VOZ DE ALERTA Á LA SlJPREM.A. AUTORIDAD. VOZ DE ALERTA ÁLA SUPREMA AUTORIDAD. ESCRITO POR ET. (ftJ. c:~lC. y DEDICADO AL SI'. Presidente de la Repl~blica llIexiealla LIC. D. SEBASTIAN LERDO DE TEJADA. 8IBt:.10TECA DE ME:XICO. PUEBLA. IMPRENTA DEL COLEGIO DE ARTES Y O~~ICIOS, . B dvedas de la Gompañ(a núm. 8. 1873. SEÑOR: B O Eé si calificare13 de atrevido el paso que ahora doy. A¡:í.mismo, ignoro sien este opúscUlo encontrareis alguna COfa útil; todo depende ele las intenciones q ne abrigueis. Si como sinceramente creo, son buenas; si llevais el noble fin ele hacer la felicidad de la República pese á quien pe&al:e, hallareis lealtad en el homhre que mucho sacrifica y' mucho arrie8ga en hablaros .como lo hace, y vereis en su obra algunos avisos que podreis utilizar. Protesto, d, que mi intencion es recta y pura, y aunque muchos hacen igual protesta en los escritos peores, en este mio quedar:i cumplida y podéis convenceros de ello, si como rendidamente os lo ruego, teneis la paciencia de leerlo. Os lo su-plico tanto mas, cuanto que lo he escrito bajo la influencia de una conviccion, que solo vos podeis ~nber si es un error 6 una verdad. Corre válido el rumor 'tIe que hUYt,ndo de contagiaros con la lepra de este siglo, habeis rehui.'ldo constantemente ingresar al masonismo; así se dice y así ·10 creo. Si me he equivocado y sois mason, arrojad at 6 fuego este opúsculo que no os servirá de nada y concitará inútilmente vuestras iras; pero si en 'efecto .no lo sois, entonces leedlo,. señor~ leedlo p'o r lo que mas ameis, porque contiene advertencias que afirmarán vuestra resoluclon, único fin á que aspiro. No atendais á mi humilde nombre ni busqueis mis ningunos antecedentes 1~terario8; mi nombre nada os dirá, pero mi. ; "obra que me_o ha costado rlias de est~dio y noches ele vigilia, mi obra' que lleva la l\probacion de notabilísimas personas. cll'yo . nombre debo callar, mi obra, en fin, os lo dlttttodo. Entro, pues, en materia. l. Si algull arquitecto levantase soberbio edificio sin basarle sobre cimientos, merecería, y con razoll, el nombre de loco, y presto vería su obra por los suelos. ¿Está el mundo, por ventura, insano en este siglo, puesto que así edifica? Agítanse las olas de la tormenta popular y des~ pues de mucho ruidg, mucho c1esórden y no poca sangre, el aventurero mas audaz asalta. el poder, figurado por una corona en las monarquías, y por un si110n en las repúblicas. Los revoltosos aplauden, y con razon, porque si sil· basen reprobarían su misma obra gigantesca, y ved aqm ~ un atrevido que se cree con derecho á mandar en aquel pueblo y comienza á edificar sin cimientos porque su poder no basa en el principio de autoridad, temiendo con harto fundamento que si. subió al sólio en medio de gritos descenderá en medio de silbidos, como sucede por lo regular; díganIo si no entre otros Luis Felipe y Napoleon 111; díganIo tambien tantos Presidentes de la Repú-, blica :Mexicaoo. Así es que, el primer cuidado de ese rey 6 presidente de burlas, es procurar serlo deveras, y presto anuncia que respetando la soberanía popular, única .fu ente del poder segun las jdeas actuales, va á consultar 7 la voluntad nacional, para que, ~i el pueblo deposit.a en él su confianza, pueda basar sus actos en el principio de autoridad. Este es Ell primer acto de la comedia; el segundo és la ley electoral; el tercero el resultado del plebiscito que como,de costumbre siempre es favorable al que está en el poder. . . Aun admitiendo que la voluntad del pueblo sea el orígen del poder público, como las elecciones casi nunca SOIl la genuina espresion de la voluntad nacional, porque siempre se falséa por la fuerza, por el miedo, por la intriga y el soborno, resulta que el mandarín así elegido rob6 en toda la estension de la palabra, ' el puesto que ocupa y ningun respeto ,merece inspirar. Se apoyará en la fuerza como se apoya en ella el bandolero; le prestarán su auxilio los que viven' del presupuesto como por espíritu de compañerismo auxilian los bandidos á su ,capitan. Dura es la comparacion, ¿pero es por eso menos esacta? Admitido el princi-pio de que la: voluntad nacional es la que da el poder, si esta voluntad se falséa, ¿con qué derecho se asienta eh él un hombre á quien el pueblo rechaza 6 por lo menos no acepta? ¿que nombre merece este atrevido sino el de ladron del poder? si á él subi6 por el engaño será un estafador, si á él asciende por la fuerza y hacinando cadáveres, será un bandido y nada mas. Por esta razón los gobernantes actuales no cuidan del bien de sus pueblos; si pqr incidente pueden hacer algo en fa VOl' de estos lo harán míentras no se oponga á su interés particular 6 al engrandecimiento de los suyos, de otra manera, no. " El Estado soy yo" dicen que decía Luis XIV, y hoy tenemos multitud de Luises caricatos, que si no imitan á. aquel en lo que tuvo de grande, 10 parodian pe)'fectamente en la ambicio n y el nepotismo. ,/ Tal es el cuadro que con pocas excepciones l'resenta el mundo actualmente en las regiones del poder. Repugnante { ¡ e el:i y mucho, pero .verdadero por clr~fg ra cja, y ha sido preciso presentarle así y analizarle así, porq lie 'trato ~e señalar una enfermedad q ue exi~te y las caUf: a.s de ese mal nepugnante es un cadáver en la meta anat4mica deEt rozado por el eE,calpelo, pero allí se ' estudia y allí te apl'enue. El mal que quiero estudiar es el despre sti610~ de la autol'ida.r~ el por qué de ese desprestigio, el por qué del desprecio y def:Confian~a con que se miran los actos del poder, uesprecio y desconfianza precursores de la antojadiza revolucion. El derecho divino, fuente ú nica y verdadera del principio de autoridad ha cadllcado ya: el mundo pl'onunü{, contra él su fallo, y la justicia y la raZ)ll hall callado: porque aun uo es el tiempo de apelar del Tribunal del mundo para ante el Tribunal de Dios. Pero era preciso lm'entar algo para sustituir el derecho divino, y ya se 'sabe el sendero; cuando se niega á. Dios hay que deificar . al hombre. ,Se creó el d0 ó de la soberanía del pue.blo, dogma que tambiencaduca, porque súele suceder que á. .despecho de la intrióa, la' fuerza y el Eoborno, el }meblo elige con voluntad propia y á. 'veces acierta; V03, señor, sois de ello una prueba. Esto descontenta á lo! hombres nulos que sollLmedran eI).las revueltas, y por esto, señor, aun antes de saber cómo gobernaréis se o.S hac~ :ruda o.posicion y se oyen ya tristísimas elegías; para las n ulidn,des sielnpre gobernaréis muy mal, sicumplis vuestro prop6sito de rodearos de hombres aptos y probos. He dicho que caduca el principio de la soberanía popular y esto no. solo. es muy cierto, sino muy natural tamo , bic'n. Si se hace ctl1ico alarde d3 t orcer est e principio; si las elecciones casi nunca son la esprefijon espontánea de la v oluntad del pueblo; si se de.sprestigia con esto dicho princ ipio, ¿cómo. exigir que se le respete? ¿cómo ' espera!' que l os resultados de la intriga inspiren veneracion? Un ídolo ma 9 desprcstlgiado est.6, mal, s~bre su altar. , Ante Un dios no son posibles términos medios; ó ins,p ira respeto ó provoca risa; ó merece adoracion ó desprecio., , El principio' de la sobe!anía popular se va~ Ya el pueblo no cree en ella porque ve que no la:'ejercc; porque se le halaga con bellas frases mientras se le tirarIDza con pésimas obras. j\f.as 'como de un abismo se marcha hácia otro; como en el error se r~correuI.la espantosa eEcala descendente, se Sut:tituye aquel principio que al menos tenía cierta apariencia, y envolvía siquiel'a la manifestacion de respeto á un pueblo libre, con otro que no revela sino descaro cínico. ¡Los hechos! he aquí la luminosa inven<?ion dBl Siglo' XIX. ¡Los hech9s! es decir, .el derecho de la .fuerza. ¿,Enqué si no en la teoría de los hechos consumados puede apoya!" Víctor Manuella usurpacion ·de los .dominios del Papa? ¿no había firmado un tratado jurando respetarlos? ¿no los respetó mientras lo tuvq. la Francia encadonado? Pero, se dirá, el pueblo lo quería y Víctor l\:lnnuel obedeció su voluntad soberana. ¡El pueblo! ¿y cuál? ¿cuántos :milesde ·hombres gritando se necesitan para que el robo deje de serlo y se' .convierta en ,una virtud, para que el asesinato no sea crÍmen sino un acto her6ico? ¡El pueblo! el pueblo es solo un pr.etesto; harto lo Eabeis vos, señor,- cuando contando con la inmensa mayoría de la Nacion aparecísteis como candidato frente al Sr. Juarez. Djz que el pueblo le reeligió .. : ... podrá ser, pero la N acion se vistió de luto. Y entonces se vipde una manera palpable que hay dos .pueblos soberanos con deseos y soberanas ' voluntadeso:puestas~ ¿Cuál voluntad se respetará en e~te caso, ' 'la de aquel pueblo que jntriga, grita, quiebra cristales y hasta asesina si ocasio:n se le presenta, ó la. ael que manifiesta su opinion por los medios legales~ ¿Cuttl merece Eef oido, el pueblo audaz que fOffi- 2 10 pe las leyes., ó el que por tímido, honrado y virtuoso se ampara de ellas? El derecho divino, lajusticia y la razon dicen que el segundo, porque el de_recho y la justicia se hicieron precisamente paraprotejer. ~l ' bueno contra el malvado; ·pero lC'slteélws ' dicen que el primero, y estamos viendo qu~ los hochos prevalecen. ¡Bella jurisprudencia que ha engendrado á la Comuna, que l~ nutre y'alimentl!, y ella muy pronto fundada en los hechos, se~á patriota, grande y her6ica arrasándolo todo! . Los reyes actuales trastornados por el terror que inspira la comuna apoyada en el de~.echo de la. fuerza, andan buscando como celebra.r u~inuevo Contrato social creyendo cándidamente en la patraña ele Juan Jacobo, pero no pudi~ndo cOllseguirlo, se van convenciendo y demostrando al mundo, que: la absurda teoría de ese contrato es de una absob.ta imposibilidad prúctica. Tal es, señor, el horrible .aspecto que presenta el mundo; tal la grave dolencia que le- postra. "La sociedad está enferma, nmy enferma, ha dicho el gpinPio IX, 1)21'ece qu.e se necesitan .milagros para salvarla.", Esto es verdad, .pero el mulde que adolece lo cam:a un veneno lento y mortal que corre por sus ·venas. Se desmorafu6 al pueblo, pero esto no bastaba; un puebloaup -desmoralizado tiene .esperanza de volver al buen sendero y puede Ealvatse, silos gobernantes saben éonducirlo~ Por eso el veneno se nevó á' las regiones del poder, y anulando el derecho se estableció la teoría de 103 hechos. Un gobernante por derecho es inamovible; un gobernante de hecho pende de un hilo. Algunos descamisados qu~ griten, un gefe que defeccione, lo cual es el pan de cada dia, y el gobernante de hecho tendrá ·que ceder el puesto á otro gobernante de hecho. Así se abri61a puerta al a8pirantismo de los tontos y pícaros; así el pueblo acostumbrado á mudar de gobernantes cada mes, pierde el respeto, porque 11 como ha dicho un sábio escritor: ,rcuando fe quiere adorar todo, se concluye por no respetar nada." Pe:."o ¿quién ha derramado ese Telleno en el mundo? Los ma8011eS, seft.or. Ellos han convertido en maniquíes á los reyes y gober·, nantes; ellos son los autores de la gigantesca conspiracion contra el órden social, ellos son la gran heregía viva contra Dios y su Iglesia. Tal vez creereis que lo,;; calumnio; ellos saben qu~ no, pero si quereis convenceros, pasad, señor á lo~ capítulos siótlientes. Il. Si yo viera en vos á uno de tantos aEaltadores al poder; si yo no creyera que la Providencia os ha designado el alto puesto que OCUpaisi' creería inútil el poner en, vuestras manos este escrito. Pero una grata esperanza me anima, poi'que creeo que vos, gobernante ,por derecho, y por verdadera aclamacion, no ire~s á entregar á sabiendas vuestro legítimo poder,á una asociacion tenebroba, que afectando sosteneros os convertirá en su instrumento ciego y á la patria en su juguete. Puedo hablaros así porque aun no soy partidarip vuestro. ' Soy católico antes que partidario, y los cat611co¡~, si bien reconocemo~ que la mano de la Providencia os ha colocado en la silla. presidencial, no sabemos si en esto llevará miras de misericordia 6 de castigo. Para declararnos por vos, esperamos vuestros actos; y segun que imiteis á Constantino ó á Juliano el apóstata, así os defenderémos como tabernos defender los cat6licos, es decir, has,ta el sacri~cio, Ú 08 combatirémos de la única manera que nos hemos propuesto combatir, esto es, con la fuerza de la razono Creo, sin embargo, que imitareis á Constantino, y me atrevo á decir que debeis hacerlo, si quaréis mostraros agradecido tÍ la Providencia que os di6 el poder por derecho divino, y 12 al pueblo en su inmen:3a mayoría católico, que respetando los designios de Dios os nombr6 por aclamacion popular, est<f es, por derecho público. . ~ Al invitaros á ingresar al maso11ismo, os habrán dicho los masones lo que dicen á todo el mundo, y os habrán · mostrado una especie de C'redo ó programa ·que por vía de anzuelo han impreso y publicado. Inconsecuentes en todo, no han reflexionado al hacer ~sta publicacion, que cualqliier hombre pensador, aun cuando no tenga contra ellos prevencion alguna, debe, por la misma naturaleza de las cosas, inferir que tal credo 6 programa 1¡tas6nicos no son ni pueden ser mas que una mentira. En efecto, ellos mismos se llaman sociedad secreta, es decir, sociedad mi&teriosa: todo misterio que se revela deja de serlo, y por tanto, 6 al hacer esa publicacion los masones han salido á plena luz, lo ·cual no es cierto,_.ó:. no han efcrito la verdad, y ésto es lo seguro. Dejando,sin embargo, {¡, un la~ do esta nimiedad, examinémos si en efecto los masones son lo que dicen. "Se llaman asociacion no solo inofensiva, sino benéfica; se dicen protectores del pueblo,celadol'es de los adelantos sociales, prontos á socorrer al necesitado y amparar al desvalido: aunque afectos á la democracia, ellos descienden de una raza ilustre, de los Templarios, valientes caballeros y tan nobles, que muchos de ellos habían nacido en las gradas de un trono; ilustres .mártires CUrdo :lsociacion disolvieron el Papa Clemente V y Felipe el Hermoso, auxiliadop de la fuerza. . militar, degollando al ' gran :Maestre de la Orden Jacobo ~Iolay: que aunque lo~ masones tienen el deber de vengar estos crímenes. lejos de esto, admiten en su seno á los reyes y á los militares, encumbrándolos en proporcion á sus servicios; y que aunque no son muy amigos del Papa, porque se opoae al progreso de los pueblos, jamas persiguen á la religion católir.a.," ¡Hermoso programá, porq:le todo programa es muy 13 bello! ¿d6nde se encontrará uno que no lo sea? Veámos si la realidad ~orresponde. D~de luego es una mentira que el masonismo sea una asociacion, y si se le quiere dar ese nombre, no es por lo. menos una asociacion leg~l. Los caracteres de toda asociacion fundada en derecho son, la utili.iad de todos y cada uno de los asociados, moralidad en los medios, y un úbjeto licito á que tiende la asociacion. Faltando alguno de estos caracteres, el, derecho la reprueba, porque si fa~ ta la utilidad comun, es decir, si hay alguno 6 algunos s6cios que arriesguen todo sin utilizar nada, la sociedad es leonina, y si se encamina á un fin malo, la asociacion es criminal. Mas adelante quedará demostrado que el masonismo es leonino, demostrarémos por ahora que como asociacion es ilícito en sÍ. El arto 59 de la Constitucion Federal, prohibe el pacto de . la propia proscripcion, pel'oaun cuando la Constitucion no lo prohiba lo repugna. el derecho natural y el instinto de la propia conservacion, J es-por lo mismo esencialmente nulo. Si todos tenemos derecho á disponer de nuestros bienes, de nuestro tiempo, hasta de nuestra libertad, no así respecto de nuestra existencia. Ligarse ' á hacer alguna cosa bajo pena de la vida, es ser un suicida, porque suicida no es tan solo el que se dá la muerte, sino el que de cualquiera modo atenta á su existencia. _Ella no nos pertenece" y dar en prenda del cumplUniento de una obligacionlo que no nos pertenece, es cometer una usurpacion y un engaño; por lo mismo el contrato sería no solamente nulo sino ilícitó. Ahora bien, los masones al prestar eljirramento de ingreso, ligan su vida, porque despues de ofrecer guardar un profundo secreto, dicen: "y si 'falto á · mi palabra me oompromoto J me sujeto á la pena siguiente: que se me quemeulos lábios con un hierro ardiendo: que se me COfte la mano: que se me arranque, la l~ngua:que se me 14 tronche la garganta:, q uo mi cac1á"'Gl' sea colgado en la Logia durante la ceremonia de la admisionde' .u n n;uev.o H. '. para castigo de mi infideEdad y escarmiento te los otros: en seguida que mi cadáver sea ,quemado y mis cenizas arrojadas al viento á fin de que no haya rastro alguno de la memoria de mi traicion." Este es el edifican.te juramento: tal vez como espantaba á mu·ch()s, los filantr6picos y astutos H.'. H.'. lo hayan modificado, pero si en su forma il0 es tan aterrador, en su esencia es. el mismo: harto 'se revela en el hecho de prestarlo sobre un puñai y el no menos ~ignificatiyo de que al quitarse la venda el iniciado, y ver la luz de la pólvl)ra con que le chamuscan las narices, advierte sobre su pecho desnudo la punta de las espadas de sus amorosos H.· . . H.'. en son dé muda pero terrible amenaza. Por último, para que sobre este panto ninguna duda quede, copiaré algunos artículos de la Constitucion secreta de las logias~ redactada por J\fazzini, y que Dios en los altos fines de su providencia ha permitido que se descubriera. "Art. XXX. Los que. no obedecieren las órdenes de la sociedad secreta, ó que re-velaren sus misterios, serán a.sesinados sin remision. Igual castigo sufrirán los traidore;;. Art. XXXI. El tribunal secreto pl'onUliciará la sentencia y designará uno 6 dos afiliados 'para su inmediata ejenlCion. Art. XXXII. Si alguno rehusare ejecutár esta órden ; sel'ú cOllsiclerauo como peljuro, y como tal muerto al momento. Artí" culo XXXIIl. Si el culpable se escapa, f3erá sin dilacioll perseguido por todas partes, y 'deberá ser herido por una mano invisible aun cuando esté sobre el seno de su madre, ó en el tabernáculo de Cristo." Decid E-i será legal una asociacion que cuenta con tales constituciones. Resulta, pues, que por parte del que iura obligando su exis-' tencia, la asociacion se compone de suicidas porque atentan ú ella; y por parte de los que aceptan este juramen- 15 to y ofrecen cumplirlo, la asociacion se compone de ase...sinos. ¡Hasta dónde hemos descendido de progreso en progreso! y no i:e crea que esta amenaza de asesinato es únicamente ad ter1"oremj ella se-cumple casi siempre en el hermano que traiciona y en el hermano que no obedece. En~ tl'e los muchos casos que se saben, ademas de los muchísi-mos que pasan desapercibidos, citaré dos tan auténticos cuanto que el uno de 'ellos está consignado ya en la historia y el otro consta por ,confesion de los mismos masones. El primero es el del ~onde Rossi asesinado en Roma el dfa 15 de Noviembre de 1848 al mediodia rodeado de una multitud de personas. Si como creo habeis leido la historia de la royolucioll de 1848 enRoma, sabreis que lejos de proceder contra el asesino, fué paseado en la noche en triunfo por toda la ciudad entre un tumulto de furiosos que gritaban frenéticos: "¡bendito el puñal que le mató!" y exigieron aqnellosbárbaros que para solemnizar tan fausto acontecimiento, se iluminase la ciudad, llevando ' su crueldad hasta el estremo de hacer que la desdichada fa,milla de Rossi iluminase tam qien los balcones de su ca5U para glorificar á los nsesinos. El segundo caso lo refiere "La Pelas" peri6dico masónico que se publicaba en e~a misma {poca _ en Roma. En el número 236 dice lo siguiente: "El mártes (3 de, Th'layo 'de 18-18) á eso de la una ele la madrugada '!J cerca d~l palacio RospigliQsi de Z agarol" fué muerto por una herida de estilete el eirujano Angelo Z andi de FaenzCt. ¡ Pob1'e ciruJano! es preciso decir que no estaba muy bien con iodos. ¡Demonio! ¡Desde Faenza ir á morir á Zaga1"olo! Parece imposible. Hay ciertos casos, -eie1·tas comúinaciones fJ1(1:' no pueden P·TNc{wse. So!o(lch'cl'tiremos QUE NO HAY UN SOLO ANGULO EN EL MUNDO QUE PUEDA OCULTAR AL QUE POR .JUSTA CAUSA ESTA JUSTAMENTE DESIGNAl)O." ¿Puede darse una revelacion, una confesion mas dara y 16 mas esplícita? Esto sucedía en época en que la rcvolucion se entronizaba y en que por ser masones todos los que, ocupaban los puestos públicos, podían sus periódicos hacer gala de crímenes -tan repugnantes. Pero eulos paises donde el, masonismo se oculta, solo los masones saben el número de los que así perecen; la justicia ....... ,' lo sabe tambien, pero disimula, pues ~l primer cuidado de estos H.·. H.·. ,es procurar poner en los puestos judiciales pel'sona~ de su devoclon afiliadas ' en la secta, y por eso en ciCl~ta clase de crímenes lá pista se pierde . •He dicho que el masonismo no puede ser una asociacion, porque esta supone objeto lícito, moralidad en los med]os~ y esfuerzos y ' utilidades proporcionales en los sócios. Poro dónde se exije á los asociados una obediencia pasiva y ciega á un gefe desconocido; donde esta obediencia se sanciona por medio de una terrible ley penal que impone nada menos que la pena de muerte por el simple delito de no obedecer una 6rden' acaso criminal y repugnante; donde hay tribunales como en el poder civil para dirimir las contiendas; (1) donde, en fin,hay grados y gerarquías, no existe una asociacion, sino un poder. Los masones no lo dicen por no herir la justa sllceptibilic1ad del poder público, y por eso se llaman sociedad. Pero no es el nombre sino la esencia de las cosas la que las di&tingue y ~lasifica. Así, pues, el juramento que el H.·. presta en su ingreso á la ma.sonería, no es la escritura de sociedad ni la póliza que firma el asociado ó contratista, [1] El programa masónico que por ahí circula impreso. contiene entre muchas mentiras y no FOCOS desatinos, este artíeulo bien notable: «Si el candidato al ser admitIdo encuontra algun individuo con quien ,110 esté en armonía, tiene que dop()Dcr todo resen timieJ/lto, c;¡ ! i ~ i~1t>· rarlo como hermano y darle el abrazo fraternal. Si la causa de la desavenencia es un li.tigio, espondrá sus razones {\ los JUECES DE LA 1\:r ASONERIA para que le presten la justicia que deru:lllda,» l7 sino el juramento de pleitó homenage que el súbdito tributa al gefe desconocido que gobierna á esos hombres, los cuales por su propia voluntad han descendido ~esde ciudadanos libres que eran, 'á esclavos servilísimos que son. Tenemos, pues, un poder riv.al de la autoridad clvil, mas poderoso que ella supuesto que ordinariamente los reyes y presidentes sirven á la masoneIÍa, 6 de instru-:mento, óde juguete, 6 de víctimas. Los masones fingen acatar al poder público para minarle mejor, y los gobernantes que han querido independerse de la Iglesia, let que lejos de hacer sombraá. su autoridad contribuía á ro bustecerIa, consienten hoy y hasta protegen y am. paran e~c otro poder que rivaliza con el suyo porque tiene un interes idéntico. La Iglesia ejercía su jurisdiccion ~obre las almas, y los susceptibles gobernantes lo tenueroll todo de ese poder que para nada invadía ni menoscalJabn. el suyo: los masones aspiran á la soberanía del mundo, Et la gran república universal, y paTa conseguir su objeto minan el edificio de las soberanías parciales y 110· pued~n por lo mismo ser los amigos del poder público: y sin emlJargo los agentes de -este poder los protegen y adulan, y les piden una proteccion humjllant~, lo que equivale á echarse una víbora en el seno. Tellemos,pues, un Estado dentro de otro; un poder '80m'eto frente á frente del poder público. Ya hemos visto que este último renegando de su orígen ha- socavad(f sus cimientos y bamboléa. Examinemos ahora de d611de toma su fuerza ese otro poder secreto; con qué derecho ~e asienta en el corazon de la sociedad; por qué sus adeptos lo sostienen, y cuál sería el papel que vos~ señor, haríais ingresando al masonismo_ 1..os publicistas modernos se Ilan dividido en dos ban-, dos, sosteniendo, unos que el origen del poder es el dere- a 18 ehD divino.; sDsteniendo DtrDs que es la vDluntad y soberanía popular. No. , sirve á mi DbjetD profundizaresR cuestion, y si la he ,menciDnado ha sido. tan 'sDlo,para decir que el terrible ,pDder de lDS m~so.nes'no. se funda ni en el uno. ni el otro.. Absurda sería la so.la aserciDn de que ' basaba en el derecho. divino.; de mDdD que So.1D nDS queda po.r examinar si su po.der basa "en las elecciones, es decir, en la eSpl'eSiDn de la vo.luntad del pueblo.. Aunque envueltos mucho.s de sus acto.s en el mas pro.fundD mist~­ riD, CDmo. no. hay cosa po.r secreta que sea que el tiempo no. descubra, se sabe de b8 maso.nes, ya pDr ,la co.nfesion de:aigun a,rrepentido., ya' po.r la indiscreccio.n de o.tro., ya po.r las rivalidades que entre ílÍ sostienen, y'a, en fin, porque el o.rgullD les hace desafiar al po.der públicO ellumerando lo.s 'grandes , ,elementos '. co.n que cuentan, se sabe, repito., que tienen uria especie de noviciado. que ID fDrma la masDnería exteriDr; que luego algunos profesan, por decirlo. aSÍ, ingresando. á las sociedades secretas; que de estas Ee fprma una especie de cDnsejo supremo., y éste á su vez nombra al gefe, al rey absoluto., al señDr de horca y cuchillo., en to.da la estensiDn de la palabra, que gobierna, ó mejo.r dicho., encadena ,áto.dos lo.s maso.nes. Ahora bien; preguntad á esto.s si cono.c~n á su rey y DS dirán llue no.; haced la misma pregunta' á las so.ciedades secretas, es decir, tÍ ID que es la nata y flo.r ,d elo.s maso.nes, y tambien o.S dirán que no.. Ento.nces ¿con qué. 'derecho. ese hDmbre ipipera, , impone sa~rificios, no.mbra jueces y. dicta sentencias de muerte? , ¿acaso. ese hombre manda por derecho., fundado. en 'la espresiDn espDntánea de su pueblo? ¿cómo. podrá ser esto., cuando su pueblo DO le cono.ce siquiera? Tal vez se dirá: ese ho.mbre fué elegido. po.r los gefes del maso.nismo., y estos gefes son nombrados por los maso.nes, de modo. que tenemo.s la elecciDn indir~cta. Si así fuera sería cierto., poro. no es así; el iniciacTo. al ingl'emf 19 Se encuentra ya con 31 gran Oriente y ot~'os gefes gerár. quicos de la masonería exterior; si este gran Or~ente () este gefe muere, le sucede otro nombrado por la inmediata sociedad secreta; de modo que el,pueblo rnas6nieo, por decirlo así, no influye en las elecciones ni directa ni indirectamente. Y sin embargo, el gefe así nom~rado, ó por mejor decir, impuesto, es respetado, temido y obedecido. Vuelvo, pues, á preguntar: ¿con qué derecho manda, con qué derecho sentencia, con qué derecho mata? " N o tiene, pues, ese hombre derecho para mandar; su dominio es una usurpacion que hace á las autoridades civile~; el mason que se encuentre entre una ley del poder público que le mande hacer tal ó cual COEa, bajo pena de prisíon por ejemplo, y una órden de EUS gefes que le manden lo contrario bajo la fancion de siempre, es decir, In pena de muerte, es Eegul'O que infringirá la ley, con hnto mas motivo cuanto que el tenebroso poder á quien sirve lo protegerá y le librará acaso de la prision, mientras que el poder público será ineficaz para impedir que los masones asesinen aldesor.IDdiente, supuesto que ellos mismos dicen y hay 'en elló muclw de verdad, que no se halla ángulo en el mundo que p~ceda ocultar el que por fusta causa está iustamente des1:gnaclo. El ffiftSOn, pues, tiene que infringir la ley por miedo al veneno ó puñal de "sus compañeros, y estos, por tanto, usurpan al poder "público la obediencia de ese ciudadanQ. Vaya otro casO: sUJ?oned que un abogado mason es nombrado juez; la ley emanada del poder público le señala un sendero, pero negocios habrá en que la consigna masónica le marque otro; si falta á la consigna es hombre perdido, si falta á la ley quedará impune, porque es tan fácil darle una interpretacion al menos aparentemente "fundada, que de seguro~ el hombre hom'ado, en litigio con un " ma~on petder6. su pleitú aunque le asista toda justicia y 20 aunque lo defienda un abogado mas elocuente que Ciceron y con mas c.iencia que Papiniano. Y es ele advertir que los casos que he señalado no son meras suposiciones mías. ¡Ojalá lo fuesen! pero yo~ pudiera referiros algunos que han sucedido, y corren por ahí con notable escándalo; mas como no hay pruebas, la ley nopueele castigar á los culpables. Sin embargo, señor, cualquiera persona honrada á quien preguuteís. ¿c6mo está l~administracion de justicia? os 'dirá que mal;-si dirigís la misma pregunta á ciertos m_agistr~dos pr6bos que por fortuna existen, os . responderán que mal; la prm·l sª se afana en repetiros esto mismo, y. la . desconfianza, el maléstar y el de~aliento os lo dicen tambien. 110 repito, señor; si yo no viera en vos· al poder legítimo, no os hablaría ele ese otro ilegítimo qtle os usurpa el vuestro, y que para hacerlo con mas seguridad os ruega que aumentéis sus ' huestes _con vuestra ilustre persona. Ese terrible poder secreto no da en derecho razon de su existencia, pero ella es un hecho harto prqlongado ya por desgracia. ¿Cómo es que subt:iste contra toda ley y razon? Luegu me oc-u paré de este punto.; quiero· antes concluir el análisis. de todo lo· que tiene ele perverso y repugnante. Los m~sones dicen q ue ~mantes del pueplo procl:lran su bienestar, y han sido, por tanto, los iniciadores de todo progreso. ¡Programa, puro progralIla, Y nada de realidad! Si por progreso entienden los 'adelantos materiales, creo que ni los ferrocarriles, ni el telégrafo, ni ningun otro de los descubrimientos modernos son obra del masonismo como ' corporacioll; podrá ser que algun mason haya invel'l~ tado algo, pero eso no lo debe sino á su talento, á 'su estudio, á su trabajo, y no al compas ni á la escuadra, ni ú los puntitos, ni al mandil, ni al fogonazo en qu. vi6 In luz, ni al :-:aHo U:I )rtal~ ni ú los tres viages; ni ·-á nada, en e 21 Hl1, que tenga relaclon con el masonismo. Lo mismo sutede con los descubrimientos en~as ciencias y en las artes. ,P ero al menos, ya que no promueven el adelanto ,de los pueblos, los mismos masones, ¿adelantan ó retroceden? :B~xaminémoslo en su manera de ser. Los masones,asi como forman 'un poder aparte, así iambien forman '-ln pueblo aparte, y pueslqs adelantos morales y sociales de un pueblo se conocen especialmente por las leyes que los rigen, examinémos sus leyes. ¡Oh tú, s{tbio rey Don Alonso, que éreiste .regalar ~l mundo .11130 preciosa joya ~on tu c6digo inmortal, comparece, que para hacerte avergonzar de tu obra y de tn siglo de os~ (;urantismo, vamoS á examinarla, á la plena luz del siglo del progreso y á compararla con códigos mas human atal'ios y esclarecidos! llace seis siglos, cuando tú trabajabas en tu obra, no se adoraba á-Ia libertad ni se habían hecho en su nombre las atrocidades que <hoy; y sin 'embargo, tú, rey absoluto, comprendiste que toda ley al imponer un deber Ó prohibir a1guna cosa restringe un poc.9 la libertu,d individual en pro de los intereses sociales: por esto, gfan rey, razonaste tu C6digo; de 19 cual te acüsa la moderna ilustl'acion. Tú no exigías obediencia ciega como se exige en el dia p~ro tú eras U~l retrógrado que apreciando mas la obediencia racional que la obediencia servil, ilustraste tu c6digo con sus luminosos considerandos, con sus acertadas definiciones, con ,esa esplicacion sencilla y ~lara de sus leyes, por la cual crei'ste y con raZOll, que ganando antes al entendimiento, la voluntad se prestaria dócil á la o-bediencia:' por eso nosotros lOF retrógrados te llamamos á la par, sábio, filósofo y legislador ... pero ¡oh desconsuelo! -las modernas -ilustraciones te apellidan pedagogo!: Tú creiste hacer mucho cuando en tus leyes fijaste los límites de la obediencia; cuando marcaste hasta dóride -ésta deja ¡Jo ~('r obligatoria; cuando estáble- 22 , ciste que ningun legislador puede mandar lo ilícito yen , caso de que Jo mande no debe ser obedecido. Esto 'sería: bueno para tus tieIIlP08; ahora" escucha, y avergüéhzate. Hay una asociacion (llaIilémOí~leasí) que se dice la, fuente del progreso de. los pueblos, la que procura su libertad y engrandecimiento, 'la que no tolera cadenas ni tira:nías, la que ama, en fin, tanto la libertad que ni siqulm;a admite la suave y racional cadena de la fé, puesaltiva solo acepta lo que su razon compr9nde. Tú creerás que para haber alcanzado tan preciosas conquistas los hombres que componen esa asociacion estarán ·l.'egidos pt>r leyes sábias y á ,la altura de los l?rincipios que' proclaman. Tu creerá!' que los lazos que atan á esos hombres en dulce vínculo fraternal serán leves cadenas de flores? .. pues escucha; pero antes acuérdate del legislador ateniense Dracon que decía que, en'su'concepto, no había delito tan pequeño que ' no mereciera la pena de muerte, y que no imponía otra para los~ delitos graves porque tampoco conocía 'otra ml1yt>l' que la de muerte. Tal vez tú creerías que .esto era una barbárie propi~ de los tiempos primitivos, y por eso, sin duda, dedicaste toda uI,la Partida, es deCir, toda una obra á la clasificacion de los delitos y penas. ¡Error, gran rey, error!' Los modernos Dracones en pleno siglo XIX han dejado muy atrás á su insigne maestro. Aquel al menos imponía la pena de muerte para todo delito, mientras los Dracones de hoy la hacen estensiva á las simples faltas, supuesto que una ligera desobediencia no púe. de llamarse delito, siendo por el contrario muchas veces ' obligatpria. Así Mazzini ..... ~ (este :Mazzinino creas que era un ~egislador así por tu estilo; este no se inmorlaliz6 por eso, sino por otras fechorias dignas de eterna remembranza.) Pero en fin, legislador fué, y escribi61as COllS-. tituciones que rigen á esa amorosa 'asoeiacion de ·hermanos, constituciones tan dulces y humanitarias como que 23 encadenan ú. esos hombres á un gefe desconocido cuyo YUbo es tan suave y tan ligera su cargll, que impone pena de muerte al que no obedezca ~\lS órdenes buenas 6 malas; que por el arto 31 de esas constituciones, esa pena la han de aplicar dos ó mas de esos_, tierní~imos hermanos, y si estos rehusaren hacer el oficio de verdugos y com~ter un repugnante asesinato, ahí está el arto 32 que los sujeta 6, la misma pena. ¿Qué tal, sábio rey? ¿tenías tú en tu oscurantismo idea de una libertad tan completa, de unos hombres tan dignos, de' unas leyes tan humanitarias? V uelve á tu sepulcro y avergüénzate de no haber nacido en esta época de ilustracion y de progTeso.. , Perdonaq, señor, la ironía del párrafo que antecede. Erame necesario ese estílo si al presentar á vuestra vista los dos cuadros, había de hacer resaltar la fealdad del que dibtUo. y sin embargo :rrú 'pintura es pálida, aun no tiene las negras sombras que necesita. Ahora, permitidme preguntaros ¿ingresaréis al masonismo? ¿será digno de un hombre como vos esclavizaros aSÍ, infamaros así., dejar que usurpen vuestro legítimo poder, aceptar la complicidad de ' crímenes que repugnan? Supongamos por un momento que sois mason. Desde luego convengo en que -se os dará el grado mayor, pero no pasaréis de la masonería esterior, es decir, serviréis para comunicar á los otros masones esteriores, á los novicios como les he llamado, las 6rdenes de las sociedades secretas, á las cuales no ingresareis jamás mientras en el alma os quede alguna centella de honradez y dignidad. Solo que consini ais en prostituir vuestra alma-y vuestra inteligencia; solo que la sangre derramada p.or vuestra mano misma no os cause repugnancia, acaso tel1driais entonces el mérito suficiente para ello. Y digo acaso" porque aun en el supuesto imposible de' qne os avinierais á degra~aros tanto, todavía quedaba otro obstáculo. Los masones desconfian de los 24 que son ó han sído suprema auto~'¡dad legítima y por eso, no admiten, en lo qué llaman sus .altos .circulo s, ú los .re·· yes y príncipes. Solo el miserable Felipe Igualdad, .de quien losínasones estaban s~guros,pol'que había olvidad(} todo· lo que" tenía de príncipe para acordarse de todo lo que tenía. de malvado,fué admitido en tiempo de la re. volucion trancesa. Hoy puede que Bismark y Víctor ·M anuel,..... ¡sí! méritos tienen pura ello! Así, p\les, inf,l'reEando al masonismo no pasariais de la masonería exterior;y un dia sabriais, vos,el Supremo :Mági~trado, que un juez torció la vara de la justicia en favor deuH H.'. y tendriais que call:;u' devorando tanta luengua: otro dia los jueces masónicos .'sentenciaban á muerte á otro n.'. desobecliente ó tr~idor, él cual apal'Cúe repentinamel1t~ muerto de una congestion, ó porque ~ayó de Ul1:& altura, ó porque le provocó, no se sabe quién, una rUin. con pretesto fútil y atravesó su corazon de una lJuñalalada; vos ~abeis, sin embargo, que e¡::a muerte füé uu veruadero· asesinato, pensáclo, meditado, y llevado al cabo con gTaride astucia" pero asesinato al fin~ y tendréis que callar, pasando por la denigrante complicidad ó al meno:: la solidaridad, de ese crÍmen. Y otro dia el gefe absolut() de los masones, :i quien vos no conoceréis ni sabréis dónde se halla por alto que Sea vuestro grado en la masonería .esteríor, os comunica una órden cuya oculta tendencia os será fácil -adivinar con vuestro clarísimo talento; se trata de preparar el camino para la absorcion- de México por el coloso del Norte; ¿que hareis? obedecei' .es ser traidor, es firmar la sentencia ele muerto de vuestra querida patria; negarse' ú ejecutar la 6rden es morir. iPero este caso es una suposicion! No, no señor; este caso C~ mm realidad, yos couvencereis plenísi~arrientc (in' ello f:'1 mm os dignni~ (lj~penml"l.11e vuestra atcncion,., .; 25 ffi. '01 viJá baseme hablaros de la realizacion de las promemasónicas, en el caso de que os decidierais á formar parte de la misteriosa secta. Los H. "': H. '. os presentarán el ejemplo del Sr. Juarez sostenido por ellos catorce años en el poder y casi divinizado cuando muerto. Pero hablando con entera ingenuidad, vos, señor, que fuisteis en un tiempo amigo del Sr. Juarez; que visteis uno por uno touos sus hechos; quo tan de cerca examinasteis los mÓviles do su conducta como gobernante, ¿quisierais semejaros á él? N o' quiero ni conduce á mi objeto hacer un juicio crítico de su gobierno, así es que examinando solo el hecho de su sostenimiento en el poder y su apoteósis tlespues dé muerto, os haré algunas reflexiones. Concluido el período constitucional de vuestro gobierno, 6 por haber gobernado bien, el pueblo, es decir la inmensa mar yoría d~ la Nacion os reelige, 6n6. Si contais con aquella, si la mayoría os reelige, ¿para qué necesitais de los masones? Si la mayoría os rechaza ¿qué buscaríais en el poder? Os supongo, señor, y así lo creo firmÍ8imamente, lleno de honradez, dignidad y delicadeza, y por tanto "nel vo á preguntaros: ¿qué buscareis en el poder? ¿sería digno de un hombre honrado el imponerse á un pueblo fiue le rechaza? No es creibleque la sed del oro os guie, porque en vuestra profesion,con el talento y crédito incontestable que teneis, llevais una mina inagotable. Tampoco· por el deseo de mando queniais sosteneros en el poder apelando á ilícitos medios, porque sabeis muy bien Clue el gobernante impuesto no manda realmente y es esclavo de las exigencias de aquellos que le sostiénen: de e~te modo 80 vulgariza y pone en ridículo. Asi que si no ~ n,::; 4 26 habeis de iniponeros al pueblo no necesit a.is do 10:i lllaso·· nes; la. na.cion os sostendrá en vuestro elevado lme:sto si gobel'nais con justicia y equidad. La apoieósis del Sr. Juarez se redujo, á insertar en lbs vcriódicos nacionales muchos artículos · hiperbólicos que por serlo tanto, excitaron la risa con sus·ridículas declama<;ione8; á enviar sigilosamente otros artículos por el estílo, á los periódicos extrangeros, que los -insertaron como :-:1.1)'08, en una de aquellas horas tan frecuentes en los periodistas, en que se echa mano de cualq uiera co:=:a pam Henar, á falta de material disponible; á presentar un proyecto de ley de honores póstumos, los cuales tendrá que hacer el erario porque; como se dijo muy fundadamente en la Cámara, si se apela al pueblo, el desaire es seguro, lo cual nos da la medida de la popularidad del Sr. Juarez y .... ;. se acabó: á esto se redujo su apoteósis. Supongo, señor, que no os habrán -causado envidia taJes honores 11 óstumos. Los masones sin embargo, han sentido mucho y con razon al Sr. Juarez,pero no lloran al hombre ma~ Ó menosesc1arecido que la patria perdiera, sino al d6cil instrumento que acaso en 'mucho tiempo no podrán reemplazar. Le lloran tambien las nulidades, á quienes vuest ra integridad y deseo de bien gobernar, amenaza dejar sin empleo. Examinemos ahora de d6nde proceden los masones y esta sola pezquisa de filiacion nos dará el conocimiento Ile sus tendencias, sus medios y sus fines. }Jn las personas mot'ales, como las llama el Código Civil, la fisonomía ~iempre es la misma; así que ,e xaminando la fisonO'mÍa sodal . de lO's judíos, tendrémos ' el retratO' del masonismo. Porque los masones descienden de los judios, porque estos son los inventores, -los sotenedores natos y propagadores del masollÍsmo. El distinguido escritor Don Vicente oe la Fuente, en m Historia ~le las Sociedades, Sccrei 27 tas, lo demuestra incontestablemente con abundancia de datos, que no puedo presentar aquí porque mi obra excedería lo.a límites de un opillcú.~o; aduciré, sin embargo, alguna.s y estractar€ lás dema~ ~litd.l).cente~ á mi objeto. En el prólogo de dicha historia, ,d ieeasi·el referido escritor: "Claro está que la masonería ha mudado' de carácter de un siglo á eBta: parte, y prescindido de IO t:i israelitaE. En su genio altamente revoluci<;mario;-las sectas deriva.das de aquella, prescinden de la franc--masonería, y aun se burlan de ésta, conlO . ésta desprecia á los israelitas; con todo, estos son en tod~s partes sus mas ·poderosos auxiliares. Es público que tod:O,s los pe.riódicos mas revolucionarios é impíos de Europa están comprados por, los judíos 6 reciben subvenciones de ellos y de sus poderosos banqueros, los cuales á. la vez son franc-ma~ ones. Por lo que hace á- las 16gias sucede lo mi~mo. (~\l(wdo han reñido sus adeptos, cuando todos se van can:::awlo de sus farsas y charlatanismo, eljudíb no se canEa, el judío no consiente que se abatan las columnas, y sigue asi~tiel1do á la casi. desierta lógia'--7Sois muclws en la l6,qia?preguntabaNapoleon 111 álos masones de Argel, años pasados, al i'ecibir la comision que pasó á cumplimentarle con fraternal cortesÍa,-No por cierto, respondieron ellos; solamente hemos quedado los israelitas! Digamos, pues, algo de esta filiacion ó descendencia de judíos Ji masones, observando de paso que ·siendo cierta eouio lo es esta genealogía, e~i~ nosdá una de las causas por qué en ~iéxico los masones no pasan de la masonería esterior y no saben lo que hacen: esto es porque aquí no hay jQ.díos-óson en tan"escaso número que puede (bcir::c qu~ no los hay .. .~1éxlco, pues, no tiene grantIc importancia en el mundo mas6nico, 'pOl'que la generalidad de los masones que en él 'existen. no son señores f-:jno siervos; no mandan, obedecen. Por e~o nuestra ue 28 querida patria no está destinq.da en los fastos masónicos á figurar como agente, sino como víctima. He creido, pues, cumplir como su buen hijo dándole este aviso. Dispersos los judíos por todo el mundo~ en cumplimiento de la profecía, y ca~tigQ de su deicidio, encontráronse sin patria y fueron á mendigar hospitalidad en extrangeros suelos. Allí les perseg .lía y persigue la maldicioll eterna significada en el desprecio y repugnancia que inspiran, y solos en el mundo, no·han podido asimilarse á la fisonomía y costumbres de ninguno de los diferentes pueblos que los albergan. Su 6dio, pues, al resto de la humanidad crecía á la par que' su desconfianza; esta les hace ocultar sus tesoros y procurar estrecharse mas entre sí; aquel les sugiri6 el deseo de sobreponerse y probrrr á salir de su triste condicion de esclavos universales. Su desconfianza les hizo inventar signos y ritos cabalísticos conocidos de ellos solos para buscarse, reconocerse y ~liarse donde quiera que se encontrasen; su 6dio les inspir6 la idea de minar' á 103 gobiernos" de corromper el principio de autoridad, y hacer su negocio en rio:revuelto, halagados con la esperanza de ponar· algun dia con su ascenso al poder en todo el mundo, el estigma de desprecio que marca á su raza castiga.da. Por eso desde tiempo inmemorial los judíos han sido los autores de las revuelta5 políticas y soci~les, y cuando ellos no las promueven, que será muy rara vez, las protegen con su oro, con su astucia y reconocido talento. Esto es natural; si ellos carecen de patria, ¿qué puede importarles que se debiliten, trastornen y p~rezcan las demas naciones, los otros hombres que son el objeto de su 6dio? .los judíos son por lo mismo los cosmopolitas por excelencia, los verdaderos ciudadanos dBl mUÍldo. Fácil es de concebirse el amor que tienen á las lógias; ellas son tenebrosas maquinaciones contra el poder, roa- 29 quinaciones que han constituido la fisonomía social y el modo de ser de los judíos; ellas usan signo$ cabalísticqs para reconoC'erse y hallarse los H.'. H.'. en todo el mun. do como los judíbS; y ellas, poi' flltimo, tienden á la república universal porque los mason~s se llaman los ciudp.~ danos del mundo; es decir, son tambien cosmopolitas como los judíos. Reunid todos estos rasgos de parecido, y decid si las 16gias masónicas podrán negar su árbol genealógico; y nótese de paso que . aun la descendencia de la masonería, es decir, sus hijas legítimas la internaciQnal y la comuna tienen una marcada semeianza israelita. Los masones son cosm·opolitas, pero el cosmopolitismo mata la idea de patria y sus dulces aspiraciones, sustituyéndolas con un fantasma purameÍlte ideal y de .quiniérica realizacion. Mienten por lo inÍsmo cuando se llaman patriotas, ¿cómo pueden ser ciudadanos .de tal 6 cual nacion los que aspiran á tener el mundo por patria?, ¿cómo pueden amar á su pais los que . procuran fundirlo en un reino ó repÍlblica universal? Y no se diga que los caluninio; ellos mismos á boca llena dicen que á esto aspiran; ellos echaron á volar esa especie para hacer prosélitos, porque los hace toda novedad por absuraa que sea. Por lo demas ella no tiene ni aun siquiera ·el mérito ~er nueya, porque el catolicismo la ha realizado de laúni~ ea manera que es posible. Pero el catolicismo-no atenta Ct nada, ni menos á las leyes de la naturaleza~ El ~abe .que por razon natural el hombre ama mucho mas á su familia qúe á sus conciud~danos; mas á sus conciudadanos que al resto de la humanidad. La Iglesia no ha querido rom- ' per nunca esta cadena, y aunque es madre del católico inglés como del católico. chino, del cat6lico .mexicano co1UO del francés, respeta y.fomenta los sentimientos y afecciones de familia y las patri6ticas porque eso es lo natural, lo establecido por Dios. Lejos de querer anular de 30 este órden procura solidifi~iio, porque es el ól'den providencial; y solamente en eL6rdenespiritual efClje la Iglesia' obediencia dé. todos, porque es la l\iadre y reina de todos. Por esó los masones 'odian' á ~ Iglesia y especialmente al~a~ su ()abeza visible; la au~.()ridad- del P~pa: s~ apoya en ,el derecho divino, única fueIlte. del poder, .y su sabiduría tieride á sostener ' el órden:establecido, á fomentar el amor. á la familia y el respeto á la autoddad, mientras que ellos en su cosmopolitismo .tienden á hacer de toda la , humanidad una gran familia, lo cual es la abolicloll de la familia natural; tienden á hacer de todos los_poderes UllO' solo, y esto es la: abolicion ,de los pop,eres parciales; tíenden, por último, á hacer ael mundo una sola patria, lo cual equivale á la abolicion de la patria propia. Pero '¿cómo ,se logrará 'e sta república univer::al? Los masones dicen, para no excitar sospechas, que por razon natural, establecidas las inmediatas relaciones con los otros pueblos, llegará un dia en que todos los hombres elijan , un solo poder para todo el mundo: pero esto es imposible, Si los habitantes de un solo Estado no podel'P-os ponerno~ de acuerdo para la eleccion de sus poderes ¿cómo sería posible poner de acuerdo á todo el mundo para la :eleccion de su rey soberano ó presidente constitucional? Ellos mismos conocen que no puede ser, y por lo mismo fian la consecucion de sus.fines al derecho de la fuerza, es decir á las absorciones parciales; á la anexion de las naciones pequeñas á las grandes y po'deroBas. . , En tal concepto, y COijlO serÍauDsurdo el creer que los mexicanos hayamos de conquistar á 10B norte·am~ric.:'lnos, es claro, ~ q12e por el r.O!ltrario,parft~9gi'ar b fUf:io!l y prcparar-el camino ála república universal, México estálla.. mada á ser una de lasvÍctímas. · Por eso si en nuestra patria hay muchos masones no pu,Ean los méxicano~ de la 31 masonería 'esterior, porque es conveniente 'que ~oadyuven al fin, sin conocer ,á dónde .se les dirige. Las sociedade! secretas ó están en los' E,stadós-Unidos, 6. si en México hay algUna la ' forman los estrangeros establecidos en el pais, porql1e .nuestra pobre patria parece destinada á ser el vomitorio' de los' presidios y c:árceles de Europa. ¡Y los mexic~nos; los.dignos y nobles mexi.canos, alucinados por el fa.moso secrét{) que jamás se les , confia, .y por el deseo. de poder decir JJa sOl/ algo pues que SO!! mason" ingi'ef;an á la masonería-y se· dejan gobernar porun círculo ele estrangeros prostituidos' y audaces que los .encamina.n,. á siniestro fin! ¿Por qué lo haceis, . nobles 'compatriotas'? yosotros no doblais' ante esos estrangeros, vuestros amo~, la rodilla, pero tenejs ~nte . ellos el alma arrodillada, es decir, esClava, pues' obedeceis: ciegamentey sin ' discutir lns 6rdeJ)es de esos estrángero's.' N o es ,nuestro ánimo Iastirnál' tÍ los huésp<;ldesde nue~tra patria que SC)ll' laboriosos Y' hom'ados, siuq á los que nos pe¡:judican y arriban ¡'t nuestras playa'$ con sini~stro fin. ', Nuestra patria, pues, peligra:niuchísiinp. Aun sin la idea Je la repú-blica universal, bastaría que 'el gefe desconocido ue los masones fuese yankee,lo cua1 es posible y aunprobabIe, para que el peligro nuestro fuese cierto y evidente. DireÍs acaso que si los yankees quisieren, débiles como !'iomos y ellos fuertes y poder9sos, podrían sin mucho trabajoconquistarnos;. lpér<lno seotrata d,e una. conquista ~ino de una imexion natural; que con ,nll~5trás divisionm:, y plagiarios y pobreza,y ta~to:. y ~to, negárá.á ser necetarja.. Por otra parte; una naeion uhida :I1'sist~ mucho y llega á triunfar á la larga aunque sea'la itinsdébil. Testigo España. an~e las huest~s de N~p()l'eon. ' Por eso se procura dividir á los me-xicanos yha~l~j's ooni~ter ae~3a.. tinos, que 110 es de los ménores el ,inco~porar8e al maSol\l~mo tin Fuber por qué ni para qué. 32 Ya eompren<1ereis, señor; todu lo denigrante y absurdo ue 'vu~'stro papel si ingresareis al masonismo. Este es un terríblp . podel~ que , envolver~a y nulificarí~ , al vuestro. Bste poder no ,subsiste por derech~, lo cual augura que al fin caerá, pero la habilidad de su ' organizacion, el terror que inspira y explo~, y sus' medios y fin criminales lo soátiénen, porque el demonio protege su obra. Desde el momento que ingresa al masonisw.o, el iniciado tiene que m~rchar adelante empujado por un,a mano ·inv~sib.le; :;entin1, repugnancia perO marchará., .porque' tambien siente lllie~,o~ N o es una asociacion de hermanos unidos por los lazos del amor, sino una asocia,cion de émulos atadoH por los l,uzos del terror y el crÍmen.EI infeliz que defeociona 've l)O~' todas pal'tes una amenaza 'de muerte; conoce á algunos asociados pero ,á todos los del mundo y en cada hombre que se le acerqúe sospecha ,á un asesino. Tales son los grandes bene~cios que obtienen los incautos que á él ingresan 'y que solo cedieron á un capricho, á la moda, al deseo de ser algo. ¡Ser algo! pero ese algo es la (~sc1avitud, pues no puede ser hombre libre el que coní':iente en recibir órdenes de un poder ilegítimü¡,. y nulificcil' su person~lidad para convertirse en pelele. no IV. $US tendencias ,á debilitar el p9der público, los mahan destruido su fuerza moral que es él .prestigio, el respeto que debe inspirar,y tratan de destruir su fuer~ za material, que ,es ,el ejército, ~nstituyéndol'e por la guardia,' nacional. Pero esta-utopia, ,aunque tan-bella., no ha podido realiza~'~:e, p<?rque el poder . en este punto no se ha enga,ñado y el .ejército su,bsiste, aunque ~e diga que tl1mbien hay guardia nacional, muy buena como pl'etef:to pnra imponer al pobre pueblo ~ma nueva contri-o En ~u'lles 33 bucion. Así es que, frustrada su tentativa de nulificar el ejército, los masones procuran atraerlo, afiliando á SU$ gefes en laseeta. Sin embargo no se flan 'mucho dé e~lo8; porque Eaben que el milite,u, el valiente militar avezado á sostener la noble espada, repugna usar del puñal aleve. Por otra parte, saben m~y bien que llegado el dia de-entregar la patria para ser ab~orbida, el militar -prescindirá <le la tal república univerial y defenderá aquella hastn morir. Por eso el militarismo sirve á la masonería solí) como medio de dibilitar á la patria, y le hace pronunciarEe, y le 'convierte en revoltoso, y así le deshonra, y así le desprestigia, y así le nace luchar con sus hermanos en torpes revueltas políticas, y así debilita el ejército, y aSÍ, en fin, cuando llegue la hora, le arrojará como -carnaza y le hará sacrificarse inútilmente en el grave conflicto de)a patria. ¡Terrible es el masonismo, cuando ha logrado convSlrtir en agentes ciegos á los guardianes de la sociedad,á los protectores natos de todo lo grande y -útil! Los masones, pue:::, no cuentan con el ejército, y por eso forman otro, que como todo lo suyo, tiene una fisonomía terrible y repugnante. E~te ejército son la internacional y la comuna. La primera opone á la Il)archa de la sociedad la mas terrible de las fuerzas, la fueza de inercia; la oira proclama el robo como fin y la destruccion como medio. De. sobra saben los masones que los militares no transijirán con la internacional y la comuna, sino que por lo contrario se batirán con ellas. Por eso al afiliar á los militares en la secta lo hacen para destruirlos, lo hacen con el mismo fin traidor .con que afilian á los mexiCanos, para entregarlo~ maniatados un dia. ¡Militares, nobles militares! ¿no habeis reflexionado ·que el laurel del guerrero se aviene mal con la. cadena deles~lavo? ¿no habeis reflexionado que jurasteis obediencia al poder y que sirvien5 3-1 do á ese otro poder oculto, traicionais al poder público y vendeis sin saberlo á vuestra patria? Volveis un dia cargado de laureles conquistados en el campo de batalla por Vllestra pericia y vuestro valor; vuestros paisanos, á'quienes hábeis salvado, _os bendicen y (Jasi os adoran ...... . pero esto es por el día:' por la noche teneis que asistir á la logia; allí os esperan vuestros amos; id allá y arrodillad ,vuestra alma ante aquel círculo de estrangeros ,que os espera para imponeros una-humillmte consigna; á vosotros, á los libertfLdores del pueblo,á los salvadores de la patria; esta consigna os la dará el gran - Oriente compatriota vuestro, pero 1arecibi6 de la sociedad secreta que, como he dicho antes, se compone de estr~ngeros; id á la logia, y despues de recibir ia consigna y ' aceptar la deshonra, aceptad tambi~n el ridículo con los ge,stos Y- sig- , ROS cabalísticos; dejad la vencedora espada conque cortasteis vuestr9s laureles, y poneos el mandil; y ya qlie habeis descendido de hombres libres á abyectos esclavos, descended de hérO"es á picapedreros! Los militares cobardes é ineptos están bien en la logia porque allí pueden mendigar con fruto una faja 6 un ascenso. Pero los que pueden '{)btenerlo todo por su esfuerzo personal ¿.qué van á hacer allí? v. Ahora, una palabra á los padres de familia. Hablemos primero á los padres 'cristianos que no son masones. Cuídád de la educacion de vuestros hijos, pero. enseñadles ante todo la subordinacion y la obediencia; Si consentís en todos los caprichos del niño, este se acostumbrará no á obedeceros sino á imponeros su .voluntad, y ~ando llegue á la edad de las pasiones no tendréis prestigio para imponerle respeto y obediencia cuando le habeis enseña- S5 do á mandaros en t<w0' Este mal es mas grave de lo que ereis; este mallo expiareis vosotros y lo expía tambien la patria con vosotros. Vosotros lo pagais con qu~ rotos los lazos de la obediencia 'y el respeto, vereis á vuestro hijo entregarr:;e sin rebozo á sus pasiones, y os robará, si ]a ocasion se le presenta, y procurá introducir en el seno de eu familia la inmoralidad, el escándalo y la prostltucion. Descreido despues, contribuirá á llenar de arrugas vuestra frente, b1anquear vuestros cabellos y desgarrar vuestra alma con los pesares que os cause ese hijo que debía ser el consuelo y noble orgullo de vuestra ancianidad y el futuro apoyo' de su familia Y despues cuando durmais el sueño eterno, él, sin creencias ni fé, no tendrá para atenuar ell'igor del castigo que pese sobre vuestra alma, ni una omeion .. ".... acaso ni un recuerdo. La patria expiará vuestra indolencia y descuido, porque en esos vuestros hijos le dais ciudadanos . sin hábitos de obediencia.y por consiguiente díscolos y revoltosos. Reflexionad que la obediencia es una virtud, que toda virtud supone unsacrificio, que todo sacrificio es dificil de hacer, y que lo dificil si se ha de practicar constantemente, requiere ensefianm y hábito de hacerlo. Si vosotros no enseñais la obediencia al niño ¿dónde la aprenderá? Por desgracia en las ~BCue­ las les enseñan sus derechos y no les hablan de sus deberes, sin pensar que todo derecho pres'P0ne siempre un deber anterior 6 posterior. Pero esos nIDos que inobedientes salieron del poder de sus padres, aprenden á orgullosos en los colegios, y .de ahí ese hato de fátuos y díscolos que se creen unas sublimidades, y que al ver que nadie hace caso de ellos, creyendo ser estq una injusticia á su relevante mérito,sueñan en revolucione~ para ascender y medrar. En efecto, patria mía, ' esto es lógico; si tienes tantos hombres grandes debes mantenerlos amique no trabajen: bástete ]a honra de poseerlo ~:·. 36 He hablado á los podres de familia cat6licos; los PAdres de familia masones me permitirán una sola, reflexiono Soñais cqn la repúbliéa universal, pero pensad en que aun siendo posible la realizacion de esa utopia, por el6rden natural de las cosas, eso es obra de múcho tiempo, así que ni vosotros ni vuestros hijos 'y nietos verán logrado ese proyecto gigantesco. Pero como para ir , lográndolo poco á poco tenemos que ser absorvidos por los' yankee~, lo único que por el pronto habreis conseguido es ,arrojar como pasto del hambriento buitre á dos 6 tres de nuest~as generaciones, y vuestros hijos al sentir' sobr,!3 sús cuellos el yugo del esclavo yen-sus espaldas el látigo de su señor, maldecirán vuestra memoria y vuestro proyecto infame. Mucho mas pudiera decir sobre la influencia del masonismo en el hogar, pero me.reservo para otra obra que estoy ya escribiendo, en que lo examinaré bajo su aspecto 'religioso) y el de su tendeucia ,á limar el primer eslab,on de la cadena universal, que eS la familia. Bástame ahora haber presentado á la:masQneriahajo su aspecto político y sociaL VI. Permitidme, señor, algunas palabras sobre mi humilde persona. Al leer esto se os ocurrirá tal vez,que siendo yo un hombre oscuro y que vale sin duda alguna muchisimo menos que vos, !3s demasiado atrevimiento ,por mi p3:rte el advertiros y aconsejaros. Desechad ese pensamiento, á, veces la, inocente palabra dé un- niño guia al hombre de ingenio en el descubrimiento que medita; á 'veces el consejo del ignorante. y humilde sirve de mucho. Por otra. parte, si como podeis conocerlo fácilmente por la lectura de este opúsculo, he ' hecho profundo estudio del masonis· mo, y vos no os habeis fijado en él, os llevo ventaja y . debeis atenderme aunque no sea mas que para comenzar á estudiar ese terrible poder. _ . ~~7 Se os ocurrirá también que al presentaros mi oLl':t os presento un memorial, y escondo bajo de ella innohle aspirantismo. Os protesto que no, y vos podeis nulificar esa tendencia, si es clue existe, utilizando los avisos de m1 obra y no haciendo ningun caso del autor. Utillzadla, es todo lo que deseo. A la verdad aspiro á una gran recompenH\', pero vos no podeis darla. Aspiro tambien al aprecio de los buenos y tengo fundadas esperanzas de obtenerle. Pero si acaso creis que busco en mi obra algun provecho, reflexionad, que lo que voy cosecharido es mucho riesgo y much[1, odiosidad. Si seguis mi consejo y no ingresais al masonismo, calculad el cúmulo de odios que amontono sobre mi c:1beza. Si por el eontrario sois ya mason 6 pensais serlo, calculad el ridículo de que me cubro con mi consejo oficioso. Estoy, pues, colocado entre el odio y el ridículo, y por lo mismo no hay espíritu de ambicion, sino de sacrificio en hablaros como lo hago. El sacrificio es grande, pero no me importa; la recompensa que aguardo vale infinitamente mas que el precio á que la compro. He concluido, señor. ¡Ojalá que este opúsculo, inclimíndoos á estudiar detenidamente la masonería, os haga nI fin apartaros de ella! > (