CLORPIRIFOS Inicialmente el clorpirifos salió al mercado en Estados Unidos, en los años '60 y en la actualidad es uno de los insecticidas más vendidos en el mundo. Recientemente, debido a la preocupación que existe por sus efectos sobre la salud, han comenzado a imponerse algunas restricciones a su uso. ¿Qué es el clorpirifos? El clorpirifos es uno de los casi 100 insecticidas organofosforados (OP) que existen hoy en el mercado. Se utiliza para matar plagas de insectos, debido a su capacidad para alterar su sistema nervioso. La ventaja del clorpirifos sobre otros productos radica en su efectividad contra una amplia variedad de plagas de insectos devoradores de plantas. Producción El principal productor de clorpirifos (bajo los nombres comerciales de Dursban, Lorsban y otros) es la multinacional norteamericana DowElanco. Otras empresas que lo fabrican son Aimco, Agriphar, Excel, Ficom, Gharda, Lupin, Montari (todos en la India), Frunol (Alemania), Jin Hung (Corea del Sur), Point Enterprises (Suiza) Luxembourg y Makhteshim-Agan, (ambas en Israel). DowElanco se esfuerza en proteger este compuesto de la competencia de productos genéricos; en 1995 recibió una compensación por parte de Micro Flo, empresa que según los alegatos de la parte querellante, había utilizado información perteneciente a DowElanco para registrar el producto en Estados Unidos, sin pagar por la información(1). Usos y volumen de utilización En términos de volumen, el clorpirifos era hasta 1998 el insecticida número uno en el mundo(2). Originalmente fue desarrollado por Dow Chemical Co.La primera referencia a este producto en la literatura científica se remonta a 1966(3). Toxicidad aguda La dosis oral aguda LD50 (dosis requerida para matar a la mitad de una población de animales de prueba en un laboratorio) para el clorpirifos es de 135-165 mg/kg para las ratas(4). La Organización Mundial de la Salud lo clasificó como un plaguicida de Clase II, 'moderadamente peligroso'(5). El clorpirifos y otros insecticidas OPs son inhibidores de la anticolinesterasa (ACh-ase, por su nombre en inglés), una encima vital para el sistema nervioso de los animales y los seres humanos. La transmisión de impulsos a través de ciertas intersecciones de nervios (incluyendo, entre los seres humanos, las del sistema nervioso autónomo) causa la liberación de un transmisor químico, la acetilcolina (ACh, por su nombre en inglés El clorpirifos es uno de los principales causantes de intoxicación aguda por insecticidas en Estados Unidos, según la Agencia para la Protección del Medio Ambiente, de Estados Unidos (US Environmental Protection Agency, EPA)(5). Los síntomas de intoxicación aguda por clorpirifos en los seres humanos consisten en dolor de cabeza, náuseas, mareos, contracciones musculares, debilidad, aumento de la sudoración y la salivación, y se presentan cuando la actividad de la colinesterasa ha quedado reducida en un 50% aproximadamente. Con una exposición suficiente, puede producirse inconsciencia, convulsiones y la muerte. Estos síntomas son comunes a todos los insecticidas organofosforados, al igual que los síntomas de aparición tardía -una a cuatro semanas después de la exposición- que incluyen entumecimiento, hormigueo, debilidad y calambres en las extremidades inferiores, que pueden ir avanzando hasta transformarse en parálisis(6) Los efectos sobre el sistema nervioso central pueden incluir estados de confusión, mareos, depresión, dificultad para concentrarse, dificultad para hablar con claridad, insomnio, pesadillas y una forma de psicosis tóxica que produce un comportamiento excéntrico(7). Existe el riesgo de que el clorpirifos cause graves daños a los ojos e irritación en la piel(9). Los casos de envenenamiento por contacto con la piel son fácilmente mal diagnosticados, lo que sugiere que no se detectan algunos casos de exposición ocupacional(10). La LD50 dérmica para los conejos es de alrededor de 2.000 mg/kg(11). Efectos crónicos Los efectos adversos de los OPs son actualmente el tema de muchos debates en el Reino Unido. Un informe gubernamental reciente determinó que aún se desconoce su potencial para causar daños a la salud tras una exposición prolongada, a bajos niveles, y que este tema sigue siendo controversial(12). La exposición repetida o prolongada al clorpirifos puede causar los mismos efectos que la exposición aguda, incluyendo los síntomas de aparición tardía. Se han conocido también otros efectos en trabajadores expuestos repetidamente al producto: disminución de la memoria y de la concentración, desorientación, depresión severa, irritabilidad, confusión, dolor de cabeza, dificultades para hablar, reacciones lentas, pesadillas, sonambulismo, mareos, insomnio. Ha habido también informes relacionados con una condición semejante a la de la influenza, con dolor de cabeza, náuseas, debilidad, falta de apetito y malestar(13). En 1996, el centro denominado Multiple Chemical Sensitivity Referral and Resources (Centro de Referencia y Recursos para la Sensibilización Química Múltiple), de Estados Unidos, dio a conocer más de 450 casos correspondientes a adultos y niños que sufrieron intoxicación por el plaguicida en sus hogares o en sus lugares de trabajo. Los síntomas más comunes en todos estos casos fueron dolores de cabeza crónicos, náuseas y vómitos, dificultades para respirar, problemas de la vista, dolores neuromusculares y sensibilización química múltiple(14). En 1997 la US EPA anunció un Plan de Reducción de Riesgos para los Clorpirifos que incluía restricciones para su uso, debido a numerosos casos relacionados con supuestos efectos nocivos para la salud. Se consideraron 22 informes relativos a supuestas alteraciones del sistema nervioso y 35 casos relacionados con una supuesta sensibilización al producto químico(15) (ver también la Restricción, más abajo). Defectos de nacimiento Según la US EPA, no se sabe si el clorpirifos puede afectar los procesos reproductivos o causar defectos de nacimiento en los seres humanos, aunque estos problemas potenciales han sido el tema de muchas discusiones(16). En 1996 una coalición nacional de ambientalistas norteamericanos(17) hizo un llamado a la EPA para que estableciera reglamentaciones de emergencia que restringieran el uso de Dursban debido a la preocupación de que pudiera causar defectos de nacimiento. Un estudio científico independiente dio a conocer cuatro casos de defectos de nacimiento graves e incapacitantes en niños cuyas madres se vieron expuestas al Dursban durante los primeros tres meses de embarazo. Estos niños tenían deformaciones en sus cabezas, rostros, ojos y genitales --y requerían de atención permanente. El informe concluyó que "la exposición al Dursban es consistente con un agente teratogénico (defecto de nacimiento) común. La presencia de defectos similares en animales expuestos al Dursban y a sus componentes respalda esta conexión teratogénica(18)." Cáncer La clasificación de la US EPA señala que el clorpirifos no presenta evidencias de carcinogénesis(19). Sin embargo, de acuerdo con el Journal of Pesticide Reform, los xilenos, usados como solventes en algunos productos que contienen clorpirifos, pueden causar un aumento en las tasas de leucemia entre los trabajadores expuestos. Los xilenos también pueden ser co-carcinógenos y aumentar el número de cánceres a la piel causados por otros carcinógenos en animales de laboratorio(20). Efectos sobre el sistema inmunitario Investigaciones recientes han identificado anormalidades en el sistema inmunitario de algunos individuos después de haber estado expuestos al clorpirifos. Se encontró en estos pacientes una frecuencia más alta de la acostumbrada en la aparición de alergias y sensibilización a los antibióticos, junto con una abundancia atípica de ciertos tipos de linfocitos (disminución de las células T y aumento de las células CD26) uno a cinco años después de la exposición al clorpirifos. El aumento de la expresión de las células CD23 se asocia con la autoinmunidad, donde el sistema inmunitario de un individuo actúa contra sí mismo, más que contra las infecciones. Niños Una investigación realizada recientemente en Estados Unidos comprobó que si un niño jugaba en su casa una semana después de que allí se hubiera aplicado clorpirifos, existía el peligro de que él/ella sufriera una sobreexposición al producto. Dos semanas después de la aplicación, los investigadores continuaban encontrando residuos de clorpirifos en los juguetes(21). Sobre la base de los resultados de esta y de otras investigaciones, los niveles estimados de exposición al clorpirifos para los niños, tras una pulverización en el interior del hogar, son entre 21 y 119 veces más altos que la dosis de referencia recomendada en los Estados Unidos, de 3 µg/kg/día, sumadas todas las fuentes(22). Residuos en los alimentos Una investigación sobre los plaguicidas y sus metabolitos, realizada a nivel nacional en Estados Unidos, comprobó que el producto primario de la descomposición del clorpirifos, el 3,5,6-triclor-2-piridinol, era el segundo producto químico detectado con mayor frecuencia en los alimentos(23). En el Reino Unido se detecta regularmente la presencia del clorpirifos en las frutas y verduras. El último informe correspondiente a 1997 muestra que en una de cada 15 muestras de apio tipo 'Spanish celery' se detectó el clorpirifos en la dosis de 0,06 mg/kg, lo que excede el límite máximo de residuos, fijado en 0,05 mg/kg(24). Destino final en el medioambiente El clorpirifos es relativamente no persistente en el medioambiente. Sin embargo, los invertebrados acuáticos, particularmente los crustáceos y las larvas de los insectos, son sensibles a la exposición. Las LC50s para estas especies son por lo general inferiores a 0,1 µg/litro(25). Restricciones para su uso En 1997 la US EPA, en conjunto con los fabricantes del producto, diseñó políticas destinadas a reducir la exposición en el hogar, especialmente en los niños. Se acordó eliminar los concentrados de clorpirifos que requieren ser mezclados, limitar el uso para consumo hogareño sólo a los productos que vienen listos para ser usados, y prohibir su uso en áreas no apropiadas (juguetes, cortinas y muebles)(26). Conclusión Al igual que con otros OPs, el uso del clorpirifos ha sido causa de mucha preocupación en los años '90. La mayoría de los ejemplos sobre situaciones relacionadas con daños a la salud provienen de Estados Unidos. Sin embargo, el clorpirifos se utiliza ampliamente en forma global y es probable que muchas de las condiciones de exposición observadas en Estados Unidos puedan relacionarse con las que existen en el resto del mundo. Referencias 1. Agrow's Top Twenty Five (Los veinticinco principales de Agrow), PJB Publications,1997. 2. Ibid. 3. CDS Tomlin, The Pesticide Manual (El manual de plaguicidas), BCPC, 1997, p235-237. 4. Op. cit 3. 5. The WHO Recommended Classification of Pesticides by Hazard 1996-1997 (La clasificación recomendada por la OMS para los plaguicidas según el riesgo...), International Programme on Chemical Safety, WHO/IPCS/96.3. 6. Review of Chlorpyrifos Poisoning Data (Revisión de los datos de envenenamiento por clorpirifos), US EPA, 1995. 7. Extension Toxicology Network (EXTOXNET) Chlorpyrifos, Oregan State University, US, 1993. 8. Op. cit. 9. 9. R. Whitehead, The UK Pesticide Guide (La guía de plaguicidas del Reino Unido), CAB International/BCPC, 199 10. Op. cit.9. 11. Op. cit. 3. 12. Official Group on OPs Report to Ministers (Informe para los ministros realizado por el Grupo Oficial sobre OPs), MAFF publications, 1998, p23. 13. Op. cit. 10. 14. Researchers Link Common Household Insecticide with Serious Birth Defects and MCS(Investigadores vinculan insecticida de uso doméstico habitual con graves defectos de nacimiento y MCS), MCS Referal and Resources, press release, 20 November 1996. 15. Risk Reduction Plan for Chlorpyrifos (Plan de reducción de riesgos para el clorpirifos), US EPA, press release, June 1997. 16. Chlorpyrifos, Agency for Toxic Substances and Disease Registry, US Department of Health and Human Services. 17. Op. cit. 17. 18. Janette Sherman, Chlorpyrifos (Dursban) Associated Birth Defects (Clorpirifos... Defectos de nacimiento asociados), International Journal of Occupational Medicine and Toxicology, 1995, Vol. 4., No. 4:417-431. 19. List of chemicals evaluated for carcinogenic potential(Lista de productos químicos evaluados según su potencial carcinogénico), US EPA, 1994. 20. Op. cit. 4, p18-19. 21. JD Thrasher R, Madison et. al., Immunologic abnormalities in humans exposed to chlorpyrifos (Anormalidades inmunológicas en seres humanos expuestos al clorpirifos), Archives of Environmental Health, 1994, Vol. 14, p18. Also op. cit 4. 22. S. Gurunathan, et. al., Accumulation of Chlorpyrifos on Residual Surfaces and Toys Accessible to Children (Acumulación de clorpirifos en superficies residuales y en juguetes accesibles a los niños), Environmental Health Perspectives, 1998, Vol. 106:9-16. 23. Devra Lee Davis and Karin Ahmed, Exposures for Indoor Spraying of Chlorpyrifos Pose Greater Health Risks to Children than Currently Estimated (La exposición causada por Spraying de clorpirifos al interior de las casas presenta mayores riesgos para la salud de los niños que lo estimado hasta ahora), Environmental Health Perspectives, Vol. 106:299-301. 24. Caroline Cox, Chlorpyrifos, Part 2: Human Exposure, Journal of Pesticide Reform, 1994, Vol.15, No1, p14. 25. Annual Report of the Working Party on Pesticide Residues (Informe anual del Grupo de Trabajo sobre Residuos de Plaguicidas), 1997, MAFF Publications, 1998. 26. Mace Barron and Kent Woodburn, Ecotoxicology of Chlorpyrifos, Reviews of Environmental Contamination and Toxicology, 1995, Vol. 144. . Este artículo apareció por primera vez en Pesticides News No.41, Septiembre 1998, p18-19