4 LA VANGUARDIA V IV IR MARTES, 28 OCTUBRE 2008 EQ UIP A M IE N T OS Anton M. Espadaler Un nuevo hospital en el centro de Barcelona Melcior de Palau Numància B ric En és arg BARCELONA Puiggarí Av. Josep Tarradellas Nuevo hospital psiquiátrico Sant Joan de Déu-Numància at Viri Situación Numància, 7 Superficie total 22.917 m2 (7 plantas más 5 subterráneas) Presupuesto total 35 millones de euros Zona de influencia Sants-Montjuïc, Sarrià-Sant Gervasi, Eixample Esquerra 497.050 habitantes 2.015 menores de 17 años Profesionales 138 (psiquiatría, enfermería, auxiliares de enfermería, psicología, trabajo social, terapia ocupacional y monitores Capacidad 178 camas 17 plazas hospital de día Inicio actividad 2011 LA VANGUARDIA Barcelona tendrá en el 2011 su primer gran psiquiátrico Con la entrada en servicio del centro de la calle Numància, los enfermos mentales ya no deberán ingresar en Sant Boi SILVIA ANGULO Barcelona drá de los servicios de atención ambulatoria en el mismo espacio. “Esto significa que se podrá hacer el seguimiento de los enfermos una vez salgan del hospital”, explicó. Hasta ahora, al estar ingresados en Sant Boi, la reintroducción de los pacientes en la vida normal –algunos permanecen largas temporadas– era complicada. Ramos explica que la coordinación entre el hospital y los servicios encargados de la rehabilitación social del paciente, ubicados cerca del domicilio del enfermo, es muy complicado. “Con la entrada en funcionamiento del servicio de Numància se podrá mejorar la continuidad asistencial, ya que las unidades de hospitalización y las de rehabilitación estarán conectadas y en el mismo espacio”, dice. Barcelona contará a partir del 2011 con un gran hospital psiquiátrico. La ciudad que dispone de centros hospitalarios de primer nivel –sanitarios y de investigación– no tenía un centro asistencial de salud mental que permitiera la hospitalización y el posterior seguimiento en el territorio de enfermos mentales agudos. La futura instalación contará con 178 camas y permitirá que muchos pacientes que ahora deben ser trasladados al hospital psiquiátrico de Sant Boi, en el Baix Llobregat, puedan quedarse ingresados en la ciudad, con lo que se facilita su posterior reinserción social y atención de la enfermedad. El nuevo hospital, de la orden de Sant Joan de Déu, se está construyendo en la calle Numància, y dará servicio a los distritos de SantMontjuïc, Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi y Eixample Esquer- Solar que ocupará el psiquiátrico de Sant Joan de Déu ra. Tendrá una poblaLa atención psiquiátrica en Barceloción potencial de 500.000 personas, según explica Josep Ramos, director asis- na ha crecido de manera caótica. La tencial de los servicios de salud mental hospitalización y algunos servicios se hacían fuera de la ciudad, según explide Sant Joan de Déu. El nuevo hospital tendrá 178 camas y ca Ramos. “Además, la demanda ha au17 plazas de día. Además, al nuevo edifi- mentado más que la capacidad de los cio está previsto trasladar servicios centros”, añade el director asistencial ahora ubicados en Ciutat Vella y Sants- de los servicios de salud mental de Montjuïc, donde se encuentran el hos- Sant Joan de Déu. Ante este panorama pital y el centro de día, la unidad de cri- y la necesidad de incrementar los servisis psicosocial y una residencia, en la cios de salud mental se ha dividido Barque con su nueva ubicación se prevén celona en cuatro áreas con un hospital de referencia que recibe las urgencias unas 16.000 estancias anuales. Para Ramos, una de las innovaciones y deriva a los enfermos agudos a equique presenta el centro es que dispon- pamientos específicos. Así, la futura instalación recibirá por proximidad a los pacientes que acudan al Clínic. El hospital Sant Joan de Déu-Numància dispondrá de 35 camas para agudos, que se traducirán en 11.940 ingresos a lo largo del año. Ramos explica que determinados pacientes pasan largas temporadas en el hospital. El centro de la calle Numància ocupará una superficie de casi 23.000 metros cuadrados, repartidos en siete plantas y cinco más soterradas. La construcción del edificio, que ahora está en fase de cimentación, necesita una inversión de 35 millones de euros. Allí se calcula que trabajarán 138 personas, entre psiquiatras, enfermeros, auxiliares, además de psicólogos, y trabajadores sociales y de terapia ocupacional. De hecho, los servicios sociales del distrito ocuparán una parte del inmueble, “lo que facilitará la atención de los pacientes”, en palabras de Ramos. En este mismo espacio también se concentrarán la atención ambulatoria, que cuenta con el servicio especializado en la salud mental para personas con discapacidad intelectual. Se prevé que sólo en este servicio se produzcan 3.600 visitas al año y 450 atenciones a pacientes externos. Esta unidad ambulatoria también se encargaÀLEX GARCIA rá de la ayuda a inmigrantes y a personas sin techo. La entrada en funcionamiento del futuro centro en Barcelona afectará al servicio de salud mental de Sant Boi, que prevé en los próximos años reducir la atención psiquiátrica. El objetivo de la orden de Sant Joan de Déu es transformar el equipamiento de esta localidad del Baix Llobregat en parque sanitario, para lo que están ejecutando obras de transformación. Paralelamente, se ha acordado la construcción de otro hospital de salud mental en Lleida con capacidad de 166 camas y que espera iniciar su actividad en el 2010.c Ventana al vertedero J osep Carner escribió en una ocasión que la felicidad siempre nos pilla poniendo cara de benditos (cara d'enzes, para ser exactos). Carner describía las sensaciones de un viajero que desde la ventana del tren va contemplando el paisaje a la salida del sol y se deja llevar por la belleza de lo que ve, y por los sentimientos que las primeras luces del día, las nubes, los pueblitos en las laderas de las montañas, las naves que se recortan en el horizonte le van sugiriendo. La escena transcurre en la Riviera, y el viajero, solo en su compartimiento, va perdiendo la noción del tiempo, de las cosas y hasta de su propia conciencia, mientras se sume en un estado indefinible de abandono que se situaría intuitivamente entre la letargia y el éxtasis, y que acaba identificándose con la felicidad. Cuando el viajero logra, después de túneles y traqueteos, distinguir su rostro en el cristal, descubre que se le ha puesto cara de bobalicón. Por motivos que no vienen al caso, tuve la suerte días atrás de realizar un viajecito en tren por el llamado corredor del Mediterráneo. Subí, con retraso, al vagón con el artículo de Carner en la memoria. Poder pasar unas cuantas horas con la mirada perdida en una lejanía silenciosa, dejándome arrebatar por los reclamos del paisaje, se me presentaba una aventura excelsa. Una recompensa que me aliviaría de este otoño tropical para el que todavía no he aprendido a sudar. Había dispuesto el ánimo, activado mis instintos artísticos, preparado el blanco de la mente para inscribir en él las delicias de la naturaleza. Tan eufórico estaba que casi me convencí de que el mundo exterior Los raíles del tren del Mediterráneo avanzan entre basura animal, mineral, vegetal e industrial era nuevo y que hasta lo más manido lograría ser visto por primera vez. Yo ya contaba con que el tren discurre generalmente por paisajes modestos, un poco en la retaguardia de ciudades y tierras de provecho. Pero nunca imaginé que lo hiciera de una manera tan rotunda e incontrovertible. Sólo así me explico que los raíles se extiendan y avancen entre restos de basura animal, mineral, vegetal, industrial y no sé cuántas variedades más. Existe en España una unanimidad asombrosa a la hora de ir llenando de basura, como quien pone mojones, el camino del tren con todo lo que ya no debe de caber en los vertederos convencionales. La suciedad a los dos lados de las vías es tan lamentable como desorbitada. Se me dirá que eliminarla es una pérdida de tiempo y dinero, y que no está el horno para bollos. Bien, pero como no lo ha estado nunca, la sensación de dejadez y de miseria que causa en el viajero que ha pedido ventana es traumática. Y la convicción que transmite sobre la realidad real del país es contundente y muy difícil de borrar. Será que la felicidad es más asequible en la Riviera, aun a costa de parecer que uno acababa de caerse de los cuernos de la luna.