Conociendo a Dios_16042012 - Iglesia Evangelica Bonhome

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CONOCIENDO A DIOS
“Les daré corazón para que me conozcan” (Jer. 24:7).
La mayor necesidad del creyente es conocer a Dios. No es suficiente
con saber de Él, es necesario conocerle. El saber tiene que ver con la
mente, el conocer tiene que ver con la vida. Dios tiene interés en que le
conozcamos, por eso dice por medio del profeta que Él va a dar los
suyos un corazón capaz de conocerle, de vincularse a Él y de
relacionarse con Él.
El conocimiento de Dios alcanza cada momento de nuestra vida. En
los alegres necesito conocer a Dios, pero también necesito hacerlo en
los tiempos de dificultades, cuando los recursos humanos no sirven y la
zozobra inunda el alma. En esos tiempos Dios trabaja en el corazón
para que le conozcamos en toda la dimensión de la palabra. Este
conocer a Dios trae profundas consecuencias en nosotros. Conduce a un
nuevo enfoque de la vida. Quien conoce a Dios no piensa con amargura
en lo que pudo haber sido, sino en lo que es. El que conoce a Dios, las
pérdidas que sufre y la cruz que lleva dejan de inquietarlo. Lo que ha
ganado en el conocimiento de Dios elimina de su mente todas las demás
cosas. Conocerlo en medio del sufrimiento y de las lágrimas conduce a
una experiencia de paz al sentir la presencia de Dios que está en el
control de todo. Rodeado de dificultades, quien conoce a Dios puede
decir como el salmista: “Gustad y vez que es bueno Jehová; dicho el
hombre que confía en Él” (Sal. 34:8). En muchas ocasiones las pruebas
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permitidas por Dios, nos llevan al límite para que aprendamos a confiar
en Él y conocerle mejor. Al final de la senda de la dificultad podremos
decir como Job: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job.
42:5). Ese camino difícil va a traer como consecuencia que Dios deja de
ser una teoría mental, para convertirse en una provisión
donde
podemos descansar confiadamente. Ahí, poco a poco, vamos sintiendo
la grandeza de su amor, y el corazón comienza a experimentar el
aliento, porque si Él dio a su Hijo, ¿cómo no nos va a dar aquello que
nos es conveniente? ¿cómo va a permitir algo que no sea conforme a su
propósito benéfico para nuestra vida?
Quien conoce a Dios sabe que en Él hay un refugio provisto y luego,
cuando el tiempo de la prueba pase, podrá dar testimonio de esa
bendición, mientras dice: “Porque has sido mi socorro, y así en la
sombra de tus alas me regocijaré” (Sal. 63:7). Descubre que en ese
conocimiento adquiere una nueva experiencia de paz. La experiencia de
conocer a Dios lleva siempre a poder decir: “En ti confiarán los que
conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los
que te buscaron” (Sal. 9:10). Quien conoce a Dios alcanza una profunda
calma personal, porque escucha al Señor: “Estad quietos y conoced que
yo soy Dios” para añadir: “Jehová de los ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de Jacob” (Sal. 46:10-11). Pide a Dios en este
día que te permita la bendita experiencia de conocerle más. Di al Señor
en medio de las pruebas: Señor, necesito un corazón capaz de
conocerte para poder esperar el futuro gozoso que traerá en mi vida
esta relación personal contigo. Amén.
Por Samuel Pérez Millos
Pastor Evangélico
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