DE H I S T O R I A NATURAL. tas anteriores y cola, con arrumbamiento hacia el costado d e recho, siendo envuelto por los acarreos in situ (1). Así se explica que el deterioro causado por los ag-entes atmosféricos sobre el armazón del colosal desdentado alcance de modo muy ostensible á los relieves más altos de la columna vertebral, faltando la mayor parte de las vértebras dorsales, todas las lumbares, muchas de las costillas ó de alguna desús porciones, del lado izquierdo, y los bordes superiores de la escápula é ilíaco, el húmero y la pieza tibia-peroné del mismo lado. Los materiales envolventes, causa ocasional de su fosilización, pueden estudiarse en las cavidades y orificios nutricios de los huesos, que aparecían rellenos de la finísima tierra clásica de las Pampas (Coatn), cuya acumulación lo mismo pudiera atribuirse á la turbulencia de las aguas que á la acción del viento, dada la igualdad en el tamaño de sus elementos (2). Los huesos aparecen limpios y como desecados con exceso, á lo que deben cierta fragilidad; y en cuanto á su color grisáceo, varía según las regiones, pudiendo observarse en los huesos largos, rotos por accidente, la falta de conducto medular que caracteriza la inferioridad funcional del elemento óseo correspondiente, acumulado en grandes masas, como ocurre en los mamíferos superiores. (1) Un amigo cariñosísimo me comunica, entre otras cosas, el haber leído en la obra de Geikie que la conservación de los esqueletos en los depósitos huesosos es debida á que los animales quedaron enterrados en el barro blando por su propio peso. Eran estos sitios g e n e r a l m e n t e charcas donde acudían á beber; allí se les h u n d í a n las patas y no podían salir, en ocasiones en que había m u c h a humedad. Añadiendo, por su propia cuenta, que así suelen quedar enterrados burros y muías en algunos parajes de Andalucía. Ameghino, en su Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina (Acad. nac. de Ciencias, en Córdoba, 1889) refiere, á propósito de la simultánea existencia del hombre con la de los megaterios, q u e se ha visto u n e s q u e leto de estos animales con señal evidente de haber sido atacado su corpulento c u e r po por medio de i n s t r u m e n t o s cortantes y por el fuego, en ocasión de hallarse en la crítica circunstancia a p u n t a d a , la cual, añade, pudiera haber sido provocada con toda intención. (2) Lapparent explica el origen del Coam por la acción de las p a r t í c u l a s a r r a n c a das y acarreadas por los arroyitos de las regiones altas, que descendiendo poco á poco, bajo forma de u n barro fino y con un movimiento tan lento, q u e ha podido respetar la fragilidad de las conchas t e r r e s t r e s que aprisiona. Tratándose del Coam.de las a l t u r a s ó mesetas apela á la acción del viento como agente de transporte del polvo que la lluvia transformara en Coam; aparte de que puede proceder de otras mesetas m á s elevadas que h u b i e r a entonces y que desaparecieran por denudación.