ISSN 0864-0769, NÚMERO 21, ENERO-DICIEMBRE 2013, PP. 95-107. Investigaciones (Historia) Comerciantes, banca, banqueros y compañías aseguradoras. Cienfuegos 1830-1925 En Cuba la banca centralizada tuvo un surgimiento extremadamente tardío, ya que comenzó a funcionar con posterioridad al resto de los países latinoamericanos, a pesar de que en 1816 se realizaron los primeros intentos de instaurar un organismo con atribuciones similares a las de un banco central. Hacia finales del período 1837-1868, el crédito en nuestro país logra por fin organizarse tras la aparición de sociedades anónimas dedicadas al negocio bancario. En esta transformación es importante la participación del capital comercial que hasta entonces había estado perfectamente diferenciado. Hacendados y comerciantes fueron, en la práctica, los mayores promotores de las numerosas sociedades de crédito, bancos y los llamados almacenes de depósitos. La aparición de estos últimos marca un paso decisivo en la estructura financiera de Cuba. El 7 de enero de 1856 se funda el “Banco Español de La Habana”, reorganizado por Real Decreto del 25 de febrero de 1881, con el título de “Banco Español de la Isla de Cuba”; * Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. institución que durante la etapa colonial desempeñó funciones de emisión y redescuento, y constituyó uno de los más eficientes instrumentos en el mecanismo de saqueo de nuestro excedente económico por parte de España. Entre sus funciones estaba: descontar letras de cambio, pagarés y otros documentos negociables; hacer préstamos a 90 días sobre mercancías, productos, valores líquidos, corporativos o metálicos; aceptar depósitos en moneda o barras de oro y plata; negociar y girar letras de cambio, contratar con el Gobierno o sus dependencias; entre otras. En 1868 fue establecida en Cienfuegos la sucursal del Banco Español, bajo la dirección de Luis Araujo, con el asturiano Antonio del Valle como secretario. La filial cerró sus puertas en 1899 por órdenes del Consejo Supremo de Gobierno, en este momento estaba dirigida por el también asturiano Juan González Pumariega, quien luego fue un importante funcionario de este banco en La Habana. La sucursal de Cienfuegos sería abierta nuevamente en 1909. A pesar de la creación del “Banco Español de La Habana” y de sus su- García Rodríguez, Alejandro: “Comerciantes, banca, banqueros y compañías aseguradoras. Cienfuegos 1830-1925”. Boletín del Archivo Nacional, enero-diciembre 2013, pp. 95-107. La Habana, Cuba. MSc. Alejandro García Rodríguez* 95 COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. cursales en las ciudades más importantes de la Isla, la banca en Cuba tuvo un desarrollo extremadamente lento, pues debido al surgimiento tardío de sus instituciones, fueron los comerciantes los que asumieron este rol que, en su vínculo con la producción azucarera, adquirió la categoría de “refaccionista” mediante el suministro de esclavos, herramientas, dinero en efectivo y otros elementos indispensables para la zafra. Los comerciantes, dentro de su rango de polivalentes, ejercieron la banca como otro de los elementos de la infraestructura mercantil, a la cual se asociaron el capital extranjero y el doméstico en las primeras décadas del siglo XX. Al iniciarse este siglo eran los comerciantes quienes, en gran medida, financiaban la producción y comercialización del azúcar exportada por nuestro país. Por esa época los bancos ejercían un papel secundario dentro de la actividad financiera nacional, téngase en cuenta que al concluir la guerra del 1898 solo operaban en Cuba dos instituciones bancarias: El Banco Español de la Isla de Cuba y el Banco del Comercio. Los comerciantes banqueros jugaron un importante papel a todo lo largo del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Como el país no poseía un banco regular, el comerciante giraba enteramente sobre su crédito en el extranjero, cada casa mercantil tendía a ser su propia sucursal. El historiador Rolad T. Ely cita a E. F Atkins en un comentario al respecto de los comerciantes banqueros: 96 “algunas de estas casas de banca privadas eran muy ricas y guarda- CIENFUEGOS 1830-1925 ban grandes sumas en metálico, quizás un millón o dos de dólares en las más endebles cajas de seguridad. La única guardia era un sereno, y como costumbre alguno de los socios dormía y comía en sus almacenes y oficinas. Tal cosa era la práctica común en La Habana y Cienfuegos”. 1 En la primera mitad del siglo XIX los comerciantes-banqueros cubanos exigían tasas de intereses entre un 18 y hasta un 20 % sobre sus préstamos, mientras que en Europa se podían obtener préstamos por el 4 o el 5 % de interés. La venta de la cosecha por lo general no le alcanzaba al hacendado para pagar los intereses de los préstamos obtenidos, pues los superaban. En la región cienfueguera tenemos varios ejemplos esclarecedores de esta situación: En 1880 se constituye la casa de banca del asturiano José García de la Noceda y del santanderino Esteban Cacicedo Torriente. García de la Noceda fallece en 1886 y sus herederos, junto a otros socios de origen asturiano como Acisclo del Valle, Alejandro Suero Balbín y Esteban Cacicedo Torriente, de Santander, continúan las operaciones bancarias y comerciales hasta 1902, año en que se modifica la sociedad y salen de ella todos los asturianos, por lo que queda la firma en manos de Cacicedo Torriente. La Banca extiende sus operaciones hasta 1958, girando con un capital de más de un millón de pesos bajo la dirección de Pedro Roji Cacicedo. 1 Ver Roland. T, Ely: Cuando reinaba su majestad el azúcar. Ediciones Imagen Contemporánea, Ciudad de la Habana, 2001, pp. 26-28. COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. El 25 de agosto de 1886 el hacendado de origen canario Sebastián Pérez Galdós firma un convenio con la firma García y Cía. —integrada por el asturiano José García de la Noceda y el santanderino Esteban Cacicedo—, a través del cual recibe la suma de 89 476 pesos para la refacción de la zafra del ingenio “Santa Teresa de Jesús”. Dicha cantidad la deberá satisfacer en 10 plazos anuales de 8 947 pesos, pagaderos entre agosto de 1887 y agosto de 1896, a un interés del 6 % anual. Para garantizar el pago, el hacendado hipoteca el ingenio mencionado con todas sus máquinas, dotación y demás anexos, entre los que se incluye la propiedad de los terrenos donde se encuentra ubicado y la hacienda “Las Moscas”, con 116 caballerías de tierra (15 567,43 metros cuadrados).2 La misma firma de García y Cía. en 1887 se adjudica los derechos del ingenio “Santa María”, ubicado en Ranchuelo, Villa Clara, debido a que la Sociedad de Torriente y Hermanos no puede pagar la deuda contraída, ascendiente a la suma de 120 814 pesos. Los bienes muebles e inmuebles del ingenio alcanzan un valor total de 69 000 pesos, por lo que Torriente y Hermanos queda en deuda por 61 814 pesos, cantidad que pagará sin intereses durante 8 años, en 8 plazos de 7 726 pesos. Para garantizar el pago establece otra hipoteca sobre el ingenio “Las Vueltas”, situado en Camarones, Cienfuegos.3 Otra de las firmas comerciales dedicada a la banca y refacción, 2 3 Ver: AHPC Protocolos Notariales José. J. Verdaguer, escritura 355 del 25 de agosto de 1886. Ibídem, escritura 342 del 16 de agosto de 1887. CIENFUEGOS 1830-1925 créditos y préstamos establecida en esta jurisdicción fue la de Castaño, Intriago y Cía. El banco Castaño fue fundado por el inmigrante vasco Nicolás Castaño Capetillo y su socio de origen asturiano Antonio Intriago Toraño en la ciudad de Cienfuegos en la segunda mitad del siglo XIX. En 1886 Antonio Intriago fallece y se liquida la sociedad, saliendo de la firma todos los herederos de Intriago Toraño4. Otro ejemplo de las actividades banquero-crediticias y refaccionarias es el caso de la deuda contraída por Domingo Sarría Albis en junio de 1884, quien acude a CastañoIntriago para que le haga adelantos para la refacción del ingenio “Rosario”, propiedad de su madre María Albis, y de los ingenios “Cantabria” y “Regla” de su propiedad, en los siguientes términos: Castaño-Intriago se compromete a entregar 12 000 pesos oro de cuño español al contado el 7 de junio de 1884 y 2 000 pesos cada día primero de mes desde julio a diciembre de 1884. En pago, D. Sarría entregará durante la zafra próxima 1 200 bocoyes de azúcar entre enero y junio de 1885. Castaño-Intriago tendrá preferencia para comprar azúcar a igualdad de precios a D. Sarría. Para mayor garantía, Sarría entregará la dotación de ganado del potrero “Jurisdicción”, todo a un interés del 12 % anual5. En octubre de 1885 Domingo Sarría Albis vuelve a necesitar de los servicios de banca de Castaño-InEn 1958 era presidido por su descendiente Nicolás Castaño Montalbán girando con un capital cercano a los 80 000 pesos. 5 Ver: AHPC, Protocolos Notariales José J. Verdaguer, escritura, 231 del 7 de junio de 1884. 4 97 COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. triago, cuando se declara su deudor por la suma de 50 998 pesos en oro del cuño español, dicha cantidad sería pagada en 4 plazos anuales hasta 1890, a un interés del 9% anual. Para garantizar el pago, Sarría hipoteca el ingenio de azúcar “Cantabria”, de 40 caballerías de tierra con sus máquinas, siembras, animales, y la finca potrero “Jurisdicción”, de 42 caballerías de tierra.6 La evolución bancaria se fue consolidando con la constitución de nuevos bancos y la penetración del capital financiero norteamericano, que provocó la decadencia de este tipo de instituciones. No obstante, algunas casas de banca continuaron su actividad como las de los asturianos Ramón Argüelles en La Habana, y en Cienfuegos las de Cardona y Cía. S en C7, que aún en 1920 ejercían esas funciones, y las de Castaño y Cacicedo respectivamente, que se mantuvieron en activo hasta 1958 gracias al accionar de los herederos de ambos. Es sabido que los asturianos, catalanes, gallegos y canarios llevaron la primacía en el flujo migratorio español a Cuba durante los siglos XIX y XX y según Jordi Maluquer de Montes, catalanes y asturianos representaban el 50,7 % de los comerciantes establecidos en Cuba; por lo que no puede extrañar que ambos grupos regionales tuvieran una participación importante en la actividad bancaria cubana. En una especialización colectiva, como en toda división social del trabajo, influyen causas muy 6 98 7 Ver: Ibídem, escritura 388 del 17 de octubre 1885. Sociedad en Comandita o Comanditaria. N del E. CIENFUEGOS 1830-1925 diversas que por su efecto conjunto actúan como determinantes. Habría que añadir que cuando una parte de esa colectividad cambia de asentamiento, cuando emigra, el acervo cultural que lleva consigo, o los mecanismos de supervivencia como grupo, la hacen proclive a seguir determinados patrones de comportamiento con los cuales poder obtener ventajas de sus peculiaridades o de su especialización. Los catalanes y asturianos se dedicaron en Cuba al comercio y a la banca de forma destacada, pero no puede decirse por ello que haya sido consecuencia de condicionamientos comunes a ambos grupos. Mientras la emigración catalana puede ser considerada una prolongación de la diáspora comercial, partiendo ya los emigrantes con alguna vinculación con el comercio ultramarino; los asturianos eran de extracción preferentemente rural y parece haber primado en sus motivaciones migratorias la expulsión. Unos y otros se integraron al comercio cubano de forma mayoritaria, pero la singularidad del caso es que los otros colectivos regionales también lo hicieron, los gallegos por ejemplo, sin embargo no fue tan notoria su presencia en la banca8. Dentro del grupo de comerciantes banqueros de origen asturiano establecidos en La Habana entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX podemos mencionar a Juan A. Bances, comerciante polivalente, ganadero, 8 Ver José R López: “Los comerciantes banqueros en el sistema bancario cubano, 1880-1910”, en: La Nación Soñada: Cuba, Puerto Rico y Filipinas ante el 98. Editorial Doce Calles, S.L, Madrid, 1998, pp.275-276. COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. tabaquero, exportador de azúcares, etc. En 1873 bajo la razón social de Bances, Gilledo y Cía. se anunciaba como casa de banca que giraba cualquier cantidad a corta y larga distancia9; Ramón Argüelles, a quien los anuarios comerciales anuncian con una casa de banca en la calle Jesús María y hablan de su potencial como banquero, Ramón Elices Monte asegura que: “… su cartera de valores pignorados en garantía de préstamos es mucho más importante que la del Banco Español y la del Banco de Comercio”10; Leopoldo Carvajal Saldua (marqués de Pinar del Río), se dedicó al comercio y a la elaboración de tabacos, negocios que lo llevaron a la actividad bancaria, su establecimiento se encontraba en la calle Obrapía11; Antonio Quesada Soto, tras ser empleado de varios establecimientos pasó a integrar la sociedad Gratacós, Coro y Cía., comerciantes banqueros de La Habana, fue consejero de varias empresas bancarias en Cuba y al retirarse se radicó en Gijón donde fue nombrado consejero del Banco de Gijón en 190812; Manuel RodríJuan A. Bances nace en 1828 en San Román, Asturias. La Casa de Banca aparece como la primera en realizar masivamente remesas de dinero de los emigrantes asturianos en Cuba (al menos al banco de Herrero y Cía.). Ibídem, pp. 276-277. 10 Ramón Argüelles era natural de Guraña, localidad del oriente asturiano. En 1894 se calculaba su patrimonio en más de 6 millones de pesos. Además de su casa de banca formó parte, como consejero, de varias empresas y bancos. Ibídem, pp. 276-277. 11 Leopoldo Carvajal nació en Avilés, Asturias en 1838. Su casa de banca giraba bajo la razón social de L. Carvajal y Cía. Fue coronel de voluntarios, senador en España. En 1885 le fue concedido el título nobiliario de marqués de Pinar del Río. Ibídem, p.277. 12 Antonio Quesada Soto nació en Ribadesella. Recibió el apoyo de Manuel Coro uno de los socios 9 CIENFUEGOS 1830-1925 guez Maribona, inmigrante avilesino, fue fundador de una saga de comerciantes que terminaron en la especialización bancaria, el último vestigio de la tradición fue una casa de banca familiar en Asturias que se extinguió en 1934. El grupo catalán por su parte, se encuentra representado en la capital por J. Balcells, Joaquín M. Borges, Narciso Gelats13, entre otros. Para el caso cienfueguero, en 1902 se anunciaban cinco casas de comerciantes banqueros. Tres de ellas tenían participación asturiana, nos referimos a Hartasánchez, Cardona y Cía., Cacicedo y Cía. y la firma de Sánchez, Cabruja y Cía.14 Las restantes casas bancarias estaban representadas por Nicolás Castaño (vasco) y Federico Hunike (alemán). Hartasánchez, Cardona y Cía. cuyos gerentes eran el asturiano Manuel Hartasánchez Romano y el catalán Juan Cardona, contaba además con la participación del asturiano Modesto del Valle Blanco, quien llegaría a ser gerente de la firma años más tarde. La compañía emitía giros a Londres, Nueva York, Madrid y el gerentes de la firma Gratacós, Coro y Cía., quien también era asturiano. Ibídem, p. 278. 13 Narciso Gelats Durall nació en Llorent del Mar, Gerona, Cataluña y falleció en La Habana en 1929. Legó a Cuba en 1857, en 1876 fundó casa bancaria N. Gelats y Cía. en unión de sus tíos Juan y José Durall Maig. Ver Guillermo Jiménez Soler, Los propietarios de Cuba, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2008, pp.249-251.. 14 Esta firma estaba compuesta por el asturiano Pedro Sánchez Collera y el catalán J Cabrujas Robert. Ambos socios tenían además participación en otras sociedades mercantiles como en Sánchez, Vital y Cía. la cual giraba con un capital social de 200 000 pesos y en Víctor Calcines, S. en Co, dedicada a ventas de mercancías de todo género. Ver AHPC, Protocolos Notariales de: José Fernández Pellón, escritura del 15 de abril de 1901. 99 COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. resto de España. La casa ostentaba representaciones en compañías inglesas contra incendios como la W Union and Crown y la Atlas; mientras que Cacicedo y Cía.15 realizaba pagos por cable y giraban letras a nueva York, Nueva Orleáns, Filadelfia, Londres, París, Lisboa, Oporto, Madrid, Barcelona y demás capitales de la península, Canarias y Baleares.16 Los comerciantes banqueros con casas establecidas no se veían limitados a participar como gestores o como inversores en otras instituciones bancarias, por lo que no era extraño verles formar parte de los Consejos de Administración. Ejemplo de ello fue el citado Ramón Argüelles, quien además de poseer su casa de banca, figuraba como consejero del Banco de Comercio y del Banco Español de la Isla de Cuba. Lo mismo ocurre en Cienfuegos con el asturiano Modesto del Valle Blanco, quien en 1921, a la par de sus funciones como gerente de la firma Cardona y Cía., se desempeñaba como consejero del Banco de Cienfuegos, antes llamado Banco Local de Crédito, el cual giraba con capital de 500 000 pesos.17 Cacicedo y Cía. estaba compuesta en 1900 por el santanderino Esteban Cacicedo Torriente y los asturianos Alejandro Suero Balbín, Acisclo del Valle Blanco y los sobrinos herederos de José García de la Noceda. Estos últimos residían en Asturias. 16 Rafael Anes y Alfonso Otazu plantean que entre 1888 y 1911 las cifras remesadas a Asturias por las casas bancarias de H. Upmann y Cía. y otras varias de Cienfuegos ascendieron a 40 millones de pesetas. 17 En 1921 eran accionistas de esa institución bancaria los asturianos Modesto del Valle Blanco, Pedro Monasterio Alonso y la sucesión de Acisclo del Valle, con el vasco Nicolás Castaño, el navarro Domingo Nazabal, con el gallego José Reigosa Lombardero y los cubanos Eusebio Delfín y Felipe Silva, entre otros (La Correspon15 100 CIENFUEGOS 1830-1925 SEGUROS El inicio del negocio del seguro privado en Cuba, se puede fechar en la segunda mitad del siglo XIX. Una de las primeras entidades de seguros establecida en Cuba fue El Iris, compañía de seguros mutuos contra incendios fundada en 1855. Los seguros mutuos contra incendios, conjuntamente con el marítimo, fueron los primeros establecidos en la Isla; a ellos se añadieron de manera paulatina los de vida, riesgo, accidentes, obreros, fianzas y otros. En Cienfuegos, en 1872, ya existía una sucursal de la compañía inglesa de seguros contra incendios North British & Mercantile Fire Insurance Company, representada por Augusto Font, la cual fijaba una prima de 10 000 pesos y tenía una renta anual de 2 millones de pesos. En 1892 se encontraban establecidos en la ciudad los siguientes agentes de seguros. A pesar de los grandes riesgos que implicaba la navegación en el siglo XIX, los seguros marítimos eran un negocio rentable y uno de los primeros que se establecen en Cuba. Por esa fecha, en Cienfuegos, los comerciantes importadores y consignatarios de buques realizaban pólizas con aseguradoras extranjeras, mayoritariamente inglesas. Ese es el caso dencia, 19 de marzo de 1920 y 8 de febrero de 1921). El banco fue fundado el 19 de febrero de 1919 por los catalanes Rafael Fiol Caballero y Eusebio Sureda Villoch, el gallego José Reigosa Lombardero y los cienfuegueros Santiago Claret Martí y Octavio M. Font Jorge como sociedad anónima. El capital social lo conformaba la cifra de 100 000 pesos en moneda oficial en acciones de valor nominal de 100 pesos cada una. Ver. AHPC, Protocolos Notariales Mario Núñez Mesa, escritura 60 del 19 de febrero 1919. COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. CIENFUEGOS 1830-1925 Tabla 1. Agentes de Seguros en Cienfuegos, 1892 Nombre Naturalidad Tipo de Aseguradora Dirección Dámaso Aja Fernández Santander Incendios Argüelles # 102 Luis Armada Galicia Incendios Argüelles # 66 Pedro N. Entenza Cuba Incendios Dorticós # 47 José Comallonga Galicia Marítimos Augusto Font Cuba Incendios y marítimos Carlos Fowler Cuba Marítimos San Carlos # 88 Paseo de Vives y Dorticós Dorticós Hartasánchez, Cardona y Cía. AsturCatalán Marítimos Dolores # 4 y 5 Juan G. Pumariega Asturias Incendios San Luis # 21 Manuel Villalón Bori Cuba Incendios y marítimos Sta. Isabel # 2 Elaboración Propia. Fuente: Directorio mercantil de la Isla de Cuba para el año 1892-1893, año IV, Zayas y Quintero, Habana, Imprenta Avisador Comercial, 1892, p. 476. de la importante firma comercial de Castaño e Intriago S. en C. que en 1880 aseguraba sus mercancías importadas con las compañías de seguros marítimos Lloyd Suizo y Home Colonial Marine Insurance Company Ltd.18 El seguro privado subsistió, a pesar de la existencia de los seguros sociales o nacionales, para cubrir, en lo económico, aquellas contingencias atendidas o no por el seguro social. En 1925 Jorge Roa escribió: “El negocio de los seguros en Cuba puede estimarse como el más cuantioso, el de riesgo menor y el de 18 En octubre de 1879 ambas compañías se vieron obligadas a pagar la suma de 140 000 reales cada una a la firma Castaño, Intriago S. en C. debido a la pérdida de 1 000 barriles y 1700 sacos de harina procedentes de Santander embarcados por Ángel B Pérez y Cía. en la goleta española Escalada, la cual naufragó en las costas de Manzanillo, perdiéndose gran parte del cargamento. Ver. AHPC, Protocolos Notariales de Juan Hernández Castiñeira, escritura del 2 de febrero de 1880. menos complicaciones de los que se realizan en la Isla”.19 Carlos del Toro también afirma que la rentabilidad de las compañías aseguradoras quedaría confirmada por la temprana incursión de empresas cubanas y extranjeras en este campo desde finales del siglo XIX, y que en 1958 aún funcionaban. La actividad comercial determinó la existencia de relaciones de carácter funcional entre los comerciantes de Cuba y las firmas comerciales, industriales, aseguradoras, navieras y bancarias de muchos países. Bancos norteamericanos sin sucursales en Cuba utilizaban como corresponsales a comerciantes de distintas plazas del país. Del mismo modo las tradicionales aseguradoras de Londres y Liverpool, así como otras norteamericanas y canadien19 Jorge Roa, Las instituciones de crédito y previsión, citado por Carlos del Toro en, Ob. Cit, p. 285. 101 COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. ses dedicadas al giro, utilizaban a los comerciantes de las plazas cubanas en las operaciones de aseguramiento de mercancías. Los comerciantes asturianos más acaudalados establecidos en Cienfuegos fueron representantes de algunas de las compañías de seguros extranjeras de mayor importancia establecidas en el país. Ese es el caso de los integrantes de la firma Cardona y Cía., quienes representaban en la región a Law Unión and Rock Insurance C. Ltd., Atlas, Alliance, Guardian, la compañía de seguros marítimos The Mannheim y la Union Assurance Society Ltd. Vicente Villar, gerente de una de las principales tiendas de exclusividades – “El Palo Gordo”20– representaba a la Unión Comercial. Es interesante el caso de “El Palo Gordo”, pues siendo su gerente principal el representante en Cienfuegos de la agencia aseguradora Unión Comercial en noviembre de 1912, se desata un incendio en el edificio de la razón social y a los pocos minutos todo el inmueble se encontró ardiendo.21 El diario La Correspondencia comentó: “Las fuerzas de la policía y los dependientes trataron de salvar la mayor cantidad de mercancía Este edificio se incendió en 1912, encontrándose asegurado el inmueble por las compañías Unión Comercial y Norwich por un valor de $ 9 000 cada una, mientras que el establecimiento comercial que radicaba en el edificio se encontraba asegurado por las compañías Royal, Norher, Yorkshire y Unión Comercial, por un valor total de $104 000. La Correspondencia, 11 de noviembre de 1912, p. 7-8. 21 Las pérdidas se calcularon en más de 100 000 pesos. Solo se logró salvar la caja de caudales donde estaban los libros de la razón social, una caja de hierro con gran cantidad de prendas, dos vidrieras, varios objetos de plata y algunas mercancías que estaban en el salón principal. 20 102 CIENFUEGOS 1830-1925 posible, las que iban depositando en la “Casa Llovio”, en “La Perla” y en otros establecimientos cercanos. El fuego tomó incremento rápidamente en la parte antigua del edificio, todo de madera en su interior construido hace ya más de 20 años”.22 El edificio se encontraba asegurado en las Compañías Unión Comercial y Norwich, mientras que los seguros del establecimiento comercial estaban a cargo de La Unión Comercial, Norwich, Royal, Norther y la Yorkshire. Estas compañías eran representadas en Cienfuegos por el cubano Eliseo Rangel, el gallego Modesto Novoa, el asturiano Vicente Villar,23 el santanderino Baltasar Torriente y el alemán Federico Hunike. En entrevista realizada por la prensa a los socios José Alabau Villar y Manuel García —ambos asturianos— declararon que el gerente Francisco Villar se encontraba en Nueva York realizando compras para el establecimiento y el socio comanditario Vicente Villar se encontraba de visita en España. Plantearon además que la causa del siniestro fue la caída de un cable de corriente eléctrica sobre unas cajas de mercancías que contenían peinetas de celuloide, medias, camisetas, frazadas y encajes. El inmueble es reconstruido —con el dinero del seguro— a partir de nuevos cánones estéticos, en apenas un año y seis meses. Su reapertura se fecha en julio de 1914. Ocupa el nuevo edificio una superficie de 1 500 varas planas compleLa Correspondencia. Lunes 11 de Noviembre 1912. 23 Villar y Cía. representaban a “La Unión Comercial.” 22 COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. tamente edificado en mampostería, con dos plantas.24 Pudiera pensarse que los gestores de Villar y Cía. provocaron el incendio para, con el cobro del seguro, convertir el vetusto edificio comercial en uno de los mejores exponentes del eclecticismo cienfueguero. Ya lo decía Edwin Atkins en 1926: “(…) Nunca oí de una caja de seguridad robada, ni nunca oí de ninguna pérdida por fuego en casa mercantil hasta que vino a ser costumbre general el hacerse pólizas de seguro25, pero esta hipótesis queda en el campo de la especulación. En su gran mayoría las compañías aseguradoras que operaban en Cuba desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1920, estaban representadas por comerciantes españoles. Al iniciarse la década de 1920-1929, los comerciantes de origen español van a ser remplazados por firmas o agentes ingleses y norteamericanos. Por ejemplo en 1924 la Norwich Union era representada por George Mellintong, agente radicado en La Habana; la Home, la Hartfort y la Phoenix estaban a cargo del Trust Company of Cuba, también radicado en La Habana; mientras que la Yorkshire tenía sus oficinas centrales en Santiago de Cuba y estaba representada por Mercades, Beyres y Cía.26 Las aseguradoras extranjeras ejercieron su predominio en la región hasta 1919, fecha en que surge la Compañía de Seguros y Fianzas La Correspondencia, sábado 4 de julio de 1914 p. 2. 25 Roland T. Ely, Ob. Cit., p.28. 26 Ver AHPC, Protocolos Notariales de Felipe Silva Gil, escritura 107, folio 702, del 2 de abril de 1921. 24 CIENFUEGOS 1830-1925 Cienfuegos S.A (Fig. 1). Esta compañía de seguros fue la primera y la más importante de cuantas se crearon en Cienfuegos con capital doméstico. Entre 1919 y 1930 surgieron 11 sociedades anónimas dedicadas al negocio de seguros y fianzas, a razón de una por año. En 1923 se constituye La Libertad, La Imperial en 1925, La Financiera y La Seguridad, ambas en 1926, Mercurio S.A. en 1928, Cápiro y Cía. en 1929 y Financiera de Valores, Cantabria, Trust S. A y La Colonial, todas en 1930.27 Fig. 1. Edificio de la Cía. de Seguros y Finanzas y Hotel San Carlos -Cienfuegos, Provincia de Santa Clara. Los capitales sociales de dichas compañías aseguradoras oscilaban entre los 25 000 y los 500 000 pesos. Sin dudas las más importantes entre ellas, tanto por su perdurabilidad en el tiempo como por el volumen de sus operaciones y el capital 27 Ver AHPC Fondo Registro Mercantil Libros de Sociedades, Tomos 49 al 53. 103 COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. invertido fueron: La Compañía de Seguros y Finanzas de Cienfuegos S.A. (1919) y La Financiera de Valores S.A. (1930) ambas con un capital social pagado de 500 000 pesos. De las 11 sociedades surgidas entre 1919 y 1930, seis estaban constituidas por socios de origen cubano y español, una estaba compuesta íntegramente por españoles (asturianos) y solo en cuatro la totalidad de los socios era de origen cubano. La representación asturiana está presente en tres de dichas compañías aseguradoras, La Libertad, que giraba con un capital de 100 000 pesos, constituida por un cubano y el asturiano Manuel Lanza Lanza; La Imperial, fundada en 1925 por los hermanos asturianos Manuel y Aquilino Sanso Lanza con un capital de 100 000 pesos y la Compañía de Seguros y Fianzas de Cienfuegos. Como se ha dicho anteriormente fue La Compañía de Seguros y Fianzas de Cienfuegos S.A. la firma aseguradora más importante que tuvo la provincia hasta 1958. La empresa se constituye por iniciativa de un grupo de comerciantes polivalentes establecidos en la Ciudad, la mayoría de ellos con experiencia en el ramo de la banca y los seguros, pues habían sido representantes de firmas aseguradoras extranjeras. La Compañía se forma en el despacho del acaudalado comerciante vasco Nicolás Castaño Capetillo ante el notario Felipe Silva Fernández. El capital social acordado fue de un millón de pesos y el emitido28 28 104 El capital emitido equivale al valor total de los títulos o valores emitidos por la sociedad anónima, los cuales pueden haber sido pagados en parte o en su totalidad por los correspondientes socios, mientras que el capital pagado es cuan- CIENFUEGOS 1830-1925 de 250 000 pesos, representado por 2 500 acciones de 100 pesos. El impacto que produjo en la ciudad la constitución de la firma aseguradora fue tal que se acordó emitir otros 250 000 en acciones, quedando elevado el capital pagado a medio millón de pesos. Los socios constituyentes fueron trece en total: el vasco Nicolás Castaño Capetillo, los asturianos Acisclo y Modesto del Valle Blanco, Francisco Díaz García y Amador Bengochea Muñiz; los gallegos Modesto Novoa Moure y José Reigosa Lombardero y los cubanos Eliseo Rangel Jiménez, Felipe Silva Gil, Andrés Díaz de Villegas, Carlos Felipe Gutiérrez Valladón29, Eliseo Rangel y Jerónimo Visozo Tellechea. Como hemos podido apreciar, la composición social de la Compañía estaba integrada por una élite de comerciantes polivalentes de origen cubano y español con una gran experiencia en el ramo de los servicios bancarios, crediticios y de seguros. Los socios cubanos —seis en total— representaban el 46,16 %, mientras que los españoles lo hacían en un 53,84%. Dentro del conjunto español, los asturianos estaban en mayoría con una participación de cuatro socios, lo que representaba un 30,76 %. Las cifras citadas nos dedo el capital ha sido pagado realmente por los socios. Ibídem. 29 Carlos Felipe Gutiérrez Valladón era el hermano mayor de Viriato Gutiérrez, el padre de ambos, Felipe Gutiérrez Ubilla, fue un importante comerciante santanderino que hizo fortuna en Cienfuegos en el giro de importación de cristalería y loza bajo la razón social de Felipe Gutiérrez y Cía., la cual giraba con un capital de 80 000 pesos en 1906. Ver AHPC, Protocolos Notariales de Pedro Fuxá Seuret, escritura del 21 de abril de 1906. COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. muestran que por esta fecha todavía las élites de origen español, y dentro de ella los asturianos, juegan un papel rector en la economía y sociedad cienfueguera y por ende cubana, y que no habían sido desplazados aún ni por los cubanos ni por los intereses norteamericanos.30 En 1923 la firma decide construir un edificio social propio, para ello contó con la participación del arquitecto Luis Gálvez, quien fuera el director general de las obras constructivas y diseñador del inmueble. Para llevar adelante la ejecución del proyecto la Compañía convocó a una subasta con el objeto de adjudicar el contrato de construcción. A dicha subasta se presentaron cinco contratistas, resultando electo el maestro de obras Miguel Calzadilla Calzadilla, quien se comprometió a ejecutar la obra por 122 300 pesos 30 En 1924 al ser realizado el balance anual de la compañía, se refleja que el número de socios ha aumentado de 13 socios constituyentes en 1919 a 20 socios, 11 de origen español y 9 cubanos lo que da un porcentaje de un 55 % y un 45 % respectivamente. Por su parte los socios de origen asturiano aún son mayoría dentro de la colectividad española de la sociedad con una participación de 6 miembros, representando el 30 % del total general y el 54,54 % del grupo español. La directiva estaba integrada por: Presidente Nicolás Castaño (vasco), Primer vicepresidente Eliceo Rengel Jiménez (cubano), Segundo vicepresidente Modesto del Valle Blanco (asturiano), Secretario Felipe Silva Fernández (cubano) y como directores figuraban los asturianos Francisco Díaz García, Amador Bengochea Muñiz, Pedro Monasterio Alonso, Manuel Fernández Martínez y Francisco Cuervo Suárez; los santanderinos Esteban Cacicedo Torriente y Torcuato Ruiloba Ruiloba; el gallego José Reigosa Lombardero; el catalán José Ferrer Síres y los cubanos Carlos Felipe Gutiérrez Valladón, Luís E. Hernández Mauri, Andrés Díaz de Villegas, Eliceo Rangel Curiel, Ramón Torre Tejera, Juan J. Hernández Mendoza y Manuel Díaz Pérez. El Republicano, 25 de mayo de 1925. CIENFUEGOS 1830-1925 en un plazo de 315 días hábiles.31 Para garantizar la ejecución del edificio, la Compañía de Seguros y Fianzas de Cienfuegos obligó al ejecutor a aportar una fianza de 12 300 pesos, equivalente al 10 % del valor total de la obra y como Calzadilla no disponía de esa suma en efectivo, solicitó un préstamo con hipoteca a la Compañía de Seguros y Fianzas de Cienfuegos S.A. El préstamo se concertó por un año, sin intereses, pero si al término del plazo fijado no se había efectuado el pago, se establecería un interés del 10 % anual desde su vencimiento hasta el pago definitivo. Para garantizar el pago, Calzadilla estableció una hipoteca voluntaria sobre cinco casas de su propiedad.32 El edificio social fue construido en la esquina de las calles San Carlos y Hourruitiner, en el centro histórico urbano de la ciudad de Cienfuegos, ocupando un solar propiedad de la firma, con un área de 701 m². En el balance de la Compañía efectuado en diciembre de 1924 se expresan algunos datos económicos de interés que nos dan la medida del alcance de esta firma aseguradora y crediticia cienfueguera. Se manifiesta que en inversiones, la sociedad tenía colocados 202 566 pesos. Los préstamos garantizados con primeras hipotecas sobre propiedades en Cienfuegos ascendían a 195 000 pesos en Bonos de la República, las cifras alcanzaban los 221 773 AHPC, Protocolos Notariales de Felipe Silva Fernández, folio 33, Escritura 44 del 23 de febrero de 1923. 32 AHPC, Protocolos Notariales de Felipe Silva Fernández, folio 428, escritura 45 del 22 de febrero de 1923. 31 105 COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. pesos. Respecto al efectivo disponible poseía 6 439 pesos en caja y en bancos 50 755 pesos, mientras que sus reservas se distribuían de la siguiente manera: utilidades pasadas a la reserva 143 944 pesos, reservas técnicas 30 087 pesos y reservas para incendios 15 288 pesos, lo que nos da un total general de 189 319 pesos.33 Como se ha visto, una de las principales fuentes de ingreso de la entidad eran los préstamos con hipotecas. Dichos préstamos eran realizados bajo intereses que oscilaban entre el 8 % y el 10 % anual. Los intereses se pagaban por mensualidades y la falta de pago de cuatro mensualidades daba lugar al término del contrato y a la adjudicación de las propiedades hipotecadas. Para garantizar sus ganancias la sociedad exigía a sus deudores que los inmuebles hipotecados fueran asegurados contra incendios en su compañía, al menos por el tiempo que durara el plazo del préstamo, que variaba según el monto de la suma facilitada.34 Otra de las operaciones financieras que realizaba la compañía era la de otorgar fianzas, las cuales eran concedidas básicamente a notarios, jueces, mandatarios judiciales, entre otros cargos públicos. Dichas fianzas oscilaban entre los 1 000 y los 5 000 pesos, según la notaría a ocupar o el cargo a desempeñar. Pongamos por ejemplo que una notaría en la ciudad de Cienfuegos requería una fianza de 5 000 pesos, 33 34 106 El Republicano, Ob. Cit. AHPC, Protocolos Notariales de Felipe Silva Fernández, folio 919, escritura 66 del 29 de julio de 1919. CIENFUEGOS 1830-1925 mientras que para ocupar una ubicada en los poblados de Palmira o Lajas el monto de la misma era de 1 000 pesos.35 Los accionistas de la Compañía decidieron establecer en su edificio social un consultorio y sala de curaciones de emergencias dotadas con todos los aparatos y recursos propios, lo que resultaba altamente beneficioso para los asegurados, que podían tener un lugar conocido donde enviar a sus lesionados. Hasta diciembre de 1924 se habían atendido 3 831 casos con indemnizaciones pagadas por el concepto de accidentes de trabajo ascendentes a 59 731 pesos, y por concepto de gastos de honorarios médicos y curaciones 56 241 pesos, cifras que redundan en un total pagado por accidentes de trabajo, en un total de 115 973 pesos. Según la prensa de la época, 1924, el departamento de incendios era el más importante de la Compañía y cubría riesgos por millones de pesos “sin que este ofrezca peligro alguno para la Compañía dada la organización que mantiene su oficina principal en coordinación con la agencia general establecida en La Habana y con las demás subagencias en toda la República”. Se emitieron entre marzo 1919 y diciembre de 1924 un total de 9 355 pólizas de incendio y 6 571 renovaciones sobre las mismas, teniendo que responder a 127 incendios, pagando por ello la cifra de 96 722 pesos. La Compañía de Seguros y Finanzas de Cienfuegos tuvo una vida próspera, y 35 AHPC, Protocolos Notariales de Felipe Silva Fernández, escrituras 67, 316 y 229 de 1920 y escrituras 257 y 295 de 1921. COMERCIANTES, BANCA, BANQUEROS Y COMPAÑÍAS ASEGURADORAS. al cerrar el año 1958 se encontraba aún activa, presidida por Esteban Cacicedo Gutiérrez.36 Como se ha visto a lo largo del presente trabajo, la élite asturiana dominaba el comercio de importación y exportación cienfueguero y demostró una relevante participación en el ámbito financiero regional. Esa misma élite tuvo un papel protagónico en la sociedad civil cienfueguera a través de las directivas de las asociaciones más importantes de la región, ya fueran asociaciones de carácter mercantil o en las distintas sociedades regionales de origen español. BIBLIOGRAFÍA ANES, RAFAEL Y OJEDA, GERMÁN: “La emigración a ultramar,” en: Historia de la economía asturiana, fascículo 22. Editorial Prensa Asturiana S.A., Oviedo, 1994. ANES, RAFAEL: “Asturianos a América”, en: Historia de la economía asturiana, fascículo 23. Editorial Prensa Asturiana S.A., Oviedo, 1994. COLLAZO PÉREZ, ENRIQUE: Cuba banca y crédito. 1950- 1958. 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