ANATOMOCLÍNICO Nefroma mesoblástico en lactante Resumen de Historia Clínica: Caballero G, Berenguer L. Discute: Roldán O. Modera: Caeiro E. Imágenes: Pereyra Zenklusen A. Anatomía Clínica: Riva V. Niño de 6 meses de edad fue traído por sus padres a la guardia pediátrica de nuestro hospital por vómitos y somnolencia. En resumen se trataba de un paciente en estado de shock, secundario a hemorragia retroperitoneal activa, y con respuesta parcial a las maniobras de reanimación, por lo que se decidió laparotomía exploradora y terapéutica de urgencia. El paciente es recién nacido a término, no recibió lactancia materna, con crecimiento y desarrollo acordes a la edad, vacunación completa, constipación crónica con consultas reiteradas a la guardia pediátrica por cólicos y una hernia umbilical en anillo de 1,5 cm. Imágenes Un mes antes de la admisión presentó un eczema facial autolimitado. Sabiendo que en menores de un año la causa más frecuente de muerte son los traumatismos, el imagenólogo se plantea cual es la opción diagnóstica más indicada, si la ecografía o la tomografía axial computada (TAC). Para responder a esta disyuntiva, se debe evaluar el estado general del paciente y la disponibilidad tanto de equipos como de profesionales, existente en la Institución. Diez días antes del ingreso, se diagnosticó exantema súbito. El 22/09/2010 fue traído por sus padres a la guardia pediátrica refiriendo que durante esa mañana el niño había presentado vómitos alimenticios escasos. Ellos lo observaban somnoliento, decaído y pálido. Al ingreso, el paciente se encontraba afebril, taquicárdico (180 por minuto), con hipotensión severa (no detectable con manguitos esfingomanométricos adecuados), palidez generalizada, dolor y distensión abdominal. Se realizó reanimación con fluidos a 60cc/kg por vía periférica recuperando tensión arterial. Se solicitó un laboratorio: GB 28.600 (granulaciones tóxicas en neutrófilos, neutrófilos en banda: 5 %, neutrofilos segmentados: 67 %, eosinófilos: 1 %, basófilos: 0 %, linfocitos: 24 %, monocitos: 2 %), hemoglobina: 6.8 g/dl, hematocrito: 20.6 %., VCM: 71.3 fl, RDW: 15.3 %, plaquetas 280.000, SODIO: 137 mmol/l, POTASIO: 5.1 mmol/l, CLORO: 104 mmol/l, CREATININA: 0.16 mg/dl, UREA: 31 mg/dl, AC.LACTICO: 2.1 mmol/l, PH: 7.53, PCO2: 21 mmHg, HCO3-: 17.1 mmol/l, EB: -4.7, PO2: 108 mmHg, Ca ionico: 1.15 mMol/l, GLUCOSA: 188 mg/dl, Prot.C React.: 3.13 mg/dl. Se tomaron muestras de hemocultivos. Se solicitó una tomografía axial computada del abdomen con contraste endovenoso que informó riñón derecho con dos lesiones cicatrizales en la valva posterior, riñón izquierdo aumentado de tamaño, de densidad heterogénea, con pérdida de su arquitectura normal por lesión meso-renal de 35 mm, con signos de sangrado activo, uréter derecho dilatado, de 8 mm de diámetro máximo. Un procedimiento fue realizado. En este caso, la ecografía permitió ver la presencia de gran cantidad de sangre en el espacio retroperitoneal y una lesión mesorenal, que podía corresponder a un traumatismo o a un tumor. En ese momento, se planteó la duda sobre realizar una TAC preoperatoria y definir así mejor la etiología de la lesión, o ir a cirugía solo con lo informado en la ecografía. La decisión final sobre el accionar, se tomó en conjunto con el equipo de cirugía infantil. Los ecografistas que actuaron en ese momento, inclinaban su diagnóstico hacia un tumor que estaba sangrando, debido a que el niño no presentaba signos de trauma evidente, como hematomas en la piel, etc. Es importante mencionar, que el paciente estaba compensado al momento del estudio, y durante el mismo sufrió una nueva descompensación, lo que indicaba la severidad de la lesión. Inmediatamente se lo estabilizó e ingresó a quirófano. La tomografía se realizó con bajo amperaje. En los cortes axiales, se empieza a ver en el espacio retroperitoneal izquierdo, una tumoración heterogénea 21 NEFROMA MESOBLÁSTICO que el medio de contraste realza las zonas de sangrado activo. Si se fijan es un hematoma bastante importante, tiene un componente algo más sólido, probablemente coágulos, lo que hace referencia a un evento subagudo. Desplazan la vejiga y el intestino delgado hacia delante. de las imágenes es fundamental. Con ello, comienza el razonamiento diagnóstico siempre pensando en los diagnósticos diferenciales: estamos ante un parénquima renal alterado con una masa renal, que bien podría corresponder a un trauma renal con lesión vascular o a un tumor complicado con hemorragia. En los cortes coronales, se ve que el riñón ha perdido totalmente su morfología, pareciera que estuviera fragmentado, y es en este sector donde veíamos la estructura tumoral, más precisamente en el polo inferior del riñón, rodeado por un extenso hematoma, el cual se observa en todos los cortes. En ambos casos se debe realizar cirugía, (con manejo oncológico debido a la presencia de una masa renal), en busca del sitio preciso de sangrado y controlar así la hemorragia. Una vez que se hace el diagnóstico de "masa tumoral", se empieza a plantear su etiología. Como se mencionó anteriormente, la edad del paciente es de suma importancia. Para nosotros es muy difícil diagnosticar el tipo de tumor renal debido a la morfología exclusivamente. Nos basamos en la epidemiología; por la edad de nuestro paciente, debemos pensar en el tumor de Wilms, que se da entre 1 y 11 años, el nefroma mesoblástico, que afecta a neonatos y lactantes, como en este caso. Debemos mencionar el carcinoma de células renales, aunque infrecuente en la edad pediátrica. El Tumor de Wilms es raro en menores de 12 años, se suele presentar con anomalías congénitas asociadas en más del 10%. El tumor rabdoide, que anteriormente se lo consideraba como una subclasificación del tumor de Wilms, puede afectar a lactantes y debutar con un evento hemorrágico. Para finalizar, se realizo la nefrectomía total correspondiente, sin mayores complicaciones y se extrajeron cerca de 800 cc de sangre de la cavidad retroperitoneal. Médico invitado: Dr. Oscar Roldan (Neumonólogo pediatra, staff del Servicio de Terapia Intensiva del Hospital de Niños, Ex jefe de Terapia Intensiva de la Clínica El Salvador) Anatomía Patológica Al revisar la historia clínica de este caso, se destacan dos o tres puntos muy importantes para discutir. En primer lugar, se trata de un lactante de 6 meses, que desde el punto de vista de la discusión aporta un dato epidemiológico importante; en segundo lugar estamos ante la presencia de un cuadro agudo, con un paciente que ingresa a la guardia en shock, signos clínicos de anemia aguda, sin evidencia clara de una hemorragia activa, y distensión abdominal como signo positivo. Existe un dato clínico, no menor, que hace referencia a múltiples consultas por constipación. En una serie de casos revisada sobre masas renales, se menciona la constipación, en los primeros meses de vida, como evento asociado. Se mostrarán los hallazgos de histopatológicos del caso en discusión. Primeramente, se observará la foto en fresco, correspondiente a la pieza de nefrectomía izquierda, que llegó al Servicio cerrada y donde se aprecia que se encontraba cubierta parcialmente por abundante cantidad de material coaguliforme. Al corte llama la atención el hematoma perirrenal extenso que presentaba. El parénquima renal se encontraba francamente edematoso, con áreas de congestión y de hemorragia. Se observó además, hacia el polo inferior una zona mal definida, de 13 x 4 mm, blanco grisácea, de aspecto fibroso, que no podíamos definir con exactitud si se trataba de un proceso tumoral. Otro hallazgo a destacar y de suma importancia, era la trombosis del hilio renal. Los cortes iniciales correspondientes a la zona sospechosa y problemática descripta en la microscopía, sugirieron una proliferación tumoral, que motivo una nueva inclusión de material para poder arribar al diagnóstico histopatológico. Mientras se va procediendo en el manejo del cuadro clínico, y una vez que se logra estabilizar al paciente, se comienza con el screening diagnóstico de la causa de la hemorragia aguda que está provocando un cuadro de anemia aguda y shock en nuestro paciente. El médico a cargo, debe plantearse si la hemorragia está activa o no y lo más importante es lograr determinar el sitio de sangrado, ya que de ello depende la conducta terapéutica posterior. En estos cortes se puede apreciar el hematoma perirrenal que comprometía la grasa perirrenal de manera extensa; cortes correspondientes al hilio renal, con obstrucción total trombótica de sus luces y, uréter con urotelio reactivo, libre de compromiso neoplásico. La semiología del paciente es mandatoria y el aporte 22 Experiencia Médica - Vol 29 - Nº 1 - 2011 En este corte, se vio a menor aumento, la zona tumoral en donde se observó una proliferación celular sin bordes definidos, que va literalmente empujando el parénquima renal, quedando estructuras renales normales atrapada. Les traje la clasificación de la WHO sobre tumores renales pediátricos, se dividen en: 1. Tumores nefroblásticos: Tumor de Wilms o Nefroblastoma; Restos mesonéfricos, Nefroma quístico y Tumor metanéfrico. Las células se disponen de manera desorganizada, son fusadas, sus núcleos no presentan figuras de mitosis y los nucléolos son infrecuentes. Es un tumor monomorfo que puede corresponder al denominado Nefroma Mesoblástico. 2. Tumores mesoblásticos: Nefroma mesoblástico con sus 3 variantes, Celular, Clásico y Mixto. Este grupo de tumores se derivan de los restos nefrogénicos (de allí se originan los túbulos y los glomérulos). Para completar el caso, utilizamos técnicas de inmunohistoquímica, en donde pudimos confirmar la diferenciación fibroblástica de las células, a través de la positividad para actina de músculo liso (ASMA). 3. Otros: Sarcoma de células claras, Tumor rabdoide, Tumores epiteliales de la infancia y Misceláneas (en donde se engloba al Angiomiolipoma y al Tumor renal osificante. La panqueratina (AE1-AE3), nos permitió observar las estructuras epiteliales renales normales atrapadas en el parénquima tumoral. El nefroma mesoblástico se lo conocía anteriormente, como Hamartoma leiomiomatoso y se lo describe asociado al Síndrome de Beckwith- Wiedeman. El principal diagnóstico diferencial es el Nefroblastoma, por lo que se decidió marcar con WT1; recordemos que este es positivo en el Tumor de Wilms y que, según la bibliografía consultada, en los nefromas mesoblásticos, la inmunomarcación puede ser positiva o negativa, aunque en la mayoría de los casos reportados, suele ser negativa. En nuestro caso puntual, fue negativa. Corresponde al 2% de todos los tumores de la infancia. Es la forma más frecuente de tumor congénito y en el 90% de los casos, se da en menores de 1 año. De manera que si estamos ante un paciente mayor de 2 años, se debe ser muy cuidadoso con este diagnóstico. Están descriptas alteraciones genéticas como es la Trisomía del cromosoma 11 y la t (12; 15) (p13; q25), que se describen para la variante celular. El Ki 67 (factor de proliferación) fue del 40%. Finalmente, con los datos clínicos y con los hallazgos histológicos, concluimos que se trataba de un Nefroma Mesoblástico Clásico, con un tamaño tumoral de 13 x 4 mm y ruptura capsular. Lo clasificamos como estadio 2, porque el extenso hematoma, no nos permitía evaluar hasta donde existía tumor, y además por el patrón de crecimiento. La trisomía del cromosoma 11 también ha sido observada en los fibrosarcomas, por lo que se dice que la variante celular es la contraparte sarcomatosa y la variante clásica, la fibromatosa. Los diagnósticos diferenciales que uno debe plantearse son el sarcoma de células claras, el nefroblastoma (debido a que quedan atrapadas las estructuras renales), y otros tumores renales de la infancia. En el informe se incluyó una nota en donde se aclaraba que debido a las características antes mencionadas, los márgenes eran difíciles de valorar, haciendo especial mención a la importancia pronóstica que tienen en este tipo de tumores. Lo llamativo de este tumor es que se acompaña de hipertrofia de las fibras musculares de los elementos vasculares y cursan con niveles de renina elevados; esto explicaría la hipertensión que tuvo el paciente antes de la extirpación del tumor. Creemos que la causa de la trombosis de los vasos renales fue secundario a la hipovolemia producida por el sangrado masivo como consecuencia de la ruptura capsular. Lo que no podemos explicar es porque persistió con hipertensión después de la exceresis tumoral. En cuanto a la estadificación que nosotros usamos, es la que se emplea para el tumor de Wilms. (Estadificación de tumores renales infantiles. National Wilms Tumor Study Group.) Sería interesante saber si durante los controles prenatales se observó alguna alteración en el parénquima renal, teniendo en cuenta que se trata de una forma frecuente de tumores congénitos. 23 NEFROMA MESOBLÁSTICO bajo grado, variante clásica, cuyo tratamiento en teoría, es solo quirúrgico. El seguimiento se está realizando con ecografías mensuales, siempre con el mismo operador. El dosaje de renina todavía es alto, por lo que recibe tratamiento con propranolol y enalapril. El objetivo es ir disminuyendo la dosis de propranolol y que solo quede el enalapril. No se registra retraso en su desarrollo y crecimiento. Comentario final Junto a los oncólogos, se decidió no hacer el tratamiento quimioterápico porque habitualmente son benignos pero se han dado casos en que se puede encontrar metástasis, así que el comportamiento de la enfermedad es un tanto desconocido. Es un sarcoma de Figura 1: Imagen macroscópica en fresco de la nefrectomía Figura 2: Hematoma perirrenal Figura 3: Nefroma mesoblástico 10 x Figuración 4: ASMA 24 Experiencia Médica - Vol 29 - Nº 1 - 2011 Figura 5: Imagen del tumor y comparación con atlas 25