1.6. EL CAMPO DE GIBRALTAR TARIFA (Al

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1.6. EL CAMPO DE GIBRALTAR
TARIFA (Al-Yazirat Tarif: “La Isla de Tarif”)
Arquitectura y urbanismo
-Trazado de parte del casco histórico: La irrupción musulmana del año 711 se verificó con el desembarco
de Tarik ben Ziyad en monte Calpe, que empezó desde entonces a ser llamado Yebel Tarik, Gibraltar, gracias
al apoyo logístico facilitado por el Conde Don Julián quien proporcionó naves y tripulantes con base en su
puerto de Ceuta. La derrota visigoda en los llanos de la Janda y del Guadalete fue el inicio de la presencia
islámica en la Península hasta el año 1492. Las expediciones militares previas al desembarco se produjeron
en un punto de costa hispánica, que a partir de entonces se denominó Al-Yazirat Tarif, la isla de Tarif, la
actual de las Palomas. Aquí debemos situar la fundación del primer enclave urbano musulmán en la
Península, la primitiva ciudad o medina islámica de Tarifa, aunque, quizás, en realidad no debió tratarse de
una fundación sino de la restauración y ocupación de unas estructuras urbanas y defensivas de épocas
anteriores.
El poblamiento de este núcleo inicial debió ser reducido: una pequeña aldea de pescadores con una
guarnición militar poco considerable que vigilaba la costa. No obstante, ya en el siglo X, las tensiones en el
interior de Al-Andalus (con la rebelión del Caudillo Omar Ibn Hafsum), los peligros exteriores representados
por las incursiones de los piratas normandos o vikingos y el avance militar por el Norte de África de las
fuerzas de los califas chiitas de la dinastía Fatimí, enemigos de los Omeyas andaluces, aumentaron el valor
estratégico de la zona. Por ello, Abderraman III, primer califa de Córdoba, ordenó construir una gran fortaleza
para la vigía y guarda de las costas del Estrecho, que fue terminada en el año 960.
A la caída del califato Cordobés en 1031, la medina tarifeña estaba totalmente consolidada y desarrollada.
Pasó a depender primero del reino taifa independiente de Algeciras, gobernado por la dinastía bereber de los
Hummudies, y, posteriormente, a partir de 1057, del reino taifa de Sevilla, que durante el reinado de Almu'tadid, de la dinastía arábigo-andaluza de los Abbad, se había anexionado al algecireño. En 1090 Tarifa
quedó incorporada al imperio norteafricano de los Almorávides, quienes la dominaron hasta el año 1145, en el
que quedó bajo el dominio de un nuevo poder norteafricano, los Almohades.
Administrativamente, Tarifa se integró en una nueva provincia llamada Clima de la Albuhayra o Albufera, en
alusión a la laguna de la Janda, de la que formaba parte también Algeciras, Medina Sidonia, Jerez, el castillo
de Arcos y Cádiz. Ya por entonces la medina de Tarifa era tan conocida que aparece en los textos de los
historiadores y geógrafos musulmanes.
Cuando los cristianos cercaron Tarifa en el verano de 1292, la ciudad estaba formada por los siguientes
elementos: el castillo y su prolongación de la torre albarrana, la medina o ciudad central (hoy plaza de Santa
María y calles adyacentes), el arrabal o aljaranda situado al Este de la primera (alrededor de la calle del
mismo nombre, la Bajada del Macho, la Plazuela del Viento, la calle de Jesús, la barriada Antonio Ordóñez y
la calle Amor de Dios).
-Castillo (siglo X): Hoy conocido como el de “Guzmán el Bueno” en alusión a Alonso Pérez de Guzmán. Se
levanta sobre la parte sur de la ciudad, paralelo a la línea de costa, y su emplazamiento corresponde a un
promontorio costero amesetado que fue acondicionado para el establecimiento humano. Éste cae
bruscamente al Sur en forma de acantilado costero, mientras que al Norte, tiempos atrás, lo hacía sobre las
orillas del arroyo de Papel o de Tarifa, desviado a fines del siglo pasado. Desde el emplazamiento el castillo
domina la orilla africana y enlaza con las torres-vigía de costa.
Los restos arqueológicos parecen indicar que el lugar tuvo ocupación humana, al menos, desde época fénicopúnica, albergándose la posibilidad de que existiera desde entonces de un recinto defensivo, reedificado y
modificado por las circunstancias y los diversos ocupantes de la zona e, incluso, que sirviera de modelo para
el trazado del actual. Éste fue levantado en el año 960 por orden del Califa de Córdoba Abderramán III. Esta
edificación califal corresponde al tipo denominado "Burch", es decir, una fortaleza compuesta por una torre del
homenaje en el centro de una defensa rodeada de muro. No obstante, algunos investigadores piensan que su
estructura es más compleja y difícil de describir: unos definen su planta como de trapecio regular, mientras
que para otros ésta se asemeja a un cuadrilátero irregular. El trazado que presenta, además, la existencia de
torres angulares y otras intermedias espaciadas a distancias iguales. Los lados Norte, Oeste y Sur parecen
conservar el trazado original del siglo X. En ellos se sitúan lienzos o paños de muralla con torres
rectangulares, de poco saliente, que presentan en algún caso la existencia de taludes que refuerzan sus
tramos inferior y medio. En época califal, estos lienzos culminaban en una moldura recta o listel, sobre la que
en tiempos posteriores, posiblemente en el siglo XI, se practicaría un adarve o camino de ronda y,
posteriormente, en época cristiana, se le añadieron unas almenas que presentan merlones apiramidados,
siendo desmochadas en la Edad Moderna las existentes en el frente sur para la instalación de piezas de
artillería. La zona más alterada es, sin duda alguna, el frente oriental: en él las torres rectangulares han
desaparecido, levantándose en su lugar dos de grandes dimensiones que flanquean la puerta de acceso
entre la fortaleza y la plaza de Santa María. Ambas torres se encuentran actualmente desmochadas y
arrasadas a nivel del adarve o camino de ronda de la fortaleza.
De influencia bizantina parece ser la barbacana, acitara o antemuro que rodeaba y rodea el núcleo del siglo
X. Se levanta aún hoy día en tres de los frentes, siendo inexistente en la zona oriental del recinto, donde
existía al menos hasta comienzos del siglo XVII. En el sector Oeste de la barrera se abre un nuevo acceso, la
puerta de la Barrera, una típica puerta en recodo, quizás de época almorávide o almohade.
Tras ella, se abría un doble camino, que ofrecía la posibilidad de ingreso en la fortaleza o , asimismo, una
estrecha vía de comunicación situada entre la barbacana y el recinto califal que conducía directamente a la
medina. Todo este poderoso complejo defensivo se reforzó con la construcción en una peña cercana, “La
Peñita”, de una gran torre de forma octogonal, una torre albarrana llamada de Guzmán el Bueno, construida
en el siglo XII. Esta torre se une a la fortaleza a través de un pasillo murado o coracha de la misma época. En
paralelo a la coracha y enlazando el torreón octogonal con el extremo sur del antemuro occidental, se
construyó otra barbacana en la que se abrió un nuevo acceso (de traza gótica, abovedado en zig-zag y
enmarcado con un alfiz sencillo) conocido como puerta del Mar, dado que se abría directamente sobre la
playa. Se conserva una inscripción árabe en piedra que conmemora la fundación de la fortificación.
-Murallas (siglos X-XII): La cerca o murallas del primer recinto urbano de época islámica se iniciaba y
finalizaba en el castillo. Dibujaba un rectángulo sobre el costado oriental de la fortaleza aprovechando los
restos del mismo promontorio costero sobre el que ella se asienta. Las murallas estaban defendidas por
torres cuadradas y de su estructura original sólo se conserva el costado norte. Allí todavía son detectables los
típicos muros "de tierra": el tapial tan propio de las construcciones defensivas musulmanas, formado por una
argamasa de cal, arena, yeso, piedras pequeñas y diversos restos cerámicos, que se encontraba recubierta
por capas de estuco que en ocasiones podían presentar dibujos de tipo geométrico.
El recinto amurallado contaba con dos puertas, aunque muy próximas: la puerta de la medina o Almedina y la
puerta del barrio o Aljaranda. La segunda ha desaparecido o se encuentra enmascarada entre las viviendas
del barrio. Sin embargo, la primera ha sido recientemente redescubierta, presentando posiblemente el
aspecto de una restauración bajomedieval pero manteniendo, en esencia, el trazado y configuración islámica
de una típica puerta en recodo, en cuyos materiales constructivos se conjugan el tapial, los sillares de piedra,
el ladrillo rojo de tradición mudéjar y varias basas de granito a modo de columnas.
-Iglesia de Santa María (mudéjar-gótico, siglos XIII al XVIII): Este templo se levanta junto al lado oriental
del Castillo y fue construido sobre una mezquita. Fue la parroquia mayor de Tarifa tras la conquista cristiana y
hasta el siglo XVI. Su reducido espacio interior, de planta cuadrangular de tres naves, presenta
modificaciones del barroco.
-Iglesia de San Mateo (siglos XIII al XVII): Fue mezquita islámica, como demuestran su situación en plena
medina, la orientación de su puerta de entrada en la fachada norte, la dimensión y proporciones de su planta
y algunos elementos decorativos como un canecillo de lóbulo y tres fragmentos de una tabla pertenecientes a
un alicer.
-Torres-vigía en la costa de Tarifa: Sistema defensivo costero de origen islámico, en ellas podemos
igualmente distinguir dos grupos: las pertenecientes al sistema de defensa interior y las asignadas al
dispositivo de vigilancia costera.
a) Las torres-vigías interiores: Las más conocidas de ellas son las situadas en Puertollano, concretamente la
del Rayo y la Torregrosa o del Pedregoso. Posiblemente son de época islámica y pertenecieron al sistema
defensivo del reino nazarí. La planta de la torre del Rayo es cuadrangular, construida con aparejo regular de
sillares de piedra y con cubierta abovedada.
b) Las torres vigías de costa: El sistema de defensa interior musulmán continuaba en la línea de costa frente
a Tarifa con las torres de la Roca del Ciervo, llamada más comúnmente torre de la Peña. Ésta es sin duda la
más conocida de todas ellas y se complementaba perfectamente con los sistemas de defensa urbano. De
planta cuadrangular y realizada en sillería de aparejo regular, se levanta todavía prácticamente intacta, por lo
que es de suponer que haya sido restaurada en algunas ocasiones. Durante la Edad Moderna fue pieza clave
en la vigilancia de las costas tarifeñas, complementándose con las torres mandadas a construir en tiempos de
Felipe II, como las situadas en la isla de Las Palomas, en el Cabo de Enmedio y en Guadalmesí.
Además de éstas, puede constatarse la existencia de otras como la de Punta Paloma, la torre de La Plata, la
torre de Barranco Hondo y la de Casas de Porros. La mayor parte de todas estas torres-vigías poseen planta
cuadrangular, exceptuando la existente en la desembocadura del Guadalmesí que es circular.
Gastronomía
-Pasteles “Cajilla”: Este dulce es de tradición árabe y tiene sus orígenes en la Edad Media. Ingredientes:
Huevo, harina, almendras, azúcar y pasta de relleno. Elaboración: Se hace una masa con fondo de harina y
huevos batidos. Se rellena, una vez horneada y moldeada, con una pasta de almendras cocidas (realizada
con harina fina y azúcar).
ALGECIRAS (Al-Yazira Al-Jadra: “La Isla Verde”)
Arquitectura y urbanismo
-Vestigios islámicos en el trazado urbano: La que en tiempos de Roma fue "Portus Albus", se convertiría
en época árabe en "Al-Yazirat Al-Jadra" (La Isla Verde), es decir, Algeciras, tal y como hoy lo pronunciamos.
En la primavera del 711, Tarik llegó a estas tierras; y el conde Don Julián, el exarca bizantino de Ceuta, sería
su primer gobernador. A partir de este momento se construye su recinto amurallado y se levantó su alcázar y
la hermosa mezquita construida por Ben Jalid. Este conjunto urbanístico sería la “Villa Vieja”. Ya en el siglo
XIII se le añadió la "Villa Nueva" por orden de Yusuf. Almanzor nació aquí en el 939. Este importante visir
andalusí llevaría la frontera musulmana hasta los Pirineos y vencería a los cristianos en cincuenta campañas
consecutivas sin perder ni una sola batalla. Alfonso XI sitió la plaza en 1342, y, tras veinte meses de duro
asedio, conquistó Algeciras el 28 de Marzo de 1344. Transcurridos veinticinco años, los musulmanes,
capitaneados por Mohamed V de Granada, sabiendo que la ciudad estaba desguarnecida y en represalia por
el asesinato de Pedro I, su aliado y amigo, atacan y ganan la plaza algecireña en 1369. Pocos años después,
en 1379, pensando que no podrían retenerla en su poder, la incendian y luego la abandonan. Así el recinto de
la que fue "la plaza más importante de Andalucía", en palabras de Guichot, quedó convertido en un montón
de ruinas. Sus habitantes huyeron hacia otras ciudades y apenas quedaron unas chozas de pescadores y
algunos restos de torreones y murallas testimonio de su pasada grandeza.
-Ruinas de la mezquita Aljama: La mezquita mayor de Algeciras fue convertida en catedral bajo la
advocación de Santa María de la Palma en el siglo XIV. Algunos restos se localizan en los jardines del Hotel
Reina Cristina y el Parque de las Acacias. Estaba dentro de la Villa Vieja y su planta rectangular se distribuía
en cinco naves, con patio descubierto de una superficie similar. El alminar, como en los ejemplos de Córdoba
o Sevilla, se levantaba en uno de los muros perimetrales del patio.
-Murallas andalusíes de la Villa Vieja: Dos torres de flanqueo con tramos de la barbacana emergen en el
Paseo de La Conferencia. El recinto amurallado estuvo reforzado con torres de base cuadrada de 5,50
metros, separadas unas de otras en 25 metros. A mediados del siglo XIV contaba con cuatro puertas de
acceso: la de Tarifa al pie del Alcázar, la de Jerez a la altura de la actual calle San Quintín, la del Fonsario
(osario o cementerio) y la puerta del Mar (con una rampa en zig-zag y muros en talud de origen meriní).
-Parque arqueológico de las murallas meriníes de la Villa Nueva: Situado junto al Parque María Cristina,
abarca cerca de 6.000 m2. Contiene doscientos metros de la muralla de la Villa Nueva, cuatro torres de
flanqueo, restos de la barbacana, un sector del foso y un puente que permitía el acceso hasta la puerta de
Gibraltar. La Villa Nueva surge cuando los meriníes, a fines del siglo XIII, deciden evitar un posible cerco
cristiano desde las alturas existentes al otro lado del río. El resultado fue una doble ciudad separada en dos
por el cauce del río.
Arte
-El pintor José Cruz Herrera: En la fructífera trayectoria del pintor linense José Cruz Herrera, paralela a las
de Zuloaga o Sorolla, están presentes gran variedad de temas e influencias, pero, debido a una larga estancia
del artista en el norte de África, muchos de sus cuadros reflejaron estas tierras bajo la lectura costumbrista del
tránsito del siglo XIX al XX. Algunos de sus contemporáneos también abordaron esta temática, deudora del
historicismo en arquitectura o el alhambrismo en música, en un momento histórico que coincide con las
aventuras colonialistas de España en Marruecos.
Al igual que Julio Romero de Torres, Cruz Herrera fue especialmente reconocido como plasmador de la
castiza belleza de la mujer andaluza, aunque en este caso también de la norteafricana, caracterizada con
rasgos similares: cabellos y ojos oscuros y labios gruesos y muy rojos. Aunque este tema fue predominante,
abordó otros como bodegones, retratos, paisajes y autorretratos.
El prestigio del pintor fue grande en su época desde que, en 1921, expusiera cuarenta cuadros en el Salón
del Círculo de Bellas Artes de Madrid, lo que supuso su consagración a nivel nacional, ratificada por la
concesión de la Primera Medalla de la Exposición Nacional en 1923. Un año después de su muerte, en 1970,
en su ciudad natal fue creado un museo monográfico en el que la mayor parte de la obra expuesta recoge sus
primeros trabajos y los cuadros que pintó el tiempo que vivió en Marruecos. En ellos encontramos el
ambiente, la luz, el colorido y el exotismo del mundo norteafricano bajo la particular mirada del artista.
Fiestas y costumbres populares
-Feria de Muestras “Mediterránea XXI”: Se celebra en la primera quincena de octubre. En ella intervienen
países de la cuenca del Mediterráneo como Túnez, Turquía, Marruecos y España. Durante esos días se
organiza también una Feria de la Tapa, con un concurso gastronómico y degustaciones de platos típicos de
los países o regiones participantes. Asimismo, se desarrolla un Festival de Folklore que cada año es dedicado
a un área geográfica o cultural concreta.
JIMENA DE LA FRONTERA
(“de la Frontera”: en alusión a los límites entre los dominios castellanos y musulmanes)
Arquitectura y urbanismo
-Vestigios islámicos en el trazado urbano: Hacia el año 750 tuvo gran importancia comercial entre los
musulmanes, que hicieron de ella una fuerte posición militar por su valor estratégico. Durante toda la
dominación sarracena llegó a despoblarse, conservándose solamente la fortaleza fronteriza. Perteneciente
unas veces al Waliato de Málaga y otras al Rey Moro de Granada, cayó en dos ocasiones en poder de los
cristianos, que volvieron a perder la plaza, conservándola los granadinos hasta poco antes de su rendición.
Pasó a poder cristiano en 1489.
-Castillo (siglos VIII a XV): Se levanta sobre la primitiva ciudad romana OBA, cuyas primeras fortificaciones
se remontan al siglo VII d.c. A partir del siglo VIII, con la dominación árabe, el castillo comienza su etapa de
mayor utilidad, ya que estuvo situado durante varias décadas en la frontera Nazarí con los territorios
cristianos.
La construcción es circundada por un complejo cinturón de murallas, de forma irregular y alargada. Se adapta
perfectamente al escaso terreno disponible en la cima siguiendo el habitual estilo Nazarí (como el que puede
observarse en la Alhambra de Granada). Presenta los típicos torreones de trecho en trecho, con planta
cuadrada o rectangular, y las diferencias en su fachada revelan las sucesivas reformas y restauraciones
sufridas por el conjunto. Esto, no obstante, confirma la importancia que tuvo durante los siglos de las guerras
de frontera.
Sus elementos más importantes son:
1. Conjunto de la Torre del Reloj y Puerta de Acceso: La puerta está dispuesta en ángulo recto con respecto
al muro contiguo, que conserva bien el almenado. Tiene arcos apuntados de herradura y restos de una
decoración pintada en blanco y rojo. Para su edificación se aprovecharon los muros de un edificio romano de
excelentes sillares, así como inscripciones latinas, que fueron empleadas como elementos constructivos en la
obra islámica. Sobre el conjunto, se alza la torre albarrana, desde cuya cima se puede divisar una amplia
vista del pueblo y los alrededores (fundamental para cumplir la función defensiva).
2. Aljibes: Se conservan varios de gran tamaño y diferentes diseños. Tienen un destacado interés
arquitectónico. Uno de ellos está compuesto por arcos idénticos a los del acueducto almohade de los cañones
de Carmona , en la provincia de Sevilla.
3. Alcázar: Muy reformado en época cristiana, se conservan los fosos, cortinas y bastiones que lo
independizan del resto de la ciudad. En su plaza de armas, un corte del terreno permite ver la estratificación
de los sucesivos pavimentos que se han ido añadiendo a lo largo de los siglos. En su centro se alza la Torre
del Homenaje, de planta circular, que oculta en su interior otra más antigua y reducida, de planta poligonal.
Tiene dos plantas internas, cubiertas con bóvedas de paños muy restauradas y que por su estilo parecen de
época mudéjar. El mayor interés de la torre está en que en occidente fueron muy raras las torres islámicas de
planta circular, ya que lo usual fue la edificación en plantas cuadrangulares, rectangulares o poligonales.
Gastronomía
-Piñonate: Dulce típico del municipio de Jimena, de origen árabe. Su laboriosa y compleja receta se ha ido
transmitiendo de padres a hijos, con muy pocas variaciones desde la Edad Media. Ingredientes: Harina, agua,
aceite de oliva, miel, aguardiente, brandy, almendras, piñones, ajonjolí, canela, clavo, matalauva (ajonjolí) y
cáscaras de naranjas. Elaboración: Se hace una masa con harina, aceite de oliva, huevos, brandy y
aguardiente. Se deja reposar unas horas. Con esta masa se van haciendo unos trozos planos y pequeños y
se fríen. Una vez fritos, se cortan en trozos pequeños y se machacan mientras se aliñan con matalauva,
clavo, canela y la monda de naranja. Luego se bañan con miel caliente a punto de caramelo. Se machaca
todo de nuevo y se pone en un molde grande. Cuando la masa se ha endurecido se saca y se adorna con
almendras picadas. A veces, también se añaden piñones y ajonjolí.
-Tortas de Aceite con refritos de matalauva: Dulce típico del municipio de Jimena que, con otras variantes,
es similar al realizado en otros puntos del Bajo Guadalquivir. Ingredientes: Azúcar, canela, clavo, matalauva,
harina de trigo, huevo, manteca de cerdo y aceite de oliva. Elaboración: Se realiza una masa con harina,
aceite de oliva, huevos, azúcar, clavo y manteca de cerdo. Con esa masa se hace una torta redonda o
cuadrangular que es frita. Luego se añade por encima un poco más de azúcar mezclado con canela y
matalauva.
-Tortas de “Pellizco”: Dulce de origen árabe. Ingredientes: Harina, azúcar, huevo, ajonjolí, agua y miel.
Elaboración: Se hace una masa con harina, azúcar, huevo, ajonjolí. Se da forma a la torta y se fríe. Una vez
apartada del fuego y escurrida, se cubren con miel rebajada con agua.
Costumbres populares
-Artesanía en cerámica: Los humedales que abundan en la Comarca del Campo de Gibraltar, además de la
herencia cultural romana y árabe de la zona, han propiciado el desarrollo del trabajo del barro y su cocción
para la elaboración de un muy diverso conjunto de materiales útiles o decorativos. El torno de madera
tradicional utilizado en alfarería estaba colocado hundido en el suelo, en el interior de un muro circular de
mampostería y estaba formado por dos ruedas móviles unidas por un eje de madera y un banco, también de
madera, donde se sentaba el alfarero. Con esta herramienta se elaboraban lebrillos, hierros para marcar
cántaros, tejas, etc. También en barro se construían lavaderos, tinajas, ollas y cántaros de agua o vino.
Muchos de estos trabajos artesanales siguen perviviendo hoy en día de forma residual, ya casi más como
objeto de uso cultural o turístico que como instrumento utilizado de forma cotidiana.
CASTELLAR DE LA FRONTERA (Al-Qasr)
(“de la Frontera”: en alusión a los límites entre los dominios castellanos y musulmanes)
Arquitectura y urbanismo
-Ciudad-Fortaleza (siglos XII al XIX): Los musulmanes fueron los autores de la fortaleza levantada como
consecuencia de las pugnas con los cristianos y fundaron la villa que se localiza en el interior de las murallas.
Desde ese momento, Castellar va a jugar un papel fundamental en las luchas fronterizas. La plaza estuvo
bajo dominio árabe hasta que en 1434 Juan Arias de Saavedra conquistó la villa y la incorporó a la corona de
Castilla. El trazado urbano medieval se conserva intacto y aún podemos observar edificaciones de esa época,
particularmente en los edificios más destacados, ya que las viviendas populares en su mayoría de los siglos
XVII a XIX.
Los edificios más singulares y de mayor nobleza arquitectónica son la Iglesia del Divino Salvador, el Alcázar
(que es el vestigio que más conserva de la época islámica), el Palacio del Marqués de Moscoso y el Arco de
la Villa. Todos ellos con elementos constructivos iniciales del siglo XII y con añadidos y reformas posteriores
hasta el siglo XVIII.
La primera evidencia documentada de la existencia de población en la zona de Almoraima es una torre
almenara construida por los musulmanes que servía como transmisora de noticias. Estaba ocupada por una
pequeña guarnición cuya misión era defenderla y comunicar algún peligro por invasión. Posteriormente, junto
a la torre fue fundado el convento de San Miguel de Almoraima en 1603.
Gastronomía
En repostería se elaboran una amplia gama de dulces típicos, como los borrachones o las tortas de aceite,
algunos similares a los que podemos encontrar en el norte de África.
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