MEDISAN 2001;5(4):49-53 Hospital Provincial Clinicoquirúrgico Docente “Saturnino Lora” HALLAZGOS NECRÓPSICOS EN PACIENTES QUEMADOS. Informe de 315 casos Dra. Olga Rodríguez Sánchez, 1 Dra. Evangelina Guevara Bueno 2 y Dra. María del Carmen Franco Mora 3 RESUMEN Se realizó un estudio descriptivo, transversal y retrospectivo de 315 pacientes fallecidos en el Servicio de Caumatología del Hospital Clínico Quirúrgico Docente “Saturnino Lora” de Santiago de Cuba en un período de cuatro años (1991-1994), con el objetivo de determinar los hallazgos necrópsicos en los diferentes aparatos y sistemas, así como otras variables de interés en el universo de estudio, esto se logró mediante la revisión de las historias clínicas y sus respectivos protocolos de necroscopia. Los resultados se obtuvieron mediante el cálculo de las frecuencias relativas o porcentajes, la prueba de hipótesis para diferencia porcentual, a fin de comprobar la posible significación entre las proporciones calculadas. Se observó un franco predominio de los fallecidos del sexo femenino en las edades de 15 a 24 años. Por otra parte se constató que el mayor número de defunciones ocurrió en los pacientes clasificados como críticos extremos según la Clasificación Cubana de Pronóstico de Vida. El deceso se presentó en los primeros seis días de estadías en la mayoría de los casos. La sepsis local y generalizada así como la bronconeumonía fueron las principales complicaciones de los fallecidos durante su evolución, siendo a su vez las dos últimas, las principales causas de muerte. Los aparatos respiratorio y digestivo mostraron el mayor número de hallazgos necrópsicos, destacándose la atelectasia pulmonar y la bronconeumonía en el primero y las ulceraciones de Curling en el segundo. Los menos afectados fueron el sistema nervioso y cardiovascular. Debido a estos resultados recomendamos brindar especial atención a la profilaxis de las complicaciones sépticas, respiratorias y digestivas dada su frecuencia y gravedad. Descriptores: QUEMADURAS; BRONCONEUMONÍA; AUTOPSIA INFECCIONES BACTERIANAS; ----------------------------1 Especialista de I Grado en Caumatología y Cirugía Plástica. Diplomada en Cuidados Intensivos y Nutrición Clínica. 2 Especialista de I Grado en Caumatología y Cirugía Plástica 3 Especialista de I Grado en Caumatología y Cirugía Plástica. Diplomada en Cuidados Intensivos. Instructora Con los adelantos de la vida moderna se ha agudizado el problema asistencial que representan las quemaduras graves. Indudablemente, el desarrollo cientificotécnico en el siglo XX ha proporcionado grandes beneficios a la Humanidad, pero también conducido a un mayor uso de aparatos y medios energéticos que constituyen elementos potenciales de peligro de quemaduras. 1 Es difícil precisar el origen cierto del examen de los cadáveres humanos, pero se conoce que desde épocas remotas, la antigua costumbre egipcia de la momificación posibilitó que los médicos griegos y anatomistas del período Ptolomaico practicaran por primera vez la disección sistémica de los fallecidos. 2 Hasta el siglo XVIII, los estudios realizados en los cadáveres se hacían con fines anatómicos y estructurales y no con propósitos anatomopatológicos, de modo que los procesos patológicos eran hallazgos fortuitos. A partir de 1976 se estableció como norma realizar la necropsia, en unión del médico legal, a todos los pacientes fallecidos por quemaduras. En nuestro país, según plantea el profesor Del Sol, 3 no hay documento o tratado alguno donde se recojan en forma conjunta trabajos investigativos sobre la anatomopatología de las quemaduras. Teniendo en cuenta lo antes expuesto, decidimos efectuar esta investigación sobre el tema en nuestro centro, durante un cuatrienio, con la finalidad de determinar algunas variables clinicodemográficas, así como los hallazgos necrópsicos en cada aparato o sistema, vinculados con el pronóstico de vida, las complicaciones y las causas de defunción. MÉTODOS Se realizó un estudio descriptivo, transversal y retrospectivo de los 315 pacientes de 15 y más años de edad, de los dos sexos, fallecidos por quemaduras en el Servicio de Quemados del Hospital Provincial Docente “Saturnino Lora” de Santiago de Cuba durante 1991-1994, para lo cual se revisaron las historias clínicas correspondientes y sus respectivos protocolos de necroscopia; datos estos que fueron recogidos en una planilla de vaciamiento y procesados en una computadora personal mediante el programa procesador de ficheros – encuestas SARCAP, en el Departamento de Anatomía Patológica de la citada institución. Los resultados se obtuvieron mediante el cálculo de las frecuencias relativas o porcentajes, pero también se aplicó la prueba de hipótesis para diferencias porcentuales, a fin de comprobar la posible significación entre las proporciones calculadas; para ello se empleó p > 0,05 como no significativo y p < 0,05 como significativo. El estadígrafo Z representa el valor asociado con su probabilidad de cálculo. Los valores esperados se confrontaron con los de Z ya calculados y toda la información obtenida se analizó a través de comparaciones. RESULTADOS En el período analizado ingresaron 1 441 pacientes en el Servicio de Quemados, de los cuales fallecieron 315 (21,8 %), con un franco predominio del sexo femenino (83,4 %) y de los jóvenes de 15 a 24 años (39,6 %), seguidos por los de 25 a 34 (26,0 %) y 35 a 44 (13,3 %). En cuanto a los antecedentes patológicos personales, la hipertensión arterial fue el más frecuente y se presentó solo en 8,5 % de la serie, seguido por las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes mellitus. El pronóstico de vida es predictivo sobre la posibilidad que tiene de morir un paciente sobre la base de la extensión y profundidad de las quemaduras y todo un conjunto de factores fisiopatológicos. En la casuística, ninguno de sus integrantes fue categorizado como lesionado leve, menos grave o grave, lo cual se corresponde con lo establecido en la Clasificación Cubana de Pronóstico de Vida con respecto a que todos los así catalogados, sobreviven. Del total de fallecidos, 79,0 % estaban clasificados como críticos extremos, seguidos en orden de frecuencia por los críticos (16,0 %) y muy graves (5,0 %). El mayor número de defunciones se produjo en los primeros 6 días de ingresados (176, para 55,8 %), con proporciones similares en las primeras y segundas 72 horas (28,5 y 27,3%, respectivamente) y primacía de los pacientes críticos extremos. Les siguieron los fallecidos en la segunda semana de estadía (69, para 22,0 %) y similar porcentaje de decesos (22,2) a partir de los 15 días de evolución. Entre las complicaciones más comunes figuraron: sepsis generalizada en 150 (47,6 %), sepsis local de las quemaduras en 121 (38,4 %) y bronconeumonía (28,5 %). La sepsis generalizada fue la primera causa de muerte en 123 integrantes de nuestra casuística (39,0 %), con comprobación clinicopatológica y microbiológica en muchos de los casos; la segunda estuvo dada por las lesiones broncopulmonares (19,6 %) y la tercera por el choque hipovolémico (18,7 %). El aparato respiratorio fue el más afectado desde el punto de vista anatomopatológico, en 266 (84,4 %), seguido en orden descendente por el sistema digestivo alterado (75,2 %) y el aparato genitourinario (49,8 %); los demás aparatos o sistemas se afectaron en menor medida. La manifestación respiratoria preponderante resultó ser la atelectasia pulmonar, en 105 fallecidos (33,3 %), y seguidamente la bronconeumonía (29,2 %) y la congestión pulmonar (18,0 %). En el aparato cardiovascular los hallazgos necrópsicos fueron ínfimos, en su mayoría originados por la sepsis y sobrecarga del trabajo cardíaco. En primer lugar apareció la miocarditis intersticial (11,1 %), que asociada a la sepsis generalizada produjo 1,5 % de las defunciones, y continuaron en frecuencia las alteraciones relacionadas con trastornos cardiovasculares (cardiomegalia, dilatación e hipertrofia ventricular). El aparato digestivo fue, después del respiratorio, el más afectado, particularmente a expensas de las ulceraciones por estrés o úlcera de Curling en la parte alta del tubo digestivo (29,2 %), la cual constituyó la localización gástrica más frecuente en los fallecidos, seguidas de cerca por la hepatitis reactiva (28,5 %) y la esofagitis aguda (26,9 %). En el aparato genitourinario predominaron las infecciones agudas, sobre todo la pielonefritis (18,0 %), la cistitis (14,6 %) y la vaginitis. En el aparato hemolinfopoyético se observaron alteraciones sin gran importancia en relación con la muerte del quemado, pero entre ellas sobresalieron: esplenitis reactiva (24,1 %), esplenomegalia séptica (13,9 %) y congestión del bazo (11,7 %). A pesar de que la mayoría de los pacientes están inconscientes o en estado de coma por diversos períodos antes de morir, los exámenes macroscópicos y microscópicos del cerebro no muestran generalmente anormalidades; de estas, la más relevante fue el edema cerebral (13,3 %), seguido por la hemorragia subaracnoidea (6,3 %) y finalmente por los procesos sépticos en el sistema nervioso central. Entre los hallazgos consignados en los protocolos de necropsias que no pudieron enmarcarse en un aparato o sistema específico, primaron la congestión visceral generalizada (22,2 %) y la sepsis en los sitios de venipuntura (9,5 %). DISCUSIÓN El predominio de los fallecidos del sexo femenino en las tres primeras décadas de la vida se debe a la frecuencia de los accidentes en las personas jóvenes dedicadas a las labores del hogar y el índice de suicidio a estas edades, lo cual explica que fueran pacientes sanos en su gran mayoría. La estadía de los pacientes quemados hasta producirse el deceso está relacionada con la gravedad de la lesión y las complicaciones que aparecen en su evolución; 4 - 6 de ahí que todos los fallecidos de nuestra serie estuvieran categorizados como muy graves, críticos y críticos extremos y fallecieran generalmente en los primeros 6 días de hospitalizados, debido a que las alteraciones hemodinámicas incompatibles con la vida ocurren en las primeras horas después del accidente, a pesar de aplicar una terapéutica adecuada e inmediata. En el aparato cardiovascular los hallazgos necrópsicos resultaron ínfimos, fundamentalmente originados por la sepsis y la sobrecarga del trabajo cardíaco, como igualmente han encontrado otros autores. 7 - 9 Las muertes a partir de la segunda semana se debieron primordialmente a las infecciones y complicaciones evolutivas, entre las cuales prevalecieron las sépticas, producidas por gérmenes muy virulentos y en proporción directa con la superficie corporal ABSTRACT Necroscopic Findings in Burn Patients quemada y la diversidad de instrumentos o procederes diagnósticos y terapéuticos utilizados; esto coincidió con la primera y segunda causas letales (sepsis generalizada y bronconeumonía), contrario a lo que ocurría 4 décadas atrás -- cuando las defunciones eran provocadas por choque secundario o hipovolémico --, debido a una mejor comprensión de la fisiopatología de las quemaduras. 10 El aparato respiratorio fue el más afectado desde el punto de vista anatomopatológico, atribuible a atelectasia obstructiva por exceso de secreciones o exudados en los bronquios, tapones mucosos (lesiones por inhalación) y factores mecánicos en lesiones torácicas circunferenciales; la bronconeumonía apareció en segundo orden por causas primarias o metastásicas de una infección a distancia o sepsis generalizada, como consecuencia de la perturbación de los mecanismos de defensa del pulmón y la disminución de la resistencia del huésped en general. El aparato digestivo le siguió en frecuencia con las ulceraciones por estrés o úlcera de Curling, debido a sepsis, insuficiencia suprarrenal, hiperclorhidia, hemoconcentración, isquemia y otros procesos, en porcentajes muy superiores a los publicados en la literatura. 1, 3, 11 En el aparato genitourinario sobresalieron las infecciones agudas (pielonefritis, cistitis y vaginitis), lo cual se corresponde con lo comunicado en otros trabajos afines; 12 como también ocurrió con el hallazgo de alteraciones sin gran importancia en el aparato hemolinfopoyético, relacionadas con la muerte del quemado. 13 Los sistemas nervioso y cardiovascular fueron los menos afectados desde el punto de vista anatomopatológico, tanto en nuestra casuística como en otras similares. 4 - 6 A cross-sectional, descriptive and retrospective study was carried out in 315 dead patients from Caumatology Service at “Saturnino Lora” Clinical Surgical Teaching Hospital in Santiago de Cuba during four years (1991-1994), in order to assess necroscopic findings in different apparatus and systems as well as other variables of interest, which was attained by reviewing medical records and their respective necroscopy protocols. It was documented that the most of patients, considered as very critical patients according to the Cuban Classification of Life Prognosis, died in the hospital with predominance of young women and of severe complications such as a systemic sepsis and bronchopneumonia, which were in turn the main causes of death. Therefore, it is necessary to emphasize the educational work directed to prevent home accidents and suicides in the first three decades of life owing to their high frequency. Subject headings: BURNS; BACTERIAL INFECTIONS; BRONCHONEUMONIA; AUTOPSY REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Kirschbaum SM. Quemaduras y cirugía plástica de sus secuelas. 2da ed. La Habana: Editorial Científico-Técnica; 1987:1-26; 80-92. 2. López SJ. Curso de historia de la medicina. La Habana: CNICM; 1968:35-40. 3. Sol SA del. Ensayo histórico sobre las quemaduras en Cuba. La Habana: Editorial Científico- Técnica; 1979:12-33. 4. Klein DG, Fritsch DE, Arnin SG. Wound infection following trauma and burn injuries. 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