Q&A Clinical Chemistry 58:11 1510–1514 (2012) Enfermedades autoinmunes: diagnóstico temprano y nuevas estrategias de tratamiento Moderadores: Danijela Konforte1 y Eleftherios P. Diamandis1,2,3* Expertos: Walther J. van Venrooij,4 Rik Lories,5 y Michael M. Ward6 Las enfermedades autoinmunes son numerosas y heterogéneas, y presentan un amplio espectro de manifestaciones clı́nicas y tratamientos impredecibles. Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos, tales como, analgésicos y antiinflamatoriosnoesteroideos,fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, agentes biológicos y glucocorticoides. Si la enfermedad se diagnostica en forma temprana, el objetivo del tratamiento es la remisión sin inflamación activa y sin deterioro funcional. Numerosos estudios en ratones y humanos han mejorado nuestro conocimiento sobre la contribución de los diferentes mediadores inmunológicos a la patogénesis de las enfermedades autoinmunes. A pesar de estos avances, las principales causas de la interrupción de la tolerancia inmunológica que conduce al desarrollo de enfermedades autoinmunes siguen siendo en gran medida desconocidas. Un gran porcentaje del riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune se atribuye a factores genéticos. Por ejemplo, las regiones ALH (antı́geno leucocitario humano) contribuyen aproximadamente a la mitad de la susceptibilidad genética para la artritis reumatoide (AR).7 Algunos estudios asociados a la genómica han identificado variantes en genes posiblemente patógenos en las regiones de no ALH, incluyendo la PTPN228 [proteı́na tirosina fosfatasa, no receptora de tipo 22 (linfoide)], el locus TRAF1-C5 [TRAF1 (factor 1 asociado a receptor de TNF) a C5 (componente 5 del complemento)], el PADI4 (peptidil arginina deiminasa, tipo IV) y el STAT4 (transductor de señales y activador de la transcripción 4). Otros polimorfismos localizados en los genes 1 Departamento de Laboratorio Médico y Patobiologı́a, University of Toronto, Toronto, Ontario, Canadá; 2 Departamento de Bioquı́mica Clı́nica, University Health Network, Toronto, Ontario, Canada; 3 Departmento de Patologı́a y Laboratorio Médico, Mount Sinai Hospital, Toronto, Ontario, Canada; 4 Profesor e Investigador de enfermedades autoinmunes, Centro de Biologı́a Molecular de Nijmegen, Radbound University, Nijmegen, Paı́ses Bajos; 5 Investigador y Profesor del Departamento de Reumatologı́a, K.U. Lovaina, Katholieke Universidad de Lovaina, Lovaina, Bélgica; 6 Reumatólogo e Investigador en el Programa de Investigación Intramuros, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, NIH, Bethesda, Md. * Dirigir correspondencia para el autor a: Mount Sinai Hospital, Joseph and Wolf Lebovic Centre, 60 Murray St. (Box 32), Flr. 6, Rm. L6 –201, Toronto, Ontario, M5T 3L9 Canada. Fax 416-619-5521; e-mail ediamandis@mtsinai.on.ca. 1510 que codifican para las citocinas del factor de necrosis tumoral (FNT), ası́ como la interleucina-1 (IL-1), IL-6, IL-4 e IL-5 parecen estar relacionados con un fenotipo de enfermedad agresiva. La epigenética y microRNAs reciben una mayor atención como mecanismos que interaccionan con el genoma y llevan a la respuesta inflamatoria persistente en la enfermedad autoinmune. El tratamiento clı́nico de enfermedades autoinmunes representa un desafı́o considerable para los proveedores de atención médica. La ausencia de una definición de los subgrupos en individuos con enfermedad autoinmune temprana es una de las principales lagunas en este campo. En el presente Q&A, 3 expertos analizarán los últimos avances en el área de diagnóstico temprano de las enfermedades autoinmunes y sus implicaciones para las estrategias mejoradas de tratamientos. ¿Podrı́an mencionar algunos de los más recientes avances que han permitido una mejor comprensión de la patogénesis de las enfermedades autoinmunes? Walther J. van Venrooij: Se cree que los anticuerpos péptido anticitrulinados (APAC) están implicados en la patologı́a de la AR, y que los anticuerpos para modificaciones quı́micas de proteı́nas están involucrados en el desarrollo de enfermedades autoinmunes. Existe vasta evidencia que apoya esta Recibido para su publicación el 31 de mayo de 2012. Aceptado pata su publicación el 1 de junio de 2012. 7 Abreviaturas no estándar: AR, artritis reumatoide; FNT, factor de necrosis tumoral; IL-1, interleucina-1; APAC, anticuerpo péptido anticitrulinado; LES, lupus eritematoso sistémico; NETosis, muerte de varios patógenos por trampas extracelulares de neutrófilos; ACR-EULAR, American College of Rheumatology/ European League against Rheumatism (Colegio Americano de Reumatologı́a y Liga Europea Contra el Reumatismo); CCP2, péptido citrulinado cı́clico de segunda generación (prueba); AN, artritis no diferenciada; MTX, metotrexato. 8 Los genes humanos: PTPN22, proteı́na tirosina fosfatasa, no receptora de tipo 22 (linfoide); TRAF1, factor 1 asociado a receptor de TNF; C5, componente del complemento 5; PADI4, peptidil arginina deiminasa, tipo, IV; STAT4, transductor de señales y activador de la transcripción 4. Q&A creencia en el caso de la AR. Por ejemplo, la positividad de APAC y artritis en pequeñas articulaciones son predictores coherentes de artritis crónica en pacientes con artritis precoz. Las concentraciones de APAC, los perfiles de reconocimiento de epı́topos y el uso del isotipo aumentan notablemente ante la aparición de la enfermedad. Algunos estudios realizados en modelos animales experimentales han demostrado que los APAC no sólo pueden inducir, sino también favorecer el desarrollo de la artritis. Algunos argumentos a favor de esta afirmación se pueden encontrar en una revisión de 2011 de Nature Reviews Rheumatology (Revista de Crı́ticas Naturales en Reumatologı́a). Rik Lories: La última década ha sido testigo de dos evoluciones notables en el campo, en particular, para las enfermedades crónicas articulares como la artritis reumatoide y la espondiloartritis. En primer lugar, la investigación traslacional se acerca avant la lettre (al pie de la letra) y ha evolucionado rápidamente en el uso a gran escala de tratamientos especı́ficos (es decir, productos biológicos contra citocinas, como el TNF-alfa y la IL6). Estos tratamientos han tenido un enorme impacto en muchos pacientes. Al mismo tiempo, la integración de la genética, epidemiologı́a (por ejemplo, el impacto de fumar) y los datos básicos de la inmunologı́a han producido ideas completamente novedosas en la patogénesis de algunas enfermedades. Este hecho es, de nuevo, particularmente sorprendente para la AR, una enfermedad en la que el papel central de los anticuerpos contra las proteı́nas citrulinadas ha desencadenado una cascada de nuevos descubrimientos. Michael M. Ward: En la AR, los APAC tienen mayor especificidad de diagnóstico en comparación con el factor reumatoide y también presentan importancia de pronóstico. La estrecha asociación de estos anticuerpos con un conjunto particular de locus del MHC, HLA-DR (el llamado epı́topo compartido) y el aumento de la prevalencia en fumadores ha establecido un importante subconjunto de AR inconfundible etiológicamente. Este contexto sigue el modelo del desarrollo de la autoinmunidad en un huésped genéticamente susceptible en respuesta a un desencadenante ambiental inhalado o a la inflamación respiratoria crónica. La reactividad cruzada de los APAC con enzimas de la flora oral sugiere la presencia de un desencadenante alternativo que puede explicar la asociación entre la AR y la periodontitis. En el lupus eritematoso sistémico (LES), la expresión coordinada de varios genes inducibles por el interferón-␣ ha demostrado que se correlaciona con la actividad clı́nica del LES, lo que sugiere que el interferón-␣ es una citocina clave en la mediación de la inflamación en esta enfermedad. Pruebas recientes sugieren que los neutrófilos pueden ser células extremadamente importantes en la etiologı́a del LES. Los pacientes con esta enfermedad tienen una mayor cantidad de granulocitos de baja densidad que están propensos a sufrir NETosis (muerte de diversos patógenos por trampas extracelulares de neutrófilos), de esta forma exponen constituyentes nucleares como los antı́genos, promueven la liberación de interferones del tipo I y causan daño endotelial. En las enfermedades reumáticas en términos más generales, los estudios de asociación de genoma completo han indicado que la vı́a Th17 (CD4 ⫹ células T auxiliar) es probablemente importante para el desarrollo de la enfermedad de Crohn, psoriasis y espondilitis anquilosante, además puede ser la base de las asociaciones clı́nicas de estas afecciones. ¿Cuáles son los criterios utilizados actualmente, incluyendo los biomarcadores clı́nicos, para el diagnóstico y la clasificación temprana de las enfermedades autoinmunes? En su opinión, ¿qué permitirá mejorar aún más el diagnóstico temprano? Walther J. van Venrooij: Para la AR, me refiero a la reciente publicación del 2010 de los criterios de clasificación por parte del ACR-EULAR (American College of Rheumatology/European League against Rheumatism). Estos criterios nuevos muestran claramente que la serologı́a especı́fica de las enfermedades autoinmunes es cada vez más importante para lograr un diagnóstico temprano y por consiguiente un tratamiento inmediato. Rik Lories: Los nuevos estudios en las ciencias básicas, la epidemiologı́a y genética han dejado claro a los cientı́ficos clı́nicos que muchos criterios de clasificación necesitan una actualización. Recientemente, se han publicado nuevos criterios para la AR, espondiloartritis axial y artritis psoriásica, y aún más importante son objeto de debate. Estos criterios están en sintonı́a con los nuevos descubrimientos e incluyen biomarcadores bioquı́micos o de imagen (por ejemplo, los Clinical Chemistry 58:11 (2012) 1511 Q&A APAC o lesiones caracterı́sticas en imágenes de resonancia magnética). Los criterios bien establecidos ayudan, pero no sustituyen el reto de un diagnóstico temprano. Desde el punto de vista clı́nico, un médico experto realiza el diagnóstico en pacientes individuales. Los criterios son importantes para la clasificación a nivel grupal, proporcionan un marco en el que las observaciones clı́nicas pueden examinarse y contribuyen ası́ a diagnósticos más especı́ficos. Michael M. Ward: Los criterios de clasificación para la AR se actualizaron en el 2010. La presencia del factor reumatoide o los APAC, particularmente en alta concentración, se tienen muy en cuenta en estos criterios, por ejemplo, la seropositividad y artritis en 4 o más articulaciones pequeñas son suficientes datos para un diagnóstico definitivo de AR. El aumento de concentraciones de proteı́nas C-reactivas o las tasas de sedimentación globular también contribuyen, pero no son tan ponderadas en la clasificación como los autoanticuerpos. Los criterios originales de clasificación de 1982 del Colegio Americano de Reumatologı́a para el LES se actualizaron en 1997 e incluyen anticuerpos antifosfolı́pidos y algunos otros cambios. El grupo Systemic Lupus International Collaborating Clinics ha propuesto recientemente una nueva revisión, la cual se descubrió que tiene mayor sensibilidad diagnóstica y menor especificidad que los criterios de 1982 (Arthritis Rheum 2012; doi: 10.1002/art.34473). Esta propuesta preliminar exige 4 manifestaciones, que incluyen al menos 1 de 11 manifestaciones clı́nicas y 1 de 6 manifestaciones inmunológicas (anticuerpos antinucleares, anti-ADN, anti-Sm, anticuerpos antifosfolı́pidos, complemento bajo y prueba de Coombs directa) con ya sea, nefritis lúpica positiva en un anticuerpo antinuclear o en una prueba de anti-ADN. Los esfuerzos para actualizar los criterios de clasificación de la esclerodermia también han comenzado. Se notificó que los anticuerpos agonistas biológicamente activos del receptor del factor de crecimiento, derivado de plaquetas, se consideran para el diagnóstico de la esclerodermia, y reproducir el estudio, sin embargo ha sido difı́cil. Para lograr avances en el diagnóstico temprano de otras enfermedades autoinmunes serán necesarios progresos similares en la comprensión de inmunopatogénesis. Es poco probable que los marcadores genéticos sean de utilidad para el diagnóstico temprano, dada la naturaleza poligénica de estas afecciones y el bajo valor predictivo positivo de estos marcadores. La generación de APAC es un evento inicial en la evolución de la AR. ¿Podrı́an opinar acerca de la utilidad clı́nica de las pruebas disponibles en la actua1512 Clinical Chemistry 58:11 (2012) lidad para la detección y cuantificación de los APAC y qué se puede hacer para estandarizarlos? Walther J. van Venrooij: De acuerdo con la literatura, la prueba de péptido citrulinado cı́clico (CCP2) de segunda generación sigue siendo reconocida como el mejor método disponible para el análisis de los APAC. El uso de pruebas distintas paralelamente podrı́a permitir la diferenciación entre subgrupos de APACpositivos visibles. La estandarización puede ser mejorada mediante el uso de unidades internacionales basadas en la reactividad de un suero de referencia estandarizado. Este suero ha sido aprobado por el Comité de Estandarización de Autoanticuerpos en Enfermedades Reumáticas y Afines, el cual está disponible a través de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. La utilización de un suero de referencia también puede llevar a una mejor distinción entre las concentraciones elevadas y bajas de los APAC, lo cual es importante según los criterios de clasificación de la AR, publicados el 2010. Rik Lories: Los sistemas comerciales para detectar los APAC deben ser debidamente validados. Desde el punto de vista clı́nico, es de gran interés contar con un alto valor predictivo positivo y las pruebas deben reconocer, tantos subtipos clı́nicamente relevantes como sea posible. Sin embargo, desde el punto de vista cientı́fico, un mayor análisis individual de los diferentes APAC es importante para entender la aparición y la evolución de la enfermedad. Por lo tanto, los objetivos de la práctica clı́nica e investigación básica pueden no ser los mismos. Michael M. Ward: Dependiendo de la ELISA especı́fica utilizada y los estudios de cohortes, los APAC tienen una especificidad de diagnóstico descrita de 0.86 a 1.00 y una sensibilidad de diagnóstico de 0.39 a 0.92 para el diagnóstico de la AR, y la mayorı́a de las sensibilidades de diagnóstico están por encima de 0.65. Algunos estudios tienen escasa precisión, linealidad insuficiente y poca concordancia con otros. Se están estableciendo reactivos de referencia y bancos de suero para su uso en la estandarización de rendimiento de análisis. El contexto genético de las enfermedades autoinmunes aún debe representarse claramente. ¿Qué avances adicionales son necesarios antes de que los marcadores genéticos se comiencen a utilizar en el ámbito clı́nico para estratificar el riesgo de las enfermedades, ası́ como para contribuir con las estrategias de tratamiento? Walther J. van Venrooij: Ciertamente creo que en un futuro próximo, los correspondientes contextos gené- Q&A ticos se medirán rutinariamente cuando exista la sospecha de una enfermedad autoinmune. Sin embargo estas mediciones deben ser rentables. Rik Lories: Se han realizado progresos evidentes en los estudios de asociación de genoma completo que involucran a miles de marcadores a la vez en amplios estudios de cohortes de pacientes. Aunque estos métodos tuvieron éxito, también se han identificado nuevos retos. La relación entre los marcadores y genes especı́ficos puede ser controvertida. Sólo variantes comunes se detectan en la actualidad, muchos de ellos tienen un impacto limitado en la susceptibilidad a la enfermedad. Un mayor progreso puede provenir no sólo de mejoras en la tecnologı́a (por ejemplo, secuenciación de próxima generación), sino también de fenotipos más especı́ficos de pacientes y controles. Tal ejercicio de tipificación fenotı́pica (APAC positivos contra negativos en la AR) ha resultado muy exitoso en la genética de la AR. Michael M. Ward: Para que los marcadores genéticos se utilicen con aplicaciones clı́nicas, estos marcadores deben brindar información única sobre el pronóstico y la respuesta al tratamiento, no proporcionados por otras fuentes más fácilmente disponibles y menos costosas, ya sea la historia clı́nica, el examen o las pruebas de laboratorio más comúnmente utilizadas. Los estudios observacionales que muestran las diferencias en los resultados de los pacientes según el genotipo deben ser seguidos de estudios controlados y aleatorios que muestren que una estrategia de detección sistemática para identificar marcadores genéticos y el tratamiento clı́nico basado en la detección sistemática se traducen en mejores resultados en los pacientes que los obtenidos con una estrategia sin detección sistemática. Idealmente, el tratamiento basado en la detección sistemática también tendrı́a como resultado un cuidado más eficiente y rentable, por lo cual estos resultados también se deben medir. En la actualidad, los marcadores de una posible toxicidad farmacológica (glucosa-6-fosfato deshidrogenasa y tiopurina S-metiltransferasa) se utilizan, pero los marcadores genéticos no se emplean clı́nicamente para el pronóstico o para guiar las decisiones del tratamiento. La heterogeneidad de los sı́ntomas, signos y las respuestas al tratamiento de los pacientes del mismo genotipo complicarán estos esfuerzos. ¿Pueden analizar brevemente las estrategias actuales de tratamiento, especı́ficas para las diferentes etapas de la enfermedad autoinmune? ¿Existen marcadores que se utilizan clı́nicamente para evaluar la respuesta al tratamiento y predecir el resultado? Walther J. van Venrooij: Los pacientes con AR se pueden clasificar en 2 subgrupos principales: APAC positivos y negativos. Estos grupos muestran cuadros clı́nicos muy similares en la fase temprana de la enfermedad, pero los APAC positivos de los pacientes desarrollan una enfermedad mucho más erosiva. Como consecuencia, los individuos con APAC positivos que padecen dolencias menores, tales como, la artritis indiferenciada (AI) deben tratarse. Se ha señalado que estos pacientes respondieron más positivamente al tratamiento con metotrexato (MTX) que los pacientes con APAC negativos. Los pacientes que padecen AI y que tienen concentraciones bajas o intermedias de APAC responden mejor al MTX que los pacientes que padecen AI y que presentan elevadas concentraciones de APAC positivos, lo que indica que el tratamiento con MTX puede ser insuficiente (Ann Rheum Dis 2010; 69:1333-7) para los pacientes con altas concentraciones de APAC. Rik Lories: Mi principal experiencia es la espondilitis anquilosante y la espondiloartritis relacionada. He aprendido que además de los antiinflamatorios no esteroideos, los fármacos anti-TNF son ahora esenciales en el algoritmo de tratamiento. El amplio uso de imágenes por resonancia magnética, una técnica que puede visualizar la inflamación, ha cambiado la práctica clı́nica. La predicción de los resultados es aún más difı́cil, pero cada vez más exitosa en otras enfermedades, tales como la artritis reumatoide. En los estudios de otras enfermedades sistémicas, como el LES, también se está explorando actualmente el uso de productos biológicos y los nuevos descubrimientos clı́nicos se esperan con ansiedad. Michael M. Ward: Esto es difı́cil de contestar debido a que hay muchas enfermedades autoinmunes y son diferentes. En general, el enfoque del tratamiento es la mejora de la calidad de vida y el control rápido de los sı́ntomas y de la inflamación para limitar el posible daño permanente de órganos, ya sean las articulaciones, la piel, las paredes de vasos, el riñón u otros órganos. Las pautas del tratamiento para la AR sugieren medicamentos un poco más agresivos sólo para los pacientes que han padecido AR por más tiempo, en comparación con los pacientes que han tenido AR durante menos de 6 meses; el tratamiento se guı́a más por la persistencia de la artritis activa y la presencia escasa de factores de pronóstico, como el funcionamiento fı́sico deficiente, manifestaciones extraarticulares, erosiones óseas en las radiografı́as y la presencia de altas concentraciones del factor reumatoide o los APAC. En pacientes con vasculitis asociada a la presencia de anticuerpos citoplasmáticos antineutrófilos activos, un concepto de tratamiento en fases incluye un perı́odo inicial de 6 meses de inmunosupresión más intensiva para lograr la remisión, seguido de un perı́odo más Clinical Chemistry 58:11 (2012) 1513 Q&A prolongado de inmunosupresión menos intensiva para mantener o “consolidar” la remisión, en un intento de disminuir la toxicidad del tratamiento. Un paradigma similar de inducción para la remisión y de remisión para el mantenimiento se ha utilizado en estudios recientes de la nefritis lúpica proliferativa. Aunque la validez de las fases de la respuesta al tratamiento es cuestionable, la idea de un tratamiento agresivo inicial para limitar la inflamación y luego reducir la intensidad del tratamiento tiene ventajas clı́nicas. En la granulomatosis con poliangeı́tis (enfermedad de Wegener), existen datos contradictorios acerca de la capacidad de antiproteinasa en 3 niveles de anticuerpos para predecir las recaı́das clı́nicas. ¿Se puede especular sobre cómo el diagnóstico y tratamiento clı́nico de las enfermedades autoinmunes van a cambiar en los próximos 10 años? ¿Cuáles serán los principales factores que impulsarán este cambio? Walther J. van Venrooij: El ejemplo de la AR muestra que tan importante es el diagnóstico temprano para que el tratamiento sea más eficaz con el fin de evitar daños irreparables en las articulaciones y los órganos. Desafortunadamente, la mayorı́a del dinero de las investigaciones está dirigido hacia el descubrimiento de nuevos agentes terapéuticos. Posiblemente nuevos factores serológicos de predicción temprana de enfermedades autoinmunes se pueden encontrar en estudios detallados de modificaciones quı́micas aberrantes de proteı́nas que se producen en las enfermedades (por ejemplo, la fosforilación y metilación). Rik Lories: El mayor conocimiento se traducirá en una medicina más personalizada. Las nuevas estrategias, a menudo altamente eficaces, están disponibles. Uno de los retos será trasladar este progreso observado en pacientes con artritis reumatoide y espondiloartritis a otras enfermedades sistémicas más raras. Un reto adicional será el tratamiento individual del paciente. Actualmente existen diferentes opciones de tratamiento disponibles, y el cambio es común cuando un paciente percibe el retorno de los sı́ntomas. Sin embargo, en el cuidado médico se deben evitar decisiones precipitadas y evaluar cuidadosamente cada pregunta a nivel indivi- 1514 Clinical Chemistry 58:11 (2012) dual. Esto permitirá mejorar los resultados a largo plazo y el perfil de seguridad de los medicamentos utilizados. Michael M. Ward: La tendencia de diagnóstico de las enfermedades autoinmunes se dirige claramente hacia las “-ómicas”, incluyendo la genómica y proteómica. A medida que esta tecnologı́a mejora, puede ser posible identificar perfiles especı́ficos de autoanticuerpos; por ejemplo, podrı́a llevar a un diagnóstico más preciso o precoz. Los tratamientos serán cada vez más individualizados y se elegirán sobre la base de los conocimientos de los mediadores principales (por ejemplo, citocinas o vı́as de señalización) de la inflamación en un paciente especı́fico. Está claro que de los pacientes con la misma enfermedad, algunos responden a una anticitocina biológica pero no a un tratamiento de anticitocina diferente, probablemente debido a que las diversas vı́as tienen un papel principal. En el futuro, tal vez en un perı́odo posterior a los próximos 10 años, estas diferencias se identificarán de manera anticipada para que el tratamiento identificado de manera apropiada pueda seleccionarse. Contribuciones del autor: Todos los autores confirmaron que han contribuido al contenido intelectual de este documento y han cumplido con los siguientes 3 requisitos: (a) contribuciones significativas para la concepción y el diseño, adquisición de datos o análisis e interpretación de estos, (b) la redacción o revisión del artı́culo en cuanto a su contenido intelectual; y (c) aprobación final del artı́culo publicado. Divulgaciones de los autores o posibles conflictos de interés: Al momento de la presentación del manuscrito, todos los autores completaron el formulario de divulgación del autor. Divulgaciones y posibles conflictos de interés: Empleo o liderazgo: E.P. Diamandis, Clinical Chemistry, AACC. Consultor o función de asesorı́a: No se declara. Propiedad del archivo: No se declara. Honorarios: No se declaran. Financiamiento de la investigación: M.M. Ward, Programa de Investigación Intramuros, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, NIH. Testimonio de expertos: No se declara. Previously published online at DOI:0.1373/clinchem.2012.189480