Uruguay ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA EDITORIAL Este año 2011 significa mucho para AUSID, para nuestra querida Institución, ya que se cumplen nuestros primeros 20 años de existencia, lo que nos llena de alegría y nos trae muchos recuerdos y vivencias de nuestros comienzos, pero también nos obliga, compromete y responsabiliza; nos obliga a no detenernos, a no mirar para atrás y seguir generando nuevos cambios a nuestra tecnología ya que nunca podremos estar conformes con lo logrado, el desafío es continuo como son continuos los cambios y las adaptaciones que debemos implementar y las restricciones que se nos presentan y debemos vencer. Indudablemente es un camino largo este que comenzamos hace 20 años pero el objetivo bien vale la pena pues no es poca cosa lograr conservar nuestros suelos y en lo posible mejorarlos para que las futuras generaciones tengan un lugar donde trabajar, vivir y producir en el que realmente valga la pena. Los cambios y transformaciones producidos en esos años han sido grandes, profundos, sustanciales y nos han permitido mejorar nuestro sistema de producción, hacerlo mas rentable y sustentable. Indudablemente vivimos en la Era del Conocimiento, pero si las generaciones pasadas pudieran ver nuestra sociedad, sin duda dirían que hemos avanzado mucho y que de la mano del trabajo incansable y de la ciencia hemos hecho transformaciones muy importantes; pero las generaciones que nos sucedan sin duda no pensaran lo mismo ya que queda mucho camino por recorrer y los descubrimientos y transformaciones que han cambiado nuestro mundo, continúan haciéndolo en la actualidad y lo seguirán haciendo en el futuro seguramente. El universo cambia con el tiempo; ha evolucionado de una condición más simple a una más compleja; en todos los órdenes estamos asistiendo a la emergencia de una cultura que se basa en la comprensión de la importancia de la complejidad y de la evolución. Estamos viviendo una época en la que el mayor cambio es el frenético ritmo del cambio mismo. PAGINA 3 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA El problema es que la naturaleza humana no cambia al mismo ritmo o le cuesta asimilar esos cambios, pero la ciencia sí y los cambios se acumulan, alterando el mundo de manera irreversible; estamos viviendo entonces un cambio cualitativo. Debemos mantener un estrecho lazo con los productores que trabajan nuestros campos, con los técnicos, con nuestros socios, productores, asociaciones de productores, empresas proveedoras de insumos y tecnología, debemos trabajar codo a codo con el INIA, con Facultad de Agronomía, con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca ya que la interacción de estos distintos actores es fundamental para entender los problemas y juntos seguir innovando, buscando las mejores alternativas para seguir produciendo de la mejor manera; debemos acoplar los avances científicos a nuestro aparato productivo para que sigamos adelante y conmemorando muchos años mas juntos mejorando nuestros suelos mientras aumentamos nuestras producciones. La semilla que sembramos hace 20 años debemos seguir cuidándola, mejorándola y todo eso debemos hacerlo juntos por el amor al suelo que tenemos y trabajamos y seguramente será el sustento de nuestras futuras generaciones !!!!! PAGINA 4 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA ENFOQUES ALTERNATIVOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE FERTILIDAD DE SUELOS EL ENFOQUE "TRADICIONAL" Fernando O. García1 e Ignacio A. Ciampitti2 1 IPNI Cono Sur – Av. Santa Fe 910, Acassuso, Buenos Aires, Argentina. fgarcia@ipni.net 2 Agronomy Department, Purdue University. 915 W State Street, West Lafayette, Indiana, EE.UU. iciampit@purdue.edu El diagnostico de fertilidad de suelos con el objetivo de generar recomendaciones de fertilización para los cultivos extensivos ha evolucionado marcadamente en los últimos años. El diagnostico de fertilidad basado en el análisis de suelos de las formas "disponibles" o "extractables" de los nutrientes, se desarrollo a partir de investigaciones realizadas entre las décadas de 1940 y 1950. El análisis de suelos continúa siendo probablemente el enfoque más utilizado a nivel mundial, pero otras metodologías o enfoques tales como otros indicadores de suelo, muestreos geo-referenciados, análisis de planta, sensores remotos, modelos de simulación y requerimientos de los cultivos aportan alternativas complementarias y/o superadoras para mejorar los diagnósticos de fertilidad (Janssen et al., 1990; Malavolta et al., 1997; Satorre et al., 2005; Melchiori, 2007; Shanahan et al., 2008). Los análisis de suelos con fines de diagnostico de fertilidad ("soil testing"), son extracciones químicas y/o bioquímicas rápidas que estiman la disponibilidad de nutrientes (Sims, 2000; Havlin et al., 2005). La cantidad de nutriente que se extrae es solo una proporción de la cantidad total de nutriente en el suelo. La cantidad de nutriente extraída tampoco es igual a la cantidad de nutriente absorbida por el cultivo pero se relaciona estrechamente con esta. Por lo tanto, el análisis de suelo es solo un "índice de disponibilidad" de nutrientes para el cultivo. Frecuentemente se utiliza el término "disponible", pero se debe entender que la fracción determinada usualmente representa solo una fracción que está en rápido equilibrio con la solución del suelo, y puede ser absorbida por las plantas. Los objetivos del análisis de suelo con fines de diagnostico son 1) proveer un índice de disponibilidad de nutriente en el suelo, 2) predecir la probabilidad de respuesta a la fertilización o encalado, y 3) proveer la base para el desarrollo de recomendaciones de fertilización (Gutiérrez Boem et al., 2005; Havlin et al., 2005). Claramente, el análisis de suelo constituye una mejor practica de manejo (MPM) clave para el uso de fertilizantes y otros abonos, ya sea para los fines de producción como de protección ambiental. En este escrito se presenta i) una breve descripción del desarrollo e implementación de programas de análisis de PAGINA 5 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA suelos con fines de diagnostico de fertilidad, ii) una síntesis del uso de análisis de suelos en cultivos extensivos de Argentina, y iii) una discusión acerca de los desafíos y oportunidades del análisis de suelo para mejorar el diagnostico de fertilidad para las recomendaciones de fertilización. Desarrollo e implementación de programas de análisis de suelo El desarrollo del análisis de suelo con fines de diagnostico de fertilidad incluye las siguientes etapas: 1. Muestreo de suelos: En las etapas de desarrollo se definen momento, frecuencia, profundidad y otras consideraciones que contribuyan a atenuar los efectos de variabilidad espacial y temporal. La representatividad de la muestra es fundamental para que el programa sea exitoso. Existe una alta variabilidad espacial y temporal en la mayoría de los análisis de suelo cuyo impacto puede disminuirse con adecuada planificación del muestreo. 2. Selección del extractante y metodología de análisis: La metodología elegida debe facilitar estimaciones precisas y exactas del nivel de nutriente "disponible", ser rápida, de bajo costo e impacto ambiental. Debe procurarse la estandarización de los análisis de laboratorio para reducir la variabilidad en los resultados analíticos (Marban y Ratto, 2005). 3. Correlación: El análisis de suelo es correlacionado generalmente con la absorción de nutriente de toda o una parte de la planta en condiciones de campo y/o invernáculo. En ocasiones, el análisis se correlaciona con la producción de materia seca y/o rendimiento comercial. 4. Calibración: Es la parte central del desarrollo ya que provee información respecto al grado de deficiencia o suficiencia de un elemento para un cultivo, y cuanto del elemento debe ser aplicado si se presenta deficiente. Involucra la definición de agro-ecosistemas de características similares (rotaciones, suelos, manejo, clima, etc.) que pueden responder de manera similar a la fertilización facilitando la formulación de recomendaciones. Una calibración adecuada requiere la evaluación de la mayor diversidad de los agro-ecosistemas de la región en varias campañas para explorar condiciones climáticas contrastantes. Más aun, la calibración debe ser realizada de manera continua incorporando las más recientes prácticas de manejo de suelos y cultivos. 5. Interpretación: A partir de la información experimental desarrollada en las etapas de correlación y calibración, se interpreta cuantitativamente el resultado específico del análisis. La interpretación de los resultados puede variar según las relaciones cuantitativas utilizadas, por ej. distintos niveles críticos según el modelo matemático utilizado (Mallarino y Blackmer, 1992). En esta etapa pueden definirse probabilidades de respuesta económica asociadas a distintas categorías de disponibilidad de nutrientes. PAGINA 6 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA 6. Recomendaciones: Se integra la interpretación cuantitativa del análisis de suelo con la condición de otros factores que afectan la respuesta potencial a la aplicación de nutrientes. Entre estos factores se incluyen el cultivo, el rendimiento esperado, el tipo de suelo, las condiciones climáticas, las condiciones económicas, las regulaciones ambientales y la filosofía del productor. En esta etapa se define la estrategia y filosofía de recomendación, por ejemplo en nutrientes de baja movilidad, los criterios de suficiencia, reposición, construcción y mantenimiento u otras variantes son las posibilidades a utilizar por el asesor o productor. Mayor información y discusión sobre estas seis etapas se puede encontrar en Walsh y Beaton (1973), Peck et al. (1977), Brown et al. (1987), Sims (2000), Alvarez et al. (2005) y Havlin et al. (2005). El desarrollo del análisis de suelos requiere de una inversión significativa en recursos técnicos, económicos y de tiempo. Se deben establecer redes de ensayos a campo en suelos con niveles contrastantes de disponibilidad del nutriente en estudio, en distintas condiciones edafo-climáticas y de manejo de suelos y cultivos, durante varios años y evaluando dosis de fertilización. Por esta razón, los estudios de correlación y calibración, que fueron numerosos en distintos países entre las décadas de 1950 y 1970, se han reducido notablemente en los últimos 20-30 años tanto a nivel nacional como internacional. Una vez desarrollados, la implementación de los programas de diagnostico de fertilidad, basados en análisis de suelo, involucran tres pasos asociados a las seis etapas indicadas para su desarrollo: 1) Muestreo de suelos, 2) Análisis, e 3) Interpretación y recomendación. Estos tres pasos deben seguir estrictamente las indicaciones definidas durante el desarrollo del programa ya que suelen presentarse numerosas fuentes de variabilidad y de errores potenciales en cada uno de ellos. Análisis de suelos en cultivos extensivos de Argentina Nitrógeno Para trigo y maíz se han calibrado umbrales críticos de disponibilidad de N a la siembra (N-nitratos suelo, 0-60 cm, + N fertilizante), constituyendo el método más difundido para determinar las necesidades de N (González Montaner et al., 1991; Ruiz et al., 2001). Estos umbrales varían según la zona y el nivel de rendimiento objetivo. Para los dos cultivos, los análisis de N-nitratos en presiembra permiten predecir con buena precisión y exactitud la dosis optima económica a aplicar (Alvarez et al., 2003; Pagani et al., 2008; Barbieri et al., 2009). En algunas situaciones, las correlaciones entre el nivel de N-nitratos en pre-siembra y el rendimiento del cultivo pueden ser muy pobres principalmente debido a perdidas de N producidas por lixiviación, volatilización y/o desnitrificación (disminución del N potencialmente disponible para la absorción por las plantas) durante el desarrollo de las etapas tempranas del cultivo, En trigo, se pueden mencionar umbrales mayores, en el orden de 175 kg/ha, para alcanzar rendimientos de 6000 kg/ha en el sudeste de Buenos Aires (Información CREA Mar y Sierras), y umbrales menores, entre 130-140 kg/ha para rendimientos de 4000 kg/ha en el sur de Santa Fe (Garcia et al., 2006). En ensayos recientes, Barbieri et al. (2008) determinaron umbrales de 152 y 126 kg PAGINA 7 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA N/ha al momento de la siembra y al macollaje, respectivamente, para alcanzar el 95% del rendimiento máximo (promedios de 5000-5500 kg/ha) en el sudeste de Buenos Aires. En maíz, evaluaciones de resultados experimentales más recientes indican que disponibilidades de 150-170 kg N ha-1, según el potencial de rendimiento, maximizan el beneficio económico de la fertilización nitrogenada (Alvarez et al., 2003; García et al., 2006). Fósforo La evaluación de la fertilidad fosfatada de los suelos en Argentina se basa en el análisis en pre-siembra que determina el nivel de P Bray a 0-20 cm. Esta metodología ha sido probada y recomendada para todos los cultivos. Las calibraciones sugieren niveles críticos por debajo de los cuales la probabilidad de respuesta es alta: rangos de 15-20, 9-14, 10-15 y 13-18 mg/kg P Bray para trigo, soja, girasol y maíz, respectivamente (Tabla 1). Estos umbrales son relativamente constantes para todas las zonas de producción de granos e independientes del rendimiento esperado del cultivo ya que el P es un nutriente inmóvil en el suelo. Tabla 1. Umbrales críticos de P extractable (Bray I) en el suelo (0-20 cm) para los cultivos de soja, girasol y maíz en la Región Pampeana. El nivel de P extractable define la probabilidad de respuesta. La dosis de P a aplicar se ha propuesto a partir de categorías de "disponibilidad" de P, definidas por el nivel de P Bray. Estas categorías han incluido variantes de filosofías de "suficiencia" y "construcción y mantenimiento" (Berardo, 1994; Echeverría y Garcia, 1998). A escala de productor, la fertilización fosfatada de los cultivos de grano en Argentina se ha realizado históricamente siguiendo un criterio de suficiencia. Las filosofías de "suficiencia" y de "construcción y mantenimiento" utilizan el nivel crítico como referencia central, y difieren en cuanto a las dosis recomendadas por debajo del nivel crítico e inmediatamente por arriba del mismo. La Tabla 2 compara algunas características de ambos métodos. El criterio de suficiencia resulta en recomendaciones de fertilización solamente por debajo del nivel crítico de P extractable buscando maximizar el retorno de la inversión en fertilizante en el corto plazo. Por otro lado, el criterio de PAGINA 8 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA construcción y mantenimiento recomienda aplicaciones de fertilizantes fosfatados con el objetivo de subir el nivel de P Bray por arriba del nivel crítico y mantenerlo, de manera de evitar pérdidas de rendimiento por limitaciones de abastecimiento de P, maximizando la efectividad del sistema y la eficiencia de uso del P a mediano y largo plazo. La decisión por uno u otro criterio, a partir del conocimiento agronómico, es empresarial y depende de factores tales como la tenencia de la tierra (propietario, arrendatario), disponibilidad de capital, etc. Probablemente, en muchas situaciones, el criterio más adecuado involucre una situación intermedia entre ambas filosofías. Por último, se debe destacar que la utilización de estos criterios es sitio-específica, debido a que varían con el nivel de P extractable del suelo y la inversión de capital a realizarse. Una alternativa para el cálculo de la dosis correcta de acuerdo al criterio de suficiencia fue propuesta por Rubio et al. (2008). El criterio consiste en llevar al suelo a valores del rango critico del cultivo a implantar. Se busca incrementar el P extractable (obtenido por medio del análisis de P Bray hecho en pre-siembra) hasta esos umbrales críticos durante el desarrollo del cultivo minimizando el efecto residual para cultivos subsiguientes. La cantidad de P a aplicar para incrementar el nivel de P Bray se estima a partir de un coeficiente b, que depende del índice de retención de P del suelo, el valor de P Bray inicial, el contenido de arcilla, la densidad aparente y la profundidad de muestreo. En la Figura 2 se ejemplifican los cálculos para un lote agrícola de Venado Tuerto con contenido inicial de P Bray de 11 ppm al que se quiere llevar a una disponibilidad de P de 15 ppm. Si el criterio es de construcción y mantenimiento de P, a la cantidad de P extraída en grano se debería sumar la cantidad de P necesaria para aumentar el nivel de P extractable del suelo al valor deseado. En Argentina, se han determinado requerimientos de 4-12 kg P para incrementar el P Bray en 1 mg/kg, según tipo de suelo, textura, nivel original de P Bray y tiempo de evaluación de la estrategia de fertilización (Tabla 3). En forma general, suelos con valores bajos de P Bray (<15 mg kg-1) presentan una rápida capacidad de respuesta a la fertilización fosfatada, incrementando los niveles de P extractable del suelo; mientras que por otro lado, presentan una baja o nula respuesta en disminución de los valores ante situaciones de ausencia continua de aplicación de P (Ciampitti et al., 2008; Ciampitti, 2009). Esta última situación, lleva a que año tras año en esos lotes los niveles de P extractable en los análisis varíen moderadamente, por lo cual, no se toma conciencia de la pérdida "real" de P del suelo proveniente de otras fracciones consideradas de menor labilidad. En suelos con valores elevados de P Bray (>45 mg kg-1), la aplicación de P produce respuestas erráticas en los niveles de P extractable, por lo cual, en muchas situaciones no se observan cambios en los niveles del nutriente en suelo; mientras que situaciones con ausencia de aplicación de P llevan a una disminución rápida y continua de los niveles de P en suelo (Ciampitti et al., 2008; Ciampitti, 2009). En esta última situación, la mejor solución es monitorear los niveles cada 2-3 años y utilizar la filosofía de suficiencia o reposición, dependiendo de la tenencia de la tierra y la decisión empresarial de cada productor. PAGINA 9 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Tabla 2. Características comparadas de las filosofías de suficiencia y de construcción y mantenimiento para la fertilización fosfatada. PAGINA 10 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Figura 2. Aplicación práctica de la metodología de estimación de dosis de P de suficiencia propuesta por Rubio et al. (2008). Ejemplo de un lote agrícola de Venado Tuerto en el que se quiere incrementar el P extractable a 15 ppm P Bray. Tabla 3. Dosis de P necesaria para aumentar en 1 mg P/kg el nivel de P Bray-1 del suelo. PAGINA 11 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Azufre y otros nutrientes En el caso de azufre (S), algunas redes de ensayos han permitido determinar umbrales críticos de S-sulfatos a 0-20 cm de profundidad en presiembra, con valores generalmente cercanos a 10 mg/kg S-sulfatos, por debajo de los cuales la respuesta es altamente probable (Ferraris et al., 2004; Garcia et al., 2008). Sin embargo, no se han podido generalizar niveles críticos que sirvan de guía para la toma de decisión (Reussi Calvo y Echeverria, 2009). Esta situación no difiere de lo observado en otras regiones del mundo. En la región pampeana argentina, la intensificación de la agricultura ha resultado en la disminución de los niveles de bases (calcio, magnesio) y pH en algunos suelos, con respuestas significativas a la aplicación de enmiendas calcáreas y/o dolomíticas en alfalfa y soja. Mas aun, también se han determinado deficiencias y respuestas a boro (B) y zinc (Zn) en maíz y soja, a cloro (Cl) en trigo y a molibdeno (Mo) y cobalto (Co) en soja. Sin embargo, aun no se han establecido programas de diagnostico de fertilidad basados en el análisis de suelos para estos nutrientes. Oportunidades y desafíos del análisis de suelos para mejorar el diagnostico de fertilidad para la recomendación de fertilización Un mayor uso de análisis de suelos con fines de diagnostico de fertilidad contribuirá significativamente a una agricultura sustentable y, específicamente, a un uso de nutrientes más eficiente. Si bien no se disponen de datos precisos, se puede estimar que anualmente entre el 15% al 25% del área bajo siembra de cultivos de granos es muestreado con fines de diagnostico de fertilidad. Si esta estimación es correcta, indicaría que aun existe un amplio camino para recorrer en la difusión de la práctica, lo cual representa una oportunidad interesante para realizar un manejo más eficiente de los nutrientes, tanto los del suelo como de los fertilizantes. El impacto que podría tener un mayor uso de los análisis de suelo no se debe ver solamente desde el punto de vista productivo, sino también desde la protección ambiental ya que el uso responsable de los nutrientes permitirá reducir los efectos negativos de contaminación de suelos, agua y aire que generan las fertilizaciones excesivas. Por otro lado, una mejor promoción en una correcta interpretación y uso de los análisis de suelos debería ser fomentada, debido a que una variada proporción de los análisis realizados no son utilizados correctamente para solucionar los problemas de fertilidad y de nutrición de los cultivos. Desde el punto de vista del desarrollo y la implementación del análisis de suelos, existen numerosos desafíos y oportunidades que se discuten a continuación. Muestreo de suelos Es importante remarcar el concepto de que no existe análisis y/o recomendación que mejore la representatividad y calidad de la muestra analizada. Los lotes, zonas de manejo o grillas generalmente presentan marcada variabilidad espacial a nivel micro y macro. Es clara pues la insistencia en un cuidadoso y detallado proceso de toma de muestras a campo. PAGINA 12 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Deben enfatizarse las indicaciones generales del muestreo de suelos: 1) obtener una muestra compuesta de al menos 25-30 submuestras de cada área homogénea, separando zonas con distintas historia de manejo o distinta posición topográfica; 2) respetar la profundidad y época de muestreo indicada por el programa de análisis; 3) mantener limpios y en condiciones los elementos utilizados para el muestreo. Asimismo, es importante conocer la historia de cultivos, manejo del área a muestrear y la topografía. Mas aun, disponer de fotos aéreas y mapas de suelo y/o de rendimiento permitirán diferenciar más fácilmente áreas no homogéneas. La posibilidad de geo-referenciar la posición de muestreo permite disminuir el efecto de la variación espacial a nivel macro (posición en el paisaje, lote con áreas de diferente historia de cultivos y/o manejo) aunque no disminuye el impacto de la microvariación generada por el posicionamiento de bandas de fertilización de años anteriores. La disponibilidad de muestreadores hidráulicos que facilitan la tarea de muestreo y la constancia de la profundidad, contribuye a la obtención de una muestra representativa. Análisis de la muestra Esta etapa es frecuentemente identificada como la principal fuente de variación en los resultados de un análisis de suelos y esto no debiera ser así. Las diferencias que se observan entre resultados de análisis de una misma muestra entre distintos laboratorios se deben a varias causas: 1) representatividad de la muestra (¿fue bien homogenizada antes de dividirse y enviarse a distintos laboratorios?, 2) diferencias de extractantes utilizados, 3) metodologías de análisis diferentes (relación suelo:extractante, tiempo de agitado, tiempo de reposo, instrumental, etc.), y 4) calidad analítica del laboratorio. Sin lugar a dudas, la estandarización de los ensayos de laboratorio y los programas de interlaboratorio contribuyen de manera decisiva a mejorar la calidad analítica y de los resultados (Marban y Ratto, 2005). En Argentina, diversas instituciones y laboratorios, coordinados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP), conforman el SAMLA que es una red de adhesión voluntaria que nuclea a laboratorios dedicados al análisis de suelos, aguas, vegetales y enmiendas orgánicas, cuyo objetivo es mejorar la calidad de los análisis con el fin de hacer los resultados más confiables y comparables entre sí, normalizando las distintas técnicas para determinaciones tanto físicas como químicas y unificando criterios en todo lo relativo a la expresión e interpretación de los resultados analíticos (MAGyP, 2010). El MAGyP también coordina el PROINSA que es un programa de interlaboratorios para suelos agropecuarios, que tiene la finalidad de determinar el desempeño de cada laboratorio participante mediante la comparación de sus resultados con los de todos los demás participantes. La continuidad y profundización del trabajo de SAMLA y PROINSA contribuirá a la mejora de la calidad analítica de los laboratorios. En el caso particular de P, el extractante adaptado por Argentina ha sido el Bray 1 y todas las calibraciones se han realizado con la metodología correspondiente. Frecuentemente se discute la posibilidad de utilizar un extractante universal como es el Mehlich 3, el cual presenta un alto grado de asociación con los valores obtenidos con Bray 1 (Barbagelata y Melchiori, 2004; PAGINA 13 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA González et al., 2007). Otra alternativa de extracción es el uso de resinas de intercambio, metodología desarrollada y utilizada en el estado de San Pablo (Brasil), y de características superiores a los extractantes convencionales según Van Raij (1998). En este caso, sería necesario realizar una calibración nueva, lo cual requiere una importante inversión de recursos técnicos, económicos y de tiempo. Correlación y calibración El alcance del análisis de suelos con fines de diagnostico de fertilidad es limitado por la variabilidad observada en las relaciones entre el rendimiento o la respuesta de los cultivos y el nivel de nutriente "disponible" en el suelo. En general, los niveles de un nutriente en suelo explican un 40-60% del rendimiento o respuesta del cultivo., Este escenario ocurre debido aque el crecimiento, desarrollo y rendimiento del cultivo dependen de numerosos factores más alla de la disponibilidad de un único nutriente (ej.: radiación, temperatura, otros nutrientes, agua, etc). La Figura 1, que muestra la relación entre el N disponible al momento de siembra, suelo + fertilizante, con la variable rendimiento del cultivo de maíz para diferentes redes de ensayos, es buen ejemplo de la variabilidad que presentan estas relaciones. En este caso, la herramienta del análisis de N en siembra es importante, como predictiva, debido a que presenta un ajuste de casi el 50% con los rendimientos del cultivo de maíz, para diferentes localidades y en 5 años climáticos diversos. Sin embargo, hay una gran variabilidad en la respuesta de maíz según la disponibilidad de N a la siembra, la cual puede adjudicarse, entre otros factores, a: aporte de N mineralizado durante el ciclo del cultivo, pérdidas del N disponible a la siembra, diferencias en potencial de rendimiento, condiciones climáticas, otros nutrientes o propiedades de suelo limitantes, y otros factores de manejo (plagas, malezas, enfermedades). Figura 1. Rendimiento de maíz en función de la disponibilidad de N a la siembra del cultivo (N-nitratos suelo + N-fertilizante). PAGINA 14 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA En el caso particular de P, se ha hipotetizado que, con la expansión de la siembra directa, se podrían lograr mejores ajustes muestreando a profundidades menores de 0-20 cm que es la profundidad a la cual se ha calibrado el análisis de P Bray en el país. Sin embargo, las evaluaciones realizadas no han mostrado mejoras en el ajuste del método muestreando a 0-5 o 0-10 cm de profundidad (Zamuner et al., 2004). El caso de S debe ser examinado con mayor detalle ya sea en lo que hace a metodología de análisis como a los estudios de correlación y calibración, los cuales son muy escasos en el país hasta la fecha. Asimismo, deberían evaluarse las posibles variables que contribuyan al mejor conocimiento de la dinámica del nutriente en nuestros agro-ecosistemas y las posibles alternativas para el diagnostico de fertilidad. Por otra parte, como se menciono anteriormente, las experimentaciones de correlación y calibración de análisis de suelos con fines de diagnostico se redujeron notablemente en los últimos 20-30 años, tanto en el país como a nivel internacional. Estas experimentaciones de correlación y calibración son esenciales para poder generar las interpretaciones y recomendaciones correspondientes. En este aspecto, las investigaciones realizadas en los últimos años en el país han sido escasas y generalmente en trabajos de iso-dosis (dosis única) en los cuales se pueden definir, como en el caso de P, solamente umbrales críticos. En el caso de N, las investigaciones en el uso del contenido de N-nitratos a 0-60 cm permiten generar calibraciones y facilitan la formulación de interpretaciones y recomendaciones. Si se pretende utilizar el análisis de suelos con fines de diagnostico, deberían ampliarse las investigaciones de calibración, evaluando los agroecosistemas de las principales áreas productoras. Seria de interés aprovechar las tecnologías actuales imágenes satelitales, mapas de rendimiento, mapas de suelos y topográficos, para lograr una mejor definición de ambientes contrastantes en el agrupamiento de sitios con condiciones similares que puedan responder de manera similar a un determinado nivel de nutriente en suelo y/o a la aplicación de fertilizante. Obviamente, los costos y recursos que involucran los estudios de calibración son una limitante. En este aspecto, las alternativas que se han utilizado en los últimos años y que se discuten en el próximo punto pueden ser validas para simplificar el trabajo experimental de calibración complementándolo con información que contribuye a un diagnostico de fertilidad adecuado. Interpretación de resultados y recomendaciones La interpretación y subsecuente recomendación de fertilización, puede ser mejorada utilizando metodologías y herramientas complementarias al análisis de suelo. Siguiendo con el ejemplo de la relación disponibilidad de N a la siembra – rendimiento de maíz de la Figura 1, evaluaciones de la condición de sitio como tipo de suelo, historia del lote, potencial de rendimiento, genética empleada, condiciones climáticas, profundidad de napa freática, entre otras, pueden contribuir a una mejor interpretación de los resultados. Otras variables de suelo o planta pueden ser determinadas para ajustar la interpretación, en este caso se podrían mencionar la evaluación de N-nitratos en suelo o de nitratos en jugo de base de tallos al estado V5-6, la determinación del índice de verdor a través del PAGINA 15 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA clorofilometro Minolta SPAD 502, y la evaluación del N mineralizado (Rice y Havlin, 1994; Melchiori, 2007; Sainz Rozas et al., 2000 y 2008). En el caso de S, los ambientes más frecuentemente deficientes en S incluyen una o varias de las siguientes condiciones: suelos degradados, con muchos años de agricultura continua (especialmente soja), con historia de cultivos de alta producción con fertilización nitrogenada y fosfatada; suelos arenosos de bajo contenido de materia orgánica; y/o suelos sin aporte de sulfatos por presencia de napas freáticas superficiales. La variación temporal afecta, en particular, a los nutrientes más asociados con la materia orgánica, como es el caso de N y S, y puede ser abordada a través del uso de modelos de simulación del crecimiento, desarrollo y rendimiento del cultivo que incluyan simulaciones de la dinámica de los nutrientes (Hoogenboom et al., 2003). Estos modelos permiten incluir características específicas de suelo, fertilización nitrogenada, manejo de cultivo y de riesgo climático. El software Triguero, y su contraparte Maicero, (Satorre et al., 2005) han sido ampliamente evaluados y pueden ser utilizado como una herramienta adicional para la toma de decisión en distintas regiones trigueras y maiceras. Los sensores remotos monitorean el status nutricional del cultivo y permiten corregir el mismo según las condiciones de la estación de crecimiento y del sitio (Melchiori, 2007; Shanahan et al., 2008). Para P, la recomendación con criterio de suficiencia o de construcción y mantenimiento es una alternativa a decidir por el productor y su asesor. La utilización de un criterio u otro, o de situaciones intermedias, depende en gran medida de la situación de cada productor, el sistema de manejo, la disponibilidad de capital, la relación de precios granos/fertilizante y la tenencia de la tierra, entre otros aspectos. En cualquier caso, el conocimiento de las correlaciones, calibraciones y la interpretación del análisis de suelo contribuirá a una toma de decisión mas adecuada para optimizar la eficiencia de uso del nutriente y de otros recursos. A modo de ejemplo, el laboratorio de Suelos de la Universidad del Estado de Kansas ofrece en sus recomendaciones las dos alternativas para que productores y asesores tomen la decisión en cada caso en particular (Leikam et al., 2003). Las alternativas intermedias son validas y probablemente son las más utilizadas en la actualidad. Para todos los nutrientes, además de las interacciones que se generan con la condición de sitio y otros factores de manejo, debe considerarse que al implementar MPM del uso de fertilizante, existe una interrelación entre la dosis, la fuente, la forma y el momento de aplicación. La dosis recomendada podría variar según la fuente, forma y momento de aplicación. Por otra parte, la interacción entre nutrientes debe ser atendida para lograr la mejor interpretación y recomendación de fertilización especifica. Consideraciones finales 1 Los análisis de suelo con fines de diagnostico contribuyen positivamente a la toma de decisión en el uso eficiente de los fertilizantes pero presentan limitaciones. Vale la pena citar a Fixen y Grove (1990) para resumir las limitaciones del análisis de P extractable: "…lo mejor para predecir la probabilidad de respuesta a P, es pobre para predecir la magnitud de la respuesta y muy pobre para determinar la dosis optima económica de P en PAGINA 16 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA 2 3 4 5 un lote y año determinado…". La complementación del análisis de suelo con otros indicadores de suelo, la información inherente al manejo del suelo y del cultivo y la condición del sitio, contribuyen a mejorar la calidad y alcance de la información que nos brinda el análisis. La disponibilidad de otras herramientas como análisis de planta, sensores remotos, modelos de simulación y requerimientos de los cultivos surge como una alternativa de complementación entre las metodologías y no deberían ser vistas como alternativas excluyentes o sustitutivas. Los equipos y programas relacionados con la agricultura de precisión han abierto la posibilidad de realizar evaluaciones a nivel de lote facilitando su medición e interpretación. Esta es una ventaja a aprovechar decididamente, para mejorar los diagnósticos de fertilidad y recomendaciones de fertilización. La aplicación de dosis variables de un nutriente evaluadas con monitores de rendimiento en distintas zonas de un lote constituye un ejemplo de esta posibilidad. Los análisis de suelos con fines de diagnostico contribuyen no solamente a los aspectos productivos del sistema sino también a la protección ambiental al mejorar la eficiencia de uso de los nutrientes y disminuir la huella ("footprint") de la agricultura sobre el medio ambiente. Referencias Bibliográficas Alvarez R., F. Gutiérrez Boem, y G. Rubio. 2005. Recomendación de fertilización. En R. Alvarez (Coord.). Fertilización de Cultivos de Granos y Pasturas. Diagnostico y Recomendación en la Región Pampeana. Ed. Facultad de Agronomía (UBA). Buenos Aires, Argentina. pp. 37-51. Alvarez R., H. Steinbach, C. Alvarez y S. Grigera. 2003. Recomendaciones para la fertilización nitrogenada de trigo y maíz en la pampa ondulada. Informaciones Agronómicas 18:14-19. INPOFOS Cono Sur. Acassuso, Buenos Aires, Argentina. Barbagelata P. y R. Melchiori. 2004. Diagnóstico de la fertilización fosfatada para trigo en siembra directa en Entre Ríos. Actas CD XIX Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. 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El aumento de la producción de granos se ha basado en i) una fuerte expansión del área sembrada, principalmente de soja, a partir de la incorporación de nuevas tierras y del cambio del uso de las mismas con una drástica reducción de periodos bajo pasturas, y ii) el incremento en los rendimientos generado a partir de la incorporación de materiales genéticos de mayor potencial y plasticidad, la implementación de técnicas de manejo como la siembra directa y la fertilización, y el manejo integrado de plagas, enfermedades y malezas. Los incrementos en producción son explicados principalmente por la expansión del área agrícola más que por los incrementos en rendimiento, los cuales han sido moderados tanto en Argentina como en Uruguay (Fig. 1 y 2). Una agricultura productiva sustentable requiere del uso adecuado de tierras (ordenamiento territorial), el control de los procesos erosivos y de desertificación, y el mantenimiento y/o mejoramiento de los recursos suelo, agua y aire. La sustentabilidad implica preservar y/o mejorar la capacidad productiva del sistema desde el punto de vista agronómico, económico, social y ambiental, y la calidad de los recursos renovables y no renovables incluidos en el sistema productivo (suelo, agua, aire, biodiversidad, otros). Entre estos recursos, se destaca el suelo como recurso finito no renovable. El suelo debe proveer un medio para el crecimiento de las plantas, regular y particionar el flujo de agua en el ambiente y servir como un buffer ambiental en la atenuación y degradación de compuestos ambientales peligrosos. Los modelos de producción actual han sido evaluados en cuanto a su sustentabilidad económica, ambiental y/o social por distintos autores (Ferrari, 2010; Viglizzo et al., 2010; Martínez, 2011). Entre los indicadores ambientales se incluyen frecuentemente los balances de carbono (C) y de nutrientes del suelo. Este escrito presenta una breve discusión sobre balances de C y de nutrientes en los sistemas de la región templada del Cono Sur que puede contribuir a formular modelos más sustentables desde los puntos de vista económico, ambiental y social. Presentado al Simposio de Agricultura de Secano – Paysandú, 29 y 30 de Septiembre de 2011 – FAGRO (UdelaR) IPNI Cono Sur - Av. Santa Fe 910 – (B1641ABO) Acassuso, Buenos Aires – Argentina - fgarcia@ipni.net PAGINA 21 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Maíz Soja Trigo Girasol 18000 ) 15000 a h s 12000 e li m ( 9000 a re A 6000 3000 0 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 Año Maíz Soja Trigo Girasol 7000 ) 6000 a h / g 5000 k ( to n 4000 e i m i 3000 d n e R 2000 1000 0 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 Año Figura 1. Evolución del área y rendimiento promedio de maíz, soja, trigo y girasol en Argentina, 1991-2009. Fuente: MinAgri (http://www.siia.gov.ar/). PAGINA 22 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA 1000 Maíz Soja Trigo Girasol 800 ) a h s 600 e li m ( a 400 e r A 200 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Año Maíz Soja Trigo Girasol 6,000 ) a 4,500 /h g k( to 3,000 n e i m i d n 1,500 e R 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Año Figura 2. Evolución del área y rendimiento promedio de maíz, soja, trigo y girasol en Uruguay, 2002-2009. Fuente: DIEA-MGAP (http://www.mgap.gub.uy/DIEA/anuarios.htm). PAGINA 23 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Balances de carbono Los balances de C indican la evolución potencial de la materia orgánica (MO) y permiten comparar distintos sistemas de producción o practicas de manejo. La MO es considerada como uno de los más importantes indicadores de la calidad de suelo y la sustentabilidad del sistema (Robinson et al., 1994). La MO es la fracción orgánica del suelo excluyendo residuos vegetales y animales sin descomponer, y entre sus componentes se incluyen los residuos vegetales y animales en descomposición (10-20%), la biomasa microbiana (1-5%) y el humus (50-85%). La importancia de la MO radica en su relación con numerosas propiedades del suelo: 3 Físicas: Densidad, capacidad de retención de agua, agregación y estabilidad de agregados, color y temperatura. 3 Químicas: Reserva de nutrientes como nitrógeno (N), fósforo (P), azufre (S), boro (B) y otros, pH, capacidad de intercambio catiónica, capacidad tampón, formación de quelatos. 3 Biológicas: Biomasa microbiana, actividad microbiana (respiración), fracciones lábiles de nutrientes. El contenido de MO de los suelos es determinado por los factores formadores del suelo (tiempo, clima, vegetación, material madre, topografía, manejo). El manejo de suelos afecta el contenido de MO según el número de años de agricultura, los cultivos, las labranzas, las rotaciones, el manejo del cultivo, la fertilización, y los períodos de barbecho. El uso de sistemas de siembra directa, la rotación de cultivos y el mantenimiento y/o la generación de adecuados niveles de fertilidad de los suelos contribuyen a estabilizar los contenidos de MO ajustados a las condiciones edafo-climáticas del sitio a través de la incorporación de residuos en cantidad y calidad (Walters et al., 2007; Galantini et al., 2008; Ferrari et al., 2010; Prior et al., 2010; Quincke et al., 2010) (Fig. 3). Estas tres prácticas de manejo interactúan fuertemente entre sí en cuanto a sus efectos sobre la MO y muchas otras propiedades químicas, físicas y biológicas que definen la calidad de los suelos y la sustentabilidad de los sistemas de producción. Siembra Directa Rotaciones Fertilidad Residuos: Cobertura, cantidad y calidad Materia orgánica Sustentabilidad Figura 3. Relación entre las prácticas de manejo de siembra directa, rotaciones y fertilidad, la materia orgánica y la sustentabilidad en los sistemas agrícolaganaderos (García, 2011). PAGINA 24 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Las rotaciones de cultivos basadas en soja presentan, en general, balances de C más negativos y niveles de MO menores que otras secuencias en las cuales hay una mayor inclusión de gramíneas anuales, de cultivos de cobertura o de pasturas en rotación (Havlin et al., 1990; Studdert y Echeverría, 2000; Novelli et al., 2011). Ferrari (2010) analizó el balance de C para el partido de Pergamino (norte de la provincia de Buenos Aires) utilizando el modelo de simulación AMG (Andriulo et al., 1999 a y b). La simulación considero un periodo de 10 años con el actual sistema de producción agrícola que incluye, en promedio, 8 años de soja de primera, un año de trigo/soja, y un año de maíz. Considerando un stock inicial de C de 40,6 t C ha-1 (0-20 cm), equivalente a un contenido de 2,8% de MO, y manejo bajo sistema de siembra directa, los resultados de la simulación -1 indicaron un balance negativo de 2,66 t C ha en el período de 10 años, lo que implica una pérdida media anual de 266 kg C ha-1. Todos los años arrojaron balances negativos, excepto en el año de maíz que logró un balance positivo de -1 C (+ 731 kg C ha ). En general, la inclusión de gramíneas en la rotación mejora el balance de C del suelo, tanto por la cantidad como por la calidad de los residuos y por permitir una mayor cobertura del suelo. El Cuadro 1 muestra el balance de C del suelo para dos rotaciones agrícolas en el sudeste de Córdoba (Argentina). En la rotación con mayor frecuencia de gramíneas (trigo y maíz) que soja, el balance de C es positivo, siendo negativo para la rotación con mayor frecuencia de soja. Resultados similares fueron reportados en estimaciones para distintas secuencias de cultivos por Andriulo et al. (2008), Galantini et al. (2008) y Gudelj (2011). Cuadro 1. Rendimientos en grano, C humificado, pérdida de C y balance de C para dos rotaciones agrícolas en el sudeste de Córdoba (Argentina). Fuente: Alejandro Thomas (com. personal). Una alternativa para mejorar el balance de C en los suelos, y otros índices de calidad de suelos y/o eficiencia de uso de los recursos e insumos, es la intensificación de las rotaciones (Gregory y Drury, 1996; Peterson et al., 1998; Amado et al., 2006; Caviglia y Andrade, 2010). Los balances de C más positivos contribuyen a explicar la mayor acumulación de MO a partir de la mayor PAGINA 25 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA producción de residuos, la reducción de períodos bajo barbecho y el uso más eficiente del agua, entre otras causas. Martínez (2011) estimó el balance de C y otros indicadores productivos y ambientales para tres modelos de producción del centro-sur de la provincia de Santa Fe (Argentina) (Cuadro 2). La intensificación de la rotación con la inclusión de cultivos de gramíneas como trigo y maíz mejora los indicadores de producción de grano y proteína, la eficiencia de uso del agua y el balance de C. Cuadro 2. Indicadores productivos y ambientales para distintos modelos productivos en el Centro-Sur de Santa Fe (Argentina). Campañas 2002/03 a 2004/05. Fuente: Martínez (2011). En Brasil, una síntesis reciente de Bayer et al. (2010) muestra que las tasas de secuestro de C bajo siembra directa están directamente relacionadas con el aporte anual de C de los cultivos. Las estimaciones regionales de T. Amado y C. Bayer (datos no publicados) indican que los sistemas de cultivo intensivos permiten alcanzar retenciones de C significativas comparadas con secuencias de cultivos de baja intensidad como los tradicionales (Cuadro 3). Cuadro 3. Tasa de secuestro de C en suelos tropicales y subtropicales de Brasil. Fuente: T. Amado y C. Bayer (datos no publicados), citado por Bayer et al. (2010). PAGINA 26 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA La utilización de cultivos de cobertura está muy difundida en numerosas zonas de Brasil, donde la avena negra participa en la rotación entre dos cultivos de grano de verano (por ejemplo soja y maíz) (Fiorin, 1999). En estos sistemas, la inclusión de leguminosas como coberturas (lablab, mucuna, caupi, vicia o guandú) mejoran la acumulación de MO (Amado et al., 2006; Vieira et al., 2009). En climas templados, la inclusión de cultivos de cobertura de gramíneas como centeno o avena, o de leguminosas como vicia o trébol encarnado también constituye una alternativa para fijar una mayor cantidad de C atmosférico (Ruffo, 2003; Villamil et al., 2006), y sustentar una mayor actividad biológica (Ferreras et al., 2011). Balances de nutrientes Los balances de nutrientes son frecuentemente utilizados como indicadores de la evolución potencial de la fertilidad del suelo. En general, se estiman a partir del concepto de “caja negra”, es decir según la diferencia entre la extracción de nutrientes en productos de cosecha (granos, forrajes, carne, leche, etc.) y de la aplicación de nutrientes vía fertilizantes, enmiendas u otros aportes. Asimismo, los balances de nutrientes también son utilizados para evaluar las mejores prácticas de manejo (MPM) de uso de fertilizantes (Bruulsema et al., 2008) y como indicadores de la sustentabilidad de los sistemas, por agotamiento de nutrientes del suelo o por externalidades generadas a partir de aplicaciones excesivas (Vitousek et al., 2009; Manchado, 2010). Los balances de nutrientes en el sistema suelo-planta se pueden considerar a distintas escalas de tiempo y espacio. El esquema de balances parciales contempla la estimación de los mismos a partir de las entradas y salidas de los nutrientes en el suelo durante un periodo determinado. Para los cultivos anuales de producción de grano, el periodo considerado es el de la estación de crecimiento, y la estimación del balance surge de comparar las aplicaciones de nutrientes vía fertilización o a través de otras fuentes (estiércol, etc.) y la extracción de nutrientes en los granos. En Argentina, las relaciones aplicación/extracción en grano de N, P, potasio (K) y S para los cuatro principales cultivos (soja, maíz, trigo, girasol) han mejorado durante los últimos años, pero los balances de nutrientes siguen siendo negativos (Figura 4) (García y González Sanjuan, 2010). Las reposiciones más altas se alcanzaron en la campaña 2007 y disminuyeron en 2008 y 2009, estimándose una reposición vía fertilización del 30%, 39%, menos del 1% y 29% de N, P, K y S, respectivamente, para la campaña 2009/10. Estimaciones preliminares para la campaña 2010/11 indican reposiciones del 33%, 54%, 2% y 38% del N. P, K y S, respectivamente, extraídos en los granos. PAGINA 27 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA 0.7 n ó ic 0.6 o m 0.5 e R /n ó ic 0.4 ac lip 0.3 A n ó ic 0.2 al e R 0.1 N P K S 0.0 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 Figura 4. Evolución de la relación aplicación/extracción en grano de nitrógeno, fosforo, potasio y azufre para los cuatro principales cultivos de grano (soja, maíz, trigo y girasol) en Argentina entre 1993 y 2009 (García y González Sanjuan, 2010). Para el centro-sur de la provincia de Santa Fe, Martínez (2011) estimó balances de nutrientes negativos en monocultivos de soja pero neutros a levemente positivos en secuencias más diversificadas con gramíneas en la rotación (Cuadro 4). Cuadro 4. Balances de nutrientes (N, P y S) para distintos modelos productivos en el Centro-Sur de Santa Fe (Argentina). Campañas 2002/03 a 2004/05. Se considera que la fijación biológica de N cubre 60% de los requerimientos de N. Fuente: Martínez (2011). MZ: maíz, Sj: soja, Tr: trigo. En Uruguay, los balances de nutrientes muestran grandes cambios debido a la alta variabilidad de suelos y condiciones de manejo. Cano et al. (2006) -1 estimaron balances de P de entre -40.2 y 24.5 kg P ha para diferentes grupos de agricultores en el área oeste del país, dependiendo del tipo de rotaciones y del uso de fertilizantes (Cuadro 5). PAGINA 28 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Cuadro 5. Balance de P en diferentes campos agrícolas, agrupados de acuerdo a la tecnología y manejo, en el oeste de Uruguay (Cano et al., 2006). Los balances positivos incrementan la cantidad y disponibilidad de los nutrientes en los suelos. Esto es deseable cuando se está recuperando o se pretende mantener el nivel de un nutriente en suelo pero debe evitarse cuando dicho nutriente ya está en niveles adecuados ya que puede resultar en efectos no deseados de contaminación. Asimismo, estos efectos dependerán de la dinámica específica para cada nutriente en el sistema suelo-planta. Los balances negativos reducen la cantidad y disponibilidad de nutrientes en los suelos afectando: l la calidad (fertilidad) de los suelos l los rendimientos de los cultivos l la sustentabilidad de los sistemas de producción Considerar los balances de nutrientes es estratégico para el desarrollo de una agricultura productiva sustentable. Un ejemplo relevante es el caso del P. Las reservas mundiales de P son limitadas, por lo tanto, se espera que su oferta pueda disminuir en futuros años y/o su precio se incremente. Siendo el P un insumo limitante de nuestros agroecosistemas, el desarrollo de la agroindustria debería procurar el uso eficiente del mismo y evaluar las potenciales ventajas de mantener niveles adecuados de P en el suelo para los cultivos. La evaluación de la fertilidad fosfatada de los suelos en Argentina se basa en el análisis en pre-siembra que determina el nivel de P Bray a 0-20 cm. Esta metodología ha sido probada y recomendada para todos los cultivos. Las calibraciones sugieren niveles críticos por debajo de los cuales la probabilidad de respuesta es alta: rangos de 15-20, 9-14, 10-15 y 13-18 mg kg-1 P Bray para trigo, soja, girasol y maíz, respectivamente. Estos umbrales son relativamente constantes para todas las zonas de producción de granos e independientes del rendimiento esperado del cultivo ya que el P es un nutriente inmóvil en el suelo. La Figura 5 muestra un mapa de P Bray recientemente elaborado por INTA (Sainz Rozas et al., 2008), e indica que una gran proporción de los suelos bajo -1 producción se encuentra en niveles menores de 20 mg kg . Los balances PAGINA 29 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA negativos de P han resultado en caídas en los niveles de P Bray en numerosas regiones. El nivel de P extractable define la probabilidad de respuesta (Figura 6) (García et al., 2010), y con ello la probabilidad de obtener un beneficio económico de la fertilización fosfatada. Las respuestas a la fertilización en suelos deficientes en P resultan en tasas de retorno de 2:1 o superiores. Es decir que se dispone de la herramienta tecnológica para decidir la MPM de la fertilización desde el punto de vista productivo y económico. Esta misma herramienta sugiere que los balances de P deberían manejarse de manera de mantener y/o alcanzar dichos niveles de P Bray del suelo. Ciampitti et al. (2011) estimaron las variaciones en P Bray, para suelos del sur de Santa Fe y Córdoba con distinto nivel de P Bray inicial, según la evolución de los balances de P. En forma general, suelos con valores bajos de P Bray-1 (<20 mg kg-1) presentan una rápida capacidad de respuesta a los balances positivos, incrementando los niveles de P extractable del suelo (aproximadamente en 4 mg kg-1 por cada 10 kg P ha-1 de balance positivo); mientras que por otro lado, presentan una baja o nula respuesta en disminución de los valores ante situaciones de ausencia continua de aplicación de P (Fig. 7a). En suelos con valores elevados de P Bray-1 (>40 mg kg-1), la aplicación de P produce respuestas erráticas en los niveles de P extractable, por lo cual, en muchas situaciones no se observan cambios en los valores de P Bray en suelo; mientras que situaciones con balances negativos de P llevan a una disminución rápida y continua de los niveles en suelo -1 -1 (aproximadamente en 2 mg kg por cada 10 kg P ha de balance negativo) (Fig. 7b). En el caso del N, en sistemas de producción dominados por soja, como actualmente en Argentina y gran parte del Cono Sur, los balances de N son negativos ya que el aporte vía fijación simbiótica en soja no alcanza a compensar la extracción de N en grano, con balances negativos estimados de 40-45 kg N ha 1 -1 -1 año para el centro-sur de Santa Fe (Cordone y Martínez, 2004) y 59 kg N ha año-1 para el partido de Pergamino en el norte de la provincia de Buenos Aires (Ferrari, 2010). Dado que la aplicación de N al cultivo de soja interfiere con la fijación simbiótica, esta práctica no sería la adecuada y debería buscarse una solución dentro del sistema y no en el cultivo. La mayor frecuencia de gramíneas en la rotación y la inclusión de cultivos de cobertura podrían ser una alternativa para mejorar los balances de N en estas condiciones y también los balances de C, como se indico anteriormente. Debe considerarse que los efectos residuales de la fertilización son limitados estrictamente a situaciones en las cuales el N se asocie con C del suelo para generar compuestos orgánicos. Las formas inorgánicas de N, específicamente nitratos, son muy móviles y se pierden rápidamente de los suelos hacia napas freáticas, cursos de agua o se transforman a formas gaseosas como el N2O, un potente gas de efecto invernadero. Por lo tanto, aplicar la dosis correcta de N para el cultivo inmediato es clave para el manejo sustentable, En este caso, los balances de N constituyen un indicador secundario de las MPMs siendo más significativos indicadores tales como la eficiencia de uso del N o la calidad del agua y del aire. PAGINA 30 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Figura 5. Mapa de P Bray 1 (0-20 cm) para partidos o departamentos de provincias argentinas. Total de 34447 muestras de las campañas 2005 y 2006, con una distribución de 64% de la provincia de Buenos Aires, 16% de S a n t a F e y 11 % d e Córdoba (Sainz Rozas et al., 2008). 1.00 o 0.80 iv t a l e R o t 0.60 n e i im 0.40 d n e R 0.20 2001 2002 2003 2005 2007 2008 2009 0.00 0 10 20 30 40 50 60 Figura 6. Rendimiento relativo de trigo en función del nivel de P Bray 1 (0-20 cm) en la Red de Nutrición Región CREA Sur de Santa Fe. Fuente: CREA Sur de Santa Fe-IPNIASP (Garcia et al., 2010). P Bray (mg kg-1) PAGINA 31 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA P Bray-1 (mg P kg-1 suelo) 50 Figura 7. Relación entre el P Bray-1 del suelo y el 40 balance acumulado de P, en un total de 6 años de experimentación para dos 30 0,018*Bal grupos de suelos, Asuelos con valores <25 0,37*Bal 20 mg kg-1 y B- >40 mg kg-1 de P Bray-1 inicial. Los datos 10 de la figura superior, A, son un promedio de 4 0 sitios experimentales; B 80 mientras que en la figura 0,006*Bal 70 inferior, B, cada recta de regresión representa un 60 0,21*Bal tipo de suelo. Cada punto 50 se compone de tres 40 repeticiones por 30 tratamiento de 0,007*Bal fertilización. La línea 20 0,18*Bal punteada vertical 10 representa el balance 0, 0 -200 -150 -100 -50 0 50 100 es decir la situación inicial al comienzo del período Balance Acumulado de P (kg P ha -1) de 6 años analizado (Adaptado de Ciampitti et al., 2011). Control Fertilizado con P A Consideraciones finales La producción de alimentos, biocombustibles, forrajes y fibras siempre afecta la sustentabilidad ambiental, social y económica de los ecosistemas. El objetivo del manejo adecuado de los suelos es limitar y balancear los procesos de degradación con los procesos de producción. La agricultura sustentable se basa en la preservación de la calidad de los recursos naturales: agua, aire, biodiversidad, suelo, etc. Los balances de C y de nutrientes son indicadores útiles para determinar la evolución de los sistemas de producción al relacionarse directamente con la evolución de la MO y de la fertilidad. El manejo de rotaciones, siembra directa y fertilidad, adecuado y específico para cada sitio, contribuirá a mantener y/o alcanzar balances de C y de nutrientes sustentables para la producción de cultivos. Referencias Amado, T.J.C., C. Bayer, P.C. Conceicao, E. Spagnollo, B.C. Campos, y M. Veiga. 2006. Potential of carbon accumulation in no-till soils with intensive use and cover crops in Southern Brazil. J. Environ. Qual. 35: 1599–1607. PAGINA 32 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Andriulo, A.; J. Guérif y B. Mary, 1999a. Evolution of soil carbon with various cropping sequences on the Rolling Pampas. 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Madison, Wisconsin, EE.UU. PAGINA 35 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA LA NUTRICION DE CULTIVOS Y LA CONSERVACION DEL SUELO Adriana García Lamothe ¿Es posible hacer agricultura continua y conservar la calidad del suelo? La agricultura comenzó como actividad separada de la ganadería en suelos fértiles del país manteniéndose la producción de los cultivos a través de la expansión territorial. El laboreo excesivo sin control de la erosión y sin fertilización deterioró la fertilidad de los suelos. Hacia 1970 la adopción de sistemas mixtos agrícola-ganaderos con base en la rotación de cultivos y pasturas mitigó los procesos erosivos, y significó una entrada de N a los suelos que tendió a recuperarlos. En la actualidad la SD y la expansión de la soja están conduciendo a intensificación productiva que tiende nuevamente a separar agricultura de ganadería. En consecuencia las rotaciones cultivo-pastura declinan y aumenta la agricultura continua. Ante el paradigma de la sostenibilidad, surge una interrogante: ¿es posible hacer agricultura continua y conservar la calidad del suelo? La respuesta se ha buscado a través de la modelación, pero es escaso el conocimiento de procesos biológicos, biogeoquímicos y ecológicos y los resultados pueden no ser ajustados. La experiencia local también permite plantearse hipótesis, una de ellas es que un buen balance nutricional es esencial para preservar los servicios y funciones del suelo. La calidad del suelo es una característica compleja y dinámica que se puede deteriorar, estabilizar o mejorar a través de prácticas de manejo. Un elemento esencial de la calidad del suelo es el contenido de materia orgánica (MOS) pues mejora las propiedades químicas, físicas y biológicas y el crecimiento de los cultivos. Entonces la pregunta podría reformularse: ¿es posible conservar la MOS en sistemas de agricultura continua? UN INDICADOR DE CALIDAD: LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO: La MOS es un reservorio de nitrógeno y otros nutrientes. Existe un paralelismo entre la evolución del C y del N del suelo en ecosistemas naturales o en equilibrio debido a que muchos procesos son comunes a ambos ciclos. Un valor típico para la relación C:N de la MOS es 11 y está determinado por la composición de la biomasa microbiana del suelo (BMS) pues ella sería la responsable de su formación. Las teorías más aceptadas del origen de la MOS son: a) productos originados de la lignina (quinonas) que luego se condensan con compuestos aminados, y b) la síntesis microbiana de polifenoles a partir de residuos vegetales atacados por hongos, oxidados a quinonas y condensados con compuestos aminados. Las dos teorías involucran actividad biológica y compuestos con N y posiblemente la MOS se origina por una combinación de ambos procesos. Hongos y bacterias constituyen los organismos dominantes de la BMS. La relación C:N de las bacterias es en promedio 5 y la de los hongos 15. La BMS de un suelo típico está constituida por 2/3 de hongos y 1/3 de bacterias y por consiguiente la relación C:N tiene un valor cercano a 11. Cuando los hongos proliferan la relación C:N sube y cuando las bacterias dominan es < a 10. PAGINA 36 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA El coeficiente de asimilación de C (C asimilado/C ingerido) es en promedio 0.60 en hongos y 0.40 en bacterias, lo que significa que si entran 100 g de C al suelo los hongos retienen 60 g en sus células y respiran 40 g (CO2) y al revés las bacterias. La respiración es mayor en condiciones adversas pues el organismo requiere más energía. Cualquier práctica que disturbe al suelo ocasionará cambios en la población microbiana y estos alterarán la dinámica de nutrientes y la síntesis de MOS estable. La dinámica del N en un agro-ecosistema es el resultado de transformaciones que ocurren en el ciclo del N que incluye las entradas por fertilización, la siembra de leguminosas (FBN), acciones que realiza el hombre para aumentar la productividad. Si bien las entradas de N en estos sistemas son mayores que en los naturales, también son potencialmente mayores las pérdidas de N, si la fertilización es inadecuada y/o hay salidas de N vía: erosión, escurrimiento, volatilización, lixiviación o desnitrificación. ESTUDIO DE CASO: CAMBIOS EN LA RELACION C:N DEL SUELO CONSECUENCIA DEL MANEJO En el 2009 se analizó la evolución del “stock” de N y C en el experimento de Rotaciones de La Estanzuela en los sistemas de agricultura continua con y sin fertilización. Se ajustaron regresiones para cada stock en dos períodos bien diferenciados en cuanto a la evolución de la relación C:N. Mientras el C org. (MOS) caía en ambos como consecuencia de las prácticas agrícolas, la relación C:N hasta 1983 aumentaba con el tiempo, mientras a partir del 1984 bajaba. Ese hecho era indicativo de pérdidas mayores de N que de C en el primer periodo y a la inversa en el segundo, consecuencia de las modificaciones en el experimento de rotaciones efectuadas 1984. Los balances de N considerando entradas y salidas con base a datos del experimento (rendimiento, erosión, etc.) y los stocks de N al fin de cada período permitieron estimar pérdidas de N cercanas a 70 y 50 kg/ha/año hasta 1983 y en el segundo período mucho menores, de sólo 11 y 0 kg/ha/año en el sistema sin y con fertilización respectivamente. Los cambios más importantes del rediseño de las rotaciones de 1984 fueron: da 1) el girasol pasó a hacerse de 2 con mínimo o cero laboreo, lo que significó intensificación de la producción, que pasó de 1 cultivo/año a 1.3 cultivo/año y reducción del tiempo de barbecho; 2) se sustituyó el lino por la cebada, ambos cultivos invernales pero de productividad muy diferente. Más gradual pudo ser el impacto de los cambios tecnológicos como el uso de cultivares de trigo de mayor potencial y respuesta a N, nuevos herbicidas, entre ellos de particular importancia el glifosato, que más allá de lo que significó en la reducción del laboreo, pudo afectar la actividad de la BMS a través del impacto sobre el ciclo del ácido sikímico en los microorganismos. Aunque la extracción de N en las cosechas aumentó, mucho mayor fue la reducción de otras salidas de N. A su vez, a fines de los 90 el mejoramiento genético del trigo y nuevas prácticas de fertilización (indicadores y fraccionamiento) pudieron PAGINA 37 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA contribuir a aumentar la eficiencia de uso de N (EFUN) y a crear un balance de N menos negativo o neutro. Es evidente la relación entre ese hecho y la tendencia a la estabilización de la MOS (ver figuras siguientes). Evolución del N Total y del C orgáncio Rotaciones "viejas" INIA - La Estanzuela 13 11 0.22 2.00 0.20 1.80 0.18 1.60 0.16 1.40 0.14 1.20 0.12 1.00 0.10 10 9 R2 =0,524 8 2009 2007 2005 2003 2001 1999 1997 1995 1993 1991 1989 1987 1985 1983 1981 1979 1977 1975 2007 1973 2003 1971 1995 1999 1969 1991 1967 1987 1965 1967 1971 1975 1979 1983 1963 1963 Ntotal(%) R2 =0,38 Corg.(%) RelaciónC:N 12 2.20 Año C org C org (c/F) N t N t (c/F) El equilibrio de la MOS no obstante, ocurre con stocks de C y N por debajo del de sistemas con leguminosas forrajeras (FBN) lo que implica menor potencial de mineralización de N (PMN) y resiliencia del suelo, entre efectos. Para levantar el % de MOS del suelo habría que lograr balances positivos de N. EL BALANCE DE N Y LA ESTABILIDAD DE LA MOS Un sistema para que sea sostenible debe poder mantener cierta productividad en el tiempo lo que depende de una serie atributos del suelo (estabilidad de agregados, infiltración, CIC, dinámica de nutrientes, etc.) todos relacionados directa o indirectamente con el contenido de MOS en consecuencia es relevante mantenerla a un nivel aceptable o recuperarla en algunos casos. La MOS contribuye a crear un ambiente adecuado para el crecimiento de los cultivos que minimiza la necesidad de insumos. ¿Qué nivel de MOS es aceptable? Dependerá en gran parte de propiedades químicas y físicas de los horizontes superficiales y sub-superficiales del suelo y del material que le dio origen. Para evitar el balance negativo de N, como primera medida deben minimizarse las pérdidas de N a través de buenas prácticas de fertilización que aumenten la EFUN. La SD sobre rastrojo ejerce control sobre la erosión y sobre la tasa de nitrificación pudiendo contribuir en ese sentido. La agricultura de precisión o su versión más simple, el manejo de la fertilización por ambientes de diferente productividad, también. El N extraído por la cosecha y el que se pierda, debe reponerse mediante: i) la aplicación de fertilizantes inorgánicos, ii) de abonos orgánicos (compostaje por ejemplo), iii) o la FBN (leguminosas) siempre procurando la mejor sincronización entre la disponibilidad (o liberación de N ) y la demanda de los cultivos. La entrada de N por FBN o abonos orgánicos reducirá la dependencia de fertilizantes inorgánicos que requieren petróleo para su síntesis, por lo que debe ser considerada más sustentable en el largo plazo que el uso de ellos. No obstante puede ser más difícil lograr la sincronía requerida y eso constituye un riesgo ambiental. PAGINA 38 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA Si bien la mejor herramienta para mejorar la entrada de N al suelo y la eficiencia de uso puede ser un buen manejo de la cantidad, momento y calidad de los residuos lograrlo es todo un desafío que depende de factores algunos controlables y otros no. Con la premisa que debemos procurar conservar la MOS para mantener todos los efectos positivos que ella ejerce en las propiedades físicas, químicas y biológicas, el monocultivo de soja no sería sustentable,. Por un lado, por que deja un residuo que desaparece rápido del suelo, quedando éste expuesto a la erosión hídrica y por otro, por que la FBN cubre como máximo 80 % del N que extrae el grano según experiencia extranjera ,o la mitad o menos según datos locales, el resto sale del suelo creando un balance negativo de N. Para producir soja en forma sostenible o bien hay que fertilizarla con N en alguna etapa del cultivo y usar coberturas en invierno, o debe alternarse con cultivos de invierno bien fertilizados (cantidad y oportunidad) que contrarresten la pérdida de N, o uso de abonos verdes con leguminosas (FBN) que además de proteger al suelo aporten N y también contribuyan a contrarrestar el balance negativo que deja la soja. Cabe puntualizar que aún usando prácticas conservacionistas como la SD, abonos orgánicos, coberturas, etc. ocurrirán modificaciones y desequilibrios de nutrientes que alterarán proceso en el suelo. En consecuencia los sistemas agrícolas deben someterse a validación ecológica con indicadores biológicos. Por otro lado, todo sistema agrícola tiene la debilidad de crear compactación, causa principal de la degradación del suelo, aunque de impacto diferente en distintos tipos de suelo. Pero si se logra conservar la MOS con un manejo adecuado del N ese efecto podría ser mínimo, si además se acompaña con medidas de reducción o sistematización del tránsito de maquinaria, por ejemplo, u otras prácticas adecuadas de manejo. Las figuras siguientes ilustran primero el efecto de la compactación sobre la EFUN lo que resulta un aumento potencial de pérdida de N, la segunda, la caída de la MOS en diferentes ambientes edáficos de Soriano como consecuencia del manejo a que han sido sometidos los suelos agrícolas. Un punto a resaltar es que en el relevamiento del 2009, se determinó que en un tercio de las chacras la salida de N sólo con la cosecha de trigo (sin evaluar pérdidas) era mayor que el N aplicado en la fertilización. Carbono Orgánico en suelos de Referencia según Ambiente Edáfico RespuestaaNenTrigo(Dolores2008) 20 5. 00 4000 16 4. 00 3000 12 4. 50 36kgdeN/Ha 136kgN/ha 2000 8 1000 4 0 0 1.28 1.34 1.39 1.41 1.42 1.49 Densidadaparente (kg/dm3) EFUN % C Orgánico RendimientoKg/ha 5000 3. 50 3. 00 2. 50 2. 00 1. 50 1. 00 A. B1. B2. C. Brunosoles Brunosoles Brunosoles Brunosoles pesados y text finas a text medias s/ FB Vertisol es medi as (Uni dad (Uni dad FB) (Unidad LC- (Uni dad Bq) CñN) Ri) D. Brunosoles y Argi soles sobre Cretácico (Unidad CC) PAGINA 39 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA LA FERTILIZACIÓN DESBALANCEADA: ¿UNA BOMBA DE TIEMPO? Los cultivos se han fertilizados tradicionalmente con P porque es escaso en los suelos y su deficiencia restringe la respuesta a N, nutriente de gran impacto sobre el rendimiento y la rentabilidad. Con el potasio (K) la historia es diferente, en suelos de texturas medias a finas el nivel de K está en promedio encima del nivel crítico que se maneja. Además la deficiencia de K es menos impactante que la de P o N porque no tiene una función estructural sino que ocurre a través de cambios fisiológicos. En consecuencia es común que el trigo se fertilice con N y P, y la soja con P pero no con K. Recientemente la evidencia de síntomas de deficiencia en particular en cultivos de verano (maíz y soja) y suelos livianos, ha encendido una alerta y algunos productores están empezando a considerar al K en sus programas de fertilización. No obstante, como el KCl no es económico suele escatimarse la dosis, optándose por sacrificar algo de rendimiento en pos de reducir los costos de producción. De modo que la relación N:K cuando se fertiliza con K un trigo es en promedio 1:0.3. Probablemente el desconocimiento de la dinámica del K en el suelo, sumado a la dudosa interpretación de los análisis contribuya a que no sea una práctica generalizada. En Uruguay se ha encontrado respuesta a K en trigo y cebada en sistemas de agricultura continua, particularmente en suelos livianos, pero también en suelos de texturas medias asociados a compactación del suelo y/o reducida humedad, cuando la difusión prima sobre el flujo de masa para que el K alcance las raíces. El K-intercambiable (K-int.) puede no representar la disponibilidad real de K para los cultivos. Su relación con otros cationes con los que puede competir como el Ca y Mg puede mejorar la interpretación y en ello se está trabajando. La liberación de K desde residuos vegetales en descomposición suele ser insuficiente para reponer el K que extrae un cultivo bien fertilizado con N y P. En consecuencia luego de años de agricultura el K ha bajado en forma significativa en los suelos. Esa extracción continua de K hace perder al suelo la capacidad de reponerlo a la solución, sobretodo durante picos de consumo como el encañado del trigo, lo que puede crear un estrés nutricional. El K del suelo está sujeto a un intercambio dinámico, el K de la solución es tomado por las plantas o se lava y repuesto por el K int.. También éste está en equilibrio con formas de K no intercambiables o reservas, pero la tasa de reposición es menor. A medida que el K se va agotando más lenta es la reposición desde las reservas. Tal vez esté ocurriendo una caída mayor del K no intercambiable que la reflejada en el K int., lo que sería un problema serio que habría que explorar. El K activa enzimas y estimula la asimilación y el transporte de nutrientes en la planta, actúa en el balance iónico, regula el movimiento del agua y de la apertura de estomas, controla la absorción de N. La absorción de nitrato ocurre junto al K como contra ión (carga positiva). El nitrato es reducido en el tallo y parte del K vuelve a la raíz como K-malato donde es oxidado, forma carbonato ácido de K y es intercambiado junto al ácido carbónico por nitrato de K. Cuando el K es insuficiente hay reducción de nitrato en la raíz y acumulación de amidas que restringe la posterior absorción de nitrato. Ese hecho significa una reducción PAGINA 40 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA de la EFUN de los fertilizantes. Además el K mejora la tolerancia a la sequía, al calor y al frío, la resistencia a plagas y enfermedades. Ante la duda de aplicar o no K al suelo el productor debe tener presente que se va a beneficiar de una nutrición balanceada a través de mayor eficiencia de los insumos y menor riesgo ante condiciones adversas. Además en suelos deficientes puede llegar a incrementar el rendimiento de soja, maíz o trigo y reducir la pérdida potencial de nitrato, aumentando la EFUN y favoreciendo indirectamente la preservación de la MOS, a su vez reducirá la contaminación y la acidificación. El nivel de K debería corregirse en función de la cantidad de N y P que se aplique. La fertilización no balanceada (sin K) es una bomba de tiempo en suelos con capacidad de fijarlo como la mayoría de los de aptitud agrícola del país con arcillas del tipo 2:1. Idealmente todos los nutrientes esenciales deberían analizarse pero el desconocimiento de los procesos de fijación y formación de complejos en el suelo no permite hoy poder determinar una fertilización balanceada completa y óptima. En las siguientes figuras puede apreciarse como ha sido la pérdida de K en suelos de Soriano y los niveles actuales de K-int. En los diferentes ambientes edáficos. Estos no representan lo mismo para los primeros 4 que para el último de textura más gruesa con menor tenor de arcillas. K-int rel. al original 0,8 0,6 0,4 0,2 0,0 A B1 B2 C D Ambientes Edáficos 1,8 1,2 0,9 0,6 0,3 D D D C C Ed áf ico B2 B2 B2 B1 B1 B1 B1 A Am A bi en te 0 A K-int. meq/100g 1,5 PAGINA 41 ASOCIACION URUGUAYA PRO SIEMBRA DIRECTA MANEJO DE NUTRIENTES EN SOJA FOSFORO EN SOJA DE SEGUNDA RESIDUALIDAD O FERTILIZACION Ing. Agr. Esteban Hoffman Profesor Adjunto Estación Experimental Dr. Mario A. Cassinoni (EEMAC) Departamento de Producción Vegetal Facultad de Agronomía - UDELAR Este trabajo forma parte de una tesis, cuando sus resultados estén disponibles serán publicados en la página web de AUSID. PAGINA 42 Uruguay alan