1 PROCEDIMIENTO PARA LA DECLARACIÓN ADMINISTRATIVA

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PROCEDIMIENTO PARA LA DECLARACIÓN ADMINISTRATIVA DE LA MINUSVALÍA
“Tendrán la consideración de personas con discapacidad aquéllas a quienes se les haya reconocido un
grado de minusvalía igual o superior al 33%. En todo caso, se considerarán afectados por una
minusvalía en grado igual o superior al 33% los pensionistas de la Seguridad Social que tengan
reconocida una pensión de incapacidad permanente en el grado de total, absoluta o gran invalidez, y a
los pensionistas de clases pasivas que tengan reconocida una pensión de jubilación o de retiro por
incapacidad permanente para el servicio o inutilidad.
La acreditación del grado de minusvalía se realizará en los términos establecidos reglamentariamente
y tendrá valor en todo el territorio nacional” (art. 1.2 de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, LIONDAU).
1.- Procedimiento para la declaración y calificación del grado de minusvalía.
El procedimiento se inicia a instancia de parte (por el interesado o, en su caso, por su representante
legal o la persona que de hecho se encuentre a su cargo), mediante impreso o modelo normalizado de
solicitud, que habrá de dirigirse al órgano competente en materia de servicios sociales de la
Comunidad Autónoma de residencia o a los Servicios Provinciales del IMSERSO en las Ciudades
Autónomas de Ceuta y Melilla, que será el encargado de su tramitación y resolución, acompañando
siempre a la solicitud de copia del DNI u otro documento acreditativo de la personalidad del solicitante,
pudiendo así mismo adjuntar informes médicos, psicológicos y psico-sociales acreditativos de las
situaciones de hecho alegadas que se estimen convenientes y puedan ayudar a su apreciación y
valoración. La solicitud y documentación adjunta se pueden así mismo presentar en el Registro de
cualquier órgano administrativo de la Admón. Central, Autonómica, Diplomática o Consular, incluso en
las oficinas de correos (en las Administraciones Locales, solamente se podrá hacer en caso de existir
convenio al efecto). En todo caso, es conveniente presentar copia de todo ello para que, mediante el
correspondiente sellado, quede constancia tanto de los documentos presentados como de la fecha.
Una vez iniciado el procedimiento, éste se impulsa por la Administración en todos sus trámites
(citación, reconocimiento, emisión del dictamen técnico-facultativo y trámite de audiencia), teniendo
derecho el interesado a conocer en todo momento el estado de la tramitación del procedimiento y
obtener copia de los documentos que figuren en el mismo. Además, el interesado podrá, en cualquier
momento previo al trámite de audiencia, aducir alegaciones y aportar documentos u otros elementos
de juicio que habrán de ser tenidos en cuenta por el órgano competente para emitir la propuesta de
resolución.
Recibida la solicitud, el órgano competente notificará al interesado el día, hora y lugar en que hayan de
realizarse el reconocimiento y demás pruebas pertinentes. El interesado habrá de comparecer, pues
en caso contrario paralizaría el procedimiento provocando, una vez transcurridos tres meses desde el
aviso en tal sentido de la Administración, la caducidad del procedimiento, la cual se declarará mediante
Resolución. No obstante, aunque se declarase la caducidad, el interesado podrá de nuevo iniciar el
procedimiento mediante una nueva solicitud.
Los dictámenes técnico-facultativos se realizan por los órganos técnicos dependientes del órgano
autonómico competente para la Declaración, que reciben el nombre de “Equipo Técnico de Valoración”
u otro similar y están compuestos, al menos, por un médico, un psicólogo y un trabajador social.
Teniendo como funciones, además de la de efectuar la valoración de las situaciones de minusvalía y la
determinación de su grado, la de la revisión del mismo por agravación, mejoría o error de diagnóstico y
la determinación, en su caso, de la necesidad del concurso de otra persona para la realización de los
actos esenciales de la vida diaria y la dificultad para el uso de transportes públicos colectivos y
determinar el plazo a partir del cual se podrá instar la revisión del grado de minusvalía por agravación
o mejoría.
Una vez efectuadas las pruebas y reconocimientos, y recabados los informes pertinentes, el equipo de
valoración se constituye en Junta de Valoración bajo la presidencia del Director del Centro Base y con
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el concurso de un Secretario para la emisión del dictamen técnico-facultativo, que deberá contener el
diagnóstico, el tipo y grado de minusvalía y, en su caso, las puntuaciones de los baremos para
determinar la necesidad del concurso de otra persona o la existencia de dificultad para el uso de
transportes públicos colectivos.
La calificación del grado de minusvalía habrá de responder a criterios técnicos unificados, fijados
mediante los baremos incluidos en el Anexo I del Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre, en los
que se tengan en cuenta y sean objeto de valoración tanto las discapacidades que presente la persona
(Apartado A del Anexo I) como los factores sociales complementarios relativos, entre otros aspectos, a
la edad, el entorno familiar, su situación profesional, nivel educativo y cultural y otros que puedan
dificultar su integración social (Apartado B). Estimados unos y otros aspectos y siempre que los
relativos a la discapacidad (Apartado A) superen el 25%, se le añadirá la puntuación obtenida en el
baremo del Apartado B, el de los factores sociales, con un máximo del 15% para obtener el porcentaje
definitivo.
El Anexo II contiene el baremo relativo a la apreciación de la necesidad del concurso de una tercera
persona para la realización de los actos más esenciales de la vida, para lo que se requiere la obtención
de un mínimo de 15 puntos en este baremo, dando derecho a la percepción a un complemento
económico por ello.
El Dictamen, en caso de ser impugnada la Resolución ante la jurisdicción no tiene mayor valor que
cualquier otro informe que el interesado pueda presentar como prueba de su pretensión.
El trámite de audiencia al interesado tiene por finalidad el poner de manifiesto al interesado,
inmediatamente antes de dictar la propuesta de resolución, el procedimiento instruido, a fin de que
pueda, si así lo desea, presentar nuevas alegaciones, documentos o los justificantes que estime
convenientes en un plazo de entre 10 y 15 días. Aun tratándose de un trámite esencial del
procedimiento administrativo, en caso de obviarse, se subsanaría con el posterior recurso en vía
administrativa o judicial, al poder en esta sede conocer la totalidad del expediente y alegar cuanto crea
oportuno.
Una vez efectuados los trámites precedentes, el responsable del órgano autonómico competente
deberá dictar Resolución expresa sobre: 1° el reconocimiento y grado de minusvalía y sobre su
carácter temporal o permanente; 2° puntuación relativa a la necesidad del concurso de otra persona o
a las dificultades de movilidad, si procediera (baremo del Anexo II); y 3° fecha en que puede tener
lugar la revisión. Además la Resolución deberá expresar los Recursos que procedan contra la misma,
el órgano administrativo o jurisdiccional ante el que deban presentarse y los plazos para interponerlos.
En este caso, contra la Resolución denegatoria cabe interponer, en el plazo de 30 días naturales
desde su notificación, Recurso previo a la vía jurisdiccional social, ante el mismo órgano que dictó la
resolución.
En caso de no dictarse resolución expresa en el plazo de 3 meses (excepción hecha de Castilla La
Mancha y Valencia, en las que el plazo es de 6 meses) desde la entrada de la solicitud en el Registro
del órgano competente, el interesado podrá entender su solicitud denegada por silencio administrativo.
Este plazo, no obstante, puede en casos excepcionales ser ampliado mediante acuerdo motivado del
órgano competente para resolver, siendo importante la fecha de este acuerdo a efectos de establecer
la fecha en que opera el referido silencio administrativo, que permite interponer el recurso contra la
denegación. Aunque pasado el plazo antedicho se entiende (ficción jurídica) que la solicitud ha sido
denegada, el órgano competente sigue estando obligado a emitir resolución expresa, que puede ser
tanto estimatoria como denegatoria y, que de producirse, reinicia el plazo de 30 días desde su
notificación para interponer el recurso administrativo previo.
2.- Recursos contra la Resolución administrativa. Jurisdicción competente.
Como ya se ha dicho, contra la Resolución expresa o por silencio administrativo cabe interponer
Recurso administrativo previo a la vía jurisdiccional social en el plazo de 30 días desde la
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notificación de la resolución o de la fecha en que se entienda desestimada la solicitud por silencio
administrativo.
Una vez formulada esta reclamación, el órgano competente cuenta con un plazo de 45 días para
contestar expresamente mediante Acuerdo motivado con sucinta referencia de hechos y fundamentos
jurídicos. Pasado el referido plazo sin Acuerdo, se entiende desestimada la reclamación por silencio
administrativo.
Si la reclamación administrativa previa es desestimada, queda abierta la vía jurisdiccional. La
jurisdicción competente en todo caso, sea cual sea el motivo de la solicitud y las consecuencias de la
declaración administrativa de minusvalía, serán los Tribunales de lo Social, según reiterada doctrina
del Tribunal Supremo. La Demanda habrá de formularse en un plazo de 30 días a contar desde la
notificación del Acuerdo desestimatorio o desde que se entienda denegada por silencio administrativo.
Igualmente si tras entenderse producido el silencio administrativo hubiera resolución expresa, se
reabre el plazo de 30 días desde la fecha de la notificación de éste. La demanda habrá de
acompañarse de la Resolución expresa, o de no existir, del escrito de reclamación debidamente
sellado con indicación de fecha.
3.- Revisión del grado de minusvalía de oficio o a instancia de parte.
De acuerdo con el art. 11 del Real Decreto 1971/1999, se pueden distinguir tres supuestos de revisión
de grado de minusvalía:
•
Que se haya reconocido un grado de minusvalía con carácter temporal en atención a una
posible mejoría. En este caso, en la Resolución se habrá de fijar el plazo para dicha Revisión.
•
Reconocimiento del grado de minusvalía con carácter permanente. En este caso, para poder
proceder a su revisión habrán de transcurrir al menos 2 años desde la anterior Resolución.
•
Cuando se acredite suficientemente error de diagnóstico o cambios sustanciales de las
circunstancias que dieron lugar al reconocimiento del grado. Pudiéndose instar la Revisión en
cualquier momento.
El procedimiento de revisión se puede iniciar, no sólo por las personas legitimadas en el procedimiento
de declaración, sino también de oficio (por ejemplo, en las de carácter temporal). Cuando se inicia a
instancia de parte, se habrán de acompañar cuantos informes médicos y psicológicos puedan tener
incidencia en la revisión. Por lo demás, el resto de los trámites del procedimiento y posibles recursos
son iguales a los descritos en los dos puntos anteriores para el procedimiento de declaración del grado
de minusvalía.
El Real Decreto 1971/1999 modificó el baremo para la determinación del grado de minusvalía, lo que
puede traer consigo el que alguna persona que hubiera obtenido una calificación igual o superior al
33% con el anterior baremo ahora ya no la alcance. A estos efectos, se prohíbe expresamente la
revisión a la baja, siempre que no se haya producido una mejoría o un agravamiento de las
discapacidades que sea relevante en orden a la calificación de la minusvalía, en caso de declaración
con carácter permanente, no así en el caso de la temporal, en que sí es posible la revisión a la baja
aun no habiéndose producido mejoría (D.T. Única).
Normativa aplicable:
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Ley 13/1982, de 7 de abril, sobre integración social de los minusválidos (LISMI).
Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las
personas con discapacidad (LIONDAU).
Real Decreto 1971/1999, de 23 de diciembre, de procedimiento, declaración y calificación del grado de
minusvalía.
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, sobre el Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y el Procedimiento
Administrativo Común.
Real Decreto Legislativo 2/1995, de 7 de abril, por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley de
Procedimiento Laboral.
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