Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. originales Rev. Esp. Med. Nuclear 21, 1 (3-11), 2002 Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica L ESCOBAR, J Mª FREIRE 1, R ESPINOSA, M PAJARES 1, J A GIRÓN 3, J M VÁZQUEZ 2, A CHOVER 4, M CARRASCO, J ORTEGO, I GAVILÁN, E SEGURA, M AGUILAR Servicio de Endocrinología y Nutrición, 1 Medicina Nuclear, 2 Cirugía y 3 Medicina Interna del Hospital Universitario Puerta del Mar, Cádiz. 4 Departamento de Neurociencias, Facultad de Medicina, Cádiz. Resumen.—El objetivo del presente estudio fue analizar la relación existente entre los niveles de insulina, leptina y neuropéptido Y (NPY) durante la pérdida masiva de peso o la recuperación del mismo. Fueron estudiados 23 pacientes con obesidad severa, 23 con anorexia nerviosa y 28 sujetos control normopesos. Los pacientes con obesidad severa fueron sometidos a una gastroplastia vertical anillada seguida de dieta hipocalórica (800 Kcal/día) durante dieciséis semanas, las evaluaciones tuvieron lugar antes (Índice de masa corporal, I.M.C. 52,1 ± 8 Kg/m 2) y tras conseguir una pérdida drástica de peso (I.M.C. 39,2 ± 6,2 Kg/m 2). Los pacientes con anorexia nerviosa se trataron con soporte nutricional exclusivamente durante dieciséis semanas, siendo evaluados en la situación de peso más bajo (I.M.C. 15,3 ± 1,7 Kg/m 2) y tras recuperar peso (I.M.C. 18,9 ± 2,8 Kg/m 2). Los sujetos normales poseían un I.M.C. normal en rango de 20 a 27 Kg/m 2 (media 21,8 ± 2 Kg/m 2). En cada paciente y sujeto normal se determinó el I.M.C., porcentaje de grasa corporal, y los niveles séricos de leptina, insulina y NPY. En los pacientes con obesidad severa los niveles de leptina e insulina disminuyeron significativamente tras la reducción drástica de peso (leptina de 48,8 ± 19,2 a 24,3 ± 9,8 ng/ml; insulina de 26,2 ± 10,8 a 18 ± 6 µU/ml). En los pacientes con anorexia nerviosa los niveles medios de leptina fueron significativamente mayores tras la ganancia de peso (3,7 ± 1,9 vs 9,2 ± 5,1 ng/ml). En sujetos con obesidad mórbida el NPY se redujo cuando perdieron peso, estando por debajo de los niveles del grupo de sujetos controles (43,5 ± 16,1 vs 57,3 ± 12,8 pmol/l). Por su parte en los sujetos con anorexia nerviosa los niveles de NPY fueron superiores a los controles y disminuyeron cuando ganaron peso (69,1 ± 16,7 a 59,1 ± 20,3 pmol/l). Los niveles plasmáticos de leptina y NPY se correlacionaban positiva y negativamente con el porcentaje de grasa corporal al anali- Recibido: 15-01-01. Aceptado: 19-07-01. Correspondencia: L ESCOBAR JIMÉNEZ Servicio de Endocrinología y Nutrición Hospital Universitario Puerta del Mar Avda. Ana de Viya, 21 11009 Cádiz E-mail: lescobar@nhcges.com Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 zar la muestra completa. La leptinemia se correlaciona linearmente con el I.M.C. y porcentaje de grasa corporal en los sujetos obesos y anoréxicos tras pérdida y ganancia de peso, respectivamente. El NPY mostraba una correlación inversa con el porcentaje de grasa corporal en los grupos de sujetos obesos en situación basal y controles. Los datos obtenidos revelan que la concentración de leptina y NPY se correlaciona significativamente con el contenido graso del organismo en sujetos con un amplio rango de peso e ingesta calórica. Los niveles de leptina van con relación al tamaño de los depósitos grasos en pacientes obesos tras una pérdida drástica de peso y en pacientes anoréxicos después de recuperar peso. El NPY circulante se relaciona inversamente al contenido graso del organismo en sujetos con normopeso y obesos en el peso inicial. PALABRAS CLAVE: Leptina. Insulina. Neuropéptido Y. RIA. Obesidad mórbida. Anorexia nerviosa. DETERMINATION OF INSULIN, LEPTIN AND NEUROPEPTIDE Y BY RADIOIMMUNOANALYSIS IN PATIENTS WITH MORBID OBESITY AND ANOREXIA NERVOSA AFTER THERAPEUTIC INTERVENTION Summary.—The present study was conducted in order to analyze the relationship existing between leptin, insulin and neuropeptide Y (NPY) levels in massive weight loss and weight recovery. Twenty-three patients with severe obesity, 23 patients with anorexia nervosa and 28 healthy control subjects were studied. Patients with severe obesity underwent a vertical banded gastroplasty followed by an 800 kcal/day diet during 16 weeks, with evaluation taking place before (Body mass index, BMI, 52,1 ± 8 Kg/m 2) and after the drastic weight loss (BMI 39,2 ± 6,2 Kg/m 2). Patients with anorexia nervosa were treated with nutritional therapy exclusively during 16 weeks, and they were evaluated in the low weight situation (BMI 15,3 ± 1,7 Kg/m 2) and after weight recovery (BMI 18,9 ± 2,8 Kg/m 2). Normal subjects had a normal BMI from 20 to 27 (average 21,8 ± 2 Kg/m 2). BMI, percentage of body fat, and serum levels of leptin, insulin, and NPY, were determined in each patient and normal subjects. In severe obese patients serum leptin and insulin decreased significantly after drastic weight reduction (leptin: from 48,8 ± 19,2 to 24,3 ± 9,8 ng/ml; insulin: from 26,2 ± 10,8 to 18 ± 6 µU/ml). In patients with anorexia nervosa serum leptin mean levels were significantly higher after weight recovery (3,7 ± 1,9 vs 9 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 4 L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica 9,2 ± 5,1 ng/ml). In subjects with morbid obesity NPY levels decreased after weight loss below those of control group (43,5 ± 16,1 vs 57,3 ± 12,8 pmol/l). On the other hand, patients with anorexia nervosa had NPY levels superior to those of control group. In subjects with anorexia, NPY levels decreased after weight recovery (69,1 ± 16,7 a 59,1 ± 20,3 pmol/l). In the whole population, Leptin and NPY plasma levels were correlated with body fat percentage. Leptin was positively correlated with BMI and body fat percetange in obese and anorectic subjects after weight loss or recovery, respectively. NPY was inversely correlated with body fat percentage in controls and obese subjects before treatment. These data reveal that the concentration of serum leptin and NPY correlates significantly with the total adiposity in subjects with a wide weight range and caloric intake. Leptin plasma levels are proportional to fat stores in patients with severe obesity and anorexia nervosa after drastic weight loss or recovery, respectively. NPY serum levels are negatively correlated with de total body fat in normoweight subjects and obese patients in their initial weight. KEY WORDS: Leptin. Insulin. Neuropeptide Y. RIA. Morbid obesity. Anorexia nervosa. INTRODUCCIÓN Los trastornos del comportamiento alimentario suponen un grupo de enfermedades cuya frecuencia y gravedad va en aumento. Las alteraciones en la secreción y función de hormonas como leptina e insulina y neurotransmisores como neuropéptido Y (NPY) explican parte de la fisiopatología de estos síndromes, que responden en su mayoría a causas multifactoriales. Los niveles circulantes de leptina muestran una elevada correlación con el contenido de grasa del organismo en sujetos normopesos y obesos 1, 2. Estudios en pacientes con obesidad revelan que los niveles de leptina e insulina son superiores a los de sujetos con un peso normal, y que la reducción de la cantidad de tejido graso corporal, inducida por el tratamiento, produce una caída muy significativa de los mismos 3. Este hecho apoya la hipótesis de que en la obesidad se produce un estadio de leptino-resistencia de un modo similar al de insulino-resistencia al que se asocia frecuentemente 4. En este sentido hay numerosas observaciones experimentales que han puesto de manifiesto un efecto directo de la insulina sobre la producción de leptina 5. Por otra parte, pacientes con anorexia nerviosa muestran unos niveles de leptina sérica menores que los de sujetos normopesos, además, la recuperación parcial de peso induce una elevación de la leptinemia, aunque no llega al rango de sujetos sanos 6. Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 El neuropéptido Y (NPY) se halla ampliamente distribuido en el SNC siendo particularmente abundante en el hipotálamo. A este nivel ejerce una potente estimulación de la ingesta mientras reduce la termogénesis 7. En los tejidos periféricos se le atribuyen diferentes funciones, en ocasiones contradictorias. En el estudio llevado a cabo por Baranowska y cols. se analizaron los niveles de leptina, galanina y NPY en mujeres con obesidad y con anorexia nerviosa. El NPY en suero fue significativamente mayor en las mujeres con obesidad que en los controles normopesos, siendo aquellas con obesidad y diabetes tipo 2 las que mayores valores de NPY plasmático poseían. Al contrario, las mujeres con anorexia nerviosa tenían unos niveles significativamente reducidos respecto de los controles. Los autores observaron una correlación entre el índice de masa corporal (IMC: Peso en Kg/ Talla 2) y los niveles de NPY, indicando que el origen del NPY en el plasma y el mecanismo probable de acción sobre la ingesta alimentaria es una cuestión sin resolver 8. En el presente trabajo investigamos los niveles de leptina, insulina y NPY en sujetos con trastornos de la conducta alimentaria y del peso corporal antes de recibir tratamiento y tras el mismo. Posteriormente analizamos la correlación entre los niveles de estas sustancias y variables antropométricas y de composición corporal. MATERIAL Y MÉTODOS Sujetos y diseño de experimentación Para el presente estudio se reclutaron pacientes de la Unidad de estudio de los trastornos de la alimentación del Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz). La población a estudiar estaba compuesta por 23 mujeres con obesidad mórbida (edad media: 35,9 años; rango: 22-54 años), 23 con anorexia nerviosa establecida (edad media: 18,6 años; rango: 14-28 años) y 28 mujeres voluntarias sanas normopesas (edad media: 26,4 años; rango: 19-41 años). Todos los pacientes, previo a su inclusión en el estudio, fueron debidamente informados y dieron su consentimiento por escrito. El diseño del estudio fue aprobado por el comité ético para investigación biomédica en sujetos humanos del hospital. El diagnóstico de obesidad mórbida fue establecido en función de un índice de masa corporal superior a 40 Kg/m 2. La anorexia nerviosa fue diagnosticada si10 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica guiendo los criterios diagnósticos aceptados por la Asociación Americana de Psiquiatría 9, entre los que se incluyen: anomalías de la imagen corporal, del peso, tamaño o constitución, temor intenso a aumentar de peso o a engordar, peso corporal inferior al 85% del peso esperado y amenorrea durante al menos tres ciclos menstruales consecutivos. Los sujetos sanos normopesos debían presentar un IMC comprendido entre 20 y 27 para ser incluidos en la población control. Todas las mujeres, excepción hecha para las diagnosticadas de anorexia nerviosa, poseían ciclos menstruales normales y fueron estudiadas durante la fase folicular. Ninguno de los sujetos estudiados recibían medicación alguna, ni sufrían ninguna enfermedad metabólica concomitante a la obesidad o la anorexia nerviosa, al mismo tiempo no presentaban alteraciones de parámetros bioquímicos, hematológicos y urinarios clínicamente significativas. Las pacientes con obesidad mórbida cumplían los criterios10 para recibir tratamiento quirúrgico. Este consistió en un gastroplastia vertical anillada según la técnica descrita previamente por Mason 11 Posteriormente al procedimiento quirúrgico, los pacientes recibieron una dieta restrictiva de 800 Kcal/día (Modifast, Sandoz Nutrition, Switzerland). El tratamiento para los pacientes con anorexia nerviosa consistió en la corrección de las anomalías electrolíticas en el momento del ingreso, seguimiento nutricional y psiquiátrico. En ambos grupos de pacientes se realizó una visita de selección antes de la intervención terapéutica y otra de seguimiento a las 16 semanas de la misma. En los mismos tiempos fueron extraídas muestras de sangre bajo condiciones de ayuno y el suero fue congelado a -80 ºC hasta el momento de su análisis. 5 sin actividad cruzada con la proinsulina. Los coeficientes de variación intra e interensayo fueron menores del 6%. La leptinemia fue determinada por radioinmunoensayo (Linco Research, St. Charles, USA). El rango de la curva de calibración fue de 0,5-100 ng/ml. La sensibilidad para detectar leptina humana fue de 0,5 ng/ml y los coeficientes de variación intra e interensayo eran menores del 5%. El NPY fue medido por radioinmunoensayo (Euro-diagnóstica AB, Suecia, CAT.NO.RB317). El rango de la curva de calibración fue de 50-150 pmol/L. La sensibilidad para detectar el NPY humano fue de 6 pmol/L, el coeficiente de variación intraensayo fue inferior al 4% y el coeficiente de variación interensayo fue inferior al 13%. Las reacciones cruzadas con péptido YY, polipéptido pancreático, NPY 1-21 y NPY 20-36 fueron inferiores al 2, 1, 0,1 y 0,4 % respectivamente. Estadística Los resultados son presentados como valores medios ± desviación estándar. El test de la t Student fue empleado para comparar los datos de los sujetos obesos y anoréxicos con los de los sujetos normopesos controles, antes y después del tratamiento. Los resultados de los pacientes obesos y anoréxicos antes y después del tratamiento fueron analizados mediante un test t Student para datos apareados. Se realizó un análisis de correlación lineal (Coeficiente de correlación de Spearman) para estudiar la posible relación entre las medidas antropométricas y los niveles hormonales medidos en sujetos anoréxicos, obesos o normopesos. Medidas antropométricas y composición corporal El estado nutricional de cada sujeto incluido en el estudio fue establecido mediante parámetros antropométricos y de composición corporal así como por una encuesta dietética a fin de establecer sus preferencias y gustos para el posterior tratamiento. El porcentaje de grasa corporal fue determinado mediante la técnica de la impedancia bioeléctrica tetrapolar (BIA) (Holtain, Dyfed, UK). Determinaciones plasmáticas La insulinemia fue medida mediante radioinmunoensayo específico para insulina humana (Linco Research, St. Charles, USA), empleando un anticuerpo Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 RESULTADOS Composición corporal y antropometría (tabla I) El IMC de los sujetos obesos a las 16 semanas tras la gastroplastia vertical anillada disminuyó de manera muy significativa, de 52,1 ± 7,9 Kg/m 2 a 39,2 ± 6,2 Kg/m 2. Del mismo modo, el porcentaje de grasa corporal determinado mediante impedanciometría descendió drásticamente y de forma significativa en estos sujetos. No obstante ambas variables continuaban por encima del rango normal esperado para individuos del mismo sexo, edad y talla. 11 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 6 L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica Tabla I CARACTERÍSTICAS DE COMPOSICIÓN CORPORAL DE LA POBLACIÓN ESTUDIADA OBESIDAD Antes Tratamiento n Edad (años) IMC (Kg/m 2) Grasa corporal (%) ANOREXIA NERVIOSA Antes 16 Tratamiento Semanas 16 Semanas 23 35,9 ± 7,7 52,1 ± 8* 55,5 ± 8,8* GRUPO CONTROL 23 18,6 ± 4,6 39,2 ± 6,2*† 44,2 ± 9*† 15,3 ± 1,7* 9,8 ± 7* 28 26,4 ± 8,1 21,8 ± 2 23,8 ± 4,4 18,9 ± 2,8* 18,3 ± 7,6* Los datos se presentan como media ± desviación estándar. * p < 0,05 vs control; † = p < 0,05 vs obesidad antes de tratamiento; ✥ p < 0,05 vs anorexia antes de tratamiento. Los pacientes con anorexia nerviosa presentaron una recuperación significativa del peso corporal determinado a las 16 semanas de iniciar la terapia nutricional. Paralelamente, tanto el IMC como el porcentaje de grasa corporal medido por bioimpedanciometría aumentaron significativamente en el grupo de pacientes con anorexia nerviosa a las 16 semanas de iniciar el soporte nutricional (15,3 ± 1,7 Kg/m 2 a 18,9 ± 2,8 Kg/m 2). Determinaciones plasmáticas Los sujetos obesos, antes del procedimiento quirúrgico, mostraron una insulinemia y leptinemia significativamente mayores que los individuos normopesos (Fig. 1: A y B; tabla II). Tras la gastroplastia y la pérdida de peso, los niveles plasmáticos de leptina e insulina disminuyeron un 50 y 70% respectivamente. El NPY en los sujetos con obesidad en el peso más alto no difería significativamente del que presentaban los sujetos control (Fig. 1: C; tabla II). Al producirse la reducción ponderal los niveles de 80 *† 20 15 10 5 0 C 80 * 70 Leptina (µg/ml) Insulina (mcU/ml) 35 25 Los niveles plasmáticos de leptina mostraron una buena correlación con el I.M.C. (r = 0,84) y porcentaje de grasa corporal (r = 0,81), considerando a los tres grupos como una sola población. Al analizar la B * 30 Correlación entre los parámetros hormonales analizados y las medidas antropométricas 60 50 *† 40 30 20 Antes 16 Semanas tratamiento Obesidad 0 60 50 40 30 20 10 10 Grupo Control * 70 NPY (pmol/l) A 40 NPY disminuyeron, siendo notablemente inferiores a los que mostraba el grupo control (Fig. 1: C; tabla II). Los pacientes con anorexia nerviosa mostraron unos niveles de leptina significativamente menores que los sujetos del grupo control (Fig. 2: A; tabla III). Esta diferencia desapareció al recuperar peso a las 16 semanas de iniciar el tratamiento. En los pacientes con anorexia nerviosa en el peso más bajo, los niveles de NPY eran los más elevados de toda la muestra, superiores a los del grupo de sujetos normopesos (Fig. 2: C; tabla III). Tras recuperar peso estos descendieron aproximándose a los niveles del grupo control (Fig. 2: C; tabla III). Grupo Control Antes 16 Semanas tratamiento Obesidad 0 Grupo Control Antes 16 Semanas tratamiento Obesidad FIG. 1.—Niveles séricos de leptina (A), insulina (B) y Neuropéptido Y (C) en pacientes obesos (media ± estándar). * p < 0,05 vs control; = p < 0,05 vs obesidad antes de tratamiento quirúrgico. NPY. Neuropéptido Y. Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 12 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 7 L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica Tabla II Tabla III NIVELES DE INSULINA, LEPTINA Y NPY EN SANOS NORMOPESOS Y PACIENTES OBESOS NIVELES DE INSULINA, LEPTINA Y NPY EN SANOS NORMOPESOS Y PACIENTES ANORÉXICOS GRUPO CONTROL Todos GRUPO CONTROL Todos OBESIDAD Antes 16 Tratamiento Semanas n = 28 n = 23 Leptina (ng/ml) 10,4 ± 6,5 48,8 ± 19,2* Insulina ayuno (µU/ml) 9,2 ± 1,9 26,2 ± 10,8* Neuropéptido Y (pmol/l) 57,3 ± 12,8 51 ± 13,7 ANOREXIA NERVIOSA Antes 16 Tratamiento Semanas n = 28 24,3 ± 9,8* † 18 ± 6* † 43,5 ± 16,1* n = 23 Leptina (ng/ml) 10,4 ± 6,5 3,7 ± 1,9* 9,2 ± 5,1 Insulina ayuno (µU/ml) 9,2 ± 1,9 8,3 ± 2,5 10,7 ± 1,9 Neuropéptido Y (pmol/l) 57,3 ± 12,8 69,1 ± 16,7* 59,1 ± 20,3 Los datos se presentan como media ± desviación estándar, * p < 0,05 vs control; † = p < 0,05 vs obesidad antes de tratamiento quirúrgico. Los datos se presentan como media ± desviación estándar. * p < 0,05 vs control. correlación con los niveles de insulina, esta fue más baja (r = 0,68). La insulina mostraba un grado significativo de correlación con el IMC y la grasa corporal (r = 0,67; r = 0,65; respectivamente), siendo los resultados muy similares a los de la leptina. El NPY por su parte presentaba una correlación significativa e inversa con el porcentaje de grasa corporal (r = 0,41) (tabla IV). Al considerar los grupos por separado el grado de correlación disminuyó e incluso dejaron de observarse ciertos resultados previamente establecidos en la población de estudio completa. Así, considerando solo al grupo de pacientes obesos, la leptinemia se correlacionaba linealmente con la insulinemia en los sujetos obesos antes de iniciar el tratamiento. Al producirse la reducción ponderal en este grupo, la leptina se muestra correlacionada con el contenido corporal de grasa determinado por impedanciometría. El NPY por su parte continuaba mostrando un grado de correlación significativo e inverso con el porcentaje de grasa corporal (r = -0,41) en el grupo de obesas antes de la intervención terapéutica (tabla V). En los pacientes anoréxicos en situación de peso más bajo, la leptina no mostraba correlación alguna con el contenido de tejido adiposo determinado por el porcentaje de grasa, sin embargo a las 16 semanas de tratamiento cuando habían aumentado el IMC y el porcentaje de grasa, sí se ha observado una correlación lineal significativa entre los parámetros reseñados. En los sujetos normopesos el NPY se correlacionaba significativa e inversamente con el porcentaje de grasa corporal (r = -0,45) (tabla V). Por su parte la insulina en este grupo se mostraba relacionada de forma significativa con los niveles de leptina. A 10 8 6 4 2 Grupo Control Antes 16 Semanas tratamiento Anorexia Nerviosa 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 C * Grupo Control Antes 16 Semanas tratamiento Anorexia Nerviosa NPY (pmol/l) Leptina (µg/ml) 12 Insulina (mcU/ml) Los resultados obtenidos referidos a los niveles circulantes de leptina e insulina se ajustan a los estudios B 14 0 DISCUSIÓN 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 * Grupo Control Antes 16 Semanas tratamiento Anorexia Nerviosa FIG. 2.—Niveles séricos de leptina (D), insulina (E) y Neuropéptido Y (F) en pacientes con anorexia nerviosa (media ± estándar). * p < 0,05 vs control. NPY. Neuropéptido Y. Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 13 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 8 L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica Tabla IV CORRELACIÓN DE LOS NIVELES PLASMÁTICOS DE LEPTINA Y NPY CON LAS DEMÁS VARIABLES EN LA POBLACIÓN ESTUDIADA COMPLETA Insulina (mcU/ml) Grasa (%) IMC (Kg/m 2) r 0,68 0,81 0,84 Valor P < 0,05 < 0,001 < 0,001 r –––––––– –0,41 –––––––– Valor P NS < 0,05 NS Leptina (ng/ml) NPY (pmol/ml) previamente realizados por otros autores. Los sujetos con obesidad presentan unos niveles de leptina e insulina superiores a los de aquellas personas normopesas, lo que viene a reforzar la hipótesis de que la resistencia a la leptina, puede contribuir junto con otros factores al desarrollo de obesidad hiperleptinémica (90-95% de los casos) 12. Al estudiarse la relación entre los niveles de leptina en el líquido cefalorraquídeo (LCR) y el plasma, se observó que la entrada de la leptina en el cerebro se hace a través de un sistema de transporte saturable en sujetos humanos y otros mamíferos. En pacientes con obesidad, el ratio de leptina LCR/plasma es claramente inferior al que poseen los sujetos sanos normopesos 13. Este podría ser un posible mecanismo de leptinorresistencia, ya que no se han hallado alteraciones en el receptor hipotalámico de la leptina, sin embargo el diseño estudios in vivo podría ser útil para determinar con exactitud este hecho 14. En una pequeña proporción de obesos, aproximadamente un 5-10%, los niveles de leptina son normales o están reducidos: en estos casos la obesidad se produciría como consecuencia de una producción anómala de ARNm de leptina o de la propia proteína. En estos sujetos el tratamiento con leptina haría reversible el cuadro clínico. El grupo de mujeres con anorexia nerviosa estudiado presentaba unos niveles significativamente menores de leptina en el momento del diagnóstico, que luego recuperaban conjuntamente a la ganancia de peso y el aumento de los depósitos grasos en el organismo. La respuesta neuroendocrina que se produce en un estado de desnutrición severa está desencadenada, al menos en parte, por el déficit que se produce en los niveles de leptina, ya que su administración a sujetos desnutridos revierte parte del proceso 15. La activación de la producción de ARNm de NPY en el núcleo arcuato hipotalámico (ARC) y la del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal son los dos pilares fundamentales, que en ausencia de unos niveles circulantes de leptina suficientes, facilitan la movilización de energía en los tejidos periféricos y generan respuestas en el sistema nervioso central que promueven la restauración de los niveles de depósitos grasos en organismos que sufren desnutrición 16. La insulina juega un papel central en la regulación del metabolismo intermediario, sin embargo en cuanto a la regulación de la ingesta y del peso corporal sus acciones no son del todo claras. La secreción de insulina es proporcional al contenido graso del organismo y al balance energético. Penetra en el sistema nervioso central a través de un mecanismo análogo al de la leptina, localizado en las células endoteliales de la barrera hematoencefálica. La administración de insulina, al igual que la de leptina, reduce la ingesta y el peso corporal 17, presumiblemente mediante la inhibición de la biosíntesis de NPY por las neuronas hipotalámicas del ARC que proyectan sus axones hacia el núcleo paraventricular (PVN) 18. Estudios in vivo e in vitro sugieren que la insulina y la glucosa regulan la secreción de leptina 19. Por otra parte se ha comunicado que existe una relación en- Tabla V CORRELACIÓN DE LOS NIVELES PLASMÁTICOS DE NEUROPÉPTIDO Y PORCENTAJE DE GRASA EN LOS GRUPOS ESTUDIADOS OBESIDAD ANOREXIA NERVIOSA Antes 16 Tratamiento Semanas GRUPO CONTROL Antes Tratamiento 16 Semanas r –0,41 –––––––– 0,4 –––––––– –0,45 Valor P < 0,05 NS < 0,05 NS < 0,05 NPY (pmol/l) NPY = Neuropéptido Y; NS = No significativo. Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 14 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica tre los niveles séricos de leptina e insulina en sujetos humanos normorpesos y obesos 3. En el presente estudio, al analizar la población completa hallamos una relación significativa entre los niveles circulantes de leptina e insulina. Al tomar los datos separadamente, tan sólo en el grupo de sujetos control se vuelve a hallar una relación significativa. Sobre la base de los resultados y la evidencia existente, el papel de la insulina podría estar centrado en la regulación a largo o a corto plazo de las concentraciones plasmáticas de leptina en sujetos sanos con peso normal 20, y no en sujetos en los que el sistema se halla alterado bien por un déficit de o un defecto en su acción, como ocurre en la anorexia nerviosa y la obesidad, respectivamente. En lo referente a los niveles plasmáticos de NPY, son pocos los estudios previamente publicados acerca de su relación con trastornos de la alimentación. Inicialmente, en los modelos para explicar el control de la ingesta y el peso corporal, el NPY se alza como la principal sustancia reguladora a nivel hipotalámico. El circuito NPY-érgico ARC-PVN, potente estimulador de la ingesta, es regulado a modo de sistema homeostático por una señal proveniente de los depósitos grasos, la leptina. Pronto, fue descrito que el NPY producido en el hipotálamo no atravesaba la barrera hematoencefálica 21 y que por lo tanto era incapaz de regular de forma directa la producción de leptina en el tejido adiposo blanco. Aunque en los últimos años han sido publicados trabajos en los que comienzan a aparecer indicios de que el NPY interviene de forma directa en la regulación del metabolismo intermediario. La hipoglucemia, un estímulo directamente ligado a la ingesta, produce una elevación en los niveles plasmáticos de NPY 22. Dyer y cols. 23 han observado la capacidad del NPY administrado exógenamente para estimular la producción de leptina en el tejido adiposo blanco así como para incrementar la producción de ARNm de su propio receptor (NPY-Y1) en las células del citado tejido. Se ha descrito, a pesar de las primeras afirmaciones, que el NPY entra a través de la barrera hematoencefálica mediante un sistema de transporte no saturable, aunque lo hace en menor cuantía que otras sustancias que penetran mediante sistemas saturables con un mayor peso molecular, como por ejemplo la leptina 24. Sin embargo este transporte no ha mostrado ser regulado por sustancias como la leptina y por situaciones como el ayuno 25. El ayuno es un estímulo muy potente para la elevación de los niveles de ARNm de NPY en el Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 9 ARC y de NPY en el PVN, esto indicaría que este transporte a través de la barrera hematoencefálica pudiese estar influenciado de algún modo por los niveles hipotalámicos del mismo péptido. La administración central de NPY y a posterior comprobación de la entrada del péptido hacia el parénquima cerebral sería un buen método para comprobar esa hipótesis. En la periferia el NPY se encuentra en la médula suprarrenal y en fibras nerviosas del sistema nervioso autónomo, concretamente en fibras simpáticas y es co-almacenado con noradrenalina 26. Bennet y cols. han demostrado la existencia de ARNm de NPY en los islotes pancreáticos humanos y mediante inmunohistoquímica se ha podido comprobar que son las células a las que mayor proporción poseen. Estudios funcionales con células del islote en cultivo han demostrado que el NPY tiene la capacidad de alterar la producción de insulina inducida por glucosa en el islote humano, y es por ello que en el islote se le atribuye un rol paracrino de regulación de la función pancreática endocrina 27. La administración de NPY a ratas normales produce una mejora en la captación de glucosa por el músculo esquelético, sugiriéndose una mayor respuesta al estímulo insulínico 28. En base a estos indicios se puede intuir que el NPY no sólo está funcionando a nivel hipotalámico, y que sus acciones sobre los principales moduladores de la ingesta y el peso periféricos no son únicamente indirectas a través de la inhibición de la actividad simpática y el aumento de los glucocorticoides circulantes y la actividad de la lipoproteín-lipasa. En este sentido no se han desarrollado estudios para demostrar cual es exactamente el papel del NPY plasmático en los trastornos de la alimentación, en la evolución de los mismos tras la instauración del tratamiento y la mejoría clínica o en comparación con la población sana normopesa. En el presente estudio el NPY se halla correlacionado inversamente con el porcentaje de grasa tanto al estudiar la población completa, como al hacerlo de forma individualizada en los grupos control y de obesas antes del tratamiento. En el grupo de mujeres con anorexia, al estudiar la misma correlación, pudo observarse que a pesar de que ésta era significativa el coeficiente de correlación era bajo (r = 0,4) y además positivo. En situaciones de normopeso y de exceso de grasa corporal el NPY se relacionaba inversamente con el contenido graso del sujeto, y en el último caso al instaurarse una pérdida importante de peso esta correlación se perdía. Inversamente, en situaciones de déficit de grasa corporal, la correlación 15 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 10 L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica entre NPY y grasa no sólo era menor, sino que además se volvía de signo contrario, es decir, positiva. Algo similar ocurre con los niveles de leptina circulante. Al estudiar una población amplia, con un gran número de muestras y un amplio rango de leptinemia y porcentaje de grasa, la correlación entre ambos parámetros es muy elevada, sin embargo cuando se estudian los grupos por separado esta se vuelve menos evidente. En los sujetos con obesidad antes de la intervención, los niveles de leptina y el contenido graso del sujeto se mostraban correlacionados linealmente. Al perder peso estos pierden toda correlación. En humanos la constancia a largo plazo el peso corporal, la dificultad para perder peso intencionadamente y los cambios metabólicos y comportamentales que siguen al cambio en el peso sugieren potentemente que el peso corporal está biológicamente regulado 29. Durante la pérdida activa de peso, señales de feedback negativas sensibles al tamaño de los depósitos grasos y al balance energético (leptina e insulina), disminuyen su concentración por debajo de la necesaria para mantener ese peso. Esto sugiere que la «defensa» del nivel de adiposidad depende de la concentración de leptina, y quizá insulina, que se produce en ese peso, y que la reducción en los niveles de leptina por debajo de lo necesario para mantener ese peso predispone a que el sujeto gane peso. Es más, según esta hipótesis, la administración de leptina puede atenuar las respuestas neuroendocrinas que se activan durante la pérdida activa de peso y ayudaría a mantener ese peso reducido 30. El desajuste que se produce en la secreción de leptina durante la pérdida ponderal, podría traducirse sin lugar a dudas en una alteración de la correlación que existe entre la hormona y parámetros como el porcentaje de grasa corporal, que volvería a instaurarse si estudiásemos a estos sujetos una vez que hubiesen conseguido mantener el peso reducido durante algún tiempo. Los pacientes con anorexia nerviosa en el peso más bajo no muestran ningún tipo de interrelación entre grasa corporal y leptinemia, sin embargo al instaurarse un incremento bastante significativo en el peso esta correlación vuelve a aparecer. Con IMC extremadamente bajos y en situación de desnutrición, hay una pérdida de correlación entre el IMC y el contenido de leptina 31. Este hecho podría explicarse a través de la existencia de un umbral por debajo del cual los niveles de leptina no pueden descender fisiológicamente, sin embargo no se descarta la posibilidad de que otros factores estén perturbando la correlación leptina-IMC. La talla de un Rev. Esp. Med. Nuclear, 2002;21:3-11 individuo se correlaciona con su masa libre de grasa y el índice de masa corporal se correlaciona bien con la adiposidad total del individuo 32. Para valorar la composición grasa de la población estudiada hemos utilizado la técnica de impedancia bioeléctrica tetrapolar, que en individuos delgados tiende a sobrevalorar el porcentaje de grasa corporal 33. Aún con este inconveniente hemos observado que en los sujetos anoréxicos al recuperar el peso aparece la correlación entre leptina y porcentaje de grasa determinado por la técnica antes descrita. Las alteraciones observadas en los niveles plasmáticos de hormonas como leptina e insulina y neurotransmisores como NPY conforman un apartado dentro de síndromes complejos como son los trastornos del comportamiento alimentario en seres humanos. El NPY podría constituir un nuevo marcador de adiposidad en sujetos que mantienen un peso corporal estable a lo largo de un período de tiempo largo, que complementa a la información aportada al SNC por la leptina e insulina. AGRADECIMIENTOS Los autores quieren agradecer el apoyo y la ayuda prestados por Maribel Carrasco en la realización de los inmunoanálisis y por José Antonio Tocino en las medidas antropométricas. Este trabajo ha sido financiado por una beca del Departamento de Investigación de Lilly, S.A. BIBLIOGRAFÍA 1. Considine RV, Sinha MK, Heiman ML, et al. Serum immunoreactive-leptin concentrations in normal-weight and obese humans. N Engl J Med 1996;334:292-5. 2. Freire JM, Pajares M, Escobar L, et al. 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Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. L Escobar y cols.—Determinación por radioinmunoanálisis de insulina, leptina y neuropéptido Y en pacientes con obesidad mórbida y anorexia nerviosa después de intervención terapéutica 7. Escobar L, Espinosa R. Regulación de la ingesta. Control del apetito. En: Moreno B, Monereo S, Álvarez J, editores. Obesidad. Epidemia del siglo XXI. Madrid: Internacional de Ediciones y Publicaciones S.A., 1999:24-38. 8. Baranowska B, Wasilewska-Dziubinska E, Radzikowska M, Plonowski A, Roguski K, Neuropeptide Y, Galanin, and leptin release in obese women and in women with anorexia nervosa. Metabolism 1997;46:1384-9. 9. First MB, editores. Diagnostic and statistical manual of mental disorders, 4 th ed. Washington, D.C.: American Psychiatric Association, 1994. 10. Alastrué A, Rull M, Broggi MA. Obesidad severa y cirugía. En: Foz M, Formiguera X, editores. Obesidad. 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