A mérica del Sur ha sido una región de especial interés para los países europeos. Además de los lazos cu lturales que unen a éstos con toda América Latina, en esta parte del continente la Unión Europea (UE) mantiene una importante presencia económica y comercial, en especia l en los países de América del Sur, agrupados desde 1991 en el Mercado Común del Sur (Mercosur). Aunque en los países andinos el peso económico de la UE ha sido menor, las relaciones políticas se remontan al decenio de los ochenta, cuando se establecieron los primeros contactos bilaterales con el Pacto Andino (Comunidad Andina [CAN] desde 1996). Sin embargo, los procesos de integración que se desarrollan en el hemisferio occidental, en particular la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), podrían modificar este escenario. El establecimiento de este acuerdo * Profesor investigador del Centro de Estudios e Integración, Universidad de los Andes, San Cristóbal, Venezuela <bri cenoj@ula .ve>. 428 COMERCIO EXTERIOR, VOL. 56, NÚM. 5, MAYO DE 2006 podría desplazar a la UE como actor regional y fortalecer el papel hegemónico de Estados Unidos en la zona. Conforme a este escenario, los países de América del Sur se replantean sus relaciones mutuas y con los actores extrarregionales más relevantes, en particular con Estados Unidos y la U E. En el ámbito sudamericano, desde mediados de los noventa, la CAN y el Mercosur participan en un dinámico proceso de negociación comercia l y cooperación po lítica que condujo a la firma de una acuerdo del libre comerc io en tre estos modelos de integración en diciembre de 2003 y la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones en diciembre de 2004. La Comunidad Sudamericana, que nació como una iniciativa brasileña, en gran medida influida por la dinámica político-económica de las negociaciones del ALCA, se presenta como un intento por crear un nuevo regiona li smo sudamericano frente al bloque com ercia l que se consolida en el norte del continente con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCA N). En el ámbito hemi sférico, tanto la CAN como el Mercosur participan en el proceso del ALCA, aunque el interés no es el mi sm o en cad a m odelo reg io na l. M ientras los países a nd inos considera n que el proceso hem isfé rico es vita l para sus intereses nacionales, para el Mercos u r, en la ex presió n de Fernando H enrique Ca rdoso, el ALCA es "un a opción, no un des tino". Es ta form a di versa de considera r el ALCA ha influid o en las relaciones de los dos bloques sud america nos con la UE, pues mientras que para el Me rcos u r el acerca miento a ésta es un a m a nera de pro m over un equilibrio frente a la prop ues ta del ALCA, pa ra la CAN las relaciones con los europeos no tie nen es ta dime nsión estratégica. En es te ensayo se analiza n los vínculos de la CAN y el Mercos ur co n la UE y la m a nera en qu e el ALCA influye en las relaciones de los d os bloques sud americanos con los eu ro peos. El argumento central es que para defender sus intereses la UE promueve un regio nali smo es tratég ico en A mérica del Sur. Es te pl an ha encontrado rece pció n en el M ercos ur, que trata, a su m a nera, de forta lecer sus nexos con E u ropa co m o un ins trumento de negociació n en el proceso del ALCA . Las rel acio nes de los países a ndinos co n Eu ropa t ienen m enos infl ue ncia de l proceso hem isférico, a l que co nsidera n fu ndame nta l en su es trategia comercia l. LA ESTRATEGIA DE LA UN IÓN EUROPEA Y EL NUEVO ORDEN REGIONAL L a variable es t ratégica es fund am ental para co mpre nder el giro de la relación eu rolatinoame ricana d ura nte el decenio de los noventa y la m anera en que infl uyó la variable ALCA. En es te m arco, A m érica Lat in a y E uropa se co nsideraba n pote ncia les socios en un m u ndo en el q ue el di sc urso de la pérd id a de hegem on ía estad ouni dense pa recía d ifum inarse, aunque más bien tendía a recup era rse después del fin de la guerra fría, el triunfo milita r en la primera guerra del golfo (1 99 1) y durante los años de bonanza económica del gobierno deClinton. 1 En estos años era frecuente el a rgumento de que el mu ndo se di vid iría en varios bloques eco nó micos, ent re los cuales pod ía habe r riesgo de co n fl icto. E l orde n econó mi co mu ndi al m ul t ilateral de la guerra fría se sustitui ría por un orden regional propio de la era pos teri o r a la caíd a del muro d e 1. Hegemonía se utiliza en el sentido de la teo ría de la estabilidad hegemónica propuesta por Charles Klinderberger. Según ésta, Estados Unidos ha sido el hegemon o poder dominante en la economía mund ial al liderar después de la posguerra la delineación de las instituciones que regu larían las relaciones económicas internacionales . Durante el decenio de los ochenta se comenzó a argumentar sobre el fin de la hegemonía, pero el colapso del mundo comunista y la recuperación económica de inicios de los noventa plantearon un debate sobre el renacimiento de la hegemonía estadounidense. América del Su r se p resenta dividida. El drea andina provilegia cada vez mds sus relaciones con Estados Unidos, mientas que el Mercosur se plantea una alianza con la Unión Europea como prueba de que elALCA no es una opción sino un destino Berl ín . Pa ra especialistas co mo A ndrew Ax line, el proceso de regiona li zación en el m u ndo de la posguerra fría fue resultado de la evolución de la polít ica económica mundial en un m a rco en el que la suprem acía nuclear es tadounidense había perdido importa ncia y, en cam bio, las fu erzas eco nómicas que lideraban la globa lización com ercial y fin a nciera desemp eña ría n un papel predom in ante. 2 Bj o rn H ettne vinculaba la tes is de la declin ación de la hegem onía y el surgim iento de un nuevo regio na lism o. En su opin ión , du ra nte el periodo de hegemonía de Es tados Un idos se desa rrolló un region ali sm o aco rde co n la lóg ica de la guerra fría y que res po ndía en gran medid a a los intereses del hegemon . Se trata ba de un reg io nalismo hegem ó nico en el que los poderes regionales ac tu aban com o subimperialismos. El fin del co nflicto es te-oes te en 1989 signifi có el colapso de es ta especie de regio nali sm o, después sustituido po r otro en el q ue las po tencias regio nales mues tra n ambi ciones que se pueden descr ibir co mo hege mó nicas, a l menos en esca la regiona l. Ésta es un a de las fo rm as potenciales de organi zación del orden mundia l pos t hege mó n ico, que se pod ría m ani fes ta r en la creación de un orden t ri lateral en el que los bloqu es eco nó micos liderados por las t res po tenci as capitalistas tendrían una responsabilid ad hegem ó nica compartida. En es te orden , las in stitucio nes internacio nales y las empresas transnacionales desempeña rían un papel cad a vez m ás 2. Andrew Axline, "El TLCAN, el regionalismo estratégico y las nuevas direcciones de la integración latinoamericana ", en José Briceño Ruiz (comp.), Escenarios de la integración regional en las Américas, Consejo de Publicaciones de la Universidad de los Andes, Mérida, 1998, p. 24 . 429 d ec isivo. Aunque el nuevo orden no se ría en esenc ia con Aictivo, el potencial a este respecto resultaría elevado y, d ependiendo d e la gravedad del co n Aicro, se log raría la tran sició n a una eco nomía mundial m ás reg ionali zada. 3 En este nuevo orden surge el regionali smo es rratégico, una modalid ad de integraci ó n económica qu e se dirige por neces idad a promove r no un interés universa l sino los intereses de un bloque eco nómico es pecífico , con frecuencia lidera do por un gobierno poco lib era l a li ado co n co rporaciones qu e tratan de penetrar otros bloques ac usados de protecc ioni stas . 4 Para D eblock y Brun ell e, el regionalismo estratégico es "ro da form a de política eco nómica intern acional que tiene como obj etivo , apoyándose en el regionali smo económico, establecer una relación de fuerza y desarrol lar una ventaja comparativa so bre los m ercados internacionale s en favo r d e un grupo de países que form an un enteeconómico". 5 ElA LCA y la nueva política de la UE hacia América Latina ejemp lifi ca n este nuevo region a lismo es tratégico . Se debe se ñalar, además, que el nuevo regionalismo es un proceso complejo que se d esa rrolla en esca la intra e interregiona l. 6 El primero responde a la lógica de bloques económicos por cercanía geográfica. El segundo es el de los modelos de integración y los países no contiguos . La UE ha sido uno de lo s pioneros en la promoción de esta seg unda modalidad. D esde inicios d e los nove nta, a la par que la UE profundizaba y se proponía ampliar su iniciativa de integración, comenzó una estrategia de integración interregion a l expresada en iniciativas como la Conferencia de Barcelona con los países del Mediterráneo, de 1995 , y las reuniones Asia-UE que ese año se iniciaron en Bangkok. También parte de esta estrategia es la firma del acuerdo de Cotonou, el inicio de la restructuración de las relacion es comerciales con los estados de Asi a, el Pacífico y el Ca ribe, que desde el d ecenio de los setenta concede el ingreso preferencial d e las mercancías al mercado europeo mediante los Acuerdos de Lomé. También hay un Diálogo Trasatlántico con Estados Unidos. América Latina no podía estar fuera de esta estrategia. 3. Bjórn Hettne, " The New Regionalism: lmp lications for Developm ent " , en Bjórn Hettne y Andreas ln otai, The New Regionalism. lmplications for Global Development and /nternational Security, Helsinki,Universidad de las Na ciones Un idas e Instituto Mundia l de Inves t igación de Econo mía del Desarrol lo, 1994, p . 5. 4. Bjórn Hettne, " Development, Securit y and World Order: A Regiona list Approach", The European Journal of Development Resea rch, vo l. 9, núm . 194, 1996, p. 94. 5. Christian Debl ock y Dorval Brune lle, " Une intégration régionale stratégique. le cas no rd-américain", Études lnternationales, vol. XXIV, núm . 3, sept iembre de 1993, p. 596 . 6. Bjórn Hettn e y Frede ri k Sóderbaum, "The New Regiona list App roach", Politeia, Journal of the Department of Political Science and Public Administration of the University of South A frica, vol. 17, núm . 3, 1998, pp . 6-21 LA DIVERSIDAD DE LA S RELACIONES DE LA UNIÓN EUROPEA CON EL MERCOSUR Y LA COMUNIDAD AND INA DE NACIONES as i_nter~cc ion es d e la UE y el Mercosur son comp lejas y diversificada s. Se puede argumentar que el M ercosur constituye la m ás alta prioridad de la política exterior europea en Am érica Latina. En es te esce na rio, en 1995 se suscribió un acuerdo marco interregional d e cooperación económica y comercio emre ambos modelos de integración , cuyo objetivo fue el fortalecimiento de la s relac iones políti cas, la liberali zac ión recíproca y progresiva d e los imerca mbios y las inversiones entre las regiones. El ac uerdo también incluyó medid as para cooperar en materia d e propiedad intelectual, promo ció n de las inve rsiones , tran sferencia de tecnología. A partir d e este ac uerdo se inició un proceso de negoci ación dirigido a establecer una zo na de libre comercio que, a pesar de sus dificultades, aún sigue en marcha .7 Para el M ercosur la UE es un socio fundamental. Como seña la Roberto Bau zas, "cas i una cuarta parte del total de las exportaciones procedentes del Mercosur se destina a la UE".8 D e igual manera, la UE es el primer inversionista en América del Sur (supera a Estados Unidos). Argentina, Brasi l y Chile son el destino de 60% de las inversiones europeas. España se convirtió en los noventa en el primer inversionista en el proceso de privati zación de muchas empresas públicas, mientras que países como Alemania e Italia concentraron en las tres naciones mencionadas cerca de tres cuartas partes de roda su inversión extranjera directa en América Latina. 9 Es notorio entonces que para el Mercosur y la UE es importante mamener una relación cerca na. Este interés no se puede desvincular de la dinámica de integración en el hemisferio occidental y, en particular, de la propuesta del ALCA. Bau zas asevera que "la evolución del proceso conducente al establecimiento del ALCA tuvo una gran influencia en el ac uerdo marco interregional desde sus inicios". 10 La iniciativa de la Comisión Europea tenía, asevera Bauzas, el objetivo de contrarrestar la fuerza de atracción que dicho proceso ejercía L 7. José Briceño Rui z, "E l ALCA, el nuevo regi onalismo y la s estrategi as de los países latinoa mericanos", en María Cri stina Rosas (coord .), Que/as "rondas" no son buenas ... La OMCyla Ronda Doha, ¿proteccionismo vs. desarrollo?, Un ive rsidad Nac1onal Autónoma de México (UNAM)-Sistema Económ ico Latinoamericano (SEL A), México, 20 03 , pp . 201-235. 8. Ro berto Bouzas, "As pectos est ratégicos de las neg ociac iones del Merco sur ", en An toni Esteva deo rdal y Carolyn Robert (com ps ), Las Américas sin barreras. Negociaciones comerciales de acceso a mercados en los años noventa, Banco Interameri ca no de Desarroll o, Washington, 2001, p. 65. 9. Javie r Santiso, "Les investisseur européens en Amériq ue latine", en Danie l van Eeuwen (comp.), L'Amérique/atine et /Europea /'heurede la mondialisation, lnstitut d ' Études Politiques -Centre de Recherches sur I'A mérique latine el les Cara·ib es-Aix-Karthala, Par ís, 2002 , p. 156 . 1O. Roberto Bauzas, op. cit., p. 65. , 430 REGI ONA LI SMO ESTRATEGICO en mda Am éri ca Larina, co n inclusión de Amér ica del Sur, donde la UE ti ene imp ortantes intereses eco nómicos . La U E y la CA N tienen u na age nda bil atera l diversifi cada. En var ios do cum enms de ambos modelos de integración 11 se se ñalan co mo los pilares de sus relaciones exte rna s el di álogo político, la lucha co ntra las dro gas, el sistema ge nera li zado de preferencias, las rel acio nes económicas y co merciales y la cooperac ión birregional. El di álogo de airo ran go en la lu cha co ntra las dro gas ha sido en gran medid a el eje de las relacion es entre andi nos y europeos; sus oríge nes se remontan a la reunión en 1995 de la Troika de Mi n isrros de Jusricia y Asuntos de Interior a ca rgo de la lucha contra las drogas . Es re encuentro anteced ió al di álogo político entre amba s regiones, y para la UE const ituye su úni co diálogo especifico co n cua lqui er reg ión del tercer mundo . 1 ~ Tanto para los andinos como para los europeos el rema de las drogas es mu y signifi ca ti vo. La UE, a diferencia de Es tado s Un ido s, apoya un enfoqu e de responsabilidad compartida, en el que no se culpa sólo a los países produ ctores, sino que se recono ce qu e los con sumid ores también so n parte del problema. En co nsec uencia , es necesario fom entar acc iones co njunt as para co mbat ir de man era efici ente es te Aagelo. La UE tiene un enfoque opuesto por co mpleto al es radoun idense, cuyo ca rácte r unil ateral enc uentra resistencia en muchos países productores . La CAN concibe a la UE como un ali ado para enfrentar el un ilarera li smo de prácticas como la certificación de países con co nductas consideradas favorable s para el tráfi co de drogas. El rema eco nómico, en ca mbio, es sec und ario en las relaciones bilaterales. En primer lugar, aunque el intercambio comercial entre ambas regiones ha crecido en los últimos 10 ai'ios, la CAN represe nta apenas 0.8 % del com ercio rotal de la UE. Para los países andinos las ex portaciones europeas equiva len apenas a 14. 1o/o del mral del intercambio com ercial. u Esras cifras ev idencian la poca importa ncia de es tas regiones co mo socios. No obstante, en el caso andino es to se ag rava debido a la persistencia de una bal anza co mercial nega tiva para la CA N y la asimetría en el interca mbio , ya qu e los andinos exporta n productos bás icos a cambio de manufacturas. 1'1 11 Véanse los documentos sobre las relaciones entre la Comunidad Andina y la Unión Europea en <http://comun idad and ina.org/exterio r/ue_3.htm> y< ht tp :ww. e u ropa. e u. i nt/com m/externa l_relations/a ndea n/i nt ro/index. htm>. 12 . The EU 's Relations with the Andean Community < http: //www.Europa. eu it/comm./external_relations/andean/int ro/intro .htm >. 29 de diciembre de 2003. 13. /bid 14. Edgardo M oncayo Ji ménez, Las relaciones externas de la Comunidad Andina: entre la globalización y el regionalismo abierto, Secretaria General de la CAN, Lima , 1999, p. 130. En seg undo lugar, las relaciones comerciales con la UE res ienren mucho el rema de las drogas. Desde 1990 Europa ha promovido una mod alidad del Sistema Genera lizado de Preferencias que favorece a los países andinos comprometidos con la lucha con tra la producción y el tráfico de drogas. Éste se renovó en 1994 por un periodo de 10 años y, sin duda, es un factor que exp li ca el incremento del comercio bilateral en el último decenio. Según daros de la UE, de 1990 a 2000 las expo rtacion es de la CAN al mercado europeo crecieron 60 %. D aro s más recientes muestran que la cláusula de nación más favorecida y al Sistema Genera li zado de Preferencias lib eró de aranceles a 90% de los productos que la CAN ex portó a la Unión Europea." Si n embargo , el carácte r temporal y modificable del sistema generalizado de prefe rencias, así como las críticas respecto a si en la práctica es una medida compensatoria (pues no favorece a los campesinos productores de coca y amapola), han planteado un a di scusión sobre su manrenimienro. 16 A es ros facto res se suma el hecho de que en el marco mulrilareral que se estableció en la Ronda de Uruguay del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (que se pretende profundizar en la Ronda de Do ha de la Organi zación 15. Comisión Europea, The EU 's Relations with theAndean Community< http: //www. Eu ropa. e u, itlcomm. /ex ternal_relation s/a ndean /i nt ro/i n tro. htm>, 29 de diciem bre de 2003. 16. Ka rina Pacheco Med ra na, " Pano ram a de las relaciones entre la Unión Europea y la Comunidad Andina", en Joaquín Roy, Robe rt o Domínguez Rive ra y Rafael Ve lásq uez Fl ores (coords .), Retos e interrelaciones de la integración regional. Europa y América Latina, Plaza yVal dez, Unive rsidad de Quintana Roo, Chair Jean Monnet y Fl or id a lnternational Uni ve rsity, México, 2003, p. 424. COMERCIO EXTERIOR, MAYO DE 2006 431 M undi al de l Co mercio) es te tipo d e m edidas preferencia les favo recen ca d a vez menos. Po r el lo, co n el nuevo milenio com en zó un proceso de rev isión de las relaciones entre la CAN y la UE q ue, en pan icul ar d esd e la pe rspec t iva a ndin a, no se pu ed en seg ui r susre nra ndo en el sistema generalizado de preferencia antidroga. Al pa recer se rrata d e un a ex ige ncia pa ra que las relacio nes co n la CAN se o ri enten por los prin cipi os que guían los v íncul os con el M ercos u r, C hile y M éx ico. Ya en la primera C umbre Birregiona l entre la UE y A mérica Latina y el Ca ribe, reali zad a en Río d e Janeiro en 1998, los pres id entes andinos expresaro n su interés po r in cre mentar las relaciones co n la E uropa co munita ri a. Sin emb argo, fue en la segund a cumbre celebrad a en M adrid , en 2 00 2, cua ndo se a nun ció la decisión d e a mbos g rupos d e negoc iar un acuerdo de di álogo político y cooperación que , seg ún un documento d e la CAN, constituyó "un paso previo a l inicio d e la s n ego ciacio nes para un ac uerdo d e asoci ació n entre ambos bloques, el cual deberá incl uir un a zo na d e libre com ercio". 17 Las negociaciones co ncluye ron en diciemb re de 2003, en Roma , con la firm a del ac uerdo p or represe nta ntes de la UE y la Comunidad Andin a. EL ALCA Y LAS RELACIONES DE LA UNIÓN EUROPEA CON LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES Y EL MERCOSUR • Qué reacción observa el viejo continente ante es te esce na{_ rio cread o po r el ALCA? Alg unos especialistas le o torga n un a importa ncia secundari a. Susa nne G ratius, por ejemplo, aseve ra que el proyec to del ALCA ha pasad o casi in adve rtido en E uropa, y que cuando el congreso es tadouniden se aprobó la A utoridad C omercial , que permite al gobi erno d e Bush nego ciar el ALCA, el comis ario de co m ercio d e la UE, Pasca l La m y, se limitó a acoger esta medida. Para Gratius, "tampoco se percibe una competencia directa enrre Es tados Unidos y la UE por el mercad o latinoamerica no, sino que, has ta aho ra, las esferas han sido divid idas d e m anera cla ra : Estados Unidos ejerce el poder hegem ónico en el á rea del g ran C a rib e, la UE en América del Sur". 18 Sin emba rgo, no todos tienen es ta percepción del as unto. E n algunos círc ulos políticos y académi cos se tem e qu e si Es tados Unidos logra imponer un ALCA d e ac uerdo co n sus 17. Comunidad And ina, Política Exterior Común. Relaciones con la Unión Eu ropea <www.comunidada nd ina .o rg/exte ri o r/ue. ht m >, 29 de diciemb re de 2003, y The EU "s Relations with theAndean Community, <http: //www Europa .e u. it/comm ./external_relat ions/andean/intro/int ro. htm>, 29 de diciembre de 2003 . 18. Susanne Gratius, El proyecto del ALCA visto desde Europa, Est udios so bre el ALCA, num . 1, Santiago, Chile, octubre de 2002, p. 1. 432 REGIONALI SMO ESTRATt GICO intereses, será en el se no de éste d on de se es tabl ezca n las reglas del co merc io inte rn ac i o n a l. ' ~ El comi sa rio europeo Pasca l La m y, po r su pa rre, a firm ó en un a ent rev ista a l di a ri o Le Monde qu e la "U ni ón E uro pea es un soc io come rcia l m ucho m ás imp o rta nte pa ra A m éri ca Lar in a qu e Es tad os U nidos . Noso tros te nem os a llí posic io nes qu e no va n a d esaparece r d e un d ía pa ra otro. Pero d ebem os es ta r vigil a ntes". 20 Lo cierro es que la UE no es i ndiferenre al pro ceso regionali sta qu e se d esar rolla en el hemi sferi o occidenta l. Hu f bauer y Scho rt ha n dem os trad o qu e hay razo nes para pensa r q ue la UE pued a res ulta r afec tad a por la d esv iac ió n de co mercio que ge nere el ALCA. 21 La experiencia del T LCAN brind a in dicios m ás co ncr·etos para soste ner es te argumen to. E ntre 199 5 y 1999, es d ecir, después d e la firm a del TLCAN, la presencia europea en el m ercado m ex ica no sufrió un a d rás tica redu cción, pues superó pérdid as de has ta siete puntos . 22 D atos d el In stitu to d e Relacio nes E uro peas-Latinoa merica nas confirm a n q ue d e 19 94 a 1998 el co m ercio m ex ica no con la UE se reduj o a la m itad . 21 En m ateri a d e inversio nes, la UE ha aumentado mucho su presencia en la zo na. En el d eceni o d e los nove nta, los flujos de inve rsió n ex tra nj era prove nientes d e la UE representa ron cas i 3 0 % del to ral d e la región, mi entras que las cifras absolll[as crecieron ocho veces d e 1993 a 1999. 24 Si en el ALCA se aprueban las no rm as sobre inve rsio nes co n base en el pri ncipio d e trato nacional, los inve rsionistas europ eos qued arían en d esve ntaja frente a los capita les estadounidenses y can adienses. Ante es te escenario, la UE ha p ro movido también un a estrategia m ás enérgica en América Latina. Si se considera n los potenciales efectos que el ALCA tendría en términos de d esv ío de comercio e inve rsiones europeas, es válido argumentar que la nueva política de Bruselas hacia América Latina responde a un a posible pérdida d e sus pos iciones en el sistem a económico intera merica no. Sin emba rgo, és te es sólo un co menta ri o. C omo se ñalan o tros es mdi os, 25 desd e inicios d e los no venta la UE ha d esplega d o un a es trategia dua l en A mérica 19. Christ ian Rioux, "La ZLEA inquiete les Européens", Le Devoir, Quebec, 13 de abri l de 2001 . 20. Le Monde, 20 abril de 200 1. 21 Gary Clyde Hufbauer y Jeffrey J. Schott, Western Hemisphere Economic lntegration, ln sti tute for lnternational Economics, Washington, 1995. 22. Susanne Gratius, op. cit., p. 5. 23. Wolf Grabendorff, "América Latina y la Unión Eu ropea: ¿Una asociación est ratégica7 ",en Guadal upe Paz y Riordan Roett (comps. ), América Latina en un entorno global en proceso de cambio, Nuevo hacer Grupo Editor, Buenos Aires, 2003, p. 197. 24. /bid, p. 199. 25. José Briceño Ruiz, "Strate gic Regionalism and the Remaking of the Triangular Relation between the USA, the European Union and Latín America", Journal of European lntegration, vo l. 23, núm . 2, 2001, pp . 199-2 13. Latina. Por una parte, h a favorecido la firma de ac uerdos de tercera y cuarta gene racio nes co n a lg unos países o grupos de pa íses, co mo México, C hil e y el Mercosur. Uno de los objetivos de estos ac uerdos es la promoción de tratados de 1ibre comercio , como los firmados co n C hile y México . Estos países o grupos son prioritarios para la UE debido al elevado vo lumen de invers iones o índices de interca mbio comercial entre ellos . Se observa también una segund a categoría de países o grupos, const ituidos por la CAN y el Mercado Común Centroamericano, con los cua les, debido a que hay menos intereses europeos, predomina el diálogo político y los in strum entos de cooperació n internacion al. E n el primer caso se está ante un regionalismo estratégico; en el segundo sólo se trata de cooperació n y di álogo po lítico. Es tas dos modalidades de la política comunitaria se pueden percibir de manera clara en el caso de América del Sur. Las relaciones de la UE co n esta región se han servido, como interlocutores, de los dos grandes bloques regionales de la zo na: la CAN y el Mercosur. Sólo en el caso del Mercosur se puede afirmar que la UE promueve un a modalidad de regiona li smo estratégico como re spuesta al ALCA. La di versa intensidad de la relación con esos dos bloques permite comprender la m anera en que se han con fi gurado las percepcio nes de los líderes y hombres de negocios europeos sobre cómo les puede afectar el ALCA. En el siste m a internaciona l, la co nducta de un actor depende de las accio nes que espe ra de los otros. La UE está reaccionando frente a una propuesta que cons idera peligrosa para sus intereses. No obstante, la intensidad del peligro varía . Si los países del Mercosur ingresan en el ALCA sin un ac uerdo simil a r co n la UE, los nada despreciab les intereses de ésta pueden resentido. Ésa es la percepción que comparten instancias políticas y económicas en E uropa que, por esto m ismo , propusieron una estrategia para evita r que Estados Unidos los desp lazara. Ya en 1997 el presidente francés Jacq ues C hirac seña laba que el futuro eco nómi co de América del Sur no estaba ligado a Estados Unidos sino a Europa: "S u vocación [la del Mercosur] no es ser una pieza del TLCAN. Su vocación es estar [ ... ] abierto al mundo, y sus intereses económicos esenciales -comercio, inversión y as istencia- no están co n Estados Unidos sino con Europa".26 Durante la segunda C umbre Euro-Latinoamericana, el co mi sa rio Lamy, parafrasea ndo el di sc urso de Cardoso en la C umbre de Quebec, co nfirmó la importa ncia de Améri ca de l Sur: "Para noso tros, el Mercosur no es una opción , sin o un destino". 26. Riordan Roett y Russel Crandall, TheAdvancing Political Economyof European Union- Mercosur Relations: United States Perspectives, Euro-Latín American Forum Papers, noviembre de 1999, p. 7. Sin nega r un profundo nexo cultura l entre América del Sur y Europa occidenta l, es vá lido aseverar que la política de la UE responde a los retos que en materia de comercio e inversiones puede crear el ALCA en una región en la que éstos so n signifi cativos . En un contex to multil ateral incierto, la UE intenta evitar un ALCA que otorgará un trato preferencial al comercio y que las inversiones estado unidenses puedan perjudicar sus intereses. No es casual que la mayor parte de las propuestas europeas se anunciara des pués del discurso de George Bush sobre la Iniciativa para las América, en 1991. La UE só lo trata de mantener su posición en el escenario económico de América Latina. No asp ira a eliminar la hegemonía estadounidense en América Latina y el Caribe ; n ada más se propone evitar que Estados Unidos m ejore su posició n económica a expensas de los intereses europeos Y Sin duda, la política europea en la región andina también se plantea la defensa de sus intereses. No obstante, la im portancia de la UE en esta región varía de uno a otro país. En materia de inversiones, por ejemplo, tiene una presencia importante en Colombia y Venezuela, pero en los tres países restantes es menos significativa. A pesar d e esto, las inversio- 27. Briceño Ruiz, " Strategic Regionalism ... ", op. cit., p. 206. COMERCIO EXTERIOR, MAYO DE 2006 433 nes europeas so n por mucho menores qu e las prove ni entes de Es tados Unidos , el prin cipal invers ioni sta en la reg ión. De igual manera, aunqu e la UE ha in crementado de form a co nsiderabl e sus relac iones co merciales co n la CAN, en gra n medid a debido al sistema ge nerali zado de preferencias, Estados Unidos es el prin cip al soc io co mercial de la reg ión. En co nsec uencia, la ex tensión de los intereses europ eos no es simil ar a la de los países del Mercos ur, fa ctor qu e ex plica su limitado ac tivi smo en la región andin a, y cuya ac tu ac ión, al menos en el ámbito eco nómi co, se ha lim itado a la coope ración y el Sistema Ge nerali zado de Prefe rencias . CONCLUSIÓN : ¿HACIA LA RECONSTRUCCIÓN DEL TRIÁNGULO ATLÁNTICO? L as relaciones de la Unión Europea y América del Sur pasa n por un momento de reco nst ru cc ión en el que la so mbra de ALCA desemp eña un papel fund amental. Es tados Unidos apues ta por un nuevo region ali smo en el hemi sferio occid ental qu e le aseg ure un espac io hege móni co a partir del cual pueda co nstruir norm as sobre el co mercio mundi al, que podría tratar de imponer luego en el ámbito multil ateral. El A LCA no es en lo fund amental un acuerdo de libre comercio. És te es el aspec to menos signifi cativo del ALCA para Es tados Unidos. El acuerdo hemi sféri co es parte de un proceso de reconstrucción de hegemonía y un mensaje a los anti guos free riders (Europa occidental y Japón) para indica rl es qui én puede tener la últim a palabra en el sistema económi co intern ac ional. Por ell o, el A LCA es un reg ionali smo co n un ev idente obj eti vo es tratégico. Esto lo enti ende Europ a. Se sa be qu e las perce pciones desemp eñan un papel fund amental en las relaciones internacionales . Los procesos cognosc iti vos, la manera en qu e se percibe la inform ación que se transform a en decisiones, para ciertos auto res son fund amentales para entender un a decisión. 28 Para los responsables europeos de la tom a de decisiones, el A LCA puede ser un ri esgo: algunos estudios predicen una pos ibl e desviación del co mercio y la s inversiones, y la experiencia del T LCAN demu es tra qu e es to ha oc urrido. Ante es te ri esgo, la UE ha promov ido un a modalidad de regionalismo es tratégico interregional. Además, cien os países europeos, como Francia o Es paña, sienten que ti enen un lu ga r en Améri ca Latin a debid o a lazos políti cos y eco nóm i- 28 . Samy Cohen, "Décision, pouvoir et ra!IOnalité dans l'analyse de la politique étrangére", en Smouts Marie-Ciaude, Les nouvelles relations internationales. Pratiques et théones, Sciences Po., París, 1998, pp. 88-89. 434 REGIONALISMO ESTRATÉGICO cos históricos. Frente al ri esgo de perder su posición en las relac iones eco nómi cas de la reg ión, Europa ha reaccio nado med iante un a co herente es trateg ia de ace rca miento a aq uell os países co n los cuales sus relac iones so n más est rec has y en los qu e el A LCA tendr ía mayores cos tos. A méri ca de l Sur, en co ntras te, se prese nta d iv id id a. El área a ndin a pri vil eg ia ca da vez m<"Ís sus relac iones co n Estados Un id os, m ienrras que el Me rcos ur se pl antea un a pos ible ali a nza est ratég ica co n la UE como pru eba de que el A LCA no es un destino, sin o un a opc ión . ¿Cómo se desenvo lverá esta dinám ica po lítica y comercial? El éx ito de la est rateg ia europea puede con duc ir a la reco nstru cc ión de las relac iones entre Es tados Unid os, la UE y Améri ca del Sur en términ os más equitat ivos . El regionali smo es tratégico no es sin ónim o de protecc ioni smo; antes bi en, se propone ev itar qu e se co nso lide un ce ntro hegemon qu e co ntrole y de termin e las no rm as de la eco nomía mund ia l. Aunque el ejemp lo no sea el más exacto, busca esta blece r un equilibrio de poder en las relac iones eco nóm icas in te rn ac ionales . El co ntin ente ameri ca no se enfre nta, por un lado, a la estrateg ia de Es tados Unid os de mold ea r un orden reg ional aco rde a sus intereses, co n el apoyo pas ivo de los andin os, y por otro, la res pues ta inrerregional de la UE y el Me rcos ur. Cada vez es más ev id ente qu e nin gun a se impondrá sobre la otra. Des pu és de la reuni ón del Co mité de Negoc iac iones Co merciales de Mi ami , en 2003, qu edó claro que el A LCA ori gi nal qu e propuso Es tados Unidos fue modifi ca do po r un ALCA moderado. E n éste se excluyen as pectos co mo la reglamentació n de la prop iedad intelec tu al, un o de los pilares el e la es trategia de Was hin gto n. Las negoc iac iones entre la UE y el Me rcos ur, por su parte, se es tanca ron cuando la rea l idael de la cues tión agríco la rebasó el asé ptico lenguaje de las reuni ones ele dipl omáti cos de ambos grup os . Esto no signifi ca qu e el reg ionali smo es tratég ico haya fracasa do. Cada ac tor log ró buena pa rte de sus objeti vos. Es pos ibl e qu e se mantenga en el ta blero del juego eco nómico hemi sfé ri co y sea parte de l proceso de reco nstrucc ión del T ri ángul o Atl ánti co. Esto ya ha sid o pl anteado por el minis tro de relac iones ex teri ores el e Alemani a, Klaus Kinkel, qui en en la reuni ón mini ste ri al del G rup o de R ío y la UE propuso que és ta, el TLCA N y el Me rcos ur (y es pos ibl e qu e el res to de A méri ca del Sur) crease n un área el e libre co mercio tr asa rl á nri ca. 2 ~ Es difíc il predecir la fac tibilidad de es ta propu es ta, pero queda cl ara la franca imención de la UE, co n apoyo del Me rcos ur, ele preserva r al hemi sfe ri o occ id enta l fuera el e la hege monía abso lu ta de Estados Uni dos. @ 29. Wolf Grabendorff, op. cit., p. 200. , Acércate a compradores de todo el mundo a través de buy•11. • inl,i8X/CO.com.mx El portal www.buyinmex,,ca3~~rk ampliamente a t Comerciales