Infección urinaria recidivante por Staphylococcus

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INFECCIÓN URINARIA RECIDIVANTE POR
STAPHYLOCOCCUS SAPROPHYTICUS CON
FENOTIPO MUCOSO. CASO 576
Mujer de 28 años, sin antecedentes personales de interés, salvo que ha sido diagnosticada recientemente
de litiasis coraliforme en el riñón derecho. En su primera visita al nefrólogo se solicita un cultivo de orina
que resulta positivo con un recuento de >100.000 ufc/mL en agar sangre del germen que aparece en la
fotografía (figura 1) y que no crece en agar Levine. Al presentar un aspecto tan mucoso se realiza una
tinción de Gram de una colonia, en la que se ven cocos grampositivos agrupados en racimos, que
posteriormente fueron identificados como Staphylococcus saprophyticus. La paciente fue tratada con una
pauta corta de un antibiótico habitual para estas infecciones, aunque en la historia clínica no consta de
cuál se trataba.
Pasado un mes se repitió el cultivo, volviendo a salir el mismo germen y con el mismo recuento, por lo
que se le pautó un tratamiento oral con ciprofloxacino, 500 mg/12 horas durante 7 días. En la siguiente
visita al especialista, se le colocó a la paciente un catéter JJ derecho de larga duración, realizando
profilaxis antibiótica con tobramicina (240 mg) y solicitando un nuevo cultivo de orina que volvió a ser
positivo para S. saprophyticus. En esta ocasión, se le repitió el tratamiento oral con ciprofloxacino, 500
mg/12 horas durante 10 días y la profilaxis con tobramicina. El siguiente cultivo de control ya fue
negativo. Todos los aislados de S. saprophyticus fueron sensibles a beta-lactámicos, amikacina,
ciprofloxacino, gentamicina, nitrofurantoína y tobramicina, pero resistentes a cotrimoxazol.
Figura 1. Aislamiento de S. saprophyticus en agar sangre.
A la vista de su aspecto, ¿hubiera pensado en este germen como
causante de la ITU?
En nuestro caso, al presentar las colonias un aspecto tan mucoso, el resultado de la tinción de Gram,
junto con el no crecimiento en agar Levine, nos hizo pensar que se trataba de un coco grampositivo
perteneciente al género Staphylococcus. Si además tenemos en cuenta que se trata de una mujer joven
en edad fértil y con patología renal, podríamos pensar que se trata de S. saprophyticus, ya que es un
causante frecuente de infección urinaria en este tipo de pacientes y que puede ser responsable de
complicaciones severas como sepsis, pielonefritis y nefrolitiasis.
¿Qué métodos emplearía para el correcto diagnóstico de este
germen?
La mayoría de los laboratorios basan la identificación de S. saprophyticus en la resistencia a la
novobiocina, la ausencia de hemólisis y de coagulasa, la hidrólisis de la urea y la producción de un
pigmento amarillo característico (en aproximadamente el 65% de las cepas). Todo esto junto con el
aspecto de la colonia y la tinción de Gram nos confirmaría el diagnóstico, aunque se recomiendan otras
pruebas bioquímicas adicionales, como las proporcionadas por los métodos comerciales automatizados,
para la identificación final.
¿Cuál sería el tratamiento más adecuado para esta especie?
S. saprophyticus es sensible a los antibióticos habitualmente prescritos para el tratamiento de las
infecciones del tracto urinario no complicadas de tipo ambulatorio, a excepción del ácido nalidíxico y la
fosfomicina.
Puede tratarse con beta-lactámicos como amoxicilina-ácido clavulánico, cefuroxima axetilo y cefadroxilo,
con fluoroquinolonas o con un aminoglucósido. Cotrimoxazol es un antibiótico con buena actividad, pero
en nuestro caso la cepa era resistente.
¿Cuál puede ser la causa de la recurrencia de la infección en este
caso?
La cepa problema presentaba un fenotipo muy mucoso que favorecería la adherencia de la bacteria al
epitelio urotelial y dificultaría su eliminación.
Además la paciente tenía litiasis coraliforme, responsable de cálculos colonizados por estos gérmenes, no
sólo en su superficie sino en su interior. Estos cálculos comprometen la función renal por un fenómeno
obstructivo e infeccioso.
Los principales factores de virulencia de S. saprophyticus son la capacidad de adherirse a células
uroepiteliales mediante una proteína de superficie, la presencia de una hemaglutinina y de una
hemolisina y la producción de una cápsula extracelular.
Una primera pauta antibiótica con ciprofloxacino no fue suficiente para la eliminación de la bacteria,
pues el cultivo seguía siendo positivo. Posteriormente se realizó un tratamiento más largo con el mismo
antibiótico que, junto con la profilaxis con tobramicina y la colocación de un catéter doble J, consiguió
negativizar el cultivo de orina.
¿Con qué frecuencia encontramos esta bacteria como causante de
infección urinaria?
En mujeres jóvenes y sin patología subyacente, la encontramos detrás de E. coli como causante de
infección urinaria. Es especialmente frecuente en mujeres de edades comprendidas entre 15 y 44 años, el
porcentaje de aislados en urocultivos positivos femeninos es inversamente proporcional a la edad de las
pacientes.
El ser humano adquiere el microorganismo por exposición directa a animales o a alimentos
inadecuadamente cocinados. Coloniza el tracto gastrointestinal durante el verano y el otoño y es por esta
razón por la que las infecciones son más frecuentes en el verano tardío y el otoño. Esta bacteria tiene su
mayor reservorio en el recto, la uretra y el cuello de útero. La actividad sexual favorece la colonización y
la infección.
Bibliografía
Orden-Martínez B, Martínez-Ruiz R, Millán-Pérez R. ¿Qué estamos aprendiendo de Staphylococcus
saprophyticus? Enferm Infecc Microbiol Clin. 2008; 26: 495-9.
Raz R, Colodner R, Kunin CM. Who are you Staphylococcus saprophyticus? Clin Infect Dis. 2005; 40:
896-8.
Caso descrito y discutido por:
Araceli Molina de Diego y José Luis López Hontangas
Hospital Universitario y Politécnico La Fe
Valencia
Correo electrónico: molina_ara@gva.es
Palabras Clave: Infección urinaria, Staphylococcus saprophyticus.
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