Medicina Interna Gastroenterología Medicina Interna – Gastroenterología SÍNDROME DE GILBERT Hiperbilirrubinemia no conjugada diagnosticada usualmente en edad adolescente. Este estudio es un vistazo a las generalidades, diagnóstico y valoraciones clínicas que determinan la condición descrita por primera vez por el Dr. Gastroenterólogo Augustin Nicolas Gilbert et al., en 1901. Fecha entrega: 02/12/2014. Fecha de Revisión: 20/12/2014. Autor1: Andrés Felipe Muñoz Esquivel. (Documento reescrito, tomado de portal médico Intramed [CPE]) 1 Estudiante de 4to año. Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Hispanoamericana. San José, Costa Rica. Asistente Editorial de la Revista Científica Médica OMNIA. Coordinador Regional del Comité Científico CPEDEC de FELSOCEM-Zona D. Secretario de la Gestión 2014 – 2015 de la Asociación de Estudiantes de Medicina de la Universidad Hispanoamericana de Costa Rica (ASEMED UH/CR). Correo electrónico: andresmunoz@hotmail.es DEFINICIÓN El síndrome de Gilbert es una forma leve de hiperbilirrubinemia no conjugada, descrita como la más frecuente. Se produce por una disminución en la capacidad de metabolizar la bilirrubina indirecta con el ácido glucorónico para formar bilirrubina "conjugada" o directa en el hígado. Para que esta, sea hidrosoluble y permita ser excretada por la bilis. EPIDEMIOLOGÍA Aunque suelen ser casos aislados, se ha observado agregación familiar. Suele diagnosticarse en las edades comprendidas entre los 15 y los 30 años. Se estima que entre el 3 y el 10% de la población general presenta el síndrome de Gilbert (Radu P, 2001). Se afectan en mayor medida los varones que las mujeres (12,4% y 4,8% respectivamente). Además, los niveles séricos de bilirrubina no conjugada son significativamente superiores en hombres (Sieg A, 1987). Esto se explica por una mayor cantidad de bilirrubina sérica por kilogramo de peso en el varón así como por la inhibición de la glucuronosiltransferasa provocada por los andrógenos. La esperanza de vida de los pacientes con síndrome de Gilbert es igual al del resto de la población. Algunos estudios sugieren que niveles leves de hiperbilirrubinemia como los del síndrome de Gilbert pueden ser beneficiosos por el efecto antioxidante de la bilirrubina. La incidencia de enfermedad cardiaca ateroesclerótica (de Morais SM, 1992), cáncer colorrectal (Carulli N, 1976) y mortalidad general por cáncer (Ullrich D, 1987) tienen una relación inversa con los niveles de bilirrubina. DIAGNÓSTICO Manifestaciones clínicas El primer signo es una ictericia leve y asintomática en adolescentes. Otros síntomas como dolor abdominal leve, intolerancia a las grasas y fatiga también han sido descritos (Preisig D, 1982). Estos síntomas son independientes del nivel sérico de bilirrubina (Powell LW, 1967). El criterio diagnóstico principal son niveles elevados de bilirrubina sérica, predominantemente indirecta o no conjugada, con niveles de bilirrubina conjugada normales y pruebas de función hepática también normales, hemograma con frotis de sangre periférica y recuento de reticulocitos sin alteraciones, y sin evidencia de obstrucción de las vías biliares en pruebas de imagen ni alteraciones en la histología hepática. Si se acompaña de ictericia presentan unos niveles de bilirrubina de 2.0 a 2.5 mg/dl o dos veces el límite superior de la normalidad (Olsson R, 1988). Algunas circunstancias pueden elevar transitoriamente los niveles séricos de bilirrubina, generalmente a niveles inferiores a 6 mg/dl: a. Hemólisis. b. Ayuno; con una ingesta de una dieta de 400 kcal/día o una dieta normocalórica sin grasas; elevan por tres los niveles séricos en las 48 horas posteriores, y se normalizan tras 24 horas de dieta normal. Es la principal prueba diagnóstica. c. Fiebre, ejercicio físico o estrés. d. Tres horas posteriores a la administración intravenosa de ácido nicotínico (Fromke VL, 1972). e. Menstruación (Cobelli C, 1981). Estudios de laboratorio El diagnóstico es definitivo en los pacientes que siguen presentando estudios de laboratorio normales a excepción de niveles elevados de bilirrubina en los siguientes 12 a 18 meses. El diagnóstico se podría corroborar con un aumento de los niveles de bilirrubina tras una dieta de 400 kcal/día o baja en grasas, por la administración intravenosa de ácido nicotínico o mediante la toma de 600 mgr de rifampicina, aunque estas pruebas de provocación no están indicadas en la práctica clínica habitual (Felsher BJ, 1979). Si se considera como positivo una disminución del 50% del nivel de bilirrubina, el test del ayuno es positivo en el 90% de los casos y el de la rifampicina (midiendo los valores antes y 2 horas después de la toma) es positivo en más del 95% de casos (Erdil A, 2001). DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL a. Hiperbilirrubinemias no conjugadas hereditarias son el síndrome de Crigler-Najjra tipo I y II, con defecto genético estructural de la enzima UGT, que presentan hiperbilirrubinemias más severas y Kernicterus. b. Hiperbilirrubinemias no conjugadas adquiridas como el síndrome de LuceyDriscoll, síndrome en el cual el lactante presenta ictericia secundaria a un inhibidor de la enzima UGT que se absorbe de la madre a través de la lactancia. c. Hiperbilirrubinemias conjugadas como los Síndromes de Rotor y Dubin-Johnson. TRATAMIENTO El síndrome de Gilbert es una patología totalmente benigna y clínicamente irrelevante que no requiere ningún tratamiento ni seguimiento alguno. Su importancia radica en la necesidad de reconocerla y no confundir la leve hiperbilirrubinemia como un signo de enfermedad hepática crónica o progresiva (Schmid R, 1995), y recordar el cuidado especial que debe tenerse con la administración de algunos fármacos. Los fármacos que necesitan metabolización hepática vía glucoronización (acetominofeno, tolbutamida, irinotecan,…) pueden provocar en estos pacientes mayor toxicidad por acumulación. Otros fármacos por su metabolización hepática pueden producir una hiperbilirrubinemia aislada sin alteración de otras enzimas hepáticas, como el tratamiento de la hepatitis C con interferon y ribavirina. En estos casos no es necesario interrumpir el tratamiento (Deterding K, 2009). Los niveles de bilirrubina no conjugada se reducen tras la administración de corticoides, que aumentan la absorción hepático de bilirrubina (Ohkubo H, 1981), e inductores del metabolismo hepático como el fenobarbital o el clofibrato (Kutz K, 1984), que normalizan los niveles plasmáticos de bilirrubina entre una a tres semanas. REFERENCIAS BIBLOGRÁFICAS Bosma PJ, Chowdhury JR, Bakker C, Gantla S, de Boer A, Oostra BA, et al. The genetic basis of the reduced expression of bilirubin UDP-glucuronosyltransferase 1 in Gilbert's syndrome. N Engl J Med. 1995;333(18):1171-5. PubMed PMID: 7565971 Carulli N, Ponz de Leon M, Mauro E, Manenti F, Ferrari A. Alteration of drug metabolism in Gilbert's syndrome. Gut. 1976;17(8):581-7. PubMed PMID: 976795.