CAPITULO V LA CARDIOLOGÍA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX LA CARDIOLOGIA EN EL MUNDO A partir de la década del 50, la Cardiología tuvo un avance espectacular merced a los importantes avances técnicos y científicos alcanzados, basados muchos de ellos, paradójicamente, en los progresos tecnológicos experimentados en todos los aspectos de la vida moderna luego de la Segunda Guerra Mundial. Hemos visto nacer numerosos métodos diagnósticos como la Hemodinamia, que al comienzo solo fue diagnóstica y que a partir de los años 80 se convirtió también en un método terapéutico dando nacimiento a la hoy conocida Cardiología Intervencionista, la Ecocardiografía y el Doppler cardíaco, la Cardiología Nuclear, la electrofisiología, el Holter y la creación de los marcapasos cardíacos, el desfibrilador y el cardioversor. Nació la cirugía cardiovascular, lo que posibilitó el tratamiento quirúrgico correctivo de las cardiopatías congénitas, la implantación de distintas prótesis valvulares y surgió la exitosa cirugía de revascularización propugnada por nuestro René Favaloro culminando con el transplante cardiaco y cardiopulmonar. Gracias a las importantes investigaciones realizadas hemos podido conocer más profundamente la fisiopatología de la mayoría de las patologías, que modificaron el enfoque terapéutico en la mayoría de ellas. Hemos visto la aparición de productos farmacéuticos que modificaron sensiblemente la conducta terapéutica seguida previamente. Los antibióticos, los diuréticos orales y las importantes drogas antihipertensivas significaron un avance espectacular en el tratamiento de los pacientes. Hoy la hipertensión arterial dejó de ser una patología grave en muchos casos; la fiebre reumática prácticamente dejó de existir gracias a su prevención, las arritmias pudieron ser tratadas con éxito; la cardiopatía isquémica si bien sigue siendo una patología frecuente y seria, gracias a los nuevos métodos y conductas terapéuticas su pronóstico ha mejorado sensiblemente, etc. Hemos dejado de lado el enfoque muchas veces empírico basado preferentemente en la experiencia personal u “ojo clínico” por una Medicina basada en la evidencia, gracias a los importantes estudios multicéntricos que de una manera u otra, hoy nos señalan las conductas a seguir. Y también, al finalizar el siglo XX hemos visto surgir la jerarquización de la prevención cardiovascular, que ya ha tomado cuerpo en la población gracias a las importantes campañas de prevención que se realizaron y se realizan en el mundo las entidades científicas y sobre todo las Fundaciones Cardiológicas. Así como este siglo podemos decir que fue el de los avances tecnológicos y científicos, el siglo XXI se avizora como el siglo de la prevención que permitirá dentro de algunos años que muchas patologías tiendan a disminuir y por ende de esa manera mejorar tanto la longevidad como la calidad de vida de la población. No debemos dejar de mencionar las grandes sorpresas que seguramente nos deparará las futuras investigaciones basadas en la lectura del Genoma Humano recientemente lograda. Numerosas figuras cardiológicas sobresalieron en estos últimos 50 años en el mundo. La lista sería interminable, pero considero que no podemos dejar de mencionar a quienes, a mi criterio, tuvieron un papel predominante en el desarrollo logrado y pueden ser considerados como pioneros de la Cardiología Moderna. Los Dres Samuel Levine y su discípulo W. Proctor Harvey por sus importantes publicaciones y libros (especialmente Clinical Auscultation of the Heart editado en 1949) sobre auscultación y fonocardiografía El Dr. Aubrey Leatham de Inglaterra considerado como el pionero de la auscultación en el siglo XX. Proctor Harvey Samuel Levine Aubrey Leatham El Dr. John Goodwin de Inglaterra, líder en el estudio de las miocardiopatías. Los Dres Harold Jeremy Swan y William Ganz, por sus importantes aportes en distintos temas cardiológicos y especialmente por la creación del conocido cateter balón que lleva sus nombres y que permitió el control hemodinámico de los pacientes en estado crítico. Harold Swan William Ganz El Dr. Mason Sones creador de la cinecoronariografía que revolucionó el estudio y tratamiento de la cardiopatía isquémica. El Dr. Williams Kannel uno de los directores del extraordinario estudio de Framingham que dio nacimiento a los modernos conceptos de la prevención cardiovascular. Mason Sones William Kannel El Dr. Atilio Masseri de Italia por sus importantes trabajos sobre espasmo coronario. El Dr. Andreas Gruntzig de Suiza creador de la angioplastia que dio origen a la Cardiología Intervencionista. Atilio Masseri Andreas Gruntzig Y en los últimos años han sido figuras destacadas el Dr. Valentín Fuster, español residente en EEUU, por sus significativos aportes en el estudio de la cardiopatía isquémica. El Dr. Shabudin Rahimtoola por sus trabajos sobre valvulopatías. El Dr. Milton Packer por sus importantes estudios sobre insuficiencia cardíaca. Valentín Fuster Shabudin Rahimtoola Milton Packer Y los Dres Eric Topol de EEUU y Salim Yusuf de Canadá quienes además de diversos trabajos de investigación, dirigieron numerosos estudios multicéntricos que brindaron significativos aportes a la cardiología basada en la evidencia. Eric Topol Salim Yusuf Dentro de los cirujanos, debemos destacar como pioneros y verdaderos Maestros de la cirugía cardiovascular a: Dwight Harken, Clarence Walton Lillehei, Michael DeBakey, John Gibbon, Denton Cooley, Donald B. Effler, John Kirklin, Norman Shumway, de EEUU, Clarence Crafoord de Suecia, lord Claude Baron Brock, Sir Thomas Holmes Sellors, y Donald Ross del Reino Unido, Sir Brian Barrat-Boyes de Nueva Zelanda, Alain Carpentier de Francia , Rene Favaloro de Argentina, Cristihiaan Barnard de Sudáfrica. Pero dentro todo de este grupo, debemos resaltar especialmente a tres figuras que yo considero emblemáticas de la Cardiología Moderna: los Dres Eliot Corday, Eugene Braunwald y Bernard Lown. El Dr. Eliot Corday nació en Alberta (Canadá) en 1913 y en 1940 se graduó en la University of Alberta Medical School. Estuvo durante 5 años en la Fuerza Aérea de Canadá y luego se radicó en Nueva York trabajando con Dickenson Richards (laureado luego con el Premio Nobel junto a Forssman y Cournand en 1956) en el desarrollo de cateterismo cardíaco. Junto al Dr. Arthur Master comenzaron a realizar estudios electrocardiográficos en los pacientes subiendo escalones y descubrieron que ellos presentaban alteraciones significativas en los pacientes con enfermedades coronarias naciendo así la famosa prueba de Master que fue la precursora de la ergometría. Ya en Los Angeles, jugó un rol importante en el desarrollo de la electrocardiografía ambulatoria y junto al Dr. George Griffin estudió el flujo del sodio Prof. Dr. Eliot Corday marcado con radioisótopos en las cámaras cardíacas que diera nacimiento a la Cardiología nuclear. Sus contribuciones en estos campos, cateterismo cardíaco, test de esfuerzo, ECG ambulatoria y estudios con radioisótopos hicieron que pronto fuera uno de los cardiólogos más conocidos de su tiempo. Fue médico de figuras relevantes del mundo, sobresaliendo entre sus pacientes el Presidente de EEUU Dwight Eisenhower a quien atendió al padecer de un infarto. En 1960 fue presidente del American College of Cardiology. Visitó numerosos países del mundo llevando sus enseñanzas y experiencias y pronto se transformó en un gigante de la Cardiología. Falleció en el año 1999 a los 85 años. El Dr. Eugene Braunwald es una de las figuras más sobresalientes de la Cardiología Moderna Llegó a EEUU en 1939 desde Austria junto a su familia huyendo de la guerra, se recibió de médico en la Universidad de New York y completó su residencia médica en el John’s Hopkins Hospital. Fue Jefe de Cardiología y Director Clínico del National Heart, Lung and Blood Institute de Bethesda, creó el Departamento de Medicina en la Universidad de California y desde 1972 a 1996 fue Jefe del Departamento de Medicina del Britham and Women's Prof. Dr. Eugene Braunwald Hospital de Boston. Hoy es Profesor Distinguido de la Escuela de Medicina de Harvard y Decano del programa académico en the Partners HealthCare System, creado por Brigham and Women’s y Massachusetts General Hospitals. Es el único cardiólogo miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos habiendo sido Presidente de la American Society for Clinical Investigation. Recibió numerosos honores y designaciones honoríficas de numerosas Instituciones del mundo entre ellas de la American Heart Association que instituyó en 1999 un Premio con su nombre y del American College of Cardiology que lo designó Científico Distinguido. Es autor de más de 980 publicaciones, muchas de ellas de importancia superlativa, sobre los más diversos temas destacándose sus trabajos sobre cardiopatía isquémica e insuficiencia cardíaca. Sus definiciones sobre el miocardio atontado y la remodelación ventricular provocaron cambios de conducta muy importantes ante la enfermedad cardíaca. Fue editor en jefe de numerosos libros de medicina siendo hoy su libro “Heart Disease” de consulta obligada especialmente para quienes se están formando en la especialidad. El Dr. Bernard Lown, nació en Lituania y emigró a EEUU en 1935 huyendo de la guerra a los 13 años. Profesor Emérito de Cardiología de Harvard University, se graduó en la John’s Hopkins University School of Medicine. Es pionero en las investigaciones de la muerte súbita y creador del Prof. Dr. Bernard Lown desfibrilador de corriente continua que permitió su utilización como cardioversor. Además, fue autor de la ya clásica clasificación de la severidad de las arritmias ventriculares las cuales se validaron finalmente para las arritmias por isquemia. Fue también quien introdujo el uso de la lidocaína como tratamiento de las arritmias ventriculares y, además, un gran impulsor de la instalación de las Unidades Coronarias. No solo se dedicó a las arritmias, sino que también se destaca por ser un fuerte defensor de la paz en el mundo habiendo sido cofundador de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear en 1980, que le valió en 1985 recibir el Premio Nobel de la Paz junto a otro cardiólogo ruso el Dr. Belemkov. En estos últimos años se dedica especialmente a la promoción de la prevención cardiovascular a través de PROCOR, institución que desarrolla su actividad por vía informática que creó en 1997 y dirige en la actualidad. LA CARDIOLOGIA EN ARGENTINA La Cardiología en Argentina, no estuvo aislada del mundo en este tiempo. Las facilidades tecnológicas de comunicación y de traslado permitieron que los cardiólogos argentinos pusiéramos precozmente en práctica todos los adelantos científicos y tecnológicos ocurridos e inclusive se hicieran aportes muy importantes para el desarrollo cardiológico. La jerarquía de la cardiología argentina y de sus miembros fue reconocida por todo el mundo en 1974, cuando se le asignó ser sede del Congreso Mundial de Cardiología en Buenos Aires, el cual fue organizado bajo la presidencia del Dr. Francisco Romano por la Sociedad Argentina de Cardiología con la colaboración de la Federación Argentina de Cardiología, las cuales en forma conjunta ahora aspiran conseguir la postulación para que nuestro país sea nuevamente sede de un Congreso Mundial en el año 2008. Muchos cardiólogos fueron partícipes importantes en el desarrollo de la Cardiología Argentina en los últimos 50 años. Sería interminable el listado e inclusive injusto el olvido de algunos de ellos por lo que prefiero evitar su mención. Pero sin dudas, a mi criterio, hubo tres que sobresalieron en forma manifiesta: los Dres. René Favaloro, Mauricio Rosembaum y Carlos Bertolasi. Para los argentinos, hacer una reseña de la vida de René Favaloro parece innecesaria. Pero considero que no podemos dejar de resaltar algunos de sus datos biográficos en este libro. Nació en La Plata el 14 de julio de 1923 y se recibió como médico en la Universidad Nacional de esa ciudad en 1949. Cursó la educación primaria en una modesta escuela de su barrio" El Mondongo" de La Plata y durante las tardes ayudaba a su padre ebanista en el taller de carpintería, quien le enseñó los secretos del oficio. En 1936, después de un riguroso examen, Favaloro entró al Colegio Nacional de La Plata donde docentes como Ezequiel Martínez Estrada, al que siempre recordaba, le infundieron principios sólidos de profunda base humanística. Al finalizar la escuela secundaria ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata y se recibió de médico en 1949 haciendo el practicanato en el Hospital Policlínico de La Plata. En 1949, apenas recibido, accedió al puesto de médico auxiliar en dicho Hospital en carácter de interino y a los pocos meses lo llamaron para confirmarlo. Le pidieron que completara una tarjeta con Dr. René Favaloro sus datos y en donde en el último renglón debía afirmar que aceptaba la doctrina del gobierno (El Gral. Perón era presidente en esos momentos) Sus calificaciones eran mérito más que suficiente para obtener el puesto. Sin embargo, ese requisito resultaba inaceptable para alguien como él que había formado parte de movimientos universitarios opuestos al Gobierno, habiendo tenido que soportar la cárcel por dicha causa en alguna oportunidad. Por ese entonces le llegó una carta de un tío desde Jacinto Aráoz, un pequeño pueblo de 3.500 habitantes en la zona desértica de La Pampa. El único médico que atendía la población, el doctor Dardo Rachou Vega, estaba enfermo y le solicitaba lo reemplazara por algún tiempo. Llegó a Jacinto Aráuz en mayo de 1950 y rápidamente trabó amistad con el doctor Rachou. Su enfermedad resultó ser un cáncer de pulmón. Falleció unos meses más tarde y Favaloro resolvió quedarse creando una clínica. Al poco tiempo se le sumó su hermano, Juan José, médico también. Favaloro leía con interés las últimas publicaciones médicas y cada tanto volvía a La Plata para actualizar sus conocimientos. Quedaba impactado con las primeras intervenciones cardiovasculares. Poco a poco fue naciendo en él el entusiasmo por la cirugía torácica y comenzó a pensar en viajar a los Estados Unidos para hacer una especialización. En uno de sus viajes a La Plata le manifestó ese deseo su querido maestro el Profesor Mainetti, quien le aconsejó que el lugar indicado era la Cleveland Clinic. Hacia allí se dirigió en el año 1962. Trabajó primero como residente y luego como miembro del equipo de cirugía, en colaboración con los doctores Donald B. Effler, jefe de cirugía cardiovascular, F. Mason Sones, Jr. a cargo del Laboratorio de Cineangiografía y William L. Proudfit, jefe del Departamento de Cardiología. Al principio, la mayor parte de su trabajo se relacionaba con la enfermedad valvular y congénita. Pero todos los días, apenas terminaba su labor en la sala de cirugía, Favaloro pasaba horas revisando cinecoronariografías y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco. El laboratorio de Sones, tenía la colección más importante de cineangiografías de los Estados Unidos. A comienzos de 1967, Favaloro comenzó a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. Llevó a la práctica sus ideas por primera vez en mayo de ese año. La estandarización de esta técnica del “by pass”, fue el trabajo fundamental de su carrera, lo cual hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria. En 1971 Favaloro decidió regresar a la Argentina, con el sueño de desarrollar un centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic, que combinara la atención médica, la investigación y la educación, tal como lo dijo en su carta de renuncia a Effler que figura en uno de sus libros: "Una vez más el destino ha puesto sobre mis hombros una tarea difícil. Voy a dedicar el último tercio de mi vida a levantar un Departamento de Cirugía Torácica y Cardiovascular en Buenos Aires. En este momento en particular, las circunstancias indican que soy el único con la posibilidad de hacerlo. Ese Departamento estará dedicado, además de a la asistencia médica, a la educación de postgrado con residentes y fellows, a cursos de postgrado en Buenos Aires y en las ciudades más importantes del país, y a la investigación clínica. Como usted puede ver, seguiremos los principios de la Cleveland Clinic". Con ese objetivo comenzó sus actividades en Buenos Aires en el Sanatorio Güemes y en 1975 creó la Fundación Favaloro junto con otros colaboradores. En 1992 inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro. Pero Favaloro no se conformó con su actividad científica sino que también se preocupó por los males endémicos de nuestra Sociedad. En todas sus conferencias no dejó de denunciar el problema de la desocupación, la desigualdad, la pobreza, el armamentismo, la violencia. Su última conferencia dada en el marco del XIX Congreso Nacional de Cardiología realizado en Mendoza en junio del 2000, que muchos de nosotros tuvimos el privilegio de escuchar, versó sobre estos problemas postulando que la pobreza, la desocupación y la miseria debían ser catalogadas también como un factor de riesgo cardiovascular. Favaloro fue miembro activo de 26 sociedades, correspondiente de 4, y honorario de 43, entre ellas de la Federación Argentina de Cardiología y la Sociedad de Cardiología de Rosario. Recibió innumerables distinciones internacionales entre las que se destacan: el Premio John Scott 1979, otorgado por la ciudad de Filadelfia, EE.UU; la creación de la Cátedra de Cirugía Cardiovascular "Dr. René G. Favaloro" en la Universidad de Tel Aviv, Israel en 1980; el premio Maestro de la Medicina Argentina en 1986; el premio Distinguished Alumnus Award de la Cleveland Clinic Foundation (1987); el Premio René Leriche en 1989, otorgado por la Sociedad Internacional de Cirugía; el Gifted Teacher Award, otorgado por el American College of Cardiology (1992); el Premio Príncipe Mahidol, otorgado por Su Majestad el Rey de Tailandia en 1999 entre otros. En 1992, el diario The New York Times lo consideró como “héroe mundial”. El 29 de julio de 2000 falleció trágicamente a los 77 años. El Dr. Mauricio Rosenbaum fue un brillante electrocardiografista y uno de los líderes en el estudio de las arritmias a nivel mundial en los últimos 50 años. Nació en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, en agosto de 1921. Estudió en la Universidad Nacional de Córdoba cubriendo sus gastos actuando como pianista en una orquesta típica. Recibió su diploma de médico en el año 1946 y accedió al doctorado en 1951, con su tesis Semiología de la onda Q. En el año 1947, atraído por la cardiología, ingresó en el Pabellón de Cardiología Luis H. Inchauspe del Hospital Ramos Mejía. En 1966 gana el concurso de Jefe de Cardiología del Hospital Salaberry y en 1973 regresa al Hospital Ramos Mejía como Jefe de la División Cardiología hasta su retiro en el año 1986. Alrededor de él se aglutinó un grupo de jóvenes especialistas con quienes construyó la escuela de electrocardiografía más renombrada de nuestro país y admirada en el mundo entero fundamentalmente por la descripción que hicieron de los Hemibloqueos, que causó una gran Dr. M.Rosenbaum conmoción en el mundo cardiológico. Pero su actividad científica no se resumió solo a ello. Durante la década del 60, junto al Dr. Cerisola, hicieron investigaciones en pacientes con la Enfermedad de Chagas en Santiago del Estero y otras zonas endémicas de la enfermedad, publicando datos que relacionan la serología reactiva a Trypanosoma cruzi, con los trastornos de la conducción cardiaca en los infectados. Describió los bloqueos taquicárdicos-dependientes en fase 3 y bradicárdicos-dependientes en fase 4; desarrolló la explicación electrofisiológica de la conducción oculta y fue responsable de la descripción de los efectos antiarrítmicos de la amiodarona y especialmente su utilización en los pacientes con Wolff Parkinson White, en momentos que dicha droga aun era prácticamente desconocida. Durante los años 80, describe la modulación electrotónica de la onda T y su relación con la memoria cardíaca, hecho realmente revolucionario. Por su labor científica recibió homenajes dentro y fuera de nuestro país, y también numerosos premios y reconocimientos institucionales: fue profesor de la Universidad de Kentucky, Fellows de Honor del American College of Cardiology en 1975, Investigador Distinguido de la Sociedad Norteamericana de Electrofisiología y Estimulación Cardíaca, Profesor Honorario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, y Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Nuestra Sociedad realizó en su homenaje en 1997 el Simposio Internacional de Arritmias para el Cardiólogo Clínico, en el cual, por supuesto, estuvo presente. Falleció el 4 de mayo de 2003 a los 81 años. El Dr. Carlos Bertolasi, es otro de los grandes de la Cardiología Argentina. Nació en Buenos Aires el 27 de setiembre de 1932 y cursó el ciclo primario y secundario en la Escuela Argentina Modelo para luego en 1950, ingresar a la Facultad de Medicina de Buenos Aires donde se graduó de médico en 1956 con diploma de Honor. Luego de concurrir al Instituto Modelo del Hospital Rawson para completar su formación clínica, ingresa al Pabellón Inchauspe del Hospital Ramos Mejía donde integró el grupo de cardiólogos dirigidos por el Dr. Blas Moia, uno de sus maestros. Dr. Carlos Bertolasi A los 28 años gana por concurso el ingreso a la carrera hospitalaria, incorporándose al Hospital Municipal Cosme Argerich donde se desempeñó por más de 40 años. Estuvo al lado de su otro gran maestro, el Dr. Fernando Battle a quien sucedió como Jefe del Servicio de Cardiología en 1974. En 1970 organiza la primera sala de Terapia Intensiva y Unidad Coronaria del país y se pone al frente de la prestigiada Residencia de Cardiología del Hospital Argerich. Docente nato, su gran capacidad didáctica para trasmitir sus conocimientos y experiencia, especialmente en el tema de la Cardiopatía isquémica, es admirada por todos. Maestro de muchas generaciones de cardiólogos a través de la docencia que impartió en su querido Hospital, y de sus múltiples publicaciones y conferencias. Sus libros sobre Cardiología Isquémica, escrito junto a su maestro el Dr. Fernando Battle y publicado en 1980, Cardiología Clínica editado en 1987, Cardiología Actual en 1992 y recientemente Cardiología 2000 han sido y son hoy de consulta obligada. Su clasificación de la cardiopatía isquémica es ampliamente utilizada y su hipótesis del "sin tiempo" y "con tiempo" en la enfermedad coronaria, con una aproximación fisiopatológica más tarde confirmada, aún está vigente. Fue Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología en 1974; Miembro del Comité de Honor y Asesor Honorario de la Secretaría de Salud Pública del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desde 1996 al 2000, Asesor Honorario del Ministerio de Salud Pública de la Nación de 1999 a 2001 y desde 1997 es miembro de número de la Academia Nacional de Medicina. Ha recibido numerosas distinciones entre ellas la de “Maestro de la Medicina” por la Prensa Médica Argentina en el año 2001 y ese mismo año la de Profesor Honorario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Durante estos últimos 50 años, la cardiología argentina participó activamente a través de la Sociedad Argentina de Cardiología en las distintas instituciones internacionales (Federación Mundial de Cardiología, Sociedad Interamericana de Cardiología que fue presidida en varias oportunidades por cardiólogos argentinos, lo mismo que la Sociedad Sudamericana de Cardiología (ex USCAS) Dado que la S.A.C. es la entidad cardiológica que ostenta la representación internacional del país, los cardiólogos del interior nucleados a partir de 1964 en la Federación Argentina de Cardiología, vieron limitada su participación en esas Instituciones. Sin embargo, en los últimos años, tiende a revertirse esa situación dado que en la actualidad la F.A.C. está participando como miembro con voz pero sin voto en esos foros institucionales. LA CARDIOLOGIA EN ROSARIO La cardiología de Rosario no estuvo ajena a todo lo mencionado. A pesar de los avatares económicos, el nivel cardiológico en nuestra ciudad siempre estuvo a la altura de los grandes centros cardiológicos del mundo gracias a la inquietud y capacidad de sus profesionales muchos de los cuales permanentemente buscaron su actualización y perfeccionamiento en distintos países del mundo, preferentemente EEUU. La Sociedad de Cardiología de Rosario, creada en 1954, fue el centro motor de toda la actividad cardiológica rosarina. Numerosos cardiólogos de nuestra ciudad se destacaron en este período tanto por su producción científica como por su participación institucional, pero creo que deben mencionarse especialmente a 3 de ellos como figuras relevantes dentro de ese importante grupo, los Dres Fernando Gaspary, Pedro Tuero y Osvaldo Robiolo. El Dr. Fernando Gaspary nació en 1913 e inició su actividad médica también en la célebre Sala 17 del Hospital Centenario, Cátedra del Prof. Dr. David Staffieri, generadora de tantos talentos médicos en nuestra ciudad. Junto con González Sabathié, en la década del 40, publicaron numerosos artículos en Revistas Nacionales y en los Archives des Maladies du Cour, por entonces publicación líder en la Cardiología Mundial, especialidad que recién comenzaba a perfilarse con independencia de la Clínica Médica. Estas presentaciones le valieron ser designado Miembro de la Sociedad Francesa de Cardiología. Integró el cuerpo médico del Servicio de Cardiología del Hospital Marcelino Freyre, creado en 1944, y que fue el primer Centro con internación cardiológica exclusiva que existió en la ciudad, en calidad de subdirector. Fundó y dirigió durante 30 años el Servicio de Cardiología del Hospital Italiano. En 1956 ganó el concurso de Profesor Titular de la Cátedra de Semiología de la Facultad de Medicina (luego Patología Médica Area Cardiología) habiendo sido posteriormente, Vice Decano y Decano de la Facultad elegido por sus pares y Vicerrector de la Universidad Nacional del Litoral. Prof. Dr. Fernando Gaspary Al obtener los beneficios de la jubilación, en 1978, fue designado Profesor Emérito y se le asignó la Dirección de la Escuela de Medicina de la Facultad, teniendo en cuenta su vasta experiencia en Educación Médica ya que era considerado uno de los más destacados especialistas en el tema dentro de nuestro país e inclusive en el extranjero habiendo sido invitado a dar numerosas conferencias inclusive en Universidades latinoamericanas. Sucedió al Dr. González Sabathié en la Presidencia de la Sociedad de Cardiología de Rosario (1957-58) de la cual fue miembro fundador. Junto al Dr. Pedro Tuero fue uno de los impulsores de la creación de la Federación Argentina de Cardiología de la cual fue vicepresidente en el período 196869. Fue miembro de la Sociedad Internacional de Medicina Interna, de la Sociedad Argentina de Humanismo Médico, Miembro Honorario Nacional de la Sociedad Argentina de Progresos en Medicina Interna, de la Asociación Médica Argentina, y Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba, de la Academia de Humanidades de San Luis, de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Nacional de Ciencias. Su pasión dentro de la Cardiología eran las arritmias. Era frecuente encontrarlo en su escritorio analizando una tira electrocardiográfica con arritmias utilizando el clásico diagrama en escalera. Publicó numerosos trabajos especialmente sobre la parasistolia, que era su "arritmia preferida" y participó en cuanta reunión científica sobre el tema había en calidad de invitado especial. Pero su otra pasión era la arqueología. Sus excavaciones en su querida Tilcara y en nuestras islas lo llevó a ser considerado un experto en civilizaciones indígenas especialmente de la zona isleña y su teoría de las "campanas" es hoy considerada muy importante en numerosos libros de la especialidad teniendo por ello reconocimiento internacional. Desde la perspectiva arqueológica se denomina “campana” a un vaso de cerámica hueca, de paredes gruesas, de base abierta, campaniforme o cilindriforme, que además de su abertura basal, cuenta con orificios laterales. Gaspary confirió a estas piezas un carácter sagrado. Afirmaba que el acto de conservar el fuego debió ser motivo de un culto especial. También consideró la posibilidad que hubiesen sido utilizadas como sahumadores en actos ceremoniales o en velatorios. Su colección de "cacharros", como él los llamaba, forma parte del acervo cultural de la ciudad, ya que están expuestas en el Museo Histórico Provincial de Rosario. Se caracterizó por su honestidad, bonhomía e ingenio asociado a una singular sencillez, común denominador de quienes son auténticamente grandes. Quienes fuimos sus discípulos siempre tendremos un muy grato recuerdo de su persona. Falleció el 13 de noviembre de 1979. El Dr. Pedro Tuero, nació en Rosario el 29 de abril de 1918. Se graduó en la Facultad de Medicina de Rosario en 1943 y por sus excelentes calificaciones fue Practicante Mayor y Médico Interno del Hospital Escuela Nacional del Centenario. Comenzó su actividad cardiológica en el Servicio de Cardiología del Hospital Freyre dirigido por el Dr. Luis González Sabathié. Dr. Pedro Tuero Integró el Servicio de Cardiología del Hospital Italiano junto al Dr. Fernando Gaspary para luego en 1955, junto a su gran amigo el Dr. Osvaldo Robiolo, crear el Instituto de Cardiología del Sanatorio Británico. Durante esos años, visitó el Instituto Nacional de Cardiología de México y el Servicio del Dr. Denton Cooley en Houston, Texas. Tuvo una importante actividad docente, habiendo sido Jefe de Trabajos Prácticos de Semiología y Profesor Adjunto de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de Rosario. Estuvo al frente del Servicio de Cardiología del Hospital Escuela de Granadero Baigorria durante muchísimos años, formando un grupo de trabajo realmente importante en ese Centro. Presentó innumerable trabajos que fueron publicados en distintas revistas, habiendo recibido los Premios Círculo Médico de Rosario y Dr. Franzini Herrera por sus trabajos clínicos y experimentales en Tromboembolismo Pulmonar, su tema predilecto. Fue Socio fundador de la Sociedad de Cardiología de Rosario y su Presidente en el período 1973-74. Junto al Dr. Ricardo Podio de Córdoba, fue impulsor en la creación de la Federación Argentina de Cardiología, de la cual fue su segundo Presidente en el período 1968-69. Esta Institución lo designó en 1996 Miembro Distinguido, siendo el primer cardiólogo de nuestro país que recibió esa distinción. Falleció en Rosario el 28 de marzo de 1999. El Dr. Osvaldo Robiolo es otra de las personalidades cardiológicas que más se han destacado en este segundo mitad del siglo XX en nuestra ciudad. Nació en 1919 y realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Nº2 graduándose de médico en la Facultad de Medicina de Rosario en 1944. Fue Practicante Menor, Mayor y Médico Interno (por promedio de clasificaciones) del Hospital Nacional del Centenario concurriendo durante esos años a la Cátedra de Clínica Médica del Prof. Dr. Clemente Alvarez a quien Dr. Osvaldo Robiolo recuerda con gran respeto y cariño. En 1946, junto con la gran mayoría de los docentes deja la Facultad y comienza a concurrir a la Sala Santa Inés del Hospital Provincial que dirigía el Dr. Víctor Terán. Al poco tiempo de recibirse, es invitado por el Dr. González Sabathié a incorporarse a su Consultorio particular donde junto al Dr. Maximiliano Voogd fue uno de sus principales ayudantes. Casi simultáneamente, integró el grupo de jóvenes que se desempeñaron en la primera Sala de Cardiología de Rosario en el Hospital Freyre junto a González Sabathié, Gaspary y otros cardiólogos prestigiosos. En 1955 junto a su gran amigo Pedro Tuero crea el Servicio de Cardiología del Sanatorio Británico. Apasionado por la docencia, en 1955 vuelve a la Facultad de Medicina y es designado por concurso Jefe de Trabajos Prácticos de Clínica Médica y de Semiología de las carreras de Medicina y de Odontología. En 1960 ganó por concurso el cargo de Profesor Adjunto de Semiología, en 1964 el de Profesor de Semiología de la Facultad de Medicina y en 1978 es designado Profesor Titular de la Cátedra de Patología Médica sucediendo en ese cargo al Dr. Gaspary hasta 1983 en que se retira para jubilarse. Participó activamente en la creación de la Federación Argentina de Cardiología. Fue Presidente del 2do Congreso Nacional de Cardiología realizado en Rosario en 1968 por la F.A.C., Miembro del Comité Científico del Congreso Mundial de Cardiología realizado en Buenos Aires en 1974 y miembro del Jurado para el Premio de ese Congreso, Socio Fundador de la Sociedad de Cardiología de Rosario y Presidente de la misma en el período 1967-68 asumiendo la Presidencia de la Federación Argentina de Cardiología en el periodo 76-77. En 1976 se le asigna la dirección de la Revista de la FAC hasta 1982 y en 1996 es designado Presidente de la Fundación F.A.C. cargo que ejerció hasta el año 2002. Apasionado del estudio de las cardiopatías congénitas, fue el primer cardiólogo pediatra de nuestra ciudad siendo autor de numerosos trabajos sobre el tema. En dos oportunidades obtuvo el Premio FAC por los trabajos “Cardiograma Apexiano” y por “Embolia de Pulmón experimental y clínica”. Es autor de los libros “Diagnóstico clínico en Cardiología- Semiología fisiopatológica” publicado en 1980 y “Prolapso mitral” editado en el año 2000, habiendo traducido del portugués al castellano los libros “Electrocardiograma Normal y Patológico - Nociones de Vectocardiografía” del Dr. Joao Tranchesi y “Fiebre Reumática” del Prof. Luiz Decourt. Es Miembro Honorario de las Sociedades de Cardiología de Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco, Rosario, y Bolivia y en el año 2000 fue designado Miembro Emérito de la Federación Argentina de Cardiología, siendo el primer cardiólogo en obtener esa distinción. Además de sus dotes de verdadero maestro, es un gran aficionado al deporte, habiéndose destacado como golfista y tenista, deporte este último que aún practica con asiduidad. Maestro de numerosos cardiólogos del país, hoy es considerado como una figura emblemática de la Cardiología de Rosario. Su trayectoria y su hombría de bien lo ha hecho merecedor de la admiración y el respeto de la gran mayoría de los cardiólogos argentinos y además del cariño de sus discípulos y de todos aquellos que de alguna manera hemos tenido la suerte de estar a su lado.