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Vol. XX, número 6
Octubre de 2012
Técnicas avanzadas de neuroimagen para el estudio
de la fisiopatología de la migraña
La migraña es un trastorno neurológico complejo caracterizado por ataques repetitivos con percepción sensorial anormal, con dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, los
sonidos y los olores, así como náuseas.1 Es sumamente prevalente en todo el mundo
y tiene una fuerte base genética, aunque las formas monogenéticas sean raras. Al
inicio, el trastorno es generalmente episódico, pero puede transformarse en una
forma crónica con 15 días o más de cefalea al mes. La comprensión de los mecanismos de transformación de la migraña es muy escasa. Aunque el elemento clave de la
migraña episódica es la aparición de ataques bien definidos, los umbrales sensoriales
son anómalos incluso fuera de los ataques,2 y cada vez más literatura sugiere el funcionamiento anómalo del cerebro tanto durante los ataques como entre los mismos.3
En las últimas dos décadas, las técnicas de neuroimagen funcional han hecho avanzar nuestra comprensión de cómo se altera la función cerebral de los migrañosos
y han proporcionado una base para una mejor comprensión de síntomas del ataque
como el dolor y la fotofobia. Una variedad de métodos de tomografía por emisión
de positrones (positron emission tomography, PET) e imágenes de resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) (véase la Tabla I) permite estudiar tanto
la estructura del cerebro como la función cerebral. Este número de Pain: Clinical
Updates examinará la literatura pertinente y resumirá cómo las técnicas de neuroimagen podrían modificar el manejo de la migraña en el futuro.
La migraña y el tallo cerebral
Un crucial estudio con PET mostró un aumento de la irrigación sanguínea (un sucedáneo de la activación neuronal) en el tallo cerebral y en varias áreas supratentoriales
del cerebro durante ataques espontáneos de migraña en nueve pacientes. Después del
tratamiento con sumatriptán, la activación del tallo cerebral persistía, mientras que
las activaciones neocorticales disminuían.4 La persistencia de la (1) La activación del
tronco encefálico podría ser específica de los ataques de migraña y quizás pueda explicar varios aspectos clínicos de la migraña. (2) Los medicamentos para ataques agudos,
como los triptanos, no tienen efecto sobre esta activación central, y por lo tanto la
cefalea puede volver a presentarse cuando el efecto del medicamento haya pasado. (3)
Esta zona del tallo cerebral se consideró, por lo tanto, un “generador de migraña” que
actúa como desencadenante o acelerador de un ataque agudo.
La activación del tallo cerebral podría ser específica de los
ataques de migraña y quizás pueda explicar varios aspectos
clínicos de la migraña.
Varios estudios recientes con PET han confirmado esta observación con la evidencia
de activación dorsal pontina convergente en ataques de migraña espontáneos y experimentalmente provocados.4 La activación del tronco encefálico ocurre de forma
predominante ipsilateralmente a la manifestación del dolor, lo que sugiere que la
Tabla I
Técnicas actuales no convencionales de generación de imágenes cerebrales aplicadas a la investigación de la migraña
Método
Principio
Objetivo del estudio
Resolución espacial típica
Disponibilidad
PET de activación
(H215O PET)
Inyección de agua marcada
radiactivamente y detección de la
distribución cerebral
Actividad espontánea del
cerebro, por ej. durante
ataques
~5 mm
Muy limitada
PET de ligando
Inyección de ligandos de receptores
marcados radiactivamente y detección
de la distribución cerebral
Distribuciones de receptores,
por ej., ictalmente frente a
interictalmente
~5 mm
Muy limitada
MRI funcionales
(fMRI)
Determinación de cambios en la
oxigenación en la sangre, un sustituto de
la actividad neuronal
Activación del cerebro en
respuesta al estímulo
~3 × 3 × 5 mm
Amplia
fMRI de conectividad
funcional
Detección de fluctuaciones sincronizadas
de señal lenta en redes a gran escala
Redes funcionales del cerebro
en ausencia de estímulos
~3 × 3 × 5 mm
Amplia
ITD MRI
Determinación de la difusión de agua en
el tejido cerebral, principalmente en la
materia blanca
Arquitectura estructural del
cerebro, por ej., seguimiento
de fibras
~3 × 3 × 5 mm
Amplia
MRI de VBM
Segmentación de los datos de T1w de
la MRI y detección de cambios en la
intensidad de la imagen
Cambios en la materia gris
cortical y profunda
~1 × 1 × 1 mm
Amplia
MRI de espesor
cortical
Segmentación de los datos de T1w de
la MRI
Espesor cortical con
plegamiento conservado
~1 × 1 × 1 mm, con
precisión de segmentación
submilimétrica
Amplia
Abreviaturas: ITD, imágenes con tensor de difusión; MRI, imágenes de resonancia magnética; PET, tomografía por emisión de positrones; VBM,
morfometría basada en vóxel.
lateralización del dolor refleja una disfunción lateralizada del
tallo cerebral.5 Estas activaciones pueden generar el dolor de la
migraña porque su ubicación coincide con áreas cerebrales como
la materia gris periacueductal y el locus coeruleus, que modulan
la nocicepción y la excitabilidad cortical, respectivamente. Las
observaciones de la aparición inicial de una cefalea similar a la
migraña que se produce después de la implantación de estimuladores cerebrales profundos en el tallo cerebral (materia gris
periacueductal) respalda este punto de vista;6 asimismo, se han
mostrado cambios colocalizados en la estructura cerebral en las
personas que padecen migraña.7 Sin embargo, los estudios más
recientes con fMRI, que aplican el contraste de BOLD (una medida relacionada con los cambios en la oxigenación del cerebro),
demuestran que durante los ataques de migraña esta zona es activada tanto por estímulos dolorosos8 (Fig. 1) como por olores (que
representan estímulos no dolorosos),9 lo que indica que esta activación no es específica del dolor. Un grupo francés estudió a siete
pacientes con migraña durante ataques espontáneos de migraña
con PET H215O dentro de las 4 horas posteriores a su aparición,
una vez más tras el alivio de la cefalea con una inyección de sumatriptán, y también durante períodos sin ataques.10 Los autores
informaron de activaciones significativas no solo en el mesencéfalo y la protuberancia o puente de Varolio, sino también en el
hipotálamo, las cuales, al igual que la activación del tallo cerebral
en el primer estudio, persistieron después del alivio de la cefalea
con sumatriptán. La activación hipotalámica se había informado
anteriormente en las cefaleas trigeminales autonómicas,11, 12 pero
no se había observado previamente en la migraña. Esta puede
explicar algunos de los síntomas premonitorios, que comienzan
típicamente antes de la fase de dolor de un ataque, pero que a
menudo persisten durante el ataque. La activación hipotalámica
también puede estar relacionada con algunas de las características
circadianas y autonómicas de la migraña.
La activación hipotalámica puede explicar
algunos de los síntomas premonitorios, que
comienzan típicamente antes de la fase de
dolor de un ataque, pero que a menudo
persisten durante el ataque
Con el surgimiento de mejores técnicas de imagen y
procedimientos de estimulación, es posible no solo estudiar las
activaciones del ganglio trigeminal,13 los núcleos pontinos y
las áreas supratentoriales14 en respuesta a la estimulación del
trigémino, sino incluso detectar respuestas en áreas pequeñas
como la del núcleo caudal del trigémino (trigeminal nucleus
caudalis, TNC), situado al nivel del bulbo raquídeo-nivel C2.15
Un estudio reciente ha demostrado una pauta cíclica de respuestas a la estimulación dolorosa del trigémino en el TNC en las
personas con migraña. Entre ataques, las respuestas producidas
por estímulos estaban atenuadas en los pacientes con migraña
en comparación con los controles sanos, pero cuando un ataque
de migraña era inminente, la pauta de activación se normalizaba. De forma interesante, la respuesta del TNC entre ataques
predijo el momento del siguiente ataque de migraña. Dado que
el tronco encefálico no estaba activado específicamente antes
del ataque y dada la progresión clínica del ciclo de la migraña,
es tentador considerar la posibilidad de generadores oscilantes
de impulsos en el sistema límbico, tal vez incluyendo el hipotálamo, que podrían tener efectos moduladores (indirectos) sobre el nivel de activación de los núcleos trigeminales justo antes
de un ataque, seguidos de una activación específica de las partes
rostrales del puente de Varolio durante el ataque de cefalea real.
En cualquier caso, los núcleos espinales del trigémino son estructuras claves con excitabilidad creciente hacia un ataque de
migraña, mientras que la activación aumentada en la parte ante2
La migraña y la corteza cerebral
rior del puente, anteriormente denominada “generador de la migraña” , probablemente ocurre en un nivel secundario y sólo durante el ataque.16 En conclusión, la disfunción de la regulación
de los núcleos del tallo cerebral implicados en la antinocicepción y en el control vascular extra e intracerebral proporciona
una explicación de gran alcance para muchas de las facetas de
la migraña.17,18 La importancia del tronco encefálico en la génesis de la migraña es subrayada aún más por la presencia de
sitios de unión para compuestos antimigrañosos específicos en
las estructuras del tallo cerebral.19 El desafío es ahora revelar las
consecuencias funcionales de dichos hallazgos, comprender sus
implicaciones y valorar su potencial terapéutico.
En los estudios con PET y con fMRI se ha informado repetidamente acerca de la activación cortical durante los ataques de migraña.
Sin embargo, comparado con la actividad de la porción dorsal de
la protuberancia mencionado arriba, el patrón de la actividad cortical cerebral ha sido menos consistente en los distintos estudios. Se
ha informado con mayor frecuencia sobre activaciones frontales,
temporales, insulares y cinguladas durante los ataques, pero a excepción del polo temporal, estas activaciones no se mantienen en
todos los estudios.3 Se sabe que estas zonas corticales desempeñan
un papel en el procesamiento del dolor, y más generalmente en la
mediación de la importancia emocional de los acontecimientos. Por
lo tanto, no son específicas de la migraña. El polo temporal puede
ser una excepción porque la activación de esta región no ha sido
reportada frecuentemente en los estudios imagenológicos del dolor.20 En un estudio reciente con fMRI, Moulton et ál. demostraron
una activación aumentada del polo temporal en respuesta al dolor
trigeminal fuera de los ataques en personas con migraña en comparación a otros sujetos. Durante los ataques, esta relativa hiperexcitabilidad del polo temporal fue aún mayor. Los autores también
utilizaron análisis de conectividad funcional para estudiar la red en
Intensidad de la señal
Bold en los núcleos trigeminales
La disfunción de la regulación de los núcleos
del tronco encefálico involucrada en la
antinocicepción y en el control vascular extra e
intra cerebral proporciona una explicación de
gran alcance para muchas
de las facetas de la migraña
interictal controles pre-ictal
ictal
Fig. 1. (A, B) Comparación entre pacientes con migraña interictal y sujetos sanos. Durante la estimulación nociceptiva trigeminal del orificio nasal derecho, los sujetos sanos (n = 20) mostraron una activación bilateral significativamente más fuerte que los migrañosos entre ictus (n = 20) en una región del tallo cerebral correspondiente
al núcleo espinal trigeminal. La activación se muestra en un umbral de P < 0,001 (no corregido) y superpuesta
sobre la imagen estructural media de los sujetos sanos y de los pacientes con migraña interictal. L, hemisferio
izquierdo; R, hemisferio derecho (C) Relación entre las respuestas dependientes del nivel de oxígeno en la sangre
(blood-oxygen-level-dependent, BOLD) y el tiempo hasta el siguiente ataque. Un análisis de regresión demostró
que la intensidad de la respuesta BOLD en los núcleos espinales trigeminales (variable independiente) durante la
estimulación nociceptiva predice el tiempo hasta el siguiente ataque (variable dependiente; día 0 en el eje x, ataque
de cefalea) en el grupo de pacientes con migraña interictal. La línea diagonal muestra la regresión. Reproducido
con permiso de Stankewitz et ál.8
3
la que el área activada dentro del polo temporal puede estar inserta.
Dichos estudios de conectividad están despertando cada vez más
interés,21 porque los investigadores pueden usar datos regulares de
fMRI (secuencias EPI) para delinear la estructura en red del cerebro determinando la sincronía de fluctuaciones lentas de la señal
BOLD de la fMRI en el cerebro. Esto se puede hacer en ausencia
de cualquier estímulo mientras los voluntarios están en reposo.
Moulton y cols. informaron de la conectividad funcional entre el
lóbulo temporal y otras áreas clave en el procesamiento del dolor
supraespinal y demostraron que la conectividad está efectivamente
aumentada en este circuito de los pacientes migrañosos.22 Similarmente, otros autores han demostrado incremento de la conectividad
en circuitos del procesamiento del dolor en migrañosos,23 mientras
que la conectividad funcional de los circuitos moduladores del
dolor puede estar reducida.21 Más aún, Moulton y cols. usaron
rastreos de las fibras basado en difusión de MRI para medir la conectividad estructural, que indicó conectividad de los polos temporales con los núcleos pulvinares (caudales) del tálamo.22 Dado que
estos núcleos reciben información de los tractos espinotalámicos y
trigeminotalámicos, estos últimos hallazgos enfatizan que el polo
temporal pueda formar parte de un circuito nociceptivo disfuncional en la migraña.
espesor cortical en la migraña demostró que el engrosamiento
de la corteza somatosensorial ocurría sólo en los sujetos con una
mayor frecuencia de ataques.32 Con el surgimiento de sofisticados
métodos de neuroimagen, estas cuestiones se vuelven cada vez
más relevantes para nuestra comprensión general de la migraña,
es decir, si la migraña es una enfermedad progresiva o potencialmente peligrosa. Sugerimos que los hallazgos que emplean técnicas estructurales de imagen necesitan reproducirse en muestras
de mayor tamaño, quizás combinando varias cohortes a través de
diferentes escáneres, para contestar estas preguntas de manera
concluyente. Lo que no necesitamos son más estudios que investiguen cohortes aún más pequeñas con un arsenal cada vez más
numeroso de métodos estadísticos. No obstante, estas preguntas
son muy relevantes, en particular en vista del reciente debate
sobre las posibles interacciones entre las enfermedades cardiovasculares y la migraña con aura.
Fotofobia
La fotofobia (sensibilidad aumentada a la luz e intolerancia de
la misma) es un destacado síntoma de la migraña que ya ha sido
abordado en varios estudios recientes con técnicas de neuroimagen. Denuelle y sus colegas investigaron las respuestas visuales
de la corteza a estímulos luminosos continuos en pacientes con
migraña con H215O-PET y descubrieron evidencias de hiperexcitabilidad de la corteza visual durante los ataques. La activación
de la corteza visual en respuesta a estímulos luminosos bajos era
más fuerte durante el ataque que después de aliviar la cefalea con
sumatriptán. Sin embargo, la activación tras el alivio de la cefalea
inmediatamente después del ataque agudo era todavía más fuerte
que durante un escáner interictal.33 Por lo tanto, la fotofobia no
puede explicarse exclusivamente como algo secundario al dolor
(severo) de la primera división trigeminal. Los mismos investigadores estudiaron también la activación de la corteza visual en
pacientes con migraña durante el estado interictal en comparación
con sujetos sanos, otra vez con una PET.34 Hallaron respuestas
corticales aumentadas en los pacientes con migraña en comparación con los que no la padecían. En ambos grupos, el procesamiento visual fue modulado por una estimulación trigeminal
dolorosa concomitante. Estos hallazgos de Boulloche et ál. en el
contexto del estudio de Denuelle et ál. sobre los ataques de migraña aguda33 indican que, mientras que la percepción y el procesamiento de la luz pueden aumentar a causa del dolor trigeminal
en sujetos con migraña y en los que no la padecen, la fotofobia en
los pacientes con migraña no puede explicarse mediante el dolor
por sí solo, pero podría ser condicionada por circuitos moduladores del tallo cerebral. Otro estudio reciente reveló que la estimulación visual interictal activaba un área más grande de la corteza
visual en los pacientes con migraña en comparación con sujetos
de control,35 otro argumento a favor de la excitabilidad anormal
de la corteza visual en la migraña.
Los mecanismos de transformación de la migraña—el aumento
en la frecuencia de los ataques con el tiempo—todavía no se
comprenden bien. Un reciente estudio ha arrojado algo de luz
sobre esta cuestión al examinar a personas que padecen migraña
antes y después de una semana de estimulación experimental
repetitiva de dolor trigeminal.24 Los investigadores demostraron
que las respuestas al dolor inducido se atenuaron en las áreas
cerebrales antinociceptivas como la corteza cingulada anterior
rostral después de un estímulo repetitivo en las personas con
migraña, mientras que la actividad aumenta con el tiempo en los
sujetos control que no padecen migraña.24 Por tanto, la insuficiente modulación descendente del dolor puede ser un mecanismo
que contribuya a la transformación de la migraña.
Los mecanismos de transformación de la
migraña—el aumento en la frecuencia de
los ataques con el tiempo—todavía no se
comprenden bien
Estudios que emplearon la Morfometría basada en voxel, una técnica que se puede aplicar a imágenes de alta resolución en densidad T1 de la MRI para detectar anomalías sutiles en la materia
gris, han mostrado consistentemente reducciones en la densidad
y el volumen de la materia gris en varias áreas corticales implicadas en el procesamiento del dolor, como la corteza cingulada
anterior e insular, en pacientes con migraña en comparación con
otros sujetos.25-28 Algunos de estos estudios mostraron que estas
anomalías tienen correlación con la duración del trastorno y/o la
frecuencia de los ataques.25-27 Por lo tanto, estas alteraciones son
probablemente consecuencias de ataques repetitivos y, en principio, deberían ser reversibles con el tratamiento apropiado.
La fotofobia en los pacientes con migraña no
puede explicarse mediante el dolor por sí solo,
pero podría ser condicionada por los circuitos
moduladores del tallo cerebral
Recientemente, estudios más pequeños también han mostrado
anomalías del espesor cortical en la migraña, concretamente
un engrosamiento de la corteza somatosensorial primaria,29 así
como cambios en las áreas de asociación visual.30 Sin embargo,
un estudio de mayor tamaño no logró reproducir estos hallazgos.31 Estas inconsistencias pueden relacionarse con diferencias
en las poblaciones estudiadas, ya que el último estudio sobre el
Aura
En la migraña con aura, el papel de la participación cortical parece estar más claro que en la migraña con cefalea. Alrededor de
una cuarta parte de los pacientes con migraña ocasionalmente
4
experimentan un aura visual, somatosensorial, afásica, o motora,
que típicamente precede a la fase de la cefalea. En los años 40,
basándose en observaciones de experimentos con animales, Leão
sugirió que la depresión cortical expansiva (cortical spreading
depression, CSD) (supresión de la actividad cortical que avanza
alrededor de 3 mm por minuto sobre la corteza, que había observado en animales) era el correlato electrofisiológico del aura
visual en los seres humanos.36 Pasaron más de 50 años hasta
que anomalías semejantes a la CSD se demostraron electrofisiológicamente y en estudios de imagenología que empleaban el
método de inyección intra-arterial de xenón133 en seres humanos
en la época anterior a que las PET y fMRI estuvieran disponibles.
Estos estudios de imagenología indicaron la oligohemia en los
migrañosos como un correlato potencial de la CSD.
Otro estudio de fMRI investigó específicamente las respuestas
a estímulos no trigeminales de calor y de cepillado en los pacientes con migraña y alodinia fuera de la cabeza.40 Los autores
revelaron activación talámica aumentada en comparación con
la fase interictal, sugiriendo la participación talámica en la
expansión de la alodinia desde las áreas trigeminales hacia las
extratrigeminales como ha sido observado en algunos migrañosos. En este contexto, es interesante que se sugiera que los
betabloqueadores ejercen su efecto sobre la frecuencia de la
migraña en el tálamo.41
Otras áreas subcorticales de materia gris no han sido incluidas
tradicionalmente en el marco de la fisiopatología de la migraña.
Sin embargo, pruebas recientes indican que los ganglios basales
pueden tener un papel más importante que el que anteriormente
se les reconocía en la migraña. Maleki y sus colegas demostraron que la estimulación dolorosa con calor en los migrañosos reduce la activación de los ganglios basales mientras que
la activación del núcleo Accumbens, una estructura clave en el
procesamiento de la recompensa, está aumentado en los migrañosos de alta frecuencia de ataques comparados con los de baja
frecuencia.42 Las consecuencias de tales anormalidades todavía
esperan ser definidas.
El tálamo es un elemento clave
de la vía trigeminotalámica y,
por lo tanto, cabe esperar que se active
durante los ataques de migraña
La hipoperfusión cerebral durante el aura en la corteza occipital
contralateralmente a los síntomas se confirmó posteriormente mediante MRI de perfusión.37 Hadjikhani y cols. estuvieron más cerca de informar un equivalente de la CSD en personas migrañosas
cuando examinaron a un paciente con migraña de aura mediante
fMRI antes y durante el inicio del aura de la migraña. Ellos observaron reducciones en las fluctuaciones de señales condicionadas
por estímulos luminosos intermitentes a una proporción idéntica
a la CSD en la corteza occipital, y coincidente con el inicio del
aura visual en el hemicampo visual contralateral.38 El origen de
esta onda con perturbaciones de señal relacionadas con el aura se
situó en la corteza visual extraestriada. Estos hallazgos sustentan
firmemente la idea de que la CSD es en verdad la causa del aura
de la migraña. Curiosamente, el mismo grupo mostró un aumento
del espesor cortical de los migrañosos en la corteza extraestríada
coincidiendo con el área donde se localizaba la CSD.30 A causa
del diseño cruzado del estudio, no fue posible determinar si dichos cambios podrían ser la causa o la consecuencia del aura de
la migraña. Sin embargo, el conocimiento obtenido combinando
los resultados de los estudios descritos anteriormente tiene implicaciones clínicas profundas, porque está contraindicado el usar
ergotamina o triptanos durante la fase del aura, debido a sus efectos vasoconstrictores. Sin embargo, no hay problema en usar estas
sustancias una vez que los síntomas del aura (y por consiguiente
de la hipoperfusión cerebral que sigue a la CSD) hayan pasado,
usalmente entre 20 y 40 minutos después.
La migraña y la materia blanca
Existe un debate en curso acerca de la importancia y de las posibles implicaciones clínicas de las lesiones de la materia blanca
en la migraña con aura en comparación con la migraña sin aura.
La evidencia actual sugiere que los cambios de la sustancia
blanca son relativamente comunes en su porción profunda y en
las fibras U subcorticales43 en la migraña con aura,44 pero raros en
la migraña sin aura. Los pacientes con alta frecuencia de migraña
con aura con una duración larga del aura tendían a desarrollar
nuevas lesiones cuando se les hacía un seguimiento a lo largo de
casi 3 años.45 La causa de tales cambios de la materia blanca en la
migraña con aura no está clara. Se han sugerido causas isquémicas, pero no se han demostrado. Las lesiones relacionadas con la
migraña y con la esclerosis múltiple parecen ser semejantes en las
MRI, pero la tasa de transferencia de magnetización de imágenes
claramente demostró una menor destrucción de los tejidos en las
lesiones relacionadas con la migraña que en las relacionadas con
la esclerosis múltiple.46 Además, los cambios de la materia blanca
relacionados con la migraña parecían ser más pequeños y menos
numerosos que en la esclerosis múltiple.43
Los cambios en la sustancia blanca son
relativamente comunes en su porción profunda
y en las fibras U subcorticales en la migraña
con aura, pero raros en la migraña sin aura
La migraña y las áreas subcorticales de
materia gris
El tálamo es un elemento clave de la vía trigeminotalámica y, por
lo tanto, cabe esperar que se active durante los ataques de migraña. De hecho, un estudio con PET sobre ataques espontáneos de
migraña demostró activación talámica durante los ataques.39 La
activación parece estar ubicada en el tálamo ventroposterior medial (VPM), lo cual no refleja simplemente la activación de este
núcleo, donde se piensa que están localizadas la mayor parte de
las interneuronas de relevo somatosensorial trigeminotalámicas.
Sin embargo, los núcleos talámicos exactos involucrados en la
migraña son difíciles de determinar con los métodos actuales de
neuroimagen, debido a su pequeño tamaño y a la limitada resolución espacial de los métodos ahora disponibles.
Estudios no convencionales de MRI aplicando imágenes de tensión de difusión han demostrado discretas anormalidades de la
sustancia blanca en áreas del cerebro sin daño aparente en pacientes con migraña, como anisotropía fraccional (fractional anisotropy, FA) reducida, una medida indirecta de la integridad de las
fibras del cuerpo calloso,47 aunque estos resultados no son consistentes en otros estudios.48 Rocca y colaboradores reportaron cambios selectivos (FA reducida) de la sustancia blanca en la radiación óptica de pacientes con aura, mientras que en pacientes sin
aura era normal.48 Similarmente, Granziera y cols. demostraron
5
que la anisotropía fraccional es más baja en los pacientes migrañosos en la sustancia blanca debajo de las áreas de asociación
visual, el colículo superior y el ganglio geniculado,30 pero la población de pacientes de su estudio incluía tanto a pacientes con
aura y sin ella, y no se encontró diferencia significativa entre los
dos. Consideradas en conjunto, las anomalías de la materia blanca
parecen ser en general más comunes en la migraña con aura, pero
alteraciones sutiles, especialmente en el cuerpo calloso y en las
vías visuales, también pueden ocurrir en la migraña sin aura.
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mark. Curr Opin Neurol 2012;25:252–62.
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Conclusiones e implicaciones para la
práctica clínica
8. Stankewitz A, Aderjan D, Eippert F, May A. Trigeminal nociceptive transmission in
migraineurs predicts migraine attacks. J Neurosci 2011;31:1937–43.
Las técnicas de MRI adecuadas para el estudio de las estructuras cerebrales pequeñas y para el descubrimiento de anomalías
sutiles están evolucionado rápidamente. Por lo tanto, se requieren estudios futuros sobre la activación, la conectividad y la
estructura cerebral en la migraña. Esta investigación debería
mejorar nuestra comprensión de la patofisiología de la migraña,
pero también puede resultar útil para el diagnóstico y el diagnóstico diferencial, así como para la vigilancia del tratamiento.
Nuevas técnicas de análisis de datos como la clasificación de
patrones con algoritmos de aprendizaje automático podrían ayudar a diseccionar diferentes subtipos de migraña y distinguirla
de otros trastornos de cefaleas primarias. Los investigadores
están estudiando la utilidad de las técnicas de neuroimagen
para determinar respuestas a los tratamientos, y aunque todavía
queda un largo camino por recorrer, los resultados iniciales son
prometedores.
9. Stankewitz A, May A. Increased limbic and brainstem activity during migraine
attacks following olfactory stimulation. Neurology 2011;77:476–82.
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Los investigadores están estudiando la
utilidad de las técnicas de neuroimagen para
determinar respuestas a los tratamientos,
y aunque todavía queda un largo camino
por recorrer, los resultados iniciales son
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imaging resting-state connectivity in periaqueductal gray networks in migraine.
Ann Neurol 2011;70:838–45.
Las técnicas de neuroimagen también podrían guiar el desarrollo de fármacos para la migraña en el futuro. Anomalías tales
como las reducciones en la densidad de la materia gris manifestada por medio de la morfometría basada en voxel también
se han demostrado en otras afecciones de dolor crónico, como
el dolor crónico de la cadera, y en este caso se demostró que
los cambios son sin duda reversibles (después de una operación
de prótesis de cadera).49 Esta reversibilidad probablemente se
aplique a algunos cambios estructurales en las MRI observados
en la migraña y puede representar un marcador objetivo alternativo de la gravedad de la enfermedad, que podría ser el objetivo
de tratamientos preventivos. Este marcador quizás permitiría
reducir el número de sujetos inscritos en las fases más tempranas del desarrollo clínico de fármacos, de modo de reducir los
costes. Otras técnicas de neuroimagen, como las fMRI en estado
de reposo, también son prometedoras en este sentido.
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INFORMACIÓN CON LA QUE PUEDE CONTAR
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Understanding and Treating
the Complex Patient
editado por Maria Adele Giamberardino
y Troels Staehelin Jensen
ISBN: 978-0-931092-92-3, impreso
Precio: 85,00 USD (Miembros de IASP: 70,00 USD)
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Exposure-Based Treatment
for Chronic Pain
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Linton, Katja Boersma y Jeroen de Jong
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Pain 2012:
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editado por Irene Tracey
ISBN 978-0-931092-93-0, impreso
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