Revista Cubana de Medicina Intensiva y Emergencias Rev Cub Med Int Emerg 2005;4(4): 142-146 PRESENTACION DE CASOS Unidad de Cuidados Intermedios Hospital Clínico-Quirúrgico-Docente: “Dr. Salvador Allende” Ciudad de La Habana VASCULITIS AGUDA Dra. Marcia C López Pérez,¹ Dr. Juan Manuel Sánchez Díaz,¹ Dra. Ana Tamara Blanco Díaz,¹ Dra. Clara Santamaria Trujillo,¹ Dra. Magaly Marrero García 1 y Dr. Jorge Lopez Hernandez.³ RESUMEN La vasculítis es una inflamación de la pared de los vasos, afectándose generalmente el lumen por lo que se asocia con isquemia de tejidos. La inflamación involucra vasos de distintos diámetros y diferentes órganos, todo lo cual explica la variedad de manifestaciones clínicas. Se realiza la presentación de un paciente masculino, blanco de 7 años de edad que ingresa en la Terapia Intensiva Pediátrica del Instituto de Medicina Militar Dr. Luis Díaz Soto, con el diagnóstico presuntivo de sepsis severa y vasculítis aguda infecciosa, aplicándosele terapia antimicrobiana de amplio espectro. La persistencia de las manifestaciones clínicas asociado a una gangrena seca del segundo artejo del pie derecho nos hizo pensar en las causas no infecciosas de esta entidad y comenzar con tratamiento inmunosupresor mejorando evolutivamente. 1 2 Especialista de I grado en Pediatría. Profesor Asistente. Especialista de I grado en Pediatría. Diplomado en Medicina Intensiva. La vasculítis comprende un grupo heterogéneo de entidades relativamente frecuentes de etiología y manifestaciones clínicas diversas que se caracteriza por la inflamación de los vasos sanguíneos, lo cual compromete su función con el desarrollo de isquemia y necrosis.1-3 La localización de los vasos y la distinta histopatalogía en la que predomina la lesión necrosante o la granulomatosa constituyen las características que definen los diferentes síndromes vasculíticos y permiten su individualización.4-5 La variabilidad del cuadro clínico merece calificativo de simuladora confundiéndose con cuadros de sepsis graves. 142 Las características de la lesión histológica, la hipocomplementemia, la hiperganmaglobulinemia, la presencia de factor reumatoideo, de crioglobulinas y la respuesta al tratamiento inmunosupresor son argumentos que soportan la hipótesis que la lesión vascular esta mediada por mecanismos inmunológicos.6 La inflamación vascular puede acompañarse de sintomatología general: fiebre, astenia, artralgias, toma del estado general, con o sin manifestaciones locales orgánicas en dependencia del órgano afectado por la vasculítis: cutáneas, neurológicas, abdominales y renales. La elevada frecuencia de las manifestaciones cutáneas de las vasculítis hace que el reconocimiento de estas lesiones sea importante para su diagnóstico.7-9 PRESENTACION DEL CASO Paciente LML de 7 años de edad, masculino, blanco, con antecedentes de haber ingresado a los 3 años de edad en la unidad de terapia intensiva pediátrica con diagnóstico de sepsis severa y vasculítis infecciosa, dado por la presencia de fiebre elevada, toma del estado general, artralgias, trastornos hemodinámicos, y lesiones purpúricas en miembros inferiores y leucocitosis con desviación izquierda llevando tratamiento con ceftriaxone, asociándose vancomicina al aparecer lesión violácea en el tercer artejo del pie derecho, mejora evolutivamente el estado general pero persiste la fiebre y aparecen nuevas lesiones isquémicas en ambos escrotos. Se discute el caso en colectivo; se valora la posibilidad de una vasculítis no infecciosa en este caso por hipersensibilidad y se comienza tratamiento con inmunosupresores del tipo de los esteroides a dosis máxima durante once días, disminuyéndolos progresivamente, reapareciendo la fiebre y presentándose artralgia en ambas rodillas. Se discute el caso en el colectivo y se llega al consenso de que estamos frente a un paciente portador de una vasculítis no infecciosa por lo que se incrementa nuevamente la prednisona a dosis máxima, a pesar del tratamiento impuesto y el uso de oxigenación Hiperbárica. El paciente hace una gangrena seca (Figura 1) del tercer artejo del pie derecho y pierde la falange distal. Evolutivamente tuvo varias crisis de agudización en el curso de infecciones respiratorias altas agudas e infecciones localizadas en la piel. Se utilizó para su control, esteroides a dosis máximas asociados con ciclofosfamida. En los estudios y controles sistemáticos en los que incluimos reactantes de la fase aguda, estudios de la función hepática, renal, inmunológica, medulograma, ultrasonido abdominal, renal y suprarrenal, anticuerpos antinucleares, anticuerpos anticitoplasmatico, tomografía axial computadorizada de cráneo, fondo de ojo y biopsia de lesiones purpúricas de piel, encontramos un déficit de la inmunidad celular para lo cual ha llevado tratamiento con vitaminas, levamisol y factor de transferencia, en la biopsia de piel engrosamiento de los pequeños vasos de la dermis y el tejido celular subcutáneo, depósito de anti-C3 en las paredes capilares de la dermis papilar, los restantes anti cuerpos IgA, IgM, IgE fueron negativos, lo que confirmo’ el diagnóstico de vasculítis leucocitoclástica. El tratamiento intercrisis ha sido con prednisona con la dosis mínima que lo mantiene libre de síntomas y ciclo fosfamida a dosis de mantenimiento, además de apoyo inmunológico. 143 En el transcurso de su evolución se comprobaron cifras de tensión arterial elevadas sin repercusión en órganos diana, tampoco se pudo demostrar su relación con el uso de esteroides o de la enfermedad de base; se logró su control con captopril e hidroclorotiazida. El último ingreso del paciente en Abril del 2004 lo motivó la perdida brusca de la visión del ojo izquierdo llegando a nuestro centro 48 horas después, encontrándose en el fondo de ojo edema en polo posterior con presencia de hemorragia retinal hasta periferia y congestión papilar (Figura 2) se realizó arteriografía contrastada donde se observó obstrucción de la arteria oftálmica y hemorragia retiniana. Ante la gravedad del caso se decidió comenzar con pulsos de ciclofosfamida endovenosa mensual durante 6 meses y prednisona a 80 mg diarios durante 4 semanas e ir disminuyendo progresivamente 5 mg semanal hasta mantenerlo con la dosis mínima, asociado a pentoxifilina, aspirina y apoyo vitamínico. Actualmente el paciente se encuentra libre de síntomas aunque no ha recuperado la visión del ojo izquierdo siendo esta afectación de carácter irreversible. Figura 1 144 Figura 2 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Amigo C. Vasculítis. En: Rodríguez R S. Reumatología pediátrica. México; 1996:212-229. 2. Fauci AS. The vasculítis. En: Cupps TR. Hypersensitivity vasculítis. New York; WB Saunders, 50-71. 3. Acta bioquímica clínica latinoamericana. Vol. XXVIII No. 4. 561-566.1994. 4. Cruz M; Martín, Mateos M. “Colagenosis”. En: Tratado de Pediatría. Cruz M, (7ª edición), 1994, ESPAXS. SA. 5. Kaplen EL. Inmunidad, alergía y enfermedades relacionadas: enfermedades reumáticas de la infancia. 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