Patenta UNAM tratamiento con yodo molecular

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Patenta UNAM tratamiento con yodo molecular
contra el cáncer
Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. 31 de agosto de 2016
(Agencia Informativa Conacyt).-Investigadores de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, a través del
Laboratorio de Metabolismo Energético del Instituto de Neurobiología,
mediante protocolos de investigación analizan las propiedades
antioxidantes del yodo molecular o diyodo (I2) para la prevención y
tratamiento del cáncer de mama y patologías prostáticas.
La responsable a cargo del protocolo de investigación, Carmen Yolanda
Aceves Velasco, aseguró que el Instituto de Neurobiología de la UNAM
tiene diez años trabajando en el análisis de los efectos antiproliferativos
del yodo en este tipo de padecimientos.
“Lo primero que se empezó a trabajar fue cáncer de mama, donde lo
inducimos en ratas para después aplicar compuestos yodados; los
dábamos en diferentes formas, al iniciar el tumor, o bien ya que el
tumor estaba formado, y lo redujimos. Con esto descubrimos que el
yodo detenía de manera importante el crecimiento tumoral y si lo
dábamos junto con los quimioterapéuticos, este potenciaba el efecto
hasta la desaparición de los tumores”, indicó.
Aceves Velasco puntualizó que el yodo fue proporcionado en gotas en
agua de beber de los animales, mientras que las quimioterapias se
aplicaron en periodos, con lo que se demostró la efectividad del
compuesto sin efectos secundarios.
“Encontramos que evitaba el ‘rebote’ cuando dábamos dosis pequeñas
de doxorrubicina, que es uno de los quimioterapéuticos, se potenciaba el
efecto, con esto pudimos bajar hasta cuatro veces la dosis sin que
perdiera el efecto quimioterapéutico que, en muchas ocasiones, se
asocia con efectos secundarios, generalmente en cardiopatías o
nefropatías”, aseguró.
La investigadora de la UNAM agregó que en la investigación realizada se
destacó que el yodo molecular es un antioxidante que neutraliza
radicales libres, lo que genera el efecto antiproliferativo que coadyuva
en los procedimientos de quimioterapia en seres humanos.
“Empezamos a trabajar con células humanas y encontramos los mismos
resultados, por lo que fuimos al sector salud de Querétaro e hicimos un
protocolo clínico con mujeres que tenían cáncer mamario; trabajamos
con ellas, tanto en las mujeres que tenían cáncer temprano como en
pacientes con cáncer avanzado. Invitamos a las mujeres a que lo
tomaran y fuimos encontrando en los modelos preclínicos que se detenía
el tamaño del tumor y cuando se daba junto con la quimioterapia se
hacían más chicos”, puntualizó.
Tratamiento de patologías prostáticas
Como resultado de nuevas líneas de investigación en el Laboratorio de
Metabolismo Energético del Instituto de Neurobiología de la UNAM, se
encontró que el yodo molecular cuenta también con propiedades para la
prevención y tratamiento de patologías de la próstata.
Al respecto, la investigadora de la UNAM a cargo de la investigación, Rocío Brenda Anguiano Serrano, informó que, tomando en cuenta
algunos antecedentes generados en este laboratorio, se realizaron
análisis con modelos animales para estudiar las propiedades de este
elemento en trastornos benignos de la glándula prostática.
“El objetivo era analizar los efectos del yodo molecular en patologías de
próstata benignas como sería la hiperplasia prostática benigna, que en
los varones es un problema de salud pública, porque a partir de los 40 o
50 años, los pacientes que tienen esta enfermedad empiezan a tener
problemas urinarios porque, por lo general, se acompaña de un
crecimiento de la glándula que obstruye la uretra y acarrea problemas
para orinar”, advirtió.
Anguiano Serrano señaló que tras estos estudios se determinó que el
yodo, a través de sus propiedades, reduce el estrés oxidativo, lo que,
dijo, explica los efectos antihiperplásicos o antiproliferativos, por lo que
se comenzó a hacer estudios en pacientes humanos.
“Esto se hizo en colaboración con el Hospital General de Querétaro en
pacientes que llegaban a la consulta de urología por primera vez, que no
tenían un estado de enfermedad muy avanzado pero a quienes
invitamos a participar en el protocolo de investigación, que consistía en
administrar un cierto porcentaje de yodo, esto era un estudio ciego que
también fue aprobado por los comités de ética, tanto del hospital como
de nuestro instituto, que se aplicó de seis a ocho meses”, explicó.
Como resultado del protocolo de investigación, de acuerdo con la
especialista de la UNAM, se encontró una mejoría en los síntomas de los
pacientes participantes tras una valoración clínica, además de que no se
observó un aumento de sus niveles de antígeno prostático —una
proteína útil en la detección oportuna de cáncer de próstata.
“Encontramos además una reducción en el tamaño de la próstata a
través de ultrasonidos; a los pacientes se les hizo una prueba funcional
llamada uroflujometría, que es evaluar la capacidad que tiene el
paciente para orinar, y veíamos una mejoría en el transcurso de ese
periodo. A partir de ahí ampliamos nuestro estudio y empezamos a
trabajar con pacientes que ya tenían un estado de la enfermedad un
poco más avanzado y que ya venían con medicamento (tamsulosina),
que es un antiadrenérgico que relaja la musculatura de la vejiga,
próstata y uretra”, detalló.
Rocío Brenda Anguiano Serrano aclaró que este estudio clínico, que se
está aplicando en padecimientos no cancerosos, implica investigación de
otros padecimientos que provocan inflamación de la próstata
(prostatitis), como pueden ser bacterias o microbios, no forzosamente
asociados a factores como la alimentación o estilo de vida.
“Estamos estudiando el papel que pudiera tener el yodo en la respuesta
inflamatoria en estos modelos de patología. Hemos trabajado más bien
con pacientes con hiperplasia prostática benigna; empezamos a trabajar
algunos pacientes con cáncer pero todavía no hemos establecido un
protocolo formal con el sector salud”, explicó.
Patente universitaria
La investigadora del Laboratorio de Metabolismo Energético del Instituto
de Neurobiología, Carmen Yolanda Aceves Velasco, anunció que, como
resultado de estos estudios, la UNAM obtuvo la patente
MX/a/2010/004437 “Composición de yodo molecular de uso humano
para la prevención y tratamiento de patologías prostáticas” ante el
Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), que tiene el
objetivo de desarrollar un producto comercial que apoye los
tratamientos de estas enfermedades.
“Ahora lo que nos interesa es no solo quedarnos con la patente sino
tratar de comercializarla, de generar un producto para el tratamiento de
la hiperplasia prostática que sea de la UNAM, para poder distribuirlo al
sector salud y no directamente a las farmacéuticas. Nuestra meta en
términos de la próstata sería tratar de empezar un protocolo para
estudiar a pacientes con cáncer en las etapas más tempranas y tener
una población de pacientes lo suficientemente grande”, aseguró.
Aceves Velasco abundó que, ante el aumento de casos de cáncer en
México y a nivel mundial, es necesario abrir nuevas líneas de investigación enfocadas en la prevención y combate de esta enfermedad.
“Estamos convencidos de que vamos a tener que vivir con cáncer
porque en todas las sociedades se están generando factores que lo
detonan, como los malos hábitos alimenticios, la obesidad, el sedentarismo, la contaminación en los alimentos y otros factores, como por
ejemplo, en el caso de mama, que las mujeres ya no se embarazan o lo
hacen después de los 30 años, todos ellos son factores de riesgo.
Estamos hablando de poblaciones adultas e incluso adultos jóvenes,
pues ya se empieza a presentar desde los 40 años. Como problema de
salud pública es importante atenderlo”, finalizó.
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