Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- Volumen 17 número 10 - Bogotá, D.C. - 31 de mayo de 2012 1 Contenido Accidentes ofídicos por Micrurus, Colombia, 2011, una mirada desde la salud pública .............................................................................. 113 Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- Beatriz Londoño Soto Ministra de Salud y Protección Social Martha Lucia Ospina Martínez Directora de Epidemiología y Demografía Ministerio de Salud y Protección Social Juan Gonzalo López Casas Director General, Instituto Nacional de Salud Danik de los Ángeles Valera Antequera Subdirectora de Vigilancia y Control e n Salud Pública Comité Editorial Oscar Eduardo Pacheco García Pilar DanikZambrano de los Ángeles Valera Antequera Sara García Andrea Patricia Villalobos Rodríguez Maritza González Ivonne Natalia Solarte Agredo Jacqueline Espinosa Martínez Vilma Fabiola Izquierdo Liliana Castillo Rodríguez Natalia Muñoz Guerrero Pablo Enrrique Chaparro Narváez Edición y corrección de estilo Máncel Martínez Ramos Diagramación Claudia P. Clavijo A. Subdirección de Vigilancia y Control en Salud Pública Instituto Nacional de Salud Instituto Nacional de SaludInstituto Nacional de Salud Avenida calle 26 No. 51-20 Bogotá, D.C., Colombia El Informe Quincenal Epidemiológico Nacional, IQEN, es una publicación quincenal de la Dirección de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud y Protección Social y de la Subdirección de Vigilancia y Control en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud. Los datos y análisis pueden estar sujetos a cambio. Las contribuciones enviadas por los autores, son de exclusiva responsabilidad de los mismos y todas deberán ceñirse a las normas y principios éticos nacionales e internacionales. El comité editorial del IQEN agradece el envío de sus contribuciones a la Subdirección de Vigilancia y Control en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud, mayor información en el teléfono 2207700, extensiones 1382, 1486. Cualquier información contenida en el IQEN es de dominio público y puede ser citada o reproducida mencionando la fuente. Cita sugerida: Brote de enfermedad transmitida por alimentos en una institución educativa de la localidad de Kennedy, Bogotá, 2012. Inf Quinc Epidem Nac 2012; 17(9): 102-112. 113 Accidentes ofídicos por Micrurus, Colombia, 2011, una mirada desde la salud pública Carlos Eduardo Rincón T., Médico Cirujano. MG. Salud Pública El accidente ofídico u ofidismo es el cuadro clínico desencadenado por la mordedura de serpientes ya sean venenosas o no, con inoculación de veneno o sin ella. Este cuadro tiene otros sinónimos como ofidiotoxicosis, ofitoxemia o simplemente mordedura de serpiente [1]. El envenenamiento ofídico es causado por la mordedura de serpientes que poseen e inoculan sustancias tóxicas que lesionan los tejidos y provocan alteraciones fisiopatológicas [2]. En Colombia se ha incrementado la vigilancia en forma sistemática desde la Subdirección de Vigilancia y Control en Salud Pública del INS, por medio del SIVIGILA, ya que constituye un tema de gran importancia para la salud pública nacional. 114 Su impacto actual puede estar subestimado si se tiene en cuenta, que una gran parte de las víctimas buscan tratamientos tradicionales, sin haberse notificado el accidente [3]. La importancia ecológica de las serpientes radica en que al ser carnívoras, ayudan a controlar poblaciones de plagas como ratones y algunos insectos, que se reproducen a gran velocidad, prestando así un servicio a la agricultura. Otro aspecto importante es la elaboración de suero antiofídico para tratar las mordeduras accidentales [4]. Las especies de serpientes de importancia médica en Colombia están agrupadas en dos familias: Viperidae, del grupo de solenoglifas (colmillos retráctiles), que se caracterizan por tener un par de fosetas termorreceptoras, las cuales sirven para detectar a su presa (foseta loreal), a cada lado de la región supralabial, entre los orificios nasales y los ojos; y la familia Elapidae (proteroglifas), que no tienen colmillos retráctiles ni foceta termorreceptora [2]. Las serpientes coral (coral rabo de ají, cabeza de chocho, rabo de candela) son un grupo de serpientes venenosas de la familia Elapidae, propias de zonas tropicales. Se distinguen dos grupos de serpientes de coral: las del Viejo Mundo que tiene 16 especies agrupadas en dos géneros (Calliophis y Sinomicrurus), y las serpientes de coral del Nuevo Mundo que se conforman de más de 65 especies reconocidas, agrupadas en tres géneros (Leptomicrurus, Micruroides y Micrurus). Estas no poseen la foseta termorreceptora, se distinguen y caracterizan fácilmente por poseer hermosos y vistosos colores en sus anillos completos en el cuerpo, entre los que predominan amarillo, rojo y negro [10], se dice que cuando entre dos anillos rojos hay un número impar de anillos negros, el ejemplar es venenoso [10]. Los colmillos inoculadores pequeños están fijos en la parte anterior del maxilar. Cabe mencionar que existen otros grupos de serpientes parecidas llamadas falsas corales, que no son venenosas y sus colores son rojo, blanco y negro [2] pero sus anillos no son completos derredor de su cuerpo lo que marca la diferencia con las venenosas [10]. Su tamaño rara vez Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- sobrepasa los 60 a 70 cms. Las corales son de hábitos subterráneos, notoriamente mansas y sus mordeduras son poco frecuentes [10]. En total son 29 especies del género Micrurus que están ampliamente distribuidas en el país hasta los 2000 metros de altura sobre el nivel del mar [2]. Se alimentan de otras serpientes pudiendo presentar canibalismo. Este tipo de serpiente habita en todos los climas especialmente en zonas caficultoras [5]. Se encuentra en toda la región andina, principalmente en la Cordillera Central ya que habita bosques, ecosistemas alterados por el hombre, áreas cultivadas y aun en viviendas humanas [6]. Existe una variación significativa estacional en la incidencia de mordedura de serpiente que se puede atribuir al cambio climático, especialmente a la lluvia y la temperatura, que determinan los ciclos anuales de la actividad agrícola [9]. Las mordeduras por serpientes corales son poco frecuentes ya que en general son menos agresivas, con mecanismos menos efectivos para la inoculación de veneno; y usualmente el individuo es mordido por manipular la serpiente en forma imprudente [2]. Las mordeduras ocurren con más frecuencia en manos o pies y suelen quedarse adheridas en el sitio donde muerden, debido a su limitada apertura oral [5]. Se pueden distinguir dos tipos de envenenamiento: uno por el veneno hematotóxico y otro por el veneno neurotóxico [7]. La manifestación clínica de la mordedura de serpientes coral es netamente de tipo neurotóxico y prácticamente no hay manifestaciones locales luego de su mordedura [7] [10]. Su veneno es un líquido de reacción ácida con un pH entre 6,5 y 6,8; es viscoso, y amarillento. Su composición se constituye de una mezcla de diferentes compuestos sólidos (del 16 % al 52 %), de los cuales del 70 % al 90 % son polipéptidos y proteínas y, del 10 % al 30 %, son compuestos y elementos de bajo peso molecular [7][8]. Luego de la mordedura, en caso de envenenamiento, el dolor es leve o ausente y es seguido de parestesias y anestesias regionales [10]. El envenenamiento neurotóxico de las corales está determinado por el tipo de proteínas enzimáticas presentes en el veneno. La gravedad estará además determinada por la edad y el tamaño de la víctima; el tiempo transcurrido desde la mordedura hasta la atención; la localización, profundidad y número de mordeduras; el tamaño de la serpiente; la cantidad de veneno inoculado y la sensibilidad del individuo al veneno. Se debe tener en cuenta que una mordedura de serpiente, por muy venenosa que sea, no implica forzosamente envenenamiento [7]. El efecto neurotóxico del veneno ocasiona en el accidentado un cuadro exclusivamente neurológico, a nivel sistémico y como signo clásico se presenta en forma precoz una 115 parálisis de los músculos oculomotores con ptosis palpebral y oftalmoplejía lo cual produce las características de las fascies neurotóxicas [10]. El cuadro ocasionado consiste en visión borrosa, ptosis palpebral, sialorrea, disfagia y dificultad para la marcha. En los casos moderados y graves, el paciente puede presentar un compromiso de los músculos de las extremidades que le puede dificultar el mantenerse de pie y de los músculos respiratorios faríngeos, laríngeos y cervicales que lo llevan a presentar disnea progresiva, parálisis bulbar y muerte, en el peor de los casos con paro respiratorio [7] [10]. La dosis letal se ha calculado en 10 a 22 mg. La neutralización se hace con el antiveneno específico para coral que se produce en Brasil, Costa Rica y Colombia [10]. No toda mordedura, por cualquier tipo de serpiente venenosa, produce envenamiento y aún así, el paciente puede manifestar diferentes síntomas con una base puramente emocional. Se calcula que en un 20 % o más de los casos de mordedura por serpientes venenosas no hay evidencia de ofidiotoxicosis [10]. El diagnóstico se fundamenta en la historia, los hallazgos en el examen de la víctima y la observación cuidadosa, complementada con los exámenes paraclínicos [10]. 116 En el 2011, hasta la semana epidemiológica 52, se notificaron al Sivigila 4491 casos de accidente ofídico, de los cuales se presentaron 55 casos del género Micrurus (figura 1). Figura 1. Notificación de accidente ofídico acumulado general y por notificación de género Micrurus por semana epidemiológica, Colombia, 2011 Fuente: Sivigila INS 2011 Las serpientes agresoras para el 2011, fueron identificadas en un 73,4 % de los casos, con una captura correspondiente al 44 % (1976). Correspondientes al género Micrurus se capturaron el 38,2 % (21), (tabla 1). Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():Tabla 1. Clasificación de la serpiente agresora según su género, Colombia, a semana epidemiológica 52 de 2011 Agente agresor, identificación género Bothrops 2664 Sin identificar 1193 Otro 373 Crotalus 130 Micrurus 55 Colubrido 37 Lachesis 27 Pelamis (serpiente de mar) 12 Total año 2011 4491 % 59,3 26,6 8,3 2,9 1,2 0,8 0,6 0,3 100 Fuente: Sivigila INS 2011 Desde el punto de vista de la notificación del género Micrurus en Colombia durante el 2011, las entidades territoriales con mayor proporción de casos, por procedencia son Antioquia (16,4 %), Santander (14,5 %), Norte de Santander (7,3 %), Cauca, Huila, Nariño, Risaralda y Valle del Cauca (5,5 % respectivamente). Estos ocho departamentos representan el 65,5 % de la notificación del país (tabla 2). Tabla 2. Casos de accidente ofídico del género Micrurus, por entidad territorial y municipio de procedencia, Colombia, 2011 ENTIDAD TERRITORIAL ANTIOQUIA SANTANDER NORTE DE SANTANDER MUNICIPIO CASOS AMALFI 1 BRICEÑO 1 ENVIGADO 1 GÓMEZ PLATA 1 MEDELLÍN 1 REMEDIOS 1 SAN LUIS 2 SANTA BÁRBARA 1 BUCARAMANGA 1 CEPITÁ 1 EL CARMEN DE CHUCURÍ 1 LEBRIJA 3 PIEDECUESTA 1 SANTA HELENA DEL OPÓN 1 CÚCUTA 1 EL CARMEN 1 EL TARRA 1 TEORAMA 1 TOTAL % 9 16,4 8 14,5 4 7,3 117 CAUCA ARAUCA ATLÁNTICO CORINTO POPAYÁN SUÁREZ NEIVA RIVERA ALBÁN (SAN JOSÉ) SANDONÁ SANTA BÁRBARA (ISCUANDÉ) PEREIRA PUEBLO RICO SANTA ROSA DE CABAL LA CUMBRE ROLDANILLO SEVILLA PAZ DE ARIPORO EL YOPAL BAGADÓ SIPÍ AGUA DE DIOS VILLETA ORITO VILLAGARZÓN TAME SUAN 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 BOLÍVAR SANTA ROSA DEL SUR GUAVIARE SAN JOSÉ DEL GUAVIARE ZAPAYÁN VISTAHERMOSA CALARCÁ LOS PALMITOS PLANADAS PUERTO CARREÑO HUILA NARIÑO RISARALDA VALLE DEL CAUCA CASANARE CHOCÓ CUNDINAMARCA 118 PUTUMAYO MAGDALENA META QUINDIO SUCRE TOLIMA VICHADA TOTAL 1 1 1 2 1 1 1 3 5,5 3 5,5 3 5,5 3 5,5 3 5,5 2 3,6 2 3,6 2 3,6 2 3,6 1 1 1,8 1,8 1 1 1,8 1 1 1 1 1 2 1 1 1 1 1 1 2 1 55 1,8 1,8 1,8 1,8 1,8 3,6 1,8 100 1 1 1 Fuente: Sivigila INS 2011 Los accidentes ofídicos del género Micrurus, hasta la semana epidemiológica 52 de 2011, se presentan con mayor frecuencia en personas de sexo masculino 71 % (39 casos), comparado con el 29 % (16 casos en mujeres), se encuentra una relación de 2,4 hombres por cada mujer. Con relación a la ocurrencia del caso, la mayor proporción se presentó en área rural disperso con el 60 % (33 casos), seguido de la cabecera municipal con el 25,5 % (14 casos) y centro poblado con 14,5 % (ocho casos). Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- La pertenencia étnica se encuentra en una proporción igual para los afrocolombianos y la población indígena, con el 7,3 % (cuatro casos), respectivamente. En cuanto al grupo poblacional el 96,4 % de los casos (53 casos), están clasificados en otros grupos poblacionales, desplazados y gestantes cada uno con el 1,8 % (un caso respectivamente). Desde el punto de vista de la afiliación dentro del Sistema General de Seguridad en Salud, (SGSSS) el 83,6 % de los pacientes están afiliados al SGSSS, el mayor porcentaje en el régimen subsidiado 65,5 % (36 casos), seguido por el contributivo 14,5 % (ocho casos) y especial 3,6 % (dos casos); vale la pena resaltar que se encontraron nueve personas sin afiliación, lo que corresponde al 16,4 % del total de casos. Desde el punto de vista de su afiliación dentro del SGSSS, el manejo con antiveneno hace parte de los Planes de Beneficios, siendo responsabilidad de los Aseguradores la consecución y suministro. El suero antiofídico es un medicamento esencial y está cubierto por el (Plan Obligatorio de Salud) POS [11], el manejo de los accidentes ofídicos corresponde a una urgencia vital, que debe ser prestada en forma obligatoria [12] [13] [14], por tanto, las Empresas Prestadoras de Servicios (EPS) contributivas y subsidiadas deben garantizar el suministro para atender los casos que se presenten a través de cualquier prestador público o privado incluso por fuera de su red. Para la población pobre no asegurada las entidades territoriales (departamentos, distritos o municipios), de acuerdo a su competencia, están en la obligación de proveer el suero. Los antivenenos aún son producidos por el adaptativo sistema inmune de animales (caballos, ovejas, burros, camellos, entre otros) expuestos a dosis subletales de un determinado veneno o de una mezcla de los mismos [3]. En Colombia se encuentran disponibles los antivenenos: Antiofídico polivalente, que neutraliza los venenos de serpientes de los géneros Bothrópico, Crotálico y puede aplicarse en envenenamiento Lachésico usando dosis mayores [10], no tiene utilidad en envenamiento por serpientes del género Micrurus; y el Antiofídico monovalente y Anti-coral. El único antídoto específico para las toxinas presentes en el veneno de serpiente de género Micrurus, es una globulina hiperinmune extraída de un animal que ha sido previamente inmunizado con el veneno del género de serpiente correspondiente (Micrurus). Un tratamiento adecuado para el accidente ofídico es críticamente dependiente de la capacidad del antiveneno para revertir las acciones neurotóxicas inducida por este tipo de envenenamiento sistémico del genero Micrurus [3] [15]. Su principal problema es que las proteínas provenientes del animal inmunizado frecuentemente causan reacciones, las cuales pueden ser severas, y poner en riesgo la vida [16], razón por la cual se requiere que su aplicación se realice en una institución de salud donde se cuente con los elementos básicos de reanimación y estabilización del paciente, como la canalización para el ingreso de medicamentos, el aporte de líquidos (solución salina o DAD), Adrenalina, la cual se puede usar aplicando de 0,3 a 0,5 ml por vía subcutánea cada 15 a 20 minutos hasta controlar los síntomas, oxígeno, equipo de intubación y respiración asistida en casos de insuficiencia respiratoria, hipoxemia severa o retención de CO2, entre otros (venenos neurotóxicos) [9]. Las variaciones individuales, geográficas y ontogenéticas dentro de una especie en la composición del veneno y la inmunogenicidad, pueden afectar la eficacia clínica de los 119 antivenenos, por lo cual, es importante utilizar un conjunto de distintos venenos para la producción de antídotos [3][9]. El uso de antiveneno se relaciona con el conocimiento básico del personal de salud acerca de las claves para la identificación de los géneros de serpientes venenosas y su diferenciación de aquellas que no lo son, el reconocimiento de los signos clínicos de envenenamiento, las características de severidad y aquellas que nos indican la presencia de mordeduras sin inoculación o mordeduras secas. Se debe tener en cuenta que una mordedura de serpiente, por muy venenosa que sea, no implica forzosamente envenenamiento [7] y más aún para el género de serpientes Micrurus, lo que explica el porqué, a algunos de los pacientes clasificados dentro del los accidentes por Micrurus, no requirieron antiveneno, razón asociada, a que las mordeduras por este género de serpientes no son frecuentes ya que en general son poco agresivas, con mecanismos menos efectivos para la inoculación de veneno; y usualmente el individuo es mordido por manipular la serpiente en forma imprudente [2]. La dosis inicial de antiveneno debe ser suficiente para neutralizar el veneno y dependiendo del grado de envenenamiento varía entre dos ampollas en envenenamientos leves, cuatro en moderados, y en casos graves de seis a 10 o más ampollas [9]. Igualmente debe aplicarse de preferencia dentro de las primeras cuatro horas; sin embargo, nunca debe considerarse que es demasiado tarde para la aplicación del antiveneno, aunque hayan transcurrido varios días después del accidente o el paciente se encuentre moribundo; la vía de administración es la IV para aplicar toda la dosis calculada [9]. 120 Entre más pequeño el paciente, mayor debe ser la dosis inicial y los niños tienden a hacer un cuadro clínico muy rápido y exagerado por lo cual requieren mayor dosis que los adultos. Como precauciones importantes debe tenerse en cuenta una historia clara de alergias y la administración previa de suero equino [9]. La atención pronta en Colombia, desde el punto de vista de la salud pública, está limitada por la distribución geográfica de la población, su topografía, zonas montañosas que dificultan los desplazamientos, la falta de vías, la necesidad de transporte a través de grandes ríos, distancias importantes hasta los sitios de atención, problemas de orden público, factores económicos, desconocimiento de los profesionales de la salud en la clasificación de las serpientes y de su manejo, arraigadas costumbres culturales para el manejo no médico de este tipo de accidentes, entre otros. Estas mismas razones dificultan el seguimiento a los casos, así como adelantar la investigación de campo que permita evaluar los factores que pudieron contribuir al desenlace fatal; tener a tiempo la información para realizar la una unidad de análisis y establecer un plan de mejoramiento que permita evitar nuevos casos de muerte en la zona. Razón por la cual se requiere la articulación y cooperación de instituciones de todos los actores del Sistema General de Seguridad Social en Salud y otras instituciones fuera del SGSSS. El Centro Nacional de Enlace del Ministerio de Salud y Protección Social, el Ministerio de Ambiente y las Corporaciones Autónomas Regionales, han comunicado que después de la temporada de lluvias en algunas regiones, se ha recibido por parte de la comunidad información sobre la migración de serpientes a los hogares Colombianos, aumentando el riesgo de presentación de accidentes ofídicos. Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- En concordancia con lo anterior reiteramos la importancia de intensificar las acciones de educación a la comunidad, en aras de evitar la manipulación de los ofidios y ante cualquier incidente consultar de inmediato a los servicios de salud. Ante la presencia de serpientes dentro del hogar se recomienda.alejarse de inmediato de la serpiente, manteniendo una distancia prudente mayor de dos metros, independiente del lugar en que se encuentre el animal o si se encuentra quieta o en movimiento, por ningún motivo trate de capturarla ni de matar la serpiente, el Ministerio de Ambiente, recomienda dar aviso de inmediato a las autoridades ambientales urbanas o rurales (Policía Ecológica y Ambiental, Dirección de Carabineros), presentes en todos los municipios y en la zona rural, así como a las Corporaciones Autónomas Regionales, estas últimas se encargarán de capturar a la serpiente y de regresarla a su hábitat. En las semanas epidemiológicas 19, 20 y 21 del 2012 se aumentó la notificación de accidente ofídico en algunos municipios, requiriendo el incremento de las acciones de vigilancia y la comprobación de la existencia de antiveneno en todos los municipios y más aún donde se ha presentado la mayor cantidad de casos durante las últimas semanas, además de verificar el conocimiento de los profesionales con relación a la administración del tratamiento específico (tabla 3). Tabla 3. Municipios que presentaron tres o más casos de accidente ofídico durante las semanas epidemiológicas 19, 20 y 21, Colombia 2012 Entidad territorial Municipio de procedencia de procedencia Sucre 19 Sincelejo 5 Toluviejo 2 Antioquia San Roque 1 Cáceres 2 Carepa - Caquetá San Vicente del Caguán 1 Guaviare San José del Guaviare 2 Cesar Agustín Codazzi 2 La Jagua de Ibirico 2 Chocó Lloró 2 Casanare Paz de Ariporo 1 Tamara 1 Arauca Arauca 1 Bolívar San Martín de Loba 1 Magdalena Pivijay 2 Meta Acacias 1 Putumayo Puerto Asís Santander BarrancabermejaSanta Marta D.C Santa Marta Valle del Cauca Buenaventura TOTAL 26 2012 20 21 Total general 2 1 3 3 1 3 1 1 10 3 5 3 3 2 3 6 1 2 1 - 4 4 1 1 1 2 - - 1 - 2 3 3 3 3 3 2 - 1 2 2 2 1 26 - 1 1 1 1 1 2 23 3 3 3 3 3 3 3 74 Fuente: Sivigila, INS 121 Finalmente se recuerda a todas las entidades territoriales que las muertes por accidente ofídico se deben notificar de inmediato al nivel nacional, acto seguido, adelantar la investigación de campo que permita evaluar los factores que pudieron contribuir al desenlace fatal, adicionalmente, deben realizar una unidad de análisis y establecer un plan de mejoramiento que permita evitar nuevos casos de muerte en la zona. En 2011 se elaboró un plegable para entregar a la comunidad sobre las medidas de protección para evitar casos de accidente ofídico, el cual recomiendo para su conocimiento y socialización. Este puede ser consultado en la página web www.minsalud.gov.co/ comunicadosPrensa/Accidente%20ofídico. CONFLICTO DE INTERESES El autor no declara ningún conflicto de intereses para la publicación de este artículo. Sus opiniones no necesariamente representan la posición oficial del Instituto Nacional de Salud. Este documento fue elaborado utilizando las bases de datos, organizadas y depuradas por el Grupo de Zoonosis de la Subdirección de Vigilancia y Control en Salud Pública. Bibliografía: 122 1. S. Ayerbe, “Ofidismo en Colombia, Enfoque Diagnóstico y Tratamiento,” Cuidado Intensivo y Trauma, F.R. Ordoñez C., Distribuna, 2009. 2. D.F. Castrillon, J.G. Acosta, E.A. Hernández, and L.M. Alonso, “Envenenamiento ofídico,” Salud Uninorte, vol. 23, 2007, pp. 96-111. 3. J.J. Calvete, L. Sanz, Y. Angulo, B. 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Panamericana. Sao Paulo, 2008, pp. 577-581. 11. CRES. Acuerdo 008. “Por el cual se aclaran y actualizan integralmente los Planes Obligatorios de Salud de los Regímenes Contributivo y Subsidiado”, se incluye la necropsia total y parcial, listado de medicamentos anexo 1, pág. 2, sueros, 2009. 12. Congreso de la República. Ley 100. “Por la cual se crea el sistema de seguridad social integral y se dictan otras disposiciones”. 1993. Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():- Inf Quinc Epidemiol Nac 2012;17():13. Ministerio de la Protección Social. Resolución 412. “Por la cual se establecen las actividades, procedimientos e intervenciones de demanda inducida y obligatorio cumplimiento y se adoptan las normas técnicas y guías de atención para el desarrollo de las acciones de protección específica y detección temprana y la atención de enfermedades de interés en salud pública”. 2000. 14. SDS. Resolución 249. “Por la cual se orienta el cumplimiento y se fija el sistema de coordinación de los Servicios de Urgencias”. Obligatoriedad de la Atención Inicial de Urgencia Art. 4, 1998. 15. D.A. Warrell, “Snake bite,” The Lancet, vol. 375, 2010, pp. 77-88. 16. I. Nuchpraryoon and P. Garner, “Interventions for preventing reactions to snake antivenom (Review),” The Cochrane Library, 2005, pp. 1 - 12. 123