Afrodita de Cnido La Afrodita de Cnido corresponde a una escultura de bulto redondo de pie, en material noble posiblemente mármol que representa una figura femenina desnuda. Desde un punto de vista estético es relevante la tendencia al alargamiento del cuerpo, sobre todo la tendencia al mismo en piernas, así como en la interpretación de la cintura que hace que el cuerpo tenga una menos proporción, a la par que se resaltan el alargamiento de brezos que llegarían en posición relajada hasta la altura del muslo, si bien por otra parte la cabeza aparece reducida dentro de este cuerpo, por lo que es preciso hablar de microcefalia. Es dentro de la misma donde se observa un tratamiento del pelo natural y una clara idealización recuerdo del primer clasicismo asociado a la belleza, pero aún es necesario matizar que frente a la serenidad clásica, aquí se rompe con el gesto, en este caso con la tendencia a cubrirse con el brazo y mano derecha el pubis, que podemos interpretar como una sensación de sensualidad o bien como fuente de su poder, ya que Afrodita es la diosa de la belleza y del amor. Por otro lado y en relación con el tratamiento del cuerpo cabe apuntar un conocimiento perfecto de la anatomía, bien visible en el pecho, vientre, rodillas... por ejemplo, pero ese estudio de clara influencia clasicista rompe por la propia disposición de la figura que a pesar de no mostrar ninguna extremidad en diagonal, tampoco se puede componer en un esquema “triangular estable”, puesto que la curvatura exagerada en la cadera derecha, típica de Praxíteles, así como el brazo izquierdo casi tienden a formar un triángulo rectángulo, por lo que aún pervive la composición cerrada, a pesar de tener una cierta inestabilidad en función de levantar el pie izquierda y poner el peso del mismo sobre los dedos y después en el otro pie. Por otra parte la nueva configuración de la misa permite ser observada de varios puntos de vista rompiendo así con esquemas en los que prima una visión única y en cierto modo frontal, espectador-estatua. Así pues para que la figura no se venga abajo se esculpe un pedestal sobre el que descansa un vaso griego que sirve mediante un tirante de un claro punto de apoyo de la figura, teniendo a enmascararlo con un paño tratado con pliegues naturales donde la luz puede hacer sus clásicos juegos, si bien donde se ve claramente es en el modelado del cuerpo, sobre el que ejerce una clara influencia, perfectamente visible en la consecución de la piel determinando una clara sensibilidad táctil en el bloque de mármol, que hace sentir la calidad de la piel humana. En resumen estamos ante una escultura que huye de toda referencia a la recta y propone el juego de la curva, siendo por todo ello clasificable en la primera mitad del siglo IV a.C., dentro del llamado post-clasicismo o segundo clasicismo y dentro de este se corresponde con Praxíteles, que esculpirá el tema de Afrodita por encargo de los habitantes de la isla de Cos, pero al verla la rechazan y es enviada a Cnido donde por su belleza se hará famosa y por tanto será aceptada. Así pues dentro de esta situación es necesario ver el papel del artista, es este caso Praxíteles avanza al pretexto de tomar un baño y para ello se recurre a lo anecdótico y detalle como vemos en el vaso griego de perfumes y en los paños. Por otra parte en esta época y desde un punto de vista histórico la situación de prosperidad y estabilidad queda poco a poco aletargada tras el eclipse producto de las guerras del Peloponeso (435/404 a.C.) que marcarán el inicio de una nueva época tendente a gobiernos unificados y unipersonales, muy diferentes a las polis. Por último cabe decir que esta temática de corte mitológico lo veremos en el Renacimiento en pintura (Botticelli, época mitológica) y en la escultura manierista del siglo XVI y por último en el neoclasicismo del siglo XVIII.