Universidad Central de Venezuela Facultad de Medicina Escuela José María Vargas Cátedra de Cirugía ABSCESO HEPÁTICO AMEBIANO ANATOMÍA El hígado es un órgano intraperitoneal ubicado en hipocondrio derecho. Se relaciona superiormente con el pulmón derecho y corazón (a través del peritoneo, diafragma y pleura o pericardio según sea el caso); anteriormente con el ángulo hepático del colon; inferiormente con asas intestinales; posteriormente con el riñón derecho, vena cava inferior, vena porta hepática; y medial o a la izquierda con el estómago. Está dividido en dos porciones con autonomía irrigatoria y funcional, derecha e izquierda, por una línea imaginaria que se traza siguiendo inferiormente el bacinete de la vesícula y posteriormente la impresión de la vena cava inferior. Cada uno de ellos se dividirá en varios segmentos limitados por las arterias intrahepáticas y los conductos biliares, dando un total de 8 segmentos. ABSCESO Es una colección de pus en un tejido, órgano o espacio, confinado por una cápsula fibrótica. ABSCESO HEPÁTICO AMEBIANO, DEFINICIÓN Y ETIOLOGÍA Es la complicación extraintestinal más frecuente de la amibiasis. Se presenta una colección de material estéril acelular “encapsulado” en el hígado (la cápsula es muy delgada). Se le llama así puesto que el líquido carece de trofozoítos y no contiene neutrófilos, sino sólo detritos celulares. Es causado por la Entamoeba histolytica, siendo los quistes las forma evolutiva infectante y los trofozoítos la forma que causará la patología. PATOLOGÍA Inicialmente se ingerirán los quistes, que eclosionarán en el duodeno, y habrá una colonización del colon, que puede ser sintomática o no. Los trofozoítos ulcerarán las paredes del colon, y algunos alcanzarán el sistema venoso portal y posteriormente al hígado. Allí se formará rápidamente un infiltrado neutrofílico, que se lisará por contacto directo con los trofozoítos gracias a enzimas propias de ellos. A continuación habrá lisis de los hepatocitos, que ocurrirá José Luis Orejas bien por contacto directo con la E. histolytica, como por la liberación previa de toxinas ocasionado por la lisis neutrofílica. Podremos evidenciar al macro un líquido denominado “en pasta de anchoas” o “achocolatado” y al micro la presencia de amibas únicamente en la cápsula. El absceso sólo contiene detritos celulares y material citoplasmático, como se mencionó anteriormente. EPIDEMIOLOGÍA VENEZUELA En Venezuela existe información estadística sobre la mortalidad del absceso hepático amebiano, y se puede encontrar en los anuarios de mortalidad del Ministerio de Salud. No existe información sobre la incidencia ni prevalencia del mismo, a diferencia de su enfermedad macro, la amibiasis, donde sí hay puesto que se trata de una enfermedad de reporte obligatorio, y se publica en los boletines epidemiológicos semanales del Ministerio. Durante todo el 2011 la amibiasis se mantuvo dentro del la zona de seguridad del canal endémico (eso es bueno), estimándose entre 2.000 y 3.000 casos semanales. Con respecto al absceso hepático amebiano se presenta una situación similar a la mundial, donde hay mayor incidencia en hombres que en mujeres, jóvenes, entre la 3ª y 5ª décadas de la vida (osea entre los 20 y los 50 años de edad), y con una mortalidad inferior al 1% siempre que no se complicase. Para la amibiasis, los Estados más afectados en 2011 fueron Zulia, Sucre, Barinas, Táchira, Anzoátegui, Lara, Aragua y Mérida, teniendo Zulia casi una tercera parte de todos los casos de Venezuela. Debe asociarse la amibiasis con mala higiene y hacinamiento, al presentarse manejo inadecuado de los alimentos, inadecuada disposición de excretas, exposición a fuentes de agua contaminada y prácticas sexuales oro-anales. Todo ello debe reportarse en la ficha de reporte obligatorio del Ministerio, disponible en internet. Mis conclusiones sobre los números de la amibiasis y el absceso hepático en 2011 para Venezuela son: Incidencia de amibiasis 285/100.000 habitantes Incidencia absceso hepático amebiano 48/100.000 habitantes Mortalidad absceso hepático amebiano 1/100.000 habitantes Venezuela MUJERES HOMBRES MUERTES 08’-10’ 2 7 EDAD PROMEDIO 80 61 DIAGNÓSTICO Para el diagnóstico nos valdremos de cuatro elementos clave, y procurando siempre que no sea cruento y lo menos invasivo necesario. Ellos son, en orden: José Luis Orejas 1. 2. 3. 4. Clínico-epidemiológico: Historia Médica Imagenología hepática no cruenta Parasitológico: Examen seriado de heces Inmunológico: ELISA DX CLÍNICO-EPIDEMIOLÓGICO Inicialmente se recibirá al paciente, y nos valdremos de la herramienta principal del médico, que es la historia médica, constituida por un interrogatorio y el examen físico. En el interrogatorio se abordará el aspecto epidemiológico, haciendo énfasis en la manipulación de alimentos, disposición de excretas, fuentes de agua contaminadas y contacto con casos similares, que no necesariamente debe ser reciente, por parte del paciente. Igualmente, se indagará sobre los síntomas, entre los cuales podremos encontrar en orden decreciente de frecuencia: fiebre (casi todos los pacientes), escalofrío y sudoración, dolor en cuadrantes abdominales superiores (el cual puede ser referido a hombro derecho si absceso está en cara superior del hígado) y diarrea (sólo un tercio de los pacientes). Al examen físico, el médico podrá constatar los siguientes signos, en orden decreciente d frecuencia: hepatomegalia simple (presente en casi todos los pacientes), dolor a la palpación del hipocondrio derecho, edema fóvea positivo del tejido subcutáneo suprayacente al absceso, tumefacción epigástrica dolorosa si la ubicación es en lóbulo izquierdo e ictericia (presente sólo un quinto de los pacientes). Es de relevancia mencionar la presencia del signo de Acosta Ortiz, donde a la auscultación del área hepática, encontraremos la presencia de los ruidos cardíacos, por funcionar el absceso como una condensación que mejora la transmisión de las vibraciones sonoras. Importante: las leucocitosis por absceso hepático amebiano no presentan eosinofilia. En ese caso, pensar en otra patología, o la existencia concomitante de infección parasitaria. INCIDENCIA SÍNTOMA/SIGNO >90% Hepatomegalia simple 75% Leucocitosis sin eosinofilia >50% Fiebre y dolor en hipocondrio derecho 33% Presentaciones crónicas de fiebre 30% Diarrea activa 10-15% Fiebre de origen desconocido, único síntoma José Luis Orejas DX IMAGENOLÓGICO Una vez que tenemos un paciente sugestivo de absceso hepático amebiano, bien por su clínica o epidemiología, el médico debe valerse de los estudios por imágenes para confirmar que la afección sea hepática y presente lesiones típicas de la patología. Ante ello, se debe realizar un ecosonograma, TAC o RM, que indicará la presencia de un quiste hipoecogénico redondo u ovalado, único. En las imágenes se aprecia: Caso típico donde se observa absceso único. Caso especial donde se observan dos abscesos. DX PARASITOLÓGICO Al tenerse un paciente sugestivo, y haberse confirmado la localización hepática de la patología, puede utilizarse el diagnóstico parasitológico para respaldar la sospecha diagnóstica, así como para realizar diagnósticos diferenciales con abscesos de diferente etiología. Se dispondrá del examen seriado de heces, donde se deben evaluar tres muestras frescas para determinar la presencia de quistes e inclusive trofozoítos de E. histolytica, en sólo uno de cada cinco pacientes con absceso hepático amebiano. Adicionalmente se podrá determinar la evidencia macroscópica y microscópica de sangre en heces. La aspiración del absceso podría confirmar la patología, al encontrarse el líquido achocolatado estéril y acelular, así como bien podría negarla si se determinase la diferencias macroscópicas como el color, y microscópica como la presencia celularidad y de otros microorganismos. DX INMUNOLÓGICO La sospecha diagnóstica será finalmente confirmada con un ELISA. Este examen resultará positivo para el 90% de los abscesos hepáticos amebianos. Si la prueba resulta negativa, se deberá repetir en una semana. Es fidedigno, puesto que ésta es una patología de evolución lenta, y los títulos de anticuerpos disminuyen 6-12 meses después de la infección. José Luis Orejas DX DIFERENCIAL El diagnóstico diferencial será para enfermedad pulmonar (neumonía basal derecha), enfermedad vesicular (colecistitis aguda) justificada por la presencia en ambos casis de leucocitosis, fiebre y dolor hipocondrio derecho. Podrá determinarse si ante la realización del ecosonograma, se observa un engrosamiento pared vesícula>4mm, dilatación ecográfica coledociana>6mm y/o líquido perivesicular, en vez del quiste hipoecogénico del absceso. Debemos pensar también en otros procesos febriles (paludismo), ante lo cual determinaremos con el interrogatorio la evidencia de un patrón febril terciano o cuartano, y adicionalmente podremos realizar un extendido de gota gruesa. El diagnóstico diferencial más común será el absceso hepático piógeno, ante lo cual deberemos evaluar la edad del paciente y la realización de una cirugía reciente en el mismo, y se podrá descartar con un aspirado, a partir del cual se realizará un Gram y cultivo. COMPLICACIONES El 20 a30% de los abscesos hepáticos amebianos se complica con afección pleuropulmonar por extensión directa, típica de abscesos mayores a 10cm diámetro. También puede haber una infección secundaria en 22% de los casos; fístula hepatobronquial, con presencia de vómica y un buen pronóstico para el paciente; rotura a pericardio, que es grave y típica de abscesos de lóbulo izquierdo; rotura a peritoneo, con implicación de un abdomen agudo en 6-9% de los abscesos. CONDUCTA Ante un absceso hepático amebiano, se deberá dar siempre tratamiento médico, que tiene 90% de efectividad y ofrece resultados en 3 días. Este consiste en metronidazol u otros nitroimidazoles (elimina trofozoítos presentes en tejidos) y paramomicina o yodoquinol (fármacos intraluminales que eliminan quistes y evita su transmisión). Ante un tratamiento médico infructuoso, la conducta es mantenerlo y realizar adicionar tratamiento quirúrgico, el cual evitará complicaciones del absceso amebiano. El tratamiento quirúrgico consistirá en la realización de un drenaje percutáneo que se realiza punzando a través del 9º o 10º espacio intercostal derecho, entre las líneas axilar anterior y posterior, que podrá ser modificado si la localización del absceso no permite un abordaje desde tales espacios intercostales. El tratamiento quirúrgico también puede consistir en la realización de una limpieza quirúrgica, donde se practica una laparotomía al paciente para limpiar las cavidades por aspiración. Las indicaciones para realizar un drenaje percutáneo serán: 1. Sin respuesta a tratamiento médico en 3-5 días 2. Prevenir la rotura del absceso hepático amebiano (Para algunos doctores, el límite de seguridad de rotura de un absceso será cuando éste alcanza 4 cm de diámetro, y en tal caso practican el drenaje quirúrgico. En su experiencia y práctica clínica, otros doctores pueden preferir realizarlo en abscesos mayores, con resultados efectivos). 3. Descartar absceso piógeno José Luis Orejas Las limpiezas quirúrgicas típicamente se realizan después de que el absceso se ha complicado, y sus indicaciones serán: 1. Perforación intestinal 2. Rotura pericardio 3. Infección secundaria del absceso Finalmente, el médico deberá orientar al paciente acerca de sus hábitos psicobiológicos para evitar reinfecciones, es decir, evitar la aparición de nuevas amibiasis. Para ello conversará con el paciente sobre cómo mejorar la deposición de excretas, hábitos higiénicos, manipulación de alimentos y una sexualidad sana, en donde no haya compromiso de la salud del paciente. FUENTES 1. Schwartz, S. “Schwartz, Principios de cirugía” Vol. II, año 2000, Editorial Mc Graw-Hill Interamericana. 2. Fauci, A. “HARRISON, principios de medicina interna” año 2009, Editorial Mc Graw-Hill. 3. Sanchez-Pobre, P. et al. “Absceso hepático amebiano sobreinfectado sin antecedentes epidemiológicos” Rev. esp. enferm. dig. v.96 n.11 Madrid nov. 2004 en http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S113001082004001100007&script=sci_arttext&tlng=es consultado el 09/11/12. 4. Anuarios de mortalidad MPPS 2008, 2009, 2010, y Boletín Epidemiológico semana 52, año 2011 en http://www.mpps.gob.ve/index.php?option=com_phocadownload&view=sections&It emid=949 consultado el 08/11/12. 5. Uribarren, T. “ENTAMOEBOSIS o AMIBIASIS” en http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/parasitologia/amibiasis.html consultado el 09/11/12. Autor: José Luis Orejas José Luis Orejas