2 4 JUN W PROYECTO DE REFORMA DE LA CONSTITüCION NACIONAL LA HONORABLE CONVENCION NACIONAL CONSTITUYENTE, SANCIONA: Unico: Modificase el inciso 6to. del artículo 86 de la Constitución Nacional, de acuerdo a la habilitación prevista por el Punto E del articulo 3ro. de la Declaración Legislativa 24.309, el cual quedará redactado de la siguiente manera: Art. 86, inc. 6 {Omissis)... "Asimismo, establecerá una Comisión Ejecutiva Carcelaria integrada por dos miembros del Congreso, dos miembros del Consejo de la Magistratura y el Ombudsman, la que, evaluando la situación de los presos y procesados, propondrá semestralmente al Poder Ejecutivo Nacional una nómina de presos cuyas penas sean induiíables, y otra cuyas penas sean conmutabbs, de acuerdo a una Ley del Congreso de carácter humanitario que reglamente esta función conforme a las previsiones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La misma Comisión realizará, conforma a la Ley, propuestas para la mejora de la situación de vida de los presos en las cárceles, y efectuará un seguimiento de la misma". c n Claudia Bello Convencional Nacional Constituyente Capital Federal FUNDAMENTOS Sr. Presidente: Es común que la gente crea -sin mala fe- que los presos y reclusos no tienen derechos, y que su condición de tales ha licuado todas las garantias constitucionales que los protegen. Esta es una de las razones por las que, con frecuencia, ocurren amotinamientos de centenares de presos. Todos conocemos las condiciones de vida, de higiene y de salubridad de seres humanos como todos nosotros, que no se amotinan porque aventuren hacerlo deportivamente exponiendo incluso sus propias vidas, sino que reclaman un respeto que parece haber sido olvidado por la sociedad. Nuestro sistema penal -como todos los sistemas penales liberales del mundole amputa al condenado a prisión su libertad física. Esto quiere decir que la iínica libertad de la que no goza un preso es ésa: su libertad ambulatoria. La cárcel -como dice nuestra constitución- existe para seguridad de la sociedad, y no es un castigo para los presos que estén en ella. Por eso es inconstitucional -y violatoria de los derechos de la personacualquiera otra privación que la mencionada. Mientras la sociedad considere útil al sistema carcelario, debed saber que los presos deben vivir dignamente en la cárcel, en las condiciones de infraestructura ambiental en las que normalmente vive una persona, con alimentos, vestimenta, acceso a la lectura, el esparcimiento, la educación y la vida de relación que los derechos fundamentales aseguran a todos. Lo contrario es hacer del preso un infame y volver a siglo XVIII; o peor aún: regresar a la época de la lapidación, en que los culpables podian ser apedreados hasta su muerte. La venganza y la justicia por mano propia que algunos argentinos no ven tan mal, no se diferencian en nada de estos atavismos. No es posible que un procesado esté sufriendo prisión por años para que finalmente el juez decida su inocencia, o advierta que estuvo en la cárcel -siendo culpable- más tiempo del que se preveia legalmente para su delito.Por eso proponemos que -ante la inveterada lentitud de la justicia- una Comisión Ejecutiva pueda resolver casos especiales a través de institutos constitucionales previstos, como la conmutación y el indulto, correctamente evaluados por expertos. Los presos gozan, a d e d , del derecho a la honra y la dignidad. Mucha gente dice que son criminales y no han respetado la honra ajena cuando delinquieron. Pero -como se ha repetido tantas veces desde que Borges lo dijera por vez pnmeracomerse a los canhales no es ninguna solución. Si una persona atenta contra la honra de suprójimo, nada nos autoriza a atentar contra la de él. Estas actitudes califican a las sociedades democraticas. Q empeño por tratar al prójimo del mismo modo en todas las instancias, sean ellos de nuestro agrado o no, muestra el pe~filverdadero de la gente en la vida asociada. Los pueblos tolerantes pueden progresar mas fácilmente, porque no pierden tiempo útil en despreciar a sus vecinos. En sociedades abiertas no hay ciudadanos de segunda. Todos gozamos de los beneficios de la condición humana, de la misma "cantidad" de honra, delos mismos derechos de la personalidad. De acuerdo al derecho internacional que la Argentina ha ratificado, todas las personas tiene derecho a un recurso judicial sencillo y rápido que las amparen contra actos que violen sus derechos humanos. Todos tienen, además, derecho a ser indemnizados si el Estado los demora, encarcela o detiene por error o por más tiempo del legalmente debido; además de los derechos propios de todo procesado: igualdad ante la jurisdicción, y los derechos -entre otros- a conocer detalladamente la acusación imputada, a presenciar el proceso, a la prueba de defensa, a la defensa en juicio, a la defensa de oficio, a la certeza judicial, a la apelación, a la presunción de inocencia, etc.- La clave de nuestra preocupación es que la sociedad acepta muy fácilmente que los presos y procesados sean maltratados. Si maltratáramos a quienes nos maltratan, seríamos . . todos criminales. La Argentina vivió con la tortura, la exacerbación criminal de esta forma de pensar. Y es ésta una de las dificultades más fuertes de los sistemas democrdticos: las estructuras de la constitución no siempre descansan sobre sociedades pluralistas y abiertas, y a veces se hacen presentes algunos reflejos autoritarios que podrían comprometer nuestra responsabilidad frente a los derechos de los demás. Y "los demás" son tambidn los presos, como lo son las minorias discriminadas por cualquier motivo. Esto es discriminación: apelar a una certeza basada en el preiuicio, y no el mérito de alguien, para segregarlo y hacerlo obieto del escarnio. Esto implica una nueva concepción del hombre, una visión humanista que debe concretarse en acciones de gobierno. Es preciso un proceso de cambio sobre áreas relegadas, una de las cuales es específica de los presos y reclusos. La reforma de la constitución se hace para la gente, para,que la vida en sociedad sea más amable y cada vezmás b t a . Y no tengamos que resolver amotinarnientos cada mañana, y todoslos días perder tiempo útil en recoger los residuos de las injusticias de la vispera. Es habitual que se hable entre nosotros de la importancia de los tratados internacionales. Pero dificilmente se los aplica. La Convención Americana sobre Derechos Humanos está vigente en la Argentina, y el estado está obligado a cumplida. Ella contiene previsiones muy precisas de derecho humanitario respecto de los presos, y es preciso que una Ley de Congreso las reglamente para que el Poder Ejecutivo pueda aplicarlas. Este es el espíritu del Proyecto que fundamento. Existe, ademds, innumerable doctrina nacional e internacional al respecto. Me limito a las obras siguientes, todas de destacados constitucionalistas: Aaron, Raymond; Ensayo sobre las libertades, Madrid, Ed. Alianza, Col. , Libro de Bolsillo, nro. 3. Aftalión, E., García Olano, F., y Villanova, J.; Introducción al derecho, Sta., Buenos Aires, Ed. El Ateneo, 1956. Alcala-Zamora y Casillo, Niceto; L a protección procesal internacional de los derechos humanos; Madrid, editorial Civitas, 1970; Significado y funciones del tribunal de garantias constitucionabs, en "Ensayos de derecho procesal civil, penal y constitucional", Buenos Aires, Ed. Jurisprudencia Argentina, 1944. Ang, Sweden; Etude sur bs déclarations des droits. Les déclarations classiques des droits . . de lJhomme. bs nouvelbs déclarations des droits et devoirs dans les constitutions dJapris-guerre; Paris, editions Pierre Bossuet, 1939. Bidart Campos, Germán J.;Tratado elemental de derecho constitucional, IV tomos, Buenos Aires, Ed. Ediar, ediciones ampliadas, 198811993. Brewer-Carias, AJlan R.; Las garantúls constitucionabs de los derechos del hombre, Caracas, Ed. Jm'dica Venezolana, 1976. Castro Cid, Benito de; El reconocimiento de los derechos humanos, Madrid, Ed. Tecnos. . . Fix-Zamudio, Héctor; La protección procesal de los derechos humanos ante i5.w jurisdicciones nacionales, Madrid, Ed. Civitas, 1982. Gros Espiell, Héctor; Estudios sobre derechos humanos, Madrid, Ed. Civitas-Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 1988. Herrendorf Daniel. E; Principios de derechos humanos y g a r a n t h , Buenos Aires, Ed. Ediar, 1990. Nino, Carlos S.; Fundamentos del derecho constitucional, Buenos Aires, Ed. Astrea, 1992. OyDonell, Daniel; Protección internacional de los derechos humanos, Lima, Comisión Andina de Juristas, 1988. Quiroga Lavié, Humberto; Derecho constitucional, Buenos Aires, M. Coop. de Derecho, 1978. Vanossi, Jorge R.; Régimen constitucional de los trcstados, Buenos Aires, Ed. El Coloquio, 1973. Zaffaroni, Eugenio Raúl; El busca de las penas perdidas, M. Ediar, Buenos Aires 1990. Zobatto, Daniel; II Seminario Interamericano sobre seguridad del estado, derecho humanitario y derechos humanos en C e n t r o América, San José, Ed. Instituto Interamericano de derechos humanos, 1984. Aftdidn, E., Garcia Olano, F., y Villanova, J.; Introducción al derecho, Sta., Buenos Aires, Ed. El Ateneo, 1956. Reimpresiones posteriores en Buenos Aires, Ed. Abeledo-Perrot. Por estas razones, Señor Presidente, y por el derecho y la doctrina invocados, es que solicito la aprobación del presente Proyecto de Reforma de la Constitucidn Nacional. Convencional Nacional Constituyente Capital Federal