República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente: ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ Bogotá, D.C., veinte (20) de mayo de dos mil trece (2013).- Ref. 11001-0203-000-2008-00405-00 Decide la Corte la solicitud de exequátur formulada por la señora FLORALBA MÉNDEZ HURTADO respecto de la sentencia proferida el 27 de mayo de 2003 por el Juzgado Municipal de Múnich, República Federal de Alemania, mediante la cual se decretó el divorcio del matrimonio civil que había contraído la demandante con el señor DIEGO ANTONIO GARCÍA BÁEZ. ANTECEDENTES 1. Los señores FLORALBA MÉNDEZ HURTADO y DIEGO ANTONIO GARCÍA BÁEZ, de nacionalidades colombiana y española, respectivamente, contrajeron matrimonio civil ante el registrador del Estado Civil de Múnich el 26 de mayo de 1999. Dicho matrimonio fue registrado el 28 de mayo de 1999 ante la Notaría Primera del Círculo de Bogotá. 2. Mediante sentencia proferida el 27 de mayo de 2003 por el Juzgado Municipal de Múnich, ejecutoriada el día 4 de julio del mismo año, se decretó el divorcio de los cónyuges, por mutuo acuerdo, quienes viven separados de cuerpos desde febrero de 2002. 3. En la demanda se afirmó que durante la unión matrimonial no se procrearon hijos ni se adquirieron bienes. 4. Finalmente, se indicó que la sentencia no versa sobre derechos reales, ni se opone a las leyes o disposiciones colombianas de orden público, la sentencia que se pretende homologar recae sobre un asunto que no es de competencia exclusiva de los jueces colombianos, que la misma se encuentra ejecutoriada y que se surtió la debida citación de las partes, por lo que se garantizó el derecho de contradicción. También se adujo que no existe en Colombia proceso en curso sobre la misma materia ni sentencia ejecutoriada. EL TRÁMITE Admitida la demanda, se ordenó correr traslado de ella al Ministerio Público, organismo que se pronunció para manifestar que no se oponía a la petición. ASR 2008-00405-00 2 En esa providencia se estimó innecesaria la notificación al señor DIEGO ANTONIO GARCÍA BÁEZ, toda vez que la sentencia cuya homologación se pretendía no fue emitida en un proceso de carácter contencioso, determinación que armoniza con reiterados pronunciamientos de la Corte entre los que se puede citar el auto de 27 de mayo de 2011 (Exp. 201000468-00), según el cual “[e]n vista de que el presente asunto se contrae a la homologación de fallo extranjero derivado de ‘petición jurada de divorcio por consentimiento mutuo’ y que por ende no se requiere la citación de la ‘parte afectada por la sentencia o el laudo, si hubiera sido dictado en proceso contencioso’, tal como lo establece el artículo 695 ibídem, no se considera necesaria la diligencia requerida por la representante del Ministerio Público”. Asimismo, en fallo de 4 de abril de 2008, Exp. E11001-0203-000-2006-01256-00, esta Sala manifestó que “[n]o se ordenó la citación de la contraparte, porque el artículo 695 del Código de Procedimiento Civil la exige cuando la decisión por homologar ha sido adoptada en proceso contencioso, naturaleza de la que no está revestido el procedimiento que se siguió en el caso, dado que el divorcio fue por mutuo acuerdo”. Véanse también, entre otros, sentencia de 4 de diciembre de 2009, Exp. 2009-00419; sentencia de 11 de agosto de 2005 y auto de 11 de agosto de 1998, Exp. 7271. Evacuadas las etapas que el Código de Procedimiento Civil consagra para estos asuntos, se procede a resolver la petición de exequátur. ASR 2008-00405-00 3 CONSIDERACIONES 1. Resulta pertinente recordar que según lo establecido en el artículo 695 del Código de Procedimiento Civil le corresponde a la Corte Suprema de Justicia resolver sobre las demandas de exequátur “salvo que conforme a los tratados internacionales corresponda a otro juez”. 2. Asimismo es menester tener presente que la jurisdicción es una función del Estado en desarrollo de la cual se reserva la función judicial, dentro del territorio de la República, a los órganos jurisdiccionales, y excepcionalmente a determinadas autoridades administrativas e incluso de manera transitoria a particulares investidos de esa función [de administrar justicia], tal como lo establece el artículo 116 de la Constitución Política. Todos ellos resuelven los conflictos sometidos a su conocimiento con sujeción al ordenamiento jurídico nacional según lo establecido en el artículo 230 Superior. En atención a lo anterior, resulta natural que por regla de principio las sentencias y los laudos que profieran los jueces y árbitros en el extranjero no pueden tener efectos en Colombia, salvo que se imparta autorización para que puedan ser reconocidos e incluso ejecutados en el país, con la fuerza que les asignen los tratados internacionales sobre la materia o, en su defecto, con la que se concede en el Estado extranjero de cuya decisión se trata a los fallos que expidan los jueces en Colombia. ASR 2008-00405-00 4 3. Para tal cometido las legislaciones procesales han consagrado el mecanismo especial del exequátur, por virtud del cual se reconocen efectos en suelo nacional a las sentencias judiciales y pronunciamientos de tal naturaleza proferidas en el extranjero. En punto de este tema, la Corte ha reconocido que “[l]as sentencias o laudos proferidos en el extranjero, en procesos contenciosos o de jurisdicción voluntaria, tendrán en Colombia la fuerza que los tratados vigentes con el país de origen conceda (reciprocidad diplomática) o, en su defecto, la que allí se reconozca a los dictados en el territorio nacional (reciprocidad legislativa), siempre y cuando la petición respectiva observe cabalmente las condiciones contempladas por el artículo 694 del Código de Procedimiento Civil” (sentencia de 18 de septiembre de 2007, Exp. 2003-00061-02, citada recientemente en providencia de 19 de diciembre de 2012). También manifestó la Sala que “el Código de Procedimiento Civil consagra en su artículo 693, ‘el sistema combinado de reciprocidad diplomática con la legislativa, lo cual se traduce en que prioritariamente debe atenderse a las estipulaciones de los tratados que haya celebrado Colombia con el Estado de cuyos jueces provenga la sentencia que se pretenda ejecutar en nuestro territorio nacional; a falta de derecho convencional se impone, entonces, acoger las normas de la respectiva ley extranjera para darle al fallo la misma fuerza concedida por esa ley a las sentencias proferidas en Colombia por sus jueces’ (G.J. CLXXVI, No. 2415, 1984, pág. 309), motivo por ASR 2008-00405-00 5 el cual, en este último caso, le corresponde a la parte interesada probar la existencia de aquella, para que la Corte pueda conceder, de reunirse los demás requisitos señalados en el artículo 694 ibídem, la autorización solicitada” (sentencia de 14 de octubre de 2011, Exp. 2007-01235-00). De cara al asunto sub exámine, es pertinente traer a colación lo sostenido por esta Corporación sobre la reciprocidad legislativa, la que “toma asiento, por su parte, al reconocérsele efectos jurídicos a las sentencias de los jueces colombianos por la legislación del país de donde proviene la decisión materia del exequatur, pues igual fuerza vinculante tendrán las decisiones de sus jueces en el Territorio Nacional, siendo entendido que esta forma de reciprocidad puede ser a su vez basada en textos legales escritos o en la práctica jurisprudencial imperante en el país de origen del fallo objeto de exequatur” (sentencia de 25 de septiembre de 1996, Exp. 5524). 4. Puntualizado de esa manera el marco teórico, y estudiados los elementos de persuasión aportados a la actuación mencionada en la referencia, advierte la Corte que entre Colombia y la República Federal de Alemania no existe acuerdo bilateral o multilateral que regule el reconocimiento mutuo de sentencias pronunciadas en ambos países. Sin embargo, de conformidad con el material probatorio obrante en el expediente, se evidencia la reciprocidad legislativa ya que se acreditó que dicho Estado sí le reconoce fuerza vinculante a las decisiones judiciales proferidas en el extranjero. ASR 2008-00405-00 6 En efecto, según consta en la traducción oficial que de la legislación alemana se arrimó a la actuación, recaudada en el proceso radicado bajo el número 11001-02-03-000-2009-00937-00 y trasladada de manera regular y oportuna, “[l]as decisiones que en el exterior declaran un matrimonio como (…) divorciado (…), solamente se reconocen cuando la administración estatal de justicia ha determinado que las condiciones para el reconocimiento se cumplen” (fl. 127), las que, en general, coinciden con los requisitos que en la legislación interna colombiana se consagran para conceder el exequátur, a saber: que la autoridad judicial que profirió la sentencia cuya convalidación se pretende sea competente para emitirla; que la contraparte haya sido debidamente vinculada al trámite; que no contradiga una determinación judicial del país ante el cual se tramita el proceso de exequátur; que el fallo que se pretende homologar no sea contrario a los principios o bases esenciales de la ley alemana ni sea incompatible con derechos fundamentales; y que el pronunciamiento jurisdiccional cuyo reconocimiento se persigue haya adquirido validez legal según la ley del Estado en donde se emitió (fls. 82, 129-131). Dicha reciprocidad legislativa entre Colombia y la República Federal de Alemania ha sido reconocida asimismo, entre otras, en sentencias de 24 de 2009, Exp. 2007-00731-00; 4 de diciembre de 2009, Exp. 2009-00419-00; 1º de diciembre de 2010, Exp. 2008-01637-00; 28 de mayo de 2010, Exp. 2008-00596-00; 2 de febrero de 2011, Exp. 2009-00967-00 y 29 de noviembre de 2011, Exp. 2007-00939-00. ASR 2008-00405-00 7 5. En adición a lo anterior, debe indicarse que ninguno de los requisitos establecidos en la ley procesal colombiana merece reparo en el asunto que ocupa la atención de la Corte, pues la copia de la sentencia extranjera que se adujo con la demanda de exequátur está revestida de las formalidades que llevan a concluir su autenticidad; así mismo no versa sobre derechos reales constituidos sobre bienes que al momento de iniciarse el proceso se hallaran en Colombia, ni se opone a leyes u otras disposiciones colombianas de orden público. Pues bien, el divorcio de común acuerdo del matrimonio celebrado por FLORALBA MÉNDEZ HURTADO y DIEGO ANTONIO GARCÍA BÁEZ, no es un tema de competencia exclusiva de los jueces nacionales, ni se opone a normas de orden público interno colombiano. Asimismo, no obra en el expediente prueba que acredite que en la actualidad se esté adelantando un proceso de la misma naturaleza (del divorcio) en territorio colombiano. Respecto de la copia de la sentencia base de la acción (fls. 4 a 7), se observa que el documento respectivo viene legalizado mediante apostilla, figura regulada en el artículo 3º de la Ley 455 de 1998 que incorporó al derecho interno colombiano la “Convención sobre la abolición del requisito de legalización para documentos públicos extranjeros”, suscrita en La Haya el 5 de octubre de 1961, y se aportó, además, su traducción en legal forma como lo establece el artículo 260 del ya citado Código de Procedimiento Civil (fls. 8 a 11). ASR 2008-00405-00 8 Por otra parte, en el folio 11 dicha traducción en el acápite que allí se denominó “Sello cuadrado” acredita su estado de firmeza desde el 4 de julio de 2003, a lo que se suma la circunstancia consistente en que al proceso de divorcio acudió el señor DIEGO ANTONIO GARCÍA BÁEZ, con lo que se cumple, además, la previsión del numeral 6º del artículo 694 ibídem. 6. En suma, al confluir la integridad de las exigencias para conceder el exequátur, se atenderá la solicitud de homologación, como corresponde, en la parte resolutiva de esta sentencia. DECISIÓN En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, FALLA: 1. CONCEDER el exequátur a la sentencia dictada el 27 de mayo de 2003 por el Juzgado Municipal de Múnich, República Federal de Alemania, que declaró el divorcio del matrimonio civil contraído por la señora FLORALBA MÉNDEZ HURTADO con el señor DIEGO ANTONIO GARCÍA BÁEZ. 2. Consecuencialmente, para los fines previstos en los artículos 6º, 106 y 107 del Decreto 1260 de 1970, en consonancia con el artículo 13 del Decreto 1873 de 1971, se ordena la inscripción de esta providencia, junto con la de la ASR 2008-00405-00 9 sentencia homologada, en las pertinentes actas del estado civil. Por Secretaría líbrense las comunicaciones de rigor. 3. Sin costas ante la carencia de oposición. Notifíquese y cúmplase. MARGARITA CABELLO BLANCO RUTH MARINA DÍAZ RUEDA FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ ARIEL SALAZAR RAMÍREZ ASR 2008-00405-00 10 ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ JESÚS VALL DE RUTÉN RUIZ ASR 2008-00405-00 11