Comunicado de Prensa Investigación de J-PAL revela que viviendas de emergencia de TECHO impactan de manera positiva los asentamientos El pasado 3 de junio, TECHO junto al centro de estudios “Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (J-PAL) presentó los resultados del primer estudio “Mejoramiento de la infraestructura habitacional en los asentamientos de Latinoamérica”, que buscaba medir los efectos del programa de construcción de viviendas de emergencia de TECHO en Uruguay, México y El Salvador (2007-2012). La investigación fue presentada por Sebastián Galliani, profesor de la Universidad de Maryland y afiliado de J-PAL, y Ryan Cooper, director ejecutivo de J-PAL. Además, el capellán de TECHO, Cristián del Campo y el Director Social de TECHO para Latinoamérica, Agustín Wolff, también presenciaron el evento junto a la Subsecretaria de Evaluación Social, representada por Soledad Arellana. Si bien TECHO realiza otros programas de desarrollo comunitario en los asentamientos que trabaja, la evaluación de J-PAL se enfocó en los programas de construcción de viviendas de emergencia. El Salvador fue el país que pasó por más cambios desde la investigación, pues modificó el material de la vivienda de emergencia en relación a la que se construyó durante la medición de resultados. La vivienda antes se construía con zinc y actualmente se hace con madera. El estudio reflejó que la construcción de vivienda en sí misma no tiene un impacto sobre los indicadores de salud y empleo en las familias. Esto se debe a que estos indicadores son afectados por diversos componentes, dependiendo de la ubicación de la comunidad, características inherentes a las familias y la situación de los servicios básicos. “Sin duda es un gran logro para TECHO, pero aún más para las familias de las comunidades, pues la presentación de resultados nos dota de más responsabilidades: Validar con más fuerza la construcción de viviendas de emergencia y seguir innovando en el desarrollo de nuestros programas para lograr impactar en de manera multidimensional en el bienestar de las familias”, opinó Stephanie Martínez, Directora de Habilitación Social para TECHO El Salvador . Frente a estos resultados preliminares, TECHO está consciente de que la vivienda de emergencia es una solución transitoria, ya que el trabajo se concentra en el empoderamiento y autogestión de las comunidades. Los resultados de este estudio sobre el impacto de la vivienda de emergencia en índices de salud y empleo en las familias, sustentan el propósito de las iniciativas de desarrollo comunitario que TECHO El Salvador ha implementado desde el 2007 en comunidades específicas. Al respecto, José Fernández, el gerente general de TECHO El Salvador opina: “Buscamos que a través de un Programa de Capacitación en Oficios y Micro emprendimientos las personas puedan tener las herramientas productivas que necesiten, que a través de un Programa Agrícola Orgánico puedan mejorar la nutrición de sus núcleos familiares y, eventualmente, comercializar los excedentes de su producción; que a través de un Plan de Educación los niños que asisten hasta sexto grado puedan reforzar sus conocimientos en matemáticas y lectoescritura; y que con los Proyectos de Infraestructura Comunitaria decenas de familias puedan mejorar su acceso a servicios básicos y las zonas comunes de su comunidad.” Por medio de los programas de Habilitación Social, que hasta la fecha contabiliza 22 comunidades involucradas, en 19 municipios de 8 departamentos del país, TECHO El Salvador se ha enfocado en aspectos que impulsen la superación de la pobreza. Datos adicionales sobre la investigación: Para la muestra del estudio se realizó con la participación de 896 Familias en México, 698 de El Salvador y 779 de Uruguay. El período de la investigación se prolongó entre 18 y 27 meses por país. Estuvo regido por dos períodos de encuestas y otras pruebas en dos grupos estadísticamente similares: un grupo de control y grupo seleccionado aleatoriamente. Con la ayuda de este método, se verificó el impacto en: Materialidad de la vivienda, satisfacción con la calidad de vida y percepción de seguridad, así como salud, acceso a bienes e ingresos. Cabe destacar que los resultados apuntan hacia la mejora en la calidad de sus viviendas, en su percepción de su seguridad y de la familia de los encuestados. En el caso concreto de El Salvador, la diferencia en la satisfacción de la calidad de los pisos fue un incremento de 38.9 puntos porcentuales un 239,1% con respecto de su grupo de comparación. Por otra parte, el impacto más relevante se observó en la percepción que los encuestados de sí mismos y sus familias con una vivienda previamente construida. La satisfacción con la calidad de vida de este grupo tuvo una variación positiva en 21,1 puntos porcentuales en El Salvador, un 41,7% más que quienes no participaron del programa en su fase inicial. En El Salvador además se suma un aumento en la percepción de seguridad. Al preguntar si las familias se sienten más seguras dejando la casa sola, la percepción aumentó en 15.9 puntos porcentuales, lo que se traduce en un aumento de un 26,5%, en relación al grupo de control. Al finalizar la presentación de resultados, TECHO y J-PAL se propusieron trabajar en conjunto para contribuir a la superación de la pobreza en la región. Bajo este argumento ambas partes firmaron un convenio como compromiso con la identificación de innovaciones sociales, y para unir esfuerzos en el diseño, implementación y evaluación. Esta acción pretende canalizar los aspectos que funcionan y los que no, en la solución de problemas de la pobreza en asentamientos precarios. En 16 años, TECHO ha construido más de 94 mil viviendas de emergencia en 19 países de Latinoamérica junto a pobladores y voluntarios de los asentamientos. Resumen de resultados más destacados: La calidad de las viviendas mejoró significativamente. La construcción llevó a mejorías en varios aspectos estructurales de las casas, como en la calidad de las paredes, techos y pisos. La construcción mejoró la satisfacción de las personas con respecto a su calidad de vida. Las personas que participaron en el programa de vivienda de TECHO, la satisfacción con la calidad de vida incrementó por 15.1 puntos porcentuales en relación al grupo que no participó. En El Salvador, las personas que participaron en la construcción de vivienda se sentían 17.8 puntos porcentuales más seguras en sus casas, 15.9 puntos porcentuales más seguras dejando su casa sola y 14.4 puntos porcentuales más seguras dejando a sus hijos solos en la casa que el grupo de personas que no fue parte de la construcción.