Apreciados colegas: Me resulta hasta gracioso, que el CPS nos

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Apreciados colegas:
Me resulta hasta gracioso, que el CPS nos convoque a una "asamblea triestamentaria".
Hasta ahora, prácticamente nos han tratado como el "enemigo de clase".
Creo, de todas maneras, que para el bien de la Universidad y nuestro, debemos construir
algo; no tengo aún idea de qué, ni cómo, pero estoy dispuesto a DIALOGAR entre pares.
El asunto del Senado me parece posible; podemos iniciar, ya que lo demás no funcionó, a
partir de nuestras direcciones de unidad básica, a quienes conocemos y probablemente
propusimos.
Por lo pronto, saludos cordiales a quienes queremos que la academia funcione.
Germán Arenas Sicard
Apreciado profesor Castro y profesores de la Facultad:
Su correo de 9/10 de septiembre me parece interesante. Creo que podría calificarse como
un primer capítulo de una obra “Política en la Universidad para dummies”. Permítame una
propuesta de capítulo 2.
Todos nosotros, los que esperamos ser “académicos en la academia”, hemos estudiado
en la Universidad colombiana –claro, con excepción de nuestros colegas españoles e
italianos o aquellos que adelantaron estudios en otros países-. Eso significa que tenemos
contacto con el devenir de la política en las universidades y podemos expresarnos un
poco más francamente.
Aclaro, desde el comienzo, que no me disgusta que los grupos o partidos políticos actúen
en la Universidad. De hecho, aún en varias universidades privadas, lo han hecho y lo
hacen, como parte de su naturaleza y de sus propósitos. Es parte y es una expresión de
que la política es importante en nuestras sociedades, no solo en nuestro país, sino
globalmente.
Lo que sí me disgusta es que esa política la adelanten esos grupos, como lo expresa
Salomón Kalmanovitz en su columna del lunes pasado (9.9.2013) “alrededor de sus
estrechos intereses, sin consultar los de otros sectores.”. El resultado, en nuestra
universidad, no es realmente una polarización, sino un desgano de escuchar a nuestros
elegidos representantes. Un síntoma, a mi ver claro, es que una reunión convocada por el
Vicerrector llenó un auditorio el jueves pasado. La convocatoria de “los y las
representantes”, para el día siguiente, fue atendida por menos de cuarenta profesores.
Más aún, la semana anterior, otra convocatoria a una “reunión general de profesores y
profesoras” tampoco fue mucho más atendida. Me daba un poco de lástima ver al
presidente de ASPU, presente, que podría haber comprobado que los afiliados a ese
Sindicato ni siquiera tienen la disciplina de asistir a las asambleas. Yo fui miembro de
ASPU hace décadas, cuando una Asamblea de Delegatarios llenaba un auditorio.
Nuestros elegidos representantes inventaron algo muy sofisticado, al estilo de Urrutia y
Brigard: una vez elegidos pasan a tener una “representación programática”: si lo entiendo
bien, representan ahora a sus programas, pero no a los profesores. No conservan la
capacidad de pensar flexiblemente, “se casaron” con sus programas y no se atiende más
a las nuevas circunstancias, con flexibilidad de ideas y planteamientos.
Por esa razón, cuando un grupo grande de profesores pidió la renuncia del profesor
Miguel Hernández (CSU), su solicitud no fue considerada en lo mínimo. En esa ocasión
yo escribí que realmente no se le puede pedir la renuncia a un representante que ya dejó
de ser representante de los profesores. Otro caso es el profesor Plinio Teherán, elegido
representante suplente al Consejo Académico. Su actuar, desde hace tiempo, es más el
de representante y asesor del Comité Promejora Salarial (CPS) –aclaro con cuidado: no le
critico este accionar; supongo que su conciencia social lo llevó a eso-. Pero dejó de ser
representante de los profesores; cuando habló en la Reunión citada por el Vicerrector,
resultó claro que habló a nombre del CPS. Eso tiene una ventaja: es una comunicación
directa. El jueves pasado NO afirmó que levantarían el bloqueo de los edificios; así fue,
podemos atenernos a una mejor comunicación.
Otros representantes brillan por su ausencia: los “comunicados” no se firman, así como
las invitaciones de los profesores reunidos, aunque reunir veinte firmas no es demasiado
oneroso.
La dificultad enorme es resulta que desapareció una posibilidad de agupación y
movilización; podemos ver que la última propuesta de los profesores y las profesoras
reunidos es de reuniones citadas por los decanos y las decanas, junto con los y las
representantes (SIC). Añado yo: O el vicerrector, ¿por qué no?
Una enseñanza importante de todo este proceso es que los profesores descuidamos la
elección de representantes. El desgano de prestar este servicio permitió que pocos
candidatos y candidatas se presentaran y fueran elegidos sin rivales por los pocos que
votaron, Fue un error que debemos corregir, para que los (y las) representantes
desempeñen su papel previsto y no, como dice el profesor Castro, busquen “incluir a
todos, o a la mayoría, en sus posiciones personales o de pequeños grupos”.
La falta de debate mata las ideas propias y nos expone al deterioro institucional.
El 9 de septiembre de 2013 23:26, Hector Fabio Castro Serrato <hfcastros@unal.edu.co>
escribió:
Me temo que la opinión y posición de los profesores ante el conflicto laboral en la
universidad está bastante polarizada. Por esta razón no es fácil que una persona, o un
grupo profesoral, ni los representantes profesorales pretendan llevar la vocería de muchos
en sus comunicados y posiciones.
En las pocas reuniones se se han realizado en estos días y también durante el bloqueo
anterior, pude notar dos polos, o grupos extremos de posiciones ante el conflicto laboral:
De un lado están los mas sindicalistas y , sin animo de ofender, de posiciones mas de
izquierda, quines se identifican en gran medida con las reivindicaciones e incluso con la
metodología del comité pro-mejora salarial (CPMS); por lo tanto se oponen a las
actuaciones e, incluso, la legitimidad de las directivas de la universidad. En el otro
extremo están los profesores que se oponen radicalmente a las manifestaciones de hecho
y de fuerza de los trabajadores y por lo tanto no apoyan ni los motivos ni los métodos del
CPMS. En el intermedio, entre estos dos polos, hay muchos profesores, aunque tengo la
impresión que son minoría, con posiciones mixtas con diversos factores de uno y otro
polo. Los profesores del lado izquierdo, en mi percepción personal, parece que
aprovechan o desean pescar en río revuelto y lanzan al ruedo otra serie de problemas y
reivindicaciones de pequeños grupos y a veces personales, contra las directivas. Ellos
desean unificar todos los problemas en uno y pretenden que se debe plantear y resolver
todos los conflictos, como diversas caras de una misma moneda. A mi juicio este enfoque
es erróneo y, ademas de oportunista, no logra sino complicar el planteamiento de los
problemas y su correspondiente solución. El buen juicio aconseja que los problemas
deben aislarse y analizarse individualmente, en la medida de lo posible, a fin de facilitar su
solución. Es cierto que hay grandes problemas estructurales en la administración y
gobierno de la universidad, así como el problema reciente del nuevo estatuto profesoral.
Sin embargo, estos so problemas distintos que habrá que atender en su momento con
distintos enfoques. Seria un grave error estratégico de parte de los docentes meternos en
la misma "camada" que los del CPMS para pretender unificar nuestras reivindicaciones
con las de ellos y adoptar sus métodos de análisis (?) y confrontación.
Sería interesante realizar un censo tanto a nivel profesoral como a nivel del estudiantado
y , porque no, de los empleados administrativos, para conocer la posición de cada uno de
los estamentos en cuanto a la problemática actual y las posibles soluciones. Creo que los
resultados serian sorprendentes, primeramente para los del CPMS como para los
representantes profesorales y estudiantiles, quienes por naturaleza son del polo de
izquierda (supongo que por esa razón ocupan esos cargos). Una vez realizado ese
ejercicio democrático podríamos tomar decisiones mayoritarias sin los juegos de palabras
y demagogia a que están acostumbrados algunos, al pretender incluir a todos, o a la
mayoria, en sus posiciones personales o de pequeños grupos.
Hector Castro
Profesor Asociado
Departamento de Física
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