comentario a fallo - Federación Argentina de Agrimensores

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COMENTARIO A FALLO:
PROVINCIA: RIO NEGRO
LOCALIDAD: VIEDMA
FUERO: CIVIL
INSTANCIA: SUPERIOR TRIBUNAL
DE JUSTICIA DE LA PROVINCIA
EXPTE. N* 27711/15-STJSENTENCIA N* 67
///MA, 6 de octubre de 2015.
Tras la lectura e interpretación de este fallo -además de las contundentes e interesantes
referencias al articulado de la Ley Nacional de Catastro Nº 26209, el estado parcelario,
los elementos del mismo y el Certificado Catastral, que resultan toda una caricia al alma
de aquellos Agrimensores que tanto han bregado para dar a conocer esos importantes
conceptos entre el resto de la sociedad, y a la aclaración o reafirmación, directamente,
de lo que hace rato vienen exponiendo desde el DPA distintos profesionales que tratan
esta temática, sobre el carácter “ex tunc” de la constitución del límite natural al
momento de la sanción de la Ley que lo define (CC antes y, ahora, CCyC, arts. 235,
1959 y 1960) y la posterior calidad declarativa cuando desde la Agrimensura se lo
delimita y expresa en un plano de mensura- queda claro que ninguna discusión puede
sustanciarse ni solucionarse respecto de un sector de territorio supuestamente aluvional
si primero no se ha delimitado la línea de ribera, cuestión que manda a realizar y a partir
de lo cual quedan descalificadas las posiciones asumidas por algunos detractores de esta
política de demarcación de la LR en cuanto a la pretendida superficie que dicen perder
sus propietarios al momento de su delimitación, basados en planos de mensuras
antecedentes y/o sus consecuentes títulos en los que -en ningún momento- se ha
respetado la definición legal de los límites del río, lago o arroyo deslindado.
Como aclaración, en este caso particular, quienes hablaron de sobrante fiscal son
aquellos que obtuvieron un simple permiso de ocupación por parte de la Dirección de
Tierras Fiscales sobre ese sector que, si resultare un aluvión tal como ellos pretenden
considerarlo, al serlo sobre un río navegable y de acuerdo al CC vigente antes,
pertenecería al Estado Provincial y, por ende, susceptible de ser considerado como
cualquier otra tierra fiscal al momento de extender permisos de ocupación y/o
explotación.
Debe salvarse, igualmente, que este procedimiento era algo sobreentendido y común en
Río Negro hasta que, desde el propio DPA (Departamento Provincial de Aguas), se
llamó la atención y se solicitó que dichos expedientes, o sea aquellos que involucraran
pedidos u ocupaciones de tierras fiscales que tuvieran como límite una costa de río, lago
o arroyo quedaran bajo la tutela de ese Organismo, en su carácter de Autoridad de
Aplicación en la problemática de LR, entre muchas otras relacionadas con el agua,
cuestión determinada por la propia Ley Provincial Nº 2952 que estableció el Código de
Aguas y que, ahora, ratifica este fallo.
Se sabe que, dados los ingentes valores de la tierra con costas de ríos, lagos y/o arroyos,
problemas de esta índole irán multiplicándose en el futuro, pero es bueno saber también
que en la provincia de Río Negro se cuenta ya con importante jurisprudencia sobre el
tema, dando lugar, derivando y fundamentando, con ello, distintas definiciones técnicas
y jurídicas que permiten desarrollar el ejercicio profesional de la Agrimensura de
manera concluyente, sin lugar a dudas o indefiniciones, agregando con ello mayor
seguridad jurídica en el tráfico inmobiliario, elemento principal por el cual la sociedad
reclama sus servicios.
Nota: El aluvión no debería ser considerado como una parcela más, sino como un
acrecentamiento indiviso del dominio ribereño, de manera tal que éste nunca corra
el riesgo de perder el límite costero y, en consecuencia, ese carácter de ribereño
que su título le concede.
Por eso, y vinculado a esta nota de carácter puramente personal, es bueno rescatar y
transcribir en Anexo un texto parcial del escrito que la Federación Argentina de
Agrimensores (FADA) presentó oportunamente ante la Comisión Bicameral que por
entonces analizaba el Proyecto del nuevo Código Civil y Comercial que entró en
vigencia el 1º de agosto ppdo.
Agrimensor Marcelo Lupiano
Viedma- Pcia. de Río Negro
<lupiano@rnonline.com.ar>
Anexo:
Ponencia de la FADA ante la Comisión Bicameral de Reforma,
(Extracto).
TITULO III - De los bienes
CAPITULO 2 – Modos especiales de adquisición del dominio
Sección 5ª – Accesión de cosas inmuebles
ARTICULO 1959.- Aluvión. El acrecentamiento paulatino e insensible del
inmueble confinante con aguas durmientes o corrientes que se produce por
sedimentación pertenece al dueño del inmueble. No hay acrecentamiento del
dominio de los particulares por aluvión si se provoca por obra del hombre, a
menos que tenga fines meramente defensivos. No existe aluvión si no hay
adherencia de la sedimentación al inmueble. No obsta a la adherencia el curso de
agua intermitente. El acrecentamiento aluvional a lo largo de varios inmuebles se
divide entre los dueños, en proporción al frente de cada uno de ellos sobre la
antigua ribera. Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos
producidos por el retiro natural de las aguas, como por el abandono de su cauce.
En primer término, vemos que es clara la contradicción entre las nociones que se
desprenden de las frases “pertenece al dueño del inmueble” y “acrecentamiento
del dominio”, pues mientras aquella pretende designar a la persona como dueña
de la porción de terreno aluvional, ésta dice bien que lo que crece es el dominio y,
por lo tanto, no se está en presencia de otro inmueble u otro dominio, sino del ya
existente pero acrecido o acrecentado, valga la redundancia. La importancia de
esta objeción radica en que, de seguir los pasos según la primera de las
significaciones transcriptas, estaríamos generando un nuevo inmueble a expensas
del dominio público y en oposición al inmueble originalmente ribereño, que
estaría perdiendo dicha calidad, manteniéndolo sólo de manera virtual y mientras
el dueño sea la misma persona, cuestión que –al fin de cuentas- terminaría siendo
totalmente inversa a la propia definición y esencia del término aluvión.
Asimismo, aparece también objetable otra frase obrante en este artículo que dice
no obsta a la adherencia el curso de agua intermitente pues, en realidad, si el
fondo de ese curso de agua intermitente tiene una cota superior a la que define la
línea de ribera para el cauce principal, entonces NO es un curso (ni siquiera
intermitente) y sería sí, en ese caso, una porción de terreno aluvional susceptible
de acrecentar el inmueble ribereño.
Por el contrario, si parte del curso está por debajo de dicha cota, entonces y al
menos, conforma un brazo –que puede ser intermitente o no según el caudal que
transporte en cada oportunidad- del cauce principal y, lógicamente, OBSTA a la
adherencia, quedando así formada una isla.
Por tanto, se recomienda este texto para todo el artículo:
ARTICULO 1959.- Aluvión. El acrecentamiento paulatino e insensible del
inmueble confinante con aguas durmientes o corrientes que se produce por
sedimentación acrece al dominio del inmueble ribereño. No hay acrecentamiento
del dominio de los particulares por aluvión si se provoca por obra del hombre, a
menos que tenga fines meramente defensivos.
No existe aluvión si no hay adherencia de la sedimentación al inmueble.
El acrecentamiento aluvional a lo largo de varios inmuebles se divide entre los
dominios ribereños, en proporción al frente de cada uno de ellos sobre la antigua
ribera.
Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos producidos por el
retiro natural de las aguas, como por el abandono de su cauce.
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