Yoga - Konvergencias

Anuncio
| issn 1669-9092 |
KONVERGENCIAS, FILOSOFÍAS DE LA INDIA
YOGA
Daniel López Salort
Podemos considerar que el Yoga tiene dos escuelas fundamentales: Rāja-Yoga,
destinado al control mental, y Hatha-Yoga, que enfatiza el control corporal.
En el primer caso, los textos canónicos son los de Patañjali, recibiendo luego los
comentarios de Vyāsa, entre 600 y 800 d.C., y de Bhoja, mediados del siglo XI y de
Râmânanda Saravasti, alrededor del 1600.
En el segundo aspecto, los de Goraksanātha.
Los Yogasūtras de Patañjali se remontan entre los siglos II y V d.C. Son textos que no
aparecen como una unidad sino más bien como partes diferentes, incluso desiguales
interiormente cada una de estas partes, lo que refuerza la creencia de que se tratarían de
diversas fuentes de origen habiendo sido sintetizadas por algún trabajo de compilación
posterior. Se sostiene que Patañjali no ha sido un creador del sistema sino más bien su
recopilador, y también hay dudas si el Patañjali que estamos hablando en materia de Yoga es
o no el mismo que el Patañjali el Gramático.
Los Yogasūtras de Patañjali se dividen en cuatro libros, referidos a:
a. Concentración de la mente.
b. El método.
c. Los poderes resultantes.
d. El aislamiento del espíritu.
Noviembre 2010 | 1
Para Henrich Zimmer (Filosofías de la India) aunque los tres primeros libros tal vez
pertenezcan al siglo II a. C., el cuarto es aparentemente posterior, pues contiene material
que parece referirse al pensamiento budista tardío. Por lo tanto, el último del tratado ha
sido atribuido al siglo V de nuestra era; pero la discusión aún no ha concluido.
No debemos olvidar que el aparato conceptual que se halla detrás del Yoga es la escuela
ortodoxa del Sāmkhya. En total son 195 sūtras o aforismos.
El Hatha Yoga tiene como textos fundamentales los de Gorakshanâtha (principios del
Siglo XIII), y otros posteriores al Siglo XVI.
Diferencias entre ambas escuelas:
La primera diferencia es la ya marcada: mientras uno enfatiza el aspecto mental, la otra
lo hace con el control corporal. No olvidemos que en los comienzos mismos de estos sûtras
se indica: El Yoga consiste en la detención (intencional) de las actividades espontáneas de la
sustancia mental.
La segunda es que en pocas palabras el Hatha Yoga tiene una consagración al cuerpo,
parece más un sistema médico y de gimnasia, que una escuela filosófica.
La tercera es que hay un aspecto mágico sobre acentuado en el Hatha Yoga. Si bien
Patañjali subraya que el yoguin va adquiriendo poderes a medida que se desarrolla el
sistema, esos poderes son vistos como algo secundario, mientras que en Hatha Yogha esos
poderes son de incalculable valor, y no ocupan un sitio secundario.
La cuarta radica en los fundamentos filosóficos en que cada una se apoya. Mientras que
Patañjali se basa en el Sâmkhya, el Hatha Yoga lo hace en el Vedânta y el Tantrismo. En aquél
yoga es separación, distanciamiento, alejarse de lo material para adentrarse en lo mental. En
ésta yoga es unión, identificar el principio individual o âtman con el universal o Brahman.
Para el Râja Yoga el samâdhi o liberación se consigue a través del desapego (vairagya) y
la estabilidad de la mente (abhyâsa). Para ello entonces se proclama la necesidad de llevar a
cabo los 8 métodos que constituyen su camino: las abstinencias, las obligaciones, las
posturas, el control de la respiración, el control de los sentidos, la concentración, la
meditación, todo lo cual conduce al estado de liberación.
Un aspecto de suma importancia es cómo se puede conseguir esa calma de la mente, la
serenidad necesaria para acceder al conocimiento. Obviamente, hay una serie simultánea de
pasos (los ocho métodos citados), con los ejercicios incluidos, pero también es muy
importante sostener una estructura conceptual poderosa, la que consiste en:
Tener solamente nociones correctas, derivadas de percepciones exactas.
Dejar las nociones erróneas, derivadas de percepciones falsas.
Dejar las fantasías.
Dejar los sueños.
Dejar atrás la memoria que esclaviza.
El detalle del trabajo en cada una de estas actitudes escapa a estos párrafos.
Noviembre 2010 | 2
Tampoco debemos olvidar que si bien en el Sânkhya no hay un Dios creador ni
ordenador, en el Yoga clásico se admite la presencia de Îshvara, aunque Patañjali no lo
considera de gran importancia, ocupa un lugar menor, es un dios al que el practicante se
puede dirigir para profundizar su camino. Por eso es que algunos investigadores hablan del
Yoga como una escuela Sânkhya teísta. Con sus métodos y su utilización de mantras,
concentra la fuerza en Îshvara, y de esta manera va liberando su carga. Con los siglos, los
comentaristas indios llevaron el concepto de este dios pasivo a uno más activo, con
participación en la actividad del practicante y el creyente, ayudándolo en su vida.
El trabajo sobre las gunas (sattva, rajas, tamas) es central. Estas gunas son definidas
como las hebras con que se teje el universo, y los avances en el camino están dados por la
preponderancia que el sattva va teniendo en la vida del individuo.
Los elementos negativos a que se enfrenta el individuo son llamados kleshas, y se
constituyen así:
- La ignorancia.
- La ilusión de que existe un yo eterno o alma.
- La pasión.
- El odio.
- El apego a las cosas de la vida, y a la vida misma.
Con los siglos el Yoga fue incorporado en algunos de sus conceptos pero sobre todo en
sus prácticas a las diversas corrientes filosóficas y religiosas de la India. Además de su
relación evidente con su soporte conceptual en el Sânkhya, el Yoga aparece en el
Vishnuísmo, el Shivaísmo, el Shaktismo, en el Budismo. También se considera la existencia
de un Mantra Yoga (la utilización de sílabas sagradas para la liberación), y un Laya Yoga que
es el centrado en el Tantrismo.
Noviembre 2010 | 3
Descargar