A veces me he sentido culpable por no odiar al asesino

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Domingo 11.11.12
LA VERDAD
R REGIÓN
La terrible vivencia no les ha vuelto más religiosos
de lo que eran, que no debía de ser mucho. Pero
sienten que Adrián sigue con ellos. «Lo sabemos»
>
«¿Vivido?», repite Máximo con una media sonrisa
irónica abriéndose paso en su rostro. «¿Que cómo hemos vivido este
año? Di mejor sobrevivido que vivido. Y con mucha ayuda». Está sentado en un extremo del gran sofá
que domina el coqueto salón de la
vivienda familiar. A su lado, su esposa, Toñi. Ambos ocupando el mismo espacio que llenaban a las once
y media de la noche del 13 de noviembre del año pasado. Uno, pasando el rato con una partida de
póker en el ordenador portátil; ella,
mirando sin ver algún programa chorra en la caja tonta. Oyeron ladrar a
‘Hugo’ en la calle. No un par de veces, como acostumbraba a hacer para
que le abrieran la puerta. Ladraba
sin cesar. Enloquecido. Asustado.
Toñi se levantó, salió al porche y
llamó dos veces. «¡Adrián! ¡Adrián!».
El chico no respondió, al contrario
que cada vez que se quedaba echando un pitillo en el parque que ahora llevará su nombre. La mujer tuvo
un mal pálpito. «Máximo, algo le ha
pasado a Adrián. Igual se ha caído o
le ha dado un mareo», le advirtió.
Salió a la calle, anduvo unos metros y vio oscilar en la noche las anaranjadas luces de una ambulancia. Un
grupo de vecinos comenzaba a congregarse en el lugar, hablando entre
susurros. Entonces oyó la frase: «Le
han pegado un tiro». No necesitó de
nada más para saber que se trataba de
Adrián. Se lo dijo el corazón y el escalofrío que recorrió su espina dorsal.
«Yo sí lo vi», admite Máximo. El
hombre –ropa negra, larga melena
recogida en una especie de moño,
barba poblada, aretes en las orejas...–
comprendió al instante que había
Este martes, a las 20 horas,
se inaugurará la plaza que
llevará el nombre de Adrián
:: R. F.
MURCIA. El jardín del Molinete,
dondeAdrián cayó herido de muerte por un balazo en la cabeza el 13
de noviembre de 2011, llevará su
nombre un año después de la tra-
gedia. Fueron sus amigos quienes
lo propusieron y el Ayuntamiento de Mazarrón ha asumido la iniciativa de buena gana. Este martes, día 13, a partir de las 20 horas,
tendrá lugar un pequeño homena-
je en el que se descubrirá la placa
que da nombre al jardín de Adrián
Adame. Al margen de ello, los padres del chico y un amigo de la familia están organizando otro homenaje, con la fecha todavía por
concretar, que consistirá en un encuentro en el que se proyectarán
vídeos y fotografías del adolescente y en alguna lectura a cargo de
sus amigos. También será el momento elegido para presentar el libro ‘Siempre en nuestro corazón’,
que ha escrito el vecino Francisco García Carbonell y en el que se
incluyen poesías, cartas y fotogra-
«A veces me he sentido culpable
por no odiar al asesino de mi hijo»
La familia Adame
demanda a Instituciones
Penitenciarias por
permitir la fuga de
‘Mauricio’, el sospechoso
:: R. F.
MURCIA. Toñi y Máximo no saben
muy bien qué contestar cuando se
les interroga acerca de sus sentimientos hacia Jorge Agustín Sánchez Romero, alias ‘Mauricio’, el
preso fugado de un centro peniten-
ciario de Cataluña (Quatre Camins)
que está acusado del doble crimen
de Mazarrón. Durante unos segundos, ambos rastrean en su corazón
en busca de una respuesta. Pero no
la encuentran. Toñi sí sabe lo que
no siente: odio. Le extraña no ha-
perdido a su hijo. Lo supo en cuanto lo vio tendido sobre el frío suelo,
con las manos todavía en los bolsillos del vaquero, vertiendo sangre
por la cabeza. Blanquecinos restos
orgánicos habían salpicado la acera.
–«¿Qué es esto?», interrogó, desesperado, a un sanitario.
–«Sangre», respondió aquél, compasivo.
–«La sangre no; esto», insistió.
–«Eso no es nada»
«Nada», rememora Máximo.
«Como yo si fuera idiota». Tenía
tan claro que Adrián no saldría de
ésa que se volvió hacia su mujer y
le dijo: «Nos lo han matado».
Un instante después vieron llegar a la carrera a su hijo mayor, Rubén. Llevaba el rostro desencajado.
Rompió a llorar y se les abrazó. No
hubo necesidad de palabras. Más
tarde contó que estaba en una cafetería con sus amigos cuando el sonido de tres disparos les sorprendió.
En la calle se toparon con el cuerpo
sin vida de Manuel Vicente Águilas, el ciudadano ecuatoriano a quien
la caprichosa muerte había sorprendido cuando descendía de su coche.
Miraban hipnotizados el cadáver
cuando escucharon a alguien decir:
«En el Molinete le han disparado al
‘Maxi chico’». Era así como en Mazarrón mucha gente conocía a
Adrián, el pequeño de Máximo. Rubén salió corriendo. Al encuentro de
un dolor jamás imaginado.
Las ocho menos cinco
Aquella noche Tania se había acostado temprano. Descansó bien y con
el alba se levantó, se vistió y aguardó a que Adrián, como cada maña-
fías donadas por los amigos más íntimos de Adrián. «Queremos que
los beneficios obtenidos con la venta del libro vayan a una ONG», explica Máximo. El principal objetivo, con todo, no es otro que mantener encendida la llama del recuerdo. Algo que no resultará difícil con escritos como los que se incluyen en el libro. «Valiente,
luchador, alegre... Con muchos adjetivos podríamos describir aAdrián
Adame. (...) Personas como él hay
pocas. Te llevaremos siempre en
el corazón y no te olvidaremos. Te
queremos».
Mucho más claros tieneTaberse visto arrastrada por el
nia sus sentimientos hacia
rencor y la rabia, algo que poel presunto asesino de quien
dría ser considerado lo más
fue su mejor amigo. «Solo
natural teniendo en cuenta
siento asco hacia él.Asco», exla manera en que supuestaplica. La mueca de su rostro
mente le arrebató a su hijo
pequeño. «A veces me he Jorge Agustín, certifica que no miente.
‘Mauricio’.
Lo que no entiende la fasentido hasta culpable por
milia Adame es cómo a un
no odiar a ese hombre. No
siento nada hacia él. Claro está, delincuente con el historial de ‘Maucuando lo vea frente a frente, como ricio’, de 42 años, con hasta 26 conposiblemente ocurrirá en el juicio, denas por delitos de robos con viola cosa será muy distinta. En ese mo- lencia e intimidación, lesiones, demento no sé cómo reaccionaré ni sé sórdenes públicos, atentado, quebrantamiento de condena..., se le
si lograré controlarme», admite.
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