Cumbre Internacional de Análisis Criminal Científico expuso las nuevas formas de estudiar a los delincuentes 4 REPORTAJE CENTRAL ¿Es posible saber dónde atacarán los delincuentes? ¿Podemos inferir la conducta delictual? En el encuentro más importante de análisis del crimen realizado en Chile se expusieron diversas propuestas para combatir el delito. Carabineros de Chile y el Centro de Análisis y Modelamiento en Seguridad (CEAMOS) de la Universidad de Chile –institución que apoya el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI)– reunieron a expertos locales e internacionales en seguridad, en la Primera Cumbre Internacional de Análisis Criminal Científico. El encuentro mostró los últimos en avances en materia de seguridad a nivel mundial y también cómo la colaboración conjunta entre la policía y la academia ha permitido enfrentar la constante evolución del actuar delictual en Chile. Allí se expusieron los conocimientos científicos, técnicos y metodológicos que han fortalecido el trabajo que Carabineros y los lazos con otros organismos, favoreciendo la seguridad. “Se generó un intercambio de información que permitió retroalimentar las distintas investigaciones que están realizando», comentó el Director de CEAMOS, Raúl Manásevich. Algunos de los actores internacionales, todos de primer nivel, que participaron en este importante evento científico fueron: Paul Brantingham, de Simon Fraser University (Canadá); Marcus Felson, de Texas State University (Estados Unidos); Shane Johnson, de Jill Dando Institute, University College of London (UK); Ernesto Savona, de la Università Cattolica del Sacro Cuore (Italia); y Michael Townsley, de Griffith University (Australia). La Cumbre Internacional de Análisis Criminal Científico se dividió en dos partes: una serie de minicursos sobre análisis y modelamiento de seguridad y la cuarta versión del Workshop on Analysis and Modelling of Security (WAMOS) organizado, esta vez, por CEAMOS y Carabineros de Chile. El cruce entre la academia y la policía El Centro de Análisis y Modelamiento en Seguridad (CEAMOS) mantiene un convenio de cooperación con la policía uniformada desde julio de 2011, específicamente, con la academia de ciencias policiales, ACIPOL, donde se enseñan innovadores métodos de predicción criminal. En 2003 se desarrolló el primer proyecto FONDEF conjunto entre Carabineros y académicos de la Universidad de Chile: “Modelo predictivo de la delincuencia en la Región Metropolitana”, que tuvo un gran impacto gracias a la valiosa información que revelaron los datos. Asimismo, el investigador del ISCI y subdirector de CEAMOS, Richard Weber, recordó el proyecto de cooperación con Gendarmería (2011) que permitió optimizar los procesos críticos como, por ejemplo, el traslado de internos. “Para nosotros fue una sorpresa. Los presos pasan mucho fuera de la cárcel: si tienen que ir al tribunal o al hospital o por una decisión cuando hay mucho hacinamiento. Hay todo un tema logístico en el que trabajó Fernando Ordóñez (investigador del ISCI)”, explicó el académico de Ingeniería Industrial. à 5 6 Para Weber, otro hecho relevante del trabajo policía-academia fue el análisis del teléfono de emergencia 133, que reveló que el 60% de las llamadas que recibe Carabineros corresponde a “pitanzas”. En ese marco, los investigadores de CEAMOS estudiaron con simulación y teoría de colas cómo optimizar dicho servicio, para poder responder mejor a las demandas de las llamadas sin aumentar la capacidad. Asimismo, el investigador del ISCI y miembro del CEAMOS, Fernando Ordóñez, ha estado buscando cómo mejorar el patrullaje usando modelos de teoría de juegos para representar la interacción entre la seguridad y el criminal. “Si los delincuentes ven que todos los días me paseo por el frente de la universidad y luego paso por detrás de La Moneda, el ladrón observará que esa es mi forma de patrullar. Pero si voy cambiando las rutas y los días, el ladrón no sabe por dónde me voy a meter”, sostuvo el académico de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile. En este tipo de modelo el defensor decide la patrulla con que obtiene mayor utilidad tomando en cuenta que el ladrón reacciona tratando de evitar estas patrullas. “Estas herramientas servirían mucho para el patrullaje preventivo. Hoy en día se ocupan modelos que apuntan a seguir los hot spots. Se estima dónde se va a concentrar el delito y ahí se va. Ese es el estándar en la mayoría de las aplicaciones, pero no incluye que los criminales no son tontos y si empiezan a notar que los policías están yendo ahí, se van a ir a otro lado”, comentó Ordóñez El investigador del ISCI trabaja actualmente en un proyecto para mejorar la vigilancia en la frontera. “Cuando uno tiene menos recursos para la cantidad de trabajo que tiene, como acá, donde uno no puede estar las 24 horas del día en toda la frontera, hay que ver con qué frecuencia conviene ir alternando”, afirmó. En la misma línea la criminóloga norteamericana Julie Wartell aseguró -en la Primera Cumbre Internacional de Análisis Criminal Científico- que no es posible poner un oficial de policía en cada esquina. “Nuestras prisiones están sobrecargadas en Estados Unidos. Rastreamos el robo, la violación y el asesinato como lo más importante. Ocupamos nuestro tiempo en las llamadas de servicio y deberíamos analizar los desórdenes tanto como los crímenes más serios”, dijo. En Estados Unidos hay distintos patrones de robo, por lo que no hay un día claro de la semana en el que se cometan más delitos. En ese sentido, según Wartell, algo importante en el análisis criminal es ver cómo funciona. “Podemos salir y hablar con la asociación internacional de tiendas de abarrotes. Podemos ir como analistas para hacer evaluaciones de ambiente. ¿Qué pasa con este lugar? Es la iluminación, la forma en que un estacionamiento está diseñado”, sostuvo. El enfoque de red social Junto a Richard Weber, el candidato a doctor en Sistemas de Ingeniería de la Universidad de Chile, Fredy Troncoso, académico de la Universidad del Biobío, ha estado trabajando en un enfoque de red social para identificar a sospechosos policiales claves. Bajo la premisa de que los individuos se agrupan y se relacionan, este tipo de análisis cobra todo el sentido. ¿Cómo se hace? Troncoso explicó en la Cumbre que se parte por información Antonio Frey, Subsecretario de Prevención del Delito 7 aportada por bases de datos, la que hay que transformar. Esa transformación permite representar la información para obtener la red social que se quiere estudiar. “Lo fundamental es establecer el vínculo”, sostuvo. Es así -como a través de la identificación de individuos claves- es posible centrar los recursos de la investigación. En su estudio, los investigadores elaboraron una red social de sospechosos mediante un conjunto de información disponible, donde aplicaron técnicas tradicionales de social network análisis y algoritmos de evaluación de nodos para identificar a los individuos importantes de la red. Con información adicional identificaron a los individuos altamente sospechosos de pertenecer a una agrupación delictual y para obtener la red se extrajo información de la evaluación del programa norteamericano para la prevención de pandillas juveniles GREAT. La nueva propuesta se basa en incorporar información adicional a la red social, para generar un ranking de cuáles son los individuos que se investigarán en forma prioritaria. à Marcus Felson, Raúl Manasevich, comandante de Carabineros Enrique Bassaletti y Paul Brantingham. ¿Qué es CEAMOS? El Centro de Análisis y Modelamiento en Seguridad (CEAMOS) nació para contribuir a la reducción de los crímenes en el país. Un grupo de ingenieros, respaldados por la Universidad de Chile, dedica su investigación a la creación de modelos matemáticos e ingenieriles que permiten predecir la forma de operar de los delincuentes. Los modelos matemáticos aplicados por CEAMOS -institución asociada al Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería- analizan, entre otras aplicaciones, la conducta del delincuente y los patrones escondidos en los procesos de actividad criminal. CEAMOS está integrado por profesores de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, de la Universidad Adolfo Ibáñez, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Concepción. 8 Ocho reglas para entender el comportamiento criminal El profesor de Criminología de la Universidad Simon Fraser en Vancouver, British Columbia, Canadá, Paul Brantingham, resumió patrones en ocho prácticas reglas, que pueden ayudar a comprender y predecir el comportamiento criminal. 1. Pensar en las decisiones criminales como plantillas mentales. Los individuos se mueven en una serie de actividades y cuando se repiten con frecuencia el proceso de decisión se regula. “Pensemos en nosotros en la mañana, uno maneja automáticamente al trabajo. La plantilla especifica las características de posibles blancos, también el fruto de ese crimen, las situaciones que se necesitan y las técnicas para el éxito del crimen. Una vez que se crea esta plantilla se estructuran las decisiones posteriores del agresor”, explica Brantingham. 2. Las redes sociales importan La mayoría de las personas no funcionan como individuo aislado. Tienen una red familiar, de amigos, de conocidos, con quienes toman decisiones. La red tiene una influencia en los atributos del agresor. Las personas hablan y ajustan su comportamiento a las expectativas y consejos de su familia, amigos y conocidos. La red estructura quien está involucrado con un agresor. 3. Los patrones criminales son relevantes Las decisiones criminales individuales pueden ser tratadas de manera simple. Pero también, podemos juntar estos datos, las porciones de información y entender el patrón general del crimen combinando los patrones de muchos individuos. 4. Los criminales aprenden de los sucesos criminales Las redes de infractores cometen un crimen cuando hay una provocación y pueden seguir un proceso con el cual pueden localizar una víctima en particular, que se adecúa como resultado. Las acciones criminales cambian el banco de experiencia acumulada. “Un agresor potencial tiene un evento gatillador, para cometer el crimen”, explica Brantingham, quien añade que: “debemos revisar el análisis criminal una y otra vez, porque a medida que cambiamos, los criminales se van adaptando”. 5. Fijarse en las rutinas La gente tiene un rango de rutinas diarias, mensuales y anuales, como por ejemplo, la navidad o el feriado de pascua. Así también todos los días vamos a trabajar o viajamos de vuelta a casa. Estas rutinas estructuran cuándo y dónde la gente va a moverse, dónde van a estar y a una hora especifica. La actividad ocurre en nodos y lugares centrales que son característicos en una ciudad y que son recurrentes a esos nodos. Tomando en cuenta esto, podemos entender mucho mejor los problemas criminales. 6. Localización y crimen Las personas que cometen delitos tienen patrones de movimiento espaciotemporales normales como todos los demás. Por ello, es frecuente que la localización de un crimen esté cerca de los centros de actividad normales. 7. Las interacciones espacio-temporales son criticas Las oportunidades criminales ocurren cuando los espacios, tiempo y localizaciones intersectan. Las victimas se convierten en blanco cuando el deseo de cometer un crimen se gatilla o cuando la victima se adecua a la plantilla criminal del agresor. 8. La forma urbana Las 7 reglas anteriores operan sobre la teoría de que el movimiento urbano se da en nodos y caminos. Las zonas calientes de la delincuencia se ordenan así: crímenes que se dan por altos flujos de gente a través y hacia nodos de actividades; potenciales ofensores que encuentran buenos objetivos y se trasladan a esos puntos; áreas neutrales donde raramente se ven crímenes. 9