Ávila dos de agosto de dos mil catorce La gracia del Espíritu Santo sea con vuestras reverencias hermanas de tercera etapa de formación, venidas de las Provincias del Sagrado Corazón y Virgen de la Esperanza. A todas les deseo la salud espiritual y corporal que necesitan para servir con ánimo a su Majestad Harto aturdida me encuentro al dirigirles estos mis saludos y enhorabuenas. Es mucha la alegría que siento al verlas tan contentas y felices, todas reunidas para gozar de unos días de reflexión y estudio. Loado sea Dios por ello. Sé que durante el año las organizadoras del evento Soledad Fernández y Mª Rosa han ido enviando cartas con el lema, tema, objetivos y otros muchos detalles. Sé de buena tinta que enardecían el ánimo… ¿Quién no se sentía motivada interiormente ante este programa de actividades y ponentes y no se apuntaba al curso? Estos días, paseándome entre las almenas de la murallas de esta gran ciudad, dígase Ávila, pude ver un ir y devenir de carros y carruajes etc., dirigirse todos a un mismo lugar, fuera de la ciudad, a “La casa de Espiritualidad de Santa Teresa” , para mí familiarmente, el Noviciado. Allí llegaban mis hijas desde sus pequeños o grandes palomarcillos de Castilla, Asturias, Andalucía, Gran Canarias y Madrid…. Todas con sus fardos y atuendos, y con un mismo ideal: participar en el encuentro de todos los años, que les enriquece y es oportunidad para convivir, disfrutar juntas y animarse a vivir con más gozo el seguimiento de Jesús. A la llegada todos son besos, abrazos, saludos conocimientos, reconocimientos. ¡Qué alegría qué alborozos!. No pude por menos de loar y alabar a nuestro Señor, por tanta realidad de amor y fraternidad. Invito a vuestras reverencias alaben conmigo al Señor por ello. Llegó el primer contacto serio en el comedor, hay normas y explicaciones que deben ser escuchadas para favorecer el orden. No olviden que el orden conduce a Dios. La primera en tomar la palabra es Sor Carmen Alonso, en breves palabras explica cómo funciona “el Catrering” (creo se llama así): todas pueden servirse lo que desean, pero con moderación… Toma la palabra la Nueva Priora de la casa. Soledad, explica con precisión y brevedad el horario y lugar de reuniones. Y así con gran paz y ánimo fuimos retirándonos cada una a nuestras celdas bien arregladas y equipadas. Llegó la mañana, un día alegre y soleado, ¡Qué sorpresa me encontré! Supe que la hermana Gemma Bel era la encargada de dirigir el día dedicado al estudio de mi gran amigo e hijo amado Enrique de Ossó. Con qué enardecimiento habla de su paisano. Cómo disfruté oyendo hablar de él con el lema: Mantener viva la fuerza de un sueño. Tras un rato de oración dirigida por Gemma sonaron las palabras del Padre. ¡Cómo me entusiasmé! ¡Glorificat con vuestras obras a vuestro Padre!. Ya hubiese querido yo hacer en mi vida todo lo que él hizo en los años 70 y 80, al final la cruz cayó sobre él sin ver resuelto su gran misterio. ¡Ay mis hijas por distintos caminos lleva Dios a las almas!. Me llegaron noticias muy abundantes de todo lo que vuestras reverencias habían aprendido o recordado. ¡Cuánto cariño demuestran tener a su Fundador! Vivan, vivan sus sueños, estamos en tiempos recios como los que él vivió. De nuevo un nuevo día les regala la Providencia. Esta vez las vi recorrer en BUS los lugares de la ciudad que yo crucé tantas veces: La Santa, La Encarnación, San José ... En todos ellos dejé mi impronta y mi huella que deseo ardientemente vuestras reverencias puedan recoger. Todo les encendió el ánimo para amar y servir a su Majestad como es mi deseo. No puedo pasar por alto el suculento almuerzo que en un restaurante bello “LIENZOnorte ( creo se llama), ustedes degustaron. La Verdad en mis tiempos eso sólo se lo permitían los nobles y alta alcurnia. No puedo dejar de recordar a las cuatro personas que con gran sencillez y elegancia, presentaron sus vidas y vivencias que a ustedes dejaron entusiasmadas. Dense mis hijas a realzar obras en servicio de los demás y a estar dispuestas a ser “segundonas”, como alguien les dijo. Por último y aunque lo diga a la postre llegó su Coordinadora General, que harto satisfecha me tiene, no sólo por sus cualidades para exponer, escuchar, dialogar y comprender a sus hijas, sino de manera muy especial por el don de saber encender el alma y meter fuego en el corazón. Alaben mucho al Señor por sus cualidades y hagan oraciones para que no decaiga su bondad. Muchos papeles les ha ido entregando, pues las quiere doctas en palabras y santas en el corazón y bien formadas. Pero mis hijas no tengan pena, de momento no hay que realizar ninguna encuesta, ni trabajos previos para volver a analizar y evaluar hasta conseguir un nuevo proceso para unificar las Provincias de Europa. Nos ha animado a hacer grandes obras en servicio de nuestro Señor y del prójimo. Termino presto pues el correo está esperando y la hora es más avanzada de lo que recomiendan los médicos. Me encomiendo a sus oraciones. Teresa de Jesús