AÑO (VOL) 139 Nº 11 NOVIEMBRE 2011 EDITORIAL • MortalidadporinfartodelmiocardioenChile.Trombolíticosoangioplastía. ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN • Terapiadereperfusióneninfartoagudoalmiocardio.Comparaciónentretrombolisisendovenosay angioplastíacoronaria. adquiridaenlacomunidadenunareddesaludprivada. sobreelpesocorporal,diabetes,dislipidemiaydesarrollodeanemia. enalumnosdemedicinachilenos. gestacionalypregestacional. enChile. aleatorio. • Metodologíadeadaptacióndeunaguíaclínicaparaelmanejodepacientesadultosconneumonía • Efectodelbypassgástricoalargoplazo(7a10años)enpacientesconobesidadseveraymórbida • Enfermedadinflamatoriaintestinalyembarazo:experienciade16años. • EstructurafactorialyconfiabilidaddelaescaladeaprendizajeautodirigidodeFisher,King&Tague • InsulinemiaeíndiceHOMAenniñosyadolescenteschilenos. • Utilidaddelamedicióndefructosaminacomoindicadordecontrolenpacientescondiabetes • Tratamientodelcáncerdepróstataconradioterapiapormodulacióndeintensidad,primeraexperiencia • Erroresdemedicaciónenpacientescríticosadultosdeunhospitaluniversitario.Estudioprospectivoy • ElGESpromuevelaequidadeneltratamientodelgranquemadodelaterceraedad. CASOS CLÍNICOS • Amiloidosisextremaasociadaamielomamúltipleeinsuficienciarenalterminal.Casoclínico. • ParagangliomasmúltiplesasociadosamutacióndelgenSDHB.Casoclínico. • Diagnósticotardíodemelanomanodulardelpieenunvaróncon74años. • TratamientoexitosodehepatitisautoinmuneysíndromedeEvansconrituximab. ARTÍCULOS DE REVISIÓN • Actualizaciónenestenorraquislumbar:diagnóstico,tratamientoycontroversias. • DeteccióndeespeciesdeSalmonellayMycobacteriumengaviotasdominicanas(Larus dominicanus)y gaviotasdeFranklin(Leucophaeus pipixcan)enlaciudaddeTalcahuano,Chile. ARTÍCULO ESPECIAL • Lalicenciamédica.Variasdimensionesenunmismodocumento.Unapropuestaparaunmejoruso. EDUCACIÓN MÉDICA • Impactodeunprogramadeformaciónendocenciaenunaescuelademedicina. RevMedChile139(11),2011:1387-1522,RMCHAWISSN0034-9887 Revista MÉDICA de Chile AÑO (VOL) 139 - Nº 12 - DICIEMBRE 2011 Publicación oficial de la Sociedad Médica de Santiago, de sus Sociedades Filiales, de sus Capítulos y Sociedades Afiliadas en Regiones ©2011, Sociedad Médica de Santiago. No part of this publication may be reproduced, displayed, or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying or by any information storage or retrieval system, without the prior written permission from the Editors. Una versión electrónica de la Revista Médica de Chile se publica en el sitio web www.scielo.cl del Programa SciELO Chile, de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT). An electronic version of Revista Médica de Chile is published in the web site www.scielo.cl by the Programa SciELO Chile of CONICYT, Chile. Sociedad Médica de Santiago Sociedad Chilena de Medicina Interna Fundada en 1869 Directorio de la Sociedad Médica de Santiago PRESIDENTE Dr. Guillermo Acuña Leiva VICEPRESIDENTE Dr. Jorge Vega Stieb PAST PRESIDENTE Dr. Héctor Ugalde Prieto SECRETARIA Dra. Carolina Herrera Contreras TESORERO Dr. Walter Passalacqua Rivanera Directores Jorge Alfaro Lucero Jacqueline Pefaur Penna Marta Aliste Silva Claudio Puebla Arredondo Gloria Briones Bilbao Juan Eduardo Sánchez Valenzuela Pabla Campos Tobar Ricardo Santander Duch Sylvia Echávarri Vesperinas Sepúlveda Arévalo Tomás Ricardo Estela Petit Néstor Soto Isla Carolina Herrera Contreras Vinko Tomicic Flores Marcelo Llancaqueo Valeri Sebastián Valderrama Chang Walter Passalacqua Rivanera Jesús Véliz López Sociedades Filiales Sociedad Chilena de Alergia e Inmunología Sociedad Chilena de Biología y Medicina Nuclear Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias Sociedad Chilena de Gastroenterología Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile Sociedad Chilena de Hematología Sociedad Chilena de Hipertensión Arterial Sociedad Chilena de Infectología Sociedad Chilena de Inmunología Sociedad Chilena de Medicina Intensiva Sociedad Chilena de Nefrología Asociación Chilena de Nutrición Clínica Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía Sociedad Chilena de Osteología y Metabolismo Mineral Sociedad Chilena de Parasitología Sociedad Chilena de Reumatología Sociedad Chilena de Trasplantes Revista Médica de Chile (Rev Med Chile) Fundada en 1872 por los Drs. Germán Schneider, Rodulfo A. Philippi, Alfonso Thévenot, Adolfo Murillo, Pablo Zorrilla y Adolfo Valderrama. Editor Humberto Reyes B. Editor Emérito Alejandro Goic G. Editor de Resúmenes en inglés Daniel Bunout B. Secretaria Ximena Quinteros F. Editores Asociados Max Andresen H. Joaquín Palma H. International Advisory Committee Dame Marcela Contreras, MD, London, UK Felipe C Cabello, MD, Valhalla, NY, USA Luis R Espinoza, MD, New Orleans, LA, USA Dr. Arturo Evangelista M, Barcelona, España Richard V Lee, MD, Buffalo, NY, USA Dr. Julián Panés, Barcelona, España Jorge Rakela, MD, Scottsdale, AZ, USA Dr. Moisés Selman L, México DF, México Vincenza Snow, MD, Philadelphia, PA, USA Comité Editorial Asesor Cecilia Albala B. Miriam Alvo A. Fernando Araya D. Marco Arrese J. Eugenio Arteaga U. Carmen Paz Astete A. Carmen Gloria Aylwin H. Francisco Barriga C. Paula Bedregal G. Leandro Biagini A. Gisella Borzone T. Javier Brahm B. Lucía Bronfman F. María Elena Cabrera C. Fernando Cassorla G. Silvia Castillo T. José Castro O. Iván Caviedes S. Fanny Cortés M. Miguel Cuchacovich T. Hernán Chamorro B. Sara Chernilo S. Orlando Díaz P. Karin D’Ottone M. Alberto Dougnac L. Alejandro Fajuri N. Carlos Fardella B. Alejandra Fernández V. Marcela Ferrés G. Gustavo Figueroa C. Fernando Florenzano U. Carlos Fuentealba P. Homero Gac E. Jaime Godoy F. Fernando González F. Sergio González B. Mauricio Guivernau B. Christel Hanne A. Sandra Hirsch B. Enrique Jadresic M. Liliana Jadue H. Jorge Jalil M. Jaime Labarca L. Luz María Letelier S. Alberto Maiz G. Pedro Paulo Marín L. Loreto Massardo V. Diego Mezzano A. Sergio Mezzano A. Rodrigo Moreno B. Manuel Moreno G. Fernando Munizaga C. Patricia Muñoz C. del V. Sergio Muñoz N. Alfonso Olmos C. Miguel O’Ryan G. Karin Papapietro V. Jaime Pereira G. Juan Carlos Prieto D. Enrique Reynolds H. Iván Roa E. Juan Carlos Roa St. José Adolfo Rodríguez P. Roque Sáenz F. Isabel Segovia D. Eduardo Talesnik G. Paola Toche P. Olivia Trucco A. Mario Uribe M. Gonzalo Valdivia C. Jorge Valenzuela E. Raúl Valenzuela M. José Luis Vukasovic R. Eduardo Wainstein G. Nelson Wohllk G. Marcelo Wolff R. Ricardo Zalaquett S. Rodrigo Zapata L. RMCHAW, ISSN 0034-9887 Revista Médica de Chile (Rev Med Chile) Publicada mensualmente, desde 1872, por la Sociedad Médica de Santiago. Published monthly, since 1872, by Sociedad Médica de Santiago (Chilean Society of Internal Medicine) La Revista Médica de Chile somete los manuscritos recibidos a revisión por pares. Está incluida en las principales bases de datos del área biomédica y otras: Revista Médica de Chile is a peer reviewed journal, indexed in major biomedical and other databases: Index Medicus/ MEDLINE/ National Library of Medicine; Current Contents/ Clinical Medicine; Science Citation Index; LILACS/ Literatura Latino-Americana y del Caribe en Ciencias de la Salud; Chemical Abstracts; Current Citations (Computer File); Index Veterinarius; Nutrition Abstracts and Reviews, Series A: Human & Experimental; SciSearch (Online Database); Social Sciences Citation Index (Select Cov) La REVISTA MÉDICA DE CHILE publica trabajos originales sobre temas de interés médico y de Ciencias Biomédicas, dando preferencia a los relacionados con la Medicina Interna y sus especialidades derivadas. Los trabajos deben enviarse directamente a la REVISTA MÉDICA DE CHILE, Bernarda Morín 488, Providencia, Santiago y deben ceñirse a las normas que aparecen como Instrucciones a los Autores, en los números de enero y julio de cada año y se publican, permanentemente, en www.scielo.cl. La revista se reserva el derecho de hacer modificaciones de forma al texto original. Los trabajos que cumplan con los requisitos formales, serán sometidos a arbitraje por expertos. La nómina de árbitros consultados se publica una vez al año, en Crónica. El Comité Editorial Asesor está constituido por árbitros a quienes se consulta, además, para decisiones editoriales mayores. Valor de Suscripciones Sin costo para los Socios de la Sociedad Médica de Santiago. El valor de la suscripción anual es de $ 220.000 para médicos No Socios de la Sociedad Médica de Santiago y $ 22.000 cada número. El valor para Instituciones es de $ 242.000. 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E-mail: mcristina@editorialiku.cl Los autores y avisadores son responsables por el contenido científico y los puntos de vista expresados, los cuales no necesariamente coinciden con los de los Editores o de la Sociedad Médica de Santiago. Contributors and advertisers are responsible for the scientific content and the views expressed, which are not necessarily those of the Editors or the Sociedad Médica de Santiago. CONTENIDO/contents Artículos de Investigación / Research Articles Relación entre ideación suicida y estilos parentales en un grupo de adolescentes chilenos. Relation between suicidal ideation and parenting styles among a group of Chilean adolescents. Ramón Florenzano U., Macarena Valdés C., Eugenio Cáceres C., Sylvia Santander R., Carolina Aspillaga H., Claudia Musalem A. .................................................................................................................................................... 1529 Formulación de una ecuación para predecir la masa grasa corporal a partir de bioimpedanciometría en adultos en un amplio rango de edad e índice de masa corporal. Formulation of an equation to predict fat mass using bioelectrical impedance in adults in a wide range of ages and body mass index. Ingrid Schifferli, Fernando Carrasco, Jorge Inostroza .................................................................................................. 1534 Resultados alejados de la cirugía reparadora de la insuficiencia mitral isquémica. Long-term results of mitral valve repair for ischemic mitral insufficiency. Ricardo Zalaquett S., Emilio Flores A., Fernando Cartajena de la M., Pablo Bächler S., Samuel Córdova A., Pedro Becker R., Sergio Morán V., Manuel Irarrázaval Ll., Cecilia Muñoz C., Rodrigo González F. .......................... 1544 Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca. Saturación cerebral e índice biespectral: estudio longitudinal. Neuropsychological dysfunction after cardiac surgery. Cerebral saturation and bispectral index: A longitudinal study. Víctor M. Parra, Marc Sadurní, Marta Doñate, Irene Rovira, Carmen Roux, José Ríos, Teresa Boget, Guillermina Fita .......................................................................................................................................................... 1553 Reducción de la actividad física en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Reduction of physical activity in patients with chronic obstructive pulmonary disease. Alejandra Parada, Julieta Klaassen, Carmen Lisboa, Fernando Saldías, Laura Mendoza, Orlando Díaz . ................ 1562 Prevalencia de consumo de drogas en estudiantes universitarios que cursan primer y cuarto año. Prevalence of tobacco, alcohol and marijuana consumption among university students. Gladys Morales I., Carlos del Valle R., Carlos Belmar M., Yasna Orellana Z., Alvaro Soto V., Daniza Ivanovic M. . ..... 1573 Niveles séricos del antígeno prostático específico en varones expuestos y no expuestos al arsénico en el agua de bebida en Tucumán, Argentina. Total prostatic specific antigen levels among subjects exposed and not exposed to arsenic in drinking water. Analía Soria de González, Liliana Tefaha, Rosa Guber, Nilda Arias, Claudio Romero, Mateo Martínez, María Valdivia, Noemi Sandoval, Roxana Toledo, María Czejack ............................................................................. 1581 Casos Clínicos / Case Reports Meningomielitis asociadas a infección por herpes virus humano 7. Comunicación de dos casos. Meningomyelitis associated with infection by human herpes virus 7. Report of two cases. Marcelo Miranda C., Juan Pablo Torres T., Carmen Larrañaga L., Guillermo Acuña L. . ......................................... 1588 Síndrome de Sweet asociado a leucemia mieloide aguda y factor estimulante de colonias de granulocitos. Caso clínico. Sweet’s syndrome associated with acute myeloid leukemia. Report of one case. Montserrat Molgó N., Pilar de la Sotta F., Laura Giesen F., Sergio González B. ......................................................... 1592 Ergotismo secundario a la asociación ergotamina-ritonavir. A propósito de 3 casos. Ergotism secondary to ergotamine-ritonavir association. Report of three cases. Santiago Acle, Federico Roca, Mariela Vacarezza, Alfredo Álvarez Rocha . ................................................................. 1597 Mutación en el gen EDA1, Ala349Thr en paciente con displasia ectodérmica hipohidrótica ligada a X. Mutation in the ED1, Ala349Thr in a patient with X-linked hypohidrotic ectodermal dysplasia. Julio C. Salas-Alanis, Rodrigo Cepeda-Valdés, Adriana González-Santos, Mario Amaya-Guerra, Mazen Kurban, Angela M. Christiano ................................................................................................................................................... 1601 1527 CONTENIDO/contents Artículo de Revisión / Review Articles Factores de virulencia de Mycobacterium tuberculosis. Virulence factors of Mycobacterium tuberculosis. Nancy P. Maulén .......................................................................................................................................................... 1605 Artículo Especial / Special Article Informática biomédica. Biomedical informatics. Daniel Capurro, Mauricio Soto, Macarena Vivent, Marcelo Lopetegui, Jorge R. Herskovic ....................................... 1611 Salud Pública / Public Health Garantía de oportunidad, artrosis y autorreporte de salud en personas con artrosis en una comuna de la Región Metropolitana. Knowledge about health care rights among a group of Chilean patients with knee osteoarthritis. Mauro Tamayo R., Jame Rebolledo S. .......................................................................................................................... 1617 Cartas al Editor / Letters to the Editor Agencia nacional de medicamentos (ANAMED): una oportunidad para ser aprovechada. National Agency for Medicaments (ANAMED, Chile): An opportunity not to be missed. Manuel Antonio Espinoza S., Báltica Cabieses ............................................................................................................ 1624 XXXIII Congreso Chileno de Medicina Interna/XXXIII Chilean Congress of Internal Medicine Metas terapéuticas y avances en Medicina Interna Selección de Resúmenes/Selected abstracts .............................................................................................................. 1626 Índice Anual / Index - Vol 139.................................................................................................................................... 1635 1528 artículos de investigación Rev Med Chile 2011; 139: 1529-1533 Relación entre ideación suicida y estilos parentales en un grupo de adolescentes chilenos RAMÓN FLORENZANO U.1,2,3, MACARENA VALDÉS C.2,a, EUGENIO CÁCERES C.3,b, SYLVIA SANTANDER R.4, CAROLINA ASPILLAGA H.1,c, CLAUDIA MUSALEM A.1,d Relation between suicidal ideation and parenting styles among a group of Chilean adolescents Background: In Chile, there has been an increase in suicide rates from 1.1 to 2.6 per 100,000 among adolescents aged 10 to 14 years and from 4.4 to 8.9 per 100,000 among those aged 15 to 19 years Aim: To identify protective factors for suicidal ideation according to parenting styles, as described by Barber et al. Material and Methods: The relation between suicidal ideation and parenting styles was assessed in a random sample of 2,346 Chilean school attending adolescents aged 13 to 20 years old (59% women) from three cities: Antofagasta (Northern Chile, II Region), Santiago (Central, Metropolitan Region) and Concepción (Southern, VIII Region). Participants were tested with the Chilean adaptation of the Cross National Adolescents Program (CNAP) Plus questionnaire developed by Barber et al. The relation between suicidal ideation and parenting styles was assessed using regression analyses. Results: Correlations between suicidal ideation and parenting styles were mostly significant, yet weak. High odds ratios were observed among parents who had a strong psychological control, inconsistent control, lack of expression of affection and covered marital hostility. Conclusions: High adolescent self-esteem, a good relationship with parents, psychological parental autonomy, expression of physical affection, social support and paternal monitoring were protective factors against suicidal ideation. (Rev Med Chile 2011; 139: 1529-1533). Key words: Adolescent; Parents; Risk factors; Suicide. L os problemas de salud mental de los adolescentes, y las conductas que de éstos se desprenden, están asociados a factores genéticos y ambientales o del contexto en que viven. Los estilos parentales han sido estudiados junto a la relación con los pares, los vecinos y el entorno escolar; para ello, Barber et al han propuesto un modelo interaccional1 que ha sido validado transculturalmente usando la batería de escalas Cross National Adolescents Program (CNAP). En ella se describen las diversas dimensiones de estilos parentales y sus efectos entre niños y adolescentes. Según Barber et al, la parentalidad está compuesta por las dimensiones de aceptación, Facultad de Psicología Universidad del Desarrollo, Santiago, Chile. 2 Facultad de Medicina Universidad de Chile, Santiago, Chile. 3 Instituto de Ciencias de la Familia Universidad de Los Andes, Santiago, Chile. 4 Dirección de Investigación Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Santiago, Chile. a Magíster en Salud Pública. b Master en Matrimonio y Familia. c Psicóloga. d Estadístico. 1 Proyecto parcialmente subsidiado por el Programa de Investigación Asociativa del Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Proyecto ACI 57), por el Fondo de Ayuda a la Investigación de la Universidad de Los Andes (Proyecto FAI 007-53) y por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Proyecto 1100731). Recibido el 27 de abril de 2011, aceptado el 26 de septiembre de 2011. Correspondencia a: Dr. Ramón Florenzano U, Dirección de Investigación, Universidad del Desarrollo. Av. La Plaza 680, Las Condes, Santiago, Chile. Tel: 3279443 E-mail: rflorenzano@gmail. com apoyo y control, esta última en la doble referencia de psicológico y conductual. El primero se relaciona con el desarrollo psicológico y emocional del niño adolescente, como invalidación de sentimientos, restricción de expresiones verbales, retiro de amor e inducción de culpabilidad entre otras. Esta dimensión se relaciona con depresión y conductas antisociales en los adolescentes. El control conductual indica el grado en que los padres establecen reglas y regulaciones que las hacen cumplir, poniendo límites a las actividades del adolescente. Esta dimensión se relaciona con menores comportamientos antisociales en los adolescentes. Las conductas parentales de acepta1529 artículos de investigación Ideación suicida y estilos parentales en adolescentes - R. Florenzano et al ción y apoyo se correlacionan positivamente con la competencia interpersonal de los adolescentes y sus conductas prosociales, mientras que el control psicológico autoritario se correlacionaría positivamente con una menor salud mental del adolescente, y en especial con síntomas depresivos. El control conductual parental se correlacionaría, a su vez, con menos conducta antisocial entre los adolescentes. Este tipo de control parental facilita la autorregulación y fomenta conductas socialmente aceptadas en los adolescentes. Aquéllos sin suficiente supervisión parental están más expuestos a ser influenciados por sus pares, en especial por aquellos que ejercen un liderazgo negativo, promoviendo conductas desviadas y peligrosas. Este modelo ha sido correlacionado empíricamente en un estudio transcultural en 16 países2 y ha sido replicado en Chile, en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de cuatro universidades chilenas, quienes trabajaron en conjunto con el Profesor Barber entre 2006 y 2008. Uno de los mayores problemas que se encuentra en los adolescentes actualmente tiene relación con la ideación, plan e intento suicida, conducta que contribuye en forma importante a su mortalidad3. La evolución de las tasas de suicidio entre los jóvenes en las últimas décadas en Chile ha aumentado: María Inés Romero señala (datos no publicados que entre los 10 y 14 años se registró un alza de 1,1 a 2,6 por 100 mil habitantes, mientras que en jóvenes de 15 a 19 años la tasa aumentó de 4,4 a 8,9 por 100 mil. En cifras absolutas, los suicidios adolescentes registrados desde 1983 hasta 2003 fueron de 5.924 jóvenes. La Encuesta Mundial de Salud Escolar reveló que 20% de los jóvenes chilenos ha considerado seriamente suicidarse, mientras que entre 15,3 y 16,5% de ellos ha hecho planes sobre cómo hacerlo4 El objetivo de esta publicación es establecer factores protectores de la ideación suicida dentro de las redes familiares, para identificar de manera concreta aquellos estilos parentales que se relacionan con la ideación suicida y difundirlos con afán preventivo. luego, escuelas y finalmente, clases. El sistema educacional chileno divide las escuelas en tres tipos, según su régimen administrativo, municipales, particulares subvencionadas y particulares pagadas. En la Tabla 1 se presenta la distribución de los estudiantes encuestados por Región, tipo de colegio y nivel socioeconómico (NSE). De las 27 escuelas muestreadas, nueve eran municipales, ocho subvencionadas y diez privadas. La encuesta aplicada fue anónima y voluntaria. El cuestionario fue aplicado por personas entrenadas a 2.346 alumnos durante 2007 a 2009. El instrumento de evaluación utilizado fue una adaptación en castellano (CNAP Plus) de la escala CNAP desarrollada en un estudio transcultural por Barber et al2 entre 1999 y 2004. La adaptación la realizaron los autores en tres reuniones de trabajo conjuntas con el profesor Barber (Bellagio, Italia-2006; Santiago y Concepción, Chile-2007). Las edades de los estudiantes muestreados se incluían en el rango 13-20. El promedio de edad fue de 15,6 ± 1,25 años. El 55,8% de los encuestados eran mujeres. Los Comités de Ética de la Universidad del Desarrollo y de la Clínica Alemana revisaron la metodología, los consentimientos informados y la confidencialidad de los datos y aprobaron el estudio. El protocolo de investigación y el cuestionario CNAP Plus fueron presentados a la Junta Institucional de Revisión de la Universidad de Los Andes, quienes aceptaron dicho cuestionario de consentimiento informado. La ideación suicida se midió a través de la declaración: ‘He pensado en formas de matarme’, las respuestas posibles eran: ‘no es cierto/no se aplica’, ‘a veces cierto/algo cierto’ y ‘muy cierto/a menudo cierto’. Las variables referentes a estilos parentales Tabla 1. Resultados tablas de contingencia entre ideación suicida y variables demográficas, estudiantes de 3 ciudades, Chile, 2007-2009 Variables Material y Método Se realizó un muestreo aleatorio tri-etápico en 27 escuelas escogidas de un listado nacional confeccionado por el Ministerio de Educación de Chile5, seleccionando en primer lugar comunas, 1530 na Coeficiente de Contingencia Pb Tipo de colegio 2.316 0,079 0,006* Género 2.295 0,078 0,001* Región de Chile 2.316 0,093 0,000* NSE 2.316 0,113 0,000* Edad 2..236 0,100 0,065 Cantidad de casos válidos, bValor de significación bilateral, *Valor P significativo. a Rev Med Chile 2011; 139: 1529-1533 artículos de investigación Ideación suicida y estilos parentales en adolescentes - R. Florenzano et al corresponden a todas aquellas propuestas por el modelo de Barber et al1 sobre el cual se basó este estudio. Para todos los análisis estadísticos los valores perdidos se excluyeron de a parejas. De la base completa hubo 2.287 alumnos que respondieron las preguntas sobre ideación suicida y depresión de Achenbach. Estos se dividieron en dos subgrupos: aquellos estudiantes con síntomas depresivos (n = 352) y aquéllos sin éstos (n = 1.935). Se prosiguió a calcular las correlaciones entre ideación suicida y estilos parentales para todos los estudiantes pertenecientes a cada partición. Como coeficiente de correlación se utilizó Rho de Spearman con significación bilateral. Posteriormente, se realizó una regresión logística donde la variable dependiente fue: ‘He pensado en formas de matarme’. La variable sobre ideación suicida se dicotomizó en una escala ‘nunca cierto/no se aplica’ y ‘algo/a veces/muy/a menudo cierto’. Las razones de posibilidades u odds ratio (exp (b)) se trabajaron con un intervalo de confianza de 95%. dimensiones de estilos parentales. A medida que mejoran la ideación suicida disminuye, es decir, a mayor aceptación, apoyo y control es menor la ideación suicida. Para los alumnos con síntomas depresivos Tabla 2. Correlaciones negativas entre ideación suicida y variables estilos parentales de alumnos con síntomas depresivos, estudiantes de 3 ciudades, Chile, 2007-2009 a Variables Rhoa Pb Autonomía psicológica parental -0,233 ≤ 0,01 Calidad relación con el padre -0,198 ≤ 0,01 Calidad relación con la madre -0,186 ≤ 0,01 Amabilidad parental -0,148 ≤ 0,05 Participación en decisiones familiares -0,137 ≤ 0,05 Aceptación parental -0,123 ≤ 0,05 Expresión de afecto parental físico -0,123 ≤ 0,05 Autoestima -0,118 ≤ 0,05 Monitoreo paterno -0,116 ≤ 0,05 Toma decisiones con la madre -0,112 ≤ 0,05 Rho de Spearman, bValor de significación bilateral. Resultados Inicialmente, se revisaron las respuestas a la pregunta ‘He pensado en formas de matarme’: el 6,4% respondió ‘muy cierto/a menudo cierto’, el 22,2% respondió ‘algo cierto/a veces cierto’ y el 71,4% restante respondió ‘no es cierto/no se aplica’. Luego, mediante tablas de contingencia, se revisó la asociación existente entre la variable de ideación suicida y género, región, NSE, tipo de colegio y edad. Todas arrojaron una asociación significativa (mayor a 0,05) respecto a la ideación suicida excepto por la variable edad, como se puede apreciar en la Tabla 1. Para clasificar a los alumnos según presencia de síntomas depresivos se utilizó la variable depresión de Achenbach. En la Tabla 2, se muestran las correlaciones entre ideación suicida y estilos parentales que resultaron negativas dentro de los alumnos con síntomas depresivos. Es decir, se muestran las dimensiones que incitarían una menor ideación suicida para los alumnos que presentan síntomas depresivos. En la Tabla 3 se entregan las correlaciones entre ideación suicida y estilos parentales para los alumnos sin síntomas depresivos. Aunque son débiles, las correlaciones indican que existiría una relación inversa entre ideación suicida y las Rev Med Chile 2011; 139: 1529-1533 Tabla 3. Correlaciones negativas entre ideación suicida y variables estilos parentales de alumnos sin síntomas depresivos, estudiantes de 3 ciudades, Chile, 2007-2009 a Variables Rhoa Pb Autoestima -0,161 ≤ 0,01 Aceptación parental -0,093 ≤ 0,01 Autonomía psicológica parental -0,092 ≤ 0,01 Calidad relación con la madre -0,084 ≤ 0,01 Regulación escolar -0,082 ≤ 0,01 Calidad relación con el padre -0,076 ≤ 0,01 Deseo de participar en decisiones familiares -0,074 ≤ 0,01 Amabilidad parental -0,074 ≤ 0,01 Familia servicial -0,070 ≤ 0,01 Control conductual parental -0,068 ≤ 0,01 Expresión de afecto parental físico -0,065 ≤ 0,01 Horas tareas -0,063 ≤ 0,01 Iniciativa social -0,055 ≤ 0,05 Monitoreo materno -0,052 ≤ 0,05 Monitoreo paterno -0,052 ≤ 0,05 Participación en decisiones familiares -0,047 ≤ 0,05 Rho de Spearman, bValor de significación bilateral. 1531 artículos de investigación Ideación suicida y estilos parentales en adolescentes - R. Florenzano et al Tabla 4. Análisis de Regresión Logística de Variables Modelo Barber prediciendo Ideación Suicida, estudiantes de tres ciudades, Chile, 2007-2009 a Variables Nivel Variable RPa (ICb 95%) pc Control Psicológico Parental Alto Control Bajo Control 1,78 1 (1,48-2,15) 0,00 Control Parental Inconsistente Alto Control Bajo Control 1,60 1 (1,33-1,93) 0,00 Autonomía Psicológica Parental Baja Autonomía Alta Autonomía 2,00 1 (1,67-2,40) 0,00 Aceptación Parental Baja Aceptación Alta Aceptación 2,17 1 (1,80-2,61) 0,00 Expresión de Afecto Parental Físico Poco Afecto Mucho Afecto 1,77 1 (1,47-2,14) 0,00 Amabilidad Parental Baja Amabilidad Alta Amabilidad 1,97 1 (1,64-2,36) 0,00 Crueldad Parental Alta Crueldad Baja Crueldad 1,98 1 (1,62-2,42) 0,00 Monitoreo Paterno Bajo Monitoreo Alto Monitoreo 1,59 1 (1,32-1,91) 0,00 Calidad Relación con la Madre Pobre Relación Buena Relación 2,22 1 (1,83-2,71) 0,00 Calidad Relación con el Padre Pobre Relación Buena Relación 2,11 1 (1,8-2,5) 0,00 Participación Decisiones Familiares Baja Participación Alta Participación 1,61 1 (1,34-1,93) 0,00 Hostilidad Marital Encubierta Alta Hostilidad Baja Hostilidad 2,51 1 (2,07-3,06) 0,00 Comportamiento Antisocial Alto Comportamiento Bajo Comportamiento 2,46 1 (2,05-2,96) 0,00 Autoestima Baja Autoestima Alta Autoestima 2,30 1 (1,89-2,79) 0,00 RP: Razón de Posibilidades. bIC: Intervalo de Confianza. cValor p de Significación > 0,05. el tomar decisiones con la madre es un factor protector, mientras que para los alumnos sin síntomas depresivos no lo es. Para los alumnos sin síntomas depresivos la regulación escolar, el deseo de participar en decisiones familiares, las horas de tareas, la iniciativa social, el monitoreo materno, el control conductual parental y el pertenecer a una familia servicial actúan como factores protectores, mientras que para los alumnos con síntomas depresivos estas variables no aparecen como factores protectores. Estas diferencias se pueden observar comparando las Tablas 2 y 3. El análisis de regresión logística mostró que aquellos adolescentes con padres que presentan un alto nivel de hostilidad marital encubierta tienen una razón de posibilidades más alto de ideación suicida (2,51 veces más que los adolescentes con padres sin hostilidad marital encubierta). Los 1532 alumnos con alto comportamiento antisocial tienen 2,46 veces más posibilidades de presentar ideación suicida que aquellos adolescentes que tienen un adecuado comportamiento antisocial. Los adolescentes con baja autoestima presentan 2,3 veces más prosibilidades de ideación suicida que aquellos alumnos con alta autoestima. Estos resultados aparecen en la Tabla 4. Discusión Al no existir una asociación estadísticamente significativa entre ideación suicida y edad, puede estimarse que la primera no se vincula necesariamente a las diversas etapas de crecimiento cronológico del adolescente. En otra publicación, hemos descrito la correlación entre estilos parentales según NSE y ubicación geográfica, pudiendo ob- Rev Med Chile 2011; 139: 1529-1533 artículos de investigación Ideación suicida y estilos parentales en adolescentes - R. Florenzano et al servarse que la ideación suicida es mayor en establecimientos municipales (8,2%), en comparación con los privados (5,5%). Asimismo, las conductas hetero-agresivas (robo, vandalismo o riñas) son más frecuentes en establecimientos municipales que en privados6. No hubo correlación estadística entre ciudad y suicidalidad. Se analizaron las correlaciones existentes entre ideación suicida y estilos parentales, tanto para adolescentes con y sin síntomas depresivos: dentro de las correlaciones significativas, para los alumnos sin síntomas depresivos aparecieron más factores protectores de ideación suicida relacionados con los estilos parentales que para los alumnos con síntomas. Se registraron nueve factores protectores en común para ambos grupos: autoestima, aceptación parental, autonomía psicológica parental, calidad en la relación con la madre, calidad en la relación con el padre, amabilidad parental, expresión de afectos físicos, monitoreo paterno y participación en decisiones familiares. Estos resultados revelan que la ideación suicida tiene una mayor correlación con los estilos parentales que con la edad o etapas de la adolescencia. Los adolescentes cuyos padres ejercen autonomía psicológica, aceptación parental, expresión de afectos físicos, amabilidad parental y monitoreo paterno poseen menor ideación suicida que los adolescentes cuyos padres carecen de estas conductas. En cuanto a la relación de los padres con sus hijos adolescentes, un factor protector para la ideación suicida es que los adolescentes tengan una buena relación con ambos padres. También actúa como factor protector la participación de los hijos en las decisiones familiares. Para aquellos jóvenes con alto comportamiento antisocial y baja autoestima, las posibilidades de desarrollar ideación suicida son mayores que para aquellos jóvenes con alta autoestima y bajo comportamiento antisocial. Estos resultados muestran que los estilos parentales influyen de manera sustancial en la ideación suicida de los jóvenes. Para los adolescentes, la relación entre sus padres, los estilos de crianza parental que imponen y la relación que desarrollan los padres con ellos logra disminuir o aumentar la presencia de ideación suicida. Los hallazgos de este estudio subrayan la necesidad de crear conciencia entre los padres respecto a su influencia en la salud de los hijos, y de entregarles herramientas concretas de conductas y estilos de crianza protectores. En Rev Med Chile 2011; 139: 1529-1533 este contextos es relevante la participación de entidades académicas y otras en la generación de adecuadas bases de información y de programas de formación profesional. Finalmente, este estudio apunta a la influencia central de la familia como factor de riesgo en el aumento de la ideación suicida adolescente. Tal como es parte del problema, la familia debiera considerarse como un elemento central en su solución. Agradecimientos: Se agradece el apoyo económico del Programa de Investigación Asociativa del Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Proyecto ACI 57) y del Fondo de Ayuda a la Investigación de la Universidad de Los Andes, quienes otorgaron subsidios a la investigación que permitieron realizar este estudio. Referencias 1. Barber BK (Ed.). Intrusive parenting: How psychological control affects children and adolescents. Washington, DC: American Psychological Association Press. 2002. 2.����������������������������������������������������� Barber BK, Stolz HE, Olsen JA. Parental support, Psychological control and Behavioral control: Assessing relevance across time, methods and culture, Monogr Soc Res Child Dev 2005; 70 N. 4. 3. Florenzano R, Valdés M. Conductas de riesgo adolescentes y factores protectores. En: Florenzano, Valdés eds. El Adolescente y sus Conductas de Riesgo. Ediciones Universidad Católica de Chile. Tercera Edición 2005. 4. 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Cuad Med Soc (Chile) 2010; 50 (2): 115-23. 1533 artículos de investigación Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 Formulación de una ecuación para predecir la masa grasa corporal a partir de bioimpedanciometría en adultos en un amplio rango de edad e índice de masa corporal INGRID SCHIFFERLIa, FERNANDO CARRASCO, JORGE INOSTROZAb Departamento de Nutrición, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. a Nutricionista, Magíster en Ciencias Biológicas Mención Nutrición. b Tecnólogo médico. Recibido el 23 de marzo de 2011, aceptado el 26 de septiembre de 2011. Correspondencia a: Ingrid Schifferli C. Avenida Francisco Salazar 01145, Pabellón E, Nutrición y Dietética, Universidad de la Frontera, Temuco, Chile. Fono: (56) 45-325038 Fax: 45-325950 E-mail: ischifferli@ufro.cl, ischifferli@med.uchile.cl L Formulation of an equation to predict fat mass using bioelectrical impedance in adults in a wide range of ages and body mass index Background: Bioelectrical impedance (BIA) has a good correlation and agreement with reference techniques, such as dual energy X-ray absorptiometry (DEXA), to assess body composition. Aim: To develop and assess the concordance of an equation to predict body fat mass derived from anthropometric data, gender, age and resistance obtained from bioelectrical impedance in adults, using DEXA as the reference method. Patients and Methods: Cross-sectional study of 62 women and 59 men aged 18 to 64 years with a body mass index ranging from 18.5 to 34.8 kg/ m2. The equation was constructed using a predictive statistical model, considering sex, age, weight, resistance index (height2(cm)/ resistance (ohms)), as independent variables, and fat mass as the dependent variable. Results: The R2 of the regression model was 0.96, and the standard error of estimation was 2.58 kg (p < 0.001). When comparing with DEXA, no significant differences were observed for the estimation of FM, between the equation developed in this work and that proposed by the manufacturer of the BIA equipment. However, the latter equation, underestimated FM by -2.5 ± 9.5% (p > 0.05) and - 4.5 ± 8,9% (p < 0.05) in both genders and in women, respectively. Conclusions: The concordance between estimation of fat mass by the formula developed in this work and by DEXA was better than the estimation obtained using the formula proposed by the manufacturer of the BIA equipment. (Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543). Key words: Body composition; Body fact distribution; Electric impedance. a composición corporal es la expresión de factores genéticos y conductuales. Los cambios en factores exógenos, tales como la dieta, el ejercicio o ciertas condiciones patológicas afectan dicha composición, modificando el estado nutricional del individuo. Existen diferentes métodos para evaluar la composición corporal en individuos adultos, los que se pueden definir como métodos directos, indirectos y doblemente 1534 indirectos. Estos métodos se basan en modelos que dividen al organismo en 2, 3 ó 4 compartimentos1. La impedanciometría bioeléctrica es un método doblemente indirecto, que se basa en un modelo de dos compartimentos para identificar masa grasa y masa libre de grasa. Se define como la medición de la resistencia del cuerpo a la conducción de una corriente eléctrica alterna de baja intensidad y es inversamente proporcional al artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al contenido de agua corporal, por lo tanto, a mayor agua corporal y masa magra, menor es la impedancia1. La estimación de composición corporal por impedancia se hace a través de ecuaciones de regresión basadas en la correlación entre la resistencia observada y mediciones del contenido de agua corporal total, densidad corporal o masa libre de grasa. Estas ecuaciones son validadas contra métodos de referencia o gold standard, entre los que destacan el modelo de 4 compartimentos, densitometría por inmersión, pletismografía por desplazamiento de aire (Bod Pod®) y absorciometría dual de rayos X (DEXA)2-6. En promedio, el error de estimación es de 3 a 5% y el coeficiente de variación inter-ensayo de 1 a 2%, lo cual manifiesta una alta reproducibilidad1. BIA ha tenido un desarrollo cada vez mayor en los últimos años, debido a que es un método rápido, seguro, no invasivo, indoloro, de fácil ejecución y reproducible en el tiempo, características que le otorgan especial utilidad en clínica y en estudios poblacionales de composición corporal. Además ha demostrado buena correlación con técnicas de referencia como DEXA y ha sido ampliamente validado en sujetos sanos3,7. El desarrollo de ecuaciones matemáticas basadas en el análisis por BIA permite disponer de fórmulas específicas para diferentes poblaciones considerando factores raciales, género, edad, estado nutricional y patologías específicas1,2,8,9. DEXA es un método indirecto, que divide al cuerpo en tres compartimentos: masa grasa, masa libre de grasa no ósea y masa libre de grasa ósea. Esta técnica utiliza dos haces de rayos X de diferente energía, los que al atravesar los tejidos del organismo, son atenuados de manera diferente por el tejido mineral, masa magra no ósea y masa grasa10. Como modelo de evaluación de la composición corporal proporciona múltiples ventajas, destacando su alta exactitud, con un error de estimación del 1% para masa ósea y entre 1 y 3% para masa grasa, llegando a ser considerado uno de los métodos de referencia para el análisis de masa libre de grasa y masa grasa3,11,12. Sin embargo, por su elevado costo y menor accesibilidad que BIA, es de interés mejorar la fiabilidad y validez de esta última para el análisis de composición corporal, y así aprovechar sus ventajas. El propósito del estudio fue formular y evaluar la concordancia de una ecuación para predecir la masa grasa corporal derivada del peso, estatura, edad, sexo y resistencia obtenida por bioimpedan- Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 ciometría en adultos en un amplio rango de edad e índice de masa corporal, usando la absorciometría dual de rayos X como patrón de referencia. Material y Método Sujetos Se realizó un estudio analítico transversal, para lo cual se reclutó una muestra conveniente de voluntarios adultos sanos, exceptuando la presencia de obesidad, de ambos géneros. Para determinar el tamaño de la muestra, se consideró el número de variables dependientes y predictoras estudiadas y se aplicó el factor máximo de 10 recomendado por Norman y Streinner13. El tamaño muestral estimado por esta fórmula fue de 60 individuos; sin embargo, a fin de lograr una muestra con mayor amplitud en edad e índice de masa corporal (IMC), se determinó estudiar a 120 sujetos. La variable dependiente fue la masa grasa y las variables predictoras fueron sexo, peso, edad e índice de resistencia, definido como la estatura (cm)²/R (ohm). Se incluyeron en este estudio, 62 mujeres y 59 hombres de 18 a 64 años de edad, con un IMC entre 18,5 y 34,9 kg/m². Se excluyó del estudio a las embarazadas, sujetos portadores de patologías que cursen con edema (insuficiencia renal, insuficiencia cardiaca, congestiva, insuficiencia hepática, insuficiencia venosa de extremidades inferiores), mujeres en los siete días de la etapa premenstrual y sujetos con indicación de medicamentos que puedan causar edema o deshidratación. Tampoco se incluyeron sujetos con marcapaso, amputados ni sujetos con prótesis metálica en extremidades o en columna vertebral. Se clasificó a los voluntarios según el cálculo del IMC: peso (kg)/estatura (m)²)14. El estudio se realizó en el Departamento de Nutrición, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Los voluntarios firmaron el consentimiento informado, aprobado por el Comité de Bioética para la investigación en seres humanos de dicha Facultad. Antropometría Se midió el peso en una balanza electrónica SECA® (precisión de 0,1 kg), ropa ligera y sin calzado, y la estatura con un estadiómetro adosado a la balanza (precisión de 0,1cm). Absorciometría dual de rayos X (DEXA) Se efectuó un barrido de cuerpo entero con equipo Lunar DPX-L (Lunar Corporation, Madi- 1535 artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al son, WI, USA, versión 1.30), con el sujeto en posición decúbito supino en la mesa de exploración, el cual requirió entre 15 y 30 minutos. Se midió porcentaje de masa grasa, masa libre de grasa (kg) y masa mineral ósea (kg). Impedanciometría bioeléctrica Se utilizó un equipo tetrapolar de frecuencia única (50 kHz, 800mA), Biodynamics® modelo 310 (Biodynamics Corp. Seattle, Washington, USA). Este equipo presenta un error inter-ensayo inferior al 1%, comprobado por mediciones repetidas en el Departamento de Nutrición de la Universidad de Chile. Los fabricantes del equipo mantienen las ecuaciones para estimación de composición corporal en estricta confidencialidad. Se midió porcentaje de masa grasa, masa libre de grasa (kg) y resistencia (ohm), para lo cual, los sujetos debieron permanecer en posición decúbito supino, sobre una superficie no conductora. Los cuatro electrodos de contacto fueron colocados en el dorso de la mano y pie derechos. Los voluntarios se presentaron en ayunas, sin objetos metálicos y en estado de hidratación normal, sin haber realizado ejercicio físico programado el día anterior ni el mismo día de la medición. Análisis estadístico Se construyó un modelo estadístico considerando como variables predictivas el sexo, edad, peso e índice de resistencia (estatura² (cm)/R (ohm)), mientras que la variable dependiente fue la masa libre de grasa. Se utilizó el modelo estadístico de regresión lineal con el método stepwise. Este proceso de selección de variables se complementó con criterios biológicos y la experiencia acumulada por los especialistas del área. Se comprobó el cumplimiento de los supuestos de linealidad, ausencia de colinealidad y de valores extremos o atípicos definidos como aquellos que distan más de 3 DE del promedio muestral de la variable. Posterior al desarrollo del modelo se hizo un análisis de residuos, siendo deseable el cumplimiento de condiciones de normalidad y homocedasticidad. De esta manera se formuló la nueva ecuación, según presentara el mayor coeficiente de determinación (R²) y el menor error estándar de estimación (EEE), de acuerdo a lo recomendado en las guías de la “European Society for Clinical Nutrition and Metabolism”3,15,16. Posteriormente, a través de una fórmula matemática, se estimó el porcentaje de masa grasa otorgado por la ecuación. Se analizó la concordancia con la medición obtenida de DEXA, considerando el sexo, edad e IMC, de la nueva ecuación y de la medición basada en la ecuación incorporada al equipo, utilizando el modelo de Bland y Altman17. El rango de dispersión de las diferencias se estableció en ± 2 desviaciones estándar. Para todas las pruebas se consideró significativo un valor de p < 0,05. El procesamiento de los datos se realizó utilizando el programa SPSS 17.0 y GraphPad Prism. Resultados Las características generales de los sujetos se detallan en la Tabla 1. Para las variables descriptoras a incluir en el modelo, peso, sexo y resistencia, se obtuvo el cumplimento del supuesto de linealidad, no se presentaron valores extremos y se cumplió con la ausencia de colinealidad. El análisis Tabla 1. Características de la población en estudio Mujeres (n = 62) Promedio ± DE Hombres (n= 59) Rango Promedio ± DE Rango Edad (años) 37,7 ± 12,9 18 - 62 34,2 ± 13,4 20 - 64 Peso (kg) 61, 2 ± 7,8 42 - 76 77,5 ± 9,4 58 - 99 IMC (kg/m²) 24,5 ± 3,4 18,5 - 34,2 25,7 ± 3,1 20,7 - 33,4 MLG (kg) 42,7 ± 4,0 33,3 - 53,2 65,1 ± 6,4 52,9 - 83,0 R (ohms) 536,0 ± 62,1 417 - 693 426,6 ± 45,9 335 - 527 47,3 ± 5,4 33,2 - 62,9 71,6 ± 8,3 55,1 - 93,5 IR (E ²(cm)/R (ohms) IMC: índice de masa corporal; MLG: masa libre de grasa medida por DEXA; R: resistencia; IR: índice de resistencia; E: estatura. 1536 Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al Tabla 2. Modelo de regresión lineal para estimación de una ecuación de predicción de masa libre de grasa Modelo Coeficientes no estandarizados Coeficientes tipificados t B Error típico Beta -22,43 0,48 5,81 0,06 0,54 Sexo 8,87 0,98 Peso 0,37 0,04 Resistencia 0,04 0,00 Resumen del modelo R 0,98 (Constante) IR R² 0,96 R² corregido 0,96 Sig 3,86 8,24 0,000 0,000 0,36 9,05 0,000 0,35 10,56 0,000 0,000 0,23 5,59 0,000 Error estándar de estimación 2,58 Variables predictoras: índice de resistencia (IR = estatura2 (m)/ resistencia (ohms), sexo, peso, resistencia (ohms). Variable dependiente: MLG (kg) medida por DEXA. de los residuos del modelo predictivo, indica que cumplen con los supuestos de homocedasticidad y normalidad. La Tabla 2 presenta el modelo de regresión para la estimación de MLG. Con la nueva ecuación predictiva se logra explicar el 96% de la variabilidad de masa libre de grasa medida por DEXA (R2 = 0,96; EEE = 2,58 kg; p < 0,001) (Figura 1). La variable con mayor valor predictivo en la estimación de MLG fue el índice de resistencia (coeficiente beta ajustado de 0,54). De acuerdo al modelo de regresión lineal, la nueva ecuación de predicción de masa libre de grasa aplicando bioimpedanciometría fue la siguiente: MLG (kg) = (sexo x 8,87) + (Peso (kg) x 0,37) + (IR x 0,48) + (R x 0,037) -22,43 Donde: Sexo = Mujer = 0; Hombre = 1 IR = Índice de resistencia (estatura² (cm)/R (ohm) R = Resistencia (ohm) Al analizar la concordancia en la estimación de la MLG entre la ecuación incorporada al equipo de bioimpedanciometría con respecto a DEXA, se observó una sobreestimación de la MLG de 1,63 ± 6,82 kg (p = 0,005). Con la nueva ecuación, la diferencia de la MLG estimada por bioimpe- Figura 1. Asociación lineal entre masa libre de grasa (MLG) estimada por la nueva ecuación (Fórmula) para bioimpedanciometría y masa libre de grasa obtenida de DEXA. MLG: masa libre de grasa. Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 1537 artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al danciometría contra DEXA es de 0,14 ± 5,08 kg (diferencia no significativa (NS)) (Figuras 2 y 3). El coeficiente de correlación entre el porcentaje de masa grasa (%MG) estimado por la nueva ecuación y el obtenido a través de DEXA fue de 0,92 (R² = 0,85; p < 0,001). Del análisis de concordancia entre la MG estimada por la nueva ecuación y la estimada por el equipo de bioimpedanciometría en relación a la medición hecha con DEXA, se obtuvo que la ecuación del equipo tiende a subestimar el %MG en 2,49 ± 9,54% (NS) (Figura 4). Con la nueva ecuación, se obtuvo una diferencia entre el %MG estimado y el medido por DEXA de sólo -0,17 ± 7,14% (NS) (Figura 5). La Figura 6 muestra la evaluación de concordancia entre el %MG estimado por la ecuación incorporada al equipo de bioimpedanciometría y el %MG medido por DEXA en mujeres, observándose una subestimación de 4,49 ± 8,88% (p < 0,05). El %MG estimado por la nueva ecuación difiere de DEXA en sólo -0,05 ± 7,02% (NS) (Figura 7). El análisis de concordancia del %MG de la ecuación incorporada al equipo contra DEXA en hombres se presenta en la Figura 8. En promedio, esta ecuación difiere en -0,39 ± 8,42% del %MG estimado por DEXA (NS). La Figura 9 muestra el análisis de concordancia del %MG estimado por la nueva ecuación y DEXA en hombres, siendo la diferencia de -0,30 ± 7,34% (NS). Con la nueva ecuación la diferencia entre el %MG estimado y el medido por DEXA se comportó de manera homogénea en relación a las diferentes edades de los sujetos. Figura 2. Concordancia entre masa libre de grasa estimada por el fabricante del equipo de bioimpedanciometría (MLG Bia) en relación a la masa libre de grasa medida por DEXA (según Bland – Altman). MLG: masa libre de grasa; Bia: bioimpedanciometría; Dexa: absorciometría dual de rayos X. Figura 3. Concordancia entre masa libre de grasa estimada por la nueva ecuación (MLG Fórm) y la masa libre de grasa medida por DEXA (según Bland-Altman). MLG: masa libre de grasa; Form: nueva fórmula; Dexa: absorciometría dual de rayos X. 1538 Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al Figura 4. Concordancia entre masa grasa estimada por la ecuación incorporada al equipo de bioimpedanciometría (%MG Bia) y la masa grasa medida por DEXA en relación al IMC (según BlandAltman). %MG: porcentaje masa grasa; Bia: bioimpedanciometría; Dexa: absorciometría dual de rayos X; IMC: índice de masa corporal. Figura 5. Concordancia entre masa grasa estimada por la nueva ecuación (% MG-Fórm) y la masa grasa medida por DEXA en relación al IMC (según Bland-Altman). %MG: porcentaje masa grasa; Fórm: nueva fórmula; Dexa: absorciometría dual de rayos X; IMC: índice de masa corporal. Figura 6. Concordancia entre la masa grasa estimada por la ecuación incorporada al equipo de bioimpedanciometría (% MG Bia) y la medida por DEXA, según IMC en mujeres. %MG: porcentaje masa grasa; Bia: bioimpedanciometría; Dexa: absorciometría dual de rayos X; IMC: índice de masa corporal. Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 1539 artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al Figura 7. Concordancia entre la masa grasa estimada por la nueva ecuación (% MG – Fórm) y la medida por DEXA, según IMC en mujeres. %MG: porcentaje masa grasa; Fórm: nueva fórmula; Dexa: absorciometría dual de rayos X; IMC: índice de masa corporal. Figura 8. Concordancia entre la masa grasa estimada por la ecuación incorporada al equipo de bioimpedanciometría (% MG Bia) y la medida por DEXA, según IMC (Kg/m²) en hombres. %MG: porcentaje masa grasa; Bia: bioimpedanciometría; Dexa: absorciometría dual de rayos X; IMC: índice de masa corporal. Figura 9. Concordancia entre la masa grasa estimada por la nueva ecuación (% MG Fórm) y la medida por DEXA, según IMC (Kg/m²) en hombres. %MG: porcentaje masa grasa; Fórm: nueva fórmula; Dexa: absorciometría dual de rayos X; IMC: índice de masa corporal. 1540 Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al La nueva ecuación predictiva presentó una diferencia de estimación del %MG con respecto de DEXA de sólo 0,95 ± 7,64 % (NS) en los sujetos normopeso y de -0,93 ± 8,38% en los voluntarios con sobrepeso u obesidad (NS). Discusión DEXA es considerado un método de referencia en la evaluación de la composición corporal; sin embargo, su costo aún es elevado para ser utilizado de manera frecuente. Frente a esto BIA presenta múltiples ventajas, no obstante una de las limitaciones es que la mayoría de las ecuaciones de predicción para el análisis de composición corporal han sido desarrolladas en población caucásica. Diversos estudios han comprobado que, aplicando estas ecuaciones en individuos con características diferentes a la población de referencia el resultado ha sido inconsistente16,18-21. En nuestro conocimiento no se han desarrollado fórmulas para predecir el %MG a partir de BIA analizando datos de población chilena. En este contexto se desarrolló una fórmula intentando encontrar las variables más importantes para predecir la masa libre de grasa y el %MG, las cuales fueron el sexo, peso, resistencia y estatura. La variable resistencia se incorporó de manera aislada y formando parte del índice de resistencia, puesto que el modelo resultante fue mejor que un modelo que incluía sólo la variable índice de resistencia, tal como se ha hecho en la formulación de ecuaciones de análisis de composición corporal por otros autores como Sun et al38, Gray et al39 y Segal et al40, entre otros. De acuerdo a las recomendaciones internacionales, y basándose en el error de estimación, el modelo obtenido se considera muy bueno en hombres y bueno en mujeres3,15,22. La ecuación incorporada al equipo de bioimpedanciometría sobreestima significativamente la masa libre de grasa en ~1,6 Kg tanto en hombres como en mujeres. La subestimación significativa de la ecuación del equipo de ~4,5% en el %MG en mujeres, hace recomendable la utilización de la nueva ecuación, por su mayor concordancia con DEXA (diferencia de 0,05%). Aunque no hubo un efecto significativo de la edad en la estimación de masa grasa con ambos métodos en comparación con DEXA, la nueva ecuación predictiva se comporta de manera más homogénea en los diferentes rangos de edad de Rev Med Chile 2011; 139: 1534-1543 los sujetos estudiados. Tampoco hubo diferencia entre ambos métodos al separar la muestra en voluntarios normopeso y con exceso de peso. De todas formas, siempre la diferencia contra DEXA fue menor para la nueva ecuación. Una de las limitaciones de la nueva ecuación es que fue desarrollada en base a determinaciones de voluntarios, lo que podría introducir una duda razonable respecto de la representatividad de la muestra. Esta potencial limitación se intentó minimizar reclutando a sujetos en un amplio rango de edad, IMC, actividad laboral y origen socioeconómico. Esta metodología es ampliamente utilizada en la formulación de este tipo de ecuaciones, como lo respaldan diversas publicaciones, y es una de las razones por la que estas ecuaciones deben validarse posteriormente4,19,29,37. Las características propias de diferentes grupos poblacionales hacen que sea necesario utilizar ecuaciones específicas, tal como lo han demostrado diversos autores como Deurenberg, Gallager y Casas, entre otros4,7,15,19,23,27,29. En el estudio de Casas et al27, se evaluaron mujeres hispánicas y caucásicas, encontrándose diferencias significativas en el %MG entre ambos grupos, siendo mayor el %MG para las hispánicas. Otro estudio realizado en mujeres sobrepeso y obesas españolas, demostró que una ecuación específica para dicha población estimó mejor el %MG que la fórmula incorporada en el equipo de BIA, usando DEXA como referencia36. Tales resultados respaldan los resultados obtenidos en nuestro estudio. Conclusiones Usando DEXA como referencia, la nueva fórmula predictiva muestra mayor concordancia que la fórmula del fabricante del equipo para estimar la masa grasa corporal en adultos chilenos, en un amplio rango de índice de masa corporal. La aplicación de esta nueva formula puede ser de especial relevancia al realizar mediciones en mujeres, independiente de su estado nutricional. Es recomendable utilizar una ecuación predictiva formulada desde una población con similares características a la población en la cual se va a aplicar, como la generada en este estudio, la cual necesita ser validada en una muestra independiente, y con el uso de distintas marcas de equipos de bioimpedanciometría, antes de ser recomendada para su uso generalizado. 1541 artículos de investigación Ecuación para predecir MG a partir de BIA - I. Schifferli et al Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. Brodie D, Moscrip V, Hutcheon R. 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División de Enfermedades Cardiovasculares, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile. Recibido el 20 de junio de 2011, aceptado el 4 de octubre de 2011. Correspondencia a: Dr. Ricardo Zalaquett S. División de Enfermedades Cardiovasculares Pontificia Universidad Católica de Chile. Marcoleta 367, 8° piso. Teléfono 354 3231 Fax 639 0108 E-mail: rzalaque@med. puc.cl L Long-term results of mitral valve repair for ischemic mitral insufficiency Background: The preferred treatment for ischemic mitral insufficiency is mitral valve repair with a prosthetic ring, because it does not deteriorate left ventricular function, allowing better immediate and long-term results. Aim: To assess long-term results of mitral annuloplasty with a prosthetic ring for ischemic mitral insufficiency. Patients and Methods: One hundred patients (68 men), with a mean age of 65.7 ± 8.6 years were included. They underwent a mitral annuloplasty with a prosthetic ring to treat ischemic mitral insufficiency, between February 1992 and May 2009. Forty four had a history of prior myocardial infarction and 46 had an evolving acute coronary syndrome. The inferior left ventricular wall was involved, exclusively or associated with an adjacent wall, in 72 cases. Coronary artery bypass grafts were performed in 92 patients and 32 required intra-aortic balloon pumping at some time during the peri-operative period. Results: Operative mortality was 10% (10 patients). During follow-up 30 patients died, at an average of 39 months after surgery (range: 3-142 months). Actuarial long-term survival rates at 1, 3 and 5 years were 79%, 72% and 64.5%, respectively. Trans esophageal echocardiogram performed in the operating room showed none or minimal residual mitral insufficiency in 96% of the cases. Echocardiographic follow-up was completed in 80% of the survivors; 79% of them had no or minimal mitral insufficiency. Only one patient was re-operated on due to severe mitral insufficiency and 4 required a permanent pacemaker. Conclusions: Considering the critical illness of these patients, good long-term results were observed after treatment of ischemic mitral regurgitation performing a mitral annuloplasty with a prosthetic ring. (Rev Med Chile 2011; 139: 1544-1552). Key words: Mitral valve annuloplasty; Mitral valve insufficiency; Myocardial infarction. a insuficiencia mitral isquémica puede ser valvular, por rotura o alargamiento necrótico de un músculo papilar, o ventricular, también llamada funcional, por dilatación del anillo mitral, pero, principalmente, por tracción de los músculos papilares secundaria al remode- 1544 lamiento de la pared ventricular subyacente por un infarto miocárdico, o, por isquemia de esta1-3. Si bien la rotura de músculo papilar es la situación más asociada a la insuficiencia mitral isquémica, en la práctica su incidencia es baja comparada con la insuficiencia mitral isquémica artículos de investigación Cirugía reparadora en insuficiencia mitral isquémica - R. Zalaquett et al ventricular3,4. Por otra parte, si bien la rotura de un músculo papilar es una situación catastrófica, que requiere cirugía de urgencia, con elevada mortalidad operatoria, la que en la mayoría de los casos consiste en el reemplazo valvular mitral, la insuficiencia mitral isquémica ventricular tiene una mortalidad operatoria algo menor y en la mayoría de los casos es posible conservar la válvula mitral efectuando una anuloplastía mitral, la supervivencia a mediano y largo plazo es menor, estando ésta determinada principalmente por la magnitud del daño miocárdico3-6. La incidencia de la insuficiencia mitral isquémica ventricular es variable según las series, entre 4 y 31%, dependiendo en parte de los métodos utilizados para pesquisarla2,5,7-9. Como quiera que sea, la insuficiencia mitral isquémica funcional significativa es una condición grave, la que una vez establecida presenta una mortalidad precoz de más de 20% y al año de más de 50%, con tratamiento médico exclusivo2,9,11-14. En la actualidad, el tratamiento de elección de la insuficiencia mitral isquémica ventricular es la anuloplastía mitral con anillo protésico rígido o semi-rígido, junto a la revascularización miocárdica quirúrgica2,3,15-20. Es esta estrategia terapéutica la que hemos progresivamente privilegiado, por sobre el reemplazo mitral, desde 1992 en nuestra institución, y cuyo resultados alejados, en cuanto a sobrevida, seguimiento ecocardiográfico y reoperación, son el motivo de esta comunicación. Pacientes y Método Pacientes. Todos los pacientes operados entre febrero de 1992 y mayo de 2009 por insuficiencia mitral isquémica ventricular en los que se efectuó una anuloplastía mitral con anillo protésico fueron incluidos en este estudio. Se identificaron 100 pacientes, 68 de los cuales eran hombres. La edad promedio fue de 65,7 ± 8,6 años (margen: 37 a 82). Setenta y siete pacientes presentaban una insuficiencia mitral moderada (3+) y 23 una insuficiencia severa (4+). Cincuenta y cuatro pacientes tenían antecedentes de infarto y 46 estaban cursando un síndrome coronario agudo. La Tabla 1 muestra la localización del infarto o de la isquemia, en los casos de síndrome coronario agudo, definida por ventriculografía, ecocardiografía, o ambos. La pared inferior estuvo Rev Med Chile 2011; 139: 1544-1552 comprometida, en forma exclusiva o asociada a una pared adyacente, en 72 casos. En 92 pacientes se efectuó una revascularización miocárdica asociada, con un promedio de 2,8 puentes por paciente. En 49 de estos (53%) se utilizó la arteria mamaria interna izquierda. En 32 pacientes se utilizó un balón intraaórtico de contrapulsación en el perioperatorio. La Tabla 2 resume las características quirúrgicas de los pacientes y la Tabla 3 muestra la fracción de eyección ventricular izquierda preoperatoria determinada por ecocardiografía (técnica de Simpson) y/o ventriculografía. La mayoría de los pacientes tenía algún grado de compromiso de la función ventricular; en 26% de los casos, esta estaba severamente deprimida. Tabla 1. Localización de infarto o isquemia miocárdica según ventriculografía y/o ecocardiografía en 100 pacientes con anuloplastía mitral por insuficiencia mitral isquémica Localización infarto o isquemia ny% de pacientes Pared anterior 19 Pared inferior 22 Paredes inferior y lateral 28 Paredes anterior e inferior 12 Paredes anterior, inferior y lateral 10 Hipoquinesia global 9 Total 100 Tabla 2. Características quirúrgicas asociadas de 100 pacientes con anuloplastía mitral por insuficiencia mitral isquémica ny% pacientes Revascularización miocárdica 92 (Promedio puentes/pacientes: 2,8) Arteria mamaria interna izquierda 49 Reoperación coronaria 6 Cirugía urgencia 11 Balón intraaórtico perioperatorio 32 Procedimiento valvular asociado 15 1545 artículos de investigación Cirugía reparadora en insuficiencia mitral isquémica - R. Zalaquett et al Tabla 3. Fracción de eyección preoperatoria según ecocardiografía y/o ventriculografía en 100 pacientes con anuloplastía mitral por insuficiencia mitral isquémica Fracción de eyección n y % pacientes > 50% 18 30 – 50% 53 < 30% 26 Sin datos 3 Total 100 Definición Definimos como insuficiencia mitral isquémica funcional o ventricular a aquella insuficiencia mitral asociada a un infarto miocárdico antiguo o en evolución, sin evidencias ecocardiográficas ni quirúrgicas de secuela reumática o degeneración mixomatosa de la válvula mitral, siguiendo en parte la clasificación de Oury y cols5. Los pacientes con rotura de músculo papilar por infarto miocárdico quedaron específicamente fuera de la definición, así como aquellos con cirugía mitral por insuficiencia no isquémica que tuvieron cirugía de revascularización miocárdica asociada. La regurgitación mitral se consideró significativa, y por lo tanto, con indicación quirúrgica, si cualitativamente era > 2 + y si cumplía con 2 o más de los siguientes criterios: 1) Vena contracta mayor a 6 mm; 2) Aplanamiento o inversión de la onda sistólica del Doppler pulsado de las venas pulmonares; 3) Área del jet de regurgitación por ecocardiograma transesofágico > 6 cm2; 4) Área del jet de regurgitación por ecocardiograma transtorácico > 8 cm2. En 3 pacientes no se efectuó un ecocardiograma preoperatorio y la magnitud de la insuficiencia mitral se definió por criterios angiográficos, considerándose significativa aquella en que la regurgitación llenaba toda la cavidad auricular izquierda. Método Para la identificación de los pacientes se revisó la Base de Datos de Reparaciones Valvulares de nuestro servicio, para el período comprendido entre febrero de 1992 y mayo de 2009. Identificados los pacientes, se revisaron las fichas clínicas, protocolos operatorios y los informes angiográficos y ecocardiográficos. 1546 La mortalidad alejada se certificó a través del Registro Civil e Identificación de Chile. Técnica quirúrgica Todos los pacientes fueron operados con circulación extracorpórea con oxigenador de membrana e hipotermia sistémica entre 28 y 30°C. La protección miocárdica se efectuó con solución cardioplégica cristaloide infundida a 4°C en forma anterógrada (raíz aórtica) y retrógrada (seno coronario)21. En todos los casos se utilizó un acceso auricular izquierdo transeptal y superior combinado para abordar la válvula mitral22. La anuloplastía mitral se efectuó en todos los pacientes con un anillo protésico completo, rígido o semirígido, el que fue suturado al anillo mitral nativo con puntos de polyester en U horizontal, los que en los últimos casos fueron imbricados entre sí para disminuir el riesgo de desprendimiento del anillo. La mediana de tamaño de anillo fue 28 mm, lo que correspondió a 93% de los casos. La Figura 1 muestra los modelos de anillos mitrales utilizados. El resultado de la anuloplastía mitral fue evaluado en todos los casos intraoperatoriamente post circulación extracorpórea, con un ecocardiograma transesofágico efectuado por un cardiólogo ecocardiografista. Estadística Los datos se expresan como promedio ± DS. La supervivencia se analizó mediante el método de Kaplan-Meier. Resultados Mortalidad operatoria La mortalidad intrahospitalaria o hasta 30 días de la operación fue de 10% (10 pacientes). Supervivencia alejada El seguimiento se cerró en septiembre de 2009. El promedio de seguimiento fue 55,6 meses con un margen de 3 a 206 meses. Durante el seguimiento, 30 pacientes fallecieron, en promedio a los 39 meses de la operación (3 a 142 meses). En 20 pacientes la causa de muerte fue cardiovascular. Así, al término del seguimiento 60 pacientes estaban vivos. La supervivencia a 1, 3 y 5 años fue de 79%, 72% y 64,5%, respectivamente (Figura 2). Rev Med Chile 2011; 139: 1544-1552 artículos de investigación Cirugía reparadora en insuficiencia mitral isquémica - R. Zalaquett et al Anillos protésicos mitrales Classic 44 casos Physio-Ring 41 casos Carpentier-Mccarthy-Adams 15 casos Figura 1. Modelos de anillos mitrales protésicos Carpentier-Edwards® utilizados en 100 pacientes con anuloplastía mitral por insuficiencia mitral isquémica. La mediana de tamaño de anillo fue 28 mm. Figura 2. Curva de supervivencia actuarial (Kaplan-Meier) de 100 pacientes con anuloplastía mitral por insuficiencia mitral isquémica. Ecocardiografía La Tabla 4 muestra los resultados de la ecocardiografía transesofágica intraoperatoria post circulación extracorpórea; la mayoría de los pacientes presentó ausencia o mínima insuficiencia mitral residual. Rev Med Chile 2011; 139: 1544-1552 El seguimiento ecocardiográfico se completó en 80% de los 90 sobrevivientes a la operación (72 pacientes), con un promedio de 67,9 semanas (10 a 588 semanas). La Tabla 5 muestra los resultados ecocardiográficos alejados. El 79% de los casos presentaba ausencia o mínima insuficiencia mitral. 1547 artículos de investigación Cirugía reparadora en insuficiencia mitral isquémica - R. Zalaquett et al Tabla 4. Ecocardiografía transesofágica intraoperatoria post circulación extracorpórea en 100 pacientes con anuloplastía mitral por insuficiencia mitral isquémica Insuficiencia mitral n y % pacientes Sin insuficiencia 70 Mínima (1+) 26 Leve (2+) 4 Total 100 Tabla 5. Seguimiento ecocardiográfico en 72 pacientes con anuloplastía mitral por insuficiencia mitral isquémica Insuficiencia mitral n % Sin insuficiencia 31 43,0 Mínima (1+) 26 36,1 Leve (2+) 12 16,7 Moderada (3+) 1 1,4 Severa (4+) 2 2,8 Total 72 100 Reoperación Sólo 1 paciente fue reoperado por insuficiencia mitral severa secundaria a un desprendimiento parcial del anillo protésico e insuficiencia cardiaca, a los 3 meses de su primera operación. La operación se efectuó en otra institución y consistió en un reemplazo mitral con prótesis mecánica. En 4 pacientes se efectuó un implante de marcapaso por ritmo nodal mantenido, previo al alta hospitalaria. Discusión Como su nombre lo indica, el mecanismo de la insuficiencia mitral isquémica ventricular es “funcional”, secundaria a las alteraciones geométricas de la cavidad ventricular izquierda. El aparato valvular mitral en sí no está dañado, salvo la dilatación del anillo mitral, en algunos casos, lo que de todas forma es un mecanismo menor en la insuficiencia mitral isquémica ventricular. 1548 El mecanismo principal es la tracción, simétrica o asimétrica, de los músculos papilares, y por ende de las cuerdas tendíneas y velos mitrales, secundaria a la dilatación o disfunción de pared ventricular izquierda subyacente, por infarto o isquemia miocárdica1-3. La situación más frecuente es la tracción del músculo papilar posterior y por lo tanto, del velo posterior de la válvula mitral por un infarto inferior, lo que ecocardiográficamente produce una imagen de pseudoprolapso del velo anterior, con un jet de regurgitación excéntrico que se desliza sobre el velo posterior2,3,6. Para que un infarto anterior produzca una insuficiencia mitral debe existir un remodelamiento ventricular o disfunción global del ventrículo izquierdo, situación en la que ambos músculos papilares, y por consiguiente ambos velos mitrales, resultan simétricamente traccionados produciéndose un jet de regurgitación central2,3,15. Es en esta última situación también en la que la dilatación del anillo tiene una participación más significativa en la insuficiencia mitral funcional. Teniendo como base esta anatomía y esta fisiopatología, es que surge como tratamiento quirúrgico de la insuficiencia mitral isquémica ventricular la “anuloplastía mitral”, la que pretende reducir el anillo mitral de manera de aumentar la coaptación de los velos y la que no tendría, además, el efecto deleterio propio del reemplazo mitral, en un ventrículo izquierdo ya dañado por la enfermedad coronaria15-20. Si bien por un período de tiempo existió una discusión respecto a la importancia de conservar un supuesto mecanismo de “esfínter” del anillo mitral nativo con anillos protésicos supuestamente flexibles, en general “bandas” de distintos materiales, como dacrón o pericardio, limitadas a la porción posterior del anillo, en la actualidad se acepta que el anillo protésico debe ser rígido o semi-rígido y completo, de manera de no sólo disminuir el perímetro del anillo mitral, sino que más bien remodelar este anillo, reduciendo principalmente el diámetro ántero-posterior, para lograr así una mayor coaptación de los velos, en forma estable19,20,23. Igualmente, se acepta que debe efectuarse una “sobre-reducción” del anillo mitral nativo, utilizando anillos protésicos uno o dos números inferiores al medido con el probador correspondiente17, 18, 23. Desde nuestros inicios en la cirugía mitral re- Rev Med Chile 2011; 139: 1544-1552 artículos de investigación Cirugía reparadora en insuficiencia mitral isquémica - R. Zalaquett et al paradora hemos seguido estos conceptos, utilizando siempre un anillo completo24,25. Inicialmente utilizamos el anillo de Carpentier-Edwards Classic, que persigue la remodelación bidimensional del anillo mitral, llevándolo a su forma original, la que no es un círculo, sino que se asemeja a un riñón, para luego utilizar el anillo Physio-Ring, que introduce ahora una remodelación tridimensional devolviendo al anillo mitral su forma en “silla de montar”, además de tener una cierta flexibilidad26,27. Finalmente, adoptamos el anillo de Carpentier-McCarthy-Adams, especialmente diseñado para la insuficiencia mitral isquémica ventricular, que incorpora ya una sobre-reducción del diámetro ántero-posterior y una tracción hacia el plano auricular de la porción póstero-medial del anillo mitral, que es la que experimenta mayor tracción hacia apical en el infarto inferior, principal causa de una insuficiencia mitral isquémica ventricular28. Si bien no fue un objetivo de este trabajo precisar cuando la revascularización miocárdica exclusiva o el reemplazo mitral serían el procedimiento de elección, pero sí es motivo de mucha discusión en la literatura15,29-31, es conveniente precisar que en nuestra práctica actual cuando la insuficiencia mitral es poco significativa (≤ 2+) y el miocardio se presume viable, en general consideramos que la revascularización miocárdica exclusiva es suficiente para tratar la insuficiencia mitral isquémica. En el otro extremo, en insuficiencias mitrales severas (4+), con gran disfunción ventricular, y en pacientes especialmente graves, consideramos el reemplazo mitral de elección, ya que el beneficio de conservar la integridad de la válvula mitral se anula por el daño ventricular izquierdo intrínseco y la gravedad de los pacientes no hace conveniente aplicar un procedimiento que puede fallar y requerir de un segundo período de circulación extracorpórea. Como quiera que sea, ambas son situaciones extremas, que no corresponden a la mayoría de los casos de insuficiencia mitral isquémica que puede ser tratado con una anuloplastía mitral, la que por el contrario pudiera ser subtratada con una revascularización miocárdica exclusiva o mal tratada con un reemplazo mitral, que de por si altera la función ventricular izquierda y tiene una mayor mortalidad operatoria, la que en nuestra publicación previa fue de 36% vs 13% de la anuloplastía mitral15,29-33. Rev Med Chile 2011; 139: 1544-1552 Mortalidad operatoria La mortalidad operatoria de nuestra serie es comparable a otras series internacionales, y como éstas, significativamente mayor a la mortalidad de la cirugía reparadora de la insuficiencia mitral degenerativa2,3,34-36. Igualmente, la mortalidad no fue significativamente menor a la de nuestra experiencia inicial que incluyó pacientes operados hasta 1999 (10% vs 13%)33. Lo anterior es una evidencia más de que la gravedad de la insuficiencia mitral isquémica está dada principalmente por el daño ventricular subyacente, del cual esta sólo es un resultado secundario2,3. La gravedad de estos pacientes se evidencia también, indirectamente, por el hecho de que un tercio del éstos (32 pacientes) requirió de balón intraaórtico de contrapulsación en el período perioperatorio y que en sólo 49 pacientes se utilizó la arteria mamaria interna izquierda, conducto que en general no privilegiamos para revascularizar pacientes especialmente graves. Supervivencia alejada Nuevamente, la supervivencia alejada de nuestros pacientes, comparable a otras series, de 79%, 72% y 65% a 1, 3 y 5 años, respectivamente, marcadamente menor a pacientes operados por insuficiencia mitral degenerativa, traduce claramente que el factor determinante en la supervivencia es la función del ventrículo izquierdo2,3,34-37. Como quiera que sea, la corrección de la insuficiencia mitral, como se ha demostrado en las grandes series de la Clínica Mayo, hace que estos pacientes tengan una sobrevida similar a aquellos que habiendo sufrido un infarto miocárdico no desarrollaron insuficiencia mitral2,3,13,14. Por otra parte, el hecho de que un tercio de los pacientes que fallecieron durante el seguimiento lo hizo por causas no cardiacas, sugiere que en la supervivencia de los pacientes tiene un rol significativo la edad de éstos, en nuestra serie la mayoría de más de 70 años, lo que los predispone a presentar otras patologías, que inciden en la supervivencia alejada. Evaluación ecocardiográfica La gran mayoría de nuestros pacientes presentaron ausencia o mínima insuficiencia mitral residual al control ecocardiográfico efectuado intraoperatoriamente post circulación extracorpórea, lo que es el resultado de nuestra práctica 1549 artículos de investigación Cirugía reparadora en insuficiencia mitral isquémica - R. Zalaquett et al de que sólo excepcionalmente un paciente salga del pabellón de operaciones con una insuficiencia mitral mayor que esto38. Lo anterior también puede incidir en que la mayoría de los sobrevivientes en los que se efectuó en algún momento del seguimiento un ecocardiograma, presentaba ausencia o mínima insuficiencia mitral, a diferencia de series que comunican hasta 30% de recidiva de la insuficiencia mitral39,40, si bien otras tienen resultados similares a los nuestros20. Por supuesto, es dable también elucubrar que los pacientes que fallecieron eran precisamente aquellos que presentaron una recidiva significativa no pesquisada de su insuficiencia mitral, si bien un tercio de estos fallecieron por causa no cardiovascular. Igualmente, el seguimiento ecocardiográfico se completó sólo en 80%, por lo que también es posible elucubrar que en 20% restante la incidencia de insuficiencia mitral residual podría ser mayor. Ambos argumentos son también válidos, a favor o en contra, de la baja incidencia de reoperación de nuestra serie. Limitaciones del estudio El estudio tiene todas las limitaciones propias de un análisis observacional descriptivo en comparación a un estudio prospectivo, aleatorio y ciego, que pudiera responder cuándo en la insuficiencia mitral isquémica pudiese bastar sólo la revascularización miocárdica exclusiva, o, por el contrario, la conveniencia del reemplazo mitral por sobre la reparación mitral. Un estudio de estas características está actualmente en curso bajo el auspicio del National Heart, Lung and Blood Institute41,42. Conclusión En nuestra experiencia en 100 pacientes operados con insuficiencia mitral isquémica funcional ventricular, la anuloplastía mitral con anillo protésico tuvo buenos resultados alejados, en cuanto a sobrevida, recidiva ecocardiográfica de la regurgitación mitral y reoperación, considerando la gravedad de estos pacientes. Implicancias del estudio De la información que se desprende de este estudio, es posible concluir que la anuloplastía mitral con anillo protésico completo, rígido o semirígido, ofrece buenos resultados alejados para pacientes 1550 con insuficiencia mitral isquémica moderada, por lo que debiera ser el procedimiento de elección para estos, por sobre la revascularización miocárdica exclusiva o el reemplazo valvular mitral, ya que la primera de estas podría subtratar la insuficiencia mitral, la que podría a su vez aumentar progresivamente en el tiempo, y la segunda agravar el deterioro de la función ventricular izquierda producido por el infarto miocárdico, lo que se traduciría en una mayor mortalidad operatoria y alejada. Referencias 1. Lung B. Management of ischaemic mitral regurgitation. Heart 2003; 89: 459-64. 2. Levine RA, Schammenthal E. Ischemic mitral regurgitation on the threshold of a solution. Circulation 2005; 112: 745-58. 3. 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Evaluation of outcomes following mitral valve repair/replacement in severe chronic ischemic mitral regurgitation. http://clinicaltrials.gov/ct2/show/ nct00807040. Rev Med Chile 2011; 139: 1544-1552 artículos de investigación Rev Med Chile 2011; 139: 1553-1561 Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca. Saturación cerebral e índice biespectral: estudio longitudinal 1 Anestesiología, Hospital Clínico y Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Santiago, Chile. 2 Anestesiología, Hospital Universitario Mar-IMAS, VÍCTOR M. PARRA1, MARC SADURNÍ2, MARTA DOÑATE3,a, IRENE ROVIRA4, CARMEN ROUX4, JOSÉ RÍOS5,b, TERESA BOGET6,c, GUILLERMINA FITA4 Barcelona, España. 3 Psicología, Fundación Clínic, Barcelona, España. 4 Anestesiología, Hospital Clínic, Barcelona, España. 5 Neuropsychological dysfunction after cardiac surgery. Cerebral saturation and bispectral index: A longitudinal study Background: Neuropsychological dysfunction is a major cause of morbidity and mortality after cardiac surgery. Aim: To evaluate if intraoperative cerebral desaturation and depth of anesthesia measured by bispectral index are related to postoperative cognitive dysfunction in cardiac surgery. Material and Methods: Prospective study in patients undergoing elective cardiac surgery with cardiopulmonary bypass. A comprehensive neuropsychological assessment was applied preoperatively and 3 months after surgery. Postoperative dysfunction was defined as a decrease of at least one standard deviation in two or more neuropsychological tests. Cerebral oxygenation and bispectral index were continuously recorded and corrected throughout surgery. Cerebral oxygenation data were analyzed by the mean value and at three thresholds: 50%, 40% and < 25% of the basal value. Bispectral index was analyzed at threshold of 45. Results: Fifty-six patients were initially enrolled and 48 completed the study. Nine of these (18.8 %) presented postoperative cognitive dysfunction. Mean cerebral saturation and bispectral index data were not different among the patients with or without cognitive dysfunction. There was no association between cerebral desaturation and bispectral index with changes in neurocognitive tests or with length of stay in the intensive care unit. A significant but weak correlation was found between baseline Ray-neurocognitive score and intensive care unit stay (rho = -0.46; P = 0.001). Conclusions: We did not find a significant association between cerebral desaturation and depth of anesthesia with postoperative cognitive decline in this population of patients. (Rev Med Chile 2011; 139: 1553-1561). Key words: Anesthesia, general; Cardiopulmonary bypass; Cognition; Thoracic surgery. L a disfunción neurocognitiva es la principal causa de morbi-mortalidad después de cirugía cardiaca1-6, abarcando desde la patología neurológica severa2,4 a disfunciones neuropsicológicas tales como confusión, depresión, disfunción intelectual o déficit de memoria (de incidencia > 50% después de cirugía coronaria)2,7-12, siendo los microémbolos difusos y la hipoperfusión cerebral los principales mecanismos etiopatogénicos13. Unidad de Soporte Estadístico y de Metodología, Hospital Clínic, Barcelona, España. 6 Instituto de Neurociencias, Hospital Clínic, Barcelona, España. a investigador becario. b Estadístico, PhD. c Neuropsicóloga, PhD. Ninguno de los autores tiene ningún conflicto de interés Recibido el 4 de abril de 2011, aceptado el 8 de agosto de 2011. Correspondencia a: Guillermina Fita Servicio de Anestesiología, Hospital Clínic. Villarroel 170, 08036 Barcelona, Spain. Tel: +34 932275558; +34606460118; Fax: +34 932279184 E-mail: gfita@clinic.ub.es guillerminafita@gmail.com La saturación regional de oxígeno cerebral (SrO2C) y la profundidad anestésica, medida con el índice biespectral (BIS), han sido utilizadas para monitorizar la función neurológica y evaluar el riesgo de disfunción cognitiva postoperatoria (DCPO)1,14-19. Si bien diferentes estudios han demostrado el beneficio de la monitorización intraoperatoria de SrO2C, tanto en la función neurológica como en la morbimortalidad posto- 1553 artículos de investigación Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca - V. M. Parra et al peratoria17,20-26, la asociación entre desaturación cerebral y DCPO tardía (3er mes postoperatorio) ha sido menos estudiada y sin resultados concluyentes22,23; además, la relación entre episodios de desaturación cerebral persistente (caídas de SrO2C que persisten a pesar de un manejo apropiado) y DCPO es todavía menos conocida. Si bien el BIS es un monitor de profundidad anestésica, diversos reportes muestran que los descensos bruscos y no controlados del BIS se relacionan con hipoperfusión cerebral en diferentes escenarios clínicos27 (cirugía con pinzamiento carotídeo28, paro cardiaco hipovolémico29, embolia aérea30), sugiriendo que el BIS sería útil para detectar períodos agudos de hipoperfusión cerebral27,31-34, si bien faltan estudios para validarlo27 y para conocer la relación entre valores bajos de BIS y DCPO35. Realizamos un estudio prospectivo-longitudinal en cirugía cardiaca electiva para evaluar si la desaturación cerebral intraoperatoria persistente se asociaba con DCPO tardía. Secundariamente, evaluamos si los valores bajos del BIS intraoperatorio se asociaban también a DCPO tardía. Nuestra hipótesis fue que los valores medios de SrO2C serían más bajos en el grupo de pacientes con DCPO. Métodos Pacientes Luego de la aprobación por el Comité Ético de la institución y la firma del consentimiento informado, se incluyeron en el estudio 56 pacientes programados para cirugía cardiaca electiva con circulación extracorpórea (CEC) en el Hospital Clínic de Barcelona entre el 1 de febrero de 2007 y el 3 de enero de 2009. Los candidatos fueron seleccionados por tres cardiocirujanos y referidos a la visita preanestésica 30 días antes de la cirugía. Los criterios de exclusión fueron: insuficiente comprensión del castellano, sordera o alteración visual grave, enfermedades neurológicas o psiquiátricas previas, clínica de estenosis carotidea, alcoholismo o drogadicción. Los pacientes no podían ser incluidos dos veces en el estudio. Evaluación pre y postoperatoria Se analizaron las características demográficas y clínicas; las pruebas neurocognitivas basales se 1554 realizaron antes del ingreso hospitalario. En el postoperatorio, se evaluó la aparición de lesiones neurológicas mayores (accidentes vasculares cerebrales, convulsiones, coma o muerte cerebral), el tiempo de intubación desde el final de la cirugía, y la estancia hospitalaria y en cuidados intensivos (UCI). Los pacientes fueron citados para las pruebas postoperatorias, siendo contactados telefónicamente para su seguimiento. Valoración neurocognitiva Se aplicó una batería de pruebas neurocognitivas antes de la cirugía y al tercer mes postoperatorio. La valoración fue realizada por uno de los dos neuropsicólogos implicados en el estudio (MD), quien realizó las pruebas basales y postoperatorias bajo supervisión de un segundo neuropsicólogo (TB) en calidad de Consultor. El informe final se elaboró por los dos neuropsicólogos, quienes desconocían las variables intraoperatorias. Se comparó las pruebas basales con las postoperatorias. Se definió DCPO por la disminución de una desviación estándar (SD) en al menos dos tests18,36. Los pacientes se dividieron en dos grupos según si tuvieron o no DCPO. Las pruebas aplicadas (Tabla 1) siguen las recomendaciones para la valoración cognitiva postoperatoria37. Evalúan la coordinación visuo-manual y flexibilidad cognitiva, memoria declarativa38-40, inteligencia y lenguaje. Se valoró además el nivel educativo, expresado en años. Manejo intraoperatorio La monitorización intraoperatoria consistió en ECG, SpO2, capnografía, presión arterial directa, presión venosa central o de arteria pulmonar, temperatura sanguínea, rectal y faríngea, SrO2C (NIRS, INVOS 4100 Cerebral Oximeter, Somanetics Corporation, Troy, MI, USA), índice biespectral (BIS; Aspect Medical Systems, Natick, MA,USA), y ecocardiografía transesofágica (ECOTE), sonda 6T multiplano 8 MHz (Vivid I, General Electric medical Systems, Horten, Noruega). La inducción anestésica e intubación orotraqueal se realizó de forma estándar con fentanilo, propofol y cisatracurio. La ventilación mecánica se programó para un CO2ET 32-36 mmHg con FiO2 de 0,6. El mantenimiento anestésico se realizó Rev Med Chile 2011; 139: 1553-1561 artículos de investigación Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca - V. M. Parra et al Tabla 1. Pruebas neuropsicológicas utilizadas Dominio cognitivo Test neuropsicológico Atención-velocidad-flexibilidad: Dígitos directos / Inverso (1) TMT-A y TMT-B (2) Memoria declarativa: Memoria lógica I (inmediata) y II (diferida) (3) Reproducción visual I (inmediata) y II (diferida) (3) RAVLT Total y recuerdo diferido (4) Lenguaje: Boston Naming Test (BNT) (5) Inteligencia: Vocabulario (1) (1) Wechsler Adult Intelligence Scale-Third Edition subtests (WAIS-III; Wechsler, 1997). (2) Trail Making Test: Manual for administration, scoring and interpretation (Reitan, 1956). (3) Wechsler Memory Scale-Third Edition subtests (WMS-III; Wechsler, 1997). (4) Rey Auditory/Verbal Learning Test (RAVLT; Rey, 1964). (5) Boston Naming Test (BNT; Kaplan, Goodglass and Weintraub, 1983). con remifentanilo iv más sevofluorano a criterio del anestesiólogo tratante. La monitorización hemodinámica, SrO2C y BIS se inició antes de la inducción anestésica y se mantuvo hasta el final de la cirugía. La CEC, después de heparina 3 mg*kg-1 iv y de la canulación aórtica, se realizó con hipotermia moderada (34-35°C), flujo no pulsátil, oxigenador de membrana y filtro arterial de 40-µm. Los flujos se mantuvieron entre 2,2-2,5 l*min-1*m2-1. La presión arterial media (PAM) en CEC se mantuvo a 50-80 mmHg. El pH se manejó mediante sistema a-stat, manteniendo la pCO2 a 35-40 mmHg y PaO2 a 150-250 mmHg. Previo al despinzamiento aórtico y la desconexión de CEC, se aspiró el aire residual de las cavidades cardiacas apoyado con maniobras de insuflación pulmonar41 y bajo visión ECOTE. La hemoglobina se mantuvo ≥ 7 g*dl-1 y la glicemia ≤ 140 g*dl-1. Monitorización de SrO2C/BIS Para valorar la SrO2C se aplicaron dos sensores en la frente del paciente a derecha e izquierda, monitorizando simultáneamente ambos hemisferios. Los valores se recogieron cada 10 segundos en un disco externo para su análisis posterior. El valor basal de SrO2C se obtuvo antes de la inducción anestésica, con el paciente sedado y respirando espontáneamente, después de obtener un valor estable por al menos un minuto. La desaturación cerebral se definió como una reducción > 25% del basal (o > 20% si el basal era < 50%) durante un minuto o más en alguno de los dos sensores22,24. Rev Med Chile 2011; 139: 1553-1561 En caso de desaturación cerebral, el anestesiólogo responsable aplicaba un algoritmo estandarizado que consistía en42: mejorar el drenaje de la vena cava superior, mantener la PAM ≥ 15% del valor preoperatorio, controlar la oxigenación sistémica (aumentar FiO2, optimizar hemoglobina y evaluar función cardiaca) y normalizar la PaCO2 para mantener el CO2ET ≥ 35 mmHg. Si la SrO2C persistía < 75% del basal, con PAM normal, se administraba propofol IV (0,5 mg*kg-1). Los episodios de desaturación cerebral que no respondían a estas medidas fueron etiquetados como persistentes. La monitorización del BIS se realizó con cuatro sensores aplicados sobre la frente del paciente. Los datos se recogían cada 30 segundos en un disco externo para análisis posterior. El anestesiólogo responsable titulaba el mantenimiento anestésico para mantener valores entre 40 y 6042. Para el análisis estadístico se utilizó los valores medios de SrO2C. El área bajo la curva (AUC) se calculó para tres niveles de SrO2C (AUCrSO2): 50%, 40% y < 25% del basal. Del BIS se analizó sus valores medios y mínimos además del tiempo total y AUC (AUCBIS) bajo 4543. Estudio ecocardiográfico La patología ateroesclerótica de la aorta torácica ascendente y descendente fue evaluada mediante ECOTE44-47. La exploración se realizó pre-CEC según las recomendaciones vigentes48-51 y nuestra práctica clínica52,53. Las placas de ateroma fueron clasificadas como: ausentes, ligeras (< 4 mm); moderadas (≥ 4 mm); y severas (de cualquier tamaño pero con algún componente móvil)44,54. 1555 artículos de investigación Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca - V. M. Parra et al Análisis estadístico Las variables cuantitativas se presentan como mediana y rango intercuartílico (Q1-Q3) analizándose mediante U de Mann-Whitney. Las variables cualitativas se representan como frecuencia absoluta y porcentaje, analizadas mediante Prueba Exacta de Fischer. Se realizó análisis de regresión lineal cuando fue necesario. Se consideró un valor de P bilateral significativo ≤ 0,05. Se determinó el tamaño muestral a partir de un estudio previo 24 y datos pilotos. Se consideró de relevancia clínica diferencias ≥ 6 puntos en las medias de SrO2C. Considerando una DS de 5,8, un poder estadístico de 80%, un error alfa bilateral de 5%, y una incidencia de DCPO de 20%, el número de pacientes necesarios para el estudio fue de 54. Se empleó el programa SPSS para Windows (versión 15, SPSS Inc, Chicago, IL) para el análisis estadístico. Tabla 2. Características demográficas. Pacientes sin DCPO (n = 39) y con DCPO (n = 9) no DCPO (n = 39) Ocho de los 56 pacientes incluidos inicialmente en el estudio no completaron el seguimiento (14,3%): seis no se presentaron al 3er mes del postoperatorio y dos pacientes fallecieron. Uno murió por un accidente vascular cerebral isquémico al octavo día postoperatorio, y el otro murió a los 40 días del postoperatorio por una hemorragia gastrointestinal asociada a pancitopenia y neumonía. Estos ocho pacientes fueron excluidos del análisis. De los 48 pacientes que completaron el estudio, nueve presentaron DCPO al 3er mes postoperatorio (18,8%). Uno de los nueve presentó una complicación neurológica mayor en el postoperatorio inmediato (3er día), con isquemia de la rama posterior de la arteria cerebral media izquierda, hemiparesia y afasia, con recuperación neurológica progresiva 1556 Valor P 4:5 0,48 Sexo (M: F) 23 : 16 Edad (años) 60 (53-69) 70 (65-70) 2 SC (m ) 1,8 (1,65-2) 1,8 (1,7-1,9) FE (%) 59 (50-63) 55 (53-65) 5 (4-8) 5,5 (3-6) Euroscore Puntuación ASA: 0,17 1 0,84 0,92 1 2 2 (5,1%) 0 (0%) 3 31(79,5%) 8 (88,9%) 4 6 (15,4%) 1 (11,1%) Puntuación del grado de ateromatosis aórtica: 0,43 1 - 2 28 (71,8%) 5 (55,6%) 3 - 4 11 (28,2%) 4 (44,4%) Enfermedades asociadas: Diabetes mellitus 6 (15,4%) 2 (22,2%) 0,63 Hipertensión 15 (38,5%) 5 (55,6%) 0,46 Hiperlipemia 14 (35,9%) 4 (50%) 3 (7,7%) 1 (11,1%) Disfunción renal Fumador Resultados DCPO (n = 9) Nivel educacional (años) Nivel intelectual (ps) 0,69 1 8 (20,5%) 0 (0%) 0,32 8 (6-12) 8 (7,5-13,5) 0,66 50 (43-60) 53,5 (46,5-57) 0,92 RAVLT basal (ps) 42 (31-50) 51 (45-57) 0,028 SC: superficie corporal; FE: fracción de eyección; ASA: American Society of Anesthesiologists; ps: puntuación estándar; RAVLT: Rey Auditory/Verbal Learning Test. Valores expresados como media (quartiles 1º– 3º ) o número de pacientes (proporción). Valor de P por el test de Mann-Whitney U. Figura 1. Correlación de Spearman entre la puntuación basal obtenida en la prueba de “Rey Auditory/Verbal Learning test” (RAVLT) y los días de estancia en la UCI. Rev Med Chile 2011; 139: 1553-1561 artículos de investigación Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca - V. M. Parra et al Tabla 3. Características perioperatorias. Pacientes sin DCPO (n = 39) y con DCPO (n = 9) no DCPO (n = 39) DCPO (n = 9) Tipo de cirugía: Valor P 0,49 Coronaria Valvular 4 (10,3%) 0 (0%) 30 (76,9%) 9 (100%) 5 (12,8%) 0 (0%) Coronaria + valvular PAM (mmHg) Duración CEC (min) Duración PAo (min) 70 (66-76) 73 (70-76) 0,56 101 (63-134) 105 (89-109) 0,63 72 (47-88) 78 (60-87) 0,23 150 (126-178) 150 (108-176) 0,56 Hb min (g.dl-1) 9 (8,2-10) 8,3 (8-9) Reapertura tórax 2 (5,13%) 0 (0%) 1 Tiempo de extubación (horas): 5,5 (3-12) 5 (4-6) 0,76 5 (4-6) 4,5 (3-7,5) 0,94 8 (7-10) 9 (7,5-13) 0,56 Glic máx (g.dl-1): Estancia en UCI (días): Estancia hospitalaria (días) 0,1 PAM: presión arterial media; CEC: circulación extracorpórea; PAo: pinzamiento aórtico; Glic máx: glicemia máxima; Hb min: hemoglobina mínima; UCI: unidad de cuidados intensivos. Valores expresados como media (quartiles 1º-3º ) o número de pacientes (proporción). Valor de P por el test de MannWhitney U. Tabla 4. Variables de la saturación regional de oxígeno cerebral (SrO2C) y del Índice Biespectral (BIS). Pacientes sin DCPO (n = 39) y con DCPO (n = 9) no DCPO (n = 39) DCPO (n = 9) Valor P 67.5 (58-74) 0.89 A) Variables derivadas de la SrO2C: SrO2C basal (%) 68 (59-73) SrO2C medio (%) 63.8 (58-69) 61 (56-69) 0.75 SrO2C mínimo (%) 50.3 (35-56) 43.8 (40-53) 0.11 AUC SrO2C <50% (min %) 2.25 (0-216.5) 58 (0.5-320) 0.52 AUC SrO2C <40% (min %) 0 (0-12.5) 0 (0-9) 0.61 6 (0-31) 8.5 (0-55.2) 0.92 BIS medio 48 (42-54) 45 (42-50) 0.3 BIS mínimo 29 (25-37) 28 (14-30) 0.11 Duración del BIS<45 (min) 91 (28-161) 155 (75-221) 0.16 AUC BIS<45 485 (96-989) 935 (473-1.332) 0.17 AUC SrO2C <75% basal (min %) B) Variables del BIS: que le permitió completar el seguimiento postoperatorio. Las variables demográficas, clínicas y de ateromatosis aórtica fueron similares entre los grupos con y sin DCPO (Tabla 2). Sólo un paciente tuvo un Euroscore > 10 (euroscore = 13), perteneciente al grupo sin DCPO. El nivel educacional e intelectual también fue similar entre los grupos. Entre las pruebas neurocognitivas basales, sólo la puntuación del test Aprendizaje Verbal Auditivo de Rey (RAVLT; evalúa memoria de fijación y aprendizaje reciente, susceptibilidad a la interferencia, memoria a medio plazo y beneficio del reconocimiento38-40) fue diferente entre ambos grupos, siendo más alta en el grupo que presentó DCPO (P = 0,028, Mann-Whitney U-test, Tabla 2). Las características perioperatorias también fueron similares entre ambos grupos, al igual que los tiempos de extubación y de estancias hospitalaria y UCI (Tabla 3). No encontramos diferencias en los valores de SrO2C/BIS entre los dos grupos con y sin DCPO (Tabla 4): el valor medio de SrO2C fue similar entre los grupos. El RAVLT fue la prueba neurocognitiva que con mayor frecuencia disminuyó en el postoperatorio (en siete de los nueve pacientes con DCPO). La disminución del RAVLT no se correlacionó con el AUCrSO2 en ninguno de los niveles estudiados (50% [P=0.82], 40% [P = 0,58], y < 25% [P = 0,48]), ni con el AUCBIS (P = 0,3). Tampoco hubo correlación entre la estancia en UCI y el AUCrSO2 ni el AUCBIS. Hubo una correlación significativa entre el RAVLT basal y la estancia en UCI (rho = -0,46; P = 0,001 por Spearman, Figura 1). (puntos porcentuales %) AUC: área bajo la curva; SrO2C: saturación regional de O2 cerebral; BIS: índice biespectral. Valores expresados como la media (quartiles 1er-3er) o como número de pacientes (porcentaje). Valor de P: por el test de MannWhitney U. Rev Med Chile 2011; 139: 1553-1561 Discusión No encontramos una asociación significativa entre los valores bajos de 1557 artículos de investigación Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca - V. M. Parra et al SrO2C/BIS intraoperatorios con DCPO tardía. El AUCrSO2 y el AUCBIS no se correlacionaron con la caída en los test neurocognitivos ni con la estancia en UCI. Sí encontramos una correlación significativa, aunque débil, entre la puntuación basal del RAVLT y los días de UCI. Estos resultados difieren de los obtenidos en otros estudios. Existe evidencia creciente sobre el impacto de la desaturación cerebral intraoperatoria en la función neurocognitiva20,21,23,24,26 y en la morbimortalidad postoperatoria22,25,55. Se ha demostrado recientemente una asociación entre desaturación cerebral intraoperatoria y peor resultado cognitivo precoz después de cirugía cardiaca23,26. En un estudio en más de mil pacientes25, se observó que la oxigenación cerebral preoperatoria era un predictor de riesgo independiente de morbi-mortalidad post cirugía cardiaca, en concordancia con un estudio aleatorizado previo, en que las maniobras destinadas a evitar o corregir las desaturaciones cerebrales se asociaron a menor morbi-mortalidad postoperatoria en pacientes cardiacos22. Numerosos factores pueden explicar estos resultados discordantes: características de los pacientes, tipo y duración de la cirugía, valor de SrO2C considerado patológico, definición de DCPO, pruebas neurocognitivas utilizadas y el momento del postoperatorio en que son aplicadas. Dos características explicarían nuestros hallazgos: a) a diferencia de la desaturación cerebral no corregida oportunamente y sí relacionada con DCPO18,19,22-24, nosotros quisimos evaluar si la de­ saturación que persistía a pesar del manejo oportuno también se relacionaban con DCPO, o sólo eran números anormalmente bajos sin traducción clínica; y b) evaluamos la DCPO tardía en vez de la precoz (1era semana postoperatoria)18-20,26, por su mayor impacto clínico39. Dos estudios recientes han encontrado correlación entre desaturación cerebral y DCPO precoz23,24, no así con DCPO tardía. La SrO2C evalúa una muestra circunscrita de la corteza frontal, influida fundamentalmente por el componente venoso56,57. Las disminuciones de SrO2C reflejarían una disminución relativa en la perfusión cerebral55,58. Los valores para definir desaturación han sido variables, si bien estudios recientes utilizan el 50% como valor absoluto25,26. En nuestro trabajo hemos analizado los umbrales de 50%, 40% y disminución > 25%, sin encontrar relación con DCPO tardía en ninguno de estos 1558 niveles, sugiriendo que este factor no es relevante en nuestros resultados. Tampoco encontramos relación entre los valores de BIS y DCPO tardía. Aunque el estudio no fue diseñado para este fin, la falta de relación se explicaría en parte a que el anestesiólogo tratante, al igual que con la SrO2C, conocía los valores de BIS y los corregía continuamente. Estudiamos esta asociación dado que el descenso brusco e inexplicable del BIS se ha relacionado con hipoperfusión cerebral28-34, sugiriéndose que este monitor ayudaría a detectar una hipoperfusión cerebral aguda en pacientes de alto riesgo27,31-34. A pesar de estos reportes, no se ha observado asociación entre BIS y morbi-mortalidad postoperatoria35,43,59,60, por lo que no se ha recomendado su uso rutinario en una población no seleccionada de pacientes27,60-62. La puntuación del RAVLT basal fue la única diferencia significativa entre los grupos estudiados (Tabla 2). Concordante con un estudio previo63, las puntuaciones más altas se relacionaron con menor estancia en UCI (Figura 1), explicable por las mejores actitudes de aprendizaje y memoria en estos pacientes38. Finalmente, la ateromatosis aórtica no fue diferente entre los grupos con y sin DCPO. Si bien la ateroesclerosis es un factor de riesgo de accidentes vasculares cerebrales44, su relación con DCPO no es concluyente45,64-66. Una de nuestras principales limitaciones es que las conclusiones sólo aplican a la totalidad de la población estudiada, sin permitir el análisis por subgrupos por falta de poder estadístico para ello. En concreto, nuestro estudio incluyó pacientes coronarios y valvulares, los que podrían tener diferentes incidencias de DCPO. Sin embargo, éste no nos parece un factor determinante, dado que sólo 4 pacientes fueron coronarios puros y en 44 de 48 se realizó cirugía valvular (con o sin cirugía coronaria). Si bien estudiamos pacientes con diferente clasificación ASA/Euroscore, 39 de los 48 pacientes fueron ASA 3, y sólo un paciente tuvo un Euroscore > 10, que finalmente no desarrolló DCPO. Otras limitaciones son que la monitorización de la SrO2C se efectuó sólo en el intraoperatorio, por lo que desconocemos el impacto de eventuales desaturaciones postoperatorias en la incidencia de DCPO, y que existen variables postoperatorias que pueden relacionarse con DCPO y que no fueron estudiadas por protocolo, como la incidencia de Rev Med Chile 2011; 139: 1553-1561 artículos de investigación Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca - V. M. Parra et al arritmias. En su reemplazo, analizamos la estadia en UCI como una variable que representa globalmente la morbilidad postoperatoria precoz. Para concluir, no encontramos una relación significativa entre los valores bajos de SrO2C intraoperatoria y la incidencia de alteraciones cognitivas postoperatorias. Tampoco encontramos relación entre la alteración cognitiva postoperatoria y los valores bajos del BIS. Creemos que los valores anormalmente bajos de SrO2C/BIS que persisten a pesar del manejo precoz y adecuado no traducen cambios significativos en la perfusión cerebral en este tipo de pacientes y, por tanto, no tienen impacto clínico en la incidencia de DCPO. Nuestros resultados no cuestionan la aceptación general de que el tratamiento intraoperatorio de la desaturación cerebral disminuye la DCPO, dada la continua corrección de SrO2C en nuestra cohorte. Futuros estudios son necesarios para determinar si estos monitores neurológicos no invasivos permiten predecir el riesgo de DCPO post cirugía cardiaca. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. Roach GW, Kanchuger M, Mangano CM, Newman M, Nussmeier N, Wolman R, et al. 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However, it is unknown at which stage of the disease the reduction occurs and whether dyspnea is a limiting factor. Aim: To compare physical activity between patients with COPD and controls of similar age and to assess its association with disease severity. Material and Methods: We studied 112 patients with mild to very severe COPD and 55 controls. Lung function, six-minutes walking test (SMWT), and physical activity through the International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) were measured. Results: Compared to controls, physical activity was significantly reduced in COPD patients (1823 ± 2598 vs. 2920 ± 3040 METs min/week; p = 0.001). Patients were more frequently sedentary (38 vs. 11%), while controls were more often very active (31 vs. 19%) or moderately active (58 vs. 43%). Physical activity was reduced from Global Initiative for Obstructive Chronic Lung Disease (GOLD) stage 2 and from Modified Medical Research Council (MMRC) dyspnea grade 1. Weak relationships were observed between lung function, SMWT and physical activity. Conclusions: Physical activity decreases early in the course of the disease and when dyspnea is still mild, among patients with COPD. (Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572). Key words: Motor activity; Pulmonary disease, chronic obstructive; Sedentary lifestyle. a actividad física (AF), definida como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que resulta en un gasto energético superior al de reposo1, es un parámetro clínico de importancia creciente. Esto se debe a que el nivel de actividad se relaciona con la morbilidad y mortalidad asociada a muchas enfermedades crónicas1. Particularmente, en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) los niveles bajos de AF se han asociado con la declinación de la función pulmonar2, con el número de hospitalizaciones3 y con la mortalidad4. La AF puede ser cuantificada empleando diferentes instrumentos. En los pacientes con EPOC ha sido evaluada empleando sensores de movimiento, 1562 tales como podómetros y acelerómetros5,6; y también utilizando cuestionarios específicos5,7. Aunque los sensores de movimiento son más precisos, los cuestionarios son reproducibles, más simples y de menor costo5. Existen varios cuestionarios disponibles8, entre los cuales el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ; International Physical Activity Questionnaire), posee la ventaja de haber confirmado su confiabilidad y validez en 12 países9 y haber incluido países de habla hispana, por lo que existe una versión disponible en español. Debido a que los síntomas principales en la EPOC son la disnea y fatiga de las extremidades, que conducen paulatinamente a la discapacidad, artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al la inactividad es una consecuencia natural de la progresión de la enfermedad. A su vez, la inactividad contribuye a un mayor deterioro físico y a mayor disnea, configurando un círculo vicioso. Por lo tanto, las intervenciones que promuevan la actividad diaria poseen el potencial de romper este círculo vicioso, produciendo mejorías clínicamente relevantes. Por las razones mencionadas, la evaluación de la AF en los pacientes con EPOC ha ganado creciente interés en los últimos años10. Existe escasa información respecto al momento, en la evolución de la EPOC, en que la AF comienza a deteriorarse significativamente. Esto es válido para dos de los índices clínicos más empleados para describir la gravedad de la enfermedad, como son las etapas propuestas por GOLD (Global Initiative for Obstructive Chronic Lung Disease) y la magnitud de la disnea según la escala modificada del Medical Research Council (MMRC)11. En consideración a lo anterior, el propósito del presente trabajo ha sido comparar el grado e intensidad de la actividad física realizada por pacientes con EPOC y controles de edad semejante y establecer las posibles asociaciones entre la AF y la gravedad de la enfermedad, de acuerdo a la definición de GOLD y a la magnitud de la disnea según la escala del MMRC. Material y Método Sujetos Pacientes. Se estudiaron 112 pacientes con EPOC durante la fase estable de la enfermedad, esto es, al menos ocho semanas desde la última exacerbación. El diagnóstico y la etapa de la enfermedad se establecieron siguiendo las definiciones de GOLD12. Los criterios de exclusión fueron: a) antecedentes de asma; b) enfermedades pulmonares concomitantes; y c) otras enfermedades que pudiesen afectar la AF, específicamente enfermedades neurológicas con déficit motor significativo; enfermedades renales en diálisis; enfermedades cardiovasculares sintomáticas, a pesar de tratamiento adecuado; cardiopatía isquémica sintomática o que estuviese recibiendo sólo tratamiento médico; enfermedades neuromusculares; y enfermedades del aparato locomotor. Controles. El grupo de sujetos sin enfermedad pulmonar estuvo constituido por 55 individuos, voluntarios de nuestra institución, sujetos que consultaron en el policlínico en quienes se descartó Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 enfermedad pulmonar, y vecinos de los pacientes, invitados a participar por vía telefónica. Los criterios de exclusión fueron similares a los de los pacientes. Todos los participantes fueron citados en dos oportunidades en el lapso de una semana, entre los meses de diciembre de 2010 y marzo de 2011, con el fin de evitar influencias estacionales sobre la actividad física13. En la primera visita se recolectaron datos socio-demográficos, magnitud de la disnea, y se efectuaron las pruebas de función pulmonar y de ejercicio. En la segunda visita los participantes respondieron el cuestionario de actividad física. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Institución y antes del reclutamiento los pacientes y los controles firmaron un consentimiento informado. Mediciones Características clínicas. Se consignó edad, género, estado civil, nivel educacional, estado ocupacional, historia de tabaquismo y comorbilidades. La historia de tabaquismo incluyó la condición de fumador y el consumo de tabaco en paquetes/ año. La condición de ex-fumador se confirmó con cotinina urinaria menor a 10 mg/L. Asimismo, se midió peso y talla, y se calculó el índice de masa corporal (IMC). La magnitud de la disnea se evaluó con la escala modificada del Medical Research Council (MMRC), que varía entre 0 y 4 puntos (Tabla 1)14. Función pulmonar. Se efectuó una espirometría, se midieron los volúmenes pulmonares y la capacidad de difusión del monóxido de carbono (DLCO) según la normas internacionales15-17, empleando los valores de referencia de Hankinson et al18 y Quanjer et al16, respectivamente. La capacidad de ejercicio se evaluó con la prueba de caminata de 6 minutos (PC6M)19, midiendo la distancia recorrida (DR6) para los análisis. Actividad física. La AF se evaluó con el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ). Este cuestionario posee cuatro dominios relacionados con el tipo de actividad: a) Recreación; b) Doméstico y de jardinería; c) Trabajo, remunerado y no remunerado; y d) Transporte. Para cada dominio se diferencian tres tipos específicos de actividad: a) Caminata; b) Moderada intensidad; y c) Actividad vigorosa. La AF se describe en equivalentes metabólicos (METs), siendo un equivalente metabólico igual al gasto energético en reposo, y 1563 artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al Tabla 1. Clasificación de la magnitud de la disnea según la escala modificada del Medical Research Council y de los niveles de actividad física según el Cuestionario Internacional de Actividad Física Escala de disnea MMRC Magnitud de la disnea Descripción MMRC 0 Disnea sólo con ejercicios extenuantes MMRC 1 Disnea cuando camina rápido en plano o cuando sube una pendiente MMRC 2 Debido a la disnea, camina más despacio en plano que sujetos de su edad MMRC 3 Debido a la disnea se detiene a descansar al caminar en plano unos 100 metros o después de caminar algunos minutos MMRC 4 Debido a la disnea no puede salir de la casa o bien requiere ayuda para vestirse o desvestirse Cuestionario IPAQ Nivel de actividad física Criterio Baja Sin actividad reportada o no incluido en los niveles moderado o alto Moderada Cualquiera de los siguientes: a) Actividad intensa ≥ 3 días, al menos 20 min/ día b) Actividad moderada y/ o caminata de al menos 30 min, ≥5 días c) Cualquier combinación de caminata, moderada o intensa, llegando a 600 METs-min/ semana ≥5 días Alta Cualquiera de los siguientes: a) Actividad intensa al menos 3 días acumulando 1.500 METS-min/ semana b) Cualquier combinación de caminata, moderada o intensa, acumulando 3.000 METs-min/ semana ≥7 días Disnea MMRC: Magnitud de la disnea según la escala modificada del Medical Research Council; IPAQ: Cuestionario Internacional de Actividad Física (International Physical Activity Questionnaire). se expresan en METs minutos/semana. El IPAQ considera actividades de intensidad moderada a aquellas de 3-6 METs y vigorosas a aquellas mayores de 6 METs y emplea los siguientes equivalentes metabólicos para cada nivel de actividad: caminar = 3,3; actividad moderada = 4,0; actividad vigorosa = 8,0. Así, los METs min/semana corresponden al equivalente metabólico × minutos al día × días a la semana. El cuestionario clasifica adicionalmente la AF en tres niveles: baja, moderada y alta (Tabla 1)9. La categoría alta estaría compuesta por individuos muy activos, mientras que la categoría baja incluiría a los sujetos sedentarios. Por último, el cuestionario incorpora un indicador adicional de actividad sedentaria, que no agrega puntaje, y que corresponde al tiempo sentado, medido por separado para los días hábiles y los fines de semana. Análisis estadístico Los datos se expresan como promedios ± 1 desviación estándar. La comparación entre controles y pacientes se realizó con la prueba de Mann-Whitney para muestras independientes. Para comparar 1564 la AF entre los controles y las 4 etapas de gravedad de GOLD se utilizó la prueba de Kruskal-Wallis, al igual que para comparar la AF de los controles y los pacientes, clasificados según la magnitud de la disnea MMRC. Las diferencias a posteriori entre los grupos se evaluaron con el método de Dunn. Para establecer las posibles relaciones entre la AF, la función pulmonar y la capacidad de ejercicio se empleó el coeficiente de correlación de Pearson o Spearman. Resultados Características generales Las características sociodemográficas y funcionales del grupo control y los pacientes se describen en la Tabla 2. Los pacientes abarcaban todo el espectro de gravedad de la enfermedad según GOLD, tenían una edad algo superior, un leve predominio del sexo masculino, un nivel educacional inferior y un menor porcentaje de sujetos ocupacionalmente activos comparados con los controles. Las comorbilidades más frecuentes Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al Tabla 2. Características sociodemográficas, antropométricas, de función pulmonar y capacidad de ejercicio en pacientes con EPOC y controles Características Controles n = 55 EPOC n = 112 Valor-p 63 ± 9 66 ± 6 0,043 23 (41,8) 67 (59,8) 0,03 27 ± 4 27 ± 4 NS Estado civil Soltero/separado Casado/pareja estable Viudo 11 (20) 40 (72,7) 4 (7,3) 26 (23,2) 69 (61,6) 17 (15,2) NS NS NS Educación Básica o menor Media incompleta Media completa/Universitaria 3 (5,5) 12 (21,8) 40 (72,7) 33 (29,5 ) 12 (10,7) 67 (59,8) < 0,0001 0,055 NS Ocupacionalmente activo 27 (49,1) 30 (27) 0,004 Tabaquismo Historia, paquetes/año Activo Ex-fumador Nunca fumador 14±20 16 (29,1) 12 (21,8) 27 (49,1) 49±25 32 (28,6) 80 (71,4) 0 (0) < 0,0001 NS < 0,0001 < 0,0001 VEF1, % teórico 107±15 60±24 < 0,0001 82±8 74±10 < 0,0001 107±20 84±26 < 0,0001 48 ± 7 34 ± 10 < 0,0001 572 ± 74 479 ± 100 < 0,0001 Edad, años Sexo masculino IMC, kg/m 2 PaO2, mmHg DLCO, % teórico CI/CPT, % DR6, metros Los valores se expresan como promedios ± 1 desviación estándar o como número (porcentaje). IMC=índice de masa corporal; EPOC=enfermedad pulmonar obstructiva crónica; CI=capacidad inspiratoria; CPT=capacidad pulmonar total; DR6: distancia recorrida durante la prueba de caminata de 6 minutos. Comparaciones efectuadas con la prueba de Mann-Whitney para muestras independientes. fueron hipertensión arterial, sobre peso/obesidad, intolerancia a la glucosa/diabetes y depresión. La hipertensión arterial y la depresión resultaron más frecuentes en los pacientes (56 vs 33%, p = 0,004; y 11 vs 2%, p = 0,044, respectivamente). Actividad física en controles y pacientes con EPOC En los pacientes, la AF total estaba significativamente reducida, mientras que el tiempo de permanencia sentado, tanto en días hábiles como durante los fines de semana, era significativamente mayor (Tabla 3). La menor AF se debió a una disminución de las actividades moderadas y de caminar, tanto domésticas como recreacionales (Figura 1). Como resultado, un mayor porcentaje de pacientes realizaba actividad sedentaria o baja, a diferencia de los controles, en que era mayor la proporción de individuos que efectuaba actividades moderadas o altas (Figura 2). Actividad física según la gravedad de la EPOC y la magnitud de la disnea MMRC La AF fue similar en el grupo control y en los pacientes GOLD 1, reduciéndose significativamente a Tabla 3. Nivel de actividad física en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica y controles Actividad física IPAQ Puntajes continuos Actividad intensa, METs min/semana Actividad moderada, METs min/semana Actividad leve, METs min/semana Controles n = 55 EPOC n = 112 Valor-p 313 ± 1.065 192 ± 769 NS 1.710 ± 2.069 940 ± 1.491 0,003 897 ± 1.063 691 ± 1.448 0,011 2.920 ± 3.040 1.823±2.598 0,001 Horas diarias sentado Lunes-Viernes 6,06 ± 2,9 8,76 ± 4,4 < 0,0001 Horas diarias sentado Sábado-Domingo 5,9 ± 2,8 8,5 ± 4,3 < 0,0001 Total, METs min/semana Los valores se expresan como promedios ± 1 desviación estándar. EPOC=enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Las comparaciones se efectuaron con la prueba de Mann-Whitney para muestras independientes. MET corresponde a un equivalente metabólico (3,5 ml/kg/min o 1 kcal/kg/h). Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 1565 artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al Figura 1. Magnitud de la actividad física según el tipo de actividad física, de acuerdo al Cuestionario Internacional de Actividad Física en 55 controles y 112 pacientes con EPOC. Los datos se expresan como promedios ± 1 EE. Las barras grises representan a los controles y las negras, a los pacientes. Las diferencias entre controles y pacientes se evaluaron con la prueba de Mann-Whitney para muestras independientes. Figura 2. Intensidad de la actividad física según el Cuestionario Internacional de Actividad Física en 55 controles y 112 pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Las barras apiladas representan el porcentaje de sujetos de cada grupo cuya actividad es clasificada como leve, moderada o alta. partir de la etapa GOLD 2 (Figura 3; panel superior). En concordancia con ello, la intensidad de la AF disminuyó desde la etapa GOLD 2 en adelante, reduciéndose a la mitad el porcentaje de pacientes clasificados como muy activos y aumentando a más del doble el porcentaje de individuos sedentarios (Figura 3; panel inferior). La AF no mostró diferencias entre el grupo control y los pacientes sin disnea (MMRC=0), pero se redujo progresivamente a partir de un puntaje de disnea MMRC=1 (Figura 4; panel superior). A su vez, mientras el porcentaje de pacientes muy 1566 activos disminuyó desde el puntaje MMRC=1, también aumentó notoriamente la proporción de pacientes sedentarios (Figura 4, panel inferior). Asociaciones entre actividad física, variables socio-demográficas, función pulmonar y capacidad de ejercicio En el grupo total, la AF no varió según el género, estado civil, ni la condición de fumador. Tampoco influyó la presencia de obesidad y no se observó una correlación significativa con el IMC. En cambio, fue inferior en los sujetos sin Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al Figura 3. Panel superior: Actividad física según el Cuestionario Internacional de Actividad Física en el grupo de controles y pacientes con EPOC, clasificados según los criterios de gravedad de GOLD. Los datos se expresan como promedios ± 1 EE. La actividad física de las etapas GOLD 2, 3 y 4 es significativamente menor que la de los controles (p = 0,002; p =0, 001; y p = 0,003, respectivamente); la de las etapas GOLD 2, 3 y 4 es significativamente inferior a la de GOLD 1 (p=0.034; p = 0,017; p=0,025, respectivamente). Panel inferior: Intensidad de la actividad física según el Cuestionario Internacional de Actividad Física en ambos grupos. Las barras apiladas representan el porcentaje de sujetos de cada grupo cuya actividad es clasificada como leve, moderada o alta. Chi-cuadrado; p = 0,013. EPOC: Enfermedad pulmonar obstructiva crónica; GOLD: Global strategy for the diagnosis, management, and prevention of COPD. ocupación (n = 110; p = 0,028) y en aquellos con depresión diagnosticada (n = 13; p = 0,047); a la vez que presentó una correlación inversa con la edad (r = -0,21; p = 0,004). La Tabla 4 describe las correlaciones significativas, aunque bajas, con el VEF1, la DLCO, el índice capacidad inspiratoria/ capacidad pulmonar total y la DR6. Discusión El presente estudio describe la actividad física en un número sustancial de pacientes con EPOC, Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 concluyendo que en comparación con controles de edad semejante: a) es inferior y de menor intensidad; b) se hace evidente precozmente, desde la etapa GOLD 2 y desde un puntaje de disnea MMRC = 1; y, c) no se correlaciona estrechamente con la función pulmonar ni con la capacidad de ejercicio. Al igual que en el presente estudio, pero empleando cuestionarios diferentes, otros autores han observado una reducción significativa de la AF total en los pacientes con EPOC en comparación con controles de edad similar20-23. Una ventaja de 1567 artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al Figura 4. Panel superior: Actividad física según el Cuestionario Internacional de Actividad Física en controles y pacientes con EPOC, clasificados según la magnitud de la disnea con la escala MMRC. Los datos se expresan como promedios ± 1 EE. La actividad física de los pacientes con puntaje de disnea MMRC 1, 2 y 3 es significativamente inferior a la de los controles (p = 0,05; p =0,001; y p < 0,0001, respectivamente). La actividad física de los pacientes con disnea MMRC 1, 2 y 3 es significativamente inferior a la de los pacientes sin disnea, esto es, MMRC = 0 (p = 0,043; p = 0,002; y p < 0,0001, respectivamente). La actividad física de los pacientes con disnea MMRC = 3 es significativamente menor a la de aquellos con disnea MMRC = 1. Panel inferior: Intensidad de la actividad física según el Cuestionario Internacional de Actividad Física en ambos grupos. Las barras apiladas representan el porcentaje de sujetos de cada grupo cuya actividad es clasificada como leve, moderada o alta. c2; p < 0,0001. Disnea MMRC: escala de disnea modificada del Medical Research Council. nuestro estudio sobre aquellos es el mayor número de pacientes incluido, que asimismo abarca todo el espectro de gravedad de la enfermedad. La menor AF de los pacientes con EPOC ha sido confirmada además mediante podómetros y acelerómetros24-27. Según estos estudios, la AF diaria de los pacientes representaría apenas 57% de la actividad del grupo control28, porcentaje muy similar al observado en este estudio, en que la AF semanal de los pacientes representó 62% de la actividad realizada por los controles (Tabla 3). Según nuestros datos, la intensidad de la AF 1568 de los pacientes fue, a su vez, significativamente inferior a la de los controles. Sólo 43% de los pacientes era moderadamente activo y apenas un 19%, muy activo, en contraste con 58 y 31% de los controles, respectivamente (Figura 1). Por el contrario, 38% de los pacientes fue calificado como sedentario, en comparación con 11% de los controles. Se ha descrito que, en general, la intensidad de la AF de los pacientes con EPOC no supera el 75% de aquella observada en los controles28, lo que nuevamente es concordante con nuestros resultados. La frecuencia de sedentarismo entre Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al Figura 5. Magnitud de la disnea en 112 pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, clasificados según los criterios de gravedad de GOLD. Los datos se presentan como barras apiladas y repre­ sentan el porcentaje de sujetos de cada etapa GOLD cuya disnea es clasificada en los diferentes puntajes de la escala de disnea MMRC. Nótese que no se incluyeron pacientes con puntaje MMRC = 4. GOLD: Global strategy for the diagnosis, management, and prevention of COPD. Disnea MMRC: escala de disnea modificada del Medical Research Council. Tabla 4. Correlaciones entre la actividad física y variables antropométricas, de función pulmonar y capacidad de ejercicio en 112 pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica Variables METs min/semana totales IMC, kg/m2 -0,11* NS VEF1, % teórico 0,31* 0,001 CVF, % teórico 0,18* NS PaO2, mmHg 0,16* NS DLCO, % teórico 0,32* 0,001 CI/CPT, % 0,27* 0,004 DR6, metros 0,29* 0,002 Etapas GOLD* -0,23 0,016 † Valor-p Disnea MMRC* -0,39† <0,0001 IMC: índice de masa corporal; VEF1: volumen espiratorio forzado del primer segundo; DLCO: capacidad de difusión; CI: capacidad inspiratoria; CPT: capacidad pulmonar total; DR6: distancia recorrida en 6 minutos durante la prueba de caminata de 6 minutos; GOLD: Global strategy for the diagnosis, management, and prevention of COPD; Disnea MMRC: magnitud de la disnea según la escala modificada del Medical Research Council. *Correlación r de Pearson. † Correlación rho de Spearman. los controles, en cambio, resultó notoriamente inferior a la obtenida en el mismo tramo de edad en la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010 (27% entre 45-64 años y 49% sobre 65 años)29. Si bien en la Encuesta Nacional de Salud (ENS) se empleó un cuestionario diferente (Cuestionario de Actividad Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 Física Global; GPAQ), se ha demostrado que éste es comparable al Cuestionario IPAQ30, por lo que pensamos que las diferencias podrían deberse a un sesgo de selección. No podemos descartar, en efecto, que más sujetos físicamente activos hayan aceptado participar como controles, los que a su vez exhibieron una menor edad (Tabla 2) y un leve predominio de individuos < 65 años en comparación con los pacientes (55 vs 46%). Sin embargo, este sesgo a favor de una mayor AF del grupo control es aminorado en parte por la mayor proporción de hombres entre los pacientes, pues los hombres demostraron mayores niveles de AF que las mujeres en la ENS. Independientemente de las consideraciones anteriores, en el presente estudio observamos además que los pacientes con EPOC permanecían sentados un tiempo significativamente mayor que los controles, apoyando el sedentarismo que caracterizaría a esta población, y que es coincidente con dos comunicaciones previas, en las cuales se emplearon acelerómetros31,32. El efecto de la gravedad de la EPOC y la magnitud de la disnea sobre la AF sólo ha sido evaluado previamente por Watz et al11 empleando acelerómetros. Es interesante destacar que ambos estudios coinciden en señalar que la AF se reduce desde de la etapa GOLD 2 y con un puntaje de disnea MMRC = 1. Más importante aún, en ambos estudios la etapa GOLD 2 y la magnitud de la disnea MMRC = 1 marcan un punto de inflexión en que la proporción de sujetos sedentarios aumenta notoriamente. Así, en nuestro estudio entre la eta- 1569 artículos de investigación Actividad física en pacientes con EPOC - A. Parada et al pa GOLD 1 y 2, la proporción de pacientes muy inactivos aumentó de 27 a 43%, manteniéndose en un porcentaje similar hasta la etapa GOLD 4. El efecto de la disnea es más marcado, pues en la transición entre los pacientes sin disnea (MMRC = 0) y aquellos con puntaje MMRC = 1, los individuos sedentarios aumentaron de 9 a 39%, y esta proporción creció a 56% con un puntaje MMRC = 3. Aunque nuestros datos indican que la inactividad en la EPOC es frecuente y que se debería indagar prácticamente en todo paciente con disnea leve, no proporcionan información confiable que permita identificar al sujeto sedentario en la práctica clínica diaria. En el caso particular de las etapas GOLD y la disnea (MMRC), la dificultad se explica porque en cada etapa GOLD la magnitud de la disnea es muy variable, como lo demuestra la Figura 5, y como ha sido recientemente destacado por otros33. Además, la AF no sólo depende de alguna característica fisiológica particular, sino también de aspectos psicosociales y ambientales (estado ocupacional, estado civil, presencia de depresión, entre otros). En nuestro estudio, la presencia de depresión y un bajo nivel educacional, además de la inactividad laboral, fueron más frecuentes entre los pacientes, concordando con hallazgos previamente descritos34,35 e influyeron negativamente sobre la actividad física. Así se explican, en parte, las débiles asociaciones entre la AF y distintas variables funcionales descritas en la Tabla 5. Aunque la escasa correlación entre la AF y la PC6M podría parecer contradictoria a primera vista, se debe simplemente a que suele confundirse capacidad de ejercicio, que es lo que mide la PC6M, con el ejercicio efectivamente realizado, que es la AF propiamente tal. Estos datos concuerdan con los de Watz et al11 y son sustentados por Pitta et al32, quienes demostraron que la PC6M es un pobre predictor de la AF, particularmente cuando la distancia recorrida promedio supera los 400 m, como ocurre en el presente estudio. Nuestro estudio posee algunas limitaciones que merecen mencionarse. Aunque el IPAQ ha sido evaluado internacionalmente en sujetos sanos, no existe una validación formal en pacientes con EPOC. En aquellos estudios realizados en población normal se ha observado que el instrumento posee una adecuada consistencia interna, una buena reproducibilidad36,37 y una moderada concordancia con acelerómetros, particularmen1570 te para la caminata y las actividades vigorosas37. En nuestra opinión, la que es compartida por otros autores10, ningún instrumento, subjetivo u objetivo, ha demostrado aún su superioridad. De hecho, recientemente se ha cuestionado la capacidad de los acelerómetros para determinar la validez de los cuestionarios, pues los puntos de corte para definir la intensidad de las actividades varían entre ambos instrumentos38. Esto podría explicar, por ejemplo, que exista una muy buena concordancia entre dos cuestionarios diferentes y entre dos tipos de acelerómetros38, pero no entre los cuestionarios y los acelerómetros37,39. Aun así, cabe una nota de cautela respecto a la exactitud de nuestras mediciones en pacientes con EPOC, ya que estos suelen sobrestimar su nivel de AF al emplear cuestionarios40, aun cuando se empleen las recomendaciones propuestas por el IPAQ para evitar este problema41. En resumen, nuestros resultados indican que en pacientes con EPOC que representan todo el espectro de la enfermedad, la actividad física está reducida en magnitud e intensidad al compararla con controles de edad semejante. Esta reducción de la actividad física es más evidente a partir de la EPOC moderada (GOLD 2) y cuando ya existe disnea leve según la escala MMRC. Consecuentemente, la rehabilitación respiratoria debería constituirse en un objetivo muy precoz en el tratamiento de esta enfermedad. Referencias 1. 2. 3. Thompson PD, Buchner D, Pina IL, Balady GJ, Williams MA, Marcus BH, et al. Exercise and physical activity in the prevention and treatment of atherosclerotic cardiovascular disease: A statement from the Council on Clinical Cardiology (Subcommittee on Exercise, Rehabilitation, and Prevention) and the Council on Nutrition, Physical Activity, and Metabolism (Subcommittee on Physical Activity). Circulation 2003; 107: 3109-16. García-Aymerich J, Lange P, Benet M, Schnohr P, Anto JM. Regular physical activity modifies smoking-related lung function decline and reduces risk of chronic obstructive pulmonary disease: A population-based cohort study. Am J Respir Crit Care Med 2007; 175: 458-63. 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Rev Med Chile 2011; 139: 1562-1572 artículos de investigación Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580 Prevalencia de consumo de drogas en estudiantes universitarios que cursan primer y cuarto año GLADYS MORALES I.1,a, CARLOS DEL VALLE R.2,b, CARLOS BELMAR M.3,c, YASNA ORELLANA Z.4,d , ALVARO SOTO V.5, DANIZA IVANOVIC M.4,a Prevalence of tabacco, alcohol and marijuana consumption among university students Background: University students are especially vulnerable towards substance abuse Aim: To describe and compare drug consumption in students of a Chilean university who attended first and fourth year of studies, according to gender and faculty. Material and Methods: A representative, stratified and proportional sample of 305 students was randomly chosen by faculty, career, grade and gender during 2009. The consumption of alcohol, tobacco and illicit drugs was evaluated using an anonymous survey. Results: Students from health care faculties had the lower prevalence of consumption of tobacco, alcohol, tobacco-alcohol and marijuana, during the first and fourth year. Education area and social sciences faculties had the highest prevalence of consumption. Fourth year students had higher rates of consumption than their first year counterparts. Females had significantly lower rates of alcohol and marijuana consumption. Conclusions: Alcohol, tobacco and marijuana consumption was higher among students from education and social sciences faculties and those attending the fourth year of studies. (Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580). Key words: Health Promotion; Lifestyle; Students; Substance related disorders. E l consumo de tabaco origina más de 90% de los cánceres de pulmón en hombres, 70% en mujeres, y se relaciona con 56% a 80% de las enfermedades respiratorias crónicas y 22% de las enfermedades cardiovasculares (sin contemplar el tabaquismo pasivo). A su vez, el consumo excesivo de alcohol es responsable de 3,2% de las muertes y 4% de los años de vida ajustados según discapacidad (AVAD) en la población mundial y se relaciona con más de 60 enfermedades y traumatismos, aparte de sus efectos psicosociales en individuos, familias y comunidad1. El consumo de tabaco y alcohol, en la población de 17 a 24 años es mayor en hombres que en mujeres, según la II Encuesta Nacional de Salud 2009, presentándose 44,2% y 37,1% respectivamente, en la categoría de “fumadores actuales”, situación muy similar a la encontrada con respecto Escuela de Nutrición y Dietética, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Santiago de Chile. 2 Departamento de Lenguas, Literatura y Comunicación, Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de La Frontera. Temuco, Chile. 3 Servicio de Salud Estudiantil, Universidad de La Frontera. 4 Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), Universidad de Chile. 5 Becado de Neurología. Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. a MSc. b PhD en Comunicaciones. c Licenciado en Kinesiología. d PhD en Estadística. 1 Trabajo financiado mediante Proyecto SOC 09/09-1, del Concurso de Ciencias Sociales, Humanidades y Educación 2009. Departamento de Investigación, Universidad de Chile. Recibido el 25 de mayo de 2011, aceptado el 4 de octubre de 2011. Correspondencia a: Gladys Morales I. Escuela de Nutrición y Dietética, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Avda. Independencia 1027 Teléfonos 9786754, 84296345 E-mail: grmorales@med.uchile.cl al consumo de alcohol2. Además, de acuerdo al estudio realizado por el Consejo Nacional para Estupefacientes (CONACE) en 2008, en estu­diantes de universidades e institutos de educación superior, con respecto a las prevalencias de consumo de tabaco, alcohol y marihuana se observó la misma situación3. Estos resultados coinciden con estudios realizados en países europeos4. De acuerdo a varias publicaciones, los estudiantes universitarios se encuentran en una etapa vulnerable, caracterizada por un alto consumo de tabaco y alcohol, que se agudiza en cursos superiores5. Esto ha sido mayormente estudiado en estudiantes de medicina6,7. Por lo tanto, la importancia del rol que cumplen las instituciones de educación superior y en particular las universidades, como agentes promotores de salud y bienestar, no se ha analizado suficientemente8. 1573 artículos de investigación Consumo de drogas en estudiantes universitarios - G. Morales et al El presente trabajo se realizó con el objetivo de describir y comparar las prevalencias en el consumo de tabaco, alcohol y drogas ilícitas, en estudiantes de una universidad chilena que cursaban primer y cuarto año de sus respectivas carreras. Otro objetivo del estudio fue determinar la asociación entre el consumo de tabaco de los estudiantes con el hábito de fumar de sus padres. Además, identificar el efecto de la restricción del consumo de tabaco y alcohol, impuesta en las dependencias de la universidad, en los hábitos de consumo de los estudiantes. Material y Métodos Diseño del estudio Estudio de corte transversal, analítico y comparativo. Definición de la población y de la muestra La población estuvo representada por 2.265 estudiantes de una universidad chilena, de los cuales 1.373 ingresaban a primero y 892 cursaban cuarto año, matriculados en el año 2009, de las cuatro facultades de la universidad, en las áreas de salud; educación y ciencias sociales; ingeniería y ciencias agropecuarias. En total, se consideraron 26 de un total de 34 carreras. Se seleccionó una muestra aleatoria, representativa, estratificada y proporcional según facultad, carrera, curso y género, correspondiendo a 305 estudiantes. El criterio de inclusión para la elección de las carreras fue que éstas tuvieran estudiantes matriculados en primero y cuarto año. De acuerdo a la distribución de la muestra según curso y facultad a la que pertenecían, se encontró que el mayor porcentaje de la muestra (33,7%), pertenecía a la facultad del área de ingeniería (FAI), luego la facultad del área de educación y ciencias sociales (FAECS) (31,5%), facultad del área de salud (FAS) (30,8%) y facultad del área de las ciencias agropecuarias ( FACA) (4%). En esta última, sólo la carrera de Agronomía, cumplía con los requisitos de inclusión. En relación a las características generales del grupo estudiado, se encontró que la edad promedio de los estudiantes correspondió a 19,4 y 22,5 años, en primero y cuarto año, respectivamente. De acuerdo a la distribución de los estudiantes según facultad y género, se observó que la FAI presentó el mayor porcentaje de varones (64%) 1574 y la FAS mostró el mayor porcentaje de mujeres (66%). Además tanto la FAECS como la FACA presentaron similares porcentajes de estudiantes de ambos géneros (P < 0,001). Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética en Estudios Humanos de la universidad. El consentimiento informado se obtuvo de acuerdo a las Normas de Experimentación en Humanos, Código de Ética de la Asociación Médica Mundial (Declaración de Helsinki)9. El estudio en terreno se efectuó en el mes de agosto de 2009. Medición del tabaquismo, alcohol y drogas ilícitas. El instrumento utilizado correspondió a la Encuesta CONACE 20083. Esta encuesta fue entregada a cada estudiante para su autoaplicación, solicitando colaboración voluntaria y firma de consentimiento informado, asegurándoles anonimato y confidencialidad. La información solicitada incluyó consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas (marihuana, cocaína y pasta base). Además de información sobre la edad, género, facultad y curso al que pertenecía cada estudiante. Se definió como consumidor de tabaco al estudiante que fumaba al menos un cigarrillo en el último mes. Esto fue medido en prevalencia mensual y número de cigarrillos. Se consideró como consumidor de alcohol, al estudiante que consumía al menos un vaso de alcohol en el último mes. Esto se expresó en prevalencia mensual y gramos de alcohol a la semana. Finalmente, se definió como consumidor de drogas ilícitas, al estudiante que hubiera consumido drogas al menos una vez durante el último mes. La aplicación de la encuesta fue supervisada por el equipo investigador. Análisis estadístico El análisis estadístico se efectuó a través del software estadístico STATA 10.0. Se utilizaron pruebas estadísticas no paramétricas de asociación (test chi-cuadrado) y de comparación (test de KruskalWallis), en el caso que las variables no presentaran una distribución normal. El nivel de significación utilizado correspondió al 5%10. Resultados La Tabla 1 muestra que existen diferencias significativas según facultad, con respecto al consumo de tabaco. El mayor porcentaje de estudiantes que Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580 artículos de investigación Consumo de drogas en estudiantes universitarios - G. Morales et al Tabla 1. Prevalencia de consumo de tabaco, alcohol y marihuana durante el último mes, según la facultad a la que pertenecen los estudiantes universitarios Variables FAI FAS FAECS FACA Total valor p n % n % n % n % n % Sí 40 38,8 16 17,0 40 41,7 4 33,3 100 32,8 No 63 61,2 78 83,0 56 58,3 8 66,7 205 67,2 Sí 72 70,0 47 50,0 65 67,7 8 66,7 192 63,0 No 31 30,0 47 50,0 31 32,3 4 33,3 113 37,0 Sí 40 38,8 15 16,0 38 39,6 4 33,3 97 31,8 No 63 61,2 79 84,0 58 60,4 8 66,7 208 38,2 Consumo de tabaco < 0,001 Consumo de alcohol < 0,05 Consumo alcohol y tabaco < 0,001 Consumo de marihuana Sí 8 7,8 1 1,0 13 13,5 0 0 22 7,2 No 95 92,2 93 99,0 83 86,5 12 100 283 92,8 < 0,01 FAI: Facultad del área de Ingeniería. FAS: Facultad del área de la Salud. FAECS: Facultad del área de la Educación y Ciencias Sociales. FACA: Facultad del área de las Ciencias Agropecuarias. Nota. Se aplicó el Test c2. fumó el último mes pertenecían a la FAECS. En relación al consumo de alcohol, la FAI presentó la mayor prevalencia. En cuanto al consumo de alcohol y tabaco fue significativamente mayor en la FAECS, seguida por la FAI. Situación muy similar se observa en las prevalencias de consumo de marihuana. Sin embargo, es importante destacar que la FAS es la que presentó las menores prevalencias en el consumo de tabaco, alcohol y tabaco-alcohol. En la muestra en estudio, ningún estudiante reportó haber consumido cocaína, pasta base u otras drogas ilícitas. En la Tabla 2 se destaca que los estudiantes de cuarto año, en comparación con los de primero, presentaron un mayor consumo de alcohol (P < 0,05). En cuanto a la edad de inicio del consumo de alcohol, sólo se observaron diferencias significativas al comparar las medianas de los estudiantes de primer año (16 años), con los de cuarto año (17 años) (P < 0,01). Sin embargo, los gramos consumidos por los estudiantes de primer año, son mayores que lo observado en los estudiantes de cuarto año, sin diferencias significativas (Tabla 3). La Tabla 4 muestra que los estudiantes de género femenino, en comparación con los de género masculino presentaron un menor consumo Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580 de tabaco, alcohol (P <0,001), tabaco-alcohol y marihuana (P < 0,05). Es importante destacar que las medianas del consumo de gramos de alcohol a la semana son muy similares entre estudiantes mujeres (15,5 g) y hombres (15,0 g). Al comparar el porcentaje de las estudiantes con respecto al consumo de alcohol según curso, se observa que existe un mayor porcentaje de mujeres que consume alcohol en cuarto año (61,5%), en comparación con las que cursan primero (46,7%) (P = 0,067). Además es importante mencionar que, al comparar el consumo de tabaco de acuerdo al género y el año que cursaban los estudiantes, se observó que las mujeres de cuarto año presentaron mayores porcentaje de consumo (51%), en comparación con los hombres del mismo curso (39,6%), aunque sin diferencias significativas (P = 0,349). Sin embargo, al comparar las mujeres fumadoras de primero vs cuarto año, sólo se observaron diferencias significativas en la FAECS (50% y 70%, respectivamente) (P < 0,05). La Figura 1 muestra el porcentaje de estudiantes fumadores y no fumadores, según la respuesta a la pregunta ¿alguien fuma en tu hogar? Se observa que el porcentaje de estudiantes que no fumaba se 1575 artículos de investigación Consumo de drogas en estudiantes universitarios - G. Morales et al Tabla 2. Prevalencia de consumo de tabaco, alcohol y marihuana durante el último mes, según el año que cursan los estudiantes universitarios Variables 1º año 4º año Total valor p n % n % n % Sí 56 30,6 44 36,0 100 32,8 No 127 69,4 78 64,0 205 67,2 Sí 106 58,0 86 70,5 192 63,0 No 77 42,0 36 29,5 113 37,0 Sí 55 30,0 42 34,4 97 31,8 No 128 70,0 80 65,6 208 68,2 Consumo de tabaco NS Consumo de alcohol < 0,05 Consumo de tabaco y alcohol NS Consumo de marihuana Sí 13 7,1 9 7,4 22 7,2 No 170 92,9 113 92,6 283 92,8 NS NS: no significativo. Nota. Se aplicó el Test c2. Tabla 3. Comparación de las mediana de edad de inicio del consumo de tabaco, alcohol y marihuana en el último mes, según año que cursan los estudiantes universitarios Variables 1º año Md (p25-p75) 4ºaño Md (p25-p75) n = 56 n = 44 Edad de inicio 16 (14-17) 16 (15-18) NS Nº de veces a la semana 5 (4- 7) 7 (3-15) NS Nº de cigarrillos a la semana 10 (5-20) 10 (5-20) NS Consumo de alcohol n = 106 n = 86 Edad de inicio 16 (15-17) 17 (15-18) Gramos a la semana 16 (9-30) 14,5 (12- 22,5) Consumo de marihuana (n = 22) n = 13 n=9 Edad de inicio 18 (16-18) 17 (17-18) Consumo de tabaco (n = 100) (n = 192) valor p < 0,01 NS NS Md: mediana; p25: percentil 25; p75: percentil 75; NS: no significativo. Nota. Comparación de medianas a través del Test de Kruskal Wallis. asoció significativamente con el hecho que nadie fumaba en su hogar (P < 0,001). Es importante mencionar que al preguntarle a los estudiantes fumadores si la restricción al interior de la universidad, había disminuido su consumo, sólo 39% señaló que “sí” y, al preguntarles a los estudiantes bebedores de alcohol, sólo 1576 38% señaló que la restricción en la universidad había hecho disminuir su consumo. Discusión Los estudiantes de la FAS fueron los que presentaron las menores prevalencias del consumo Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580 artículos de investigación Consumo de drogas en estudiantes universitarios - G. Morales et al Tabla 4. Prevalencia de consumo de tabaco, alcohol y marihuana durante el último mes, según el género de los estudiantes universitarios Variables Femenino Masculino Total valor p n % n % n % Sí 47 30,0 53 35,8 100 32,8 No 110 70,0 95 64,2 205 67,2 Sí 83 52,9 109 73,6 192 63,0 No 74 47,1 39 26,4 113 37,0 Sí 45 28,7 52 35,1 97 31,8 No 112 71,3 96 64,9 208 68,2 Consumo de tabaco NS Consumo de alcohol < 0,0001 Consumo de tabaco y alcohol NS Consumo de marihuana Sí 7 4,5 15 10,1 22 7,2 No 150 95,5 133 89,9 283 92,8 P < 0,05 NS: no significativo. Nota. Se aplicó el Test c2. Figura 1. Comparación del porcentaje de estudiantes fumadores y no fumadores, según la presencia o ausencia de algún fumador en su hogar (P < 0,001). mensual de tabaco, alcohol, tabaco-alcohol. Por el contrario, la FAECS fue la que presentó las mayores prevalencias en cuanto al consumo de tabaco-alcohol y marihuana en el último mes y la FAI fue la que obtuvo la mayor prevalencia en cuanto al consumo de alcohol. El comportamiento de los estudiantes de la FAS podría explicarse porque los estudiantes que postulan a carreras relacionadas con ésta área pudieran tener un mayor conocimiento e interés Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580 por estilos de vida saludables, en comparación con los estudiantes de otras carreras. Estos resultados coinciden con los reportados recientemente en estudiantes universitarios de Grecia, en los cuales un menor porcentaje de estudiantes de medicina consumía alcohol y tabaco, en comparación con estudiantes de otras facultades4. Por otra parte, los resultados del presente estudio también son similares a otros estudios realizados en Chile, que han encontrado que los estudiantes de medicina 1577 artículos de investigación Consumo de drogas en estudiantes universitarios - G. Morales et al fuman menos que el resto de la juventud chilena y que los estudiantes de medicina de otros países, como Estados Unidos de Norteamérica7,11-15. Las prevalencias del consumo de tabaco, alcohol, tabaco-alcohol y marihuana son mayores en los estudiantes que cursaban cuarto año, en comparación con lo de primero. Sin embargo, en cuanto a los gramos de alcohol consumidos por los estudiantes de primer año, fueron mayores que lo observado en los estudiantes de cuarto año, sin diferencias significativas. Este hecho podría explicarse por el tipo de bebida alcohólica consumida, ya que en primer año estarían consumiendo bebidas de mayor grado alcohólico. Estos resultados concuerdan con otros estudios que señalan que aquellos alumnos que cursaban primer año presentaron menor consumo de tabaco y alcohol5. También concuerdan con otro estudio realizado en universitarios de la carrera de Medicina en Colombia6. Los estudiantes de género femenino presentaron un menor consumo de tabaco, tabaco-alcohol, alcohol y marihuana, siendo significativas las diferencias para estas dos últimas. Además es importante mencionar que, al comparar el consumo de tabaco de acuerdo al género y al año que cursaban los estudiantes, se observó que las mujeres de cuarto año son las que presentaron las mayores prevalencias de consumo, en comparación con los hombres del mismo curso, situación que coincide con otros estudios efectuados en Chile5. Sin embargo, al comparar las mujeres fumadoras de primero vs cuarto año, sólo se observaron diferencias significativas en la FAECS, en las cuales la prevalencia de consumo fue mayor en las que cursaban cuarto año. Con respecto al consumo de tabaco, al comparar nuestros resultados con los del estudio CONACE 2008 (en personas que declararon que su actividad principal era estudiar en alguna universidad o instituto), la prevalencia del CONACE fue de 56,7 en hombres y 51,4% en mujeres3. En el presente estudio las prevalencias son menores, de 30% y 35,8% en mujeres y hombres, respectivamente. No obstante, estos resultados son similares a otro estudio realizado en universitarios chilenos5. Además se ha observado en trabajos realizados en países europeos, que los estudiantes de género femenino presentan un menor consumo de tabaco y alcohol4. La situación opuesta ha sido descrita en diversos estudios efectuados en universitarios 1578 chilenos, que señalan que la prevalencia de tabaquismo es mayor en las mujeres16,17. Es destacable el hecho que, de los estudiantes que refieren que “Nadie fuma en el hogar”, el 79,8% corresponde a estudiantes “No fumadores”. De esto se puede inferir que provenir de una familia no fumadora es un factor protector para los estudiantes, lo que coincide con otras investigaciones18,19. Por otra parte, la restricción del consumo de tabaco y alcohol en la universidad, da cuenta de 39 y 38% de disminución del consumo de tabaco y alcohol, respectivamente. Esto podría indicar un efecto preventivo menor en los estudiantes universitarios. Con respecto al consumo de alcohol en el último mes, la prevalencia del CONACE 2008 fue de 77,4 y 71,6%, en hombres y mujeres, respectivamente (en personas que declararon que su actividad principal era estudiar en alguna universidad o instituto) y en el presente estudio la prevalencia obtenida fue de 73,6 y 52,9%, en hombres y mujeres, respectivamente, observándose que la prevalencia en hombres encontrada en nuestro estudio es bastante similar a la del CONACE, sin embargo, la prevalencia en mujeres es bastante inferior. No obstante, en nuestro estudio se observó que el consumo de gramos de alcohol a la semana es muy similar entre estudiantes mujeres y hombres. Este hecho podría explicarse por el tipo de bebida alcohólica consumida, ya que las estudiantes estarían consumiendo bebidas de mayor grado alcohólico. Esto concuerda con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud 2009, que señala que no existen diferencias en el consumo de gramos de alcohol entre hombres y mujeres de 15 a 24 años2. La situación opuesta se evidenció en otro estudio realizado en universitarios chilenos, encontrándose un mayor consumo de gramos de alcohol en los estudiantes hombres5. En relación a las prevalencias en el consumo de marihuana durante el último mes, se obtuvo 10,1% y 4,5% en hombres y mujeres, respectivamente, valores que son bastante similares a los obtenidos en estudiantes de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile (5,1%), sin diferencias significativas por género ni por curso20. No obstante, estos valores son inferiores a las obtenidas por CONACE 2008, que reportó 22,3% en hombres y 11,6% en mujeres. Estos valores podrían explicarse por una probable subdeclaración del consumo, en especial referente a drogas Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580 artículos de investigación Consumo de drogas en estudiantes universitarios - G. Morales et al ilícitas, que podría subestimar la real magnitud del consumo de drogas3,17. Nuestro estudio representa un aporte al diagnóstico de los estilos de vida de los estudiantes universitarios, que evidencian un aumento en las prevalencias en el consumo de tabaco, alcohol y marihuana, al comparar estudiantes de primer y cuarto año. Estos hallazgos invitan a implementar políticas tendientes a potenciar a la universidad como un entorno promotor de la salud de la comunidad educativa y de la sociedad en conjunto. Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de promover estrategias en la comunidad educativa, a través de programas efectivos de educación en prevención del consumo de drogas, focalizados y diferenciados por facultad, curso y género. Por otra parte, nos parece necesario abordar un plan adecuado de comunicación para la salud, que incluya aspectos culturales, sociales, políticos e interculturales21-23. Agradecimientos: Los autores agradecen a la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, Departamento de Investigación (DI) de la Universidad de Chile, por el financiamiento del Proyecto SOC 09/09-1, gracias a lo cual ha sido posible comenzar esta línea de investigación emergente. Los datos del presente manuscrito forman parte de la tesis de Gladys Morales Illanes, como uno de los requisitos con los cuales obtuvo el grado académico de Magíster en Nutrición y Alimentos con mención en Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades Crónicas Asociadas a la Nutrición, en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), de la Universidad de Chile; codirigida por los profesores Mg. Daniza Ivanovic y Dr. Carlos del Valle Rojas. Además se agradece a la Srta. Cecilia Retamal y a la Srta. Elizabeth Loaiza por su valioso aporte en la presente investigación. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. Referencias 16. 1.Organización Mundial de la Salud (OMS). Informe sobre la salud en el mundo 2002. Reducir los riesgos y promover una vida sana. Ginebra. 2. Ministerio de Salud. Encuesta Nacional de Salud 2009. Disponible en: http://www.redsalud.gov.cl/portal/ docs/page/minsalcl/g_home/submenu_portada_2011/ ens2010.pdf [consultado el 01 de junio 2010]. 3. Consejo Nacional para Estupefacientes (CONACE). Rev Med Chile 2011; 139: 1573-1580 17. 18. Octavo Estudio Nacional de drogas en población general de Chile. 2008. Comunicación personal con Sr. Esteban Pizarro, 13 de junio 2010. Tirodimos I, Georgouvia I, Savvala TN, Karanika E, Noukari D. Healthy lifestyle habits among Greek university students: differences by sex and faculty of study. East Mediterr Health J 2009; 15 (3): 722-8. Durán S, Castillo M, Vío F. 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ANALÍA SORIA DE GONZÁLEZ1,a, LILIANA TEFAHA2,c, ROSA GUBER1,b, NILDA ARIAS1,b, CLAUDIO ROMERO2, MATEO MARTÍNEZ2,c, MARTA VALDIVIA1,b, NOEMI SANDOVAL1,b, ROXANA TOLEDO2,c, MARÍA CZEJACK2,c Total prostatic specific antigen levels among subjects exposed and not exposed to arsenic in drinking water Background: There is an association between arsenic exposure and prostatic cancer mortality. Aim: To analyze and to compare the serum levels of total prostatic specific antigen (TPSA) in asymptomatic men of a rural zone, exposed and not exposed to high concentrations of arsenic (As) in drinking water. Material and Methods: The study included 161 men that were subjected to a clinical evaluation, serum TPSA determination and a trans rectal ultrasonography. Exposed and non-exposed subjects were divided in groups GA, GB and GC according to TPSA levels (<4 ng/ml, 4.1-10 ng/ml and >10.1 ng/ml respectively). Results: Exposed and non-exposed subjects had similar TPSA levels. Among exposed subjects, 88.2, 8,8 and 3% were ascribed to groups GA, GB and GC respectively. The figures for non-exposed subjects were 90. 6, 6,3 and 3,1%. The area under the receiver operating characteristic (ROC) curve for TPSA in exposed and non-exposed subjects was 0.64 (95% confidence intervals (CI) 0.40-0.9) and 0.71 (95% CI 0.6-0.8) respectively. Conclusions: No differences in TPSA levels between subjects exposed and non-exposed to arsenic were observed in this study. (Rev Med Chile 2011; 139: 1581-1587). Key words: Antigens, neoplasm; Arsenic; Prostatic neoplasms. E l cáncer de próstata (CP) es el cáncer más comúnmente diagnosticado en el sexo masculino y después del de pulmón, es la segunda causa de muerte por cáncer. Su incidencia y mortalidad continúan en aumento, conformando un importante problema de salud pública, en estrecha relación con el aumento de la longevidad poblacional1. Hay factores de riesgo involucrados en su desarrollo, siendo los más importantes la edad (es una patología de hombres mayores), la etnia y la historia familiar2. El antígeno prostático específico total (APET) es un marcador tumoral Laboratorio de Patología Molecular, Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. 2 Unidad de Práctica Final Obligatoria. Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. a Doctora en Bioquímica. b Bioquímica. c Diplomado en Educación Médica. 1 Fuente de apoyo: Trabajo financiado por el Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Tucumán (CIUNT) Proyecto I 417 y por el Programa de Voluntariado Universitario de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la República Argentina. No hay conflicto de intereses de ninguno de los autores. Recibido el 15 de noviembre de 2010, aceptado el 4 de octubre de 2011. Correspondencia a: Dra. Analía Soria de González Santiago 1316 PB San Miguel de Tucumán Argentina 4000. E-mail: draanaliasoria@ arnet.com.ar draanaliasoria@yahoo. com.ar útil para la evaluación del paciente con CP en los distintos estadíos de la enfermedad. La determinación sérica de este marcador es el responsable del aumento de la incidencia de este cáncer en las últimas dos décadas3. La utilidad y aplicación del APET en los programas de detección precoz ha sido cuestionada debido a que, si bien se podría reducir las muertes por CP, se debe considerar los riesgos que se generan por la detección temprana y los tratamientos que reciben los hombres quienes podrían tener un cáncer indolente que no representa una amenaza de vida para el paciente4. 1581 artículos de investigación Antígeno prostático específico sérico en varones expuestos y no expuestos a arsénico - A. Soria de González et al Numerosos trabajos han documentado la falta de especificidad del APET, ya que se encontraron aumentos de este marcador en patologías benignas, como hiperplasia prostática benigna (HPB) y prostatitis5. La Sociedad Americana del Cáncer recomienda que los hombres asintomáticos, quienes tienen una expectativa de vida mayor a 10 años, debieran tener la oportunidad de participar en los programas de detección precoz, bajo consentimiento informado, siempre que hayan recibido la información sobre las incertidumbres, los riesgos y los beneficios asociados6. El 25-35% de los hombres con niveles moderadamente elevados de APET (4-10 ng/mL) a los que se les realizaron biopsias, se les detectó la presencia de CP. Cuando los niveles de APET son mayores a 10 ng/mL la especificidad del marcador es mayor a 50%7. El APET en circulación corresponde aproximadamente a la suma del APE acomplejado y el libre. La principal aplicación clínica del APE libre (APEL) es la reducción de biopsias innecesarias en hombres con niveles de APET entre 4 y 10 ng/mL. Asimismo, se recomienda la determinación del APEL para diferenciar HPB de CP en individuos con niveles menores a 10 ng/mL y EDR negativo8,9. Existen otros factores que estarían involucrados en la carcinogénesis del CP. Particularmente, fue documentada la relación entre la exposición al arsénico (As) y el aumento de la tasa de mortalidad por CP en países con esta problemática, como China, India, Estados Unidos de Norteamérica (USA), Taiwan10,11. En el este de la provincia de Tucumán, el arsenicismo crónico configura un grave problema de salud pública y de alta importancia social, que incide en comunidades pobres y con un nivel de instrucción limitado. El As llega al organismo a través de agua contaminada con concentraciones elevadas de este metaloide, lo que implica que grandes grupos poblacionales pueden ser afectados por sus efectos nocivos, a medida que se acumula en el organismo12. En relación a su letalidad potencial, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, clasifica al As como carcinógeno del grupo A13 y el Centro de Investigaciones sobre Cáncer lo incluye en el grupo I, indicando en ambos casos que el agente es carcinógeno para los seres humanos14. Estudios experimentales realizados en líneas celulares de células epiteliales prostáticas humanas que fueron expuestas al As, sufrieron transformación maligna demostrando que el As en estas condiciones, in1582 duce la carcinogénesis15. La mortalidad por cáncer broncopulmonar, vejiga urinaria, vías urinarias, riñón, hepático y piel aumenta por la exposición crónica a As, la cual no es modificada por exposición prenatal o perinatal a este elemento16,17. El objetivo del presente trabajo fue analizar y comparar los niveles séricos del APET en hombres residentes en una zona rural, asintomáticos, expuestos y no expuestos a concentraciones elevadas de arsénico en el agua de consumo. Pacientes y Métodos Población estudiada Este trabajo corresponde a un estudio descriptivo de corte transversal, de carácter exploratorio. Fue realizado entre los años 2005 y 2009 en una población rural en el departamento de Graneros de la provincia de Tucumán, Argentina, en donde la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) posee unidades docente asistenciales permanentes denominadas Pasantías Rurales, pertenecientes a la Facultad de Medicina. Se realizaron entrevistas individuales confeccionadas ad-hoc, con datos demográficos y urológicos, a 221 varones mayores de 50 años que habitaban en forma permanente por más de 10 años, previo consentimiento por escrito, explicándoles la finalidad de este estudio y las controversias relacionadas con la determinación del APET en la detección precoz del CP. Como criterios de exclusión se tuvieron en cuenta: negativa a la entrevista, al examen físico o a la extracción sanguínea, diagnóstico previo de CP o cualquier condición que alterara la determinación del APET, tales como infección o inflamación de la próstata, tacto rectal u otros estudios que involucren manipulación prostática en la semana previa a la extracción de sangre. Se seleccionaron 161 hombres asintomáticos, los cuales fueron citados a los lugares de referencia con una muestra de agua de pozo domiciliario, recolectada en frascos de plástico limpios, las cuales fueron remitidas al Laboratorio de Patología Molecular de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT, en donde se cuantificó la concentración de As. A todos los pacientes bajo estudio, se les realizó historia clínica completa y determinación del APET y APE libre. El estudio se completó con la ecografía vesico-prostática pre y post miccional y en los casos que lo requirieron se realizó biopsia ecodirigida transrectal. Rev Med Chile 2011; 139: 1581-1587 artículos de investigación Antígeno prostático específico sérico en varones expuestos y no expuestos a arsénico - A. Soria de González et al Recolección de muestras y métodos de laboratorio La determinación de As fue realizada según el método cuantitativo modificado de Gutzei, en donde el elemento As forma hidruro de arsénico que reacciona con el dietilditiocarbamato de plata para dar un compuesto rojizo, cuya intensidad de color, medida fotométricamente a 530 nm, es proporcional a la concentración de As presente en la muestra de agua (GT lab). Las muestras de sangre venosa fueron colectadas en tubos libres de anticoagulantes y dejadas coagular espontáneamente 30 minutos a 37º C, separándose el suero por centrifugación, conservado a -20º C hasta su uso. La determinación sérica del APET y APEL consiste en un análisis cuantitativo automatizado con metodología ELFA (Enzyme-Linked Fluorescent Assay) en un analizador MINIVIDAS de Laboratorio Biomerieux. Los valores de referencia de normalidad son entre 0 y 4,0 ng/ml. Análisis Estadístico Se realizó un análisis descriptivo de las variables. El contraste de normalidad se realizó con el test de Shapiro-Wilks. Para el análisis estadístico utilizamos distribuciones de frecuencia, media o mediana dependiendo del tipo de distribución: paramétrica mediante el test t de Student o no paramétrica con el test Mann-Whitney U. Los valores de corte del APET en hombres expuestos y no expuestos a niveles elevados al As en el agua de consumo se determinaron mediante las correspondientes curvas ROC y su área bajo la curva (ABC). El análisis estadístico se efectuó mediante el programa Statistical Package for Social Sciences (SPSS 17.0) para Windows. Se estableció una asociación estadísticamente significativa cuando se halló un valor de p < 0,05. edad promedio de los hombres del GEx y Grupo No Expuesto (GNoEx) fue de 59,1 ± 7,1 y 61,4 ± 8,9 años, respectivamente. Ambos grupos fueron divididos en GA, GB y GC según si los niveles del APET fueron menores o iguales a 4 ng/mL, entre 4,1 y 10 ng/mL o mayor a 10,1 ng/mL. El GA fue subdividido en GA1 y GA2. El GA1 correspondió a varones sin patologías prostáticas y el GA2 a varones con niveles normales de APET a los que les fueron diagnosticados patologías prostáticas benignas. En el GEx el 70,6% pertenecía al grupo GA 1; 17,6% al GA 2; 8,8% al GB y 3,0% al GC. En el GNoEx 78,0% pertenecían a los GA 1; 12,6% al GA 2; 6,3% al GB y 3,1% al GC. Cuando se analizaron los niveles del APET en el GAEx y GANoEx no se encontraron diferencias significativas entre los que tenían o no patologías prostáticas. Cuando se evalúa el GAEx y el GANoEx completo se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (p < 0,03) (Tabla 1). En la Figura 1 puede observarse el diagrama de caja correspondiente. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los niveles del APET en el GBNoEx y GBEx (Tabla 1). No se comparó el GC ya que hay un solo paciente expuesto que pertenece a este grupo (Tabla 1). Para determinar el mejor punto de corte del APET en hombres expuestos y no expuestos a niveles elevados al As en el agua de consumo se estimó el área bajo la curva ROC (Tabla 2). El área bajo la curva del APET en GNoEx fue de 0,71 IC 95% (0,58-0,84) (Figura 2). El área obtenida bajo la curva del APET en GEx fue de 0,64 IC 95% (0,400,88) (Figura 3). Tabla 1. Valores medios ± desviación estándar de APET (ng/mL) en varones que consumen (expuestos) y no consumen (no expuestos) agua contaminada con As Resultados Se analizaron los niveles de As en las muestras de agua de consumo de la población estudiada de las cuales 34 (21,1%) tenían valores de As mayores a 0,01 mg/L y 127 (78,9%) tenían niveles permitidos para el consumo. El valor promedio + desviación estándar del As dosado del Grupo Expuesto (GEx) fue de 0,155+0,170 mg/L. La concentración máxima medida fue de 0,820 mg/L. La Rev Med Chile 2011; 139: 1581-1587 N Expuestos N No expuestos GA 30 0,91 ± 0,55* 115 1,14 ± 0,82* GB 3 6,43 ± 1,37** 9 6,59 ± 1,69** GC 1 14,5 3 23,2 ± 2,41 *(p < 0,03). **(no significativo). GA: varones con APET sérico < o igual a 4 ng/mL. GB: varones con APET sérico entre 4,1 y 10 ng/mL. GC: varones con APET sérico > a 10,1 ng/mL. N: número de personas estudiadas. 1583 artículos de investigación Antígeno prostático específico sérico en varones expuestos y no expuestos a arsénico - A. Soria de González et al Figura 1. Niveles Séricos del APET en el GA No Ex y Ex a concentraciones elevadas de As en el agua de bebida. Tabla 2. Sensibilidad y especificidad para distintos puntos de corte de APET en varones que consumen (expuestos) y no consumen (no expuestos) agua contaminada con As Expuestos No expuestos PC (ng/mL) S (%) E (%) PC (ng/mL) S (%) E (%) > 1,40 50 79 > 1,35 61 71 > 1,93 40 92 > 2,35 50 90 > 2,80 40 100 > 4,05 43 100 PC: punto de corte; S: sensibilidad; E: especificidad. Figura 2. Curva ROC para los niveles séricos de APET en varones No Expuestos a concentraciones elevadas de As. 1584 Figura 3. Curva ROC para los niveles séricos de APET en varones Expuestos a concentraciones elevadas de As. Rev Med Chile 2011; 139: 1581-1587 artículos de investigación Antígeno prostático específico sérico en varones expuestos y no expuestos a arsénico - A. Soria de González et al Discusión En Argentina la mortalidad por todos los tumores representó, en el año 2004, 20% de las causas de muerte, ocupando el segundo lugar. La mortalidad proporcional en varones de la Provincia de Tucumán corresponde en primer lugar a enfermedades del sistema circulatorio con 20,9% seguido por los tumores malignos con 16,3%. Las defunciones por tumores malignos en Tucumán corresponden en primer lugar al de CP con 135 muertes18. El arsenicismo crónico configura un grave problema de salud pública y alta importancia social ya que incide en comunidades pobres de la región este de la provincia de Tucumán12. El As ingerido en el agua de consumo es un agente carcinógeno, el cual es metabolizado y excretado por la orina como As, ácido monometilarsónico (MMA) y ácido dimetilarsínico (DMA). Un aumento del porcentaje de excreción del MMA es asociado con cáncer de piel, pulmón y vejiga en las personas expuestas19-21. El consumo de niveles elevados de As en el agua de bebida aumenta el riesgo de cáncer de vejiga, pulmón y riñón en hombres expuestos de Argentina y Chile16,22. En la población de Tucumán que consume agua contaminada con As, las lesiones en piel son las manifestaciones más comúnmente observadas. La hepatomegalia no es una manifestación frecuente y, en los pacientes que las presentaron, las alteraciones bioquímicas fueron compatibles con la presencia de un patrón colestásico23. En hombres que se encuentran expuestos y no expuestos al consumo de As en el agua de bebida la detección precoz de CP, puede acotar la severidad de este problema y el alto costo económico-social que produce. Por ello, en este trabajo se incluyeron varones asintomáticos expuestos y no expuestos a concentraciones elevadas de As en el agua de bebida, cuya distribución según los niveles del APET fue similar. Los porcentajes de CP en los grupos expuestos y no expuestos fueron de 3,0% y 3,1% respectivamente. Las primeras publicaciones en que se documentó la asociación entre mortalidad por CP y consumo de arsénico inorgánico, pertenecen a Chen y col en 1988 en Taiwán24. La mortalidad fue casi seis veces mayor que en la población general en el grupo expuesto a niveles altos de As en el agua de bebida (mayor o igual a 0,60 ppm). Cuando los niveles fueron estratificados (< 0,30 ppm, 0,30-0,59 ppm y mayor o igual a 0,60 ppm) encontraron una relación Rev Med Chile 2011; 139: 1581-1587 dosis-respuesta significativa entre los niveles de As y la mortalidad por CP ajustada por la edad. En un estudio de cohorte realizado en una población de Estados Unidos de Norteamérica se encontró una mortalidad significativamente elevada de CP en la población expuesta al As en el agua de bebida25. En otro estudio, en Australia, la relación de incidencia estandarizada en áreas con niveles elevados de As fue significativamente mayor para CP26. En este trabajo no se encontró evidencia de asociación entre exposición a niveles de As en el agua de consumo y CP, probablemente porque el promedio de consumo de As en la población es baja (0,16 mg/mL) y el aumento de la mortalidad documentada por otros autores está en relación con la dosis consumida. El APET no fue capaz de diferenciar en los hombres con niveles menores o iguales a 4 ng/mL la presencia de patologías prostáticas entre los grupos expuestos y no expuestos. Cuando se analizaron los niveles séricos del APET en este grupo, se encontró que en la población expuesta las concentraciones fueron significativamente menores que en la población no expuesta. Existen evidencias experimentales que indican que el As puede causar efectos adversos sobre la función testicular, como pérdida de peso del testículo, disminución de la cantidad de esperma, y disminución de la actividad de 17β-hidroxiesteroide deshidrogenasa en ratones expuestos crónicamente a 4 ppm de As en el agua de bebida27. Como la secreción y concentración en sangre del APET es dependiente de los niveles de andrógenos, las diferencias observadas entre la población expuesta y no expuesta podrían explicarse por el efecto biológico del As sobre los niveles de la testosterona28. Para un valor de corte de 1,4 ng/mL la población no expuesta tiene una mejor sensibilidad (60%) para diferenciar patologías prostáticas que la población expuesta (50%), manteniendo en ambos grupos una especificidad similar. En una población de hombres entre 50 y 70 años, 8 a 9% tienen niveles de APET mayores o iguales a 4,0 ng/mL, 11 a 12% tienen valores mayores o iguales a 3 ng/mL y casi el 20% tienen valores mayores o iguales a 2,0 ng/mL29. El APET sólo no predice CP, por lo tanto, no se debe indicar con este único parámetro la realización de biopsia prostática, ya que algunos cánceres diagnosticados son de bajo riesgo, no causando impacto en la expectativa de vida30. El uso de los valores de corte determinados en este trabajo aumenta la sensibilidad para de- 1585 artículos de investigación Antígeno prostático específico sérico en varones expuestos y no expuestos a arsénico - A. Soria de González et al tectar CP, sin embargo, aumentaría el número de biopsias innecesarias. Catalona y col demostraron que 20% de hombres con niveles entre 2 y 4 ng/mL tenían CP en la biopsia31. La prevalencia documentada de CP en hombres con edades comprendidas entre 62 y 91 años fue de 6,6%, 10%, 17%, 23,9% y 26,9% con niveles de APET entre 0 y 0,5 mg/mL, 0,6 y 1,0 mg/mL, 1,0 y 2,0 mg/mL, 2,1 y 3,0 mg/mL y 3,1 a 4,0 mg/mL, respectivamente32. Aunque el tamaño de la muestra de nuestro estudio no nos permite plantear una conclusión definitiva, nos permite sugerir que el consumo crónico de As en el agua de bebida afecta la expresión del APET en los varones con niveles menores o iguales a 4 ng/mL, no encontrando evidencias de asociación entre la exposición al As y cáncer de próstata.Asimismo, es importante considerar en la evaluación urológica que la determinación del APET como método diagnóstico de CP en estadíos tempranos y potencialmente curable requiere de estudios complementarios, como el porcentaje del APE libre, el tacto rectal y la ecografía transrectal. 8. 9. 10. 11. 12. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Jemal A, Siegel R, Ward E, Hao Y, Xu J, Thun M. Cancer statistics, 2009. CA Cancer J Clin 2009; 59: 225-49. Schmid HP, Engeler DS, Pummer K, Schmitz-Dräger BJ. Prevention of prostate cancer: more questions than data. Recent Results Cancer Res 2007; 174: 101-7. 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Chile. 3 Programa de Virología, Instituto de Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. 4 Departamento Medicina Interna. Clinica Las Condes. 1 Recibido el 29 marzo de 2011, aceptado el 17 agosto de 2011. Correspondencia a: Marcelo Miranda Lo Fontecilla 441 Santiago, Chile. Fax: 5626108245 E-mail: marcelomirandac@ gmail.com L MARCELO MIRANDA C.1, JUAN PABLO TORRES T.2, CARMEN LARRAÑAGA L.3, GUILLERMO ACUÑA L.4 Meningomyelitis associated with infection by human herpes virus 7. Report of two cases Human herpesvirus 7 (HHV-7) may cause encephalomyelitis in immunocompetent adults. We report two patients infected by the virus. A 34-year-old male presenting with paraparesis and a sensitive deficiency located in D6 dermatome. Cerebrospinal fluid had 35 white blood cells per mm3 and 75 mg protein per dl. A PCR-microarray examination was positive for HHV-7. The patient was treated with prednisolone and ganciclovir with full recovery. A 27-year-old male presenting with headache, fever and diarrhea. Cerebrospinal fluid analysis showed 160 cells per mm3 and 75 mg protein per dl. Viral RNA detection was positive for HHV-7. The patient was managed with analgesia and rest and was discharged with the diagnosis of viral meningitis. Our comunication supports the notion that HHV-7 may be considered as pathogen factor in humans, even in immunocompetent ones. (Rev Med Chile 2011; 139: 1588-1591). Key words: Encephalomyelitis; Herpesvirus 7, human; Meningitis, viral. os virus de la familia Herpesviridae como varicela zoster (VVZ), herpes simplex 1 y 2 (VHS-1 y VHS-2) y el citomegalovirus (CMV), son virus neurotrópicos que pueden afectar al sistema nervioso central (SNC). Los virus herpes humano 6 y citomegalovirus pueden ser patógenos, especialmente en pacientes inmunocomprometidos. Las manifestaciones más comunes de los herpes virus incluyen encefalitis, queratitis y trastornos de nervios periféricos (VHS-1); meningoencefalitis en neonatos y meningitis en adultos (VHS-2). La reactivación del VVZ, produce herpes zoster y complicaciones del SNC como mielitis, encefalitis, neuropatia craneal y vascultis focales1. Desde hace menos de 9 años, ha llamado la atención el rol patógeno del virus herpes humano 7 (VHH-7) inicialmente en población pediátrica causando cuadros de convulsiones febriles, epilepsia y encefalitis y en un individuo adulto inmunocompetente una encefalomielitis2,3. Posteriormente 1588 se ha descrito por Ginanneschi y cols. un paciente inmunocompetente con mielitis y con infección concomitante por citomegalovirus4. En nuestro conocimiento, no existen en la literatura más de 3 casos comunicados y ninguno en hispanoamérica de compromiso del SNC por VHH-7. Presentamos 2 pacientes adultos inmunocompetentes con manifestaciones neurológicas asociadas a la detección de VHH-7 en líquido cefalorraquídeo (LCR), mediante técnicas de diagnóstico molecular. Caso 1 Un hombre de 34 años de edad, ingeniero, previamente sano, presentó en el curso de 24 horas, fiebre, retención urinaria, debilidad de las extremidades inferiores y déficits sensoriales irregulares en el tórax y abdomen. Como único antecedente, comunicó una tos leve los últimos 4-5 días antes de admisión a la clínica. Una evaluación urológica descartó uropatía obstructiva. Al examen neu- casos clínicos Meningomielitis asociado a VHH-7 - M. Miranda et al rológico estaba alerta, febril (38ºC), sin déficits en nervios craneales. La fuerza en los miembros superiores era normal, pero se observó una debilidad moderada en las extremidades inferiores con incapacidad para levantarse desde una posición sentada. Los reflejos plantares eran extensores, había déficit sensorial en la parte posterior del cuello y a nivel del dermatoma D6. Los exámenes de rutina: hemograma, velocidad de sedimentación, proteína C reactiva, hemocultivos y urocultivos fueron negativos El análisis del LCR mostró 35 glóbulos blancos por mm3, con predominio de células mononucleares. La proteínorraquia fue 75 mg/dl. No se detectaron bandas oligoclonales. La detección de ARN viral por técnica de PCRMicroarray (Entherpex®, Genomica, España), fue positiva en el LCR sólo para VHH-7. Los herpes virus VHS-1, VHS-2, VHH-6, Epstein-Barr, VVZ, citomegalovirus y también anterovirus fueron negativos. El test para VIH y HTLV-1 fue negativo, así como pruebas inmunológicas para vasculitis y test serológico para Mycoplasma pneumoniae. La resonancia magnética (RNM) cerebral fue normal y la RNM de médula evidenció lesiones inflamatorias, difusas, extensas en los segmentos cervical, y dorsal de la médula (ver Figuras). Se inició metilprednisolona 1 g al día durante 3 días y ganciclovir iv 300 mg al día. A las 48 h el paciente recuperó la fuerza en extremidades por completo; la retención urinaria persistió por 1 mes para resolverse por completo en el segundo mes de seguimiento. El control de LCR a los 10 días mostró una PCR negativa para virus de la familia Herpesviridae. Se observaron 15 células con proteinas en rango normal. La repetición de la PCR en la muestra inicial de LCR, tomada al ingreso, también fue negativa. El diagnóstico de alta fue mielitis viral asociada a HHV-7. Los controles posteriores a los 6 meses de evolución evidenciaron un paciente sano, sin signos de haber desarrollado inmunodeficiencia. Figura 1. Secuencia T2 corte sagital de Resonancia Magnética de columna cervical que muestra imágenes hiperintensas en 2 segmentos extensos compatibles con lesiones inflamatorias. Figura 2. Secuencia Flair corte axial de Resonancia Magnética columna dorsal que muestra imagen hiperintensa en prácticamente una mitad de la medula espinal. Rev Med Chile 2011; 139: 1588-1591 1589 casos clínicos Meningomielitis asociado a VHH-7 - M. Miranda et al Caso 2 Un hombre de 27 años, publicista, previamente sano, presentó cuadro de de 5 días de duración caracterizada por cefalea persistente, fiebre (38,5ºC), malestar general y diarrea. En el examen estaba alerta, sin anormalidades en el examen neurológico; en particular no se detectaron signos meníngeos. El hemograma, velocidad sedimentación, proteina C reactiva y otros cultivos fueron normales. El LCR mostró 160 células, predominio mononucleares y la proteína fue de 75 mg/dl. La deteccion viral por PCR-Microarray (Entherpex®, Genomica, España) identificó VHH-7 en LCR; el mismo test fue negativo en sangre y también negativo al repetirlo al cabo de 1 semana en la muestra inicial de LCR. HIV y HTLV-1 fueron negativos. El paciente fue manejado con analgésicos y reposo con muy buena evolución en 48 hrs, dándose de alta con diagnóstico de meningitis viral por HHV-7. El control ambulatorio posterior hasta 6 meses no mostró ninguna complicación inmunitaria y un excelente estado de salud. Discusión Estos 2 casos sugieren la posibilidad que el VHH-7 pueda asociarse a patología neurológica en individuos inmunocompetentes, hecho escasamente reconocido en la literatura. La sintomatología puede variar en intensidad pudiendo afectar seriamente el SNC como lo demuestra el primer caso en K. N. Ward, infectóloga inglesa, quien comunicó el año 2002 un caso de infección por VHH-7 con parálisis fláccida en un adulto inmunocompetente, y posteriormente el año 2005 los primeros casos en población pediátrica que se manifestaron con convulsiones febriles y encefalitis2,3. Ginanneschi y cols. comunicaron el año 2007 también la infección concomitante de VHH-7 con citomegalovirus en un paciente inmunocompetente que debutó con mielitis4. Se estima que 90% de los adultos son seropositivos para HHV-7. La primoinfección ocurre en la edad pediátrica (2 a 3 años). Se transmite a través de la saliva y probablemente vía vertical; quedando en estado latente en el SNC, donde puede reactivarse posteriormente5, esto podría explicar la negatividad de la PCR en sangre en el primero de nuestros casos. 1590 El Foro Internacional para manejo de infecciones herpéticas6 ha recomendado el uso de PCR para el adecuado diagnóstico dada su alta sensibilidad y especificidad, y no el cultivo viral en tejido o la detección de antigenos. Los resultados de la PCR-Microarray disponible en nuestro medio deben ser interpretados con cautela. Esta técnica permite la identificación de ARN viral y no de ADN genómico. En nuestros dos casos, la repetición de la PCR-Microarray días después, a partir de la muestra inicial de LCR, fue negativa. Esto se explica probablemente porque la muestra fue almacenada en condiciones no óptimas (4°C) y en soluciones no adecuadas para la conservación de moléculas ARN, facilitando la rápida degradación del ARN, impidiendo su detección en el segundo ensayo. En estos casos, hubiese sido de utilidad detectar además el ADN de VHH-7, sin embargo, esta técnica no esta disponible en nuestro centro. En los 2 casos clínicos, la PCRMicroarray inicial en LCR fue positiva, con controles internos y controles negativos adecuados, sin existir evidencia de contaminación de la reacción. Respecto al tratamiento de la infección por VHH-7, no existen trabajos que avalen una terapia antiviral, algunos centros mencionan el uso de ganciclovir por su actividad antiviral in vitro5, pero no está aceptado como recomendación. Para el diagnóstico diferencial de primer caso presentado, podría plantearse una forma inicial de enfermedad desmielinizante. Sin embargo, las extensas lesiones inflamatorias no corresponden a lo observado en esclerosis múltiple (EM) son más focalizadas. Tampoco se detectaron otras lesiones en la RNM cerebral ni bandas oligoclonales, hecho frecuente en EM. El hallazgo de PCR para VHH-7 puede descartar y hace improbable que estemos frente a una primera manifestación de EM. Una limitación de nuestra comunicación es no disponer de datos de seroconversión o de la detección de ADN genómico del virus, técnica no disponible en Chile, que confirmaran nuestros resultados. Sin embargo, la técnica empleada tiene alta sensibilidad y especificidad. En suma, estos casos muestran que en nuestro medio VHH-7 puede ser un patógeno a considerar aún en población inmunocompetente. La validación de técnicas moleculares altamente sensibles y específicas son fundamentales en nuestro medio. Rev Med Chile 2011; 139: 1588-1591 casos clínicos Meningomielitis asociado a VHH-7 - M. Miranda et al Referencias 1. 2. 3. Andersen O. Myelitis. C Curr Opin Neurol 2000; 13: 311-6. Ward KN, Andrews NJ, Verity CM, Miller E, Ross EM. Human herpesvirus -6 and -7 each cause significant neurological morbidity in Britain and Ireland. Arch Dis Child 2005; 90: 619-23. Ward KN, Kalima P, MacLeod KM, Riordan T. Neuroinvasion during delayed primary infection in an immuno- Rev Med Chile 2011; 139: 1588-1591 4. 5. 6. competent adult with encephalitic and flaccid paralysis. J Med Virol 2002; 67: 538-41. Ginanneschi F,Donati D, Moschettini D, Dominici F, Cermelli C, Rossi A. Encephaloradiculomyelitis associated to HHV-7 and CMV co-infection in immunocompetent host. Clinical Neurology and Neurosurgery 2007; 109: 272-6. www.hopkinsabxguide.org/pathogens/viruses/hhv_6_ hhv_7.html?contentInstanceId=255974 Boiving G. Diagnosis of herpes virus infections of the central nervous system. Herpes 2004; 11: 48A-56A. 1591 casos clínicos Rev Med Chile 2011; 139: 1592-1596 ¹Departamentos de Dermatología y 2 Anatomía Patológica, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile. a Interna de Medicina de la Universidad de Los Andes. Santiago de Chile. Recibido el 8 de abril de 2011, aceptado el 2 de agosto de 2011. Los autores declaran no tener conflicto de intereses en este manuscrito. Correspondencia a: Dra. Montserrat Molgó N. Dirección Dermatología, Centro Médico San Joaquín. Av. Vicuña Mackenna 4686, Macul, Santiago, Chile. Teléfono: (56 2) 354 8659, celular: 098258939 Fax: (56 2) 552 9974. Correo electrónico: montsemolgo1@gmail. com E Síndrome de Sweet asociado a leucemia mieloide aguda y factor estimulante de colonias de granulocitos. Caso clínico MONTSERRAT MOLGÓ N.¹, PILAR DE LA SOTTA F.¹, LAURA GIESEN F.a, SERGIO GONZÁLEZ B.2 Sweet’s syndrome associated with acute myeloid leukemia. Report of one case Sweet’s syndrome, also known as acute febrile neutrophilic dermatosis, is characterized by fever, neutrophilia, erythematous and tender skin lesions that typically show a diffuse infiltrate of neutrophils in the upper dermis. This disorder has been associated with myeloproliferative syndromes. We report the case of a 53-year-old woman with an acute myeloid leukemia, presenting a Sweet´s syndrome. A worsening of cutaneous lesions injuries was observed when granulocyte colony stimulating factor was added to treatment. (Rev Med Chile 2011; 139: 1592-1596). Key words: Granulocyte macrophage colony-stimulating factors, recombinant; Leukemia, myeloid, acute; Sweet syndrome. l síndrome de Sweet fue descrito originalmente por Robert Douglas Sweet en 1964 con el nombre de dermatosis neutrofílica aguda febril1,2. Es una enfermedad inflamatoria poco frecuente, con una incidencia cercana de 2,7 a 3/106 casos anuales en la población general24. Se caracteriza por el comienzo brusco de fiebre, leucocitosis y lesiones cutáneas, que son típicamente caracterizadas como pápulas, placas o nódulos eritematosos, bien delimitados, sensibles al tacto, con o sin pseudovesículas, que muestran un sustrato microscópico de denso infiltrado neutrofílico de la dermis papilar; sin vasculitis2. Las lesiones pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero predominan en la parte alta incluyendo la cara. La fisiopatología del síndrome de Sweet sigue siendo desconocida, pero se sabe que las citoquinas juegan un rol importante en su etiopatogenia2. Se desconoce la etiología de este síndrome. Se han descrito casos asociados a neoplasias hematológicas, tumores sólidos, enfermedades inmunológicas, enfermedades intestinales y fármacos, 1592 siendo el factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF), el fármaco más frecuentemente reportado3-5. Los corticoides sistémicos son en la actualidad el gold standard del tratamiento1. Se reporta el caso de una paciente con síndrome de Sweet y leucemia mieloide aguda con lesiones cutáneas que se agravaron cuando se administró G-CSF. Caso clínico Paciente de sexo femenino de 53 años de edad, previamente sana, con historia de tres semanas de evolución de compromiso del estado general, fatiga, pérdida de peso, cefalea y mialgia generalizada. A la semana siguiente, la paciente evolucionó con placas y pápulas eritematosas, dolorosas, que predominaban en cara, cuello, brazos y piernas. De los exámenes de laboratorio, el hemograma mostraba neutropenia, trombocitopenia, anemia casos clínicos Síndrome de Sweet - M. Molgó et al y blastos. Se confirmó el diagnóstico de leucemia mieloide aguda por medio del estudio de la médula ósea, por lo que se decidió iniciar quimioterapia de inducción con daunorubicina y citarabina y terapia adyuvante con Filgrastim® (G-CSF) para el manejo de la neutropenia febril asociada. A los 13 días post-quimioterapia, junto con un aumento del número de neutrófilos, la paciente presentó un incremento de lesiones, en forma de ampollas y bulas hemorrágicas rodeadas por placas inflamatorias muy sensibles localizadas en cara, cuello y extremidades, que se asociaban a fiebre alta, artralgias y mialgias (Figura 1). Se descartó por medio de exámenes y cultivos del líquido de las pseudoampollas, la presencia de infecciones virales, micóticas y bacterianas. La paciente persistió con fiebre, cefalea y evolucionó con conjuntivitis y erosiones en mucosa oral y lengua, asociadas a hiperplasia gingival (Figura 2). Se realizó una biopsia de las lesiones cutáneas, que mostró edema y un denso infiltrado neutrofílico en la dermis, sin signos de vasculitis, compatible con síndrome de Sweet (Figura 3). Producto de lo anterior, se comenzó tratamiento con hidrocortisona intravenosa, que se asoció a una mejoría significativa de las lesiones cutáneas (Figura 4). Sin embargo, la paciente falleció antes de comenzar el segundo ciclo de la quimioterapia, debido a una insuficiencia cardiaca y respiratoria. No se obtuvo autopsia. Figura 1. Ampollas y bulas hemorrágicas. Figura 2. Erosiones de la mucosa oral. Figura 3. Infiltrado neutrofílico dérmico difuso, con hemorragia; HE, 100x (HE: Hematoxilina-Eosina (tinción), 100x: Ampliación 100x). Rev Med Chile 2011; 139: 1592-1596 Figura 4.Lesiones cutáneas en regresión. 1593 casos clínicos Síndrome de Sweet - M. Molgó et al Discusión El síndrome de Sweet se caracteriza por una constelación de síntomas clínicos. La fiebre es el síntoma más comúnmente descrito1,6. Las lesiones cutáneas primarias son pápulas o nódulos eritematosos muy sensibles, no pruriginosos, de 2 a 10 cm de diámetro, que normalmente aparecen como lesiones múltiples que se distribuyen de forma asimétrica en cara, cuello, brazos y tronco superior, pudiendo coalecer y formar placas irregulares, de bordes netos, con pseudovesículas, pseudopústulas y/o pústulas en la superficie3,6,7. Otros síntomas asociados son: malestar general, artralgia, mialgia, conjuntivitis, y ocasionalmente compromiso renal1,4,5,8-10. Varios de estos síntomas estuvieron presentes en nuestra paciente. La fisiopatología del síndrome de Sweet sigue siendo desconocida, postulándose una asociación con depósito de complejos inmunes, activación de linfocitos T, función neutrofílica alterada y, sobre todo, una desregulación en la secreción de G-CSF, del factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF), interferón gamma y citoquinas, las cuales estarían estimuladas por un mecanismo de hipersensibilidad, precipitando la activación de neutrófilos y su infiltración en la dermis papilar2, 19,25. El síndrome de Sweet se puede clasificar, dependiendo de las patologías asociadas, en tres condiciones clínicas: síndrome de Sweet clásico o idiopático, síndrome de Sweet asociado a malignidad y el síndrome de Sweet inducido por fármacos1,2,13. El síndrome de Sweet clásico, presente en 71% del total de casos, es más frecuente en mujeres (3:1) y su edad media de presentación es entre los 30 y 50 años. Se puede asociar a infecciones respiratorias altas, enfermedades autoinmunes, enfermedades inflamatorias intestinales y embarazo1,3,4,5,13. Su forma de presentación es característica y se asocia a una rápida remisión después del tratamiento con corticoides sistémicos, presentando cerca de 30% de los pacientes una o múltiples recidivas. Entre 15 y 20% de los casos se presenta como síndrome de Sweet asociado a malignidad, donde la dermatosis puede aparecer antes, durante o después del diagnóstico del cáncer. La incidencia por sexo suele ser similar14,15. El 85% corresponde a neoplasias hematológicas, siendo las principales en orden de frecuencia: la leucemia mieloide aguda 1594 (42%), como era el caso de nuestra paciente, los linfomas (11%), los síndromes mielodisplásicos (9%) y la leucemia mielocítica crónica (7% de los casos). El 15% restante, lo constituyen los tumores sólidos asociados al síndrome de Sweet, siendo los más frecuentes los carcinomas del tracto genitourinario, mama y tracto gastrointestinal15. En pacientes con trastornos hematológicos, el síndrome de Sweet se puede manifestar de diferentes formas: ya sea, como un síndrome paraneoplásico, una dermatosis inducida por fármacos o como una condición en que las lesiones de la piel ocurren simultáneamente con una leucemia. Las ampollas, las bulas hemorrágicas y las lesiones ulcerosas de la mucosa oral, ocurren con más frecuencia en estos pacientes y la neutropenia y la anemia no son inusuales. Por otra parte, un tercio de los pacientes presentan episodios recurrentes16. A pesar de que la leucocitosis con predominio de neutrófilos es considerada como un criterio diagnóstico para el síndrome de Sweet, ésta puede no estar presente, lo cual no excluye su diagnóstico17. Pacientes con enfermedades hemato-oncológicas frecuentemente tienen anemia, leucopenia y plaquetopenia, dadas por la evolución natural de la enfermedad o por el tratamiento con quimioterapia. Es así, como en nuestra paciente se pesquisó una neutropenia durante el diagnóstico del síndrome de Sweet, corroborando que este síndrome debe sospecharse como un diagnóstico diferencial, en todo paciente que presente lesiones cutáneas dolorosas, independiente del recuento de células sanguíneas. El síndrome de Sweet inducido por fármacos, se ha asociado principalmente al tratamiento con G-CSF, como en el caso de nuestra paciente. El G-CSF es usado comúnmente como tratamiento de la mielosupresión desencadenada en pacientes que están bajo quimioterapia de inducción, describiéndose diversos efectos adversos secundarios a su uso, como la vasculitis leucocitoclástica y el síndrome de Sweet, entre otros4,5,18. Una vez suspendida la administración del fármaco, se evidencia una rápida mejoría del cuadro. Pese a que se conoce la asociación del G-CSF con el síndrome de Sweet, aún no es ampliamente reconocida, no siendo considerada como diagnóstico diferencial frente a presentaciones clínicas inusuales. En la actualidad existe una serie de criterios diagnósticos para el síndrome de Sweet, siendo necesaria la presencia de dos criterios mayores y, Rev Med Chile 2011; 139: 1592-1596 casos clínicos Síndrome de Sweet - M. Molgó et al Tabla 1. Criterios diagnósticos para el síndrome de Sweet Mayores 1) Aparición súbita de placas o nódulos eritematosos o violáceos y dolorosos 2) Infiltración dérmica de PMN neutrófilos sin vasculitis leucocitoclástica Menores 1) Pródromos de fiebre o de proceso infeccioso 2) Leucocitosis 3) Asociación de artralgias, conjuntivitis, fiebre o neoplasia subyacente 4) Respuesta a los corticosteroides sistémicos 5) Aumento de la velocidad de eritrosedimentación Tabla 2. Criterios diagnósticos para el síndrome de Sweet inducido por drogas Clínicos: Placas o nódulos eritematosos y dolorosos de aparición súbita Histopatológicos: Infiltrado neutrofílico denso sin evidencia de vasculitis Constitucionales: Fiebre >38°C Otros: 1. Relación temporal entre la toma del fármaco y la aparición de las lesiones o recurrencia de síntomas con la reexposicón al fármaco 2. Resolución tras la suspensión del fármaco o después del tratamiento con corticosteroides, sin recidivas. táneos y sistémicos1, respondiendo rápidamente la gran mayoría de los pacientes, a pesar de que algunos casos tienden a recidivar en el tiempo. Para aquellos casos recurrentes o refractarios al uso de corticoides, se ha planteado el uso de antiinflamatorios no esteroidales, colchicina, dapsona, doxiciclina, entre otros, y más recientemente, el uso de etanercept, un antagonista del factor de necrosis tumoral alpha (TNF-α), que inhibiría la activación característica de los neutrófilos en el síndrome de Sweet. A su vez, estudios recientes han revelado que el uso de inmunoglobulinas endovenosas, IVIG, en asociación con corticoides y otros agentes antiinflamatorios, podrían ser efectivas en aminorar el curso clínico de la enfermedad20-22. Es necesario acentuar la importancia de considerar el síndrome de Sweet en el diagnóstico diferencial de pacientes con leucemia mieloide aguda, con lesiones cutáneas atípicas, difíciles de diferenciar de otras condiciones y en aquellos pacientes tratados con G-CSF, siendo fundamentales para el diagnóstico definitivo los hallazgos histopatológicos de la biopsia junto con la clínica del paciente. Referencias 1. 2. por lo menos, dos menores, para hacer el diagnóstico definitivo (Tabla 1)15,23,27. En el caso del síndrome de Sweet inducido por fármacos, existen algunas diferencias respecto a los criterios diagnósticos menores del síndrome de Sweet clásico, como la relación temporal entre la toma del fármaco y la aparición de las lesiones, y su resolución en forma espontánea o con tratamiento con corticoides, tras la suspensión del fármaco; sin presencia de recidivas (Tabla 2)26. El diagnóstico histológico se caracteriza por un denso infiltrado de neutrófilos maduros en la dermis papilar, asociado a edema, con ausencia de granulomas y sin signos de vasculitis leucocitoclástica11,12. Los corticoides sistémicos son en la actualidad el tratamiento de elección para los síntomas cu- Rev Med Chile 2011; 139: 1592-1596 3. 4. 5. 6. Cohen PR. Sweet's syndrome: a comprehensive review of an acute febrile neutrophilic dermatosis. Orphanet J Rare Dis 2007; 2: 34. 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We report three patients infected with human immunodeficiency virus (HIV), in antiretroviral treatment (ART) that included a protease inhibitor as ritonavir, and had received self-medicated ergotamine. They developed symptoms of peripheral vascular disease and the physical examination showed no arterial pulses in the affected vessels. Arterial Doppler confirmed signs of diffuse arterial spasm in all of them. An arteriography was performed to the second patient and it showed obliteration of the distal sector of the ulnar and radial arteries. Ergotism secondary to ergotamine-ritonavir association was diagnosed. Patients were treated discontinuing the administration of involved drugs, arterial vasodilators and prophylactic anticoagulation, with marked improvement of symptoms. (Rev Med Chile 2011; 139: 1597-1600) Key words: Ergotamine; Ergotism; Ritonavir. E l ergotismo es una complicación de la intoxicación aguda o del abuso crónico de derivados ergotamínicos. Clínicamente, puede manifestarse por un síndrome vasomotor con elementos de insuficiencia vascular periférica, frecuentemente a nivel de las extremidades. La vasculopatía ergotamínica forma parte del grupo de los acrosindromes vasculares, se presenta en pacientes que ingieren ergotamina independientemente de la dosis, en asociación o no con otros fármacos que inhiben su metabolismo hepático1,2. Los medicamentos que inhiben el citocromo P-450, entre ellos el ritonavir, pueden elevar la concentración de ergotamina a niveles tóxicos, incluso cuando ésta se administra a bajas dosis3,4. El propósito del presente trabajo es comunicar 3 casos de ergotismo secundario a la asociación ergotamina-ritonavir que se asistieron en el Hospital de Clínicas en el año 2010 y discutir la Centro de trabajo Clínica Médica “A”. Departamento Clínico de Medicina. Hospital de Clínicas “Dr. Manuel Quintela”. Facultad de Medicina. Universidad de la República (UdelaR). Montevideo, Uruguay. Recibido el 24 de marzo de 2011, aceptado el 11 de agosto de 2011. Correspondencia a: Dr. Santiago Acle Dirección: Rambla O Higgins 5057. Apartamento 112. Malvin. CP: 11400. Montevideo. Uruguay. E-mail: santiagoacle@ gmail.com presentación clínica de esta interacción medicamentosa, ya que puede ser un reto diagnóstico para el médico clínico si no se tiene una fuerte sospecha de su existencia. Casos clínicos Caso 1 Sexo femenino, 25 años, VIH diagnosticada en el 2000, sin enfermedades marcadoras etapa SIDA, en terapia antirretroviral (TARV) hace 1 año con: zidovudina, lamivudina, indinavir/ritonavir, sin antecedentes de migraña. Cuarenta y ocho horas previas a la consulta, comenzó con cefalea de características tensionales, automedicándose con ibuprofeno/ergotamina y agregando a las 24 horas: dolor intenso, parestesias y edema de tercio inferior de ambos miembros inferiores. Al examen 1597 casos clínicos Ergotismo secundario a asociación ergotamina-ritonavir - S. Acle et al físico presentaba: palidez cutánea alternante con áreas de cianosis y frialdad a nivel de tobillos junto a ausencia de pulso tibial posterior y pedio. (Figura 1). Caso 2 Sexo femenino, 47 años, VIH positivo desde 2002, sin enfermedades estadio C, en TARV con: zidovudina, lamivudina, lopinavir/ritonavir. Presentó un cuadro de cefaleas intensas de 2 días de evolución por lo que se automedicó con clonixinato de lisina-ergotamina. En las 24 horas previas a su ingreso comenzó con dolor, frialdad e hipoestesia de ambas manos, presentando al examen físico eritema acral de palmas y dorso de manos junto a cianosis de dedos y ausencia de pulso radial y cubital bilateral (Figura 2). Caso 3 Sexo masculino, 47 años, antecedentes de cefaleas desde la adolescencia en tratamiento con ergotamina a altas dosis, VIH diagnosticado en el 2005. Comenzó a recibir 10 días previo a la consulta TARV en base a: zidovudina, lamivudina, indinavir/ritonavir, presentando al cuatro día dolor intenso, parestesias y paresia de manos. Del examen físico se destacaba frialdad, semiflexión de los dedos de ambas manos y ausencia de pulso cubital y radial bilateral. Las planteamientos diagnósticos en estos 3 pacientes VIH positivos, con manifestaciones cutáneas agudas en zonas acrales que por sus características correspondían a fenómenos vasculares, fueron: en primer lugar una vasculitis cutánea, sabiendo la frecuente asociación entre esta patología y el VIH. Sin embargo, la ausencia de pulsos y el compromiso de miembros únicamente distal junto a la clara sintomatología de isquemia sugirieron que el cuadro podía corresponder a una embolia arterial aguda, pero la bilateralidad del proceso distanciaba este planteo. Por último, dado que estábamos frente a pacientes multimedicados, se propuso si el cuadro no podía ser de causa tóxicomedicamentosa. Con estas hipótesis se solicitaron exámenes complementarios orientados a valorar los síntomas y signos de isquemia periférica. En los 3 casos la ecografía Doppler arterial evidenció elementos de espasmo arterial difuso y reducción uniforme del calibre de las arterias afectadas sin evidencias de trombosis, sugiriendo una alteración funcional. Al caso 2 se le efectuó una arteriografía 1598 Figura 1. Zonas de palidez cutánea alternante con áreas de cianosis en dorso de pies. Figura 2.Eritema acral de palmas de manos junto a cianosis en pulpejos de dedos. de miembros superiores que evidenció afinamiento de las arterias cubitales y radiales con obliteración total del sector distal de las mismas y ausencia de flujo en las arterias interóseas. Los exámenes básicos de laboratorio no presentaron alteraciones en ninguno de los pacientes y los anticuerpos antimúsculo liso, crioglobulinas, crioglutininas y serológicas para virus de hepatitis B y C fueron negativos en los 3 casos. Frente a un síndrome vasomotor agudo con acrocianosis, asociado a signos ecográficos y arteriográficos de insuficiencia vascular periférica en pacientes VIH en tratamiento con ritonavir que se automedicaron con ergotamina, se hizo diagnóstico de exclusión de ergotismo secundario a la Rev Med Chile 2011; 139: 1597-1600 casos clínicos Ergotismo secundario a asociación ergotamina-ritonavir - S. Acle et al asociación ergotamina-ritonavir. El elemento central de la conducta terapéutica fue la suspensión de los fármacos implicados: ergotamina y ritonavir. Los 3 pacientes recibieron tratamiento en base a vasodilatadores arteriales del tipo nifedipina a dosis de 30 mg cada 8 horas vía oral y pentoxifilina a dosis de 400 mg cada 8 horas vía oral, por un período de 10 días. Se realizó antiagregación con ácido acetilsalicílico 250 mg/día vía oral y anticoagulación profiláctica con enoxaparina 40 mg/día vía subcutánea por el mismo periodo de tiempo. Los casos 1 y 2 presentaron una total resolución del cuadro clínico al décimo día, con normalización del flujo de las arterias comprometidas mediante Doppler de control, mientras que en el tercer paciente tuvo una excelente evolución, siendo dado de alta asintomático al sexto día de internacción. Discusión La ergotamina es un agonista de los receptores alfa-adrenérgicos utilizado en el tratamiento de las cefaleas vasculares de tipo migraña. Actúa por vasoconstricción periférica del músculo liso de los vasos sanguíneos y se metaboliza a través del citocromo P4505. Tiene múltiples efectos secundarios, a pesar de lo cual, y favorecido por su bajo coste y venta libre, tiene un uso muy extendido, siendo uno de los fármacos con que más se automedican los pacientes que sufren de cefaleas6. El ritonavir es un inhibidor selectivo de la proteasa para tratamiento del VIH junto con otros antirretrovirales. Se utiliza principalmente como booster (potenciador) de otros inhibidores de la proteasa. Se metaboliza a nivel hepático presentando una alta afinidad por algunas formas isoméricas del citocromo P450, fundamentalmente por la isoenzima CYP3A7. Existen numerosas interacciones medicamentosas entre los ergotamínicos y otros fármacos, siendo de particular importancia aquellas sustancias capaces de aumentar la toxicidad de la ergotamina y por consiguiente, la probabilidad e intensidad de vasoespasmo. Los fármacos inhibidores del citocromo P450 son los que más se relacionan con esta interacción, entre los que se encuentran los macrólidos, los antifúngicos azólicos y los inhibidores de la proteasa como el ritonavir, arsenal terapéutico usado en los pacientes con infección VIH3,7. La interacción ergotamina-ritonavir se da por una unión compe- Rev Med Chile 2011; 139: 1597-1600 titiva reversible a la isoenzima CYP3A, generando una elevación de las concentraciones plasmáticas de la ergotamina hasta niveles tóxicos, produciendo así mayor vasoespasmo1,3,7,8. Están descritos dos tipos de ergotismo, el “ergotismo gangrenoso” y el “ergotismo convulsivo”. La isquemia periférica por vasoespasmo caracteriza al ergotismo gangrenoso y sus manifestaciones clínicas varían desde palidez, frialdad, dolor y ausencia de pulsos de miembros, hasta desarrollo de gangrena seca y trombosis distal con posterior amputación. Clínicamente, el ergotismo convulsivo se expresa en sus formas menos severas por contracturas musculares, alteraciones de la sensibilidad y flexión involuntaria distal, pudiendo llegar en los casos graves a crisis convulsivas tónico clónicas generalizadas, coma y muerte6,8,9 . El diagnóstico de vasoespasmo se basa en la ecografía Doppler arterial y en la arteriografía. Las alteraciones más frecuentemente encontradas en el ultrasonido Doppler son el espasmo arterial difuso y la reducción o ausencia del flujo de la vasculatura afectada. Los signos arteriográficos son espasmo vascular bilateral y simétrico, circulación colateral y ausencia de flujo6,10. La piedra angular del tratamiento es la suspensión de los fármacos involucrados. No existe actualmente un antídoto específico, por lo que el tratamiento fisiopatológico en vistas a la reperfusión tisular y la trombo profilaxis son el primer escalón terapéutico1,3,4,6,11. Entre los fármacos vasodilatadores a utilizar contamos con el nitroprusiato de sodio, de elección en el ergotismo severo por su gran efecto dilatador arterial, pero con diversas desventajas ya que debe administrarse por infusión continua y puede generar hipotensión sintomática. Para los casos de ergotismo moderado, los bloqueadores de los canales de calcio como la nifedipina son los fármacos de elección. La prazosina, bloqueante selectivo de los receptores alfa-1 adrenérgicos, también es una droga a considerar, presenta un efecto comparable al nitroprusiato, pero con el beneficio de que puede administrarse vía oral y no requiere un continuo monitoreo de la presión arterial1,3,6,12. Otros fármacos que se han reportado como vasodilatadores efectivos en estos cuadros son la prostaglandina E1 y la prostaciclina I213. Como trombo profilaxis durante los períodos de espasmo vascular, está formalmente indicada la heparina de bajo peso molecular. Algunos autores sugieren los inhibidores de la glicoproteína IIb/ IIIa como una segunda línea de tratamiento6. 1599 casos clínicos Ergotismo secundario a asociación ergotamina-ritonavir - S. Acle et al Las publicaciones sobre bloqueo simpático con el objetivo de interrumpir el tono simpático vascular, no revelan conclusiones satisfactorias en la reversión del síndrome ergotamínico.14 2. 3. Conclusiones La ergotamina es una droga que presenta diversos efectos secundarios, teniendo indicaciones precisas en la migraña, por lo que no debe indicarse en forma indiscriminada ya que la intoxicación producida por ésta, puede tener consecuencias devastadoras si no se diagnostica y trata a tiempo. Con el inicio del TARV, debemos considerar sus potenciales interacciones medicamentosas al administrar concomitantemente otras drogas, en especial cuando alguna de estas se metaboliza en el citocromo P-450. La intoxicación por derivados ergotamínicos debe sospecharse ante manifestaciones clínicas compatibles con vasoespasmo en zonas acrales y el antecedente de ingesta de la ergotamina junto a un fármaco que inhiba su metabolismo o no. Su diagnóstico es de exclusión y se confirma a través del Doppler arterial. El elemento central del tratamiento es el retiro de los fármacos y sin importar el sitio que afecte, se deben asociar vasodilatadores arteriales y anticoagulación profiláctica. Los casos clínicos presentados sugieren que el ritonavir puede asociarse con el desarrollo de ergotismo severo en pacientes tratados con derivados ergotamínicos. Los médicos clínicos debemos estar al tanto de esta interacción y la administración de ergóticos debe interrumpirse cuando se inicia el TARV con el objetivo de prevenir la aparición de cuadros graves como los aquí reportados. Referencias 1. Buclin T, Jaccard C, Eckert P. Severe ergotism associated with interaction between ritonavir and ergotamine. 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We report the first Mexican 2-year-old boy with an Ala349Thr missense mutation from Tamaulipas, México. (Rev Med Chile 2011; 139: 1601-1604). Key words: Ectodermal dysplasia, hypohidrotic; Ectodysplasias; Mutation, missense. L a displasia ectodérmica comprende un grupo heterogéneo de anormalidades caracterizadas por alteraciones que involucran al menos 2 o más tejidos derivados de la capa embrionaria ectodérmica, como piel, dientes, pelo, uñas, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas. La enfermedad inicialmente fue descrita por Thurman en 1848, posteriormente en 1875 Charles Darwin describe el patrón de herencia de la enfermedad, recesiva ligada al cromosoma X. En 1913, Christ la catalogó propiamente como un defecto congénito del ectodermo, siendo retomada en 1921 por Siemens, quien reafirmó el vínculo del padecimiento con el cromosoma X1-2. Aunque se han descrito alrededor de 170 tipos de displasias ectodérmicas, solamente 30 han sido genéticamente codificadas y definidas4,5,6. Dentro de este amplio rango de displasias congénitas, difusas y no progresivas, la más común es la displasia ectodérmica hipohidrótica (DEH), recesiva ligada al Servicio de Dermatología, Hospital Universitario “José E. González”, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México. 2 Departamento de Dermatología, Hospital Regional de Especialidades No. 25 “Centro Médico Noroeste” IMSS, Monterrey, Nuevo León, México. 3 Departamento de Dermatología, Columbia University, New York, N.Y., USA. 1 Declaramos no tener ningún conflicto de intereses en la publicación de estecaso. Recibido el 28 de febrero de 2011, aceptado el 18 de agosto de 2011. Correspondencia a: Dr. Julio C. Salas-Alanis Departamento de Dermatología, Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey. Otomie 206, Colonia Azteca Guadalupe, Nuevo León. CP 67150 Teléfonos: +52 81 83676060. +52 81 82535943 E-mail: drjuliosalas@gmail.com cromosoma X, también conocido como síndrome Christ-Siemens-Touraine7. Los pacientes con DEH comúnmente presentan hipertermia debido a la disminución de glándulas ecrinas, hipodontia y dientes cónicos, dando como resultado dificultad para comer. Se presenta un caso de un niño con displasia ectodérmica hipohidrótica, y se hace la revisión del tema. Caso clínico Paciente masculino de 2 años de edad, originario de Tamaulipas, México, evaluado por xerosis generalizada, así como fiebre de origen incierto. Producto del segundo embarazo de una pareja sin antecedentes aparentes de consanguineidad, se caracteriza por presentar intolerancia al calor y ausencia de la sudoración desde el nacimiento. No refierían antecedentes heredofamiliares de importancia. En la exploración física destacaba la frente 1601 casos clínicos Displasia ectodérmica hipohidrótica - J. C. Salas-Alanis et al Figura 1. a-b Características clínicas de paciente con displasia ectodérmica hipohidróticafrente prominente, hipoplasia del puente nasal, dos incisivos únicos en forma de cono, pigmentación peri-orbitaria, pelo escaso, fino, disperso y frágil. c) Biopsia de piel de paciente con ausencia parcial de los folículos de pelo, glándulas sebáceas y ecrinas.HyE.40x. prominente, hipoplasia del puente nasal, dos incisivos únicos en forma de cono, pigmentación periorbitaria, pelo escaso, fino, disperso y frágil así como cejas y pestañas (Figura 1). El paciente presentaba una dermatosis diseminada a cabeza, tronco y principalmente en extremidades superiores e inferiores, constituida por pápulas puntiformes eritematosas, con eritema difuso en una piel xerótica. La biopsia de piel de la palma de la mano izquierda demostró la ausencia parcial de las glándulas sudoríparas y sebáceas (Figura 1c). Después de obtener el consentimiento informado, obtuvimos sangre periférica para realizar el estudio de cariotipo reportándose normal y a la vez, obtuvimos sangre no coagulada en tubos de EDTA (ácido etilendiaminotetraacético) de todos los miembros de la familia siguiendo los Principios de la Declaración de Helsinki. Se extrajo ADN de las muestras sanguíneas utilizando el equipo PUREGENER (Systema Gentra). Para el estudio de las mutaciones todos los exones así como las secuencias de los uniones de los intrones-exones fueron amplificados por medio de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) del gen EDA-A1 en condiciones reportadas previamente. Las condiciones para la amplificación de cada PCR fueron 1602 de 94 °C por 2 minutos, seguido por 35 ciclos de 94°C durante 30 segundos, 55°C por 30 segundos y 72°C por 30 segundos con una extensión final a 72°C durante 7 minutos. Los productos de PCR fueron colocados en un gel de agarosa al 1% y posteriormente fueron analizados por la Secuenciadora Automática Directa ABI Prism 310, utilizando el equipo de Reacción “ABI PRISM® BigDye™ Terminator Cycle Sequencing” (PE Biosystem) 8. Debido a que comúnmente la displasia ectodérmica hipohidrótica se encuentra ligada a X, se decidió obtener ADN genómico, logrando identificar la mutación sinsentido Ala349Thr en el gen EDA, se realiza la correlación clínico-patológica, concluyendo así con el diagnóstico de displasia ectodérmica hipohidrótica. (Figura 2). Discusión Aunque la DEH es la más común de las displa- Figura 2. Comparación de la secuenciación del ADN del paciente y control, observe el cambio de una alanina por una treonina en la posición 349 de la lectura del marco genético. Rev Med Chile 2011; 139: 1601-1604 casos clínicos Displasia ectodérmica hipohidrótica - J. C. Salas-Alanis et al sias ectodérmicas, se considera un padecimiento relativamente raro. Esta genodermatosis es resultado del desarrollo embrionario anormal del ectodermo. La displasia ectodérmica hipohidrótica autosómica recesiva ligado al cromosoma X se origina a partir de la mutaciones en la proteína transmembrana ectodisplasina, localizada en el gen EDA5-10. El patrón de herencia autosómico recesivo es causado por mutaciones en el gen DL que codifica para el receptor de la ectodisplasina y en el gen EDARADD, codificador de una proteína que interactúa con el receptor EDA. El gen NEMO codificada los receptores de la ectodisplasina A1 y de la proteínas transmembrana ectodisplasin A, el cual representa un ligando hidrosoluble necesario para activar las vías de señalización del factor nuclear kappa B (NF-KappaB) y quinasas c-Jun N-terminal (JNC/c-fos/c-jun). La proteína ectodisplasina A (EDA) pertenece a la familia del factor de necrosis tumoral (TNF) y juega un papel importante en la formación y regulación de las estructuras ectodérmicas ya que promueve la supervivencia, crecimiento y diferenciación de las células involucradas. La sustitución Ala349Thr se encuentra localizada en una región altamente conservada de la familia de receptores de TNF, mutaciones en la estructura de EDA afectan la interacción entre la EDA y sus receptores EDAR (receptor TNF que une al EDA-A1) y XEDAR (receptor TNF que une al EDA-A2).Estas proteínas se expresan en los queratinocitos de los folículos pilosos y glándulas sudoríparas, produciendo un defecto en el desarrollo que conlleva a la formación inadecuada o incompleta de folículos pilosos y glándulas sudoríparas, con alteraciones en la diferenciación de la queratinización folicular y el patrón de citoqueratinas (K13, K14,K19 Y K18). Debido a su etiopatogenia, la displasia ectodérmica hipohidrótica tiene diversas manifestaciones clínicas que pueden estar presentes o no, pero invariablemente una tríada clásica: hipohidrosis/ anhidrosis, hipotricosis y anodoncia5-12. Al momento del nacimiento puede presentarse con una membrana espesa que recubre toda la piel, o con descamación de la piel, similar a la ictiosis congénita13. El cabello se visualiza muy fino, escaso, disperso y frágil, signo que pudiera ser desapercibido. En el primer año la piel es xerótica, lisa, o áspera. El signo del “lienzo húmedo” está presente en algunos casos, así como dermatitis seborreica Rev Med Chile 2011; 139: 1601-1604 en la frente y mejillas debido a hipertrofia de las glándulas sebáceas, las cuales se encuentran recubiertas por tapones de queratina, dando el aspecto llamado “piel de lija”10. Existe facies típica la cual es difícil de reconocer hasta la infancia, cuando se observa: frente olímpica, pirámide nasal hundida, labios evertidos, hiperpigmentación de la piel periorbitaria e implantación baja de orejas. Estos datos pueden estar presentes en diferentes grados de severidad. Una característica particular de este síndrome está relacionada con los dientes cónicos, hipodoncia o anodoncia, así como retraso en la erupción de las piezas dentales. Puede presentarse onicodistrofia, xeroftalmia y/o conjuntivitis14-17. La habilidad para sudar se encuentra sumamente comprometida debido a la falta de conductos sudoríparos en epidermis. Esto da lugar a una significativa intolerancia al calor, provocando en algunos casos convulsiones o retraso mental. En general los exámenes de laboratorio no son necesarios para hacer el diagnóstico. Ante la sospecha clínica del síndrome, se sugiere realizar una biopsia de piel (zona hipotenar de la mano) para documentar la reducción o total ausencia de glándulas écrinas. Una prueba fehaciente y muy útil para demostrar la ausencia de sudoración es la prueba con nitrato de pilocarpina por vía subcutánea para estimular la sudoración. Otra alternativa para demostrar la anhidrosis es aplicar lugol y almidón en la región palmar. La prueba es positiva si el lugol, comúnmente amarillento, cambia su tonalidad a violácea. Es negativa si no se presenta ningún cambio. Las cuales no son necesarias ante los hallazgos en la biopsia de piel. Las medidas preventivas y de higiene son las más importantes para los pacientes que padecen esta entidad. Es recomendable instruir al paciente acerca de la importancia de mantenerse en temperaturas frescas, si es posible, con aire acondicionado, para prevenir elevación de la temperatura corporal. Asimismo, es importante el consumo apropiado de líquidos para mantener una termorregulación adecuada. Disminuir actividad física en la mayor medida posible. Es imprescindible la visita con un experto para evaluación dental, así como enfatizar en la importancia de la higiene dental y bucal, siendo necesario el reemplazo o implante de las piezas dentales o inclusive prótesis dental total esto con el fin de facilitar la ingesta nutricional del paciente, y mejorar el aspecto 1603 casos clínicos Displasia ectodérmica hipohidrótica - J. C. Salas-Alanis et al estético. Con el objetivo de prevenir lesiones de la córnea, es necesario el uso de lágrimas artificiales, así como el uso de lubricante nasal para prevenir afecciones nasofaríngeas. El tratamiento integral, con terapéutica psicológica así como consulta genética son aspectos trascendentales en el tratamiento del paciente 16-19. Con la finalidad de analizar la recurrencia de las mutaciones en genodermatosis consideramos importante la búsqueda de la mutación Ala349Thr en pacientes mexicanos con DEH. La DEH es una entidad en la cual el pronóstico de sobrevida es muy bueno. Si la entidad se reconoce desde temprana edad y es tratada adecuadamente mediante el apoyo con un equipo multidisciplinario de salud, la esperanza de vida no debería de verse afectada y la calidad de vida del paciente podría mejorar de manera exitosa. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Solomon LM, Keuer EJ. The ectodermal dysplasias. Problems of classification and some newer syndromes. Arch Dermatol 1980; 116 (11): 1295-9. Thurnam J. Two cases in which the skin, hair and teeth were very imperfectly developed. Med Chir Trans 1848; 31: 71-82. Weech AA. Hereditary ectodermal dysplasia (congenital ectodermal defect) Am J Dis Child 1929; 37: 766-90. Smith FJ, Jonkman MF, van Goor H, Coleman CM, Covello SP, Uitto J, et al. 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The analysis of its genome shows the presence of alternative sigma factors, transcriptional repressors and activators, two component signaling systems, metabolic enzymes and cellular secretory systems, that are associated with virulence in a series of pathogenic micro-organisms. Environmental stimuli such as pH, temperature, osmolality, oxygen availability are processed, activating or repressing virulence genes. The molecular mechanisms of action of these genes have been elucidated in in vitro and in vivo models. (Rev Med Chile 2011; 139: 1605-1610). Key words: Etiology; Mycobacterium tuberculosis; Virulence; Pathophysiology. Situación mundial de la tuberculosis M ycobacterium tuberculosis (Mtb), agente etiológico de la tuberculosis (TB) humana, causa anualmente alrededor de tres millones de muertes e infecta de manera latente entre uno y dos billones de personas. El resurgimiento mundial de la TB se atribuye al aumento de la migración internacional, fallas en los sistemas de salud público, ineficacia de la vacuna BCG, la pobreza de ciertos países de África, Asia y América Latina, la baja sensibilidad de los métodos de diagnóstico, pero por sobre todo a la pandemia VIH/SIDA1,2. Se estima que 4% de los casos corresponden a Mtb resistentes a más de una droga antituberculosa (MDR-TB), condición difícil de tratar, costosa y no siempre curable. En el caso de cepas ultra resistentes (MDXR-TB) prácticamente no hay opción de tratamiento. Más aun, las drogas disponibles son ineficaces para el tratamiento de individuos infectados de manera latente3-6. La Organización Mundial de la Salud reporta Bachillerato en Ciencias, Universidad San Sebastián, Puerto Montt. Chile. Bioquímica; Doctora en Ciencias. 2 Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Andrés Bello, Viña del Mar, Chile. a Bioquímica. Doctora en Ciencias. 1 Trabajo financiado por Proyecto FONDECYT 1040978. Recibido el 27 de mayo de 2010, aceptado el 18 de junio de 2011. Correspondencia a: Dra. Nancy Maulén. Directora Bachillerato en Ciencias. Universidad San Sebastián. Lago Panguipulli 1390. Pichi Pelluco Alto. Puerto Montt. Chile. Tel: (56)-65-325512; (56) 9-98447445. E-mail: n.maulen@gmail. com que la carga mundial de TB está disminuyendo. Se espera que tres regiones alcancen en el 2015 las metas mundiales. No obstante, se estima que 37% de los casos incidentes de TB no está siendo tratado en programa DOTS (Directly observed therapy short-course), que 96% de los casos MDRTB no está siendo diagnosticados y tratados, que la mayoría de los casos TB-VIH-positivos desconocen que lo son, y que la mayoría de los casos TB-VIH-positivos, que lo saben, no tiene acceso a farmacoterapia2. En Chile, la endemia ha evolucionado favorablemente con una tendencia declinante de la morbilidad, lo que permite pensar en un importante progreso hacia la eliminación de la TB. Sin embargo, la extrema variabilidad entre regiones es una de las características epidemiológicas relevantes de la situación actual y de los problemas que se deberán superar para avanzar hacia la fase de “eliminación avanzada”7. Las actuales medidas mundiales de control de la TB no han sido suficientes para interrumpir la 1605 ARTÍCULO DE REVISIÓN Factores de virulencia de Mycobacterium tuberculosis - N. P. Maulén transmisión y erradicar la TB, posiblemente porque los indicadores de medida ignoran la duración del estado infeccioso, la frecuencia de reactivación y el riesgo de progresión entre los contactos infectados, permitiendo así la perpetuación de la enfermedad entre la población mundial. Cabe entonces avocarse a la revisión de los mecanismos moleculares de virulencia de Mtb, lo que se espera permita el desarrollo de nuevas estrategias inmuno profilácticas y terapéuticas para la tuberculosis. Ciclo infectivo y persistencia de Mycobacterium tuberculosis Un individuo con TB pulmonar expele aerosoles cargados con Mtb, los que al ser inhalados son fagocitados por los macrófagos alveolares. Mientras, los macrófagos de individuos inmuno competentes controlan eficazmente la proliferación del bacilo, éste crece rápidamente dentro de los macrófagos de hospederos inmuno comprometidos, progresando hacia una tuberculosis primaria activa. En algunos casos ocurre diseminación hematógena del patógeno, permitiendo su establecimiento con diversa fortuna por todo el organismo, de preferencia en un sistema retículoendotelial abundante y con alta tensión de oxígeno, y eventualmente con la ocurrencia de TB extrapulmonar10,11. En 95% de los casos, los hospederos inmuno competentes controlan la infección primaria, ya que forman un granuloma caseoso, el cual encierra al bacilo y controla su proliferación10, 11; sin embargo, el patógeno nunca es erradicado del organismo (infección persistente)9, razón por la cual Mtb se considera como el patógeno bacteriano más hábil en el establecimiento y mantención de un estado de latencia con una opción de reactivación en el futuro8. Se estima que individuos con infección latente y sin factores de riesgo asociados tienen 2 a 23% de riesgo de desarrollar en toda su vida una reactivación a largo plazo de la TB. Por el contrario, individuos co-infectados con HIV o inmuno deprimidos, por otra causa, tienen un riesgo de 5 a10% anual de reactivación12. Los factores que influencian la habilidad inicial de Mtb de replicar o alternativamente establecer una infección persistente, con una oportunidad de reactivación en el futuro, son aún desconocidos; 1606 Dicho conocimiento es clave para comprender la patogénesis de Mtb a nivel molecular. Genoma de Mycobacterium tuberculosis El genoma de M. tuberculosis H37Rv, codifica alrededor de 4.000 genes, posee características únicas, tales como el alto número de genes que codifican enzimas involucradas en el metabolismo de los ácidos grasos o para la familia de proteínas PE y PPE, que se localizan en la pared y membrana celular, quizá asociadas a la variación antigénica de Mtb durante la infección. Asimismo, se deduce la codificación de trece factores sigma alternativos putativos y más de cien proteínas reguladoras de los tipos represor/activador transcripcional, sistemas de señalización de dos componentes, sistemas serina-treonina quinasas (STPKs) y otros genes reguladores. Existe el potencial para codificar once sistemas completos de transducción de señales de dos componentes, recurrentemente asociados a patogénesis y virulencia en microorganismos patógenos. Éstos procesan estímulos medioambientales, tales como pH, temperatura, osmolaridad, disponibilidad de oxígeno, fase de crecimiento, estrés oxidativo del macrófago o desnutrición, provocando la activación o represión coordinada de los genes bacterianos de virulencia13,14,17,20. A la fecha, se han caracterizado parcialmente los sistemas de dos componentes: MprA-MprB (o MtrA-MtrB), SenX3-RegX3, TrcS-TrcR, DevRDevS y PrrA-PrrB. Se sabe que la mutación de PrrAB impide el crecimiento de Mtb dentro de macrófagos murinos en cultivo. Por el contrario, TcrS-TrcR y SenX3-RegX3 no son regulados dentro del macrófago, es decir, durante la fase inicial de infección. MprAB regula su propia expresión, resulta esencial para el crecimiento de Mtb dentro de un granuloma artificial (modelo de infección latente) y se induce dentro de monocitos-macrófagos humanos en cultivo y durante la deprivación de nutrientes16,18,19. Llama la atención la presencia de STPKs putativos, considerados patognomónicos de células eucariontes, pero recientemente también descritos en bacterias, tales como, Myxococcus xanthus, Streptomyces granaticolor, Yersinia pseudotuberculosis y Pseudomonas aeruginosa. Se postula, que uno de ellos, pknB homólogo, está involucrado en la progresión hacia el estado latente o “dormido” de Mtb, lo cual correspondería a un Rev Med Chile 2011; 139: 1605-1610 ARTÍCULO DE REVISIÓN Factores de virulencia de Mycobacterium tuberculosis - N. P. Maulén nuevo estado de crecimiento, análogo a la fase de esporulación, único momento en su ciclo de vida en que se expresa el gen pknB21. Factores de virulencia La habilidad de un patógeno bacteriano para sobrevivir dentro de un organismo hospedero requiere de la expresión de una serie de determinantes genéticos involucrados en la interacción patógeno-hospedero, situación que le permite resistir el estrés fisiológico y ambiental. La expresión diferencial de los genes de virulencia, en el caso de Salmonella typhimurium, Salmonella typhi, Helicobacter pylori y Vibrio cholerae, permite, entre otros, inhibir la apoptosis del macrófago, modular el nivel de producción de IL-12, disminuir las especies reactivas del nitrógeno (RNI) o modular la secreción de proteínas de invasión a través de los sistemas de secreción tipo III codificados dentro de islas de patogenicidad, y en donde dichos “factores” resultan esenciales para su patogénesis, pero no para su crecimiento en medios de cultivo in vitro14,15,23,24. Desafortunadamente, no hay una respuesta concreta acerca de los factores de virulencia relevantes para la progresión de la tuberculosis en el ser humano. Sin embargo, ésta puede ser cuantificada a través de la estimación de morbilidad y mortalidad de aislados clínicos o cepas mutantes en modelos animales (conejo, ratón, primates, bovino, entre otros). De esta manera, cepas de M. tuberculosis mutantes respecto de su virulencia han sido clasificadas como fenotipos SGIV (“severe growth in vivo”), GIV (“growth in vivo”) y PER (“persistence genes”)11,17. Asimismo, se ha descrito diferencias entre el perfil de expresión génica de Mtb dentro de los pulmones y bazo de ratón, así como diferencias entre la expresión de ciertos genes de éstos con respecto al pulmón de pacientes con tuberculosis crónica activa25,26. Cabe mencionar, que la respuesta inflamatoria del hospedero es clave para contener el crecimiento de Mtb, donde TNF-a es necesario para el control de la infección y la formación del granuloma. Por otro lado, la respuesta inflamatoria puede ocasionar daño tisular como la licuefacción del granuloma32. De igual manera, la virulencia se puede determinar ex vivo (estudio primera etapa de la infección), utilizando macrófagos de ratón o humanos, células dendríticas o neumocitos. En Rev Med Chile 2011; 139: 1605-1610 algunos casos, macrófagos aislados de distintos órganos de un mismo animal han respondido diferencialmente a la infección como se demostró en un estudio comparativo de la interacción entre M. tuberculosis H37Rv y los macrófagos aislados de ratones sensibles (I/St) y resistentes (A/Sn) a la tuberculosis17. Por otro lado, en un modelo de persistencia in vitro, mediante análisis “microarrays de ADN” y estudios del proteoma, se evaluó la respuesta a la desnutrición, demostrándose la disminución de la transcripción, del metabolismo energético, de la síntesis de lípidos y la división celular junto a la inducción de una serie de otros genes “desconocidos” que podrían tener un papel en la persistencia de Mtb27. La combinación de las citadas estrategias experimentales ha permitido identificar una serie de genes relevantes para la patogenicidad de Mtb, los que se han agrupado en base a su función en distintos tipos de factores de virulencia: Envoltura y secreción celular; componentes de superficie celular; enzimas del metabolismo celular; incorporación de metales y reguladores transcripcionales. El primer grupo se refiere a las proteínas que se espera sean expuestas al medio ambiente en que crece Mtb, ya sea in vitro o dentro del micofagosoma, tales como las CFPs (Culture Filtrate Proteins), que se encuentran en el medio de cultivo del bacilo o asociadas a células. Se conoce alrededor de doscientas (KatG, SodA, HspX, ESAT6/CF-10, 19-kDa, Glutamina sintasa, entre otras), algunas de éstas son reconocidas por el suero de pacientes con tuberculosis activa (HspX, ESAT-6, CFP-10, 19kDa, otras). ESAT-6 y CFP-10 son secretados por el sistema de secreción ESX-1 (tipo VII) de Mtb, el cual se encuentra codificado en la región RD-1 del cromosoma de Mtb. ESX-1 resulta crítico para la virulencia de Mtb, al igual que la región RD-1 de M. bovis BCG atenuadas. ESX-1 media la exportación de factores de virulencia que desarman al macrófago permitiéndole modular la respuesta inmune innata del hospedero en las primeras etapas de la infección. El rol biológico de ESAT-6 y CFP-10 sigue siendo debatido, pero se sabe que ambos son los antígenos inmuno dominantes en los pacientes con tuberculosis y ambos protegen contra la tuberculosis en modelos animales. Por ello, son componentes importantes de las vacunas actualmente a prueba17,28,29. Acerca del grupo de factores de virulencia de superficie celular se sabe, que son exclusivos de 1607 ARTÍCULO DE REVISIÓN Factores de virulencia de Mycobacterium tuberculosis - N. P. Maulén la pared celular de los Mycobacterium patógenos, y que es una estructura compleja y única, que contiene proteínas, lípidos y carbohidratos (Erp, Mas, FadD26, FadD28, MmpL7, FbpA, MmaA4, PcaA, OmpA, HbhA, LAM, entre otros), por tanto, eventualmente excelentes blancos para contrarrestar la virulencia de Mtb. Las proteínas FbpA, B y C (micolil-transferasas) se definen como los antígenos inmuno dominantes 85A, B y C. Las cepas fbpA- resultan atenuadas en el hombre y macrófagos murinos17. Los factores de virulencia del grupo de las enzimas involucradas en el metabolismo celular general, se relacionan con el hecho de que Mtb utiliza preferentemente carbohidratos cuando crece in vitro y ácidos grasos cuando infecta a su hospedero. Actualmente, se describen más de 200 genes (icl, lipF, fadD33, Fosfolipasas C, panC/ panD, entre otros) involucrados en el metabolismo de los lípidos y ácidos grasos. Por ejemplo, Icl (isocitratoliasa) convierte isocitrato en succinato, permitiendo que Mtb crezca en ácidos grasos o acetato vía ciclo de Krebs. La actividad de Icl se incrementa en fase estacionaria (in vitro) y el mRNA aumenta dentro del macrófago humano17. Con respecto a los factores de virulencia involucrados en la biosíntesis de aminoácidos y purinas (leuD, trpD, proC, purC, entre otros), se ha realizado varios intentos para aislar Mtb auxótrofas y crear una vacuna atenuada viva semejando la estrategia utilizada para la obtención una vacuna contra S. enterica serovar Typhimurium. En este caso, Mtb trp- (antranilato fosforribolsil transferasa) resulta muy atenuada en macrófago murino y no mata a los ratones SCID y cepas purC- (1-fosforribosilamino-imidazol-succinocarboxamida sintasa) resultan severamente atenuadas en ratón (fenotipo SGIV)17,29. En cuanto a los estudios realizados con el grupo de factores de virulencia asociados a la respiración anaeróbica y el estrés oxidativo, estos sugieren que la anaerobiosis y la microaerofilia son importantes para la fisiología de Mtb durante la infección, especialmente en las fases tardías de la infección (granuloma pulmón). Además, Mtb codifica enzimas (SodA, SodC, KatG, AhpC) que combaten los ROIs generados durante la respiración aeróbica y aparentemente también los generados dentro del macrófago17,33. Los factores de virulencia asociados a la captura de metales (Feº y Mg+2), los cuales son esenciales 1608 para la vida, pueden exacerbar la progresión de la tuberculosis en los humanos y modelos animales como lo es en el caso del Feº. A menudo, defectos en sus sistemas de incorporación (MgtC, MbtB, IdeR) se traducen en la atenuación de los patógenos. Por ejemplo, IdeR es esencial para Mtb17. En relación a los factores de virulencia del tipo regulador transcripcional, encargados de controlar la transcripción de numerosos genes [RpoS; Reguladores de respuesta (PhoP); Sigma alternativos (SigA, SigB, SigE, SigF, SigH)], se espera que sean importantes para la virulencia de Mtb, similar a lo descrito para otros patógenos humanos. Tal es el caso del factor sigma SigA, el cual es esencial y el principal factor para la transcripción de la mayoría de los genes “housekeeping”. Su mutación afecta la virulencia de Mtb en forma indirecta, ya que no existe interacción con los genes de virulencia. PhoP, corresponde a un sistema de dos componentes que responde a señales ambientales a través de un sensor (histidina quinasa), que activa un efector (regulador de respuesta). PhoP de Mtb, semejante a PhoP de S. enterica serovar Typhimurium, sensa la desnutrición de Mg+2 y controla la expresión de genes de virulencia aun no completamente identificados14. Mutantes Mtb MT103 phoP- y H37Rv phoP- son severamente atenuadas para su crecimiento en macrófagos humanos y ratones, y altamente atenuada en órganos de ratón (fenotipo SGIV). Asimismo, el sistema de dos componentes PhoPR resulta esencial para la secreción de proteínas de virulencia en modelos animales12. De hecho, se determinó que la mutación del gen phoP ha ocurrido en forma natural en algunos subtipos atenuados de la vacuna M. bovis BCG que circulan hoy en día en el mundo. Por ello, y debido al rol fundamental de PhoPR para la patogénesis de Mtb, se le considera un excelente candidato para la construcción de una vacuna Mtb mutante y/o recombinante17,29,34. Se ha estudiado otros mutantes en los sistemas de dos componentes (RegX3, TrcS, MprAB, PrrA) pero sólo PhoP ha afectado la virulencia de Mtb en macrófagos humanos22,28. Vacuna BCG El bacilo Calmette-Guérin (BCG) es una cepa viva atenuada de Mycobacterium bovis, que corresponde a la única vacuna disponible en el mundo contra la tuberculosis (TB). BCG protege a los niños con más de 80% de eficacia contra formas Rev Med Chile 2011; 139: 1605-1610 ARTÍCULO DE REVISIÓN Factores de virulencia de Mycobacterium tuberculosis - N. P. Maulén severas de la TB. Sin embargo, la protección contra la TB pulmonar en adolescentes y adultos oscila entre 0 y 80 %. Los respondedores altos no presentan signos clínicos de la enfermedad y comprenden al 95% de la población que arresta la infección sin necesidad de vacuna. El 5% restante son los respondedores bajos, que desarrollan tuberculosis activa e incluso mueren de ella. Una nueva vacuna podría bajar a 1% este grupo. El motivo de esta heterogeneidad no se conoce bien pero se atribuye a las diferencias entre las cepas utilizadas tradicionalmente como vacuna, así como a las diferencias nutricionales y genéticas de los individuos, siendo ninguna mutuamente excluyente11,29,34. BCG comprende a varias subespecies que exhiben diferencias en su fenotipo, propiedades bioquímicas y virulencia residual. Se conoce, que la BCG que circula actualmente ha experimentado dos fases de atenuación; La fase inicial (~1921), que corresponde al pasaje 230 realizado por Calmette y Guérin, para producir la vacuna original, y la segunda, (~1924) al momento de comenzar su distribución a nivel mundial. Recientemente, mediante análisis molecular, se corroboró la deleción de la región cromosomal RD-1 en todas las cepas de BCG analizadas y se identificó polimorfismos genéticos de un nucleótido (SNPs) entre Mtb H37Rv y múltiples cepas de BCG. De esta manera, se explica que la pérdida de virulencia se debe a la pérdida de RD-1 así como a la acumulación de lesiones genéticas adicionales del tipo SNPs. Asimismo, estudios comparativos del genoma de distintas cepas de BCG permitieron la construcción de un árbol filogenético molecular que resultó consistente con las datos históricos y geográficos registrados para BCG y donde se observa que las cepas de BCG son dos grupos mayoritarios que difieren significativamente en sus niveles de virulencia34. En base a estos antecedentes, en el año 2007, la OMS recomendó no vacunar a niños VIH positivos, debido a que el riesgo de diseminación de BCG es más importante que la potencial protección contra formas severas de la TB. Dicha medida ha sido difícil de implementar, ya que implica contar con la confirmación diagnóstica al momento del nacimiento. En estas condiciones, en los países con alta carga de VIH/SIDA, la mejor opción, parece ser, la vacunación previa selección específica de la cepa de BCG menos virulenta en esa región geográfica29,34. Rev Med Chile 2011; 139: 1605-1610 Conclusiones La TB continua ofreciendo desafíos intelectuales complejos, que atraen a científicos de diversas disciplinas en un intento por comprender su biología y patogénesis. Ello requiere conocer en detalle los determinantes bacterianos involucrados en la virulencia de Mtb, así como también de la caracterización de la respuesta inmune que instaura el ser humano en las distintas etapas de la infección. Dentro de los desafíos pendientes se encuentra la identificación de “blancos” alternativos para el tratamiento de la TB activa y latente, el desarrollo de una vacuna, posiblemente recombinante, que sea verdaderamente eficaz y que reemplace o mejore a las cepas de BCG que se producen hoy en día. Referencias 1. Perkins MD, Kritski AL. Diagnostic testing in the control of tuberculosis. Bullettin WHO 2002; 80 (6): 512-3. 2. http://www.who.int/tb/publications/global_report/2009/ key_points/es/index.html. OMS, 2009. 3. 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The development of the discipline in Chile has been modest and most projects have originated from the interest of individual people or institutions, without a systematic and coordinated national development. Considering the unique features of health care system of our country, research in the area of biomedical informatics is becoming an imperative. (Rev Med Chile 2011; 139: 1611-1616). Key words: Computational Biology; Health Policy; Medical Informatics; Public Health Informatics. E n el paradigma actual de práctica médica dependemos extensamente de expertos que reconocen patrones, basados en datos imprecisos que no necesariamente tienen correlación directa con el estado fisiológico del paciente1-3. Esta forma tradicional de practicar medicina se ve limitada por la capacidad del cerebro humano, que puede manipular pocos conceptos simultáneamente4. Estas limitaciones llevan irreversiblemente a la especialización extrema, en la que los profesionales se ven obligados a enfocarse en un subconjunto cada vez más pequeño del paciente para poder mantenerse actualizados5. Esta situación se hace más evidente al considerar la enorme cantidad de información disponible y la velocidad con que ella se sigue acumulando. Anualmente, más de 600.000 nuevas publicaciones son indexadas en PubMed6. Esta sobrecarga de información ocurre igualmente en las demás disciplinas biomédicas. En este contexto se han producido dos fenómenos que cambiarán la forma en que se practican y desarrollan estas disciplinas. Primero, los computadores son cada vez más pequeños y baratos, lo que explica su progresiva incorporación a la práctica de las ciencias biomédicas. Segundo, las capacidades de generar y procesar información han crecido en forma exponencial, y los costos Trabajo apoyado por el programa de becas Fulbright - MECESUP. La fuente de financiamiento no tuvo participación alguna en la elaboración de este manuscrito ni en la decisión de envío para publicación. Recibido el 29 de junio de 2011, aceptado el 4 de octubre de 2011. Correspondencia a : Daniel Capurro Lira 63, Primer Piso Santiago. Chile Teléfono: 9501027 Celular: +56-2-3543030 E-mail: dcapurro@med.puc.cl involucrados han disminuido notablemente. Por lo tanto, tenemos disciplinas que utilizan información intensamente, a las cuales se está incorporando progresivamente el uso de computadores, causando una explosión en la cantidad de información generada y disponible para ser analizada. Esos son los ingredientes presentes en la génesis de esta disciplina, la Informática Biomédica. El uso del término ‘informática’ es controvertido. En muchas organizaciones, las unidades de informática son aquéllas que instalan y prestan soporte a computadores, redes y software, por lo que es común asociar el término a este tipo de actividades. Incluso en las universidades e institutos chilenos, las carreras de informática están orientadas a enseñar tecnologías de la información a nivel técnico. Pero la definición más amplia de la Informática es de una disciplina que se dedica al estudio de la interacción de las personas con la información y la tecnología. Es a este concepto al que nos referiremos en este artículo. La palabra Informática fue utilizada por primera vez en la Universidad Estatal de Moscú, como Informatik7. Inicialmente se definió como “la disciplina que estudia la estructura y las propiedades generales de la información científica y las leyes que rigen los procesos de comunicación 1611 artículo especial Informática biomédica - D. Capurro et al científica”8. Actualmente, las definiciones más aceptadas son las que se refieren a la Informática Biomédica como “la ciencia interdisciplinaria que estudia y busca usos efectivos de los datos, la información, y el conocimiento biomédico para la investigación científica, resolver problemas y tomar decisiones, motivada por mejorar la salud humana”9. Esta definición refuerza el concepto que la Informática estudia la información en el contexto de su interacción con las personas y, a su vez, de éstas con la tecnología. A pesar del enorme progreso tecnológico que ha ocurrido en las ciencias biomédicas, los computadores se han incorporado lentamente en comparación a otras áreas de la ciencia. Las primeras referencias a la incorporación de computadores a la medicina ocurrieron en la década de 1950 y estaban vinculadas a las áreas de bioingeniería, cuando ese término agrupaba todo lo relacionado con biología e ingeniería. Con el transcurso de los años, comenzaron a surgir términos como computación médica, procesamiento de información médica, ciencias de la información médica, entre otros. Muchos de estos términos se utilizaron indiscriminadamente, ayudando a crear confusión. Hoy en día la Informática Biomédica abarca todas estas áreas. Por lo tanto hemos adoptado el término “Informática Biomédica” como el nombre de la disciplina10. Muchos se preguntarán: ¿Por qué la Informática Biomédica es diferente a la de otras áreas? ¿Por qué hay que definir una nueva disciplina? La respuesta es que tanto la información biomédica como el ámbito en que ésta existe tienen características únicas. En primer lugar, se trata de información estructuralmente compleja: no es simple representar en un computador la información relativa a vías metabólicas de una célula o todas las relaciones anatómicas del corazón humano. En segundo lugar, la información biomédica es incierta. Cuando se ingresa un diagnóstico a una base de datos, se ingresa lo que el clínico tratante cree es el diagnóstico más probable en ese momento. Rara vez se tiene certeza absoluta de que ese diagnóstico es real. Si hablamos de los “problemas” de un paciente, la incertidumbre es aún mayor2. Hay otro elemento que hace que la información biomédica sea diferente a otros tipos de información. Se trata de información de la salud de personas, por lo que las medidas de privacidad 1612 y seguridad deben ser máximas, y aún más, las consecuencias de que un sistema falle son enormes. Puede argumentarse que hay otras disciplinas que usan información tanto o más incierta, que requieren de medidas de seguridad mayores o que la información es más compleja, pero es la coexistencia de este conjunto de elementos la que hace de la información biomédica algo único. Habiendo definido el ámbito de esta disciplina, podemos ahora describir sus componentes. Como se ilustra en la Figura 1, esta disciplina abarca desde las ciencias biológicas hasta la salud pública, e incluye los siguientes sub-dominios: a. Bioinformática: estudia la información biológica, especialmente celular y molecular. Ejemplos: análisis de secuencias genéticas, representación de información relativa a vías metabólicas y de señalización intracelular y simulación de procesos fisiológicos, entre otras. b. Procesamiento de imágenes: estudia el almacenaje y procesamiento de imágenes biomédicas. Por ejemplo, el procesamiento y análisis de imágenes radiológicas, de anatomía patológica o de microscopía. c. Informática Clínica: estudia la información generada por la atención directa de pacientes. Por ejemplo, el estudio del diseño y la implementación de registros clínicos electrónicos, sistemas de ayuda en la toma de decisiones, telemedicina, etc. d. Informática en Salud Publica11: estudia la información de la salud de la población. Ejemplos: registros poblacionales, sistemas de vigilancia y monitoreo de enfermedades, sistemas de comunicación en situaciones de emergencia, etc. e. Informática para pacientes: estudia la interacción entre los pacientes y la información. Por ejemplo, las fichas electrónicas personales, las tecnologías móviles para el manejo y control de patologías crónicas, etc. f. Informática Traslacional: busca integrar las áreas ya descritas a través de la integración de la información biomédica. Por ejemplo, el uso de registros clínicos electrónicos como fuente de fenotipos para investigación genética, el uso de información genética para toma de decisiones en salud pública, la utilización de información clínica para gestión, etc. Siendo una disciplina transversal, la Informática Biomédica se relaciona y se nutre de múlti- Rev Med Chile 2011; 139: 1611-1616 artículo especial Informática biomédica - D. Capurro et al Figura 1. Componentes de la Informática Biomédica. La informática biomédica puede subdividirse en distintos componentes dependiendo de si el foco de atención está en la biología, medicina clínica o salud pública, sin embargo, existe una notable superposición entre dichos componentes. ples áreas del conocimiento. De las ciencias de la computación toma el diseño de algoritmos para el procesamiento de datos, conceptos de bases de datos e inteligencia artificial, entre otras. Incorpora también elementos de las ciencias cognitivas, como la interacción persona–computador y el diseño centrado en el usuario. Y con mayor fuerza en la última década, las ciencias sociales centradas en el estudio de factores organizacionales presentes en la incorporación y utilización de este tipo de tecnologías en entornos sanitarios. Desarrollo actual y nuevas áreas Durante las primeras décadas, las áreas de desarrollo se centraron principalmente en torno a la informática clínica. Las principales publicaciones del área se referían a los Registros Clínicos Electrónicos (RCE), los Sistemas de Información Hospitalaria y a Inteligencia Artificial para apoyar la toma de decisiones clínicas. Progresivamente se agregaron otras áreas como la bioinformática, con el análisis de secuencias genéticas, vías metabólicas y estructuras proteicas; y la informática en salud pública, con los sistemas de vigilancia epidemiológica, las bases de datos poblacionales, la detección automática de brotes de enfermedades, entre otras. A ellas, se han agregado algunas que vale la pena destacar: Informática de Pacientes. Con más de 7 millones de usuarios de Internet y más de 16 millones de teléfonos celulares en Chile el año 200912, el acceso a computadores e internet ha aumentado Rev Med Chile 2011; 139: 1611-1616 explosivamente. Con ellos, los pacientes pueden acceder directamente a sistemas de información sanitarios y es posible utilizarlos para optimizar la entrega de información y para la prestación de servicios de salud. Esta área se dedica a estudiar cómo los pacientes interactúan con la información relacionada a su salud y con los sistemas que permiten mejorar el diagnóstico y tratamiento de sus enfermedades. En este mismo ámbito, se están desarrollando sistemas que permitan monitorear el estado de pacientes con enfermedades crónicas para poder detectar a tiempo complicaciones o evitar descompensaciones. Ejemplos de esto son las mediciones de peso para pacientes con insuficiencia cardíaca13, monitorización de pacientes con Alzheimer, medición de la glicemia y de la ingesta de carbohidratos para pacientes con diabetes14 o la detección de caídas en adultos mayores. Informática Traslacional15. La Informática Traslacional se refiere al traslado de información de una disciplina a otra, específicamente a acelerar el traslado del conocimiento desde las ciencias básicas hacia la clínica y salud pública, y viceversa. Actividades esenciales de esta área son la integración de bases de datos clínicas y biológicas para poder descubrir nuevas aplicaciones, la integración de información genética con bases de datos regionales o nacionales para efectos similares pero con alcances poblacionales. Adicionalmente, utiliza la integración de bases de datos clínicas con sistemas de administración para potenciar la gestión a nivel local o regional de las organizaciones de salud. 1613 artículo especial Informática biomédica - D. Capurro et al Minería de datos clínicos. Esta es un área presente desde los inicios, pero cobra especial relevancia últimamente debido a la cantidad de información disponible, y la capacidad que existe para analizarla. Incluye aplicaciones como el procesamiento de lenguaje natural, que permite extraer conceptos clínicos y biológicos de textos sin formato, y la minería de datos, que permite detectar patrones de asociación entre variables en grandes bases de datos que de otra forma serían imposibles de analizar. Disciplina en nuestro país En Chile, igual que en otros países, la implementación de sistemas de información en salud comenzó en forma de actividades aisladas, desarrolladas por individuos con interés personal en la materia. Recién el año 2004 el Ministerio de Salud comenzó a coordinar, al menos parcialmente, las iniciativas en este ámbito, creando el Departamento de Agenda Digital en Salud con la misión de generar las condiciones necesarias para el éxito en la incorporación de este tipo de tecnologías. Dentro de sus funciones se incluyó el desarrollo del marco ordenador para la actividad de las tecnologías digitales en el sector. Como resultado se editó el denominado “Libro Azul” que delineó ampliamente la ruta a seguir para el diseño y la implementación de los sistemas de información para apoyar la reforma de salud, entonces en desarrollo16. Sin embargo, los sucesivos cambios de gobierno han generado ajustes, lo que se ha traducido en una demora en la realización de la visión plasmada en dicho documento. Considerando la estructura del sistema de salud chileno, con aseguradores y prestadores públicos que cubren a la mayoría de los habitantes, es crítica la integración de la información a nivel nacional. Un elemento central para ello debe ser la definición de estándares que permitan integrar sistemas a cualquier nivel. Lamentablemente, no se ha avanzado de manera consistente en una legislación que defina estándares para el uso de estas tecnologías en el país. Por otro lado, tanto los Servicios de Salud que son responsables de los complejos asistenciales hospitalarios, como los municipios, que administran los Centros de Salud que forman la red de atención primaria de salud del país, han iniciado proyectos propios de introducción de tecnologías de la información y, más 1614 específicamente, registros clínicos electrónicos. El resultado es la coexistencia de múltiples sistemas con funcionalidades heterogéneas e incompatibles entre sí. Ya el año 2003, el Ministerio de Salud (MINSAL)17 señalaba la existencia de aplicaciones locales no compatibles entre sí, con las consiguientes dificultades de integración de información a través de las redes, así como para la obtención de información agregada a nivel nacional. Esta situación se mantiene hasta la fecha, donde cada comuna ha definido sus propios requerimientos y estándares de comunicación para los sistemas a implementar. Adicionalmente, hasta la fecha tampoco existe una evaluación formal, científica de los sistemas implementados, de su estado de implementación o de su impacto. En el sistema de salud privado existen numerosas experiencias; sin embargo, sólo algunas han sido publicadas. De ellas podemos destacar la implementación de RCE a nivel ambulatorio: • Megasalud18: desarrolló una ficha clínica electrónica y se implementó un servicio que permite recuperar la información disponible en la ficha utilizada previamente. • Red de Centros de Salud Familiar Ancora UC: se implementó un registro clínico electrónico en tres Centros de Salud Familiar. Esta experiencia ha sido considerada como experiencia exitosa del programa “Consultorio sin papel” del MINSAL al permitir el registro electrónico de la mayoría de los procesos clínicos (Soto et al., INFOLAC 2008). • ITMS Chile19: en conjunto con el MINSAL, se implementó un sistema de electrocardiogramas a distancia, para poder dar cumplimiento a las garantías de atención de patologías cardiovasculares definidas en la ley. Además de las actividades de implementación de sistemas de información en salud, el año 2009 inició sus actividades la Asociación Chilena de Informática en Salud (ACHISA)20. ACHISA busca difundir y desarrollar la disciplina en el país. A partir del año 2010, ACHISA también forma parte de la Asociación Internacional de Informática Médica (IMIA), conectando formalmente la disciplina en Chile con el resto del mundo. La investigación local en esta disciplina ha sido escasa. Las áreas más desarrolladas han sido la bioinformática y el procesamiento de imágenes biomédicas. La Universidad de Chile posee los Rev Med Chile 2011; 139: 1611-1616 artículo especial Informática biomédica - D. Capurro et al laboratorios de Análisis de Imágenes Científicas y el Centro de Modelamiento Matemático, que desarrolla aplicaciones en análisis de secuencias genéticas y procesamiento de imágenes; la Universidad Católica posee el Laboratorio de Bioinformática Molecular y el Centro de Imágenes Biomédicas; y la Universidad de Talca cuenta con el Centro de Bioinformática y Simulación Molecular. Recientemente se han creado centros específicamente dedicados a la investigación y difusión de la disciplina en la Universidad Central y en la P. Universidad Católica de Chile. La investigación en el área clínica y salud pública es muy escasa. Hasta la fecha conocemos la iniciativa llevada a cabo por la Escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica, diseñando e implementando tecnologías de comunicación para apoyar el autocuidado de pacientes con diabetes21. Sabemos de la existencia de otros proyectos académicos en desarrollo, pero aún no existen publicaciones al respecto. Pasos pendientes Sin desconocer los avances, creemos que hay áreas que no han sido adecuadamente desarrolladas y que debieran ser foco de nuestra atención: • Estándares: la adopción de estándares es un elemento clave para aprovechar estas tecnologías a plenitud. Los sistemas que conversan entre sí permiten acceder a información acerca de la salud de la población y de la prestación de servicios de salud a nivel nacional. Actualmente, son pocos los países que han logrado este objetivo. Estandarizar una vez que ya están implementados los sistemas es muchísimo más caro y, muchas veces, inviable. Junto con ello, es necesario estandarizar lo que se entiende por un registro clínico electrónica en cuanto a sus funcionalidades. Esto permitirá a las distintas organizaciones de salud saber con precisión qué proveedor es capaz de entregar las funciones necesarias. En este punto es crítico el rol facilitador y regulador del Estado. • Salud Pública: si los prestadores de salud han tardado en implementar estos sistemas, la salud pública ha tardado más aún. Necesitamos contar con una infraestructura de vigilancia adecuada que permita recolectar información eficientemente para poder alimentar adecuadamente los procesos de toma de decisiones. Rev Med Chile 2011; 139: 1611-1616 • Educación: hasta el momento los únicos programas de entrenamiento en la disciplina que existen en el país son el de Tecnólogo en Informática Biomédica dictado por el centro de formación técnica DUOC-UC y el de Ingeniería en Bioinformática de la Universidad de Talca. A nivel de posgrado los proyectos más avanzados en el país son del Centro Heidelberg para Latinoamérica, ubicado en Santiago de Chile, que en conjunto con la Universidad de Chile, está dictando diplomados y preparando un Magíster en Informática Biomédica y el Centro de Informática en Salud de la Universidad Central que también dicta diplomados. Proponemos una educación con énfasis en formar profesionales capaces de realizar investigación y desarrollo en la disciplina. Considerando el tamaño de nuestro país, debiese haber coordinación y colaboración entre universidades y no fragmentación de esfuerzos. • Investigación: Si bien somos un país en que las tecnologías de la información han sido rápidamente adoptadas, estamos implementando sistemas de información que han sido diseñados para otras culturas, en otros idiomas, para otros sistemas de salud. Nuestra experiencia de diseño, implementación y adaptación de estas tecnologías también será, sin duda, diferente, generando una oportunidad de extremo valor para la investigación en esta disciplina. Adicionalmente, la bioinformática entrega herramientas imprescindibles para avanzar en investigación biomédica y que pueden ser de gran impacto en el estudio de patologías que son características en Chile. Para desarrollar investigación en la disciplina es esencial contar con capital humano avanzado que tenga las herramientas necesarias y financiamiento apropiado. La colaboración entre centros de investigación, tanto nacionales como extranjeros, y entre éstos y el MINSAL, es también esencial para el progreso de la disciplina en nuestro país. Conclusiones La Informática Biomédica es una disciplina que responde a las necesidad actual de las ciencias biomédicas de aprovechar mejor la tecnología para la generación y uso de la información. Existen numerosas áreas de desarrollo que pueden impactar 1615 artículo especial Informática biomédica - D. Capurro et al de manera decisiva en la salud de la población, y en la forma de hacer investigación biomédica. Nuestro país, si bien ha avanzado en esta área, aún tiene mucho que recorrer, especialmente en los roles del Estado en definir estándares que permitan aprovechar de mejor manera los recursos, incentivar la cooperación pública-privada, y fomentar la colaboración entre universidades para generar educación e investigación de punta. Referencias 1. Ledley R, Lusted L. Reasoning Foundations of Medical Diagnosis. Science 1959; 130: 9-21. 2. Blois MS. Information and Medicine: The Nature of Medical Descriptions. University of California Press; 1984. 3. Elstein AS, Schwartz A, Schwarz A. Clinical problem solving and diagnostic decision making: selective review of the cognitive literature. BMJ 2002; 324: 729–732. 4. Miller GA. 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Rev Med Chile 2011; 139: 1611-1616 salud pública Rev Med Chile 2011; 139: 1617-1623 Garantía de oportunidad, artrosis y autorreporte de salud en personas con artrosis en una comuna de la Región Metropolitana MAURO TAMAYO R.a, JAME REBOLLEDO S.b Knowledge about health care rights among a group of Chilean patients with knee osteoarthritis Background: Mild to moderate osteoarthritis of the knee in people over 55 years of age is one of the diseases whose management is covered by the explicit guaranties in health system (GES) in Chile. All beneficiaries with the disease should be informed about their rights to receive free treatment. Aim: To assess the degree of awareness about their rights among patients with knee osteoarthritis, admitted to GES. Material and Methods: Two hundred forty one patients aged 55 to 93 years (180 women) with knee osteoarthritis admitted to GES, answered at their homes a survey about their rights to receive health care, included in the GES system and about their disease. Results: Fifty percent of patients did not know what GES system was, 26% admitted to have a limited knowledge and 24%, a full knowledge. Sixty two percent were not informed about the nature of their disease and 42% perceived their health as less than optimal. There was a significant association between the level of knowledge about GES and osteoarthritis and their self-perception of health. Conclusions: Half of the patients with knee osteoarthritis surveyed, were not aware of their health care rights included in GES and received scanty information about their disease. (Rev Med Chile 2011; 139: 1617-1623). Key words: Health care reform, (Chile); Osteoarthritis knee; Primary Health Care. E n Chile, durante el año 2004, se establece un régimen de Garantías Explicitas en Salud (GES)1, reforma sanitaria que entrega tanto a usuarios del sistema público (FONASA) como privado (ISAPRE) garantías de acceso, oportunidad, protección financiera y calidad en salud, basándose en principios como el derecho a la salud, equidad, solidaridad, uso eficiente de los recursos y participación social2. El régimen GES asegura todos los procedimientos de diagnóstico, tratamiento y seguimiento en un número limitado y progresivo de condiciones de salud específicas que tengan alta prevalencia y que respondan al cambio epidemiológico del país1-3. La transformación de la estructura etaria im- Línea de Gestión y Salud Pública, Escuela de Kinesiología, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. a Kinesiólogo. b Ayudante alumna. Esta investigación no contó con financiamiento externo. Recibido el 12 de julio de 2011, aceptado el 4 de octubre de 2011. Correspondencia a: Klgo. Mauro Tamayo R. Escuela de Kinesiología, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Independencia 1027. Santiago de Chile. E-mail: mtamayo@med. uchile.cl prime demandas sociales, económicas y políticas particulares4; la proyección para el 2015 en Chile es contar con 14,7% de adultos mayores5, nuestra transición epidemiológica se caracteriza por presentar un incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles3,6. Dentro de éstas, las enfermedades reumatológicas se encuentran entre las causas más frecuentes de morbilidad, incapacidad y utilización de servicios de salud7. En este contexto la artrosis, cuadro caracterizado por la pérdida progresiva del cartílago articular asociado a la alteración del tejido ligamentoso8,9, se transforma en una preocupación especial sobre todo si se consideran estudios nacionales como el realizado en el Consultorio Externo de la Unidad 1617 salud pública GES, artrosis y autorreporte de salud. - M. Tamayo et al de Reumatología del Hospital de Temuco, que la señala como la segunda patología más diagnosticada10, además de producir molestia y limitación funcional en adultos mayores11. Con estos fundamentos, este cuadro se incorpora desde el 1 de julio de 2007 a las prestaciones GES, con el objetivo de asegurar el tratamiento médico en personas de 55 años y más con artrosis de cadera y/o rodilla, leve o moderada12, garantizándose el acceso a tratamiento médico en las primeras 24 horas a partir del diagnóstico y atención por especialista dentro de 120 días desde la derivación11. De acuerdo a la Ley 19.966 estas normas de atención deberán ser de conocimiento público; sin embargo, estudios sobre conocimiento de los usuarios acerca del régimen de Garantías Explicitas en Salud revela que, debido a la desinformación, las personas utilizan parcialmente el sistema13,14. En 2008, a pesar de que no se consolida un conocimiento masivo al respecto, se observa un menor nivel de desconocimiento que en el 200714. La educación de los pacientes en relación a artrosis, realizada en atención primaria, parece mejorar la autopercepción de salud y su capacidad funcional en algún grado15. Entregando beneficios adicionales a su tratamiento con antiinflamatorios no esteroidales, mejora la percepción sobre el dolor y la funcionalidad16. La educación de los pacientes sobre enfermedades crónicas es una estrategia que se ha implementado con cierto éxito. Estudios acerca de este tipo de enfermedades, como los problemas reumatológicos, concluyen que la educación del paciente puede mejorar los resultados de salud, incluyendo su calidad de vida, siendo más beneficiosos cuando se trata de un programa atendido por un equipo multidisciplinario17,18. Otros estudios señalan la importancia de la educación en la efectividad de los tratamientos, en especial al tratarse de patologías que requieren de un importante auto cuidado, como lo son la osteoporosis y la diabetes19,20. Por lo tanto, no es de extrañar que la educación de las personas con artrosis de cadera o rodilla tenga un alto grado de recomendación11. El objetivo de este estudio es identificar la percepción de conocimiento de las personas ingresadas a GES con diagnóstico de artrosis leve o moderada, en relación al régimen de garantías y su cuadro clínico, relacionados a su vez con su autorreporte de salud en una comuna de la Región Metropolitana. 1618 Personas y Método Estudio descriptivo, transversal, realizado con personas inscritas en los cuatro centros de atención primaria de la comuna de Cerro Navia. El universo está constituido por personas mayores de 55 años con artrosis de cadera y/o rodilla, leve o moderada, incorporadas al registro SIGGES: 647 personas. La muestra poblacional corresponde a 241 personas y se obtuvo en forma aleatoria estratificada por centro, con un intervalo de confianza de 95%. Además, y con el fin de asegurar un número mínimo de participantes, se diseñó un sistema de reemplazos con lo cual se cumplió con 100% de lo planificado. El criterio de inclusión fue haber ingresado a régimen GES entre febrero de 2007 y diciembre de 2010. Se excluyeron de la muestra aquellas personas con capacidades cognoscitivas alteradas o que al momento de la entrevista no se encontraban en su domicilio. El instrumento de medición consistió en una encuesta realizada en el domicilio de los participantes del estudio. Las preguntas utilizadas se basaron en diseños de otras investigaciones9,13. Las variables a analizar fueron: características de la muestra; percepción de conocimiento general sobre el régimen GES y específico de las garantías en artrosis de cadera y/o rodilla, leve o moderada; manejo de información de su patología; fuente de información y autorreporte de salud. La variable percepción de conocimiento fue medida a través de cinco preguntas cerradas: 1) En términos generales ¿sabe usted de qué se trata el plan AUGE?; 2) ¿Se le informó que su artrosis (de cadera/ de rodilla) estaba cubierta en el AUGE?; 3) ¿Quién le informó?; 4) ¿Conoce sus beneficios y derechos al estar en el programa de artrosis del AUGE? y 5) Con lo que sabe, ¿Usted sería capaz de explicar a otra persona sobre sus derechos AUGE que tuviera artrosis de cadera/rodilla leve o moderada? La variable manejo de información sobre su cuadro fue medida a través de tres preguntas cerradas: 1) ¿Se le entregó información sobre su enfermedad?; 2) ¿Quién le informó?; 3) Con lo que usted sabe, ¿sería capaz de explicar a otra persona que es la artrosis? Finalmente, el autorreporte en salud fue medido a través de una pregunta cerrada: Usted diría que en general su salud está: 1. Muy mal, 2. Mal, 3. Menos que regular, 4. Regular, 5. Más que regular, 6. Bien, 7. Muy bien y 0; No sabe; Rev Med Chile 2011; 139: 1617-1623 salud pública GES, artrosis y autorreporte de salud. - M. Tamayo et al siguiendo la metodología utilizada en la encuesta CASEN 200921. Para su análisis se agruparon las respuestas en dos rangos: insuficiente y suficiente, a objeto de establecer una clara diferencia entre la percepción de una salud “mala” y otra, desde “buena” a “regular”, el cual es un nivel de exigencia básico. La recolección de datos se llevó a cabo por encuestadores previamente capacitados. Esta investigación cuenta con la aprobación del Comité de Ética de Investigación en Seres Humanos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Se solicitó consentimiento informado a cada uno de los participantes, manteniendo la privacidad y seguridad de la información. Los datos fueron analizados mediante análisis de frecuencia y para correlación se utilizó χ2 (p < 0,05) con SPSS 17.0. Resultados Las características de la muestra se resumen en la Tabla 1. Conocimiento general sobre el régimen GES: El 50,2% refirió no conocer en qué consiste el plan AUGE, 25,7% reportó conocer más o menos y 24,1% expresó sí conocerlo. Resultados por centro se resumen en la Figura 1. Cuarenta y cuatro coma ocho porciento refirió si haber sido informado que su patología estaba incorporada en el régimen GES, 53,1% dijo no haber sido informado y 2,1% no sabe si se le informó. Desglosando cada CESFAM: Steeger, Albertz, Lo Amor y Cerro Navia señalaron haber sido informados 52,3%, 40,9%, 48,9% y 38,5% respectivamente, y no haber recibido información 43,1%, 56,1%, 51,1% y 61,5%. Expresaron no saber si habían sido informados, sólo en dos centros: Steeger (4,6%) y Albertz (3%). Conocimiento específico sobre las garantías en artrosis de cadera y/o rodilla, leve o moderada: Del total de quienes fueron informados que su cuadro incluye garantías explicitas (n = 108) el 76,9% señaló no conocer cuáles son sus beneficios o derechos al estar en el programa de artrosis del AUGE. La evaluación por cada centro fue: Steeger (70,6%), Albertz (96,3%) Lo Amor (72,7%) y Cerro Navia (68%). Por otro lado, de 26,8% que dijo sí conocer o conocer más o menos sobre sus derechos y beneficios, 60% dijo sí poder explicar lo que sabe a otra persona, 24% no podría y 16% podría explicarlo más o menos. En cuanto a cada centro, los resultados muestran que, de quienes fueron informados que su artrosis estaba en el régimen GES, en el CESFAM Steeger 20,59% dijo sí conocer sus beneficios y 8,82% los conoce más o menos. De éstos, 60% sí podría explicar lo que conoce a otra persona, 20% no podría y el porcentaje restante podría explicarlo más o menos. En el CESFAM Albertz, 3,7% de los que habían sido informados conoce sus beneficios; todos ellos reportaron Tabla 1. Características de la muestra CESFAM Steeger (n = 65) Albertz (n = 66) Lo Amor (n = 45) Cerro Navia (n = 65) Total (n = 241) Sexo F % F % F % F % F % Femenino 50 76,9 48 72,7 29 64,4 53 81,5 180 74,7 Masculino 15 23,1 18 27,3 16 35,6 12 18,5 61 25,3 Fonasa A 31 47,7 21 31,8 22 48,9 34 52,3 108 44,8 Fonasa B 22 33,8 35 53 19 42,2 20 30,8 96 39,8 Fonasa C 4 6,2 6 9,1 2 4,4 7 10,8 19 7,9 Fonasa D 8 12,3 4 6,1 2 4,4 4 6,2 18 7,5 Previsión Edad (años) Media (rango) 68,48 (57-84) Media (rango) 70,91 (55-93) Media (rango) 69,36 (57-89) Media (rango) 67,38 (56-87) Media (rango) 69,01 (55-93) F: frecuencia, %: porcentaje, CESFAM: Centro de Salud Familiar. Rev Med Chile 2011; 139: 1617-1623 1619 salud pública GES, artrosis y autorreporte de salud. - M. Tamayo et al Figura 1. Percepción de conocimiento AUGE por cada Centro de Salud y total. (“En términos generales ¿sabe usted de qué se trata el plan AUGE?” Base: total de entrevistados (241)). Figura 2. Recepción de información sobre artrosis por cada centro de salud y total. (“¿Se le entregó información sobre su artrosis?” Base: total de entrevistados (241)). Figura 3. Autorreporte de Salud por cada centro de salud y total. (“En términos generales usted diría que su salud esta:” Base: total de entrevistados (241)). 1620 Rev Med Chile 2011; 139: 1617-1623 salud pública GES, artrosis y autorreporte de salud. - M. Tamayo et al Tabla 2. Fuentes de información ¿Quién le informó? (que la artrosis esta en el AUGE). Base: Quienes fueron informados (108) ¿Quién le informó?(sobre la artrosis) Base: Quienes fueron informados (90) Médico APS 59,3% 58,9% Médico CRS/ hospital 23,1% 20,0% Kinesiólogo 3,7% 5,6% Médico particular 0,9% 4,4% Otro Total 13,0% 11,1% 100% 100% APS: Atención Primaria de Salud; CRS: Centro de Referencia en Salud. poder explicar más o menos lo que sabían. En el caso del CESFAM Lo Amor, de aquellos sujetos que habían sido informados, 9,09% sí conocía sus beneficios y 18,18% conocía sus beneficios más o menos. De éstos, el 50% sí podría explicarlo y 33,3% no. Por último, en el CESFAM Cerro Navia, 68% de los que habían sido informados no conocían sus beneficios. Asimismo, de 32% que sí los conocía 75% sí podría explicar lo que sabe sobre sus garantías a otra persona y 25% no. Manejo de información sobre su patología: Al preguntarles: ¿Se le entregó información sobre su artrosis? 62,7% del total de entrevistados reportó no haber sido informado. La situación para cada CESFAM se presenta en la Figura 2. De 37,3% que sí se sentía informado, 56,7% sería capaz de explicar qué es la artrosis, 27,8% podría explicarlo más o menos y 15,6% no podría explicarlo. Sí podrían explicarlo a otra persona: en el CESFAM Steeger 55%; Albertz 60,71%; Lo Amor 50% y Cerro Navia 54,17%. Señalaron no poder explicarlo: CESFAM Steeger 15%; Albertz 21,4%; Lo Amor 50% y Cerro Navia 17,86%. Podrían explicarlo más o menos: CESFAM Steeger 30%; Albertz 17,9% y Cerro Navia 25%. Fuente de información: 108 de los 241 entrevistados (44,8%) comunicó haber sido informado que su artrosis estaba cubierta por el plan AUGE, labor realizada en 59,3% de los casos por un médico de APS (Tabla 2). Treinta y siete coma tres porciento de los entrevistados habría sido informados sobre las características de su cuadro, tarea Rev Med Chile 2011; 139: 1617-1623 realizada en 58,9% de los casos por un médico de APS. Las otras fuentes de información se detallan en Tabla 2. Autorreporte de Salud: El 41,9% de los entrevistados refirió una percepción de salud insuficiente, 58,1% la percibía como suficiente y de éstas la percibía regular 43,1%, bien 15% y muy bien no tuvo respuestas. Evaluación por centro Figura 3. Correlación percepción de conocimiento y autorreporte de salud: Al evaluar si existe alguna correlación entre las variables percepción de conocimiento GES y autorreporte de salud agrupados en dos rangos, obtenemos que son independientes entre sí. De la misma forma, al estimar la relación entre percepción de conocimiento sobre artrosis y autorreporte, se determina una asociación significativa con p = 0,037. Al relacionar conocimiento GES con información sobre artrosis, obtenemos (p = 0,000006), es decir, existe correlación significativa entre estas dos últimas variables. Discusión Toda reforma no es un producto sino un proceso. Realizar esfuerzos crecientes en los diferentes niveles de atención para evaluar los cumplimientos de las diferentes garantías es un desafío para toda la red asistencial. Nuestro país, desde la década 1990-99, ha implementado un modelo de salud primaria basado en el enfoque biopsicosocial y en los principios de la Medicina Familiar22, cuya principal cualidad debe ser su enfoque educativo, en especial la 1621 salud pública GES, artrosis y autorreporte de salud. - M. Tamayo et al promoción/prevención, sin embargo, aún parece prevalecer el modelo biomédico que da predominio a lo curativo. Según lo planteado en la literatura internacional23,24, cerca de 80% de los adultos mayores de 55 años presentan algún grado de artrosis, teniendo una mayor incidencia la de rodilla, seguido por la de cadera24. En el ámbito nacional, 21,54% de las personas mayores de 55 años presenta dolor de rodilla no traumático de intensidad mayor o igual a 4 (siendo 0 sin dolor y 10 máximo dolor) en los últimos 7 días, cuya duración se extiende por más de 6 meses. Cumpliendo las mismas condiciones, el porcentaje que corresponde al dolor de cadera es de 10,53%; en ambos casos las mujeres presentan significativamente mayor prevalencia que los hombres25. Por lo tanto, y considerando el Censo 2002, 15% de la población de Cerro Navia sería mayor a 55 años y esta alta prevalencia de artrosis no se ve reflejada en la cantidad de pacientes registrados en SIGGES existiendo un eventual subregistro. A un poco más de seis años de su implementación, aún existe un importante porcentaje de la población en esta comuna que desconoce el régimen GES (50,2%). Estos resultados coinciden con otro estudio, donde mujeres ingresadas a GES de cáncer cérvico uterino referían en 56,7% la misma situación26. Este hecho contrasta con el informe de la Superintendencia de Salud14 en el cual 22% de la población no conoce o no está informada en relación al régimen de Garantías Explicitas. Usuarios desinformados crean falsas expectativas, lo que tiende a aumentar la disconformidad e insatisfacción de la población, situación que caracteriza a nuestro sistema de salud27. De esto se deduce que es importante rediseñar las estrategias educativas sobre garantías en salud y promover un uso efectivo del sistema. De nuestro estudio se desprende un dato relevante: un gran número de personas refieren desconocer el AUGE/GES pese a estar ya ingresadas a su registro considerando que el paso previo es su notificación, la que debe ser claramente explicada y posteriormente firmada por la persona que recibe la información1. En esta experiencia, la condición de obligatoriedad pareciera ser insuficiente. A pesar de que la educación de los pacientes presenta la más alta recomendación11, es necesario desarrollar estrategias distintas para abordar eficazmente el déficit pesquisado, puesto que, si bien los programas de educación en distintas 1622 enfermedades crónicas muestran una mejoría en la salud de los pacientes, existirían factores que influyen sobre su comprensión17; sobre esto nuestro estudio no da cuenta. No hemos entregado evidencia de asociación significativa entre percepción de conocimiento GES/AUGE y autopercepción de salud; futuros estudios podrían explorar con mayor detención esta situación. Sin embargo, se evidencia asociación entre referir haber sido informados sobre su artrosis y autorreporte de salud agrupado en dos bloques: uno insuficiente (muy mal, mal, menos que regular) y otro al menos suficiente (regular, más que regular y bien), lo que confirma lo señalado por diversas publicaciones15,16. Sería interesante observar, después de aplicar un programa de educación, los efectos sobre su funcionalidad o calidad de vida. En este sentido, el encontrar también asociación significativa entre conocimiento del régimen GES y “recibir información sobre artrosis” entregaría elementos sobre el valor sinérgico de la información otorgada a las personas, puesto que tenderían a percibir un mayor conocimiento sobre GES aquellos que además señalan haber sido informado sobre su cuadro clínico. Sin duda este grupo, cada vez más importante, concentrará gran parte de los esfuerzos y recursos de nuestro sistema de salud. Los avances que hemos obtenido como país al garantizar distintos derechos a las personas pierden sentido en la medida que no son permanentemente evaluados por los principales fiscalizadores de su cumplimiento: nuestros pacientes y sus familias, quienes parecen no contar con los suficientes conocimientos para hacer exigibles estas garantías. 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Disponible en: http://www.supersalud.gob.cl/documentacion/569/w3-propertyvalue-2971.html 1623 carta al editor Rev Med Chile 2011; 139: 1624-1625 Agencia nacional de medicamentos (ANAMED): una oportunidad para ser aprovechada National Agency for Medicaments (ANAMED, Chile): An opportunity not to be missed Sr. Editor: En mayo de 2011 el Ministro de Salud anunció el envío al Congreso Nacional del proyecto de ley que ampara la creación de la Agencia Nacional de Medicamentos de Chile (ANAMED). ANAMED se ha planteado primariamente como una institución dependiente del Instituto de Salud Pública cuyo objetivo principal es el aseguramiento de la eficacia y seguridad de los medicamentos que se comercializan en Chile. Aunque ANAMED generará indudables avances en aspectos como la bioequivalencia terapéutica de medicamentos, resulta un tanto desafortunado no aprovechar el inmenso esfuerzo que está haciendo la autoridad para convertir a ANAMED en una entidad capaz de llevar a cabo un amplio proceso de evaluación de tecnologías sanitarias (ETESA) de apoyo a la toma de decisiones en Chile. En la presente carta los autores presentamos 8 elementos que debieran ser considerados en la modificación del proyecto ANAMED para convertirla en una agencia de ETESA inserta en un marco traslacional del conocimiento1. Esto significa que a través de una evaluación de toda la evidencia disponible (eficacia, efectividad, costo-efectividad, equidad) ANAMED sea capaz de conducir un proceso que incorpore a todas las partes interesadas, culminando en una recomendación a la autoridad sanitaria respecto de la adopción o rechazo de nuevas intervenciones que, aunque primariamente para el sistema público, pueda también ser útil para el sistema privado de salud. Primero: eficacia y seguridad de medicamentos. La implementación de una normativa que regule la realización de estudios de bioequivalencia terapéutica conducida por centros acreditados en Chile está siendo adecuadamente analizada por el proyecto ANAMED y no será motivo de discusión en este manuscrito. Sin embargo, en términos de eficacia creemos que el análisis no sólo debe estar circunscrito a los ensayos clínicos controlados disponibles en la literatura sino también debe considerar una síntesis de evidencia adecuada de estudios relevantes. Esta síntesis no sólo considera revisiones sistemáticas y meta-análisis sino que, en aquellos casos en que sea posible, comparaciones indirectas 1624 y mixtas2. Adicionalmente, métodos de síntesis de evidencia podrían facilitar el análisis de subgrupos que podría verse limitado en estudios individuales, por ejemplo, por falta de potencia estadística. Segundo: Efectividad de las intervenciones. Esta efectividad, entendida como el efecto de tratamiento en condiciones reales (no controladas), puede ser obtenida combinando información de ensayos clínicos controlados y estudios observacionales (estudios de acceso, adherencia o efectos adversos) utilizando, por ejemplo, modelos de decisión. En otros casos, algunos estudios observacionales pueden ser fuente suficiente de efectividad. Tercero: Costo-efectividad de intervenciones en salud. Puesto que Chile cuenta con un presupuesto fijo destinado a salud pública, dado por el presupuesto anual, es razonable que las decisiones de cobertura de intervenciones (en el sector público) consideren la costo-efectividad de las mismas3. Es decir, que todas las intervenciones que han mostrado ser efectivas y seguras sean cubiertas por el sistema de salud plantea un escenario donde sólo serán financiadas aquellas intervenciones para las que el presupuesto alcance, el financiamiento del resto de los pacientes (los que llegaron más tarde) depende de la disponibilidad de pago (o endeudamiento) del hospital público o, en última instancia, del propio paciente. La evidencia de costo-efectividad debe ser presentada por los productores de tecnologías sanitarias y debe ser evaluada por ANAMED o, en su defecto, por centros acreditados de apoyo. Es absolutamente razonable que ANAMED solicite esta evidencia de costo-efectividad transferida a la realidad nacional, análisis que puede ser realizado por los propios productores, pero también por centros acreditados por ANAMED. Cuarto: Equidad. En términos de ETESA, equidad es una consideración que raramente ha sido considerada en la experiencia internacional4, lo que no excluye la posibilidad de que Chile sea pionero en esta área. La evidencia de efectividad y costo-efectividad puede ser evaluada también en términos de la distribución de los beneficios a través de subgrupos de la población bajo una consideración de equidad (por ejemplo, nivel socioeconómico o grupos particulares vulnerables). Esto puede determinar que existan intervenciones que, aunque más eficientes, sean menos equitativas. Así, un tomador de decisiones podría estar dispuesto a sacrificar cierto grado de salud de la población, en promedio, por mayor equidad en la distribución carta al editor de dichos beneficios. Esta es sin duda un área que requiere mayor discusión para ser implementada. Quinto: Impacto presupuestario. Se refiere a la necesidad de contar con un estudio que permita evaluar si la autoridad puede efectivamente financiar la intervención para toda la población5. Es aquí de nuevo donde la evidencia analizada para subgrupos se torna relevante, pues en aquellos casos donde el presupuesto no alcanza para dar cobertura a toda la población, si podría cubrir a aquellos que más se pueden beneficiar de la intervención. Sexto: Inclusiva. Respecto de la recomendación de adopción de tecnologías, ANAMED tiene la oportunidad de liderar el proceso mediante el cual todas las partes interesadas participan de la discusión. Por las partes nos referimos a los clínicos (médicos, enfermeras y profesionales de la salud en general), pacientes, productores, evaluadores de evidencia (epidemiólogos, economistas, analistas), eticistas y la misma autoridad sanitaria. Como resultado se puede obtener una recomendación oficial para el sistema público de salud, el cual puede también ser de utilidad para el sistema privado de salud. Séptimo: Investigación. Debido a que el rol de ANAMED es primariamente la evaluación de toda la evidencia respecto de una tecnología o intervención sanitaria, está en inmejorable posición para identificar vacíos de información que merecen ser investigados. Esto brinda una atractiva oportunidad para que el quehacer de ANAMED se articule con las funciones del Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS) y del Fondo Nacional de Investigación en Salud (FONIS) en Chile. Esta potencial colaboración es totalmente consistente con los objetivos de estas tres entidades y, en opinión de los autores, debe ser seriamente considerada6. Octavo: Independencia. Aún cuando ANAMED se ha planteado como dependiente del Instituto de Salud Pública, es opinión de los autores que la agencia debiera actuar como ente independiente de la administración gubernamental. Esto quiere decir que su organigrama debe estar conformado por profesionales seleccionados por un proceso equivalente al de alta dirección pública. Este es una de las características centrales del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) de Inglaterra, una cualidad que le ha dado legitimidad pública a las recomendaciones que emite(7). Rev Med Chile 2011; 139: 1624-1625 Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Cabieses B, Espinoza MA. [Translational research and its contribution to the decision making process in health policies]. Rev Peru Med Exp Salud Publica 2011; 28(2): 288-97. Ades AE, Sculpher M, Sutton A, Abrams K, Cooper N, Welton N, et al. Bayesian methods for evidence synthesis in cost-effectiveness analysis. Pharmacoeconomics. [Review]. 2006; 24(1): 1-19. Brouwer WB, Koopmanschap MA. On the economic foundations of CEA. Ladies and gentlemen, take your positions! Journal of Health Economics 2000; 19(4): 439-59. Cookson R, Drummond M, Weatherly H. Explicit incorporation of equity considerations into economic evaluation ofpublic health interventions. Health Econ Policy Law. 2009; 4 (Pt 2): 231-45. Mauskopf JA, Sullivan SD, Annemans L, Caro J, Mullins CD, Nuijten M, et al. Principles of good practice for budget impact analysis: report of the ISPOR Task Force on good research practices--budget impact analysis. Value in health 2007; 10(5): 336. Espinoza M, Cabieses B. A call for a broader framework for health research in Chile. Pan American journal of public health. [Letter]. 2011; 29(5): 382-3. Raftery J. NICE: faster access to modern treatments? Analysis of guidance on health technologies. BMJ. [Review] 2001; 323(7324): 1300-3. Manuel Antonio Espinoza S., MD, MSc Centre for Health Economics, University of York Departamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica de Chile Hospital de Urgencias Asistencia Pública. Santiago de Chile. Báltica Cabieses, EM, MSc, PhD Facultad de Medicina, Universidad del Desarrollo. Santiago de Chile. Bradford Institute for Health Research, National Health Service, UK Department of Health Sciences, University of York, UK Correspondencia a: Dr. Manuel Espinoza S. Alcuin A Block, Centre for Health Economics, University of York, Heslington. YO105DD, York, UK. E-mail: manuel.espinoza@york.ac.uk 1625 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA Metas terapéuticas y avances en Medicina Interna Se realizó del 20 al 22 de octubre de 2011. Presidente del Congreso: Dr. Héctor Ugalde Prieto Secretario Ejecutivo: Dr. Marcelo Llancaqueo Valeri Comité Organizador: Dr. Iván Solís Opazo Dr. Marcelo Llancaqueo Valeri Dr. Walter Passalacqua Rivanera Dra.Sylvia Echávarri Vesperinas Dr. Domingo Castillo Solís Dr. Héctor Ugalde Prieto RESÚMENES DE TRABAJOS SELECCIONADOS PARA PRESENTACIÓN ORAL PRONÓSTICO DE PACIENTES INGRESADOS A UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS POR FALLA RESPIRATORIA ASOCIADA A PRESENCIA DE INFILTRADOS PULMONARES González N 1, Puebla C. 1Interno de la Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso. Introducción: En el contexto de unidad de cuidados intensivos (UCI), la insuficiencia respiratoria aguda (IRA) asociada a infiltrados pulmonares de causa desconocida se ha asociado con una alta morbilidad y mortalidad. Existe escasa evidencia sobre la utilidad de procedimientos diagnósticos en el pronóstico de estos pacientes y su influencia en la conducta terapéutica. Material y Métodos: El objetivo principal de este trabajo fue conocer el pronóstico de pacientes con falla respiratoria e infiltrados pulmonares ingresados a UCI. Como objetivo secundario se planteó evaluar la utilidad de los medios diagnósticos de uso habitual en este grupo de pacientes en relación al pronóstico y a la conducta terapéutica. Se realizó un estudio observacional retrospectivo que incluyó todos los pacientes ingresados a UCI del Hospital Naval Almirante Nef por IRA de causa desconocida asociada a infiltrados pulmonares en la radiografía de tórax entre los años 2006-2010. Resultados: Se incluyeron 90 pacientes de los cuales el 45% fueron de sexo masculino. La edad promedio fue 66 años. El puntaje promedio de score APACHE fue 20,6. La mortalidad fue 52,2% y el tiempo promedio de estadía en UCI fueron 14 días (DS 14,4). No se encontró relación entre el tiempo de estadía en UCI y la mortalidad (p = 0,3). Tampoco se encontró relación entre la duración de la VM y la mortalidad (p = 0,7). La mortalidad se asoció de forma significativa con la edad, el score APACHE y la presencia de falla orgánica múltiple. La principal causa de IRA fue el síndrome de distress respiratorio agudo (32%) seguido de la neumonía adquirida en la comunidad (28,2%). Con un porcentaje menor la neumonía aspirativa (12,2%), neumonía nosocomial (7,8%) y neumonía criptogénica organizada (6,7%). La patología con peor pronóstico fue el COP, con una mortalidad de 83,3%. Se observó una mortalidad de 55,8% para SDRA y 53,8% para NAC. De los pacientes incluidos, 32 se realizaron TC. De ellos, el examen sólo determinó cambio de conducta terapéutica en 10 pacientes (31%). Se realizó LBA en 24 pacientes de los cuales en 14 se realizó un cambio de conducta a consecuencia del resultado (58%). Dieciséis pacientes fueron sometidos a biopsia pulmonar. El principal motivo fue el desconocimiento de un diagnóstico más un aumento del compromiso respiratorio. Sólo 8 de 16 pacientes se realizó el procedimiento. La principal causa para no realizarlo fue la inestabilidad clínica. El conocimiento del resultado determinó un cambio de conducta en 7 de 8 pacientes (88%). Los principales cambios de conducta terapéutica fueron traspaso a esquema antibiótico de 2° línea e inicio de terapia corticoidal. No hubo relación entre mortalidad y la realización exámenes. Conclusión: Los pacientes con IRA tienen alta mortalidad. La causa más frecuente fue el SDRA. El uso de procedimientos diagnósticos puede cambiar las medidas terapéuticas empleadas, en especial la biopsia pulmonar. 1626 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA ADULTO MAYOR DE 85 AÑOS EN UCI. EXPERIENCIA DE UN AÑO UPC HOSPITAL PADRE HURTADO Silva F, Partarrieu M, Guerrero J, Umaña, A. Hospital Padre Hurtado, UDD-CAS. Introducción: El aumento de la expectativa de vida ha llevado a que el grupo de adultos mayores ingrese con mayor frecuencia a las unidades de cuidados intensivos, hecho no exento de controversias. Se ha postulado que la edad avanzada más enfermedad crítica se asociaría con mayor mortalidad, lo que no justificaría su ingreso a unidades de alta complejidad. Por otro lado, existen trabajos que plantean que la edad por sí misma no sería un factor pronóstico, cobrando mayor relevancia la gravedad de la intercurrencia que llevó al paciente a la unidad, así como la funcionalidad previa del paciente. Se presenta la experiencia de la Unidad de Paciente Crítico (UPC) del Hospital Padre Hurtado con adultos mayores > 85 años en 1 año (2010-2011). De un total de 31 pacientes, 21 ingresaron a Intermedio (UTI) y 10 a UCI. El promedio de edad de los pacientes fue de 87 años, siendo un 54,8% mujeres y un 45,1% hombres. La mayoría proviene del servicio de urgencia (70,9%), y el resto se distribuye de forma homogénea entre traslados desde Medicina Interna (9,6%), Recuperación Quirúrgica (9,6%) y Cirugía (6,4%). El 67% ingresó a UTI mientras que el 32% a UCI. Los diagnósticos más frecuentes fueron: Trastornos del ritmo cardíaco y patología respiratoria (22% cada uno), seguidos de patología abdominal no quirúrgica (19,3%) y causas cardíacas no arrítmicas (16,1%). Se observó una alta prevalencia de HTA (80,6%), arritmias (45%) e ICC (38%) desproporcionada a otras comorbilidades como DHC (0%), IRC (13%), Neoplasia (6,4%). Un 22,5% estaba bajo TACO. Un 51% era autovalente mientras que un 3,2% estaba postrado. Un 35,4% presentó shock al ingreso, siendo más frecuente el shock séptico (45% dentro de este grupo). El promedio de score SOFA fue de 7,43 ± 4,1 puntos y el de APACHE II de 27,13 ± 8,9 puntos, observándose una correlación positiva con mortalidad (10 ± 2,6 y 32 ± 6,2 puntos en el grupo de fallecidos, respectivamente). El promedio de días de hospitalización fue de 15,9 ± 13,5 días, sin diferencia en el subgrupo de fallecidos (15,4 ± 16), sin embargo, este grupo tuvo más días de UPC (9,3 vs 6,4), VMI (5,9 vs 2,5) y DVA (5,7 vs 2,9). La mortalidad global fue de 41,9%, concentrándose en UCI (80%). Se encontró una mayor frecuencia de Delirium en el grupo de fallecidos (53,8% vs 33,3%). Este es un trabajo que aporta información relevante acerca de una situación cada vez más frecuente en las unidades de cuidados intensivos. Los resultados sugieren que el grupo admitido tiene una carga de comorbilidades baja y una baja tasa de postración en comparación a lo esperable por edad. Existe una asociación entre gravedad de la intercurrencia aguda, dada por los scores de gravedad calculados y mortalidad intrahospitalaria, así como una asociación entre días de VM y soporte vasoactivo y ésta. La mayor incidencia de Delirium en el grupo fallecido puede reflejar una condición de mayor gravedad instalada en pacientes que por su edad representan un grupo más frágil. EVALUACIÓN DE LA INDICACIÓN DE FÁRMACOS DE PROTECCIÓN GÁSTRICA EN UN SERVICIO DE MEDICINA INTERNA Díaz A, Betancour P, Araneda G, Vidal C. Servicio de Medicina H. Naval Almte Nef. Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso. Introducción: Los fármacos modificadores de la secreción gástrica actúan como supresores de la acidez mediante diferentes mecanismos. Pueden producir importantes efectos secundarios e interacciones, sin embargo, son utilizados en una gran proporción en el ambiente hospitalario, a pesar de que existen indicaciones bien definidas. El objetivo de nuestro trabajo es analizar la indicación de fármacos de protección gástrica en el servicio de medicina interna del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar (lugar donde el autor trabajó hasta el 2010). Pacientes y Métodos: Estudio de cohorte prospectivo observacional. Se incluyeron los pacientes que ingresaron el Servicio de Medicina entre el 5 de Octubre y el 13 de Noviembre del 2009. Las indicaciones consideradas como correctas para el uso de fármacos modificadores de la acidez, especificadas en la literatura son: a) hemorragia digestiva alta; b) úlcera péptica activa; c) pacientes con ventilación mecánica por más de 48 hrs y d) pacientes con coagulopatía, definida como recuento menor de 50.000 plaquetas o INR > 1,5. Resultados: Se revisaron 200 pacientes, el 57,5% (n = 115) fueron mujeres y 42,5% (n = 85) hombres, el promedio de edad de 61,7 años. Con respecto a los antecedentes, el 18% presentaba tabaquismo activo; un 12% de consumo de alcohol; 10,5% usa ranitidina u omeprazol diariamente en su domicilio; el 10% es usuario de corticoides; el 7,5% está en tratamiento con quimioterapia; el 2,5% es usuario de aines en su domicilio; el 2% y el 1% tiene antecedente de úlcera péptica y de gastritis crónica, y un 15% consultó por síntomas gastrointestinales. Con respecto al diagnóstico de ingreso que motivó la hospitalización del paciente, destacan un 9,5% con accidente cerebrovascular; un 7% con síndrome coronario agudo; el 6% ingresó por neumonía adquirida en la comunidad; y un 5,5% por linfoma no Hodgkin, al igual que por insuficiencia cardíaca congestiva descompensada. Del total de los hospitalizados, el 69% tenía indicado protección gástrica por su médico tratante, el 31% no. El fármaco indicado fue ranitidina en 82,6% y el 17,4% tenía indicado omeprazol. El 52,18% fue indicado desde el Servicio de Urgencia Adultos; 43,48% en el Servicio de Medicina; y 4,34% venía con la indicación desde el traslado de la Unidad de Pacientes Críticos. El 73,18% de los fármacos fue indicado desde el ingreso, y un 26,82% durante la estadía del paciente. Finalmente, al evaluar si los pacientes tenían o no indicación de protección gástrica, el 84% no cumplía los criterios de indicación; y sólo un 16% los tenía, dentro de estos destaca el 8% por cursar una Hemorragia digestiva alta; el 4% por coagulopatía; 2% por ventilación mecánica prolongada, al igual que por úlcera péptica activa. Discusión: Se encontró una elevada prescripción de fármacos modificadores de la secreción ácida gástrica, los que sugiere la necesidad de una conducta terapéutica más rigurosa, ajustada a las indicaciones avaladas. Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 1627 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA EVALUACIÓN DE LA APLICACIÓN DE LAS RECOMENDACIONES DEL CONSENSO BAVENO V EN HOSPITALES TIPO II Calderón J1, Codoceo P1, Cerda V1, Berríos S1, Carvajal C1, Contreras P1, Covarrubias N1, Bresky G2.1Alumnos Medicina. 2Profesor Departamento Cs. Biomédicas. Facultad de Medicina. Universidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile. La hemorragia por várices esófago gástricas (HVEG) es causa de descompensación y muerte en cirróticos (CH). Expertos dio recomendaciones profilácticas y terapéuticas (Baveno V) que en nuestros hospitales y consultorios muchas veces se desconocen o no se siguen correctamente. Objetivo: Evaluar el cumplimiento de las recomendaciones de Baveno V entre CH que se hospitalizan. Material y Método: Estudio descriptivo que revisa fichas (sin conocimiento de los tratantes) de 62 CH ingresados a serv. Medicina de Coquimbo y La Serena. Se analizó uso de propranolol (PPL), ligadura de VE (LVE) y frecuencia cardíaca (FC), entre otros. Se calcularon frecuencias simples, % y promedios (Excel 2007). Resultados: Pacientes: 38 H y 24 M; Edad 60,3 años (entre 22 y 86). Según Baveno V del total de pctes habría que efectuar profilaxis en 38 y se realizó en 32 (84,2%). Entre los ingresos el 14,5% no tenía registro de endoscopia previa. Sumando los sin endoscopia con los con profilaxis no indicada son 15 de 62 pctes (24,19%) en los que se incumplen las recomendaciones. Profilaxis 1ª: 10 pctes requieren profilaxis 1ª según Baveno V, de éstos 8 la recibían. Todos con PPL (FC ≤ 60x’ sólo en 25%). Profilaxis 2ª: 28 pctes requieren profilaxis 2ª según Baveno V: Ésta se realizó en 24 (11 terapia combinada; 6 LVE sola y 7 PPL sólo). Entre todos estos pacientes usuarios de PPL sólo el 16,6% presentan FC ≤ 60x’. De los 17 usuarios de LVE sólo 8 (47%) tenían citación para nueva endoscopia. Los con LVE en un 83,3% aún presentan VE en su última EDA (33,3% > 5 mm). Ingresos con HDA aguda (14 pctes): 71,4% de los sangrantes tenía sangrado previo. 28,6% tenía registro de LVE anterior. Conclusión: En la mayoría (75,8%) de los pacientes NO se aplicaron correctamente las recomendaciones de Baveno V. Del total de los pacientes que reciben profilaxis con PPL la gran mayoría (79,1%) no se betabloqueó. Existe una correcta aplicación de LVE en menos de la mitad de los casos. En nuestro medio se debe reforzar el correcto uso del PPL y LVE. Entre ambas optar por el uso de LVE para la profilaxis de HVEG tiende a ser mejor llevado. MORTALIDAD INTRAHOSPITALARIA Y POST ALTA DE PACIENTES HOSPITALIZADOS EN UN SERVICIO DE MEDICINA: ANÁLISIS DE SOBREVIDA Galindo C, Bertoglia M, Ponce de Luca R, Wolff M. Servicio de Medicina, Hospital San Borja Arriarán. Introducción: La mortalidad hospitalaria (MH) es fácilmente calculable, pero pocas veces caracterizada por variables clínico demográficas. La mortalidad post alta (MPA) no forma parte de de estadísticas habituales. Dada la importancia de conocer ambos desenlaces se decidió caracterizarlos en un servicio de medicina (SM) de un hospital base de servicio de salud. Materiales y Métodos: Estudio retrospectivo en el SM del Hospital San Borja Arriarán. Se analizaron registros de egresos durante 2009 de 2466 pacientes (pts) considerando sexo, edad, fecha de ingreso y egreso, categoría diagnóstica al egreso (CIE-10). Se calculó MH al egreso y MPA al 16/junio/11 de egresados vivos y se correlacionó con las variables basales. El estado vital post alta se obtuvo del Registro Civil en base al RUN. Análisis estadístico con software STATA 11,1, test de Kruskall-Wallis, Wilcoxon Ransksun y c2 en análisis descriptivo, con p < 0,05 para significancia estadística. Análisis de sobrevida: método Kaplan-Meier, análisis de covariables: test de Log-Rank. Resultados: 3466 pts. Promedio de edad al ingreso 58,9 años; 51,8% mujeres. Categorías CIE-10 de egreso: tumores malignos (TU) 21%; trastornos cardiovasculares (TCV) 16%; enfermedades genitourinarios (GU) 13%; digestivas (ED) 13%; respiratorias (R) 12%; infecciosas (INF) 4,5%; otras (Ot) 20%. La MH fue similar en ambos sexos, sin estacionalidad. MH en < 50 años, 2,4%; 50-65 años, 4,4%; 65-80 años, 7,9%; > 80 años 16,2%. Promedio de hospitalización: vivos al alta 12,2 días; fallecidos, 20 días (p < 0,05). Durante seguimiento post alta /promedio 1,45 años) fallecieron 1.185 pts (36,4 % de población original), 25,1 x 100 pts/año. Distribución MPA por CIE de egreso en 1185 pts: TU 34%; CV 14%; ED 14%; R 11%; GU 10%; INF 2% y Ot 13% respectivamente (resp). Mediana de edad en MH y MPA fue mayor en fallecidos vs vivos, 72,5 vs 61 años y 67,7 y 56,9 años resp (p < 0,01). Probabilidad de sobrevida post alta a 1 y 2 años: a) Global:0.81 y 0.63; b) < 50 años: 0,83 y 0,78; 50-65 años: 0,73 y 0,64; 65-80 años: 0,64 y 0,53; > 80 años: 0,57 y 0,39 resp; c) según duración de hospitalización índice: < 7 días: 0,76 y 0,66; 7-15 días: 0,74 y 0,67; 15-30 días: 0,63 y 0,55; > 30 días: 0,57 y 0,50 resp; d) Según criterio CIE de egreso: TU 0,54 y 0,40; R 0,73 y 0,62; ED 0,65 y 0,59; INF 0,83 y 0,80; GU 0,76 y 0,71; CV 0,77 y 0,68; Ot 0,83 y 0,74 resp. Hazard Ratio para MPA: edad 1,032 por año y 1,006 para cada día de hospitalización. Conclusiones: Este trabajo cuantifica y caracteriza la MH y especialmente la MPA en un SM de un hospital base. Luego de una MH relativamente baja hay una importante MPA a 1 y 2 años. Paciente de mayor edad, hospitalización prolongada y con ciertas patologías tienen factores de riesgo para mayor MPA. El estudio de estos desenlaces puede tener impacto en las políticas de salud hospitalaria. 1628 Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA EL PACIENTE CON SÍNDROME FEBRIL SIN FOCO: EXPERIENCIA DE 5 AÑOS EN UN HOSPITAL CLÍNICO CHILENO Toro L, Gaete P, Tala A, Salinas MP. Servicio de Medicina Interna, Hospital Clínico Universidad de Chile (HCUCh). Santiago, Chile. Introducción: El síndrome febril sin foco es una entidad caracterizada por la presencia de fiebre persistente, donde un estudio clínico general no logra identificar su causa. Es un cuadro complejo por las múltiples patologías que pueden causarlo, que varían según las características del paciente, la región geográfica y el período de estudio. El objetivo de este trabajo es evaluar las características del paciente con síndrome febril sin foco, ingresado a nuestro hospital. Metodología: Se revisaron bases de datos de pacientes ingresados al Servicio de Medicina Interna del HCUCh entre 2006 y 2010, para estudio de síndrome febril sin foco. Se incluyeron pacientes que presentaron fiebre (temperatura axilar mayor a 38°C) por más de 1 semana, con al menos 1 evaluación clínica previa al ingreso, sin identificar causa. Se excluyeron sujetos con hospitalizaciones recientes, inmunosuprimidos o con diagnóstico previo de VIH. Se evaluaron características demográficas, presentación clínica, diagnósticos de egreso y sobrevida. Se hizo prueba c2 y t de Student para análisis de variables categóricas y continuas, respectivamente, y análisis de sobrevida con prueba de Log-Rank. Resultados: Se encontraron 339 pacientes, equivalentes al 4,1% del total de ingresos. Edad: 45,9 ± 17,0 años. Sexo masculino: 67,3%. Tiempo de evolución: 18,2 ± 4,9 días. Estadía hospitalaria: 7,6 ± 4,7 días. 30,5% cumplió criterios de FOD clásica. No hubo muertes en la hospitalización. Las etiologías observadas fueron: 45,3% infecciosas, 16,7% neoplásicas, 13,8% autoimnunes y 8,5% misceláneas. En 15,7% no se encontró causa. En sujetos sobre 60 años se vió una mayor frecuencia de causas neoplásicas (24,3% vs 14,1%; p < 0,01), y menor de las autoinmunes (5,2% vs 16,7%; p < 0,01), respecto a la población más joven. En pacientes con fiebre sobre 3 semanas (94% correspondían a FOD clásica) hubo mayor frecuencia de causas autoinmunes (16,5% vs 8,3%; p < 0,01) y neoplásicas (19,5% vs 10,9%; p < 0,05), respecto a los con menor período de fiebre. En ambos grupos se mantiene la causa infecciosa como la más frecuente. Los diagnósticos individuales más comunes fueron: Síndrome linfoproliferativo (11,2%), infección por VIH (10,1%), infección por M. tuberculosis (6,7%), infección por Salmonella sp (5,7%) y lupus eritematoso generalizado (5,7%). La sobrevida a 1 y 2 años fue de 96,9% y 94,4%, respectivamente, con menor sobrevida del grupo con neoplasia (87% a 2 años, p < 0,05). Conclusiones: En nuestro estudio encontramos que los pacientes con síndrome febril sin foco conforman cerca de 1 de cada 24 ingresos al Servicio de Medicina Interna. Las causas más frecuentes fueron las infecciosas. En un 16% no se encontró etiologìa. Al analizar por grupos de edad y tiempo de fiebre, se vió un cambio significativo de la distribución de las causas no infecciosas. El conocimiento local de esta entidad es importante para plantear un estudio racional, y encontrar oportunamente la causa de ésta. EVALUANDO AL PROFESOR: ¿DIFIERE LA PERCEPCIÓN DE HABILIDADES DOCENTES ENTRE ALUMNOS DE PREGRADO Y RESIDENTES? Letelier LM, Aizman A, Bitrán M, Florenzano P, Strodthoff K. Pontificia Universidad Católica de Chile. Introducción: Existen múltiples publicaciones respecto a las características que un buen docente de medicina debe tener, sin embargo, hay escasa información acerca de si la percepción de las habilidades docentes de un profesor varía de acuerdo a la etapa formativa del alumno. Las publicaciones existentes muestran información contradictoria y no analizan la evaluación de un docente que enseña a distintos niveles de estudiantes de forma simultánea. Los docentes de medicina interna en la Pontificia Universidad Católica enseñan de forma simultánea a alumnos de pregrado y a residentes. Esto se realiza principalmente junto a la cama del paciente y en grupos de 2 a 6 de estudiantes. Este escenario permite comparar la percepción de las habilidades docentes de un profesor entre los alumnos de pregrado y los residentes. El objetivo del trabajo es evaluar si las habilidades docentes de un profesor que enseña de forma simultánea a alumnos de pregrado y residentes son percibidas de forma similar por ambos grupos. Método: Durante el año 2008 y 2009, 13 docentes de medicina interna fueron evaluados de forma simultánea por 238 alumnos de pregrado y 114 residentes mediante un cuestionario (MEDUC 30), desarrollado y validado previamente. El cuestionario consiste en una evaluación global de habilidades docentes y preguntas agrupadas en ocho dominios de docencia. Ambos grupos respondieron de forma anónima el cuestionario el último día de una rotación de 4-6 semanas con el docente en un hospital de Santiago. Cada ítem fue evaluado por el alumno en una escala de 4 puntos y las diferencias entre los promedios fueron evaluadas con t de Student. Resultados: El número promedio de evaluaciones por docente fue de 18,4 (9 a 26) en estudiantes de pregrado y 8,5 (2 a 16) en residentes. Los puntajes variaron entre 3,5 (evaluación) y 4 (clima de aprendizaje) en la escala de 4 puntos. No hubo diferencias en la evaluación global ni en cada uno por dominios entre alumnos de pregrado y residentes. Tampoco se encontró diferencias significativas en 7 de los 10 docentes al ser analizados de forma individual. Conclusión: La percepción de las habilidades docentes de un profesor que enseña simultáneamente a alumnos de pregrado y residentes, son percibidas de forma similar por ambos tipos de alumnos. Esto es válido tanto para la evaluación global como para cada dominio de aprendizaje. Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 1629 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA CARACTERIZACIÓN DEL INFARTO AGUDO AL MIOCARDIO EN PACIENTES DIABÉTICOS CHILENOS. 16 AÑOS DE ESTUDIO Ugalde H, Muñoz M, López G, Ugalde D. Departamento Cardiovascular, Departamento de Endocrinología y Diabetes. Hospital Clínico Universidad de Chile. Introducción: El infarto agudo al miocardio (IAM) es una de las principales causas de mortalidad en Chile, en distintos grupos de pacientes incluida la población diabética. En nuestro medio no hay estudios que tengan por objetivo caracterizar el IAM en este grupo, lo que motivó este estudio. Pacientes y Método: Desde un registro consecutivo de 1476 pacientes que ingresaron a nuestra unidad coronaria con diagnóstico de infarto agudo al miocardio, durante Enero-1988 a Diciembre-2003, seleccionando los pacientes diabéticos(GDM). Se obtuvieron antecedentes, terapia, estudio, evolución hospitalaria y seguimiento a largo plazo en mortalidad (M), luego estos datos se comparan con el grupo de pacientes no diabéticos (GnDM). Para análisis estadístico se usó prueba de c2 para variables discontinuas; t-student para continuas con un p < 0,05 como significativo. Resultados: Se obtuvo un total de 300 (20,32%) en GDM, edad promedio 64,5 años, 68,3% sexo masculino, HTA 55,7%, tabaquismo 33%. Un 46,3% con historia de angor y 10,3% IAM previo. El grupo consulta en promedio a 11.8 horas de evolución, Killip 1 de ingreso de 63,7%; 75% con SDST, 62% onda Q y 53% IAM de pared anterior. Un 28% recibe de terapia de reperfusión; un 10% requiere uso de vasoactivos y evolucionan con un 53% de complicaciones. Un 67.7% se estudia con angiografía; de los que se estudian, tienen compromiso de 3 vasos un 39,9% y 43,7% recibe revascularización. Tienen una estadía hospitalaria promedio de 15.9 días y una M intrahospitalaria de 24,3%. Al seguimiento, se observó una M al año y a 5 años de 9,6% y 29% respectivamente. El GnDM, presenta más sexo masculino y tabaquismo, menos HTA. Sin diferencias en historia previa. Consultan con menos horas de evolución, más Killip 1 de ingreso, sin diferencias en electrocardiograma. Reciben más terapia de reperfusión (38%), evolucionan con menos complicaciones. Son más estudiados y revascularizados, y tienen menor estadía hospitalaria, menor M intrahospitalaria (11%), así como a 1 y 5 años. Conclusión: El IAM en los pacientes diabéticos estudiados es un evento con menor proporción de sexo masculino, con más HTA y menos tabaquismo como comorbilidad. La demora en la consulta concuerda con lo descrito en la literatura, así como peor hemodinamia al ingreso, compromiso de más vasos, lo que no se traduciría en una conducta más agresiva, hecho potencialmente modificable; alarmantemente reciben en un bajo porcentaje terapia de reperfusión, estudio y revascularización, a pesar de evolucionar con un alto porcentaje de complicaciones y mortalidad intrahospitalaria y al seguimiento a largo plazo. En resumen, el conocimiento de las características y curso desfavorable del IAM en pacientes con DM debe determinar una conducta más agresiva en estudio y terapias con beneficio probado en este grupo, para mejorar este escenario en pacientes con una patología tan prevalente en nuestra población. LITERACIDAD EN SALUD DE PACIENTES ADULTOS CON DIABETES MELLITUS TIPO 2 (DM2) DEL CENTRO DE SALUD FAMILIAR SAN RAFAEL LA PINTANA (CESFAM-SRLP) Browne J1, Jara V1,3, Allamand J1, Besoain F1, Dominique Arcil1, Castro I1, Peñafiel F1, Ruiz C2, Turra S2, Pérez J3. 1 Interno Medicina Universidad del desarrollo, 2CESFAM San Rafael, 3Servicio Medicina Hospital Padre Hurtado. Introducción: La literacidad en salud es la capacidad de obtener, procesar y entender información básica en salud. En la última década, su estudio ha generado gran interés debido a la alta prevalencia e importantes consecuencias que se le atañen(1). El propósito de nuestro estudio será describir el nivel de literacidad médica en los pacientes diabéticos del Programa Cardiovascular del CESFAM-SRLP, con el fin de desarrollar, más adelante, estrategias dirigidas a esta población. Metodología: Se diseñó un estudio de corte transversal que se llevó a cabo durante Abril y Mayo del 2011, donde se incluyeron pacientes mayores de 18 años de ambos sexos con diabetes Mellitus tipo 2, en control por más de un año en el programa de salud cardiovascular del CESFAM-SRLP y que aceptaron participar firmando un consentimiento informado. Se aplicó el test SAHLSA-50 (Short assessment of Health literacy for Spanish-speaking Adults): una encuesta de 50 preguntas validada para medir literacidad en salud en población adulta de habla hispana. El test evalúa la habilidad de leer y entender términos médicos comunes. Un puntaje ≤ 37 puntos, determina una baja literacidad en salud. Además, se extrajeron de la ficha clínica electrónica, cartola y encuesta directa al paciente variables de interés como escolaridad, tiempo de diagnóstico de la diabetes, hemoglobina Glicosilada, co-morbilidad y daño de órgano blanco, con lo que se intentó correlacionar algunas variables. Resultados: Se encuestaron 35 pacientes. El promedio de edad fue 61,7 años y un 51% eran hombres. Los años de escolaridad promedio fueron 7,5 años. N = 17 pacientes (49%) tuvieron un puntaje menor a 37 puntos en el test SAHLSA-50. Si comparamos el promedio de los años de educación de los grupos con adecuada e inadecuada literacidad existen grandes diferencias (5,9 vs 9,2). Discusión: El porcentaje de pacientes con literacidad inadecuada es mayor a los descrita en EEUU (36%, 2003)(1), lo que significa peores resultados en salud (mayor mortalidad en adultos mayores, menos consultas en urgencias, menor uso de medicamentos preventivos, etc.). Si bien la educación, históricamente, ha sido un pilar fundamental para una buena comprensión, en el grado de literacidad médica también influye la cultura y el sistema de salud. Este último, puede ser adecuado a personas con baja literacidad con distintas tácticas como uso de manuales de fácil comprensión y estrategias de comunicación que podrían mitigar los malos resultados en salud. Conclusión: Obtuvimos un 49% de inadecuada literacidad. Esto significa un factor de riesgo agregado para malos resultados en salud, por lo que es razonable aplicar estrategias que le permitan al sistema de salud ajustarse a ellas. Referencias: 1) The prevalence of limited health literacy. J Gen Intern Med 2005; 20 (2): 175; Health literacy: report of the Council on Scientific Affairs. JAMA. 1999; 281 (6): 552. 2) Association of health literacy with diabetes outcomes. Schillinger D, et al. JAMA 2002; 288 (4): 475. 3) Health literacy and outcomes among patients with heart failure. Peterson PN, et al. JAMA 2011; 305 (16): 1695. 1630 Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA EFECTOS DEL USO DE INDOMETACINA SOBRE PARÁMETROS HEPÁTICOS Y PORTALES EN RATAS CON HÍGADO GRASO NO ALCOHÓLICO (HGNA) Carvajal N1, Gajardo R1, Bravo E1, Caballero J1, Castillo M1, González C1, Maldonado K1, Mamani C1, Quiroz N1, Vargas D1,Vera A1, Vargas C1, Araya T1, Moraga F2, Bresky G2. 1Estudiantes, 2Docentes Facultad de Medicina, Universidad Católica del Norte. El HGNA comprende desde la simple esteatosis hasta a la cirrrosis. Su patogénesis no está completamente dilucidada. Se plantea que sobre el hepatocito esteatósico la aplicación de un nuevo hito que genere estrés tisular puede gatillar la aparición de fenómeno inflamatorio (paso de esteatosis simple a esteatohepatitis). Los AINEs podrían generan daño en el hígado esteatósico. Objetivo: Comparar distintos parámetros hepáticos (Presión portal [PrP], Diámetro de Vena Porta [DP], Peso Hígado [PH], índices Presión portal/Peso Corporal [PrP/PC], Diámetro Portal/Peso Corporal [DP/PC], Peso Hígado/Peso Corporal [PH/PC] y aminotransferasas en ratas con EHNA vs ratas con EHNA e inyectadas con Idometacina. Material y Método: Se indujo HGNA en 15 ratas macho Sprague-Dawley (n = 15) a través de dieta rica en colesterol 5% durante 8 semanas. Las ratas se dividieron en dos grupos: uno sin indometacina (GC) y al otro se le inyectó indometacina intraperitoneal (GI) (dosis 0,2 g/ kg 3 veces por semana) durante un mes. Al sacrificio se realizó medición con cáliper de diámetro portal, punción directa de la porta con registro de presión libre y toma de muestra de transaminasas. Los resultados fueron sometidos inicialmente a una prueba de Bartlett para determinar homogeneidad de las varianzas y, posteriormente la prueba t (p < 0,05) si es que estas eran homogéneas o una prueba de Mann Whitney (p < 0,05) si es que eran Heterogéneas. Resultados: Los resultados obtenidos no mostraron diferencias significativas entre los grupos a excepción de los niveles de transaminasas siendo mayores en GC. Promedio PrPortal: GC = 7,38 vs GI = 8,32 cm agua (P = 0,26); Promedio D. Portal GC = 4,02 mm vs GI = 4,08 mm (P = 0,42); Promedio Peso Hígado GC = 20,2 vs GI = 21,08 gr (P = 0,37); Promedio PrP/PC GC = 1,45 vs GI = 1,71 (P = 0,23); Promedio DP/PC: GC = 7,89 vs GI = 8,33 (P = 0,29); Promedio PH/PC: GC = 3,94 vs GI = 4,06 (P = 0,35); Promedio GOT: GC = 125,7 vs GI=107,2 UI/L (P = 0,042); Promedio GPT: GC = 87 vs GI = 60,2 UI/L (P = 0,0014); Promedio relación GOT/GPT: GC = 1,45 vs GI = 1,82 (P = 0,089). Conclusión: La indometacina no aumenta el daño hepático ni modifica los parámetros portales en HGNA inducido por una dieta rica en colesterol. ENTEROCOCO RESISTENTE A VANCOMICINA EN SANGRE. 25 CASOS EN 52 MESES Olivares R, Ugalde D, Silva F, Muñoz M, Gaete P, Luppi M. Sección Infectología, departamento de Medicina, Hospital Clínico Universidad de Chile. Introducción: Las infecciones por microorganismos resistentes a antimicrobianos son un problema creciente, entre los que se destaca Enterococo resistente a vancomicina. Existen pocos datos locales al respecto. Se diseña este estudio para caracterizar la infección bacterémica por este organismo en pacientes de un centro hospitalario universitario. Material y Métodos: Estudio descriptivo; desde registros de laboratorio se identificaron los hemocultivos con Enterococcus resistentes a vancomicina entre enero de 2007 y abril de 2011. Se localizaron las fichas clínicas y se obtienen datos de demografía, evolución, sobrevida, uso de antimicrobianos y manejo. Se obtiene el registro de hisopados rectales para evaluar realización y positividad. Se realiza estadística descriptiva, con promedios o mediana según prueba de normalidad en variables cuantitativas y proporciones con intervalo de confianza para variables categóricas. Resultados: Se identificaron 30 pacientes con hemocultivo positivo al agente en 52 meses, 5 fueron excluidos por falta de registros, 25 (83,33%) fueron incluidos. La edad promedio fue 58,32 años, 60% masculinos. El 72% presentaba enfermedad crónica. Por diagnóstico principal se agruparon en hematooncológicos (7), quirúrgicos críticos (7), sépticos (8), falla hepática aguda (2), politraumatizado (1). 100% requiere manejo en intermedio al menos, 48% cuidados intensivos. La mediana de estadía hospitalaria fue 37 días. La mortalidad fue de 9 casos (36%), 4 por infección por enterococo. El uso de antimicrobianos previo a enterococo fue de 80%, el 72% de los pacientes usó 3 o más tipos. Los más usados previo al hemocultivo índice fueron vancomicina (64%) con mediana de uso de 9 días y carbapenémicos (52%) con 11 días. El 68% no presentó foco clínico para su bacteremia, el 20% presentó enterococo resistente en otro tejido simultáneo El 100% de casos correspondió a Enterococcus faecium, 52% fenotipo VanA. El tratamiento más usado fue linezolid (52%) o teicoplanina (24%). El tratamiento fue con agente único en 76%. El éxito terapéutico en tratados fue de 83%. El 72% presentó otra infección intrahospitalaria. La resistencia antimicrobiana fue de 100% para ampicilina, 64% para gentamicina, 52% para teicoplanina, 0% para linezolid. El 64% de los pacientes tenía hisopado rectal previo a hemocultivo, 62,5% de ellos positivo. Conclusiones: Este trabajo logra caracterizar al grupo de pacientes y su infección por enterococo resistente, son casos con hospitalizaciones prolongadas, cuadros graves, con comorbilidades frecuentes. Hubo presión selectiva con múltiples antimicrobianos intrahospitalarios como vancomicina. La mortalidad fue elevada incluyendo casos por enterococo. Los tratamientos usados presentaron elevada efectividad pero se basan en agentes de última línea como linezolid, para el cual ya se ha descrito resistencia. Es necesario enfatizar la prevención. Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 1631 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA DOSIS DE SUSTITUCIÓN CON L-TIROXINA EN HIPOTIROIDISMO PRIMARIO SEGÚN ETIOLOGÍA Y VOLUMEN TIROIDEO Munizaga F, Munizaga C. Hospital Clínico San Borja Arriarán, Unidad de Endocrinología, Campus Centro Universidad de Chile. Introducción: La dosis recomendada en la literatura es de L-tiroxina es de 1,5 a 1,7 ug/kg peso. Material y Métodos: Estudio prospectivo de 496 pacientes portadores de hipotiroidismo primario de más de 2 años e evolución, diagnosticados con TSH > 10 mU/L con T4 libre baja, se realizó historia clínica, y control TSH, T4 libre, T3, anticuerpos antitiroideos y ecografía tiroidea. Definiciones: Etiología: Post-quirúrgico (P-Q), antecedentes de tiroidectomía total de patología benigna. Postradioyodo, (P-R) por hipertiroidismo. Tiroiditis crónica (TCA): anticuerpos antitiroideos positivos o ecografía con alteración estructural grado 3, Primaria anticuerpos negativos y eco con pattern normal. Ecografía: Volumen tiroideo ecográfico (VT (ml) = profundidad x ancho x alto x 0,520): Volumen pequeño < 5 mL, normal 5-10 mL y grande > 10 mL. Postquirúrgico evaluación de remanente. Se utiliza L-tiroxina de Merck Serono en ayunas 15 minutos antes del desayuno. Se mide a lo menos 2 TSH separadas por intervalo > 6 meses, con una adherencia 100% 4 semanas antes de la toma muestra. Objetivo terapéutico: 0,5 a 4,0 mU/L. Criterios de exclusión: Embarazo, cambio ponderal > 4 kg, estar fuera del rango terapéutico. Resultados: Hipotiroidismo 1° (según etiología y VT) n Edad (X +DS) LT4 (dosis ug/kg peso) P-Q sin remanente 68 47,2 ± 15,3 1,63 ± 0,36 P-Q con remanente 21 50,1 ± 13 1,33 ± 0,31a Post radioyodo 20 47 ± 14,3 1,47 ± 0,4a TCA aumentado 57 37 ± 14,8d 1,23 ± 0,4ab TCA normal 119 43,8 ± 13 1,22 ± 0,34ab TCA disminuido 150 48,9 ± 13,3 1,35 ± 0,34ab Primario normal 20 40,2 ± 16,3d 1,06 ± 0,3 ab Primario disminuido 41 49,6 ± 12,6 1,13 ± 0,29ab Total 496 45,8 ± 14,3 1,31 ± 0,28 Con estrógeno 109 38,6 ± 12,51 1,41 ± 0,25c Sin estrógeno 338 47,76 ± 14,1 1,26 ± 0,27 a,b,c,d p < 0,01 acon respecto a post quirúrgico b con respecto a post radioyodo, ccon respecto al grupo de mujeres sin estrógenos, dcon respecto a la edad de los otros subgrupos. Conclusiones: La dosis de sustitución en pacientes hipotiroideas establecidas es menor a lo que refiere la literatura y depende de la etiología y volumen ecográfico, siendo mayor significativamente en postquirúrgico sin remanente, post-radioyodo y usuaria de estrógenos. DELIRIUM Y SUPERVIVENCIA A UN AÑO EN EL ADULTO MAYOR Tobar C1, Martínez F1, Beddings C1, Vallejo G1. 1Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso. Introducción: En los pacientes adultos mayores la ocurrencia de delirium se ha asociado a mayor riesgo de mortalidad; este fenómeno ha sido poco explorado en población chilena. Objetivo: Determinar la importancia del delirium incidente en el pronóstico vital de los adultos mayores hospitalizados Metodología: Cohorte prospectiva observacional de pacientes mayores de 65 años hospitalizados en el servicio de Medicina Interna del Hospital Naval Almirante Nef entre Mayo de 2009 y Septiembre de 2010. Diariamente se aplicó el Confusion Assessment Method para diagnosticar delirium por tres observadores validados (k = 0,97). Se estudiaron datos demográficos, clínicos y el laboratorio al ingreso. Sólo se consideró al delirium incidente. La información respecto al deceso de los pacientes fue obtenida del Servicio de Registro Civil e Identificación. El análisis se realizó mediante una regresión de riesgos proporcionales de Cox con estimación del estadístico de Harrell para evaluar precisión diagnóstica. Resultados: Se reclutaron 365 pacientes (64,4% mujeres). El promedio de edad fue 79,2 ± 6,9 años. Un 19% de los pacientes presentó delirium y el 18,6% de los pacientes fallecieron al año de la hospitalización. El delirium se asoció a mayor mortalidad (aOR 2,42 IC95% 1,3-4,5, p = 0,005) controlando por funcionalidad, género, hiponatremia e insuficiencia cardíaca al ingreso. El estadístico de Harrell fue de 0,75. Discusión: Delirium es una complicación frecuente entre los adultos mayores hospitalizados. Se asocia a un pronóstico adverso aún controlando por factores frecuentemente citados como predictores de mortalidad. La magnitud de la asociación es similar a reportes internacionales. Palabras clave: Delirium, mortalidad, pronóstico. 1632 Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA PREDICCIÓN DE INFECCIÓN URINARIA POR MICROORGANISMOS PRODUCTORES DE BETALACTAMASAS DE ESPECTRO EXPANDIDO Betancour P1, Godoy R2, Carrasco CL2, Avilés C3, Martínez F1. 1Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso. 2 Interno(a) de Medicina, Universidad de Valparaíso. 2Unidad de Paciente Crítico, Hospital Naval Almirante Nef. Introducción: La infección del tracto urinario (ITU) por microorganismos productores de betalactamasas de espectro expandido (BLEE) es un problema infectológico creciente. Es necesario contar con herramientas que permitan detectar BLEE en forma precoz. Objetivo: Crear un modelo de predicción de microorganismos productores de BLEE. Pacientes y Método: Cohorte prospectiva observacional de pacientes ingresados al Servicio de Medicina Interna del Hospital Naval Almirante Nef durante Enero a Julio de 2011 con diagnóstico de ITU confirmado microbiológicamente en un urocultivo. No se consideraron aquellos pacientes con urocultivos polimicrobianos. Se registraron datos clínicos, demográficos y de laboratorio. El análisis se hizo mediante una regresión logística con criterio stepwise forward. La capacidad diagnóstica del modelo fue evaluada con curvas de Características de Receptor-Operador (ROC) y la bondad de ajuste se evaluó con la prueba de Hosmer y Lemeshow. Resultados: Se analizaron 132 pacientes, de los cuales 25 presentaron una ITU a microorganismo productor de BLEE. La mediana edad fue de 76 años (Rango intercuartil, RIC: 60,5-83 años). El análisis multivariado demostró que el antecedente de hospitalización en los últimos 3 meses (p = 0,001), la infección por bacteria productora de BLEE previa (p = 0,027) y el vivir institucionalizado o en una residencia (p = 0,001) predecían una infección por microorganismo productor de BLEE. La capacidad diagnóstica del modelo tuvo un AUC de 0,80 (IC95% 0,70-0,91). La prueba de Hosmer y Lemeshow no mostró diferencias entre lo observado y lo predicho (p = 0,87). Discusión: Es posible predecir infecciones por microorganismos productores de BLEE. Los factores encontrados en la presente cohorte están de acuerdo a lo descrito en otras poblaciones. Esta herramienta ofrece asistencia para el clínico en la selección de la antibioticoterapia más apropiada, lo que puede mejorar el pronóstico de los pacientes. Hace falta validar este modelo previo a su implementación. Palabras claves: Infección del tracto urinario, betalactamasas de espectro expandido, predicción. DOSIS DE PREGABALINA EN EL MANEJO DEL DOLOR NEUROPÁTICO EN EL HOSPITAL CLÍNICO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE Miranda JP, Larrea B, Briones JL, Fiedler U, Hamora A, Jiménez L, Abusada N, Orellana R, Ibarra J, Maiza T. Departamento Medicina Interna. Hospital Clínico Universidad de Chile. Introducción: La pregabalina ha demostrado efectividad en el manejo del dolor neuropático, constituyéndose actualmente, como fármaco primera línea en su manejo. Estudios internacionales muestran su rango de efectividad entre 150 a 600 mg al día, en nuestro país no se ha evaluado la dosis efectiva para el tratamiento del dolor neuropático con este fármaco. Objetivo: Determinar la dosis de pregabalina efectiva en el manejo de dolor neuropático en pacientes hospitalizados en el Hospital Clínico Universidad de Chile. Material y Método: Durante el período marzo 2008 a diciembre de 2010, se realizó un estudio prospectivo de los pacientes hospitalizados en Hospital Clínico Universidad de Chile, con alguna patología que presentase dolor neuropático. El tratamiento farmacológico se realizó mediante el esquema de la escalera analgésica de la OMS. Se evaluaron variables demográficas, clínicas y de tratamiento analgésico. Se definió la eficacia analgésica mediante la reducción de la intensidad del dolor en Escala Visual Análoga y en la puntuación en cuestionario DN4. Análisis mediante t-student y Test de Wilcoxon para datos apareados en Stata 10.0. Resultados: Se encontraron 142 pacientes que cumplieron con el criterio de dolor neuropático en cuestionario DN4 y recibieron pregabalina en su manejo, 78,9% fueron pacientes de sexo femenino, la edad promedio para los pacientes de sexo femenino y masculino fueron de 55,6 ± 14,5 (19-95) y 50,9 ± 17,2 (23-85) años, respectivamente, (p = 0,1). Los diagnóstico más frecuentes fueron lumbociática 60,6% y poliartrosis 20,4%. La intensidad del dolor evaluado mediante puntuación en escala VAS y en cuestionario DN4 mostró reducción significativa en -4,9 ± -2,7 (IC 95%: -5,7 a -4,8) y -5,7 ± -3,4 (IC 95%: -7,1 a -5,2), p = 0,0001. La dosis final de pregabalina utilizada para obtener eficacia analgésica fue de 165,4 ± 75,3 (ID: 125,6-204,5) mg/día. Conclusiones: La dosis de pregabalina, necesaria para controlar el dolor en pacientes hospitalizados, fue menor a la reportada en estudios internacionales. El uso de pregabalina en el modelo de la escalera analgésica de la OMS, es una herramienta eficaz en el alivio del dolor neuropático. Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 1633 XXXIII CONGRESO CHILENO DE MEDICINA INTERNA CAMBIOS ORTOSTÁTICOS EN LA PRESIÓN ARTERIAL SEGÚN ANTIGÜEDAD DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON Martínez F, Idiaquez J, Vega J, Hospital Naval A. Nef. Escuela de Medicina, Universidad de Valparaíso. Los pacientes con enfermedad de Parkinson idiopática (EP), suelen presentar disfunción motora y cognitiva. También, pueden sufrir alteraciones del sistema nervioso autónomo cardiovascular, con regulación anormal de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Sujetos y Métodos: Con el objeto de determinar si la antigüedad de la EDPK se asocia a una mayor frecuencia de trastornos en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca, estudiamos a 71 pacientes con EPI diagnosticados según los criterios de “United Kingdom Brain Bank”. Sus edades fueron 72 años (RIC 66-78), 58% fue de género masculino, 37% eran hipertensos, 89% recibía levodopa, 49% anticolinérgicos, 17% bromocriptina, 10% amantadina y 4% selegilina. La mediana de evolución de la EDPK fue 7 años (RIC 4-10). Se excluyeron de este estudio a los pacientes diabéticos, a los incapaces de mantenerse de pié, a los con déficit cognitivo importante y a los con signos de atrofia multisistémica. La terapia hipotensora se suspendió 24 horas antes y la antiparkinsoniana al menos 12 horas antes de la realización de la prueba. Esta consistió en dejarlos en reposo en decúbito supino durante 10 minutos y luego se los puso de pié, controlando mediante un monitor Dinamap, la presión arterial sistólica (PS), diastólica (PD) y frecuencia cardíaca (FC) a los 5 y 10 minutos de permanecer en reposo y a los minutos 1, 2, 5 y 10 de adoptar la posición de pié. Se dividió a los pacientes en 2 grupos: G1 (EP de < de 5 años de diagnóstico, n = 34); G2 (EP de > 5 años del diagnóstico, n = 37). Resultados: Los pacientes con EP de > 5 años tuvieron una PS significativamente menor a los 5 minutos de reposo (145 vs 132 mm Hg, p < 0,05) y a los 2 minutos de permanecer de pié (151 vs 129 mm Hg, p < 0,003) respecto a los sujetos con < de 5 años de evolución de EP. No hubo diferencias significativas en las otras mediciones. Los pacientes con EP de > 5 años de antigüedad tuvieron más frecuentemente descensos de la PS superiores a los 10 mm Hg al ponerse de pié respecto a los pacientes con < de 5 años de enfermedad (OR 3,58, IC 95% 1,05-12,2; p = 0,04). El antecedente de hipertensión arterial no modificó esta conducta. También, las elevaciones ortostáticas de la presión arterial fueron significativamente menos frecuentes en los pacientes con EP de > 5 años (OR 0,18, IC95% 0,04-0,76; p = 0,02) respecto a los pacientes con enfermedad de menos de 5 años de evolución. No hubo diferencias entre los grupos en las elevaciones o caídas en la PD o de la FC. Conclusiones: Los pacientes con EP de > 5 años de evolución presentan más frecuentemente alteraciones de su sistema nervioso autónomo, caracterizadas por caídas de la presión arterial sistólica al adoptar el decúbito supino o ponerse de pié. Ello puede tener influencia en la mayor tendencia a las caídas y fracturas que presentan estos pacientes. 1634 Rev Med Chile 2011; 139: 1626-1634 índice 2011 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 Índice Anual Año (Volumen) 139 Enero A Diciembre 2011 ÍNDICE DE TÍTULOS 54 Enero 7 11 19 27 36 45 La importancia y el destino de los resúmenes presentados en reuniones científicas. Humberto Reyes B., Max Andresen H., Joaquín Palma H. Trasplante simultáneo de páncreas y riñón en diabetes mellitus tipo 1: Experiencia de un centro en Chile. Andrea Alba, Jorge Morales, Mario Ferrario, Carlos Zehnder, Jorge Aguiló, Carlos Zavala, Cristina Herzog, Lorena Calabran, Luis Contreras, Ricardo Espinoza, Erwin Buckel, Juan Alberto Fierro. Resultados chilenos del registro internacional de factores de riesgo y tratamiento de angina inestable e infarto al miocardio sin supradesnivel del segmento ST: ACCORD. (ACute CORonary syndrome Descriptive study). Benjamín Stockins, Francisco Albornoz, Darío Martínez, Pabla Campos, Jorge Gajardo, Ruben Lamich, Leopoldo Manríquez, Víctor Pérez, Pamela Rojo, Pablo Sepúlveda, M Gabriela Pumarino, Ramón Corbalán. Linfomas asociados a infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana: Experiencia de un centro hospitalario de la V región, Chile. Christine Rojas H., Carlos Merino M., Juan Pablo Ghiringhelli M., José Ramón Rodríguez A., Felipe Martínez L., Werner Jensen R. Percepciones de los estudiantes acerca de la enseñanza de ética médica. Déborah Pimentel, Carla Barbosa de Oliveira, Maria Jésia Vieira. Desarrollo y validación de encuesta de percepción del portafolio en estudiantes de medicina de pregrado. Arnoldo Riquelme, Benjamín Méndez, Paloma de la Fuente, Oslando Padilla, Carla Benaglio, Marisol Sirhan, Jaime Labarca. 60 66 72 79 84 89 100 Estudio de correlación clínico-radiológica, sensibilidad y especificidad de ecotomografía transcraneana en enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento. Pablo Venegas F., Gonzalo Miranda G., M. Consuelo Silva C. Evaluación de la efectividad de programas de visitas domiciliarias para madres adolescentes y sus hijos/ as. Marcela Aracena, Loreto Leiva, Consuelo Undurraga, Mariane Krause, Carola Pérez, Victoria Cuadra, María Silvia Campos, Paula Bedregal. Comparación de los criterios de Nugent y Spiegel para el diagnóstico de vaginosis bacteriana y análisis de los resultados discordantes por el método de Ison y Hay. María Angélica Martínez, Alfredo Ovalle, Ana María Gaete, Eduardo Lillo, Felipe de la Fuente, Fabián Araneda, Rodrigo Villaseca, Hugo Salinas. Malformaciones congénitas en Chile y Latino América: Una visión epidemiológica del ECLAMC del período 1995-2008. Julio Nazer H., Lucía Cifuentes O. Recurrencia de miocardiopatía por estrés posterior a terremoto en Chile. Reporte de un caso clínico. Cecilia Varela U., Ricardo Bohn R., Paola Varleta O., Roberto Concepción C. Carcinoma mixto adenocarcinoma y neuroendocrino periampular en un paciente con neurofibromatosis tipo 1. Caso clínico. Mónica Martínez, Enrique Norero, Félix Gabriel Lezcano, Sergio González, Nicolás Jarufe. Tamoxifeno y antidepresivos: ¿Antagonistas en la prevención del cáncer de mama?. María Elisa Irarrázaval. Trastornos autonómicos en enfermedad de Parkinson. Rodrigo Gómez, Lorena Hudson, Pablo Venegas. 1635 índice 2011 107 Uso inadecuado y excesivo de antibióticos: Salud pública y salmonicultura en Chile. Ana Millanao B., Marcela Barrientos H., Carolina Gómez C., Alexandra Tomova, Alejandro Buschmann, Humberto Dölz, Felipe C. Cabello. 119 La enseñanza de la Semiología. Presentación del texto de Semiología de A. Goic, G. Chamorro y H. Reyes. Rodolfo Armas M. 123Obituario del Profesor Héctor Croxatto Rezzio (1908-2010). Gloria Valdés S. 126 Artritis séptica por Pseudomonas aeruginosa de la articulación temporomandibular en paciente joven sin otitis externa maligna. Carmen Martínez-Rey, Montserrat RodríguezFramil. 128 Nuevo Presidente de la Academia Chilena de Medicina. 128 II Congreso Chileno Salud Pública. Giorgio Solimano. Febrero 143 150 158 165 171 1636 Detección de ADN de parvovirus B19 en donantes de sangre de tres hospitales en Santiago, Chile. Jorge Lévican, Mauricio Torres, Nicolás Gaggero, Rosa Corvalán, Aldo Gaggero. Reemplazo valvular aórtico con prótesis biológica en pacientes mayores de 70 años con estenosis aórtica. Ricardo Zalaquett, Gabriel Olivares, Ricardo Mejía, Felipe Quezada, Oslando Padilla, Pedro Becker, Manuel Irarrázaval, Sergio Morán, Cecilia Muñoz, Rodrigo González. Polimorfismo -174 G/C del gen promotor de interleuquina 6 en mujeres con diabetes mellitus tipo 1. Francisco Pérez-Bravo, Francisca Soto M, Patricia López A., Francisca Eyzaguirre C, Ethel Codner. Evaluación de competencias de intubación traqueal mediante un escenario simulado en internos de medicina. Max Andresen, Arnoldo Riquelme, Pablo Hasbun, Carla Diaz, Rodrigo Montaña, Tomás Regueira. Puntaje de Gleason en cáncer de próstata: Correlación de la biopsia por punción y prostatectomía radical. Oscar Tapia E., Enrique Bellolio J., Juan Carlos Roa S., Pablo Guzmán G., Miguel Villaseca H., Juan Carlos Araya O. 177 La quemadura eléctrica por alto voltaje es un factor predictor de mortalidad en pacientes grandes quemados. Günther Mangelsdorff G., M. Angélica GarcíaHuidobro D., Isaac Nachari B., Omar Atenas M., Sandra Whittle V., Jorge Villegas C. 182 Características clínicas de adolescentes de sexo masculino con trastornos de la conducta alimentaria. Estudio de casos clínicos. Francisca Salas, M. Isabel Hodgson, Dolly Figueroa, Pascuala Urrejola. 189 Análisis de las inversiones del intrón 1 y 22 y secuenciación del gen F8 para el diagnóstico genético-molecular de hemofilia A en Chile. Helena Poggi, Josefina Honorato, Eliana Romeo, Pamela Zúñiga, Teresa Quiroga, Marcela Lagos. 197 Atrofia muscular espinal: Caracterización clínica, electrofisiológica y molecular de 26 pacientes. Claudia Castiglioni, Jorge Levicán, Eliana Rodillo, María Angélica Garmendia, Alejandra Díaz, Lorena Pizarro, Luis Contreras. 205 Implementación de 9 indicadores de calidad en un laboratorio hospitalario. Ana María Guzmán D., Tomás Sánchez P., Ricardo de la Barra D., Angélica Madrid Q., Teresa Quiroga G. 215 Infección de pseudoquiste pancreático por Haemophilus parainfluenzae. Caso clínico. Mariela Martín-Berra, Vicente Navarro-López, Elia Sirvent, Montiel Jiménez. 218 Granulomatosis linfomatoide cerebral primaria en paciente VIH positivo. Kurt A. Schalper, José R. Valbuena. 224 Síndrome hematofagocítico Reporte de cuatro casos y revisión de la literatura Pablo Young, José Peroni, Bárbara C Finn, Julio E Venditti, Verónica Preiti, Eduardo Bullorsky, Julio Bruetman. 230Histiocitosis de células de Langerhans pulmonar. Caso clínico. Rodrigo Osses A, Sergio González B, Marcia Aguirre Z, Fernando Saldías P. 236Hemocianinas, una herramienta inmunológica de la biomedicina actual. Miguel del Campo, Sergio Arancibia, Esteban Nova, Fabián Salazar, Andrea González, Bruno Moltedo, Pablo de Ioannes, Jorge Ferreira, Augusto Manubens, María Inés Becker. 247 Estado actual en el tratamiento de la enfermedad de Chagas. Werner Apt B., Inés Zulantay A. Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 258 267 274 Transmisión de la enfermedad de Chagas por vía oral. Alberto Toso, Felipe Vial, Norbel Galanti G. Manejo paliativo del cáncer de vesícula biliar irresecable o metastásico: Conclusiones del Consenso Latinoamericano de Manejo del Cáncer de Vesícula Biliar. Bettina Müller, Gerardo Arroyo, Jorge Gallardo, Luis Villanueva, Pablo Gonzalez, Ramón Baeza, Xavier de Aretxabala, Fernando Maluenda, Alejandro Acevedo, Fernando Chuecas, Juan Carlos Díaz, César García, José Miguel Reyes, Claudio Navarrete. Labio leporino en la terminología biomédica. Mario Cantín, Iván Suazo Galdames. Marzo 283 Prevalencia de las deficiencias de zinc y cobre en adultos mayores de la Región Metropolitana de Santiago. Manuel Olivares, Lydia Lera, Cecilia Albala, Fernando Pizarro, Magdalena Araya. 290Hipertensión arterial: el factor de riesgo más importante para grosor íntima-media carotídeo elevado y placa carotídea en adultos de Santiago. Mónica Acevedo, Rodrigo Tagle, Verónica Kramer, Pilar Arnaíz, Arnaldo Marín, Felipe Pino, Iván Godoy, Ximena Berríos, Carlos Navarrete. 298 Caracterización citogenético-molecular de enfermedades genéticas en el Hospital Base de Puerto Montt. M. Angélica Alliende, Bianca Curotto, Patricio Guerra, Lorena Santa María, Reinería Hermosilla, Doris Orphanópoulos, Jorge Villanueva, Elizabeth Wettig, Ximena Barraza. 306 Aumento del daño en el ADN espermático en varones mayores de 40 años. Fabrizzio Horta, Marcia Madariaga, Alejandra García, Steffen Hartel, Rosita Smith. 313 Autoreporte de la calidad de vida relacionada con la salud en diabetes mellitus tipo 2. Alfonso Urzúa M., Alejandra Chirino, Geraldine Valladares. 321 Impacto clínico de la influenza A H1N1 pandémica en el hospital de Puerto Montt, Chile. Raúl Riquelme O., Mauricio Riquelme O., María Luisa Rioseco Z., Carlos Inzunza P., Cristian Contreras G., Yarella Gómez V., Javier Riquelme D. 327 Cambios en el pronóstico a largo plazo de la hipertensión arterial pulmonar. Andrés Enríquez, Pablo Castro, Pablo Sepúlveda, Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 Hugo Verdejo, Douglas Greig, Luigi Gabrielli1, Marcela Ferrada, Carolina Lapostol. 334Hipovitaminosis D en pacientes pediátricos en terapia de sustitución renal. Angela Delucchi, Claudia Alarcón, Francisco Cano, Ana María Lillo, José Luis Guerrero, Marta Azócar, Carolina Abarzúa, María José Muñoz, Germán Iñiguez. 340 Validación de la prueba de memoria episódica de repetición de la Universidad del Sur de California (USC-REMT). Cristian A. Rojas-Barahona, Beatriz Zegers Prado, Carla E. Förster Marín. 348 Síndrome de Tako-Tsubo: caso clínico. Carlos M. Rau, Max Kauffmann, Carlos L. Rau, Mauricio Cereceda, Gabriel Castro, Teresa Massardo. 353 Casos clínicos: ecocardiografía transesofágica y monitorización hemodinámica en cirugía no cardiaca. Verónica Mertz K., Mario Concha P. 357Hemofilia adquirida tratada con anti-CD20, un anticuerpo anti linfocito B. Guillermo Conte L., Gastón Figueroa M., Paola Aravena R., Néstor Gonzáles G., Daniel Araos H., Marianela Cuneo V. 362 Sensopercepción olfatoria: una revisión. Aler Fuentes, María Javiera Fresno, Hugo Santander, Saúl Valenzuela, Mario Felipe Gutiérrez, Rodolfo Miralles. 368 Cirugía cardiaca con circulación extracorpórea: síndrome vasoplégico y vasopresina. Macarena Gilbert, Guillermo Lema. 373 Tratamiento y prevención de la mucositis oral asociada al tratamiento del cáncer. Gonzalo Ruiz-Esquide, Bruno Nervi, Alex Vargas, Alberto Maíz. 382 Ventilación mecánica en el paciente con lesión cerebral aguda. Vinko Tomicic F., Max Andresen H. 391 Maestros de la Medicina Interna Chilena. Gloria López S. 395 Jonathan Swift y su contribución científica en “Los viajes de Gulliver”. Marcelo Miranda C., Carolina Pérez J., Andrea Slachevsky Ch. 400 El embarazo humano: paradigma biológico de tolerancia y adaptación. Gloria Valdés S. 406 Formación en Neuropsiquiatría: ¿Una necesidad de país? Luis Alvarado, Carlos Muñoz-Neira, Gricel Orellana, Andrea Slachevsky. 1637 índice 2011 489 Abril 415 425 432 439 448 455 462 467 474 480 484 1638 Glioblastoma multiforme y estudio de la resistencia a la quimioterapia mediada por transportadores ABC. Claudia Quezada, Lilia Peigñan, Rodrigo Segura, Francisco Riquelme, Rómulo Melo, David Rojas Z., Freddy Ayach, Rody San Martín, Juan Guillermo Cárcamo. Ingesta y metabolismo energético en una muestra de adolescentes chilenos con sobrepeso y obesidad. Marcela Reyes J., Erick Diaz B., Lydia Lera M., Raquel Burrows A. Cáncer gástrico sin compromiso ganglionar linfático (pN0): características demográfico-patológicas y factores pronósticos. Oscar Tapia E., Miguel Villaseca H., Enrique Bellolio J., Juan Carlos Araya O., Juan Carlos Roa S. La ozonoterapia en pacientes con enfisema pulmonar. José Luis Calunga F., Yuleidys Paz A., Silvia Menéndez C., Alfredo Martínez, Aparicio Hernández Fuente de infección de Bordetella pertussis en lactantes hospitalizados por coqueluche. Cecilia Perret, Tamara Viviani, Anamaría Peña, Katia Abarca, Marcela Ferrés. Evaluación de una prueba para valorar el razonamiento clínico en diferentes niveles de capacitación médica. Gabriel Baño, Sandra Di Lalla, Paula Domínguez, María Noel Seoane, Raquel Wainsztein, María Fabiana Ossorio, Fernando Ferrero. Los estudiantes de medicina como parte del equipo de salud. Juan Pablo Beca I., María Inés Gómez B., Francisca Browne L., Jorge Browne S. Detección de mutaciones asociadas a cepas multidrogo resistente de Mycobacterium tuberculosis en Chile. Pamela Araya, Maritza Velasco, Javier Tognarelli, Fabiola Arias, Tamara Leiva, Angélica Sccapatticio, Pablo Alviz, Jorge Fernández. Validación del Cuestionario de Maltrato entre Iguales por Abuso de Poder (MIAP) para escolares. Felipe Lecannelier, Jorge Varela, Jorge Rodríguez, Marianela Hoffmann, Fernanda Flores, Lorena Ascanio. Rabdomiólisis e insuficiencia renal aguda por consumo de cocaína: caso clínico. Rodrigo Carrasco, Mauricio Salinas, Víctor Rossel. Vitiligo y terapia con inmunoglobulina endovenosa: a propósito de un paciente con síndrome de Sjögren. Alejandro Badilla P., Carolina Díaz G. 495 505 516 524 529 535 542 548 550 Fibrosis retroperitoneal asociada a uso crónico de ergotamina. Tratamiento con colchicina y esteroides. Caso clínico. Jorge Vega, Helmuth Goecke, Mario Santamarina. Experiencia internacional en relación al reposo médico y a la protección de los trabajadores frente a la incapacidad transitoria de generar ingresos: referente para el caso chileno. Marcos Vergara I. Ácido úrico: una molécula con acciones paradójicas en la insuficiencia cardiaca. Hernán Alcaíno, Douglas Greig, Pablo Castro, Hugo Verdejo, Rosemarie Mellado, Lorena García, Guillermo Díaz-Araya, Clara Quiroga, Mario Chiong, Sergio Lavandero. Toxicidad del misoprostol sobre la gestación. Revisión de la literatura. María Fernanda Cavieres. Escuelas de Medicina: los estudiantes de hoy. Natasha Kunakov. Bioética de la muerte de Sigmund Freud. ¿Eutanasia o apropiación?. Gustavo Figueroa. La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp: el comienzo de una utopía médica. Roberto Rosler, Pablo Young. Conceptos básicos sobre el estudio de paternidad. Marcela Lagos L., Helena Poggi M., Cecilia Mellado S. Nuevos valores para el espermiograma OMS 2010. Luis Sarabia, María José Munuce. Investigación médica, mineros chilenos y “Medicina P4”. Rafael Silva O. Mayo 559 571 579 587 Disponibilidad de médicos y especialistas en Chile. Michèle Guillou, Jorge Carabantes C., Verónica Bustos F. Descripción de manifestaciones ansiosas, depresivas y autoconcepto en pacientes obesos mórbidos, sometidos a cirugía bariátrica. Carmen Rojas, María Brante, Edgardo Miranda, Ricardo Pérez-Luco. Validación del cuestionario de calidad de vida (WHOQOL-BREF) en adultos mayores chilenos. Iris Espinoza, Paulina Osorio, María José Torrejón, Ramona Lucas-Carrasco, Daniel Bunout. Enfermedad celíaca silente en epilepsia criptogénica del adulto. Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 592 600 606 613 618 625 633 638 642 655 660 Ana María Madrid S., Mario Díaz S., Carmen Hurtado H., Ledda Aguilera O., Boris Mena U. El programa nacional para el diagnóstico y tratamiento de depresión en atención primaria: una evaluación necesaria. Rubén Alvarado, Graciela Rojas. Riesgo de déficit atencional/hiperactividad en escolares Aymara, Rapa-Nui y de Santiago de Chile. Posible contribución de polimorfismos genéticos del sistema dopaminérgico. Liza Paz Lagos, Claudio Silva, Paula Rothhammer, Ximena Carrasco, Elena Llop, Francisco Aboitiz, Francisco Rothhammer. Asociación entre el índice de masa corporal y la talla desde el nacimiento hasta los 5 años en preescolares chilenos. Juliana Kain, Camila Corvalán, Lydia Lera, Marcos Galván, Gerardo Weisstaub, Ricardo Uauy. Evaluación de la embriotoxicidad de misoprostol utilizando el ensayo cultivo de embriones postimplantación. Carolina Campos E., M. Fernanda Cavieres. Síntomas climatéricos y calidad de vida de usuarias de consultorios de atención primaria de salud, Santiago. Fanny López-Alegría, Dino Roberto Soares De Lorenzi. Eficacia de una intervención educativa sobre conocimientos de ley chilena de SIDA en trabajadores de salud primaria. Lilian Ferrer, Baltica Cabieses, Kathleen Norr, Rosina Cianelli, Alejandra Araya, Lisette Irarrázabal, Sarah Miner, Margarita Bernales, James Norr. Pénfigo familiar crónico benigno. Informe de un caso. Georgi Tchernev, José Carlos Cardoso. 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Victorino Farga y José Antonio Caminero. Felipe Cabello. Cirugía endovascular como tratamiento de la Esclerosis Múltiple. Jorge Nogales-Gaete, Claudio Eloiza, Sergio CepedaZumaeta, Rodrigo Aracena, Paula Agurto. ¿Como enfrentar el aumento de conductas individuales de riesgo para la salud en Chile? Baltica Cabieses, Manuel Espinoza, Pedro Zitko. Actividad acreditadora de la Agencia de Acreditación de Programas y Centros Formadores de Especialistas (APICE) durante 2010. Curso de terapéutica en enfermedades hepáticas. Junio 697 704 710 717 725 Análisis del cumplimiento de la Guía Clínica del AUGE en pacientes con accidente cerebrovascular isquémico: la utilización de tecnología sanitaria de diagnóstico para prevención secundaria en un hospital público. Yujie Wang, Gonzalo Álvarez, Rodrigo Salinas, Gloria Ramírez, Mónica Catalán, Cristian Díaz. Resultados del tratamiento con peginterferón alfa-2a y ribavirina en pacientes con hepatitis crónica C. Carolina Pizarro, Mauricio Venegas, Karen Hola, Gladys Smok, Javier Brahm. Influencia combinada del índice de masa corporal pregestacional y de la ganancia de peso en el embarazo sobre el crecimiento fetal. Francisco Mardones, Trinidad García-Huidobro, Constanza Ralph, Marcelo Farías, Angélica Domínguez, Iván Rojas, M. Teresa Urrutia. Aterosclerosis en sujetos con periodontitis. Néstor J. López, Adriana Chamorro, Marcelo Llancaqueo. Evaluación geriátrica integral del adulto mayor. Alma Rosa Cortés N., Enrique Villarreal R., Liliana Galicia R., Lidia Martínez G., Emma Rosa Vargas D. 1639 índice 2011 732 739 748 755 762 770 774 779 787 794 802 807 1640 Prevalencia de síndrome metabólico (SM) en niños y adolescentes que consultan por obesidad. Francisca Eyzaguirre, Ricardo Silva, Rossana Román, Ana Palacio, Marcela Cosentino, Vanessa Vega, Hernán García. Vulnerabilidad social en mujeres embarazadas de una comuna de la Región Metropolitana. 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Diagnóstico y manejo de la hipoglicemia en adultos diabéticos hospitalizados: evaluación de competencias en un equipo profesional multidisciplinario de salud. Luis Rojas, Pablo Achurra, Felipe Pino, Pedro Ramírez, Marcelo Lopetegui, Luis Manuel Sanhueza A., Luis Villarroel, Andrés Aizman. Estudio cuantitativo del consumo de drogas y factores sociodemográficos asociados en estudiantes de una universidad tradicional chilena. M. Jacqueline Sepúlveda C., Jorge Roa S., Marcos Muñoz R. Miocardiopatía no compactada: una serie de 15 casos. Andrés Enríquez P., Ricardo Baeza V., Luigi Gabrielli N., Samuel Córdova A., Pablo Castro G. Prevalencia de hipertensión arterial y su asociación con la obesidad en edad pediátrica. Rodrigo Bancalari, Carlos Díaz, Alejandro Martínez-Aguayo, Marlene Aglony, Juanita Zamorano, Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 880 886 896 902 909 914 917 920 924 932 941 Verónica Cerda, Manuel Fernández, Flabia Garbin, Gabriel Cavada, A. María Valenzuela, Hernán García. Un estudio de reclamos hospitalarios: el rol de la relación médico-paciente. Philippa Moore, Alex Vargas, Salomón Núñez, Stefano Macchiavello. Encuesta de síntomas SNOT-20 para rinitis alérgica y rinosinusitis: validación en Chile. Hayo Breinbauer, Cecilia Varela, Mauricio Núñez, Soledad Ugarte, Raúl Garfias, Ximena Fonseca. Asociación entre el tiempo dedicado a actividades sedentarias e índice de masa corporal en estudiantes universitarios en Belgrado. Igor Pantic, Milica Malbasa, Sinisa Ristic, Drenka Turjacanin, Snezana Medenica, Jovana Paunovic, Senka Pantic. Estudio de biodisponibilidad relativa entre dos formulaciones orales de micofenolato mofetilo en voluntarios sanos. Iván Saavedra S., Jaime Sasso A., Luis Quiñones S., Mónica Saavedra B., Leonardo Gaete G., Ignacio Boza T., Cristóbal Carvajal H., Jorge Soto L. Uso de talidomida en sangrado recurrente por angiodisplasias gastrointestinales. Caso clínico. Jorge Vega, Helmuth Goecke, Ma de los Ángeles Rodríguez, Ma Teresa Vergara. Sarcoma mieloide. Caso clínico con trisomia 11. Anya Lincopán S., Yenny Valencia M., Cristian Carrasco L., Ximena Barraza O. Síndrome de Twiddler: una causa infrecuente de disfunción de marcapaso definitivo. Caso clínico. Pablo Ramírez E., Raúl Barrero V., Rodrigo González F., Patricia Frangini S., Ismael Vergara S. Parto tras la transferencia de embriones generados por fecundación de ovocitos vitrificados. Comunicación de un caso. Ricardo Pommer, Francisca Jeria, Begoña Arguello, Sonia Villa, José Balmaceda, Juan Enrique Schwarze. Calidad de grasa, arterioesclerosis y enfermedad coronaria: efectos de los ácidos grasos saturados y ácidos grasos trans. Claudia Torrejón, Ricardo Uauy. La reducción del sueño como factor de riesgo para obesidad. Rodrigo A. Chamorro, Samuel A. Durán, Sussanne C. Reyes, Rosemarie Ponce, Cecilia R. Algarín, Patricio D. Peirano. Aplicando psicología positiva en educación médica. Nuria Pedrals G., Attilio Rigotti R., Marcela Bitrán C. Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 950 955 959 961 Revisión por pares en la Revista Médica de Chile, año 2010. Editores. Neruda y la resistencia a los antibióticos. Alejandro Cotera. Salud Mental en Adolescentes Privados de Libertad: una deuda pendiente. Juan Andrés Prato, Nicolás Espejo, María Jesús Valdivieso, Constanza Aguirre, Matías González. Diagrama de Flujo para la Evaluación de Programas de Formación de Postgrado. Hector J. Lacassie, Mario Concha P., Ana María Espinoza U. Agosto 977 Evolución nutricional y función pulmonar en niños y adolescentes chilenos con fibrosis quística. Salesa Barja, Tatiana Espinoza, Jaime Cerda, Ignacio Sánchez. 985 La hiponatremia al momento de ingreso como factor de riesgo de mortalidad hospitalaria. Jorge Vega, Francisco Manríquez, Eva Madrid, Helmuth Goecke, Alejandra Carrasco, Gonzalo Martínez, Alejandro Joyas, Fernando Rojas, Julio Salinas, Hernán Borja. 992 Compromiso ganglionar extracapsular en pacientes con cáncer gástrico: determinación del valor pronóstico. Oscar Tapia E., Miguel Villaseca H., Juan Carlos Araya O., Juan Carlos Roa S. 998 Asociación entre factor de necrosis tumoral α sérico y capacidad aeróbica en mujeres amerindias peruanas, después de seis meses de entrenamiento. Folke Lindgärde, Anders Gottsäter, Bo Ahrén. 1006 Factores vinculados a la calidad de vida en la adultez mayor. Alfonso Urzúa, Miguel Bravo, Mario Ogalde, Carolina Vargas. 1015 Resultados actuales de la pancreatoduodenectomía para el tratamiento de los tumores periampulares y análisis de factores pronósticos de sobrevida. Enrique Norero, Eduardo Viñuela, Sergio Báez, Cristian Martínez, Julio Reyes, Rodrigo Kusanovic, Marcel Sanhueza, Gloria Aguayo, Alfonso Calvo, Rose Marie Mege, Mario Caracci, Alfonso Díaz. 1025 Evaluación de la deglución con nasofibroscopía en pacientes hospitalizados: factores predictivos y seguimiento intrahospitalario. Experiencia en un hospital clínico universitario. Rodrigo Cabezón A., Constanza Ramírez R., Pedro Badía V., Norma León M., Ximena Fonseca A. 1641 índice 2011 1032 Detección y manejo de síntomas no motores en la enfermedad de Parkinson: impacto en su prevalencia. Mayela Rodríguez-Violante, Amin CervantesArriaga. 1039 Uso del índice tobillo-brazo en la reclasificación del riesgo vascular en pacientes con infección VIH. Julián Olalla, Daniel Salas, Javier de la Torre, Alfonso del Arco, José Luis Prada, Javier García Alegría. 1046 Estudio piloto sobre entrenamiento físico durante hemodiálisis. María Soledad Oliveros R., Marcelo Avendaño, Daniel Bunout, Sandra Hirsch, María Pía de la Maza, Cristian Pedreros, Hans Müller. 1054 Enfermedad de Erdheim-Chester. Una causa rara de derrame pericárdico. Caso clínico. Jorge Vega, Marcela Cisternas, Michel Bergoeing, Roberto Espinosa, Alvaro Zapico, Pedro Chadid, Mario Santamarina. 1060 Alteración de la fertilidad masculina por hiperplasia suprarrenal congénita. Azoospermia reversible con terapia de glucocorticoide. Enzo Devoto C., Marcia Madariaga A., Wanda Fernández. 1066 Hiperandrogenismo avanzado en una mujer postmenopáusica. Caso clínico. Patricio Salman M., Mauricio Cuello F., Marianne Kolbach, Roger Gejman, Eugenio Arteaga U. 1071 Manejo híbrido de aneurisma infeccioso de aorta visceral. Caso clínico. Rodrigo Sagüés C., Sebastián Soto G. 1075 Evaluación de riesgo para la salud pública: nuevo instrumento de gestión ambiental para Chile. Patricia Matus C. 1081 Definición actual de la medicina interna y el internista. Luz M. Letelier S., Andrés Valdivieso D., Raimundo Gazitúa P., Sylvia Echavarri V., Rodolfo Armas M. 1089 Traumas cerebrales en niños secundarios a cabeceo de balones en fútbol. Modelo de simulación matemática. Ernesto Ponce, Jesús Pérez, Daniel Ponce, Max Andresen. 1097 Aspectos éticos de la gestión académica en una Facultad de Medicina. Ignacio Sánchez D. 1103 Re-Certificación de especialidades médicas en Chile: rol de las sociedades científicas. Alejandro González, Renato Chacón, Guillermo Lema. 1642 1104 Recuperación post anestesia: una perspectiva de los pacientes. Héctor J. Lacassie, Constanza Ferdinand, Hernán R. Muñoz, Soledad Díaz, Alejandra Ormazábal. 1106 Primeras 4.000 cirugías cardíacas en Concepción. Roberto González L. 1108 Academia Chilena de Medicina. Seminario: desafíos actuales de la bioética clínica. Septiembre 1115 175 años de la National Library of Medicine, de los EE.UU. de NA.: un tesoro científico y cultural digno de admiración. Felipe Cabello C. 1118 Experiencia de trombolisis sistematizada en infarto cerebral agudo en un hospital público de Chile. Tatiana Figueroa-Reyes, David Sáez M., Eloy Mansilla L., Rodrigo Sánchez V., Jorge Nogales-Gaete, Iris Delgado B. 1128 Resultados de profilaxis con itraconazol 800 mg/ día vía oral en adultos con leucemia aguda y neutropenia de alto riesgo. Hospital del Salvador 2006-2008. Alejandro Andrade M., Barbara Puga L., Carolina Guerra C., Javiera Molina E., Marisa Capurro C. 1135 Tratamiento de la leucemia linfoide aguda del adulto. Experiencia de un hospital en la Ciudad de México. Christian Ramos, Cetta Rozen, María León, Adolfo Martínez T., Irma Olarte, Humberto Catellanos, Carlos Martínez, Efreen Montaño, Juan Kassack I., Jorge Zamora, Enrique Miranda, Andrés De la Ros, Mario Gutiérrez, Juan Collazo. 1143 Análisis de los fenotipos y genotipos de resistencia a eritromicina y clindamicina en cepas de Streptococcus pyogenes aisladas en Chile en un período de 10 años. Carlos Rodríguez, Pablo Rojas, Aniela Wozniak, Alexis M. Kalergis, Inés Cerón, Ingrid Riedel, Juan C. Román, Luis A. Villarroel, Ximena Berríos, Luis Bavestrello, Patricia García. 1150 Proceso logístico productivo de un centro de sangre regional: modelamiento y análisis. Felipe Baesler, Cristina Martínez, Eduardo Yaksic, Claudia Herrera. 1157 Aporte de volumen en el perioperatorio: ¿debemos modificar nuestro enfoque? Mario Concha P., Verónica Mertz K., Luis Cortínez F., Alvaro Zúñiga D., George Pinedo M. Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 1163 Adaptación y validación de la versión chilena de la escala de impacto de evento-revisada (EIE-R). Liliana Caamaño W., Diego Fuentes M., Luis González B., Roberto Melipillán A., Marcelo Sepúlveda C., Elizabeth Valenzuela G. 1169 Entrenador virtual de fibrobroncoscopía de bajo costo para enseñanza. Mauricio Solar, Eugenio Ducoing. 1176 Prevalencia de enfermedad renal crónica en centros urbanos de atención primaria. Carlos Zúñiga SM., Hans Müller O., Maritza Flores O. 1185 Malestar psicofisiológico en profesionales de la salud pública de la Región Metropolitana. Elisa Ansoleaga, Juan Pablo Toro C., Lorena Godoy C., Antonio Stecher, Josep M. Blanch. 1192 Hematoma subcapsular esplénico en paciente portador de rasgo falciforme. Diego Ugalde, Guillermo Conte, Héctor Ugalde, Gastón Figueroa, Marianela Cuneo, Macarena Muñoz, Javiera Mayor 1196 Insuficiencia suprarrenal y crisis addisoniana como primera manifestación de cáncer de pulmón y metástasis suprarrenal bilateral. Caso clínico. Carlos Utreras, René E. Díaz, Rodrigo Ascui, Rodrigo Caro, Jesús Véliz C., Nelson Wohllk. 1201 Trombosis venosa mayor asociada a catéter de hipotermia terapéutica en un paciente con paro cardiorrespiratorio recuperado: comunicación de un caso y revisión de la literatura. Jaime Retamal, Jean Bachler, Ricardo Mejía, Orlando Concha, Max Andresen. 1206 Tungiasis: una rara ectoparasitosis. Caso clínico. Oscar Tapia E., Sandra Kam C., Mauricio Naranjo L., Miguel Villaseca H. 1210 Profilaxis de enfermedad tromboembólica en pacientes hospitalizados con patología médica, estrechando la brecha entre las guías y la práctica clínica. Andrés Aizman, Eduardo Abbott, Luis Rojas. 1218 Evaluación clínico-radiológica y clasificación de la bronquiolitis del adulto. Fernando Saldías P., Orlando Díaz P., Sergio González B., Rodrigo Osses A. 1229 ¿Es necesario hidratar artificialmente a los pacientes terminales? Alejandra Palma, Juan Carlos Said, Paulina Taboada. 1235 Ética científica del aborto en caso de anencefalia. Carlos Y. Valenzuela. 1240 Resolución clínica en la atención primaria de salud. Oscar Román A. Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 1242 Biopsia por punción y prostatectomía radical. Oscar Schatloff, Vipul Patel. Octubre 1249 Educación sexual: un pilar fundamental en la sexualidad de la adolescencia. Adela Montero V. 1253 Incidencia y letalidad por infarto agudo del miocardio en Chile: 2001-2007. Carolina Nazzal, Faustino Tomás Alonso. 1261 Asociación de polimorfismos de los genes CRF-BP y SLC6A4 y restricción alimentaria crónica: un estudio preliminar. Jorge A. Sanhueza, Christian L. Herrera, Luis A. Salazar, Jaime R. Silva. 1269 Educar en conductas sexuales saludables: una innovación docente en promoción de la salud. María A. García G., Guillermo A. Cañadas-De la Fuente, Emilio González-Jiménez, Rafael Fernández-Castillo, Inmaculada García-García. 1276 Efecto sobre la salud de las desigualdades socioeconómicas en el adulto mayor. Resultados basales del estudio expectativa de vida saludable y discapacidad relacionada con la obesidad (Alexandros). Cecilia Albala, Hugo Sánchez, Lydia Lera, Bárbara Angel, Ximena Cea. 1286 Eficacia y seguridad de una dieta muy baja en calorías en un grupo de mujeres chilenas con sobrepeso u obesidad. Ada Cuevas, María J. Cordero, Cristina Olivos, Daniella Ghiardo, Verónica Álvarez. 1292 Resultados preliminares y factibilidad del mini lavado bronco-alveolar en pacientes cursando falla respiratoria severa. Max Andresen, Marcelo Mercado, Marcelo Zapata, Andrea Bustamante, Tomás Regueira. 1298 Trastornos mentales comunes y uso de servicios de salud en población inmigrante. Graciela Rojas, Rosemarie Fritsch, Ariel Castro, Viviana Guajardo, Pamela Torres, Berta Díaz. 1305 Percepción de cambios en la práctica médica y estrategias de afrontamiento. M. Luz Bascuñán, Nina Horwitz, Irene Schiattino, Julia Acuña, Juan Pablo Jiménez. 1313 Asociación de los polimorfismos IL-1B-511 e IL-1RN y Helicobacter pylori CagA positivo con cáncer gástrico en una zona de riesgo alto en Colombia. Teresa Martínez, Gustavo Hernández-Suárez, María Mercedes Bravo, Esperanza Trujillo, Andrés 1643 índice 2011 1322 1330 1336 1340 1344 1347 1356 1365 1370 1378 1384 Quiroga, Rosario Albis, Juan C. Robayo, Juan Carlos Bravo, Margarita Camorlinga. Perfil de riesgo cardiovascular en adultos jóvenes asintomáticos con grosor íntima media carotídeo elevado. Mónica Acevedo, Verónica Krämer, Rodrigo Tagle, Pilar Arnaiz, Ramón Corbalán, Ximena Berríos, Carlos Navarrete. Tumor de células de Sertoli calcificante, de células grandes: caso clínico. Oscar Tapia E., Claudio Matus O., Miguel Villaseca H. Falla hepática fulminante por virus hepatitis B en paciente coinfectado por VIH: un desafío terapéutico. Caso clínico. Susana Sagredo, Carla Mancilla, Nivia Estuardo, Jaime Poniachik. Encefalopatía aguda en un paciente tratado con inmunoglobulina endovenosa por un síndrome de Guillain-Barré. Álvaro Soto V., Luis Cartier R. Bacteriemia por Ochrobactrum anthropi en paciente en hemodiálisis por catéter tunelizado permanente. Caso clínico. Nicolás Obando M., Marta Badilla S. Nuevos anticoagulantes orales. Alejandro Berkovits, Andrés Aizman, Pamela Zúñiga, Jaime Pereira, Diego Mezzano. Tamiz de los errores innatos del metabolismo por espectrometría de masas en tándem: principales biomarcadores. Derbis Campos H. William Wilkie Collins: la medicina como un medio para enriquecer la creación de la literatura de ficción. Marcelo Miranda C. Neurosis profesional o enfermedad común. Síntomas y estresores. Marcelo Trucco B., Policarpo Rebolledo M. La bioética actual: las interrogantes de Heidegger Gustavo Figueroa. Toxicidad ocular y cardíaca por cloroquina. Delicia I. Gentille-Lorente. 1403 1414 1421 1428 1435 1444 1451 1458 Noviembre 1393 Mortalidad por infarto del miocardio en Chile. Trombolíticos o angioplastía. Fernando Florenzano U. 1396 Terapia de reperfusión en infarto agudo al miocar- 1644 1465 1471 dio. Comparación entre trombolisis endovenosa y angioplastía coronaria. Héctor Ugalde, Diego Ugalde, Macarena Muñoz. Metodología de adaptación de una guía clínica para el manejo de pacientes adultos con neumonía adquirida en la comunidad en una red de salud privada. Tomás Pantoja C., Constanza Ferdinand O., Fernando Saldías P., Luis Rojas O., María Elvira Balcells M., Ricardo Castro L., Rodrigo Poblete U. Efecto del bypass gástrico a largo plazo (7 a 10 años) en pacientes con obesidad severa y mórbida sobre el peso corporal, diabetes, dislipidemia y desarrollo de anemia. Attila Csendes J., Karin Papapietro V., Ana María Burgos L., Enrique Lanzarini S., Moira Canobra L. Enfermedad inflamatoria intestinal y embarazo: experiencia de 16 años. María Teresa Vergara A., Paula Rey G. Estructura factorial y confiabilidad de la escala de aprendizaje autodirigido de Fisher, King & Tague en alumnos de medicina chilenos. Eduardo Fasce H., Cristhian Pérez V., Liliana Ortiz M., Paula Parra P., Olga Matus B. Insulinemia e índice HOMA en niños y adolescentes chilenos. Salesa Barja, Pilar Arnaiz, Angélica Domínguez, Luis Villarroel, Berta Cassis, Oscar Castillo, Gianina Salomó, Marcelo Farías, Manuela Goycoolea, Teresa Quiroga, Francisco Mardones. Utilidad de la medición de fructosamina como indicador de control en pacientes con diabetes gestacional y pregestacional. Raúl Delgado M., Victoria Novik A., Felipe Cardemil M., Diego Santander A. Tratamiento del cáncer de próstata con radioterapia por modulación de intensidad, primera experiencia en Chile. Pelayo Besa DC., Roberto Rosso A., Marisa Bustos C., Yerko Borghero, Cristian Trucco B., Macarena Mac-Namara H. Errores de medicación en pacientes críticos adultos de un hospital universitario. Estudio prospectivo y aleatorio. Nicole Salazar L., Marcela Jirón A., Leslie Escobar O., Eduardo Tobar, Carlos Romero. El GES promueve la equidad en el tratamiento del gran quemado de la tercera edad. Claudia R. Albornoz G., Jorge Villegas C., Iside Bravo Y., Verónica Peña M. Amiloidosis extrema asociada a mieloma múltiple Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 1475 1481 1484 1488 1496 1503 1508 1516 1516 1517 1519 e insuficiencia renal terminal. Caso clínico. Camila Peña O., Marvila Intriago B., Ana María Gray H., María Elena Cabrera C. Paragangliomas múltiples asociados a mutación del gen SDHB. Caso clínico. René E. Díaz, Carlos Utreras, Rodrigo Ascuí, Fernando Hidalgo, Jesús Véliz, Nelson Wohllk. Diagnóstico tardío de melanoma nodular del pie en un varón con 74 años. Vitorino M. Santos, Cristina T. Leal, Martha J. M. Vasconcellos. Tratamiento exitoso de hepatitis autoinmune y síndrome de Evans con rituximab. Elizabeth J. Carey, Krishni Somaratne, Jorge Rakela. Actualización en estenorraquis lumbar: diagnóstico, tratamiento y controversias. Marcelo Molina, Pablo Wagner, Mauricio Campos. Detección de especies de Salmonella y Mycobacterium en gaviotas dominicanas (Larus dominicanus) y gaviotas de Franklin (Leucophaeus pipixcan) en la ciudad de Talcahuano, Chile. Juana López-Martín, Tania Junod, Fredy Riquelme, Cecilia Contreras, Daniel González-Acuña. La licencia médica. Varias dimensiones en un mismo documento. Una propuesta para un mejor uso. Mauricio Besio. Impacto de un programa de formación en docencia en una escuela de medicina. Ximena Triviño, Marisol Sirhan, Philippa Moore, Luz Montero. Evaluación de Programas de Formación de Postgrado en Chile. Vicente Valdivieso D. Evaluación de Programas de Formación de Postgrado en Chile. Réplica. Hector J. Lacassie, Mario Concha P., Ana María Espinoza U. Potenciación de efectos extrapiramidales del antipsicótico Aripiprazole al asociarlo con antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Marcelo Miranda C., Pedro Retamal C. Profesor Luis Vargas Fernández (1912 – 2011). José A. Rodríguez P. 1534 1544 1553 1562 1573 1581 1588 1592 1597 Diciembre 1529 Relación entre ideación suicida y estilos parentales en un grupo de adolescentes chilenos. Ramón Florenzano U., Macarena Valdés C., Eugenio 1601 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 Cáceres C., Sylvia Santander R., Carolina Aspillaga H., Claudia Musalem A. Formulación de una ecuación para predecir la masa grasa corporal a partir de bioimpedanciometría en adultos en un amplio rango de edad e índice de masa corporal. Ingrid Schifferli, Fernando Carrasco, Jorge Inostroza. Resultados alejados de la cirugía reparadora de la insuficiencia mitral isquémica. Ricardo Zalaquett S., Emilio Flores A., Fernando Cartajena de la M., Pablo Bächler S., Samuel Córdova A., Pedro Becker R., Sergio Morán V., Manuel Irarrázaval Ll., Cecilia Muñoz C., Rodrigo González F. Disfunción cognitiva después de cirugía cardiaca. Saturación cerebral e índice biespectral: estudio longitudinal. Víctor M. Parra, Marc Sadurní, Marta Doñate, Irene Rovira, Carmen Roux, José Ríos, Teresa Boget, Guillermina Fita. Reducción de la actividad física en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Alejandra Parada, Julieta Klaassen, Carmen Lisboa, Fernando Saldías, Laura Mendoza, Orlando Díaz. Prevalencia de consumo de drogas en estudiantes universitarios que cursan primer y cuarto año. Gladys Morales I., Carlos del Valle R., Carlos Belmar M., Yasna Orellana Z., Alvaro Soto V., Daniza Ivanovic M. Niveles séricos del antígeno prostático específico en varones expuestos y no expuestos al arsénico en el agua de bebida en Tucumán, Argentina. Analía Soria de González, Liliana Tefaha, Rosa Guber, Nilda Arias, Claudio Romero, Mateo Martínez, María Valdivia, Noemi Sandoval, Roxana Toledo, María Czejack. Meningomielitis asociadas a infección por herpes virus humano 7. Comunicación de dos casos. Marcelo Miranda C., Juan Pablo Torres T., Carmen Larrañaga L., Guillermo Acuña L. Síndrome de Sweet asociado a leucemia mieloide aguda y factor estimulante de colonias de granulocitos. Caso clínico. Montserrat Molgó N., Pilar de la Sotta F., Laura Giesen F., Sergio González B. Ergotismo secundario a la asociación ergotaminaritonavir. A propósito de 3 casos. Santiago Acle, Federico Roca, Mariela Vacarezza, Alfredo Álvarez Rocha. Mutación en el gen EDA1, Ala349Thr en paciente con displasia ectodérmica hipohidrótica ligada a X. Julio C. Salas-Alanis, Rodrigo Cepeda-Valdes, 1645 índice 2011 Adriana Gonzalez-Santos, Mario Amaya-Guerra, Mazen Kurban, Angela M. Christiano. 1605 Factores de virulencia de Mycobacterium tuberculosis. Nancy P. Maulén. 1611 Informática biomédica. Daniel Capurro, Mauricio Soto, Macarena Vivent, Marcelo Lopetegui, Jorge R. Herskovic. 1646 1617 Garantía de oportunidad, artrosis y autorreporte de salud en personas con artrosis en una comuna de la Región Metropolitana. Mauro Tamayo R., Jame Rebolledo S. 1624 Agencia nacional de medicamentos (ANAMED): una oportunidad para ser aprovechada. Manuel Antonio Espinoza S., Báltica Cabieses. 1626 Selección de Resúmenes. Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 ÍNDICE DE AUTORES A Abalos P., Pedro 794 Abarca, Katia 448 Abarzúa, Carolina 334 Abbott, Eduardo 1210 Aboitiz, Francisco 600 Acevedo, Alejandro 267 Acevedo, Mónica 290, 1322 Achurra, Pablo 848 Acle, Santiago 1597 Acuña L., Guillermo 1588 Acuña, Julia 1305 Aglony, Marlene 872 Aguayo, Carolina 833 Aguayo, Gloria 1015 Aguilar, Lorena 638 Aguilera O., Ledda 587 Aguiló, Jorge 11 Aguirre Z., Marcia 230 Aguirre, Constanza 959 Agurto, Paula 683 Ahrén, Bo 998 Aizman, Andrés 848, 1210, 1347 Alarcón, Claudia 334 Alba, Andrea 11 Albala, Cecilia 283, 1276 Albis, Rosario 1313 Albornoz G., Claudia R. 1465 Albornoz, Francisco 19 Alcaíno, Hernán 505 Algarín, Cecilia R. 932 Alliende, M. Angélica 298 Alonso, Faustino Tomás 1253 Alvarado, Luis 406 Alvarado, Rubén 592 Álvarez Rocha, Alfredo 1597 Álvarez, Gonzalo 697 Álvarez, Verónica 1286 Alviz, Pablo 467 Amaya-Guerra, Mario 1601 Andrade M., Alejandro 1128 Andrade, Winston 833 Andresen H., Max 7, 382,165, 1089, 1201, 1292 Angel, Bárbara 1276 Ansoleaga, Elisa 1185 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 Apt B., Werner 247 Aracena, Marcela 60 Aracena, Rodrigo 683 Arancibia, Sergio 236 Araneda, Fabián 66 Araos H., Daniel 357 Aravena R., Paola 357 Araya O, Juan Carlos 171, 432, 992 Araya, Alejandra 625 Araya, Magdalena 283 Araya, Pamela 467, 833 Arcos, Estela 739 Aretxabala, Xavier de 267 Arguello, Begoña 920 Arias, Fabiola 467 Arias, Nilda 1581 Armas M., Rodolfo 119, 1081 Arnaiz, Pilar 290 1322, 1435 Arroyo, Gerardo 267 Arteaga U., Eugenio 1066 Arteaga, Antonio 802 Ascanio, Lorena 474 Ascui, Rodrigo 1196, 1475 Aspillaga H., Carolina 1529 Atenas M., Omar 177 Avendaño, Marcelo 1046 Ayach, Freddy 415 Azócar, Marta 334 B Bächler S., Pablo Bachler, Jean Badía V., Pedro Badilla P., Alejandro Badilla S., Marta Baesler, Felipe Báez, Sergio Baeza V., Ricardo Baeza, Ramón Balanda, Monserrat Balcells M., María Elvira Balmaceda, José Bancalari, Rodrigo Baño, Gabriel Barbosa de Oliveira, Carla 1544 1201 1025 484 1344 1150 1015 864 267 833 1403 920 872 455 36 Barja, Salesa Barraza O., Ximena Barrero V., Raúl Barrientos H., Marcela Bascuñán, M. Luz Bavestrello, Luis Beca I., Juan Pablo Becker R., Pedro Becker, María Inés Bedmar M., Daniel Bedregal, Paula Belletti B., José Bellolio J., Enrique Belmar M., Carlos Beltrán M., Caroll Benaglio, Carla Bergoeing, Michel Berkovits, Alejandro Bernales, Margarita Berríos, Ximena Besa DC., Pelayo Besio, Mauricio Bitrán C., Marcela Blanch, Josep M. Boget, Teresa Bohn R., Ricardo Bonatti, Carla Borghero, Yerko Borja, Hernán Bórquez V., Pamela Boza T., Ignacio Brahm, Javier Brante, María Bravo Y., Iside Bravo, Juan Carlos Bravo, María Mercedes Bravo, Miguel Breinbauer, Hayo Browne L., Francisca Browne S., Jorge Bruetman, Julio Buckel, Erwin Bullorsky, Eduardo Bunout, Daniel Burgos L., Ana María Burrows A., Raquel 977, 1435 914, 298 917 107 1305 1143 462 150, 1544 236 770 60 770 171, 432 1573 794 45 1054 1347 625 290, 1143, 1322 1451 1503 941 1185 1553 79 739 1451 985 820 902 704 571 1465 1313 1313 1006 886 462 462 224 11 224 579, 1046 1414 425 1647 índice 2011 Buschmann, Alejandro Bustamante, Andrea Bustos C., Marisa Bustos F., Verónica Bustos, Patricia 107 1292 1451 559 833 C Caamaño W., Liliana 1163 Cabello C., Felipe 107, 681, 829, 1115, Cabezón A., Rodrigo 1025 Cabezón, Mario 676 Cabieses, Baltica 625, 685, 1624 Cabrera C., María Elena 1471 Cáceres C., Eugenio 1529 Calabran, Lorena 11 Calunga F., José Luis 439 Calvo, Alfonso 1015 Calvo, Rafael 660 Camorlinga, Margarita 1313 Campos E., Carolina 613 Campos H., Derbis 1356 Campos, María Silvia 60 Campos, Mauricio 1488 Campos, Pabla 19 Cano, Francisco 334 Canobra L., Moira 1414 Cantín, Mario 274 Cañadas-De la F., Guillermo A. 1269 Capurro C., Marisa 1128 Capurro, Daniel 1611 Carabantes C., Jorge 559 Caracci, Mario 1015 Cárcamo, Juan Guillermo 415 Cardemil M., Felipe 1444 Cardoso, José Carlos 633 Carey, Elizabeth J. 1484 Caro, Rodrigo 1196 Carrasco G., Paulo 787 Carrasco L., Cristian 914 Carrasco, Alejandra 985 Carrasco, Fernando 1534 Carrasco, Marcela 638 Carrasco, Rodrigo 480 Carrasco, Ximena 600 Cartajena de la M., Fernando 1544 Cartier R., Luis 1340 Carvajal H., Cristóbal 902 Cassis, Berta 1435 1648 Castiglioni, Claudia 197 Castillo L., Cecilia 841 Castillo N., Manuel 814 Castillo, Oscar 1435 Castillo-Riquelme, Marianela 817 Castro G., Pablo 864 Castro L., Ricardo 1403 Castro, Ariel 1298 Castro, Gabriel 348 Castro, Pablo 327, 505 Catalán, Mónica 697 Catellanos, Humberto 1135 Cavada, Gabriel 872 Cavieres, M. Fernanda 613, 516 Cea, Ximena 1276 Cepeda-Valdés, Rodrigo 1601 Cepeda-Zumaeta, Sergio 683 Cerda, Jaime 977 Cerda, Verónica 872 Cereceda, Mauricio 348 Cerón, Inés 1143 Cervantes-Arriaga, Amin 1032 Chacón, Renato 1103 Chadid, Pedro 1054 Chambi, María C. 807 Chamorro, Adriana 717 Chamorro, Rodrigo A. 932 Chiong, Mario 505 Chirino, Alejandra 313 Christiano, Angela M. 1601 Chuecas, Fernando 267 Cianelli, Rosina 625 Cifuentes O., Lucía 72 Cisternas, Marcela 1054 Codner, Ethel 158 Collazo, Juan 1135 Concepción C., Roberto 79 Concha P., Mario 353, 961, 1157, 1516 Concha, Margarita I. 779 Concha, Orlando 1201 Conte L., Guillermo 357, 1192 Contreras G., Cristian 321 Contreras, Cecilia 1496 Contreras, Luis 11, 197 Corbalán, Ramón 19, 1322 Cordero, María J. 1286 Córdova A., Samuel 864, 1544 Cortés N., Alma Rosa 725 Cortínez F., Luis 1157 Corvalán, Camila 606 Corvalán, Rosa Cosentino, Marcela Cotera, Alejandro Csendes J., Attila Cuadra, Victoria Cuello F., Mauricio Cuevas, Ada Cuneo V., Marianela Curotto, Bianca Czejack, María 143 732 955 1414 60 1066 1286 357, 1192 298 1581 D De Ioannes, Pablo 236 De la Barra D., Ricardo 205 De la Fuente, Felipe 66 De la Fuente, Paloma 45 De la Maza, María Pía 1046 De la Ros, Andrés 1135 De la Sotta F., Pilar 1592 De la Torre, Javier 1039 Del Arco, Alfonso 1039 Del Campo, Miguel 236 Del Valle R., Carlos 1573 Delgado B., Iris 1118 Delgado M., Raúl 1444 Delucchi, Angela 334 Devoto C., Enzo 1060 Di Lalla, Sandra 455 Díaz B., Erick 425 Díaz G., Carolina 484 Díaz P., Orlando 1218, 1562 Díaz S., Mario 587 Díaz, Alejandra 197 Díaz, Alfonso 1015 Díaz, Berta 1298 Díaz, Carla 165 Díaz, Carlos 872 Díaz, Cristian 697 Díaz, Juan Carlos 267 Díaz, René E. 1196, 1475 Díaz, Soledad 1104 Díaz-Araya, Guillermo 505 Díaz-Ledezma, Claudio 660 Dölz, Humberto 107 Domínguez, Angélica 710, 1435 Domínguez, Paula 455 Donoso, María Victoria 770 Doñate, Marta 1553 Ducoing, Eugenio 1169 Durán, Samuel A. 932 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 E Echavarri V., Sylvia Echavarría, Luis A. Echevarría, Ghislaine C. Eloiza, Claudio Enríquez P., Andrés Escobar O., Leslie Espejo, Nicolás Espino, Alberto Espinosa, Roberto Espinoza S., Manuel Espinoza U., Ana María Espinoza, Iris Espinoza, Ricardo Espinoza, Tatiana Estuardo, Nivia Eyzaguirre C., Francisca 1081 762 755 683 864, 327 1458 959 841 1054 685, 816, 1624 961, 1516 579 11 977 1336 158, 732 F Farías, Marcelo 710, 1435 Fasce H., Eduardo 1428 Fasce, Rodrigo A. 833 Feliú R., Mauricio 762 Ferdinand O., Constanza 1403, 1104 Fernández, Jorge 467, 833 Fernández, Manuel 872 Fernández, Wanda 1060 Fernández-Castillo, Rafael 1269 Ferrada, Marcela 327 Ferrario, Mario 11 Ferreira, Jorge 236 Ferrer, Lilian 625 Ferrero, Fernando 455 Ferrés, Marcela 448 Fierro, Juan Alberto 11 Figueroa G., Rodolfo 655 Figueroa M., Gastón 357 Figueroa, David 660 Figueroa, Dolly 182 Figueroa, Francisco 660 Figueroa, Gastón 1192 Figueroa, Gustavo 529, 1378 Figueroa-Reyes, Tatiana 1118 Finn, Bárbara C. 224, 807 Fita, Guillermina 1553 Florenzano U., Fernando 1393 Florenzano U., Ramón 1529 Flores A., Emilio 1544 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 Flores O., Maritza Flores, Fernanda Flores, Rodrigo A. Fonseca A., Ximena Förster Marín, Carla E. Frangini S., Patricia Fresno, María Javiera Fritsch, Rosemarie Fuentes M., Diego Fuentes R., Paola Fuentes, Aler 1176 474 755 1025, 886 340 917 362 1298 1163 638 362 G Gabrielli N., Luigi 864, 327 Gac, Homero 638 Gaete G., Leonardo 902 Gaete, Ana María 66 Gaggero, Aldo 143 Gaggero, Nicolás 143 Gajardo, Jorge 19 Galanti G., Norbel 258 Galicia R., Liliana 725 Gallardo, Jorge 267 Galván, Marcos 606 Garbin, Flabia 872 García Alegría, Javier 1039 García G., María A. 1269 García, Alejandra 306 García, César 267 García, Hernán 732, 872 García, Lorena 505 García, Patricia 1143 García-García, Inmaculada 1269 García-Huidobro D., M. Angélica177 García-Huidobro, Trinidad 710 Garfias, Raúl 886 Garmendia, María Angélica 197 Gazitúa P., Raimundo 1081 Gejman, Roger 1066 Gentille-Lorente, Delicia I. 1384 Ghiardo, Daniella 1286 Ghiringhelli M., Juan Pablo 27 Giesen F., Laura 1592 Gilbert, Macarena 368 Godoy C., Lorena 1185 Godoy, Iván 290 Goecke, Helmuth 489, 909, 985 Gómez B., María Inés 462 Gómez C., Carolina 107 Gómez V., Yarella 321 Gómez, Rodrigo 89 Gonzáles G., Néstor 357 González B., Luis 1163 González B., Sergio 230, 1218, 1592 González F., Rodrigo 150, 917,1544 González L., Roberto 1106 González, Alejandro 1103 González, Andrea 236 González, Matías 959 González, Pablo 267 González, Sergio 84 González-Acuña, Daniel 1496 González-Jiménez, Emilio 1269 González-Santos, Adriana 1601 Gottsäter, Anders 998 Goycoolea, Manuela 1435 Gray H., Ana María 1471 Greig, Douglas 327, 505 Guajardo, Viviana 1298 Guber, Rosa 1581 Guerra C., Carolina 1128 Guerra, Patricio 298 Guerrero, José Luis 334 Guillou, Michèle 559 Guiraldes, Ernesto 841 Gutiérrez, Mario 1135 Gutiérrez, Mario Felipe 362 Guzmán D., Ana María 205 Guzmán G., Pablo 171 H Hartel, Steffen Hasbún, Pablo Hermosilla, Reinería Hermoso R., Marcela Hernández, Aparicio Hernández-Suárez, Gustavo Herrera, Christian L. Herrera, Claudia Herskovic, Jorge R. Herzog, Cristina Hidalgo, Fernando Hirsch, Sandra Hodgson, M. Isabel Hoffmann, Marianela Hola, Karen Honorato, Josefina Horta, Fabrizzio Hortis de Smith, Verónica Horwitz, Nina 306 165 298 794 439 1313 1261 1150 1611 11 1475 1046 182 474 704 189 306 807 1305 1649 índice 2011 Hudson, Lorena Hurtado H., Carmen 89 587 I Inostroza, Jorge Intriago B., Marvila Inzunza P., Carlos Iñiguez, Germán Irarrázabal, Lisette Irarrázaval Ll., Manuel Irarrázaval, María Elisa Ivanovic M., Daniza 1534 1471 321 334 625 150, 1544 1573 J Jara, Juan Jarufe, Nicolás Jasovic, Vladimir Jasovic-Siveska, Emilija Jauregui, Josseline Jensen R., Werner Jeria, Francisca Jésia Vieira, Maria Jiménez, Juan Pablo Jiménez, Montiel Jirón A., Marcela Joyas, Alejandro Junod, Tania 774 84 748 748 739 27 920 36 1305 215 1458 985 1496 K Kain, Juliana Kalergis, Alexis M. Kam C., Sandra Kassack I., Juan Kauffmann, Max Klaassen, Julieta Kolbach, Marianne Kramer, Verónica Krause, Mariane Kunakov, Natasha Kurban, Mazen Kusanovic, Rodrigo 606 1143 1206 1135 348 1562 1066 290, 1322 60 524 1601 1015 L Labarca, Jaime Lacassie, Héctor J. Lagos L., Marcela Lagos, Liza Paz Lagos, Marcela 1650 45 755, 961, 1104, 1516 542 600 189 Lamich, Rubén 19 Lanzarini S., Enrique 1414 Lapostol, Carolina 327 Larrañaga L., Carmen 1588 Latorre, Carla 739 Lavandero, Sergio 505 Leal, Cristina T. 1481 Lecannelier, Felipe 474 Leiva, Loreto 60 Leiva, Tamara 467 Lema F., Guillermo 787, 368, 1103 León M., Norma 1025 León, María 1135 Lera M., Lydia 425, 283, 606, 1276 Letelier S., Luz María 1081, 672 Levicán, Jorge 197, 143 Lezcano, Félix Gabriel 84 Lillo, Ana María 334 Lillo, Eduardo 66 Lincopán S., Anya 914 Lindgärde, Folke 998 Lisboa, Carmen 1562 Llancaqueo, Marcelo 717 Llop, Elena 600 Lopetegui, Marcelo 848, 1611 López A., Patricia 158 López B., Rodrigo 787 López S., Gloria 391 López, Néstor J. 717 López-Alegría, Fanny 618 López-Martín, Juana 1496 Lucas-Carrasco, Ramona 579 M Macchiavello, Stefano 880 Mac-Namara H., Macarena 1451 Madariaga A., Marcia 1060, 306 Madrid Q., Angélica 205 Madrid S., Ana María 587 Madrid, Eva 985 Maíz, Alberto 373 Malbasa, Milica 896 Maluenda, Fernando 267 Mancilla, Carla 1336 Mangelsdorff G., Günther 177 Manríquez, Francisco 985 Manríquez, Leopoldo 19 Mansilla L., Eloy 1118 Manubens, Augusto 236 Mardones, Francisco 710, 1435 Marín, Arnaldo 290 Marín, Pedro Paulo 638 Martin, Carolina 779 Martín-Berra, Mariela 215 Martínez G., Lidia 725 Martínez L., Felipe 27 Martínez T., Adolfo 1135 Martínez, Alfredo 439 Martínez, Carlos 1135 Martínez, Cristian 1015, 1150 Martínez, Darío 19 Martínez, Gonzalo 985 Martínez, María Angélica 66 Martínez, Mateo 1581 Martínez, Mónica 84 Martínez, Teresa 1313 Martínez-Aguayo, Alejandro 872 Martínez-Rey, Carmen 126 Massardo, Teresa 348 Matus B., Olga 1428 Matus C., Patricia 1075 Matus O., Claudio 1330 Maulén, Nancy P. 1605 Mayor, Javiera 1192 Medenica, Snezana 896 Mege, Rose Marie 1015 Mejía, Ricardo 150, 1201 Melipillán A., Roberto 1163 Mellado S., Cecilia 542 Mellado, Rosemarie 505 Melo, Rómulo 415 Mena U., Boris 587 Méndez, Benjamín 45 Mendoza, Laura 1562 Menéndez C., Silvia 439 Mercado, Marcelo 1292 Merino M., Carlos 27 Mertz K., Verónica 353, 1157 Mezzano, Diego 1347 Millanao B., Ana 107 Miner, Sarah 625 Miquel, Juan Francisco 841 Miralles, Rodolfo 362 Miranda C., Marcelo 395, 1365, 1517, 1588 Miranda G., Gonzalo 54 Miranda, Edgardo 571 Miranda, Enrique 1135 Molgó N., Montserrat 1592 Molina E., Javiera 1128 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 Molina, Marcelo Moltedo, Bruno Montaña, Rodrigo Montaño, Efreen Montero V., Adela Montero, Luz Moore, Philippa Mora, Judith Morales I., Gladys Morales, Jorge Morán V., Sergio Morán, Sergio Müller O., Hans Müller, Bettina Munuce, María José Muñoz C., Cecilia Muñoz, Cecilia Muñoz R., Marcos Muñoz, Hernán R. Muñoz, Luz Angélica Muñoz, Macarena Muñoz, María José Muñoz-Neira, Carlos Musalem A., Claudia 1488 236 165 1135 1249 1508 880, 1508 833 1573 11 1544 150 1046, 1176 267 548 1544 150 856 755, 1104 739 1192, 1396 334 406 1529 N Nachari B., Isaac Naranjo L., Mauricio Navarrete, Carlos Navarrete, Claudio Navarro-López, Vicente Nazar, Claudio E. Nazer H., Julio Nazzal, Carolina Nervi, Bruno Noel Seoane, María Nogales-Gaete, Jorge Norero, Enrique Norr, James Norr, Kathleen Nova, Esteban Novik A., Victoria Núñez, Mauricio Núñez, Salomón 177 1206 290,1322 267 215 755 72 1253 373 455 683, 1118 84, 1015 625 625 236 1444 886 880 O Obando M., Nicolás Ogalde, Mario 1344 1006 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 Olalla, Julián 1039 Olarte, Irma 1135 Olivares, Gabriel 150 Olivares, Manuel 283 Oliveros R., María Soledad 1046 Olivos, Cristina 1286 Orellana Z., Yasna 1573 Orellana, Gricel 406 Ormazábal, Alejandra 1104 Orphanópoulos, Doris 298 Ortiz M., Liliana 1428 Osorio, Paulina 579 Osses A., Rodrigo 230, 1218 Ossorio, María Fabiana 455 Otth, Carola 779 Ovalle, Alfredo 66 P Padilla, Oslando Palacio, Ana Palma H., Joaquín Palma, Alejandra Pantic, Igor Pantic, Senka Pantoja C., Tomás Papapietro V., Karin Parada, Alejandra Parra P., Paula Parra, Víctor M. Patel, Vipul Paunovic, Jovana Paz A., Yuleidys Pedrals G., Nuria Pedreros, Cristian Peigñan, Lilia Peirano, Patricio D. Peña M., Verónica Peña O., Camila Peña, Anamaría Pereira, Jaime Pérez J., Carolina Pérez V., Cristhian Pérez, Carola Pérez, Jesús Pérez, Víctor Pérez-Bravo, Francisco Pérez-Luco, Ricardo Peroni, José Perret, Cecilia Pimentel, Déborah 45, 150 732 7 1229 896 896 1403 1414 1562 1428 1553 1242 896 439 941 1046 415 932 1465 1471 448 1347 395 1428 60 1089 19 158 571 224 448 36 Pinedo M., George Pino, Felipe Pizarro, Carlos Pizarro, Carolina Pizarro, Fernando Pizarro, Lorena Poblete U., Rodrigo Poggi M., Helena Pommer, Ricardo Ponce, Daniel Ponce, Ernesto Ponce, Rosemarie Poniachik, Jaime Prada, José Luis Prato, Juan Andrés Preiti, Verónica Puga L., Bárbara Pumarino, M. Gabriela 1157 290, 848 667 704 283 197 1403 189, 542 920 1089 1089 932 1336 1039 959 224 1128 19 Q Quera P., Rodrigo Quezada, Claudia Quezada, Felipe Quiñones S., Luis Quiroga G., Teresa Quiroga, Andrés Quiroga, Clara Quiroga, Teresa 794 415 150 902 205 1313 505 189, 1435 R Rada, Gabriel 676 Rakela, Jorge 1484 Ralph, Constanza 710 Ramírez E., Pablo 917 Ramírez R., Constanza 1025 Ramírez, Eugenio 833 Ramírez, Gloria 697 Ramírez, Pedro 848 Ramos, Christian 1135 Rau, Carlos L. 348 Rau, Carlos M. 348 Rebolledo M., Policarpo 1370 Rebolledo S., Jame 1617 Regueira, Tomás 165, 1292 Retamal C., Pedro 1517 Retamal M., Patricio 794 Retamal, Jaime 1201 Rey G., Paula 1421 Reyes B., Humberto 7 1651 índice 2011 Reyes J., Marcela 425 Reyes, José Miguel 267 Reyes, Julio 1015 Reyes, Sussanne C. 932 Riedel, Ingrid 1143 Rigotti R., Attilio 941, 802 Ríos, José 1553 Rioseco Z., María Luisa 321 Riquelme D., Javier 321 Riquelme O., Mauricio 321 Riquelme O., Raúl 321 Riquelme, Arnoldo 45, 165 Riquelme, Francisco 415 Riquelme, Fredy 1496 Ristic, Sinisa 896 Rivera M., Solange 672 Roa S., Jorge 856 Roa S., Juan Carlos 171, 432, 992 Robayo, Juan C. 1313 Roca, Federico 1597 Rodillo, Eliana 197 Rodríguez A., José Ramón 27 Rodríguez P., José A. 1519 Rodríguez, Carlos 1143 Rodríguez, Jorge 474 Rodríguez, M. de los Ángeles 909 Rodríguez-Framil, Montserrat 126 Rodríguez-Violante, Mayela 1032 Rojas H., Christine 27 Rojas, Luis 848, 1210, 1403 Rojas Z., David 415 Rojas, Carmen 571 Rojas, Fernando 985 Rojas, Graciela 592, 1298 Rojas, Iván 710 Rojas, Pablo 1143 Rojas-Barahona, Cristian A. 340 Rojo, Pamela 19 Román A., Oscar 762, 1240 Román, Juan C. 1143 Román, Rossana 732 Romeo, Eliana 189 Romero, Carlos 1458 Romero, Claudio 1581 Rosler, Roberto 535 Rossel, Víctor 480 Rosso A., Roberto 1451 Rothhammer, Francisco 600 Rothhammer, Paula 600 Roux, Carmen 1553 Rovira, Irene 1553 1652 Rozen, Cetta Ruiz-Esquide, Gonzalo 1135 373 S Saavedra B., Mónica 902 Saavedra S., Iván 902 Sadurní, Marc 1553 Sáez M., David 1118 Sagredo, Susana 1336 Sagüés C., Rodrigo 1071 Said, Juan Carlos 1229 Salas, Daniel 1039 Salas, Francisca 182 Salas-Alanis, Julio C. 1601 Salazar L., Nicole 1458 Salazar, Fabián 236 Salazar, Luis A. 1261 Saldías P., Fernando 230, 1218, 1403, 1562 Salinas, Hugo 66 Salinas, Julio 985 Salinas, Mauricio 480 Salinas, Rodrigo 697 Salman M., Patricio 1066 Salomó, Gianina 1435 San Martín, Rody 415 Sánchez D., Ignacio 977, 1097 Sánchez P., Tomás 205 Sánchez V., Rodrigo 1118 Sánchez, Hugo 1276 Sánchez, Ximena 739 Sandoval, Noemí 1581 Sanhueza A., Luis Manuel 848 Sanhueza, Jorge A. 1261 Sanhueza, Marcel 1015 Santa María, Lorena 298 Santamarina, Mario 489, 1054 Santander A., Diego 1444 Santander R., Sylvia 1529 Santander, Hugo 362 Santibáñez, Helga 841 Santos, Vitorino M. 1481 Sarabia, Luis 548 Sasso A., Jaime 902 Sccapatticio, Angélica 467 Schalper, Kurt A. 218 Schatloff, Oscar 1242 Schiattino, Irene 1305 Schifferli, Ingrid 1534 Schwarze, Juan Enrique 920 Segura, Rodrigo 415 Sein, Jorge 833 Sepúlveda C., M. Jacqueline 856 Sepúlveda C., Marcelo 1163 Sepúlveda, Pablo 19, 327 Sepúlveda, Pedro 774 Silva C., M. Consuelo 54 Silva O., Rafael 550 Silva, Rafael 774 Silva, Claudio 600 Silva, Jaime R. 1261 Silva, Ricardo 732 Sirhan, Marisol 45, 1508 Sirvent, Elia 215 Slachevsky Ch., Andrea 395, 406 Smith, Rosita 306 Smok, Gladys 704 Soares De Lorenzi, Dino Roberto618 Solar, Mauricio 1169 Solimano, Giorgio 128 Solís, Loretto 779 Somaratne, Krishni 1484 Soria de González, Analía 1581 Soto G., Sebastián 1071 Soto L., Jorge 902 Soto M., Francisca 158 Soto V., Alvaro 1573, 1340 Soto, Mauricio 1611 Soto, Tulio 774 Squella B., Gina 770 Stecher, Antonio 1185 Stockins, Benjamín 19 Suazo Galdames, Iván 274 T Taboada, Paulina 1229 Tagle, Rodrigo 290, 1322 Tamayo R., Mauro 1617 Tapia E., Oscar 171, 432, 992, 1206, 1330 Tchernev, Georgi 633 Tefaha, Liliana 1581 Tobar, Eduardo 1458 Tognarelli, Javier 467, 833 Toledo, Roxana 1581 Tomicic F., Vinko 382 Tomova, Alexandra 107 Toro C., Juan Pablo 1185 Torrejón, Claudia 924 Torrejón, María José 579 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 Torres T., Juan Pablo Torres, Graciela Torres, Mauricio Torres, Pamela Toso, Alberto Triviño, Ximena Trucco B., Cristian Trucco B., Marcelo Trujillo, Esperanza Turjacanin, Drenka 1588 833 143 1298 258 1508 1451 1370 1313 896 U Uauy, Ricardo Ugalde, Diego Ugalde, Héctor Ugarte, Soledad Undurraga, Consuelo Urrejola, Pascuala Urrutia, M. Teresa Urzúa M., Alfonso Urzúa, Alfonso Utreras, Carlos 606, 924 1192, 1396 1192, 1396 886 60 182 710 313 1006 1196, 1475 V Vacarezza Y., Ricardo Vacarezza, Mariela Vaisman, Alex Valbuena, José R. Valdés C., Macarena Valdés S., Gloria Valdivia, María Valdivieso D., Andrés Valdivieso D., Vicente Valdivieso, María Jesús Valencia M., Yenny Valenzuela G., Elizabeth 814 1597 660 218 1529 123,400 1581 1081 1516 959 914 1163 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 Valenzuela, A. María 872 Valenzuela, Carlos Y. 1235 Valenzuela, Saúl 362 Valladares, Geraldine 313 Varela U., Cecilia 79, 770 Varela, Cecilia 886 Varela, Jorge 474 Vargas D., Emma Rosa 725 Vargas, Alex 373, 880 Vargas, Carolina 1006 Varleta O., Paola 79 Vasconcellos, Martha J. M. 1481 Vega, Jorge 489, 909, 985, 1054 Vega, Vanessa 732 Velasco, Maritza 467 Véliz C., Jesús 1196 Véliz, Jesús 1475 Venditti, Julio E. 224 Venegas F., Pablo 54 Venegas, Pablo 89 Venegas, Mauricio 704 Verdejo, Hugo 327, 505 Vergara A., María Teresa 1421 Vergara, M. Teresa 909 Vergara I., Marcos 495 Vergara S., Ismael 917 Vial, Felipe 258 Villa, Sonia 920 Villanueva, Jorge 298 Villanueva, Luis 267 Villarreal R., Enrique 725 Villarroel, Luis 848, 1435, 1143 Villaseca H., Miguel 171, 432, 992, 1206, 1330 Villaseca, Rodrigo 66 Villegas C., Jorge 177,1465 Viñuela, Eduardo Vivent, Macarena Viviani, Tamara Vollrath, Antonia 1015 1611 448 739 W Wagner, Pablo Wainsztein, Raquel Wang, Yujie Weisstaub, Gerardo Wettig, Elizabeth Whittle V., Sandra Wohllk, Nelson Wozniak, Aniela 1488 455 697 606 298 177 1196, 1475 1143 Y Yaksic, Eduardo Young, Pablo 1150 224, 535, 807 Z Zalaquett S., Ricardo Zamora, Jorge Zamorano, Juanita Zapata, Marcelo Zapico, Alvaro Zárate, Víctor Zavala, Carlos Zegers Prado, Beatriz Zehnder, Carlos Zitko, Pedro Zulantay A., Inés Zúñiga D., Alvaro Zúñiga SM., Carlos Zúñiga, Pamela 150, 1544 1135 872 1292 1054 817 11 340 11 685 247 1157 1176 189, 1347 1653 índice 2011 ÍNDICE DE MATERIAS A Abogados 667 Aborto 516, 613, 1235 Abuso 474 Ácidos 924 Adenocarcinoma 84 Adicción 856, 1573 Adison 1196 ADN 143, 306 Adolecentes 60, 182, 425, 732, 977, 1330, 1435, 1529 Aeróbico 998 Afrontamiento 1305 Aimara 600 Alcohol 856 Alergia 886 Alimentos 1261 Aloingertos 660 Alzheimer 779 Ambulatorio 592, 618, 625, 1240 Amerindios 998 Amiloidosis 1471 Análisis 676 ANAMED 1624 Anatomía 535 Anemia 1192, 1414 Anencefalia 1235 Anestesia 1104 Anestesiología 1157 Aneurisma 1071 Angina 19, 787 angiodisplasia 909 angioplastia 1393, 1396 Aniversario 807 Anormalidades 516 Ansiedad 571 Antibióticos 107, 467, 955 Anticoagulantes 1347 Anticuerpo 357 Antidepresivos 89, 1517 Antígeno 1581 Antiinflamatorios 633 Antimicrobianos 107 Aorta 150, 1071 Aortica 150 ÁPICE 688 Aprendizaje 1428 1654 Argentina Aripiprazole Arritmias Arsénico Artículos Artrosis Atencional Aterioesclerosis Ateroesclerótica Ateromatosis Atrofia AUGE Aurícula Autoinmune Azoospermia 1581 1517 917 1581 676 1617 600 717, 924, 1322 802 290 197 697 770 1484 1060 B Bacteriemia Bacteriología Banco Biblioteca biodisponibilidad Bioespectral Bioética Biografía Bioimpedanciometria Bioinformática Biomarcadores Biomédica Biomedicina Biopsia Bordetella Broncoalveolar Bronquiolitis Bullying Bypass 1344 1143, 1292 1150 1115 902 1553 529, 1378 529, 535 1534 1611 1356 1611 236 171, 1242 448 1292 1218 474 1414 C Cabeceo Calorías Cáncer Carcinoma Cardiocirugía 1089 1286 89, 171, 267, 373, 432, 676, 992, 1015, 1196, 1313, 1451, 1581 84 150, 368, 787, 1544 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 Cardiología Cardiomiopatía Cardiorespiratorio Cardiovascular Carótida Carotidea Catéteres Celiaco Censos Cerebral Cerebrovascular Certificación Chagas Científico Científicos Citogenética Climaterio Clindamicina Cobre Colchicina Colesterol Colitis Colombia Colonias Colonografia Colorectal Competencias Comunicación Comunidad Conducta Consensos Consultorios Coqueluche Corazón Coronarias Corporal Corticoides Criptogénico Crohn Cromosomas Cuestionario Cuestionario Cultura 19, 348, 505, 802, 864, 917, 1054, 1253, 1393, 1396 247 1201 802, 1039, 1106, 1322 290 1322 1201, 1344 587, 841 579 382 697, 1118 1103 247, 258 7 1115 298 618 1143 288 489 802 1421 1313 1592 676 676 165, 455, 848 880 60 182, 685, 1269 267 618 448 505, 770 19, 787, 924 896 1060 587 794, 1421 298 474 313, 579, 592 1115 D Decisiones Deficiencias Deglución Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 672 283 1025 Demandas 667 Demencia 638 Demografía 748 Depresión 571, 592 Derrame 1054 Desigualdades 1276 Dexametasona 755 Diabetes 11, 158, 313, 755, 848, 1414, 1435, 1444 Diagnostico 672 Diálisis 909, 1176 Dieta 1286 Disfagia 1025 Dislipidemia 1414 Displasia 1601 Distinción 917 Docencia 1503 Dominicanas 1496 Dopaminérgico 600 Drogas 856, 1573 E Ecocardiografía Ecotomografía Ectodermis Ectoparasitosis Ecuación Editorial Educación Eficacia Ejercicios Electricidad Electrofisiología Electrolitos Electromiografía Embarazo Embriones Embriotoxicidad Emergencia Encefalitis Encefalopatía Encuestas Endovascular Enfermedades Enfermería Enfisema Enseñanza Entrenamiento 353, 1157 54 1601 1206 1534 7, 950 36, 45, 119, 165, 455, 462, 524, 625, 655, 762, 848, 941, 1081, 1097, 1169, 1249, 1428, 1503, 1516 1286 1562 177 197 985 197 400, 710, 739, 142, 1444 613, 920 613 848 779 1340 45, 579, 841, 886 683 1370 807 439 1169 998, 1046 1655 índice 2011 Epidemiología Epilepsia EPOC Erdheim-Chester Ergotismo Eritromicina Errores Escalas Escolares Escuelas Especialidad Espectrometría Espermático Espermatozoides Espinal Esplénico Estado Estenorraquis Esteroides Estreptococo Estrés Estudiantes Ética Eutanasia Evaluación Evans Evidencia Experiencia Extracorpórea Extrapiramidal 60, 72, 1075 587 1562 1054 1597 1143 1458 1163, 1428 474, 600 524 559, 762, 1081, 1103 1356 306 306 197 1192 697 1488 489 1143 79, 1185 45, 455, 462, 856, 1428, 1573 36, 642, 655, 1097, 1229 642, 655 725 1484 676 1106 368 1517 F Factibilidad Facultad Falciforme Farmacocinética Farmacodinamia Fenotipos Fertilidad Fertilización Feto Fibrobroncoscopia Fibrosis Ficción Filosofía Florence Nightingale Formación Franklin Freud Fructosamina 1656 1292 524 1192 902 902 1143 1060 920 710 1169 489, 977 1365 1378 807 762, 1503 1496 529 1444 G Ganglio Ganglios garantías Gástrico Gastrointestinal Gaviotas Gen Genes Genotipos Geriatría GES Gestación Gestión Ginecología Gleason Gliadina Glicemias Glioblastoma Gluten Granulocitos Granulomatosis Grasa Guías Guillain Barre Gulliver 432 992 1465 432, 992, 1313, 1414 909 1496 158, 189,1601 1261, 1475 1143 579,725, 1006 1465 516, 1444 880, 1097 66 171 587, 841 755 415 841 1592 218 924, 1534 559, 697, 1210, 1403 1340 395 H Hábitos Haemophillus Heidegger Helicobacter hemangepericitoma Hematoma Hemocioaninas Hemodiálisis Hemofagocitico Hemofilia Hepatitis Herpes Hidratación Hígado Hiperactividad hiperandrogenismo Hiperparatiroidismo Hipertensión Hipoglicemia Hipohidrotica 896, 1276 215 1378 1313 770 1192 236 1046, 1344 224 189, 357 704, 1336, 1484 779, 1588 1229 1336 600 1066 638 290, 327, 748, 872 848 1601 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 hiponatremia Hipotermia Hipovitaminosis Histiocitosis Historia HOMA Homenaje Hongos Hospitales Huesos 985 1201 334 230 535, 829 1435 127 , 391 1128 143, 205, 880, 1135 660 I Ideación Implantación Implementación Incapacidad Índice Infarto Infección Infecciones Inflamatoria Influenza Informática Ingeniería Inmigrantes Inmunoglobulina Inmunología Inmunomoduladores Inmunosupresión Instrumentos Insuficiencia Insulinemia Intensivo Interleuquina internista Intestino Intima Intron Intubación Isquemia Itraconazol 1529 205, 613 205 495 606 19, 1118, 1253, 1393, 1396 215, 448 27, 66, 829, 1071 1421 32, 833 841, 1611 1150 1298 484, 1340 236 633 774 1075 1336 1435 1458 158 1081 1421 1322 189 165 697, 1544 1128 L Laboral Laboratorio Lactantes Langerhans Laparoscopia Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 1370 205 448 230 755 Lavado Lectina Legal Leucemia Licencias Linfático Linfocito Linfomas Linfomatoide Literatura Logística Lumbar 1292 932 667 1128, 1135, 1592 1503 432 357 27 218 1365 1150 1488 M Maestros Mal praxis Malformaciones Maltrato Mama Marcapaso Matemática Medicamentos Medicina Médicos Melanoma Memoria Meningomielitis Menopausia Metabolismo Metástasis Micobacterias Micofenolato Mieloide Mieloma Miocardiopatía Misoprostol Mitral Modelamiento Modelos Modulación Molecular Monitorización Mortalidad Mucositis Muerte Músculos Mutación Mutaciones Mycobacterium 391 667 72 474 89 917 1089 1458, 1634 1081, 1097 559, 1185, 1305, 1370, 1503 1481 340 1588 618 425, 732, 1356 267, 1196 467, 794, 1496 902 914, 1592 1471 79, 864 516, 613 1544 1150 1089 1451 189 352 985, 1393 373 655 197 1475, 1601 467 1605 1657 índice 2011 N Nacimientos Nasofibroscopia Náuseas Nefrología Neoplasias Neruda Neumonía Neuroendocrino Neurofibromatosis Neurología Neurosis Neutropenia Niños Nugent Nutrición 606 1025 755 334, 1046, 1176, 1471 770 955 1403 84 84 54, 100, 1032, 1553, 1370 1128 977, 1089, 1435 66 182, 283, 313, 425, 571, 606, 710, 732, 977, 1261, 1286, 1534 O Obesidad Obstetricia Obstrucción Ochrobactrum Ocular Olfato Olfatoria Oncología Orquiectomia Óseos Ovocitos Ozonoterapia 425, 571, 606, 732, 872, 932, 1276, 1286, 1414 748 1562 1344 1384 362 362 415, 432 1330 660 920 439 1658 1229, 1503, 1617 11, 215, 977, 1015 1015 321, 833 1475 54, 100, 1032 12012 143 542 334, 448, 872 704 633 84, 1015 1054 717 1157 1481 955 1240 158, 600, 1261, 1313 739 1075 1516 1066 748 606 1444 45 710 1150 1305 1128, 1210 992 171, 1242, 1451, 1581 171 150 1185 941, 1163, 1185 592, 1298, 1370 7 327, 439, 1196 977 1242 Q Quemados Quemadura Quimioterapia P Pacientes Páncreas Pancreatoduodenectomia Pandemia paragangliomas Parkinson Paro Parvovirus Paternidad Pediatría Peginterferon Pénfigo Periampular Pericardio Periodontitis Perioperatorio Pie Poesías policlínico Polimorfismo Políticas Polución Posgrado Posmenopausia Preeclamsia Preescolares Pregestacional Pregrado Prematurez Producción Profesión Profilaxis Pronostico Próstata Prostatectomia Prótesis Psicofisiológico Psicología Psiquiatría Publicaciones Pulmón Pulmonar Punción 1465 177 373, 415 R Radiología Radioterapia Rapa nui Razonamiento Reclamo Recuperación Reparación Reperfusión Reposo 1218 1451 600 455 880 1104 1544 1396 495 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 índice 2011 Resistencia Respiratorio Resumen Retroperitoneo Retrovirus Ribavirina Riesgo Rinitis Rinosinusitis Riñón Ritonavir Rituales Rituximab 467 382, 1292, 1562 7 489 27 704 290, 717, 932, 1322 886 886 11, 334 1597 495 1484 S Salmonella Salmonicultura Salud Salud publica Sangre Sarcoma Screennig SDHB Secuenciación Sedentarismo Seguridad Semiologia Sensopercepción Sepsis Serotonina Sertoli Seudoquiistes Sexualidad Sida Sjogren Sobrepeso Socioeconómica Spiegel Stents Sueño Suicidio Suprarrenal Sweet 1496 107 1276 559, 625 143 914 1356 1475 189 896 495, 1286 119 362 774 1517 1330 215 1245, 1269 625 484 1286 1276 66 787 932 655, 1529 1060, 1196 1592 T Tabaquismo Tako-Tsubo Talcahuano Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660 896 348 1496 Talidomida Tamoxifeno Tecnología Televisión Terapia Terremoto Tesoro Test TNF Tomografía Toxicidad Trabajadores Trasplante Trastorno Traumas Traumatología Tripanosoma Trisomía Tromboembolismo Trombolisis Tromboliticos trombosis tuberculosis Tucumán Tumores Tungiasis Twiddler 89 1205 896 672 79 1115 340, 672, 1163 998 676 516, 1384 495 11, 660 1298 1089 660 258 914 1210 1118, 1396 1393 1201, 1347 467, 681 , 774, 794, 829, 1605 1581 1330 1206 917 U Ulcerosa Universitarios Úrico Urología Utopía 1421 856, 896, 1573 505 171 535 V Vaginosis Valoración Válvulas Vascular Vasoplejia Vasopresina Vejez Ventilación Vesícula Viajes VIH 66 1305 150 1039 368 368 1006 382 267 395 27, 218, 625, 1039, 1336 1659 índice 2011 Virulencia Virus Vitalidad Vitíligo Volemia Voltaje Volumen Vómitos Vulnerabilidades 1660 1605 833, 1588 1253 484 1157 177 1157 755 739 W William Wilkie Collins 1365 Z Zinc Zoonosis 283 794 Rev Med Chile 2011; 139: 1635-1660