Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Acta Otorrinolaringol Esp. 2014;65(6):346---354 www.elsevier.es/otorrino ARTÍCULO ORIGINAL Epistaxis y dabigatrán, nuevo anticoagulante oral no antagonista de la vitamina K Francisco Javier García Callejo ∗ , Carmen Bécares Martínez, Jordi Calvo González, Paz Martínez Beneyto, Marta Marco Sanz y Jaime Marco Algarra Servicio de Otorrinolaringología, Hospital Clínico Universitario de Valencia, Valencia, España Recibido el 3 de noviembre de 2013; aceptado el 25 de febrero de 2014 Disponible en Internet el 21 de junio de 2014 PALABRAS CLAVE Epistaxis; Dabigatrán; Efectos adversos ∗ Resumen Objetivo: Dabigatrán es un nuevo anticoagulante no antivitamina K con efecto antitrombina. Se le atribuyen menos efectos secundarios hemorrágicos, pero no presenta antídoto que revierta su función ni tiempos de coagulación específicos que lo monitoricen. Materiales y métodos: Estudio longitudinal observacional prospectivo anotando las características epidemiológicas, clínicas y terapéuticas más relevantes entre los sujetos tratados con dabigatrán que manifestaron epistaxis. Se compararon resultados frente a un grupo de casos de epistaxis bajo terapia anticoagulante con acenocumarol y otro de epistaxis en controles no anticoagulados. Resultados: Desde su inclusión en el Sistema Nacional de Salud hace casi 3 años dabigatrán ha hecho acudir a urgencias de nuestro centro a 19 sujetos por epistaxis, frente a 59 por acenocumarol y 144 no anticoagulados, con ingresos hospitalarios del 26, 28 y 14%, respectivamente. En 3 de los 5 ingresados tratados con dabigatrán se detectó insuficiencia renal, previamente no documentada. Precisaron transfusión de hemoderivados el 80% de los tratados con dabigatrán, 58% con acenocumarol y 23% no anticogulados, y procedimientos invasivos el 80, 35 y 21%, respectivamente. Aunque el riesgo hemorrágico fue menor para dabigatrán, la estancia hospitalaria fue mayor frente a acenocumarol, y este frente a no anticoagulados. Conclusiones: Dabigatrán ofrece menos casos severos de epistaxis que acenocumarol, pero resultan más difíciles de controlar y revertir. © 2013 Elsevier España, S.L.U. y Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. Todos los derechos reservados. Autor para correspondencia. Correo electrónico: jgarciacall@hotmail.com (F.J. García Callejo). http://dx.doi.org/10.1016/j.otorri.2014.02.014 0001-6519/© 2013 Elsevier España, S.L.U. y Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. Todos los derechos reservados. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Epistaxis y dabigatrán KEYWORDS Epistaxis; Dabigatran; Adverse effects 347 Epistaxis and dabigatran, a new non-vitamin K antagonist oral anticoagulant Abstract Objective: Dabigatran is a new non-vitamin K antagonist (VKA) anticoagulant with anti-thrombin action, with supposedly fewer haemorrhagic complications. However, there are actually no established agents to reverse its effect, nor specific coagulation time tests for monitoring it. Materials and methods: An observational prospective study was developed, noting epidemiological, clinical and therapeutic features among subjects with epistaxis treated with dabigatran. Results were compared with a group of epistaxis cases of individuals under anticoagulant therapy with VKA (acenocoumarol) and a control group without anticoagulation. Results: Since its inclusion in our health system almost 3 years ago, 19 patients with epistaxis and concomitant use of dabigatran have been attended at the Emergency Unit in our hospital, as against 59 under VKA therapy and 144 without anticoagulation, with a mean admittance rate of 26%, 28% and 14%, respectively. In 3 out of 5 individuals admitted due to dabigatran treatment, previously unobserved renal failure was detected. Blood transfusion was needed in 80% of patients using dabigatran, 58% using VKA and 23% without anticoagulation. Invasive procedures to control nosebleed were required in 80%, 35% and 21%, respectively. Although haemorrhagic risk was lower in dabigatran cases, they showed the longest stay in the hospital when compared to the other groups. Conclusions: With dabigatran, there are fewer cases of severe epistaxis than with acenocoumarol, but controlling them is more difficult. © 2013 Elsevier España, S.L.U. and Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. All rights reserved. Introducción Las funciones respiratoria, protectora y termorreguladora de las fosas nasales justifican su alto débito. La epistaxis constituye por ello una manifestación hemorrágica de alta incidencia, tanto en población sana como en sujetos con enfermedad relativa a arteriopatías o desórdenes hemostáticos, y supone un efecto secundario frecuente entre agentes terapéuticos, especialmente antitrombóticos. En el control de una epistaxis inducida por fármacos influyen la pericia del facultativo para localizar y ocluir el punto activo y un adecuado conocimiento del mecanismo de acción del agente implicado. De ello se derivan actuaciones médicas con las que el especialista otorrinolaringólogo debe estar familiarizado. Se calcula que la fibrilación auricular (FA) afecta a un 2% de la población1 , hasta un 8,5% en la población española mayor de 60 años2 . La FA predispone al ictus y embolia sistémica hasta 5 veces más que en la población general. Dado que su complicación más importante por frecuencia e impacto en la mortalidad prematura y en la discapacidad es el ictus, el tratamiento antitrombótico debe acompañar a las estrategias de recuperar el ritmo sinusal mediante cardioversión eléctrica y agentes antiarrítmicos. Los antagonistas de la vitamina K (AVK) han sido durante décadas la única opción disponible como terapia anticoagulante oral (TAO) en la prevención del tromboembolismo por FA, aunque en situaciones de contraindicación o riesgo especial asociado AVK se han aceptado los antiagregantes plaquetares. El uso de AVK precisa monitorizar el tiempo de protrombina (TP) expresado como cociente internacional normalizado (INR). El riesgo de interacciones medicamentosas y hemorragias graves han condicionado por ello su utilización. En los últimos años se han desarrollado nuevos anticoagulantes, como el inhibidor directo de la trombina dabigatrán etaxilato (Pradaxa® , Boehringer Ingelheim Pharma GMBH & Co. KG, Ingelheim am Rhein, Alemania) y los inhibidores directos del factor X activado rivarozaban (Xarelto® ) y apixabán (Eliquis® ), que demuestran una relación beneficioriesgo favorable en diversas condiciones clínicas3,4 . Algunas comunidades autónomas realizan ya ejercicios encaminados a valorar pacientes en los que las ventajas de esta TAO sea mayor, con un prudente incremento en el volumen de individuos tratados y bajo un exhaustivo control del impacto presupuestario, especialmente enfocado a dabigatrán3,5 . Dabigatrán ----la TAO alernativa al acenocumarol más aceptada en nuestro país desde su inclusión en el Servicio Nacional de Salud (SNS) el 1 de agosto de 2011---demuestra un perfil favorable para la prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con FA no valvular, y al menos un factor de riesgo adicional de complicaciones tromboembólicas4---6 . Asumiendo las situaciones clínicas que justifican su uso en el marco del SNS (tabla 1), se trata de un agente sin implicación sobre la vía extrínseca de la coagulación. Ello obliga a efectuar consideraciones clínicas, en especial cuando su efecto en exceso genera hemorragia: la ausencia de monitorización mediante los tiempos de coagulación habituales, la falta de respuesta a la administración de vitamina K o los factores dependientes de ella y la lentitud en revertir el efecto antitrombótico y por tanto prohemorrágico. La epistaxis supone una circunstancia potencialmente anemizante, y en condiciones de manejo de anticoagulantes puede comprometer seriamente el estado general del paciente. Presentamos la experiencia de este servicio en el manejo de estas hemorragias desde la instauración de Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 348 Tabla 1 F.J. García Callejo et al Escala HAS-BLED de evaluación del riesgo tromboembólico y hemorrágico H (hypertension) A (abnormal kidney and/or liver function) S (stroke) B (bleeding) L (labile INR) E (elderly) D (drugs and/or alcohol) Descripción Puntos Hipertensión no controlada con presión arterial sistólica ≥ 160 mm Hg Insuficiencia renal (diálisis crónica, trasplante renal o creatinina plasmática ≥ 2,3 mg/dl) o insuficiencia hepatica (cirrosis o datos bioquímicos indicativos de deterioro hepático, bilirrubina total > 2 veces el límite superior noral, AST-ALT > 3 veces el límite superior normal, etc.) Historia previa de ictus Historia de sangrado, anemia o predisposición a cualquier manfestación hemorrágica INR inestable por excesivo o bajo (< 60% del tiempo dentro de rango terapéutico) Edad ≥ 65 años Medicamentos que afectan la hemostasia (antiagregantes, heparinas, trombolíticos) y/o ingesta de ≥ 8 bebidas alcohólicas a la semana 1 1-2 Puntuación máxima Fuente: adaptado de Pisters et 1 1 1 1 1-2 9 al.7 . dabigatrán en el arsenal terapéutico de la TAO en nuestro país. Pacientes y métodos Desde el 1 de agosto de 2011, fecha de la primera autorización en el SNS para dabigatrán, hasta el 31 de diciembre de 2013, se realizó en este centro un seguimiento de todos los casos que consultaron por epistaxis ----bien en el centro de especialidades o en el servicio de urgencias---- en el contexto de estar sometidos a TAO con dabigatrán o acenocumarol. Esta revisión consistió en anotar las características epidemiológicas de los pacientes, tratamiento de elección en los casos de asistencia hospitalaria, escala de riesgo hemorrágico HAS-BLED (tabla 1) y necesidades específicas para los casos que precisaron ingreso. La TAO con dabigatrán siguió las indicaciones de la Agencia Española del Medicamento para la prevención del ictus y embolismo sistémico en sujetos con FA no valvular (tabla 2), con posología en todos ellos de 220 o 300 mg cada 12 h, sin requerir control de dosis ajustada por INR. Los pacientes tratados con acenocumarol llevaron dosis entre 8 y 27 mg a la semana, ajustadas conforme a INR para el TP bajo indicaciones documentadas de prevención de ictus y embolismo sistémico en sujetos con FA no valvular, valvulopatías, valvuloplastias, tromboembolismo pulmonar, trombosis venosa profunda y cardiopatía isquémica. Conociendo el incremento del efecto del anticoagulante no-AVK frente a desórdenes en la función renal, esta fue medida mediante la fórmula de Cockgroft-Gauld para el cálculo del aclaramiento: (140 − edad [años]) · x · peso [kg] · (x · 0, 85 si es mujer) 72 · x · creatinina sérica [mg/dl] Existió un grupo de casos formado con sujetos que consultaron por epistaxis en el mismo tiempo sin historial de TAO. Se buscaron relaciones de significación estadística entre pacientes anticoagulados con dabigatrán y acenocumarol y no anticoagulados mediante la obtención de valores de probabilidad p proporcionados por el t-test de Student para Tabla 2 Condiciones de autorización y exclusión a la anticoagulación con dabigatrán en la prevención de ictus y embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular Situaciones clínicas Pacientes con hipersensibilidad conocida o con contraindicación específica al uso de acenocumarol o warfarina Pacientes con antecedentes de hemorragia intracraneal Pacientes con ictus isquémico que presenten criterios clínicos y de neuroimagen de alto riesgo de hemorragia intracraneal Pacientes en tratamiento con AVK que sufren episodios tromboembólicos arteriales graves a pesar de un buen control de INR Pacientes en tratamiento con AVK que han presentado episodios hemorrágicos graves a pesar de un buen control de INR Situaciones relacionadas con el control de INR Pacientes que han iniciado tratamiento con AVK en los que no es posible mantener un control de INR dentro de rango (2-3) a pesar de un buen control terapéutico Imposibilidad de acceso al control de INR convencional Contraindicación o inconveniencias Pacientes no colaboradores o que no estén bajo supervisión Pacientes con caídas frecuentes Embarazo Hemorragia aguda al menos durante las 2 primeras semanas tras el episodio Intervenciones quirúrgicas recientes o previstas en el sistema nervioso central Hipertensión grave y/o no controlada Enfermedades hepáticas o renales graves Alteraciones de la hemostasia (vasoespasmo, coagulación, fibrinólisis, función plaquetaria) hereditaria o adquirida con riesgo clínicamente relevante de hemorragia AVK: antagonistas de la vitamina K; INR: cociente internacional normalizado. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Epistaxis y dabigatrán Tabla 3 349 Características epidemiológicas de la epistaxis del paciente con dabigatrán y acenocumarol Asistencias en centro de especialidades Volumen asistencial en urgencias Pacientes asistidos en urgencias Edad Sexo Duración media previa de la ACO HTA Diabetes mellitus Hepatopatía Insuficiencia renal documentada Comorbilidad (n.◦ diagnósticos/paciente) Medicamentos asociados Historial previo de sangrado sin ACOa Epistaxis previas con ACOa Dabigatrán (n = 163) Acenocumarol (n = 912) Controles 7 (4,29%) 37 (4,05%) 15 40 (2,10 asistencias/paciente) 19 (7,69%) 106 (1,79 asistencias/paciente) 59 (6,46%) 152 (1,50 asistencias/paciente) 101 70,1 ± 8,4 años 68,4% varones (13 H/6 M) 68,2 ± 10,8 - 7,4 ± 3,2 meses 64,2 ± 7,5 años* 71,1% varones (42 H/17 M) 28,5 ± 17,1 meses* 13 (7,9%) 14 (8,5%) 9 (5,5%) 2 (1,2%) 183 (20,0%)* 93 (10,1%) 47 (5,1%) 14 (1,5%) 18 9 6 3 6,2 ± 4,1 (rango 1-11) 5,1 ± 3,3 (rango 2-8) 6,1 ± 3,0 (rango 1-9) 3,4 ± 1,1 (rango 0-5) 24 (14,7%) 4,1 ± 1,2 (rango 0-7)* 196 (21,4%)* 3,1 ± 2,8 (rango 0-6) 17 29 (17,7%) 240 (26,3%)* - - ACO: anticoagulación oral. a Bien con dabigatran bien con acenocumarol. * p < 0,001. variables cuantitativas entre 2 poblaciones que admiten distribución normal, y ANOVA-test cuando se trataron 3 grupos, y del coeficiente de correlación R obtenido de 2 para la comparación de proporciones. Como las muestras de los grupos ingresados fueron más reducidas, los grados de libertad se limitaron a n-1, siendo n el volumen total de pacientes implicados en la correlación estadística. Resultados Los datos recogidos en este seguimiento de 29 meses se muestran en las tablas 3 y 4. El total de consultas en pacientes anticoagulados con acenocumarol fue muy superior en función de su introducción con mayor anterioridad y experiencia. En urgencias el volumen relativo de visitas de aquellos tratados con dabigatrán fue mayor, explicable por el hecho de tratarse de un nuevo agente introducido en el arsenal terapéutico del SNS, sobre el que la epistaxis como secundarismo necesita ser verificada en intensidad y frecuencia al no existir documentación previa. El mayor porcentaje de sujetos con HTA entre anticoagulados con AVK favorecería un incremento en sus consultas por epistaxis, pero la ratio de la enfermedad mal controlada fue muy similar entre los tratados con dabigatrán y acenocumarol. El grupo del dabigatrán mostró menor tendencia al sangrado, con o sin TAO, de forma estadísticamente significativa. A ningún paciente atendido en el centro de especialidades se le retiró la TAO. A todos los ingresos se les suspendió, pasando a tratamiento con heparinas de bajo peso molecular. Aunque los ingresos hospitalarios por epistaxis por dabigatrán fueron inferiores a los debidos a acenocumarol el volumen relativo fue mayor. Además, entre los primeros la necesidad de administrar concentrado de hematíes fue del 80%, y el volumen necesario del mismo fue superior, ya que la pérdida media de hemoglobina alcanzó los 4,8 g/dl. En estos 5 pacientes no se detectaron interacciones medicamentosas ni hepatopatía concomitante que justificaran exceso en la función anticoagulante, aunque en ellos se apreció desde el ingreso elevación 3 veces por encima del rango de referencia en la urea, inicialmente justificable por deshidratación y/o absorción de sangre, y cifras de creatinina entre 1,3 y 3,1 mg/dl. Además del taponamiento posterior adaptado en Urgencias, 2 pacientes fueron sometidos a cauterización endoscópica y otros 2 a embolización arterial. El motivo de obviar la opción endoscópica fue la impresión de hemorragia en sábana que continuamente proporcionaba la rinoscopia anterior en ellos. Entre los casos de epistaxis por acenocumarol la pérdida media de hemoglobina fue menor ----3,1 g/dl----, y las necesidades de transfusión de hemoderivados y de actuaciones quirúrgicas o embolizantes también significativamente inferior. En uno de los 5 ingresos anticoagulados con dabigatrán se administró complejo de factores vitamina-K dependientes (Octaplex® , Octapharma, San Fernando de Henares, Madrid, España), sin ninguna respuesta clínica. En 7 del grupo de acenocumarol el nivel de hipocoagulabilidad remontó con complejo en horas. Los tiempos de coagulación clásicos mostraron una elevación en el INR para el tiempo de trombina (TT) superior a 3 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 350 Tabla 4 F.J. García Callejo et al Características epidemiológicas de la epistaxis del paciente asistido en urgencias con dabigatrán y acenocumarol Dabigatrán (n = 19) Acenocumarol (n = 59) Controles (n = 101) Ingreso hospitalario Edad Sexo 5 (26,3%) 74,2 ± 5,2 años 84,2% varones (16 H/3 M) Epistaxis previas con esta ACO Duración media previa de la ACO Taponamientos anteriores 1 (5,2%) 6,6 ± 3,4 meses 17 (28,8%) 65,3 ± 7,8 años* 76,4% varones (44 H/15 M)* 41 (69,4%)* 32,5 ± 18,7 meses* 18 (17,3%)* 60,1 ± 12,8 años* 61,8% varones (62 H/39 M)* - 13 en 11 pacientes (57,8%) 5 (26,3% pacientes) n=5 4 (80% ingresados) 720 ± 402 cc CH por paciente 4,8 ± 1,7 g/dl 4 pacientes (80%): 2 cauterizaciones endoscópicas y 2 embolizaciones supraselectivas 4 sometidos a diálisis del anticoagulante 28 en 21 pacientes (35,5%)* 17 (28,8% pacientes) n = 17 10 (58,8% ingresados)* 352 ± 304 cc CH por paciente* 3,1 ± 2,0 g/dl* 6 pacientes (35,2%)* : 4 cauterizaciones endoscópicas y 3 embolizaciones supraselectivas 66 en 60 pacientes (59,8%) 18 (17,3%)* n = 18 7 (38,3% ingresados)* 150 ± 79 cc CH por paciente* 2,9 ± 2,1 g/dl* 5 pacientes (27,1%)* : 4 cauterizaciones endoscópicas y 1 embolización supraselectiva 0 3 3 3 2 0 0 17 (100%)* 6 (35,2%)* 3 (17,6%)* 11 (64,7%) 2 (11,7%)* 2 (11,7%)* 0 (0%) 0 0 0 8 3 2 0 1,58 ± 0,35 mg/dl 42,5 ± 10,6 ml/min 0,89 ± 0,28 mg/dl* 77,4 ± 18,8 ml/min* 0,77 ± 0,30 mg/dl* 85,2 ± 12,6 ml/min* 74,8 ± 31,4 mg/dl 3,8 ± 2,1 (rango 1-6) 46,1 ± 22,1 mg/dl* 5,4 ± 3,3 (rango 2-8)* 39,0 ± 12,7 mg/dl* 3,0 ± 1,8 (rango 1-5)* 4,1 ± 1,1 (rango 0-5) 0 (0%) 6,2 ± 0,4 (rango 0-7)* 2 (11,7%)* 2,1 ± 1,1 (rango 0-4)* 5 (27,1%)* 1 (20%) 4,9 ± 1,8 5 (29,4%) 5,2 ± 1,6 2,1 ± 1,8* 5,9 ± 1,9 días (4-7) 4,3 ± 1,1 días (3-10) 3,6 ± 2,4 días (2-6) Taponamientos posteriores Ingresados Pacientes con necesidades de CH Descenso en la hemoglobina Otras necesidades intervencionistas Tiempos de coagulación INR de TP ↑x3 INR de TTPA ↑x3 INR de TT ↑x3 HTA mal controlada Diabetes mellitus Hepatopatía Insuficiencia renal documentada Creatinina al ingreso Aclaramiento de creatinina a las 24 h Urea al ingreso Comorbilidad (n.◦ diagnósticos/paciente) Medicamentos asociados Historial previo de sangrado sin ACOa Epistaxis previas con ACOa Escala HAS-BLED de riesgo hemorrágico Estancia hospitalaria (0%) (60%) (60%) (60%) (40%) (0%) (0%) (0%) (0%) (0%) (44,6%)* (16,5%)* (11,1%)* (0%) ACO: anticoagulación oral; CH: concentrado de hematíes; TP: tiempo de protrombina; TT: tiempo de trombina; TTPA: tiempo de tromboplastina parcial activado. a Bien con dabigatran bien con acenocumarol. * p < 0,001. veces la unidad en el 60% de los sujetos ingresados por dabigatrán, y solo en el 17% de los tratados con acenocumarol. El TP nunca se alteró con dabigatrán y estuvo en niveles de hipocoagulabilidad terapéutica en todos los atendidos con AVK. Aunque la puntuación en la escala de riesgo hemorrágico HAS-BLED en pacientes bajo TAO con dabigatrán y acenocumarol fue mayor para los segundos, con diferencias no estadísticamente significativas, la estancia hospitalaria media fue un día y medio superior entre los primeros, tanto por la persistencia de un leve sangrado tras la retirada del taponamiento que obligó a su observación, como por el hecho de no disponer de pruebas de coagulación de fácil acceso que monitorizaran el proceso. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Epistaxis y dabigatrán Existiendo un deterioro en el aclaramiento renal de creatinina en estos 5 casos entre 50 y 86 ml/min se optó por asociar tratamiento mediante diálisis con un flujo de dializado de 700 ml/min, con una duración de 3 h y un flujo sanguíneo de 200 ml/min. Ello resultó en una eliminación entre el 45 y 68% de las concentraciones de dabigatrán. Otras actitudes como la administración de protrombina activada o de concentrado de plaquetas se obviaron, pese a la impresión de hemorragia en sábana en 2 de ellos, al no existir trombocitopenia en el hemograma ni signos sistémicos petequiales. Dentro de la severidad de las pérdidas hemáticas y de la enfermedad cardiovascular concomitante, cualquier descompensación hemovolémica fue rápidamente solventada y todos los sujetos fueron finalmente dados de alta. Uno de los 5 pacientes atendido con dabigatrán fue reanticoagulado con acenocumarol. El grupo control de sujetos con epistaxis no anticoagulados durante estos 2 años ascendió a 152 asistencias en 101 individos, con un promedio de 1,52 asistencias en urgencias por paciente. Su edad media fue de 60,1 ± 12,8 años, siendo el 61,8% de ellos varones. En 66 individuos se aplicaron taponamientos anteriores (65,3%) y solo en 18 se hizo preciso el taponamiento posterior e ingreso hospitalario (el 17,3%). De ellos 7 precisaron transfusión de concentrado de hematíes (38,3%) y en 5 fue necesaria la cirugía endoscópica para cauterización o la embolización selectiva (27,1%), siendo la puntuación del riesgo hemorrágico HAS-BLED de 2,1 ± 1,8 y la estancia hospitalaria de 3,6 ± 2,4 días. Discusión En los últimos años se han desarrollado nuevos agentes en TAO. El inhibidor directo de la trombina dabigatrán etexilato (Pradaxa® ) y los del factor X activado rivaroxabán (Xarelto® ) y apixabán (Eliquis® ) han venido demostrando un beneficioriesgo favorable en diversas condiciones clínicas en las que está indicada la hipocoagulabilidad optimizando su efecto y minimizando secundarismos. Su empleo continuamente se compara al de AVK, materia de amplia discusión en las respectivas evaluaciones por las agencias reguladoras europeas para su autorización. Dabigatrán etexilato ejerce como antitrombina inicialmente aprobada para la prevención del tromboembolismo venoso en pacientes sometidos a cirugía electiva de reemplazo de cadera o rodilla en dosis de 220 mg diarios8 , y posteriormente en sujetos con FA y síndrome coronario agudo. Se le augura como tratamiento de elección en el tratamiento de la trombosis venosa profunda en los próximos años9 . En la forma administrada resulta inactivo, pero al presentar absorción intestinal rápida el profármaco se hidroliza rápido por esterasas en plasma e hígado. Inhibe la actividad de la trombina libre y unida a fibrina y de la agregabilidad plaquetar inducida por ellas. En su tránsito plasmático dabigatrán muestra una baja unión a proteínas, propiciando una eliminación casi exclusivamente renal, a la vez que ofrece la posibilidad de retirar la molécula del torrente sanguíneo mediante diálisis. Ello redunda en que debe asumirse un cuidadoso manejo del paciente con insuficiencia renal sometido a esta anticoagulación10 y en la contraindicación a su empleo en individuos con aclaramiento inferior a 30 ml/min. 351 La epistaxis está contemplada como efecto adverso de categoría frecuente según la ficha técnica del producto comercializado en nuestro país, conforme a la escala de intensidad de reacciones adversas de la clasificación por órganos y sistemas. Esto es, su incidencia resulta mayor o igual a uno de cada 100 sujetos tratados, pero inferior a uno de cada 10. Sin embargo, el primer manual sobre su manejo clínico a nivel nacional ni siquiera la menciona en su apartado de secundarismos4 . La base de datos que ofrece la Food and Drug Administration (FDA) sobre secundarismos por dabigatrán desde 2004 muestra una incidencia del 0,87%, por debajo de la hemorragia gastrointestinal ----la más frecuentemente documentada (un 3,48%)----, pero más habitual que la hematuria (0,64%), la hemorragia cerebral intraparenquimatosa (0,57%), la hemoptisis (0,35%), el hematoma subdural (0,29%) y la gingivorragia (0,27%)11 . Sin embargo, según esta misma base de datos hasta 1.000 pacientes tratados con dabigatrán fallecieron desde 2004, el 14,8% de ellos con implicación de epistaxis, y en un 15% se reconoce un riesgo vital serio11 . La dosificación recomendada entre pacientes con FA genera la mayor incidencia de esta manifestación hemorrágica, un 84% de todas las indicaciones actuales de dabigatrán, con una progresiva disminución de este dato, coincidiendo con el hecho de la inclusión de esta TAO en otros desórdenes protrombóticos. La concomitancia de enfermedades o tratamientos que aumentan significativamente el riesgo de sangrado mayor requiere una evaluación beneficio-riesgo cuidadosa. Evidentemente, dabigatrán solo debe administrarse si el beneficio supera los riesgos del sangrado. En general, el anticoagulante no requiere monitorización rutinaria de su nivel de hipocoagulabilidad excepto en sospecha de exposición excesiva al agente o de presencia de factores de riesgo adicionales. En relación con ello, la determinación del INR para el TP y tiempo parcial de tromboplastina activada (TTPA) ofrece un índice elevado de falsos positivos, no explica bien la intensidad del efecto antitrombínico y no se ajusta a la severidad de una hemorragia por dabigatrán o al riesgo de padecerla. Al respecto solo un artículo de Kim, en 2013, presenta un caso de coagulopatía durante su uso con elevaciones del INR para TP y TTPA en el contexto de fracaso renal12 . De hecho, no existe una determinación específica y estandarizada que oriente sobre el nivel de anticoagulación por este agente10 . La sensibilidad y especificidad del INR para el TT ----aun siendo la prueba fisiopatológicamente más aceptable por valorar la vía común en la cascada de la coagulación---- no superan el 75%. El tiempo de coagulación de ecarina (TCE), dentro de las numerosas circunstancias hemostáticas que lo prolongan, parece correlacionarse bien con el efecto anticoagulante de dabigatrán13 . Los medicamentos que pueden incrementar el riesgo de hemorragia no deben administrarse de forma concomitante con dabigatrán o ser administrados con precaución. Los agentes fibrinolíticos deberán someterse a controles mediante TCE y TT, que no excedan en un 1,5 el valor de su rango de referencia o su INR, respectivamente. La anamnesis en el paciente con epistaxis en este contexto efectuará especial énfasis en las asociaciones medicamentosas. Los agentes inductores de la glucoproteína-P (gp-P), como la rifampicina, carbamazepina, fenitoína o hierba de San Juan (Hypericum perforatum) causan una Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 352 disminución de las concentraciones plasmáticas de dabigatrán, minimizando y anulando su efecto. A la inversa, dabigatrán etexilato es un sustrato del transportador de eflujo gp-P. Se espera por ello que el empleo de inhibidores potentes de la gp-P (tales como amiodarona, verapamilo, quinidina, ketoconazol, dronedarona y claritromicina) conduzca a un aumento de las concentraciones plasmáticas del anticoagulante. El ketoconazol por vía sistémica, la ciclosporina, el itraconazol, el tacrolimus y la dronedarona están igualmente contraindicados. Esta información viene ampliamente expuesta en la página Web de la Agencia Europea del Medicamento14 . Las alteraciones dietarias por otro lado apenas influyen en la hipocoagulación obtenida por agentes no AVK10 . Dabigatrán etexilato y dabigatrán no son metabolizados por el sistema del citocromo P-450 y no ejercen por tanto efectos in vitro sobre las enzimas del citocromo P-450 humano. No se prevén pues interacciones medicamentosas relacionadas con ello. Es conocido que en eventos quirúrgicos los pacientes con dabigatrán etexilato tienen mayor riesgo de hemorragia, por lo que ante estos procedimientos debe discontinuarse el tratamiento temporalmente sin poder justificarse una monitorización anticoagulante. Además, el aclaramiento con dabigatrán en pacientes con insuficiencia renal puede alargarse. El fracaso agudo obliga a suspender el tratamiento. De esta forma, en sujetos con un aclaramiento de creatinina superior a 80 ml/min dabigatrán muestra una vida media de 13 h, por lo que se debería recomendar la retirada de esta TAO 24 h antes de un procedimiento quirúrgico15 . Cuando este aclaramiento oscila entre 50 y 80 ml/min la vida media se prolonga a 15 h y se recomienda su suspensión hasta 48 h de la intervención. En aclaramientos inferiores a 50 ml/min la vida media varía entre 18 y 24 h, por lo que debería retirarse durante más de 72 h tras la intervención16 . La cantidad de fármaco eliminado mediante diálisis es proporcional al flujo sanguíneo hasta un máximo de 300 ml/min. La actividad anticoagulante de dabigatrán disminuyó con las concentraciones plasmáticas decrecientes. En ese tiempo algunos autores proponen el mantenimiento con HBPM en los 4 días postoperatorios9 , aunque la introducción de la TAO debería efectuarse al día siguiente de la intervención, lo cual en opinión de otras publicaciones no justifica la concomitancia de ambas terapias anticoagulantes15---17 . La incidencia de sangrados mayores con dabigatrán a 220 mg al día es de un 1,8%, pero del 13,8% para cualquier manifestación hemorrágica. Los estudios RE-NOVATE y REMODEL consideran la reacción adversa de sangrado mayor como aquella que cumple alguna de las siguientes 7 características: sangrado mortal, o clínicamente sintomático por encima de lo esperado y asociado a un descenso en la hemoglobina superior a 2 g/dl, o que precisa transfusión de 2 o más unidades de concentrado de hematíes por encima de lo esperado, o sangrado retroperitoneal (con confirmación ecográfica o mediante TC), intracraneal (con confirmación mediante TC o RM), intraocular o intraespinal sintomático, o que precisa el cese del tratamiento y/o actitud quirúrgica. Los 5 casos que precisaron ingreso por epistaxis con dabigatrán etexilato verificaban 4 de los 7 criterios de la definición de sangrado mayor. Hasta en 10 casos en nuestro estudio se cumplían 4 de estos requisitos entre anticoagulados con F.J. García Callejo et al dabigatrán ----el 6,1%---- frente a los 39 que los verificaban con acenocumarol ----el 4,27% del total de este grupo----. Con un intervalo de confianza del 95%, el cociente de riesgos de sangrado mayor para dabigatrán a 110 mg y 150 mg 2 veces al día frente a AVK, en cualquier función renal controlable, fue inferior de forma no significativa para la TAO antitrombínica. Para aclaramientos normales, superiores a 80 ml/min, fue de 0,59% para 110 mg 2 veces al día y de 0,84% para 150 mg 2 veces al día. Para aclaramientos entre 50 y 80 ml/min fue de 0,76 y 0,89%, respectivamente. Para aclaramientos entre 30 y 50 ml/min, de alto riesgo aunque no contraindicados de forma absoluta, fue de 1,00 y 0,94%, respectivamente, sin diferencias con acenocumarol. Existe de hecho una aceptación general de que el riesgo hemorrágico de las nuevas AVK resulta muy inferior al de las cumarinas18,19 . La agudización de insuficiencias renales larvadas, en especial en sujetos añosos donde una pérdida hemática moderada condiciona redistribución de la volemia y la hipoperfusión renal consecuente, son subsidirias de un fracaso prerrenal con rápida reducción del aclaramiento, que debe ser rápidamente monitorizado por el facultativo que atiende una epistaxis por dabigatrán mal controlada. Sin embargo, en la población de pacientes estudiada en los ensayos RE-MODEL y RE-NOVATE (5.539 pacientes tratados), los pacientes padecían, de forma concomitante, hipertensión (51%), diabetes (9%) y enfermedad arterial coronaria (9%); el 20% tenía antecedentes de insuficiencia venosa, pero ninguna de estas enfermedades influyó en los efectos de dabigatrán en la prevención del TEV o sobre las tasas de sangrado. No existiendo ningún antídoto específico sobre dabigatrán puede considerarse en la epistaxis refractaria el uso de concentrados del complejo de protrombina activado (FEIBA), factor vii recombinante, plasma fresco congelado o incluso concentrados de los factores de la coagulación ii, ix y x. Existe cierta evidencia experimental que apoya el papel de estos medicamentos en revertir su efecto anticoagulante20,21 , pero los datos de su utilidad en términos clínicos o fisiopatológicos y también sobre el posible riesgo clínico de enfermedad tromboembólica de rebote son muy limitados y poco optimistas22 . En ellos las pruebas de coagulación resultan poco fiables tras las técnicas de reversión sugeridas, como resultó en nuestros pacientes, si bien nosotros usamos Octaplex® y no FEIBA. Ante trombocitopenias o sospecha de desórdenes en la agregabilidad plaquetar deben valorarse la administración de concentrados de plaquetas. Es por ello que los episodios agresivos de hemorragia por dabigatrán son comúnmente documentados, habida cuenta de la presunta optimización del balance riesgo-beneficio sobre las AVK. La mayoría de ellas adoptan actitudes físicas de taponamiento ante pérdidas hemáticas externas23 o compresión quirúrgica en sus formas internas21 . Así pues, el hecho de no ser medida resolutiva la adaptación de un taponamiento posterior frente a epistaxis en anticoagulados con dabigatrán una vez este ha sido retirado durante más de 24 h, obliga a combinar actitudes terapéuticas médico-quirúrgicas que difieren de otras más conocidas con acenocumarol. El deterioro en la función renal como mecanismo fisiopatológico que eleva el tiempo presencial de dabigatrán activo en suero condiciona la Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Epistaxis y dabigatrán plausibilidad del dializado del agente en episodios incoercibles de epistaxis24 . No deja de llamar la atención la poca documentación encontrada sobre actuaciones en pacientes anticoagulados con dabigatrán y epistaxis. Nuestra experiencia con 19 pacientes atendidos en el servicio de urgencias y 5 de ellos ingresados desde su inclusión en el SNS enriquece la concienciación sobre el potencial secundarismo que sobre el especialista genera. Consecuentemente, no se ofrecen guías de actuación específicas en su manejo, motivo de preocupación entre otros grupos que atienden complicaciones hemorrágicas25---27 . Se trata de un agente de reciente introducción en nuestro país, con un mecanismo anticoagulante que impide una rápida y correcta monitorización, y para el cual no se le conoce todavía antídoto eficaz. Como resultado de todo ello encontramos datos epidemiológicos que obligan a ser prudentes. Nuestros casos atendidos en ingreso hospitalario llevaban pautas de TAO de reciente instauración, y los procedimientos médico-quirúrgicos superan el ámbito al que facultativo está acostumbrado. En la epistaxis el otorrinolaringólogo no se encuentra en condiciones de asegurar el efecto del fármaco ni de mantener su intervalo terapéutico eficaz. La tensión arterial no resulta como un factor de sesgo en los resultados hallados, habida cuenta del mismo porcentaje de casos ingresados por cualquiera de los 2 anticoagulantes, aunque existieran de forma estadísticamente significativa más anticoagulados hipertensos ingresados que sujetos del grupo control no expuestos a TAO. Coincidimos con algunos autores al reclamar la necesidad de un sistema de monitorización analítica del producto28,29 . Sin embargo, solo hemos detectado 3 publicaciones que mencionan especialmente la epistaxis como circunstancia hemorrágica seria12,30,31 . La evolución en ambos casos resultó ominosa, y aunque se recomienda un estricto control de la función renal, su estabilización no es rápida. Por encima de cualquier comorbilidad llama la atención que solo uno de los 8 pacientes documentados era menor de 70 años, lo cual condiciona una sospecha razonable no demostrada de que fracasos renales subclínicos se hacen patentes ante una pérdida hemática súbita en individuos añosos. Los hemoderivados y la administración de factores de coagulación no condicionaron la base del tratamiento tras los taponamientos nasales, y ligaduras o caustias endoscópicas y embolizaciones arteriales no rentaron el beneficio esperado. La optimización en el tratamiento se obtuvo en función de un rápido contacto con la unidad de diálisis, ya que en ausencia de la eficacia habitual del taponamiento y maniobras invasivas el aspecto fisiopatológico del mecanismo de actuación del anticoagulante cobró un papel fundamental en la reversión de la epistaxis, actitud que probablemente evitó desenlaces fatales. Conflicto de intereses 353 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. 18. Bibliografía 19. 1. Camm AJ, Kirchhof P, Lip GY, Schotten U, Savelieva I, Ernst S, et al. Guidelines for the management of atrial fibrillation. The Task Force for the Management of Atrial Fibrillation of the European Society of Cardiology (ESC). Eur Heart J. 2010;31:2369---429. Cea Calvo L, Redón J, Lozano JV, Fernández Pérez C, Martí Canales JC, Llisteri JL, et al. Prevalencia de fibrilación auricular en la población española de 60 o más años de edad. Estudio PREV-ICTUS. 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