15" Jornadas- 64-76, 2001 Influencia de la ansiedad en el rendimiento del futbolista DR. F. MIGUEL-TOBALl; DRA. Ma. R. NAVLET SALVATIERRA2; DRA. Ma. D. MARTÍN DÍAZ3; DR. J, J. RAMOS ÁLVAREZl; DR. J. C. Y LEGIDO ARCE! 1 Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, Profesor de la Escuela de Medicina de la Educación Física y el Deporte -UCMDeportiva, Profesora de la Facultad de Psicología del CES San Pablo CEU, 3 Psicóloga, Profesora de la Facultad de Psicología de la UNED. Introducción El carácter multidisciplinar que las ciencias del deporte ha ido asumiendo en las últimas décadas se debe a la gran proliferación de estudios e investigaciones que tienen como objetivo común la búsqueda y análisis de los factores que afectan a la práctica y desarrollo del mismo; siendo éste una actividad tan antigua como el hombre. Un ejemplo de ello son las investigaciones referidas a la competición deportiva que se remontan a finales del siglo pasado. La mayoría de ellas sostenían que el principal factor responsable de estas interacciones sociales o confrontaciones deportivas, era la consecución de un objetivo previamente determinado, como es el obtener una recompensa (Tripett, 1898). No obstante, el concepto de deporte comprende la realización de diversas actividades competitivas. En numerosas ocasiones se ha intentado globalizar la práctica de estas actividades competitivas bajo el término "deporte" dando lugar a una homegeneización de las mismas y, por tanto, dando a entender que son actividades que obedecen a un propósito de sujeto. Actualmente este criterio está fuera de la realidad y numerosos profesionales se han volcado en la clasificación de los deportes, estableciendo sus elementos de unión y manteniendo sus elementos, diseñando programas de entrenamiento que abarcan diferentes campos de actuación: técnico, táctico, físico y psicológico (Riera, 1985; Keller, 1992; García Manso, Navarro y Ruiz, 1996). La tarea de clasificar los diferentes tipos de deporte es delicada, pues muchos de ellas se realizan en función de diferentes criterios y como consecuencia, en las últimas décadas se ha visto la necesidad de aunar los criterios que contemplen las características de los mismos, así como las formas sociales de interacción, los tipos de situación de orientación y de enseñanza-aprendizaje acordes con la edad, la motivación, las capacidades, el sexo y los intereses personales de sus participantes, sin olvidar las exigencias de cada deporte, en función de la categoría y nivel deportivo que presenta el deportista (Barker, Sukhi y White, 1999; Papaioannou y Kouli, 1999). Al igual que otras ciencias del deporte, la Psicología del deporte ha desarrollado numerosos trabajos de investigación que tienen un objetivo común, la clasificación de los diferentes tipos de deportes. Una de las clasificaciones más innovadoras es la propuesta por Parlebas (1976) y como señala Hernández (1994), la principal característica que nos ofrece es la de considerar a toda situación motriz como un sistema de interacción global entre un sujeto actuante, el entorno físico y el/los otros participantes eventuales. Parlebas (1976) parte de tres variables para clasificar cualquier actividad física : presencia o ausencia de compañero, presencia o ausencia de adversario y presencia o ausencia de un entorno inestable. Con la combinación de los criterios anteriores, el autor establece dos grandes grupos de actividades físicas y deportivas y ocho categorías; a los grandes grupos les denomina psicomotrices, aquellos en los que el individuo actúa en solitario, y sociomotrices, en los que el individuo actúa con otro u otros, como es el caso de fútbol. En esta misma dirección Riera (1985) propone otra clasificación y establece cuatro grandes grupos: tareas sin oposición ni colaboración; tareas sin oposición pero con colaboración; tareas con oposición y sin colaboración; y la que realmente tiene interés para el deporte objeto de estudio en este libro, tareas con oposición y con colaboración, en la cual la oposición entre los miembros del equipo permite oponerse a la colaboración del equipo contrario, por lo que las acciones individuales quedan enmascaradas y condicionadas por las de los compañeros y contrincantes. 64 Así pues, es importante analizar los factores físicos, técnicos, tácticos y psicológicos que se derivan de las interacciones de los diferentes miembros del equipo y la forma que cada deportista tiene para afrontarlas, sin olvidar las exigencias socio-ambientales a las que está sometida esta disciplina deportiva. Otro dato a tener en cuenta en el estudio diferencial de los deportes es el objetivo de la práctica de deportiva. Gomez, De Diego y De las Heras (1993, pag. 99), establecen cuatro expresiones diferentes de actividad física, en las que ésta es el medio para conseguir fines distintos, y en las que el juego y el deporte se expresan de forma diferente. Disfrute practicando deportes /aprender Aprendizaje de destrezas motoras Recuperación Orientación Hacia el resultado (fin) Hacia el proceso y Resultado (Medio y fin) Hacia el proceso Hacia el y Resultado proceso (Medio) (Medio y fin) Lo imparte Entrenador Profesor Ed. Física Preparador Físico Animador Receptivo-Activo Receptivo Activo-Participa 1/30 1/10-20 1/sin número fijo. Objetivo Lo recibe Aumento del Rendimiento Receptivo Proporción 1/1 En este capítulo nos centraremos en el estudio de las variables que afectan al rendimiento competitivo en la alta competición, para ello no debemos descuidar, como señala Riera (1985), la influencia de cinco grupos que intervienen y que se relacionan entre sí, afectando de forma decisiva la buena consecución de una práctica deportiva y en concreto el fútbol, dadas las características sociomotrices que posee este deporte. Estos grupos son los siguientes: • Deportes individuales o de equipo. Representan el colectivo a través del cual se proyecta el trabajo propio y de un equipo. Son las personas que se enfrentan a la situación de competición y los que reciben, por tanto, los refuerzos, y también los castigos propios y ajenos. • Técnicos (médicos, preparadores físicos, expertos en nutrición, psicológicos, etc) y muy especialmente los entrenadores, que constituyen el colectivo representativo a la vez de los "mandos intermedios" en deporte y de los supuestamente expertos de cuantas ciencias se aplican al rendimiento deportivo (De Diego y Sagredo, 1992). • Árbitros, que juzgan la ejecución de los deportistas y arbitran entre diferentes deportistas en el terrero de juego, basándose en unas reglas pre-establecidas. La objetividad y control de variables psicológicas se hacen imprescindibles para el buen desarrollo de la actividad deportiva. • Entidades deportivas tales como las federaciones, clubes, etc., mediatizadas por dos objetivos diferentes: deportivos y de rentabilidad, y que tanto ínter- XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. 2 Psicóloga vienen en factores que afectan directamente a deportistas y entrenadores tales como la cuantía de la contratación, la permanencia en una entidad, el tipo de expectativas que se tienen con respecto a los retos deportivos, la filosofía que rige la entidad, etc. • Espectadores, aficionados, periodistas y demás personas que, con su profesión o empleo del tiempo libre, dan cuerpo a lo que se denomina espectáculo deportivo. En esta misma línea Mariano Coca (1995) establece dos tipos de problemas que pueden influir en el desarrollo de esta práctica deportiva, y que desde nuestro punto de vista interactúan entre sí. • Los problemas personales, que se derivan directamente de sus futbolistas como seres humanos y como jugadores, por ejemplo, su estado físico, sus cualidades técnicas, su concepto táctico del juego, sus respuestas fisiológicas, su mundo de valores y de opiniones, sus decisiones, sus ideas, etc. • Los circunstanciales, que se derivan de las distintas y plurales situaciones del fútbol, por ejemplo, cómo transcurre la competición, características de los equipos que en ella participan, los campos de juego, los viajes que se realizan a lo largo del año, las concentraciones, el planteamiento y desarrollo de las sesiones de entrenamiento, etc. Así pues observamos como en la práctica deportiva y en concreto, el deportista se enfrenta a una serie de factores físicos, tácticos, técnicos y psicológicos que pueden obstaculizar el rendimiento deportivo. Por ejemplo, la dificultad del aprendizaje de una destreza física, la mejora de un patrón de actividad motriz, o bien, la ejecución o modificación de la misma en un momento puntual del ejercicio o del juego. Otro tipo de obstáculo físico es la presencia de una lesión deportiva, o del desequilibrio en las constantes vitales del deportista producidos por un sobreentrenamiento, etc. Las variables psicológicas que pueden afectar al rendimiento deportivo son la ansiedad, la falta de motivación, la pérdida de la atención, la falta de autoconfianza, etc. (Schwenkmezger y Laux, 1986; Bird y Cripe, 1986). Considerar de forma aislada los factores físicos, técnicos, tácticos, socio-ambientales y psicológicos, anteriormente citados, sería un error dado la gran interacción existente entre ellos. Por ejemplo un fallo táctico, como un pase inadecuado de balón, o una mala ejecución de tiro, supondría una pérdida de la atención en el juego, una alteración del estado emocional, como la presencia de ansiedad, una disminución en la autoconfianza, lo que repercutiría decisivamente en el rendimiento del jugador, y en su defecto en el rendimiento del equipo. Conceptualización de la ansiedad El concepto de ansiedad ha ido variando a lo largo de los años en la literatura científica, de la mano de las distintas corrientes psicológicas que conforman esta disciplina científica. La aparición del término ansiedad nos remonta al año 1747, en la obra Exploración sobre el origen de los apetitos y afectos humanos, de autor desconocido. Posteriormente en 1844, aparece el concepto de angustia de la mano de Kirkegaard, desde un enfoque filosófico-existencialista. Pero es a partir de la publicación de la obra Inhibición, síntoma y ansiedad publicada por Freud (1927) cuando el término queda incorporado a una nueva disciplina científica, la Psicología. Posteriormente otros autores asumen este término con matices diferentes, pero no es hasta finales de los años 50 y principios de los 60 cuando el estudio de la ansiedad toma un carácter experimental, trasladando el estudio de la ansiedad al ámbito del laboratorio siendo los trabajos de Dollard y Miller (1950) y de Spence y Spence (1966) los que tuvieron mayor repercusión. Con la introducción del enfoque cognitivo-conductual (década de los 60), el concepto de ansiedad se modifica. Paul (1969) considera la ansiedad como "sentimientos subjetivos de aprensión o tensión acompañados por una actividad fisiológica que se produce como respuesta a un estímulo interno (cognitivo) o externo (ambiente). Otro hecho importante, acaecido a finales de los 60 es la presencia de una nueva teoría que hará abandonar la concepción unitaria de ansiedad . La Teoría Tridimensional de la Ansiedad de Lang (1968), en la cual se considera a la ansiedad como un fenómeno complejo compuesto por tres componentes (cognitivo, fisiológico y motor) ligados cada uno de ellos a situaciones específicas y definidas. Otra perspectiva es la Teoría de los Rasgos de Personalidad, que concibe la ansiedad como una disposición interna, o tendencia a reaccion.ar de forma ansiosa con cierta independencia de la situación en que se encuentra el sujeto. Los primeros autores en formular una teoría de Rasgo-Estado de Ansiedad fueron Cattel y Scheier (1961). Pero es Spielberger (1977), quien partiendo desde una postura más cercana a la teoría de rasgo, se ha ido acercando progresivamente hacia posiciones más interactivas en las que las condiciones de la situación y las características personales operan conjuntamente. Dicho autor distingue conceptual y operativamente entre ansiedad como estado transitorio y ansiedad como rasgo de personalidad relativamente estable. Definición actual de ansiedad La definición actual de ansiedad que hemos escogido es la propuesta por J.J. Miguei-Tobal (1996), el cual define la ansiedad "como una reacción emocional ante la percepción de peligro o amenaza, que se manifiesta mediante un conjunto de respuestas que eng'loban: aspectos subjetivos o cognitivos de carácter displacentero; aspectos corporales o fisiológicos, caracterizados por un alto grado de activación del S. N.A. y del S. N.S.; y aspectos observables o motores que suelen implicar comportamientos poco ajustados y escasamente adaptativos". Relación entre la ansiedad y el rendimiento deportivo El interés científico en el estudio de la relación entre la ansiedad y el rendimiento deportivo, se remonta a los principios de ésta disciplina, la Psicología del deporte, siendo las ultimas décadas las que han protagonizado el mayor auge en el desarrollo de trabajos y teorías científicas. Hoy en día, no existen conclusiones definitivas, pero cada una de éstas, han suscitado un gran interés y aportado un mayor conocimiento sobre los diferentes aspectos que intervienen en el efecto debilitador de la ansiedad sobre el rendimiento deportivo (Page, S.J., Sime, W. y Nordell, K., 1999; Miguei-Tobal, Navlet y Martín, 2001a; Miguei-Tobal, Navlet y Martín, 2001b). Las principales teorías son: la Teoría del Impulso; la hipótesis de la U Invertida; Zonas de Funcionamiento Óptimo; Teoría Multidimensional de la Ansiedad; Modelo de la Catástrofe de Hardy y Teoría de la Inversión. Antes de describir cada una de las teorías, anteriormente citadas, es importante diferenciar, a nivel conceptual, los diferentes términos psicológicos utilizados para describir el efecto debilitador de ésta emoción sobre el rendimiento: ansiedad, ,arousal y estrés. La definición de ansiedad ha sido descrita anteriormente. El arousal, es considerado como una reacción del organismo ante cualquier forma de estimulación intensa, habiendo sido definido como nivel general de activación, que sería común a las distintas emociones y no específico de la ansiedad (Miguei-Tobal y Casado, 1999). Si relacionamos este término con la ansiedad, la reacción fisiológica estaría causada por la activación general o aurosal, mientras que la experiencia subjetiva del individuo o percepción de peligro, estaría relacionada con el componente cognitivo de la ansiedad. Los términos ansiedad y estrés plantean una distinción compleja, ya que ambos pueden ser diferenciados cuando se trabaja de forma paralela con ellos, pero no dejan de compartir elementos que pueden ser integrados bajo el mismo concepto. La principal distinción entre ellos proviene del énfasis, que las diferentes ramas científicas, dan a cada uno de los componentes psicofisiológicos que constituyen ambos términos. Por ejemplo, la psicobiología utiliza preferentemente el término estrés poniendo el énfasis en los aspectos fisiológicos de la respuesta de estrés, considerando la ansiedad como un sentimiento subjetivo asociado al distrés (estrés negativo) junto con otros como intranquilidad y agresividad (Miguei-Tobal y Casado, 1999). Uno de los autores que mayor relevancia ha tenido en el estudio y desarrollo conceptual del término añsiedad es Spielberger (1976), el cual considera que el término estrés debería denotar propiedades objetivas de los estímulos de una situación y el término miedo debería referirse a la percepción subjetiva que el individuo realizada considerándola como peligrosa para él, aunque ambos ele- XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 65 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. Influencia de la ansiedad en el rendimiento del futbolista mentas llevarían finalmente a la reacción de ansiedad. En esta misma línea McGrath, 1970, define el estrés como un desequilibrio sustancial entre la capacidad de demanda (física y/o psicológica) y la capacidad de respuesta, en condi<;iones en las que el fracaso en la satisfacción de dicha demanda tiene consecuencias importantes. No obstante, el hecho de hacer especial hincapié en la respuesta fisiológica del estrés no nos debe hacer olvidar que el térm ino ansiedad conlleva implícito en su definición dicha respuesta. Por ejemplo Lazarus (1966), señala que las emociones del estrés incluyen tres grandes componentes: afecto subjetivo o experimentado, acción o impulso hacia la acción y cambios fisiológicos, resaltando el matiz negativo de la ansiedad, a diferencia del tono positivo que poseen otras emociones como el amor o la alegría. Teoría del impulso Esta teoría sostiene que la relación entre el arousal y el rendimiento era lineal y directa (Spence y Spence, 1966). Es decir, a medida que aumenta el arousal o estado de ansiedad de la persona, también lo hace el rendimiento (ver figura 1). Sin embargo, en el ámbito del deporte son muchos los ejemplos que ponen en tela de juicio la aplicación experimental de esta teoría, ya que son muchos los deportistas que han visto disminuir su rendimiento al experimentar un aumento de nivel de arousal o ansiedad, y la consiguiente perdida de concentración y focalización de la atención que éste incremento de activación produce sobre el deportista (Martens, Vealey y Burton, 1990). Otra hipótesis que plantea esta teoría, y que ha sido pobremente respalda es que los deportistas novatos cometen más errores, en contraste con los deportistas más experimentados, ya que según el modelo, las primeras fases de aprendizaje y adquisición de destrezas motoras perjudica la ejecución de las mismas, sin embargo a medida que la destreza se va aprendiendo y automatizando, el aumento de arousal facilita la ejecución. Este hecho no se observa siempre en la práctica deportiva, pues de nuevo existen numerosos casos en los que atletas o deportistas de elite experimentan un incremento de arousal y por el contrario un decremento de su rendimiento deportivo. (Figura 1). Esta teoría sostiene que a medida que se incrementa el arousal (nivel de activación) también lo hace el rendimiento hasta llegar a un punto óptimo de nivel máximo de ejecución, no obstante, si el nivel de arousal sigue aumentado se observará una disminución del rendimiento (ver figura 2). Existen diferentes factores que pueden determinar y afectar al nivel óptimo de activació n o arousal, como por ejemplo la dificultad de la tarea, pero el factor que mayor numero de estudios ha generado tiene que ver con la personalidad del deportista, y más en concreto con el rasgo de ansiedad. Los deportistas que manifiestan un rasgo elevado de ansiedad, experimentan un aumento de la actividad fisiológica, perdida de la concentración y de la atención en la tarea , aumento de la sensación de peligro o amenaza y como consecuencia una disminución del rendimiento deportivo. A pesar de la gran aceptación que ha tenido esta teoría, en la última década se ha cuestionado en el ámbito experimental, si el arousal máximo se local iza siempre en el punto medio del continuo, y la naturaleza del propio arousal, dando lugar al desarrollo de modelos alternativos. Máximo Rendimi ento Alto .. o eQ) ·e :ee Q) a: Bajo Bajo Medio Alto Arousal Alto Figura 2. Hipótesis de la U invertida .. o e a> ·e Ley de activación de hebb ( 1958) Medio :ee © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. DR. F. MIGUEL-TOBALl; DRA. M". R. NAVLET SALVATIERRA; DRA. M'. D. MARTÍN DÍAZ; DR. J, J. RAMOS ÁLVAREZ; DR. J. C. Y LEGIDO ARCE Hebb (1958) plantea una relación, en forma de U invertida, entre el nivel de activación del organismo y el aumento de logro o aprovechamiento de la inform ación, es decir, que a medida que aumenta la activación, también aumenta la información hasta un punto de rendimiento óptimo. Pasado este punto, si la activación sigue aumentado surgirán alteraciones emocionales o somáticas, dando lugar a la disminución del aprovechamiento eficaz de la información o aumento de logro. Q) a: Bajo Bajo Medio Alto Zonas de funcionamiento óptimo (ZOF) Arousal Figura 1. Teoría del impulso. Hipostesis de la U invertida Los primeros estudios centrados en vislumbrar los efectos de la ansiedad sobre el rendimiento se remontan a los realizados por Yerkes y Dodson (1908), desde un enfoque experimental-motivacional. En el ámbito deportivo, la Ley de la U Invertida ha dado pie a la realización de numerosas investigaciones, con el objeto de explicar la relación existente entre los estados de activación o arousal y el rendimiento deportivo (Landers y Boutcher, 1986; Williams, 1993). 66 Hanin (1980, 1986) propone un nuevo enfoque al modelo de la U Invertida, el llamado Zonas de Funcionamiento Óptimo (ZOFJ, en el cual se pone en tela de juicio la ubicación del nivel óptimo de activació n, explicando que éste, no siempre se encuentra en el punto medio de la curva y que varía de una persona a otra, es decir, que algunos deportistas presentan una zona de funcionamiento óptimo en el extremo inferior del continuo, otros en su tramo medio, y otros más en el extremo superior. Así pues, lo que propone Hanin y otros autores (Gould y cols., 1993; Krane, 1993; lmlay y cols., 1995; Salminen y cols., 1995), es que dentro de lo que consistiría la intervención psicológica en el ámbito deportivo, cabría un apartado en el que se enseñaría al deportista a identificar su propia zona óptima con el objeto de favorecer y mejorar su rendimien to deportivo. XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA YCIRUGIA ORTOPEDICA Influencia de la ansiedad en el rendimiento del futbolista Posteriormente, Jones y Hardy (1990) deteáaron dos problemas en el planteamiento de la hipótesis de las zonas de funcionamiento óptimo, una de ellos era la falta de diferenciación entre los componentes de la ansiedad estado (ansiedad somática y cognitiva) y el otro problema, era la carencia de explicación acerca de la forma en que éstos, afectaban al rendimiento deportivo. Así pues, estos dos autores propusieron una nueva teoría llamada Teoría Multidimensional de la Ansiedad, a partir de la cual consideran que el estado cognitivo de ansiedad (preocupación) está relacionado negativamente con el rendimiento de manera lineal, es decir, que dicho estado de preocupación produce una disminución en el nivel de ejecución. Además, dicha teoría también predice que la manifestación fisiológica del estado de ansiedad está relacionado con el rendimiento por medio de una función en forma de U invertida, con aumentos en los niveles de dicho estado que facilitan la ejecución hasta un nivel óptimo, después del cual el rendimiento disminuye a medida que las manifestaciones de carácter somático se incrementa. Aunque han realizados estudios que confirman del carácter diferencial de los dos componentes de la ansiedad y la capacidad, independiente, que éstos poseen a la hora de predecir el rendimiento (Gould y cols., 1984; Jones y Hardy, 1989; Martens y cols., 1990; Bejek y Hagtvet, 1996; Hardy, 1996), los pronósticos concretos derivados de la teoría multidimensional de la ansiedad no han sido consistentemente respaldados (Gould y Krane, 1992). Modelo de la catastrofe Otra teoría que pone de manifiesto la importancia del factor preocupación identificable en cualquier situación en la que una persona, en nuestro caso deportista está expuesto a una valoración negativa respecto a su actuación o ejecución, es el Modelo de la Catástrofe de Hardy (1990). Este modelo explica que el arousal fisiológico está relacionado con el rendimiento según una forma de U invertida, pero sólo cuando el deportista no está preocupado o manifiesta un estado cognitivo de ansiedad bajo, puesto que si éste es alto, es decir, en condiciones de preocupación elevada la activación fisiológica alcanzará, justo después de pasar su nivel máximo, un umbral en el que se producirá un rápido descenso del rendimiento, hecho que el autor denomina como "catástrofe". Otro dato importante que señala este modelo es que la ejecución empeora espectacularmente, lo cual difiere del descenso constante pronosticado por la hipótesis de la U invertida, y por tanto el deportista necesitará más tiempo de recuperación para alcanzar de nuevo, el nivel óptimo de ejecución. Teoría de la inversión En esta misma línea de trabajo, Kerr (1985) afirma, en su Teoría de la Inversión, que "el modo en que el arousal de una persona afecta a su rendimiento depende básicamente de la interpretación que aquélla hace de su nivel de activación fisiológica". Es decir, que un mismo deportista puede percibir su nivel de arousal como algo positivo en un momento concreto y un minuto más tarde, o bien, en un breve período de tiempo interpretarlo negativamente. Así pues, el carácter placentero o displacentero que un sujeto atribuye a su propio nivel de activación, influirá directamente en el nivel de rendimiento . Se han desarrollado numerosas investigaciones que creen importante considerar la estimación de la intensidad del ejercicio llevado a cabo por los propios deportistas (Monahan, 1988), un ejemplo de ello es el desarrollo de escalas de percepción de ejercicio: Ratings of Perceived Exertion (RPE) (Borg, 1970; Borg y Leiderholm, 1967; Michel y Eckhardt, 1972; Smutok, Scrinar y Pandolf, 1980; Eston, Davis y Williams, 1987). En esta misma línea de trabajo Arruza, J.; Alzate, R. y Valencia, J. (1996), llevaron a cabo una investigación con el objeto de estudiar la relación existente entre los diferentes tipos de esfuerzo (formas de entrenamiento) y los cambios en la F.C. (frecuencia cardíaca) y la R.E.P. (esfuerzo percibido), así como la relación existente entre estas dos variables. Estos autores sugieren a partir de los resultados obtenidos en su investigación, investigar la posible influencia que pueda existir entre la utilización de del·esfuerzo percibido, como mecanismo regulador del sistema táctico y su influencia en la autoeficacia durante la competición . Conceptualización de la ansiedad competitiva El estudio de la ansiedad en el ámbito del deporte ha cobrado una especial relevancia en las últimas décadas, debido a la influencia que esta emoción ejerce sobre el rendimiento deportivo. Uno de los autores que más ha estudiado la relación entre ansiedad competitiva y rendimiento deportivo es Martens (1975). En su obra se aprecia la clara influencia de la Teoría de la Ansiedad Estado-Rasgo de Spielberger y la Teoría de la Evaluación Social. Para este autor el carácter definitorio de una situación de competición, en relación con otras situaciones comparables, es que la persona, está en condiciones de evaluar la ejecución y conoce los criterios de comparación; considerándolo por lo tanto, como un proceso competitivo (Proceso Competitivo de Martens, 1977), en el que se incluyen las siguientes fases (ver figura 3): 1. Una situación competitiva objetiva, es decir, la presencia de un oponente (en nuestro caso el equipo oponente o contrario). 2. La situación competitiva subjetiva, la motivación, la importancia de la situación competitiva (si es un partido más o menos importante), y la evaluación que el jugador o el equipo realiza de la situación y de los recursos o estrategias que posee para enfrentarse a ella, influyen directamente en la ejecución. 3. La respuesta, considerada por Martens como la decisión que toma el deportista una vez evaluada la situación y por la que decide participar en ella o evitarla. Si la decisión es la de no competir, la respuesta y por lo tanto el modelo del proceso competitivo termina aquí. Si por el contrario la decisión tomada es la de competir entonces se pasaría a la siguiente fase. 4. Consecuencia, es la fase final dei Proceso Competitivo y resulta de la confrontación entre la respuesta da por el jugador con el patrón de comparación. Ir S1tuac1ón compet1t1va 1 ct1tudes '--- ~ ~ Consecuencias 1 t : 1 D1sopos1ciones de personalidad : 000000000000000 ~ . . "~~ ~ .-------~ ~ ~ : Situación com¡¡etitiva subJetiva Persona / ~otiv: ... _ u • : , . , ~ ;oidodo; 1 L _ ''"'""'" .____j 1 1 Figura 3. Proceso competitivo. Encontramos una gran similitud entre el modelo teórico de Martens (1977) y la Teoría del Estrés de Lazarus y Folkman (1984), en la que los factores personales (creencias, compromisos y recursos) influyen en la Evaluación Cognitiva y, por consiguiente, determinan las reacciones y estrategias de afrontamiento que posee el individuo y que serán la base para evaluar los resultados. No obstante y cómo señalan estos dos autores, los factores personales no son suficientes para explicar el proceso de evaluación cognitiva, puesto que actúan de forma independiente respecto de los factores situacionales para determinar el grado de amenaza o desafío de la situación (ver figura 4). Como podemos observar en ambos modelos (Martens, 1977 y Lazarus y Folkman, 1984), son coincidentes en la interpretación de la evaluación subjetiva sobre la situación. XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 67 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. Teoría multidimensional de la ansiedad ¡ expectativas, etc.,) sobre el comportamiento y el rendimiento que una persona espera temer ante la ejecución de una determinada tarea. Albert Bandura (1977, 1986) elaboró una teoría sociocognitiva, basada en la autoeficacia como mecanismo cognitivo que media entre la motivación y la conducta. Este concepto hace referencia a la percepción que una person a tiene de su propia capacidad para realizar satisfactoriamente una tarea. Dada la relación directa que la autoeficacia tiene sobre la conducta y las reacciones emocionales asociadas a la misma, esta teoría ha sido frecuentemente utilizada en el ámbito del deporte. Partiendo de la teoría de esta teoría, Feltz (1984), propone que la autoeficacia procede de cuatro fuentes principales de información: los logros de ejecución, las experiencias vicarias (aprendizaje por observación), la persuasión verbal y el arousal emocional. ¡ 1Creencias 1 1Compromisos 1 1 Recursos 1 t t t Evaluación primaria situación evaluada como estresante: pérdida/daño, amenaz.a y/o desafío Evaluación secundaria reconocimiento de recursos y evaluación de las estrategias Martens (1977) define la Ansiedad Rasgo Competitiva como" una tendencia a percibir las situaciones competitivas como amenazantes y responder a éstas con sentimientos de aprensión o tensión". Con el fin de operativizar la Ansiedad Rasgo Competitiva construyó el Sport Compettion Anxiety Test -SCAT- (1977), que es uno de los instrumentos de evaluación psicológica de la ansiedad más utilizado en Psicología del Deporte. La Ansiedad Estado Competitiva fue definida por éste autor como un estado emocional inmediato, caracterizado por sentimientos de aprensión y tensión asociados a la activación del organismo (en concreto el S.N.A y el S.N .S.) que se produce en situaciones de competición . Para su medida Martens, Burton, Vealey y Brump (1982), desarrollaron el CSAI-11, que es también uno de los instrumentos de medida más utilizados en Psicología del Deporte. Estudio de los factores que generan ansiedad e inciden en el rendimiento CJe los futbolistas Existen numerosos factores psicológicos que pueden incidir directamente en el rendimiento de los futbolistas, afectando a variables como la fatiga, el nerviosismo, la tensión muscular, la sensación de sobrecarga, la habilidad tanto con las piernas como con la cabeza, la agilidad para regatear y no ser regateado y girar (Weineck, 2001 ). Sin duda alguna, uno de los factores psicológicos de los que hablamos es la ansiedad, ya que actualmente sabemos que cuando está aumentada el rendimiento puede verse afectado en sentido positivo o negativo, aunque en la mayoría de los casos la influencia de este factor suele ser negativa. Por ello vamos a analizar los distintos factores que modifican los niveles de ansiedad en los futbolistas. Podemos clasificar estos factores en: psicológicos, físicos, ambientales, sociales, técnicos y tácticos. Factores psicológicos Los principales factores psicológicos que afectan a la ansiedad competitiva son: -Variables de corte cognitivo tales como: • Autoeficacia percibida. • Concentración y atención en la actividad deportiva. • Grado de amenaza o desafío percibido. - Motivación. - Pérdida del control emocional. Al ser el fútbol un deporte de equipo, con que sólo uno de sus jugadores presente alteraciones en cualquiera de los factores anteriormente indicados, se puede ver afectado el rendimiento general del equipo. l. Variables cognitivas que afectan a la ansiedad competitiva en el fútbol A) Autoeficacia percibida En los años setenta se desarrollaron numerosas teorías de corte cognitivo en las que se resaltaba el papel que tienen las cogniciones (creencias, juicios, 68 - Los logros de ejecución constituyen la fuente más fiable, pues procede de las experiencias de dominio y ejecución del propio deportista. Por ejemplo, si un delantero, ha realizado con éxito varios tiros a la portería contraria, en varios partidos, percibirá un alto grado de autoeficacia respecto a la capacidad de volver a ejecutar dicha acción en próximos partidos. - Las experiencias vicarias (aprendizaje por observación) es otra fuente de autoeficacia, aunque no tan fuerte como los logros de ejecución (Weinberg, Gould y Jackson, 1979; Gould y Weiss, 1981; McAuley, 1985). Consiste en la utilización de la demostración, por parte de una persona especializada, de una determinada destreza, para aumentar la confianza del jugador en la realización de la misma. Un ejemplo sería la observación de cómo un especialista en lanzamientos de penaltis ejecuta la acción, mejoraría la autoeficacia del observador. - La persuasión verbal es otra fuente de autoeficacia muy utilizada por los entrenadores para influir sobre la conducta de los jugadores. Un ejemplo claro es cuando el entrenador anima a un jugador para que ejecute una acción correctamente, basándose en la experiencia del propio jugador, tal y como puede ocurrir en el lanzamiento de una falta o en el intento de frenar o bloquear a un contrario. - El arousal emocional, según Bandura (1977), afecta a la conducta al alterar las expectativas de eficacia. Por ejemplo cuando un jugador interpreta que el aumento de la ansiedad o arousal fisiológico, es debido al miedo de no poder ejecutar correctamente un penalti, o un tiro a portería en los últimos minutos del partido. Es importante tener presente la distinción conceptual que Bandura (1977) realiza entre expectativas de eficacia y expectativas de resultados o acción -resultados. - La expectativa de eficacia hace alusión a la valoración o convencimiento de que uno puede ejecutar con éxito la conducta necesaria para lograr un resultado dado. Puede definirse en: • Magnitud: se refiere al nivel de dificultad de una tarea. • Generalidad: al grado en que una experiencia dada crea expectativas generales. • Intensidad: se refiere a la facilidad o dificultad con que una experiencia puede perderse ante una experiencia adversa. Es conveniente resaltar la importancia que Bandura concede a las expectativas de eficacia a la hora de determinar la elección de las actividades de un individuo. Por ejemplo, aquellos jugadores que tienen una alta percepción de eficacia, desarrollarán acciones de juego más seguras y adecuadas a las exigencias del partido, independientemente de que el medio que les rodea (espectadores, arbitraje, etc.) refuerce o no sus ejecuciones, pudiendo aumentar la intensidad de sus acciones cuando el medio es desfavorable. Por otra parte y como es lógico pensar, las expectativas de eficacia poseen relevante a la hora de determinar el abandono, o por el contrario el progreso de un deportista en su deporte. © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. DR. F. MIGUEL-TOBALl; DRA. M•. R. NAVLET SALVATIERRA; DRA. M•. D. MARTÍN DÍAZ; DR. J. J. RAMOS ÁLVAREZ; DR. J. C.Y LEGIDO ARCE - Las expectativas de resultado hace alusión a la convicción de que el individuo es capaz de llevar a cabo con éxito una conducta y lograr con ella un resultado deseado. Es importante tener presente el significado que el autor concede al término "resultado ", distinto del significado corriente que se le XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA YCIRUGIA ORTOPEDICA Influ'encia de la ansiedad en el rendimiento del futbolista Pautas de entrenamiento para la mejora de la autoconfianza en los jugores de fútbol La clave para adquirir y mejorar la autoconfianza de los deportistas, se basa en el reconocim iento y análisis de las situaciones deportivas que los jugadores han experimentado con mucha o poco autoconfianza. Para ello el futbolista, en nuestro caso, debe identificar una situación concreta y dar respuesta a preguntas del tipo: - ¿Qué grado de autoconfianza te supone o te supuso esta situación? - ¿A que factores (espectadores, arbitraje, técnico, táctico, físico, psicológico, error de ejecución de un compañero, etc.) atribuyen tu falta de autoconfianza? -¿Qué cambiarías de tu comportamiento deportivo para mejorar la autoeficacia en dicha situación? - ¿Qué pensamientos positivos deberías de tener antes y durante el partido para evitar la falta de control y autoconfianza sobre dicha situación? -¿Qué situaciones de juego aumentan tu expectativa de autoeficacia durante un partido? -¿Qué situaciones de juego te producen un exceso de autoconfianza y por consiguiente una disminución del rendimiento? - ¿Qué tipo de estrategias deportivas y psicológicas utilizas en los momentos difíciles de un partido? - ¿Qué sensaciones físicas negativas asocias a la falta de autoconfianza, antes y durante el partido? -¿Qué sensaciones físicas positivas asocias al aumento de autoconfianza que puedes experimentar durante un partido? Con estas cuestiones tratamos de evaluar que situaciones y formas de pensar y actuar, manifiestan y experimentan los jugadores en situaciones deportivas que les suponen una falta o exceso de autocofinaza. No obstante, hay jugadores que muestran dificultad a la hora de identificar situaciones de juego que les producen una falta de autoconfianza, o bien, incapaces de reconocer que pensamiento o sensaciones experimentan. En estos casos podemos utilizar autoregistros como el que aparece en la tabla 1 para que el jugador aprenda a identificar situaciones de juego y la forma de actuar, sentir y pensar ante las mismas. Situación de ataque Situación de defensa Lanzamiento de penalti, Etc. Situación deportiva· Nivel de autoconfianza (0 a 10) ¿Qué comportamiento deportivo llevaste a cabo? ¿Qué pensamientos negativos me producen la situación? ¿Qué pensamientos positivos me producen la situación? ¿Qué siento ante dicha situación? Situación de ataque Situación de defensa Lanzamiento de pena/ti, Etc. Evaluación y medida de la confianza Uno de los autores que más trabajos han aportado al estudio de la confianza en el deporte es Vealey (1986). el cual desarrolló tres instrumentos de evaluación: el inventario de confianza en el deporte rasgo (TSCI), basado en la creencia o grado de certeza que los individuos poseen usualmente sobre su habilidad para tener éxito en el deporte; el inventario de confianza en el deporte estado (SSCI), basado en la creencia o el grado de certeza que los individuos poseen en un momento particular sobre su habilidad para tener éxito en deporte; y el inventario de orientación competitiva (COl), es decir, el constructo disposicional que analiza si el deportista está preferentemente orientado a los resultados o a la ejecución. Evaluación y medida de la autoeficacia La aplicación práctica del estudio de la autoconfianza y autoeficacia percibida esta justificada por la influencia que estas tienen sobre el rendimiento deportivo. Bandura (1977, 1986), además de aportar una teoría sociocognitiva basada en la autoeficacia como mecanismo cognitivo, propuso una teoría microanalítica con el objeto de medir las cogniciones de las expectativas de eficacia en base a las tareas que los deportistas pueden realizar y el grado de certeza que la realización de las mismas le supone. El autor propone que la autoeficacia debe valorarse a lo largo de tres dimensiones: magnitud o nivel, fuerza y generalidad. La magnitud o nivel según la teoría microanalítica, hace referencia a los logros de ejecución esperados por el deportista. Según el autor las expectativas de eficacia serán mayores cuando el jugador, en nuestro caso, sienta que es capaz de realizar un mayor número de ejecuciones deportivas de las mismas características técnicas pero de dificultad creciente. Así pues para medir la magnitud, Bandura ((1977) propone la presentación de una lista de tareas deportivas de diferente nivel de dificultad y se les pide a los deportistas cuáles creen que son capaces de ejecutar. La fuerza de autoeficacia según el autor, señala la certeza con que el individuo espera conseguir con éxito cada uno de los componentes o niveles de la tarea o ejecución deportiva. Bandura (1977) propone para medir la fuerza una escala de 100 puntos con unidades de intervalos de 1Opuntos. Estos intervalos son representativos del porcentaje de confianza en las creencias del individuo sobre la posibilidad de conseguir con éxito cada uno de los niveles. La valor final de la fuerza se obtiene de la suma de los valores de confianza y dividiéndolo por el número total de items que componen la ejecución o meta de la conducta. La generalidad hace alusión al número de dominios en los que el individuo se considera eficaz. Para medirla el autor propone la realización de una lista de tareas o en nuestro caso de ejecuciones deportivas, nuevas o de igual o similar complejidad que las que se vienen realizando. De esta forma se puede comprobar el grado de generalización de las cogniciones de autoeficacia. Ejemplo de la teoría microanalítica de Bandura (1977, 1986). Adaptado por Balaguer, 1., Palomares, J. y Guzmán, J.F. (1994). Indica el nivel y fuerza de autoeficacia en diferentes tareas y/o situaciones de tu deporte. Para ello elabora un listado de diferentes tareas de tu deporte. Por ejemplo un lanzamiento de pena/ti en fútbol. Primero indica si sientes capaz o no de realizar cada una de las tareas. TAREAS SI NO SI NO 1 ............................................................. . 2 ............................................................. . Tabla 1. Hipótesis de la U invertida XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 69 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. atribuye al término "resu ltado deportivo", ya que éste último se refiere al logro de una determinada actuación en sí, no a las consecuencias derivadas de su obtención. Para Bandura (1977) el reconocimiento social, aumento de las primas, satisfacción personal, obtenidas por la ejecución de una conducta, o actividad deportiva en nuestro caso, constituyen las expectativas de resultados. Otro dato importante es la distinción que hace al autor: "los individuos pueden creer que una determinada acción producirá determinados resultados, pero si tienen dudas sobre su capacidad para ponerla en práctica, ese conocimiento no influye en su conducta". Ahora indica en qué medida te sientes capaz de realizar cada tarea y elige para ello un valor entre cero y cien. ¿En qué medida te sientes capaz de (realizar la tarea 1) ............................ ? O 100 valor elegido= .................... . ¿En qué medida te sientes capaz de (realizar la tarea 2) ............................ ? 1 100 valor elegido= .................... . Otro instrumento de evaluación de la autoeficacia percibida es el cuestionario de Autoeficacia Física (PSE) de Ryckman, Robbins, Thornton, y Cantrell (1982), creado con el propósito de medir las diferencias individuales en la habilidad física percibida (PPA), es decir, la percepción que tienen las personas sobre sus habilidades físicas; y la subescala que medie la confianza de los sujetos en su autopresentación física (PSPC). ltems de la escala de autoeficacia física 1. Tengo excelentes reflejos, 2. No soy ni ágil ni airoso/a. 3. Raramente me siento avergonzado/a por mi voz. 4. Mi físico es más bien robusto. 5. Algunas veces, las situaciones Je estrés, no me permiten funcionar bien. 6. No puedo correr con rapidez. 7. Tengo defectos físicos que a veces me molestan 8. Siento que no tengo control cuando tengo que desenvolverme en pruebas de destreza física. 9. Nunca me he acobardado por pensamientos referidos a encuentros sexuales. 10. La gente piensa cosas negativas de mí por compostura física. 11. Cuando estoy con gente más grande que yo físicamente no vacilo en expresar mi desacuerdo. 12. Mi tono muscular es pobre. 13. No estoy orgulloso/a de mi habilidad para el deporte. 14. Generalmente la gente atlética no recibe más atención que yo. 15. A veces tengo envidia de aquellos que son más atractivos que yo. 16. Algunas veces mi risa me avergüenza. 17. No me preocupa la impresión que mi físico causa a los demás. 18. A veces me siento incomodo/a al dar la mano a alguien porque mis manos están desagradablemente húmedas, 19. Mi rapidez me ha salvado de algunos aprietos. 20. No soy propenso/ a los accidentes. 21. Cuando saludo noto que tengo un firme "apretón de mano". 22. Gracias a mi agilidad he sido capaz de hacer cosas que otros no hubieran sido capaces de hacer. !Fuente: Ryckman, R.M., Robbins, M.A., Thornton, B. y Cantrell, P. 11982). Development and validation of physical self-scale. Journal of Personality an Social Psychology. Vol. 42 15), 891 -900). B) Concentración y atención en la actividad deportiva Se puede decir que la concentración no es más que dirigir la atención hacia algo; es decir, estar concentrado es atender exclusivamente a aquello que ayuda a la persona a ejecutar lo que va a hacer a continuación. Dentro del mundo del deporte estar concentrado significa tener la atención constantemente en la tarea que se está realizando. Esto no es tarea fácil, puesto que el deportista tiene que atender a diferentes cosas en los momentos apropiados (Pérez, Cruz y Roca, 1995). La relación entre variables cognitivas, más concretamente la concentración, y rendimiento deportivo ha sido estudiada por distintos autores, entre los que podemos destacar el trabajo de Landers, Wang, y Courtet (1985), en el que demostraron que los niveles altos de ansiedad y aurosal disminuyen o alteran la capacidad de concentración provocando un estrechamiento del campo atencional, lo que influye negativamente en la ejecución de las tareas que requieren un foco atencional externo como en el caso del fútbol. Una línea de trabajo similar a la anterior es la llevada a cabo por Wine (1971), Sarason (1978 y 1980), Wine (1982), quienes han 70 resaltado el efecto debilitador del componente cognitivo sobre el rend imiento, debido a que el sujeto focaliza la atención en aspectos irrelevantes y no en los centrados en la tarea, y por lo tanto, necesarios para una buena ejecución de la misma. Hasta aquí hemos visto, por los distintos autores, cómo la ansiedad puede disminuir la concentración y por lo tanto el rendimiento, pero tal y como afirma McCann (1998), también hay que tener en cuenta que una inadecuada concentración previa al comienzo de la competición puede ser la causante del incremento de los niveles de ansiedad en el deportista. McCann se refiere, más concretamente, a que cuando el deportista antes de la competición se concentra en los resultados, se incrementan en él los niveles de ansiedad; mientras que cuando se concentra en las tareas o en el proceso de la competición (realizar un buen calentamiento, aplicar la técnica correctamente, etc.), disminuyen los niveles de ansiedad. Esto se debe a que, en el primer caso, el deportista no puede controlar el resultado, mientras que en el segundo, sí puede ejercer un control directo sobre la tarea o el proceso de la competición. Nideffer (1976), propone un modelo teórico basado en el estilo atencional. Este modelo ha tenido una gran repercusión a nivel internacional, aunque algunos investigadores como Abernethy (1993) lo han criticado duramente. En él se describen las habilidades atencionales como parte de un sistema de dos dimensiones principales: amplitud (estrecha-amplia) y dirección (internaexterna). La amplitud hace referencia a la capacidad de integrar adecuadamente un gran número de estímulos a la vez; la dirección hace referencia a que la focalización de la atención puede realizarse hacia el interior o al exterior del individuo. El resultado de este estudio ha sido la creación de una versión sobre estilos atencionales específicos para el deporte denominada Test of Attentional and lnterpersonal Style 1Nideffer, 1976) del TAIS general sobre estilos atencionales, que está dando un buen resultado como predictor de la capacidad percibida para la práctica del fútbol tal y como demostraron Fisher y Taylor (1980), y Cei, Guadagni y Rossi (1992). En concreto, los resultados apuntan a que aquellos jugadores, que se perciben a ellos mismos como más competentes, estrechan de forma eficaz su foco atencional, seleccionando los indicadores que tienen más probabilidad de ocurrencia, a la vez que no internalizan excesivamente aquellos que no tienen relevancia con el fin de no sobrecargarse de información. Resultados similares a los hallados en fútbol se han encontrado en otras disciplinas deportivas tal y como lo demostraron Van Schoyck y Grasha (1981), siempre y cuando se apliquen medidores adaptados específicamente a cada una de las disciplinas. Como ejemplo de la aplicación de la teoría del estilo atencional al fútbol podemos mencionar la llevada a cabo por Cei, Guadagni y Rossi (1992) y cuyo objetivo es la descripción preliminar de un sistema de evaluación y entrenamiento del estilo atencional de los jugadores de fútbol, realizando para ello un análisis cuantitativo y cualitativo de la comparación entre la evaluación del estilo atencional del jugador de fútbol y su rendimiento en los partidos. Los resultados obtenidos son los siguientes: • El jugador que posee un estilo atencional no demasiado flexible y una ampl itud media puede hallarse en dificultades cuando debe tomar decisiones y reaccionar rápidamente. • El jugador que se percibe a sí mismo con tendencia a ser desbordado por los estímulos internos y externos, y con un foco atencional muy restringido, puede tener problemas, tanto en la fase de intercepción como en aquellas acciones que anticipación a su oponente mediante el uso de reacciones rápidas por parte del jugador. • El jugador que se siente sobrecargado por los estímulos externos y, debido a esta razón, se comporta de manera impulsiva, puede jugar con una alta frecuencia de pases cortos, intercepciones, enfrentamientos uno a uno, así como disparos a puerta. • El jugador que analiza muy someramente las distintas situaciones de juego, manifestará una acción de juego mucho más eficaz si actúa como defensor en enfrentamientos directos o si, por el contrario, juega como atacante en acciones individuales. No obstante, puede cometer errores en situaciones tácticas más complicadas, y que necesitan una más elevada colaboración con el resto del equipo (por ejemplo, en situaciones de fuera de juego o al jugar posicionalmente sin balón). XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. DR. F. MIGUEL-TOBALI; DRA. M'. R. NAVLET SALVATIERRA; DRA. M'. D. MARTÍN DÍAZ; DR. J. J. RAMOS ÁLVAREZ; DR. J. C.Y LEGIDO ARCE Evaluación de la atención en el deporte A partir de lo expuesto queda clara la relación existente entre la capacidad atencional y el rendimiento deportivo. A lo largo de los años 70 se fueron desarrollando numerosas técnicas e instrumentos de evaluación con el propósito de poder medir y adecuar la capacidad atencional de los deportistas a las exigencias de cada deporte, y por consiguiente, mejorar así su rendimiento deportivo. Las técnicas más utilizadas desde entonces hasta nuestros días son: los autoinformes, la técnica de muestreo de pensamientos (Kiinger, 1984; Schomer, 1986); las técnicas de laboratorio; el test de rejilla (Harris y Harris, 1984) y la observación de la conducta no verbal, entre otros. Los autoinformes. Su objetivo es recabar información sobre los factores atencionales e interpersonales que afectan a la ejecución en una gran variedad de situaciones. El autoinforme más utilizado en diferentes ámbitos (deportivo, laboral, clínico, etc) es el TAIS (Test de Estilos Atencionales e lnterpersonales) de Nideffer (1976). y a partir del cual se han creado otros con el propósito de adaptarlos a los diferentes deportes y evaluar así las destrezas específicas requeridas para cada deporte. El TAIS fue diseñado para medir el estilo, o disposición atencional de un individuo, ya que según el autor, estos contribuyen a la existan diferencias en la calidad de las ejecuciones (Nideffer, 1976). El test consta de 17 subescalas, seis de las cuales miden el estilo atencional, las otras el estilo interpersonal y el control cognitivo. Las adaptaciones del TAIS a otros deportes son: El "Baseba/1 Test of Attentional and lnterpersonal Style" BTAIS (Aibrecht y Feltz, 1987). el cual evalúa el estilo atencional de los jugadores de béisbol. El "Riflery Attention Questionnaire" RAQ (Etzel, E.F., Jr., 1979), el cual evalúa el estilo atencional en tiradores con rifle de élite. El "Tennis Test of Attencional and lnterpersonal Style" T-TAIS (Van Schoych y Grasha, 1981 ), el cual mide el estilo atencional de los tenistas. El "Test of Soccer Attencional Style" TSAS (Fisher y Taylor, 1980). el cual evalúa el estilo atencional de los jugadores de fútbol. Está compuesto por 72 items. Las subescalas son: foco externo-ancho, foco interno-ancho, foco externo sobrecargado, foco interno sobrecargado, foco estrecho afectivo. Los sujetos responden a los items utilizando escalas ordinales de 5 puntos. Respecto a la validez y fiabilidad del test, encontramos que los coeficientes de consistencia interna alpha de Cronbach oscilan para todas las subescalas entre 0.81 y 0.92, así pues, el grado de discriminación de los diferentes niveles de habilidad existentes entre los jugadores de fútbol es alto. Técnica de muestreo de pensamientos (Kiinger, 1984; Schomer, 1986) consiste en recoger información de los pensamientos que tienen el deportista durante la ejecución deportiva (siempre y cuando las características del deporte nos lo permita) y localizar así, el tipo de foco atención que utiliza durante su realización. Técnicas de laboratorio. El objetivo de las mismas es analizar y evaluar las capacidades atencionales, pero su uso queda reducido a un espacio artificial, el laboratorio, y el personal tiene que estar especializado. Entre las diferentes técnicas la más utiliza en el ámbito del deporte es el test de rejilla (Harris y Harris, 1984). Observación de la conducta verbal, cuando el deportista está compitiendo. Para ello se registran las expresiones faciales durante el precalentamiento y la competición. Todo esto nos aporta información sobre el estado emocional del deportista y sobre su nivel de atención durante la ejecución. C) Grado de amenaza o desafío percibido El grado de amenaza o desafío percibido forma parte del proceso de evaluación que el individuo realiza cuando analiza la información procedente de los estímulos tanto internos como del medio que le rodea . Lazarus y Folkman (1984) señalan en su teoría cognitiva del estrés, que los procesos de evaluación son mediadores de las complejas transacciones bidireccionales entre el individuo y el entorno. Un elemento clave del proceso de evaluación es el significado que Lazarus (1966) otorga al término percepción, ya que según el autor este se configura como un producto final de una apreciación intuitiva de las demandas del medio, los recursos que posee el individuo para hacer frente a estas y los resultados previsibles (expectativas de eficacia y resultado) de la interacción con el medio. El proceso de evaluación de la situación forma parte de la evaluación primaria, según la teoría cognitiva del estrés de Lazarus y Folkman (1984), los cuales establecen una categoría de los diferentes tipos de situación, en función de la significación que ésta tienen para el individuo: irrelevante, benignopositiva y estresante. La evaluación de la situación con carácter estresante tiene un interés especial, ya que en función de la percepción o interpretación que le individuo realice de la situación, movilizará los recursos o estrategias necesarios para hacerla frente. Las situaciones evaluadas como estresantes pueden tener diferentes características en función del impacto emocional que produzca en el sujeto. Así pues, Laza rus y Folkman (1984) las clasificaron como: a} Daño/Pérdida, cuando el individuo ha recibido ya algún perjuicio como haber sufrido lesión o enfermedad incapacitante, algún daño a la estima propia o social, o bien haber perdido a algún se querido. Los acontecimientos más perjudiciales son aquellos en los que hay una pérdida de compromisos importantes. b} Amenaza, cuando se refiere a aquellos daños o pérdidas que todavía no han ocurrido pero que pueden ocurrir. Estos autores señalan que aun cuando ya hayan tenido lugar, se consideran igualmente amenazantes por la carga de implicaciones negativas para el futuro que toda pérdida lleva consigo. La principal diferencia entre amenaza y el daño/pérdida, es que la primera permite anticipar el tipo de recursos y estrategias para hacer frente a la situación. e} Desafío, tiene mucho en común con la amenaza en el sentido de que ambos implican la movilización de estrategias de afrontamiento, pero su principal diferencia radica en que en el desafío existe una valoración de las fuerzas para vencer en la confrontación, la cual se caracteriza por generar emociones placenteras como: impaciencia, excitación y regocijo. Por el contrario en la amenaza se valora principalmente el potencial lesivo, lo cual se acompaña de emociones negativas tales como:; miedo, ansiedad y mal humor. Lo ideal sería que las personas, y en nuestro caso los futbolistas, evaluaran las situaciones deportivas en vez de cómo una amenaza, como un reto o desafío, ya que de ser así, el jugador experimentará un mejor estado de ánimo, mayor autoconfianza y un aumento de la capacidad de desarrollar estrategias o recursos adecuados. Por lo tanto queda claro, que las evaluaciones de desafío aparecen con mayor frecuencia cuando el jugador tiene la percepción de control en la relación sujeto-entorno. Sin embargo, tenemos que tener presente, que este tipo de evaluación de la situación no aparecerá cuando el esfuerzo necesario para controlar tal relación no sea importante, ya que el placer del desafío, como dicen los autores, parte de uno mismo (Lazarus y Folkman, 1984). 11. Motivación Como se ha venido explicando a lo largo de este capítulo, una de las principales características deportivas del fútbol, es la interacción y cooperación entre sus miembros. Como es lógico pensar cada uno de ellos exhiben una interdependencia con respecto a la tarea, es decir, sus integrantes deben interactuar para cumplir un objetivo, obtener el máximo rendimiento en función del rol que desempeñan, de acuerdo con la estructura predeterminada del equipo, es decir, como se perciben unos a otros y qué se esperan de sí mismos y de cada uno de los integrantes del equipo. El nivel de motivación y autoconfianza son dos variables directamente relacionadas entre sí y que tienen un valor determinante en el desarrollo deportivo de cada uno de los jugadores. Los motivos y objetivos individuales que XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 71 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. Influencia de la ansiedad en el rendimiento del futbolista DR. F. MIGUEL-TOBALl; DRA. M'. R. NAVLET SALVATIERRA; DRA. M'. D. MARTÍN DÍAZ; DR. J. J. RAMOS ÁLVAREZ; DR. J. C. Y LEGIDO ARCE • Los deportistas entre 8 y 11 años están motivados ya por sí solos. El objetivo es la diversión haciendo deporte y aprender. La competición a estas edades debe estar orientada a corregir fallos, más que a criticar y por consiguiente, evitar los castigos. • Los deportistas entre 11 y 13 años presentan grandes diferencias a nivel fisiológico, por lo que es importante adecuar de forma individual los objetivos deportivos a las habilidades de los deportistas. • Para motivar a deportistas entre 14 y 16 años, hay que trabajar individualmente con ellos. Es necesario conocer sus objetivos y controlar que éstos sean reales, flexibles y alcanzables. Es importante centrarse en la tarea, más que en el resultado, su principal objetivo debe centrarse en mejorar y superarse en el aprendizaje. • Para los deportistas de elite adultos, la competición sirve para medirse individualmente en aspectos técnicos, físicos y mentales, en relación con otros deportistas o integrantes de otros equipos. • El nivel de antoconfianza influye en las expectativas que el jugador posee a la hora de conseguir un objetivo deportivo, previamente determinado. Si ésta es baja repercutirá de forma negativa en su nivel motivacional y tenderá a proponerse objetivos que estén por debajo de sus capacidades y habilidades deportivas, lo que repercutirá seriamente en su ejecución y por consiguiente en el rendimiento del equipo. Otro problema que puede plantearse es que los objetivos propuestos de forma grupal no sean lo suficientemente realistas en función de la capacidad y nivel deportivo del equipo, o bien, en función la dificultad del partido o el nivel deportivo del equipo contrincante. Los objetivos y las expectativas éxitos o fracasos futuros en los partidos influyen sobre la evaluación de la situación y por consiguiente sobre el tipo de atribuciones causales que éstos emitirán a cerca del resultado de sus ejecuciones y sobre sus reacciones emocionales (Biddle, 1993; McAuley, 1993). La teoría de la Atribución de McAuley, (1993) y la teoría del Locus de Control de Rotter (1966), están íntimamente re lacionadas. Esta última, adaptada al deporte, hace referencia a la creencia que cada deportista tiene de las conexiones entre los éxitos y los fracasos y su propio comportamiento o conducta deportiva. Ellocus de control de un individuo puede ser interno o externo. El locus de control es interno cuando el deportista cree que hay relación directa entre su ejecución deportiva, y el resultado que ha conseguido. Un ejemplo típico sería cuando un jugador consigue un gol en un lanzamiento de falta directa y lo atribuye a su práctica y esfuerzo realizado. El locus de control es externo cuando el deportista cree que no hay relación directa entre su ejecución, y el resultado que ha conseguido. Un ejemplo típico sería cuando un jugador consigue un gol en un lanzamiento de falta directa y lo atribuye a la suerte. En general, el jugador que tiene un locus de control interno es más productivo o eficaz porque tiene la sensación de control sobre su ejecución deportiva y sobre la posibilidad de modificarla en competición, puesto que posee un mayor número de estrategias de afrontamiento para obtener mejores resultados. Si relacionamos el tipo de locus de control con la dimensión de estabilidad, las atribuciones que puede hacer el jugador sus resultados deportivos son las siguientes: Factores estables son la capacidad del deportista y la dificultad de la tarea. Factores inestables son el esfuerzo y la suerte. 72 ( Locus de control e.xterno) Dificultad de la tarea Inestable Esfuerzo Suerte Otra dimensión que posteriormente también maneja Weiner (1985, 1986) es la de controlabilidad. Relacionándola con la teoría de Rotter (1975), encontramos que la capacidad y el esfuerzo están bajo el control del deportista, mientras que la suerte y la dificultad de la tarea están fuera de su control. Weiner (1985, 1986), relaciona la teoría de la Atribución de Heider (1958) y la teoría de Locus de Control de Rotter (1966) y propone las siguientes categorías de atribución básicas: Estabilidad Estable Inestable Locus de control Interno Externo Controlabilidad Bajo Fuera control de control Así pues las interpretaciones causales que un jugador puede establecer sobre el éxito o fracaso de una determinada acción de juego dependerá del tipo de atribución realizada en función de las distintas categoría expuestas anteriormente. Evaluación de la motivación en el deporte En el ámbito del deporte los instrumentos de evaluación para medir el nivel de motivación, se han basado, en su gran mayoría, en la teoría de Maehr y Nicholls (1980). Entre ellos cabe destacar: - Achievement Orientation lnventory (Ewing, 1981) . Evalúa los © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. poseen los miembros de un equipo deben ir en consonancia con los establecidos por el mismo, en función de sus características intrínsecas (nivel deportivo, categoría, fase, etc.). Es importante tener presente el carácter dinámico estas variables, ya que pueden variar en función de múltiples factores, entre ellos las diferencias individuales en función del desarrollo evolutivo de sus participantes y el inicio de las competiciones deportivas. De Diego y Sagredo (1997, pp. 276) establecen una clasificación de motivos en función de la edad y la implicación deportiva de los sus miembros. siguienteS aspectos: • Factor orientación: hacia la habilidad deportiva, es decir, el deseo que tienen los individuos de mantener una alta percepción de habilidad. • Factor orientación hacia la tarea, es decir, la disposición que posee el individuo para centrarse en el proceso más que en el resultado. • Factor orientación hacia la aprobación social, es decir, la necesidad que tienen las personas de aprobación social. Competitive Orientacion lnventory (Vealey, 1986). Mediante este cuestionario se pueden valorar las diferencias individuales en la tendencia a luchar por determinadas metas en el deporte. Los factores que miden son: • La orientación a la ejecución. • La orientación a los resultados. - Sport Orientation Ouestionnaire (Gill y Deeter, 1988). Este cuestionario se caracteriza por el valor multidimensional que se otorga a la orientación de logro en el deporte. Está formado por tres factores ortogonales: • Competitividad, es decir, el deseo por conseguir el éxito en el deporte. • Orientación al triunfo, es decir, el deseo de ganar a los contrincantes. • Orientación hacia la meta, es decir, el deseo de conseguir metas personales en el deporte. - Task and ego Orientation in Sport Ouestionnaire (TEOSO) (Duda y Nicholls, 1989). Este cuestionario consta de dos factores ortogonales: • Orientación a la tarea. • Orientación al yo. Percepcion of Success Ouestionnaire (POSO) (Roberts y Balague, 1989). Este cuestiona rio se centra en la percepción que tiene el propio deportista de lo que supone tener éxito en el deporte. Consta de dos factores ortogonales: competitividad y maestría. La versión española fue realizada por Escatí y Cervelló (1994) y supervisada por Balagué, coautora del mismo. XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA Influencia de la ansiedad en el rendimiento del futbolista - Programas de Incentivos, con el objetivo de instaurar en su repertorio de conducta, recompensas que aumenten la motivación por la actividad física y el deporte. - Entrenamiento en establecimiento de metas, basadas en el presupuesto teórico de que aquellos sujetos que poseen unos objetivos, correctamente definidos y asumidos, movilizarán sus fuerzas para la consecución de los mismos, al tiempo que estos actuarán como reguladores de su propia conducta (Locke, Shaw, Saari y lathan, 1981). Los resultados que se obtienen de estos programas son: una me mejora del clima deportivo, aumentando la comunicación y empatía de los miembros del grupo deportivo, mejorar la autodisciplina y favorecer el desarrollo de estrategias de autocontrol. 111. Control de la ansiedad Evaluación de la ansiedad La Ansiedad competitiva se puede evaluar de la siguiente mediante: Autoinformes. Autopercepciones del sujeto sobre su nivel de ansiedad antes, durante y después de la actividad deportiva. Registros fisiológicos. Se utilizan la tasa cardiaca, el consumo de 02, la presión sanguínea sistólica y la concentración de ácido láctico en sangre. Con ellos se puede evaluar la ansiedad estado durante la realización de una tarea que implicaba un gran esfuerzo físico. Entre los autoinformes más utilizados para evaluar la ansiedad competitiva en el deportista están: The Sport Competition Anxiety Test (SCAT), de Martens (1977). Evalúa la ansiedad rasgo competitiva, y se aplica en el periodo precompetitivo. Competition State Anxiety lnventory (CSAI), de Martens (1977). Es una adaptación del State-Trait Anxiety lnventory (STAI-E) a la competición, ya que evalúa la ansiedad estado competitiva. Existe una segunda adaptación, revisión de la primera, realizada por Martens y cols. (1983, 1990), denominada CSAI-2. Se aplican antes y después de la competición. Técnicas para el control de la ansiedad competitiva. 1. Técnicas fisiológicas para el control de la Ansiedad Competitiva. 1.1. Técnicas de Activación. El objetivo básico de estas técnicas es buscar la potenciación de la activación fisiológica (Capdevila, 1987; Harris, 1986 y Weinberg, 1982). a) Control de la Respiración. Mediante esta técnica lo que se pretende es que el deportista, focal ice su atención en el ritmo de su respiración. Si lo que pretendemos es aumentar la activación del jugador, éste debe realizar respiraciones profundas y cortas. También se suelen obtener mejores resultados cuando pedimos al sujeto que imagine con cada inhalación que está produciendo más energía en su interior, con cada exhalación que se está desprendiendo de la tensión o fatiga. b) Visualización de Imágenes Energetizantes. Antes de comenzar con esta técnica, nos tenemos que asegurar que el deportista posee una buena capacidad para reproducir imágenes mentalmente. También es importante conocer que tipo de imágenes producen un efector activador sobre el deportista en cuestión. Por ejemplo, el jugador cuando va a tirar un penalti se imagina que el pie con el que lo ejecuta es como un muelle al que presionamos y soltamos rápidamente. e) Biorretroalimentación. Esta técnica parte del hecho de que el ser humano recibe información de sus propios procesos biológicos y del carácter involuntario de los mismos. Zaichkowsky y Fuchs (1989), señala la existencia de tres elementos básicos para aplicar esta técnica: - Instrumentos electrónicos que proporcionan un feedback, auditivo o visual, de las respuestas fisiológicas, objeto de entrenamiento (ritmo cardíaco, temperatura, conductancia de la piel, tensión muscular, etc). - Un sistema que convierte las señales de las diferentes respuestas fisiológicas, objeto de entrenamiento, en señales analógicas (auditivo o visual), que recoge un polígrafo. - La utilización complementaria de estrategias cognitivas, como autoinstruccines dirigidas a modificar los parámetros de las distintas respuestas fisiológicas objeto de entrenamiento, así como el uso de reforzadores contingentes a los cambios fisiológicos producidos. d) Autoinstrucciones positivas. Consiste en el empleo de frases, cortas de carácter positivo, energetizante, realista y adecuados a la situación deportiva concreta. 1.2. Técnicas de Reducción de la Activación. a) Entrenamiento en relajación: • Relajación Progresiva de Jacboson (1938). Esta técnica fue creada por Edmund Jacobson (1938), con el propósito de enseñar a las personas a sentir la tensión de sus músculos y para acto seguido aprender a relajarlos. Esta técnica ha tenido diversas modificaciones a lo largo de los años, pero su objetivo sigue siendo el mismo. Sus principios básicos son: Aprender a diferenciar entre tensión y relajación. Aprender que ambos no pueden aparecer simultaneamente. Conocer que la relajación progresiva implica la contracción y relajación sistemática de cada grupo muscular, por ejemplo, extremidades superiores, inferiores, etc. Conocer que la disminución de la tensión muscular produce, a su vez, una reducción de la tensión psicológica. Es necesario el entrenamiento diario de la misma, primero en situaciones óptimas, para que posteriormente se generalice su uso a situaciones potencialmente ansiógenas. • Entrenamiento Autógeno de Schultz (1930). Schultz desarrolló esta técnica en el año 1930 y posteriormente fue perfeccionada en el año 1969, de la mano del mismo autor y Luthe. El propósito de la misma consiste producir un cambio de conciencia en base a una autosusgestión de cambios corporales (sensación de calor y pesadez corporal) que el sujeto va experimentando al tiempo que adquiere sensaciones de relajación y tranquilidad . Su eficacia radica en la reducción de la estimulación aferente durante un período de tiempo, la concentración pasiva y la repetición mental de las frases (Luthe, 1969). • Entrenamiento en respiración. En este caso el control de la respiración está indicado para reducir los niveles de activación del organismo. Consiste en entrenar al deportista a respirar con el diafragma y no con el pecho, al tiempo que se disminuye el ritmo de la misma. De esta forma conseguiremos una mayor sensación de estabilidad, concentración y relajación (Nideffer, 1985). • Biofeedback. El objetivo de esta técnica consiste en entrenar a los sujetos a controlar sus repuestas fisiológicas. Para ello es necesario utilizar como en el caso de la biorretroalimentación expuesta anteriormente, de instrumentos electrónicos que proporcionen un feedback, auditivo o visual, de las respuestas fisiológicas, objeto de entrenamiento. Para su buena aplicación es necesario que previamente el sujeto esté entrenado en relajación como respuesta anatagónica a la tensión y a la ansiedad. • Desensibilización Sistemática. El creador de ésta técnica es Wolpe (1.958). Consiste en un contracondicionamiento gradual mediante la utilización de una respuesta anta- XV JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 73 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. Técnicas de intervención psicológica para la mejora de la motivación en el deporte. DR. F. MIGUEL-TOBALl; DRA. M•. R. NAVLET SALVATIERRA; DRA. M•. D. MARTÍN DÍAZ; DR. J, J. RAMOS ÁLVAREZ; DR. J, C.YLEGIDO ARCE 2. Técnicas Cognitivo-Conductuales para el control de la Ansiedad Competitiva. 2.1. Reestructuración Cognitiva. El objetivo general de las técnicas de reestructuración cognitiva , consiste en detectar los pensamientos negativos y distorsionados que manifiesta una persona ante determinadas situaciones potencialmente ansiógenas, para posteri ormente reestructurarlas, modificando así el tipo de interpretación que la persona realiza de los estímulos internos y externos provenientes del medio que le rodea . 2.2 Autoinstrucciones positivas. El objetivo de esta técnica se expuso anteriormente. 2.3. Inoculación del Estrés (Meichembaum, 1977). El objetivo principal de esta técnica es enseñar a las personas estrategias de afrontamiento para hacer frente a la situaciones potencialmente ansiógenas y estresante que se pueden encontrar en determinadas situaciones, como por ejemplo una competición deportiva. Los programas de Inoculación al Estrés, mantienen siempre el mismo esquema de trabajo: - Fase educativa, cuyo objetivo es proporcionar al sujeto un marco teórico que le proporcione la información necesaria para que comprenda como el afecta el estrés en su comportamiento habitual y como la adquisición de estrategias de afrontamiento comporta mental y cognitivo ayudan a reducir el estrés. - Fase de ensayo o adquis ición de habilidades, cuyo objetivo es entrenar al sujeto a la puesta en marcha de las estrategias de afrontamiento señaladas en la fase anteri or. - Fase de apl icación y consolidación , consiste en poner en práctica , en situaciones reales, las estrategias y habilidades entrenadas en la fase anterior. 2.4. Entrenamiento cognitivo-afectivo para el manejo del estrés (Cognitive-Affective Stress Management Training, SMTJ de Smith (1980). Su objetivo como el programa anterior, es la adquisición de estrategias de afrontamiento al estrés, pe ro en éste caso se lleva a cabo un entranamiento en habilidades de carácter cognitivo (reestructuración cognitiva y autoinstrucciones positivas) y somático (relajación). La adm inistración del programa es individual o en grupo y consta de cinco fases (Smith, 1984): - Evaluación preetrenamiento, cuyo objetivo es evaluar el tipo de situaciones en las que se producen respuestas de ansiedad, el tipo de habilidades que el sujeto utiliza ante dichas situaciones, y cómo todo ello afecta a su rendimiento, en nuestro caso , deportivo. - Entrenamiento racional. En esta fase el objetivo es aportar un marco teórico al sujeto, de forma que pueda conceptualizar su problema, al tiempo que se genera una unas expectativas de éxito hacia el desarrollo del programa. - Adquisición de habilidades. Consiste en el entranam iento de habilidades de carácter somático (relajación progresiva de Jacobson, 1938 y la relajación cognitiva de Benson, 1975) y cognit ivo (reestructurac ión cognit iva y entrenamiento en autoinstrucciones), con el objetivo de reducir la ansiedad precompetitiva que pueden manifestar los deportistas. - Práctica de las habilidades. En esta fase las habilidades aprendidas se ponen en marcha cuando el deportista imagina estímulos o señales externas que le generan ansiedad y señales internas que resultan de la activación emocional que le produce la visualización de las mismas. Cuando se obtiene el nivel de activación adecuado el sujeto pone en marcha las estrategias entrenadas en la fase anterior. 74 - Evaluación Postentrenamiento, su objetivo es evaluar la eficacia de la realización por parte del deportista de este programa. Bibliografía 1. A8ERNETHY, 8.: (1993). Attention. En R.N. Singer, M. Murphey y L. K. Tennant (Eds. ). 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