Poder Judicial de la Nación La Plata, 13 de diciembre de 2012.Y VISTOS: VISTOS Este expediente n° 17.078/11 caratulado “SHELL CA CAPSA c/ Municipalidad de Avellaneda s/Acción s/Acción declarativa de certezacerteza-Med.Cautelar”, Med.Cautelar”, proveniente del Juzgado Federal de Primera Instancia N° 4 de la ciudad de La Plata. Y CONSIDERANDO: LA JUEZA CALITRI DIJO: I - Llega este expediente a la Alzada en virtud del recurso de apelación interpuesto a fs. 193 por la letrada apoderada de la Municipalidad de Avellaneda, el que fue fundado a fs. 203/205. II- La decisión de de primera instancia. El juez de primera instancia hizo lugar a la demanda declarativa de certeza impetrada por SHELL Compañía Argentina de Petróleo S.A. contra la Municipalidad de Avellaneda declarando la improcedencia de la pretensión fiscal contemplada en el art. 162 inc. “c” de la Ordenanza Fiscal Municipal para el año 2003 en cuanto disponía gravar parcialmente las exportaciones del accionante con la Tasa por Inspección de Seguridad e Higiene. Impuso las costas a la demandada (fs. 185/189). III III- Los agravios agravios del recurrente. recurrente. La recurrente se agravia en cuanto considera que el a quo omitió realizar un análisis de los argumentos expuestos por su representada. En tal sentido, efectuó un análisis de la normativa vinculada concluyendo que la Municipalidad por vía de “TASAS” puede gravar los ingresos brutos derivados de actividades conexas a las exportaciones, salvo que se trate de tasas retributivas de servicios efectivamente prestados, en cuyo caso éstas podrán gravar las exportaciones en sí mismas”. En consecuencia, solicita se revoque la sentencia y se declare procedente la pretensión fiscal contemplada en el art. 162, inc. “c” de la Ordenanza Fiscal Municipal para el año 2003, con costas IVIV- Antecedentes del caso. 1)- Cabe señalar que la presente acción declarativa en los términos del artículo 322 del CPCCN fue iniciada por el letrado apoderado de Shell Compañía Argentina de Petróleo S.A., con el objeto de que se declare la inconstitucionalidad del artículo 162 inciso c) de la Ordenanza Fiscal de la Municipalidad de Avellaneda para el año 2003 en cuanto dispuso gravar parcialmente las exportaciones con la Tasa por Inspección de Seguridad e Higiene. En tal sentido, indica que el art. 162, inc. c) de la Ordenanza viola los artículos 4º y 75 incs. 1º y 13º Constitución Nacional, pues invade la zona reservada a la Nación para el ejercicio de sus poderes exclusivos relativos a la implantación de derechos de exportación y al establecimiento de gravámenes sobre el comercio exterior. Asimismo, expresa que la normativa es inconciliable con la Ley de Coparticipación Federal de Impuestos nº 23.548 que prohíbe a las jurisdicciones locales gravar los ingresos provenientes de las exportaciones (art. 9º, ap. b) 1), y con las disposiciones del Tratado de Asunción y su Anexo 1, por imponer restricciones a la libre circulación de mercaderías en el Mercosur. A su vez, manifiesta que se viola el principio de uniformidad arancelaria y tributaria consagrado por el art. 75 inc. 1º de la C.N., que consagra que los derechos de las exportaciones deben ser uniformes en todo el país. Por último, cabe señalar, que a fs. 107/108 el apoderado denunció hechos nuevos, adjuntó la Resolución nº 73/05 y la conformidad a ésta prestada por el apoderado de Shell a la reliquidación practicada por la Municipalidad -todo ello en el marco del expediente administrativo nº 291344200073 agregado oportunamente como prueba documental a fs. 153-, dejando constancia que dicha conformidad lo fue “sin reconocer derechos ni la procedencia sustancial de pretensión alguna”. 2)- A fs. 93/99 se presentó la Dra. Squeo, en representación del Intendente de la Municipal de Avellaneda, contestando demanda. En la misma indica que a partir del 1º de enero de 1988 la Ley 23.548 en su art. 1º estableció “el régimen transitorio de distribución de recursos fiscales entre la Nación y las provincias”, aclarando que “la masa de fondos a distribuir estará integrada por el producido de la recaudación de todos los impuestos nacionales existentes o a crearse, con las siguientes excepciones –y en lo que aquí interesa- : a) Derechos de importación y exportación previstos en el art. 4 de la Constitución Nacional - art. 2º-. Continúa relatando, que el art. 9 citado por la accionante en su demanda se refiere a la forma y condición de adhesión de cada provincia al régimen. Así, indica que en dicha normativa se estableció que la adhesión se haría por medio de una ley en la que cada provincia “se obliga a no aplicar por sí y a que los organismos administrativos y municipales de su jurisdicción, sean o no autárquicos, no apliquen gravámenes locales análogos a los nacionales distribuidos por esta ley. En cumplimiento de esta obligación no se gravarán por vía de impuestos, tasas, contribuciones u otros tributos, cualquiera fuere su Poder Judicial de la Nación característica o denominación, las materias imponibles sujetas a los impuestos nacionales distribuidos…”. Así, hace hincapié que la “materia imponible ´exportaciones´ está excluida por las disposiciones del art. 2º, ya que el producido de la recaudación del impuesto nacional sobre las mismas es una excepción a la distribución de fondos que la citada ley prevé. En consecuencia, la Municipalidad al incluir el 20% de las exportaciones en la base imponible de la tasa por Inspección de Seguridad e Higiene, no está gravando una materia imponible sujeta a impuestos nacionales distribuidos”. Por último, resalta la previsión contenida en el párrafo 2º del art. 9 inc. b de la Ley de Coparticipación Federal, donde aclara que la obligación no alcanza a las tasas “retributivas de servicios efectivamente prestados”, y continúa relatando la normativa aplicable que dispone “se excluyen expresamente los impuestos provinciales sobre … los ingresos brutos…”,llegándose al apartado 4º citado por la actora que menciona que, esos ingresos brutos, sí pueden gravar actividades conexas a las exportaciones”, concluyendo que “si hubiera existido para el Municipio una obligación de no gravar exportaciones por el primer párrafo del art. 9 inc. b), la última parte del párrafo 2º había excluido las tasas retributivas de servicios efectivamente prestados. Por lo tanto, cuando el siguiente párrafo excluye de la primera obligación a los impuestos provinciales sobre ingresos brutos, está autorizando a que, por vía de tasas (por ejemplo) se graven los ingresos brutos, con las limitaciones que refiere, a saber, las actividades conexas a las exportaciones en el caso que nos ocupa. Pero ocurre que las tasas retributivas de servicios efectivamente prestados, cual es la de Inspección por Seguridad e Higiene, ya habían sido excluidas de aquella obligación primera”. VI- Examen de los agravios. 1)- Previo al examen de los agravios, es preciso señalar que en las presentes actuaciones se suscitó un conflicto de competencia el que fue dirimido a fs. 67 por esta Sala II en su anterior composición, con remisión a lo dictaminado por el Sr. Fiscal Federal –v. fs.64/65- ante esta Cámara. 2)-Respecto a la vía incoada, es dable puntualizar que, si bien en principio la acción declarativa no trae aparejada ejecución, por cuanto la sentencia que se obtiene declara el derecho legalmente reconocido por la justicia, se observa en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación posterior a 1985 una evolución. En efecto, el Alto Tribunal admite junto a la acción declarativa de mera certeza -dentro de la cual se ejerce el control constitucional-, la acción declarativa de inconstitucionalidad, por la cual se fijan las relaciones legales que vinculan a las partes en conflicto y en la que existe una fuerte asimilación entre la acción de amparo y la acción declarativa de inconstitucionalidad, en punto a los fines que cada una persigue (confr. Highton- Areán, “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación”, T 6, pág. 103 y ss., y sus citas, entre otros, Bianchi, “Control de constitucionalidad”, ed. 2002, T.I, p.414). En ese contexto, se ha sostenido que los medios directos de impugnación constitucional “…reciben la denominación genérica de amparo, que conviene a las vías procesales que la Corte Suprema había enumerado antes de la reforma constitucional de 1994, señalando el habeas corpus, el amparo, la acción declarativa de inconstitucionalidad y el juicio sumario de condena con el mismo objeto.” (confr. esta Sala, expte. N° 970/99, “La Pequeña plan de Salud S.R.L. c/ Estado Nacional s/ acción de amparo”, fallo del 25/11/99). De tal manera, se consideró admisible el ejercicio de acciones directas de inconstitucionalidad como medio idóneo para prevenir o impedir las lesiones de derechos de base constitucional (Fallos 317:1224). No es ocioso recordar que la declaración de certeza, en tanto no tenga carácter simplemente consultivo, no importe una indagación meramente especulativa y responda a un “caso” que busque precaver los efectos de un acto en ciernes, al que se atribuye ilegitimidad y lesión al régimen federal, constituye causa en los términos de la Ley Fundamental (Fallos: 308:2569; 310:606 y 977; 311:412, 332:2120, entre muchos). En este marco, y dada la actividad desplegada por la Municipalidad tendiente a la percepción del tributo sumió a la actora en un “estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance y modalidad de una relación jurídica”, entendiéndose por tal a aquella que es “concreta” al momento de dictarse el fallo (Fallos: 310:606; 311:421). Por lo expuesto, entiendo que se encuentra reunidos los recaudos fijados por el art. 322 del CPCCN para la procedencia de la acción intentada. II- Establecida la viabilidad de la acción, y a fin de un ordenado análisis de los agravios, cabe primeramente desarrollar el status jurídico que revisten las Municipalidades de la Provincia de Buenos Aires y posteriormente su poder tributario. Así, es dable señalar que con la incorporación del art. 123º en la Constitución Nacional –según reforma de 1994- se reconoció la autonomía de las municipalidades, “…pero no confiere a los municipios el poder de reglar las Poder Judicial de la Nación materias que le son propias sin sujeción a límite alguno. La cláusula constitucional les reconoce autonomía en los órdenes `institucional, político, administrativo, económico, y financiero´ e impone a las provincias la obligación de asegurarla, pero deja librado a la reglamentación que éstas realicen la determinación de su `alcance y contenido´. Se admite así un marco de autonomía municipal cuyos contornos deben ser delineados por las provincias, con el fin de coordinar el ejercicio de los poderes que éstas conservan (arts. 121, 122, 124 y 125 de la Constitución Nacional) con el mayor grado posible de atribuciones municipales en los ámbitos de actuación mencionados por el art. 123” (Fallos: 325:1249). En relación al poder tributario atribuido a los municipios, la doctrina mayoritaria y en voz de Jarach se afirma que “desde el punto de vista jurídico, las municipalidades carecen de poder fiscal originario, siendo éste únicamente derivado” (Jarach, Dino,”Curso de Derecho Tributario, Cima, Buenos Aires, 1980, pag.66). En concordancia con ello, la Corte Suprema tiene dicho que “de acuerdo con la distribución de competencias que emerge de la Constitución Nacional, los poderes de las provincias son originarios e indefinidos (art. 121), en tanto que los delegados a la Nación son definidos y expresos (art. 75) (Fallos: 304:1186, entre muchos otros). Dentro de ese contexto, cabe entender que las prerrogativas de los municipios derivan de las correspondientes a las provincias a las que pertenecen (arts. 5° y 123)”, en autos T.375.XXXI. “Telefónica de Argentina c/ Municipalidad de Chascomús s/ acción meramente declarativa”, sentencia del 18.04.1997). Como consecuencia de lo expuesto, la potestad tributaria de los municipios se halla condicionada por el ordenamiento jurídico vigente, siendo ellos la Constitución Nacional; Tratados internacionales; Leyes nacionales; Ley 23.548 de coparticipación federal de impuestos, pactos y acuerdos fiscales. De ello, las prerrogativas de los municipios derivan de las correspondientes a las provincias a las que pertenecen, y quedando sujetos a las obligaciones que éstas asuman. Así, cabe hacer mención que “las leyes-convenio entre las que cabe incluir el régimen de coparticipación federal y el Convenio Multilateral con sus respectivas ratificaciones locales por medio de las legislaturas provinciales hacen parte, aunque con diversa jerarquía, del derecho público provincial y que esa condición asume la ley de coparticipación federal…” (conf. Fallos: 314:862; 316:324 y 327; 332:1007). Dentro de este marco descripto, no puede negarse que los municipios tienen el poder de imponer a sus contribuyentes diversas imposiciones tributarias, siempre dentro del marco de sus ordenanzas y de los límites que les imponen, a su vez, el plexo normativo antes descripto. Ahora bien, y con referencia a la tasa en discusión, los municipios deben respetar las directivas de coordinación y armonización tributaria establecida en normas genéricamente denominadas supralocales o intrafederales, entre las que encontramos la Ley Convenio 23.548 de Coparticipación Federal de Impuestos, la Ley 23.966 de Impuesto Nacional a la Transferencia de Combustibles, el Pacto Federal para el Empleo, la Producción y el Crecimiento, del 13/8/1993 y subsiguientes, el Pacto de Hidrocarburos del 14/11/1994, el Convenio Multilateral, el Protocolo Adicional, entre otros. Entre las disposiciones contenidas en la ley 23.548, cabe mencionar, la prohibición de los municipios de aplicar tributos análogos a los nacionales coparticipados, y la reserva expresa a las provincias de aplicar el impuesto sobre los ingresos brutos. Respecto del Pacto Federal –suscripto por las provincias y el Estado Nacional- al que la CSJN ha considerado operativo y fuente de obligaciones para las partes firmantes y de derechos subjetivos para los particulares (Fallos: 322:1781), asumieron el compromiso de la derogación de tasas municipales que afecten hechos económicos iguales a los detallados en la norma, como asimismo, las tasas municipales en general, en los casos que no constituyan la retribución de un servicio efectivamente prestado, o en aquellos supuestos en los que exceda el costo de su prestación. En relación al tributo “Tasa”, nuestro Máximo Tribunal la ha caracterizado como una categoría tributaria derivada del poder de imperio del Estado, que si bien posee una estructura jurídica análoga al impuesto, se diferencia de éste por el presupuesto de hecho adoptado por la ley, que consiste en el desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado y que, por ello, desde el momento en que el Estado organiza el servicio y lo pone a disposición del particular, éste no puede rehusar su pago aun cuando no haga uso de aquél, o no tenga interés en él, ya que el servicio tiene en miras el interés general (Fallos: 251:50, 222; 312:1575; 323:3770; 326:4251; 332:1503, entre otros). A su vez, ha dicho que constituye un requisito fundamental de validez de las tasas que el cobro de dicho tributo debe corresponder siempre a la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio referido a algo no menos individualizado del contribuyente. Poder Judicial de la Nación De esta manera se infiere los elementos esenciales que deben presentarse en las tasas –y en especial respecto a la TISEH- los cuales son: el ejercicio efectivo de actividades comerciales, industriales o servicios dentro de un establecimiento radicado en el ámbito municipal y la prestación efectiva por parte del municipio sobre ese establecimiento de los servicios de inspección de la seguridad, la higiene y la profilaxis. Asimismo, cabe tener presente para la validez de la tasa, que la misma guarde proporción razonable con el costo del servicio, no dándose estos supuestos en los casos en que se configure una notoria confiscatoriedad. Si bien no existen pautas para una absoluta “proporcionalidad”, la Corte Suprema en un principio estableció que “el pago de tasas o servicios finca en una contraprestación aproximadamente equivalente al costo del servicio prestado, pero es imposible fijar con exactitud ese costo individual (Fallo: 192:139, 5º párrafo), aceptando luego, “que para establecer el monto de la tasa se tome en cuenta no sólo el costo efectivo del servicio en relación con cada contribuyente sino también su capacidad contributiva, a fin de cobrar a los menos capacitados una contribución menor que la requerida a los de mayor capacidad, equilibrando el costo total del servicio público (Fallos: 234:663). En el sub examine, la existencia de estos elementos no se encuentra controvertido, en cuanto el dilema quedó planteado en la posibilidad de la Municipalidad de Avellaneda de incluir en la base de medición a fin de cuantificar la obligación “los ingresos devengados de todas las actividades, gravadas durante el período fiscal, incluidos el veinte por ciento (20%) de las exportaciones” –ap. c) del art. 160º de la Ordenanza Municipal vigente durante los períodos fiscales en discusión-. Tampoco se encuentra controvertida, la situación del accionante como sujeto alcanzado por el convenio, debiendo en el caso y en razón del art. 168º de la Ordenanza Municipal, declarar sus ingresos según lo establecido en al art. 35 del Convenio Multilateral. En dicho artículo –art. 35 del C.M.- se habilita a las municipalidades a imponer tributos con base en los ingresos brutos de los contribuyentes, pero a ese efecto sólo pueden gravar “la parte de ingresos brutos atribuibles a dichos fiscos adheridos, como resultado de la aplicación de las normas del presente Convenio”. “Un municipio puede aplicar la tasa sólo sobre la porción de base imponible que le resulte asignada, porque el tributo no puede dejar de guardar razonable proporción con el quantum de las actividades cumplidas en el ámbito de la propia municipalidad (Fallos: 319:2211, considerando 5º, segundo párrafo in fine; 329:5). En relación a los tributos aplicados sobre ingresos provenientes de exportaciones, cabe hacer alusión a la llamada “Cláusula Comercial” contemplada en el art. 75, inc. 13 de la C.N., donde se establece que le “Corresponde al Congreso: Reglar el comercio con las naciones extranjeras, y de las provincias entre sí”. Es pacífica la jurisprudencia respecto a este tema, declarando la validez del tributo mientras no recaiga por el hecho mismo de la exportación, no sea ni opere como un derecho aduanero, no se aplique por el origen o destino de los bienes o las personas, no corrientes naturales de circulación y de tránsito, entre otras (Fallos:286:301 y 315:660). De lo expuesto, y desde el punto de vista constitucional, tanto las provincias como las municipalidades, pueden aplicar tributos sobre las actividades cumplidas o los bienes producidos en su ámbito, aun cuando los ingresos sobre los que recaiga se originen en la exportación de tales bienes (“Tributación municipal: dos temas puntuales en torno de la tasa de inspección, seguridad e higiene”, Enrique G. Bulit Goñi, Doctrina Tributaria ERREPAR, Tomo/Boletín: XVII, diciembre 1996). La Comisión Arbitral –órgano de aplicación del Convenio Multilateral- ha variado su criterio, entendiendo en un principio, que los municipios no podían gravar los ingresos provenientes de las operaciones de exportación, si la provincia los eximía o excluía –Res. CA 19/2003 y 20/2003-; entendiendo posteriormente, que la sola inclusión de los ingresos provenientes de las operaciones de exportación en la base imponible de la tasa no genera un conflicto con el art. 35 del C.M. pues, los importes que se obtienen por la venta de productos al exterior integran los ingresos brutos totales del contribuyente, y la inclusión de los ingresos por ventas al exterior en la base imponible municipal no genera un problema de doble imposición –Res. C.A. 12/2006, 23/2006 y 36/2006Pero manifestó que las cuestiones relacionadas con la legalidad y/o inconstitucionalidad de la norma mediante la que se incluye como gravados lo ingresos provenientes de operaciones de exportación no son materia de análisis por parte de esta Comisión Arbitral, debiéndose plantear en el ámbito pertinente – Res. C.A. 23/06-. En la disposición contenida en el art. 9 de la Ley 23.548, las provincias acordaron gravar con el impuesto sobre los ingresos brutos, sólo las operaciones conexas a la exportación, bajo ciertas condiciones, y en tal sentido, las Poder Judicial de la Nación provincias por sí y por sus municipios, comprometiéndose a no gravar los ingresos derivados de las operaciones de exportación. Del apartado b) del art. 9 de la “ley-convenio” de coparticipación de impuestos nacionales, entre otros aspectos dispuso: “…b) Que se obliga a… que los organismos administrativos y municipales, de su jurisdicción, sean o no autárticos, no apliquen gravámenes locales análogos a los nacionales coparticipados por esta ley… En cumplimiento de esta obligación no se gravarán por vía de impuesto, tasa, contribución u otro tributo, cualquiera fuere su característica o denominación, las materias imponibles sujetas a los impuestos nacionales coparticipados por esta ley. Esta obligación no alcanza a las tasas retributivas de servicios que guarden una razonable relación con los servicios efectivamente prestados…”. En relación a la gravabilidad de las operaciones de exportación y las diversas formas adoptadas en la legislación, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, en autos “Abb-Elster S.A. contra Municipalidad de Lanús s/demanda contencioso administrativa”, causa nº B.62784, sentencia del 4/04/12 ha expuesto que “(…) aplicando el principio de `país de destino´, con el sano criterio de no `exportar impuestos´, para poder competir en el mercado internacional, se ha previsto en los códigos tributarios provinciales no someter a tributación a las operaciones de exportación, recurriendo a la figura de la exclusión de objeto, otros a la de exención y otros al no cómputo en la base imponible del tributo…”. “…Por su parte, las provincias conjuntamente han consagrado su abstención de gravar los ingresos derivados de exportaciones en la ley 23.548 –de coparticipación federal de recursos fiscales-. Esta afirmación, no quita, como bien afirma la demandada, el carácter de `ingresos´ de las exportaciones dentro del movimiento económico del contribuyente, pero si permite concluir que el rubro en cuestión excede el concepto de `ingresos computables´ a los efectos de la aplicación del convenio multilateral. Sin perjuicio de que por alguna otra causa esas entradas de dinero puedan atribuirse a la Provincia de Buenos Aires o a la Municipalidad de Lanús, los ingresos provenientes de las exportaciones de la actora no pueden incluirse dentro de la base imponible de la tasa por inspección de seguridad e higiene porque no se refiere a ellos la distribución organizada en el convenio multilateral…”. Respecto al planteo de inconstitucionalidad, cabe señalar que si bien el a quo declaró improcedente la pretensión de la Municipalidad, resulta oportuno recordar que la declaración de inconstitucionalidad de un precepto de jerarquía legal constituye la más delicada de las funciones a encomendar a un tribunal de justicia, configurando un acto de suma gravedad que debe ser considerado la última ratio del orden jurídico (Fallos: 302:1149; 303:1708, entre muchos otros), por lo que no cabe formularla sino cuando un acabo examen del precepto conduce a la convicción cierta de que su aplicación conculca derecho o la garantía constitucional invocados (conf. Doctrina de Fallos:315:923, in re L.172.XXXI “Lavandera de Rizzi, Silvia c/ Instituto Provincial de la Vivienda”, sentencia del 17 de marzo de 1998), y que la colisión de los preceptos y garantías de la Constitución Nacional debe surgir de la ley misma y no de la aplicación irrazonable que de ella se haga al caso concreto (Fallos: 317:44). De todo lo expuesto, no es óbice para las municipalidades la inclusión de los ingresos provenientes de las exportaciones en la base imponible de la TISEH, pero no sería razonable que las Provincias que han establecido para sí misma la limitante de no gravar los ingresos brutos derivados de las exportaciones de sus riquezas, a través del compromiso asumido en la ley de Coparticipación y en el Convenio Multilateral al que suscribieron por sí y al que los Municipios deben considerarse suscriptores, vayan a autorizar a éstas a hacer lo contrario, ello derivado del principio de solidaridad federal. Asimismo, teniendo en cuenta que en nuestro país rige “un sistema politributario la inteligencia de las leyes que lo constituyen debe tender al equilibrio y perfección del mismo; no puede interpretarse cada ley aisladamente, sino como parte de un conjunto armónico, y cada impuesto debe ser examinado o juzgado, no solamente en sí mismo, sino con relación a los otros impuestos que forman parte del conjunto impositivo…” en autos “Línea 22 S.A. c/ Buenos Aires, Provincia de s/ acción declarativa”, consid. 29º, sentencia del 27.04.2010. En virtud del desarrollo expuesto y en la forma en que se decide, resulta abstracto el tratamiento de los restantes planteos efectuados, y en consecuencia propongo al acuerdo: rechazar el recurso interpuesto, confirmando la sentencia de primera instancia en cuanto declaró la improcedencia de la pretensión fiscal de la demandada con relación a incluir en la base de medición de la TISEH los ingresos devengados provenientes de las exportaciones para los periodos fiscales en discusión. Con costas al vencido (art. 68, 1º parte del CPCCN). Así lo voto. EL JUEZ SCHIFFRIN DIJO: No creo necesario tomar partido acerca de si existe una facultad genérica de las municipalidades para incluir ingresos provenientes de las Poder Judicial de la Nación exportaciones en la base imponible de la tasa de seguridad e higiene. Para la resolución del pleito estimo bastante lo que concluye la distinguida colega preopinante en el sentido de que, concretamente, no pueden las municipalidades de las provincias que se han abstenido de aplicar en el campo tributario estadual aquél criterio, actuar en sentido contrario al establecido en el orden provincial. EL JUEZ ÁLVAREZ DIJO: Que adhiere al voto del Juez Schiffrin. Por ello, SE RESUELVE: RESUELVE rechazar el recurso interpuesto, confirmando la sentencia de primera instancia en cuanto declaró la improcedencia de la pretensión fiscal de la demandada con relación a incluir en la base de medición de la TISEH los ingresos devengados provenientes de las exportaciones para los periodos fiscales en discusión. Con costas al vencido (art. 68, 1º parte del CPCCN). Regístrese, notifíquese y devuélvase. Fdo. – Olga A. Calitri – César Álvarez - Dr. Leopoldo H. Schiffrin -Jueces Sala II-