientes con shock leve para la resucitación inicial, hasta que se demuestre que el transporte de oxígeno es inadecuado o que el que se alcance el umbral de hemoglobina para transfusión, teniendo en cuenta que la decisión en la atención inicial debe ser clínica, en ocasiones sin resultado analítico e individualizado según el tipo de trauma y enfermo. 3.1.1 Cristaloides.- Los dos más frecuentemente utilizados son el Ringer Lactato (RL) y el Salino Isotónico (SI). Los dos se han mostrado igual de útiles en el mantenimiento del volumen circulatorio. Rápidamente se equilibra la distribución entre el espacio intra y extravascular, sirviendo para la reposición de ambos espacios. En general no se deben manejar ratios fijos para la reposición con cristaloides como fueron recomendados previamente (3-7 ml de cristaloides por 1ml de pérdida sanguínea) sino guiarse por objetivos de resucitación. El SI puede generar acidosis hiperclorémica que agrave la acidosis metabólica mientras que el RL aporta una fuente de bicarbonato por su conversión hepática del lactato. El RL puede resultar hipotónico y perjudicial en pacientes con TCE. En cualquiera de los casos no se ha podido demostrar un beneficio de uno frente a otro. Los efectos perjudiciales más comunicados de los cristaloides son el incremento del edema intersticial que puede influir en el intercambio gaseoso, la contribución a la formación de síndrome compartimental, incremento de la traslocación bacteriana y la reducción del flujo sanguíneo capilar. Se recomienda la prueba de respuesta hemodinámica ante una infusión 20 ml/kg. 3.1.2. Coloides.- Los beneficios que siempre han sido asignados a los coloides (mantenimiento en el espacion intravascular, con mejora de la perfusión orgánica y reducción del edema con mejoría del intercambio gaseoso), no han podido ser demostrados. En este grupo se incluiría las gelatinas, dextranos, albúmina y los almidones. Se ha reducido el uso en nuestro medio, por múltiples razones, de las gelatinas (infecciones y reacciones graves de hipersensibilidad) y de los dextranos (efecto anticoagulante, interferencia en el cruzado de la sangre y por las reacciones de hipersensibilidad). La albúmina tendría como efectos beneficiosos la capacidad de expansión de volumen (4-5 veces el volumen infundido), la estabilización de membrana por su capacidad de captar radicales libres, incrementar el transporte de fármacos y sustancias endógenas transportadas por ella (bilirrubina, etc). La albúmina no se utiliza en trauma desde la publicación en el 2004 de posibles efectos en el incremento de la mortalidad. El almidón más utilizado es el “Hidroxietilstarch”. Es un almidón sintético derivado de la amilopectina. Su efecto expansor perdura durante 3-6 horas. Su disposición es ilimitada, su administración no tiene el riesgo de transmitir infecciones, tiene un buen efecto expansor y este es duradero. Sus efectos secundarios son bajos (efecto anticoagulante, fracaso renal y acumulación). Puede ser vehiculizado con una solución salina o en una solución balanceada de electrolitos. 3.1.3. Salino hipertónico (SH).- Las preparaciones más comunes de SH son al 3,5% y al 7,5%. No han sido demostrados beneficios de su utilización. La resucitación con estos fluidos se denomina resucitación de bajo volumen por su capacidad expansora y podría tener papel en pacientes hipotensos, sobre todo en combinación con TCE. Otro de sus beneficios es la facilidad para su almacén, especialmente importante en el medio prehospitalario. 3.1.4. Transfusiones.- Las instituciones que se encargan del manejo del trauma grave deben generar protocolos de transfusión masiva (PTM), como esquema de manejo de determinado tipo de enfermo que requieran una respuesta preferencial (Figura 1) en cuanto al control de la hemorragia, administración protocolizada de hemoderivados (tabla 4), corrección precoz de la coagulopatía, monitorización por laboratorio y búsqueda de objetivos (tabla 5), y estandarización para la administración de procoagulantes (factor VII, complejos protrombínicos). La inclusión del enfermo en el PTM debe manejar criterios que son variables según el ámbito, con criterios a priori, diferentes de la clásica de la reposición de una vez el volumen corporal en 24 horas (tabla 6). Figura 1 BANCO DE SANGRE LABORATORIO MÉDICO RESPONSABLE ENFERMERA RESPONSABLE AUXILIAR DE ENFERMERÍA RESPONSABLE PLAN ASISTENCIAL PARA TRANSFUSIÓN MASIVA ACTIVACIÓN DEL PROTOCOLO GRUPO DE TRABAJO DE TRANSFUSIÓN MASIVA Criterios de activación (#) Umbrales para Resucitación (3) ALERTA POR TELEFONO A BANCO (BdS) Y LABORATORIOS. Por el médico responsable del paciente (o en quien delegue) DUE de BdS va a Unidad clínica Transporte de 2un CH 0- y 2un 0+ Se realiza pulsera Comienzo descongelar 4-6 us plasma Banco de sangre:1357 / 1945 Lab Urgencias: 8298 Coagulación: 1517 EXTRACCIONES ANALÍTICAS SERIADAS según cuadro de laboratorio.(7) IDENTIFICACIÓN RESUCITACIÓN EN EL SHOCK HEMORRÁGICO (1) Cuando se solicite el 3º paquetede hemoderivados: INFORMAR SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA ALERTA (2*) A.E. de unidad/quirófano va a Banco de Sangre Con muestra para BQ y Coagulación. Orden:1º BdS; 2º Laboratorios (BQ y coagul.); 3º BdS NO LABORATORIOS dejar analíticas y recoger resultados Comprobación del Grupo y Rh por 2 métodos: DUE en u. clínica por tfno a BdS y TEL en BdS con muestra piloto BANCO DE SANGRE Recoger paquetes Informar de localización del enfermo ¿rFVIIa?*(5) Antifibrinolíticos (6) SI ENVÍO DE PAQUETES(2) PROTOCOLO DE MANEJO DEL rFVIIa* UNIDAD / QUIRÓFANO Dejar paquetes Recoger muestras Banco de Sangre Se completa el estudio con escrutinio de anticuerpos irregulares AE unidad/quirófano Comunica tfno a un. Clínica el Hto paciente Se lleva en mano uns CH isogrupo Recepción de hemoderivados en la unidad/quirófano Manejo y conservación de hemoderivados Devolución a Banco de las unidades no utilizadas (4) NO ESTABILIZACIÓN DEL PACIENTE, EXITUS O FUTILIDAD* SI EVALUACIÓN DEL PROTOCOLO Tabla 4 DESACTIVACIÓN DEL PROTOCOLO Aviso por teléfono del médico responsable DEVOLUCIÓN A BANCO de los hemoderivados no utilizados Paquetes Tiempo 1 C.Hematíes PFC 2 O NEG + 2 O POS 0 2 10 min 4 0 3 10 min 4 4 Plaquetas Fibrinógeno 1 2gr Reevaluación de las necesidades trasfusionales. Contenido de paquetes e intervalos. Médico responsable: llama a Banco de Sangre interfono 1357 (1º) y 1945 (2º) 4 30 min 4 0 5 30 min 4 4 6 30 min 4 0 7 30 min 4 4 8 30 min 4 4 9 30 min 4 4 10 30 min 4 4 1 2gr 1 1 2gr Tabla 5 Componentes Resultado del test Cantidad Concentrado hematíes Nada 4 unidades PFC TP ≥ 18 ó INR ≥ 1,5 ó TTPA ≥ 3 o más unidades 45´´ Plaquetas Fibrinógeno < 100.000 /mm3 1 pool < 50.000 /mm3 2 pool < 100 mg/dL 2 gr PRUEBAS TUBO VOLUMEN TR. MAX FRECUENCIA 3-5 CC 7 MINUTOS 20 MINUTOS 2 CC 7 MINUTOS 20 MINUTOS IONES (Na+, K+, Cl- ) GLUCOSA CREATININA CALCIO TOTAL PERFIL HEPÁTICO 3-5 CC 35 MINUTOS 45 MINUTOS ACTIVIDAD DE PROTROMBINA INR TTPA FIBRINÓGENO 3-5 CC 35 MINUTOS 45 MINUTOS HEMOGRAMA GASOMETRÍA ARTERIAL CALCIO IÓNICO JERINGA HEPARINIZADA IONES LACTATO Tabla 6. Criterios de Activación del PTM Criterios diagnósticos (ANATÓMICOS): § Trauma penetrante con compromiso vascular y/o de tronco o cerrado con lesión de víscera maciza. § Amputación traumática Criterios por flujos hemorrágicos (HEMODINÁMICOS): • Pérdida de un volumen sanguíneo (60 ml /kg) dentro de un periodo de 24 horas. • Pérdida y el reemplazo del 50% del volumen sanguíneo en 3 horas. • Ritmo de hemorragia de 150 ml/min o mayor. • Pérdida de 1,5 ml de sangre por kg de peso en 20 minutos. • Transfusión de 4 o más concentrados de hematíes en 1 hora. • Trauma grave clasificados como exanguinados, inestables que no remontan con volumen, tras la prueba de reposición del ATLS. • Pérdida de sangre es tan rápida y severa que la reposición con productos sanguíneos y otros fluidos excede los mecanismos compensadores del organismo. Este tipo de resucitación con frecuencia conlleva el desarrollo de coagulopatía multifactorial. Fuera de la transfusión masiva y de la fase aguda de atención al trauma, la transfusión de hematíes debe ser individualizada, según el tipo de enfermo (reserva fisiológica), tipo de trauma (TCE, lesión medular), fase de evolución (destete o sepsis), estando indicada por debajo de 6 gr/dl en casi todos los casos y no indicada por encima de 10 gr/dl. 3.1.5. Trasportadores de oxígeno.- Los transportadores alternativos de oxígeno son las hemoglobinas modificadas y los perfluorocarbonos. Las hemoglobinas modificadas más estudiadas son el Hemopure y la hemoglobina bovina polimerizada. Las ventajas son la disponibilidad, la posibilidad de conservación a temperatura ambiente, la reducción de riesgo de transmisión de infecciones y la ausencia de necesidad de tipar. Desafortunadamente tiene gran cantidad de efectos secundarios: vasoconstricción, interferencia con pruebas de laboratorio y la posibilidad de empeorar el síndrome de reperfusión. Las ventajas de los perfluorocarbonos son similares que las de las hemoglobinas sintéticas. Los inconvenientes están relacionados con la necesidad de FiO2, con el incremento del riesgo de toxicidad pulmonar. BIBLIOGRAFÍA 1. Gutierrez G. Reines HD, Wulf- Gutierrez ME. Clinical review: Hemorragic shock. Crit Care 2004; 8: 373-381. 2. Kane SK. MacCallum MJ, Friedich AD. Resuscitation of the trauma patient. 3. Protocolo de Transfusión Masiva del Hospital Universitario “12 de Octubre” de Madrid. 2008. Comisión de Transfusión. Grupo de Trabajo de Transfusión Masiva. https://l2deoctubre/servicios/calidad/protocolos.php. 4. Dutton RP. Current Concepts in hemorragic shock. Anesthesiology Clin; 25: 2334. 5. Bilowski RN, Rivers EP, Horst HM. Targeted resuscitation strategies after injury. Curr Opin Crit Care 2004; 10: 529-538. 6. Bochicchio G. Treatment of bleeding in the urban battlefield. Surgery 2007; 142: 78-83.