ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 16, NUM. 1: 155-164 ENERO-JUNIO, 2011 PENSAMIENTOS SUICIDAS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DEL ESTADO DE TLAXCALA (MÉXICO)1 Suicidal thoughts in university students at Tlaxcala state (México) Martha Córdova Osnaya, Luz de Lourdes Eguiluz Romo y José Carlos Rosales Pérez Universidad Nacional Autónoma de México2 RESUMEN El propósito de la presente investigación fue identificar a través de indicadores independientes la incidencia de pensamientos suicidas, de acuerdo al sexo, en estudiantes universitarios. Participaron 583 estudiantes de nuevo ingreso de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (México), hombres y mujeres. Los instrumentos aplicados fueron dos cuestionarios; uno sobre identificación personal y otro que contenía preguntas relativas a la ideación suicida. Se presentan los resultados en términos de porcentajes e incidencia. Indicadores: Pensamiento suicida; Ideación suicida; Jóvenes; Universitarios. ABSTRACT The aim of this study was to identify through independent indicators the incidence of suicidal thoughts according to sex in university students. The participants were 583 students of the University of Tlaxcala (Mexico), men and women. The instruments applied were two: a questionnaire of personal identification and questions related to suicidal ideation. The results are presented in terms of percentage and incidence. Keywords: Suicidal thought; Suicidal ideation; Youth; University students. 1 Los autores agradecen su apoyo al Programa de Apoyo a los Profesores de Carrera para la Formación de Grupos de Investigación (PAPCA) 2007-2008. 2 Carrera de Psicología, Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Av. de los Barrios No. 1, Los Reyes Iztacala, 54090 Tlalnepantla, Edo. de México, México, tels. (555)623-11-60 y (555)623-11-22, correo electrónico: mcordova@campus.iztacala.unam.mx. Artículo recibido el 15 de enero y aceptado el 23 de junio de 2010. PENSAMIENTOS SUICIDAS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DEL ESTADO DE TLAXCALA (MÉXICO) INTRODUCCIÓN 156 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2006), el suicidio es un grave problema de salud pública cuya prevención y control no es tarea fácil. Dicha institución plantea que el desafío fundamental de la prevención es identificar a las personas vulnerables y en situación de riesgo: “Si una persona tiene pensamientos suicidas (ideación), es importante iniciar de inmediato los procedimientos de control” (p. 14). Así que la mejor forma de averiguar si las personas tienen pensamientos suicidas es preguntándoles (Martínez, 2008), para posteriormente proceder a los procedimientos preventivos. En términos generales, en México se han empleado dos formas escritas para preguntar acerca de los pensamientos suicidas: por un lado, escalas que miden concretamente la ideación suicida, y, por otro lado, ciertos indicadores independientes o preguntas sobre pensamientos suicidas (Mondragón, Borges y Gutiérrez, 2001). La presente investigación se centra en esta última forma de registrar los pensamientos o ideación suicida. En este país, se han hecho algunas investigaciones cuyos indicadores individuales o preguntas han sido extraídos de otros instrumentos, como las preguntas traducidas del Composite International Diagnostic Interview (CIDI) (Berenzon, MedinaMora, López y González, 1998; Borges, Wilcox, Medina-Mora y cols., 2005), o del Word Mental Health, versión del Composite International Diagnostic Interview (WMH-CIDI-A) (Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco y Nock, 2008; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar y Nock, 2008; Borges, Nock, Medina-Mora y cols., 2007; Nock, Borges, Bromet y cols., 2008; Orozco, Borges, Benjet y Medina-Mora, 2009). También hay trabajos mexicanos que han empleado indicadores independientes o preguntas que los autores han considerado pertinentes de acuerdo al propósito de su estudio (Berenzon, González-Forteza y Medina-Mora, 2000; González-Forteza y Andrade, 1993; González-Forteza y Andrade, 1995; Lara y Letechipía, 2009; Lara, Navarro, Navarrete y cols., 2006). Los indicadores individuales o preguntas que hacen referencia a la ideación suicida reportadas en las investigaciones señaladas en el párrafo anterior son las siguientes: “¿Ha pensado en la muerte?” (Berenzon y cols., 1998), “¿Ha pensado en querer morirse?” (Berenzon y cols., 1998), “¿Ha pensado en suicidarse?” (Berenzon y cols., 1998), “¿Alguna vez se ha sentido tan decaí- ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 16, NUM. 1: 155-164 ENERO-JUNIO, 2011 do que pensó en suicidarse?” (Berenzon y cols., 2000), “¿Pensó seriamente en suicidarse?” (Borges y cols., 2005; Borges y cols., 2007; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar y Nock, 2008; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco y Nock, 2008; Nock y cols., 2008; Orozco y cols., 2009), “¿Ha hecho un plan para cometer suicidio?” (Borges y cols., 2005; Borges y cols., 2007; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar y Nock, 2008; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco y Nock, 2008; Nock y cols., 2008; Orozco y cols., 2009), “¿Ha pensado mucho sobre la muerte, ya sea en la suya, en la de alguien más o en la muerte en general?” (Lara y cols., 2006; Lara y Letechipía, 2009) y “¿Ha deseado morirse?” (Lara y cols., 2006; Lara y Letechipía, 2009). La población mexicana a la cual se le ha preguntado en forma escrita sobre pensamientos suicidas ha sido de tres tipos: población abierta, es decir, participantes de una zona geográfica de nuestro país (Berenzon, González-Forteza y Medina-Mora, 2000; Berenzon y cols., 1998; Borges y cols., 2005; Borges y cols., 2007; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar y Nock, 2008; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco y Nock, 2008; Nock y cols., 2008; Orozco y cols., 2009), estudiantes de secundaria (González-Forteza y Andrade, 1993; GonzálezForteza y Andrade 1995) y usuarios de centros de salud (Lara y cols., 2006; Lara y Letechipía, 2009). No existen reportes de preguntas sobre pensamientos suicidas hechas a estudiantes universitarios, por lo que el propósito de la presente investigación fue identificar la incidencia de pensamientos suicidas (ideación suicida) de acuerdo al sexo en estudiantes universitarios a través de dichos indicadores independientes o preguntas. MÉTODO Participantes Participaron 583 estudiantes de nuevo ingreso de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT): 38.59% de hombres (225) y 61.4% de mujeres (358). La muestra quedó integrada por el total de los alumnos de las siguientes carreras: Psicología, Medicina, Odontología, Ciencias de la Familia, Ciencias de la Educación, Lenguas, Comunicación, Contabilidad, Derecho, Ingeniería Química, Ingeniería de Sistemas y Matemáticas. 157 PENSAMIENTOS SUICIDAS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DEL ESTADO DE TLAXCALA (MÉXICO) Procedimiento 158 Se entrevistó a las autoridades de la UAT a las que se solicitaron los permisos correspondientes. Los instrumentos, que quedaron integrados en un cuadernillo, fueron aplicados por un grupo de profesores previamente entrenados durante dos sesiones de dos horas cada una. La aplicación se llevó a cabo en las aulas y consistió en lo siguiente: presentación por parte del aplicador; impartición de instrucciones, las cuales incluían el objetivo de la investigación y la forma de llenado de los instrumentos; distribución del cuadernillo; llenado de los instrumentos por parte de los alumnos, y recogida del cuadernillo tras verificar que los estudiantes hubieran respondido todas las preguntas. Instrumentos Incorporados en un cuadernillo tamaño esquela, consistieron en un cuestionario de identificación personal de 21 preguntas de opción múltiple, construido ex profeso, y cuatro reactivos o preguntas sobre pensamientos suicidas con cinco opciones de respuesta tipo Likert extraídas del Inventario de Riesgo Suicida (IRIS) (Hernández y Lucio, 2006), validado en adolescentes mexicanos: “He deseado estar muerto”, “He pensado en suicidarme”, “He planeado mi propia muerte” y “Creo o siento que mi muerte podría ser una solución a los problemas en mi vida”. Materiales Se empleó un total de 583 cuadernillos elaborados en SSPS, versión 15 en español. RESULTADOS La Tabla 1 muestra el porcentaje de respuestas, de acuerdo al sexo, a la pregunta “He deseado estar muerto”, donde se observa que hubo porcentajes muy bajos en las respuestas “todo el tiempo” y “casi siempre”; como su frecuencia fue muy baja (menor de 5), no fue posible llevar a cabo comparaciones estadísticas de acuerdo al sexo a través de la ji cuadrada; sin embargo, fue viable llevarla a cabo en las respuestas “algunas veces”, “rara vez” y “nunca”. Este calculo arrojó una significancia estadística a través de la prueba ji cuadrada para los porcentajes en la respuesta “rara vez”, confirmando un porcentaje significati- ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 16, NUM. 1: 155-164 ENERO-JUNIO, 2011 vamente mayor en mujeres (χ2 = 4.1, g.l. = 1, p < 0.05), y también en la respuesta “nunca” (χ2 = 9.4, g.l. = 1, p < 0.01), en la cual los hombres obtuvieron un porcentaje mayor. Tabla 1. Porcentaje de las respuestas a la pregunta “He deseado estar muerto”, de acuerdo al sexo. Respuesta Todo el tiempo Porcentajes Hombre Mujer 0.4 0.6 Casi siempre 0.4 1.4 Algunas veces 8.9 14.5 Rara vez 19.1 30.7 Nunca 71.1 52.8 En lo referente al segundo indicador independiente, “He pensado en suicidarme”, la Tabla 2 muestra los porcentajes obtenidos. Hubo un porcentaje muy bajo en las categorías “todo el tiempo” y “casi siempre”, razón por la cual no fue posible hacer comparaciones estadísticas; por otra parte, tampoco se encontró una relación significativa entre el sexo y las respuestas “algunas veces”, “rara vez” y “nunca”. Tabla 2. Porcentaje de las respuestas a la pregunta “He pensado en suicidarme”, de acuerdo al sexo. Respuesta Todo el tiempo Casi siempre Algunas veces Rara vez Nunca Porcentaje Hombre Mujer 0.4 0.3 0.4 0.8 4.4 6.7 13.8 13.4 80.9 78.8 Las respuestas a la pregunta “He planeado mi propia muerte” se muestran en la Tabla 3. De las cinco opciones de respuesta, las tres primeras tuvieron una incidencia tan baja que no fue posible llevar a cabo comparaciones estadísticas. En las opciones de respuesta “rara vez” y “nunca” no se encontró una relación estadísticamente significativa de acuerdo al sexo. 159 PENSAMIENTOS SUICIDAS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DEL ESTADO DE TLAXCALA (MÉXICO) Tabla 3. Porcentaje de las respuestas a la pregunta “He planeado mi propia muerte”, de acuerdo al sexo. Respuesta 160 Todo el tiempo Casi siempre Algunas veces Rara vez Nunca Porcentajes Hombre Mujer 0.0 0.0 0.4 0.0 1.8 3.4 3.6 6.4 94.2 90.2 Las respuestas a la pregunta “Creo o siento que mi muerte podría ser una solución a los problemas en mi vida” se muestran en la Tabla 4, en la que, nuevamente, debido al porcentaje tan bajo en las respuestas “todo el tiempo” y “casi siempre”, no se llevó a cabo una comparación estadística, ni tampoco se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en las respuestas “algunas veces”, “rara vez” y “nunca”. Tabla 4. Porcentaje de las respuestas a la pregunta “Creo o siento que mi muerte podría ser una solución a los problemas en mi vida”, de acuerdo al sexo. Respuesta Todo el tiempo Casi siempre Algunas veces Rara vez Nunca Porcentaje Hombre Mujer 0.9 1.4 0.4 1.4 4.4 9.5 13.8 13.7 80.4 74.0 Finalmente, la Tabla 5 muestra en forma descendente la incidencia de pensamientos suicidas de acuerdo a las cuatro preguntas formuladas (sumando los porcentajes de las respuestas “algunas veces”, “casi siempre” y “todo el tiempo”), no se encontró diferencia significativa a través de ji cuadrada de los porcentajes entre los hombres y las mujeres en ninguna de las preguntas. Tabla 5. Incidencia de pensamientos suicidas de acuerdo al sexo. Pregunta He deseado estar muerto Creo o siento que mi muerte podría ser la solución a los problemas de mi vida He pensado en suicidarme He planeado mi propia muerte Porcentaje Hombre Mujer 9.70 16.50 5.70 5.20 2.20 12.30 7.80 3.40 ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 16, NUM. 1: 155-164 ENERO-JUNIO, 2011 DISCUSIÓN Los indicadores independientes o preguntas sobre pensamientos suicidas que se reportan en las investigaciones citadas en la introducción pueden agruparse en cuatro categorías: “Pensar en la muerte” (Berenzon y cols., 1998; Lara y cols., 2006; Lara y Letechipía, 2009); “Desear o querer morirse” (Berenzon y cols., 1998; Lara y cols., 2006; Lara y Letechipía, 2009); “Pensar en suicidarse” (Berenzon y cols., 1998, 2000; Borges y cols., 2005; Borges y cols., 2007; Borges, Benjet, MedinaMora, Orozco, Molnar y Nock, 2008; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco y Nock, 2008; Nock y cols., 2008; Orozco y cols., 2009); “Plan para cometer suicidio” (Borges y cols., 2005; Borges y cols., 2007; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar y Nock, 2008; Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco y Nock, 2008; Nock y cols., 2008; Orozco y cols., 2009). La presente investigación abarcó las últimas tres categorías, más una que no ha sido considerada hasta ahora: creer que la muerte puede ser una solución a los problemas. Tocante a la categoría de desear o querer morirse, en los habitantes de Tlalpan y Xochimilco mayores de 15 años se halló una incidencia de 8.1% en hombres y 11% en mujeres (Berenzon y cols., 1998), y de 27% en mujeres embarazadas de la Ciudad de México usuarias de un centro de salud (Lara y cols., 2006). En el presente estudio hecho con estudiantes universitarios del estado de Tlaxcala se obtuvo una incidencia de 9.7% en hombres y de 16.5% en mujeres. Puede apreciarse que, a pesar de ser diferentes tipos de poblaciones, el rango no difiere mucho entre los habitantes de Tlalpan y Xochimilco y los estudiantes universitarios: en los hombres, de 8.1 a 9.7%, y en las mujeres, de 11 a 16.5%. Sin embargo, se observa una diferencia digna de señalar respecto a las mujeres embarazadas usuarias del centro de salud (Lara y Letechipía, 2009), quienes tuvieron 27% de incidencia; es muy probable que esa diferencia se deba a la condición particular en la que se hallaban, aspecto que hay que investigar. Por otra parte, se halló aquí una diferencia estadísticamente significativa entre hombres y mujeres en las respuestas a la pregunta “He deseado estar muerto”, específicamente en las respuestas “rara vez” y “nunca”; en el primer caso, el porcentaje mayor se vio en las mujeres, y en el segundo, el porcentaje mayor correspondió a los varones. Es importante señalar que las opciones de respuesta a las preguntas reportadas en las in- 161 PENSAMIENTOS SUICIDAS EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DEL ESTADO DE TLAXCALA (MÉXICO) 162 vestigaciones son categóricas (sí y no), mientras que en la presente investigación hubo cinco opciones de respuesta (simulando un continuo), permitiendo así identificar aspectos de mayor finura, como en este caso, donde los hombres exceden a las mujeres en cuanto a que nunca piensan en el deseo de estar muertos, pero en la respuesta “rara vez” las mujeres superan a las hombres, para posteriormente no hallarse diferencia significativa entre unos y otras en el porcentaje de las respuestas “algunas veces”, “casi siempre” y “todo el tiempo”, resultado que pone de manifiesto una importante diferencia entre hombres y mujeres que merece ser investigada. Respecto a la categoría “pensar en suicidarse”, su incidencia en habitantes mayores de 15 años de la delegación Tlalpan y Xochimilco fue de 5.7% en los hombres y de 7.20% en las mujeres (Berenzon y cols., 1998, 2000), y en habitantes mayores de 18 años de la zona urbana de la Ciudad de México se ha reportado una incidencia de 8.3% en la muestra total, de 6.1% en los hombres y de 10.4% en las mujeres (Borges y cols., 2005; Borges y cols., 2007). En los estudiantes universitarios del estado de Tlaxcala se halló una incidencia de 5.2% en los hombres y de 7.8% en las mujeres. Resulta importante resaltar los porcentajes semejantes tanto en los hombres como en las mujeres, a pesar de que los participantes pertenecían a diferentes tipos de poblaciones. Acerca de la categoría de “planear la propia muerte”, su incidencia en habitantes de la zona urbana de la Ciudad de México ascendió a 3.2% en la muestra total; en los hombres fue de 2.4% y en las mujeres de 3.9% (Borges y cols., 2005; Borges y cols., 2007). En la presente investigación, dicha incidencia fue de 2.2% en las hombres y de 3.4% en las mujeres. Nuevamente, es importante resaltar la similitud de los resultados en ambas investigaciones. La última pregunta sobre pensamientos suicidas que se analizó en esta investigación y que no había sido reportada anteriormente (“Creo o siento que mi muerte podría ser una solución a los problemas en mi vida”), hace referencia, desde la perspectiva cognitivo-conductual, al fundamento filosófico (creencia) de que el suicidio es una alternativa de solución a los problemas; en otras palabras, una respuesta positiva indica que el joven tiene una actitud positiva hacia el suicidio. La incidencia encontrada fue de 5.7% en los varones y de 12.3% en las mujeres. Desde la perspectiva cognitiva, Aarón Beck definió la ideación suicida como los deseos, planes, ideas o pensamientos de un sujeto a- ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 16, NUM. 1: 155-164 ENERO-JUNIO, 2011 cerca del suicidio (quitarse la vida), así como las expectativas de cómo llevarlo a cabo (cfr. Beck, David, Frederick y cols., 1972). En este estudio, las preguntas abarcaron los deseos (“He deseado estar muerto”), los planes (“He planeado mi propia muerte”) y las ideas y pensamientos que los estudiantes tienen acerca del suicidio (“He pensado en suicidarme” y “Creo o siento que mi muerte podría ser una solución a los problemas de mi vida”), no así sobre las expectativas de cómo llevar a cabo el suicidio. No obstante, con el hecho de planear la muerte existe una alta probabilidad de que se lleve a cabo el acto suicida, y es preocupante que se obtenga un porcentaje de 2.8% de hombres y mujeres que han planeado su propia muerte. Sin embargo, no se puede dejar de lado la aparición de una sintomatología como el deseo de estar muerto, de acuerdo con Pérez (2004); el deseo de morir es el primer peldaño que indica la inconformidad del individuo con su manera de vivir y la puerta de entrada a todo el proceso de la ideación suicida que puede o no terminar en una muerte autoinfligida. Finalmente, y retomando lo que señaló la OMS (2006) sobre el desafío de identificar a las personas vulnerables y en situación de riesgo, se propone que una sencilla pregunta, como la de “He deseado estar muerto” puede ser una manera de identificar a los estudiantes vulnerables y en riesgo antes de que continúen este fatal proceso. REFERENCIAS Beck, A.T., Davis, J.H. 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