IV SEMINARIO NACIONAL DE LA RED DE CENTROS ACADEMICOS PARA EL ESTUDIO DE GOBIERNOS LOCALES 28 Y 29 DE NOVIEMBRE 2002 COMISION 1: GOBERNABILIDAD EN SISTEMAS MUNICIPALES Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo, y su impacto en la gobernabilidad Mónica Silvana Iturburu monica@iturburu.com.ar Córdoba, 28 y 29 noviembre 2002 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… INDICE DE CONTENIDO 1. INTRODUCCIÓN 2 2. FUENTES DE CONFLICTO ENTRE LOS DEPART AMENTOS EJECUTIVO Y DELIBERATIVO 3 2.1. Representatividad y división de funciones 5 2.2. Sistema electoral ¿potenciador de conflictos? 6 3. MARCO INSTITUCIONAL EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 7 3.1. Sistema de gobierno municipal en la Provincia de Buenos Aires 7 3.2. Funciones de los Departamentos Ejecutivo y Deliberativo 9 3.3. Conflicto de poderes entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo 10 3.4. Destitución del Intendente 11 4. ANÁLISIS DE CASO DE COMPETENCIAS COMPARTIDAS: EL PRESUPUESTO MUNICIPAL 13 5. CONCLUSIONES 15 6. BIBLIOGRAFÍA 16 RESUMEN 17 2 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… 1. Introducción La mayor parte de las constituciones provinciales establecen para los municipios un sistema de gobierno con separación de poderes entre un órgano ejecutivo unipersonal y un órgano deliberativo colectivo y representativo de distintas fuerzas políticas. Al primero le corresponde primordialmente la función de administrar, y al segundo la función de controlar. El objeto de esta división de poderes es permitir el juego de pesos y contrapesos, para lograr una gestión local más eficiente, transparente y plural. Sin embargo, la relación entre el Departamento Ejecutivo y el Concejo Deliberante aparece muchas veces dominada por una concepción política estrechamente ligada al uso hegemónico del poder. Esta concepción tiene particular relevancia al momento de analizar el sistema electoral que permite elegir al intendente y a los concejales, la forma de renovación de los cargos legislativos, y el comportamiento diferencial de los electores según se trate de elecciones conjuntas o exclusivamente legislativas, circunstancias que pueden derivar en combinaciones Ejecutivo-Deliberante atentatorias de la gobernabilidad. El presente trabajo tiene por finalidad describir problemas y plantear interrogantes que permitan sentar las bases para un debate más profundo, a los efectos de mejorar la gobernabilidad de los municipios de la Provincia de Buenos Aires. En particular se analiza el impacto en la gestión de gobierno de aspectos relacionados con la representatividad, la distribución de competencias y la resolución de conflictos entre ambos departamentos, en un contexto de crecientes exigencias de la ciudadanía por la resolución local de sus problemas y de una inédita atomización de la representación en los concejos deliberantes de los municipios bonaerenses. 2. Fuentes de conflicto entre los Departamentos Ejecutivo y Deliberativo El efecto del conflicto1 sobre el desempeño de las organizaciones es un tema de debate permanente y su valoración se ha ido modificando con el paso del tiempo. Si bien en el pasado se lo consideraba negativo o disfuncional, en la actualidad se ha valorado su contribución al desempeño organizacional, en tanto se lo mantenga acotado, se maneje con cuidado y puedan realizarse las intervenciones necesarias en sus etapas iniciales2. Si estas condiciones no puedan garantizarse y el conflicto se incrementa, sus efectos pueden ser devastadores para la organización: los grupos se polarizan y se desarrolla una mentalidad “nosotros versus ellos” y a partir de allí, cada grupo lucha por impedir el logro de metas de la otra parte. Los grupos rivalizan para proteger sus propios intereses y perjudicar los de los demás. En este estadio, el conflicto puede tomar formas variadas, tales como la agresión abierta, las batallas por la acumulación de presupuesto o conocimiento, la diseminación de 1 El conflicto se define como una “situación que se presenta cuando el comportamiento dirigido hacia las metas por part e de un grupo organizacional bloquea el comportamiento dirigido hacia las metas de otro” (Litterer, citado por Hill y Jones,1996, 426). 2 Las etapas del conflicto son: conflicto latente (aquel que puede estallar cuando surgen las condiciones apropiadas), conflicto percibido (los líderes o decisores toman conciencia de sus discrepancias), conflicto sentido (los líderes o decisores personalizan el conflicto) y conflicto manifiesto (se revela el conflicto entre funciones o áreas y cada grupo lucha por impedir el logro de metas de la otra parte);(Hill y Jones, 1996, 432). 3 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… información difamatoria sobre los otros grupos, etc. Indudablemente, en este nivel los conflictos son perjudiciales para el desempeño organizacional, con graves pérdidas en eficiencia y efectividad (Hill y Jones, 1996). El manejo de los conflictos requiere de intervenciones en dos planos, uno más ligado al liderazgo político y otro más relacionado con el diseño institucional. En el plano político, los líderes escogen la estrategia de resolución del conflicto, sobre la base del uso de la autoridad y del poder (ya sea adoptando el rol de jueces o de mediadores). En el plano del diseño institucional, se pone el foco en el cambio de las relaciones de tareas3, o en el cambio en los controles y en los sistemas de evaluación, estrategias que tienen por finalidad la solución del problema manifiesto pero sobre todo, la prevención de conflictos futuros. Este último plano requiere el análisis de las fuentes de conflicto organizacional, con el propósito de detectar las situaciones de posibles controversias y generar cambios que permitan la adaptación progresiva de las estrategias y la estructura. En lo que respecta al ámbito gubernamental en la República Argentina, ha prevalecido el plano del uso del poder4 en la resolución de los conflictos. El círculo vicioso de la escalada del conflicto, con demostraciones de fuerza creciente por parte de los distintos actores, ha derivado en la deslegitimación de la autoridad, en el cuestionamiento a la representatividad de los políticos y, en menor medida, en el debilitamiento de la democracia. En lo relativo a la relación entre partidos o grupos políticos, la ineficacia para generar consensos, sumada a una tendencia más global de la democracia de mosaicos5, ha derivado en la atomización de la representación, con cuerpos deliberativos constituidos por una cantidad exagerada de bloques, los que a su vez muestran serias fisuras internas6. El nivel de gobierno local no ha quedado al margen de estos procesos y las dimensiones descriptas han repercutido en relaciones entre los departamentos Ejecutivo y Deliberante, que desde el advenimiento de la democracia han mostrado un grado creciente de conflictividad. En orden a instalar la necesidad de una intervención desde el plano del diseño institucional, seguidamente se esbozan hipótesis respecto de las causas de dichos conflictos: a) Existencia de incentivos negativos al consenso: la visibilidad de la oposición política está en estrecha relación con la adopción de una postura diferenciadora, denunciante, beligerante, por lo cual una actitud de acompañamiento del gobierno es denostada y sospechada de sometimiento, obsecuencia o connivencia. 3 Este cambio en las interrelaciones entre las distintas funciones o áreas tiene por objeto eliminar la fuente de discrepancia y puede requerir reducir el grado de dependencia o incrementar su integración, según cual sea la causa del conflicto (Hill y Jones, 1996). 4 Se hace referencia al uso del poder por contrastación de fuerzas: poderío económico, control de los medios de comunicación, dinero sucio, aparatos partidarios, generación de caos social, etc. 5 El concepto de democracia de mosaicos fue introducido por Toffler (1990) y describe el proceso de desmasificación de la sociedad, la diversificación de las necesidades y de las exigencias políticas de las personas. 6 A título de ejemplo, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuenta con más de 60 bloques, el Concejo Deliberante de La Plata, con 8; y el de Olavarría con 5 (algunos de los cuales muestran fisuras internas y al momento de votar las ordenanzas, observan matices o distanciamientos importantes). 4 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… b) Balcanización de los cuerpos deliberativos: esto hace más improbable el surgimiento de referentes representativos de todo el cuerpo capaces de intervenir en las etapas iniciales de los conflictos. c) Estrategia agresiva propia de los desafiantes del poder: cada uno de los grupos políticos posee objetivos acumulativos de poder (conducir el bloque, liderar la oposición, dirigir la mayoría legislativa, ganar la intendencia) para los cuales siempre es funcional socavar las bases de la autoridad del Departamento Ejecutivo municipal. Estas razones explicarían la situación que se presenta cuando concejales de distintas localidades contrastan sus posturas respecto de determinados temas: en la mayoría de los casos, la variable de coincidencia no se da por la pertenencia al mismo partido político -lo que indicaría la coincidencia ideológica- sino la posición de oficialista u opositor al ejecutivo municipal. La competencia política es positiva en tanto oxigena todo el sistema, al permitir el debate y surgimiento de nuevas ideas y de nuevas modalidades de llevarlas a cabo: esa debería ser la meta principal del juego político. Pero cuando el objetivo se restringe exclusivamente a la lucha por los liderazgos, el juego se degrada y por tanto, la acción de gobierno se torna ineficaz. El diseño institucional debería asegurar la competencia pero a su vez impedir que el conflicto alcance una dimensión que paralice el juego e impida el cumplimiento de la voluntad de la ciudadanía. Si se considera que una de las fuentes de conflicto organizacional es la superposición de la autoridad 7, uno de los escenarios de conflicto posibles se plantea cuando el Ejecutivo y el Deliberante escogen objetivos y/o estrategias diferentes y ambos se arrogan la autoridad de decisión, sobre la base de la representatividad que les otorgó la ciudadanía. Ante este escenario se plantean una serie de interrogantes. ¿Son contrastables la representatividad del Intendente y la de los concejales? Si así fuera ¿cuál de los dos departamentos –ejecutivo y deliberativo- ostenta la mayor representatividad? ¿Qué sucede cuando esa representatividad varía en las elecciones intermedias? ¿Quién debería resolver los conflictos? 2.1. Representatividad y división de funciones En este apartado se analiza qué actor debería prevalecer en situaciones de conflicto originados en disensos entre el Intendente y el Concejo Deliberante, ante un sistema de gobierno en el cual ambos departamentos, Ejecutivo y Deliberativo, ostentan la representatividad de la ciudadanía. La resolución de esta dimensión del problema requeriría considerar que la representatividad está en relación con las funciones para las cuales cada uno fue electo. El republicano principio de la separación de poderes implica la distribución de las funciones de Estado en: la toma de decisión política, su ejecución y el control sobre la misma. Sin embargo, “en el mundo moderno, parece existir un movimiento aparentemente irresistible que da una importante primacía al Poder Ejecutivo”. Pero 7 Max Weber enseñaba que lo distintivo en una sociedad moderna es que la noción de autoridad racional-legal ha reemplazado a la autoridad tradicional o carismática. La autoridad legal se siente cada vez menos arraigada en personas particulares (…) sino que tiende cada vez más a estar alojada en el cargo o posición, cuyos titulares cambian por elección o designación, en ciertos intervalos previstos (Dalla Vía y otros, 1997, p. 91). 5 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… como a “todo acrecentamiento efectivo del poder es necesario contrapesarlo con un aumento de las garantías, una responsabilidades vigorización (…) Dos de son, los controles, entonces, y las un mejoramiento funciones o entendidas acentuamiento simplificadamente de las como fundamentales de todo sistema institucional democrático: una es la de gobernar (decidiendo o ejecutando), la otra es la de controlar (Dalla Vía y otros, 1997). En virtud de esta tendencia, la elección del Intendente conllevaría el mandato de decidir y ejecutar, y la elección de los concejales implicaría la representación para el ejercicio del control político de las decisiones y acciones del Ejecutivo. Desde esta perspectiva, el Deliberante tendría el rol insoslayable de denunciar e investigar tanto las irregularidades como los desvíos de las promesas electorales, y los problemas de eficacia y de calidad institucional, pero cuidando de no menoscabar la capacidad del Ejecutivo de tomar decisiones y ejecutarlas. El respeto mutuo por las funciones propias, derivaría en un aumento de la legitimidad del Estado, y en el fortalecimiento de las capacidades estatales y del sistema de gobierno democrático8. 2.2. Sistema electoral ¿potenciador de conflictos? Las elecciones legislativas generalmente despiertan menos interés para los ciudadanos y por ende, generan menos conciencia de responsabilidad cívica (Lorenc Valcarce, 2002). Ello deriva en un comportamiento diferencial del electorado, con un voto más orientado a las propuestas locales cuando se disputa la titularidad del Departamento Ejecutivo, y más ligado a la tendencia provincial y nacional cuando sólo se eligen legisladores. De este modo el oficialismo puede alcanzar la mayoría legislativa al momento de la elección de intendente y concejales, perderla dos años más tarde al momento de renovación parcial del Departamento Deliberativo, y volver a recuperarla al momento de la elección o reelección del Intendente, otros dos años después. ¿Cuál podría ser la intencionalidad del votante ante esta conducta electoral diferenciada?. Algunas hipótesis podrían ser las siguientes: • La elección intermedia, salvo situaciones extremas, no reflejaría el ánimo del electorado de castigar o premiar la gestión de los dos primeros años del Ejecutivo; el resultado electoral local estaría influenciado fuertemente por el efecto arrastre de las opciones en los otros niveles de gobiernos. • El electorado se permite un voto más auténtico en las elecciones intermedias (legislativas) en tanto en las ejecutivas opta votando por el candidato “menos malo” entre los de mayor probabilidad de ser electos, de modo de no desperdiciar su voto. 8 Lorenc Valcarce (2002) sostiene que “la democracia, en tanto forma de régimen, supone la existencia de ese aparato institucional que llamamos Estado. Hay un acuerdo –y no sólo para el caso argentino- sobre la pérdida de legitimidad del Estado, que va acompañada por el debilitamiento de las capacidades estatales. Esta crisis tiene como consecuencia una creciente imposibilidad para tomar decisiones y ejecutarlas: un Estado que pierde poder 6 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… • El cuestionamiento a la representatividad de los políticos tiene como principal factor desencadenante a la insatisfacción con el desempeño de los profesionales de la política (Lorenc Valcarce, 2002) lo cual incentiva el apoyo a las nuevas agrupaciones9. • La población juzga como positiva una representación más pluralista. • El electorado desconoce el impacto en la gobernabilidad que genera una mayoría legislativa opositora, y no valora adecuadamente la importancia de apoyar en las elecciones intermedias al partido o coalición que dos años antes eligió para dirigir el Departamento Ejecutivo. Es probable que la conducta diferenciada de los electores se explique por una o varias de las razones expuestas. Pero independientemente de ello, la consecuencia es que, con mucha frecuencia, estos comportamientos debilitan la gobernabilidad, en especial en dos de los cuatro años para los cuales fue elegido el Ejecutivo municipal. En tanto este lapso de debilitamiento de la gobernabilidad es demasiado prolongado para una institución compelida a dar satisfacción a demandas de corto y mediano plazo, resulta prioritario analizar la viabilidad de modificar este diseño institucional, mediante la implantación de sistemas electorales y de representatividad que incluyan incentivos para la generación de consensos y la 10 negociación entre oficialismo y oposición . 3. Marco institucional en la Provincia de Buenos Aires En la Provincia de Buenos Aires, la Constitución provincial y la Ley Orgánica de las Municipalidades definen taxativamente la forma de resolución de algunos de los problemas planteados, pero muchos quedan sin respuesta. En parte esto se debe a la ambigüedad de las normas, a los cambios de las competencias municipales y a que las mismas fueron concebidas para contextos políticos menos convulsionados y fragmentados. 3.1. Sistema de gobierno municipal en la Provincia de Buenos Aires La Constitución de la Provincia de Buenos Aires, sancionada en 1994, define que la administración de los gobiernos locales11 estará a cargo de una municipalidad para lo cual establece: y capacidad, no está en condiciones de representar exitosamente los intereses comunes de la sociedad, incluso cuando quisiera hacerlo”. 9 Esta demanda de la población ha sido hábilmente capitalizada por algunos políticos o sindicalistas de larga trayectoria que adoptaron la postura del “yo no fui”: creación de agrupaciones políticas “nuevas” desde las que denostan a la política tradicional, sin hacerse cargo de su propia militancia y aporte a la consolidación del modelo que hoy critican. 10 A título de ejemplo, Hernández (1984) propiciaba como sistema de designación de los concejales un sistema mixto: para la mayoría el 60% o los 2/3 de bancas a cubrir, y para las minorías, las restantes sobre la base del sistema D´Hondt. 11 Ley Orgánica de las Municipalidades. Art. 190: “La administración de los intereses y servicios locales en la Capital y cada uno de los partidos que formen la Provincia, estará a cargo de una municipalidad, compuesta de un departamento ejecutivo unipersonal y un departamento deliberativo, cuyos miembros, que no podrán ser menos de seis ni más de veinticuatro, durarán cuatro años en sus funciones, renovándose cada dos años por 7 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… q La Municipalidad estará compuesta por un Departamento Ejecutivo unipersonal y un Departamento Deliberativo. q El titular del Departamento Ejecutivo durará 4 años en sus funciones12. q Los miembros del Departamento Deliberativo: q q Durarán 4 años en sus funciones. q Se renovarán cada dos años por mitades. La legislatura deslindará las responsabilidades entre ambos Departamentos para que puedan atender eficazmente a todos los intereses y servicios locales. q Los conflictos internos que se produzcan entre los Departamentos Ejecutivo y Deliberativo serán dirimidos por la Suprema Corte de Justicia13. q En caso de acefalía de una municipalidad, el Poder Ejecutivo convocará inmediatamente a elecciones para constituirla14. La Constitución provincial también define las competencias de la municipalidad como un todo, sin discriminar las de cada uno de los departamentos, salvo en unos pocos casos. Es el Decreto-Ley 6769/58, denominada Ley Orgánica de las Municipalidades la que, en uso de las atribuciones conferidas por la Constitución, deslinda las responsabilidades entre el Ejecutivo y el Deliberante. A pesar de ello, es habitual que se presenten conflictos entre ambos Departamentos, en parte por la ambigüedad de la norma y en parte por su antigüedad, ya que no contempla la distribución de atribuciones respecto de un importante grupo de competencias asumidas por el municipio, de hecho o de derecho, con posterioridad a la sanción de la norma. mitad y serán elegidos en el mismo acto que se elijan los senadores y diputados, en la forma que determine la ley”. 12 Ley Orgánica de las Municipalidades. Artículo 191:”La Legislatura deslindará las atribuciones y responsabilidades de cada departamento, confiriéndoles las facultades necesarias para que ellos puedan atender eficazmente a todos los intereses y servicios locales, con sujeción a las siguientes bases: 1º) El número de miembros del departamento deliberativo se fijará con relación a la población de cada distrito; 2º) Serán electores los ciudadanos inscriptos en el registro electoral del distrito y además los extranjeros mayores de edad que sepan leer y escribir en idioma nacional, con dos años de residencia inmediata en el municipio, que estén inscriptos en un registro especial y paguen anualmente impuestos fiscales o municipales que en conjunto no bajen de doscientos pesos. 3º) Serán elegibles todos los ciudadanos mayores de veinticinco años, que sepan leer y escribir, vecinos del distrito, con un año de domicilio anterior a la elección y si son extranjeros, tengan además cinco años de residencia y estén inscriptos en el registro especial. 4º ) Las funciones municipales serán carga pública, de la que nadie podrá excusarse sino por excepción fundada en la ley de la materia. 5º) El ciudadano a cargo del departamento ejecutivo durará cuatro años en sus funciones. Para desempeñar este cargo se requiere ciudadanía en ejercicio y las condiciones necesarias para ser concejal. 6º) Los concejales extranjeros no podrán exceder de la tercera parte del número total de los miembros del Concejo Deliberante. 13 Ley Orgánica de las Municipalidades. Art. 196: “Los conflictos internos de las municipalidades sea que se produzcan entre los departamentos ejecutivo y deliberativo, sea que ocurran en el seno de este último, los de las distintas municipalidades entre sí o con otras autoridades de la Provincia, serán dirimidos por la Suprema Corte de Justicia”. 14 Ley Orgánica de las Municipalidades. Artículo 197: “En caso de acefalía de una municipalidad, el Poder Ejecutivo convocará inmediatamente a elecciones para constituirla”. 8 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… 3.2. Funciones de los Departamentos Ejecutivo y Deliberativo Para el análisis de los comportamientos de ambos Departamentos resulta pertinente discriminar previamente las grandes áreas de responsabilidad del Intendente y de los concejales. La Ley Orgánica de las municipalidades hace una primera definición general respecto de las competencias exclusivas de uno y otro Departamento: • Concejo Deliberante: sanción de las ordenanzas y disposiciones del municipio. • Departamento Ejecutivo: administración general y ejecución de las ordenanzas15. Varani (1996) avanza en una agrupación, sobre la base de las normas jurídicas y la naturaleza de los Concejos, de las tres grandes áreas de responsabilidad de éstos órganos: representación, legislación y contralor. En función de esta clasificación, con el agregado de la función administrativa, se construyó la Figura N° 1 que compara las funciones del Deliberante y el Ejecutivo de los municipios bonaerenses. Como puede observarse, ambos departamentos comparten las funciones de representación (aunque difieren en el ámbito de acción) y de legislación (comparativamente, se asignan al Ejecutivo algunas competencias adicionales). En tanto, se diferencian claramente en las funciones de control y de administración, que se asignan casi con exclusividad al Concejo y al Ejecutivo, respectivamente. En este contexto cabe analizar las derivaciones de la invasión de incumbencias de uno y otro departamento. Si el Ejecutivo invade las competencias del Deliberante (p.e. cambia per se la base imponible de una tasa) a éste último no se le menoscaba su función exclusiva de contralor: puede ejercerla en plenitud, pedir informes, convocar a sesiones al Intendente y funcionarios, e incluso destituir al Intendente. En tanto, si el Deliberante invade las competencias del Ejecutivo (p.e. sanciona una eximición de tasas) se afecta en forma transitoria o permanente su función principal que es la administración. El impacto dependerá de la cantidad de concejales que respalden la ordenanza. Si sólo se trata de una mayoría simple, el Intendente podrá vetarla y el Concejo no logrará los dos tercios necesarios para su insistencia. En este caso el Ejecutivo puede continuar con su programa de gobierno pero paga el costo político de negarse a una medida popular. Si se trata de medidas respaldadas por los dos tercios, aunque el Intendente vete la norma, el Concejo podrá insistir e imponer su proyecto. En tanto los concejales sólo pueden ser sancionados por sus pares, ante una clara intromisión de sus competencias al Ejecutivo sólo le queda la instancia judicial, mediante la elevación del conflicto de poderes. 15 Ley Orgánica de las Municipalidades, Art. 24: “La sanción de las ordenanzas y disposiciones del municipio corresponde con exclusividad al Concejo Deliberante. Art. 107: La administración general y la ejecución de las ordenanzas corresponde exclusivamente al Departamento Ejecutivo”. 9 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… Departamento Deliberativo Departamento Ejecutivo Representa Representación del vecino ante el Representación del municipio ante -ción gobierno: el concejal es el canal por el terceros16. cual los vecinos pueden hacer llegar sus quejas y sugerencias. Legislación Iniciativa Iniciativa (es exclusiva en la Sanción proyección y modificación presupuestaria). Reglamentación Promulgación Veto Político: oportunidad y conveniencia17; Restringido a su propio personal. Control convocatoria a intendente y secretarios, pedido de informes y Ejercicio de poder de policía remoción de (aplicación de sanciones). cargo del Administración general y ejecución funcionarios18. Administra- Administración: a ción presidente y restringida a los gastos y de ordenanzas: es el responsable de personal del concejo. la gestión. Figura N° 1: Comparación funciones entre Departamento Ejecutivo y Deliberativo de los municipios bonaerenses. 3.3. Conflicto de poderes entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo La Constitución provincial prevé que sea la Suprema Corte de Justicia provincial quién resuelva los conflictos entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo19. La Ley Orgánica de las Municipalidades establece el procedimiento, que incluye la comunicación a la Suprema Corte, la suspensión de la ejecución de las disposiciones controvertidas y la sustanciación del juicio. 16 Ley Orgánica de las Municipalidades, Art. 108: “Constituyen atribuciones y deberes en general del Departamento Ejecutivo (…) inc. 11): Representar a la Municipalidad en sus relaciones con la Provincia o terceros. (…) inc. 14): Celebrar contratos, fijando a las partes la jurisdicción provincial”. 17 Verani (1996) sostiene que el control económico, contable y financiero corresponde al Tribunal de cuentas, y que el control político del gasto público (es decir el que estudia su oportunidad y conveniencia) corresponde, con posterioridad al propio Concejo. 18 Ley Orgánica de las Municipalidades, Art. 108: “Contribuyen atribuciones y deberes en general del Departamento Ejecutivo (…): inc. 7°: Concurrir personalmente, o por intermedio del Secretario o Secretarios de la Intendencia, a las Sesiones del Concejo cuando lo juzgue oportuno, o sea llamado por Decreto del Cuerpo (…).” 19 Ley Orgánica de las Municipalidades, Art. 196: “Los conflictos internos de las municipalidades sea que se produzcan entre los departamentos ejecutivo y deliberativo, sea que ocurran en el seno de este último (…) serán dirimidos por la Suprema Corte de Justicia”. 10 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… Si bien la ley pretende otorgarle un rápido tratamiento legislativo20, la gestación del conflicto, la intervención del Concejo, la sustanciación del caso y la resolución por parte de la justicia demora en varios meses una decisión de gobierno. Esto hace que la invasión de competencias del Deliberante al Ejecutivo transite habitualmente por otros canales, que dependerán de la trascendencia del tema, del impacto político de su resolución y de la disposición y capacidad de los asesores legales. En este marco, los otros canales entre los que podrá optar son la aceptación pacífica de la invasión, el abandono del proyecto o programa de gobierno obstaculizado, o el veto. 3.4. Destitución del Intendente La situación extrema de conflicto entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo está constituida por el procedimiento de destitución del Intendente. La Ley Orgánica de las Municipalidades establece que “el Intendente, cuando incurra en graves transgresiones será destituido y reemplazado“ por el “primer concejal de la lista a que perteneciere y que hubiere sido electo conjuntamente con él”21. Vale decir que el efecto de la destitución redunda en la consagración como nuevo Intendente de un integrante del Cuerpo. El ambiguo término “transgresiones” es parcialmente aclarado en otros artículos de la misma Ley Orgánica. El artículo 248 precisa que procede la destitución o suspensión cuando se trate de responsabilidades de tipo penal (no comprende delitos de acción privada) ante: • Sentencia condenatoria firme de haber cometido un delito doloso (destitución). • Detención con auto de prisión preventiva firme (suspensión). En tanto el Art. 249, contempla el juzgamiento por parte del Concejo, en los siguientes casos: • Transgresiones diferentes a las que generan responsabilidad penal. • Negligencias reiteradas que califiquen de grave la conducta en el ejercicio de sus funciones, lesivas al interés patrimonial del Municipio. • Incapacidad física o mental sobreviniente. 20 Ley Orgánica de las Municipalidades, Art. 262: “la Suprema Corte dictará sentencia dentro de los 30 días contados a partir de la intervención de su intervención. Los miembros de la Corte responderán personalmente cuando excedan el plazo establecido”. 21 Ley Orgánica de las Municipalidades, Art. 15: “(…) En el caso de suspensión preventiva, asumirá durante el lapso que dure la misma, el primer Concejal de la lista a que perteneciere y que hubiere sido electo conjuntamente con aquél, y de estar impositilitado éste, el segundo, y así sucesivamente, que hubieran sido electos conjuntamente con aquél. En caso de destitución del Intendente por las causas previstas en el articulo 249°, el Poder Ejecutivo convocará a elecciones conforme el artículo 123| de la Ley 5109, TO Decreto 997/93 y sus modificatorias”. Art. 247: “El Intendente, cuando incurra en transgresiones será destituido y reemplazado en la forma prevista en el artículo 15”. 11 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… Respecto de la primera disposición del Art. 249, su redacción es ambigua y peligrosa ya que define a las transgresiones por diferencia: cualquier conducta que no derive en una sentencia condenatoria por delito doloso o un acto de prisión preventiva puede ser causa de juzgamiento. El segundo supuesto, que refiere a las negligencias reiteradas, es definido genéricamente y también puede derivar en abusos. La única conducta calificada de “falta grave” por la misma Ley Orgánica es la inasistencia del Intendente o los Secretarios a las sesiones del Concejo cuando haya sido requerida su presencia por Decreto, o la negativa a suministrar información solicitada por dicho cuerpo. Por lo tanto, salvo estos dos casos claramente definidos, es el Concejo el que debe juzgar el concepto de falta grave, lo cual le otorga una gran autonomía. Este amplio margen de maniobra ha derivado en abusos reiterados por parte de los Concejos. En tal sentido, la Suprema Corte ha resuelto la irrazonabilidad de los planteos del Deliberante, cuando presentan una desproporción entre la sanción aplicada y las transgresiones imputadas22. Sobre esta base, la doctrina define que para la concreción de falta grave “los hechos, actos u omisiones deben exceder el mero incumplimiento de una normativa o de una disposición del Concejo para reflejar la inconducta que afecte los intereses de la comunidad” (Di Capua, 2002). A esta amplia potestad del Concejo Deliberante debe agregarse la importante participación de la oposición en el proceso de juzgamiento. La Comisión Investigadora “deberá constituirse con no menos de una cuarta parte de los mismos y representación de todos los bloques reconocidos”23 . Sin dudas, la actual fragmentación de los concejos deliberantes otorga más protagonismo y mayor presencia a la oposición, lo que ha hecho posible el aumento de la destitución de intendentes. Las recientes experiencias de evaporación de la autoridad de los ejecutivos de todos los niveles hacen prioritaria la implantación de incentivos negativos a la destitución, de modo que est a figura se reserve para situaciones de real gravedad institucional. En este caso, podría considerarse la posibilidad de renovar la totalidad de los cargos legislativos en forma simultánea a la elección del nuevo intendente, de modo que sea la ciudadanía la que ratifique los conflictos muchas veces alentados por una elite opositora. 22 SCBA, B-53636, 21/5/91 “Nadeff, J.E. c/ HCD de Berisso”. Ley Orgánica de las Municipalidades. Art. 249: (…) “A tal efecto designará una Comisión Investigadora, integrada por Concejales, con la aprobación de las DOS TERCERAS PARTES del total de sus miembros. La Comisión Investigadora deberá constituirse con no menos de la cuarta parte de los mismos y representación de todos los bloques reconocidos. Tendrá por objeto reunir los antecedentes y elementos de prueba necesarios para la valoración de los hechos, que deberán ser precisamente definidos. Para ello tendrá un plazo de 30 días. Cumplidos los requisitos, el Intendente podrá efectuar descargos, y aportar pruebas, a cuyo fin se le otorgará un plazo de 10 días. Vencido este plazo, la Comisión deberá elevar al Concejo su informe en un plazo máximo de 15 días, para que en Sesión Especial califique la gravedad de los hechos. Para disponer la suspensión preventiva deberá calificarse por decisión debidamente fundada la conducta juzgada (…) mediante el voto de las dos terceras partes del total de los miembros del Concejo”. 23 12 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… 4. Análisis de caso de competencias compartidas: el presupuesto municipal La concepción tradicional del presupuesto remite a la expresión financiera de lo que el gobierno pretende llevar a cabo durante el año. Desde una perspectiva más moderna, el presupuesto adquiere un carácter integral: se constituye en un instrumento de programación económica y social, de gobierno, de administración y legislativo (MEOSP, 1996). Si bien esta concepción es aplicable a todos los niveles de gobierno, es el ámbito municipal el que recientemente ha mostrado el cambio relativo más significativo, tanto en lo concerniente al aumento de la complejidad de la gestión y como en la cantidad de competencias a asumir. Definidas las políticas y programas de desarrollo de mediano y largo plazo, es el presupuesto municipal el que las hace operativas en el corto plazo. Desde esta perspectiva, algunos autores sostienen que el presupuesto municipal es el instrumento mediante el cual se habrán de llevar a la práctica las ideas, proyectos y aspiraciones de la comunidad, tal como las interpretan las personas que la misma comunidad ha elegido para gobernarlas, entendiendo que ”cuando nos referimos a las personas, sin mengua de la representatividad que tienen los concejales, en nuestra Provincia la alusión obvia es a los intendentes municipales. Ellos plasman sus ideas de gobierno en el presupuesto, es decir la fijación de la política presupuestaria que será orientadora de la consecuente operatividad de los funcionarios”. (Tenaglia 2000, 122). En la Provincia de Buenos Aires, distintas normas definen las competencias de uno y otro departamento en lo relativo al presupuesto municipal. En tanto su definición implica un proceso de varias etapas, se detallarán seguidamente las competencias de uno y otro departamento: • Iniciativa: corresponde al Departamento Ejecutivo, salvo que éste no lo proyecte antes del 31 de octubre de cada año y no se le autorice una prórroga. • Modificación del proyecto presentado por el DE: el Concejo podría modificarlo pero sin aumentar el monto total de gastos. • Sanción: Corresponde al Concejo su sanción, que se hará por mayoría simple de votos. Si éste no lo sanciona dentro del ejercicio, el Departamento Ejecutivo deberá regirse por el sancionado en el año anterior. • Veto total o parcial: El Intendente puede vetar total o parcialmente el presupuesto. En este caso, el Concejo puede insistir si cuenta con dos tercios de los votos. • Promulgación: Es obligatoria ante la insistencia de los dos tercios. • Modificación del presupuesto ya sancionado: La iniciativa de la modificación pertenece al Ejecutivo, pero ninguna modificación podrá introducirse sin la autorización del Departamento Deliberativo. 13 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… De todo lo ant erior surge que, si bien se trata de una competencia compartida, se asignan más funciones al Departamento Ejecutivo que al Deliberante: al primero le corresponde proyectar y tomar la iniciativa en caso de modificaciones, y al Deliberante le corresponde sancionarlo. La competencia para modificar su contenido al momento de la sanción de la ordenanza, está restringida a la imposibilidad de superar el monto total de gastos. De considerarse que lo dispuesto por la Constitución provincial para la Legislatura provincial puede ser aplicado a los Concejos Deliberantes 24, éstos sólo podrían disminuir o suprimir partidas de los nuevos gastos. Cuando la mayoría del Concejo Deliberante no acompaña la gestión del gobierno municipal, la discusión del presupuesto se constituye en una de las situaciones de conflicto más complejas. El Concejo puede enfrentar la propuesta rechazando o modificando el presupuesto, y el Departamento Ejecutivo vetándolo total o parcialmente. En éste último caso, dos son los escenarios posibles: si el Concejo consigue los dos tercios de los votos, impone su proyecto; de lo contrario, recobra vigencia el presupuesto del año anterior. Ambas situaciones podrían ser atentatorias del programa de gobierno definido por el ejecutivo municipal. En la mayor parte de los casos, este programa o estilo de gobierno es el que acompañó la ciudadanía durante el proceso eleccionario, y su incumplimiento será un costo a pagar principalmente por el Intendente, en caso de presentarse a una reelección, o por el partido que lo eligió para el cargo, en tanto es poco probable que la mayoría de los votantes pueda discernir quienes son los verdaderos responsables del incumplimiento de las promesas electorales. Otra situación que se presenta con frecuencia es la referida a la mo dificación presupuestaria. Si bien la normativa es taxativa respecto de la competencia exclusiva del Departamento Ejecutivo en lo atinente a la iniciativa de la modificación, la oposición deliberativa utiliza con frecuencia el mecanismo de presentar proyectos y aprobar modificaciones con alto impacto social (tales como otorgamiento de subsidios a entidades de bien público o exención de tasas a distintos segmentos de la población). El Departamento Ejecutivo está obligado a vetar tales ordenanzas, en parte para defender la integridad y asignación presupuestaria, y en parte porque no puede permitir la violación de sus competencias exclusivas. No obstante, en todos los casos paga el costo político de oponer la racionalidad legal y administrativa a la demagogia. Socavar la imagen y popularidad del Intendente municipal siempre es beneficioso para los desafiantes del poder local, lo cual torna altamente probable el abroquelamiento de la oposición en cualquiera de las situaciones analizadas. Por ello se torna prioritario detectar las situaciones en las que estos escenarios se tornen más probables, y en tal caso, instituir incentivos negativos para evitar llegar a ese nivel de conflicto político. A título de ejemplo, la aplicación de sanciones a los concejales que notoriamente vulneren las disposiciones legales y presenten proyectos de modificación presupuestaria, o la aplicación al ámbito local de la restricción que está vigente para los legisladores 24 Esta concordancia es sostenida por Tenaglia (2000). Constitución Provincial, Artículo 103.- “Corresponde al Poder Legislativo: (…) 2º Fijar anualmente el cálculo de recursos y el presupuesto de gastos. Con relación a 14 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… provinciales, en el sentido de limitar su intervención a la disminución o supresión de los nuevos gastos del presupuesto. 5. Conclusiones El análisis de las fuentes de conflicto entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberante resulta prioritario a los efectos de rediseñar los sistemas y los procedimientos que se constituyen en sostén del gobierno local. Se observó que entre las causas de los conflictos se encuentra la existencia de incentivos negativos al consenso, la balcanización de los cuerpos deliberantes y la actitud agresiva propia de los desafiantes del poder. También se estudió que un escenario habitual de conflictos se plantea cuando el Ejecutivo y el Deliberante escogen objetivos y/o estrategias diferentes y ambos se arrogan la autoridad de decisión, sobre la base de la representatividad que les otorgó la ciudadanía. Ello derivó en el estudio de las funciones de cada uno de los Departamentos, en el entendimiento de que la representatividad está en relación con las funciones para las cuales cada uno fue electo: en tanto las funciones fundamentales de todo sistema institucional democrático son gobernar y controlar, se entiende que la elección del Intendente conllevaría el mandato de decidir y ejecutar, y la elección de los concejales implicaría la representación para el ejercicio del control político de las decisiones y acciones del Ejecutivo. Esta separación de funciones fue analizada con más detalle para el caso de los municipios de la Provincia de Buenos Aires, y en este contexto se estudiaron los conflictos derivados del diseño del sistema electoral -en especial por el efecto de las elecciones intermedias-, del mecanismo de resolución judicial de los conflictos de poderes y de la destitución del Intendente. En estos casos se calificó de peligroso para el sistema democrático el abuso del procedimiento de destitución de intendentes, un recurso que debería reservarse para la conducta grave que afecte los intereses de la comunidad. Por ello se consideró que la convocatoria a elecciones conjuntas de cargos ejecutivos y deliberantes ante casos de destitución del Intendente se constituiría en una instancia de empoderamiento de la ciudadanía en detrimento de las elites minoritarias. Por último, y a modo de estudio de caso, se estudiaron las funciones de ambos departamentos y las estrategias corrientemente utilizadas en la definición y modificación presupuestaria. Al respecto se propuso revisar la impunidad ante vulneraciones de la normativa vigente, que impiden la iniciativa de modificación presupuestaria a los concejos deliberantes, a modo de desincentivar la diatriba demagógica que deriva en el debilitamiento de la autoridad municipal. Las disputas de poder entre el Ejecutivo y el Concejo Deliberante, cuando los conflictos alcanzan estadios de evolución altos, pueden derivar en gobiernos incompetentes para prestar los servicios, realizar las obras o generar los procesos de desarrollo que la sociedad les demanda. Es probable que alternativamente, salgan victoriosos unos u otros sectores políticos, pero lo constante será el alto precio que deberá pagar la sociedad en la que el conflicto alcance estos extremos. Por ello nuevos gastos, dentro de la ley de presupuesto, la iniciativa corresponderá exclusivamente al Poder Ejecutivo; pero la Legislatura podrá disminuir o suprimir los que le fuesen propuestos”. 15 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… se considera prioritario el estudio y modificación de aquellos mecanismos que, pensados para otros contextos, pueden tornarse en atentatorios de la gobernabilidad y del sistema democrático. 6. Bibliografía Dalla Vía, Graña, Sisinni y Basterra (1997). Manual de Teoría del Estado y del Gobierno. Editorial de Belgrano. Buenos Aires. Di Capua, S. (2002). Responsabilidad de los funcionarios municipales. Editorial Abaco de Rodolfo Depalma, Buenos Aires. Hernández, A. (1984). Derecho municipal. Vol. I. Teoría General. Depalma, Buenos Aires. Hill, C. y Jones, G. (1996). Administración Estratégica. Un enfoque integrado. Mc Graw-Hill. Colombia. Lorenc Valcarce, F. (2002). La democracia argentina bajo presión. Orígenes, desarrollo y perspectivas de la crisis política. Magazine DHIAL (Desarrollo Humano e Institucional en América Latina). Website. Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos (1996). El Sistema Presupuestario Público en Argentina. Tomo I. MEOSP, Buenos Aires. Tenaglia, I. (2000). La Ley Orgánica de las Municipalidades Comentada. Editorial Platense. La Plata. Toffler, A. (1990). El cambio del poder. Plaza y Jones. Barcelona. Varani, J. (1996). Las funciones del concejal. Propuestas Municipales, Año 2 (17). 7. Fuentes 1958. Decreto Ley 6769/58 y modificatorias (Ley Orgánica de las Municipalidades). 1994. Constitución de la Provincia de Buenos Aires. 16 Desarticulaciones interinstitucionales: Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo… RESUMEN Disputas de poder entre el Departamento Ejecutivo y el Concejo Deliberante y su impacto en la gobernabilidad. La mayor parte de las constituciones provinciales establecen para los municipios un sistema de gobierno con separación de poderes entre un órgano ejecutivo unipersonal y un órgano deliberativo colectivo y representativo de distintas fuerzas políticas. Al primero le corresponde primordialmente la función de administrar, y al segundo las funciones de legislar y controlar. El objeto de esta división de poderes es permitir el juego de pesos y contrapesos, para lograr una gestión local más eficiente, transparente y plural. Sin embargo, la relación entre el Departamento Ejecutivo y el Concejo Deliberante aparece muchas veces dominada por una concepción política estrechamente ligada al uso hegemónico del poder, muy distante ideológicamente del esquema ganar-ganar que ha tomado fuerza en los enfoques de negociación. Esta concepción tiene particular relevancia al momento de analizar el sistema electoral que permite elegir al intendente y a los concejales, la forma de renovación de los cargos legislativos, y el comportamiento diferencial de los electores según se trate de elecciones conjuntas o exclusivamente legislativas, circunstancias que pueden derivar en combinaciones Ejecutivo-Deliberante atentatorias de la gobernabilidad. El presente trabajo tiene por finalidad describir problemas y plantear interrogantes que permitan sentar las bases para un debate más profundo, a los efectos de mejorar la gobernabilidad de los municipios de la Provincia de Buenos Aires. En particular se analizará el impacto en la gestión del gobierno de aspectos relacionados con la representatividad, la distribución de competencias, las formas de control y la resolución de conflictos entre ambos departamentos, en un contexto de crecientes exigencias de la ciudadanía por la resolución local de sus problemas y de una inédita atomización de la representación en los concejos deliberantes de los municipios bonaerenses. 17