REVISIONES TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO DE LAS INFECCIONES DEL APARATO LOCOMOTOR Carrasco Buvinic, Alejandro (1); Améstica Lazcano, Gedeón (2) (1) (2) Residente Traumatología y Ortopedia Universidad de Valparaíso. Jefe de Servicio Traumatología Adultos Hospital Dr. Gustavo Fricke. RESUMEN El uso de antibióticos en traumatología es una práctica diaria. El espectro de patologías infecciosas del aparato locomotor es muy amplio, lo que asociado a pacientes más dañados y cambios en el perfil de resistencia bacteriana obliga al clínico a mantener un conocimiento actualizado sobre los agentes etiológicos, la resistencia local de su centro y los antibióticos disponibles. A su vez el aumento de la cirugía ortopédica electiva con la utilización de implantes ha puesto un énfasis en la profilaxis antibiótica quirúrgica, como la prevención post cirugía de infecciones en implantes. También existen otras patologías infecciosas que producen alta morbilidad con largos y costosos tratamientos muchas veces dejando secuelas en la funcionalidad de los enfermos. El elevado índice de sospecha y conocimiento de los agentes causales probables nos harán elegir la terapia más adecuada para cada paciente y de esta forma anticiparnos a un daño mayor. El uso racional de la terapia antibiótico es clave en los pacientes traumatológicos, siendo el trabajo médico y quirúrgico fundamental para lograr la mejoría de los pacientes. Palabras clave: antibióticos, infección, traumatología. ABSTRACT Antibiotic treatment for infections of the locomotive system Antibiotic´s use in orthopedic surgery is an everyday practice. The amount of infectious diseases that affect the locomotor apparatus is enormous, in addition to more damaged pacients and changes in the bacterial´s antibiotic resistance forces the physicians to keep up with the etiologic agents, local antibiotic resistance and available medications. Increasingly use of implants in orthopedic surgery has given a mayor importance in the use of prophylactic antibiotic, and also for people carriers of implants prior to any invasive procedure. There is also a large list of infectious diseases that produce a marked decrease in the patient´s life quality, with long and expensive treatments, sometimes with permanent physical handicap. An elevated clinical suspicion and the knowledge of etiological agents will allow us to choose the most accurate antibiotic therapy for our patients and this way anticipate to any complications. The rational use of antibiotic therapy is the key on orthopedic pacients, been both medical and surgical managment fundamental to obtain the patient´s recovery. Key words: antibiotic, infection, orthopedic surgery INTRODUCCIÓN El uso de los antibióticos sin duda cambió la forma de enfrentar el quehacer médico en todo su espectro. El desarrollo de las resistencias bacterianas y el cambio de perfil de nuestros pacientes han obligado el desarrollo de nuevos agentes antimicrobianos que buscan mitigar el resultado de años de uso y abuso de los antibióticos. La realidad de la flora bacteriana de cada lugar y su perfil de resistencia debe ser conocida de manera individual en cada centro asistencial y es responsabilidad de quienes indiquen antibióticos en su práctica clínica hacer un uso racional de dichos agentes en virtud de la suma de los diversos factores que se reúnen en un paciente. A su vez todo el equipo de salud debe conocer y respetar las normas de prevención de infecciones intrahospitalarias vigentes. El uso de antibióticos en traumatología es una labor de todos los días, utilizándose en pacientes sanos a modo de profilaxis quirúrgica como en pacientes enfermos tanto pediátricos como adultos. El objetivo de este artículo es entregar al lector una visión depurada de la evidencia actual en relación al uso de antibióticos, dejando en claro la necesidad de estar de forma permanente revisando las publicaciones sobre este tema dado el sin número de artículos al respecto en la literatura médica. Profilaxis antibiótica quirúrgica La profilaxis antibiótica tiene como objetivo el conseguir un adecuado nivel tisular de antibiótico en el momento del Correspondencia: alejandrojaviercarrasco@gmail.com Bol. Hosp. Viña del Mar 2013, 69 (1) 25 REVISIONES acto quirúrgico para prevenir la infección de la herida operatoria. No debe ser confundida como tratamiento, ya que en cirugía contaminada o sucia la administración de antibióticos no es profiláctica, sino terapéutica. La herida quirúrgica se infectará o no, como consecuencia de la interacción entre el tipo de microorganismo (M.O.), cantidad del inóculo bacteriano y estado inmune del paciente, habiendo factores modificables como no modificables (1). La profilaxis está indicada en toda intervención quirúrgica, con o sin utilización de implantes. La elección del antibiótico debe conjugar las siguientes cualidades: ser bactericida con buena farmacodinamia y cinética en el tejido óseo, cubrir los M.O. más frecuentes, poseer una baja resistencia local y de bajo costo. El antibiótico de elección para todo tipo de cirugía ortopédica actualmente es Cefazolina, una cefalosporina de primera generación con buen espectro antiestafilocócico, en una monodosis de 1 – 2 gramos (2 gramos si >86 Kg) a administrarse hasta 60 minutos previo al inicio de la cirugía. Si el paciente presenta una alergia documentada a la penicilina se deberá optar por Clindamicina o Vancomicina en dosis según kilogramo de peso (2, 3). Esta última se reserva para quien presenta colonización por estafilococo resistente a meticilina, antecedentes de infección previa por dicho microorganismo, personas institucionalizadas y hemodialisados, además de funcionarios de salud4. Deberá administrarse Vancomicina hasta 120 minutos previos al inicio de la cirugía. En el caso de cirugías que utilicen isquemia de una extremidad deberá considerarse inflar el manguito de presión al menos 10 minutos después de la profilaxis antibiótica. Se deberá considerar un refuerzo en la dosis de antibiótico en el caso de cirugías prolongadas (tiempo de cirugía = al doble de la vida media del antibiótico) y perdida masiva de sangre (que requiera transfusión). En el caso que el equipo médico decida continuar la profilaxis antibiótica después del término de la cirugía, la evidencia recomienda hacerlo por no más de 24 horas, lo que coincidiría con el retiro de los drenajes. Durante algunos años se utilizó como profilaxis el uso de soluciones con antibióticos a modo de irrigación de los tejidos. Esto se desechó al demostrarse que no se logran concentraciones suficientes del agente en los tejidos dado el poco tiempo de permanencia en contacto con ellos, siendo el efecto principal de arrastre, que se consigue con las soluciones habituales. Se considera también como uso profiláctico de antibióticos el uso de cemento (polimetilmetacrilato) impregnado con antibióticos. El fundamento de este sistema es lograr de manera local una concentración de antibióticos suficiente para inhibir el crecimiento bacteriano directamente en el sitio operatorio. Para esto se debe utilizar un antibiótico que sea termoestable, bactericida, hipoalergénico, de amplio espectro y con presentación en polvo, dentro de los que se encuentran los Aminoglicósidos y los Glicopéptidos. De esta forma se lograrían altas concentraciones de antibiótico 26 en el medio local sin lograr concentraciones sistémicas suficientes para generar resistencia o reacciones adversas a medicamentos (5, 6, 7, 8). Al respecto estudios in vitro demuestran gran variabilidad en la concentración tisular del mismo antibiótico según el tipo de cementación, como también evidencian que después del segundo día la concentración tisular cae por bajo de la concentración mínima inhibitoria requerida. Se han desarrollado cambios en la técnica de cementación, desde la primera generación en la que se preparaba y colocaba manualmente hasta la tercera generación en la cual la preparación del cemento se realiza al vacío y se coloca de manera presurizada. Este cambio en el sistema de cementación afecta la difusión del antibiótico, ya que a mayor presión del cemento disminuye la porosidad de éste y de esta manera la difusión del mismo. En el mercado existe el cemento con combinación de antibióticos, lo que favorecería la difusión por sinergismo, siendo el primero en difundir el Aminoglicósido y así dando espacio para la difusión posterior del Glicopéptido, más grande en tamaño (9). Actualmente la Food and Drug Administration (FDA) sólo autoriza el uso de cemento con antibiótico en prótesis de revisión y no en artroplastias primarias. A pesar de esto es una conducta entre la mayoría de los equipos del mundo el uso en artroplastias primarias de dicha combinación (10). En relación a tratar o no una bacteriuria asintomática previo a una cirugía existe evidencia que avala el hecho de que no habría relación entre el microorganismo residente en las vías urinarias y la infección superficial o profunda en un paciente, ya que en los caso que se documentan ambas circunstancias no hay correspondencia entre los agentes causales (22). De todos modos los equipos quirúrgicos prefieren la erradicación del microorganismo previo a la cirugía para lo cual la literatura recomienda el uso de profilaxis con Cefuroximo o bien añadir a la Cefazolina una dosis de algún Aminoglicósido en la inducción anestésica. Profilaxis antibiótica en pacientes con artroplastias e implantes Los pacientes portadores de elementos protésicos e implantes siempre tienen el riesgo potencial de desarrollar infecciones profundas producto de bacteriemias. Dentro de estas circunstancias existen procedimientos comunes ante los cuales los profesionales deben tomar ciertas precauciones. En este contexto se recomienda la profilaxis antibiótica previa a procedimientos invasivos dentales, urológicos y gastrointestinales. El agente antibacteriano dependerá de la flora local debiendo administrarse una mono dosis previo al procedimiento (11, 4, 1). Fracturas Expuestas Existe una serie de tratamientos en las fracturas expuestas que han perdido crédito en el transcurso de los años. Lo único probado con evidencia tipo A, es que el inicio de antibióticos sistémico precoz previene la infección ósea. Se han descartado prácticas como los cultivos pre e Bol. Hosp. Viña del Mar 2013, 69 (1) REVISIONES intraoperatorios por su bajo rendimiento, como también el lavado con soluciones con antibióticos por las razones explicadas antes en el artículo. La duración del tratamiento antibiótico debe ser al menos por 72 horas desde el ingreso y tras cada aseo o cirugía definitiva. El esquema utilizado en el mundo anglosajón es con Cefazolina 1 gramo EV cada 8 horas para las fracturas tipo 1 y 2 de la clasificación de Gustilo y se le asocia Gentamicina según kilogramo de peso en 1 dosis diaria para las tipo 3. En Chile, por el contrario se utiliza Cloxacilina en reemplazo de Cefazolina. La razón para esto es el excelente espectro antiestafilocócico de la Cloxacilina, su aún baja resistencia en bacterias de la comunidad y su bajo costo, reservándose la Cefazolina para la profilaxis quirúrgica. En caso de alergia a penicilina se debe utilizar clindamicina. En caso de sospecha de contaminación anaeróbica se debe agregar Penicilina Sódica en dosis de al menos 10 millones al día en 4 dosis. Cada vez aparecen más estudios con el uso de fluoroquinolonas para fracturas tipo 1 y 2, incluso de niños, donde el fantasma del daño condral detectado in vitro se ha tendido lentamente a disipar. También existen publicaciones sobre el uso de cemento con antibióticos administrados localmente a modo de perlas o espaciadores. Esto tendría las mismas ventajas teóricas mencionadas anteriormente, principalmente indicada en fracturas con alta contaminación y con defecto óseo importante que obligan a mantener un espacio (12, 13). FIGURA 1 “Distribución según localización de la Osteomielitis Aguda Hematógena”. Imagen adaptada desde “Acute Hematogenous Osteomielitis in Children” J Am Acad Orthop Surg 2001;9:166-175 Humerus 12% Pelvis 9% Ulna 3% Radius 4% Femur 27% Osteomielitis Aguda Hematógena La osteomielitis aguda hematógena (OAH) se produce principalmente en niños menores de 15 años, con una incidencia de 1:5.000, siendo el 50% en menores de 5 años. El principal agente causal corresponde en un 89% a S. Aureus. Generalmente afecta a un hueso largo (Figura 1), en la zona metafisiaria. Cobra importancia el riesgo de extensión articular en el caso de Cadera, Hombro y Tobillo añadiéndose una artritis séptica al cuadro. Hands & Feet 13% Tibia 22% Fibula 5% TABLA 1 “Patógenos probables y terapia antibiótica en Osteomielitis Aguda Hematógena”. Tabla adaptada desde “Acute Hematogenous Osteomielitis in Children” J Am Acad Orthop Surg 2001;9:166-175 Edad Microorganismo Probable Tratamiento Endovenoso Tratamiento Oral Neonato • S. Aureus, Streptococo B hemolítico grupo A y B, Bacilos gram (-) • Cloxacilina 100 mg/kg/día + gentamicina 5,0 – 7,5mg/kg/día • Cloxacilina 75 – 100 mg/kg/día • Clindamicina 30 mg/kg/día Menor de 3 años • S. Aureus, H. Influenzae tipo B, Neumococo, Streptococo • Sin Vacuna Hib Cloxacilina 100 mg/kg/día + Cetriaxona 100mg/kg/día • Cloxacilina 75 – 100 mg/kg/día • Clindamicina 30 mg/kg/día Mayor de 3 años • S. Aureus • Con Vacuna Hib Cloxacilina 100 mg/kg/día, o Clindamicina 30-40 mg/kg/día • Cloxacilina 75 – 100 mg/kg/día • Clindamicina 30 mg/kg/día Bol. Hosp. Viña del Mar 2013, 69 (1) 27 REVISIONES El cuadro clínico clásico presenta fiebre, dolor e impotencia funcional. El diagnóstico se complementa con alteraciones en el hemograma, velocidad de sedimentación y reactantes de fase aguda. Como medio de apoyo diagnóstico está la radiografía, cintigrafía ósea, tomografía axial computada (TAC), resonancia nuclear magnética (RNM) y tomografía de emisión de positrones (PET). Como confirmación se debe aislar el microorganismo, existiendo varias alternativas con distintos rendimientos como son el cultivo de aspirado óseo (48-85%), hemocultivos (30-60%), y Biología Molecular (reacción en cadena de polimerasa RCP >99%) El tratamiento es principalmente médico con antibiótico terapia secuencial endovenoso y luego oral, de duración variable según la evolución. La cirugía se reserva para complicaciones como artritis séptica, falla de la terapia antibiótica, secuestros y abscesos. El antibiótico debe cubrir al S. Aureus además de otros microorganismos según edad (14) (Tabla 1). Osteomielitis Crónica Los antibióticos en la osteomielitis crónica son utilizados de regla tanto de manera sistémica como localmente mezclados con cemento, si bien el pilar fundamental del manejo en esta patología es quirúrgico debiendo realizarse un debridamiento y aseo prolijo, una fijación adecuada en caso de fracturas, asegurar una correcta cobertura cutánea y mejorar la respuesta inmune del paciente. Como guía en el tratamiento se utiliza la clasificación de Cierny Mader (1985) que define etapas y pautas terapéuticas para cada una. La elección del antibiótico se debe basar en cultivos obtenidos del aseo quirúrgico con una duración mínima de 6 semanas. En el caso de haber implantes y tener que mantenerlos el tratamiento deberá prolongarse hasta por 3 meses (15). Espondilodiscitis Esta patología es poco frecuente, pero con tendencia al alza, con una incidencia de 4-24 por 1.000.000 de habitantes. Es la principal manifestación de osteomielitis hematógena en mayores de 50 años correspondiendo a un 3-5% de las osteomielitis. Tiene una relación hombre: mujer (2:1) y una distribución bimodal (<20 años / >50 años) Las vías de contagio son hematógena desde un foco distante, por inoculación directa y por contigüidad. Afecta a los segmentos vertebrales de la siguiente manera: columna lumbar (58%), torácica (30%) y cervical (11%). La tuberculosis sigue siendo la principal causa de infección espinal (9-46%). Las bacterias que causan este cuadro, generalmente mono microbiano, son S. Aureus (20-84% de los casos no TBC), Enterobacterias, S. Coagulasa (-), Estreptococos. A su vez se han descrito espondilodiscitis por Brucelosis, Parásitos y Hongos lo cual es raro. El diagnóstico es difícil de hacer, tanto por una clínica larvada de dolor y fiebre, ocasionalmente déficit neurológico y deformidad, con laboratorio inespecífico como alteraciones de la VHS, PCR, Hemograma (anemia y leucocitosis) y fosfatasas alcalinas elevadas. Se utiliza como apoyo diagnóstico la radiología simple, el cintigrama óseo, PET, TAC y RNM La clave del diagnóstico es la microbiología aunque con rendimientos bajos: Hemocultivos (40-60%), Biopsia + cultivo tejido (75%), estudio molecular RCP y serología (>90%) En relación al tratamiento, este persigue en primer lugar aliviar el dolor, preservar la función y erradicar la infección. Para esto hay un manejo no farmacológico y farmacológico con antibióticos. El tratamiento empírico debe cubrir S. Aureus y Gram (-), luego según bacteriología por 6 – 12 semanas, considerando el uso de asociaciones según la evolución (Tabla 2). TABLA 2 “Esquemas antibióticos sugeridos según el microorganismo causal”. Adaptación de: Spondylodiscitis: update on diagnosis and managment. Theodore Gouliouris, Sani H. Aliyu and Nicholas M. Brown. J Antimicrob Chemother 2010; 65 Suppl 3: 11-24. Microorganismo Terapia Antimicrobiana S. Aureus (meticilino susceptible) • Cloxacilina 2 gr / 6 horas EV S. Aureus (meticilino resistente) • Vancomicina 15- 20 mg / Kg cada 12 horas (nivel plasmático 15 -20 mg/L) Enterobacterias • Ciprofloxacino 400 mg cada 12 horas EV ó 750 mg cada 12 horas oral • Ceftriaxona 2 gramos EV /día • Meropenem 1 gr / 8 horas P. Aureginosa • Ceftazidima 2 gr / 8 horas EV + Aminoglicósido • Meropenem 1 gr / 8 horas EV + Aminoglicósido • Ciprofloxacino 400 mg cada 12 horas EV ó 750 mg cada 12 horas oral (como terapia de continuación) Estreptococos • Penincilina 2,4g / 6 horas EV • Ceftriaxona 2 gr / día EV Anaerobios • Metronidazol 500 mg / 6 horas EV ó • Clindamicina 450 mg / 6 horas oral 28 Bol. Hosp. Viña del Mar 2013, 69 (1) REVISIONES Se considera la remisión del cuadro cuando se normaliza la VHS y PCR, pudiendo pasar a terapia antibiótica oral cuando la PCR baja un 50%. Las alternativas quirúrgicas, si bien raras, se reservan para casos de inestabilidad, dolor intratable y déficit neurológico (16). Artritis Séptica Cuadro infeccioso articular con gran componente inflamatorio, fiebre, compromiso del estado general y bloqueo articular doloroso. Principalmente afecta a mayores de 65 años con una enfermedad subyacente o anomalía articular. Producida por bacterias piógenas que destruyen el cartílago articular transformándola en una urgencia médica. Afecta principalmente a la rodilla (50%), hombro y cadera. El agente causal varía según edad, siendo S. Aureus el más frecuente en adultos (Tabla 3). Existe alteración del laboratorio, siendo clave en el diagnóstico etiológico la microbiología tanto como cultivo de la artrocentesis / artrotomía como hemocultivos. Una artrocentesis con un recuento de leucocitos (>50.000 /ml) y Gram con bacterias reafirma la sospecha clínica (Tabla 4). El tratamiento es quirúrgico inicialmente con artrotomía y aseo articular para luego iniciar ATB empírico y luego ajustados según los cultivos (17). Infección periprotésica: La infección de un implante protésico es un riesgo latente en cada artroplastia que se realiza. La estadística mundial de infección protésica se encuentra en <1% para Cadera y Hombro como <2% en Rodilla (18). El principal responsable y enemigo en esta infección es la formación de una biopelícula, que corresponde a una matriz de polisacáridos cerrada que forma complejos comunitarios organizados con estructuras y funciones heterogéneas. Esto le otorga protección contra los antibióticos y respuesta inmune del huésped. Se produce en lugares donde llega poco sustrato y por bacterias con crecimiento lento o estacionario, lo que a su vez dificulta el accionar de los antibióticos (19). Los microorganismos responsables son principalmente de la piel, S. Epidermidis (40%), S. Aureus (30%), Estreptococos (10%). El resto se distribuye entre Gram (-), Enterococos y Anaerobios (19). La presentación clínica se divide en tres grupos: infección temprana (29%) ocurre antes de los 3 meses, cursa con dolor, rubor, edema, fiebre, producida por M.O. virulentos (S.Aureus, Bacilo gram -) se presenta con celulitis y formación de fístulas, se considera adquirida durante la intervención. La infección retardada (41%) entre 3 a 24 meses, síntomas sutiles como dolor o aflojamiento séptico. TABLA 3 “Agentes causales más comunes según la edad del paciente”. Edad Microorganismo • Niños < 5 años • H.Influenzae, S. Neumoniae, S. Pyogenes, S. Aureus • Niños mayores, adolescentes y adultos • S. Aureus, S. Neumoniae, S. Pyogenes • Drogadictos • S. Aureus • >65 e inmunodeprimidos • S. Aureus, S. Agalactiae, Bacilos Gram (-) TABLA 4 “Alternativas de elección de antibiótico según el grupo de edad y el resultado de la tinción de Gram”. Adaptación de Infecciones osteoarticulares y de partes blandas. Protocolos Clínicos SEIMC. J. Ariza M. Gomis y J. Barberán C. Sánchez C. Barros. 2010. Pacientes Sin bacterias Cocos gram (+) Cocos gram (-) Bacilos gram (-) • Niños < 5 años • Amoxiclavulánico • Cefalosporina de 3ª generación • Cefalosporina de 3ª generación • Cefalosporina de 3ª generación • Niño mayor, adolescentes, adulto joven • Cloxacilina con o sin Cefalosporina de 3ª generación • Amoxiclavulánico • Cloxacilina + Gentamicina • Amoxiclavulánico • Cefalosporina de 3ª generación. • Cloxacilina (si cocos en racimo) • Cloxacilina • Amoxiclavulánico • IDEM • IDEM • Ceftazidima • Amoxiclavulánico • Cloxacilina • Cefalosporina de 3ª generación • IDEM • Cefalosporina de 3ª ó 4ª generación • Carbapenémicos • Drogadictos • Edad > 65, inmunodeprimidos • Amoxiclavulánico + gentamicina • Cloxacilina + Cefalosporina de 3ª generación • IDEM Bol. Hosp. Viña del Mar 2013, 69 (1) ----- 29 REVISIONES M.O. de poca virulencia (S.Epidermidis ó Pseudomona acnes) y también considerada como adquirida durante la intervención. Finalmente la infección tardía (30%) después de 24 meses, producto de una siembra hematógena (piel, pulmón, dental y urinaria) (20). El manejo es tanto médico como quirúrgico. Se utilizan ATB sistémicos y locales, de buena llegada al tejido blanco. Empíricamente comenzar con esquema para S. aureus resistente a meticilina (SAMR) para luego ajustarse según antibiograma (Tabla 5). Si la respuesta es inadecuada o se decide retener el implante se puede asociar en caso de estáfilos con Rifampicina, (siempre asociada por la fácil generación de resistencia) y en caso de Gram (-) Ciprofloxacino que sería mejor que los Beta Lactámicos. El manejo quirúrgico otorga varias alternativas que dependerán del tipo de infección. Para infecciones tempranas y tardías se puede intentar retener el implante debiendo realizar aseos quirúrgicos además de antibióticos sistémicos al menos por 6 semanas según evolución. A diferencia de para infecciones retardadas donde la evidencia recomienda el recambio protésico, inclinándose la literatura hacia el recambio en dos tiempos en vez de uno, con una ventana de al menos 2 semanas para asear, cultivar y tratar, antes de colocar un nuevo implante. Durante este tiempo se puede dejar un espaciador de cemento con antibióticos con el fin de mantener el espacio, evitar el acortamiento de las partes blandas y teóricamente dar cierto grado de efecto antibacteriano. Después del recambio continuar el tratamiento con antibióticos sistémicos por al menos 6 semanas. Otras alternativas quirúrgicas de salvataje son la artroplastia de resección, la artrodesis y la amputación (21). CONCLUSIÓN Las patologías infecciosas del aparato locomotor son variadas, a su vez el aumento explosivo de la cirugía ortopédica y el uso de implantes obliga a mantener un conocimiento detallado de la realidad bacteriológica del centro donde uno se desempeña, como a su vez del control de infecciones cruzadas y el cumplimiento de las normas de asepsia. Las líneas de investigación actuales van orientadas a la profilaxis quirúrgica y la infección periprotésica existiendo una gran cantidad de literatura reciente al respecto que nos obliga a mantenernos permanentemente actualizados en este tema. TABLA 5 “Esquemas sugeridos para tratar infecciones periprotésicas según el microorganismo aislado” Adaptado de Current concepts: Prosthetic-Joint Infections. Werner Zimmerli, M.D., Andrej Trampuz, M.D., and Peter E. Ochsner, M.D. N Engl J Med 2004;351:1645-54 Microorganismo Antibiótico Dosis Vía • S. aureus / S. coagulasa negativo meticilino susceptible • Cloxacilina + Rifampicina • 2 gr / 6 horas 450 mg / 12 horas • EV EV / oral • S. aureus / S. coagulasa negativo meticilino resistente • Vancomicina + Rifampicina • 1 gr / 12 horas 450 mg / 12 horas • EV EV / oral • Estreptococo (excepto S. agalactiae) • Penincilina G Ceftriaxona • 5 millones / 6 horas 2 gr / día • EV EV • Enterococo (susceptible a penincilina) + S. agalactiae • Penincilina G Ampicilina • 5 millones / 6 horas 2 gr / 6 horas • EV EV • Enterobacterias (susceptibles a quinolonas) • Ciprofloxacino • 750 mg / 12 horas • oral • No fermentadores (P. aureginosa) • Ceftazidima + Aminoglicósido • 2 gr / 8 horas (dosis según peso) • EV EV • Anaerobios • Clindamicina • 600 mg / 6 horas • EV 30 Bol. Hosp. Viña del Mar 2013, 69 (1) REVISIONES REFERENCIAS 1. 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