La superficie del mar labrada

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DE
CERCA
Texto y fotos: Josep M.ª Gili, Francesc Pagès y Jordi Font
La superficie del mar labrada
D
1. Imagen infrarroja de satélite donde se
puede ver dibujada sobre la superficie del
mar la corriente Catalana, continuación de
la corriente Liguro-Provenzal que circula,
en sentido contrario a las agujas del reloj,
por todo el Mediterráneo noroccidental
desde el mar de Liguria hasta el canal de
Ibiza. (Imagen AVHRR-NOAA procesada por
Paul La Violette, NORDA, USA)
esde la playa, la superficie del mar se nos ofrece
en un intenso azulverdoso, monótono. A no ser
que el viento levante oleaje. También cambia su
tono cuando la franja de agua cercana a la orilla se halla muy cargada de partículas finas de sedimento; esa
lengua turbia adquiere un color marrón o más oscuro
que el de las aguas que se distinguen un poco más lejos, aparentemente más limpias.
Lo cierto es que la superficie del mar no es uniforme. En ella pueden observarse toda una serie de fenómenos hidrográficos que resultan imprescindibles para
comprender la dinámica marina y la producción biológica asociada.
En una visión a gran escala, desde un satélite se distinguen las corrientes marinas, con los remolinos y frentes que producen en las capas de agua superficiales. Se
expresan a través de franjas, círculos o manchas de color y rugosidad diferentes. En esas zonas de confluencia de masas de agua distintas encontramos las áreas
marinas de mayor producción biológica.
Cuando sopla el viento en una dirección a una velocidad moderada, el mar se riza con bandas longitudinales y paralelas. La formación de bandas es indicadora de la presencia de células de circulación de
Langmuir. La fricción causada por el viento provoca
un movimiento circulatorio ascendente de las aguas superficiales, perpendicular a la dirección del aire, engendrando una serie consecutiva de convergencias y divergencias de agua. En aguas templadas, el plancton
se concentra en las zonas de convergencia y confieren a estas zonas una tonalidad característica.
2. Imagen aérea de un frente
de salinidad en mar abierto;
esa barrera separa las saladas aguas oceánicas de las
aguas de la plataforma, menos salinas debido a los
aportes continentales. En función de las fluctuaciones de
las condiciones de viento o
hidrodinámicas aparecerán
bandas rectilíneas, meandros,
remolinos y filamentos (fotografía de W. M. Graham)
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INVESTIGACIÓN
Y
CIENCIA, febrero, 2001
3. En las regiones marinas
muy productivas, así las de
afloramiento, encontramos
aguas cargadas con
nutrientes orgánicos y más
frías que las de su
entorno. En el momento de
máximo afloramiento,
vemos, cerca de la costa,
aguas de distintos colores
y tonos, separados por una
franja o frente. Aquí, la
región del afloramiento de
Benguela (Sudáfrica)
4. En el océano Antártico, las agregaciones en la superficie del mar son de hielo
en formación que dan lugar a fenómenos
aún poco conocidos. Las bandas, de una
anchura incluso de 4 metros y separadas
a intervalos de unos 25 metros, pueden
alcanzar más de un kilómetro de longitud. Cuando el viento amaine, las bandas
se acercarán, consolidarán y engendrarán
masas de hielo que con el tiempo
formarán la banquisa
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Y
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