140 Años de Publicación Continua AÑO (VOL) 140 Nº 3 MARZO 2012 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN • Programa de detección de neoplasias colorrectales en población mayor de 50 años. • Prevalencia y clasificación de enfermedad renal crónica en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en el centro comunitario de salud familiar Pantanosa, Frutillar. • Causas de muerte en pacientes con un injerto renal funcionante. ¿Han ocurrido cambios en las últimas décadas? • Evolución del gasto en alimentos procesados en la población del Gran Santiago en los últimos 20 años. • Caracterización de la ingestión por sobredosis de paracetamol. Reporte de un centro de información toxicológica chileno. • Las nuevas generaciones de mujeres, el embarazo no previsto, las edades y la segmentación social en la sociedad chilena. • Intención y desarrollo de competencias en investigación clínica en programas de postítulo de médico especialista en Chile. • Factores asociados a síndrome metabólico en la comuna de Temuco, Chile. • Validación del cuestionario International Consultation on Incontinence Questionnaire Short-Form (ICIQ-SF) en una población chilena usuaria del Fondo Nacional de Salud (FONASA). • Consumo de tabaco y uso del consejo médico estructurado como estrategia preventiva del tabaquismo en médicos chilenos. CASOS CLÍNICOS • Síndrome de Doege-Potter: hipoglicemia secundaria a tumor fibroso solitario de la pleura. • Hidatidosis cerebral: aspectos clínicos e imagenológicos. Reporte de 4 casos. • Ligadura endoscópica, una nueva opción terapéutica para la ectasia vascular antral: presentación de dos casos clínicos. • Linfoma primario cutáneo agresivo epidermotrópico de células T citotóxicas CD8 positivo. Caso clínico. ARTÍCULOS DE REVISIÓN • Lipasa endotelial y su relación con la enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2. • Descomponiendo el síndrome de déficit atencional en el adulto: hacia un entendimiento de su heterogeneidad pronóstica. ARTÍCULO ESPECIAL • Elaboración del informe médico de lesiones. ÉTICA MÉDICA • Ética Científica y uso de material o datos colectados de seres humanos. EDUCACIÓN MÉDICA • “Co-docencia para el aprendizaje de la entrevista médica”: un apoyo “in situ” para docentes clínicos en la enseñanza de competencias comunicacionales en pre grado. Rev Med Chile 140 (3), 2012: 275-410, RMCHAW ISSN 0034-9887 140 Años de Publicación Continua YEAR (VOL) 140 N3 MARCH 2012 RESEARCH ARTICLES • A screening program for colorectal cancer in Chilean subjects aged fifty years or more. • Frequency of chronic kidney disease among ambulatory patients with type 2 diabetes. • Causes of death with a functioning graft among kidney allograft recipients. • Changes in processed food expenditure in the population of Metropolitan Santiago in the last twenty years. • Characterization of paracetamol overdose. Report of a poison information center in Chile. • Unpredicted pregnancy among Chilean young women. • Commitment and development of competences in clinical research in residency training programs in Chile. • Risk factors for metabolic syndrome in a case control study. • Validation of a Spanish version of the International Consultation on Incontinence Questionnaire Short-Form. • The influence of smoking habits of Chilean physicians on the use of the structured medical advice about smoking. CASE REPORTS • Doege-Potter syndrome: hypoglycemia secondary to solitary fibrous tumor of the pleura. Report of one case. • Brain hydatidosis. Report of four cases. • Endoscopic band ligation, for gastric antral vascular ectasia. Report of two cases. • Primary cutaneous aggressive epidermotropic cytotoxic CD8 positive T cell lymphoma. Report of one case. REVIEW ARTICLES • The role of endothelial lipase in atherogenesis. • Prognostic heterogeneity of attention deficit/hyperactivity disorder in adults. SPECIAL ARTICLE • Preparation of forensic reports of injuries. MEDICAL ETHICS • Scientific ethics and the use of human material or data. MEDICAL EDUCATION • Learning doctor-patient communication: does co-teaching help? Rev Med Chile 140 (3), 2012: 275-410, RMCHAW ISSN 0034-9887 Revista MÉDICA de Chile 140 AÑOS DE PUBLICACIÓN CONTINUA AÑO (VOL) 140 - Nº 3 - MARZO 2012 Publicación oficial de la Sociedad Médica de Santiago, de sus Sociedades Filiales, de sus Capítulos y Sociedades Afiliadas en Regiones ©2012, Sociedad Médica de Santiago. No part of this publication may be reproduced, displayed, or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying or by any information storage or retrieval system, without the prior written permission from the Editors. Una versión electrónica de la Revista Médica de Chile se publica en el sitio web www.scielo.cl del Programa SciELO Chile, de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT). An electronic version of Revista Médica de Chile is published in the web site www.scielo.cl by the Programa SciELO Chile of CONICYT, Chile. Sociedad Médica de Santiago Sociedad Chilena de Medicina Interna Fundada en 1869 Directorio de la PRESIDENTE VICEPRESIDENTE PAST PRESIDENTE SECRETARIA TESORERO Sociedad Médica de Santiago Dr. Guillermo Acuña Leiva Dr. Jorge Vega Stieb Dr. Héctor Ugalde Prieto Dra. 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Germán Schneider, Rodulfo A. Philippi, Alfonso Thévenot, Adolfo Murillo, Pablo Zorrilla y Adolfo Valderrama. Editor Humberto Reyes B. Editor Emérito Alejandro Goic G. Editor de Resúmenes en inglés Daniel Bunout B. Secretaria Ximena Quinteros F. Editores Asociados Max Andresen H. Joaquín Palma H. International Advisory Committee Dame Marcela Contreras, MD, London, UK Felipe C Cabello, MD, Valhalla, NY, USA Luis R Espinoza, MD, New Orleans, LA, USA Dr. Arturo Evangelista M, Barcelona, España Richard V Lee, MD, Buffalo, NY, USA Dr. Julián Panés, Barcelona, España Jorge Rakela, MD, Scottsdale, AZ, USA Dr. Moisés Selman L, México DF, México Comité Editorial Asesor Cecilia Albala B. Miriam Alvo A. Fernando Araya D. Marco Arrese J. Eugenio Arteaga U. Carmen Paz Astete A. Carmen Gloria Aylwin H. Francisco Barriga C. Paula Bedregal G. Leandro Biagini A. Gisella Borzone T. Javier Brahm B. Lucía Bronfman F. María Elena Cabrera C. Fernando Cassorla G. Silvia Castillo T. José Castro O. Iván Caviedes S. Fanny Cortés M. Miguel Cuchacovich T. Hernán Chamorro B. Sara Chernilo S. Orlando Díaz P. Karin D’Ottone M. Alberto Dougnac L. Alejandro Fajuri N. Carlos Fardella B. Alejandra Fernández V. Marcela Ferrés G. Gustavo Figueroa C. Fernando Florenzano U. Carlos Fuentealba P. Homero Gac E. Jaime Godoy F. Fernando González F. Sergio González B. Mauricio Guivernau B. Christel Hanne A. Sandra Hirsch B. Enrique Jadresic M. Liliana Jadue H. Jorge Jalil M. Jaime Labarca L. Luz María Letelier S. Alberto Maiz G. Pedro Paulo Marín L. Loreto Massardo V. Diego Mezzano A. Sergio Mezzano A. Rodrigo Moreno B. Manuel Moreno G. Fernando Munizaga C. Patricia Muñoz C. del V. Sergio Muñoz N. Alfonso Olmos C. Miguel O’Ryan G. Karin Papapietro V. Jaime Pereira G. Juan Carlos Prieto D. Enrique Reynolds H. Iván Roa E. Juan Carlos Roa St. José Adolfo Rodríguez P. Roque Sáenz F. Isabel Segovia D. Eduardo Talesnik G. Paola Toche P. Olivia Trucco A. Mario Uribe M. Gonzalo Valdivia C. Jorge Valenzuela E. Raúl Valenzuela M. José Luis Vukasovic R. Eduardo Wainstein G. Nelson Wohllk G. Marcelo Wolff R. Ricardo Zalaquett S. Rodrigo Zapata L. RMCHAW, ISSN 0034-9887 Revista Médica de Chile (Rev Med Chile) Publicada mensualmente, desde 1872, por la Sociedad Médica de Santiago. Published monthly, since 1872, by Sociedad Médica de Santiago (Chilean Society of Internal Medicine) La Revista Médica de Chile somete los manuscritos recibidos a revisión por pares. Está incluida en las principales bases de datos del área biomédica y otras: Revista Médica de Chile is a peer reviewed journal, indexed in major biomedical and other databases: Index Medicus/ MEDLINE/ National Library of Medicine; Current Contents/ Clinical Medicine; Science Citation Index; LILACS/ Literatura Latino-Americana y del Caribe en Ciencias de la Salud; Chemical Abstracts; Current Citations (Computer File); Index Veterinarius; Nutrition Abstracts and Reviews, Series A: Human & Experimental; SciSearch (Online Database); Social Sciences Citation Index (Select Cov) La REVISTA MÉDICA DE CHILE publica trabajos originales sobre temas de interés médico y de Ciencias Biomédicas, dando preferencia a los relacionados con la Medicina Interna y sus especialidades derivadas. Los trabajos deben enviarse directamente a la REVISTA MÉDICA DE CHILE, Bernarda Morín 488, Providencia, Santiago y deben ceñirse a las normas que aparecen como Instrucciones a los Autores, en los números de enero y julio de cada año y se publican, permanentemente, en www.scielo.cl. La revista se reserva el derecho de hacer modificaciones de forma al texto original. Los trabajos que cumplan con los requisitos formales, serán sometidos a arbitraje por expertos. La nómina de árbitros consultados se publica una vez al año, en Crónica. El Comité Editorial Asesor está constituido por árbitros a quienes se consulta, además, para decisiones editoriales mayores. Valor de Suscripciones Sin costo para los Socios de la Sociedad Médica de Santiago. El valor de la suscripción anual es de $ 220.000 para médicos No Socios de la Sociedad Médica de Santiago y $ 22.000 cada número. El valor para Instituciones es de $ 242.000. 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E-mail: mcristina@editorialiku.cl Los autores y avisadores son responsables por el contenido científico y los puntos de vista expresados, los cuales no necesariamente coinciden con los de los Editores o de la Sociedad Médica de Santiago. Contributors and advertisers are responsible for the scientific content and the views expressed, which are not necessarily those of the Editors or the Sociedad Médica de Santiago. CONTENIDO/CONTENTS Artículos de Investigación / Research Articles Programa de detección de neoplasias colorrectales en población mayor de 50 años. A screening program for colorectal cancer in Chilean subjects aged fifty years or more. Francisco López-Köstner, Udo Kronberg, Alejandro J. Zárate, Ana María Wielandt, Eliana Pinto, Cristobal Suazo, Paulina Orellana, Rodolfo Avendaño, Gustavo Bresky, Mirko Castillo, Jaime Lubascher, Stanko Karelovic, Marcelo Ross, Misael Ocares, Fernando Riquelme, Luis Contreras, Belisario Vargas, Miguel Cortés ........................ 281 Prevalencia y clasificación de enfermedad renal crónica en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en el centro comunitario de salud familiar Pantanosa, Frutillar. Frequency of chronic kidney disease among ambulatory patients with type 2 diabetes. Pablo Villarroel R., Ximena Parra L., Leopoldo Ardiles A. .......................................................................................... 287 Causas de muerte en pacientes con un injerto renal funcionante. ¿Han ocurrido cambios en las últimas décadas? Causes of death with a functioning graft among kidney allograft recipients. Jorge Vega, Christian Videla, Hernán Borja, Helmuth Goecke, Felipe Martínez, Pablo Betancour ........................... 295 Evolución del gasto en alimentos procesados en la población del Gran Santiago en los últimos 20 años. Changes in processed food expenditure in the population of Metropolitan Santiago in the last twenty years. Mirta Crovetto, Ricardo Uauy .................................................................................................................................... 305 Caracterización de la ingestión por sobredosis de paracetamol. Reporte de un centro de información toxicológica chileno. Characterization of paracetamol overdose. Report of a poison information center in Chile. Victoria Bravo, Matías Román, Marli Bettini, Patricia Cerda, Juan José Mieres, Enrique Paris, Juan Carlos Ríos .. 313 Las nuevas generaciones de mujeres, el embarazo no previsto, las edades y la segmentación social en la sociedad chilena. Unpredicted pregnancy among Chilean young women. Irma Palma ................................................................................................................................................................. 319 Intención y desarrollo de competencias en investigación clínica en programas de postítulo de médico especialista en Chile. Commitment and development of competences in clinical research in residency training programs in Chile. Miguel Concha, Christian Miranda J., Gastón Vergara, Humberto Ibarra ................................................................ 326 Factores asociados a síndrome metabólico en la comuna de Temuco, Chile. Risk factors for metabolic syndrome in a case control study in Temuco, Chile. Patricia Philco L., Pamela Serón S., Sergio Muñoz N., Pilar Navia B., Fernando Lanas Z. ....................................... 334 Validación del cuestionario International Consultation on Incontinence Questionnaire Short-Form (ICIQ-SF) en una población chilena usuaria del Fondo Nacional de Salud (FONASA). Validation of a Spanish version of the International Consultation on Incontinence Questionnaire Short-Form. Maritza Busquets C., Ramón Serra T. ........................................................................................................................ 340 Consumo de tabaco y uso del consejo médico estructurado como estrategia preventiva del tabaquismo en médicos chilenos. The influence of smoking habits of Chilean physicians on the use of the structured medical advice about smoking. M. Virginia Araya A., Francisco Leal S., Patricio Huerta G., Nora Fernández A., Gonzalo Fernández O., Juan P. Millones E. ...................................................................................................................................................... 347 Casos Clínicos / Case Reports Síndrome de Doege-Potter: hipoglicemia secundaria a tumor fibroso solitario de la pleura. Doege-Potter syndrome: hypoglycemia secondary to solitary fibrous tumor of the pleura. Report of one case. Rodrigo Campos M., Roberto González L., René Saldías F., Rodrigo Klaassen P., Emilio Alarcón C. ........................ 353 279 CONTENIDO/CONTENTS Hidatidosis cerebral: aspectos clínicos e imagenológicos. Reporte de 4 casos. Brain hydatidosis. Report of four cases. Oscar Tapia E., Aarón Vidal T. , Lilia Antonio P. ........................................................................................................ 358 Ligadura endoscópica, una nueva opción terapéutica para la ectasia vascular antral: presentación de dos casos clínicos. Endoscopic band ligation, for gastric antral vascular ectasia. Report of two cases. Jaime Poniachik T., Zoltán Berger F., Araxi Manuguián G. ....................................................................................... 364 Linfoma primario cutáneo agresivo epidermotrópico de células T citotóxicas CD8 positivo. Caso clínico. Primary cutaneous aggressive epidermotropic cytotoxic CD8 positive T cell lymphoma. Report of one case. Marvila Intriago B., Camila Peña O., Ana María Gray H., María Elena Cabrera C., Virginia Martínez C. ............ 368 Artículo de Revisión / Review Article Lipasa endotelial y su relación con la enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2. The role of endothelial lipase in atherogenesis. Camila Pierart Z., Valentina Serrano L. ..................................................................................................................... 373 Descomponiendo el síndrome de déficit atencional en el adulto: hacia un entendimiento de su heterogeneidad pronóstica. Prognostic heterogeneity of attention deficit/hyperactivity disorder in adults. Andrea Slachevsky Ch., Carolina Pérez J., Jaime R. Silva, Amparo Ruiz-Tagle, Rocío Mayol, Carlos Muñoz-Neira, Javier Núñez-Huasaf ................................................................................................................................................... 379 Artículo Especial / Special Article Elaboración del informe médico de lesiones. Preparation of forensic reports of injuries. Pamela Bórquez V. ....................................................................................................................................................... 386 Ética Médica / Medical Ethics Ética Científica y uso de material o datos colectados de seres humanos. Scientific ethics and the use of human material or data. Carlos Y. Valenzuela .................................................................................................................................................... 390 Educación Médica / Medical Education “Co-docencia para el aprendizaje de la entrevista médica”: un apoyo “in situ” para docentes clínicos en la enseñanza de competencias comunicacionales en pre grado. Learning doctor-patient communication: does co-teaching help? Gricelda Gómez, Philippa Moore, Esteban Araos-Baeriswyl ................................................................................. 396 Cartas al Editor / Letters to the Editor El “empoderamiento”: una nueva dimensión en la relación médico-paciente. “Patient empowerment”: A new dimension in doctor-patient relationship”. Pedro Chaná ............................................................................................................................................................. 404 Relación entre el cáncer de vejiga y la infección por el virus del papiloma humano. Relationship Between Bladder Cancer and Infection by Human Papillomavirus. Antonio Jiménez-Pacheco ...................................................................................................................................... 406 Los médicos y el arte: una dualidad de beneficiosa reciprocidad. Physicians and arts: a duality with potential reciprocal benefits. Marcelo Miranda C. ................................................................................................................................................ 408 280 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Rev Med Chile 2012; 140: 281-286 Programa de detección de neoplasias colorrectales en población mayor de 50 años " % & ' ! , % * & ) $ ( # 1 & + ' A screening program for colorectal cancer in Chilean subjects aged fifty years or more Background: Mortality from colorectal cancer (CCR) in Chile has nearly doubled over the past 15 years. International studies have shown that CCR screening programs based on fecal occult blood test (FOBT) reduce CCR mortality. Aim: To analyze the results from a CCR screening model in people over 50 years. Material and Methods: Between 2007 and 2009, a prospective multicenter study was performed in seven major Chilean cities. FOBT using an immunological method, was measured in asymptomatic subjects aged 50 years or more, without risk factors. In patients with a positive FOBT, with symptoms or with family risk factors, a colonoscopy was indicated. Results: A total of 6348 subjects were assessed, FOBT was performed in 4938 of them, with a compliance of 77%. The result was positive in 9.6%. A total of 2359 colonoscopies were ordered, with an overall compliance of 50.1%. Of the 1184 colonoscopies performed, adenomas and high risk adenomas were found in 304 (26%) and 75 (6%) patients, respectively. Thirteen patients were diagnosed with stage I and II CCR. Three of these lesions were excised endoscopically and 10 surgically. The detection rate of polyps, high risk adenomas and cancer was 75, 12 and 2 per 1000 screened individuals, respectively. Conclusions: This program allowed the early detection of an important number of high risk colon lesions, and all patients with CCR were diagnosed at early stages. (Rev Med Chile 2012; 140: 281-286). Key words: Adenomatous polyps; Colonoscopy; Colorectal neoplasms. L a mortalidad por cáncer de colon y recto (CCR) se ha duplicado en el período 198320081, constituyendo una de las causas de muerte más importantes por cáncer en nuestro país. En países desarrollados, el CCR se encuentra entre las primeras causas de muerte por neoplasias malignas2 y probablemente los factores ambientales sean los principales gatillantes de este tipo de tumores. El CCR presenta algunas características que Unidad de Coloproctología, Clínica Las Condes, Santiago, Chile. 2 Clínica Alemana de Valdivia, Chile. 3 Facultad de Medicina. Universidad Católica del Norte. Coquimbo, Chile. 4 Hospital Regional de Antofagasta, Chile. 5 Departamento de Gastroenterología. Clínica Las Condes, Santiago, Chile. 6 Hospital Regional de Punta Arenas, Chile. 7 Clínica Magallanes de Punta Arenas, Chile. 8 Hospital Regional Concepción, Chile. 9 Hospital del Trabajador Concepción, Chile. 10 Hospital Gmo. Grant Benavente de Concepción. 11 Departamento de Anatomía Patológica. Clínica Las Condes, Santiago, Chile. 12 Hospital del Cobre, Calama, Chile. Recibido el 24 de mayo de 2011, aceptado el 17 de noviembre de 2011. Correspondencia a: Dr. Francisco López-Köstner Teléfono: 6108524 Fax: 6104771 Lo Fontecilla 441 Clínica Las Condes. E-mail: flopez@clc.cl lo hacen particularmente susceptible de ser diagnosticado en etapas iniciales o mejor aun, ser susceptible de prevención secundaria3,4. La gran mayoría de los CCR presenta un desarrollo progresivo desde la etapa de pólipo adenomatoso, el cual luego de un período variable entre 6 y 10 años se podría transformar en cáncer (secuencia adenoma-carcinoma)5. Lamentablemente la inmensa mayoría de los pólipos no dan síntomas por lo que la única forma de interrumpir la secuencia 281 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Programa de detección de neoplasias colorrectales - F. López-Köstner et al adenoma-carcinoma es a través de programas de pesquisas. El CCR sintomático se diagnostica entre la 6ta y 7ª década de la vida, por lo que la mayoría de los programas de pesquisa se inician desde los 50 años. Los exámenes utilizados en programas de pesquisas poblacionales deben poseer algunas características, como un bajo costo, buena sensibilidad y especificidad, ser fácil de aplicar, no invasivos y tener buena adherencia6. Actualmente, el método de pesquisa más utilizado por su carácter no invasivo y de bajo costo, es el test de sangre oculta en deposiciones (TSOD) con el cual se ha logrado reducir la mortalidad por CCR en el grupo sometido a pesquisa7-10. En los últimos años se incorporó el TSOD inmunológico (TSODi) que ha permitido mejorar la adherencia de la población bajo pesquisa. Otras opciones como la pesquisa con colonoscopia no se utilizan a nivel masivo por su mayor costo, invasividad y requerimientos de personal entrenado11,12. En Estados Unidos de Norteamérica el aumento del diagnóstico precoz producto de la pesquisa podría ser una de las causas que expliquen la reducción de la mortalidad por CCR de 25 a 17 por 100.000 habitantes entre 1990 y 2005. En caso de mantenerse esta tendencia, se proyecta una disminución de la mortalidad a 13/100.000 habitantes en el año 202013. En Chile no se dispone de programas establecidos de pesquisa a nivel poblacional. El objetivo de este estudio es analizar los resultados de un programa de pesquisa de CCR basado en el TSODi en población mayor de 50 años. Materiales y Métodos El año 2007 se diseñó un programa prospectivo multicéntrico, de pesquisa de CCR en población asintomática de 50 o más años y basado en el TSODi OC sensor micro®. Para esto se identificaron centros regionales en los cuales hubiesen equipos constituidos para la resolución endoscópica y quirúrgica del CCR y además que estuviesen dispuesto a participar en un protocolo y asistir a un curso de capacitación. En este curso se capacitó a una enfermera por cada centro para que realicen la educación de la población, coordinen el programa e incorporen la información en una base de datos. Al médico coordinador de cada equipo se le instruyó en el modelo de evaluación de los 282 pacientes, selección de pacientes para endoscopia y conceptos terapéuticos. De este modo se constituyó un equipo de trabajo con médicos de las regiones II, IV, VIII, XII, XIV y Metropolitana. Esto se desarrolló mediante tres campañas anuales entre los años 2007 y 2009. En las que se incluyó una charla educativa realizada por una enfermera coordinadora, evaluación por médico, TSODi, colonoscopia y biopsia según hallazgos (Figura 1). En cada campaña, los pacientes pagaron un valor único por la atención médica y el TSODi (precio preferencial) y la colonoscopia fue realizada con copago cero (sólo cobertura del seguro). Durante la evaluación médica se identificaron los antecedente familiares y síntomas sospechosos (hematoquezia, cambio de hábito intestinal y dolor abdominal prolongado) siendo enviados directamente a colonoscopia aquellas personas que presentaran estos antecedentes o síntomas. En caso de no poseer factores de riesgo para CCR se le entregó el test inmunológico de sangre oculta en deposiciones (TSODi) (OC-sensor Micro, Eiken Chemicals Co. Ltd, Tokio, Japón), el cual es específico y cuantitativo por aglutinación de látex con anticuerpos monoclonales anti hemoglobina humana. El TSODi no requiere restricciones nutricionales especiales ni suspensión de medicamentos. De cada individuo estudiado se analizaron dos muestras independientes de deposiciones (tomadas en días sucesivos), y como límite de positividad se definió una concentración de hemoglobina igual o mayor a 100 ng/mL en cualquiera de las muestras. El material entregado a cada paciente constaba de 2 tubos para extraer muestras de dos deposiciones diferentes junto a un instructivo para la toma de muestra. Los tubos, posterior al muestreo fueron analizados en forma centralizada en el Laboratorio de Oncología y Genética Molecular de Clínica Las Condes. Los resultados del TSODi fueron enviados a las respectivas enfermeras coordinadoras quienes citaron a aquellos individuos con resultados positivos a colonoscopia completa en su centro de base. A los pacientes con resultado negativo se les indicó control anual de acuerdo a las pautas de seguimiento actual. Todos los pacientes con TSODi positivos fueron citados para un estudio endoscópico. En las colonoscopias en las cuales se detectaron y resecaron pólipos estos fueron enviados a estudio Rev Med Chile 2012; 140: 281-286 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Programa de detección de neoplasias colorrectales - F. López-Köstner et al Figura 1. Diagrama de estudio y manejo de pacientes. centralizado por un mismo anatomopatólogo. En ellos se estudió la clasificación histológica (hiperplástico, serrado, tubular, tubulovelloso) y la displasia en bajo y alto grado. Los adenomas de alto riesgo fueron definidos como aquellos mayores de 1 cm, presencia de más de 3 pólipos, componente velloso y/o el hallazgo de displasia severa. El criterio de cáncer invasor se utilizó al observar células neoplásicas más allá de la muscular de la mucosa. La información obtenida tanto de los resultados de TSODi, estudio endoscópico, anatomopatológico y de cirugías fue registrada en forma prospectiva por la enfermera a cargo en cada centro en una base de datos centralizada. Resultados En el período descrito se evaluó un total de 6.348 pacientes (Tabla 1). En el primer, segundo y tercer año se evaluaron 3.492, 2.096 y 760 pacientes, respectivamente. Se realizaron un total de 4.938 TSODi (77% del total de evaluados), de ellos 476 (9,6%) fueron positivos para sangre oculta. Se indicó un total de 2.359 colonoscopias, siendo 476 de ellas debido a un OC sensor positivo y 1.883 por presentar síntomas o tener factores de riesgo. Del total de endoscopias solicitadas, se realizaron 1.184 lo cual evidencia una adherencia global de 50,1% (Tabla 2). No se obtiene información Rev Med Chile 2012; 140: 281-286 detallada de las causas por las cuales los pacientes no se realizaron las colonoscopias indicadas, pero la mayoría mencionó temor al examen o dificultad de coordinarla con su actividad laboral. Se estima que el factor económico fue el menos relevante dado el diseño de copago cero. Analizado por subgrupos se observó que de los pacientes con TSODi con resultado positivo, se realizaron 279 colonoscopias, lo que representa una adherencia en este grupo de 58,6% comparado con las 1.883 colonoscopias indicadas por presencia de factores de riesgo de las cuales se realizaron 905, lo que implica una adherencia de 48,1%. Tabla 1. Descripción de evaluaciones de pacientes y colonoscopias realizadas según centro de salud Evaluaciones Colonoscopias realizadas Centro 1 517 25 Centro 2 723 11 Centro 3 823 129 Centro 4 591 39 Centro 5 414 24 Centro 6 424 15 Centro 7 2.096 573 Centro 8 Total 760 368 6.348 1.184 283 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Programa de detección de neoplasias colorrectales - F. López-Köstner et al Tabla 2. Análisis de resultados del OC-sensor y estudio colonoscópico según año del estudio Año OC indicados OC realizados OC (+) OC (+) con colonoscopia 2007 3.492 2008 2.096 2009 760 3.172 (90,8%) 295 (9,3%) 170 72 1.076 (52%) 112 (10,4%) 65 22 69 (10%) 44 18 Total 6.348 476 (9,6%) 279 (58,6%) 112 (40,1%) 690 (90,7%) 4.938 Tabla 3. Detección de pólipos según año del estudio Año Total pólipos Pólipos de alto riesgo Cáncer colo-rectal 2007 127 28 11 2008 221 36 2 2009 128 11 0 Total 476 75 13 El porcentaje de llegada al ciego en el total de colonoscopias fue de 88%. Esta cifra es variable dependiendo del año, ya que el primer año, en el cual se incluyó una mayor cantidad de centros, el porcentaje de llegada al ciego fue de 58%, comparado con 97% del segundo y tercer año, cuando el programa fue realizado en un solo centro. El TSODi fue positivo en 476 pacientes (9,6%) y se realizaron la colonoscopia 279 de ellos (58,6%). En un total de 1.184 colonoscopias realizadas, se encontraron 476 pacientes portadores de pólipos (40,2%) siendo adenomatosos 304 de ellos (63,8%) y de alto riesgo 75 pacientes (16%) (Tabla 3). En trece pacientes se hizo el diagnóstico de adenocarcinoma, es decir, el 1,1% de quienes fueron sometidos a una colonoscopia. En tres de ellos el adenocarcinoma se encontraba dentro de un adenoma y al cumplirse los criterios de seguridad de la polipectomía endoscópica, no fue necesario continuar con una cirugía. En los 10 pacientes operados los tumores fueron diagnosticados en etapas tempranas (etapa I y II) sin metástasis linfonodales ni a distancia. Por cada mil personas evaluadas en el programa se encontraron 75 portadores de pólipos, 12 con pólipos de alto riesgo y 2 con adenocarcinoma. 284 OC (+) con pólipos Discusión En Chile, el CCR es una amenza ya que se encuentra dentro de las primeras cinco causas de muerte por cáncer en Chile y en los últimos 20 años la mortalidad derivada de este tumor se ha duplicado1. El hecho de no contar con indicadores de incidencia a nivel nacional -dado que Chile no cuenta con un Registro Nacional de Tumores- no nos permite una aproximación más precisa de la magnitud de esta enfermedad. De acuerdo a nuestra proyección económica y siguiendo la curva de mortalidad, es esperable que la tendencia de del CCR en Chile siga en aumento y se alcance pronto la incidencia de los países desarrollados. Sin embargo, hay lugares en Chile donde ya se superó la mortalidad de Estados Unidos de Norteamérica como es el caso de Punta Arenas cuya tasa es de 19,6/100.000. El CCR presenta algunas características específicas para ser considerado en programas de pesquisa como es el hecho de contar con un marcador que es el pólipo y una evolución conocida (secuencia adenoma-carcinoma). Este el primer estudio multicéntrico que trata de ejecutar un programa de pesquisa a nivel nacional. Este estudio, se realizó en individuos mayores de 50 años, grupo de edad que agrupa a 4.121.229 personas en Chile, según la estimación del Instituto Nacional de Estadística al año 2010. Respecto al examen de pesquisa utilizado en este estudio (OC sensor micro), debemos destacar que los únicos programas de pesquisa que han logrado reducir la mortalidad por CCR se han basado en el TSOD7,8. En el presente trabajo se utilizó un TSODi, el cual no necesita de restricciones alimentarias ni medicamentosas10,14. Además, su análisis es automatizado, lo cual disminuye los errores de interpretación15. En este estudio se alcanzó una adherencia general de 77% al OC-sensor, cifra que bordea el Rev Med Chile 2012; 140: 281-286 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Programa de detección de neoplasias colorrectales - F. López-Köstner et al límite superior de lo descrito en la literatura10,16 lo que se podría atribuir al hecho de haber utilizado un test inmunológico17,18. La positividad del OC sensor en este programa se enmarca en los porcentajes descritos internacionalmente, los que oscilan entre 5 y 12%10,16,17. Respecto a la indicación de estudio endoscópico, este fue solicitado tanto a pacientes asintomáticos con positividad del TSODi, así como a pacientes con factores de riesgo para presentar CCR. Este último grupo fue el más numeroso, lo cual puede explicarse porque al ser esta la primera campaña masiva, las personas acudieron con el fin de solucionar síntomas que poseían y no solamente detectar problemas en pacientes asintomáticos. La adherencia para efectuarse los estudios endoscópicos fue superior en los pacientes a quienes se les indicó por TSODi positivo, que en los sintomáticos. Esto es esperable, dado que la campaña incluía diversas charlas en las cuales se remarcaba la necesidad de realizarse un estudio endoscópico luego de un resultado positivo. Ya que en este tipo de intervenciones se logra identificar a pacientes asintomáticos, en teoría se lograría identificar a pacientes con mayor probabilidad de tener lesiones preneoplásicas o CCR en estadío temprano. Esto se confirma en este trabajo, ya que en los 13 casos de pacientes con CCR, la estadificación mostró estadios no metastásicos. En el ámbito internacional, en programas realizados en Estados Unidos de Norteamérica, 40% de los pacientes se logra diagnosticar en etapas localizadas, con una sobrevida de 90% a 5 años en estos casos19. En Europa en el año 2003 se inició una política de pesquisa de CCR, la que ha sido implementada completa o parcialmente en la mayoría de los países de la Comunidad Europea. Un reporte inglés y otro escocés demostraron que luego de iniciar programas de pesquisa se logra detectar a pacientes con CCR es estadíos más tempranos al compararlos con lo detectado tradicionalmente20,21. Resultados semejantes se obtienen en España al implementar un programa en pacientes entre 50 y 69 años22. En Australia, uno de los países con más alta incidencia de CCR en el mundo, durante los años 2002 y 2003 se implementó un programa piloto a nivel regional de pesquisa de CCR en base a TSOD23. Los resultados satisfactorios en la primera etapa impulsaron al desarrollo de un plan a nivel nacional, el cual se desarrolla desde el 2006. Este Rev Med Chile 2012; 140: 281-286 programa incluyó el estudio de individuos entre 55 y 65 años. El informe preliminar del año 2009, muestra una diferencia significativa en la etapa del diagnóstico de CCR al comparar la población asintomática diagnosticada por pesquisa (40% en etapa I y 3% en etapa IV) y la población sintomática (14% de casos en etapa I y 15% en etapa IV)4. Otro aporte de un programa de pesquisa es detectar las lesiones neoplásicas de alto riesgo, que en este trabajo corresponden a 75 pacientes. A ellos se les resecó la lesión con lo cual se evitó la progresión de las lesiones al cáncer. Lo anterior es uno de los principales factores al analizar en los programas de prevención24. Respecto a la calidad de los estudios endoscópicos realizados destaca que en todos los casos se indicaron colonoscopias completas. Este procedimiento permite medir parámetros correlacionados con estándares de calidad, como la llegada al ciego. En este estudio, la llegada al ciego fue de 88%, lo cual se enmarca dentro del límite inferior de lo aceptado internacionalmente. Sin embargo, esta cifra varía en los 3 años, siendo menor el primer año con respecto a los dos siguientes. Los motivos para tal diferencia pudiesen explicarse por la mayor diversidad de centros que realizaron las colonoscopias en el primer año, ya que el segundo y tercer año las endoscopias fueron realizadas por un grupo más reducido de médicos de una misma institución. Algunos de los centros realizaban un bajo número de colonoscopias, lo que podría inducir a un error estadístico tipo 2. Al ser esta la primera experiencia multicéntrica de pesquisa en CCR, queda claro la importancia de estandarizar el exámen endoscópico y certificar a centros que cumplan con los objetivos para trabajar en pesquisa (estandar de preparación intestinal, sedación del paciente, llegada al ciego, tiempo de retiro del instrumento y eficiencia del flujo de los pacientes por parte de todo el personal del centro endoscópico. Otra de las limitaciones de este programa es la falta de información del seguimiento de los pacientes quienes no se realizaron una colonoscopia con un TSODi positivo o de la adherencia futura para continuar con el TSOD anual o el seguimiento endoscópico en aquellos con extirpación de pólipos. Creemos que es fundamental contar con una enfermera de seguimiento que permita la coordinación y vigilancia de la población en riesgo. En resumen, este trabajo constituye la primera experiencia multicéntrica a nivel nacional de pes- 285 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Programa de detección de neoplasias colorrectales - F. López-Köstner et al quisa de CCR. El trabajo demuestra que nuestra población presenta una alta adherencia a la realización del TSODi y fue posible la detección precoz y tratamiento de un alto porcentaje de lesiones neoplásicas de alto riesgo. 14. 15. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. Disponible en DEIS. 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Rev Med Chile 2012; 140: 281-286 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 Prevalencia y clasificación de enfermedad renal crónica en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en el centro comunitario de salud familiar Pantanosa, Frutillar - . / 0 1 2 3 0 0 . 4 4 1 5 0 4 6 7 8 9 3 : 5 ; . - . 4 4 . 0 6 < 8 0 5 1 - 1 0 = 1 . 4 = 3 0 5 > . 6 ? 1 Frequency of chronic kidney disease among ambulatory patients with type 2 diabetes Background: Type 2 diabetes mellitus is the main cause of chronic kidney disease in developed countries. Aim: To study the prevalence of chronic kidney disease among adults with diabetes mellitus attended at a public primary health care clinic in southern Chile. Material and Methods: One hundred patients with type 2 diabetes mellitus, aged more than 15 years participated in this cross sectional study. Chronic kidney disease was defined as the presence of a urine albumin/creatinine ratio over 30 mg/g or an estimated glomerular filtration rate of less than 60 mL/min/1,73 m2, detected in at least two opportunities, separated at least by three months. Results: Thirty four percent of participants had chronic kidney disease (17% stage 1 or 2 and 17% stage 3). Thirty percent of participants had an abnormal urinary albumin/creatinine ratio. Half of the patients with an estimated glomerular filtration rate below 60 mL/ min/1,73 m2, had a normal urinary albumin/creatinine ratio. Conclusions: The rates of chronic kidney disease in this group of diabetic patients are very similar to those reported elsewhere. (Rev Med Chile 2012; 140: 287-294). Key words: Diabetes mellitus; Kidney diseases; Renal insufficiency. L a diabetes mellitus (DM) tipo 2 constituye la primera causa de casos nuevos de enfermedad renal crónica (ERC) en países desarrollados1 y la nefropatía diabética, la primera causa de ingreso a terapia dialítica crónica en nuestro país con 35%2. Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2010-2011 muestran un incremento en la prevalencia de DM tipo 2 en mayores de 15 años de 4,2% en 2003 a 9,4%3. Estas cifras constituyen una preocupación debido al aumento esperable de patología cardiovascular y ERC asociada. La evaluación y clasificación de la nefropatía diabética se realiza desde mucho tiempo según las etapas de Mogensen, basada en datos obtenidos de pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y extrapolada a pacientes con DM tipo 24. Esta clasificación Centro Salud Familiar (CESFAM) Frutillar. Servicio de Salud Reloncaví, Frutillar, Chile. 2 Hospital Frutillar. Servicio de Salud Reloncaví, Frutillar, Chile. 3 Unidad de Nefrología, Instituto de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile. Recibido el 30 de mayo de 2011, aceptado el 17 de noviembre de 2011. Correspondencia a: Pablo Camilo Villarroel Ruiz Dirección: Guillermo Gallardo 620 interior, Puerto Montt, Región de los Lagos, Chile. Fax: 065-421405 E-mail: camilovillarroel@ gmail.com consta de 5 etapas: 1) Hiperfiltración glomerular con hipertrofia renal; 2) Normoalbuminuria con engrosamiento de la membrana basal glomerular y expansión mesangial; 3) Microalbuminuria e hipertensión arterial; 4) Macroalbuminuria; 5) Insuficiencia renal crónica terminal (IRCt). La microalbuminuria constituye el marcador precoz de desarrollo de nefropatía diabética y se ha establecido su progresión a macroalbuminuria aproximadamente en 10 años. A su vez, la macroalbuminuria, durante un período de 5 a 10 años determina el desarrollo de IRCt con la necesidad de terapia de sustitución renal5. Esto constituyó la principal razón de detección y tratamiento precoz de la nefropatía diabética durante mucho tiempo. Actualmente, la declinación de la VFG cobra cada vez mayor importancia; no sólo por su 287 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Enfermedad renal crónica en diabéticos tipo 2 en atención primaria - P. Villarroel et al progresión a IRCt, sino por su reciente reconocimiento como factor de riesgo cardiovascular independiente a valores inferiores de 60 mL/ min/1,73m2, tanto en población general como en pacientes diabéticos6-8. A su vez, estudios recientes han definido al cuociente albuminuria/creatininuria (A/C) como factor de riesgo cardiovascular adicional e independiente, y que aumenta progresivamente a partir de valores considerados tradicionalmente dentro del rango de la normalidad tales como 10 mg de albúmina/gramo de creatininuria8. Por otro lado, estudios utilizando la clasificación de Mogensen, muestran que la hiperfiltración glomerular y su asociación a largo plazo con el desarrollo de microalbuminuria e insuficiencia renal, no está tan clara9. Además, las fórmulas para calcular la velocidad de filtración glomerular estimada (VFGe) basadas en los niveles de creatinina sérica, tienen pobre correlación a valores > 60 mL/min/1,73 m2 y los métodos más exactos, son engorrosos y costosos de realizar. Finalmente, la etapa de macroalbuminuria se ha asociado implícitamente con el inicio de la declinación de la VFG, sin embargo, se ha demostrado que esta declinación puede tener un comportamiento independiente de los niveles de albuminuria en pacientes diabéticos10,11. Es así como la nueva clasificación de ERC publicada por la National Kidney Fundation (NKF) en el año 200212 nace como alternativa, no sólo como un intento de unificar terminologías que permitan estandarizar los estudios clínicos y epidemiológicos, sino además por el reconocimiento de los dos elementos más importantes de este sistema de clasificación (albúmina en orina y VFGe) como nuevos factores de riesgo de mortalidad general y cardiovascular. En atención primaria, la DM tipo 2 constituye la patología crónica no transmisible más importante bajo control y es en este lugar donde se deben tomar todas la iniciativas de prevención, pesquisa, tratamiento y derivación de la ERC. A pesar de lo anterior, esta se encuentra aún ampliamente subdiagnosticada13 con todas las consecuencias pronósticas y económicas que esto implica. Dado el reconocido impacto de la ERC como factor de riesgo cardiovascular, su alta prevalencia e incidencia en los pacientes con DM tipo 2 y la escasez de publicaciones a nivel local, particularmente en atención primaria, es que se hace impres- 288 cindible tener una aproximación de la envergadura de este problema de salud pública. El objetivo de este trabajo fue el conocer la prevalencia y clasificación de la ERC de acuerdo a los criterios de clasificación de la K/DOQI en este subgrupo de riesgo, caracterizar a los pacientes que presentan VFGe inferior de 60 mL/min/1,73 m2 y demostrar la independencia que tienen en ciertas oportunidades la VFGe y los niveles de albuminuria, justificando el uso de este sistema de clasificación de ERC en pacientes con DM tipo 2. Material y Método Se realizó un estudio epidemiológico descriptivo transversal, en el Centro Comunitario de Salud Familiar (CECOSF) Pantanosa de Frutillar, con una población a cargo de 4.876 inscritos, de alto riesgo social, bajo nivel educacional y económico. El centro asistencial es de implementación básica y bajo nivel de complejidad. Se incluyó en el estudio la totalidad de los pacientes mayores de 15 años con DM tipo 2 en control (n = 100). Los datos fueron obtenidos de la ficha clínica correspondiente al programa cardiovascular del centro asistencial. La variables estudiadas fueron características sociodemográficas (edad, género, nivel educacional) antecedentes personales (tabaquismo, sedentarismo) parámetros antropométricos (talla peso, índice de masa corporal), comorbilidades asociadas (hipertensión arterial, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, eventos cardiovasculares previos) y resultados de exámenes de laboratorio (colesterol total, colesterol HDL, triglicéridos, creatinina sérica, cuociente albuminuria/ creatininuria, proteinuria semicuantitativa, glucosuria semicuantitativa, Hemoglobina glicosilada). El nivel educacional se clasificó en analfabetismo (sin antecedentes de instrucción formal), nivel educacional bajo (menos de 8 años de instrucción formal), medio (entre 8 y 12 años de instrucción formal) y alto (más de 12 años de instrucción formal). Tabaquismo se definió como el consumo dentro del último mes de cualquier número de cigarrillos. Sedentarismo se definió como la práctica de ejercicio físico menor a 30 minutos 3 veces por semana o su ausencia. El peso y la talla fue medido en kilos y metros respectivamente mediante báscula calibrada de Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Enfermedad renal crónica en diabéticos tipo 2 en atención primaria - P. Villarroel et al pie con tallímetro. El índice de masa corporal (IMC) se calculó mediante la división del peso en kilogramos por la talla en metros al cuadrado clasificando en: normal 20-24,9 sobrepeso 25-29,9, obesidad 30-39,9 y obesidad mórbida 40 o más. Se definió la presencia de hipertensión arterial (HTA) mediante el registro previo de valores superiores a 140/90 mmHg dos o más veces separadas por varias semanas, medida mediante esfigmomanómetro manual por personal capacitado o autorreferencia de la enfermedad asociado a uso actual de antihipertensivos. Hipercolesterolemia se definió como la presencia de colesterol total mayor a 200 mg/dl en al menos una ocasión o el antecedente de tratamiento con estatinas. Hipertrigliceridemia se definió como la presencia de triglicéridos mayor a 150 mg/dl en al menos una ocasión o el antecedente de tratamiento con fibratos. Evento cardiovascular previo se definió como el antecedente de infarto agudo al miocardio, cardiopatía coronaria, accidente vascular encefálico, insuficiencia cardiaca o enfermedad vascular periférica, referido por el paciente o que constara en ficha clínica. Los análisis de laboratorio fueron realizados en el Laboratorio del Hospital de Frutillar. El colesterol total fue medido mediante prueba enzimática fotométrica CHOD-PAP. El nivel de triglicéridos fue medido mediante prueba enzimática calorimétrica utilizando glicerol-3-fosfato-oxidasa. El colesterol HDL fue medido mediante método Fosfotungstínico-Magnesio. La cuantificación de proteinuria y glucosuria semicuantitativa se realizó mediante cintas reactivas. La hemoglobina glicosilada (HbA1c) se midió mediante espectrofotometría de reflectancia. La medición de creatinina sérica y urinaria fue realizada mediante método de Jaffé cinético y no fue calibrada mediante el método de referencia de espectrometría de masa por dilución isotópica (IDMS). La cuantificación de albúmina en orina fue realizado por técnica inmunológica mediante el kit comercial “APTEC DIAGNOSTIC”. La VFGe se calculó mediante la fórmula MDRD-4 (cuatro variables): VFGe (ml/min/ 1,73 m2) = 186 x creatinina sérica-1,154 (mg/dl) x edad-0,203 x 0,742 (si mujer) x 1,21 (si afroamericano). Para clasificar la ERC en etapas, se consideró Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 como 1 y 2 a los sujetos con cuociente A/C igual o mayor de 30 mg/dl y VFGe ≥ 60 mL/min/1,73 m2; las etapas 3a, 3b, 4 y 5 incluyeron pacientes con VFGe entre 45-59, 30-44, 15-29 y menor de 15 (o diálisis crónica) mL/min/1,73 m2, respectivamente, sin importar el valor de la excreción de albúmina urinaria. Se definió entonces ERC como la presencia de cuociente A/C igual o superior a 30 mg/g en dos tomas de primera orina de la mañana, repetidas y separadas al menos por 3 meses (en ausencia de infección urinaria o cuadro intercurrente febril) y/o la presencia de VFGe inferior a 60 mL/min/1,73 m2, persistente en dos oportunidades separadas al menos por 3 meses. Estadística Se realizó mediante el programa SPSS 17.0. Los resultados de las variables continuas se expresaron en promedio y desviación estándar de la media. Los resultados de las variables categóricas se expresaron en porcentajes. Las diferencias entre variables continuas fueron analizadas mediante la prueba T de Student y la diferencia entre proporciones mediante test de χ2. Resultados Las características sociodemográficas y clínicas de los pacientes en estudio se encuentran en la Tabla 1. Se observa una mayor proporción de pacientes de sexo femenino en control (mujeres 76% vs hombres 24%). El nivel educacional muestra que 85% del grupo en estudio presentó menos de 8 años de estudio formal. El sedentarismo y el tabaquismo fueron de 96% y 20% respectivamente. El promedio de IMC fue de 32,5 ± 5,3 con 72% de pacientes con IMC igual o superior a 30. Sólo 8% de los pacientes presentó IMC dentro de rangos normales. El 73% presentó HTA asociada, 74% hipercolesterolemia y 49% hipertrigliceridemia. El 10% tuvo antecedentes de algún evento cardiovascular previo. El promedio general de HbA1c fue de 7,4 ± 1,3% y 36% presentó glucosuria semicuantitativa en alguno de sus grados. El promedio general de cuociente A/C fue de 37,8 ± 86,8 mg/g y la prevalencia de cuociente A/C igual o mayor de 30 mg/g fue de 23%. El 4% del total se presentó con valores de cuociente A/C en rango de macroalbuminuria (> 300 mg/g). Res- 289 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Enfermedad renal crónica en diabéticos tipo 2 en atención primaria - P. Villarroel et al Tabla 1. Características Sociodemográficas, Clínicas y de Laboratorio de pacientes con DM tipo 2 bajo en el CECOSF Pantanosa, Frutillar (n = 100) Edad Promedio, años (DS) 57,3 ± 12,4 Grupos etarios 15 - 29 años 1 (1%) 30 - 44 años 14 (14%) 45 - 59 años 45 (45%) 60 - 74 años 33 (33%) 75 y más años Sexo Nivel educacional 7 (7%) Femenino 76 (76%) Masculino 24 (24%) Analfabetos 17 (17%) N. educacional bajo 68 (68%) N. educacional medio 15 (15%) N. educacional alto Ant. personales Parámetros antropométricos 0 Tabaquismo 20 (20%) Sedentarismo 96 (96%) Peso, promedio Kg (DS) 76,2 ± 15,6 Índice de Masa Corporal (IMC) 32,5 ± 5,3 Normal (IMC 20 - 24,9) 8 (8%) Sobrepeso (IMC 25 - 29,9) 20 (20%) Obesidad (IMC 30 - 39,9) 63 (63%) Obesidad mórbida (IMC ≥ 40) Comorbilidades Hipertensión Arterial 73 (73%) Hipercolesterolemia 74 (74%) Hipertrigliceridemia Morbilidad Cardiovascular Perfil lipídico 9 (9%) Colesterol Total (mg/dl) 49 (49%) 1 10 (10%) 195,4 ± 55,8 Colesterol HDL (mg/dl) 55,9 ± 13 Colesterol LDL(mg/dl) 108,8 ± 41,8 Triglicéridos (mg/dl) 180,5 + 107,2 Control metabólico Hemoglobina Glicosilada (HbA1c) mg/dl 7,4 ± 1,3 Tratamiento Uso de insulina 21 (21%) Exs. de orina Proteinuria positiva (semicuantitativa) 17 (17%) Glucosuria positiva (semicuantitativa) 36 (36%) 1. accidente vascular encefálico, Infarto agudo al miocardio, Insuficiencia cardiaca congestiva. 290 pecto a la VFGe, 17% presentó valores inferiores a 60 ml/min/1,73 m2 (9% entre 45 y 60 y 8% entre 30 y 44). No se detectó pacientes con valores de VFGe < 30 ml/min/1,73 m2. De acuerdo a los criterios diagnósticos de la National Kidney Fundation, 34% presentó ERC en alguna de sus etapas. En relación al total de pacientes del estudio 17% se encontró en etapa 1 ó 2 y 17% en etapa 3 (9% en etapa 3a y 8% en etapa 3b). No hubo pacientes en etapa 4 ó 5 (Tabla 2). Al analizar las características sociodemográficas, clínicas y de laboratorio que se observaron en pacientes con VFGe < 60 ml/min/1,73 m2, se encontró que el grupo con valores inferiores a 60 ml/min/1,73 m2 presentó un promedio de edad de 67 + 9,4 años y el grupo con valores igual o superiores a 60 ml/min/1,73 m2, un promedio de 55 + 11,9 años (p < 0,05). Adicionalmente, dentro del grupo con VFGe inferior de 60 ml/min/1,73 m2, 35,3% eran analfabetos comparado con un 13,3% del grupo con valores ≥ 60 ml/min/1,73 m2, diferencia que no tuvo significación estadística (Tabla 3). A su vez dentro del grupo con valores inferiores a 60 ml/min/1,73 m2 el 100% presentó HTA asociada comparado con el 67,5% de aquellos con VFGe superior a 60 ml/min/1,73 m2 (p < 0,05). Sólo 2 (11,8%) de los pacientes con VFGe inferior a 60 ml/ min/1,73 m2 presentaron glucosuria en alguno de sus grados, comparado con 34 (41%) de aquellos con VFGe igual o superior a 60 ml/min/1,73 m2 (p < 0,05). La Figura 1 muestra que entre los pacientes en etapa 1 y 2, el 82,4% presentó microalbuminuria y 17,6% macroalbuminuria. En la etapa 3a, 88,9% de los pacientes presentó rangos de normoalbuminuria y 11,1% macroalbuminuria. No hubo pacientes en esta etapa con rangos de microalbuminuria. De los pacientes en etapa 3b, 37,5% presentó normoalbuminuria y Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Enfermedad renal crónica en diabéticos tipo 2 en atención primaria - P. Villarroel et al Tabla 2. Clasificación de ERC, Albuminuria y Velocidad de filtración glomerular estimada (VFGe) en pacientes con DM Tipo 2 bajo control en el CECOSF Pantanosa, Frutillar (n = 100) Cuociente Albuminuria/Creatininuria (A/C) A/C Promedio (mg/g) 37,8 ± 86,8 Número (%) pacientes con < 30 mg/g 77 (77%) Número (%) pacientes con microalbuminuria (30 - 300 mg/g) 19 (19%) Número (%) pacientes con macroalbuminuria (> 300 mg/g) Distribución por VFGe 2 Número pacientes (%) con ≥ 60 ml/min/1,73 m 83 (83%) 2 9 (9%) 2 8 (8%) Número pacientes (%) con 45 - 59 ml/min/1,73 m (%) Número pacientes (%) con 30 - 44 ml/min/1,73 m (%) Clasificación ERC Número pacientes (%) en Etapa 1 y 2 9 (9%) Número pacientes (%) en Etapa 3b 8 (8%) VFGe ≥ 60 VFGe < 60 p n 83 17 Edad (años) 55 ± 11,9 67 ± 9,4 Femenino (%) 61 (73,5) 15 (88,2) NS Analfabeto (%) 11 (13,3) 6 (35,3) NS Tabaquismo (%) 19 (22,9) 1 (5) NS Sedentarismo (%) 80 (96,4) 16 (88,8) NS IMC (Kg/Mt2) 32,6 ± 5,4 32,2 ± 4,6 NS Hipertension Arterial (%) 56 (67,5) 17 (100) 0,01 Hipercolesterolemia (%) 61 (73,5) 13 (76,5) NS Hipertrigliceridemia (%) 38 (45,8) 11 (64,7) NS 8 (9,6) 2 (11,8) NS 183,3 ± 47,4 NS 50,3 ± 13,7 NS Colesterol total (mg/dl) Colesterol HDL (mg/dl) Trigliceridos (mg/dl) Creatinina sérica (mg/dl) Hemoglobina glicosilada (%) 198 ± 57,3 52,2 ± 12,8 181,5 ± 113,1 176,1 ± 77 0,0001 NS 0,88 ± 0,14 1,31 ± 0,28 0,0001 7,3 ± 1,3 7,3 ± 1,1 NS 6 (35,3) NS Uso de insulina (%) 15 (18,1) Cuociente A/C (mg/g) 34,8 ± 84,9 Glucosuria semicuantitativa (%) 34 (41) 2 (11,8) 0,04 Proteinuria semicuantitativa (%) 12 (14,5) 5 (29,4) NS Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 17 (17%) Número pacientes (%) en Etapa 3a Tabla 3. Comparación de características sociodemográficas, clínicas y de laboratorio entre grupos de pacientes DM tipo 2 con VFGe ≥ 60 v/s < 60 ml/min/1,73 m2 Morbilidad cardiovascular (%) 4 (4%) 51,3 ± 96,2 NS 62,5% microalbuminuria; cabe destacar que no se encontraron pacientes en esta etapa con rangos de macroalbuminuria y que de los 17 pacientes con VFGe < 60 ml/min/1,73 m2, la mitad no presentó microalbuminuria. Discusión Nuestros resultados vienen a aportar datos útiles para conocer la prevalencia y características epidemiológicas de la ERC en pacientes diabéticos tipo 2 manejados en un consultorio de atención primaria en Chile. Algunos elementos metodológicos deben ser considerados. Nuestro estudio está limitado por su diseño transversal, lo que no hace posible obtener información sobre la evolución de la ERC y determinar los factores relacionados con su progresión; en segundo lugar, el tamaño muestral no permite hacer análisis estadísticos de asociación más complejos y a su vez la características de la muestra, dada la alta proporción de mujeres y 291 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Enfermedad renal crónica en diabéticos tipo 2 en atención primaria - P. Villarroel et al Figura 1. Distribución según nivel de Cuociente Albuminuria/Creatininuria (A/C) y Etapa de Clasificación de Enfermedad Renal Crónica. el bajo nivel educacional encontrado, restringen la extrapolación a otras realidades de atención primaria. Por último, la clasificación en etapa 1 y 2 fue realizada sólo mediante la pesquisa de cuociente A/C y proteinuria semicuantitativa, no incluyéndose estudio de imágenes, histología u otros marcadores de injuria renal, lo que podría causar una subestimación de la verdadera prevalencia de ERC en estas etapas más precoces. Con estas restricciones, nuestros datos permiten mostrar que la prevalencia de ERC en nuestros diabéticos adultos, de acuerdo al sistema de clasificación propuesto por la K/DOQI de la NKF, fue de 34%, comparable con resultados encontrados en estudios realizados por el Kidney Early Evaluation Program (KEEP) aplicado en países como México donde mostró prevalencias de 35-38%14 o aquéllos realizados en Japón con una prevalencia de 35%15. La prevalencia de microalbuminuria del estudio NANHES III fue de 28,8% para pacientes con DM tipo 216, muy cercano al 23% encontrado en nuestro estudio. En relación a la prevalencia de VFGe inferior a 60 ml/min/1,73 m2, un estudio realizado en atención primaria en el extranjero mostró una prevalencia de 26%17. Nuestra prevalencia fue menor (17%) pero hay que considerar que en ese estudio no fueron consideradas 2 mediciones de VFGe < 60 ml/min/1,73 m2 persistentes en un 292 intervalo de al menos 3 meses. Esto es reforzado por otro estudio que, utilizando nuestra misma estrategia de 2 mediciones, mostró 17,5% de VFGe inferior a 60 ml/min/1,73 m2 en pacientes con DM tipo 218, equivalente a nuestros hallazgos. Se debe mencionar que la subdivisión en etapa 1 y 2 (que valora la presencia de marcadores de injuria renal en paciente con VFGe igual o superior a 60 ml/min/1,73 m2) en atención primaria carece de aplicabilidad, debido a que la fórmulas de VFGe tienen una mala correlación con valores superiores a 60, por lo cual se ha sugerido considerarla una sola etapa, salvo que se cuente con marcadores de función renal que presenten mejor correlación con valores superiores de VFG, como la Cistatina C19. Dentro de los elementos relacionados con una reducción en la VFGe, se encuentran reconocidos la edad, la HTA asociada y la mala compensación metabólica. De acuerdo a lo anterior los grupos de riesgo para ERC a los cuales se recomienda realizar tamizaje de pesquisa según la K/DOQUI de la NKF incluyen los pacientes con Diabetes mellitus, Hipertensión arterial, edad mayor de 60 años y antecedentes familiares de ERC12. La importancia de esta nueva clasificación es que sus dos dimensiones, la albuminuria y la VFGe, pueden presentar a su vez comportamientos de progresión estrechamente relacionados o bien se- Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Enfermedad renal crónica en diabéticos tipo 2 en atención primaria - P. Villarroel et al guir cursos independientes entre sí. Los pacientes pueden tener disminución de la VFGe, asociado en forma previa con un incremento exponencial de la albuminuria, o bien tener una disminución de la VFGe sin tener aumento considerable de la albuminuria o incluso nunca salir de su condición de normoalbuminuria. Evidencias de este curso independiente aparecen ya en 1994 donde estudiando la evolución de la enfermedad renal en una cohorte de diabéticos tipo 1 y 2 se encontró que de 25 pacientes con disminución de la VFGe (con un seguimiento de 8-14 años) 13 no presentaron incremento significativo en los rangos de albúmina urinaria20. Estudios más recientes en DM tipo 2, muestran que, del total de pacientes con VFG inferior a 60 mL/min/1,73m2, 30-40% no presenta excreción anormal de albúmina11,21, abriendo la discusión sobre la existencia de vías no albuminúricas de progresión de la ERC en pacientes diabéticos. En nuestro estudio queda en evidencia esta disrelación, ya que no todos los pacientes con VFGe más bajos presentaron valores de albuminuria altos, incluso, en más de la mitad de los pacientes con VFGe inferior de 60 mL/min/1,73m2 no se detectó microalbuminuria. Esto cuestiona si la ausencia de albuminuria es suficiente argumento para descartar la presencia de ERC en pacientes con DM tipo 2; y abre en este grupo, la puerta a otras posibles causas de nefropatía, de gran prevalencia pero insuficientemente estudiadas como la secundaria a hipertensión arterial22. Finalmente, esperamos que nuestros datos contribuyan al esfuerzo que se está realizando en nuestro país para conocer la real dimensión de la epidemia de enfermedad renal crónica que enfrentamos y así poder intervenir efectivamente reduciendo el peso económico y social con que ella nos amenaza. Referencias 1. 2. US Renal Data System. USRDS 2010 Annual Data Report. Atlas of end-stage renal disease in the United States. Bethesda (MD): National Institutes of Health, National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases; 2004. Disponible en: http://www.usrds. org/2010/slides/indiv/1v2index.html Poblete H. XXX Cuenta de hemodiálisis Crónica en Chile. Sociedad Chilena de Nefrología, Regis- Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. tro de diálisis. 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Rev Med Chile 2012; 140: 287-294 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 Causas de muerte en pacientes con un injerto renal funcionante. ¿Han ocurrido cambios en las últimas décadas? @ M D S V A W B P C M D E C D A C D F L X G D H I H G J K H I L H Y M K Z B D N S O N P [ N D F Q V E F N B R P D \ Q S F D J ] G K H M I K D [ B F Q U T S Q A U U A D B P F @ Q F J L K A W B G H I Causes of death with a functioning graft among kidney allograft recipients Background: Death with a functioning graft (DWGF) is now one of the main causes of renal transplant (RTx) loss. Aim: To determine whether the causes of DWGF, characteristics of donors and recipients and complications of RTx have changed in the last two decades. Subjects and Methods: Cooperative study of a cohort of 418 kidney grafts performed between 1968 and 2010. Patients were divided into two groups according to whether their kidney transplants were performed between 1968 and 1992 (Group 1) or 1993 and 2010 (Group 2). Results: Sixty eight patients experienced DWGF. Infections were the leading cause of DWGF in both groups (38 and 41%, respectively), followed by cardiovascular diseases (24 and 23% respectively), gastrointestinal disorders (21 and 26% respectively) and cancer (17 and 10% respectively). There were no significant differences in causes of death between the two groups according to the time elapsed since the renal transplantation. In patients in Group 1, the interval between diagnosis of renal failure and dialysis (HD) and the interval between the start of HD and kidney transplantation were significantly lower than in Group 2. The former had also an increased number of acute rejections in the first five years of kidney transplantation (p < 0.001). In Group 2, patients more often received their kidneys from deceased donors, had previous kidney transplantation, higher rate of antibodies to a panel of lymphocytes and an increased incidence of cardiovascular disorders after five years of RTx. Conclusions: The proportion of graft loss due to DWGF has increased over the last 2 decades, but its causes have not changed significantly. Infections are the most common causes of DWGF followed by cardiovascular and digestive diseases. (Rev Med Chile 2012; 140: 295-304). Key words: Immunosuppressive agents; Kidney transplantation; Morbidity; Mortality; Prognosis; Treatment outcome. E l trasplante renal (TxR) ofrece expectativas de sobrevida y calidad de vida mejores que la permanencia en diálisis crónica (DC) a los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC)1,2. Actualmente, la sobrevida de los sujetos que reciben un TxR es del orden de 95% al año y de 90% a los 3 a 5 años de la intervención 3. La nefropatía crónica del injerto y la muerte con riñón funcionante (MCRF) son las principales causas de pérdida de los TxR después del primer año de 1 Servicio de Medicina Interna, Sección de Nefrología, Hospital Naval A. Nef, Viña del Mar, Chile. 2 Departamento de Medicina, Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile. 3 Servicio de Medicina Interna, Sección Nefrología, Hospital Dr. Gustavo Fricke, Viña del Mar. 4 Departamento de Nefrología, Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Recibido el 30 de mayo de 2011, aceptado el 15 de noviembre de 2011. Correspondencia a: Dr. Jorge Vega Stieb 5 Norte 1035, Viña del Mar, Chile. Fono: 56-32-2974237 Fax: 56-32-2970050 E-mail: jvegastieb@gmail. com la intervención, resultando en una pérdida anual de 3-5% de los injertos1-7. Si bien la mortalidad de los pacientes trasplantados es inferior a la de los sujetos que permanecen en DC, su sobrevida es inferior a la de controles pareados por edad en la población general1-4,8-9. La mortalidad es 14,7 veces mayor durante el primer año del TxR y 4,4 veces mayor después de este período1,10. Los objetivos de esta investigación fueron conocer si las causas de MCRF han cambiado en las 295 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al últimas dos décadas. También, si las características de donantes y receptores y las complicaciones aparecidas durante la evolución de los trasplantes han tenido cambios durante este período. Sujetos y Métodos Trabajo cooperativo que incluyó a los pacientes trasplantados de riñón en los últimos 42 años (agosto de 1968 a octubre de 2010) en los hospitales: Dr. Gustavo Fricke de Viña del Mar, Naval Almirante Nef de Valparaíso, Clínica Reñaca y Naval de Viña del Mar. También incluyó a los pacientes trasplantados en otros hospitales del país o del extranjero que continuaron sus controles en forma regular con alguno de los nefrólogos de dichos hospitales. El estudio incluyó a 418 TxR efectuados en 398 pacientes. Los criterios de inclusión de un paciente a este estudio fueron: 1. Que el TxR haya sido efectuado en alguno de los 4 hospitales y si se efectuó en otro nosocomio, que el paciente haya tenido al menos 2 controles con alguno de sus nefrólogos. 2. Que el paciente haya fallecido con un riñón funcionante. Los criterios de exclusión fueron: 1. No contar con información suficiente sobre la evolución del paciente o de su estado al 1 de noviembre de 2010. 2. Haber sido sometido a un trasplante multiorgánico. De los 418 trasplantes renales, 11 fueron excluidos por falta de información y ninguno por trasplante multiorgánico (diez pacientes del primer período y 1 del segundo período). De 387 sujetos incluidos, 68 cumplieron con criterios de muerte con riñón funcionante (MCRF). Ellos se agruparon en 2 grupos dependiendo de si el TxR se efectuó entre 1968-1992 (Grupo 1) o 1993-2010 (Grupo 2). El año elegido para la separación en 2 grupos fue el de la incorporación de ciclosporina en el esquema inmunosupresor de todos los trasplantados: 1993. Se registraron los datos demográficos y características inmunológicas de donantes y receptores, información relevante sobre la nefropatía, etapa dialítica, inmunosupresión utilizada, evolución del 296 trasplante, complicaciones y el estado del paciente al final del seguimiento. Para la estimación de la velocidad de filtración glomerular (eVFG), de las fórmulas más frecuentemente empleadas utilizamos la fórmula de MDRD-411-14. Se definió como MCRF cuando la muerte no fue precedida del retorno a diálisis (o de su rechazo, si ella estaba indicada) o de nefrectomía del injerto. Se consideró como función renal retardada cuando se requirió de al menos una sesión de diálisis durante la primera semana del TxR. Estadística. Para el análisis estadístico se utilizó frecuencias, porcentajes, mediana y rango intercuartil según correspondiera; para determinar la distribución de las variables cuantitativas se graficaron los datos y se usó la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk. El análisis inferencial bivariado se realizó mediante las prueba estadística de χ2 (Chicuadrado) con corrección de Yates para variables cualitativas cuando fue necesario y la prueba de Mann-Whitney para variables cuantitativas. Se consideró significativo un valor de p < 0,05. Resultados Las características demográficas de los receptores, tipo de donante, número de injertos recibidos, proporción de diabéticos y evolución de los injertos en cada grupo se muestran en la Tabla 1. Los pacientes del Grupo 1 tuvieron un total de 1.366 años de observación (10,34 años por paciente) y los del Grupo 2, 1.852 años de observación (7,75 años por paciente) (p < 0,001). Las curvas de sobrevida (Kaplan-Meier) en ambos grupos de trasplantados renales fue similar (Figura 1). De los 68 pacientes con MCRF, 29 fueron trasplantados durante el primer período y 39 durante el segundo. La duración de sus injertos, edad al fallecimiento, lugar de muerte y función renal durante su evolución se muestran en Tabla 2. Causas de muerte con riñón funcionante Las causas de muerte más frecuentes fueron las infecciones (39,7%), seguidas por las enfermedades cardiovasculares (ECV) (23,5%), patologías digestivas (23,5%) y cáncer (13,2%). En ambos grupos las infecciones fueron la principal causa de MCRF. Las enfermedades Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al Tabla 1. Características clínicas en 407 trasplantes renales efectuados entre 1968 - 2010 Grupo 1 (n = 151) Edad (años) media (DS) 35,1 (11,9) Género (% masculino) Grupo 2 (n = 256) 39,6 (13,2) p < 0,001 57,7 52,7 Donante cadáver n (%) 49 (32,5) 208 (81,3) NS < 0,001 Donante vivo Vivo relacionado Vivo no relacionado n (%) n (%) n (%) 102 (67,5) 91/102 (89,2) 11/102 (10,8) 48 (18,7) 41/48 (85,4) 7/48 (14,6) < 0,001 NS NS Primer trasplante renal n (%) 146 (96,7) 243 (94,9) NS Segundo trasplante renal n (%) 4 (2,6) 12 (4,7) NS Tercer trasplante renal n (%) 1 (0,7) 1 (0,4) NS PRA máximo > 10% (%) 31,5 29,7 NS Receptores con DM n (%) 5 (3,4) 16 (6,3) NS Injertos que no funcionaron n (%) 19 (12,6) 17 (6,6) 0,02 Injertos que funcionaron n (%) 132 (87,4) 239 (93,4) 0,02 Injertos aún funcionantes n (%) 22/132 (16,7) 166/239 (69,5) < 0,001 Injertos que fallaron con el tiempo Regresaron a diálisis crónica No aceptaron reingreso a diálisis n (%) n (%) n (%) 110/132 (83,3) 80/110 (72,7) 1/110 (0,9) 73/239 (30,5) 34/73 (46,6) 0/73 (0) < 0,001 < 0,001 NS n (%) 29/110 (26,4) 39/73 (53,4) < 0,001 1.366 1.852 124,1 (100,2) 93,0 (59,4) Fallecieron con injerto funcionante Años totales de observación Meses de observación. Promedio (DS) < 0,001 PRA: anticuerpos reactivos contra linfocitos de panel; DM: diabetes mellitus. Seguimiento 1 Año 3 Años 5 Años 10 Años Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 Grupo 1 (%) 96% 92% 87% 79% Grupo 2 (%) 97% 96% 92% 81% Figura 1. Supervivencia de trasplantados renales por grupos. 297 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al Tabla 2. Función renal durante la evolución del trasplante Características Grupo 1 (n = 29) Grupo 2 (n = 39) p Creatininemia al alta del TxR, mg/dl, mediana (RIC) 1,30 (1,10 - 1,85) 1,60 (1,34 - 2,10) 0,04 Creatininemia al año del TxR,mg/dl, mediana (RIC) 1,15 (0,90 - 1,71) 1,43 (1,19 - 1,71) 0,08 74 (47,5 - 90,5) 55 (40 - 62) 0,01 37,9 23,1 NS 2,14 (1,50 - 3,10) 2,14 (1,49 - 2,97) NS Última eGFR (MDRD), mediana (RIC) 36,5 (19 - 49) 33,0 (20 - 49) NS Duración del TxR (meses), mediana (RIC) 66 (35 - 123) 73 (19 - 114) NS 52 (44 - 60) 56 (47 - 60) NS 81,5 84,2 NS 2 eGFR al año, ml/min/1,73 m (MDRD) med. (RIC) Se efectuó biopsia renal post TxR (%) Última creatininemia ambulatoria, mg/dl, med. (RIC) Edad al fallecimiento (años), mediana (RIC) Muerte ocurrida en el hospital (%) TxR: Trasplante renal; eGFR: Velocidad de filtración glomerular estimada; med: mediana; RIC: rango intercuartil. Tabla 3. Causas de muerte con injerto funcionante en 68 trasplantados renales durante un período de 42 años Infecciones, n (%) Grupo 1 (n = 29) Grupo 2 (n = 39) p 11 (38,0) 16 (41,0) NS - sepsis 7 10 NS - neumonía 4 5 NS - encefalitis 0 1 NS Enfermedades digestivas, n (%) 7 (24,1) 9 (23,1) NS - daño hepático 4 2 NS - pancreatitis aguda 1 3 NS - peritonitis 1 2 NS - diarrea crónica 1 2 NS Enfermedades cardiovasculares 6 (20,7) 10 (25,6) NS - ICC/EPA 2 3 NS - infarto agudo miocárdico 1 3 NS - accidentes cerebrovasculares 1 2 NS - muerte súbita/arritmias/bloqueos 1 1 NS - trombosis mesentérica 1 0 NS - embolia pulmonar 0 1 NS Cáncer 5 (17,2) 4 (10,3) NS ICC: insuficiencia cardiaca congestiva; EPA: edema pulmonar agudo. 298 cardiovasculares, digestivas y cánceres fueron responsables de MCRF en porcentajes similares en ambos grupos (Tabla 3). Las causas de MCRF según el tiempo transcurrido desde el TxR fueron semejantes en ambos grupos (Tabla 4). Fallecidos durante el primer año Trece (19,1%) sujetos fallecieron en los primeros 12 meses posteriores al TxR. En 7 la muerte estuvo relacionada a reacciones adversas de la terapia inmunosupresora o a complicaciones médico-quirúrgicas del TxR. Siete pacientes fallecieron dentro de los primeros 3 meses del injerto, 5 por una infección (neumonía, sepsis por Salmonella, infección de un linfocele). Tres habían recibido recientemente terapia anti-rechazo con metilprednisolona y 1 terapia con ganciclovir por una infección a CMV. Tres presentaron una agranulocitosis atribuida al uso de azatioprina en su evento final. Los 2 restantes fallecieron de pancreatitis aguda complicada de absceso y de hemorragia cerebral hipertensiva. Entre los meses 4 y 12 fallecieron 6 pacientes, 3 por patología abdominal (perforación de divertículo colónico, pancreatitis aguda), 1 por sepsis y 2 por Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al Tabla 4. Causas de muerte según el tiempo transcurrido después del trasplante renal Intervalos entre TxR y MCRF Grupo 1 (n = 29) Grupo 2 (n = 39) (n = 5) (n = 8) Infecciones 3 3 Enfermedades digestivas 1 3 1 a 12 meses Enfermedades cardiovasculares 13 a 36 meses Infecciones 1 2 (n = 4) (n = 3) 1 3 Enfermedades digestivas 2 0 Enfermedades cardiovasculares 1 O (n = 5) (n = 6) Infecciones 2 1 Enfermedades digestivas 1 1 37 a 60 meses Enfermedades cardiovasculares 1 2 Cáncer 1 2 (n = 7) (n = 14) Infecciones 3 6 Enfermedades digestivas 1 4 Enfermedades cardiovasculares 1 2 Cáncer 2 2 (n = 8) (n = 8) 2 4 61 a 120 meses > 120 Meses Infecciones Enfermedades digestivas 2 0 Enfermedades cardiovasculares 2 4 Cáncer 2 0 ECV. De estos últimos, uno presentó una enfermedad tromboembólica masiva y el otro, una hemorragia cerebral masiva. Fallecidos después del año hasta el tercer año Siete sujetos murieron durante este período (10,3%), 3 durante el segundo año y 4 en el tercero posterior al TxR. Cuatro fallecieron de infecciones (sepsis, neumonía), 2 de cirrosis hepática y el restante, de un edema pulmonar agudo. Fallecidos después del tercer año hasta los 5 años Once pacientes fallecieron durante este período (16,2%), 3 por un cáncer (estómago, ovario e hígado), 3 de infecciones (sepsis, neumonía), 3 de Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 ECV (infarto miocárdico, infarto cerebral, muerte súbita) y 2 de causas digestivas (pancreatitis aguda, caquexia por síndrome de mala absorción). Fallecidos después del quinto año hasta los 10 años Veintiuno (30,9%) de los fallecidos murieron entre el sexto y décimo año del TxR. Las causas de sus muertes fueron infecciones en 9 (sepsis, neumonía, empiema pleural, encefalitis viral), digestivas en 5 (hepatitis fulminante, cirrosis hepática, colitis pseudomembranosa, diarrea crónica), cáncer en 4 (vía biliar, linfoma no Hodgkin, piso de la boca y senos paranasales) y 3 por ECV (edema pulmonar agudo, trombosis mesentérica). Fallecidos después de los 10 años Después de los 10 años de TxR fallecieron 16 (23,5%) enfermos. Las causas de muerte fueron ECV en 6 (infarto miocárdico, insuficiencia cardiaca, bloqueo AV completo), infecciosas en 6 (sepsis, neumonía, varicela complicada de sepsis estafilocócica), cáncer en 2 (gástrico, piel) y digestivas (pancreatitis aguda, cirrosis hepática por infección por virus C). Características de receptores y donantes Las edades y género de donantes y receptores no fueron diferentes entre los 2 grupos. En cambio, los donantes cadavéricos y los retrasplantes fueron significativamente más frecuentes en los trasplantados después del año 1992. Los intervalos de tiempo entre el diagnóstico de IRC y su ingreso a DC como los meses transcurridos entre el ingreso a DC y la realización del TxR fueron significativamente menores en el primer grupo de trasplantados (Tabla 5). Las etiologías de IRC fueron similares en ambos grupos, siendo más frecuentes la glomerulonefritis crónica y las nefropatías de origen desconocido. La prevalencia de portadores del virus C de la hepatitis fue similar en ambos grupos, en cambio las infecciones por el virus B no ocurrieron en los sujetos del grupo 2 (Tabla 5). No hubo diferencias en la compatibilidad HLA en antígenos Clase I y II entre donantes y receptores entre ambos períodos, sin embargo, la mediana de los PRA fue significativamente más alta en el grupo 2 (Tabla 5). El esquema inmunosupresor inicial predominante en el primer grupo fue azatioprina y 299 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al prednisona, siendo poco frecuente el uso de un esquema tri-asociado. En el segundo grupo todos recibieron un esquema con tres drogas, que incluyó ciclosporina. La inducción con anticuerpos antilinfocíticos (AAL) o basiliximab fue de baja ocurrencia. La incorporación del micofenolato mofetil o micofenolato de sodio, tacrolimus y sirolimus solo se efectuó en el segundo grupo de trasplantados (Tabla 5). Complicaciones posteriores al TxR Los episodios de rechazo agudo tratados fueron más frecuentes en el grupo 1 y la dosis total utilizada de metilprednisolona mayor. El uso de Tabla 5. Características demográficas de donantes y receptores, etiologías de la insuficiencia renal crónica e incompatibilidades HLA en 68 trasplantados fallecidos con un riñón funcionante Característica Edad donante, años, mediana (RIC) Grupo 1 35,5 (20,5) Grupo 2 35,5 (23) p NS Edad receptor, años, mediana (RIC) 47 (51 - 39) 47 (53 - 43) NS Sexo donante, % masculino 42,3 52,6 NS Sexo receptor, % masculino 65,5 51,3 Donante cadavérico, % 31,0 79,5 < 0,001 NS Donante vivo, % 69,0 20,5 < 0,001 Trasplantes previos, n (%) 0 (0%) 6 (15,4%) 0,03 Intervalo IRC-HD*, meses, mediana (RIC) 3 (8 - 1) 9,5 (54 - 3) 0,009 Intervalo HD/TxR**, meses, mediana (RIC) 9 (19 - 7) 43 (68 - 18) < 0,001 14 (48,3) 12 (30,8) - Glomerulonefritis crónica, n (%) 8 (27,6) 11 (28,2) NS - Riñones poliquísticos, n (%) 3 (10,3) 4 (10,3) NS Etiología IRC: - Desconocida, n (%) NS - Pielonefritis crónica, n (%) 3 (10,3) 4 (10,3) NS - Nefroesclerosis, n (%) 1 (3,5) 1 (2,6) NS - Nefropatía diabética, n (%) 0 (0) 4 (10,3) 0,13 - Otras, n (%) 0 (0) 3 (7,7) NS Infección por virus C de hepatitis, n (%) 3 (10,3) 7 (18,0) Infección por virus B de hepatitis, n (%) 5 (17,2) 0 (0) 0,01 Diabetes mellitus previa al TxR, n (%) 0 (0) 4 (10,3) 0,13 NS Inmunología: Incompatibilidades HLA A-B 0 - 2 incompatibilidades, % 86,2 76,9 NS 3 - 4 incompatibilidades, % 13,8 23,1 NS 0 - 1 incompatibilidades, % 87,5 92,1 NS 2 incompatibilidades, % 12,5 7,9 PRA máximo, %. mediana (RIC) 0 (6 - 0) 10 (24 - 2) 0,007 PRA máximo > 10, % 24,1 43,6 0,09 PRA pre TxR, %. mediana (RIC) 0 (0 - 0) 0 (5 - 0) 0,1 PRA pre TxR > 10, % 10,3 15,4 Incompatibilidades HLA DR NS NS RIC: rango intercuartil; IRC: insuficiencia renal crónica; TxR: trasplante renal; PRA: anticuerpos reactivos contra panel de linfocitos. *Intervalo entre diagnóstico de IRC e inicio de diálisis crónica. ** Intervalo entre inicio de HD y trasplante renal. 300 Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al Tabla 6. Inmunosupresión utilizada durante la evolución de los trasplantados renales Característica Grupo 1 Grupo 2 p Inmunosupresión inicial Azatioprina - Prednisona (%) 79,3 0 < 0,001 Azatioprina - Prednisona - CsA (%) 20,7 92,3 < 0,001 MMF/AMF - Prednisona - CsA (%) 0 7,7 0,25 0 7,7 0,25 75,9 31,6 < 0,001 3 (1,5-4,5) 1,5 (1,5-3,0) Inducción con anticuerpos TAR durante el primer año del TxR (%) Metilprednisolona gramos utilizados, mediana (RIC) Uso de anticuerpos antilinfocíticos (%) TAR años 2 a 5 post TxR (%) 0,02 6,9 5,1 0,99 41,7 16,1 0,03 < 0,001 Último esquema inmunosupresor utilizado Azatioprina - Prednisona (%) 65,5 0 Azatioprina - Prednisona - CsA (%) 13,8 43,6 0,016 Ciclosporina - Prednisona (%) 17,3 25,6 0,409 MMF/AMF - CsA - Prednisona (%) 0 20,0 0,017 Otros esquemas (%) 3,4 12,8 0,229 AZA: Azatioprina; PRED: Prednisona; MMF: Micofenolato mofetil; AMF: Micofenolato de sodio. CsA: Ciclosporina; TAR: Terapia antirechazo; TxR: Trasplante renal. Tabla 7. Complicaciones del trasplante renal en 68 pacientes fallecidos con injerto funcionante Complicaciones Grupo 1 Grupo 2 p Función renal retardada (%) 35,7 18,4 0,12 Hospitalizaciones por infecciones en primeros 5 años (%) 34,5 35,9 NS 7,1 15,4 NS 14,3 12,8 NS 3,5 20,5 0,06 Daño hepático crónico (%) 17,2 5,1 0,12 Alcoholismo (%) 10,3 10,3 NS Eritrocitosis post TxR (%) 17,2 15,4 NS Infección por virus varicela-zoster (%) 13,8 15,4 NS Infección por citomegalovirus (%) 6,9 12,8 NS Tuberculosis (%) 6,9 2,6 NS Enfermedades cardiovasculares en primeros 5 años (%) Neoplasias malignas en primeros 5 años (%) Diabetes Mellitus post TxR (%) Fracturas óseas (%) 10,3 12,8 NS Necrosis ósea avascular (%) 3,5 7,7 NS Gota aguda (%) 6,9 10,3 NS Hospitalizaciones por infecciones después del 5° año (%) 33,3 57,1 0,16 Enfermedades cardiovasculares después del 5° año (%) 0 28,6 0,03 Neoplasias malignas después del 5° año (%) 46,7 19,1 0,14 TxR: Trasplante renal. Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 AAL en la terapia del rechazo y la proporción de enfermos en que se modificó el esquema inmunosupresor durante la evolución del trasplante fue similar en ambos grupos (Tabla 6). La función renal retardada del injerto no fue significativamente diferente entre los 2 grupos. Un tercio de los pacientes de cada grupo fue hospitalizado por una infección durante los primeros 5 años del trasplante y no hubo diferencias en las infecciones por citomegalovirus, varicela zoster o tuberculosis. Tampoco durante los 5 primeros años hubo diferencias en la incidencia de ECV o neoplasias malignas. Después del quinto año del trasplante hubo una mayor incidencia de pacientes con ECV en el segundo grupo, no así en la aparición de neoplasias malignas ni en las hospitalizaciones por infecciones. La aparición después del trasplante renal de daño hepático crónico, necrosis ósea avascular, fracturas óseas, eritrocitosis, alcoholismo, episodios de gota aguda y diabetes mellitus no fue diferente entre los grupos, aunque hubo una tendencia a una mayor incidencia de diabetes post trasplante en el segundo grupo (Tabla 7). Discusión Se ha definido a la MCRF como el deceso que no ha sido precedido del retorno a DC, nefrectomía del injerto o de rechazo a la prescripción de retornar a diálisis1,4. Otros autores han agregado criterios adicionales como una creatinina sérica en la última visita inferior a 4,0 mg/dl o han incluido a pacientes que han retornado a diálisis, si 301 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al la muerte ocurrió antes de los 30 días de su reingreso4,15. Las 3 primeras condiciones han sido las adoptadas por la mayoría de los autores y son las que utilizamos en este trabajo. En las estadísticas de TxR, en el cálculo de sobrevida se ha considerado a la MCRF como una falla del injerto. Esto ha sido discutido, argumentándose que ello puede oscurecer el análisis de los datos, especialmente cuando se trata de comparar nuevos esquemas inmunosupresores16,17. Claramente hay causas de muerte no relacionadas con el TxR como los accidentes; otras son difíciles de evaluar, como las infecciones o los suicidios. También es discutible considerar como pérdidas de injertos a los pacientes fallecidos por enfermedades cardiovasculares, dado que en forma cada vez más frecuente son trasplantados pacientes de mayor edad y diabéticos, con daño vascular previo importante17,18. La MCRF ha llegado a ser la causa predominante de la pérdida tardía de injertos y probablemente su proporción aumente a medida que pacientes de más alto riesgo reciban un TxR16. Por ello, se ha sugerido que en los análisis de sobrevida se consideren por separado, las pérdidas con y sin MCRF16,17,19. La MCRF ha variado entre 5,3% y 43%1,2,4,5, 15,17,18,20-23 . En un estudio de 86.502 TxR, 43% de los sujetos presentaron MCRF. El intervalo entre el TxR y la muerte fue 23 meses y la creatinina previa al fallecimiento 1,9 mg/dl4. En nuestra serie durante el segundo período, la proporción de MCRF fue similar (53,4%), también la creatininemia previa al fallecimiento (2,1 mg/dl). Lo que fue diferente fue el intervalo entre el TxR y la muerte, 66 y 73 meses en cada período, probablemente porque nuestra población de receptores fue más joven y con una menor carga de daño vascular. La proporción de pérdidas de injertos por MCRF ha ido aumentando progresivamente a través de los años. En un estudio que incluyó a 2.225 TxR separándolos según si fueron efectuados entre 1970-1979, 1980-1989 y 1990-1999; encontró que las MCRF fueron 23,8%, 31,5% y 36,9%, respectivamente15. En una serie de 2.578 TxR, las pérdidas por MCRF durante los primeros 5 años del TxR aumentaron desde 40% a 48% en los períodos 1980-1989 y 1990-1998, respectivamente. Después de los 5 años, la MCRF fue la causa más frecuente de pérdida de injertos5. En nuestra serie observamos un fenómeno similar, la proporción de pérdidas de injertos causadas por MCRF se 302 duplicaron en el segundo período. En una comunicación que incluyó a 1.400 TxR, el intervalo entre TxR y muerte fue 37 meses. El 9,2% de los pacientes falleció durante el primer mes, 22,9% entre el 2° y 12°, 29,8% entre 13 y 60 meses y 35,1% después del 5° año1. En nuestra serie las pérdidas por MCRF fueron 3,0%, 16,2%, 26,4% y 54,4% en los mismos períodos, respectivamente. Las causas más frecuentes de MCRF son las ECV, infecciones y cáncer1,2,4. Menos frecuentes son las enfermedades hepáticas, gastrointestinales, accidentes y suicidios3,4. En el estudio que reunió el mayor número de pacientes, las causas de MCRF más frecuentes fueron las ECV (42,3%). Le siguieron en frecuencia las infecciones (17,6%), cáncer (9,2%), patologías gastrointestinales (2,1%) y accidentes o suicidios (1,8%)4. En un registro europeo las ECV fueron responsables de 47% de las MCRF, las infecciones 15% y los cánceres 15%3. De las ECV, la cardiopatía coronaria es la causa más frecuente de MCRF, siendo responsable de más de 50% de las muertes4,6,24. En nuestra serie las ECV fueron la segunda causa de MCRF (en proporciones similares a las enfermedades gastrointestinales) siendo superadas por las infecciones. Es probable que en esta menor proporción de muertes por ECV haya influido la menor edad de nuestros trasplantados (37,9 años) y un menor tiempo de permanencia en DC, factor reconocidamente asociado a una ateroesclerosis acelerada2,4,10,15,20, 23,25-27. Las causas de MCRF han ido cambiando con los años. En una serie de 2.225 pacientes trasplantados entre 1970 y 1999, las muertes por ECV aumentaron desde 14% en la primera década hasta 30,5% en la tercera. También los fallecimientos causados por accidentes cerebrovasculares aumentaron desde 2,4% a 8,0%. Las muertes originadas en infecciones, en cambio, cayeron desde 43,3% a 27,1% en los mismos períodos15. Esto ha sido comunicado en otras series3,4. El cáncer ha aumentado también su frecuencia a través del tiempo, comunicándose cifras de hasta 16%3,4,6,22. Las muertes por enfermedades hepáticas y gastrointestinales no han tenido variaciones significativas18,22. Esto último también ocurrió en nuestra serie. Las causas de MCRF son también diferentes según el tiempo de evolución del injerto. Durante el primer mes del TxR casi la mitad de las MCRF son por ECV, principalmente infartos cardiacos4. Le siguen las infecciones, las que tienen su mayor Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Causas de muerte en trasplantados renales - J. Vega et al frecuencia en el período comprendido entre los 2 y 12 meses post TxR1,4,10 , siendo más comunes las septicemias y neumonías3, 22. En nuestra serie no observamos variaciones en las causas de muerte según el tiempo de evolución de los injertos. Tampoco tuvimos fallecimientos originados en accidentes o suicidios. Es probable que ello se deba al número reducido de casos con MCRF. En una serie, 57% de las muertes por infecciones fueron originadas por bacterias, 25% por virus y 18% por hongos28. Ellas se ven favorecidas por la inmunosupresión más potente durante los primeros meses del TxR, las terapias anti-rechazo y el empleo de procedimientos quirúrgicos1. En nuestra serie, la mayoría de las muertes por infecciones fueron de etiología bacteriana. Sólo en 3 pacientes hubo una infección viral causante de la muerte (varicela complicada de sepsis, neumonía por CMV, encefalitis viral). No observamos infecciones sistémicas por hongos. En esto puede haber jugado un rol el empleo habitual de ketoconazol (como ahorrador de ciclosporina) en todos los pacientes que no tenían contraindicaciones para usarlo. La incidencia de cáncer en TxR es 3 a 5 veces la de la población general y es responsable de menos de 5% de las MCRF durante el primer año aumentando a 12% entre el 2°-5° y a 13% del 6°-10° año. Después de la década, el cáncer puede ser responsable de hasta 25% de las muertes4,29. En nuestra serie 29,4% de los pacientes desarrolló un cáncer posterior al TxR y 13,2% de las muertes fueron originadas por él. Todas ocurrieron después de los 36 meses del TxR. En suma, en nuestra serie no observamos variaciones en las causas de MCRF en los últimos 18 años respecto a los 25 años anteriores. Si encontramos en este segundo período una mayor proporción de TxR efectuados con donante cadáver, un diagnóstico más temprano de IRC, un tiempo de espera más prolongado para acceder al TxR, una mayor sensibilización por antígenos HLA y una menor frecuencia de infección por virus B en los receptores de TxR. Respecto a las complicaciones, observamos una mayor frecuencia de ECV después de los 5 años del TxR. El período de observación de los pacientes trasplantados en los últimos 18 años fue más corto que en los trasplantados en los años precedentes y la proporción de pérdidas de injertos por MCRF significativamente superior. Rev Med Chile 2012; 140: 295-304 Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. El-Agroudy AE, Back MA, Shehab El-Dein AB, Ghroneim MA. Death with functioning graft in living donor kidney transplantation: analysis of risk factors. Am J Nephrol 2003; 23: 186-93. Tapiawala SN, Tinckman KJ, Cardella CJ, Cattran DC, Cole EH, Kim SJ. 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Material and Methods: Information obtained from the Fourth (1986-1987), Fifth (1996-1997) and Sixth National Institute of Statistics (INE) Surveys (2006-2007) were used. Food expenditure data over the study periods was extracted from household expenditure surveys (HES) after verifying and adjusting food prices registered by the INE to current 2007 prices. Results: Absolute food expenditure over the study period increased for all groups; the largest increase was found in lowest income quintiles; however, the proportion of total family budget spent on food decreased in all groups. The largest increases in food expenditure corresponded to sweetened beverages, processed fruit juices, alcoholic drinks, ready meals and ”eating out”. Expenditure on fish rose slightly whereas the absolute spending on legumes, eggs and oils decreased. Expenditure in processed food as percentage of total food expenditure increased from 42% to 57% of total for mean household. For the 2nd quintile it rose from 31% to 48% and for the lowest quintile increased from 53% to 68% over the three decades (1987-2007). Changes were greatest in energy rich processed foods such as bread, pastries, confectioneries and granulated sugar. These particular foods are of high energy density and contain high amounts of saturated fat, sodium and added sugars. Conclusions: These results confirm that food consumption patterns over the past decades have progressively departed from the recommended dietary guidelines given by national and international health organizations. (Rev Med Chile 2012; 140: 305-312). Key words: Foods, specialized; Food, preserved; Nutrition processes; Chile. E n las tres últimas décadas el poder adquisitivo de los hogares ha aumentado, modificando los patrones de consumo de la población del Gran Santiago. Estudios realizados sobre las tres últimas encuestas de presupuestos familiares (EPF); 1986-1987 (IV); 1996-1997 (V); 2006-2007 (VI), ilustran los cambios en el patrón alimentario entre 1987 y 19971-3. Todos los quintiles de ingreso aumentan el consumo aparente de alimentos procesados (alta densidad energética), grasas saturadas, sodio, azúcares agregados y pier- 1 Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile. 2 Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Universidad de Chile, Santiago; Chile. a Nutricionista, Msc. Recibido el 14 de junio de 2011, aceptado el 21 de noviembre de 2011. Correspondencia a: Mirta Crovetto M. Avenida Playa Ancha Nº 270 Playa Ancha, Valparaíso Fax: (56-32) 2286713 E-mail: mcrovetto@upla.cl den importancia las verduras, frutas y legumbres, (alimentos naturales, fuentes de fibra dietaria y fitoquímicos protectores) y productos del mar, (fuente de ácidos grasos omega-3; eicosapentaenoico (EPA) y docosahexanoico DHA)4,6. Los cambios han sido catalizados, entre otros factores, por la incorporación de tecnologías en la elaboración de alimentos que facilitan su preparación y consumo y, de estrategias de marketing que inducen a preferirlos. La evolución de las diferencias en el consumo alimentario se 305 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Gasto en alimentos procesados en población de Santiago - M. Crovetto et al asocia en el tiempo con los notables cambios en la prevalencia de enfermedades crónicas como las cardiovasculares y el cáncer. Estos antecedentes nos llevaron a examinar las variaciones en el consumo aparente de alimentos, distinguiendo patrones de consumo más y menos compatible con la salud basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 20037. Esta diferenciación se caracteriza por el grado y procesamiento de los alimentos y su potencial impacto en la salud. En este contexto, la clasificación recientemente propuesta por Monteiro y cols, que clasifica a los alimentos en mínimamente procesados, medianamente procesados y ultraprocesados, y el reciente artículo de Ludwig et al, establecen el rol del procesamiento de los alimentos en la causalidad de las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición8,9. Alimentos mínimanente procesados, son aquellos, que en el proceso industrial las propiedades saludables de los alimentos no se modifican sustancialmente y su objetivo es facilitar su consumo. Se envasan sin adición de componentes que afecten la salud, como el sodio en exceso. Se incluyen carne, leche, granos enteros, legumbres, alimentos frescos y perecederos sin procesar; leguminosas, nueces, frutas, hortalizas, raíces y tubérculos. En los medianamente procesados, se combinan procesos como; prensado, trituración, molienda, refinación, «purificar», hidrogenación, hidrólisis, extrusión, uso de enzimas y aditivos, obteniendo productos manufacturados o ingredientes culinarios (aceites, grasas, azúcar y edulcorantes, almidones, el jarabe de maíz alto en fructosa, lactosa, leche y proteínas de soja, las gomas, conservantes y aditivos de cosméticos y otros). En general, aportan energía. Los ultraprocesados, son combinaciones de los anteriores para la obtención de productos casi listos, de fácil y rápida preparación. Son altos en grasas totales, saturadas o trans, azúcares, sodio, carentes de micronutrientes, fibra dietética y de alta densidad energética9,10. El objetivo general de este estudio fue describir el patrón alimentario actual y los cambios en el consumo aparente de alimentos, basado en las tendencias del gasto absoluto y relativo en alimentos de los hogares en los últimos 20 años; comparando la VI (2006-07) con la V (1996-07) y la IVEPF (1986-07) de los hogares del Gran Santiago; caracterizar los cambios en el gasto y, en especial en los alimentos procesados y su potencial efecto 306 sobre la salud y orientar acciones que promuevan un patrón de consumo más saludable. Este artículo, analizará el gasto en alimentación de los hogares para el total de hogares (TH), quintil II (QII) y quintil V (QV), representativos del promedio de la población y de los sectores de menores y mayores ingresos. En lo sucesivo, nos referiremos a cada período, indicando el año 1987; 1997 y 2007, respectivamente. Material y Métodos Se utilizó la información contenida en la IV, V y VI EPFs, realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)1-3. Los datos están ordenados por ingreso per cápita y la metodología se basó en el análisis comparativo del gasto por hogar en alimentos para el total de hogares y quintiles de ingreso, en base a los precios registrados por el INE actualizados a abril de 200711-13. El gasto en alimentos se refiere sólo al que realizan los hogares en forma privada según su capacidad de compra. La metodología ha sido descrita por los autores en publicaciones anteriores4-6. En este artículo, se agregan aspectos principales de la metodología, relacionada con la última encuesta analizada. a) Se ordenó y homologó la información de la IV EPF, en base a las 131 agrupaciones de la VI y VI EPF. b) Se mantuvo la clasificación y ordenamiento de los16 grupos de alimentos; c) Para la homologación del gasto en alimentos de las tres encuestas a pesos de abril 2007, se aplicó un factor de actualización con un deflactor calculado en base al Índice de Precios de los Alimentos (IPA) de junio de 1988, enero de 1997 y abril de 2007; d) Se mantuvo la metodología en la clasificación y ordenamiento de las comidas preparadas para llevar al hogar y las comidas fuera del hogar; e) La clasificación en no procesados y procesados se basó en los criterios definidos previamente. Se consideraron no procesados o naturales al pan, hortalizas, frutas frescas, secas, desecadas, legumbres, leche, huevos, carnes y pescados sin procesos de transformación incorporados. Los otros productos, incluyendo a las comidas preparadas para llevar y fuera del hogar, se consideraron procesados. Los antecedentes epidemiológicos analizados corresponden a los resultados de la Encuesta Calidad de Vida (ECV) 2000, 2006; Encuesta Nacional de Salud (ENSA) 2003 y 2009-201014-17. Rev Med Chile 2012; 140: 305-312 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Gasto en alimentos procesados en población de Santiago - M. Crovetto et al en alimentos, disminuyó en el período, representando 21%, 31,2% y 14,5% para el TH, QII y QV, respectivamente, en el 2007 (Figura 1). Se analizó la información del gasto en alimentos proveniente de la IV (19861987) y V EPF, (1997-1998)3,4 y estudios nacionales publicados previamente sobre el perfil epidemiológico1,2; Encuesta Calidad de Vida 2000, 2006; Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2003 y otras fuentes de información5-8. El ordenamiento de los datos obtenidos en las EPFs, se realizó por medio del programa Microsoft Office Excel 2003. Cambios del gasto absoluto en alimentos según grupos de alimentos Entre 1987-2007, se observa un aumento en el gasto absoluto en la mayoría de los grupos de alimentos, a excepción de huevos, legumbres, aceites y grasas (Figura 2). El gasto en pescados y mariscos tiene un leve incremento y representa Resultados Evolución del gasto absoluto y relativo en alimentos de los hogares del Gran Santiago El gasto absoluto en alimentos, se refiere al gasto en dinero que realizan los hogares (Tabla 1). El gasto en alimentos entre 1987-2007 tuvo un aumento progresivo de 52,9%; 75,9% y de 42,4% para el TH; QII, y QV, respectivamente. Entre 1987-1997, se observa el mayor incremento, en especial en los quintiles de menores ingresos e ingresos medios de 41,7%; 57,2% y 34,7%, para el TH; QII y QV, simultáneamente. El gasto relativo, definido como la ponderación del gasto de cada producto respecto al gasto total Figura 1. Evolución Gasto Relativo en Alimentos. Total Hogares y Quintiles de Ingreso. Gran Santiago*. 1987-1997-2007. En porcentaje (%). (*) En pesos abril de 2007. Deflactado por IPA. Tabla 1. Evolución del gasto absoluto y relativo en alimentos. Total hogares y quintiles de Ingreso. Gran Santiago. 1987-1997-2007. En pesos (*) y porcentaje (%) TH % QI % QII % QIII % QIV % QV % Gasto absoluto y relativo 1987 105.119 32,9 54.146 52,3 Gasto absoluto y relativo1997 148.961 26,8 75.973 42,3 110.961 35,9 135.572 32.9 168.177 25,2 252.963 15,4 Gasto absoluto y relativo 2007 160.782 21,1 87.424 37,4 123.944 31,4 146.747 27.9 178.293 22,4 267.502 14,5 70.449 48,4 91.320 42.3 119.987 37,6 187.878 23,1 Porcentaje variación 1986-07 41,7 40,3 57,5 48,5 40,2 34,6 Porcentaje variación 1996-07 7,9 11,5 11,7 8,2 6,0 5,7 Porcentaje variación 2006-07 52,9 61,5 75,9 60,7 48,6 42,4 (*) En pesos abril 2007. Deflactado por IPA. Rev Med Chile 2012; 140: 305-312 307 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Gasto en alimentos procesados en población de Santiago - M. Crovetto et al menos de 10% del gasto carnes y derivados procesados del TH y QII. En legumbres, se mantiene la tendencia decreciente observada desde 1987, el gasto declarado, indica que los hogares no alcanzan a gastar en un kilo de legumbres al mes. En hortalizas y frutas hay un aumento para todos los hogares, destacando el QII con un aumento de 61% y 67% respectivamente. A pesar de ello, el gasto en este ítem es inferior al de bebidas, jugos procesados y bebidas alcohólicas, situación que se repite en lácteos, para el TH y QII, el que es menor al de bebidas y jugos procesados. Destaca el aumento en la participación del gasto absoluto en bebidas, jugos procesados, bebidas alcohólicas, comidas preparadas y fuera del hogar para todos los grupos quintiles. Figura 2. Cambios en el gasto absoluto por grupos de alimentos. Total Hogares y Quintiles de Ingreso II y V. Gran Santiago*. 1987-2007. En porcentaje (%). (*) En pesos abril 2007. Deflactado por IPA. Quintil V Quintil II Total H Figura 3. Gasto relativo gasto según grupo de alimentos respecto al gasto total. Total Hogares y Quintiles de Ingreso II y V*. Gran Santiago 1987-2007. En porcentaje (%). (*) En pesos abril 2007. Deflactado por IPA. 308 Gasto relativo (Tabla 2) Se observa el descenso del gasto relativo en pan, pastas, cereales, papas; hortalizas, frutas, legumbres, huevos, aceites, grasas y azúcares en todos los grupos quintiles; descenso en carnes y derivados procesados y lácteos para el TH y QV; mantención del gasto relativo en carnes y derivados procesados, pescados y mariscos y aumento de lácteos en el QII. En bebidas y jugos procesados hay un aumento significativo del gasto; que casi se duplica para todos los grupos quintiles; de 4,0% a 8,4%; en el TH y QII; y de 4,0% a 9,8% en el QV; lo que se repite en bebidas alcohólicas. El gasto en comidas preparadas y fuera del hogar, aumenta de 12,1% a 20,1%; de 5,0% a 12%; y de 19,1% a 30,7%, para el TH, QII y QV, respectivamente. (Figura 3). A modo de conclusión, la comparación entre el QII y el QV, permite señalar que para el QII, los grupos de alimentos más im- Rev Med Chile 2012; 140: 305-312 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Gasto en alimentos procesados en población de Santiago - M. Crovetto et al Tabla 2. Evolución del gasto relativo en alimentos del Gran Santiago. 1987 - 97 - 2007. Total Hogares y Quintiles de Ingreso II y V. En pesos (*) y porcentaje (%) TH TH TH QII QII QII QV QV QV % % % % % % % % % 22,8 18,7 18,5 30,4 22,7 22,4 15,8 16,9 13,8 Hortalizas frescas y procesadas 7,7 7,8 6,8 8,9 8,9 8,1 6,7 8,1 5,5 Frutas frescas y procesadas 5,4 5,6 4,8 5,2 5,5 4,9 5,9 7,1 4,5 Legumbres 0,9 0,5 0,4 1,3 0,8 0,7 0,4 0,3 0,2 Pan, pastas, cereales, papas Carnes y derivados procesados 20,4 18,2 16,7 19,7 20,4 19,1 20,6 18,7 13,2 Pescados y Mariscos 1,9 2 1,9 1,5 1,7 1,6 2,2 2,8 2,1 Huevos 1,9 1,2 1,2 2,2 1,5 1,5 1,6 1,0 0,8 Lácteos procesados 8,2 7,9 7,9 6,7 7,8 7,9 9,5 10,0 7,8 Aceites y grasas 4,6 3,6 2,6 5,4 4,1 3 3,7 3,6 2,8 Azúcares y dulces 5,9 5 4,2 6,1 4,8 4 5,8 6,3 4,6 Bebidas y Jugos procesados 4,0 9,1 8,4 4,1 9,6 9,2 4,0 9,8 7,0 Bebidas alcohólicas 2,1 3,5 4,5 1,7 2,8 3,6 2,6 5,2 5,4 20,1 5,0 7,4 12 19,1 8,2 30,7 2 2 2,1 2,1 1,6 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Comidas preparadas y fuera del hogar 12,1 Otros 15 2,0 1,9 1,8 2,0 100,0 100,0 100,0 100,0 (*) En pesos abril de 2007. Deflactado por IPA. Tabla 3. Evolución del gasto absoluto y relativo en alimentos procesados y naturales. Gran Santiago. 1987 - 2007. Total Hogares y Quintiles de Ingreso II y V. En pesos (*) y porcentaje (%) TH 87 $ % TH 2007 $ % QII 87 $ QII 2007 % QV 87 % QV 2007 % % Gasto alimentos procesados* 42.457 38 90.436 56 21.843 31 59.088 48 95.762 51 180.390 67 Gasto en alimentos naturales* 62.616 62 70.346 44 48.606 69 64.856 52 82.468 49 87.112 43 Gasto total alimentos* 105.173 100 160.782 100 70.449 100 123.944 100 188.230 100 267.502 100 (*) En pesos abril de 2007. Deflactado por IPA. portantes en orden decreciente son; pan, cereales, pastas y papas; carnes; bebidas y jugos, hortalizas y lácteos, los que en total determinan casi 70% del gasto en alimentos; para el QV, 30,7% del gasto en comidas preparadas y fuera del hogar, más 13,8% del grupo pan, cereales, pastas y papas y 13,2% en carnes y derivados representan casi 60% del gasto relativo, para el 2007. Destaca la baja ponderación del gasto en grupos de alimentos más protectores de la salud como pescados y mariscos, hortalizas, frutas y legumbres para ambos quintiles. Rev Med Chile 2012; 140: 305-312 Gasto absoluto y relativo en alimentos procesados (Tabla 3) Los alimentos procesados se seleccionaron según clasificación definida previamente. El gasto absoluto aumenta en 110%; 117% y 88% para el TH; QII y QV entre 1987 y 2007. El gasto relativo, en el 2007, representa 56 % para el TH; 48% para el QII 67% en el QV (Figura 4). El análisis del gasto de los grupos pan y azúcares agregados de alta participación en el patrón alimentario actual, permite observar la 309 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Gasto en alimentos procesados en población de Santiago - M. Crovetto et al sustitución de productos menos procesados por los de mayor procesamiento. Estos cambios están impactando la composición nutricional de la dieta y posiblemente, el perfil epidemiológico observado (Figura 5). Figura 4. Gasto relativo en alimentos procesados y naturales. Total Hogares y Quintiles de Ingreso II y V. Gran Santiago*. 1987-2007. En porcentaje (%). (*) En pesos abril de 2007. Deflactado por IPA. Figura 5. Cambios en el gasto absoluto de productos menos procesados por productos más procesados. Total Hogares y Quintiles de Ingreso II y V. Gran Santiago*. 1987 - 2007. En porcentaje (%). (*) En pesos abril de 2007. Deflactado por IPA. 310 Discusión En Chile, en los últimos 20 años, mejoró el poder adquisitivo, aumentó el gasto absoluto en alimentos y disminuyó su participación relativa en el gasto total, impactando el patrón y consumo alimentario de los hogares del Gran Santiago. La VI EPF muestra por primera vez, –para el TH– que el gasto relativo en Transporte y Comunicaciones (22,3%) es mayor que el de Alimentos y Bebidas (21,1%). El gasto en alimentos, sin distinción de ingreso, ha variado hacia un mayor gasto en productos procesados. La IV EPF (década de los 80) mostró el inicio de estos cambios, especialmente, en el QV, de mayor ingreso. En la V EPF (años 90) se aprecian para el TH y en menor magnitud para el QII; en la VI EPF (década del 2000), aumenta para todos los quintiles1-3. El cambio en la composición del gasto en alimentos, señala la disminución o desplazamiento de productos que eran parte de una alimentación más tradicional y más saludable, de menor densidad energética, grasas totales y saturadas, azúcares agregados, sal, mayor contenido de fibra y micronutrientes hacia alimentos procesados, productos de alta densidad energética, mayor contenido en grasas totales y saturadas, azúcares agregados, sodio, bajos en micronutrientes y fibra dietaria18,19. Este proceso se viene observando desde mediados de los 80, coincidente con la globalización y la irrupción de las trasnacionales de la industria alimentaria en países de menor desarrollo9,10. Se grafica esta situación en el aumento del consumo y predominio de las bebidas azucaradas en los hogares, por sobre la condición económica. Asimismo, Rev Med Chile 2012; 140: 305-312 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Gasto en alimentos procesados en población de Santiago - M. Crovetto et al se observa un alejamiento paulatino y silencioso de las dietas tradicionales hacia una dieta global, con una gran cantidad de alimentos procesados, de origen animal, azúcares agregados, grasas saturadas y trans, y el incremento del alcohol9,19-22. Este patrón alimentario puede estar contribuyendo al aumento de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta, entre ellas, la obesidad. Lo más grave, es que la capacidad de respuesta y reacción de la comunidad científica ha estado desfasada y ha avalado el desarrollo e incorporación de productos sustitutos de las dietas tradicionales23,24. En Chile, en los 80, inicio de estos cambios, la comunidad científica se sorprendió con los estudios de Berríos et al cuya evidencia más significativa se encontró a fines de los 9025-27. Las ECV 2000 y 2003, los estudios de los Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVISA) en 1997 y 200814,16,29-30; la ENSA del año 2006 y la del 2009-2010, han hecho evidente los cambios epidemiológicos de la población15,16. La ENSA 2009-2010, señala que los mayores de 18 años tienen un consumo de 9,8 g de sal, casi el doble de lo recomendado por la OMS; 15,7% consume 5 o más porciones de verduras y frutas al día y alerta del consumo de 55,6 g de alcohol día, lo que concuerda con el aumento en el gasto en alcohol observado en la VI EPF13,16. En 1987, 7% de los escolares de primer año básico tenía obesidad, en contraste de 21% que la presenta en el 201032. La obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte prematura, discapacidad y riesgo de diabetes en la adultez. Según la OMS, en el 2015, el sobrepeso y la obesidad afectarán a 2.300 y 700 millones de adultos, respectivamente33,34. El patrón alimentario actual y sus cambios, se aleja significativamente de todas las recomendaciones emanadas de organismos rectores en alimentación y nutrición33,34. Las recomendaciones de la guía alimentaria publicada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos de Norteamérica (USDA) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) pueden extrapolarse a nuestra realidad35. El aumento en el gasto en alimentos procesados indica que en los hogares analizados, i) los productos con preservantes, grasas sólidas y azúcares, han aumentado entre 1987 y 2007 y que, en la mayoría son altos en sodio; ii) Respecto a las calorías grasas, un estudio previo de los autores señaló que el aporte calórico de grasas saturadas, era mayor al 10% recomendado, lo Rev Med Chile 2012; 140: 305-312 que puede extrapolarse a esta investigación, dado que el patrón de gasto en alimentos entre 1997 y 2007, no experimenta cambios significativos, sino por el contrario lo consolida6; iii) En el mismo estudio, respecto a los azúcares simples, los hogares superaron entre dos y tres veces el máximo del 10% de porcentaje de calorías provenientes de éstos, recomendadas por FAO/OMS 20037. En relación al aumento en pescados, verduras, frutas, granos y legumbres nos indica que estas recomendaciones no se logran, como tampoco la diversificación de las fuentes proteicas. Los cambios del gasto en alimentos, el peso de los productos procesados, la reafirmación del patrón de consumo en estos últimos 20 años, amerita un análisis de los factores que están interactuando en la adopción de la dieta “moderna asociada al avance tecnológico” y su génesis en las enfermedades nutricionales. En esta mirada, investigadores sugieren repensar los conceptos tradicionales en alimentación y nutrición, analizar la clasificación y evaluación de la composición nutricional de los alimentos procesados, hacerse cargo de este patrón de consumo, su impacto en la salud y orientar consumos recomendados en estos alimentos. ¿Será momento de exigir un compromiso social de verdad a las industrias y empresas de alimentos? ¿El Estado será capaz de dar y aplicar los marcos regulatorios que se requieren para fijar los límites? ¿Y la sociedad, se hará responsable, del autocuidado de su salud? Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Instituto Nacional de Estadísticas. 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Material and Methods: Cross sectional retrospective study that included all the phone call inquiries received at the Poison Control Center of the Pontificia Universidad Catolica de Chile (CITUC) during 2009. Results: Nine hundred fifty nine inquiries involving acute paracetamol exposures were received. Women represented a 63.1% of the cases. Half of the cases were suicide attempts, of which 74.8% were women. Accidental exposures occurred mainly in children. In 29.3% of the patients, the exposure was considered to involve a hepatotoxic dose. Women had 2.7 times the risk of men to ingest a toxic dose of paracetamol with suicidal purpose (Odds ratio (OR) = 2.7; 95% confidence interval (CI): 2.1-3.6; p < 0.001). Adolescents had 3.4 times the risk of the general consultants (OR: 3.4; 95% CI: 2.4–4.7; p < 0.001). Conclusions: Paracetamol overdose is common in Chile. Authorities should carry out preventive measures. Antidotes and the capacity to measure plasma levels of paracetamol should be available in healthcare centers. (Rev Med Chile 2012; 140: 313-318). Key words: Acetaminophen; Epidemiology; Poisoning; Poison control centers; Suicide. E l paracetamol es un analgésico antipirético de amplio uso a nivel mundial por su efectividad y seguridad. Sin embargo, su ingestión es también una de las causas de intoxicación medicamentosa más común en el mundo1. En los Estados Unidos de Norteamérica es la primera causa de falla hepática aguda en adultos, con una incidencia en aumento2. En Chile el paracetamol es fácilmente accesible por su bajo costo, amplia disponibilidad y por contar con múltiples presentaciones, dosificaciones y formulaciones3. Datos clínicos sugieren que la toxicidad 1 Centro de Información Toxicológica y de Medicamentos (CITUC). 2 Departamento de Laboratorios Clínicos. Escuela de Medicina. Pontificia Universidad Católica de Chile. a Enfermera. Licenciado en Medicina UC. c Enfermera Matrona. d Químico Farmacéutico. e Toxicólogo, CITUC. b Recibido el 22 julio de 2011, aceptado el 21 noviembre de 2011. Correspondencia a: Dr. Juan Carlos Ríos B. Centro de Información Toxicológica y de Medicamentos de la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CITUC). Marcoleta 446. Santiago Centro. Fono: (56-2) 3543194. Fax: (56-2) 2472112. E-mail: jcrios@med.puc.cl ocurre con ingestiones agudas superiores a los 150 mg/kg en niños (menores de 12 años) o 7,5 gramos totales en adultos y niños mayores de 12 años4,5. Cuando se superan estas dosis, el paracetamol puede generar insuficiencia hepática fulminante y necesidad de trasplante hepático5, si no se administra oportunamente el antídoto, N-acetilcisteína4,5. En los Estados Unidos de Norteamérica el gasto del tratamiento inicial de las exposiciones voluntarias es de US$ 2.172 por paciente, valor que llega a US$ 35.000 diarios en caso de requerir cuidados intensivos (sin considerar el costo psiquiátrico)6,7. 313 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Caracterización de la ingestión por sobredosis de paracetamol - V. Bravo et al Entregar información sobre el potencial riesgo vital de la ingestión de altas dosis de paracetamol puede resultar beneficioso para evitar las exposiciones accidentales. Sin embargo, constituye un peligro para los sujetos con tendencia suicida8. Con el fin de evitar las intoxicaciones con este fármaco la Food and Drug Administration de los Estados Unidos de Norteamérica (FDA) ha propuesto un listado de recomendaciones9,10. La venta en farmacias podría constituir un factor protector frente a un aumento en las intoxicaciones; al contrario, la venta libre en cualquier centro comercial puede aumentar el riesgo de ingesta tóxica, por facilitar la disponibilidad del fármaco al público general11. En el Reino Unido se han justificado e implementado medidas para evitar las intoxicaciones por paracetamol, como reducir el límite de venta tanto en farmacias como en otros lugares y la sugerencia de incorporar formulaciones compuestas con metionina. Estas medidas no están exentas de controversia12,13. La contribución de la legislación del Reino Unido a la disminución de las sobredosis por paracetamol, no es clara, los estudios realizados son variables en cuanto a seguimiento de los pacientes, se limitan a pequeñas áreas del Reino Unido o adolecen de fallas en su metodología y pueden ser influidos por una variedad de medidas, por lo que es difícil establecer una tendencia clara y hace difícil determinar con exactitud el éxito de la legislación. Es probable que la legislación que regula la cantidad de comprimidos disponibles en los envases de paracetamol en el Reino Unido haya cambiado el patrón de la intoxicación por paracetamol, pero los cambios fueron mucho más modestos de lo esperado14,15. Debido al demostrado daño y costo que genera una intoxicación aguda por paracetamol es necesario contar con información actualizada relacionada con los factores de riesgo, que permita elaborar estrategias de prevención. En Chile no se dispone de información actualizada al respecto, Contreras et al, reportaron sólo un caso de hepatotoxicidad causada por paracetamol en el año 2003 de 33 casos reportados de hepatotoxicidad por medicamentos con biopsias hepatica16. El objetivo de esta investigación es caracterizar el perfil de riesgo de los casos de ingestión aguda de paracetamol recibidos por el Centro de Información Toxicológica de la Pontificia Universidad Católica de Chile durante un año calendario. 314 Material y Método Se realizó un estudio transversal y retrospectivo. Se consideraron todos los llamados telefónicos por ingestión única/aguda de paracetamol recibidos espontáneamente, desde el domicilio o centro asistencial público o privado, desde cualquier punto del país; por el Centro de Información Toxicológica de la Pontificia Universidad Católica de Chile durante el año 2009 (enero a diciembre). Las variables que se analizaron fueron: sexo, edad por grupos (lactante < 2 años, pre-escolar ≥ 2 < 6 años, escolar ≥ 6 < 11 años, adolescente ≥ 11 < 18 años y adulto ≥ 18 años); circunstancias de la ingestión (No intencional: accidental, Intencional: suicidio); tiempo transcurrido entre la ingestión y el llamado a CITUC; dosis de paracetamol ingerida; ingestión concomitante de otro fármaco o sustancia y distribución mensual de las consultas. No se realizó seguimiento de los pacientes. Los datos se obtuvieron de la base de datos del CITUC, que recolecta información utilizando como instrumento el software “INTOX Data Management System” de la Organización Mundial de la Salud. Se consideraron dosis tóxicas o potencialmente generadoras de daño hepático, aquellas que superaban los 150 mg/kg o 7,5 gramos totales para todos los grupos de edad. Para el análisis de datos se utilizó el programa estadístico SPSS, versión 15.0. Se obtuvieron medidas de tendencia central y dispersión, análisis de frecuencia y odds ratios. Se consideró estadísticamente significativo el valor p < 0,05. Resultados Desde el 1º de enero al 31 de diciembre del año 2009 el CITUC recibió 959 consultas por ingestión aguda de paracetamol. Sesenta y tres porciento correspondió a llamados por pacientes de sexo femenino. Los adolescentes y adultos fueron 53,9% de los afectados y 35,2% correspondió a preescolares. Con respecto a la circunstancia de exposición, 49,9% de los casos se produjo con ideación suicida, de los cuales 74,7% fueron mujeres. La ingestión accidental se dio principalmente en niños (Tabla 1). El mes de noviembre registró el mayor número de llamadas con 11,5% del total de consultas. La mayoría de los meses las llamadas intencionales fueron superiores a las accidentales. Rev Med Chile 2012; 140: 313-318 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Caracterización de la ingestión por sobredosis de paracetamol - V. Bravo et al Tabla 1. Distribución de pacientes según circunstancia de exposición, grupo de edad y sexo Rango de edad Sexo Circunstancia Accidental n (%) Intento de suicidio n (%) Grupo de edad Sexo Dosis de paracetamol No tóxica n (%) Tóxica n (%) 23 29 (4%) (5%) 2 (0,8%) 3 (1,3%) Lactante F M Preescolar F M 143 (24,6%) 144 (24,8%) 8 (3,3%) 11 (4,6%) Escolar F M 13 (2,2%) 12 (2,1%) 4 (1,7%) 0 179 (38%) 43 (9,1%) Adolescente F M 82 (14,1%) 21 (3,6%) 83 (34,6%) 19 (7,9%) 19 (4%) 8 (1,7%) 167 (35,5%) 74 (15,7%) Adulto F M 74 (12,7%) 40 (6,9%) 81 (33,8%) 29 (12,1%) 472 (100%) 471 (100%) 581 (100%) 240 (100%) Lactante F M 32 (6,8%) 40 (8,5%) 0 0 Preescolar F M 165 (35%) 167 (35,4%) 0 0 Escolar F M 11 (2,3%) 11 (2,3%) 6 (1,3%) 2 (0,4%) Adolescente F M 15 (3,2%) 4 (0,8%) Adulto F M Total Tabla 2. Distribución de las dosis de paracetamol por grupo de edad y sexo Total F: Femenino, M: Masculino. Para 16 casos se desconoce el grupo de edad, sexo o ambos. F: Femenino, M: Masculino. (No pudo determinarse la dosis ingerida para 138 casos). En los que se generaron más llamados fueron julio por ingestiones accidentales y noviembre por suicidios. Con relación al tiempo promedio transcurrido entre la ingestión y la recepción de la llamada al CITUC, en los casos de intencionales fue 5,8 horas. En el caso de las exposiciones no intencionales, el promedio fue 2,8 horas. En la muestra total (N = 959), las mujeres presentaron 2,7 veces más riesgo de ingerir paracetamol con intención suicida que los hombres (OR = 2,72; IC 95%: 2,07-3,58; p < 0,001). El 29,2% de los pacientes ingirió el paracetamol en dosis tóxicas (Tabla 2). Se analizó la adolescencia como factor de riesgo de ingesta de dosis tóxicas de paracetamol en relación a los otros grupos de edad. Ser “adolescente” se asoció a un mayor riesgo de ingerir paracetamol en dosis potencialmente generadoras de daño hepático o tóxica (OR = 3,43; IC 95%: 2,4-4,7; p < 0,001). Se analizó sexo femenino y adolescencia como factores de riesgo de ingestión suicida con respecto a los otros subgrupos de edad. Ser mujer adolescente se asoció a un gran aumento del riesgo de ingestión de paracetamol con fines suicidas (OR = 18,8; IC95%: 10,62-33,8; p < 0,001). La ingestión simultánea de paracetamol con otras sustancias o medicamentos se presentó en 248 casos (25,8%). Al comparar sólo las exposiciones suicidas con dosis tóxica, se obtuvo que quienes ingirieron paracetamol sin co-ingestión presentaron 4,5 veces más riesgo de estar en rango tóxico (OR = 4,49; IC 95%: 2,8-7,1; p < 0,001) (Tabla 3). Tabla 3. Relación entre co-ingesta y tipo de dosis de paracetamol en pacientes que ingieren paracetamol con intención suicida (n = 403) Coingestión Tipo de dosis Generadora de insuficiencia hepática Total No generadora de insuficiencia hepática Paracetamol sin coingesta 112 43 155 Paracetamol con coingesta 91 157 248 203 200 403 Total (OR = 4,49; IC 95%: 2,8-7,1; p < 0,001). (Se desconoce la dosis en 68 casos de pacientes que ingirieron paracetamol con intención suicida). Rev Med Chile 2012; 140: 313-318 315 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Caracterización de la ingestión por sobredosis de paracetamol - V. Bravo et al Tabla 4. Relación entre intencionalidad y tipo de dosis de paracetamol ingerida Intencionalidad Suicida Accidental Total Tipo de dosis Total Generadora de insuficiencia hepática No generadora de insuficiencia hepática 207 202 409 38 388 426 245 590 835 (OR = 10,46; IC 95%: 7-15,6; p < 0,001). (En 6 casos se desconoce si el paracetamol fue ingerido solo o junto a otro medicamento). Se analizó la relación entre las variables circunstancia de exposición (intencional y no intencional) y dosis ingerida (tóxica vs no tóxica). En pacientes suicidas aumentó sobre 10 veces el riesgo de ingerir el paracetamol en dosis potencialmente generadoras de daño hepático (OR = 10,46; IC 95%: 7-15,6; p < 0,001) (Tabla 4). Discusión Se caracterizó el perfil de riesgo de los casos de ingestión aguda por paracetamol. El paracetamol es un medicamento que está disponible en la mayoría de los hogares chilenos debido a su bajo costo, efectividad como analgésico o antipirético y a su venta sin receta médica. A lo anterior se añade la falta de control en el límite de dosis y edad del comprador en las farmacias. Las presentaciones comerciales son múltiples y variadas3. No existe información acerca del perfil de las personas que se exponen a este fármaco de forma accidental o con intencionalidad suicida, ya que su notificación no es obligatoria en el sistema de salud. Mallik y cols. caracterizaron sobredosis de paracetamol en pacientes menores de 17 años en Estados Unidos de Norteamérica, encontrando que sólo 19% eran intencionales, cifra muy inferior al 34% encontrado en nuestra investigación17. Esta cifra es casi el doble de lo reportado en Estados Unidos de Norteamérica, lo cual debiera encender las alarmas y tender a generar medidas para disminuir este alto porcentaje. Una cifra preocupante que encontramos fue que las ingestiones intencionales en los escolares representaron la cifra de 27%. También Mallik y cols. reportaron sólo 6,3%, lo que debiera obligar a tomar medidas de salud pública tendientes a restringir de alguna forma la venta libre de este tipo de fármacos. 316 De la muestra estudiada se puede concluir que los preescolares y lactantes ingieren el medicamento de manera accidental, esto es evidente dado que por su etapa de desarrollo y curiosidad natural, son incapaces de percibir el daño. En ellos el acceso al fármaco es responsabilidad de un tercero18. Aunque la ingestión de dosis potencialmente tóxicas se encuentra en pocos casos, no se puede obviar el gasto que genera la activación de la red de atención de salud por sus padres y tutores17. Medidas como educar a los cuidadores para que mantengan los fármacos fuera del alcance de los niños o la implementación de envases con tapa de seguridad podría contribuir a reducir el número de niños expuestos a paracetamol. Myers y cols. describieron que 68% de los ingresos hospitalarios con sobredosis de paracetamol en Canadá fueron mujeres, esto es similar a los datos obtenidos en nuestro estudio. Sin embargo, nosotros observamos que sólo 49% de las ingestiones se produjo con ideación suicida y el estudio de Myers describió 85% con esta condición. Esto último hace observar con preocupación que en Chile se libere la venta de este fármaco, ya que esta cifra puede tender a aumentar19. Los adolescentes son el grupo más vulnerable de ingerir dosis tóxicas, tanto hombres como mujeres. El sexo femenino es factor de riesgo de ingestión de paracetamol con ideación suicida y también para la accidental. También se observa que existe mayor riesgo de consumir dosis hepatotóxicas en aquellos pacientes que ingieren el paracetamol solo. El 29% de los pacientes de la muestra estudiada podría desarrollar daño hepático si no son tratados. En falla hepática fulminante la mortalidad pre trasplante es de hasta 37%20. Sin embargo, no hay datos actuales publicados sobre el número de Rev Med Chile 2012; 140: 313-318 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Caracterización de la ingestión por sobredosis de paracetamol - V. Bravo et al trasplantes por falla hepática producida específicamente por paracetamol en Chile. Una de las limitantes del estudio es que los 959 casos registrados corresponden a consultas espontáneas al CITUC, por lo tanto, probablemente no es representativo del número real de intoxicados con el medicamento. Otra de las limitaciones es que no se realizó seguimiento de los pacientes, por lo tanto, no se pudo determinar quiénes realmente desarrollaron daño hepático. Con relación al tiempo promedio transcurrido entre la ingestión y la recepción de la llamada al CITUC, en los casos de suicidio fue 5,8 horas. En el caso de las exposiciones accidentales, el promedio fue 2,8 horas. En los pacientes suicidas, el llamado a CITUC realizado de manera más tardía que en las ingestiones accidentales podría retrasar el tratamiento, perder tiempo valioso, sobre todo durante las cuatro primeras horas y empeorar el pronóstico de los pacientes, considerando que en los servicios de urgencia a menudo deben esperar para ser atendidos y en ese tiempo el medicamento ya se absorbió. Se considera relevante disponer de las medidas de descontaminación inicial, determinación de realizar el lavado gástrico, administración de carbón activado y contar con acceso al antídoto N-acetilcisteína21. A su vez se hace necesaria la medición de niveles plasmáticos de paracetamol para predecir de forma real el riesgo de daño hepático en todos los servicios asistenciales del país. El conocimiento del perfil de las intoxicaciones por paracetamol en Chile y el peligro de su ingestión en rango potencialmente generador de daño hepático es relevante en la optimización de recursos y protección de la salud de la población. Al presentar esta problemática se espera que las autoridades gubernamentales, en conjunto con los profesionales del área generen herramientas de prevención en todos los niveles de atención de salud. Referencias 1. 2. Gunnell D, Murray V, Hawton K. Use of paracetamol (acetaminophen) for suicide and nonfatal poisoning: worldwide patterns of use and misuse. Suicide Life Threat Behav 2000; 30: 313-26. Larson AM, Polson J, Fontana RJ, Davern TJ, Lalani E, Hynan LS, et al. Acetaminophen-induced acute liver Rev Med Chile 2012; 140: 313-318 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. failure: results of a United States multicenter, prospective study. Hepatology 2005; 42: 1364-72. Instituto de Salud Pública de Chile. 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Rev Med Chile 2012; 140: 313-318 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Rev Med Chile 2012; 140: 319-325 Las nuevas generaciones de mujeres, el embarazo no previsto, las edades y la segmentación social en la sociedad chilena Unpredicted pregnancy among Chilean young women Background: Unpredicted pregnancy is an evolution of the concepts undesired and unplanned pregnancy. It is more common among vulnerable strata of our society and related to lack of education. Aim: To explore the prevalence and social concomitants of unpredicted pregnancy among young women. Material and Methods: Analysis of the databases of the Sixth National Youth Survey carried out by the Instituto Nacional de la Juventud in Chile during 2009. The universe corresponds to 7570 participants aged between 15 and 29 years, of both genders. Results: Unpredicted pregnancy occurred in 43% of sexually active surveyed women. It was more common among women with a lower educational level and those aged 15 to 24 years, especially during the onset of active sexual life. There was also an inverse relationship between the degree of education, the use of contraception and the age when sexual activity starts. Conclusions: Unpredicted pregnancy is frequent among teenagers and more common among less educated individuals. The frequency of use of contraception is associated in greater measure to the degree of education rather than the age of onset of sexual activity. (Rev Med Chile 2012; 140: 319-325). Key words: Contraception; Pregnancy in adolescence; Pregnancy, unplanned. E l objeto de este trabajo es el embarazo no previsto (ENP) en las mujeres jóvenes en la sociedad chilena. Analizando la relación entre su existencia, la estructuración social de las edades en que se inscribe. Esto sólo es posible hacerlo directa e independientemente de condiciones de embarazo, aborto, paternidad o maternidad a partir de la V Encuesta Nacional de Juventud, en 2006, pues otras encuestas y sistemas de registro hasta ahora no lo hacían posible1-3. Esto permitirá iniciar una línea de investigación que contribuya analíticamente a su conocimiento y de esta forma aportar fundamento empírico a las políticas públicas. Usamos el concepto de ENP4,5, dos conceptos le han precedido y que remiten a los campos de la psicología y la salud pública: embarazo no deseado y embarazo no planificado. Entre uno y otro, el Departamento de Psicología, Universidad de Chile. Recibido el 9 de mayo de 2011, aceptado el 16 de noviembre de 2011. Correspondencia a: Irma Palma. E-mail: ipalma@ichile.cl ENP. Antes que no planificación, no previsión. No previsto es tanto un juicio interno sobre la disponibilidad subjetiva para un embarazo conducente a la paternidad o la maternidad, como una gestión de una práctica preventiva; en el caso del ENP, el sujeto no se encuentra ni disponible ni prevenido. Formulamos tres análisis destinados a conocer: a) la proporción de jóvenes que lo experimenta al menos una vez en la vida; b) en qué medida sucede en etapas tempranas de la vida, aunque no exprese su estructuración etaria permite una aproximación provisional (pues una cohorte joven no captura bien las edades de un evento que se produce también posteriormente)5; c) el momento en que en el curso de las trayectorias sexuales acontece; d) si la edad de la primera relación sexual se encuentra relacionada con su ocurrencia. Luego analizamos la relación entre edades de 319 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Embarazo no previsto en jóvenes chilenas - I. Palma et al la primera relación sexual y uso de tecnología preventiva, de modo de conocer si la precocidad se encuentra asociada a un menor uso. En tercer lugar, exploramos la relación entre la existencia del ENP en las nuevas generaciones, la estructuración social de las edades en que se inscribe y la estratificación social prevalente en la sociedad chilena. Nuestra aproximación pone en relación diversas trayectorias; el continuo de experiencias que van trazando itinerarios que se construyen simultánea y pluralmente en múltiples dimensiones6. Por una parte, trayectorias sexuales, reproductivas y conyugales, y por otra, educacionales. Esto permite conocer si es propiamente la edad un elemento intrínsecamente asociado a la exposición al ENP7 o si su ocurrencia se encuentra asociada a una estructuración socialmente diferenciada del conjunto de estas trayectorias. Material y Método Usamos la Base de Datos de la Sexta Encuesta Nacional de Juventud, Instituto Nacional de la Juventud, 2009. El universo son hombres y mujeres entre 15 y 29 años, del país. El muestreo es estratificado, por conglomerados y poli-etápico. Su muestra es 7.570 sujetos, y asegura una representatividad a nivel nacional y regional. En este estudio sucede que su objeto y método coinciden en una misma temporalidad –el ENP en una edad y en una etapa de la vida–, y una encuesta que considera sólo a sujetos jóvene –están aún en proceso de producción de las prácticas conducentes a la ocurrencia del mismo (una proporción importante de éstos no ha tenido aún una primera relación sexual). Por ello, consideramos aquí sólo al segmento post-adolescente (20-29 años) pues se minimiza la dificultad, porque a partir de los 20 años se dispone de una muestra en que un número elevado de sujetos se encuentran sexualmente activos y por ello se dispone de una cohorte etaria que en un nivel importante ya ha tenido relaciones sexuales, ha usado o no tecnología y ha tenido oportunidad de enfrentar un ENP. Usamos la cohorte 25-29 años en algunos análisis, cuando buscamos disponer de una mayor distancia temporal para observar el evento en estudio. Asimismo, usamos el nivel de escolaridad alcanzado por los sujetos y no la pertenencia a un grupo socioeconómico, pues tratamos de estable- 320 cer una relación entre la existencia del ENP con las trayectorias educacionales -por su edad, las mujeres estudiadas tienen edades regulares de ingreso a la educación superior. La investigación social ha puesto de manifiesto que estas trayectorias se encuentran estratificadas en la sociedad chilena, y que en la actualidad se realizan en un contexto de expansión educacional y al mismo tiempo que de la existencia de barreras tanto para concluir la educación secundaria, como en el acceso a la educación superior, barreras que constituyen fuentes de desigualdad asociadas al origen social8,9. Usa un cuestionario de aplicación cara a cara con predominio de preguntas de respuesta estandarizada. Incluye dos preguntas relacionadas con el ENP: ¿Te ha sucedido alguna vez que tú o tu pareja haya quedado embarazada sin planificarlo? y ¿Qué edad tenías tú cuando esto te sucedió o le sucedió a tu pareja? No indaga si hubo más de un evento en la vida. Nuestro supuesto es que en caso que haya existido más de un evento, se trataría del más antiguo, pues el primer evento es más significativo y crítico biográficamente, y sería lo que se recuerda cuando se es consultado. Incluye preguntas sobre si se ha tenido relaciones sexuales y edad, uso de tecnología preventiva (TP). El procesamiento de la información hace uso de técnicas estadísticas descriptivas uni-variadas y bi-variadas. Para describir una variable se utilizan medidas de tendencia central. Para describir dos variables conjuntamente se utilizan Tablas de Contingencia y Comparación de Medias. La elección del procedimiento estadístico depende del nivel de medida de las variables utilizadas. Para el análisis se usa el software de procesamiento de datos SPSS 15.0. Resultados El ENP se presenta como una experiencia frecuente en la generación joven de mujeres en la sociedad chilena. Lo ha experimentado en la vida 42,5% de quienes tienen entre 15 y 29 años, que se encuentran sexualmente activas (Tabla 1). A su vez, existe una alta diferenciación social en la ocurrencia del ENP. Las mujeres que alcanzan niveles educacionales superiores experimentan el ENP con menor frecuencia; en sentido inverso, las que alcanzan niveles de educación inferiores lo experimentan con mucha mayor frecuencia. Rev Med Chile 2012; 140: 319-325 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Embarazo no previsto en jóvenes chilenas - I. Palma et al En términos de su distribución poblacional, el ENP se ubica fundamentalmente en los niveles educacionales medios y básicos (Tabla 2). El ENP es una experiencia reproductiva temprana: nueve de cada diez jóvenes lo experimentan entre los 15 y 24 años, Tabla 1. Mujeres que experimentan al menos un embarazo no previsto en la vida, según edades. Cohorte 15 a 29 años Sí % fila No % col. % fila % col. n no ponderado 15 - 17 años 20,9 4,9 79,1 13,7 363 18 - 19 años 31,8 8,8 68,2 14,0 459 20 - 24 años 42,1 38,6 57,9 39,2 1.171 25 - 29 años 51,6 47,6 48,4 33,0 844 Total 42,5 100,0 57,5 100,0 2.837 Tabla 2. Nivel de embarazo no previsto en mujeres sexualmente activas, según nivel educacional. Cohorte 20-29 años Sí % fila No % col. % fila % col. n no ponderado B. y M. Inc. 71,7 30,7 28,3 10,7 457 M. Comp. 51,2 43,3 48,8 36,4 756 Superior 30,3 26,0 69,7 52,9 795 Total 46,9 100,0 53,1 100,0 2.008 la mitad sucede en la adolescencia y uno entre cuatro a la edad de 17 años o menos. A su vez, es más temprana cuando sólo alcanzan niveles de educación básica o no completan la enseñanza media: la mitad sucede a los 17 años o menos, uno entre cinco en quienes alcanzan la educación media, y sólo uno entre siete en quienes tienen educación superior (Tabla 3). El ENP sucede en el inicio e instalación de las trayectorias sexuales antes de los dos años- en la mitad de las jóvenes, y es especialmente próximo entre las que alcanzan menores niveles educacionales, que son justamente quienes usan menos frecuentemente TP (Tabla 4). La estructuración de las edades de la primera relación sexual no es homogénea en las jóvenes. La primera relación sexual es más temprana en la vida cuanto más bajo sea el nivel educacional. A su vez, las edades de quienes experimentan un ENP y quienes no lo hacen son relativamente próximas entre las que alcanzan niveles inferiores de educación, pues en general todas lo hacen más tempranamente en la vida; en cambio, cuando alcanzan la educación superior quienes no experimentan un ENP lo hacen más tardíamente que las que sí se embarazan (Figura 1). Cuanto más temprano sea el comienzo de la trayectoria sexual, menor es el uso de TP. Sin embargo, esta re- Tabla 3. Edades de ocurrencia del embarazo no previsto en mujeres, según edades y nivel educacional. Cohorte 25-29 años.* B. y M. Inc. % col. M. Comp. n no pon. % col. Superior n no pon. % col. Total n no pon. % col. n no pon. 17 o menos 46,5 68 19,4 38 14,4 20 26,2 126 18 a 19 24,7 34 23,4 41 22,9 21 23,7 96 20 a 24 21,4 38 41,8 76 51,8 54 38,2 168 25 a 29 7,4 9 15,4 26 10,9 15 11,9 50 100,0 149 100,0 181 100,0 110 100,0 440 Total *Usamos la cohorte 25 a 29 años, pues permite cubrir un período más largo de la población estudiada. Rev Med Chile 2012; 140: 319-325 321 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Embarazo no previsto en jóvenes chilenas - I. Palma et al Tabla 4. Desfase entre edad de la primera relación sexual y edad de embarazo no previsto en mujeres, según nivel educacional. Cohorte 20 - 29 años Desfase B. y M. inc. M. comp. Superior Total % col. n no pon. % col. n no pon. % col. n no pon. % col. n no pon. Menos de 2 años 61,0 179 52,5 186 44,1 112 52,8 477 2 o más años 39,0 121 47,5 191 55,9 132 47,2 444 Total 100,0 300 100,0 377 100,0 244 100,0 921 Figura 1. Edades de primera relación sexual en mujeres, según ocurrencia de embarazo no previsto y nivel educacional. 20 - 29 años (% col.) (N no ponderado: 1926). lación se encuentra fuertemente mediada por el nivel educacional alcanzado. Cuando cualesquiera de ellas tienen la primera relación sexual a los 17 años o antes, sólo una de cada cuatro de quienes no concluyen la enseñanza media usa TP, en tanto aumenta a una de cada dos en quienes alcanzan niveles de educación superior, mucho más incluso que aquellas con niveles educacionales inferiores que lo hacen en edades más tardías, que sólo la usan dos de cada cinco (Tabla 5). En sus trayectorias biográficas las jóvenes presentan una importante diferenciación social de las edades de la fertilidad en el curso de sus trayectorias reproductivas. Las mujeres con niveles de educación superior presentan una fecundidad más tardía, escasamente iniciada en la adolescencia, y altamente postergada hasta pasado el período de juventud. En sentido inverso, aquellas con niveles de educación básica o media incompleta presentan una fecundidad más temprana, 322 en una alta proporción en la adolescencia, que no se extiende por todo el período, sino que tiende a concluir antes de los 25 años. Entre unas y otras se encuentran las que cursan la enseñanza media completa, que presentan una fecundidad no muy temprana ni muy tardía, menos en la adolescencia que las últimas y menos en la etapa tardía como en las primeras (Tabla 6). Del mismo modo, sus trayectorias conyugales (que entendemos genéricamente como uniones, sean maritales o cohabitación) presentan una importante diferenciación social. Aquellas con niveles de educación superior presentan más bajos niveles y más tardías las edades. En sentido inverso, aquellas con niveles de educación básica o media incompleta presentan más altos niveles y más tempranas las edades de uniones. Entre unas y otras se encuentran las que cursan la enseñanza media completa, sin embargo, más próximas a las últimas (Tabla 7). Rev Med Chile 2012; 140: 319-325 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Embarazo no previsto en jóvenes chilenas - I. Palma et al Tabla 5. Nivel de uso de tecnología preventiva en primera relación sexual en mujeres, según edad de primera relación sexual y nivel educacional. 20 - 29 años N. Ed. Edad 1ª RS Usa TP % col. % fila B. y M. inc. M. comp. Superior Total n no pon. No usa TP % col. % fila n no pon. 17 o menos 24,9 73,1 86 75,1 80,0 252 18 a 19 31,7 21,7 30 68,3 16,9 51 20 o más Total 38,1 26,6 5,2 100,0 4 120 61,9 73,4 3,1 100,0 19 322 17 o menos 33,8 41,9 144 66,2 60,2 256 18 a 19 52,4 40,6 122 47,6 27,1 109 20 o más Total 50,3 42,4 17,5 100,0 56 322 49,7 57,6 12,7 100,0 48 413 17 o menos 55,0 33,8 161 45,0 48,0 157 18 a 19 67,0 36,9 193 33,0 31,5 95 20 ó más Total 71,3 63,5 29,3 100,0 117 471 28,7 36,5 20,5 100,0 46 298 17 o menos 37,6 41,0 391 62,4 62,3 665 18 a 19 56,7 36,5 345 43,3 25,5 255 20 o más Total 62,8 47,8 22,5 100,0 177 913 37,2 52,2 12,2 100,0 113 1.033 Tabla 6. Maternidad, según edades y niveles educacionales. Cohorte 25 a 29 años 20 a 24 más 25 o más Sin hijos 19 o menos % % n no % % n no % % n no % % n no fila col. pond. fila col. pond. fila col. pond. fila col. pond. % fila Total % n no col. pond. B. y M. Inc. 62,9 43,3 139 29,0 17,9 59 3,5 8,5 5 4,6 4,0 12 100,0 21,6 215 M. Comp. 28,7 39,8 105 46,6 57,9 154 10,8 52,3 38 14,0 24,6 46 100,0 43,5 343 Superior 15,2 16,9 50 24,3 24,2 69 10,1 39,2 33 50,4 71,3 135 100,0 34,9 287 Total 31,4 100,0 294 35,0 100,0 282 9,0 100,0 76 24,7 100,0 193 100,0 100,0 845 Tabla 7. Mujeres unidas alguna vez en la vida*, según cohortes de edad y nivel educacional. Cohorte 20 - 29 años % fila 20 a 24 25 a 29 Total B. y M. Inc. % n no col. pon. % fila M. Comp. % n no col. pon. % fila Superior % n no col. pon. % fila Total % col. n no pon. No 10,1 41,6 105 29,4 58,3 288 60,5 85,8 531 100,0 68,8 924 Sí 31,3 58,4 147 46,5 41,7 192 22,2 14,2 92 100,0 31,2 431 No 10,4 21,9 44 37,4 38,7 141 52,1 63,8 190 100,0 44,3 375 Sí 29,5 78,1 179 47,0 61,3 221 23,5 36,2 124 100,0 55,7 524 No 10,2 31,2 149 32,4 48,0 429 57,4 76,9 721 100,0 57,2 1299 Sí 30,2 68,8 326 46,8 52,0 413 23,0 23,1 216 100,0 42,8 955 *Casadas, solteras cohabitantes, separadas de hecho, viudas, divorciadas, anuladas. Rev Med Chile 2012; 140: 319-325 323 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Embarazo no previsto en jóvenes chilenas - I. Palma et al Discusión El ENP se presenta como una experiencia frecuente en la generación joven de mujeres en la sociedad chilena. Al mismo tiempo, se encuentra socialmente diferenciado: muy poco frecuente en las que alcanzan niveles de educación superior, y especialmente frecuente entre las que sólo alcanzan niveles de educación básica o media incompleta. No constituye, pues, un evento transversal al conjunto de la sociedad. Es una experiencia reproductiva temprana en la vida, notablemente más temprana cuando tienen niveles de educación básica o media incompleta. Cuanto más temprano sea el comienzo de la trayectoria sexual, menor es el uso de TP y más frecuente es el ENP. Sin embargo, ¿es propiamente la edad un elemento intrínsecamente asociado a la prescindencia de TP y en consecuencia a la exposición al ENP?. Una perspectiva comprende esta asociación entre una iniciación sexual más temprana y una mayor ocurrencia del ENP –mediada por un uso reducido de TP– como fruto de la inmadurez psicológica e inhabilidad del sujeto muy joven para la práctica preventiva (por ser menos experto y menos autónomo)7. Sin embargo, así formulada la relación entre precocidad y ENP se encuentra sometida a discusión en el campo de la investigación social en sociedades europeas, en las que el uso de TP es elevado y extendido en el conjunto de las edades10, y en sociedades latinoamericanas esta asociación se presenta más mediada por la estratificación social11. Una perspectiva alternativa sugeriría que la dificultad está en un acceso a la TP segmentado por edad, que impediría a un sujeto muy joven justamente el agenciamiento personal de su prevención, al mismo tiempo que habría un acceso segmentado socialmente. No es posible conocer aquí si existe un acceso etariamente y socialmente segmentado, pues la Encuesta Nacional de Juventud no estudia el acceso a TP. La primera perspectiva –por su esencialización de la edad del sexo, como una limitación intrínseca al sujeto–, no permite dar cuenta de la segmentación social en la existencia del ENP. La última resulta simplificadora, pues sitúa la dificultad enteramente fuera del sujeto, y nada indica que la provisión de TP pueda operar a distancia de las disposiciones subjetivas del individuo. En la sociedad chilena esta relación entre edad 324 y ENP se encuentra estrictamente asociada a la ubicación de las jóvenes en la estructura social. Como hemos mostrado, cuando quienes hacen su entrada en la sexualidad activa tempranamente son las de niveles de educación superior, lo experimentan menos frecuentemente que aquellas que no concluyen la enseñanza media que lo hacen en edades más tardías, y a su vez, cuando quienes hacen tempranamente su entrada en la sexualidad activa son las primeras, usan TP más frecuentemente que las últimas. Comprender el lugar propiamente de la edad en la existencia del ENP no resulta analíticamente sencillo en el marco de una diferenciación social elevada del fenómeno. Una vez establecida, lo fundamental a comprender es cómo operaría esta diferenciación. Hemos mostrado precedentemente que existe una relación entre la exposición al ENP con las formas en que se configuran las trayectorias sexuales, preventivas, reproductivas y conyugales, en el marco de una estructuración socialmente diferenciada, sin embargo, en transformación, de las trayectorias educacionales femeninas en las nuevas generaciones. Por otra parte, justamente en el contexto de la existencia de una diferenciación social de las trayectorias educacionales, proponemos observar las configuraciones de las trayectorias sexuales, preventivas, reproductivas y conyugales en las nuevas generaciones de mujeres a partir de una tensión entre orientaciones culturales, condiciones sociales y disposiciones subjetivas más individualizadas o más relacionales. Más precisamente, una perspectiva que puede ensayarse es vinculando tales configuraciones a procesos de individualización en curso, que tienen, sin embargo, en sociedades como la nuestra versiones más precarias12,13. Hay jóvenes cuyas vidas se encuentran altamente estructuradas en su subjetividad y organizadas en función de una proyectividad profesional; hay otras, en tanto, cuyas vidas se encuentran más estructuradas en su subjetividad y organizadas en función de una proyectividad relacional, familiar. A su vez, los márgenes de incidencia personal son percibidos por las primeras, como más amplios y el agenciamiento, más factible. Unas y otras harían una internalización de las trayectorias sociales/ educativas más probables en su medio ambiente social. En los grupos de ingresos altos en su gran mayoría las jóvenes acceden a la educación supe- Rev Med Chile 2012; 140: 319-325 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Embarazo no previsto en jóvenes chilenas - I. Palma et al rior, y se encuentran en condiciones de ingresar al mundo laboral en posiciones más ventajosas. Como hemos observado, en sus trayectorias biográficas postergan la conyugalidad y la fertilidad hasta la adultez, aunque no necesariamente la entrada en la sexualidad activa. Sus trayectorias reproductivas se encuentran poco interferidas por la existencia del ENP, y preventivamente más protegidas. Sugerimos que esto puede ser interpretado como una perspectiva más individualizada en la configuración de ciertas trayectorias femeninas en la sociedad chilena. En tanto, las jóvenes en los grupos socioeconómicos de más bajos ingresos pueden cruzar barreras educacionales intermedias, y muy difícilmente la que les separa de la educación superior, y no se encuentran en condiciones de ingresar al mundo laboral, sino precariamente. En sus trayectorias biográficas tienden a postergan menos la conyugalidad, aunque sí procuran hacerlo con su fertilidad –como se colige del hecho que una proporción importante declara haber experimentado un ENP. En esta perspectiva, sus trayectorias reproductivas se encontrarían interferidas por la existencia del ENP, y es probable que comiencen sus prácticas preventivas justamente después de esta experiencia. Referencias 1. 2. Ministerio de Salud. (2006) Informe de resultados II Encuesta Nacional de Calidad de Vida y Salud. Chile, 2006. http://epi.minsal.cl/epi/html/sdesalud/calidaddevida2006/Informe%20Final%20Encuesta%20de%20 Calidad%20de%20Vida%20y%20Salud%202006.pdf Ministerio de Salud. Informe de Encuesta Nacional de Rev Med Chile 2012; 140: 319-325 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. Salud. Chile 2009-2010.http://www.redsalud.gov.cl/ portal/docs/page/minsalcl/g_home/submenu_portada_2011/ens2010.pdf Junta Nacional d Jardines Infantiles, UNICEF y UNESCO. (2010) Informe final Encuesta Nacional de Primera Infancia, ENPI 2010. Santiago, Chile. Bajos N, Moreau C, Leridon H, Ferrand M. Pourquoi le nombre d’avortements n’a-t-il pas baissé en France depuis 30 ans? 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Correspondencia a: Dr. Miguel Concha Director Escuela de Graduados, Facultad de Medicina, UACh, Cas. 567 Valdivia, Chile. Teléfono (56) 63-221410 E-mail: migconch@uach.cl D ¤ ¥ ª « £ £ ¡ ¢ ¬ £ ­ ¢ ¤ ¥ ® £ ¥ £ ® ¦ £ § £ ¨ © ¡ ¢ ¯ Commitment and development of competences in clinical research in residency training programs in Chile Background: In Chile, residency training programs (RTP) take place in a stimulating academic environment for the promotion of clinical research skills. However, research is not a frequent curricular outcome. Accreditation of these programs by the National Accreditation Commission is an opportunity to improve the trainee’s research competences. Aim: To analyze in the RTP curricula, the explicit intention to carry out clinical research and its correlation with the scientific productivity of professors and residents. Material and Methods: Fifty six training study programs corresponding to six primary specialties and six derived specialties, offered by seven universities holding accreditation tenure for RTP from the Chilean Association of Medicine Faculties (ASOFAMECH) up to 2005, were analyzed. The analysis included each academic program, courses and/or rotations and professors and residents’ productivity, measured as publications accredited in the Institute for Scientific Information (ISI), between 1999 and 2007. Results: RTP are based on a tutorial educational model, where the close relationship between professors and residents is essential for the expected final outcome. Simultaneously, the programs’ curricula revealed a high intentionality towards clinical research. However, professors’ publications of ISI indexed articles showed a low and irregular scientific productivity. Conclusions: The gap between the declared training in clinical research and the effective ISI productivity is an awareness call with respect to the contribution that RTP could provide to accreditation, to professors and residents, and in general to health improvement in the country. (Rev Med Chile 2012; 140: 326-333). Key words: Clinical medicine; Internship and Residency; Peer review, research. iversas evidencias indican la importancia de la investigación clínica en salud y desarrollo económico de una nación1,2. En Chile podría contribuir de manera importante a mejorar la efectividad y costo-eficacia de las actuales conductas terapéuticas, innovar en terapias y producir beneficios netos a la economía nacional2,3. Sin embargo, el fortalecimiento de una cultura de investigación clínica es un desafío pendiente en el país. 326 En las últimas décadas se ha apreciado poca adaptabilidad de los profesionales médicos a los cambios sociales4-6, a los estudios del genoma humano y realización de investigación clínica en general7-11. Así por ejemplo, el número de proyectos FONDECYT del área de la salud liderados por médicos disminuyó de 80% a 50% entre los años 1984 y 200312. Resulta primordial favorecer la especialización de médicos capaces de plantear soluciones a los ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Productividad científica en postítulos de médico especialista - M. Concha et al problemas de salud, fundadas en la investigación13. De ahí que los médicos que desarrollan habilidades críticas, indagativas y propositivas constituyen un factor clave para asegurar la excelencia de la educación médica, la renovación profesional, el desarrollo de nuevas terapias y procedimientos innovadores7. Los programas de postítulo de médicos especialistas (PME) se enmarcan en un ambiente académico especialmente propicio para la formación y el incentivo de la investigación clínica. La enseñanza de las especialidades médicas se asume como disciplina, pues se basa en la aplicación de los resultados de la evidencia científica y es investigación, porque requiere del cuestionamiento y análisis constante de los resultados14. Es en el contacto con los pacientes y sus profesores que los médicos residentes avanzan en el conocimiento de las enfermedades y su manejo. No obstante, se alude en general a que el propósito de los PME es esencialmente profesional y no académico, a la elevada carga asistencial que dificulta que los médicos en formación de especialistas dispongan de espacio en su jornada diaria para actividades de investigación, la escasa oferta de cursos en metodología de la investigación y falta de fondos concursables o recursos económicos especialmente orientados a ese fin. Para los profesores existiría el inconveniente de las jornadas parciales y la sobrecarga en actividades asistenciales y administrativas. La acreditación de los PME por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) constituye una oportunidad para innovar en tales propuestas y generar un beneficio académico a residentes, docentes y programas. En el presente estudio se analiza la intencionalidad por la formación en competencias en investigación clínica en los PME ofrecidos por siete universidades chilenas, con el objetivo de contrastar dicha intención con la productividad de docentes y residentes en publicaciones ISI en el período 1999-2007. Estos resultados aportan nuevos antecedentes a un estudio anterior sobre investigación y ética en la formación de médicos especialistas en Chile15. Material y Métodos Estudio de tipo cualitativo y cuantitativo, de diseño descriptivo y análisis de casos. Rev Med Chile 2012; 140: 326-333 Facultades de Medicina En este trabajo participaron siete de las diez universidades chilenas que al año 2005 contaban con PME acreditados por ASOFAMECH. Estas correspondieron a la Universidad de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad de Chile, Universidad de Los Andes, Universidad de Concepción, Universidad de La Frontera y Universidad Austral de Chile. Las universidades fueron encriptadas como casos de estudio, en números ordinales del 1 al 7 asignados al azar. De las tres universidades no participantes, dos se excluyeron por no contar con egresados en el período en que se efectuó el estudio y una tercera se autoexcluyó. Unidades de análisis Los sujetos de estudio correspondieron a los docentes de los programas en el período 1999-2005 que fueron cotejados con los datos de los residentes egresados en el mismo período, obtenidos de un estudio previo15. Estos se analizaron según universidad, programa de especialidad primaria o derivada, asignaturas o rotaciones. La información fue facilitada por ASOFAMECH y Escuelas/ Direcciones de Postgrado de cada Facultad de Medicina participante. Las especialidades primarias y derivadas estudiadas se escogieron según i) preeminencia histórica; ii) cantidad de graduados y iii) balance entre especialidades del área médica y quirúrgica. Por razones prácticas su número fue limitado a seis primarias y seis derivadas. De esta manera se analizaron 56 PME de las siete universidades, correspondientes a las especialidades primarias de Medicina Interna, Pediatría, Psiquiatría, Cirugía General, Obstetricia y Ginecología y Urología. Las especialidades derivadas correspondieron a Endocrinología, Nefrología, Gastroenterología, Cirugía Cabeza y Cuello, Cirugía Cardiovascular y Cirugía Plástica. Criterios de inclusión Consentimiento institucional para participar en el estudio, disponibilidad de egresados en el período investigado y corresponder a las especialidades y subespecialidades escogidas. Definición de la intención explícita de formación de competencias en investigación Presencia de un lenguaje descriptor de investigación clínica reconocible en los apartados de título, objetivos, contenidos, metodología, 327 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Productividad científica en postítulos de médico especialista - M. Concha et al actividades, evaluaciones y bibliografía, tanto en los programas académicos generales como en los programas específicos de cada asignatura, rotación u otras actividades formativas. Este concepto se operacionalizó en una lista de cotejo diseñada y validada a los fines del presente trabajo15. Publicaciones ISI Se recopilaron los artículos ISI publicados entre 1999-2007, es decir, dos años adicionales respecto a la nómina de docentes (1999-2005) en consideración a la normal tardanza en la aparición de las publicaciones. La búsqueda de las publicaciones se sistematizó mediante acceso a la base de datos ISI WEB, recolectándose los artículos mediante los filtros de búsqueda país, universidad y facultad de medicina. Los registros fueron contrastados con los nombres de cada docente, según universidad. Los datos fueron filtrados usando las raíces de 54 descriptores de instituciones, especialidades y denominaciones médicas en español e inglés (ej.: clin, hosp, med, etc.) mediante un programa en Visual Basic que permitió generar nuevas bases de datos acotadas a los éxitos de búsqueda. La información obtenida se contrastó con los residentes15. Estadística Los casos fueron analizados mediante prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis16. El nivel de significancia usado fue de α = 0,05. La información se procesó con el programa SPSS v.10.5 y programas específicos complementarios. Resultados Cuerpo docente de los PME En la Tabla 1 se presenta la distribución de los docentes según universidad y especialidades. Las universidades 4 y 7 concentran el 61,3% de los docentes en las especialidades primarias seleccionadas para este estudio. Las mismas universidades concentran el 83,0% de las especialidades derivadas. Asimismo, las especialidades Tabla 1. Distribución de docentes por Especialidad Médica según universidad (1999 - 2005)1 Especialidades Universidad 1 2 3 4 Total 5 6 7 Primarias Medicina interna 30 18 17 213 51 14 193 536 Pediatría 29 72 77 235 39 7 35 494 Psiquiatría 13 15 18 84 17 27 6 180 Cirugía general 35 26 60 141 36 43 152 493 Obstetricia y ginecología 30 12 27 131 43 18 31 292 143 12 211 38 842 5 191 10 119 20 437 90 2.085 11 19 15 45 7 7 8 29 15 52 5 72 Urología2 Total primarias 5 142 Derivadas Endocrinología Nefrología 7 Gastroenterología Cirugía cabeza y cuello 4 Cirugía cardiovascular 6 Cirugía plástica Total derivadas Total 4 50 48 104 76 513 271 2.356 17 7 149 0 143 39 250 149 991 17 0 191 0 119 1 La Tabla 1 incluye al total de docentes adscritos en cada programa. De estos, el 7,7% participan en más de un programa, por lo que el número real es menor. 2 Corresponde a una especialidad primaria aunque una universidad la considera también especialidad derivada. 328 Rev Med Chile 2012; 140: 326-333 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Productividad científica en postítulos de médico especialista - M. Concha et al primarias Medicina Interna, Pediatría y Cirugía General concentran el 73,0% de docentes de las universidades analizadas. En las especialidades derivadas, el mayor porcentaje correspondió a Cirugía Cardiovascular (38,4%). Intención explícita por la formación de competencias en investigación clínica La Figura 1 muestra que en los programas generales de las especialidades primarias y derivadas dicha intención fluctúa entre 50% y 100%; en las asignaturas, entre 60% y 100%. Asimismo, se observa que en 4 de 7 universidades la intención es mayor en la descripción de los programas académicos generales que en las asignaturas/rotaciones. Productividad en publicaciones ISI De acuerdo a la Tabla 2, los docentes de los PME generaron en promedio 0,96 artículos y los residentes 0,76 en el período 1999-2007. Los valores de publicaciones ISI más altos corresponden a los docentes de los casos 3 y 4 que concentran 83,9% de las publicaciones. La universidad que más publica (caso 3) supera en 23,6 veces a la de menor productividad (caso 7). Esta tendencia se replica entre los residentes egresados de las mismas universidades, con una relación de productividad de 13,4 veces entre la mayor y la menor. Al examinar la autoría de las publicaciones se constató que en 23,90% de los trabajos era posible identificar asociatividad académica docente-residente de un Figura 1. Intención explícita de formación de competencias en investigación clínica según programas generales y asignaturas por Universidad. Tabla 2. Publicaciones ISI según docentes y residentes egresados por universidad (1999 - 2007) Docentes Universidad 1 P1 91 D-R3 Residentes IP2 0,69 P IP 13 0,15 P (%) 16 (17,58) 2 35 0,25 7 0,30 3 (8,57) 3 766 3,30 264 1,07 159 (20,75) 4 1.087 1,18 781 1,04 292 (26,86) 5 79 0,42 21 0,17 22 (27,84) 6 84 0,76 33 0,41 21 (25,00) 7 67 0,14 16 0,08 15 (22,38) 2.209 0,96 1.135 0,76 528 (23,90) Totales 1 Número de publicaciones. Este fue calculado considerándose una sola por aquellas repetidas entre más de un docente y/o residente. Los datos de los residentes fueron extraídos de Miranda y col (2008). 2Índice de publicaciones (número de publicaciones/número de sujetos, considerándose una sola por aquellas repetidas entre más de un docente y/o residente). 3Publicaciones entre docentes (D) y residentes (R) de una misma universidad. Rev Med Chile 2012; 140: 326-333 329 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Productividad científica en postítulos de médico especialista - M. Concha et al Figura 2. Cinética de la productividad docente - ISI por universidad (1999 2007). mismo programa. Esta relación porcentual la manifiestan la mayoría de las universidades excepto el caso 2, en que es notoriamente menor. La Figura 2 muestra que en el período estudiado la pendiente de crecimiento de las publicaciones ISI es más bien similar a todos los casos, pero caracterizada por un lento incremento. También se constata que independiente de la universidad el número de publicaciones es oscilante en el período, presentando una mayor estabilidad cíclica la universidad 3. Finalmente, la tendencia de crecimiento en publicaciones se mantuvo en la mayoría de los casos entre el inicio del período estudiado y el cierre de éste, excepto en el caso 5. Discusión Los resultados revelan que en los PME existe una elevada intencionalidad por la formación en competencias en investigación pero materializada de manera muy incipiente según indicadores ISI. Estos resultados son relevantes por cuanto comprenden a la mayoría de las universidades chilenas que al año 2007 ofrecían dichos programas y, además, permiten ampliar evidencias previas15. Los modelos de universidad y de programas de formación especializados han sido asociados a ciertas formas de ejercer la función académica y, de manera concordante, promueven formas espe- 330 cíficas de ser estudiante17,18. Existen universidades en donde prima el tradicional modelo docente, que surge para transmitir el saber específico del docente respecto a una asignatura; el modelo profesional, centrado en la idea de formar sujetos que puedan aplicar conocimientos adquiridos para satisfacer las demandas del mercado laboral y del Estado; el modelo del investigador, en que la misión de la universidad es el progreso científico promovido mediante la investigación; y el modelo educativo, centrado en la enseñanza y que favorece la participación y el trabajo guiado del estudiante a través del tutor21. Aunque estos modelos coexisten, ciertas Universidades y programas de formación se sitúan más próximos a uno que otro modelo. En este contexto, los resultados del presente estudio establecerían que los PME intencionan la presencia del modelo investigativo, sin mucho éxito según indicadores ISI, privilegiando en los hechos el modelo educativo dado el carácter personalizado cuyo énfasis está en la interrelación docente-estudiante, siendo la proporción del número de docentes por residentes una prueba de lo anterior. Esta modalidad educativa es consistente con estudios similares en programas de postgrado de ciencias naturales y, en menor medida, en ciencias sociales18. Resulta interesante mencionar el espacio que en los últimos años ha ganado, especialmente en las sociedades médicas anglosajonas, la concepción del “mentor”. Esta idea se basa en que, además del equipo for- Rev Med Chile 2012; 140: 326-333 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Productividad científica en postítulos de médico especialista - M. Concha et al mativo, la presencia de un profesor permanente y productivo a lo largo del trayecto instruccional augura una mayor calidad de la formación y productividad asociada19. Esta fórmula debería ser evaluada a la luz de las opiniones de los residentes que consideran que la calidad y dedicación de los profesores deben ser mejoradas20. Al indagar en el presente trabajo acerca de la frecuencia de descriptores curriculares de investigación clínica en los programas académicos generales y las asignaturas/rotaciones, se constató que el énfasis en la intencionalidad por la investigación es mayor en los primeros que en los segundos. Considerando que más de 50% de las universidades estudiadas siguen este patrón, es dable suponer que a la hora de formular las asignaturas prime la experiencia en la decisión sobre los contenidos a incluir. En un estudio anterior basado en el análisis de las publicaciones ISI y SciELO realizadas por los residentes egresados15, se observó que en los programas académicos generales la intención explícita de formar habilidades indagativas es mayor que el desarrollo de actitudes éticas; la diferencia a favor de la investigación es aún más significativa en las asignaturas. Esta constatación fue interpretada como una muestra del pragmatismo que enmarca a la educación terciaria del país21,22, cuya expresión más fidedigna es el Sistema de Aporte Fiscal Indirecto (AFI), en el cual el componente “investigación” es pieza clave en el financiamiento que reciben las universidades y lo “ético” descansa más bien en una exigencia de segundo orden. Con todo, el desafío es pasar del plano de lo deseable al saber-hacer investigativo23-26. La productividad científica de profesores de los PME medida en publicaciones ISI puede ser considerada incipiente e irregular. Aún así, el índice de productividad observado en este estudio debe ser corregido a la baja, dado que dos de las siete universidades (casos 3 y 4) generan aproximadamente 90% de las publicaciones analizadas. En Chile, un investigador del área de las ciencias biológicas produce un poco más de una publicación ISI por año sin cuestión de otro tipo de publicaciones21. A pesar del impulso dado en Chile a esta actividad, los estudios científicos han sido una ocupación minoritaria: bien asentada en las ciencias naturales, creciente en las ciencias sociales, y embrionaria en las áreas profesionales22. Muestra de ello es la baja productividad de los académicos nacionales, entre los cuales un grupo minoritario (5%) genera 70% Rev Med Chile 2012; 140: 326-333 de los artículos21,22. Ciertamente las especialidades médicas corresponden a programas de formación profesional y no es posible esperar que todos los docentes y residentes se interesen por la investigación. No obstante, apoya su incentivo el cúmulo de evidencias internacionales que demuestran la función esencial que la investigación cumple en la salud y prosperidad de una nación1,2. La tendencia al aumento de la productividad científica en los docentes de los PME sugiere que las políticas nacionales respecto a la investigación e innovación están produciendo efecto; sin embargo, la lentitud en su incremento, observada aún en las más productivas (casos 3 y 4), apunta a que las actuales directrices de estímulo a la investigación son insuficientes en el área médica y que es necesario su fortalecimiento. Una limitación del presente estudio es que no explica por qué los casos 3 y 4 se distancian del resto, generando más publicaciones. Diversas variables podrían influir en este resultado, entre éstas el número de docentes (Figura 1), la disponibilidad de centros clínicos propios y políticas universitarias internas específicas. Estudios posteriores podrían confirmar o descartar estas posibilidades. Una novedad de este estudio es que 23,9% de las publicaciones se observa autoría colaborativa docente-estudiantes de la misma especialidad o subespecialidad. Este resultado constituye un llamado de atención hacia un punto de inflexión sobre el cual es posible actuar para producir una modificación substancial en la productividad científica. Los docentes deberían reparar que el interés de los residentes por indagar científicamente20 constituye un factor estratégico para responder a sus obligaciones académicas en esta área. En el documento “Criterios de Evaluación Para la Acreditación de Especialidades Médicas”27 la CNA y la agencia acreditadora de especialidades médicas APICE explicitaron la investigación como un requisito de evaluación deseable, pero no imprescindible en los PME. Asimismo, ésta tuvo escasa alusión en los requisitos de acreditación por tres, cinco, siete y diez años28. Su exigencia como requisito específico por especialidad es de grado variable. No obstante, los resultados de las acreditaciones revelan que los pares evaluadores están prestando interés concreto a las actividades de investigación ejecutadas en los programas y que éstas generalmente resultan mal evaluadas. La investigación es un componente fundamen- 331 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Productividad científica en postítulos de médico especialista - M. Concha et al tal de la carrera académica pero la ausencia de apoyos e incentivos que alienten su práctica entre los docentes clínicos dificulta que estos progresen a los grados académicos más altos. Una cuestión relacionada es la extensión y profundidad con que la investigación debiera ser practicada por profesores y residentes. Esto es, si acaso todos ellos debieran efectuarla y cuál debería ser el nivel de calidad exigible a los trabajos publicados o de otros resultados diseminables. Una posibilidad adicional es concordar tiempos protegidos para su realización. De existir el propósito y la necesidad de incrementar la participación de profesionales médicos liderando proyectos de investigación en el ámbito clínico, se debería considerar que en los PME se dan las condiciones básicas para lograr ese objetivo. 6. 7. 8. 9. 10. 11. Agradecimientos: A Millaray Gavilán, por la búsqueda en base de datos ISI WEB; a Irma Molina por la valiosa recopilación de información en ASOFAMECH; a las Escuelas de Graduados y Escuelas de Postgrado de las Facultades de Medicina participantes en este estudio; y, en particular, a Estela Arcos, por su decisivo aporte al proyecto científico que dio origen a este trabajo. Este estudio fue financiado por el Consejo Superior de Educación (CSE). 12. 13. 14. 15. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Buxton M, Hanney S, Jones T. Estimating the economic value to societies of the impact of health research: a critical review. Bulletin of World Health Organization 2004; 82: 733-9. Health Economics Research Group, Office of Health Economics, RAND Europe. Medical Research: What’s it worth? Estimating the economic benefits from medical research in the UK. London: UK Evaluation Forum. 2008. INNOVA Chile. Biomedicina en Chile. Tendencias y oportunidades. Subdirección de Programas en Biotecnología. 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Actualmente docente en investigación en IINSAD, Facultad de Medicina, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia. 2 Unidad de Postgrado, Facultad de Medicina, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia. 3 Departamento de Cardiología, Facultad de Medicina, Universidad de la Frontera. Temuco, Chile. a Tesista Becaria de AGCI. b M.Sc. Epidemiología Clínica. c Ph.D. Bioestadística. Trabajo financiado por Proyecto FONIS SA06I20081 Recibido el 14 de marzo de 2011, aceptado el 15 de noviembre de 2011. Correspondencia a: Patricia Philco Lima Fono-Fax: (591) 2 246550, E-mail patricia_philco@ yahoo.com E Factores asociados a síndrome metabólico en la comuna de Temuco, Chile ° ± ² ³ ´ µ ´ ± ° ¶ ° ´ ´ · · µ ± ¸ ³ ¹ ± º » É ¼ ½ ° ´ ± ± ¾ Ê ¿ ¹ Ë · » Ã ½ ± Ì À ¿ ³ ¿ ³ Â Á ± Â Â À Í ¸ ¹ º » · Ã ½ À ± ¿ Â ³ ± Ä ´ À ¸ Ç ¾ ¹ º » Å Î » Æ ¸ Ç Â ¹ º » È ½ Ã Risk factors for metabolic syndrome in a case control study in Temuco, Chile Background: Metabolic syndrome is becoming an important public health problem in affluent societies. Aim: To identify factors associated to metabolic syndrome in a Southern Chilean city. Material and methods: Using a case control design, 200 participants, aged 35 to 70 years with at least three criteria for metabolic syndrome according to the National Cholesterol Education Program (NCEP_ATPIII) and 200 subjects with less than three criteria, were studied. Both groups were compared in terms of ethnic background, educational level, family history of diabetes and coronary artery disease, menopausal status, smoking, stress and depression, physical activity, changes in body mass index in the last five years and diet. Results: Among subjects aged more than 54 years, among males and among overweight individuals, having a Mapuche origin was a risk factor with odds ratios (OR) of 7.2; 88 and 3.9 respectively. Among subjects aged more than 54 years, among women and among overweight individuals, a family history of diabetes was a risk factor with OR of 17.7; 3.2 and 3.9 respectively. Among subjects aged more than 54 years and among women a change in body mass index of more than three points was a risk factor with OR of 12.5 and 7.4, respectively. Depression also was a risk factor among subjects aged more than 54 years (OR 3.3). Regular consumption of wine was a protective factor among participants of more than 54 years, with an OR of 0.17. Conclusions: The risk factors for metabolic syndrome detected in this group of participants, were having a Mapuche origin, a family history of diabetes mellitus and depression. Wine consumption was associated with a lower risk. (Rev Med Chile 2012; 140: 334-339). Key words: Case-Control Studies; Metabolic Syndrome X; Risk Factors. l síndrome metabólico (SM) se está convirtiendo en uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI, asociado a un incremento de 5 veces la incidencia de diabetes tipo 2 y de 2 a 3 veces en la enfermedad cardiovascular (ECV). La morbilidad y mortalidad prematuras debidas a ECV y diabetes podrían desequilibrar los presupuestos sanitarios de muchos países desarrollados o en vías de desarrollo1. Así nació la importancia de identificar la magnitud y dirección de los factores asociados, para plantear acciones preventivas en grupos cuyas característi- 334 · Â cas los hacen vulnerables o promover algún factor identificado como protector. La Encuesta Nacional de Salud 2009-10, utilizando el criterio de ATP III, que incluye determinaciones de perímetro de cintura, presión arterial y niveles plasmáticos de colesterol HDL, triglicéridos y glicemia, reportó un incremento en la incidencia de SM desde 22,6% en 2003 a 35,3% para adultos, con mayor frecuencia en mujeres (41,7%), que en hombres (31%), un incremento de 6 veces en las edades entre 15 y 24 años y en quienes tenían 65 años o más y un marcado efecto del nivel de ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Factores asociados a síndrome metabólico en Temuco, Chile - P. Philco et al educación. Existe una mayor prevalencia en poblaciones urbanas que rurales y entre regiones, correspondiendo a la IX región, cuya capital es Temuco, la más alta prevalencia nacional: 42%2. Aparte de estas diferencias por grupo etario, educación y género se han reportado asociaciones del síndrome metabólico con etnia, nivel de actividad física3, dieta4, consumo de alcohol, tabaco3 y estrés, además de interacciones entre estas variables, de modo que, por ejemplo el índice de masa corporal influye de diferente modo según el grupo étnico5 o el nivel de educación atenúa el grado de asociación entre síndrome metabólico y etnicidad6. El objetivo de este estudio fue identificar los factores asociados a síndrome metabólico según la edad, el sexo y el índice de masa corporal (IMC), en una población previamente identificada como de alta prevalencia de SM. Material y Método Se trata de un estudio observacional analítico de casos y controles, anidado en un estudio de corte transversal, en el marco de un proyecto FONIS sobre determinantes de factores de riesgo cardiovascular. El estudio de corte transversal fue realizado en el año 2006-7, en la comuna de Temuco, e incluyó 700 adultos entre 35 y 70 años de edad, residentes urbanos de la Región de la Araucanía, en Chile, que se seleccionaron en forma aleatoria de los distritos censales. Se excluyeron a las personas cuya limitación física o mental no les permitiera la participación en el estudio, mujeres embarazadas y personas con diagnóstico de cáncer. De esta muestra se seleccionaron en forma aleatoria casos prevalentes, definidos como los individuos que cumplían por lo menos 3 criterios de síndrome metabólico, según la NCEP-ATPIII, y controles definidos como individuos que cumplían con 0 a 2 criterios de síndrome metabólico según la NCEP-ATPIII. Las variables de control fueron edad (categorizada en un grupo entre 35 y 46 años, un segundo grupo entre 47 y 54 años y un tercero entre 63 y 70 años), sexo e IMC. Las variables de exposición estudiadas fueron: grupo étnico, nivel educacional, historia familiar de diabetes, historia familiar de enfermedad coronaria, estado post-menopáusico, variación del IMC en 5 años, tabaquismo, consumo de alcohol, nivel de actividad física, dieta, estrés y síntomas depresivos. Rev Med Chile 2012; 140: 334-339 La información se obtuvo a través de cuestionarios y mediciones físicas. Un cuestionario general contenía las preguntas sobre autodefinición del grupo étnico, mayor nivel educacional alcanzado, historia familiar de diabetes y enfermedad coronaria, estado post-menopáusico, variación del IMC en los últimos 5 años en 2, 3 y 4 Kg/m2, condición de fumador de 5 o más cigarrillos por día durante un año o más, consumo de alcohol frecuente definido como el consumo semanal de 2 o más unidades (porciones) durante un tiempo igual o mayor a un año. Para determinar el nivel de actividad física (bajo, moderado o alto) se utilizó el IPAQ (International Physical Activity Questionnaire) en su versión larga7. Para evaluar si la dieta es hiperlipídica, hiperproteica, hiperglucídica o hipercalórica se utilizaron los datos proporcionados por un cuestionario de frecuencia alimentaria de 129 ítem, que permite determinar la frecuencia de consumo de distintos alimentos diariamente , para luego calcular su contenido en lípidos, proteínas, carbohidratos y calorías; el punto de corte de cada línea nutricional se calculó utilizando las fórmulas del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos INTA8-10. El nivel de estrés y los síntomas depresivos se determinaron utilizando preguntas adaptadas del estudio INTERHEART11. La circunferencia de cintura se midió con una cinta métrica estándar no extensible, con el abdomen descubierto en el punto más angosto entre el reborde costal y la cresta iliaca. La presión arterial y el pulso, se obtuvieron con un tensiómetro digital en dos oportunidades, cuyos resultados fueron promediados. Se pesó a cada uno de los participantes usando una balanza calibrada. La estatura se obtuvo a través del tallímetro incorporado a la balanza. Se calculó el IMC usando la fórmula peso/talla². Además se realizaron análisis de laboratorio: determinación de la concentración de triglicéridos, HDL colesterol y glucosa, para lo que se tomó una muestra de sangre periférica en ayunas por personal de enfermería a cada uno de los participantes; los métodos usados son enzimáticos colorimétricos para colesterol total, triglicéridos, HDL-colesterol y glucosa. La concentración de LDL-colesterol se calculó mediante la fórmula de Friedewald. El tamaño muestral calculado fue de 162 casos y 162 controles, determinado con el programa Epi Info versión 3.3.2., con un nivel de confianza de 95%, poder de 80%, relación caso control de 1:1, 335 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Factores asociados a síndrome metabólico en Temuco, Chile - P. Philco et al frecuencia de mayores de 14 años pertenecientes a la etnia mapuche en la IX región de Chile de 26% y un OR estimado de 2. Se utilizó una estadística descriptiva para caracterizar los casos y los controles. Después de evaluar los potenciales roles de las variables en estudio en forma univariada, se realizaron modelos de regresión logística, por subgrupos de edad, sexo y grado de obesidad, incluyendo las variables con una relación estadística significativa, identificada en el análisis crudo (etnia, la variación de > 3, > 4 y > 5 Kg/m2 del IMC, estado posmenopáusico y el consumo regular de alcohol). Para el análisis se utilizó el programa estadístico Stata 9.1®. Resultados Se incluyeron 203 casos y 203 controles. La edad promedio de los casos fue de 55,3 ± 9,04 años y de los controles 52,6 ±10,15 (p < 0,002). La proporción de hombres en los casos fue de 28,08% y en los controles de 30,54 (p = 0,59). La distribución de las variables biodemográficas y de estilo de vida en casos y controles se muestra en la Tabla 1. En el análisis crudo entre las variables de exposición y el síndrome metabólico sólo se observó una asociación significativa para grupo étnico (OR = 1,95, 95%IC 1,10-3,49) y nivel educacional (OR=1,59, 95% IC 1,05-3,49) (Figura 1). En el análisis estratificado y considerando la edad, el sexo y el grado de obesidad como variables de estratificación, se encontró que: - Para el subgrupo con edad entre 63 y 70 años hay asociación entre síndrome metabólico con la etnia mapuche (OR = 5,77 95% IC 1,1-56,9) y con la historia familiar de diabetes (OR = 4,9 95% IC 1,88-13,18). - Para los hombres, ser mapuche aumenta el riesgo de SM con un OR=4,41 (95% IC 1,35-16,7) y para las mujeres tener un nivel educacional alto disminuye el riesgo con un OR = 0,51 (95% IC 0,31-0,84). - Para quienes tienen obesidad, el bajo nivel educacional (OR = 2,04 95% IC 1,05-4,04) y el incremento de peso en los últimos 5 años (OR = 1,93 95% IC 1,02-3,65) aumentan el riesgo. Tabla 1. Distribución de variables biodemográficas y de estilo de vida en casos y controles Edad, años (x ± DE) Casos (203) Controles (203) p 55,3 ± 9,04 52,3 ± 10,18 0,002 n % n % Sexo Masculino 57 28,08 62 30,54 0,590 Grupo étnico Mapuche 39 20,00 24 11,83 0,025 Nivel educacional hasta enseñanza básica 83 40,89 61 30,05 0,022 Historia Familiar. de DM 87 42,86 70 34,48 0,083 Historia Familiar de CC. 75 36,95 77 38,11 0,807 Estado posmenopáusico 106 97,26 84 59,57 0,02 128 64,65 124 61,39 0,49 65 32,83 73 36,13 0,15 Sobrepeso 61 30,05 107 52,71 0,001 Obesidad 134 66,01 56 27,59 0,001 115 56,5 135 58,95 0,629 Variabilidad de IMC Aumentó IMC Disminuyó IMC IMC Habito tabáquico Consume alcohol más de 1/mes 110 54,19 136 59,39 0,276 Sedentarismo 181 89,16 207 90,39 0,352 336 Rev Med Chile 2012; 140: 334-339 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Factores asociados a síndrome metabólico en Temuco, Chile - P. Philco et al Figura 1. Asociación cruda entre síndrome metabólico y variables de exposición. Tabla 2. Magnitud de asociación (OR e intervalos de confianza) entre Síndrome Metabólico y distintas variables de exposición según variables de control (sexo, edad e IMC) VAR. De exposición Subgrupo OR (IC) Ajustado entre ellas Valor p Etnia Bajo nivel educacional Sexo masculino 4,09 (1,22-13,77) 0,023 Edad de 55 a 62 años 2,58 (1,05-6,33) 0,038 Bajo nivel educacional Sexo femenino 1,81 (1,09-3,03) 0,023 Bajo nivel educacional Obesidad 2,57 (1,31-5,06) 0,006 Aumento del IMC en los últimos 5 años Edad de 35 a 46 años 8,05 (3,34-1,34) 0,000 Disminución del IMC en los últimos 5 años Edad de 47 a 54 años 4,50 (1,80-1,13) 0,000 Historia familiar de diabetes Edad de 63 a 70 años 4,99 (1,81-13,74) 0,002 Historia familiar de diabetes Sexo femenino 1,87 (1,14-3,07) 0,013 Dieta hiperproteica IMC normal 0,04 (0,002-0,83) 0,037 Dieta hiperglucídica IMC normal 34,89 (1,73-702,34) 0,020 Posteriormente se realizaron modelos de regresión logística para cada variable de estratificación, ajustando por el resto de las variables de exposición. La magnitud de las asociaciones significativas se muestra en la Tabla 2. Finalmente, considerando las variables modificadoras de efecto y las que resultaron ser confundentes en los análisis previos, se realizaron los modelos definitivos según edad, sexo y grado de obesidad, encontrándose que la variación del Rev Med Chile 2012; 140: 334-339 IMC, la etnia, la historia familiar de diabetes y el tipo de dieta se asocian a SM en los distintos subgrupos (Tabla 3). Discusión Nuestros resultados mostraron una asociación significativa de SM con mayor edad, sexo, etnia mapuche, mayores niveles y cambios de IMC, historia familiar de diabetes mellitus y nivel 337 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Factores asociados a síndrome metabólico en Temuco, Chile - P. Philco et al Tabla 3. Asociación entre síndrome metabólico con pertenencia a etnia mapuche, bajo nivel educacional, historia familiar de diabetes, aumento y disminución del IMC en los últimos 5 años, dieta hiperproteica y dieta hiperglucídica según subgrupos de edad, sexo e IMC Subgrupos Variable OR (IC) p 0,000 Edad 35-46 Disminución de IMC 4,28 (1,80-11,02) 47-54 Aumento de IMC 2,83 (1,19-6,78) 0,000 63-70 Grupo étnico 8,44 (1,48-48,01) 0,016 Hist. fliar. diabetes 5,40 (2,03-14,37) 0,001 Grupo étnico 4,62 (1,42-14,97) 0,011 Sexo Masculino Femenino Nivel de educación 1,99 (1,22-3,25) 0,006 Hist. Fliar. Diabetes 1,69 (1,05-2,73) 0,031 Dieta hiperproteica 0,47 (0,23-0,94) 0,032 Nivel de educación 1,95 (1,01-3,74) 0,046 IMC IMC > 30 (obesidad) educacional. Destacó que el comportamiento de las variables asociadas varió según la edad, sexo y grado de obesidad. La identificación de la etnia mapuche como factor de riesgo para síndrome metabólico es importante, por la ausencia de esta información en la bibliografía existente, más aún cuando se trató de personas mapuches viviendo en un ambiente urbano. En estudios previos se describió un incremento gradual en la prevalencia de obesidad, leptinemia y diabetes tipo 2 en personas mapuches urbanas, diferenciándose de las rurales, lo que puede deberse al proceso de adaptación de los comportamientos propios de su forma de vida a los hábitos modernos y a la desventaja económica, más que a alguna expresión genética12. Otros estudios realizados en minorías étnicas en Norteamérica y Europa han mostrado importantes diferencias en la prevalencia de factores de riesgo, entre las minorías y la población predominante caucásica, las que se pueden explicar parcialmente por diferencias en niveles educaciones y de ingresos13. Por otro lado, se han reportado diferencias en la relación entre IMC y SM en población blanca, afroamericana e hispana viviendo en Estados Unidos de Norteamérica, donde las mujeres afro americanas, con un mismo nivel de IMC tienen niveles más elevados de glicemia y las mujeres hispanas obesas tienen glicemia de ayuno, insulinemia y resistencia a insulina mayores que las 338 caucásicas, luego de ajustar por edad e IMC14-16. La identificación del antecedente familiar de diabetes es lógica, considerando que generalmente en personas con edad igual o mayor de 54 años se expresará de forma más definitiva la influencia que puede haber tenido este antecedente17. Llama la atención que sea más importante el riesgo en personas con sobrepeso que con obesidad, lo que nos indica ya una pauta para trabajar en prevención. Una variable novedosa en este estudio fue la variación del IMC en los últimos 5 años, donde la variación mínima de 3 Kg/m2 ya sea en incremento o decremento, ya constituye un factor de riesgo en personas con edad igual o mayor a 54 años y en mujeres. Esto se puede apreciar observando la distribución de la diferencia del IMC de hace 5 años menos el IMC actual, entre casos y controles. Dentro de las limitaciones de nuestro estudio deben señalarse las derivadas del diseño y el tamaño muestral. Los estudios de casos y controles prevalentes pueden ser influenciados por la naturaleza retrospectiva en que se buscó la exposición. Esto puede ser una explicación para la asociación de reducción de IMC y síndrome metabólico, que no se explica por razones biológicas pero puede deberse a que a los sujetos con síndrome metabólico se les recomendó bajar de peso, en el pasado. El tamaño muestral calculado para prevalencias relativamente altas (25%) y OR de 2 o superior puede explicar la falta de asociación encontra- Rev Med Chile 2012; 140: 334-339 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Factores asociados a síndrome metabólico en Temuco, Chile - P. Philco et al da con otros factores señalados en la literatura, como tabaquismo, consumo de alcohol, estrés y depresión18,19. Concluimos que, en la población estudiada, los factores de riesgo para síndrome metabólico fueron etnia mapuche, bajo nivel educacional, historia familiar de diabetes, variación del IMC > 3 Kg/m2 en los últimos 5 años. El riesgo de estos factores varía según edad, sexo y grado de obesidad. Agradecimientos: Al Centro de Estudios Cardiovasculares (CEC), a la Agencia de Cooperación Internacional de Chile y al Centro de Excelencia en Capacitación, Investigación y Gestión para la Salud Basada en Evidencia (CIGES), Facultad de Medicina, Universidad de la Frontera. Temuco, Chile. 9. 10. 11. 12. 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E-mail: mbusquets@ uandes.cl L Ð Ñ Ò Ó Ð Õ Ö × Ø Ö Ù Ó × Ú Û Ü Ñ Ð Ï Ý Þ × Ù Ñ Ñ Ð Ó Û ß Validation of a Spanish version of the International Consultation on Incontinence Questionnaire Short-Form Background: The International Consultation on Incontinence Questionnaire Short-Form (ICIQ-SF) allows the assessment of urinary incontinence management results. Aim: To validate the ICIQ-SF in a Chilean population. Material and Methods: An approved Spanish version of the ICIQ-SF was applied in two opportunities (separated by a mean of 44 days) to 52 women consulting for urinary incontinence in a public hospital and to 25 asymptomatic female workers of the same hospital. Content validity, internal consistency and construct validity of the ICIQ-SF were evaluated. Results: The ages of surveyed women ranged from 21 to 80 years. Internal consistency measured using Cronbach alpha was 0.87. Intra observer agreement, measured using pondered Kappa, was 0.84. 0.86 and 0.8 for each of the three components of the questionnaire, respectively. Conclusions: This Spanish version of the ICIQ-SF meets the requirements to be used in the Chilean population. (Rev Med Chile 2012; 140: 340-346). Key words: Questionnaires; Urinary incontinence; Validation studies. a incontinencia urinaria (IO) es una patología frecuente en la población femenina, que afecta negativamente la calidad de vida. La prevalencia de incontinencia urinaria femenina en distintos países incluyendo Europa y Norteamérica es en término medio 27,6%1. En Brasil, se ha descrito una prevalencia de 26,2% en mujeres mayores de 60 años2. No hay estudios de prevalencia de incontinencia urinaria en Chile y es evidente la importancia de poder cuantificar este problema en nuestro país. En el campo de la epidemiología clínica la utilización de cuestionarios es una herramienta que permite definir el tipo de pregunta clínica (anormalidad, diagnóstico, frecuencia, tratamiento, prevención, etc.) y medir resultados (“outcomes”). 340 Ô El cuestionario es un instrumento que se diseña para medir objetivamente fenómenos subjetivos como los síntomas y su impacto en la calidad de vida -con toda la dificultad que ello puede tenerde la mejor manera posible. El cuestionario auto administrado es un tipo de entrevista personal en que las preguntas están establecidas en una cédula preestablecida que el sujeto o la paciente lee y responde por escrito; estos cuestionarios auto administrados son de fácil realización, su costo no es excesivo y al no estar expuestos a sesgos del entrevistador permiten analizar los problemas desde la perspectiva de los entrevistados o pacientes3,4. En 1998 se efectuó la primera consulta internacional sobre incontinencia (International Consultation on Incontinence) patrocinada por ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Validación de la versión en español (Chile) del ICIQ-SF - M. Busquets et al la Organización Mundial de la Salud y luego de su análisis y conclusiones5 un comité de expertos formado por la Internacional Continence Society decidió desarrollar un cuestionario breve y simple que evaluando los síntomas y el impacto de la incontinencia urinaria– pudiera ser aplicado en la práctica clínica y en la investigación por la comunidad científica internacional. En este contexto se elabora el cuestionario denominado”ICIQ-SF” (“International Consultation on Incontinence Questionnaire-Short Form”) validado originalmente en el idioma inglés6. Las condiciones para la validación de un cuestionario de este tipo en el contexto cultural y social en que se va a utilizar es una traducción adecuada y cumplir con criterios de validez (de contenido, de constructo y de criterio), de confiabilidad (precisión, reproducibilidad) y de sensibilidad. El cuestionario ICIQ-SF ha sido ya traducido conforme a las normas requeridas a 35 idiomas7, entre ellos el español, y puesto a disposición de los grupos de estudio para su validación con la condición de realizar las pruebas primarias esenciales destinadas a establecer la validez de contenido y la confiabilidad mediante los coeficientes de Cronbach y de Kappa (prueba re-prueba). El cuestionario ICIQ-SF se ha validado en poblaciones de idioma portugués8, italiano9, árabe10, japonés11 y esloveno12. Si bien el cuestionario ha sido validado al español en una población europea como España13, demostrando su superioridad con respecto a otros cuestionarios14, su uso no ha sido validado en poblaciones de países de habla hispana en vías de desarrollo. En nuestro país no se ha validado ningún cuestionario en relación al tema de la incontinencia urinaria. Pensamos que es importante contar con un cuestionario validado en Chile, que nos permita analizar el problema de incontinencia urinaria femenina en la población chilena –perteneciente mayoritariamente al sistema Fondo Nacional de Salud– y ponerlo a disposición de la clínica y la investigación sobre el tema en nuestro medio. Este cuestionario es el único que ha sido ofrecido, ya traducido, a la comunidad internacional para su validación y es por esto que procedimos a validarlo. Pacientes y Método Luego de algunas modificaciones menores al cuestionario traducido al español, que nos fue enviado por el grupo de estudio ICIQ de Inglaterra Rev Med Chile 2012; 140: 340-346 (Researchers at the Bristol Urological Institute, UK) éste nos autorizó la utilización del cuestionario levemente modificado bajo la denominación de versión “español-chilena”. El cuestionario consta de tres ítems (ítem 3, 4 y 5) en que se evalúa la severidad de la incontinencia y un ítem (ítem 6) en que la enumeración de las situaciones en que la paciente pierde orina pretende orientar sobre las causas de la incontinencia urinaria (Figura 1). Para validar este cuestionario, desarrollamos un estudio de corte transversal, en el cual la versión español-chilena, se aplicó –en forma de auto aplicación– a dos grupos de pacientes beneficiarias de FONASA: el primer grupo corresponde a pacientes, que consultaron la Unidad de Uroginecología del Hospital Parroquial de San Bernardo durante el período julio 2005 a diciembre 2006, por un cuadro clínico compatible con incontinencia de orina que fue confirmado clínicamente y el segundo grupo correspondió a mujeres asintomáticas que trabajan en dicho centro (secretarias y personal de administración) reclutadas durante el mismo período. En ambos casos se utilizó un muestreo no probabilístico de caso consecutivo. Un facultativo explicó los objetivos del estudio e invitó a todas las potenciales candidatas a participar en el estudio. Aquellas que aceptaron voluntariamente contestar por escrito el cuestionario al momento del ingreso al estudio y volver a responderlo cuatro a ocho semanas después fueron incluidas en el estudio. En las encuestas se consignan las iniciales del nombre y dos apellidos y se adjudica un número de identificación a cada caso. No habiendo una intervención médica y para asegurar la confidencialidad de todos los casos no se estimó necesario el solicitar consentimiento informado15. Respecto al análisis estadístico, se realizó en primer lugar una descripción de muestra en cuanto a características clínicas y antecedentes mórbidos. La comparación entre los grupos se realizó utilizando t test para las variables continuas y el Z-test para diferencias de proporciones en el caso de variables dicotómicas. Los datos fueron acopiados utilizando una planilla de cálculos MS Excel y analizados con el programa estadístico STATA 10.0 Finalmente, y de acuerdo a las recomendaciones del grupo de estudio de ICIQ, se analizaron las siguientes propiedades psicométricas del cuestionario: consistencia interna, confiabilidad y validez 341 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Validación de la versión en español (Chile) del ICIQ-SF - M. Busquets et al Figura 1. 342 Rev Med Chile 2012; 140: 340-346 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Validación de la versión en español (Chile) del ICIQ-SF - M. Busquets et al de constructo. La consistencia interna fue evaluada a través de alfa de Cronbach, la confiabilidad intra-observador a través del coeficiente Kappa ponderado y la validez de constructo fue evaluada comparando el grupo con incontinencia y sin incontinencia a través del test de Wilcoxon Mann-Whitney. Resultados Se incluyó un total de 77 mujeres, 52 (67%) con incontinencia de orina y 25 (33%) asintomáticas. El cien por ciento de las pacientes eran beneficiarias de FONASA; las pacientes con IO eran grupo A y B, la mayoría de pacientes pertenecientes al primero; las pacientes sin IO pertenecen a los niveles C y D. La edad promedio de todas las encuestadas fue de 51 años (rango entre 21 y 80 años), el peso promedio fue de 68,1 kilos, la talla promedio de 155 cm y el número promedio de partos fue de 3. Respecto a la comparación de las características clínicas entre los grupos se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el promedio de edad, peso, talla y partos (Tabla 1). Respecto a la presencia de antecedentes médicos relevantes, encontramos diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en relación al estado menopáusico y el antecedente de hipertensión arterial (Tabla 2). El tiempo promedio entre la aplicación de los cuestionarios fue de 44 días (rango de 30 a 45 días). El 92,2% de las encuestadas contestó todos los ítems del cuestionario y el promedio de datos perdidos para todos los ítems fue de 1,3% (Tabla 3). La consistencia interna fue de 0,87 medida a través del coeficiente Alfa de Cronbach (Tabla 4). La confiabilidad intra-observador para los 3 ítems que componen el cuestionario fue de 0,84, 0,86 y 0,80 respectivamente, medida a través de los coeficientes Kappa ponderados (Tabla 5). Respecto a la validez de constructo, se encontraron diferencias estadísticamente Rev Med Chile 2012; 140: 340-346 Tabla 1. Características clínicas entre grupos P* Total Promedio (DS) Variable Con IO Promedio (DS**) Sin IO Promedio (DS) Edad 55,8 (10,9) 41,1 (12,1) 0,000 51,0 (13,2) Peso 71,4 (12,6) 62,6 (9,9) 0,004 68,1 (12,4) Talla 153,4 (5,9) 158,7 (6,3) 0,001 3,6 (0,2) 1,8 (0,3) Partos 0,0004 155,4 (6,5) 3,01 (2,1) IO = incontinencia de orina DS = desviación estándar. *t-test. **Desviación Estándar. Tabla 2. Antecedentes médicos relevantes: se observan diferencias estadísticamente significativas en relación a estado menopáusico e hipertensión arterial Variable Con IO (%) Sin IO (%) P* Total (%) Cesárea^ 18,7 37,5 0,068 29 Menopausia 78 40 0,000 66 5 0 0,220 3 HTA 23 0 0,008 15 EPOC 3 0 0,320 2 DM 2 IO = incontinencia de orina. DM 2 = Diabetes Mellitas tipo 2. HTA = hipertensión arterial. EPOC = enfermedad pulmonar obstructiva crónica. *Z-test para diferencias de proporciones. ^porcentaje de la población con al menos una cesárea. Tabla 3. Datos perdidos en ambos grupos, primera y segunda encuestas; en total corresponden a un 1,3% del total de las encuestas Variable Sin IO (n = 25) Con IO (n = 52) Total (n = 77) Ítem 1* 25 (100%) 52 (100%) 77 (100%) Ítem 1^ 25 (100%) 52 (100%) 77 (100%) Ítem 2* 25 (100%) 47 (90,3%) 72 (93,5%) Ítem 2^ 25 (100%) 52 (100%) 77 (100%) Ítem 3* 25 (100%) 52 (100%) 77 (100%) Ítem 3^ 24 (96%) 52 (100%) 76 (98,7%) IO = incontinencia de orina. *Tasa de respuesta primera aplicación de encuesta. ^Tasa de respuesta segunda aplicación de encuesta. 343 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Validación de la versión en español (Chile) del ICIQ-SF - M. Busquets et al Tabla 4. Consistencia interna medida a través del coeficiente Alfa de Cronbach Ítem Obs signo Correlación ítem-test Correlación ítem-retest Promedio covarianza entre ítems alfa Ítem 1 77 + 0,92 0,87 7,57 0,82 Ítem 2 72 + 0,94 0,88 6,42 0,78 Ítem 3 77 + 0,96 0,87 3,63 0,92 5,89 0,87 Test escala Tabla 5. Confiabilidad intraobservador medida a través de coeficientes Kappa ponderados para los tres ítems que componen la encuesta Ítem Concordancia Concordancia esperada Kappa Error estándar Z Prob > Z Ítem 1 95,64% 71,53% 0,8467 0,1138 7,44 0,0000 Ítem 2 96,60% 74,14% 0,8687 0,1178 7,38 0,0000 Ítem 3 94,13% 69,37% 0,8084 0,1138 7,10 0,0000 Tabla 6. Validez de constructo: diferencias estadísticamente significativas entre los grupos con y sin incontinencia de orina Variable Media (DS) p50 Media (DS) p50 Ítem 1 0,8 (1,2) 0 3,73 (1,3) 4 0,000 Ítem 2 1,04 (1,3) 0 4,26 (1,7) 4 0,000 Ítem 3 1,76 (3,1) 0 7,31 (3,0) 8 0,000 Puntaje 3,64 (5,2) 0 14,9 (5,5) 16 0,000 DS = desviación estándar. p50 = percentil 50. *Wilcoxon MannWhitney test. significativas en los resultados obtenidos entre el grupo con incontinencia y el grupo sin incontinencia, en cada uno de los de los tres ítems y en el puntaje total (Tabla 6). Discusión La utilización de cuestionarios es altamente recomendada en la evaluación de la incontinencia urinaria, así como de otras patologías de piso pelviano16 y para juzgar el éxito de terapias17. El cuestionario ICIQ tiene un grado máximo de recomendación para su uso en el manejo de la incontinencia urinaria18 y debiera ser incorporado en la evaluación básica de la incontinencia de orina desde la perspectiva del paciente19. La utiliza- 344 ción del cuestionario, traducido a varios idiomas, ha sido puesta a disposición de la comunidad internacional para su validación en los distintos idiomas y países20. En la validación en el idioma original se analizó la validez como propiedad psicométrica en tres aspectos. En primer lugar, la validez de contenido es una propiedad psicométrica que asegura que el cuestionario tiene suficientes elementos y cubre adecuadamente el dominio objeto de la investigación21; esta fue establecida con anterioridad a la publicación del cuestionario por el grupo de expertos que desarrolló el cuestionario. Una vez que el cuestionario ya ha sido desarrollado, el nivel de datos faltantes puede usarse como indicador de preguntas ambiguas o que no se entienden14. Los datos faltantes en esta primera validación en idioma inglés fueron 1,6%. En segundo lugar se comprobó una adecuada validez de constructo, es decir, que el cuestionario refleja las teorías subyacentes o bien que hay una relación entre el resultado del cuestionario y la teoría que lo explica. La validez de constructo se observó en la diferencias estadísticamente significativas entre mujeres y varones (25,2% y 58,9% de prevalencia de incontinencia urinaria, respectivamente), entre comunidad (44,7%) Rev Med Chile 2012; 140: 340-346 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Validación de la versión en español (Chile) del ICIQ-SF - M. Busquets et al y hospital (97,2%) así como la asociación entre sexo e ítem 5 con una mayoría de incontinencia de esfuerzo en las mujeres y de urgincontinencia en varones. En tercer lugar una adecuada validez de criterio se explora con el grado de correlación de los resultados del cuestionario con otra medición estándar de oro ya sea clínica u otro instrumento validado. La validez de criterio en este primer trabajo original de validación en inglés se comprobó haciendo una comparación con el cuestionario “Bristol Female Low Urinary Tract Symptoms” (BFLUTS); se estableció con una correlación de Sperman de 0,86 para frecuencia y 0,53 para cantidad. La segunda propiedad psicométrica es la confiabilidad (también llamada reproducibilidad): es decir, la aptitud del cuestionario para obtener los mismos resultados al repetirlo. En el trabajo original se estableció con un índice de Kappa de 0,58 a 0,73 y una consistencia interna con un coeficiente alfa de Cronbach de 0,95. Respecto de nuestros resultados, se obtuvo un promedio de datos perdidos de 1.3%, lo que refleja indirectamente una validez de contenido adecuada; la consistencia interna medida con el alfa de Cronbach fue de 0,87 lo que se considera óptimo y la confiabilidad intra-observador medida con el índice Kappa ponderado para el ítem tres, cuatro y cinco fue de 0,84, 0,86 y 0,80 respectivamente, lo que se considera también muy bueno. Respecto a la comparación de las características clínicas entre los grupos se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el promedio de edad, peso, talla y partos así como a la presencia de antecedentes médicos relevantes como el estado menopáusico y la presencia de hipertensión arterial. Todas estas variables –salvo la hipertensión arterial– son conocidas como factores de riesgo para incontinencia urinaria en la mujer22. La hipertensión arterial se asoció muy probablemente a los otros factores como peso y edad. Nos parece adecuado realizar la comparación entre los dos grupos, dado que esto pone en evidencia que los grupos son diferentes, en especial que el grupo sin IO presenta efectivamente menos factores de riesgo para IO. Hay que recordar que las pacientes sin IO no fueron evaluadas clínicamente ya que se trata de una población asintomática y en cierta medida la ausencia de factores de riesgo para IO viene a avalar dicha condición. Al comparar el grupo incontinente con el grupo sin incontinencia con el test de Wilcoxon Mann- Rev Med Chile 2012; 140: 340-346 Whitney, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los puntajes obtenidos para cada uno de los ítems, así como para el puntaje final; esto demuestra la capacidad de discriminar entre grupos y viene a reflejar la validez de constructo. Una tercera característica psicométrica, la sensibilidad, se refiere a la capacidad de variación de la medición luego de una intervención y no es considerada esencial por el grupo de Bristol, en un primer análisis de validación23. Su análisis puede hacerse posteriormente, luego de que la utilización del cuestionario validado permita un análisis antes y después de una intervención terapéutica. En el trabajo original se observó diferencia estadísticamente significativa entre grupos con tratamiento médico y quirúrgico. Nuestro grupo de pacientes pertenece a las categorías A, B y C que constituye la gran mayoría de los usuarios de Fonasa en nuestro país, y creemos que no hay ninguna razón por la que el cuestionario no pueda ser utilizado en todos los estratos sociales de nuestro país. Para efectos de credibilidad y validez externa es necesario demostrar que el instrumento que mide los resultados de una intervención ha sido probado en la población en que ella se realiza. La utilización de la encuesta validada en nuestro medio, asegura una validez externa a los resultados de futuros trabajos nacionales. Conclusión La versión Español-Chilena del cuestionario ICIQ-SF es un buen instrumento en la evaluación de pacientes pertenecientes al sistema FONASA de atención de salud que consultan por incontinencia urinaria. Su utilización puede hacerse extensiva a toda la población y será de gran utilidad a las diversas unidades de uroginecología existentes en el país. Referencias 1. 2. 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Aim: To evaluate smoking among health care providers affect the application of this preventive strategy. Material and Methods: We surveyed 235 physicians working in public and private hospitals in different cities over the country, about their smoking habits, their views on smoking as cardiovascular risk factor and the implementation of three key points of the structured medical advice about smoking. Results: Physicians aged less than 44 years had the lower frequency of smoking and the higher frequency of ex-smokers concentrated among those aged 60 years or more. All surveyed physicians agreed that smoking is a cardiovascular risk factor. However, 21% considered that this risk appears only among those that smoke more than three cigarettes per day. Independent of their smoking habits, 18% of physicians not always ask their patients about smoking, 25% do not warn about the risk of smoking and 22% not always give advice about quitting. This last action is carried out with a significantly lower frequency by smoking physicians. Conclusions: To improve physician’s compliance with their preventive role in clinical practice, it is essential to consider their own smoking habits, and the information and attitudes that they have towards smoking as a cardiovascular risk factor. (Rev Med Chile 2012; 140: 347-352). Key words: Physicians; Questionnaires; Smoking; Tobacco. E l tabaco produce el deceso de casi seis millones de personas anualmente, incluyendo más de medio millón de no fumadoras, y es directamente responsable de 10% de muertes de adultos a nivel mundial1. El consumo de tabaco (CT) se asocia a múltiples consecuencias perjudiciales para la salud2 y contribuye al 40% de las muertes cardiovasculares y al 18% de las cerebrovasculares3. Según el estudio Framingham4, los fumadores tienen mayor mortalidad cardio- 1 Sociedad Chilena de Cardiología, Departamento de Prevención. Santiago, Chile. 2 Universidad de Tarapacá. Iquique, Chile. a Psicólogo. b Magíster en Salud Pública. c Enfermera Universitaria. d Estudiante de Psicología. Recibido el 23 de junio de 2011, aceptado el 28 de noviembre de 2011. Correspondencia a: Francisco Leal Soto Universidad de Tarapacá, Avda. Luis Emilio Recabarren 2477, Iquique, Chile. Fono: 56-57-425775 Fax: 56-57-484148 Celular: 09-87568719. E-mail: fleal@uta.cl vascular que los no fumadores y mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares, como infarto al miocardio y muerte súbita, además de mayor incidencia de hipertensión arterial5. El tabaquismo resulta de la acción crónica del CT, incluyendo dependencia física y psicológica6. Según la Organización Mundial de la Salud, fumador es una persona que ha consumido diariamente durante el último mes cualquier cantidad de cigarrillos, incluso uno. En la práctica habitual, 347 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Consumo de tabaco y prevención de tabaquismo en médicos chilenos - M. V. Araya et al fumador es la persona que responde afirmativamente a la pregunta “¿fuma usted?”7. En la práctica clínica, se llama “consejo médico estructurado” (CME) a un proceso de intervención breve resumido en el modelo de las “cinco aes” (Ask, Advice, Assess, Assist, Arrange), que esquematiza lo que un médico debe realizar cuando atiende a un paciente fumador: Averiguar sobre el CT, Advertir acerca de sus riesgos, Aconsejar la cesación del hábito, Acordar un plan para la cesación, y Acompañar, ayudar y hacer seguimiento del mismo8. Se calcula que al menos 5% de los fumadores que reciben esta simple intervención pueden abandonar el hábito; esto supondría, por ejemplo, que en España, 500.000 fumadores abandonaran el tabaco anualmente9. Por esto, se considera que la intervención breve sobre el tabaquismo tiene una excelente relación coste-efectividad para actuar sobre el tabaquismo como factor de riesgo cardiovascular (FRCV), siendo 30 veces más efectiva que tratar una hipertensión arterial y unas 100 veces más efectiva que tratar una hipercolesterolemia10. Un rol principal de los médicos es la prevención mediante la educación para la salud11, sea ejerciendo el consejo profesional referido a prácticas poco saludables (como es el caso del tabaquismo), ayudando a los individuos y la sociedad a modificar dichas conductas12 o modelando a través del propio estilo de vida13, concluyéndose que es importante incrementar la formación académica y laboral en tabaquismo, ya que la mitad de los profesionales informan no sentirse preparados para su manejo. Esto es importante en un país como Chile, en que el tabaquismo no parece ceder terreno: Rojas et al.14 encontraron que la prevalencia de vida de CT en Santiago de Chile es menor que en países desarrollados, como Estados Unidos de Norteamérica, Gran Bretaña o Canadá, y la prevalencia actual es más alta, lo que parece indicar que en la población chilena hay una menor proporción de personas que han dejado de fumar; el CT en Chile ha disminuido menos que en países desarrollados con esfuerzos en prevención más intensos y continuos, cuyas experiencias indican que es posible disminuir de manera importante el CT. La prevalencia de tabaquismo en médicos chilenos es similar a la observada en otros países, a pesar de la mayor prevalencia en la población general. Sin embargo, sólo un poco más de la mitad de los médicos realiza educación con respecto al 348 tabaco como FRCV a sus pacientes, y un estudio exploratorio ha mostrado que la frecuencia con que lo hace se relaciona con su propio CT15, por lo que una intervención futura a este nivel podría tener un impacto en disminuir la prevalencia de tabaquismo en Chile. Entre funcionarios de la salud chilenos, la proporción de fumadores es alta en jóvenes y disminuye con la edad, y los funcionarios no médicos del sistema de salud son tan fumadores como la población general, con un patrón de consumo similar; mientras que los médicos fuman en menor porcentaje, aunque aún en niveles altos considerando el rol de moderadores sociales que les corresponde, sobre todo tomando en cuenta que los médicos no fumadores mostraron más interés en realizar actividades de consejería y cesación tabáquica que sus colegas fumadores16. Objetivos a) Determinar la prevalencia del CT en una muestra de médicos del sistema hospitalario chileno; b) Conocer la apreciación de los médicos sobre el CT como FRCV; y c) Determinar el efecto del CT del médico en la aplicación del consejo médico estructurado sobre CT como FRCV. La hipótesis de este trabajo fue que el CT de los profesionales médicos influye en la administración de estrategias preventivas del tabaquismo como FRCV; específicamente, se postula que habrá diferencias significativas en la proporción en que médicos fumadores activos y no fumadores o ex fumadores administran el CME sobre tabaquismo como FRCV en su práctica clínica. Personas y Metodología Participantes La muestra fue obtenida en el contexto de un proyecto de investigación realizado por el Departamento de Prevención, de la Sociedad Chilena de Cardiología, entidad que invitó a médicos de hospitales y clínicas en las principales ciudades del país a través de su organización administrativa habitual. Los participantes fueron médicos que accedieron a colaborar, bajo consentimiento informado y resguardando los criterios éticos aplicables, por lo que no hubo un esquema muestral previo. Así, la muestra quedó constituida por 235 profesionales médicos (174 hombres y 57 mujeres) Rev Med Chile 2012; 140: 347-352 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Consumo de tabaco y prevención de tabaquismo en médicos chilenos - M. V. Araya et al que se desempeñaban en diferentes servicios (29 en pabellón, 67 en salas de servicio, 43 en unidades de pacientes críticos y 90 en servicios de emergencia) de 19 hospitales y clínicas chilenas, 14 públicas y 5 privadas, 9 ubicadas en la capital y 10 en otras ciudades del país (Arica, Iquique, Antofagasta, Viña del Mar, Valparaíso, Talca, Concepción, Temuco, Puerto Montt y Punta Arenas). Las diferencias entre la suma de estos y los siguientes datos parciales con el n muestral se debe a la omisión de algunos datos de identificación por parte de un pequeño número de participantes. En cuanto a especialidad, 75,8% eran médicos especialistas, 8,5% médicos generales y 15,7% becados. Instrumento y variables analizadas Se utilizó un cuestionario que recogió información demográfica, CT, apreciación del CT como FRCV y cumplimiento de tres de las conductas consideradas en el CME sobre tabaquismo como FRCV (preguntar, advertir y aconsejar respecto a CT). Se consideraron sólo estos tres primeros pasos del consejo médico estructurado, ya que son universales, es decir, pueden y deben realizarse con todos los pacientes, independientemente de su CT y de su intención de dejarlo; los dos pasos siguientes, acordar un procedimiento de cesación y acompañarlo en el proceso, sólo son válidos en el caso de los fumadores que manifiestan intención de cesación. La recolección de datos se realizó a través de coordinadores en cada hospital, quienes entregaron el instrumento y el formato para expresar el consentimiento informado a los médicos que respondieron la invitación a participar, dentro de un sobre cerrado, la misma forma en que fueron devueltos una vez cumplimentados, en el período comprendido entre octubre de 2009 y enero de 2010. Tipo de análisis Los resultados fueron analizados con técnicas estadísticas descriptivas (distribuciones de frecuencia uni y bivariadas) y comparativas (χ2), y el nivel predefinido de significación para las pruebas estadísticas fue de p < 0,05. Resultados De los 235 encuestados, 47,2% eran no fumadores, 36,6% eran ex fumadores y 16,2% eran fumadores activos (Tabla 1). No se encontraron diferencias significativas en el CT según sexo, especialidad (médico general, especialista y becado), lugar de desempeño (sala de servicio, pabellón, policlínico y unidad de pacientes críticos), dependencia hospitalaria (públicos y privados), realización de turnos y CT del jefe directo (fumador, no fumador). Los médicos de hasta 29 años y entre 30 y 44 años obtuvieron los porcentajes más altos de no fumadores (55,6% y 56,4%, respectivamente); en cambio, los profesionales de 60 y más años de edad concentran la mayor proporción de ex fumadores (74,1%, Tabla 2). También se encontraron diferencias significativas según la residencia, sea con fumadores o no fumadores: entre quienes viven con fumadores o viven solos, la mayor proporción corresponde a los no fumadores (51,5% y 41,2%, respectivamente, p < 0,05), mientras que entre quienes viven con no fumadores, la proporción entre fumadores, ex fumadores y no fumadores se distribuye aproximadamente en tercios. Respecto de la relación entre el CT del médico y la administración del CME sobre tabaquismo como FRCV (preguntarle al paciente si fuma, advertirle de los riesgos del CT y aconsejarle dejar de fumar, Tabla 3), se encuentra una diferencia sig- Tabla 1. Consumo de tabaco según sexo (Porcentaje) Consumo de tabaco Sexo Total (n=235) No informa (n=5) Femenino (n=56) Masculino (n=174) No fumador 60,0% 42,9% 48,3% 47,2% Exfumador 40,0% 32,1% 37,9% 36,6% 0% 25,0% 13,8% 16,2% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Fumador Total χ2 = 4,960, gl = 4, p = N.S. Rev Med Chile 2012; 140: 347-352 349 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Consumo de tabaco y prevención de tabaquismo en médicos chilenos - M. V. Araya et al Tabla 2. Consumo de tabaco según rango de edad (Porcentaje) Consumo de tabaco Rango de edad Hasta 29 años (n = 18) Entre 30 y 44 años (n = 94) Entre 45 y 59 años (n = 96) Sesenta y más años (n = 27) Total (n = 235) No fumador 55,6% 56,4% 44,8% 18,5% 47,2% Exfumador 11,1% 28,7% 38,5% 74,1% 36,6% Fumador 33,3% 14,9% 16,7% 7,4% 16,2% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Total χ2 = 26,684, gl = 6, p < 0,001. Tabla 3. Cumplimiento del Consejo Médico Estructurado (CME) según Hábito Tabáquico (Porcentaje) Hábito tabáquico No, nunca he fumado No, dejé de fumar Sí, fumo Total Cumplimiento del CME Pasos del Consejo Médico Estructurado Pregunta1 Advierte2 Aconseja3 Todos Siempre 82,0 76,4 79,1 69,1 No siempre 18,0 23,6 20,9 30,9 Siempre 82,4 80,0 83,7 71,4 No siempre 17,6 20,0 16,3 28,6 Siempre 78,9 60,5 63,2 55,3 No siempre 21,1 39,5 36,8 44,7 Siempre 81,6 75,1 78,2 67,7 No siempre 18,4 24,9 21,8 32,3 1 2 χ = 0,221, gl = 2, p = N. S. 2χ2 = 5,502, gl = 2, p = N. S.3χ2 = 6,634, gl = 2, p < 0,05. nificativa en el tercero de los pasos, aconsejar dejar de fumar: el grupo de médicos fumadores declara hacerlo siempre en una proporción significativamente menor que sus colegas no fumadores y ex fumadores, siendo este último grupo el que lo hace siempre en mayor proporción. Al mismo tiempo, se aprecia que una proporción relevante de los médicos, con independencia de su CT, no realiza siempre cada una de estas acciones preventivas: 18,4% no siempre pregunta, 24,9% no siempre advierte de los riesgos, y 21,8% no siempre aconseja. Por otra parte, todos los médicos consideran que el CT es un FRCV; sin embargo, un grupo no menor (21,1% de la muestra general) considera que fumar se constituye en FRCV sólo a partir del consumo de tres cigarrillos diarios. Un resultado no previsto que llama la atención, es que los médicos de la Región Metropolitana ejecutan siempre los elementos seleccionados del CME en una proporción significativamente mayor 350 que los médicos ubicados en las demás regiones del país, siendo la diferencia más amplia al momento de advertir sobre los riesgos del tabaquismo (81,2% versus 65,6%, p < 0,01). Discusión Concordando con los antecedentes al respecto, los médicos de la muestra, pertenecientes a hospitales y clínicas chilenas, presentan una prevalencia de CT por debajo de la población general del país (40,6% según la Encuesta Nacional de Salud 2010), y en niveles comparables a sus colegas en otros países17. En cambio, no mostraron diferencias en CT según sexo, contrariamente a lo que ocurre en la población general, en que los hombres fuman en una proporción significativamente mayor que las mujeres (44,2% versus 37,1%, respectivamente, según la misma encuesta nacional). Esta diferencia Rev Med Chile 2012; 140: 347-352 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Consumo de tabaco y prevención de tabaquismo en médicos chilenos - M. V. Araya et al entre los médicos y la población general en el CT, no obstante, podría reflejar un sesgo de la muestra, en que la población femenina podría estar sub representada; esto, sin embargo, resulta difícil de determinar, ya que no ha sido posible establecer con claridad ni la cantidad total de médicos que trabajan en el sistema hospitalario (sólo se dispone datos parciales para los servicios públicos) ni su distribución por sexo. Tampoco se encontraron diferencias según especialidad, lugar de desempeño y CT del jefe directo. Sin embargo, un aspecto que influye en el CT del médico es la convivencia o no con otros fumadores. Contraviniendo el “sentido común”, proporcionalmente hay más no fumadores entre quienes conviven con fumadores que entre quienes lo hacen con personas no fumadoras. A la luz de este particular aspecto, es posible pensar que la conducta de fumar en los profesionales médicos es, principalmente, una conducta personal más que social y que, por su conocimiento profesional, o sus características personales, los médicos no fumadores son más resistentes a la influencia social. El abordaje clínico del tabaquismo es una labor que compete a todos los profesionales sanitarios y en todos los niveles asistenciales. Ayudar a los fumadores a dejar de fumar y hacerlo cuanto antes es el reto más importante de salud pública al que se enfrentan los países occidentales, en los que hoy el tabaco es la primera causa evitable de morbimortalidad18. Hacerlo de una forma eficiente y garantizar la equidad para todos los fumadores es una necesidad y una obligación profesional y ética, de lo contrario, se está en presencia de prácticas subóptimas en el desempeño laboral19. Los resultados de este trabajo muestran que la aplicación del CME para la prevención de tabaquismo como FRCV es relativamente frecuente, pero se ubica en el nivel subóptimo en una proporción relevante de los profesionales y que, además, el CT del médico ejerce una influencia significativa sobre su aplicación. Para los médicos fumadores, aconsejar dejar de fumar resulta, aparentemente, más complejo que para quienes no fuman; y haber dejado de fumar tiene un efecto importante sobre la relevancia que los profesionales le dan a este consejo, transformándose en el grupo que lo realiza en mayor proporción. Un dato concordante con el nivel subóptimo de realización del CME, pero que, por sí solo, llama la atención, es que más de un quinto de los Rev Med Chile 2012; 140: 347-352 médicos de la muestra consideran que sólo a partir del consumo de tres cigarrillos diarios se podría considerar como FRCV. Esta creencia contraviene tanto la evidencia empírica como los criterios generalmente aceptados y remite a un problema de formación, información o actitud de los médicos respecto del tabaquismo como FRCV, que ameritaría ser considerado con mayor detenimiento tanto teórica como empíricamente. Otro resultado que merece atención es la diferencia encontrada entre los profesionales que ejercen en hospitales y clínicas de la Región Metropolitana respecto de los que ejercen en hospitales y clínicas ubicados en otras regiones del país. Esta diferencia se sostiene cuando se controla otras variables que podrían confundirse con ella –por ejemplo, el carácter público o privado o el grupo etario– lo que sugiere que podría haber variables asociadas a las condiciones de desempeño, las características de los usuarios, los protocolos o estándares de atención o las características de los profesionales que pudieran diferenciar a estos dos grupos, incidiendo en su comportamiento frente a la prevención del tabaquismo como FRCV. Creemos importante insistir en la idea de que es necesario que los médicos adopten una actitud más activa en el enfoque del paciente fumador y en el problema que el tabaquismo supone para la salud pública. Se deben aumentar los esfuerzos por conseguir una reducción del CT en los pacientes; este interés debe aplicarse también a la población general. Al realizarse este cambio de actitud se obtendría un impacto en las enfermedades cardiovasculares mayor que con cualquiera de las intervenciones ligadas a la alta tecnología20. Por esto, parece relevante explorar las razones por las cuales, pese al conocimiento disponible y a los criterios impulsados a través de los servicios sanitarios respecto del tabaquismo como FRCV, una proporción todavía relevante de los profesionales médicos hospitalarios muestra prácticas subóptimas o manifiesta creencias contradictorias con los criterios científicamente levantados al respecto. Al mismo tiempo, nos parece insoslayable abordar el CT en los propios profesionales médicos, ya que éste no sólo atenta contra su salud, sino que incide directamente en la calidad de la atención profesional que ofrecen a sus pacientes. En conclusión, el CT de los profesionales médicos de hospitales y clínicas incide en la proporción de prácticas subóptimas en la aplicación 351 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Consumo de tabaco y prevención de tabaquismo en médicos chilenos - M. V. Araya et al del CME en relación al tabaquismo como FRCV: los médicos fumadores fracasan en aconsejar el abandono del CT a sus pacientes fumadores en una proporción mayor que los médicos no fumadores. Aproximadamente un quinto de los médicos, fumadores y no fumadores, no siempre realizan el CME en relación al tabaquismo como FRCV y la misma proporción no cree que el consumo diario de hasta tres cigarrillos actúa como FRCV. A la luz de esta información, parece indispensable abordar tanto el CT de los propios médicos, como su información y actitud hacia el tabaquismo como FRCV, con vista a mejorar el cumplimiento de su rol preventivo y modelador en la práctica clínica. 9. 10. 11. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Organización Mundial de la Salud. 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A Chest X ray and scan showed a right pleural tumor that was surgically excised. After surgery the episodes of hypoglycemia subsided. The pathological study of the tumor revealed a solitary fibrous pleural tumor. After 15 months of follow up, the patient is symptom free and without evidence of tumor relapse. (Rev Med Chile 2012; 140: 353-357). Key words: Hypoglycemia; Pleural neoplasms; Solitary fibrous tumor, pleural. E l síndrome de Doege-Potter (SDP) es un síndrome paraneoplásico infrecuente, consiste en la presencia de hipoglicemia sintomática asociada generalmente a un tumor fibroso solitario de la pleura (TFSP), aunque ha sido asociado a otros tumores intratorácicos y a tumores fibrosos en otras localizaciones1-4. Fue descrito en forma separada por Karl Doege y Roy Potter en 1930, en un paciente con un tumor fibroso en el mediastino que presentó hipoglicemia5,6. El TFSP es una neoplasia infrecuente, se presenta generalmente en relación a la pleura visceral y representa menos de 5% de los tumores pleurales. Una manifestación infrecuente en estos pacientes es la hipoglicemia, que se presenta sólo entre 2-3% de los casos7,8. Presentamos el caso de una paciente con SDP en que la hipoglicemia sintomática se asoció a un tumor fibroso solitario de la pleura. Caso clínico Mujer de 38 años, domiciliada en sector rural y Recibido el 19 julio de 2011, aceptado el 14 octubre de 2011. Correspondencia a: Dr. Rodrigo Campos Moscoso Departamento de Cirugía, Facultad de Medicina Universidad de Concepción Janequeo esquina Chacabuco, Concepción, Chile. Fono-Fax: 56-41-2204881 E-mail: dr.camposm@ gmail.com sin antecedentes mórbidos conocidos. Inició cuadro clínico caracterizado por deterioro del estado general, baja de peso (aproximadamente 10 kg en tres meses) y edema de extremidades inferiores. Consultó en varias oportunidades en el centro de salud rural de su sector donde se trató en forma sintomática. Presentó un episodio de hipoglicemia (26 mg/dl) que se trató con infusión de solución glucosada al 10%. Evolucionó con normalización de la glicemia y fue trasladada a nuestro hospital. En la radiografía de tórax se observó una ocupación pleural derecha y desviación de las estructuras mediastínicas (Figura 1A). En la tomografía computada de tórax se observó un tumor pleural derecho, con densidad heterogénea, que ocupaba el hemitórax derecho con efecto compresivo, atelectasia pulmonar derecha y desplazamiento del mediastino (Figura 1B, 1C y 1D). En los otros exámenes de laboratorio y de imagen no destacaron otros hallazgos significativos. Durante la hospitalización presentó varios episodios de hipoglicemia sintomática caracterizada por somnolencia, deterioro de la agudeza visual, 353 CASOS CLÍNICOS Síndrome de Doege-Potter - R. Campos et al Figura 1. A. Radiografía de tórax postero anterior preoperatoria: se observa ocupación pleural derecha y desviación de estructuras mediastínicas. B, C y D. Tomografía computada de tórax: se observa tumor pleural derecho que ocupa toda cavidad pleural, produce desviación y compresión de corazón y otras estructuras mediastínicas. Figura 2. A. Foto de tumor resecado (cm: centímetro). B. Foto macroscópica de tumor con necrosis extensa: área amarillenta que cruza horizontalmente la neoplasia (flecha). C. Microscopia: Tumor formado por células fusadas con numerosos vasos sanguíneos. H&E 100X. D. Inmunohistoquímica con positividad intensa para CD34. E. Radiografía de tórax postero anterior postoperatoria. 354 Rev Med Chile 2012; 140: 353-357 CASOS CLÍNICOS Síndrome de Doege-Potter - R. Campos et al Tabla 1. Episodios de hipoglicemia registrados según: el día de evolución (desde el primer episodio), relación horaria Día Horario / Relación con ingesta Glicemia (mg/dl) 1 PM / Postprandial 26 2 AM / Ayuno 56 2 PM / Preprandial 43 4 AM / Ayuno 43 6 PM / Preprandial 29 8 PM / Preprandial 41 11 AM / Ayuno 27 13 PM / Preprandial 54 17 PM / Postprandial 58 AM: antes del meridiano / PM: después del meridiano y relación con la ingesta de alimentos (en el segundo día se registraron dos episodios de hipoglicemia). debilidad muscular, sudoración, palpitaciones y palidez. Estas hipoglicemias fueron en días diferentes y se registraron al menos 7 mediciones de glicemia entre 27 y 58 mg/dl, en el segundo día de hospitalización se registraron dos hipoglicemias (Tabla 1). Fue tratada en cada episodio con infusión de solución glucosada al 10%. Debido al difícil control metabólico, se trató y estudió en conjunto con el equipo de endocrinología. Las mediciones de insulinemia basal, cortisol, prolactina y hormona tiroestimulante (TSH) estaban en rangos de normales. Se realizó una biopsia por punción guiada por tomografía computada, el estudio de anatomía patológica concluyó que la lesión era compatible con un TFSP. Descartada otra causa de hipoglicemia y en el contexto de un TFSP, se decidió tratamiento quirúrgico. Procedimiento quirúrgico Con intubación monobronquial (tubo endotraqueal de doble lumen) y en decúbito lateral izquierdo. Se abordó por amplia toracotomía posterolateral derecha, se encontró un tumor de aspecto encapsulado que ocupaba toda la cavidad pleural y desplazaba las estructuras mediastínicas sin infiltrarlas. Se encontraba adherido a la pleura parietal, con base de implantación ancha y sin Rev Med Chile 2012; 140: 353-357 pedículo identificable. Se liberaron las adherencias y se resecó macroscópicamente el tumor en forma completa (Figura 2A). Se observó adecuada expansión pulmonar derecha post exéresis del tumor. Se instalaron dos tubos pleurales (28 Fr.) y se cerró la toracotomía en forma habitual. Evolución postoperatoria La paciente evolucionó en el postoperatorio sin incidentes. No presentó nuevos episodios de hipoglicemia. Se retiraron los tubos pleurales al séptimo día y se dio el alta hospitalaria al décimo día postoperatorio. El estudio anatomopatológico concluyó: TFSP de 27 x 25 x 11,5 centímetros y peso de 3.450 gramos, con características histológicas de malignidad. El TFSP tenía necrosis tumoral macro y microscópica extensa, hasta 2 mitosis en 10 campos de aumento mayor y los bordes quirúrgicos estaban libres de lesión (Figuras 2B y 2C). La inmunohistoquímica presentó positividad intensa para Vimentina y CD34 (Figura 2D). Actualmente, a 15 meses de seguimiento, la paciente se encuentra con un control metabólico adecuado, con normalización de la glicemia y asintomática desde el punto de vista respiratorio, sin evidencias clínicas ni radiológicas de recidiva del tumor (Figura 2E). Discusión Los TFSP corresponden a tumores primarios de la pleura que se consideran benignos. Son tumores infrecuentes, localizados, de lento crecimiento, poco sintomáticos y pueden alcanzar grandes tamaños. El tratamiento es la resección quirúrgica con buenos resultados inmediatos y escasa recidiva7-10. El tumor fibroso solitario es una neoplasia bien circunscrita, no encapsulada, formada por células fusadas con variabilidad en los patrones de crecimiento de las células fusiformes dentro de una misma lesión. Presenta áreas fibrosas o esclerosadas y un componente vascular prominente. La morfología nuclear es de bajo grado, tiene escasas mitosis, ausencia de necrosis o de pleomorfismo nuclear. Hay características histológicas que se asocian a comportamiento maligno como la presencia de necrosis macro y microscópica y mitosis frecuentes, esto se traduciría en mayor recidiva post resección quirúrgica11. 355 CASOS CLÍNICOS Síndrome de Doege-Potter - R. Campos et al No sólo ha sido descrito en relación a la pleura, sino que también en órbita, nasofaringe, peritoneo, retroperitoneo, mama, mediastino y otras localizaciones. En el caso de tumores fibrosos solitarios de localización torácica, deben considerarse diagnósticos diferenciales como: sarcoma sinovial, mesotelioma fusocelular y tumor neural como schwannoma. Para esto se utiliza una técnica de diagnóstico complementaria, como la inmunohistoquímica. El tumor fibroso solitario es típicamente positivo para CD34 y Vimentina7,8,11. El TFSP es más frecuentes entre la sexta y séptima década de la vida, sin diferencias significativas en la distribución por género. Al momento del diagnóstico muchos pacientes se encuentran asintomáticos, por lo que éste se realiza en forma incidental. Cuando aparecen síntomas, éstos generalmente son inespecíficos como tos, disnea, dolor torácico y pérdida de peso7,8. La hipoglicemia es una manifestación infrecuente de los TFSP, en una importante serie nacional comunicada, se describe hipoglicemia en un paciente entre 41 casos8. La presentación de hipoglicemia sintomática en el contexto de este tipo de neoplasia es lo que conocemos como SDP12,13. El SDP es poco frecuente, en la mayoría de los casos ha sido asociado a tumores fibrosos intratorácicos, aunque también se ha asociado a otro tipo de tumores intratorácicos y a tumores fibrosos extratorácicos1-4,14. Como factores responsables de la hipoglicemia en el SDP se han postulado varias teorías: secreción excesiva por el tumor de IGF-II (Factor de crecimiento similar a la insulina), falla en los mecanismos compensadores para prevenir la hipoglicemia y acelerado consumo de glucosa por tumores de gran tamaño1,2,14-17. La hipoglicemia se ha comunicado en pacientes que presentaron concomitantemente un aumento de IGF-II. En estos casos, tanto los síntomas, como el aumento de IGF-II desparecieron después de la resección del tumor, por lo que se presume que el IGF-II es producido por el tumor pleural15,16. La determinación de IGF-II requiere implementación de laboratorio que no esta disponible en nuestro laboratorio habitual, por este motivo no siempre es medida en los casos de SDP (en nuestro caso no fue determinado). A modo de conclusiones podemos señalar que: ante la ocurrencia de hipoglicemia sintomática repetida (sin relación a causas como dia- 356 betes mellitus, uso de hipoglicemiantes u otras endrocrinopatías) debe descartase un síndrome paraneoplásico tipo SDP; que los TFSP pueden manifestarse clínicamente con hipoglicemia sintomática y que el tratamiento quirúrgico esta indicado en estos pacientes. Referencias 1. Chamberlain MH, Taggart DP. Solitary fibrous tumor associated with hypoglycemia: an example of the DoegePotter syndrome. J Thorac Cardiovasc Surg 2000; 119: 185-7. 2. Kalebi AY, Hale MJ, Wong ML, Hoffman T, Murray J. Surgically cured hypoglycemia secondary to pleural solitary fibrous tumour: case report and update review on the Doege-Potter syndrome. J Cardiothorac Surg 2009; 4: 45. 3. Lucas CE, Ledgerwood AM. Malignant solitary fibrous tumor of the intestine with refractory hypoglycemia (Doege Potter Syndrome). J Am Coll Surg 2006; 203: 398. 4. 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Departamento de Anatomía Patológica, Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera. Manuel Montt 112. Fono: 045-325735. Código Postal 478-1176. Temuco, Chile. E-mail: otescalona@gmail. com L Hidatidosis cerebral: aspectos clínicos e imagenológicos. Reporte de 4 casos " # $ % & ' ( ) * + " , & + + ( ( " # $ % Brain hydatidosis. Report of four cases In only 2% of all cases of hydatidosis, the cysts are located in the brain. We report a 12-year-old male, a 5-year-old girl and a 19-year-old female consulting for intracranial hypertension and a 13-year-old male consulting for a left hemiparesis. Imaging studies found intra-cerebral cysts with characteristics of hydatidosis in all. All lesions were completely removed surgically and the pathological study of the excised piece confirmed the diagnosis of hydatidosis. (Rev Med Chile 2012; 140: 358-363). Key words: Brain neoplasms; Cysts; Echinococcosis, cerebral. a hidatidosis es la zoonosis parasitaria más frecuente en Chile. La tasa de incidencia nacional notificada en el año 2004 fue de 2,1 x 100.000 habitantes, predominando en las áreas ganaderas, especialmente de la zona sur y austral de nuestro país. Es causada por la forma larval del céstodo Echinococcus granulosus, donde el perro es el hospedero definitivo y el ganado ovino y bovino, los hospederos intermediarios. El hombre es un hospedero intermediario accidental por consumo de alimentos o agua contaminada con huevos presentes en las heces de los animales1-5. El E. granulosus puede alcanzar cualquier órgano o tejido, formando lesiones quísticas únicas o múltiples, siendo el hígado (59-75%) y pulmón (8-43%) los órganos más frecuentemente afectados6-8. Otros órganos, menos frecuentemente comprometidos, son bazo, riñón, páncreas, mama, peritoneo, hueso y tejidos blandos, tiroides, corazón, médula espinal y encéfalo. El compromiso encefálico corresponde a 1-2% de los casos y representa 2-4% de las lesiones intracraneales no traumáticas, afectando más frecuentemente a pacientes pediátricos en 50-75% de los casos6,9-12. A pesar de ser una infestación con alta prevalencia en nuestro país, el compromiso encefálico representa una localización inusual con escasos reportes a nivel nacional13,14. Por esta razón, presentamos cuatro casos de pacientes con hidatidosis 358 ! cerebral diagnosticados entre noviembre de 2009 y agosto de 2010 en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, discutiéndose sus principales características clínicas e imagenológicas. Caso 1 Escolar de 12 años, sexo masculino con residencia rural en la IX región. Consultó por cuadro de 6 meses de evolución caracterizado por manifestaciones clínicas de tipo hipertensión intracraneana (cefalea holocránea recurrente [2-3 veces por semana], mareos y vómitos ocasionales) e irritativa (dos episodios de crisis convulsivas tónico-clónicas generalizadas). El electroencefalograma (EEG) fue normal y se realizó una tomografía computada (TC) cerebral que mostró un quiste intraxial temporal izquierdo de 65 mm de diámetro, bien delimitado y con severo efecto de masa, desviación de línea media de 8 mm, herniación uncal e hidrocefalia (Figura 1A). La resonancia magnética (RM) mostró además un doble contorno en la periferia, por desprendimiento de la membrana germinal, con una ligera impregnación tras la administración de gadolinio (Figura 1B y C). El examen de fondo de ojo demostró edema de papila bilateral, sin evidenciarse déficit motor ni CASOS CLÍNICOS Hidatidosis cerebral - O. Tapia et al Figura 1. TC axial sin contraste (A). RM T2WI coronal (B). RM T1WI sagital con gadolinio (C). Formación quística intraaxial temporal izquierda, bien delimitada y de contenido homogéneo isodenso (A) e isointenso (B, C) respecto al LCR. Significativo efecto de masa con hidrocefalia secundaria (A). Membrana germinal (B y C, flecha) separada del resto del quiste y que presenta una discreta captación de contraste (C). sensitivo al examen físico. El hemograma y pruebas hepáticas resultaron normales, sin demostrarse la presencia de lesiones quísticas en la radiografía (Rx) de tórax ni en la ecotomografía abdominal. Se planteó el diagnóstico de hidatidosis cerebral y se realizó la exéresis completa e intacta del quiste, confirmando el estudio histopatológico la etiología hidatídica de la lesión (Figura 2). El paciente evolucionó favorablemente, asintomático, sin déficit neurológico ni complicaciones post operatorias. Caso 2 Preescolar de 5 años, sexo femenino con residencia urbana en la IX región. Consultó por historia de 4 meses de evolución de déficit motor progresivo y manifestaciones clínicas de hipertensión intracraneana en el último mes (cefalea y vómitos). El examen clínico demostró hemiparesia braquio-crural derecha con reflejo patelar y aquiliano exaltados, además de midriasis izquierda. Se solicitó TC cerebral que mostró un gran quiste Figura 2. A: Lesión quística unilocular, translúcida, de bordes bien definidos y contenido líquido de aspecto “agua de roca”. B: (HE, 200x) y C (HE, 100x). Estructuras laminares basófilas, acelulares de disposición paralela (membranas hidatídicas) con escólices en el interior de la cavidad quística (C). Rev Med Chile 2012; 140: 358-363 359 CASOS CLÍNICOS Hidatidosis cerebral - O. Tapia et al Figura 3. TC axial sin contraste (A) y con contraste (B). Formación quística intraaxial frontal izquierda, sin edema perilesional y con contenido isodenso respecto al LCR (A) y que no presenta captación de contraste (B). Severo efecto de masa con desviación de línea media e hidrocefalia secundaria. intraxial frontal izquierdo de 90 mm de diámetro, bien definido, homogéneo, sin edema perilesional ni captación de contraste. Severo efecto de masa con desviación de línea media de aproximadamente 20 mm y dilatación de los ventrículos laterales con signos de edema transependimario (Figura 3). El hemograma y pruebas hepáticas fueron normales, sin demostrarse la presencia de lesiones quísticas en la Rx de tórax ni en la ecotomografía abdominal. Se planteó el diagnóstico de quiste hidatídico frontal izquierdo y se realizó la exéresis intacta del quiste. El estudio histopatológico confirmó la etiología hidatídica de la lesión. El paciente evolucionó favorablemente, con recuperación completa de la movilidad del hemicuerpo derecho. Caso 3 Paciente de sexo femenino de 19 años de edad con residencia rural en la IX región, sin antecedentes mórbidos. Consultó por cuadro de 5 meses de evolución de sintomatología secundaria a síndrome de hipertensión intracraneana (cefalea recurrente y progresiva asociada a vómitos, refractaria a tratamiento médico y edema papilar bilateral acentuado al fondo de ojo). La TC cerebral y RM mostraron una gran formación quística intraxial temporal izquierda, de 60 mm de diámetro de características similares a los casos anteriores y con moderado efecto de masa sobre el parénquima 360 adyacente y sistema ventricular, con desviación de línea media de 5,5 mm (Figura 4). El estudio con Rx de tórax y ecotomografía abdominal no mostró lesiones quísticas. El hemograma no mostró eosinofilia y las pruebas hepáticas fueron normales. Se planteó el diagnóstico de quiste hidatídico temporal izquierdo. Se realizó la exéresis intacta de la lesión, confirmando el estudio histopatológico la etiología hidatídica. La paciente evolucionó favorablemente, sin déficit neurológico ni complicaciones post operatorias. Caso 4 Escolar de 13 años, sexo masculino con residencia rural en la IX región, sin antecedentes mórbidos. Consultó por presentar déficit motot progresivo (hemiparesia braquio-crural izquierda) y cefalea progresiva. La TC cerebral mostró un quiste intraxial temporal derecho de 60 mm de diámetro, bien delimitado, isodenso respecto al LCR, sin captación de contraste. Significativo efecto de masa con desviación de línea media de 7 mm y herniación uncal (Figura 5). Se planteó el diagnóstico de quiste hidatídico temporal derecho; se realizó la exéresis intacta del quiste y el estudio anatomopatológico confirmó la etiología hidatídica. El estudio con Rx de tórax y ecotomografía abdominal no mostró lesiones quísticas. El paciente evolucionó favorablemente, sin complicaciones quirúrgicas ni déficit neurológico. Rev Med Chile 2012; 140: 358-363 CASOS CLÍNICOS Hidatidosis cerebral - O. Tapia et al Figura 4. TC axial sin contraste (A). RM T2WI axial (B). RM T1WI axial con gadolinio (C). Formación quística intraaxial temporal izquierda de contornos regulares y bien definidos, sin edema perilesional, con contenido homogéneo isodenso (A) e isointenso (B, C) respecto al LCR. Moderado efecto de masa sobre el parénquima y sistema ventricular. No se aprecia captación de contraste (C). Figura 5. TC axial sin contraste (A) y con contraste (B). Formación quística intraaxial temporal derecha, sin edema perilesional, con contenido homogéneo isodenso respecto al LCR (A) y sin captación de contraste (B). Moderado efecto de masa sobre las estructuras adyacentes. Discusión La hidatidosis o equinococcosis es la infección causada por la forma larval del céstodo E. granulosus y con menos frecuencia E. multilocularis. Esta infección presenta una distribución mundial, siendo en Chile la zoonosis parasitaria más frecuente y representando un problema de salud pública especialmente en la zona sur y austral de nuestro país, hecho que ha motivado amplias campañas de educación sanitaria destinadas al control y prevención de la enfermedad1-5. El compromiso encefálico por E. granulosus representa sólo el 1-2% de los casos de hidatidosis y afecta fundamentalmente a niños y adultos jóve- Rev Med Chile 2012; 140: 358-363 nes (60-93% de los casos)10-12,14. Los cuatro casos presentados corresponden a este grupo etario. Si bien algunos autores reportan que los niños varones son mayormente afectados11,12,15, otros como Limaiem et al.16, no encuentran diferencias significativas. Los hallazgos desde el punto de vista imagenológico son característicos, tratándose generalmente de lesiones quísticas únicas, habitualmente uniloculares y menos frecuentemente multiloculares, de localización principalmente intraaxial y con mayor frecuencia cerebrales hemisféricas en el territorio vascular de la arteria cerebral media debido a la llegada por vía hematógena del parásito. La lesión habitualmente es bien definida, de contenido 361 CASOS CLÍNICOS Hidatidosis cerebral - O. Tapia et al isodenso e isointenso respecto al LCR, sin edema perilesional y mínima o ausente captación de contraste en su periferia11,17-20. Los cuatro casos reportados presentaron lesiones quísticas únicas, uniloculares cerebrales hemisféricas, tres en el lóbulo temporal y una frontal, presentando uno de ellos mínima impreganación de gadolinio en la RM. En ocasiones se puede visualizar la membrana germinal desprendida del resto de la estructura del quiste17,18, tal como en el caso 1 (Figura 1B) y en forma excepcional (< 1%) presencia de calcificaciones11. El efecto de masa ejercido por estas lesiones sobre las diferentes estructuras encefálicas es el principal responsable de las manifestaciones clínicas de la enfermedad, las cuales variarán de acuerdo a la localización del quiste. Bükte et al.11 reportaron cefalea (83%), edema de papila (77%), vómitos (66%), hemiparesia (38%), convulsiones (33%), alteraciones visuales (27%), ataxia (11%) y parálisis facial (5%). Respecto a la sintomatología neurológica, todos nuestros casos presentaron síntomas/signos secundarios a hipertensión intracraneana (cefalea, vómitos y/o edema de papila). Se observó convulsiones en un caso (25%) y déficit motor en dos (50%), revirtiendo los signos y síntomas una vez realizada la cirugía. El efecto de masa de la lesión determina algunas de las principales complicaciones, como hidrocefalia obstructiva, desviación de línea media y herniaciones11,17,18,21. Tres de los casos reportados aquí presentaron estas complicaciones. Desde el punto de vista imagenológico, el diagnóstico diferencial es variado y comprende lesiones quísticas tumorales (astrocitoma quístico), infecciosas (abscesos, neurocisticercosis) y congénitas (quiste aracnoidal, quiste epidermoide, quiste porencefálico). El estudio imágenológico, TC y principalmente RM es fundamental en excluir las otras causas. Algunas características específicas de la lesión, asociadas a la indemnidad del parénquima adyacente, sin existir compromiso infiltrativo, edema, encefalomalacia o gliosis, y sumadas a la ausencia de algunos elementos como heterogenidad o irregularidad de la lesión, componentes sólidos, restricción de la difusión y la mínima o ausente captación de contraste permiten, en su conjunto, realizar un adecuado diagnóstico. En los cuatro casos presentados el diagnóstico imagenológico prequirúrgico fue hidatidosis encefálica, no contando en nuestra experiencia con diagnósticos radiológicos falsamente positivos; debiendo 362 mencionar que estos examenes (TC y RM) son evaluados en su totalidad por neurorradiólogos. Por su parte, la espectroscopia por RM no tiene un rol relevante en el diagnóstico, sólo en el algunos casos infrecuentes de hidatidosis encefálica con lesiones complejas podría aportar algunos elementos diferenciadores, sin ser de todas formas fundamental para este. El tratamiento de elección consiste en la exéresis intacta de la lesión, la cual se logra hasta en el 70% de los casos. En los cuatro casos presentados se efectuó la exéresis completa e intacta de la lesión mediante la técnica de Dowling-Orlando que consiste en la realización de una craneotomía amplia con posterior apertura de la adventicia e irrigación de solución salina entre el parénquima cerebral y el quiste que permita la salida intacta de la prolígera y su contenido por gravedad, luego inclinar la cabeza del paciente (parto del quiste). La recurrencia secundaria a la ruptura intra-operatoria en tanto alcanza el 40,7%9, 16, 22-24. En nuestros pacientes sólo se efectuó tratamiento quirúrgico, sin presentar recurrencia o quistes en otras localizaciones al momento de este reporte y luego de transcurrido 19, 16, 14 y 11 meses respectivamente. Por otro lado, la indicación de tratamiento farmacológico con antiparasitarios benzoimidazólicos (mebendazol y albendazol) estaría recomendado para casos inoperables por compromiso de estructuras vitales o multifocales, ruptura intra-operatoria del quiste y recurrencia; teniendo en consideración que el tamaño y “edad” del quiste son de los factores determinantes más importantes en la respuesta al tratamiento, así lesiones pequeñas y de corta evolución presentan paredes más delgadas que permitirían una mejor penetración y respuesta al fármaco14,25-27. Los reportes indican que entre 6% y 63% de estos pacientes presentan enfermedad hidatídica en otras localizaciones11,28,29, sin embargo, en una proporción importante de los casos la afección cerebral representa una verdadera localización primaria de la enfermedad, sin pesquisarse quistes en otras localizaciones; tal cual sucedió en nuestros pacientes. La elevada incidencia de hidatidosis en nuestro país y muy especialmente en nuestra región, hacen que esta patología deba ser siempre considerada dentro de los diagnósticos diferenciales de lesiones quísticas encefálicas, cada una de ellas con implicancias terapéuticas y pronósticas muy diferentes. Rev Med Chile 2012; 140: 358-363 CASOS CLÍNICOS Hidatidosis cerebral - O. Tapia et al Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. Sapunar J. Parasitología Médica. Santiago, Mediterráneo Ltda., 1999; 39: 338-54. Serra I, Araya C, Araneda J. Evolución epidemiológica de la hidatidosis humana en Chile, 1965-1988. Impacto de los programas ganaderos de la XII y XI regiones. Rev Med Chile 1993; 121: 343-9. Serra I, Araya C, Araneda J. Situación actual de la hidatidosis humana en Chile. Dos proposiciones de corrección de la subnotificación. Rev Med Chile 1995; 123: 659-69. Serra I, Araneda J, Araya C. Análisis regional de la hidatidosis humana y animal en Chile, 1989-1993. 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Correspondencia a: Dr. Jaime Poniachik Teller, Centro de Gastroenterología, Hospital Clínico José Joaquín Aguirre, Universidad de Chile. Santos Dumont Nº 999, Santiago. Teléfono: 6788350. Fax: 6788349. L Endoscopic band ligation, for gastric antral vascular ectasia. Report of two cases Gastric antral vascular ectasia is an uncommon cause of chronic anemia, occasionally associated with cirrhosis. The most accepted therapy is argon plasma coagulation (APC), however there are refractory cases. We report two females with cirrhosis, aged 60 and 72 years, in whom management with APC was insufficient and in whom the need for hospital admissions and transfusions were reduced using the technique of endoscopic band ligation. (Rev Med Chile 2012; 140: 364-367). Key words: Argon plasma coagulation; Gastric antral vascular ectasia; Gastrointestinal hemorrhage. a ectasia vascular antral (EVA) es una lesión vascular poco común, responsable de alrededor de 4% de las hemorragias digestivas altas (HDA) no variceales1-3. Descrita por primera vez en 1953 por Rider como “un tipo de gastritis erosiva con marcada ectasia veno-capilar”4-5. En 1984, Jabbari la llama watermelon stomach debido a los tractos longitudinales antrales que convergen hacia el píloro y que contienen ectasias vasculares y que recuerdan a las líneas de una sandía4-6. La mayoría son idiopáticas, otras se han asociado a cirrosis, esclerosis sistémica, insuficiencia renal e hipotiroidismo y otras enfermedades del tejido conectivo7. Predomina en mayores de 70 años, presentándose como anemia crónica, hasta 4% de ellos presentan anemia de difícil manejo, requiriendo transfusiones3-8. La patogenia es desconocida, pero podría obedecer a cambios crónicos en la vasculatura de la mucosa y submucosa en respuesta a traumas reiterados y gatillados por las contracciones antrales probablemente secundarias a denervación del sistema autónomo (disfunción motora antropilórica)8. 364 Además se ha encontrado aumento de células neuroendocrinas productoras de polipéptido intestinal vasoactivo y 5- hidroxitriptamina, que serían al menos en parte responsables de la ectasia vascular9,10. El diagnóstico es endoscópico y se puede confirmar con histología. La histología característica incluye ectasia vascular intramucosa, trombos de fibrina, fibrohialinosis e hipertrofia fibromuscular de la lámina propia, hallazgos muy similares a los encontrados en la intususcepción, vólvulo y trauma, lo que apoya la teoría de la disfunción motora antropilórica1-3,4-7. La terapia incluye diferentes técnicas endoscópicas como coagulación endoscópica con diferentes elementos, en particular con argón plasma (APC), que luego de sesiones reiteradas reduce el sangrado11. En casos refractarios se plantea la antrectomía12. Presentamos dos casos de fracaso en el manejo con APC (según técnica estandarizada con equipo EMED-ES-350 con un flujo de 1,5 y potencia de 60 W) en los que se aplicaron ligaduras al antro. CASOS CLÍNICOS Ligadura endoscópica en ectasia vascular antral - J. Poniachik et al Casos clínicos Caso 1 Mujer de 60 años con cirrosis hepática por alcohol Child-Pugh B diagnosticada el año 2004 con várices esofágicas ligadas y erradicadas. Consultó en nuestro centro en 2009 por desorientación, disnea y astenia, demostrándose anemia severa con hemoglobina de 4,2 g/dL. Una primera endoscopia digestiva alta (EDA) mostró EVA tipo watermelon stomach manejándose con APC y transfusiones de plaquetas, plasma y glóbulos rojos, en unidad de cuidados intermedios. Dos meses después reinició la disnea, por lo que se hizo nueva EDA que confirmó la EVA, realizándose una nueva sesión de APC. A los 3, 5 y 6 meses presentó otros tres episodios de hematemesis, requiriendo en todos hospitalización, transfusiones y EDA, encontrando siempre la EVA sangrando por lo que se hicieron 3 sesiones más de APC. De la última hospitalización se dio el alta programando un control endoscópico ambulatorio en el que se encontró un estómago con sangre fresca y EVA, realizando ligadura endoscópica con 8 bandas. Un mes después una nueva EDA mostró una franca reducción del aspecto de watermelon stomach, realizando nuevas ligaduras al antro. Caso 2 Mujer de 72 años con cirrosis por esteatohepatitis no alcohólica Child-Pugh B diagnosticada el año 2004. Consultó en el año 2008 en Clínica Santa María cuando se hospitalizó por ascitis; se diagnosticó un hepatocarcinoma de 3 cm, mediante un scanner de abdomen, se realizó terapia con radiofrecuencia. Luego ingresó en varias oportunidades por encefalopatía grado II y anemia con hematocrito de 24%. Una primera endoscopia digestiva alta (EDA) mostró EVA tipo watermelon stomach manejándose con APC, luego se hizo nueva EDA que confirmó la EVA, realizándose una ligadura antral por mala respuesta endoscópica. Luego de varios meses se repitió la EDA mostrando mejoría significativa de la EVA, realizándose una segunda sesión de ligaduras. En endoscopias posteriores no se evidencia EVA. La paciente falleció en abril de 2011 por un cuadro séptico de origen pulmonar (Figuras 1 y 2). Figura 1. Aspecto endoscópico posterior a terapia con APC, Caso clínico 1. Figura 2. Ligaduras endoscópicas al antro y sus cicatrices en el control endoscópico un mes después, Caso clínico 1. Rev Med Chile 2012; 140: 364-367 365 CASOS CLÍNICOS Ligadura endoscópica en ectasia vascular antral - J. Poniachik et al Discusión El diagnóstico de EVA es infrecuente, pero representa un desafío terapéutico pues implica en la mayoría de los casos la persistencia de anemia que deteriora la calidad de vida del paciente y en otros menos, la necesidad de transfusiones, incluso poniendo en riesgo la vida del paciente debido a lo severo de las anemias. Se ha descrito con anterioridad una latencia diagnóstica de hasta 4 años, pues cuando es inicial existe la posibilidad de confundir la imagen endoscópica con otro tipo de gastropatías, requiriendo de una biopsia para la confirmación diagnóstica, lo que no siempre se realiza. En nuestros casos la biopsia se obvió debido al aspecto muy sugerente de EVA. Nuestras pacientes se presentaron en el rango de edad descrito y además cursaban con cirrosis hepática. Si pensamos en la hipótesis de la denervación vagal con hipertonía simpática, la EVA de la cirrosis podría estar relacionada con la hiperactividad simpática que también caracteriza a la disfunción cardiaca y renal de estos pacientes1. La disfunción autonómica podría ser un factor común entre todas las patologías relacionadas con la EVA, lo que representa un tópico interesante a investigar9,10. Aproximadamente 4 años después de diagnosticar la cirrosis, nuestra primera paciente presentó anemia severa y muy sintomática, encontrando en ese momento la EVA, que se encontraba asociada a várices pequeñas. En su evolución posterior la anemia y los episodios de hemorragia digestiva alta severa fueron recurrentes, manejándose siempre con transfusiones y sesiones de APC, reanudando los síntomas y la anemia, por lo que se decidió tratar con otra terapia, realizando ligaduras del antro, lo que resultó técnicamente simple y con resultados inmediatos satisfactorios. Respecto de la terapia de la EVA, se han intentado diferentes técnicas que se podrían clasificar en tres grupos: farmacológicas, endoscópicas y quirúrgicas. Dentro de las farmacológicas se han usado corticoides, combinaciones de estrógeno-progesterona, talidomida, interferón alfa, calcitonina y ciproheptadina, pero todos estos han sido reportes de casos aislados, sin lograr ser reproducidos en series más grandes1-12. El uso de beta bloqueadores o TIPS para 366 reducir la hipertensión portal no ha mostrado beneficio2-7. Para casos severos y cuando falla la terapia endoscópica, siempre queda el recurso terapéutico de la antrectomía, aunque existe consenso en que no debe ser la terapia de elección pues tiene alta morbimortalidad12. Las terapias endoscópicas, iniciadas en 1980, son las más recomendadas pues han demostrado eficacia y seguridad, incluyendo diferentes técnicas (electrocoagulación, APC, escleroterapia, ligadura endoscópica), incluso se publicó un caso de resección mucosa de la EVA, con éxito y mejoría de la anemia13. Los trabajos realizados con APC muestran una reducción de la necesidad de transfusión en hasta 77% durante un seguimiento de 16 meses, siendo endoscópicamente satisfactoria hasta en 80 a 90% de los casos4-14. Sin embargo, lo habitual es que requieran varias sesiones (en la literatura se reporta un promedio de 6 sesiones para lograr curar la mucosa) y pueden fallar cuando las lesiones son muy difusas15. Parece ser el caso de nuestras pacientes, en quienes a pesar de varias sesiones de APC, con la técnica habitual y características técnicas ya descritas, reiteraban las hospitalizaciones por anemia sintomática e incluso hemorragia digestiva alta severa, por lo que se intentó el manejo con ligadura endoscópica. Debemos indicar que la técnica y características de procedimiento terapéutico con APC, fue el mismo en todas las sesiones, sin efectuar cambios en el flujo del gas ni potencia, por lo que nuestro trabajo no permite descartar un eventual cambio en el resultado de haber usado variables técnicas diferentes. La ligadura endoscópica es una técnica universalmente aceptada para el manejo de las várices esofágicas pues ha demostrado la obliteración de los plexos submucosos. También se han usado para tratar otras lesiones como hemorroides y lesiones de Dieulafoy16,17. Cabe suponer un éxito similar en la EVA, pues las alteraciones histológicas y ectasia vascular, se encuentran también en la mucosa y submucosa. En esto se han basado otros autores que ya han reportado casos de terapia exitosa con esta técnica14-18,19. Wells et al publicaron una serie de 22 pacientes con EVA, comparables en cuanto a datos demográ- Rev Med Chile 2012; 140: 364-367 CASOS CLÍNICOS Ligadura endoscópica en ectasia vascular antral - J. Poniachik et al ficos, presentación clínica, requerimientos transfusionales y asociación con hipertensión portal. Trece de ellos fueron tratados con APC, los otros 9 fueron sometidos a ligadura endoscópica. Los resultados indicaron que la terapia con ligadura fue mejor, estadísticamente, para detener el sangrado activo, en aumentar la hemoglobina, para reducir el número de transfusiones requeridas y en la reducción del número de hospitalizaciones. En cuanto a las complicaciones la terapia con APC, si bien es bastante segura, cuenta con reportes de perforaciones y obstrucción al tracto de salida gástrico15. No existen reportes de complicaciones para la ligadura endoscópica de la EVA. La ligadura endoscópica de la EVA lograría una resección de la mucosa y submucosa antral que se encuentra visiblemente afectada13. En el estudio previo, con una sesión con aplicación de 12 ligaduras se logró obtener una mucosa aparentemente sana con mínimas lesiones residuales. Existen otros dos trabajos con casuísticas mucho menores pero con resultados similares a favor de la ligadura endoscópica18,19. Nuestras pacientes fueron tratadas con ligaduras endoscópicas aplicadas desde la región antropilórica hacia proximal. En conclusión, mostramos el caso de dos pacientes cirróticas y portadoras de EVA, de difícil manejo, tratadas en varias oportunidades con APC con malos resultados, que logran controlar las complicaciones luego de aplicar ligaduras endoscópicas planteando idealmente la necesidad de realizar estudios prospectivos, controlados y con un número de pacientes que permitan extrapolar los resultados a la práctica clínica habitual. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. Referencias 1. 2. 3. 4. Novitsky W, Kercher W, Czerniach R, Litwin E. Watermelon stomach: pathophysiology, diagnosis, and management. J Gastrointest Surg 2003; 7 (5): 652-61. Dulai S, Jensen M, Kovacs O, Gralnek M, Jutabha R. Endoscopic treatment outcomes in watermelon stomach patients with and without portal hypertension. Endoscopy 2004; 36 (1): 68-72. Nguyen Connie LE, Hanh Nguyen. Gastric Antral Vascular Ectasia (Watermelon Stomach) - An Enigmatic and OftenOverlooked Cause of Gastrointestinal Bleeding in the Elderly. 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Gastrointest Endosc 2006; 64: 1028-3. 367 CASOS CLÍNICOS Rev Med Chile 2012; 140: 368-372 Linfoma primario cutáneo agresivo epidermotrópico de células T citotóxicas CD8 positivo. Caso clínico H I J K L M H 1 Sección Hematología Hospital del Salvador. Santiago de Chile. 2 Instituto Anatomía Patológica. a Becario de Hematología. Recibido el 23 de diciembre de 2010, aceptado el 18 de octubre de 2011. Correspondencia a: Dra. María Elena Cabrera C. Sección Hematología Hospital de Salvador. Santiago de Chile. Teléfono: 575 3583 E-mail: mecabrera@vtr.net L I L I J N O \ I J L Z I M P Z Q N S X T I U V W R X I J H Z J L I M I X Y S T Z W K [ I L J Q P S L N T W L I I N I H H I I J O J \ N \ Z I P _ J X I S ] ^ S T W ` Primary cutaneous aggressive epidermotropic cytotoxic CD8 positive T cell lymphoma. Report of one case Primary cutaneous aggressive epidermotropic cytotoxic CD8 positive T cell lymphoma, is an uncommon disease, with an aggressive clinical behavior. Differentiation with other types of cutaneous T-cell lymphoma (CTCL) that express a CD8+ cells, is based only on clinical grounds and in certain morphological characteristics, such as a marked epidermotropism with squamous cell necrosis. We report a 50-year-old male presenting with painless cutaneous lesions appearing in trunk, limbs, scalp and face, suggestive of cutaneous lymphoma. He was admitted to the hospital in bad conditions, with confluent papules and tumors, some of them ulcerated and with foul smelling honey-colored crusts, involving the complete body surface. Cutaneous biopsy demonstrated a CD8 positive epidermotropic cytotoxic T cell lymphoma. He was treated with chemotherapy with an excellent initial response, but cutaneous lesions reappeared after four cycles. He did not respond to rescue chemotherapy and died seven months after diagnosis. (Rev Med Chile 2012; 140: 368-372). Key words: Antineoplastic protocols; Epidermis; Primary cutaneous CD8+ lymphoma. a mayoría de los linfomas cutáneos T tienen un fenotipo CD4+ y presentan un curso relativamente indolente. En raros casos se presenta un fenotipo CD8+. Existe un grupo de curso clínico indolente y otro muy agresivo. La clasificación de los linfomas cutáneos primarios publicada el año 2005, fue un consenso entre las clasificaciones de EORTC y WHO y constituyó un ordenamiento necesario para este heterogéneo grupo de enfermedades1. Luego la WHO en su edición 2008 de tumores hematopoyéticos y linfoides, incluyó los linfomas cutáneos primarios, dentro de las neoplasias maduras T y NK2. Hay 3 subtipos de linfoma T periférico primario cutáneo, subtipos raros: linfoma cutáneo primario T gamma-delta, linfoma primario cutáneo epidermotropo T cito- 368 R I tóxico agresivo CD8+ y linfoma cutáneo primario T, CD4+ de células pequeñas/medianas. Las dos últimas consideradas aún entidades provisionales. El linfoma primario cutáneo epidermotropo T citotóxico agresivo CD8+, constituye menos del 1% de los linfomas primarios de la piel, ocurre principalmente en adultos entre los 40 y los 60 años, es 2,2 veces más frecuente en el sexo masculino y no existen factores predisponentes conocidos. En 1999, Berti y cols. describieron 8 de 17 casos de linfomas cutáneos T epidermotropo CD8 positivo, como una entidad diferente3. La presentación clínica es de extrema agresividad, con pápulas generalizadas, nódulos y tumores con ulceración central, progresión a sitios poco frecuentes como pulmón, testículo o sistema nervioso central, sin CASOS CLÍNICOS Linfoma cutáneo epidermotropo T citotóxico agresivo CD8+ - M. Intriago et al compromiso ganglionar y una corta sobrevida, a pesar de quimioterapia sistémica2-5. La sobrevida media es de 32 meses. La histología muestra un infiltrado de células pleomórficas de mediano a gran tamaño, con una epidermis acantótica o atrófica, ampollas intraepidérmicas y necrosis. Hay marcado epidermotropismo. Puede haber invasión y destrucción de anexos cutáneos, al igual que angioinvasión. Las células neoplásicas expresan CD3, CD8, CD45 RA, bF1 y TIA1, y son negativas para CD45RO, CD2, CD4, CD5 y CD7. Las células neoplásicas T muestran reordenamiento clonal del gen que codifica el receptor de células T (TCR). No se asocia con virus Epstein Barr. Se presenta el caso clínico de un paciente con una evolución clínica agresiva característica, que ingresó con lesiones cutáneas generalizadas de rápida instalación, respondió transitoriamente a quimioterapia, con progresión durante tratamiento. hidratación endovenosa generosa, electrolitos, antibióticos y analgésicos incluida morfina. Los exámenes de laboratorio incluyendo hemograma, electrolitos, función hepática y renal, uricemia, LDH y b2-microglobulina fueron normales. Proteína C reactiva 147 mg/L (0,1-8,2) proteinemia total 4,3 g/dL, albúmina 1,7 g/dL, electroforesis de proteínas, leve aumento de alpha 2 y betaglobulinas, y cuantificación de inmunoglobulinas normales. Serología para VHB, VHC, HTLV-1 y VIH fueron negativas. Estudio de citometría de flujo de líquido de las flictenas de la piel mostró linfocitos policlonales. Scanner de cuello, tórax, abdomen y pelvis normales. La biopsia de piel mostró intenso epidermotropismo (Figura 5), Caso clínico Paciente de 50 años, proveniente de Copiapó, con antecedentes de tabaquismo activo (30 paquetes/año). En julio de 2009 presentó lesiones cutáneas, indoloras, inicialmente en extremidad superior derecha, luego en dorso, cara, cuero cabelludo, tronco y extremidades inferiores, por lo que consultó a dermatólogo, quien diagnosticó pitiriasis rubra, recibió prednisona 60 mg/día y retinoides hasta el 10 de septiembre de 2009. Por progresión y agravamiento de su cuadro, se hospitalizó en Copiapó, le realizaron biopsia de piel el 25 de septiembre de 2009 sugerente de linfoma cutáneo El 23 de octubre de 2009, fue trasladado al Hospital del Salvador, para manejo en centro de mayor complejidad. Ingresó en malas condiciones, taquicárdico, afebril, con dolor EVA 8/10, lesiones de la piel constituidas por pápulas y tumores con tendencia a confluir, algunas ulceradas, costras melicéricas con secreción de mal olor, que comprometían toda la superficie corporal, incluido cuero cabelludo, respetando sólo manos, pies, genitales y mucosas (Figuras 1 y 2). Se trasladó a la Unidad de Cuidados Intermedios por la extensión de las lesiones e importante pérdida de la barrera cutánea, riesgo de sepsis, probables alteraciones electrolíticas y necesidad de manejo de paciente crítico, se instaló vía venosa central, requirió Rev Med Chile 2012; 140: 368-372 Figura 1. Lesiones cutáneas del cuello y tórax constituidas por pápulas y tumores con tendencia a confluir, algunos ulceradas, costrosas. Figura 2. Extensas lesiones papulares, tumorales necrosadas y algunas flictenas en antebrazo. 369 CASOS CLÍNICOS Linfoma cutáneo epidermotropo T citotóxico agresivo CD8+ - M. Intriago et al Figura 3. Desaparición de todas las lesiones de la piel del tórax después de 2 ciclos de quimioterapia CHOP. Figura 4. Desaparición de las lesiones del antebrazo después de 2 ciclos de quimioterapia CHOP, dejando pigmentación de la piel. Figura 5. Biopsia de piel con intenso epidermotropismo y abundante infiltrado de linfocitos atípicos en la dermis superior. (HE 250 x, aumento original). Figura 6. Biopsia de piel que muestra infiltración de la dermis por células linfoides grandes (HE 400 x). A B Figura 7. El infiltrado linfoide atípico muestra positividad para CD8 (A, 400 x) y CD30 (B, 400 x). 370 Rev Med Chile 2012; 140: 368-372 CASOS CLÍNICOS Linfoma cutáneo epidermotropo T citotóxico agresivo CD8+ - M. Intriago et al dermis infiltrada en forma difusa por población linfoide atípica de gran tamaño, escaso citoplasma y núcleos grandes irregulares, polilobados, cromatina fina, numerosos nucléolos, elevada tasa mitótica y frecuente apoptosis (Figura 6). El estudio de inmunohistoquímica reveló positividad intensa en células neoplásicas para CD3, CD8 y CD30 (Figura 7) y negatividad para CD56, CD4, CD7 y CD15 y ALK. Conclusión: Linfoma cutáneo T epidermotropo CD8 positivo. El 30 de octubre de 2009 recibió primer ciclo de quimioterapia CHOP (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina, prednisona) con excelente respuesta clínica, disminución importante de las lesiones cutáneas, 1 mes después recibió segundo ciclo de quimioterapia. Evolucionó con neutropenia febril de alto riesgo que requirió manejo en aislamiento protector y antibióticos. Fue dado de alta el 02 de diciembre de 2009 en buenas condiciones y en remisión completa de todas las lesiones cutáneas, apreciándose una piel de aspecto acartonado e hiperpigmentada (Figuras 3 y 4). Completó 4 ciclos CHOP en forma ambulatoria (último, 11 de enero de 2010), Sin embargo, inmediatamente después de 4 ciclos, reaparecieron lesiones papulares, algunas ulceradas, que se generalizaron en 4 semanas, sin llegar a necrosarse, catalogándose como recaída intratratamiento. Se realizó un ciclo de quimioterapia de rescate ESHAP (etopósido, metilprednisolona, cisplatino, citarabina) con breve respuesta, falleciendo el 27 de mayo de 2010, 7 meses después del diagnóstico. tal como está descrito con terapias propias de linfomas cutáneos2,3. Sólo un caso publicado ha tenido una sobrevida menor al nuestro6, aunque la sobrevida media es de 32 meses. Histológicamente, el epidermotropismo es intenso y el tamaño de las células neoplásicas según Berti, puede ser pequeño, mediano o grande. En nuestro caso las células eran de gran tamaño, en concordancia con la agresividad clínica. Diwan e Ivan7, en 2009, hacen una revisión de esta enfermedad, destacando sus características inmunohistoquímicas. La positividad de CD3, CD7 y CD8 son la regla, aunque también las células T pueden expresar CD30, como el caso presentado, al igual que el descrito por Magro et al8. Estos autores sugieren que los casos de linfoma cutáneo epidermotropo citotóxico CD8 positivo que expresan CD30, podrían ser una variante de curso clínico más agresivo. Por otra parte, Yoshizawa y cols9, describieron un caso de curso igualmente agresivo, sobrevida de 7 meses, cuyo fenotipo de las células del linfoma eran CD15 positivo/CD30 negativo, sugiriendo que la expresión de CD15 estaría asociada a agresividad. Sin embargo, nuestro caso tuvo una evolución muy agresiva siendo CD15 negativo. En suma, aún no están completamente definidas las características fenotípicas de este linfoma. El caso clínico descrito constituye un cuadro característico de un linfoma primario cutáneo agresivo epidermotropo CD8+, de muy corta sobrevida, a pesar de respuesta inicial a quimioterapia. Los autores declaran no tener conflictos de intereses. Discusión El caso presentado constituye el primer reporte de un linfoma primario cutáneo agresivo epidermotropo CD8+ en la literatura chilena. Las características clínicas de extrema agresividad llamaron la atención a su ingreso, como un cuadro desconocido. Sin embargo, la revisión de la histopatología y el cuadro clínico, hicieron evidente la concordancia con los casos descritos por Berti et al hace una década3, descrito como cuadro provisional por la clasificación WHO 20082. La refractariedad al tratamiento de esta enfermedad es usual como sucedió en nuestro paciente, incluida la prednisona en dosis altas y quimioterapia de primera y segunda línea. Además fue llamativa la agravación del cuadro con el uso de retinoides, Rev Med Chile 2012; 140: 368-372 Referencias 1. 2. 3. 4. Willenze R, Jaffe ES, Burg G, Cerroni L, Berti E, Swerdlow SH, et al. WHO-EORTC classification for cutaneous lymphomas. Blood 2005; 105: 3768-85. Swerdlow SH, Campo E, Harris NL, Jaffe ES, Pileri SA, Stein H, et al. WHO Classification of Tumours of Haematopietic and Lymphoid Tissues. International Agency for Research on Cancer. Lyon 2008. 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Over expression of EL reduces high density lipoprotein (HDL) cholesterol and phospholipids, in vivo and in vitro. Inhibition of the enzyme achieves the opposite effects. The synthesis of the enzyme is regulated by interleukin 1 and tumor necrosis factor α. These inflammatory cytokines play a role in diabetes and vascular disease. An increase in vascular mechanical forces, that play a role in atherogenesis, also increase the synthesis of EL. There is expression of EL in endothelial cells, macrophages and muscle cells of atherosclerotic lesions of coronary arteries of humans. This evidence leads to the suspicion that EL plays a role in atherogenesis. There are also higher plasma levels of EL in subjects with type 2 diabetes, who are especially susceptible to the development of vascular lesions. Therefore the inhibition of EL could play an important role in HDL metabolism and could be a new therapeutic strategy for the prevention of atherosclerosis. (Rev Med Chile 2012; 140: 373-378). Key words: Atherosclerosis; Cytokines; Lipase. L as lipasas son un conjunto de enzimas hidrosolubles que hidrolizan sustratos como los triglicéridos y fosfolípidos, tienen una estructura similar y son fundamentales en el metabolismo de las lipoproteínas y los lípidos. Esta familia está compuesto por la la lipasa pancreática, la lipasa hepática (LH) y la lipasa lipoproteica (LPL)1. En el año 1999 dos grupos describieron, en forma simultánea, un cuarto miembro de esta familia, la lipasa endotelial (LE). Esta nueva enzima se ha relacionado con el proceso de aterogénesis, principalmente por su participación en la modulación de las concentraciones plasmática de colesterol HDL (c-HDL)2,3. LPL y LH son los miembros de la familia de las lipasas mejor caracterizados en la literatura. LPL es sintetizada principalmente por adipocitos, células de músculo esquelético y micardio, mientras que LH es sintetizada por los hepatocitos. Tanto LPL como LH participan en la regulación de los niveles 1 Departamento de Nutrición, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. 2 Departamento de Nutrición, Diabetes y Metabolismo, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile. Recibido el 28 de abril de 2010, aceptado el 26 de julio de 2011. Correspondencia a: Dra. Camila Pierart Zambrano Departamento de Nutrición, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Independencia 1127, Independencia, Santiago. Teléfono: 9786844 E-mail: cpierart@med. uchile.cl plasmáticos de colesterol y triglicéridos. LPL actúa principalmente sobre triglicéridos hidrolizando lipoproteínas ricas en triglicéridos, mientras que LH tiene actividad sobre triglicéridos y fosfolopidos, hidrolizando LDL y HDL, principalmente las pequeñas con mayor contenido de triglicéridos. Lipasa endotelial: estructura y síntesis LE es una enzima de 482 aminoácidos que se identificó inicialmente en cultivo de células endoteliales de cordón umbilical humano (HUVEC) y en líneas celulares de macrófagos humanos THP-1 expuestos a LDL oxidadas2,3. Esta enzima muestra una secuencia similar a LPL (44%) y LH (41%), conservando la secuencia inicial de la señal secretora y el residuo de cisteína implicado en la unión de puentes disulfuro necesarios para la actividad enzimática4. La principal diferencia estructural de LE con respecto a los otros miembros de la familia de las lipasas se encuentra 373 ARTÍCULO DE REVISIÓN Rol de lipasa endotelial en aterogénesis - C. Pierart et al en el sitio de unión a sustratos2,5, formado por 19 residuos aminoacídicos, que corresponde a la región de la proteína que otorga la especificidad de sustrato a la enzima determinando una actividad principalmente sobre fosfolípidos, con un efecto menor sobre triglicéridos2,6. Esta característica estructural permite dieferciar el sustrato objetivo en relación a LPL, cuyo sustrato primario son los triglicéridos de los quilomicrones y de las VLDL, y LH que hidroliza triglicéridos y fosfolípidos de prácticamente todas las lipoproteínas, en una proporción similar7. Estudios experimentales han detectado abundante ARN mensajero (ARNm) de LE en células HUVEC y células endoteliales humana de arteria coronaria (HCAEC)2. Ensayos de Northern-blot en múltiples tejidos humanos han permitido identificar altos niveles del ARNm de LE en pulmón, hígado, riñón y placenta, que tienen baja expresión de LPL, mientras que no se ha detectado en corazón y músculo esquelético, que expresan abundante LPL2. Esta característica es la que le otorga el nombre a la enzima, ya que es sintetizada por las células endoteliales en diferentes tejidos, a diferencia de otras enzimas de esta familia, que actúan en la superficie del endotelio vascular pero son sintetizadas por otros tipos celulares7. En la Tabla 1 se presenta un resumen de las características de LE y la comparación con LPL y LH. Como se mencionó anteriormente, LE tiene una actividad principalmente de fosfolipasa. Debido a su similitud estructural con las otras lipasas y su actividad de fosfolipasa, se ha propuesto que LE participaría en la hidrólisis de fosfolípidos de las HDL y en la modulación del metabolismo de las HDL in vivo2,8. Estudios en animales, que utilizaron un adenovirus recombinante que contiene ADN de LE humana (AdhLE), demostraron que la sobreex- presión hepática de LE produce una reducción significativa de los niveles plasmáticos de c-HDL2,9. Al inyectar el AdhEL a un ratón transgénico para Apo A-I (que tiene niveles plasmáticos muy altos de c-HDL y apo A-1), también se obtuvo una reducción del c-HDL y de apo A-I2. Un estudio realizado en ratones transgénicos que sobreexpresan la enzima (LE+/+) reportó una disminución de 19% en los niveles de c-HDL, mientras que en ratones deficientes en LE (LE-/-) se encontró un aumento de 25-57% en los del mismo10, apoAI y apoE11. Otro estudio que utilizó un anticuerpo antiLE en ratones, observó un aumento de 25-60% en los niveles de c-HDL12. Estos datos apoyan la hipótesis del importante papel que tendría LE en la regulación de los niveles plasmáticos de c-HDL. En humanos, se han identificado variantes genéticas de LE en personas con c-HDL elevado11,13,14,15. En un estudio de 372 personas portadoras de un polimorfismo que determina la reducción de la actividad enzimática, se encontró que los homocigotos para esta mutación tienen un colesterol HDL 14% mayor que aquellos sujetos que no presentaron la mutación o que resultaron heterocigotos para la misma11. Otro estudio realizado en niños sanos en edad escolar, mostró que la presencia de distintos polimorfismos en el gen de LE se asocia a variaciones en los niveles plasmáticos de c-HDL, lo que sugiere que las alteraciones genéticas de esta enzima podrían ser una de las determinantes en las variaciones del c-HDL14. El mecanismo por el cual LE modularía la concentración de c-HDL permanece poco claro. Estudios in vitro han demostrado que LE actuaría remodelando las partículas de HDL, transformándolas en estructuras más pequeñas por pérdida de fosfolípidos, sin que exista disociación de apo A-I16, lo que la diferencia de LH, que produce una disociación de la apoproteína teniendo esta Tabla 1. Lipasa endotelial: función y su relación con las HDL LE LPL LH Actividad lipasa FL > TG TG >>> FL TG > FL Sustrato principal HDL Lipoproteínas ricas en TG Lipoproteínas ricas en TG, HDL, LDL Efectos de inflamación sobre la enzima Aumenta Disminuye Disminuye Lugar de síntesis Célula endotelial Adipocitos, células musculares Hepatocito FL: fosfolípidos, TG: triglicéridos, HDL: lipoproteínas de alta densidad, LDL: lipoproteínas de baja densidad. 374 Rev Med Chile 2012; 140: 373-378 ARTÍCULO DE REVISIÓN Rol de lipasa endotelial en aterogénesis - C. Pierart et al última la capacidad de formar nuevas HDL y aceptar colesterol no esterificado y fosfolípidos desde las células periféricas regresando al ciclo del transporte reverso del colesterol17,18. También se ha observado que las modificaciones producidas por LE sobre las HDL altera la composición química y física de estas últimas, resultando en una disminución en la capacidad de SR-BI de captarlas y en una disminución del flujo de colesterol SR-BI dependiente19. Estudios in vitro6 y en modelos animales2,20 sugieren que esta enzima participaría también en la hidrólisis de las partículas lipoproteicas que contienen apoB. La inyección de un AdhLE en un ratón con déficit del receptor de LDL (que tiene aproximadamente 70% del colesterol en las VLDL/ LDL y 30% en las HDL) redujo tanto los niveles de c-HDL como de VLDL/LDL, pero el efecto sobre estas últimas fue proporcionalmente menor2. No obstante, existe otro estudio en el no se encontró diferencia ni en el número ni en el tamaño de las partículas de LDL en ratones deficientes en LE21, por lo que se necesitan más estudios que permitan llegar a una conclusión en relación a este punto. En resúmen, los datos aportados por la literatura permiten concluir que LE participa de manera relevante en la modulación de la concentración y metabolismo del colesterol HDL en animales, y que sería un factor importante en la regulación de la concentración plasmática de c-HDL en humanos. Factores que modulan la actividad de LE Estudios realizados en cultivos de células HUVEC y HCAEC han reportado un incremento de 4 veces en los niveles de ARNm de LE en respuesta a la estimulación con IL-1β o TNFα, mediado probablemente por activación del factor nuclear kB (NFkB)22,23. Por otra parte, en estos mismos tipos celulares, el efecto de fuerzas físicas, como el estrés por presión, produjo un aumento de 2 a 3 veces en la expresión de ARNm de LE23. Estos datos sugieren que la expresión de LE en células endoteliales es regulada por citoquinas inflamatorias y estímulos físicos, lo que permite centrar la actividad enzimática durante procesos que cursan con algún grado de inflamación y que presentan niveles disminuidos de c-HDL, como la diabetes y la enfermedad cardiovascular. Por otro lado, se han investigado factores Rev Med Chile 2012; 140: 373-378 que regulen en forma negativa la expresión de la enzima. Entre estos factores destaca el papel de la actividad física, la que ha demostrado disminuir la actividad enzimática24,25 lo que permitiría plantearlo como un mecanismo por el cual el ejercicio causa un aumento en los niveles de cHDL plasmático. La suplementación con aceite de pescado (rico en ácidos grasos poliinsaturados EPA y DHA) disminuye la actividad de LPL y LH y, probablemente, también la de LE, a través de la inhibición de la producción de IL-6 y TNFα26, actuando como reguladores endógenos de las citoquinas proinflamatorias27. En presencia de concentraciones adecuadas de EPA/DHA en la célula endotelial, la actividad de la enzima debería disminuir, lo que provocaría un aumento en la concentración de colesterol HDL28. Estudios clínicos con estatinas han demostrado que estos fármacos producen un aumento de 3-15% en lo niveles de colesterol HDL y apoA-I29-32, pero existe poca información sobre los mecanismos involucrados en este proceso. Se ha postulado que las estatinas participarían en la modulación de la producción, remodelación y catabolismo periférico de las partículas de HDL33. Por otra parte, existe evidencia de un efecto directo de las estatinas en la inhibición de CEPT34. En un estudio realizado en células HUVEC expuestas a Pitavastatina se observó una supresión en la expresión de LE por efecto del fármaco, lo que posteriormente fue confirmado en un estudio en realizado en modelo animal de ratones35. Otro estudio en cultivo de macrófagos THP-1 estimulados con Atorvastatina, demostró una disminución de la expresión de LE mediado por una reducción de la activación de NF-kB36. Estos datos aportan un nuevo mecanismo, a través de la modulación de LE como efecto del fármaco, que contribuya a explicar como las estatinas producirían un aumento en el colesterol HDL. Papel de LE en distintas patologías: enfásis en enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2 Existe una serie de patologías que se caracterizan por presentar algún grado de inflamación sistémica, entre las que destacan la obesidad, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, hipertensión arteral, dislipidemia y la enfermedad 375 ARTÍCULO DE REVISIÓN Rol de lipasa endotelial en aterogénesis - C. Pierart et al cardiovascular37-40. En todas estas condiciones es posible encontrar niveles plasmáticos elevados de marcadores inflamatorios, tales como PCR, IL-6 y TNFα, además de una reducción de la concentración plasmática de colesterol HDL39. Tal como se ha mencionada anteriormente, estudios in vitro han demostrado que altos niveles de TNFα e IL1β estimulan la expresión de LE en forma dosis dependiente23. Estudios tanto in vivo como in vitro han sugerido que la LE sería un factor adicional en el proceso de aterosclerosis. La sobreexpresión de LE en células endoteliales promueve la adhesión de monocitos a la pared vascular a través de la interacción con los proteoglicanos41. Un estudio realizado en ratones deficientes en apo-E sugiere que esta enzima puede modular la aterosclerosis a través de un efecto local a nivel de la pared vascular, reclutando monocitos y aumentando la captación de colesterol42. Otro estudio en modelo de ratas hipertensas demostró un aumento de la expresión de LE, sugiriendo que esta enzima tendría algún papel en la patología vascular de esta enfermedad43. Por último, se ha detectado la presencia de LE en endotelio de arterias coronarias humanas sanas, y altos niveles de la enzima en arterias coronarias con placas ateroscleróticas avanzadas44,45. Sin embargo, Jensen et al no reportaron asociación entre la presencia de una variante genética que inactiva a LE en un grupo de hombres y mujeres caucásicos sanos y los niveles plasmáticos de lípidos o el riesgo de enfermedad coronaria46. Hasta el momento existen escasos estudios en humanos que relacionen LE con alguna patología. En 858 individuos con sobrepeso y antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, se demostró que la concentración plasmática de LE se asocia positivamente con todos los criterios diagnósticos del síndrome metabólico determinados por el NCEP ATP III, y con ateroesclerosis subclínica, medida por el grosor de la media miointimal. Este es el primer estudio que demostró la existencia de una relación negativa entre los niveles plasmáticos de LE y la concentración de c-HDL en humanos, concluyendo que LE actuaría como factor proaterogénico en personas con sobrepeso y síndrome metabólico47. También se ha investigado la asociación que existe entre el tejido adiposo visceral, medido por tomografía axial computada, y la concentración plasmática de LE. En este estudio se observó una 376 correlación positiva entre la cantidad de grasa visceral y los niveles de LE, probablemente, secundario a otras alteraciones metabólicas asociadas a esta condición48. Finalmente, se ha demostrado que en humanos existe una correlación directa entre marcadores proinflamatorios (PCRus, IL-6, entre otros) y concentraciones plasmáticas de LE, lo que apoya la hipótesis de que la enzima se encuentra sobre regulada en condiciones de inflamación49,50. En un estudio realizado por nuestro grupo en cultivos de células HUVEC estimuladas con distintas concentraciones de glucosa, se observó un bajo nivel basal de LE detectable en la condición control, mientras que al aumentar la concentración de glucosa extracelular los niveles relativos fueron en aumento en forma proporcional, encontrándose una correlación positiva entre la glucosa extracelular y los niveles de LE51. En seres humanos, Shiu et al. mostraron un aumento en la concentración sérica de LE en 237 sujetos con DM2 en comparación con sujetos controles52, lo que hemos comprobado en un estudio piloto realizado por nuestro grupo51. En conclusión, LE es una enzima que ha adquirido una importancia creciente en la literatura científica principalmente por su acción en la modulación de la concentración plasmática del c-HDL, permitiendo establecer un nuevo foco de interés para el control, prevención y tratamiento de la enfermedad cardiovascular. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. Wong H, Schotz M. The lipase gene family. J Lipid Res 2002; 43: 993-9. Jaye M, Lynch KJ, Krawiec J, Marchadier D, Maugeais C, Doan K, et al. A novel endothelial derived lipase that modulates HDL metabolism. Nature genetics 1999; 21: 424-8. Hirata K, Dichek H, Cioffi J, Choi S, Leeper N, Quintana L, et al. Cloning a unique lipase from endothelial cells extends the lipase gene family. J Biol Chem 1999; 274: 1470-5. 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Rev Med Chile 2012; 140: 373-378 ARTÍCULO DE REVISIÓN Rev Med Chile 2012; 140: 379-385 Descomponiendo el síndrome de déficit atencional en el adulto: hacia un entendimiento de su heterogeneidad pronóstica s s t u v w z s w v v s y x x y x y | s z s { w | s x t } s ~ z v w v { v s s | z s w s v y v y w t t s v w z v { w s s x ~ s y Prognostic heterogeneity of attention deficit/hyperactivity disorder in adults Attention Deficit/Hyperactivity Disorder (ADHD) is a clinical syndrome characterized by an onset in early life. More than 65% of patients persist with manifestations of ADHD in adulthood. These symptoms may interfere in activities of daily-living, interpersonal relationships and professional and academic achievement. Nevertheless, the observation of an important group of adults with ADHD who do not show significant difficulties in the areas mentioned before puts into evidence the prognostic heterogeneity of this disorder. One of the current, most accepted explanations is the Double-Pathway Model: two double-dissociated deficits (Executive Disorders and Delayed-Reward Processing impairments) are involved in the genesis of ADHD, which explains the existence of different behavioral phenotypes. Moreover, personality traits like tenacity or perseverance are associated with higher levels of achievement in adults. On these grounds, we propose the hypothesis that the neurobiological correlate of tenacity/perseverance is a preserved Delayed-Reward Processing capacity, although further studies are needed to verify this idea. (Rev Med Chile 2012; 140: 379-385). Key words: Achievement; Adult; Deficit Disorder with Hyperactivity; Executive Function. E l trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) corresponde a un síndrome clínico, caracterizado por un patrón persistente de desatención y/o hiperactividadimpulsividad de inicio en la infancia, que genera dificultades en más de un ámbito de la vida del sujeto que lo padece. Se ha descrito la persistencia de sintomatología en etapas posteriores del ciclo vital en hasta 65% de los casos1, estimándose una prevalencia global de 5,29% (IC 95% = 5,015,56)2. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV)3, a diferencia de la Clasificación Internacional de Enfermedades 1 Departamento de Farmacología, Instituto de Ciencias Biomédicas y Departamento de Ciencias Neurológicas. Facultad de Medicina, Universidad de Chile. 2 Unidad de Neurología Cognitiva y Demencias. Servicio de Neurología, Hospital del Salvador. Santiago, Chile. 3 Unidad de Neurología, Clínica Alemana. 4 Centro de Investigación Avanzada en Educación. Universidad de Chile. 5 Departamento de Salud Mental y Psiquiatría. Universidad de La Frontera. 6 Unidad de Neurología, Clínica Las Condes. 7 Laboratory of Computer Sciences, Massachusetts General Hospital, Harvard University y Hospital San Juan de Dios, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. a Psicólogo (a). Financiamiento: PIA-CONICYT Proyecto CIE-05 Centro de Investigación Avanzada en Educación Chile. Comentario: Este trabajo está basado en un artículo de divulgación de la Revista C y A. Recibido el 29 de diciembre de 2010, aceptado el 15 de septiembre de 2011. Correspondencia a: Andrea Slachevsky Chonchol Centro de Investigación Avanzada en Educación. Universidad de Chile. Periodista José Carrasco Tapia Nº 75 Santiago. Fono: 56-2-9977557 Fax: 56-2-5754021 E-mail: aslachevsky@me.com (CIE-10)4, describe tres subtipos: 1) predominantemente desatento; 2) predominantemente hiperactivo-impulsivo y 3) subtipo mixto. Se ha planteado que esta última distinción no tendría correlación etiológica ni pronóstica significativa, siendo de utilidad clínica cuestionable, especialmente en el caso de los adultos5. Los síntomas del TDAH pueden afectar varias dimensiones de la vida del paciente, interfiriendo en sus actividades diarias, relaciones interpersonales y en el desempeño académico y profesional. El TDAH se asocia a una disminución de la productividad laboral que se traduce en un costo anual 379 ARTÍCULO DE REVISIÓN Síndrome de déficit atencional en el adulto - A. Slachevsky et al estimado entre 67 a 116 billones de dólares en Estados Unidos de Norteamérica6. Un interesante aspecto de esta enfermedad, es la existencia de una gran variabilidad en el impacto del TDAH en las actividades de la vida diaria y en el desempeño laboral7. Un grupo significativo de adultos con TDAH logran excelentes resultados en tales actividades. ¿Por qué esta heterogeneidad? ¿Podemos explicarla exclusivamente por la intensidad de los síntomas, la presencia o ausencia de comorbilidad, o el grado de respuesta a los tratamientos? Ciertamente todos estos aspectos inciden, pero esta variabilidad podría estar además relacionada con diferencias en los mecanismos neurobiológicos y la expresión conductual del propio TDAH. En el presente artículo se aborda la heterogeneidad del TDAH y se sugiere una posible explicación para ella. La perspectiva adoptada se basa en los mecanismos que intervienen en el logro de un comportamiento adaptado y los conocimientos sobre la neurobiología del TDAH. Primero se discutirán los mecanismos cognitivos que intervienen en el logro de una conducta adaptada. Luego, se revisarán los trastornos cognitivos de pacientes afectos de TDAH. Finalmente, se propondrá una hipótesis que puede contribuir a explicar parte de la variabilidad observada en el TDAH. Entender la heterogeneidad del TDAH contribuye a una mejor evaluación clínica de los pacientes, a precisar su impacto y diseñar estrategias terapéuticas más efectivas8. Conducta adaptada y cognición Una de las características de la especie humana es su capacidad de representar las vivencias propias como un continuo en el tiempo, desde el pasado y proyectada hacia el futuro. Esa representación estaría posibilitada por la cronoestesia, un tipo de conciencia que permite experimentar el tiempo subjetivo en el que se vive. El ser humano “viaja mentalmente hacia el pasado y también al futuro”9. La capacidad de representar el futuro explicaría por qué los actos y conductas frecuentemente están dirigidos al logro de objetivos distantes del presente10. Incluso, podemos fijarnos objetivos imaginarios no relacionados directamente con las necesidades y situación actual11. De este modo una persona es capaz de despreciar recompensas inmediatas, emprendiendo acciones que significan un costo en el presente en pos de 380 esos objetivos futuros. ¿Qué procesos cognitivos intervienen en la realización de esas acciones y en la postergación de la recompensa?. El estudio de pacientes con lesiones cerebrales permite develar los mecanismos cognitivos que hacen posibles los comportamientos adaptados. Desde la publicación de Harlow sobre Phineas Gage en 1868, se han reportado numerosos pacientes con trastornos de la adaptación del comportamiento asociada a lesiones del córtex prefrontal (CPF)12. En un grupo de pacientes predominan los cambios de la “personalidad” (impulsividad y pérdida de la iniciativa o motivación) y en otro, de la cognición. En este tipo de afecciones se observa una pérdida del pensamiento abstracto y una incapacidad de planificar y modular una secuencia de acciones considerando las consecuencias futuras de éstas13,14. Tales pacientes presentan también una pérdida de sus “capacidades críticas”, es decir, no evalúan su comportamiento ni que tan oportunas son sus acciones. Asimismo, su temporalidad parece limitarse al presente y actuarían en una realidad restringida que no incorpora el contexto15. Los elementos anteriores sugieren que estos pacientes estarían en parte desprovistos de cronoestesia, no pudiendo acceder a una representación de sus existencias como un continuo en el tiempo y usar esa información para seleccionar acciones e inhibir respuestas inapropiadas16. Las capacidades cognitivas que más intervienen en la adaptación del comportamiento son la planificación, la capacidad de inhibición, el control de interferencias, la resolución de problemas y el razonamiento17. La selección de una acción adecuada a un contexto depende también de componentes emocionales tales como una adecuada motivación, capacidad de tomar decisiones y el procesamiento de las recompensas. Para lograr objetivos y planes de alto nivel, los seres humanos sanos son capaces de controlar deliberadamente el deseo de recompensas inmediatas en pos de recompensas diferidas18. En síntesis, la adaptación del comportamiento dependería, entre otros, de dos aspectos esenciales: la capacidad de planificar y la capacidad de diferir las recompensas. ¿Quid del TDAH? Se ha propuesto que no existe un único déficit que explique el TDAH, sino que, por el contrario, diferentes trastornos originarían sendos subtipos Rev Med Chile 2012; 140: 379-385 ARTÍCULO DE REVISIÓN Síndrome de déficit atencional en el adulto - A. Slachevsky et al de TDAH: uno en el que predominarían los trastornos cognitivos y otro en el que predominaría un trastorno de la motivación y del procesamiento de la recompensa19. TDAH y funciones ejecutivas Los pacientes con TDAH suelen rendir mal en tareas que evalúan las funciones ejecutivas (FE), entendidas como el conjunto de capacidades mentales necesarias para la generación de una secuencia conductual coherente en relación al logro de objetivos predeterminados, asegurando la adaptación del comportamiento a contextos físicos y sociales cambiantes20. Los trastornos de estos pacientes se evidencian en tests que evalúan la inhibición de respuestas no pertinentes, la planificación y la memoria de trabajo. Meta-análisis sobre rendimientos de pacientes con TDAH en tests de FE muestran un rendimiento disminuido a nivel de grupo en comparación con sujetos controles21. Sin embargo, el estudio de trastornos a nivel individual (porcentaje de sujetos con rendimientos disminuidos en los tests) revela que sólo 30 a 50% de los sujetos rinden mal en éstos. Más aún, sólo existe una correlación débil entre la intensidad de los trastornos en los tests de FE y la intensidad de los síntomas de TDAH22. La normalidad en el desempeño de los sujetos con TDAH en estas tareas se ha atribuido, a lo menos, a dos posibles causas: i) la baja sensibilidad de los tests para evaluar las disfunciones ejecutivas y ii) la existencia de diferentes subtipos de TDAH. Discutiremos a continuación estas dos posibles explicaciones. Los tests de evaluación de las FE generalmente utilizados en las evaluaciones neuropsicológicas no siempre reflejan los déficits experimentados por los sujetos21,23. En la situación de evaluación se utilizan herramientas altamente estructuradas por el examinador y se entregan numerosas claves ambientales externas, restringiendo el rango de posibles acciones para el sujeto, a diferencia de lo que ocurre en la vida cotidiana, en donde los sujetos se enfrentan a un ambiente en continuo cambio, que requiere priorizar entre múltiples estímulos, seleccionar entre diferentes acciones y monitorear claves ambiguas, en ausencia de reglas que especifiquen cómo llevar a cabo una actividad dada24. La discrepancia entre el bajo rendimiento observado en tareas de la vida real y un alto rendimiento en los tests neuropsicológicos Rev Med Chile 2012; 140: 379-385 se explicaría por las diferentes demandas ejecutivas de ambas situaciones25,26. Otra posibilidad es que, más allá de culpar a los métodos de evaluación y pensar que estos buenos resultados corresponden a falsos negativos, efectivamente existan pacientes con TDAH sin trastornos de las FE. En otras palabras, la presencia de disfunción ejecutiva no sería necesaria ni suficiente para explicar todos los casos con TDAH27,28. Varios argumentos apoyan esta hipótesis: i) los trastornos de FE en el TDAH se han asociado a la presencia de comorbilidad y no al TDAH propiamente tal29; ii) los tests de FE no siempre diferencian a los pacientes con TDAH de los pacientes con otros trastornos psiquiátricos, como trastornos conductuales, trastorno oposicionista-desafiante, autismo de alto nivel y trastornos de lectura30; iii) tampoco diferencian entre subtipos clínicos de TDAH30; y iv) una alta proporción de hermanos asintomáticos de pacientes con TDAH tienen desempeños disminuidos en tests de FE31. Estos resultados conducen a cuestionarse el rol de los trastornos de las FE en la generación de los síntomas del TDAH27,32. Algunos estudios sugieren que los trastornos de las FE en el TDAH, se explicarían por dificultades en el procesamiento del lenguaje y de lectura de los pacientes con TDAH33-35. Finalmente, los pacientes con TDAH también presentan rendimientos disminuidos en otros dominios cognitivos como la atención (disminución de la velocidad de procesamiento de la información y mayor variabilidad en los tiempos de respuestas en diferentes tipos de tareas). Por lo tanto, esto último reafirma la idea acá sostenida: los trastornos de las FE, por sí solos, no son suficientes para explicar la génesis del TDAH36. Entonces, ¿Cómo podemos interpretar estos estudios? ¿Existe otro déficit central que explique el TDAH, o es posible reconocer diferentes subtipos de TDAH de acuerdo a los diferentes déficits asociados? Esta última es la hipótesis propuesta por Sonuga-Barke y colaboradores36. Indudablemente, un grupo importante de pacientes con TDAH presenta trastornos de las FE, pero también es posible observar la presencia de déficits de distinto tipo, tales como los trastornos en el procesamiento de las recompensas diferidas. TDAH y el procesamiento de las recompensas Junto con los déficits de la esfera cognitiva anteriormente mencionados, cuya manifestación conductual sería presumiblemente fija o estática, se 381 ARTÍCULO DE REVISIÓN Síndrome de déficit atencional en el adulto - A. Slachevsky et al ha observado la existencia de un subtipo de TDAH cuya expresión conductual (tanto en términos cuantitativos como cualitativos), sería dinámica; es decir, dependiente del momento y situación particular en la cual un individuo se encuentra37 y posiblemente asociada a trastornos en la esfera motivacional38,39. Uno de los fenómenos de este tipo mejor descritos corresponde a la aversión a la espera (AE), que conduce a preferir acciones con una recompensa inmediata, en desmedro de otras que otorgan un beneficio mayor, pero sólo a largo plazo40,41. La AE se ha asociado a: 1) la presencia de un afecto negativo en relación a la espera; 2) a un descuento intertemporal (DIT) aumentado (caracterizado por una mayor pérdida del valor subjetivo de una recompensa en relación al tiempo que se debe esperar por ella, en comparación a sujetos controles de similar edad y nivel educacional) y 3) impulsividad en la búsqueda de recompensas inmediatas42,43. La AE se ha explicado como un trastorno en el procesamiento de recompensas. Mediante neuroimagen funcional, se ha observado que adultos con TDAH presentan, durante la realización de tareas con recompensas inmediatas y diferidas, una hipoactivación en el sistema estriado-ventral (circuito cerebral implicado en la representación de las recompensas). El grado de hipoactivación se correlacionó de forma directa con los síntomas de hiperactividad e impulsividad44. Desde otra perspectiva, se ha propuesto que el menor efecto que ejercerían las recompensas diferidas en la modificación de la conducta, puede ser explicado por una alteración en la representación cerebral de la contingencia entre las acciones posibles en el presente y la utilidad asociada a las consecuencias futuras de cada una de ellas. Esto último daría lugar a que aumentos en los tiempos de espera provoquen un mayor descuento en la representación de la utilidad esperada asociada a las recompensas diferidas45. Para estudiar la AE y la sensibilidad a las recompensas normalmente se utilizan tareas de toma de decisión con premios en dinero o en especies de relativa baja cuantía y horizontes temporales de minutos u horas. Estas tareas han demostrado ser de gran utilidad en población infantil, pero de baja sensibilidad para adolescentes y adultos46. Esto último se podría explicar por la significativa variación del valor subjetivo del tiempo entre niños y adultos y de la utilidad asociada a los 382 distintos tipos de recompensas. En particular, la valoración de recompensas pequeñas muestra una correlación negativa con la edad, y lo contrario sucede con respecto a los tiempos de espera47,48. Sin embargo, a pesar de estas dificultades metodológicas, estudios experimentales han mostrado la existencia de una AE y un trastorno en el procesamiento de la recompensa con tareas similares a las descritas en adultos con TDAH43. Para facilitar la evaluación de la AE y trastornos en el DIT, Clare y colaboradores han desarrollado un cuestionario auto-administrado que mostró propiedades psicométricas adecuadas en un primer estudio46. ¿Existen subtipos de TDAH? La doble disociación En múltiples estudios se ha encontrado una doble disociación entre déficits en las capacidades inhibitorias, que son un reflejo de disfunción ejecutiva, y la capacidad de esperar por recompensas diferidas de mayor magnitud40,42,49. Esto hace suponer que los déficits ejecutivos y los déficits del procesamiento de las recompensas diferidas (del tipo AE) no serían excluyentes entre sí. De hecho, esta heterogeneidad neuropsicológica del TDAH se apoya en la observación reiterada, en diversos estudios, de cuatro subpoblaciones distinguibles: 1) TDAH con predominio disejecutivo; 2) TDAH con predominio AE; 3) TDAH con ambas disfunciones y 4) un grupo minoritario en que no es posible distinguir ninguna de las alteraciones anteriores28,38,42,50. La existencia de este último grupo aún no ha sido explicada, lo que deja abierta la posibilidad de que trastornos neurobiológicos adicionales estén implicados en el origen del TDAH37. De hecho, recientemente se ha descrito en pacientes con TDAH que la representación cerebral de intervalos de tiempo podría constituir un tercer trastorno que podría explicar los trastornos atencionales en estos pacientes36,51. Por otro lado, tanto desde la perspectiva biológica como del neurodesarrollo, es plausible la existencia de sinergia entre factores de origen motivacional y otros de origen cognitivo. Se piensa que, durante el desarrollo evolutivo, trastornos del tipo AE podrían crear condiciones desfavorables para la maduración de las funciones ejecutivas, dado que la presencia de este estilo motivacional limitaría las oportunidades para que un niño consolide las habilidades ejecutivas necesarias para llevar a cabo tareas prolongadas de manera exitosa28. Aparentemente, la clasificación neurobiológica Rev Med Chile 2012; 140: 379-385 ARTÍCULO DE REVISIÓN Síndrome de déficit atencional en el adulto - A. Slachevsky et al aquí propuesta no tendría correlación respecto de los subtipos Inatento, Hiperactivo/Impulsivo y Mixto propuestos en el DSM-IV. 3. Conclusiones ¿Por qué algunos pacientes con TDAH tienen historias de fracasos repetidos y otros no? Goethe reflexiona acerca de la importancia de mantenerse en una conducta y de perseverar en ella: “El genio, ese poder que deslumbra a los ojos humanos, no es a menudo otra cosa que perseverancia bien disfrazada.” El logro académico se ha relacionado con la capacidad de perseverar y la motivación para cumplir objetivos a largo plazo38,52-54. El ser capaz de cumplir una meta futura usualmente requiere mantenerse en actividades rutinarias que no conllevan recompensas inmediatas y que, por el contrario, pueden significar sacrificios importantes en el presente. Esto último sugiere que la perseverancia puede ser un factor tanto o más relevante que la capacidad de planificación por sí sola. En este contexto, es plausible postular al adecuado procesamiento de las recompensas diferidas como el correlato neurobiológico de la perseverancia. Así, la hipótesis de trabajo aquí presentada es que, si bien los pacientes con TDAH y trastornos de las FE presentan dificultades en las actividades de la vida diaria, el subtipo de pacientes con trastornos del procesamiento de las recompensas tendría una incapacidad mayor y no lograrían realizar acciones en pos de metas futuras. En otras palabras, privilegiarían acciones que se traducen en una recompensa inmediata. (No obstante, esta hipótesis requiere ser verificada a través de nuevos estudios). La pregunta por la relación entre TDAH, FE, procesamiento de las recompensas y los mecanismos generativos del comportamiento adaptado puede conducir a un novedoso entendimiento del TDAH. Asimismo, podría reflejarse en nuevas herramientas para su diagnóstico precoz y el diseño de estrategias terapéuticas más efectivas. Referencias 1. 2. 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(Rev Med Chile 2012; 140: 386-389). Key words: Forensic medicine; Legislation; Wounds and injuries. L a confección de un buen informe de lesiones, esto es, aquel que cumple determinados estándares, es de vital importancia para la víctima. La relación médico paciente, más allá de su ámbito ético –humano– profesional; implica –observado a la distancia– un procedimiento que consiste en la anamnesis, examen físico, procesamiento y análisis de la información, detección de un problema de salud o bien de un diagnóstico y un plan a seguir. Específicamente en el caso de la atención de un paciente lesionado, además de seguir dicho procedimiento para brindar un tratamiento que atienda a las necesidades clínicas del paciente, también deberá confeccionarse un informe médico de lesiones; el que para su elaboración seguirá básicamente el mismo proceso, sólo con unas pequeñas variaciones, las cuales responden al objetivo del informe. Importancia del informe médico de lesiones La preparación del informe es un acto médico no delegable, el cual ajustado estrictamente a la ética, implica una responsabilidad profesional relevante; siendo aquel, ejecutado por un médico general o especialista. La información allí registrada es utilizada en la investigación de delitos de lesiones dirigidas por los Fiscales. El Código Procesal Penal -en su artículo 198- solicita la confección de un informe de lesiones y la ley 386 prescribe la posibilidad de citar a un juicio oral en calidad de testigo experto al profesional que lo haya confeccionado, con el propósito que dé testimonio aquel de manera directa, explicando –en lo posible– desde un punto de vista profesional, lo registrado. Durante la investigación de un delito, puede ser necesario un peritaje de lesiones, el que es elaborado por un médico forense y utiliza una mayor cantidad de antecedentes (entre ellos el informe de lesiones), y cuyo objetivo es establecer y caracterizar el daño sufrido, a partir de un análisis más detallado y con mayor empleo de tiempo en el examen de los antecedentes, que aquellos de que dispone de un profesional -por ejemplo- de urgencia; lugar común donde se evacuan los informes de lesiones de común uso. Esta valoración del daño corporal, expuesta en una audiencia por un perito –en virtud del principio procesal de inmediatez– permitirá al Tribunal representarse el sufrimiento, perjuicio estético, trastorno en el entorno y en la vida de relación del afectado y por cierto, la escena en que se desarrolló el escenario que provocó tal lesión. Generalmente aquello será parte de la teoría del caso de la Fiscalía y el aporte del profesional de esta área de la salud, será entregar una porción de la historia, con el aval de la ciencia y la ética médica. Por lo anterior, es clara la importancia del informe de lesiones, ya que es el primer registro que da cuenta de la existencia de las lesiones y su naturaleza. ARTÍCULO ESPECIAL Informe médico de lesiones - P. Bórquez El informe de lesiones, como documento médico legal, no cuenta con un formulario estandarizado a nivel nacional, sin embargo, su confección debe considerar secciones imprescindibles: origen según relato, descripción, diagnóstico, origen según la apreciación médica, incapacidad para el trabajo y pronóstico médico legal. Además, deben registrarse en el informe algunos procedimientos como son la realización del examen de alcoholemia, el manejo de evidencias y la entrega de licencia médica. Amén de lo anterior, resulta imperativo dejar clara constancia de estos elementos como de otros que tienen tanta o más relevancia. A saber: la hora, fecha y lugar y los datos del paciente como del profesional que atiende. Origen de la lesión según relato La anamnesis, además de recopilar la información clínica suficiente para dar un tratamiento oportuno, debe recabar antecedentes en cuanto a las circunstancias de cómo ocurrieron los hechos y su relación temporal y espacial; el mecanismo de producción de la lesión y las características del elemento con que fue provocado. Historias confusas en que el mecanismo es poco claro, extraño, imposible, excesivo o minimizado revelan la intención de ocultar información importante o bien crear una situación falsa. Así una difusa exposición en este caso, sólo confunde al tribunal que ha de apreciar la prueba y crea, lo que se conoce como “semilla de la duda razonable, ventana de una absolución”. Este fin ganancial distorsiona los hechos y puede conducir a error para lo cual se recomienda que la transcripción sea entre comillas, textual y sin juicios de valor. El profesional debe entregar su apreciación “afectivamente neutra”, recordando que su rol es ilustrar solamente y no juzgar, cuestión que está entregada a un tercero, el o los Jueces. Descripción de lesiones Una vez terminado el examen físico, las lesiones que han sido constatadas deben comunicarse por escrito. La manera de redactar la descripción puede ir describiendo específicamente la lesión y sus características, para luego señalar su ubicación o bien puede ser de manera inversa; por ejemplo: Rev Med Chile 2012; 140: 386-389 “herida contusa de 5 cm de longitud en el tercio medio de la cara anterior del antebrazo derecho o bien en el tercio medio de la cara anterior del antebrazo derecho se observa una herida contusa de 5 cm de longitud”. Al registrar la ubicación de la lesión, se indica el segmento corporal, lado y superficie anterior o posterior. La anatomía de superficie permite ubicar de manera precisa el lugar -sin que queden dudas- donde está ubicada dicha lesión. Luego, el tipo (diagnóstico de lesión) debe ser anotado y complementado con las características necesarias de informar, como son: el número de lesiones, el color (que permite datar las lesiones: sólo los colores verde y amarillo permiten estimar datas no recientes de más de tres días de evolución), tamaño (en centímetros), la forma (las lesiones figuradas dan cuenta del objeto que las provocó), los bordes (anfractuosos o netos dan cuenta del objeto que las provocó y/o del mecanismo), presencia o ausencia de sangre, pus, costras, elementos no biológicos, entre otros. Dejar la constancia de hallazgos negativos es información útil y su omisión puede interpretarse como falta de acuciosidad en el examen, olvido al momento de registrar o ánimo de no entregar toda la información, situación que de develarse en el juicio, deja en mal pie no sólo a quien presenta al profesional sino que a éste último, de manera irreparable. Finalmente -en este punto- la data de la lesión, es el intervalo de tiempo que media entre el momento que se produjo la lesión y el momento que es examinado. Si bien se manejan rango de horas y días, es importante contrastar los hallazgos versus lo relatado por el paciente. Diagnóstico de la lesión El diagnóstico de la lesión se basa en la anamnesis, el examen físico y los conocimientos médicos; por lo que es necesario conocer las características de las lesiones según el tipo para poder identificarlas. A su vez, éstas, responden directamente al mecanismo y objeto que las produjo. Las lesiones pueden ser ocasionadas por agentes biológicos, químicos o físicos. Dentro de estos últimos, los agentes mecánicos son los que constituyen motivo de consulta más frecuente en clínica. Subsumidos en este grupo existen tres 387 ARTÍCULO ESPECIAL Informe médico de lesiones - P. Bórquez grandes conjuntos de lesiones: contusas, cortantespunzantes y por proyectil de arma de fuego. En el caso de las lesiones contusas encontramos las erosiones, escoriaciones, heridas contusas, fracturas, hematomas y equimosis, el mecanismo de producción es la aplicación de energía de manera directa o indirecta a través de un trauma con un objeto romo o contra una superficie roma: suelo, pared, puño, patadas, manos, instrumentos romos. Las lesiones cortantes-punzantes presentan las siguientes posibilidades: cortantes o incisas, contuso cortantes (combinación de golpe con un objeto con filo o borde aguzado), punzantes o penetrantes y corto punzantes. Los instrumentos que las provocan pueden tener la punta aguzada y/o borde con filo. Si la herida tiene su componente externo de mayor longitud sobre la superficie corporal versus la profundidad de la lesión, estamos frente a una herida cortante. Si predomina la profundidad, (componente interno) por sobre la extensión de la herida en la superficie del cuerpo (componente externo), tenemos una herida penetrante. Las heridas corto-punzantes presentan una combinación de ambos mecanismos de producción y en estas lesiones el componente externo en mayor que las heridas penetrantes clásicas y el componente interno es mayor que el de las heridas cortantes habituales. Las lesiones por proyectiles de arma de fuego (PAF) son producto de un mecanismo contuso de alta energía que golpea en forma directa sobre el cuerpo con tres posibilidades: rozar, penetrar sin salida del PAF, penetrar con salida del PAF. Al rozar, las lesiones pueden ser escoriaciones o heridas superficiales. Al penetrar el PAF y no haber salida de éste, la lesión está constituida por la herida con forma más menos redondeada (orificio de entrada) con una trayectoria y un PAF dentro del cuerpo, que además de ser un cuerpo extraño es una evidencia. Al penetrar y haber salida de éste, existe un orificio de entrada, una trayectoria y orificio de salida. Las heridas, específicamente orificios de entrada, pueden ser en contacto firme del cañón sobre el cuerpo, en contacto sin presión del cañón sobre el cuerpo, a corta, a media y a larga distancia, lo que determina su morfología, la que además se ve afectada también según la zona anatómica lesionada, la presencia de ropas y de blancos intermedios, por ejemplo una muralla o un cinturón. En términos generales se deben describir las características del anillo de abrasión (equimótico), los bordes de las heridas, el tamaño 388 de los orificios (heridas), la presencia o ausencia de hollín, presencia o ausencia de quemaduras, presencia o ausencia de tatuaje (que corresponden a escoriaciones). Tomar fotografías es muy útil. Todo lo anterior, en la medida que no comprometa la vitalidad del paciente. Origen de la lesión según la apreciación clínica La explicación médica de cómo se produjo la lesión es el resultado de la ponderación de la anamnesis y del examen físico, de la comparación de estos datos con los conocimientos médicos y de la evaluación de lo posible versus lo imposible, de los hallazgos presentes versus la ausencia de hallazgos (información negativa). Casos en que el relato habla de la caída desde un triciclo en un pre escolar de tres años (trauma de baja energía) no puede explicar un hemoperitoneo y shock hipovolémico. Se recomienda informar del siguiente modo: “La lesión descrita es compatible o no es compatible con el mecanismo de lesión relatado por el paciente”. Incapacidad para el trabajo En el caso del informe de lesiones, esta imposibilidad para asistir a trabajar por causa de un problema de salud que requiere reposo como parte de la terapéutica, debe ser evaluada desde el punto de vista temporal y se pondera acorde a los tiempos de sanación conocidos por cada médico. Sin embargo, las lesiones y su curación no van siempre tan directamente relacionadas con la incapacidad para el trabajo, puesto que lesiones en el rostro pueden inhabilitar más allá del tiempo conocido para las lesiones. La licencia médica debe ir en concordancia al tiempo de incapacidad otorgado. Pronóstico médico legal Es una clasificación de gravedad de las lesiones que está al servicio de la administración de justicia e intenta armonizar criterios médicos con jurídicos. Las categorías tienen su origen en el Código Penal y son tres: leves, menos graves y graves. El tiempo en recuperarse está dado en el caso de las lesiones leves: menos de 15 días; menos graves: Rev Med Chile 2012; 140: 386-389 ARTÍCULO ESPECIAL Informe médico de lesiones - P. Bórquez entre 15 y 30 días y graves, más de treinta días. Según las regiones comprometidas y su funcionalidad afectada, serán consideradas graves. Las que no estén en la categoría de graves serán evaluadas como menos grave y del mismo modo las que no estén en esta categoría serán catalogadas como leves (artículo 399 del Código Penal). El parámetro principal que las rige, es la capacidad residual de la persona para reintegrarse al trabajo. Desde un punto de vista médico, no siempre se ajusta y podría excederse o haber sido limitada la ponderación inicial; sin embargo, esta clasificación es reevaluada durante la realización del peritaje de lesiones, por lo que puede mantenerse, disminuir o aumentar. Esta flexibilidad está dada por la evolución de las lesiones. Situaciones asociadas a la elaboración del informe de lesiones Paralelo a la atención médica y a la elaboración del informe, puede surgir según el caso, la realización de ciertas actividades que complementan al informe de lesiones: toma de muestra sanguínea para examen de alcoholemia y el levantamiento de evidencias con cadena custodia ininterrumpida. En el caso de la alcoholemia puede ser importante la toma de muestra en caso de riña o desordenes en la vía pública, ya que su uso puede ser necesario más allá de los hechos de tránsito. Las vestimentas, todo tipo de objeto usado como arma, los proyectiles de arma de fuego, las manchas, tejidos y/o fluidos biológicos; constituyen elementos que vinculan al agresor y dan cuenta de las circunstancias en que ocurrieron los hechos. Al considerarlas dentro del estudio del caso, estos elementos se transforman en evidencias que deben ser manejadas con transparencia y cuidado para que no se extravíen ni sean dañadas o adulteradas. La cadena de custodia al ser ininterrumpida facilita esta labor. Se recomienda anotar el número único de evidencia, NUE, al informe de lesiones, para dejar registro del código y del procedimiento. haber una segunda copia, la que se archiva en la ficha clínica de ser hospitalizado el paciente. La letra debe ser legible, identificación completa del paciente y del médico. El orden de las descripciones facilita la lectura del informe, por lo que se sugiere que sean de cefálico a caudal, de derecha a izquierda, de anterior a posterior, etc. Debe existir un orden fácil de colegir y repetir por un tercero en el ámbito forense. Es dable sostener la utilización de esquemas, dibujos y/o fotografías, finalmente en las audiencias de juicio, una buena fotografía y un claro esquema facilitan al profesional su exposición. Las lesiones se pueden agrupar cuando presentan características similares, ejemplo: múltiples escoriaciones de promedio 1 cm en un área de 6x7 cm en tercio medio de la cara anterior del muslo derecho, de este modo evita una descripción detallada inútil. Los exámenes imagenológicos también son considerados un registro y pueden ser comentados en el informe de lesiones. Corolario El informe de lesiones elaborado con datos registrados legibles, completos, veraces y médicamente correctos, es un acto médico que se ajusta a la buena práctica médica y constituye un documento de calidad que da cuenta de las circunstancias y del estado inicial de las lesiones de una víctima-paciente que necesita junto a la atención clínica una adecuada administración de justicia. Referencias 1. 2. 3. 4. Método de registro A continuación se mencionan una serie de recomendaciones: siempre confeccionar un original para el afectado y una copia de respaldo. Puede Rev Med Chile 2012; 140: 386-389 5. Teke A. Lesionología general y especial. En su: Medicina Legal & Criminalística. Santiago, Chile: Ediciones Jurídicas de Santiago; 2004. p. 45-139. Código Penal de la República de Chile. Edición oficial. Editorial Jurídica de Chile. Código Procesal Penal de la República de Chile. Edición oficial. Editorial Jurídica de Chile. Di Maio V, Dana S. Heridas por arma de fuego. En su: Manual de Patología Forense. Madrid, España: Ediciones Díaz Santos S.A.; 2003. p. 111-39. Knight B. Examen de las heridas. En su: Medicina Forense de Simpson 2ª Edición. México, D.F., México: Editorial El Manual Moderno S.A.; 1999. p. 53-66. 389 ÉTICA MÉDICA Rev Med Chile 2012; 140: 390-395 Ética Científica y uso de material o datos colectados de seres humanos ¦ Programa de Genética Humana, ICBM, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Recibido el 14 de abril de 2011, aceptado el 18 de octubre de 2011. Corresondencia a: Carlos Y Valenzuela Programa de Genética Humana, ICBM, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Independencia 1027, Casilla 70061, Independencia, Santiago, Chile. FAX (56-2) 7373158 Fono (56-2) 6786302. E-mail: cvalenzu@med. uchile.cl L ¨ © ª « ¬ ­ ® § © ¯ ° ± ² ¯ © § Scientific ethics and the use of human material or data A scientific article censured by superposing obstacles to its reading remembers the censure of Galileo made by the Inquisition. The censure followed the failure to obtain the informed consent (IC) to disclose results of old samples. At present, the use of collected data or samples for a new research needs a new IC, in most ethical protocols. The Helsinki Code allows the research ethics committees the authorization for the use of that information. This norm is founded rather in commercial, legal or protective arguments than in ethical bases. This article criticizes this norm from the Scientific Ethics viewpoint because: i) the ownership of the genome and environment that originate a person is not of such person but of the human society and Homo sapiens species, ii) a person is not the unique owner of that information; laboratories, institutions, health services and research teams add constituents to it, iii) several violations to this norm occurring in medical, labor, legal and social practice show it as biased against science, iv) if this stored information and its use are beneficial for humankind (its proper owner) it is ethically obligatory to use it. It is proposed to create an anonymous World Bank for Human Information with open access and universal transparency. This universal collection of data handled under universal accepted ethical norms should prevent exclusive private use of public information, non-publication of negative results, illicit and unethical use of human data. (Rev Med Chile 2012; 140: 390-395). Key words: Bioethical issues; Genome, human; Hominidae. a censura de un trabajo científico publicado en 2008 con superposición de páginas con una nota de los autores retractándose por no contar con la certificación del Comité Revisor Institucional, al no conseguir el consentimiento informado (CI) de los dadores de las muestras antiguas1-3, rememora la censura de la Inquisición a las obras de Galileo4. Esta censura parece exagerada y con reparos éticos, pues la exigencia de CI para el uso anónimo de datos o materiales de seres humanos colectados no está fundada éticamente; pero, censurar el conocimiento es éticamente negativo. Desde la perspectiva de Ética Científica (EC), distinta de la Filosofía Moral, la Ética Clásica, la Ética Médica o la Bioética, fundamentamos aquí una propuesta diferente. 390 § Brevia sobre Ética Científica La EC5-11 se basa en el conocimiento humano (perceptivo, intuitivo, científico, de fe, etc.) sobre la naturaleza humana. No se basa en el a priori sobre la naturaleza humana que ideologías, religiones, filosofías, gnoseologías o racionalizaciones creen o suponen (ej. ser humano con cuerpo y alma, ser humano superior a otros seres). Para la EC el ser humano es un sub-proceso del proceso evolutivo universal, producto de la interacción genómicaambiental. La EC considera el núcleo primario de la Ética que es sentido de movimiento12, y no es antrópica (basada en el ser humano); el mundo inanimado tiene sentido de movimiento: los procesos de partículas van desde una ordenación (no ÉTICA MÉDICA Ética del uso de colecciones de datos o muestras humanas - C. Y. Valenzuela azarosa) a una azarosa, por lo que la segunda ley de la termodinámica es un principio ético. La EC estudia los procesos neuropsíquicos de las decisiones, ideologías y creencias. La EC acepta el Código de Ética de la Sociedad de Biología de Chile13, cuyos dos primeros artículos son: Art. 1 La Sociedad de Biología de Chile declara su respeto y valoración positiva a toda forma de vida y se involucra en la preservación y mejora de las condiciones de vida en la Tierra. Art. 2 La Sociedad de Biología de Chile declara su vocación de estudiar, conocer, comprender, explicar, entender científicamente los procesos bióticos. En esta discusión la EC difiere de otras éticas en dos consideraciones cruciales. I) La EC valora el conocimiento en sí y no por su utilidad creída o estimada por el ser humano. II) La EC considera como elemento crítico para el juicio ético a la población y en este caso a la especie Homo sapiens (no sólo al individuo). El proceso evolutivo y las especies (grupos o poblaciones) originaron al ser humano y no el ser humano originó a la especie o a las poblaciones. En lo que sigue colecciones de datos o muestras de seres humanos son todos los colectados en servicios clínicos (incluidas las fichas clínicas), consultas médicas públicas o privadas, laboratorios, instituciones de investigación científica, antropológica, sociológica, histórica o periodística, universidades u otros organismos en que estos datos o muestras se colecten. Para la EC persona no pertenece al lenguaje científico sino al ideológico, religioso, teológico o filosófico4-11. Se usa aquí como sinónimo de ser o individuo humano para entenderse en un contexto más amplio. Norma en el Código de Helsinki Aunque no todos los países aceptan el Código de Helsinki (CHel) y se atienen a sus propias normativas (guidelines), todos exigen, desde hace poco, el CI para utilizar datos o muestras colectadas de seres humanos en investigaciones o atenciones médicas previas. En el artículo pertinente la última revisión del CHel (Seúl 2008) dice “25. Para la investigación médica en que se utilice material o datos humanos identificables, el médico debe pedir normalmente el consentimiento para la recolección, análisis, almacenamiento y reutilización. Podrá haber situaciones en las que será imposible o impracticable obtener el con- Rev Med Chile 2012; 140: 390-395 sentimiento para dicha investigación o podría ser una amenaza para su validez. En esta situación, la investigación sólo puede ser realizada después de ser considerada y aprobada por un comité de ética de investigación”14. Aquí “identificable” no es preciso. Todo dato o muestra conservados deben permitir identificar a la persona dadora, ya que, si se descubre una solución para el problema que esa persona tiene, avalado por ese dato o muestra es imperioso ubicarla para tratarla. Para la EC “identificable” es el “acceso a los nombres y apellidos de las personas con fines de ubicarlas para requerir de ellas información necesaria para el nuevo objetivo”. La norma actual (NA) es distinta ya que exige la ubicación de esas personas para requerir su CI cualquiera sea el nuevo procedimiento aunque no se necesite ningún dato nuevo de ella y sea anónimo. La distinción es crucial ya que la NA no está justificada ni éticamente ni científicamente. El uso de datos anónimos no vulnera la vida, salud, integridad, derechos, intimidad, confidencialidad, ni ninguna otra condición humana establecida en el Artículo 11. Al contrario el no usar datos de los cuales puede extraerse conocimiento es un atentado contra todas esas condiciones puesto que puede ignorar situaciones críticas para la vida humana. Carencia de fundamentos éticos de la exigencia de CI para el uso de material coleccionado Encuestando a decenas de científicos y miembros de tres comités de ética de la investigación he confirmado esta ausencia de fundamentos éticos propiamente tales. Los argumentos provienen de la prevención para no usar comercialmente esos datos o muestras (patentar) o legalmente (juicios por mala práctica), o de la posibilidad de identificación de las personas (filtraciones de datos) para que las empresas que las contratan o las aseguran puedan rechazarlas o fijar tarifas. Así, los fundamentos de esta medida son comerciales, administrativos o legales, pero no éticos. Es falta a la Ética transformarla en un conjunto de normas para prevenir juicios legales o provecho comercial. ¿De que Ética proviene entonces esta norma? El fundamento ético parece tener dos supuestos implícitos. A) Todo dato o muestra proveniente de una persona es propiedad de esa persona; B) el CI de esa persona autoriza a utilizar sus datos o muestras sólo para esa investigación (corolario de A). 391 ÉTICA MÉDICA Ética del uso de colecciones de datos o muestras humanas - C. Y. Valenzuela A) Una muestra o dato de una persona no es propiedad sólo de ella Desde la EC el primer supuesto es erróneo y dado que el segundo depende de él justificaremos primero esta proposición. i) Según la EC cada ser humano (ser vivo) es un proceso-producto de su interacción genómicaambiental; tanto su genoma (ser específico) como su ambiente no le pertenecen, sino que le han sido dados y pertenecen al proceso de evolución cósmica, de evolución orgánica de la Tierra y de evolución de la especie (Homo sapiens, aquí sinónimo de humanidad). Su ambiente específico histórico corresponde mayormente a lo que la humanidad ha hecho y más particularmente a lo que su familia, o grupo social le ha dado. Siendo el ser humano construido por la interacción dinámica de su genoma (aportado por sus progenitores y no por él) y su medio-ambiente (bio-psico-sociocultural) que el recibe y mayormente no construye (salvo por decisiones que va tomando), todo dato, muestra o resultado procedente de esta interacción le pertenecen más que a él a la humanidad. ii) En la génesis de un dato o muestra (incluida la ficha clínica) intervienen la persona de quien proceden los datos o muestras, el equipo científico o de salud que prescriben, procesan información o las muestras, quienes almacenan, mantienen y resguardan la confidencialidad, etc. Además participan servicios agregados, secretariales, administrativos y logísticos imprescindibles para su registro y conservación. En estos procesos hay propiedad intelectual, administrativa y legal en la responsabilidad de la adquisición, tenencia, mantención, manejo, acceso, uso y confidencialidad de las muestras y datos. B) La restricción del CI, hecha por el dador de muestras o datos, a los objetivos precisos de una intervención o investigación es en gran parte arbitraria y puede hacerse sólo para investigaciones cuyos objetivos son acotados i) Restricción a investigaciones clínicas acotadas. Tanto el Código de Helsinki como las Guías se aplican a investigaciones clínicas acotadas a medicamentos, exámenes de laboratorio, nuevas tecnologías y en general a investigación en innovaciones médicas (IIM). Esto no es investigación científica propiamente tal sino que investigación técnica o tecnológica. No se trata del conocimiento sobre la naturaleza física, biótica, psíquica o 392 social (normal o patológica) del ser humano, sin aplicaciones al momento en que la investigación se realiza. Esta es investigación básica en humanos (IBH), en la que es difícil señalar un objetivo, fuera de obtener cierto conocimiento, y aún eso puede ser pretencioso. Sin embargo, para que la IIM sea seria también tiene que estar abierta a encontrar reacciones inesperadas, serendipia (del inglés serendipity, encuentro fortuito de un resultado valioso no buscado) y tener que cambiar los objetivos de la investigación aunque la innovación ya haya cumplido su fase preclínica. Nuestra posición es que el paciente y el investigador, en beneficio del conocimiento sobre la humanidad que es propiedad de ella, no están en condiciones éticas de restringir el uso de la información que pudiera surgir del estudio de sus muestras o datos, aun en el caso de no salirse del protocolo sometido a consentimiento. Se olvida a menudo que toda ética es dependiente de la epistemología (conocimiento demostrado) en la que se inserta. El investigador científico, que no está atento a todo detalle de la investigación de tal modo de situarlo en la matriz disciplinaria (paradigma)15 y ver si ella o parte de ella se confirma, refuta o modifica, no acredita como investigador y lo que realiza no es buena investigación científica y por lo tanto, no es ética. Supongamos que las muestras, y sólo ésas, que originaron la investigación cuyo resultado fue censurado en cuanto a llegar a ser conocido públicamente contuvieran la información necesaria para resolver el problema de la leucemia mieloide aguda u otro no relacionado con ella, sería una falta ética grave negarle a la humanidad esa información; y aunque aportara un modesto conocimiento sería también falta ética impedir que ese conocimiento válidamente adquirido llegue a la humanidad. De allí que en toda investigación científica en el ser humano, y por honestidad con el proceso científico, el CI debería ser muy amplio y abierto a futuras investigaciones de las cuales no se puede saber su contenido. La única restricción ética a esta autorización es que esos estudios sean anónimos en relación al uso de la identidad de las personas donantes de muestras o datos. La aplicación de la norma de CI para una nueva investigación, sobre datos colectados, en forma estricta y absoluta, lleva al absurdo y hasta ridículo de impedir que un resultado ya publicado pueda ser interpretado de otra forma y dar conclusiones muy distintas a las presentadas. Rev Med Chile 2012; 140: 390-395 ÉTICA MÉDICA Ética del uso de colecciones de datos o muestras humanas - C. Y. Valenzuela ii) Incoherencia e inconsistencia ética con investigaciones científicas, periodísticas, u otras. Esta exigencia de CI o revisión por un comité no se aplica en otros tipos de investigaciones en seres humanos como ser las educacionales, sociales, periodísticas, antropológicas, judiciales, policiales, donde se aplican encuestas o se hacen interrogatorios. Raras veces las encuestas directas pasan por un comité y el CI no se exige porque se supone que el entrevistado da voluntariamente su consentimiento al acceder a contestar la encuesta. Las encuestas de opinión (sobre políticos, gobernantes, etc) no pasan por comités. Los contenidos y formatos para los interrogatorios policiales, judiciales, de espionaje16 y periodísticos tampoco pasan por comités y se realizan sin CI. Hay estudios epidemiológicos en los que nunca se ha exigido CI y se tiene acceso a los nombres y apellidos de las personas (Ej. Estadísticas vitales, datos censales, determinación de parámetros poblacionales con muestras de laboratorios, estadísticas de servicios y laboratorios, etc). Las encuestas de opinión y los informes periodísticos, pueden ser usados y re-usados para diferentes fines sin CI. intimidad genómica, porque ha sido declarado reo (aunque la declaración sea errónea), lo que no es una connotación ética sino legal (hay un abismo entre la ética y la legalidad). Condiciones de CI insuficiente o inmoral i) En los ensayos clínicos realizados por las empresas no se incluye en el CI las condiciones comerciales de la innovación médica, ni la forma en que la persona donante participara en los beneficios económicos. Esto es un tema intocable aunque es lo más pertinente para la persona donante. ii) El CI en los contratos laborales es insuficiente; a veces es francamente inmoral. Los trabajadores no reciben información sobre las condiciones legales o de seguridad en sus trabajos y así deben firmar los contratos. El caso de los mineros de Atacama mostró que trabajaban en una mina sin condiciones para hacerlo. El terre-mare-moto reciente del Japón mostró situaciones éticas críticas no cubiertas por el contrato de trabajo con reactores nucleares. Una nueva proposición desde la Ética Científica Inconsistencia con situaciones donde el CI debe ser obligatorio y este no se realiza i) El médico que trabaja en urgencia interviene a menudo sin el CI al ser la situación de tal urgencia que detenerse a hacerlo sería negligencia o imprudencia, o bien el paciente se encuentra imposibilitado. Así, la misma situación amerita no tomarlo; entonces se concluye que el CI no es absoluto sino que es relativo a la circunstancia. ii) A veces el cirujano, al que el paciente ha dado su CI para una intervención, se encuentra con una complicación que requiere desarrollar otra muy distinta y no toma el CI. No se hace tampoco un CI amplio que autorice al cirujano a cualquier intervención. Esto es similar a la investigación científica que se encuentra con resultados que obligan a cambiar su contenido (hipótesis, objetivos, etc). iii) En la legislación, varios países han construido bases de datos genómicos para delincuentes o presuntos delincuentes sin su CI. No hay fundamento ético que sustente esta posición, se alude a la no convincente protección de la sociedad y aparece como medida fascista (autoritaria extrema) y con severas restricciones éticas. Se falta a la ética al suponer que una persona, que supuestamente ha delinquido, pierde la protección ética de su Rev Med Chile 2012; 140: 390-395 Como el genoma, las fichas clínicas, los datos y muestras de una persona no le pertenecen como único propietario ya que él es un proceso emergido de la evolución biótica, psico-sociocultural y ambiental, proponemos que todo dato o muestra humana vaya a un repositorio o banco de datos universales, propiedad de la Humanidad. Toda investigación (que sea epistémicamente válida) nueva sobre estos datos o muestras realizada anónimamente es éticamente, no sólo aceptable sino que obligatoria en el entendido que el conocimiento que de ella se genere también será patrimonio de la humanidad y difundido universalmente. La Humanidad (OMS, UN) se hace cargo de los datos y de toda la investigación sobre la humanidad y controla éticamente toda investigación sobre la humanidad. Para esto tendrá los grupos más preparados de científicos, metodólogos, estadísticos, comités de ética, etc. Los grupos públicos (universidades, organismos nacionales) o privados (empresas) harán investigaciones compartiendo copias de todos los datos con este centro mundial, que determinará lo patentable o no patentable; todo resultado será público para toda la humanidad; así se evita investigaciones de 393 ÉTICA MÉDICA Ética del uso de colecciones de datos o muestras humanas - C. Y. Valenzuela las que nunca se da cuenta, que no se publiquen resultados negativos, y los datos quedan disponibles para toda la humanidad. Toda observación en seres humanos se integra a este sistema universal de datos con identidades encriptadas. Los CI deberían incluir la autorización de guardar los datos en este sistema universal de investigación en el ser humano. El mismo sistema tiene Comités Éticos universalmente reconocidos con una normativa y factualidad de acción transparente para todos. Gravedad de lo ocurrido con la censura del artículo mencionado Censurar el conocimiento adquirido por la humanidad, producir ignorancia, obstaculizar la obtención de conocimiento son faltas éticas graves. Hay una confusión entre el contenido del conocimiento que está siendo censurado y la falta a la ética de los investigadores; ambos procesos pertenecen a diferentes planos del quehacer humano. Aun en las atrocidades nazis donde se hizo investigación en seres humanos vulnerables (campos de concentración) este principio se aplica. El conocimiento así obtenido es un logro valioso de la humanidad, que en vez de llenar de oprobio a esas víctimas las llena de gloria porque entregaron sus vidas dando conocimiento. El conocimiento no puede ser castigado. Los que se llenan de oprobio son los victimarios. Olvidar esos dolorosos pasajes de nuestra historia como seres humanos es un crimen ético que se agravaría con el olvido del conocimiento adquirido con la vida de las víctimas. Éticamente el olvido es siempre un defecto no una virtud; la pérdida de la memoria es una minusvalía de la persona y de la humanidad. Si toda muestra o dato procedente de la humanidad puede producir conocimiento y eventualmente ayudarle a solucionar un problema de salud o bienestar es un crimen impedirlo. Es un error confundir las complicaciones legales o comerciales del uso del conocimiento científico con la ética de la investigación que procura ese conocimiento. La utilización de los datos, muestras o resultados de la investigación científica en forma criminal siempre podrá hacerse pero eso no es ética de la investigación científica sino ética común ciudadana sujeta a la legislación civil y penal. No puede olvidarse que a pesar de lo lamentable que son los desastres de la naturaleza que tantas muertes y daños dejan 394 y las guerras que ha precipitado la humanidad, el conocimiento producido por ellos ha sido fundamental para su desarrollo. Es también grave que la fuente de la censura no se identifique. ¿Fue el Comité Ético? ¿El Comité Editorial? ¿El investigador? Censurar es una sanción que por ética debería emanar de un Tribunal Ético especializado en sanciones y ninguno de los comités mencionados o el investigador son tribunales. No existen tales tribunales. La Sociedad de Biología de Chile otorga al Directorio de la Sociedad la facultad de ser tribunal y ahí están claras las funciones, pero en el caso analizado no se sabe desde donde emanó la sanción. El Código de Helsinki otorga la potestad de autorizar el uso de muestras a los Comités Éticos locales pero esto es usurpación de funciones ya que esos comités no tienen tuición ni propiedad sobre las muestras. Son los directores de las instituciones donde se guardan los registros y muestras los que pueden autorizar su uso. Referencias 1. Kobayashi S, Soda Y, Bai Y, Tojo A. Heterogeneous promoter activity of the telomerase reverse transcriptase gene in individual acute myeloid leukemia cells defined by lentiviral reporter assay. Haematologica 2008; 93: 1103-5. 2. Normile D. Old samples trip up Tokyo team. Science 2008; 321: 324. 3. Normile D. Paper retraction puts focus on informed consent rules 2008; 321: 474. 4. http://es.wikipedia.org/wiki/Galileo_Galilei 5. Valenzuela CY. Verso un’etica scientifica: l’origine della individualità ed il problema degli embrioni congelati. En: Redi CA, Garagna S, Zuccotti M, Editores, Biologia delle cellule staminali oportunita e limiti di impiego. Como-Pavía (Collegio Ghislieri), Italia: Ibis; 2000, p. 33-45. 6. Valenzuela CY. Ética científica y embriones congelados. Rev Med Chile 2001; 129: 561-8. 7. Valenzuela CY. Ética científica del aborto terapéutico. Rev Med Chile 2003; 131: 562-8. 8. Valenzuela CY. Etica científica de la terapia génica de individuos. Urgencia de la cirugía génica del ADN. Rev Med Chile 2003; 131 1208-14. 9. Valenzuela CY. Ética científica de la clonación humana. Rev Med Chile 2005; 133: 105-12. 10. Valenzuela CY. El riesgo de malformaciones congénitas y Rev Med Chile 2012; 140: 390-395 ÉTICA MÉDICA Ética del uso de colecciones de datos o muestras humanas - C. Y. Valenzuela defectos de la programación genómica, en relación con las técnicas de reproducción asistida y la clonación. Rev Med Chile 2005; 133: 1075-80. 11. Valenzuela CY. Ética Científica del aborto en caso de anencefalia. Rev Med Chile 2011 (en revisión). 12. Rosales E. Hacia una moral social y profesional. Tomo I. Santiago, Chile, Prensas de la Editorial Universitaria; 1961. p. 20-4. 13. Valenzuela CY, Cruz-Coke R, Ureta T, Bull R. Código de Rev Med Chile 2012; 140: 390-395 ética de la Sociedad de Biología de Chile. Rev Med Chile 1997; 125: 71-3. 14. http://www.cei.fmed.edu.uy/archivos/05%2020Declaracion_de_Helsinki_2008_ESPANOL.pdf 15. Kuhn T. The structure of scientific revolutions. 2º Ed. Chicago, USA, The University of Chicago Press; 1970. 16. Palamarca HA. Ética y Servicios de Inteligencia. Valparaíso Chile. Imprenta de la Armada de Chile. Sin año, inscripción I.S.B.N. 956-7314-01-2. 395 EDUCACIÓN MÉDICA Rev Med Chile 2012; 140: 396-403 “Co-docencia para el aprendizaje de la entrevista médica”: un apoyo “in situ” para docentes clínicos en la enseñanza de competencias comunicacionales en pre grado ¹Unidad de Comunicación y Atención en Salud (CREAS). Escuela de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile. ²Centro de Educación Médica, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile. ³Departamento de Medicina Familiar, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile. a Psicóloga, Magíster en Salud y Humanización. b Interno de Medicina, Escuela de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile. Fuente de apoyo financiero: Ninguno. Recibido el 8 de abril de 2011, aceptado el 2 de diciembre de 2011 Correspondencia a: Gricelda Gómez del Río Escuela de Medicina, Centro de Educación Médica, Pontificia Universidad Católica de Chile. Alameda 340. Santiago. Chile. Celular: 93335332 E-mail: ggomez@med. puc.cl L ³ ´ µ ¶ · ¸ ¹ º ³ » ¼ · ½ ¾ ¿ À ¿ Á Â Ä µ ¸ µ Ã Ã º ¼ Å Å ´ · ¾ ¿ Æ Â · Ç È · É º Ê º ´ º Å Ç Ë É º · ´ µ Ç Ì Í ¸ ¾ ¿ Î Learning doctor-patient communication: does co-teaching help? Background: The first part of the medical interview is perhaps one of the most significant components of the doctor`s role. How to collect relevant information and how to build a therapeutic relationship with the patient must be taught during the undergraduate curriculum. Clinical teachers have little experience in the teaching skills required to help students learn about doctor-patient communication. Aim: To measure outcomes and perceptions of using a co-teaching model in a course on interviewing during the third year of medical school in the Pontificia Universidad Católica de Chile. Material and Methods: A mixed methods controlled study in which the intervention group participated in a co-teaching workshop with a clinical teacher and a specialist in doctor-patient communication skills (SDPC). The control group participated in a workshop with one clinical teacher. All students completed a questionnaire measuring perception of their learning in communication skills. Semistructured interviews were used to collect the clinical teachers’ perception. At the end of the course, the clinical and communication skills of all the students were measured in an objective structured clinical examination. Results: Students and teachers agreed that co-teaching allows greater emphasis and practice in communication skills. The results of the objective structured clinical examination show that despite this greater emphasis, no deleterious effect on the clinical skills was demonstrated during the exam. Conclusions: The use of co-teaching in a course on interviewing allows students to perceive a higher level of learning in communication skills, and possibly enhances their skills. The clinical teachers felt that the co-teacher was an important support. (Rev Med Chile 2012; 140: 396-403). Key words: Communication; Physician-Patient Relations; Teaching. a entrevista o anamnesis médica es sin duda una de las etapas más significativas del acto médico. En la calidad de esta interacción médico-paciente influyen múltiples factores, los que de forma permanente estarán incidiendo en la relación. Esta etapa de la entrevista no sólo necesita indagar y caracterizar desde la perspectiva del paciente lo que a éste le sucede, sino especialmente 396 Ã crear el vínculo con él y, de esta forma, establecer las bases de la relación profesional. Es en este contexto donde la calidad de la comunicación de ambos participantes resulta crucial. Si bien comunicación en medicina se considera una competencia clínica básica, ella se diferencia de las demás en varios aspectos1. Existe consenso sobre las características que debería tener la docen- EDUCACIÓN MÉDICA Co-docencia como metodología para el aprendizaje/enseñanza de la entrevista médica - G. Gómez et al cia para optimizar el aprendizaje de la comunicación médico-paciente2. Docencia en comunicación es más efectiva si se realiza como un complemento al aprendizaje de las habilidades clínicas, en pequeños grupos, aplicando una metodología experiencial3. Crear un ambiente seguro de aprendizaje es muy importante. La docencia debe incluir una clara definición de habilidades requeridas para una atención centrada en el paciente y contemplar instancias de observación estructurada de habilidades del estudiante utilizando una guía. Se debe complementar entregando al estudiante un feedback o retroalimentación específica4. Docentes clínicos, que realizan docencia en comunicación, requieren de apoyo, muchos de ellos no recibieron estos conceptos en su formación de pre-grado ni están familiarizados con metodología experiencial en pequeños grupos. Una forma de otorgarles apoyo sería usando una metodología de co-docencia. Varios ensayos muestran la eficacia de docencia en comunicación cuando el grupo intervenido participa en talleres con co-docencia5,6; esta ha sido propuesta como forma de apoyar el desarrollo académico. Países hispanoparlantes han publicado sobre comunicación, en general ha sido en el ámbito de post-grado7,8. Este artículo describe una experiencia de la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile en el curso “Entrevista Clínica” introducido el año 2004, primer semestre, tercer año de la carrera. Este curso utiliza variadas metodologías permitiendo entregar a los estudiantes herramientas para investigar y recopilar datos clínicos, también para mejorar sus habilidades comunicacionales (HC) y relacionales. Si bien el equipo de docentes posee amplia experiencia en docencia clínica, es escasa en enseñanza de HC. Por esto se decidió estudiar en los años 2007 y 2008 los resultados y percepciones sobre el apoyo de un especialista en comunicación a los docentes clínicos. Material y Método Población Estudiantes de tercer año de medicina fueron divididos aleatoriamente en 14 grupos, de 7 u 8 estudiantes c/u. Cada grupo trabajó quincenalmente en cinco talleres interactivos (espejo y video) con un docente clínico. En estos talleres estudiantes y docentes observaron estructuradamente (con Rev Med Chile 2012; 140: 396-403 pauta) una entrevista entre estudiante y paciente simulado a través del espejo uni-direccional, A partir de lo observado y de la retroalimentación que entregó el paciente simulado, se analizó y reflexionó sobre aspectos clínicos y comunicacionales, En esta actividad participaron 7 docentes clínicos con dos grupos de estudiantes cada uno. Consentimiento informado El profesor jefe solicitó verbalmente el consentimiento de participar en el estudio, a estudiantes y docentes. Intervención Cada grupo intervenido, realizó co-docencia con un docente clínico y un no-clínico, especialista en comunicación (EC).La EC, licenciada en relaciones humanas y familia, formada en el enfoque centrado en la persona con 15 años de experiencia en metodología experiencial en pequeños grupos en la Escuela de Medicina de la Universidad Católica. Objetivos, metodología y tiempo de los talleres fueron iguales en ambos grupos (intervenidos y controles). Diferencias en la docencia en: grupos intervenidos del grupo control: Presencia de EC quien facilitó el feedback a los estudiantes sobre su competencia comunicacional, describiéndole aquellas habilidades que favorecían u obstaculizaban la relación. 1. Los estudiantes conocieron, practicaron y recibieron feedback sobre HC usando una adaptación de la pauta original que presentaba 9 descriptores de competencias comunicacionales, fue modificada considerando los objetivos del curso, nivel de formación de los estudiantes y teniendo como marco de referencia la Guía de Calgary Cambridge9. Se detalló cada uno de los 9 descriptores dando como resultado una guía de 27 ítems de HC que fueron agrupadas en relación con tres áreas de la entrevista: Inicio de la entrevista, Recogiendo información y Atención centrada en el paciente; cada área correspondía a una sesión de aprendizaje. El formato original de respuesta SI/NO fue cambiado a un formato abierto que permitió escribir comentarios sobre cada ítem. 2. Al final de cada sesión los co-docentes reflexionaron sobre: dinámica del grupo, comunicación entre estudiantes durante el taller, y avances en su aprendizaje. 397 EDUCACIÓN MÉDICA Co-docencia como metodología para el aprendizaje/enseñanza de la entrevista médica - G. Gómez et al Mediciones Al finalizar el semestre se evaluó: 1. Percepción de los estudiantes sobre: a. Aprendizaje de HC, con encuesta auto-aplicada, anónima, repartida a todos los estudiantes del curso, con un formato SI/NO, si conoció, practicó y recibió feedback sobre los 27 ítems de HC separada en tres áreas: Iniciando la entrevista (6), Recogiendo información (13), Atención centrada en el paciente (8) (Tabla 1) dando un total de 81 percepciones por estudiante. b. Co-docencia, con encuesta auto-aplicada y anónima a los intervenidos. Tabla 1. Habilidades comunicacionales evaluadas como percepción Conocí Practiqué Recibí feedback Iniciando la entrevista 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Saludar al paciente por su nombre Estar atento al confort físico del paciente, indicarle dónde sentarse Presentarme al paciente diciendo su nombre Describir mi rol de estudiante de tercer año Explicar al paciente que el tutor me supervisará Informar al paciente que le realizaré algunas preguntas Hacer preguntas al paciente manteniendo contacto visual Comenzar la entrevista con una pregunta abierta referida al motivo de consulta antes de obtener la información demográfica Permitir al paciente relatar el motivo de consulta sin interrupción precoz Explicar al paciente que le preguntaré algunos datos que no están referidos al motivo de consulta (datos demográficos) Reconfirmar el motivo de consulta con un resumen Utilizar de manera atingente preguntas abiertas y cerradas Recogiendo la información 13 14 15 16 17 18 19 20 Escuchar activamente permitiendo al paciente completar las explicaciones sin interrupciones Aceptar que el paciente hable a su ritmo sin terminarle las frases Facilitar en forma verbal las respuestas del paciente (continuadores, parafraseo, repeticiones) Facilitar en forma no verbal las respuestas del paciente (silencios, asentimiento con la cabeza, etc.) Verificar mi comprensión haciendo pequeños resúmenes de lo que el paciente ha descrito Chequear con el paciente cuando yo no entendí algo Explorar si el paciente tiene otros problemas Usar lenguaje adecuado al paciente, sin tecnicismos Atención centrada en el paciente 21 22 23 24 25 26 27 398 Usar lenguaje adecuado, sin tecnicismos Captar señales verbales y no verbales del paciente Reconocer las emociones expresadas Verbalizar las emociones que reconozco en el paciente Indagar las creencias del paciente relativas al motivo de consulta Indagar los temores del paciente respecto al motivo de consulta Indagar expectativas del paciente relativas al motivo de consulta Rev Med Chile 2012; 140: 396-403 EDUCACIÓN MÉDICA Co-docencia como metodología para el aprendizaje/enseñanza de la entrevista médica - G. Gómez et al Análisis Los grupos y subgrupos de análisis están descritos en Figura 1 y 2. Al analizar las diferencias de percepción de los estudiantes se utilizó el test χ2, considerándose significativo un valor p < 0,05. El puntaje obtenido en las cuatro estaciones de ECOE como nota final, se comparo entre grupo intervenido y control mediante test t de Student Figura 1. Selección de estudiantes para evaluar percepción de metodología. Rev Med Chile 2012; 140: 396-403 Tabla 2. Ítems de Habilidades Comunicacionales medidos en 2 estaciones del ECOE/OSCE 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Saluda al paciente (lo invita a tomar asiento y ponerse cómodo) Habilidades de Comunicación 2. Percepción de docentes clínicos sobre metodología de co-docencia utilizando entrevistas semi-estructuradas según guión temático, aplicada por un estudiante-ayudante. Estas fueron grabadas, transcritas textualmente y luego analizadas. 3. Competencias de los estudiantes. Al final del semestre de 2007 se programó un examen clínico objetivo estructurado (ECOE/OSCE) de 7 estaciones para evaluar habilidades y competencias clínicas en medicina, para ser rendido por todos los estudiantes. Se consideró en nuestro análisis, la nota final del ECOE y los puntajes de cuatro estaciones: dos estaciones clínicas (A1 “hemorragia” y B1 “síndrome febril”) y dos estaciones referente a la redacción de historias clínicas (A2 y B2). En ambas estaciones clínicas el estudiante realizó una entrevista con un paciente estandarizado, se midió el logro/no-logro de 18 ítems de habilidades clínicas y de 9 ítems de HC (Tabla 2), dando un puntaje total a la estación. La nota final del ECOE fue construida con los puntajes de todas las estaciones. Se presenta Mira a los ojos al paciente durante la entrevista Utiliza al menos dos preguntas abiertas Investiga aspectos psicológicos y/o afectivos del paciente (temores) Utiliza un lenguaje simple, sin tecnicismos Investiga datos demográficos del paciente Permite al paciente relatar sus síntomas sin interrupción precoz (antes de 30 seg) Pregunta por el motivo de consulta para muestras independientes. Los subgrupos fueron comparados con la prueba no paramétrica de U Mann-Whitney. Para el análisis se utilizó el programa estadístico Minitab 15. Resultados Percepción de los estudiantes Se entregó una encuesta auto aplicada al 100% de los estudiantes del curso en 2007 y 2008, 87% (192/220) de encuestas fueron respondidas, 28 encuestas fueron declaradas inválidas (incom- Figura 2. Selección de estudiantes para evaluar impacto en ECOE/OSCE. 399 EDUCACIÓN MÉDICA Co-docencia como metodología para el aprendizaje/enseñanza de la entrevista médica - G. Gómez et al Figura 3. Gráfico de percepción de haber recibido feedback en el área “Atención centrada en el paciente”. pletas o no legibles) por tanto, no analizadas. Se analizó el 91,7% (22/24) de encuestas aplicadas al grupo intervenido y el 71% (140/196) del grupo no intervenido. Grupo intervenido percibió que, comparado con grupo control, había conocido, practicado y recibido feedback en mayor porcentaje en todos los ítems de HC, con excepción de un ítem; sin embargo, esta diferencia fue estadísticamente significativa solamente en 14 de los 81 ítems (19%). Estos son, 4 ítems en el área “Iniciando la entrevista”, 3 ítems en el área “Recogiendo la información” y 7 ítems en el área de “Atención centrada en el paciente. La Figura 3 muestra diferencias en la percepción de haber recibido feedback entre grupo intervenido y control en el área “Atención centrada en el paciente”. Los docentes participantes en co-docencia identificaron mayor profundización en elementos comunicacionales en los grupos intervenidos. “Desde mi punto de vista, yo como docente creo que en el grupo en que ella estuvo –tuve un grupo con EC y uno sin ella– y creo que los estudiantes que estuvieron con ella y conmigo, debieran haber aprendido muchas más técnicas y haber logrado habilidades comunicativas que el grupo sin co-docencia”. Visualizaron dificultades en la organización al masificar esta metodología, entendiendo que habría que duplicar el número de docentes. Demuestran preocupación por el poco tiempo que se dispone para cada sesión. “Me parece que está muy comprimido el tiempo. Habría que ver cómo hacerlo”. Percepción de los docentes clínicos Se entrevistaron 5 de 7 docentes clínicos (72%). Todos (con excepción de uno que no opinó sin haber vivido la experiencia) expresaron adhesión a la propuesta de co-docencia en tercer año con un EC. Consideraron que podría complementar la formación clínica del estudiante, quien está comenzando su aprendizaje de entrevista. Declararon que “son dos experiencias que se juntan y al fin y al cabo son enriquecedoras para los estudiantes”. Los entrevistados reconocieron falta de formación en comunicación, indicando que su docencia es más bien intuitiva: “si bien es cierto yo tengo la formación como clínico, en comunicación está bastante en bruto”,“sumamente positivo, una dupla donde hay un clínico y un especialista en comunicación aporta a la discusión de lo que uno no sabe, sobre todo en entender que la comunicación no es un arte, es una ciencia que tiene sus principios y su nomenclatura”. Demostración de competencias en ECOE Cuatro estudiantes del grupo control no asistieron a la evaluación; se analizaron los resultados de 100% del grupo intervenido (16/16) y el 95,8% de los resultados del grupo control (91/95). Los resultados de 4 estaciones analizadas están resumidos en Figura 4. En las estaciones A1 y B1, el grupo intervenido logró un mejor puntaje promedio que el grupo control. En la estación B1, las diferencias fueron estadísticamente significativas (grupo intervenido 95,4 ± 4,9, y grupo control 86,8 ± 10,1, p < 0,0001). En la estación A2 no hubo diferencias entre los 2 grupos, no obstante en la estación B2, el grupo intervenido obtuvo un puntaje significativamente mejor que el grupo control (p < 0,05). En estaciones A1 y B1 los evaluadores identificaron como logrado la mayoría de los 9 ítems relacionados con HC en > 90% de estudiantes de ambos grupos, con la excepción del ítem 400 Rev Med Chile 2012; 140: 396-403 EDUCACIÓN MÉDICA Co-docencia como metodología para el aprendizaje/enseñanza de la entrevista médica - G. Gómez et al Figura 4. Gráfico del puntaje obtenido en ECOE/OSCE. “Investigar aspectos psicológicos y/o afectivos del paciente, temores” que fue logrado por solamente 78% de los estudiantes. La nota final del ECOE del grupo intervenido fue significativamente superior a la del grupo control: 6,49 ± 0,295 contra 6,29 ± 0,35 (p < 0,05). Al evaluar los subgrupos, se observó la tendencia de que ambos subgrupos intervenidos obtienen mejor puntajes en las estaciones B1 y B2, además de mejorar su nota final en ECOE, sin significancia estadística (Tabla 3). Discusión Se reconocen las dificultades que tienen docentes clínicos en la enseñanza de HC, hay un llamado a apoyarlos2,10. No se encontraron otros estudios realizados en Chile sobre cómo apoyar in-situ a los docentes clínicos en el desafío de realizar docencia clínica y comunicacional en forma integrada. Nuestros estudiantes y docentes concuerdan en que la metodología de co-docencia (clínico y EC) permite se dé mayor énfasis y se pongan en práctica las HC. El EC fue visto como un complemento que apoya y permite cumplir mejor con los objetivos del taller. “El especialista en comunicación está sensibilizado para identificar habilidades comunicacionales, lo verbal, no verbal, gestual, relacional, emociones, lo que permite conocer mejor al paciente”. Realizar co docencia requiere de mayores recursos económicos como humanos lo que dificulta la incorporación de un EC. Lo recomendable sería la capacitación formal de todos los docentes clínicos del curso “Entrevista Médica” por ser el inicio de la formación de los estudiantes en la relación médico-paciente. Algunas escuelas de medicina ya incluyen este tipo de capacitación en la formación Rev Med Chile 2012; 140: 396-403 Tabla 3. Nota final de ECOE/OSCE por subgrupo Subgrupo Nota final ECOE ± desviación estándar Subgrupo Tutor A 6,295 ± 0,279 Subgrupo Tutor A + EC 6,503 ± 0,233 Subgrupo Tutor B 6,436 ± 0,182 Subgrupo Tutor B + EC 6,4824 ± 0,363 EC: especialista en comunicación. de sus docentes11. En la Pontificia Universidad Católica de Chile, en el marco del Diplomado de Educación Médica, se han formado 250 docentes en “Introducción a la Docencia en Comunicación Centrada en la Persona”12; sin embargo, persiste la necesidad de apoyo “en terreno”, es en este escenario donde cobra relevancia el aporte de un co-docente EC. Los resultados de la evaluación de competencias en el ECOE demuestran que, a pesar del mayor énfasis en la relación médico-paciente en los grupos intervenidos, no perjudicó el aprendizaje de las competencias clínicas. No obstante lo anterior, el cumplimiento de las HC era altísimo en ambos grupos y no hubo discriminación entre los estudiantes. Este es un fenómeno reconocido en otros estudios13,14. Ha sido cuestionado si los ECOE son el mejor instrumento para evaluar HC. En efecto, lo anterior presenta algunas dificultades como limitación del tiempo en el contexto de una evaluación sumativa y la necesidad de contar con evaluadores capacitados en HC15. Se requiere un alto número de estaciones para lograr confiabilidad16. En este caso hubo sólo dos estaciones de comunicación de 15 minutos cada una. El checklist 401 EDUCACIÓN MÉDICA Co-docencia como metodología para el aprendizaje/enseñanza de la entrevista médica - G. Gómez et al utilizado en el ECOE, en formato Si/No, no ha sido validado aún, y fue completado por los mismos docentes que realizaron el curso, los que a su vez comentaron en las entrevistas que no tienen formación en comunicación (“Los docentes nunca tuvimos entrenamiento formal en comunicación”; “yo tengo la experiencia clínica y experiencia en comunicación en bruto”). Es posible que los docentes no hayan logrado discriminar los estudiantes que usaron HC efectivas en las estaciones al usar este tipo de pauta polarizada. El estudiante sabiendo que sus habilidades serán evaluadas con un checklist Si/No, privilegia preguntas cerradas, asumiendo que así recolectará más información en menos tiempo, siendo contradictorio con lo aprendido, que privilegia preguntas abiertas al inicio de la entrevista para permitir escuchar la perspectiva del paciente. La evaluación muchas veces es la fuerza que dirige el aprendizaje del estudiante, esta forma de evaluación puede contribuir a la dificultad de demostrar sus HC. Cabe destacar que en este estudio no se incluyó una pauta evaluativa para ser completada por el paciente simulado. El punto de vista del paciente aumenta la validez de la evaluación de HC17. La evaluación realizada por pacientes simulados generalmente representa la perspectiva de pacientes reales18, se ha demostrado que pueden completar pautas de cotejo en forma confiable y precisa19. En las escuelas de medicina en Estados Unidos de Norteamérica en 95% de ECOE son los pacientes quienes completan las pautas de cotejo20. Centrarse en la agenda del paciente es crucial en una entrevista efectiva, mejora la satisfacción del paciente21. Esta área (Atención centrada en el paciente) fue la peor lograda en el ECOE en ambos grupos (ítem “Investigar aspectos psicológicos y/o afectivos del paciente, temores)”. Sin embargo, un número significativamente mayor de estudiantes del grupo intervenido percibía haber aprendido varios de los ítems de esta área “Captar las señales verbales/no verbales en el paciente” y “reconocer emociones expresadas por los pacientes”, a pesar que se enseñó en la penúltima sesión de aprendizaje y por tanto, menos tiempo de práctica. Pareciera que co-docencia facilita el aprendizaje de este tema, que es particularmente difícil para un estudiante de tercer año de medicina. Una debilidad en la evaluación cuantitativa de este estudio fue el bajo número de estudiantes en el grupo intervenido (24) comparado con el 402 grupo control (196). Éste pudiera ser el motivo por el que no se logró demostrar mayor diferencia estadísticamente significativa en las encuestas de percepción y el desempeño en el ECOE. Si queremos enseñar a nuestros estudiantes habilidades que les permitan realizar entrevistas efectivas y centradas en el paciente, tenemos que seguir investigando cuál es la mejor forma de apoyar a los docentes clínicos. Es clave capacitarlos para que puedan modelar, enseñar y evaluar HC22. La co-docencia con un EC es una forma muy aceptable de apoyar a los docentes “en terreno”, y puede ser complementaria a la capacitación de éstos23. Debemos estar atentos al estilo de evaluación que usamos y asegurar que el mensaje enviado a los estudiantes sea claro: para ser un buen médico las competencias clínicas como las comunicacionales son importantes. Agradecimientos: Quisiéramos agradecer a: Los estudiantes de tercer año de medicina 2007/2008 que participaron en el estudio y los docentes de tercer año que fueron entrevistados y especialmente a los docentes que aceptaron participar en co-docencia. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. Moore P, Gómez G, Kurtz S. Comunicación médico-paciente: Una de las competencias básicas pero diferentes. Aten Primaria. In press 2011. Makoul G, Schofield T. Communication teaching and assessment in medical education: an international consensus statement. Netherlands Institute of Primary Health Care. Patient Educ Couns 1999; 37 (2): 191-5. Moore P, Gómez G. Comunicarse efectivamente en Medicina ¿Cómo adquirir Habilidades Comunicacionales durante la carrera de Medicina? Ars Medica 2007; 15: 171-81. 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Cobró especial fuerza en las décadas de 1960 y 1970 en los Estados Unidos de Norteamérica, con los movimientos sociales por la lucha de los derechos civiles de mujeres, homosexuales y discapacitados, basándose principalmente en el concepto de empoderamiento que Paulo Freire acuñó respecto a la educación de los grupos oprimidos1. Posteriormente, el término ha tomado múltiples sentidos según la corriente ideológica que lo sostenga. Sin embargo, se puede asociar el empoderamiento como una confluencia de conceptos como el auto-fortalecimiento, control y poder propio, autoconfianza, capacidad de decisión propia, independencia y libertad del individuo, aunque es igualmente considerable en un nivel colectivo2. Según esto, se podría definir el empoderamiento como “la expansión de la libertad, la autoridad y el poder de la persona sobre los recursos y las decisiones que afectan su vida”. En medicina, el término es introducido en busca de una visión que trascienda la salud en sí y que considere al individuo inmerso en una cultura y ambiente específicos, como parte de un todo. Es decir, una visión que se aproxime al paciente desde una perspectiva socioambiental. El ideario de esta concepción se resume en la “Carta de Ottawa”, elaborada en la conferencia internacional de promoción de la salud de 1986 y en la “Declaración de Alma Ata”, ambas bajo el auspicio de la Organización Mundial de la Salud. Esta ideología considera que la justicia social, la equidad, la educación, un ecosistema saludable, la estabilidad social y un salario digno son antecedentes esenciales que comprometen la salud y la calidad de vida3. Si bien esta perspectiva de la salud se encuentra considerablemente extendida y aceptada en el discurso, en la práctica pasa por un período de transición. En el mundo de la rehabilitación, este paradigma se ha reflejado en la CIF (Clasificación Internacional de la Funcionalidad), promovida por la Organización 404 Mundial de la Salud, que aborda la problemática de la salud como una interacción de diferentes componentes de la funcionalidad, enlazándolos de manera tal que un sistema influye sobre el otro, implicándose e imbricándose entre ellos4. En este paradigma el estado de salud del individuo es parte de su contexto social y quienes proveemos servicios de atención en salud somos parte de él. Lo anterior es rescatado por la CIF tanto en los factores ambientales como en el capítulo 3 Apoyo y relaciones código e355 profesionales de la salud. Sin embargo, a pesar de que el enfoque socioambiental de la salud sea puesto en práctica en determinados casos, aún surgen múltiples interrogantes en cuanto a cómo impacta a la práctica de los profesionales de la salud. ¿Cómo debemos modelar la relación profesional con quien demanda nuestros servicios? ¿Cómo se debiera estructurar la relación interprofesional? ¿Cuáles son los elementos fundamentales para estructurar sistemas que respondan a esta concepción holística? Probablemente no existe una misma respuesta para cada caso. Sin embargo, intentaremos deslindar cuáles serían los parámetros que debiesen respetarse en esta relación, sobre la base de un principio básico como es el derecho a la independencia del paciente y a su plena participación en las decisiones respecto a los problemas que le atañen. En este momento, el modelo imperante en la relación médico-paciente es el empírico, en el cual se tiende a “objetivar” a este último. Teniendo como base filosófica a Hegel, se establece un modo de conocer el mundo que en salud se traduce en constituir categorías según los síntomas y signos de quien demanda la atención. Esta esquematización ha resultado de gran utilidad para el desarrollo y aplicación del conocimiento. No obstante, su ejercicio tiene algunos riesgos al establecer una relación sujeto-objeto. Por un lado, quien demanda la atención espera recibir ya sea información, instrucción o procedimiento que cambiará su condición de salud. Por otro lado, el profesional ve en quien consulta un problema que categorizará de una manera determinada. Existe una línea delgada entre la clasificación y la caracterización de los problemas que afectan a los pacientes. De esta forma, la descontextualización de éste respecto a su entorno transforma una relación entre sujetos en una relación entre un sujeto y un objetivo exclusivo, trayendo consigo ciertos riesgos claramente reconocidos en el ejercicio de la CARTAS AL EDITOR A B Figura 1. A: Objetivización. B: Empoderamiento. medicina. Un proceso de diagnóstico o terapéutica adecuado debe ser evaluado constantemente, al igual que sus resultados, decisiones e indicaciones, evitando así conductas mecánicas o absolutistas que encuadren los comportamientos de los pacientes o no consideren el ambiente que lo rodea, implicando generalizaciones y la formación de estereotipos. Estos últimos conducen a prejuicios que en consecuencia conllevan discriminaciones que oprimen al afectado (Figura 1a). En contraposición, un sistema basado en el empoderamiento requiere que se establezca una relación sujeto-sujeto entre médico y paciente, ya que para construir el conocimiento no basta con objetivar y clasificar sino que, además, es necesario comprender y reconocer la diversidad, establecer consideraciones positivas, solidarizar y promover la libertad y participación de éste en su proceso de sanación2 (Figura1b). A pesar de que podamos reconocer muchas variaciones según el contexto cultural y socioeconómico de cada persona, que modifiquen individualmente el proceso terapéutico, dicho reconocimiento debe siempre solidarizar y considerar la diversidad y la información de las alternativas disponibles para poder tomar una decisión en conjunto con el enfermo (11). De este modo, se pueden recomendar ciertas claves útiles para lograr el empoderamiento del paciente: 1) Establecer una relación sujeto-sujeto; 2) Evitar el estereotipo y trabajo mecánico; 3) Entregar conocimiento responsable; 4) Discriminar positivamente y soli- Rev Med Chile 2012; 140: 404-405 darizar; 5) Compartir las decisiones; 6) Considerar el entorno sociocultural. Pedro Chaná Universidad de Santiago de Chile (USACH) Clínica Alemana de Santiago Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Thesen J. From oppression towards empowerment in clinical practice-offering doctors a model for reflection. Scand J Public Health Suppl 2005; 66: 47-52. Hage AM, Lorensen M. A philosophical analysis of the concept empowerment; the fundament of an educationprogramme to the frail elderly. Nurs Philos 2005; 6: 235-46. Saxena S, Carlson D, Billington R. The WHO quality of life assessment instrument (WHOQOL-Bref): the importance of its items for cross-cultural research Qual Life Res 2001; 10: 711-21. 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Correspondencia a: Dr. Pedro Chaná-Cuevas, Centro de Trastornos del Movimiento Universidad de Santiago de Chile-USACH, Belizario Prat 1597b, Independencia, Santiago de Chile. 405 CARTAS AL EDITOR Rev Med Chile 2012; 140: 406-407 Relación entre el cáncer de vejiga y la infección por el virus del papiloma humano Relationship Between Bladder Cancer and Infection by Human Papillomavirus Sr. Editor: El carcinoma de vejiga (CV) es la más común de las neoplasias malignas del tracto urinario, caracterizada por una gran variabilidad en el pronóstico. El carcinoma de células transicionales representa más de 90% de las neoplasias vesicales. Hasta la fecha, no se conocen bien los mecanismos asociados a la iniciación y progresión de estos tumores, así como los posibles factores de riesgo que puedan estar implicados. Numerosos trabajos han tratado de estudiar el riesgo carcinogénico de los virus, como el virus del papiloma humano (VPH), con resultados contradictorios. Se ha demostrado que la infección por el VPH está involucrado en la patogénesis de varias lesiones intraepiteliales y cánceres, como el de ano, cérvix, oral, etc1, 2. Sin embargo, la asociación del VPH con el desarrollo de tumores en el tracto urinario sigue siendo controvertida, ya que en la mayoría de los casos, la evaluación de los resultados es difícil al no existir un grupo control adecuado3. Esta posible relación se basa en el tropismo epitelial del VPH y la proximidad anatómica de la uretra, al considerarse ésta un reservorio del virus, y la vejiga3,4. Con frecuencia la integración del VPH ocurre en la vecindad de conocidos protooncogenes de la célula epitelial humana, aunque se desconoce si este fenómeno favorece la progresión de una lesión precancerosa hacia un cáncer. Li et al5 expusieron los resultados de un metaanálisis de artículos publicados entre enero de 1989 y agosto de 2010. Estos autores discutieron cuestiones como el riesgo de CV debido a la infección por el VPH en función de la variación geográfica, si el efecto de la infección del VPH es diferente en los distintos tipos histológicos, los subtipos de VPH identificados con mayor frecuencia (los cuales son similares a los identificados en otro tipo de tumores como el cérvix, ano, es decir, el VPH 16 y 18) y la sensibilidad del test empleado para detectar el virus. Algunos autores, como Larue et al6, han pu- 406 blicado que la sensibilidad de detección del VPH depende en gran medida de factores técnicos, tales como la fijación del tejido, la preparación de ADN, y las condiciones de amplificación. Con los años, las pruebas microbiológicas para detectar la infección han cambiado. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) e hibridación in situ son técnicas con alta sensibilidad y especificidad para la detección del genoma viral3. Podemos observar que la asociación entre el VPH y el cáncer de vejiga varía con la localización geográfica. Se han documentado porcentajes elevados de detección del VPH en los tumores de vejiga en el sudeste de Asia, alcanzando hasta 81% en Hong Kong. Los porcentajes más bajos se han detectado en Europa y América del Norte, los cuales no exceden el 39%3. Es posible que estas diferencias estén relacionadas con problemas en las técnicas de diagnóstico, tales como no usar una gama suficientemente amplia de los cebadores específicos de PCR, o tener el ADN de las muestras que contienen menos tipos comunes de VPH, que conducen a falsos negativos3. Otra cuestión a tener en cuenta, es justificar la asociación, ya que el virus puede estar en la lesión antes de que aparezca, como inductor, al ser adquirido en el curso de relaciones sexuales. Esto no descarta que pueda colonizar secundariamente el tumor, ya que forma parte de la microbiota de las mucosas4. Finalmente, podemos concluir que, con la evidencia científica, existe una relación entre el virus del papiloma y su influencia en el desarrollo de carcinoma de vejiga. Todavía hay problemas que resolver, como, por ejemplo, si la participación de los virus es el mismo en hombres que en mujeres o en diferentes tipos patológicos. Por lo tanto, para llegar a una conclusión más definitiva deberíamos tener acceso a estudios que incluyan un número suficiente de casos y muestras, en comparación con los controles, utilizando una combinación de varias técnicas microbiológicas en un mismo sujeto y muestra. Todo esto exige más investigaciones sobre la relación entre el VPH y el cáncer de vejiga a través de estudios patogénicos de la enfermedad. Antonio Jiménez-Pacheco PhD. Servicio de Urología, Hospital Santa Ana. Granada, España CARTAS AL EDITOR Referencias 1. 2. 3. 4. Spano JP, Marcelin AG, Carcelin G. HPV and cancer. Bull Cancer 2005; 92: 59-64. Wiwanitkit V. Urinary bladder carcinoma and human papilloma virus infection, an appraisal of risk. Asian Pacific J Cancer Prev 2005; 6: 217-8. Ben Selma W, Ziadi S, Ben Gacem R, Amara K, Ksiaa F, Hachana M, Trimeche M. Investigation of human papillomavirus in bladder cancer in a series of Tunisian patients. Pathol Res Pract 2010; 206:740-3 Gutiérrez J, Jiménez A, de Dios Luna J, Soto MJ, Sorlózano A. Meta-analysis of studies analyzing the relationship Rev Med Chile 2012; 140: 406-407 5. 6. between bladder cancer and infection by human papillomavirus. J Urol 2006; 176: 2474-81. Li N, Yang L, Zhang Y, Zhao P, Zheng T, Dai M. Human papillomavirus infection and bladder cancer risk: a meta-analysis. J Infect Dis 2011; 204: 217-23. LaRue H, Simoneau M, Fradet Y. Human papillomavirus in transitional cell carcinoma of the urinary bladder. Clin Cancer Res 1995; 1: 435-40. Correspondencia a: Antonio Jiménez-Pacheco. Servicio de Urología, Hospital Santa Ana. Avenida Enrique Martín Cuevas s/n. Motril. Granada, España. CP: 18600. Teléfono: 958038420 E-mail: anjipa29@hotmail.com 407 CARTAS AL EDITOR Rev Med Chile 2012; 140: 408-409 Los médicos y el arte: una dualidad de beneficiosa reciprocidad Physicians and arts: a duality with potential reciprocal benefits Sr Editor: No es inusual encontrar en la historia médicos que han compartido su vida profesional con el desarrollo de diversas expresiones artísticas. Algunos de ellos terminan dedicándose más a una determinada pasión artística que a la medicina, especialmente cuando el éxito es tal que les permite vivir de su talento. Pero, quizás, la mayoría decide asumir las inclinaciones artísticas como un hobby y no una opción de vida. El término “medicina” tiene su origen en una palabra que significa curar, preocuparse por el otro, el “arte” de preocuparse por el otro1. El arte de alguna manera también se preocupa por el otro, al entregar creaciones que ennoblecen al individuo y lo ayudan a mejorar en el sentido más profundo1. El arte tiene un rol terapéutico que es cada vez más reconocido, especialmente la música2. Que un médico se interese en el arte podría explicarse por diversos motivos. Estudiar y practicar la medicina implica un conocimiento más global del ser humano en todo nivel y este conocimiento puede plasmarse en una obra artística, ya sea literaria, pictórica o musical. También hay médicos con inquietudes artísticas desde la infancia o adolescencia, que optan por diversas presiones a una carrera con aparente mayor solvencia económica, quedando latente un potencial artístico que puede develarse en períodos posteriores de mayor estabilidad. Sheather plantea que tener una afinidad artística favorecería el ejercicio más humano de la profesión y nos haría eventualmente mejores médicos1, posición que comparto plenamente. Navarro propone, entre otras hipótesis, que los médicos desarrollan su lado artístico como sublimación de las limitaciones que encuentran en la medicina, o como una forma de evasión3. David Hilfiker, médico de familia norteamericano, lo expresa claramente en esta frase: “La Medicina es mi raíz, la literatura son mis alas”4. La especial relación entre medicina y arte queda bien reflejada también en las opiniones 408 de 2 exitosos escritores del siglo pasado: A.J. Cronin (“Las llaves del Reino”, entre otras obras) y Somerset Maugham (especialmente su novela autobiográfica “Servidumbre humana”). Ambos fueron médicos y afirmaban: “no habría escrito los libros que publiqué si no hubiera ejercido 11 años de médico” (Cronin), “no hay mejor escuela para un escritor que haber ejercido la práctica de la medicina” (Maugham)5. Antón Chejov, el gran dramaturgo ruso, compartió la medicina con la literatura y fue exitoso en ambas. Afirmaba “la medicina es mi esposa legal y la literatura mi amante” y agregaba que “si bien ello puede lucir poco respetable, no resulta aburrido en modo alguno”. Más aún, aseguraba que “cuando me canso de una, paso la noche con la otra”, y “ello termina mejorando mi relación con ambas”. Georg Buchner, médico y escritor alemán, muerto precozmente a los 23 años, con su obra “Woyzcek” (1836) revolucionó la literatura de comienzo del siglo XIX acercándola al expresionismo, hizo además la que se considera como primera descripción literaria de una psicosis tipo esquizofrénica en su obra “Lenz”5. Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, personaje que lo superó en fama, abandonó su carrera de oftalmólogo ante el éxito de sus obras de ficción. ¿Puede haber influido el hecho de ser médico, en lograr una obra de merecido éxito en que su héroe, Sherlock Holmes, hace gala de un sorprendente poder de análisis, detallismo, abstracción y deducción, todas características que envidiaría un buen médico? Mi opinión es que el hecho de ser un médico de un muy buen nivel profesional debe haber influido en el logro literario de Conan Doyle. Los poetas Schiller y Keats son otros ejemplos poco conocidos de genios que abandonaron la medicina para dedicarse plenamente a la pasión literaria5. En el siglo XX destacó Albert Schweitzer, Premio Nobel de la Paz, músico, historiador, teólogo, entre otras cualidades. El médico austríaco Arthur Schniztler, unos de los escritores más importantes de fines del siglo XIX y primer tercio del siglo XX, fue otorrinolaringólogo, como su padre, pero alcanzó la fama con obras como “Relato soñado”, llevada al cine 70 años después por Stanley Kubrick5. Oliver Sacks es probablemente el neurólogo y escritor más célebre en la actualidad, gracias a sus libros en los que matiza la ficción con diversos CARTAS AL EDITOR constituirse en un arte del curar o ayudar al otro: hay diversos ejemplos históricos en que ambas manifestaciones del saber humano han coexistido y con mucho éxito. Sería interesante poder evaluar si realmente ejercer la medicina lleva a un mejor logro artístico o viceversa, y así incentivar a que alguna disciplina artística forme parte regular de los planes curriculares de la formación de un médico6, como ya parece estar ocurriendo en algunas universidades del país. Figura 1. Ejemplos de algunos médicos que se destacaron como artistas, de arriba a abajo, izquierda a derecha: Chejov, Keats. Sinopoli. Berwald, Cronin, Schweitzer, Schiller, Buchner, Céline, Conan Doyle, Maugham, Sacks, Schnitzler. aspectos neurológicos. Un ejemplo es su obra “Despertares”, y en otras en que destaca el rol de la música en la actividad cerebral como eventual arma terapéutica. Giuseppe Sinopoli, destacado director de orquesta italiano, fallecido precozmente, compatibilizó su especialidad como psiquiatra con magníficas interpretaciones de músicos como Gustav Mahler. ¿Favoreció su formación médica de especialidad, en el logro de una de las más reconocidas interpretaciones de estas sinfonías, psicológicamente complejas pero muy bellas? Franz Berwald ha sido probablemente el compositor sueco más destacado, fue a la vez médico traumatólogo y compatibilizó el desarrollo de su producción musical romántica con la medicina, si bien logró reconocimiento de su legado artístico al final de su vida y póstumamente5. Marcel Proust no fue médico, pero prácticamente actuó como tal en su rol de escritor: hijo y hermano de destacados médicos, plasmó su monumental obra “En búsqueda del tiempo perdido”, con múltiples ejemplos de condiciones o signos médicos, hechos que sin duda la enriquecieron. Médicos pintores destacados quizás son más infrecuentes. Un ejemplo es el más importante paisajista holandés del siglo XVII: Jakob van Ruisdael, quién también ejerció como cirujano exitoso en Amsterdam5. En suma, no sólo se puede decir que la medicina puede Rev Med Chile 2012; 140: 408-409 Marcelo Miranda C. Departamento de Neurología, Clínica Las Condes. Santiago de Chile. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. http://blogs.bmj.com/bmj/2008/05/01/ julian-sheather-does-art-make-us-better-doctors/ Miranda M, Kuester G, Ríos L, Basaez E, Hazard S. Refractory nonconvulsive status epilepticus responsive to music as an add-on therapy: a second case. Epilepsy Behav. 2010; 19 (3): 539. Navarro F. Médicos Escritores y Escritores Médicos. Ars Viva. Revista de Humanidades 2004; 1: 31-44. http://davidhilfiker.com/ Murray P, Murray L The Penguin Dictionary of Art and Artists. Londres Penguin; 2007. Riker L, Shapiro J. Can poetry make better doctors? Teaching the humanities and arts to medical students and residents at the University. Acad Med 2003; 78 (10): 953-7. Correspondencia a: Dr. Marcelo Miranda. Clínica Las Condes, Lo Fontecilla 441. Santiago de Chile. E-mail: marcelomirandac@gmail.com 409 CARTAS AL EDITOR Ï Ð ß Ñ à ô á Ò â Ð ã Ñ ÷ ÷ ÷ ë Ñ æ ñ ë è å û ñ ë è å ì Ñ Ù Õ Ö á ê å ï Ð Ý Ý à Ò é ì Þ è å ì 9 5 ü ï ï á è å ì ï Ö ê ì Ñ Ò í Ó Ý á _ ` c t a _ b c a d c e a _ f d g _ h ` d é â g E _ à ë D i å ã Ö è Ñ ë ä á í Ý í . é á ä < á Ú ï ð ä å ë ì í 6 5 ä 8 % Ø Õ 1 6 0 å ê ã ë é è á è è ä ñ è ï ñ å ä á ì ã ã ï ï é é ì d v j w i g d j _ b ` _ ` u j b c ì à þ ì é Ö è Ó á ! Ñ å Þ æ ì á á ë ê à u a x u a x j h _ f j f f å ï ì æ ç Ù × Ò á ë I d å Ó Ò j f c w } a b _ u c ì ï L Ö × ä è å å æ ê à è ì ë 5 ê ä å K ì è á M N O H å í á ã è P í à J ä á é ë g á á ä f _ d z h c ` ` d d c i { h _ y f x | e j | h i d x h j h d i d g c d f b c t a _ f j y h u c i _ H f k f _ ñ å ì ì ñ ã Q ì þ è å ï P f è F l ä å R ` ` d f _ f k _ g a w i _ d ` d ` ^ j y ` d _ g c c b a _ i G ì H _ c ê ë æ ä á è è F í P m a _ b ` u j a g y g d ` c g x _ ^ h d c t è ä é é ì ï é à á í ì è 4 á è å ï é å è H f P S k T f R ` l f ` O d M i G _ U Ò × å ë í í æ è ì ì á è í 3 n ` V W _ d f b c g d ` c g _ x l d i è Û å å í ï à û ì ï á è X W Y é ï U d ` c m c f m k f k f l ` d l d i i _ n _ n ` é é ï é ä à á é ó ñ á ã ï ã å ì é ï ' í è ì Ö ' è ë ï ì æ ë 2 é å è á è ê á ñ í ï ì á ï Z U U [ [ S G \ Y U Z U ` é ì ÿ ó ( ! Õ è Ø ï ï á ã ë á Ñ å ä ì é Ý ä ð é ã ä ö ì ï Ó ù à ì é í ì á å å 3 ó é ì à á è ê c a l ` d c i ` h b c w d _ k _ g d c _ m f m d j i d f h k k ` f j h b d f ` ` l h l d d u i i _ _ c n n ` 410 a h c a g c j a g ` c l g m f d i _ m k f h e ~ f q p p r r o p q p p _ ` ë ì è å ï é å U ] ] ` ℡ i m f f ` l d k f ` l a _ a j d g _ k i d h f _ n ` c ` l d i _ n ` d c m f k f i _ ` ` q p p r s o p q p p r o p q p p r o p q p p r o o p q p p r ~ o p q p p r o n d l ` i q u h _ f c d _ a h _ f c r c s ^ d i s i q r r s ~ r r s c h q b d c q r t s q r j a p i b o i s _ v ì i c p ã à ä _ o % & Ò á ä í 2 Ö å c ì i j ä i r è á i b ó : c ℡ ì ó E d b j f g ` g é " Ý ! ℡ í Ø ℡ b ò å - ê â ï ì = M f i í × ë ñ K c Ò ì í J g Ý ê I _ Ý Ñ è ê ` Ó w ` à Ö ì c y ì ÿ ì Û ! é ï ã ℡ x è ÿ ℡ e ì Ð ø ý è ï ï ý í ó å ï å ã á 1 á 6 ä ä ì Õ é Ö ã 0 9 è ì ï á é Ø æ / 6 å à þ è ñ à Ý ì þ Ñ à í 5 Ó ì ë / í é ÿ é ì × ì ã å 7 ñ é ï Ø ü ï ø ' è á ! ï å Ó à ã ð è á á ã " × ã ì ì Õ í å Ò á ì ä ë Ö ì è á Þ à ã Ü × á ã % é á è ì Þ ë ! æ å å ì Ó ë ê å ê é á Ñ Ö Ö ï 2 à è ä í à ! à í à à Ù " á ã ì ý ì å á Ý à ì þ à Ø ñ ã ÷ ì Ø ã ) é ï . á Ñ á ì = é ' ã á - Ý þ ï ) Ü ì ã 5 Ó á á å à ö é ê í j á Ö I ^ í ï ì Ó ù ë à ì é è H ó Õ à ì ì å G c ï Õ í è F è Ø é Þ ë ï á Ý ï ï Ý á ã Ñ ä Ø ã æ ã é á Ý ì Ó ë ü ï ï $ ! ã Õ á ì é í á á à ã Û é Ø é á í é å Ø Õ ï è í Ø ì è ê ã ì ë Ö á ð Û é á á Û å ë Ñ ì Ñ Õ ' ð c Ý Ø C ^ é 2 × í ã ì ï Ö ä Û ' ã á Ò Ò è æ ÷ = û Ý Ó ä ã . 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