2 SANTILLANA 3 Hablar de Carlos Alonso González (así se llama) es hacerlo de una de las leyendas vivas del madridismo: 17 temporadas, 643 partidos oficiales, 290 goles y 56 veces internacional. MARCO RUIZ / S antanderino, goleador, diecinueve años y en busca de la gloria”. Con ese enunciado presentaba el AS Color del 10 de agosto de 1971 a Carlos Alonso Santillana, más conocido unos años después como “la mejor cabeza de Europa”, cogiendo el testigo del Zarra de los años 50, del que también se decía ser “la mejor cabeza de Europa después de Churchill”. Aquel chaval llegado de provincias, de la cántabra población de Santillana del Mar, con su media melena a lo Beatle, terminó convirtiéndose en uno de los delanteros más impor tantes de la historia del club blanco. Fueron 17 temporadas metiendo goles, de todos los colores, con el Madrid, en los 70 y 80, la mayoría de ellos de espléndidos cabezazos, la suerte que mejor dominó. “Soy delantero centro nato, no centrocampista”, se esforzaba en explicar a su llegada aquel gran desconocido, quizás preocupado por ocupar el puesto de ariete que en aquellos años estaba bacante en el Madrid. En 1971, el entonces redactor de AS Color, Chema, entrevistaba a un jovencísimo Santillana, que afirmaba llegar dispuesto a ganarse el puesto de 9 en el Madrid. IRRUMPE EL MITO DE LA MEJOR CABEZA DEL MUNDO Hablamos con el propio Carlos Alonso Santillana para saber de dónde salía aquel chico que llegó a la capital con 18 años para enfundarse la camiseta del Madrid. “Dicen mis paisanos sobre Santillana del Mar que es la villa de las tres mentiras. Ni es santa, ni es llana, ni tiene mar… Pero es el pueblo medieval mejor conservado y más bonito de España”. Hijo de un Guadia Civil, Adolfo Alonso Canal, y de Angelines González, los apellidos de sus progenitores se perdieron para el mundo del fútbol por el archiconocido Santillana: “Ya lo siento por ellos. El apodo viene de cuando me fui con Juan Antonio, ‘El Platanito’, al Satélite de Barreda a jugar. Aquel entrenador, Agustín Cuétara, nos llamaba por el nombre del pueblo para identificarnos. ‘A ver, el de Santillana’, decía. Y el de Santillana era yo… Y luego seguí así en el Rayo Cantabria y el Racing. Y yo encantado de que me llamaran así, porque, al fin y al cabo, era el nombre de mi pueblo”. Bien pudo Carlos Alonso cambiar su destino en sus primeros años de infancia en su natal Santillana del Mar. Nuestro protagonista fue monaguillo antes que futbolista. Lo fue primero en La Colegiata, donde ayudaba todos los días por dos pesetas semanales, y luego en el convento de clausura de las monjas clarisas franciscanas, que, por un permiso concedido por el Papa, daban clases a los niños de la localidad. “Recuerdo a las monjas con mucho cariño. Ellas se alegraron de que triunfara en el fútbol. Pero la 4 verdad es que intentaban convencerme con 12 años de que me preparara para ser misionero en Filipinas”. De haber sido así, no habría jugado 643 par tidos oficiales con el Madrid ni marcado 290 goles, siendo 56 veces internacional. Pero volvemos al presente, o al menos al presente de aquel AS Color de agosto de 1971 que ahora rememoramos por boca del propio futbolista, aquellos primeros días como madridista. “Mi presentación fue un 2 de agosto a la siete de la tarde. Pero recuerdo mejor aún cuando llegamos por primera vez al Bernabéu Aguilar, Corral y yo, porque nos ficharon a los tres desde el Racing. Primero nos enseñaron el campo, luego la sala de trofeos y después la sala de juntas para firmar. Yo “Me enteré de que había firmado por el Real Madrid porque me llamó el entrenador del Racing, Fernández Mora” 5 me enteré de que había fichado por el Madrid porque me llamó Fernández Mora, que era el entrenador que teníamos en el Racing, y me dijo: ‘Oye Carlos, has fichado por el Real Madrid’. Yo estaba haciendo PREU, metido en los exámenes de julio, y ni me había reunido con nadie ni hablado de nada. Lo único que pasó es que había sido máximo goleador junto con Manolín Cuesta en Segunda, y había leído en el periódico que el Espanyol me quería. Pero nunca me imaginé eso… Me acuerdo como si fuera ahora. Yo estaba en mi habitación estudiando y vino la señora del hostal donde estaba y me dijo: ‘Te llaman por teléfono’. Y era Fernández Mora”. Era otro fútbol. Uno muy diferente al de ahora, en el que los jugadores no eran dueños de sus propios destinos. “Fíjese como era el fútbol. Los jugadores no teníamos ni voz ni voto. Por eso luego vino lo que vino, las huelgas de los años ochenta para quitar los derechos de retención, unos movimientos de los que tanto se han beneficiado los futbolistas de ahora”. UNA IMAGEN REPETIDA. Ver instantáneas de Santillana volando, casi en sentido literal, conectando de forma ortodoxa el balón con el cabeza era algo habitual en la prensa. Hecha la reivindicación, volvemos a aquel primer contacto veraniego de Santillana con el Madrid. “Para mí fue un acontecimiento. Tenía 18 años. Y la primera vez que entré en el vestuario de la Ciudad Deportiva estaba Antonio Calderón, que era el gerente, y nos fue presentando uno por uno a los demás jugadores. Imagínese allí, con gente como Amancio, Velázquez, Zoco. Fue muy emocionante. Y me dijeron, ‘éste es tu sitio y tu taquilla’. Tenía a la derecha a Amancio y a la izquierda a Velázquez. ¡Casi nada! Yo estaba allí calladito y casi le hablaba a la gente de usted. Y el que más rompía el hielo era Zoco: ‘¿Qué pasa por el Sardinero?’, me decía siempre. Me costó un poquito de tiempo adaptarme y que me respetaran, porque yo era un chavalín de provincias”. Y recogiendo el guante que lanza sobre la inocencia del recién llegado, intentamos repescar de sus recuerdos alguna posible novatada. “No recuerdo novatada alguna, pero me tuve que ganar entrar en el círculo. Era un vestuario que estaba cargado de jerarquías. No era como aho- ra, que todos parecen ser iguales. Allí los que mandaban de verdad eran los capitanes, y no mandaban de palabra, sino de hechos… Si Amancio decía ‘esta tarde nos vamos de cañas’, para allá que íbamos todos. Hasta los solteros y los jóvenes”. Es fácil imaginar cómo era la vida para él en la bulliciosa capital de la época, tan diferente a aquella Santillana del Mar donde ni siquiera había campo de fútbol y los chavales tenían que correr 14 kilómetros para encontrar un campo. “La directiva me buscó sitio en un hostal de Madrid, el Santa Isabel, donde había muchos jugadores metidos, también de la cantera. Y Corral, que llegó conmigo, era sobrino de la dueña del sitio. Estaba un poco lejos de la Ciudad Deportiva, pero pasamos buenos momentos allí. Había mucha vidilla, estábamos mezclados con estudiantes universitarios. ¡Y no vea el control que teníamos allí de la señora Pilar! Aquello era como el control antidoping… La veíamos como la madre superiora. Ya murió la pobre, pero yo sigo teniendo mucho contacto con su hija, CON CABEZA Y CARÁCTER. Carlos Alonso Santillana se hizo acreedor de su fichaje por el Real Madrid a base de goles en el Racing. Fue pichichi de Segunda con Manolín Cuesta. Marisa, que se casó con un chico, Pedro, que estaba allí alojado mientras estudiaba ingeniería de caminos… Y mire qué casualidad que uno de los hijos de ese matrimonio es Kiko Catalán, el presidente del Levante”. Fueron sus cualidades, que luego fue puliendo y mejorando en el propio Madrid, como sucedió con otros muchos jugadores (caso de Gento, también cántabro), las que llevaron a Santiago Bernabéu a ficharle. Le planteamos a Santillana un ejercicio de análisis. ¿De dónde sacó los fundamentos para ser tan excelso cabeceador?. “No de la niñez, desde luego. Poníamos cuatro piedras y jugábamos en la calle. No pisé un campo de fútbol hasta los 14 años. En infantiles, cuando fui a jugar a Barreda. Y yo nunca me destaqué por ir bien de cabeza. En mi familia nadie había jugado al fútbol antes. Es una condición natural que fue surgiendo en mí, porque yo nunca sobresalí en eso. Es más, empecé a jugar en el centro del campo. No era un rematador. Yo jugaba con el ocho. Y la primera vez que fui a la Selección, con Santamaría, debuté en París contra Francia jugando con el ocho. Cuando empecé a desarrollar el remate, con el pie y el de cabeza, fue en el Racing. Allí teníamos a Aguilar de extremo, que entraba y centraba muy bien, y tenía que aprovechar- “No pisé un campo de fútbol hasta los 14 años, cuando fui a jugar a Barreda, y no destaqué por el remate de cabeza” 6 me de eso. Y Fernández de Mora, el técnico, estaba todo el día haciéndome rematar sus centros. Él me enseñó los movimientos del delantero centro”. En aquellos años 70 la plantilla inicial del Madrid solía estar sobrecargada de jugadores. De ahí salían descar tes, cesiones… Y ya entrada la temporada, los partidos de los jueves servían a los suplentes para dar a sus carreras una oportunidad. Era una prueba por la que muchos pasaron. “¡Claro que sé lo que eran los partidos de los jueves! Pero mire, llegué en un momento clave. Tuve la suerte de que no había delantero centro. El ariete era Grosso, que Dios lo tenga en su gloria. Y él en realidad era centrocampista. Entonces resulta que jugábamos como se juega ahora, sin un delantero centro “Tuve suerte, porque el Madrid no tenía delantero centro puro y Miguel Muñoz me puso a jugar desde el principio” 7 puro. Llegaba Amancio por banda, Pirri se incorporaba desde atrás… Y en esas llegué yo. El puesto estaba libre. Bueno, estaba Planelles, Rafa Marañón… Gente que podía jugar ahí sin las condiciones específicas de delantero centro. Y Miguel Muñoz, que era el entrenador, vio que el equipo adolecía de eso, y, desde que llegué, me puso a jugar. Sí, tuve suerte”. No muchos pueden hablar de esa facilidad, ni tampoco la que tuvo para lucir el dorsal nueve: “Debuté aún con 19 años, en agosto, contra un equipo francés de Primera, y luego nos fuimos a los trofeos de verano y me quedé como titular para empezar la Liga. Y, además, con el nueve, porque Grosso, que era el que llevaba el nueve, pasó a tener el ocho o el seis. Y antes de Grosso el que llevó el nueve era Di Stéfano. Así que yo me puse aquella camiseta acojonado. Y me acuerdo que Amancio y Pirri me decían: ‘¡Vamos, chaval, ya puedes espabilar y morirte a correr que llevas el nueve de Di Stéfano!’. Eso para quitarme presión, sabes… (bromea). Luego estuve 17 tempora- PESADILLA EN LOS DERBIS. En el Atlético, sobre todo sus defensas (en la imagen Arteche y Marcelino) y los porteros, han sufrido los remates de Santillana: 13 goles en 27 derbis de Liga. das en el Madrid, 14 como titular y las otras tres como suplente de Hugo Sánchez. Aquel último tramo lo asumí bien. Primero coincidí con Butragueño. Di Stéfano me quitó del equipo y empezó a colocar un poco más al Buitre, y hubo polémica, no se crea, porque la gente se cansa de ver siempre al mismo después de 14 años. Pero el Buitre y yo no teníamos nada que ver y éramos compatibles, como luego se demostró cuando estuvimos jugando cinco años juntos. Y luego realmente el que vino como delantero centro fue Hugo, que era más joven y con mucho ímpetu. Yo, en esa transición, lo que intenté era ayudar al equipo. Asumí mi rol y aporté mi experiencia, en el vestuario, y tuve la fortuna, además, de que, cuando salía a jugar desde el banquillo, hice goles importantes. Como ante el Borussia, el Inter, el Derby County… Pasamos eliminatorias importantes, y eso me motivó para seguir, aunque sabía que al partido siguiente no jugaría, pese a que me entrenaba como un fiera”. No habría espacio para narrar en estas páginas las múltiples proezas que Santillana protagonizó sobre un campo de fútbol, después de 17 años de exitosa carrera. Nos ceñimos, pues, a los detalles de su llegada al Madrid, que de eso versa el ar tículo de aquel AS Color del 71. ¿Quiénes eran sus mejores amigos en el vestuario? “Tuve muchos en 17 años. Pero mejor hablar de los primeros. Cuando llegamos, los solteros teníamos muy buena relación. Rafa Marañón, Juan Verdú, Eduardo, que era un argentino que llegó. Nos juntábamos para ir a los locales de moda, aquellas míticas discotecas: ‘Cerebro’, ‘Novísimo’, ‘Sunset’, ‘New Sunset’… Y sí que entonces ya se notaba que los del Madrid teníamos tirón con las niñas (risas). Éramos más o menos bien parecidos, famosos… Las cosas han cambiado mucho, pero entonces también éramos admirados e iban las niñas a los entrenamientos con las carpetitas y las fotos”. Santillana no tardó mucho en darse cuenta de que estaba tocando el cielo. Titular en el todopoderoso Madrid nada más llegar, con el nueve a la espalda, recono- QUERIDO POR BERNABÉU. Santillana afirma que siempre tuvo una relación muy especial con don Santiago, el presidente. De hecho, le dobló la ficha al poco de llegar. cido en la sociedad madrileña… ¿Y con dinero en el bolsillo? “Quinientas mil pesetas al año de contrato, eso es lo que firmé al llegar, más el sueldo al mes, que eran unas 27.000. Esos éramos los solteros, los casados ganaban más (vuelve a bromear). Pero yo nunca gané esas 500.000 pesetas. Le cuento una anécdota muy buena. Un día llegó el presidente y, delante del gerente y de mí, dijo: ‘Don Antonio, ¿cuánto gana este chico? Pues lo que gane es poco. Así que ya sabe usted lo que tiene que hacer’. Yo me quedé de piedra. Me dije, ‘mira el presidente lo que ha dicho en mi primer año en el equipo. Esto marcha fenomenal’. Y me doblaron la ficha. Así que mi primer año ya gané un millón de pesetas de ficha”. ¿Acaso era Santillana el ojito derecho de don Santiago? “Yo tenía una relación muy especial con él. Siempre que me veía me decía tres cosas. La primera, que como estaba yo. La segunda, que como estaba mi familia. Y para la tercera se ponía muy serio: ‘¡Hay que ser humildes Carlos, hay que ser humildes!’. No sé por qué le caía tan bien. Puede que me viera como un chiquillo que llegaba del pueblo con ganas de comerse el mundo. No lo sé. Nunca era duro conmigo. Ni siquiera se atrevió a decirme que me cor tara el pelo como hizo con otros. Pero me lanzaba indirectas. Un día me llegó a decir: ‘Oye Carlos, y a ti esos sudores que te bajan por los pelos hasta la cara, ¿no te molestan para ver la pelota?’. Yo me partía de risa: ‘De verdad que no, don Santiago, de verdad que no, que yo mismo me voy recortando el flequillito’. En el fondo me veía como un niño imberbe y me protegía”. Eso es lo que, después de tantos años, sigue pensando Carlos Alberto Santillana. Pero la verdad es otra. Don Santiago Bernabéu siempre tuvo gran ojo para reconocer a los cracks. “Tenía una relación especial con Bernabéu, y no sé por qué, quizás me veía como un niño imberbe y me protegía” 14 15 DE ZAMORA A CASILLAS EN LA BARRA DE En 1971, el famoso barman narraba en las páginas de AS Color sus peripecias como deportista. CHICOTE DANIEL SÁNCHEZ En 1931, Perico Chicote abría en la Gran Vía de Madrid el que sería punto de encuentro de deportistas, intelectuales, científicos, actores, toreros y cantantes. En la actualidad, su estilo y su razón de ser permanecen inalterables. 16 MUSEO. Perico Chicote llegó a reunir en su colección de botellas de licor y cerveza más de 18.000 ejemplares. La colección se exhibía en el sótano del local. ALBERTO PIMENTEL / E n 1971, año en que nacieron figuras de nuestro deporte como Pep Guardiola, el Chava Jiménez (DEP), Pedro Martínez de la Rosa o Arantxa Sánchez Vicario, AS Color recogía en sus páginas una entrevista en la que Perico Chicote se sentía deportista, a pesar de que su mayor práctica atlética fue subirse a una bicicleta para repartir telegramas a la edad de once años. Sin embargo, el barman, que se hizo famoso por su especial habilidad para idear cócteles, siempre estuvo muy vinculado al mundo del depor te, aunque lo cierto es que más que por su práctica, por su amistad con los depor tistas, puesto que su Museo Chicote, fundado en la Gran Vía madrileña en 1931, era un bar de referencia para el famoseo, no sólo en España, ya que su encanto traspasaba nuestras fronteras. Tan insigne camarero escuchó de labios del papa Pablo VI la frase “ya había oído hablar de usted antes” cuando fueron presentados. Chicote conoció a 47 Jefes de Estado. Mil anécdotas se pueden contar del hombre que por primera vez dijo “Tararí que te vi” y que decidió probar a mezclar vino con sifón. 17 Entre la clientela del singular barman figuraron personajes de la talla de Ava Gadner, Frank Sinatra, Grace Kelly, Bette Davis, Sofía Loren, Hemimgway, Gary Cooper, Cantinflas, Liz Taylor, Errol Flynn, Orson Welles, Tyrone Power, James Stewar t, Gina Lollobrigida, Gregory Peck… Intelectuales, científicos, escritores, actores, músicos o políticos de todo el mundo se dieron cita en Chicote. Hasta Eisenhower acudió a conocer sus cócteles. La Policía del Régimen no acudía nunca al local, puesto que Franco estaba encantado con la labor que hacía de promoción de España. Por la barra de Chicote pasaron ciclistas, boxeadores, futbolistas… Miguel Muñoz, Santamaría, Rial, Di Stéfano, Puskas, Joseíto o Sapor ta... Son innumerables las figuras del deporte que eran asiduos del bar. Con Ricardo Zamora le unió tal amistad que fue padrino de su boda y del bautizo de su hijo Ricardo. Era aficionado a todos los deportes, aunque sintió una especial devoción por el gimnasta Joaquín Blume, que falleció a los 26 años en accidente de aviación. Tras la muer te de Chicote, en 1977, Museo Chicote no cerró. De hecho, el local ha estado abierto ininterrumpidamente des- de su inauguración hasta hoy, incluso en los meses más cruentos de la Guerra Civil. Museo Chicote pasó por las manos del inefable Ruiz Mateos antes de recalar en el Grupo Gran Vida Siglo XXI, del empresario Tomás Gutiérrez, que lo regenta en la actualidad. Museo Chicote pretende mantener inamovible su esencia. Alexis Rojas, relaciones públicas del local, señala que se ha pretendido crear “un lugar donde se puede encontrar una amplia variedad de bebidas y licores y una extensa mezcla de gentes; entre los clientes puede haber desde un joven de 20 años a un ejecutivo encorbatado de 60 o una drag queen”. El local, que jugó un papel destacado como punto de encuentro en la movida madrileña, sigue siendo una referencia en la noche de la capital. Iker Casillas, Míchel (el entrenador del Sevilla), Guti o Pedro Delgado son algunas de las ca- FAMOSOS. Chicote era gran aficionado al fútbol. Entre los muchos jugadores que frecuentaban el bar se encontraba Alfredo Di Stéfano. Cuando le presentaron al papa Pablo VI, el pontífice le confesó: “Yo ya había oído hablar de usted antes” RECEPCIONES. Franco no fue sino uno de los 47 jefes de Estado a los que Chicote saludó a lo largo de su vida. Todos querían conocer al famoso barman. ras famosas del deporte que han sido vistas en la sala. Hoy Chicote sigue siendo el local preferido por cantantes, toreros, actores… Por su cercanía de los principales teatros y cines de la capital, no es inusual encontrarse al equipo entero tras un estreno. La colección de botellas. Una de las grandes atracciones del local era la colección de botellas que Chicote exhibía en el sótano. Logró reunir más de 18.000 envases, fundamentalmente de licor y cer veza, entre las que se puede encontrar desde un vino de Napoleón hasta un recipiente llevado a la luna por Armstrong. Era tal el apego que Chicote tenía por su colección que sólo se desprendió de una botella, la que le regaló a Alexander Fleming. Un periódico italiano recogió el titular ‘El Velázquez de los cócteles dice ‘no’ a la Loren’, en referencia a la negativa de Chicote al insistente interés de la actriz por hacerse con un recipiente de porcelana en el que ella salía modelada. Las botellas estuvieron en paradero desconocido desde que un empresario naviero las comprara por 40 millones de pesetas tras la expropiación de Rumasa. Todo apunta a que ahora están en manos de un prestigioso hostele- ro de Madrid, que tiene previsto montar una exposición en breve. La importancia del Museo Chicote en la sociedad española del siglo XX no pasó inadvertida en la creación musical. “…Servía Perico Chicote copas de vino español…”. En los primeros años de nuestra democracia, Joaquín Sabina ya hablaba del más famoso barman del mundo en su canción Adivina, adivinanza, una divertida sátira sobre la muerte de Franco. No es la última vez que el cantautor recurre a la figura de Chicote al escribir sus canciones. Así, en el retrato de la España de la posguerra que hace en De Purisíma y Oro (1998) se puede escuchar “… reclinada en la barra de Chicote, la bien pagá derrite con su escote…”. En el chotis Madrid, Madrid de Agustín Lara también aparece el genial camarero: “…En Chicote un agasajo postinero con la crema de la intelectualidad…”. Chicote, que nació en la madrileña calle del Limón en 1899, ha pasado a la historia como uno de los personajes más castizos y singulares. Afable e involucrado en los problemas de sus trabajadores, tenía como máxima en la vida que cualquier cosa se podía conseguir con unos zapatos bien limpios. Y él siempre dio buen lustre a su calzado. CULTURA. Hasta el mismísimo Salvador Dalí se incluyó en el círculo de amistades de Chicote. REPLICADO. Perico Chicote posa junto a dos bustos esculpidos que se pueden ver en el bar. 28 29 EL TRISTE FINAL DE LA PISTA DE ATLETISMO DE MADRID AS Color sacaba una fotos inéditas de unas instalaciones en Madrid (si se pueden llamar así) en las que se iban a dilucidar dos plusmarcas nacionales: lanzamiento de peso y martillo. 30 31 CAÍA EDWIN MOSES. Corría el año 1987, en el estadio de Vallehermoso, cuando el gran campeón perdía por vez primera en los 400 metros vallas ante su compatriota Danny Harris. En Vallehermoso han corrido estrellas como Carl Lewis, Merlene Ottey o Edwin Moses, pero en 1987 cerraba sus puertas. En 2008 se presupuestó un proyecto para reformarlo que nunca vio la luz. Hoy luce un gran socavón de 12 metros de profundidad. NUEVO PROYECTO. Está dividido en dos fases. La primera fue adjudicada por el Ayuntamiento en 2011 para la construcción de un centro deportivo, para 2013. la segunda no tiene proyecto a la vista. FÉLIX LINARES / E stadio Vallehermoso, corría el año 1987, Edwin Moses dejaba de ser un atleta imbatible. El culpable, su compatriota Danny Harris. Ironías del destino, el gran Moses caía por vez primera en los 400 metros vallas tras nueve años, nueve meses y nueve días de dominio absoluto en la prueba. Cuentan los que estaban allí que Harris viajó a Madrid sin saber que se enfrentaba al campeón olímpico de Montreal y Los Angeles y que, al enterarse de quién era su rival, pronunció estas palabras: “No sabía que me enfrentaba a Moses, de haberlo sabido os pido el doble de dinero. De todas formas, voy a ganarle”. Un cuarto de siglo después de tan histórica hazaña, Madrid carece de unas instalaciones a la altura del vetusto Vallehermoso. El fracaso olímpico, la burbuja in- EL CARTEL DE DESPEDIDA. Así se anunciaba el fin de las instalaciones de Vallehermoso, tras 46 años de existencia. mobiliaria, la especulación y la ausencia de apoyo al atletismo han privado a la capital de España de unas instalaciones únicas que funcionaban a la perfección. Un socavón de 12 metros de profundidad luce en Vallehermoso donde antes volaban estrellas de la talla de Carl Lewis, Merlene Ottey o el citado Moses. En julio de 2007, el Ayuntamiento bajó el telón del estadio con vistas a construir un nuevo Vallehermoso más moderno y equipado. El 15 de octubre de 2008, ABC publicaba cómo “los arquitectos del proyecto de reforma contemplaban la actuación de las máquinas de derribo con la mente puesta en el futuro”. Este proyecto iba a ser llevado a cabo por el estudio Cano Lasso, ganador del proyecto en concurso, pero nunca vio la luz. Curiosamente, uno de sus arquitectos, Alfonso Cano, había sido olímpico en la disciplina de salto de pértiga en Los Angeles 84. El Ayuntamiento de Madrid dividió el terreno en dos fases, tras el fracaso en la construcción del nuevo estadio. La primera fase fue adjudicada en julio de 2011 a una Unión Temporal de Empresas (UTE), liderada por la organización dedicada a la gestión depor tiva Ingespor t, para la construcción de un centro deportivo, que verá la luz en 2013. El nuevo proyecto —del estudio ABM arquitectos— contará con piscina, gimnasio, pistas de pádel, de baloncesto, de tenis, spa, 45 plazas de aparcamiento, zona de esgrima; pero por ninguna par te tendrá pista de atletismo. El centro deportivo será de gestión privada y tiene la concesión del consistorio para los próximos 40 años, fecha en la que volverá a pertenecer al Ayuntamiento. La segunda fase está reservada para un hipotético estadio de atletismo que sustituya al antiguo, pero no hay ningún proyecto a la vista. ABM arquitectos justifica la no inclusión de una pista debido a “falta de rentabilidad”. La situación actual del atletismo madrileño no es la misma que en 2007. Guillermo Ferrero es director técnico y entrenador de la Agrupación Deportiva Marathon, una de las asociaciones con más tradición en España. De ella derivaba la escuela Marea, ubicada en Vallehermoso. Ferrero habla de la falta de apoyo al atleta en la capital: “La pérdida de Vallehermoso supone un hándicap. Al no existir un estadio en condiciones, las pruebas se celebran en diferentes localidades de la Comunidad. Centralizar las pruebas en un lugar era más sencillo para los deportistas, ahora supone un esfuerzo mayor en los desplazamientos que cuando existía el estadio. Esto provoca que haya menos practicantes, menos entrenadores…”. Ferrero augura un gris futuro para el atletismo capitalino: “No hay ninguna instalación en Madrid donde se pueda lanzar peso, disco, jabalina o martillo, la única pista que tenemos está en Moratalaz, muy lejos de lo que era Vallehermoso, y es difícil que la situación cambie a corto y medio plazo. La Peineta carece de pista de atletismo por las obras del nuevo estadio del Atlético de Madrid. Este año el campeonato de España juvenil tuvo lugar en Aranjuez, ya que su estadio cuenta con las condiciones suficientes; en Moratalaz no las hay. Una pista de atletismo no es rentable para una empresa”, concluye. Madrid 2016 era el sueño de todos los que aman el deporte, pero por el camino se ha quedado Vallehermoso, un templo donde los más grandes dejaron su huella. Hoy por hoy ningún atleta de la talla de Moses puede correr en la capital de España. Hasta cuando… Guillermo Ferrero: “La pérdida de Vallehermoso es un hándicap, pero una pista de atletismo no es rentable” 32 33 RIP LA TUMBA DEL ATLETISMO MADRILEÑO. Esto es lo que queda de las instalaciones de Vallehermoso: un socavón de 12 metros de profundidad. Parece que cayó un meteorito. 42 43 SURFSPAIN MADE IN En 1971, Gonzalo de la Vega analizaba para AS Color el fenómeno surf en España, que había llegado a nuestras costas unos pocos años antes. Hace aproximadamente medio siglo que los primeros surfistas españoles se lanzaron a surcar las olas sobre sus tablas, muchas veces autofabricadas. Hoy contamos con más de 17.000 federados y algunos ‘surfers’ que parecen preparados para dar el salto al WTC, el primer circuito profesional. MARIO PEÑA / A principios de los 60, algo se movía entre la juventud española. El país se abría al extranjero, del que llegaban influencias variopintas en forma de cine, música, revistas... Allá por 1962, hace casi la friolera de 50 años, un vinilo cayó en manos de un joven asturiano, de nombre Félix Cueto. El disco en cuestión era el Surfin’ Safari de los ya míticos estandartes de la música sur f, los Beach Boys. En su por tada, los cuatro muchachos californianos sostienen una tabla montados en un jeep amarillo. Es probable que no fuera la primera vez que viera una, pero sí que parece que fue lo que le empujó, definitivamente, en el verano de 1963, a echarse al mar a intentar montar las olas del Cantábrico, y así convertirse en uno de los pioneros del sur f patrio. ¿Fue Félix el primer surfista español? En Cantabria afirman que no, que tal honor le corresponde a Jesús Fiochi, que, según algunos, sur feó el 10 de marzo de 1963, unos meses antes que Cueto, aunque no hay ningún respaldo gráfico de este hecho, y hay otras versiones que contradicen esta afirmación, siendo la fecha más probable del inicio del sur f cántabro en torno a marzo de 1965. En Cádiz también afirman que se sur feaba ya a finales de los 50 y que había españoles entre los surfistas de Tarifa, sobre todo, aunque tampoco hay evidencias de ello. Incluso cuenta la leyenda que el cónsul español en Hawai hasta 1912, Ignacio de Arana, trajo a su vuelta una tabla de surf de madera (así como un libro sobre la materia), que bien po- 44 45 EL INICIO, EN IMÁGENES No sabemos si fue el primer surfer patrio, pero sí sabemos que fue el primero en fotografiar el proceso. Arriba, Félix Cueto con su tabla, hecha por él mismo. En la segunda fotografía, probándola en la piscina para asegurarse de su fiabilidad. En las siguientes, ya en la Playa de Salinas, el asturiano se convierte en uno de los pioneros del surf ‘made in Spain’. PIONEROS... En la primera foto, Jesús Fionchi, el tercero por la izquierda, junto a otros surfistas en la playa de Liencres, en 1968. Abajo a la derecha, José Luis Elejoste surfea en los 80. dría haber usado en alguna playa del País Vasco entre su regreso y 1919, año de su muerte. En realidad, no sabemos quién fue el primer español en subirse a una tabla, aunque a Félix Cueto le queda el honor de ser el primero del que se tienen pruebas fotográficas. Así como él fue el primer asturiano, más o menos en las mismas fechas, jóvenes de otras par tes de la geografía española se lanzaban a la mar con intención de subirse, literalmente, a la cresta de la ola. De hecho, ésta es una de las peculiaridades del surf en nuestro país, que no se inició en una zona concreta, como había pasado en muchos países desde que salió de Hawai, su cuna, En nuestro país surgieron, más o menos en las mismas fechas, surfistas en Asturias, Cantabria, País Vasco... a principios del siglo XX. De allí pasó a California, en la parte continental de los EE UU, y de allí se propagó en dirección a Gran Bretaña (dos focos principales: Newquay y Jersey), Australia, Sudáfrica, Perú (un único foco: Lima), Francia (Biarritz)... En nuestro país, en cambio, surgieron espontáneamente y, más o menos en las mismas fechas, surfistas en Asturias, Cantabria y País Vasco. Poco tiempo después, en Canarias, Cádiz, Málaga o Galicia, en algunos casos, con tablas hechas por ellos mismos, en otros, traídas desde Francia o compradas a sur fers que, bien por pertenecer a las bases americanas instaladas en nuestro país poco antes, bien por el ‘boom’ turístico que se originó por aquella época, habían venido a nuestras costas. En Asturias, el ya citado Félix Cueto y Amador Rodríguez; en Euskadi, José Luis Elejoste, Carlos Pradera e Iñaki Arteche; en Cantabria, Jesús Fiochi. Todos ellos jóvenes ávidos de aventuras que, en la mayoría de las ocasiones, no estaban al tanto de los movimientos de sus colegas surferos de otras partes del país. Fue en la costa cantábrica, en Zarautz, donde se celebraron los primeros campeonatos de España, desde 1969 a 1973. También fue en el nor te donde surgieron las primeras escuelas y la idea de crear una Federación nacional. Así surgió, en ese 1969, la Sección Nacional de Surf (SNS), que, aunque nunca logró ser una federación independiente (per teneció primero a la Federación de Esquí Acuático y luego a Delegación Nacional de Educación Física), sí que le corresponde el honor de ser la primera estructura federativa del sur f en España, manteniéndose en activo hasta su desaparición en 1985. Formada, al principio, por una docena de clubes pertenecientes a la zona del Cantábrico, al poco tiempo la procedencia se diversificó, apareciendo más clubes en Cádiz, Las Palmas o Y ESTRELLAS. Arriba, a la izquierda., Gony Zubizarreta, en el Reef Hawaiian Pro en 2010. Abajo, a la derecha, Aritz Aranburu, en el Billabong Pro Teahupoo en 2009, en la Polinesia. Málaga, a principios de la década de los 70. En apenas un lustro, los surfistas españoles pasaron de ser pocas decenas en 1965 a unos 200 en 1970, y a principios de los 80 ya se surfeaba por todas las costas del país. La desaparición de la SNS no significó, ni mucho menos, el fin del surf en España. Actualmente, la Federación Española de Sur f (fundada en 1997 y heredera de la citada SNS) cuenta con unos 14.000 federados. La FESur f integra a las distintas Federaciones regionales (Asturias, Galicia, Cantabria y Canarias), pero no a la Federación Vasca (más de 3.000), formada en 1989 y que decidió mantenerse independiente. Pre- “Mundaka es una ola mágica”, asegura Aritz Aranburu, único surfer español que ha llegado a competir con la élite mundial cisamente a ésta per tenece Aritz Aranburu, que es por ahora el primer y único representante del sur f español en haber conseguido competir en el primer circuito profesional, el World Tour (WTC), siendo el quinto europeo en conseguirlo y llegando a batir al mítico Kelly Slater, nueve veces campeón del mundo. El gallego Gony Zubizarreta (campeón del mundo júnior ISA en 2002) , el canario Jonathan González o el también vasco Hodei Collazo aspiran a seguir los pasos de Aritz y competir pronto en el circuito principal. Además de buenos surfistas, en nuestras costas también hay excelentes olas: la localidad de Mundaka (Vizcaya) acogió durante una década, hasta 2009, el Billabong Mundaka Challenge, prueba puntuable para el circuito WTC y conocida por ser una de las mejores y más pintorescas olas izquierdas de todo el circuito. Después de un par de años de parón, el surf de primer nivel internacional estuvo a punto de volver esta primavera, pero no pudo ser al no poder asegurar olas de la altura requerida (de 6 a 8 pies, entre 1,8 y 2,4 metros). A pesar de este pequeño traspiés, los organizadores están seguros de poder organizar el evento el próximo año. Aritz Aranburu ha confesado a AS que “Mundaka es una ola mágica, probablemente mi favorita. Siempre que rompe, intento estar allí. De hecho, he llegado a modificar viajes para sur fearla”. Con respecto a la cancelación, se mostró comprensivo: “Todo el mundo se quedó un poco triste después de que Mundaka desapareciese del calendario del WTC. La verdad es que no coincidió ninguno de esos días que los surfistas llamamos ‘épicos’: con buenos fondos, buenas olas y buen viento. Entiendo que no se celebrase, porque todos queremos que, el día que la barra esté perfecta, todo el mundo pueda ver Mundaka en su esplendor. Creo que es una especie de reivindicación de todos los que adoramos Mundaka”. LOS CHICOS DE LA PLAYA. Arriba, a la derecha, la portada del ‘Surfin’ Safari’ de los Beach Boys. A la izquierda, Mundaka. Abajo, unos surfistas esperan las olas en Barcelona. DISFRUTA DEL EJEMPLAR COMPLETO EN KIOSKO Y MÁS www.as.com/kioskoymas CONTENIDO COMPLETO DEL NÚMERO 12 ������������������������������������������� ������������������� ������������������� ��������������������� � � � � � � � � � � � � � � � � � ��� � ����������� � � � • SANTILLANA: IRRUMPE EL MITO DE LA MEJOR CABEZA DEL MUNDO Por Marco Ruiz • RAFAEL CAMPANERO: TODA UNA VIDA EN BLANQUIVERDE Por Gabriel Galán • RAMÓN CABRERO O CUANDO FICHAJE Y DECEPCIÓN SE CONVIERTEN EN SINÓNIMOS Por Raúl Sánchez • DE ZAMORA A CASILLAS EN LA BARRA DE CHICOTE Por Alberto Pimentel • CHURRUCA: EL FICHAJE GALÁCTICO QUE ORIGINÓ MAREO Por Alfredo Matilla • JUAN CARLOS TOURIÑO, EL POETA DEL MADRID QUE ACONSEJABA DI STÉFANO Por Álvaro de La Rosa • TEMPORADA 1971-72: LA LIGA FUE UNA GALAXIA DE GRANDES ENTRENADORES Por Pablo Mialdea • VALLEHERMOSO: EL TRISTE FINAL DE LA PISTA DEL ATLETISMO DE MADRID Por Félix Linares • DE HELSINKI 1971 A HELSINKI 2012: DE LA PROGRESIÓN DEL ATLETISMO A LA REGRESIÓN Por Josep Margalef • LEGRÁ: SER O NO SER EN EL CAMPEONATO DE EUROPA ANTE GIRGENTI Por Héctor Martínez • SURF ‘MADE IN SPAIN’: HACE MEDIO SIGLO DE LOS PRIMEROS SURFISTAS EN ESPAÑA Por Mario Peña • EL MOTOCROSS LLEGÓ A SU MADUREZ, PERO NO A SU PLENITUD CÓMO CONSEGUIR AS COLOR Consíguelo gratis: • Si eres suscriptor de AS, El País o Cinco Días lo tendrás gratis en Kiosko y Más. • Si compras en Kiosko y Más un ejemplar de AS, El País o Cinco Días. Compra un ejemplar: • Cada semana a través de la plataforma Kiosko y Más por 0,79. Por Raúl Romojaro • ÍNTEGRO, EL NÚMERO 12 DE AS COLOR DEL 10 DE AGOSTO DE 1971