El codiciado oro de Casas de Don Pedro

MIÉRCOLES
29.02.12
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El codiciado oro de Casas de Don Pedro
Un coleccionista
extremeño guarda una
pepita de 218 gramos,
de las más grandes
halladas hasta ahora
en Europa
:: ANTONIO ARMERO
CÁCERES. Cualquiera que tenga
al oro como trabajo o como afición
sabe localizar Casas de Don Pedro en
el mapa de España. Este de la provincia de Badajoz, al norte del embalse
de Orellana. En ese pueblo de 1.697
habitantes censados vive alguien que
guarda un tesoro en algún sitio. Nada
menos que una de las piezas de oro
más codiciadas de Europa.
Es una pepita de 218 gramos, un
peso superlativo. «Evidentemente,
llamar pepita a semejante ejemplar
significaría menoscabarla», se puede leer en mtiblog.com, uno de los
sitios de Internet de referencia en
asunto relacionados con la mineralogía. Esa pieza rebautizada como
‘Doña María José’ la encontró hace
años en su finca un vecino del municipio que promovió la investigación minera en la zona, bajo el permiso denominado ‘Las Morras’, según detalla mtiblog.com.
Precisamente bajo ese nombre hay
un permiso de investigación, concedido por la Junta de Extremadura
el 6 de junio de 2011 a la empresa canadiense Forbes&Manhattan, que
tiene domicilio social en Mérida. Es
la misma que, tal como informó HOY
el pasado día 14, tiene pendientes
seis solicitudes más: cuatro sobre los
indicios aluvionares del río Erjas y la
zona de Los Viveros (Valverde del
Fresno), uno en el área de La Codosera-Alburquerque y otro en la zona
de Casas de Don Pedro-Talarrubias.
La pepita mide 5 por 4,5 centímetros, y tiene un grosor de entre 1 y 1,2 centímetros. :: ISMAEL SOLAZ
Que en esta última hay oro se sabe
desde hace tiempo. Bien puede certificarlo el dueño de ‘Doña María
Jose’, la preciada pepita de 218 gramos con contenidos de oro superiores al noventa por ciento. La pieza
tiene un grosor de entre 1 y 1,2 centímetros, y mide aproximadamente 5 por 4,5 centímetros.
«No es que esa pieza sea la más
grande que hay en España, es que es,
sin duda, una de las más grandes encontradas hasta ahora en Europa»,
asegura un experto en la materia,
que como la mayoría de los que se
mueven en torno al oro, prefiere no
dar su nombre. Tratando de encontrar pepitas similares, recuerda que
«durante años estuvo expuesto en
Madrid, en un Museo –añade–, una
pepita de medio kilo que le regalaron aAlfonso XIII, pero desapareció».
Los 218 gramos de la pepita de oro
de Casas de don Pedro resultan, evidentemente, muy golosos para los
coleccionistas de oro y para quienes
hacen negocio con este preciado mineral. Su venta daría, sin duda, una
alegría a su dueño.
José Manuel Sanchís, administrador de www.mtiblog.com, certifica
que su valor de mercado se sitúa entre 18.700 y 20.000 euros. «Esa cantidad –añade– podría elevarse algo
más si le añadimos el factor ‘rareza’
del yacimiento, al menos dentro del
ámbito del coleccionismo». Sanchís
explica que «una pepita de oro española de ese tamaño se cotizaría mu-
cho más en España que una procedente de Australia, por ejemplo, porque los coleccionistas tienden a valorar mucho más lo autóctono que
lo foráneo». «En cualquier caso –concluye–, el precio dependerá siempre
del que quiera poner quien la venda,
y lo que quiera pagar quien la compre. En este caso, hablamos de algo
más que oro metal y por tanto sujeto a cotización diaria, ya que hay que
sumarle una plusvalía al tratarse de
un ejemplar natural, es decir, oro nativo, y a veces éste se dispara hasta
lo increíble».
Hay más de un estudio publicado
que alude a la riqueza aurífera de la
zona Casas de Don Pedro-Talarrubias. «En este área se localizan varias
labores mineras de época romana en
forma de calicatas y zanjas de pequeño tamaño», se subraya en un informe firmado por Santos Barrios Sánchez (del Instituto Geológico y Minero de España), Pedro Florido Laraña y Rosa María Reguilón Bragado
(adscritos los dos al departamento
de Geología, área de Cristalografía y
Mineralogía de la Universidad de Salamanca).
En su informe explican que en el
área analizada hay «oro de alta pureza con contenidos medios del 97 por
ciento en peso, aunque varía en función de la presencia de otros elementos, como plata y cobre».Añaden que
«se tiene constancia de un ejemplar
de cuarzo rodado de origen filoniano, de más de 40 centímetros de longitud, con oro visible diseminado».
Estudios como ese, y otros que
abundan sobre la cuestión, ayudan
a explicar por qué en los últimos meses se haya disparado el interés por
explotar diferentes parcelas de terreno en Extremadura en busca de
pepitas de oro, aunque pesen una
décima parte que ‘Doña María José’.